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RESUMEN: En respuesta a la necesidadde contar con mayor información ycomprensión de los condicionantesque se presentan en la producción delas noticias en Iberoamérica, este trabajo,presenta los testimonios decuatro comunicadores de Monterrey,México, que ocuparon puestos directivosen medios informativos impresosy electrónicos en la década de losochenta. A través de entrevistas enprofundidad, el estudio ofrece evidenciassobre los complejos procesosde negociación y grados de autonomíade directivos y conductores detelevisión frente a los intereses económicose ideológicos de los dueñosde los medios y de la élite local en elpoder. Asimismo, permite identificarlas principales rutinas de trabajo e influenciasindividuales que moldean einciden en los contenidos noticiososlocales.

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    COMUNICACIN Y SOCIEDADVol. XXIII Nm. 1 2010 175-204

    [email protected] y [email protected]

    Lorena Frankenberg, directora del Instituto deComunicacin Digital (ICODI) de la UniversidadMetropolitana de Monterrey. 64800 Monterrey.Mxico.

    Jos Carlos Lozano, profesor de Teoras de laComunicacin de Masas. Tecnolgico de Monterrey.Departamento de Comunicacin y Periodismo. 64849Monterrey. Mxico.

    RESUMEN: En respuesta a la necesidadde contar con mayor informacin ycomprensin de los condicionantesque se presentan en la produccin delas noticias en Iberoamrica, este tra-bajo, presenta los testimonios decuatro comunicadores de Monterrey,Mxico, que ocuparon puestos direc-tivos en medios informativos impre-sos y electrnicos en la dcada de losochenta. A travs de entrevistas enprofundidad, el estudio ofrece evi-dencias sobre los complejos procesosde negociacin y grados de autono-ma de directivos y conductores detelevisin frente a los intereses eco-nmicos e ideolgicos de los dueosde los medios y de la lite local en elpoder. Asimismo, permite identificarlas principales rutinas de trabajo e in-fluencias individuales que moldean einciden en los contenidos noticiososlocales.

    Palabras clave: sociologa periodsti-ca, rutinas periodsticas, valores pe-riodsticos, produccin de la noticia,autonoma periodstica.

    ABSTRACT:: In order to provideinformation about the organizationalinfluences affecting the production ofnews in Mexico, this paper discussesthe testimonies of four managingeditors of print and electronic newsmedia during the 1980s in Monterrey,Mexico. Based on in-depth interviews,the study provides evidence on thecomplex processes of negotiation anddegrees of autonomy of Mexicanmanaging editors of newspapers andtelevision newscasts in relation to theeconomic and ideological interests ofmedia owners and of the localeconomic and political elite. Inaddition, the study identifies the mainwork routines and individualcharacteristics influencing andshaping the content of local news.

    Key words: Newsmaking, newspaperroutines, journalistic values,production of news, journalisticautonomy.

    Rutinas, valores y condicionantes en la produccinde la noticia: el testimonio de cuatro directores demedios informativos en Monterrey, Mxico

    Routines, values and other influences in the productionof news: The testimony of four managing editors inMonterrey, Mexico

    Recibido: 15 de octubre de 2009Aceptado: 26 de noviembre de 2009

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  • 1. Introduccin: la investigacin sobre condicionantes en la produccin de noticias

    La forma en que los valores profesionales y las rutinas productivas de losperiodistas influyen y se reflejan en el contenido de la informacin ha sidodocumentada de manera sistemtica desde fines de los setenta hasta nuestrosdas1. De acuerdo a estos estudios, los temas, enfoques, ngulos y profundidadde las noticias, entre otras variables, dependen en buen grado de los proce-dimientos establecidos para el acopio de informacin como materia prima ascomo del conjunto de valores profesionales que orientan a los comunicado-res para decidir qu se puede considerar noticia y qu no. Ms an, la mismatendencia ideolgica del medio de comunicacin, para lograr su reproduc-cin, requiere ser internalizada en y proyectada por los comunicadores en susrutinas diarias de produccin de las noticias.

    Ya consolidada en Estados Unidos y el Reino Unido, entre otros pases, lainvestigacin sobre las rutinas y los valores profesionales, en los periodistasiberoamericanos es escasa y fragmentada, aunque creciente. Muchos de losestudios se basan en anlisis de contenido de noticias nacionales2 (Arellano

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    1 Cfr. FISHMAN, Mark, Manufacturing the news, University of Texas Press, Austin, TX, 1980;FISHMAN, Mark, News and nonevents: Making the visible invisible, en BERKOWITZ,Daniel (ed.), Social meaning of news, Sage Publications, Thousand Oaks, CA, 1997, pp. 210-229; GANS, Herbert, Deciding what's news: a study of CBS evening news, NBC nightly news,Newsweek, and Time (1st ed.), Pantheon Books, New York, NY, 1979; MOLOTCH, Harvey,y LESTER, Marilyn, News as purposive behavior: On the strategic use of routine events, ac-cidents and scandals, en BERKOWITZ, Daniel (ed.), Social meaning of news, Sage Publica-tions, Thousand Oaks, CA, 1997, pp. 193-209; SHOEMAKER, Pamela y REESE, Stephen,Mediating the message: theories of influences on mass media content, Longman, White Plains, NY,1996; TUCHMAN, Gaye, La produccin de la noticia. Estudio sobre la construccin de la reali-dad, GG Mass Media, Barcelona, 1983; TUCHMAN, Gaye, Making news by doing work:Routinizing the unexpected, en BERKOWITZ, Daniel (ed.), Social meaning of news, Sage Pu-blications, Thousand Oaks, CA, 1997, pp. 173-192. 2 AGUDELO, Irene, La Influencia de las rutinas productivas en la construccin del aconte-cer nacional: El caso de Siglo 21, peridico de Guadalajara, Mxico, Comunicacin y Socie-dad, (Universidad de Guadalajara, Mxico), n 28, 1996, pp. 83-114; ARELLANO, Laura,CHONG, Blanca y otros, Temas y fuentes informativas en la prensa mexicana: Estudio com-parativo, en LOZANO, Jos Carlos (ed.), Anuario de Investigacin de la Comunicacin Coneicc2, CONEICC, Mxico, 1995, pp. 241-260; CERVANTES, Cecilia, Especificidades en el an-lisis de contenido de noticiarios de televisin locales, en LOZANO, Jos Carlos (ed.), Anua-rio de Investigacin de la Comunicacin Coneicc 3, CONEICC, Mxico, 1996a, pp. 77-112; GU-TIRREZ COBA, Liliana, La informacin judicial en la prensa colombiana, camino a la pr-dida de credibilidad, Revista Latina de Comunicacin Social, n 58, 2004, http://www.revista-latinacs.org/200402indice58.htm, 20-08-2009; LOZANO, Jos Carlos, Fuentes y versionesgubernamentales en la prensa mexicana. La cobertura del ataque a la Aduana de Nuevo La-redo en El Norte de Monterrey, Comunicacin y Sociedad, (Universidad de Guadalajara, M-xico), nos 18-19, 1993, pp. 179-205.

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  • y otros, Agudelo, Cervantes, Gutirrez Coba, Lozano,) o sensacionalistas3

    (Cervantes, Fregoso, Orellana). Los estudios enfocados a las rutinas y valo-res en la produccin de noticias, basados en encuestas, entrevistas u obser-vacin participante, se han ido incrementado de manera notable en los lti-mos aos tanto en Espaa como en Amrica Latina. Mientras que en el mun-do anglosajn la investigacin de rutinas productivas y valores profesionalesse ha realizado mediante observacin participante y entrevistas a reporterosdesde hace ya ms de tres dcadas4, en Iberoamrica apenas en las ltimosveinte aos (y en los ltimos diez) se han incrementado los trabajos basadosen esas tcnicas de investigacin5.

