SOBRE EL PURGATORIO

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1.- SOBRE LA NOMENCLATURA DEFINICION ETIMOLOGICAEtimolgicamente el trmino purgatorio proviene del vocablo latino purgator us, que tiene el sentido de purificar CONCEPTUALIZACION PURGATORIO DEL TERMINO

el purgatorio es un estado transitorio de purificacin y expiacin donde, despus de su muerte, las personas que han muerto sin pecado mortal pero que han cometido pecados leves no perdonados o graves ya perdonados en vida pero sin satisfaccin penitencial de parte del creyente, tienen que purificarse de esas manchas a causa de la pena temporal contrada para poder acceder a la visin beatfica de Dios. El catecismo de la iglesia catlica propone en sus nmeros 1030 y 1031 una definicin de lo que es el purgatorio: Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque estn seguros de su eterna salvacin, sufren despus de su muerte una purificacin, a fin de

obtener la santidad necesaria para entrar en la alegra del cielo. La Iglesia llama Purgatorio a esta purificacin final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. De acuerdo con la Enciclopedia Catlica, el Purgatorio es: un lugar o condicin temporal de castigo para aquellos que, dejando esta vida en la gracia de Dios, no se encuentran enteramente libres de pecados veniales, o no han pagado totalmente a satisfaccin sus transgresiones.

2. EL PURGATORIO EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS2.1- EN EL ANTIGUO TESTAMENTO El Antiguo Testamento se refiere al concepto en el libro segundo de los Macabeos en el capitulo12 en el versculo 45: Pero l presuma que una hermosa recompensa espera a los creyentes que se acuestan en la muerte, de ah que su inquietud fuera santa y de acuerdo con la fe. Mand pues ofrecer ese

sacrificio de expiacin por los muertos para que quedaran libres de sus pecados. En efecto, despus de narrar el libro de los Macabeos, cmo Judas envi doce mil dracmas de plata a Jerusaln, "para que se ofreciese un sacrificio por los muertos en el combate", agrega: "Es cosa santa y saludable el rogar por los difuntos a fin de que sean libres de sus pecados" (II Mac. 12, 46). Pues bien, si no hubiera purgatorio, esta prctica no sera santa y saludable, sino intil; pues ni las almas del cielo necesitan oraciones, ni las del infierno pueden aprovecharlas. Tambien el libro de Daniel en su capitulo 12 en el versculo 10 hace la siguiente referencia: Muchos sern purificados, emblanquecidos y refinados; los impos procedern impamente, y ninguno de los impos comprender, pero los entendidos comprendern. Adems en el Libro de Zacaras en su capitulo 13 en el versculo 9 menciona:

A este tercio lo meter en el fuego, lo fundir como se funde la plata, lo probar como se prueba el oro. l invocar mi nombre, y yo lo oir. Yo dir: 'Pueblo mo'. l dir: 'Yahveh es mi Dios'. Desde la perspectiva catlica, se piensa que los pasajes anteriores dan a entender que en el "otro mundo" las almas podrn ser purificadas (limpiadas) de la mancha de ciertos pecados, ya perdonados en cuanto a culpa; ese otro mundo no puede ser el infierno, pues en l ya se est condenado; tampoco el cielo pues nada que tenga mancha entrar ah, por lo que este lugar debe ser un estado temporal. 2.2 EN EL NUEVO TESTAMENTO EN LOS EVANGELIOS: Se pone en boca de Jess Lucas hace la siguiente referencia en el capitulo 12 en los versculos 58 y 59: Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con l en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la crcel. Te aseguro que no saldrs de all hasta que hayas pagado el ltimo centavo.

Se argumenta que si del infierno no se puede salir, debe existir un lugar donde se cancele esa deuda, pues adems, hablando de la Jerusaln Celestial, el libro Apocalipsis dice: Nada manchado entrar en ella (Ap. 21, 27). Luego, con la parbola del funcionario que no quiso perdonar, en Mateo 18:21-35, Jess compara el Reino de los Cielos con alguien que pide perdn pero niega hacerlo; aun as advierte que el hombre puede cumplir su deuda: Y tanto se enoj el seor, que lo puso en manos de los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Y Jess aadi: Lo mismo har mi Padre Celestial con ustedes, a no ser que cada uno perdone de corazn a su hermano Cabe recordar incluso que Jesucristo ense a orar poniendo la condicin de ser perdonados, perdonando: y perdona nuestras deudas, como tambin nosotros perdonamos a nuestros deudores; (Mateo 6:12). As, como en el Cielo no hay verdugos que cobren la deuda, el catolicismo concibe un lugar intermedio donde los salvados purifiquen las deudas pendientes. Otra cita del Nuevo Testamento con que se explica la existencia del purgatorio es la de Mateo 12, 31-32:

