Testimonios de una vida sindical

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20 testimonios de 20 trabajadores universitarios que han dedicado toda una vida a laborar en el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el cual ya llega a 50 años de funciones. Libro conmemorativo de su 50 aniversario.

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Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León

(STUANL)

Mauricio Villa AmezcuaSusana Acosta Badillo

Erika Flor Escalona Ontiveros

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univeRsidad autÓnoma de nuevo leÓn

Dr. Jesús Ancer RodríguezRector

MC Rogelio Garza RiveraSecretario general

Lic. Rogelio Villarreal ElizondoSecretario de Extensión y Cultura

Dr. Celso José Garza AcuñaDirector de Publicaciones

Lic. Edmundo Derbez GarcíaCentro de Documentación y ArchivoHistórico de la UANL

sindicato de tRaBaJadoRes de launiveRsidad autÓnoma de nuevo leÓn

Dr. Oscar de la Garza CastroSecretario General del Comité Ejecutivo 2012-2015

Comité Editorial STUANLLic. Rolando Alanís NiñoSecretario de OrganizaciónBiól. Rafael Garza IbarraSecretario de Pensiones, Jubilaciones y EscalafónLic. Pedro Castellanos RodríguezRepresentante ante la Junta de Conciliación y Arbitraje M. C. Pedro A. Contreras GarcíaSecretario de Análisis, Estudios y EstadísticasIng. Edelmiro Leal OchoaSecretario de Finanzas C. Fernando Grimaldo CruzSecretario de Seguridad y Asistencia SocialC. P. Alfredo Romero OyervidesSecretario de RelacionesLic. María Antonia Martínez SánchezSecretaria de Actas, Acuerdos y Archivo

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Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León

(STUANL)

Mauricio Villa AmezcuaSusana Acosta Badillo

Erika Flor Escalona Ontiveros

Universidad aUtónoma de nUevo Leónmonterrey, nUevo León, febrero de 2014

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Centro de Documentación y Archivo Histórico de la UANLAlfonso Reyes 4000 norte, planta principal de laBiblioteca Universitaria Raúl Rangel Frías,Monterrey, Nuevo León, México, C.P. 64440.Teléfono: + 52 81 8329-4000, Ext. 6578 y 4265

Primera edición, febrero de 2014© Universidad Autónoma de Nuevo León

ISBN 978-607-27-0226-4 Impreso y hecho en Monterrey, MéxicoPrinted and made in Monterrey, México

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pRÓlogo

En cincuenta años de vida, nuestro sindicato ha tenido diversos actores que fortalecieron esta institución y que a lo largo de los años han dejado sus contribuciones plasmadas en las cláusulas que conforman nuestro Contra-

to Colectivo de Trabajo y en la creación de reglamentos para regular y guiar el desarrollo de nuestra organización.

Por un lado, los secretarios generales con la responsabilidad explícita en su cargo han dejado una obvia huella de sus logros, cada uno marcado por su tiempo y circunstancias sociopolíticas. En el otro lado, los actores que han tomado como profesión la vocación de servir sindicalmente, que con las experiencias adquiridas a través de sus participación en varios comités ejecutivos, han dado y dan continuidad a lo hecho desde su trinchera, contribuyendo con su trabajo en mayor o menor medida, al mantenimiento, creación y vigilancia de las prestaciones que se han generado a lo largo de medio siglo de trabajo.

Desde su fundación, el sindicato ha trabajado mediante la representación conjunta del comité ejecutivo, una labor que significa y expresa la función primordial de un sindicato, una organización constituida para el estudio, defensa y mejoramiento de intereses comunes. Porque hay que recordar que el sindicato se constituyó por trabajadores; y que su comité ejecutivo, en sus diferentes épocas, ha estado y está integrado por trabajadores que han conocido y conocen las problemáticas y obstáculos propios de la profesión y la relación con la institución.