    Este trabajo, responde a la necesidad de contar con mayor comprensinde los condicionantes en la produccin de las noticias en relacin con las ru-

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    3 CERVANTES, Cecilia, Valores noticiosos en el periodismo televisivo de nota roja, Co-municacin y Sociedad, (Universidad de Guadalajara, Mxico), nos 25-26, 1996b, pp. 89-138;FREGOSO, Gilberto, La prensa de Guadalajara: cuatro versiones de una tragedia, Comu-nicacin y Sociedad, (Universidad de Guadalajara, Mxico), nos 16-17, 1992, pp. 155-194;ORELLANA, Laura, Necrofilia visual: anlisis de contenido y de receptores de La Opininde la Tarde, en LOZANO, Jos Carlos (ed.), Anuario de Investigacin de la Comunicacin Co-neicc 4, CONEICC, Mxico, 1997, pp. 127-150.4 Cfr. CARPENTER, Serena, How online citizen journalism publications and online news-papers utilize the objectivity standard and rely on external sources, Journalism & Mass Com-munication Quarterly, vol. 85, n 3, 2008, pp. 533-550; DAVIS, Aeron, Investigating journa-list influences on political issue agendas at Westminster, Political Communication, vol. 24, n2, 2007, pp. 181-199; HANSEN, Kathleen A., NEUZIL, Mark y WARD, Jean, Newsroomtopic teams: Journalists' assessments of effects on news routines and newspaper quality, Jour-nalism and Mass Communication Quarterly, vol. 75, n 4, 1998, pp. 803-821; YAN, Jung Hye,Constraints on environmental news production in the U.S.: Interviews with American jour-nalists, Journal of International and Area Studies, vol. 11, n 2, 2004, pp. 89-105.5 Cfr. ALSINA, Miquel Rodrigo, La produccin de la noticia, Paids Comunicacin, Barcelona,1989; ARMAANZAS, Emy, La accin de los gatekeepers ante los referentes, Comunica-cin y Sociedad, vol. VI, nos 1-2, 1993, pp. 87-96; CERVANTES, Cecilia, La construccin delacontecer pblico: el caso del noticiario televisivo Al Tanto, Guadalajara, Jalisco, Mxico, 2002;GONZLEZ MOLINA, Gabriel, Organizacin, burocracia y profesin: determinacin insti-tucional de las comunicaciones sociales, en SNCHEZ, Enrique (ed.), La investigacin de lacomunicacin en Mxico: logros, retos y perspectivas, Ediciones de Comunicacin/ Universidadde Guadalajara, Mxico, 1987; KODRICH, Kris, La evolucin de las actitudes profesionalesde los periodistas nicaragenses, Comunicacin y Sociedad, vol. XII, n 2, 1999, pp. 69-92;MARTINI, Stella y Luchessi, Lila, Los que hacen la noticia: periodismo, informacin y poder, Bi-blos, Buenos Aires, 2004; QUIROGA, Sergio R., Emisor, perspectiva cualitativa y produc-cin de noticias, Revista Latina de Comunicacin Social, n 35, 2000, http://www.revistalati-nacs.org/ aa2000kjl/u35di/indice35.htm, 20-08-2009; SNCHEZ ARANDA, Jos Javier yRODRGUEZ ANDRS, Roberto, Profesionalidad y tica. El caso de los periodistas espa-oles, Comunicacin y Sociedad, vol. XII, n 2, 1999, pp. 93-114.

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  • tinas y los valores profesionales de los periodistas y presenta los hallazgos deentrevistas en profundidad a cuatro comunicadores de la ciudad de Monte-rrey, capital industrial de Mxico situada en la regin noreste del pas, queocuparon puestos directivos en medios informativos impresos y electrnicosdurante la dcada de los ochenta y que an hoy siguen influyendo en el reade medios de comunicacin a travs de distintos foros. Con base en los tes-timonios de estos cuatro comunicadores, el estudio ofrece evidencias de pri-mera mano sobre los complejos procesos de negociacin y margen de manio-bra de directivos y conductores de televisin frente a los intereses econmi-cos e ideolgicos de los dueos de los medios y de la lite local en el poder.

    Para explicar la complejidad de ese proceso, recurrimos a las perspectivastericas sobre la produccin de medios con el fin de indagar a travs de ellascmo las posibilidades, restricciones y antecedentes personales de los profe-sionales de medios de comunicacin inciden en la construccin de las noti-cias y de los textos comunicativos en general. El anlisis expone un caso con-creto sobre las posibilidades reales de autonoma de los profesionales de me-dios de comunicacin en un mundo dominado principalmente por la lgicaeconmica, pero que confronta una y otra vez los contextos culturales y so-ciales en los que se desarrolla.

    Para los socilogos, la noticia es una construccin social de la realidad. Yal hablar de una construccin no es posible deslindar los mensajes de la sub-jetividad implcita en ellos. Una de las teoras que permite analizar esta cues-tin es la Sociologa de la Produccin de Noticias (Newsmaking), la cual pro-pone estudiar los diversos condicionantes que intervienen en la produccinde textos informativos. Estos factores se advierten desde distintos ngulos yniveles. Por un lado, se encuentran los de carcter individual que tienen quever con los antecedentes personales, sobre todo ideolgicos, de los profesio-nales de medios, y por el otro, las rutinas propias de trabajo establecidas enla estructura organizacional de un medio de comunicacin, as como de susintereses econmicos, polticos e ideolgicos. Lozano afirma que

    el aspecto central de este enfoque se refiere a que los mensajes de los me-dios son construidos por los comunicadores, es decir, que no tan solo losseleccionan de la realidad y los transmiten tal cual sino que sus valoresprofesionales, sus caractersticas, las rutinas de trabajo, as como los con-dicionantes organizacionales, econmicos y polticos moldean el conteni-do de los mensajes y los hacen reflejar visiones parciales y mediatizadas dela realidad6.

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    6 LOZANO, Jos Carlos, Teora e investigacin de la comunicacin de masas, Pearson, Mxico,2007, p. 56.

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  • La intencin entonces es conocer los condicionantes individuales y orga-nizacionales que, desde el relato de los propios informantes, han intervenidoen la construccin del discurso dominante de los medios de comunicacinregiomontanos7 que aqu se estudian.

    Gaye Tuchman8 en su conocido libro, La produccin de la noticia, puso aldescubierto la estructura latente de la noticia al describir cmo los informa-dores deciden qu es noticia, cmo se ocupan de unos tems pero no de otrosy cmo deciden lo que el pblico quiere conocer. Las observaciones de la au-tora se relacionan con otro asunto de suma importancia. Se trata de la agen-cia o creatividad de los profesionales de medios para reproducir o no el dis-curso dominante.

    Ante estos planteamientos, los factores inherentes en esta autonoma delos comunicadores tienen que ver con su propia manera de percibir la vida yel mundo, su bagaje social, cultural y profesional, y los valores que abrazan.As, uno de los cuestionamientos abordados en este trabajo fue si los comu-nicadores y lderes de estos medios locales de Monterrey trabajaron durantela dcada de los ochenta, clave en la transformacin de la identidad ciuda-dana local9, de manera natural en lnea con las posturas ideolgicas domi-nantes, o si se trat ms bien de presiones por parte de la estructura mediti-ca y socio-econmica de la ciudad. Y de esta forma analizar su relato basadoen la experiencia de varias dcadas, conforme a las aproximaciones tericascentradas en la produccin de la noticia y sus condicionantes.

    Segn Gallagher10, las ocupaciones y organizaciones de medios represen-tan el corazn de cualquier estudio de comunicacin de masas ya que cobi-jan el proceso de ser de los productos comunicacionales. Sin embargo, losestudios de produccin han estado desequilibrados al preocuparse ms por losefectos que por los cmos y los porqus de la produccin de mensajes. Parala autora resulta de suma importancia explorar la interaccin organizacionaly los aspectos personales y profesionales dentro de las empresas y analizar suinfluencia directa en los mensajes.

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    7 Gentilicio de Monterrey.8 Cfr. TUCHMAN, Gaye, La produccin de, op. cit.9 Cfr. FRANKENBERG, Lorena, Monterrey y sus organizaciones mediticas. Un retorno alestudio de la ideologa a travs de cuatro comunicadores, Revista Latina de Comunicacin So-cial, n 63, 2008, pp. 294-302.10 Cfr. GALLAGHER, Margaret, Negotiations of Control in Media Organizations and Oc-cupations, en GUREVITCH, Michael, BENNET, Tony, y otros (eds.), Culture, Society andthe Media, Methuen & Co., New York, NY, 1982, pp. 151-173.

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  • Hay que considerar que esta problemtica reside en gran parte en el dif-cil o a veces imposible acceso hacia el interior de los medios. Por tal motivo,acercarse a estos relatos de vida de profesionales en posiciones clave dentrode las empresas regiomontanas, recoge informacin muy valiosa para el en-tendimiento de cmo se mueven estas estructuras de poder y la seleccin in-formativa.

    En general, los socilogos sostienen que los intereses de los profesionalesy los intereses de los medios estn en conflicto. Esto siempre y cuando los va-lores y contextos sociales y culturales de los propios comunicadores sean di-versos y distintos a los que provee la maquinaria ideolgica estructural.