A cualquiera que pronuncie alguna palabra contra el Hijo del hombre se le perdonar, pero el que hable contra el Espritu Santo no tendr perdn ni en este mundo ni en el venidero. La anterior cita se refiere a que no hay lmites a la misericordia de Dios, pero quien se niega deliberadamente a acoger la misericordia de Dios, mediante el arrepentimiento, rechaza el perdn de sus pecados y la salvacin ofrecida por el Espritu Santo. Al sealar que el pecado contra el Espritu Santo no ser perdonado ni en esta vida ni en la otra, se entendera que Dios (Jess) se est refiriendo a ese pecado especficamente, y que por lo tanto, de ello se entendera que existen pecados (veniales) que s podran ser perdonados en la otra vida. De lo contrario hubiera dicho simplemente El pecado contra el Espritu Santo no ser perdonado o no ser perdonado en esta vida. Sobre esta cita bblica el Primer Concilio de Lyon, con el Papa Inocencio IV afirma: Finalmente, afirmando la Verdad en el Evangelio que si alguno dijere blasfemia contra el Espritu Santo, no se le perdonar ni en este mundo ni el futuro, por lo que se da a entender que unas culpas se perdonan en el siglo

presente y otras en el futuro, y como quiera que tambin dice el Apstol que el fuego probar cmo sea la obra de cada uno; y: Aquel cuya obra ardiere sufrir dao; l, empero, se salvar; pero como quien pasa por el fuego [1 Cor. 3, 13 y 15]; y como los mismos griegos se dice que creen y afirman verdadera e indubitablemente que las almas de aquellos que mueren, recibida la penitencia, pero sin cumplirla; o sin pecado mortal, pero s veniales y menudos, son purificados despus de la muerte y pueden ser ayudados por los sufragios de la Iglesia; puesto que dicen que el lugar de esta purgacin no les ha sido indicado por sus doctores con nombre cierto y propio, nosotros que, de acuerdo con las tradiciones y autoridades de los Santos Padres lo llamamos purgatorio, queremos que en adelante se llame con este nombre tambin entre ellos. Porque con aquel fuego transitorio se purgan ciertamente los pecados, no los criminales o capitales, que no hubieren antes sido perdonados por la penitencia, sino los pequeos y menudos, que aun despus de la muerte pesan, si bien fueron perdonados en vida. (D456 23) Mas si alguno muere en pecado mortal sin penitencia, sin gnero de duda es

perpetuamente atormentado por los ardores del infierno eterno. Las almas, empero, de los nios pequeos despus del bautismo y tambin las de los adultos que mueren en caridad y no estn retenidas ni por el pecado ni por satisfaccin alguna por el mismo, vuelan sin demora a la patria sempiterna. (D-457 24,25) Y otro texto donde se observa que Cristo explcitamente mostr que para diferentes grados de pecados hay diferentes sanciones tenemos el texto de Mateo 5,22: Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, ser reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbcil", ser reo ante el Sanedrn; y el que le llame "renegado", ser reo de la gehenna de fuego. Otro prrafo de los evangelios del que podemos ayudarnos es Lucas 12, 47-48; Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su seor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibir muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas

dignas de azotes, recibir pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamar mucho; y a quien se confi mucho, se le pedir ms. TESTIMONIO PURGATORIO PAULINOS SOBRE EL

A san Pablo se le atribuyen principalmente dos textos que mencionan la realidad del purgatorio en ese sentido de purificacin, despus de la muerte: La obra de cada cual quedar al descubierto; la manifestar el Da, que ha de revelarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la probar el fuego. Aqul, cuya obra, construida sobre el cimiento, resista, recibir la recompensa. Mas aqul, cuya obra quede abrasada, sufrir el dao. El, no obstante, quedar a salvo, pero como quien pasa a travs del fuego. (1 Corintios 3, 13-15) Que el Seor conceda misericordia a la familia de Onesforo, pues me alivi muchas veces y no se avergonz de mis cadenas, sino que, en cuanto lleg a Roma, me busc solcitamente y me encontr. Concdale el Seor encontrar misericordia ante el Seor aquel Da. Adems, cuntos buenos

servicios me prest en feso, t lo sabes mejor. (2 Timoteo 1, 16-18) El apstol San Pablo, se sirve en este pasaje de doble semejanza: la primera es la del arquitecto que, empleando materiales slidos, construye una casa sobre buenos fundamentos; la segunda, al contrario es la del otro arquitecto que, edificando sobre los mismos fundamentos, emplea materias combustibles. Supongamos ahora, aade el Santo, para entrar en el pensamiento del Apstol, que el fuego prenda en ambas casas; la que ha sido fabricada con materiales slido no sufrir desperfecto, mientras que la otra quedar al instante reducida a cenizas. Si el arquitecto de la primera se hallare dentro de ella, saldr sano y salvo; el otro, sin embargo, si quiere salvarse, deber necesariamente pasar a travs de las llamas y recibir sobre s las huellas del incendio. Imagen natural del Purgatorio, en el cual las almas manchadas con cualesquiera culpas que no merecen el infierno debern pasar y recibir tambin las seales del incendio por las obras de la otra vida; mientras que las almas que no tienen necesidad de purificarse de ninguna mancha de culpa son preservadas de estas llamas, y van derechas al cielo a recibir la recompensa por sus buenas obras