Un sindicato no se reduce a una sola persona ni a unas cuantas, sino que significa la colaboración en conjunto de los representativos y los afiliados, un trabajo que a lo largo de cincuenta años ha demostrado que sin una colaboración y mutuo entendimiento, el objetivo primordial hubiese fracasado. En este aspecto está enfocado la finalidad del presente libro, en recuperar en voz de los actores su participación y trayectoria profesional dentro del sindicato, en el marco de su cincuenta aniversario; sin olvidar a todos aquellos que colaboraron, en una u otra medida, en la construcción y continuidad de la organización sindical, sin menguar frente a los continuos obstáculos propios del contexto nacional y/o local. Mantener

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las prestaciones conquistadas en el marco de una economía con altibajos es un logro que sin duda, merece y se logra a base de un trabajo en equipo.

Veinte entrevistas, veinte actores que representan, dentro de sus respectivos periodos, la trayectoria histórica del sindicato, y con ello su perspectiva y experiencia como actor principal, en recuerdo de los logros, los fracasos, los obstáculos y cómo se superaron; en concreto, en evocación de la experiencia, que en algunos casos ha abarcado años y décadas de actividad sindical. Un fenómeno que expresa la responsabilidad y compromiso que algunos trabajadores adquirieron con la organización sindical, siempre “tras bambalinas”, pero en constante guía y compromiso con la vocación sindical; y en el contenido de este libro están sus testimonios.

Mauricio Villa Amezcua

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miemBRos de comités

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guadalupe cedillo gaRzaSecretario de Organización en el Comité Ejecutivo presidido por Rolando Guzmán

Flores (1965-1967) y Tesorero en el Comité presidido por Horacio Salazar (1967-1969)

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Para contextualizar, ¿cómo llega a la Universidad y cómo empieza su vida sindical?Bueno, yo llegué a la Universidad porque yo soy de un pueblo aquí

cercano, El Cercado, y recién que salí de la primaria, la secundaria no me gustó; mi ilusión era ser carnicero porque en mi familia todos en algún momento han sido carniceros, incluyendo a mis dos hijos que son médicos, que siguieron la profesión un poquito refinada pero … [risas]. Entonces uno de mis tíos en esa época era secretario general de un sindicato de una fábrica que se quemó hace poquito, allí en El Cercado, la fábrica de hilados y tejidos El Porvenir. Era un sindicato perteneciente a la CTM y consiguió, le llamaban becas y en el gobierno le decían pensión, el caso es que nos iban a dar 100 por mes a 12 gentes, 12 muchachos, y pues la mayoría era de primaria y la única que aceptaba de primaria era la Álvaro Obregón. Y así empezamos a estudiar en la Universidad, o sea que lo único que no estudié en la Universidad fue la primaria, todo lo demás lo he hecho en la Universidad, todo me lo ha dado la Universidad afortunadamente para bien mío y de toda mi familia, porque mi familia ha sido educada en la Universidad. Así empezamos, terminé mi carrera, me ofrecieron participar como maestro; yo ya desde antes ya daba clases en la Álvaro Obregón y pues empecé la carrera como maestro, primero por necesidad y ya después por gusto, porque la única industria del pueblo, que era la fábrica de hilados, estaba en huelga, tenía como ocho meses. Entonces se acabó el dinero para el pasaje, verdad, entonces uno de mis maestros que quiero mucho, ya murió, el Ing. Francisco Oliver, supo que yo ya no iba a regresar a estudiar por falta de dinero para el camión, entonces él, él había sido mi maestro de Matemáticas, y me dijo: “te doy de mis clases de matemáticas”. Y pues hablamos con el director y estuvo de acuerdo, entonces así empecé dando clases en la Álvaro Obregón en un enero de 1957. Y yo ya estaba en primer año de ingeniería, y al terminar el año, porque antes eran años no semestres, y recuerdo que todos se estaban despidiendo para regresar en enero y yo les dije, “no pues yo ya no regreso en enero, pero nada más teniendo chamba y dinero regreso de nuevo”; y lo supo el Ing. Oliver y me dio esa oportunidad, y realmente a él le debo el haber comenzado, y el haberme apoyado con el director en turno de la Álvaro

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Obregón, que era el Ing. Tamez Anguiano, que me dieron todas las facilidades. Y mi primera clase fue de Cálculo Diferencial, y ya después me dieron otras clases y después en la Facultad de Ingeniería Mecánica, y así empecé mi carrera.