    En el caso de esta investigacin, se cuenta con los relatos de cuatro in-formantes que nacen, crecen y se forman en la misma ciudad en donde ope-ran los medios para los que trabajan. La competencia por los procesos haciaadentro de la organizacin podra darse, pero el propio valor personal que setiene del habitante de Monterrey, del regiomontano, tambin juega un pa-pel relevante en el establecimiento del statu quo. Tuchman apunta que

    el profesionalismo informativo se ha desarrollado en conjuncin con lasmodernas organizaciones informativas, y las prcticas profesionales sirvena las necesidades de la organizacin. Ambas, a su vez, sirven para legiti-mar el status quo, complementndose mutuamente en la tarea de reforzarlos arreglos sociales contemporneos, an cuando ocasionalmente compi-tan por el control de los procesos de trabajo y por el derecho a identifi-carse con las libertades de prensa y de expresin11.

    Desde otro punto de vista ms humanstico, podramos afirmar que todoconocimiento est determinado de forma situacional y a cada individuo le esimposible identificar su conocimiento como verdad objetiva, no ideolgica.Para esclarecer este razonamiento, Smith aade

    debe subrayarse que el conocer es siempre una relacin entre quien cono-ce y lo conocido. El que conoce no puede por tanto ser aplastado por loconocido. Conocer es siempre conocer en ciertos trminos, y la paradojadel conocer es que descubrimos en su objeto los lineamientos de lo que yaconocemos. No hay otra manera de conocer que la humana, y por tanto,el que conoce est situado histrica y culturalmente. Esta es la condicinhumana fundamental del conocer. El propio concepto de conocimiento

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    11 TUCHMAN, Gaye, La produccin de, op. cit., p. 30.

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  • est dado histrica y culturalmente. Si estar situado como tal acarrea ide-ologa (si ser humano acarrea ideologa), entonces el conocimiento (y laciencia como conocimiento) es fundamentalmente ideolgico12.

    Los propios informantes han incorporado una versin del razonamientode Smith en su profesionalismo. Se saben a s mismos subjetivos pero inten-tan lograr una objetividad propia del valor periodstico. Para ello se escudanen los mtodos que utilizan para acopiar y evaluar noticias como garantas deobjetividad13. Sin embargo, estas prcticas que parecieran objetivas, se apre-cian dadas desde una subjetividad inherente al individuo que proviene de sucontexto, su afiliacin y su vida personal.

    Con base en lo anterior, se exploran los mtodos de construccin de no-ticias, las rutinas de trabajo y los grados de autonoma percibidos por los pro-pios comunicadores ante la estructura organizacional. Se exponen asimismolos condicionantes individuales que influyeron en la produccin de sus men-sajes.

    2. Mtodo

    Monterrey, ciudad con 400 aos de antigedad y capital del Estado deNuevo Len, al norte de Mxico, es una importante sede industrial en la Re-pblica y la tercera metrpoli en poblacin en el pas. Con respecto a los me-dios de comunicacin, se ha caracterizado como un plaza independiente delresto Mxico con estaciones televisivas locales con mayores niveles de au-diencia que las nacionales y peridicos tambin locales que han exportado suparticular forma de hacer periodismo a la Ciudad de Mxico y otras pobla-ciones del pas mediante el establecimiento de diarios controlados desdeMonterrey. Durante el siglo XX, el peridico, la radio y la televisin localesse consolidaron en la ciudad y en la regin como medios importantes para laconformacin de la esfera pblica14.

    Este estudio analiza una serie de entrevistas correspondientes a una in-vestigacin emprica en proceso sobre ciudadana meditica en Monterrey.Se recurri al mtodo cualitativo de relato de vida para el anlisis social ba-

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    12 Citado por TUCHMAN, Gaye, La produccin de, op. cit., p. 192. 13 Cfr. Ibd.14 Cfr. FRANKENBERG, Lorena, op. cit.

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  • jo los principales preceptos del modelo de Bertaux15 y los conceptos de la na-rrativa-biogrfica desarrollados por Bolvar16.

    El trabajo de campo comprendi entrevistas a cuatro comunicadores y l-deres de organizaciones mediticas de gran importancia en la ciudad de Mon-terrey quienes durante la dcada de los ochenta marcaron el rumbo de losque hoy son an los principales medios electrnicos e impresos de la ciudad.Esta seleccin de informantes permiti la representatividad de dos mediosimpresos, los peridicos El Norte y El Porvenir, y dos electrnicos, Canal 2 deTelevisa Monterrey y Canal 12 de Multimedios Televisin. Tres de esos cuatromedios son de estricto carcter local, sin nexos ni vnculos en su surgimien-to y desarrollo con empresas mediticas nacionales. Slo Televisa Monterreyes propiedad del conglomerado nacional Televisa, aunque a pesar de ello sumanejo y su programacin ha contado a lo largo de su historia con un sellomuy local.

    Hctor Benavides (en los sucesivo HB), tiene una trayectoria de ms de45 aos como conductor en radio y televisin locales. Su imagen se ha con-vertido en uno de los smbolos de la comunicacin en Monterrey. Es vice-presidente de noticias y conductor de los telediarios del consorcio mediticoprivado Multimedios17. Su programa semanal Cambios, mesa redonda sobretemas de actualidad, le ha otorgado una posicin de prestigio y credibilidadante la audiencia regiomontana18.

    Jess Cant (en los sucesivo JC), fue director del peridico local El Por-venir desde 1980 hasta 1992. Este diario fue, hasta la dcada de los setenta,el peridico ms ledo por la lite regiomontana. Sin embargo, la lnea edi-torial de Cant durante los ochenta y principios de los noventa, rompi conlos esquemas tradicionales del peridico conservador fundado en 1910, loque provoc mltiples confrontaciones con los anunciantes y las lites pol-

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    15 Cfr. BERTAUX, Daniel, Biography and society: The life history approach in the social sciences.Sage, London, 1981.16 Cfr. BOLVAR, Antonio y FERNNDEZ, Jess, La investigacin biogrfico-narrativa en edu-cacin. Enfoque y metodologa, La Muralla, Madrid, 2001.17 Multimedios es un conglomerado regional que cuenta con la cadena de peridicos naciona-les Milenio, revistas de poltica y de espectculos, estaciones de radio y de televisin, serviciotriple play (cable, internet y telefona), restaurantes y centros de entretenimiento musical enel noreste y otras partes del pas.18 Cfr. FRANKENBERG, Lorena y RESNDEZ, Laura, Ideologa e identidad: la programa-cin televisiva local en Monterrey, Cambios y Gente Regia, Ponencia presentada en el En-cuentro de Cultura Contempornea de Nuevo Len, Frum Universal de las Culturas, Mon-terrey, 14 de noviembre 2007.

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  • ticas y empresariales de la ciudad. En la actualidad es editorialista en diver-sos medios sobre temas de poltica y ciudadana y dirige la Maestra en An-lisis Poltico y Medios en el Tecnolgico de Monterrey.

    Ramn Alberto Garza (en los sucesivo RAG), se desempe como perio-dista, editorialista y director editorial del peridico regiomontano El Nortedesde los aos setenta hasta 1999. Colabor de manera directa en el naci-miento del Grupo Reforma19 y durante su gestin directiva, El Norte se con-solid como uno de los diarios ms importantes y vanguardistas del pas. Des-de 2008 dirige la revista electrnica Reporte ndigo.

    Gilberto Marcos (en los sucesivo GM), fue director del Canal 2 de Mon-terrey de la empresa Televisa. Desde 1980 hasta el 2001, fue conductor denoticieros y del programa dominical Foro, una emisin de debate que rompicon los esquemas tradicionales regiomontanos y permiti la voz de mltiplesactores de la sociedad civil local en temas de actualidad. Hoy colabora en di-versos consejos ciudadanos, entre los que destaca uno creado para darle se-guimiento a los casos de denuncias que aparecen en los medios de comuni-cacin.

    Despus de dos charlas en persona y varias conversaciones telefnicas pa-ra establecer rapport, se realizaron entre tres y cuatro entrevistas biogrficasen profundidad semi-estructuradas con cada uno de los comunicadores, conun formato de preguntas abiertas, establecidas con anterioridad, aunque consuficiente margen para preguntas espontneas. Cada entrevista tuvo una du-racin de entre una hora veinte minutos y dos horas, y la mayora de estas sellevaron a cabo en las oficinas de los propios comunicadores en horarios y d-as no hbiles. En el caso de RAG, las sesiones se realizaron en diferentes res-taurantes a peticin del periodista.

    Las entrevistas se grabaron en audio, se transcribieron y se analizaron pa-ra la presente investigacin. Los cuatro informantes se interesaron desde unprincipio por el proyecto y estuvieron de acuerdo en involucrarse en una in-vestigacin, que consideraron seria y relevante para la sociedad.