Hay adems algunos telogos y msticos que sealan que el purgatorio se vive aqu en la tierra, siendo experimentada la purificacin despus de la muerte mientras que se vaga como alma en pena. Los vivos no podran ver a las almas en pena salvo algunas excepciones. En este sentido, alma en pena pareciera corresponder al concepto de fantasma. Al respecto, el Apocalipsis anuncia: El Anciano me replic: Esos son los que vienen de la gran tribulacin; han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero. (Apocalipsis 7:14).

3.- LOS PADRES DE LA IGLESIA PRIMITIVA Y EL PURGATORIOConformes los anteriores testimonios de las Escrituras estn las antiqusimas Liturgias de la Iglesia, la doctrina de los Santos Padres y los monumentos de las catacumbas. Las primeras, en efecto, que no son otra cosa sino los libros que contienen las leyes reguladoras del culto y las oraciones autorizadas por la Iglesia, y pueden, por lo tanto definirse diciendo que son el formulario autntico del culto pblico, se remontan hasta los Apstoles, y prescriben que en el templo, despus de haber sido ledos en los dpticos los

nombres de las personas vivas, con las cuales haba comunin de oraciones, se leyeran los de los difuntos recomendados de un modo particular, y el sacerdote, como lo practica an en nuestros das, se recoga en oracin para impetrar en su favor el lugar de refrigerio, de luz y de paz. Todas las antiguas liturgias, sin excepcin, nos recuerdan este rito, el cual, por la forma en que se practicaba, tom el nombre de oraciones sobre los dpticos. A continuacin se expone el pensamiento de algunos Santos Padres acerca de la doctrina sobre el purgatorio CLEMENTE DE ALEJANDRA El creyente por medio de la disciplina se despoja de sus pasiones y pasa a la mansin mejor que la anterior, pasa por el mayor de los tormentos tomando sobre s el arrepentimiento de las faltas que pudiera haber cometido despus de su bautismo. Es torturado entonces todava ms al ver que no ha logrado lo que otros ya han adquirido. Los mayores tormentos son asignados al creuente porque la Justicia de Dios es buena y su bondad es justa y, estos castigos completan el curso de la expiacin y purificacin de cada uno. (Patres Groeci. IX, col. 332 [A.D. 150-215]). ORGENES Si alguien parte de esta vida con faltas ligeras, es condenado al fuego que arrasa con todos los materiales

combustibles y prepara el alma para el Reino de Dios donde nada impuro puede entrar. Porque si sobre el fundamento de Cristo haz edificado no solamente con oro, plata y piedras preciosas sino tambim con madera, pasto y paja (I Cor 3,12-13) Qu esperas cuando tu alma sea separada del cuerpo? Entrars al cielo con tu madera, tu pasto, tu paja y tus impurezas al Reino de Dios? o, a causa de estos estorbos, Permanecers sin recibir tu recompensa por tu oro, plata y piedras preciosas? Ninguna de las dos cosas sera justa. Queda entonces que sers pasado por el fuego que consumir todo lo inutil e impuro porque nuestro Dios llama a sus elegidos al "Fuego Purificador". Pero este fuego consume no a la criatura sino a lo que la criatura ha hecho su madera, su pasto y su paja. Est de manifiesto que el fuego destruye la madera de nuestras transgresiones y as luego recibamos la recompensa por nuestros buenos trabajos. (Patres Groeci. XIII, col. 445, 448 [A.D. 185-232]). ABERCIO El ciudadano de una prominente ciudad, la que erig mientras viva, para que pudiera tener un lugar de descanso para mi cuerpo. Abercio es mi nombre, un discpulo del pastor casto que alimenta sus ovejas en las montaas y los campos, cuyos grandes ojos los vigilan todo, que me ense los fieles escritos de la vida. Estando listo, yo, Abercio, orden que esto fuera

