Segundo escrito Psicología 2012 - Eso me hace acordar...

7/28/2019 Segundo escrito Psicología 2012 - Eso me hace acordar...

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Eso me hace acordar…

En el presente escrito trataré de realizar un acercamiento al tema de la construcción de

discursos compuestos por frases hechas, metáforas gastadas, en definitiva, de una elección de

significantes muy usados para la construcción del discurso “propio”, tanto humorístico como no,

en la búsqueda, de un corrimiento de la propia subjetividad detrás de un acervo colectivo.

Concatename la cadena significante, concatename.

Jacques Lacán entiende al lenguaje desde el estructuralismo, como un sistema

estructurado preexistente al sujeto y en el que éste ingresa. Siguiendo conceptos estructurales de

Ferdinand de Saussure, el psiquiatra y psicoanalista francés retoma el algoritmo del lingüista

suizo, considerando la estructura binaria entre significado y significante, aunque descartando la

arbitrariedad de las relaciones y abriendo el juego a la combinación de diferentes significados

para el mismo significante. Concretamente, Lacán postula a “la letra” como soporte material que

el discurso concreto toma del lenguaje, y que es el portador de significados del inconsciente.

Esto es, que en la elección de ciertos significados y significantes por sobre otros, aflorará el yo

como subjetividad. En esa elección de metáforas y metonimias entre todas las disponibles en ellenguaje (que recordemos preexistente al sujeto) está la subjetividad, está la definición de la

personalidad inconsciente, aflorando al plano consciente a través de “la letra”. Es por esto que

Lacán propone tomar esa “letra”, “al pie de la letra”. 1

En este sentido, Henri Bergson reconoce una secuencia humorística que consiste en la

“interferencia de series” y entiende que “toda situación es cómica cuando pertenece a dos series

de hechos, absolutamente independientes y se pueden interpretar a la vez en dos sentidos

totalmente distintos”2. En el manejo de diferentes niveles de información entre los personajes y

entre los personajes y la audiencia, lleva a que cada actor a desarrollar secuencias con absoluta

independencia de los demás, causando risa al momento en que se cruzan, manifestando la

coincidencia (la formación de un nuevo significante, podríamos decir) de las series. Un claro

1 LACÁN, Jacques: 1957. La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud.2 BERGSON, Henri: 1899. La risa

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ejemplo de encuentro y desencuentro de las series es Inodoro Pereyra, un gaucho que entiende

“lo que puede”, siempre diferente a lo que las audiencias podríamos indicar para esa secuencia:

2



No te metás con la metáfora

George Lakoff y Mark Johnson analizan las metáforas a nivel colectivo.3 Encuentran una

serie de parámetros dentro de los que las sociedades occidentales nos manejamos y respondemos

como un todo. Concretamente, metáforas que manejamos como sociedad y que moldean nuestro

accionar.4 Un caso es el de concebir una discusión como una guerra, y utilizar metáforas bélicas

para referirnos a las discusiones5. Y nos proponen un ejercicio: “Imaginemos una cultura en la

que una discusión fuera visualizada como una danza, los participantes como bailarines, y en la

cual el fin fuera ejecutarla de una manera equilibrada y estéticamente agradable. En esta cultura,

la gente consideraría las discusiones de una manera diferente, las experimentaría de una manera

distinta, las llevaría a cabo de otro modo y hablaría acerca de ellas de otra manera. Pero nosotros

seguramente no consideraríamos que estaban discutiendo en absoluto, pensaríamos que hacíanalgo distinto simplemente. Incluso parecería extraño llamar “discutir” a su actividad.”6.

El humor es un caso arquetípico del proceso de encadenamiento significante, en donde se

propone un doble significado por significante, para producir sorpresa en el lector, y que se basa

en concepciones (metáforas) sedimentadas entre los integrantes de una sociedad determinada

para accionar sobre ese ethos que comparte el colectivo, y romperla (agregando un nuevo

significante que altera la cadena, para hablar en términos de Lacán), generando risa.

El sujeto en colectivo

Pero este “sentido común metafórico” no me interesa solamente para verlo como

estrategia humorística, sino para problematizarlo como agente modelador del accionar de un

colectivo. Si entendemos una discusión como un litigio, probablemente accionemos alrededor de

ellas con una concepción negativa, que trae sus consecuencias a nivel de dinámicas de

interacción entre individuos de una comunidad. Sigmund Freud retoma de Gustave Le Bon la

idea de “alma colectiva”: principio cohesor que lleva a sentir, pensar y obrar a los individuos de

una forma diferente a como sentiría, pensaría y obraría cada uno de ellos aisladamente. Freud va3 LAKOFF, George y JOHNSON, Mark: 1980. Metáforas de la vida cotidiana4 Consideremos que se trata de dos estadounidenses, lingüistas, escribiendo en 1980.5 Y limitándonos a poder pensar en aspectos positivos de la situación, por ejemplo, de haber compartido el tiempo

para tratar de llegar a un entendimiento con alguien que piensa diferente a nosotros sobre un mismo tema.6 LAKOFF y JOHNSON, Op. Cit.

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a decir que existe algo que une a los individuos, y que es eso lo que caracteriza a la masa como

entidad separada de los individuos que la componen.7 Así pues, la desaparición de la

personalidad consciente, el predominio de la personalidad inconsciente, la orientación de los

sentimientos y de las ideas en igual sentido, por sugestión y contagio, y la tendencia a

transformar inmediatamente en actos las ideas sugeridas, son los principales caracteres del

individuo integrado en una multitud. Perdidos todos sus rasgos personales, pasa a convertirse en

un autómata sin voluntad.8

Ahora bien, estar en una multitud no es estar hipnotizado, sino establecer una identidad

entre ambos. A veces, tal, me atreveré a decir, que la identidad de la masa terminará por quedar

en lugar de la identidad del sujeto, y el sujeto encontrará la posibilidad de “esconderse” detrás de

esa identidad colectiva, propongo, a partir de la utilización de metáforas gastadas, de usos

“comunes” del lenguaje, en definitiva, ese ethos no sólo como punto de partida sino como el puro discurso individual. Y sobre todo pensando en el humor, que es un campo tan abordado,

que probablemente se pudiera abordar exclusivamente desde lo dicho. Freud hablará de

“contagio” y “sugestibilidad”, siguiendo a Le Bon, pero dirá que el contagio no es una

manifestación de la sugestibilidad, sino una acción recíproca ejercida entre los miembros por los

miembros de una multitud entre sí.

Así, Freud buscará en la construcción de la personalidad individual, y en especial en la

sensación de que el sentimiento individual y el acto intelectual personal son demasiado débiles

para afirmarse por sí solos sin el apoyo de manifestaciones afectivas e intelectuales de otros,

situaciones de dependencia ante la masa, situaciones en donde el apoyo de la masa es esencial

para la definición de la personalidad a nivel individual. Tal es así, que en casos el colectivo

termina por ocupar el lugar de la individualidad, generando una personalidad individual ausente,

detrás de un discurso “común”, identificado por el uso de frases y metáforas del acervo de esa

comunidad, sin que eso implique la presencia de una subjetividad particular, o, mejor dicho, de

una subjetividad que, a partir de sus decisiones (más conscientes o inconscientes) en el lenguaje,

se configura como un puro dicho, como un sujeto compuesto por discursos previamente

ejecutados en ese colectivo social.

Martín Rodriguez Kedikian7 FREUD, Sigmund: 1921. Psicología de las masas y análisis de yo.8 Ibídem.

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20/6/2012

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