    As entonces, el anlisis del presente estudio se sustrae de la informacinrecabada de un total de 14 sesiones de entrevistas biogrficas en profundidadcon todos los sujetos, con un total de 25 horas de transcripciones.

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    19 Compuesto por los peridicos El Norte (Monterrey), Reforma (de la Ciudad de Mxico), Mu-ral (Guadalajara) y Pblico (Saltillo, Coahuila).

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  • 3. Resultados

    3.1. La construccin de la noticia

    Segn Schudson20, los cientficos sociales hablan un lenguaje que los pe-riodistas malinterpretan. Hablan de construir la noticia y hacer noticia.Sin embargo, los periodistas argumentan que ellos no falsean la noticia sinoque reportan hechos, a veces sensacionalistas o a veces imprecisos, pero slohechos. Ante esta polmica, los acadmicos replican que la acusacin no espor falsear la noticia, sino por hacerla (producirla).

    El trmino gatekeeper o guardabarreras se desarroll para describir a loseditores que deciden qu noticias se incluirn en el peridico y cules no. Pa-ra White21, la noticia es lo altamente subjetivo, lo basado en las propias ex-periencias, actitudes y expectativas del gatekeeper.

    Sin embargo, esta manera de describir al editor como guardabarreras re-sult ser reduccionista y confusa. El trmino alude ms a una cuestin cuan-titativa porque el sujeto, por s solo, decide cules noticias se van y cules sequedan.

    De cualquier forma, esta perspectiva tiene su valor ilustrativo. Los propiosinformantes tienen conciencia de ello. Durante su gestin al frente del Ca-nal 2, Gilberto Marcos reconoce que muchos temas que podran haber sidode inters pblico, quedaban fuera de la produccin de mensajes. Y en otrosentido, algunos reportajes causaron revuelo entre la opinin pblica. La au-diencia no estaba acostumbrada a ser informada sobre algunos aconteci-mientos. Por ejemplo,

    respecto al tema de la Coyotera22, tratamos de buscar cosas que llamaranla atencin de la gente, que se sorprendieran, y la Coyotera fue un nichomuy importante porque nos metimos a un lugar [] sorprendiendo a lagente que andaba por ah en el vicio y en la prostitucin, de todo tipo, ypara nuestra sorpresa la gente de Monterrey se sorprendi, se asombr deuna manera ms all de lo esperado, porque pensaban que aqu todo eracasi color de rosa y no suponan que tan cerca de sus casas existiera unazona de este tipo (GM).

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    20 Cfr. SCHUDSON, Michael, The Sociology of News Production, Media, Culture and So-ciety, vol. 11, 1989, pp. 263-282.21 Citado por SCHUDSON, Michael, op. cit.22 Barrio de nivel socioeconmico bajo de la Ciudad de Monterrey.

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  • En otros casos existen condicionantes propios del entorno de la ciudad yque amenazan contra la seguridad de los productores. Estas situaciones cadavez ms frecuentes en esta poca, marcan la pauta para que los comunicado-res funjan como guardabarreras de los mensajes. En el caso de Hctor Bena-vides, el conductor manifiesta que

    hasta hace 10 aos yo tena una idea muy distinta de lo que sera este ejer-cicio. La ciudad era otra, el pas era otro, el mundo era otro. No vea yotan complejo y tan delicado el manejo de lo que es la informacin diariade un canal regional como ya lo es ahora. Yo no le tengo respeto ya a nin-guna de las cadenas. Se lo digo con toda franqueza. Ni a la misma televi-sin local. No. Porque no estn haciendo su trabajo. Yo mismo a veces mevoy decepcionado de lo que hago, porque tampoco me puedo sustraer, ten-go que seguir pasando nota roja, nota violenta. De repente, me voy de lalengua con algunos comentarios y para qu me meto en problemas. Ya nose puede jugar sobre todo cuando se est juzgando a estos locos, irrespon-sables, criminales que son los narcotraficantes. Ya nos han dado, a m mehan dado ya avisos, tres-cuatro s? me mandan decir o con llamadas, b-jele bjele, quin habla? Usted bjele. Ahora a veces se sufre muchoen un noticiero, el desgaste. No creo que est chocheando como se dice,yo no creo! porque debe ser un sentimiento de todos los que tomen enserio su trabajo. S, un sentimiento de frustracin, de impotencia (HB).

    Aunque se trata de otro enfoque aqu entra tambin en juego la teora delestablecimiento de la agenda23, que en cierta forma se relaciona con la ideadel gatekeeper. Si bien no es el motivo de este estudio, la comparacin es per-tinente. Los informantes tienen conciencia de este ejercicio pero la subjeti-vidad de los comunicadores tiende a volverlo inevitable. El peridico El Nor-te hizo intentos por ciudadanizar las decisiones sobre la agenda a travs deconsejos formados por lectores del peridico

    para esos sentimientos de ciertos grupos surgieron los consejos editoriales,el de ciudadanizar la toma de decisiones y el peridico. Que la gente vie-ra que poda llegar a los consejos del peridico y decir: Sabes qu? Yopienso que Ramn Alberto, que Alejandro estn sesgados, o que la traencontra fulano o que la trae a favor de perengano y que si quiere ponercomo si fuera diosito a fulana y como el diablo a perengano, no? Tiene

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    23 Cfr. MCCOMBS, Maxwell, Influencia de las noticias sobre nuestras imgenes del mundo,en BRYANT, Jennings y ZILLMAN, Dolf, Los efectos de los medios de comunicacin. Investiga-ciones y teoras, Paids, Barcelona, 1996, pp. 13-34.

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  • distorsin, cuidado. Porque aun con la mejor intencin e incluso aunqueel director o el dueo no tengan una mala intencin, si te equivocas en tupercepcin, aunque sea de buena fe, puedes inducir en otra forma. Porquesi bien es cierto que no puedes decirle a la gente cmo piense, eso es im-posible, s puedes hacerla que tenga una agenda sobre qu piense (RAG).

    Sin embargo, no slo se trata de la eleccin de los temas que se incluyeny los que se desechan. Tambin resulta importante observar los diferentes tra-tamientos a una misma noticia en la que el sesgo cambia la percepcin de loque se informa. Jess Cant afirma:

    Creo que hay que ser imparciales y profesionales. Pero el ser o el decir quese es objetivos [] no puede existir la objetividad en ningn tipo de la-bor humana, porque siempre hay un cristal con que se mira, siempre hayuna ptica desde una posicin donde se estn haciendo las cosas, desdequ lugar le das en la pgina a una informacin, hasta qu es lo que des-tacas en la entrada, hasta cmo lo cabeceas. Lleva una carga emocional,ideolgica, profesional que hay que tomar en cuenta. Lo que t tienes quebuscar es que la informacin cubra, que sea lo ms plural, que incorporetodos los elementos que pueden estar involucrados en la informacin, quetrate de darles una misma ponderacin (JCE).

    Los mensajes mediticos son producto de una construccin de significa-dos sociales. Pero ante esta lgica de orden social, sera ingenuo pasar por al-to la dinmica estructural de los medios de comunicacin y los consorciosprivados. Gerbner24 sostiene que lo medios de comunicacin actuales son elbrazo cultural del cual proceden. El mundo social proporciona normas que losactores invocan como los propios recursos que utilizan para sus proyectos. Enun circuito y en dos procesos simultneos, la sociedad da forma a la con-ciencia y los fenmenos sociales se construyen de manera colectiva a travsde esta aprehensin compartida.

    Ante este planteamiento se puede argumentar que en toda sociedad laconstruccin de la noticia viene dada por su estructura social. Tuchman ar-guye que en una interpretacin tradicional esta estructura produce normas yactitudes que definen aspectos de la vida social que son de inters o de im-portancia para los ciudadanos. Para la autora,

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    24 Cfr. GERBNER, George, Mass Media and Human Communication Theory, enMCQUAIL, Denis (ed.), Sociology of Mass Communications, Penguin, London, 1972, pp. 35-38.

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  • se supone que la noticia se interesa por esos tems reconocibles. Socializa-dos en estas actitudes sociales y en las normas profesionales, los informa-dores cubren, seleccionan y diseminan relatos acerca de tems identifica-dos como interesantes o importantes. Mediante el cumplimiento de estafuncin por los informadores, la noticia refleja la sociedad: la noticia pre-senta a la sociedad un espejo de sus asuntos e intereses. Para cambiar ladefinicin de la noticia de una sociedad, se infiere lgicamente, tienenque cambiar primero la estructura de la sociedad y sus instituciones25.