escrito, en mi septuagsimo segundo ao. Que cada uno que est de acuerdo con esto y quien lo entienda ore por Abercio. (Epitafio de Abercio [A.D. 190]). TERTULIANO Que alegora del Seor (Mt. 5,25-26)...es extremadamente clara y simple en su significado...[tengan cuidado no sea que como] un transgresor de su contrato, delante de Dios el Juez...y para que este juez no libere sobre ti su angel que ejecute la sentencia y te enve a la "prisin del infierno", de lo que no hay salida hasta que incluso el ms pequeo de tus delitos sean pagados en el periodo antes de la resurrecin. Puede haber ms lgico que esto? Qu mejor interpretacin? (The Soul 35 [A.D. 210]). La fiel viuda ora por el alma de su esposo y suplica por l en el reposo interino y en la participacin de la primera resurrecin y ofrece oraciones en el aniversario de su muerte.(Monogamy 10 [A.D. 213]). CIPRIANO DE CRTAGO Una cosa es pedir perdn, otra cosa alcanzar la gloria. Una cosa es estar prisionero sin poder salir hasta que haya sido pagado el ltimo centavo y otra recibir eal mismo tiempol salario de la fe y el coraje. Una cosa es ser torturado con el largo sufrimiento por los pecados, para ser limpiado y completamente purgado por el

fuego, otra es haber sido purgado de todos los pecados por el sufrimiento. Una cosa es estar en suspenso hasta la sentencia de Dios en el Da del Juicio, otra ser coronado por el Seor. (Letters 51[55]:20 [A.D. 253]). CIRILO DE JERUSALN Entonces mencionamos tambin ha todos los que han entrado ya en el sueo: primero los patriarcas, profetas, apstoles y mrtires que con sus oraciones y splicas a Dios reciben nuestras peticiones; luego mencionamos tambin a los Santos Padres y Obispos que han entrado ya en el sueo, y, para hacerlo simple, a todos los que de entre nosotros han entrado ya en el sueo. Porque nosotros creemos que ser de gran beneficio para las almas por quienes pedimos cuando el ms santo y solemene sacrificio es ofrecido. (Catechetical Lectures 23:5:9 [A.D. 350]). JUAN CRISSTOMO Ayudmoslos y conmemormoslos. si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre (Jobe 1,5) Porqu dudaramos de que nuestros ofrecimientos por los muertos les brindan algo de consuelo? No dudemos en ayudar a quienes han muerto y en ofrecer oraciones por ellos.(A.D. 392) No en vano fue decretado por los Apstoles que el Memorial de los Maravillosos Misterios debe ser

hecho por los que han partido. Ellos saban que aqu haba muchos beneficios que se podran obtener para ellos. Cuando el pueblo entero est de pie con sus manos alzadas, una asamblea sacerdotal y la maravillosa vctima sacrificial es ofrecida, como cuando somo llamados frente a Dios no seremos victoriosos en su defensa? Pero esto es hecho por quienes han partido en la fe mientras que ni siquiera los catecmenos pueden recibir esta consolacin ya que son privados de todos los medios que pudieran asistirles excepto uno que es la del dar limosna a los pobres en su nombre (Homilies on Philippians 3:9-10 [A.D. 402]). AMBROSIO DE MILN Dale el perfecto descanso a tu siervo Teodosio, el descanso que has preparado para tus santos...Lo he amado y tambin lo seguir a la tierra de los vivientes, y lo acompaar con lgrimas y oraciones, lo conducir por sus mritos hacia la Santa Montaa del Seor. (Funeral Sermon of Theodosius 36-37 [A.D. 395]). AGUSTN Hay una disciplina eclesistica, como los fieles saben, cuando los nombres de los mrtites son leidos en voz alta en el altar de Dios, donde las oraciones no son ofrecidas por ellos. La oracin sin embargo es ofrecida

por los otros muertos que son recordados. Es un error orar por un martir ya que nosotros debemos encomendarnos a sus oraciones. (Sermons 159:1 [A.D. 411]). Los castigos temporales son sufridos por algunos solamente en esta vida, por otros tambin despus de la muerte, pero los dos aqu y all son todos ellos contados en el ltimo y ms estricto juicio. Pero no todos quienes sufren castigos temporales despus de la muerte sufrirn el castigo eterno que seguir a aquel juicio.("La Ciudad de Dios" 21:13 [A.D. 419]). Que debe haber algn fuego incluso despus de esta vida no es increible y que algo puede ser examinado y bien sacado a la luz o dejado oculto dependiendo del fiel que pueda ser salvado, algunos ms lentamente y otros ms pronto en mayor o menor grado segn amaron las cosas que se pierden por medio de un certero fuego purificador ("purgatorial") (Manual sobre la Fe, la Esperanza y la Caridad l8:69 [A.D. 421])

4.- EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA Y EL PURGATORIOEl concilio de Florencia:

Dz 693 [Sobre los novsimos (2)] Asimismo, si los verdaderos penitentes salieren de este mundo antes de haber satisfecho con frutos dignos de penitencia por lo cometido y omitido, sus almas son purgadas con penas purificatorias despus de la muerte, y para ser aliviadas de esas penas, les aprovechan los sufragios de los fieles vivos, tales como el sacrificio de la misa, oraciones y limosnas, y otros oficios de piedad, que los fieles acostumbran practicar por los otros fieles, segn las instituciones de la Iglesia.1 Concilio de Trento: Habiendo la Iglesia catlica, instruida por el Espritu Santo, segn la doctrina de la sagrada Escritura y de la antigua tradicin de los Padres, enseado en los sagrados concilios, y ltimamente en este general de Trento, que hay Purgatorio; y que las almas detenidas en l reciben alivio con los sufragios de los fieles, y en especial con el aceptable sacrificio de la misa; manda el santo Concilio a los Obispos que cuiden con suma diligencia que la sana doctrina del Purgatorio, recibida de los santos Padres y sagrados concilios, se ensee y predique en todas partes, y se crea y conserve por los fieles cristianos.

1

Cf. Denzinger 1304

Exclyanse empero de los sermones, predicados en lengua vulgar a la ruda plebe, las cuestiones muy difciles y sutiles que nada conducen a la edificacin, y con las que rara vez se aumenta la piedad. Tampoco permitan que se divulguen, y traten cosas inciertas, o que tienen vislumbres o indicios de falsedad. Prohiban como escandalosas y que sirven de tropiezo a los fieles las que tocan en cierta curiosidad, o supersticin, o tienen resabios de inters o srdida ganancia. Mas cuiden los Obispos que los sufragios de los fieles, es a saber, los sacrificios de las misas, las oraciones, las limosnas y otras obras de piedad, que se acostumbran hacer por otros fieles difuntos, se ejecuten piadosa y devotamente segn lo establecido por la Iglesia; y que se satisfaga con diligencia y exactitud cuanto se debe hacer por los difuntos, segn exijan las fundaciones de los testadores, u otras razones, no superficialmente, sino por sacerdotes y ministros de la Iglesia y otros que tienen esta obligacin.2 Dz 840 Can. 30. Si alguno dijere que despus de recibida la gracia de la justificacin, de tal manera se le perdona la culpa y se le borra el reato de la pena eterna a cualquier pecador arrepentido, que no queda reato alguno de pena temporal que haya de pagarse o2

Trento Decreto sobre el purgatorio. Denzinger 838

en este mundo o en el otro en el purgatorio, antes de que pueda abrirse la entrada en el reino de los cielos, sea anatema [cf. 807].3 Catecismo Romano. Existe, adems, el fuego del purgatorio, donde, sufriendo por cierto tiempo, se purifican las almas de los justos antes de serles franqueadas las puertas del cielo, en el que no puede entrar cosa impura (Ap 21,27). (6) Para entender mejor la fuerza de este misterio, conviene recordar que Cristo con su pasin, no slo rescat a los justos que nacieron despus de su venida, sino tambin a cuantos haban preexistido desde Adn y a cuantos haban de nacer hasta el fin de los tiempos. Antes de su muerte y resurreccin, las puertas del cielo estuvieron cerradas para todos; las almas de los justos o entraban en el seno de Abraham o (como ahora tambin sucede) iban al fuego del purgatorio, si tenan algo que satisfacer y expiar.4 Por lo que a los difuntos se refiere, es cierto que el Romano Pontfice cuando concede una indulgencia plenaria aplica del tesoro de la Iglesia todo lo que es3 4

Ibid. Denzinger 1580 (Cf. Dz 1820) Ibid

necesario para una plena remisin de la pena temporal; de parte de Dios no es cierto en (qu grado aplica al alma del difunto esta remisin. Pero, teniendo en cuenta la doctrina de la Iglesia, que ha condenado como falsa, temeraria, perniciosa y ofensiva para la misma Iglesia la opinin contraria, hay que afirmar que los sufragios que se aplican por las almas del purgatorio aprovechan primaria y principalmente a aquellos por quienes se ofrecen, y aun se podra decir que siempre e infaliblemente, sin excepcin.5 Papa Pio X. Dnde se hallan los miembros de la Iglesia? - Los miembros de la Iglesia se hallan, parte en el cielo, y forman la Iglesia triunfante; parte en el purgatorio, y forman la Iglesia purgante o paciente, y parte sobre la tierra, y forman la Iglesia militante.6 Se extiende tambin al cielo y al purgatorio la comunin de los santos? - Si, seor; la comunin de los santos se extiende tambin al cielo y al purgatorio, porque la caridad une las tres Iglesias: triunfante, purgante y militante; los santos ruegan a Dios por nosotros y por las almas del purgatorio, y nosotros damos honor y gloria a los santos, y podemos aliviar a5 6