    Sin embargo, en una interpretacin ms activa, se pone el acento en lasactividades de los informadores ms que en las normas sociales. Los respon-sables de los peridicos deciden qu notas han de ir en la pgina uno. De es-ta forma no es la noticia la que refleja a la sociedad sino que ayuda a cons-truirla como fenmeno social compartido.

    As entonces, se habla de un circuito en donde emisor y receptor se re-troalimentan y juegan un papel importante en la construccin de la noticia,pero sin perder de vista que el mensaje dominante se encuentra implcito enesta dinmica.

    3.2. Rutinas de trabajo

    Otro aspecto relevante a considerar son las rutinas diarias que emplean lasorganizaciones para obtener datos que se vuelvan noticiables. Tuchman su-giere que

    el incremento de la competicin por los ingresos por publicidad alcanza-dos por la circulacin condujo a los medios a desarrollar fuentes de infor-macin centralizadas, al modo de cordones umbilicales que conectan laredaccin con sus fuentes de subsistencia26.

    Uno de los grandes condicionantes para la objetividad, imparcialidad ypluralidad de la produccin meditica es en concreto esta agenda de trabajode las empresas de medios. Los periodistas acuden de manera rutinaria a fuen-tes fijas que les proporcionan informacin que en su mayora resulta oficial opropagandstica. Lozano27 argumenta que aun en el caso del entretenimien-

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    25 TUCHMAN, Gaye, La produccin de, op. cit., p. 197.26 TUCHMAN, Gaye, La produccin de, op. cit., p. 32.27 Cfr. LOZANO, Jos, Teora e investigacin, op. cit.

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  • to, la produccin de telenovelas, series de accin, pelculas y canciones co-merciales, ms que reflejar la creatividad de autores y directores, muestra unareiteracin exasperada de tramas, temas y frmulas.

    Por su parte Tuchman28 demuestra en su estudio que la mayora de los me-dios informativos establecen redes de informacin que les permiten dar se-guimiento rutinario a altos funcionarios pblicos y corporativos, al tomar desus agendas las noticias y al dejar a un lado otras notas y acontecimientos quepodran ser relevantes. Gilberto Marcos revela cmo los gobernadores del es-tado de Nuevo Len les provean peridicamente de contenido para sus pro-gramas,

    [] yo era conductor de un programa que interesaba a la opinin pbli-ca. Entonces (los gobernadores), te invitaban a platicar y a contarte pla-nes de su gobierno, acciones y as era. Y Jorge Trevio no era la excepcin,igual que lo fue Martnez Domnguez (GM).

    En el caso de El Norte, los consejos ciudadanos actuaban como fuente deinformacin peridica. La diferencia es que los reporteros no salan a buscara su informante fijo de manera rutinaria, sino que los informantes acudan alperidico en calidad de consejeros. Sin embargo, el efecto era el mismo pueslos participantes eran, en la mayora de los casos, los lderes de los organis-mos oficiales.

    Les dije: vamos a conformar un grupo heterogneo, que tenga el polticodel PAN, el poltico del PRI, el poltico de PRD, que tenga el lder ciu-dadano o el lder de la ONG, que tenga un lder educativo, un lder as,etctera, etctera. Una vez que ellos aportaban sus cosas, lo que ocurraera que se debata qu era lo que tena prioridad. Porque lo que podatener prioridad para un grupo, para el otro no. Vamos a darles prioridad.El peridico tiene elementos finitos para reportear, yo les pido que uste-des me digan, a qu le damos prioridad? Y estamos todos de acuerdo. Yocreo que funcion, s! Funcionaron de manera muy bien, eh? Muy bien!(RAG).

    Y as se abastecan de materia prima para llenar los espacios. Estas rutinasde trabajo para producir los mensajes son conformadas por cada medio segnsu conveniencia.

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    28 Cfr. TUCHMAN, Gaye, La produccin de, op. cit.

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  • En el caso regiomontano ha habido un marcado inters por seguir de ma-nera rutinaria a la versin oficial. Los gobernantes y sus oficinas de prensasuelen ser ideales para tal efecto.

    3.3. Autonoma

    El ethos de la organizacin entendido como aquel conjunto de valores eideas que apoyan y sostienen un estilo propio de produccin, es central en elproceso de socializacin ocupacional. El pensamiento y prcticas colectivasproveen un grado de solidaridad por el cual las amenazas externas (propieta-rios, gobierno, pblico) pueden ser negociadas o resistidas29.

    En este sentido destaca la autonoma de prctica de los profesionales quecomparten este ethos sobre los factores de presin para los departamentos deproduccin. Sin embargo, este juego de presin versus autonoma, est supe-ditado a una serie de creencias, actitudes y valores del propio comunicadorque puede alinearse con la ideologa del medio o rechazarla. Los casos aquestudiados son muy ilustrativos.

    En el caso de Televisa Monterrey, el anlisis resulta muy enriquecedor.Por un lado, estn las presiones organizacionales y polticas a nivel local y na-cional, y por el otro, la propia autonoma del comunicador para producir losmensajes que le parecen pertinentes. Gilberto Marcos narra un aconteci-miento previo a una contienda electoral:

    En una ocasin un borrachn en una bicicleta se cae con el nfora llenade boletas cruzadas a favor del PRI, y me suelta toda la sopa, toda! Y esque yo, que el PRI, que yo tengo que llegar, que me dijeron que las cruza-ra, todo eso. Le reportan a Don Mario30, alguien all adentro (espas leinforman y me dice: Oiga, a ver, a ver. Venga para ac Cmo? Si estgenial! Ve la nota en su oficina: Mire nada ms lo que est diciendo es-te hombre. Est declarando l propio sin presin, el propio funcionario decasilla, presidente de casilla, que andaba bien borracho. No pasa Pe-ro por qu no va a pasar? No pasa! Lo van a matar Por eso, pero esoes asunto mo, o sea yo asumo que, estando en este medio ejerciendo la li-bertad, pues corro riesgos, no pasa nada usted no se preocupe, No, no,no. De ninguna manera, Ah no, si le preocupa que le hagan algo a us-

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    29 Cfr. SULLIVAN, Tim, DUTTON, Brian y PHILIP, Rayner, Studying the Media, Arnold Pu-blishers, New York, NY, 2003, p. 148.30 Director del canal 2 de Monterrey de Televisa.

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  • ted o que le quiten su medio, esa es otra cosa, dgamelo con toda sinceri-dad, yo no tengo por qu estar aqu, para venir a contar mentiras. [Al dasiguiente] me mand llamar Don Mario, parece que le hizo efecto la al-mohada y me dice que va a pasar, que si t le entras, l le entra. Pero queno le digas a nadie, porque aqu hay gente que puede pasar corriente [lavoz] a palacio (GM).

    El testimonio de Marcos ejemplifica los mrgenes de autonoma que se lo-gra tener en las relaciones con los dueos y con directivos superiores.

    [] a m me llegaron a hacer una especie de juicio, la Santa Inquisicinde Televisa present una carpeta inmensa de todos los comentarios que ha-ca yo o mi gente criticando a los gobiernos o a las decisiones de los go-biernos, etctera, pero [] finalmente yo siempre encontr la manera dehacerme el muertito, verdad?, para seguir y otra vez volva a hacerla yotra vez me haca el tonto, la verdad es que, tengo que aceptarlo, me hi-ce el penitente [el tonto] muchas veces, como que no haba entendido,como que se me fue y como que no me di cuenta, y as me la pas para po-der subsistir y seguir haciendo cosas (GM).

    Sin embargo, vale la pena cuestionarse de qu manera estn marcados loslmites de la libertad de accin. Segn Sullivan, Dutton y Philip31, la posibi-lidad de los profesionales de medios de ganar autonoma est sujeta a dos res-tricciones clave. Primero la rentabilidad ya que pocos dueos de medios secontienen de intervenir si no hay un flujo sano de utilidades. El caso de Je-ss Cant y El Porvenir muestra esta restriccin con claridad:

    Yo era director del peridico, era accionista pero no era el dueo ni tenala mayora de acciones. Se acercaron con mis hermanos [el gobierno alque criticaba], les hicieron ver que, en gran parte, las dificultades econ-micas del peridico eran gracias a que yo crea en la libertad de expresiny en el ejercicio del periodismo libre, y que haba posibilidades de queellos los ayudaran pero pues que yo no poda seguir en la direccin del pe-ridico y bueno pues ese fue el resultado. Jurdicamente, legalmente puesestaban en su total derecho en cambiarme (JCE).

    Y de manera importante tambin la regulacin. La independencia de losprofesionales puede estar copada por la autorregulacin. Estos son cdigos oreglas internas preestablecidas para asegurar parmetros de produccin.

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    31 Cfr. SULLIVAN, Tim, DUTTON, Brian y PHILIP, Rayner, op. cit.

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  • Yo creo que El Porvenir era un peridico sumamente tico []. Por ejem-plo, nunca se publicaba un suicidio, porque mi padre crea que un suicidioinduce a ms suicidios, adems porque ya bastante pena tiene la familiacon la muerte de la persona y obviamente con las circunstancias que laenvuelven, como para darle t ms pena difundiendo esa informacin.Otra regla era no publicar fotografas donde hubiera sangre, estas imge-nes que hoy son tan comunes en los medios de comunicacin. Nunca sepublicaban nombres de menores de edad que estuvieran involucrados [](JCE).

    Segn Murdock32, dentro de las organizaciones mediticas pueden existirdos niveles de control a los que se enfrenta la autonoma de los comunica-dores. El de los accionistas o consejeros y el operacional. El primero consisteen el poder de aquellos que definen el espectro y metas globales de la corpo-racin, y deciden la manera en la que utilizan sus recursos productivos.

    Yo estaba empezando como titular del noticiero, eso pudo haber sido unamanchita, entre comillas, para decir: No, el seor no tiene criterio, poscmo se le ocurre meter aqu a todos los alborotadores del PAN que esta-ba con y luego ofendiendo al gobernador en turno. Ese cuate no tienecriterio, madurez para afuera, traigan a otro que se siente ah a las noti-cias. O sea yo me jugu un poquito mi puesto, arriesgndome con el PANy con l. Digo, no era la gran proeza, repito, porque yo lo hice con temor,a sabiendas de que estaba yo pisando filo. Estamos hablando del 76, o sea,el gobierno era canijo, la autocensura estaba a todo lo que da, y luego enuna empresa en donde el dueo era un recalcitrante prista (HB).

    El control operacional (u operativo) se refiere a un nivel inferior y estconfinado a decisiones sobre el uso de recursos asignados con anterioridad yde la implementacin de polticas establecidas. Esto no significa que estos ac-tores no tengan un poder de decisin. Al contrario, tienen un buen margende autonoma en el control sobre la produccin inmediata.

    Existe una discusin en torno a estos dos niveles. Por un lado, unos opi-nan que no importa quin controla las corporaciones ya que la maximizacinde utilidades es el imperativo estructural bsico en el cual la economa capi-talista se mueve.

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    32 MURDOCK, Graham, Large corporations and the control of the communications indus-tries, en GUREVITCH, Michael, BENNET, Tony y otros (eds.), Culture, Society and the Me-dia, Methuen & Co., New York, NY, 1982, p. 122.

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  • Bajo esta perspectiva, los propietarios no intervienen de forma directa si-no que sus intereses ideolgicos estn garantizados por los acuerdos implci-tos en el sistema de produccin. Por el otro, se encuentra la autonoma de losdirectivos en los procesos productivos. Esta tensin se puede observar en elsiguiente relato,

    para resumirlo un poco, lo que impulsamos era esta pluralidad, que en ElPorvenir tuvieran cabida todas estas corrientes ideolgicas, que hubiera in-vestigacin para darle visibilidad pblica a todos los atropellos, arbitrarie-dades, injusticias que padecan particularmente las clases ms dbiles enla sociedad regiomontana. Desebamos que existiera una informacincompleta para que el regiomontano pudiera formar su opinin y hacer jui-cios viendo todas las caras de la moneda, no nicamente una sola cara queha sido lo tradicional en Monterrey. Esto lastim muchos intereses de ungrupo de regiomontanos que queran seguir viviendo en una burbuja decristal; pensando que Monterrey era algo totalmente ajeno, una gran unaciudad donde no existan este tipo de injusticias y de arbitrariedades. Vi-nieron reacciones de todo tipo que a final de cuentas condujeron a mi sa-lida de la direccin del peridico (JCE).

    Pero adems de las situaciones externas que generan la discusin sobre laautonoma y las restricciones del comunicador, se encuentran las de ordenindividual.

    3.4. Condicionantes individuales

    Dentro de la sociologa de las profesiones se estudia como eje central elconjunto de factores individuales que inciden o afectan los productos o men-sajes mediticos.

    En primera instancia, cabe aqu reconocer que los informantes son todosde sexo masculino. Esta coincidencia nos sugiere una visin an muy tradi-cional de la estructura organizacional de las empresas en Monterrey. Si bieneste no es el objeto principal del presente estudio, el hecho se suma a una se-rie de caractersticas propias de la sociedad regiomontana.

    Una variable an ms discutida es la de la clase social. Segn Lozano33,existe en los comunicadores una decisiva influencia de su extraccin de cla-se en sus visiones del mundo y de la vida. Aunque no hay mucha investiga-

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    33 Cfr. LOZANO, Jos, Teora e investigacin, op. cit., p. 42.

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  • cin al respecto, este estudio parece indicar que la posicin social de estoscuatro directivos de medios informativos en la dcada de los ochenta enMonterrey marc los tratamientos que cada uno de ellos imprimi a las no-ticias. Gilberto Marcos comenta su propia experiencia:

    Hay resentidos sociales tambin en los medios, y lo ves de repente ah ca-ray, ese comentario! De resentimiento, de clases y de todo. Yo he odocompaeros que encabezan programas o noticieros, y dices Ay, Dios!, aver djame ver, ah, es que el pap fue esto y trae una carga de resenti-miento, que no deja de traducirlo. Yo vengo de una vida mucho ms c-moda que los dems, con un padre de una visin distinta, que por empre-sario, juzgaba muchas cosas pero desde esa ptica. Y estando ah (en elmedio) yo me dije: No puedo ser tan radical, que era lo que siempre ledeca a Ramn que era ultraderecha, verdad? (GM).

    Al recordar el cierre de la empresa Fundidora y la cobertura de los dife-rentes medios de comunicacin locales, Marcos considera que la clase sociales un factor que se transparenta en la subjetividad de la noticia,

    realmente era un abuso lo que se estaba haciendo con la empresa y no ba-mos a estar del lado ni del gobierno ni de ellos, y en el caso de mi amigo, elarquitecto Benavides s estuvo del lado de ellos y esto tiene que ver con loque alguna vez comentamos, los orgenes de cada quin, o sea, l de padretrabajador sindicalista y yo de padre trabajador empresario, eran visionesdistintas y l se fue del lado de los trabajadores tuvieran o no razn (GM).

    El arquitecto apoya la percepcin de Gilberto al ubicarse a s mismo en laescala social y en la repercusin de ese hecho en su labor como profesionalde la comunicacin:

    Yo crec, si usted quiere, con un cierto sentido de conciencia de clase, co-mo un afecto hacia el nivel de la gente modesta, media, sencilla del ba-rrio, de la tiendita de la esquina, de la carnicera de la vuelta, de la far-macia de Doa Anita, etctera. Eso yo creo que influy mucho para m,en el trabajo que yo hago, porque siempre tuve pues, una cierta tendenciaa ocuparme de los asuntos de este nivel socioeconmico, del ms despro-tegido. Y de alguna manera yo lo veo ahora en retrospectiva (HB).

    De igual manera, la edad es un factor que puede influir en la forma de verla vida y el mundo. Para el arquitecto Benavides, una trayectoria de ms de45 aos en los medios de comunicacin le ha enseado la fuerza del podermeditico. Quiz en una reflexin que l mismo reconoce un poco tarde:

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  • Para m no deja de ser, de alguna manera vaya, una reflexin que me lle-ga muy tarde de algo ms brioso. Que no me haba dado cuenta de la fuer-za que tiene el medio. Ya no digamos mi persona no, el medio para po-der hacer reaccionar de esa manera a la gente no?, con ese odio o conese cario, con ese amor, con el que a veces responde la gente a algo quese dijo. A m nunca me pas por aqu, o a lo mejor como dice alguien porah, cuando uno ya pasa de los sesenta aos, y yo ya llevo seis aos ms demis sesenta, empieza uno a ver las cosas con otros ojos o con otra disposi-cin de nimo. Se acaba la pasin, dice Albert Camus y viene la compa-sin. Entonces los ojos con los que un viejo ve al mundo son de compa-sin (HB).