Catecismo Romano ES 1050 Catecismo S. Pio X ,148

las almas del purgatorio aplicndoles en sufragio misas, limosnas, indulgencias y otras buenas obras.7 Para qu fines se ofrece, pues, la Santa Misa? - El sacrificio de la Santa Misa se ofrece a Dios para cuatro fines: 1., para honrarle como conviene, y por esto se llama latrutico; 2., para agradecerle sus beneficios, y por esto se llama eucarstico; 3., para aplacarle, para darle alguna satisfaccin de nuestros pecados y para ofrecerle sufragios por las almas del purgatorio, por lo cual se llama propiciatorio; 4., para alcanzar todas las gracias que nos son necesarias, y por esto se llama impetratorio.8 Por que despus d la fiesta de Todos los Santos hace la Iglesia conmemoracin de todos los fieles difuntos? - Despus de la fiesta de Todos los Santos hace la Iglesia conmemoracin de. todos los fieles difuntos, que estn en el purgatorio, porque conviene que la Iglesia militante, despus de haber honrado e invocado con una fiesta general y solemne el patrocinio de la Iglesia triunfante, acuda al alivio de la Iglesia purgante con un general y solemne sufragio. 9 Papa Pio XIIIbid, 224 Ibid, 260 9 Catecismo S. Pio X , 22148 7

Esta comn plegaria no olvide, pues, a ningn miembro de este venerable Cuerpo, pero recuerde principalmente a quienes estn agobiados por los dolores y las angustias de esta vida terrenal, o a los que, ya fallecidos, se purifican en el fuego del purgatorio. Tampoco olvide a quienes se instruyen en la doctrina cristiana para que cuanto antes puedan ser purificados con las aguas del Bautismo.10 Papa Juan Pablo II Segn la legislacin religiosa del Antiguo Testamento, lo que est destinado a Dios debe ser perfecto. En consecuencia, tambin la integridad fsica es particularmente exigida para las realidades que entran en contacto con Dios en el plano sacrificial, como, por ejemplo, los animales para inmolar (cf. LV 22,22), o en el institucional, como en el caso de los sacerdotes, ministros del culto (cf. LV 21,17-23). A esta integridad fsica debe corresponder una entrega total, tanto de las personas como de la colectividad (cf. 1R 8,61), al Dios de la alianza de acuerdo con las grandes enseanzas del Deuteronomio (cf. DT 6,5). Se trata de amar a Dios con todo el ser, con pureza de corazn y con el testimonio de las obras (cf. DT 10,12 s).11

10 11

Carta pastoral de Pio XII, 44 J.P. II Audiencias, 1999. 47

Papa Benedicto XVI Esta visin del antiguo judasmo de la condicin intermedia incluye la idea de que las almas no se encuentran simplemente en una especie de recinto provisional, sino que padecen ya un castigo, como demuestra la parbola del rico epuln, o que por el contrario gozan ya de formas provisionales de bienaventuranza. Y, en fin, tampoco falta la idea de que en este estado se puedan dar tambin purificaciones y curaciones, con las que el alma madura para la comunin con Dios. La Iglesia primitiva ha asumido estas concepciones, de las que despus se ha desarrollado paulatinamente en la Iglesia occidental la doctrina del purgatorio. No necesitamos examinar aqu el complicado proceso histrico de este desarrollo; nos preguntamos solamente de qu se trata realmente. La opcin de vida del hombre se hace en definitiva con la muerte; esta vida suya est ante el Juez. Su opcin, que se ha fraguado en el transcurso de toda la vida, puede tener distintas formas. Puede haber personas que han destruido totalmente en s mismas el deseo de la verdad y la disponibilidad para el amor. Personas en las que todo se ha convertido en mentira; personas que han vivido para el odio y que han pisoteado en ellas mismas el amor.

sta es una perspectiva terrible, pero en algunos casos de nuestra propia historia podemos distinguir con horror figuras de este tipo. En semejantes individuos no habra ya nada remediable y la destruccin del bien sera irrevocable: esto es lo que se indica con la palabra infierno[37]. Por otro lado, puede haber personas pursimas, que se han dejado impregnar completamente de Dios y, por consiguiente, estn totalmente abiertas al prjimo; personas cuya comunin con Dios orienta ya desde ahora todo su ser y cuyo caminar hacia Dios les lleva slo a culminar lo que ya son[38]. Sobre este punto hay que mencionar an un aspecto, porque es importante para la praxis de la esperanza cristiana. El judasmo antiguo piensa tambin que se puede ayudar a los difuntos en su condicin intermedia por medio de la oracin (cf. por ejemplo 2M 12,38-45: siglo I a. C.). La respectiva praxis ha sido adoptada por los cristianos con mucha naturalidad y es comn tanto en la Iglesia oriental como en la occidental. El Oriente no conoce un sufrimiento purificador y expiatorio de las almas en el ms all , pero conoce ciertamente diversos grados de bienaventuranza, como tambin de padecimiento en la condicin intermedia.