    Incorporar la variable de educacin al estudio de los condicionamientosindividuales, como seala Lozano34, permite determinar el grado en el que elcontenido final de los mensajes comunicacionales se ve afectado por la pre-paracin profesional del comunicador. Los mismos acontecimientos noticio-sos sern cubiertos de diferentes maneras entre periodistas que se han forma-do en la prctica y los profesionistas con ttulos universitarios. Los infor-mantes coinciden en apuntar que uno de los grandes condicionantes para elbuen periodismo de investigacin, aquel que pueda ser crtico, diverso y plu-ral requiere de mejor formacin del personal que ejerce estas profesiones. Enel caso de Monterrey, ellos afirman que tanto en medios electrnicos comoen medios impresos, los sueldos para los reporteros son bajos y un gran n-mero de estos no tiene la preparacin adecuada. Esto repercute en los pro-ductos finales, aun si se tiene la intencin de informar y entretener de ma-nera seria, responsable y en aras de participar en una verdadera conformacinciudadana.

    Ni siquiera para el seguimiento noticioso te das tiempo, y traen un repor-tero, yo los traa igual, cubriendo cinco notas diarias. As es imposible pa-rarse a profundizar en algo, por eso se crearon incluso reas de reportajesespeciales, cuando ameritaba un tema que se profundizara ms para queese reportero atendiera durante varios das nada ms ese tema, pero luegocaes en la cuenta de que los mismos reporteros que tienes no conocen dela materia, no son gente preparada, y no puede haber gente muy prepara-da, porque no se paga bien, no hay quien aguante, ese presupuesto, ese sa-lario, ms que los que no pueden conseguir otra chamba, o sea no puedeser gente muy preparada desafortunadamente; o s podra ser pero sera

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  • gente que sacrificara otras cuestiones con ese sueldo y tuviera una voca-cin inmensa verdad? (GM).

    En su opinin personal Marcos considera que puede ser bueno dar opi-nin, tener convicciones y principios, y traducirlos a las notas con el fin deformar criterio

    Adems, un medio debe tener un liderazgo de opinin, ah, que no te gus-ta! Bueno compra otro, ve otro, pero a esa gente que ms o menos est tle ests formando una opinin y para eso necesitas desarrollar criterio, yel criterio no se puede desarrollar sin conocimiento, sin tener una claralectura de la vida de lo que est ocurriendo y no todos pueden tenerla, des-afortunadamente porque pues alguien puede vivir en la calle todo el tiem-po, y no tiene ninguna lectura correcta de la vida, son muchos factores(GM).

    El arquitecto Benavides es enftico en su consideracin sobre este tema,

    [] creemos que el periodismo es salir a juzgar, a emitir juicios a veces sinton ni son, nada ms juicios miserables []. Todos nos sentimos con ca-pacidad para decir, es que el neoliberalismo, no es que las tasas de in-tereses, es que la cada de la bolsa de valores, es que la globalizacin,pues un momentito, a ver, primero, qu calificaciones tienes t para ha-blarme con tal seguridad de un asunto del que requieres al menos tenerelementos? Simplemente la academia, hasta dnde llegaste? Porque nome negar que muchos de los que estamos en esto a veces no deberamoshacerlo porque nos falta el tener una licenciatura. No nos da ningn de-recho para opinar a tontas y a locas, no? Mucho menos a alguien que nisiquiera pudo haber terminado una licenciatura, que se han armado en laprctica, y que creen que eso los califica. Yo estoy graduado en la uni-versidad de la vida. No, no te engaes, ya el mundo est tan fragmenta-do que t requieres tener bases (HB).

    Ante tales aseveraciones queda al descubierto la falta de preparacin deun gran nmero de personas que trabajan en los medios regiomontanos y quehan sido partcipes de las opiniones que se vierten en los mensajes.

    Si hasta ahora se han considerado los aspectos de clase social y educacin,la ideologa poltica y los valores profesionales del personal de medios sontambin aspectos importantes a considerar en la produccin de los mensajes.Si bien los valores profesionales y ticos del periodista tienden a favorecerposturas neutrales, es posible encontrar la propia conviccin y posicin en laproduccin de mensajes.

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  • En teora, existe una paradoja en el planteamiento de objetividad versussubjetividad. Algunos autores opinan que la misma posicin o valor deneutralidad refuerza la tendencia poltica dominante. En el caso de los infor-mantes, tanto Ramn Alberto Garza como Gilberto Marcos se asumen comoobjetivos e imparciales, aunque algunos de sus comentarios revelan una altatendencia a verter sus ideologas en los mensajes que comunicaban o en lamanera de conducir la lnea editorial de la empresa. Por un lado, GilbertoMarcos asegura:

    Nada ms estabas viendo a ver por dnde, cundo llegaba el golpe con lascosas que te atrevas a hacer y ah fuimos dando paso a paso y te atrevas.Luego tenas que darte de reversa y simular como que eras de una ideolo-ga o de un pensamiento, cuando en realidad eras libre pensador. Pero te-nas que disimularle si no para afuera! Entonces lo que decamos era quesi te vas, llega otro que de seguro va a estar alineado, ese iba a estar con-vencido, entonces te puedes hacer el muertito (GM).

    Y por el otro lado,

    obviamente cuando yo empiezo en televisin vena de los peridicos, ve-na de El Norte y mi aspiracin, despus de estudiar en el Tec, con todo loque te cont, con mi padre industrial, con una mentalidad tambin opo-sitora as a lo que fuera, entonces pues finalmente es que eso eres, o sea,por eso te hablaba de la objetividad, pues cul? Eso depende de sexo, et-nia y una serie de factores, tu background va incluido en lo que t vas a ha-cer y decir (GM).

    Y agrega:

    Somos reineros y luego regiomontanos y finalmente regios y como quieraentendemos que es el habitante de esta tierra que se caracteriza por seruna persona conservadora, muy apegada a las costumbres, con una ideamuy clara de lo que es trabajar para rendir productivamente y ahorrar pa-ra, es decir, ser previsores para lo que venga en el futuro; actualmente, conla diversidad que hay y la heterogeneidad que se presenta en nuestra co-munidad pues ya esa parte ya no se da de una manera tan contundente, noquiere decir que no hayamos personas con esas caractersticas, pero ha ha-bido como un contagio que ha hecho que se pierda el concepto original.(GM)

    Lozano argumenta que aunque el valor de la objetividad encubre en ciertamedida la ideologa poltica de los periodistas, stos tendern a destacar, pro-

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  • mover u omitir aquellos planteamientos o sucesos que coincidan o se contra-pongan al prisma ideolgico o poltico con que observan la realidad. Al finalde cuentas, los periodistas tambin son producto de la sociedad donde viven yestn expuestos a ser influidos por sus diferentes agentes de socializacin35.

    De acuerdo con Van Dijk36, el sesgo ideolgico de los periodistas se ob-serva mejor al identificar los temas que suelen ignorar por no ir de acuerdocon sus visiones del mundo como la pobreza en los pases ricos y sus causas oel racismo.

    As, el valor de la objetividad, tan arraigado en el ideario del periodista,no se cumple desde el momento en que los reporteros cubren ciertos eventose ignoran otros y se seleccionan slo ciertas noticias para ser cubiertas.

    Muy en lnea con el valor de la objetividad estn los valores profesiona-les intrnsecos.

    Recuerdo una conferencia donde coincidimos con Ramn Alberto Garzaque abiertamente deca: Bueno, cuntos lectores ms te dio toda esa se-rie de artculos que publicaste de Garca Mrquez?. Le dije: No s. ni meinteresa cuntos lectores ms me dio. Yo no contrato una serie de publi-caciones de Garca Mrquez para ganar ms lectores, los contrato porquecreo que debo a los lectores, ya que tengo un periodismo de calidad, re-flexiones de esa profundidad y porque creo que es parte de la funcin deun periodismo: el poder llegar primero a ser foro de expresin, pero se-gundo, tambin a ser foro de reflexin (JCE).

    Para algunos el valor radica en alentar la reflexin y para otros en acercarla informacin a un mayor nmero de gente,

    mi chamba [trabajo] es dar libertad de expresin y, bueno, si t tienes al-go que decirle a ese hombre pues respndeselo de una forma enorme, s?.Entonces siempre estaba en: Qu hago para que a ms gente le guste es-to?Cmo hacemos para que le quede algo a la gente, [que diga] despusde que le esto soy mejor que antes? (RAG).

    Por su parte el arquitecto Benavides reconoce que en el transcurso de unatrayectoria larga como comunicador, los propios criterios individuales pue-den ir cambiando y adaptndose a las nuevas realidades,

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    35 LOZANO, Jos, Teora e investigacin, op. cit., p. 44.36 Cfr. VAN DIJK, Teun, The Mass Media Today. Discourses of domination or diversity?, Jav-nost/The Public, vol. 2, n 2, 1995, p. 45.