Sin embargo, se puede dar a las almas de los difuntos consuelo y alivio por medio de la Eucarista, la oracin y la limosna. Que el amor pueda llegar hasta el ms all, que sea posible un recproco dar y recibir, en el que estamos unidos unos con otros con vnculos de afecto ms all del confn de la muerte, ha sido una conviccin fundamental del cristianismo de todos los siglos y sigue siendo tambin hoy una experiencia consoladora. Quin no siente la necesidad de hacer llegar a los propios seres queridos que ya se fueron un signo de bondad, de gratitud o tambin de peticin de perdn? Ahora nos podramos hacer una pregunta ms: si el purgatorio es simplemente el ser purificado mediante el fuego en el encuentro con el Seor, Juez y Salvador, cmo puede intervenir una tercera persona, por ms que sea cercana a la otra? Cuando planteamos una cuestin similar, deberamos darnos cuenta que ningn ser humano es una mnada cerrada en s misma. Nuestras existencias estn en profunda comunin entre s, entrelazadas unas con otras a travs de mltiples interacciones. Nadie vive solo. Ninguno peca solo. Nadie se salva solo. En mi vida entra continuamente la de los otros: en lo que pienso, digo, me ocupo o hago. Y viceversa, mi vida entra en la vida de los dems, tanto en el bien como en el mal. As, mi intercesin en

modo alguno es algo ajeno para el otro, algo externo, ni siquiera despus de la muerte. En el entramado del ser, mi gratitud para con l, mi oracin por l, puede significar una pequea etapa de su purificacin. Y con esto no es necesario convertir el tiempo terrenal en el tiempo de Dios: en la comunin de las almas queda superado el simple tiempo terrenal. Nunca es demasiado tarde para tocar el corazn del otro y nunca es intil. As se aclara an ms un elemento importante del concepto cristiano de esperanza. Nuestra esperanza es siempre y esencialmente tambin esperanza para los otros; slo as es realmente esperanza tambin para m[40]. Como cristianos, nunca deberamos preguntarnos solamente: Cmo puedo salvarme yo mismo? Deberamos preguntarnos tambin: Qu puedo hacer para que otros se salven y para que surja tambin para ellos la estrella de la esperanza? Entonces habr hecho el mximo tambin por mi salvacin personal.12 Catecismo de la Iglesia Catlica. Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque estn seguros de su eterna salvacin, sufren despus de su12

Spe Salvi ES 45,48

muerte una purificacin, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegra del cielo. La Iglesia llama Purgatorio a esta purificacin final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al Purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS DS 1304) y de Trento (cf. DS DS 1820,1580). La tradicin de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1CO 3,15 1P 1,7) habla de un fuego purificador: Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador, segn lo que afirma Aqul que es la Verdad, al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el Espritu Santo, esto no le ser perdonado ni en este siglo, ni en el futuro (MT 12,31). En esta frase podemos entender que algunas faltas pueden ser perdonadas en este siglo, pero otras en el siglo futuro (San Gregorio Magno, dial. 4, 39). Esta enseanza se apoya tambin en la prctica de la oracin por los difuntos, de la que ya habla la Escritura: "Por eso mand [Judas Macabeo] hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado" (2M 12,46). Desde los

primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarstico (cf. DS DS 856), para que, una vez purificados, puedan llegar a la visin beatfica de Dios. La Iglesia tambin recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos: Llevmosles socorros y hagamos su conmemoracin. Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su Padre (cf. JB 1,5), por qu habramos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos (San Juan Crisstomo, hom. in 1CO 41,5). Para cuantos se encuentran en la condicin de apertura a Dios, pero de un modo imperfecto, el camino hacia la bienaventuranza plena requiere una purificacin, que la fe de la Iglesia ilustra mediante la doctrina del purgatorio (cf. Catecismo de la Iglesia catlica CEC 1030-1032).13 Compendio de Teologa Hay penas del mismo gnero, aun para las faltas veniales.13

Catesismo de la Iglesia Catolica 1030-1033

Sucede tambin que algunos fallecen sin pecado mortal, pero con pecados veniales que no alejan del ultimo fin, aun cuando haya habido faltas en adherirse de una manera poco conveniente a las cosas que se refieren a este fin. Estos pecados son borrados en ciertas almas por el fervor de la caridad; pero es necesario que en otras sean purificados por ciertas penas, porque no obtendr la vida eterna sino el que estuviese exento de todo pecado o imperfeccin. Necesario es, por consiguiente, admitir despus de esta vida las penas del purgatorio. Estas penas tienen la virtud de purificar en razn de las disposiciones de los que las sufren en aquellos en quienes se encuentra la caridad, por medio de la cual conforman su voluntad a Dios, y por eso sucede que, en virtud de esta caridad, las penas que sufren sirven para purificarlos de sus faltas, en tanto que con respecto a los que no tienen la caridad, como los condenados, estas penas no tienen la virtud de purificar, y por eso la mancha del pecado es permanente, y permanente tambin la pena.14 5.- TEOLOGIA SOBRE EL PURGATORIO La Iglesia catlica, usando un lenguaje actual, explica la doctrina del purgatorio en los siguientes trminos:14