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  • antes yo me tomaba muchas libertades en mi trabajo. Ahora no s, comoque estoy madurando, a mis sesenta y tantos aos y me vuelvo ms reca-tado, ms mesurado en algunos juicios. A veces me parece que nos hemosexcedido en eso los que nos dedicamos a esto. No informamos, juzgamos.No hacemos noticieros, hacemos tribunales mediticos de acuerdo? Al-gunos porque les ordenan que lo hagan as o porque es un negocio hacer-lo as y no pasan informacin, pasan simplemente propaganda. O hacencampaas para destruir instituciones o partidos polticos o figuras polti-cas o celebridades y viven de eso. Viven del escndalo. Viven de la ex-plotacin. Pero otros que estamos ms sanitos, de repente, hacemos elmismo dao porque creemos que eso es el periodismo, salir a juzgar, a emi-tir juicios a veces sin ton ni son, nada ms juicios miserables. Nos moles-t algo y lo decimos, pero se nos olvida que atrs de la pantalla o detrsdel aparato de radio hay especialistas, gente que debe de rerse de nos-otros, como cuando yo me ro cuando se habla de mi especialidad. Me ex-plico? (HB).

    A estos argumentos se puede agregar la creencia religiosa de los produc-tores de mensajes. En una ciudad como Monterrey, conservadora y con unatradicin arraigada en el catolicismo, no sorprende que los comunicadorestiendan a favorecer posturas que legitiman la religin que ellos mismos pro-fesan.

    Estos valores religiosos pueden constituirse como influencias sobre el con-tenido de los medios. En temas como el aborto, el Papa, la proliferacin deiglesias, la relacin Iglesia-Estado, la moral y la planificacin familiar37.

    Digo, a m me toc besar la mano del Cardenal o del Arzobispo al aire enmis entrevistas, o el anillo pues y del Papa, y transmitirlo y pedir la ben-dicin despus de cada entrevista de ese tipo, ahorita ya no me atrevera(GM).

    De esta forma, los distintos niveles de influencias en el contenido de losmensajes, desde las caractersticas individuales de los comunicadores hastalos condicionantes econmicos y polticos de sus organizaciones mediticasadems de las rutinas de trabajo, los valores profesionales y los aspectos or-ganizacionales, quedan patentes en los testimonios de los cuatro informan-tes.

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    37 Cfr. LOZANO, Jos, Teora e investigacin, op. cit., p. 45.

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  • 4. Conclusiones

    Mediante entrevistas en profundidad con cuatro comunicadores lderesen los medios impresos y electrnicos locales de la ciudad de Monterrey, M-xico, el presente estudio explor los condicionantes individuales, organiza-cionales e institucionales que influyen en las prcticas y los contenidos pe-riodsticos.

    Los testimonios de los periodistas permiten reconstruir de una maneramuy clara la relevancia de los diferentes factores que los estudios basados enla sociologa de la produccin de noticias (newsmaking) han identificado enlos niveles micro, meso y macro involucrados en las organizaciones informa-tivas. Gracias a los importantes puestos que han ocupado desde la dcada delos ochenta, las entrevistas permitieron conocer facetas que por lo generalhan quedado vedadas o inconclusas en los pocos estudios empricos con pe-riodistas (reporteros en su mayora) que se han efectuado en Mxico y enAmrica Latina.

    Con respecto a los condicionantes individuales (sexo, edad, clase social,religin, ideologa poltica), los testimonios de los cuatro comunicadoresofrecen evidencias claras de su relevancia en la construccin de la noticia yen los enfoques particulares que se le imprimen. No es casualidad que los cua-tro informantes que lideraron los principales medios de comunicacin en ladcada de los ochenta en Monterrey sean de sexo masculino. Ese era y si-gue siendo en gran medida un rasgo distintivo en la cultura empresarial dela ciudad y los medios informativos parecieron reproducirlo de manera natu-ral. Tambin se pudo detectar el impacto de la extraccin de clase del co-municador en sus actitudes y posiciones ideolgicas hacia los sucesos. Mien-tras que el ex director de Televisa Monterrey, por pertenecer a una familia declase media alta, mantena una postura ms distante hacia los sindicatos y losconflictos laborales, el an director de noticias en el Canal 12 de Multime-dios, por la extraccin sindicalista de su padre, adoptaba con frecuencia unapostura favorable a los trabajadores y una defensa y promocin de los pro-blemas y necesidades de las clases populares que contina hasta la fecha ensu noticiero vespertino.

    La posicin ideolgica de los cuatro comunicadores, aunque afn o engran medida compatible con la de los propietarios de los medios y con la li-te empresarial de Monterrey, muestra, sin embargo, ciertas contradicciones yuna relativa autonoma ejercida a conciencia y no sin dificultades en sus res-pectivos medios. En sus testimonios, los informantes refieren instancias es-pecficas en las que sus decisiones y sus intereses profesionales chocaron conlos de las fuerzas econmicas que financiaban sus medios. Explican, asimis-

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  • mo, las tcticas empleadas por ellos para sortear y eludir las presiones de esospoderosos grupos econmicos, aunque aceptan tambin que la mayora de lasveces dichas fuentes oficiales y gubernamentales eran las que prevalecan enltima instancia por su capacidad de influir mediante solicitudes directas (ca-so de los gobernadores del estado) o indirectas (a travs de los consejos ciu-dadanos que en realidad eran conformados por lderes de la comunidad). Lateorizacin sobre la autonoma de los profesionales de los medios como unvalor profesional que permite generar espacios de decisin que resisten lapresin de las lites pero que en lo general terminan por plegarse a ellas, as,se confirma de manera clara en los hallazgos de este trabajo. El caso de JessCant, quien pierde la direccin de su peridico por presiones de los gruposen el poder poltico y econmico a los que se haba enfrentado, aclara conelocuencia los lmites de esa relativa autonoma profesional.

    Uno de los factores ms influyentes en el contenido de los mensajes pe-riodsticos, de acuerdo con el enfoque de la sociologa de la produccin denoticias, es el relativo a las rutinas de trabajo. Los procedimientos estableci-dos para el acopio de la materia prima con la que se confeccionarn las no-ticias son determinantes para la profundidad y la calidad de la informacintransmitida. En las entrevistas, los ex directores de medios informativos im-presos y televisivos describen cmo los bajos salarios y las altas cuotas de no-ticias por reportero que se tenan establecidas en sus medios eran inadecua-das para realizar una labor eficiente. Dentro de las limitaciones de las rutinasde trabajo, sin embargo, se daban intentos por hacer un periodismo que in-cluyera los puntos de vista de grupos no hegemnicos, como en el caso delnoticiero del arquitecto Benavides, o de incorporar en los procesos de tomade decisin sobre coberturas y ngulos a la sociedad civil, como en el caso delos consejos ciudadanos del peridico El Norte, aunque con frecuencia apa-recieran en estos prominentes miembros de la lite que ya influan de ante-mano en dichas decisiones mediante el financiamiento publicitario. En eltrasfondo de todo el trabajo, se puede advertir la omnipresencia de la cultu-ra ideolgica de Monterrey, moldeada en gran medida por la lite empresa-rial38, y su influencia en ltima instancia sobre los complejos pero limitadosprocesos de negociacin, autonoma y reproduccin, as como los valoresprofesionales de los comunicadores en posiciones de poder.

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    38 Cfr. FRANKENBERG, Lorena, Monterrey y sus organizaciones mediticas. Un retorno alestudio de la ideologa a travs de cuatro comunicadores, Revista Latina de Comunicacin So-cial, n 63, 2008, pp. 294-302.

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  • Dentro de un pas como Mxico, donde escasean los trabajos empricoscon comunicadores para determinar las influencias y condicionantes que sepresentan en la produccin de las noticias, los testimonios de los cuatro in-formantes discutidos en este trabajo ofrecen informacin muy valiosa desdela perspectiva de quienes ocuparon los puestos profesionales ms altos en susorganizaciones mediticas. Futuros estudios debern complementar estas vi-siones con las de los profesionales en otros puestos (reporteros, editores, fo-tgrafos, camargrafos, diseadores, publicistas, etc.), as como directivos demedios en otras ciudades del pas, para avanzar en una comprensin integralde los factores que moldean y afectan las condiciones en que se dan tanto larecopilacin como el procesamiento de la materia prima que constituye loque las audiencias reciben como noticias.

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    LORENA FRANKENBERG Y JOS CARLOS LOZANOV

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