Compendio de Teologa # 437

Durante nuestra vida terrena, siguiendo la exhortacin evanglica a ser perfectos como el Padre celestial (cf. Mt 5, 48), estamos llamados a crecer en el amor, para hallarnos firmes e irreprensibles en presencia de Dios Padre, en el momento de la venida de nuestro Seor Jesucristo, con todos sus santos (1 Ts 3, 12 s). Por otra parte, estamos invitados a purificarnos de toda mancha de la carne y del espritu (2 Co 7, 1; cf. 1 Jn 3, 3), porque el encuentro con Dios requiere una pureza absoluta. Hay que eliminar todo vestigio de apego al mal y corregir toda imperfeccin del alma. La purificacin debe ser completa, y precisamente esto es lo que ensea la doctrina de la Iglesia sobre el purgatorio. Este trmino no indica un lugar, sino una condicin de vida. Quienes despus de la muerte viven en un estado de purificacin ya estn en el amor de Cristo, que los libera de los residuos de la imperfeccin. Penas del purgatorio Segn la doctrina catlica hay una diferencia sustancial entre infierno y purgatorio, y ste no es un infierno temporal. Propiamente hablando, slo en el infierno se da una verdadera pena de dao, ya que ella es el castigo ultraterreno a la aversin actual de Dios, que no se da en las almas del purgatorio. Sin embargo pueden distinguirse:

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Dilacin de la Gloria. Tratada por la tradicin teolgica como pena de dao, es sin embargo cualitativamente distinta de la que se da en el infierno, y consiste en el aplazamiento del cielo. El alma queda privada de la visin beatfica (visin de Dios) mientras purga sus pecados. Esta pena implica que la presencia en el purgatorio no puede prolongarse en el tiempo hasta ms all del Juicio Final. Pena de sentido. La tradicin de los Padres latinos es casi unnime en favor del fuego real y corpreo, semejante al del infierno, pero no ha sido necesaria todava una declaracin dogmtica al respecto. S hay argumentos en la tradicin, como el cuestionario de Clemente VI a los armenios, donde expresamente se pregunta ...si crees que son atormentados con fuego temporalmente.... En cuanto a si Dios se vale de los demonios para la administracin de las penas del purgatorio, Santo Toms (De purgatorio, Suppl. a.5) explica que no.

Sufragios Son las ayudas que los catlicos ofrecen a las almas del Purgatorio. Principalmente son:

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Ofrecimiento de la Misa: Ya sea encargndole la Misa a un sacerdote, ya sea ofrecindola mentalmente por un difunto. Ofrecimiento de la Comunin: Los catlicos creen que en la comunin se encuentra realmente Cristo. Cuando comulgan (reciben a Cristo), pueden ofrecerlo por reparacin de las almas que les falta algo por purificar. Misas gregorianas: Se denominan de esta manera, a la serie de misas en las que se debe interceder por un difunto durante treinta das sin interrupcin. Su origen se vincula a un episodio narrado por San Gregorio Magno.17 Indulgencia plenaria: Limpia todas las manchas que nos hayan dejado los pecados ya perdonados. Las indulgencias plenarias se obtienen de manera gratuita. Solamente hace falta realizar la accin indulgenciada, unindola a una comunin, un acto de caridad, rezar por las intenciones del Papa (Padre Nuestro, Ave Mara y Gloria) y confesarte en ocho das. Las principales acciones indulgenciadas son: rezo y meditacin del Santo Rosario, en comn; rezo-meditacin del Va Crucis, en una iglesia; lectura y meditacin de la Biblia, por ms de 30 minutos; adoracin al Santsimo, ms de 30 min.

Otros sufragios son: el ofrecimiento de las penas y alegras, olvidar los insultos y perdonar a los que nos ofenden, ofrecer diversas oraciones, limosna y otras obras de misericordia. El voto de nimas Tambin llamado acto heroico de caridad, consiste en una donacin completa de los efectos satisfactorios ganados con obras buenas, en favor de las almas del purgatorio. En palabras de San Agustn, todas las obras buenas que se practican en estado de gracia santificante, tienen la virtud de producir cuatro efectos: meritorio, propiciatorio, impetratorio y satisfactorio. El efecto meritorio aumenta la gracia de quien la hace, y no puede cederse. Lo propiciatorio aplaca la ira de Dios; lo impretratorio inclina a Dios a conceder lo que se le pide. Por ltimo, es satisfactoria porque ayuda a satisfacer o pagar la pena por los pecados. Es este ltimo efecto satisfactorio el que se cede a las nimas del purgatorio, ofreciendo a Dios una compensacin por la pena temporal debida. No es un voto riguroso, ni requiere ningn formalismo ms all de hacerlo con el corazn, sino una cesin voluntaria que puede rectificarse en cualquier momento. Tampoco debera decirse heroico pues se gana ms de lo que se cede.