¿Cómo se va integrando al nacimiento del sindicato?Fíjese que había una inquietud, porque en aquella época no nos daban aguinaldo, lo único que hacían era que en la última quincena nos daban las dos quincenas, pero eran las dos quincenas de diciembre, no había un centavo extra. Y de hecho que en pocas partes daban aguinaldo, entonces ya se había, tengo entendido, a mí no me tocó, que ya se habían hecho algunos intentos por agrupar a los maestros, porque esa era la idea originalmente, pues para que nos trataran más decente. Y entonces con la idea de pedir aguinaldo fue como nos agrupamos en esta última ocasión, entonces se nombraron delegados, pero la idea era esa, pedir aguinaldo; se nombraron delegados, y pues en esa época era más marcada la dependencia de la Universidad con el Estado, de hecho a los directores y al rector los nombraba el gobernador, entones dependíamos mucho del gobierno del Estado, entonces a quien había que pedirle el aguinaldo era al gobierno del Estado. Entonces se nombró una comisión y a mí me tocó ir por parte de Mecánica para hablar con el gobernador en turno que era el licenciado Eduardo Livas Villarreal, y fuimos y nos recibió amablemente; el Secretario General de gobierno era amigo de estas ideas, Humberto Ramos Lozano, y nos dice Livas: “tienen toda razón”, nos dio toda la razón, “nada más que recuerden que el aguinaldo se da a fin de año, entonces nos vemos a fin de año”, no, pues salimos contentísimos.

¿Quiénes fueron en esa comisión?Pues iba Rolando, de los que recuerdo, iban Rolando, Salazar Ortiz, que eran los que siempre lideraron el grupo; de Mecánica iba otro ingeniero que se llamaba Jaime Aguilar, que ya falleció, todos son ya fallecidos, yo me estoy retrasando un poquito nada más [risas]… En fin, de los que me acuerdo pues nada más de ellos dos, porque después conviví mucho con ellos, con Rolando y con Horacio… y pues salimos contentos y nos fuimos al Aula Zertuche, y parecía que íbamos a lograr nuestro objetivo. Estuvimos pendientes y los delegados que se habían nombrado para eso nos seguimos juntando periódicamente, y pues fuimos cerca de fin de año por la solución de nuestro aguinaldo y nuestro señor gobernador de ese momento nos dice “no, pues ¿qué tienen?, el presupuesto del Estado se hace en enero no en diciembre, pues ahorita no hay dinero”. No, pues salimos bien enojados, nos jugó el dedo en la boca y regresamos al Aula Zertuche y se tomaron decisiones más fuertes, ya decidimos organizarnos; había la idea de si ser sindicato o ser una asociación, pero la inmensa mayoría opinamos que debería de ser un organismo de lucha que defendiera los intereses del trabajadores, y la

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única manera era ser un sindicato. Entonces decidimos formarnos en sindicato, regresamos a nuestras secciones, dimos a conocer lo que nos había pasado y nos empezamos a juntar ya con la idea firme de formar un sindicato, que por cierto fue el primer sindicato universitario del país, el nuestro […] Tuvimos que luchar porque se iba a sentar un precedente, porque no había sindicatos universitarios en ninguna parte del país, y entonces el gobierno pues también le sacaba. Ya una vez que decidimos ser sindicato, no nos lo querían reconocer; no lo registraban, porque en esa época se consideraba la Universidad como una dependencia del Estado. Entonces éramos una especie de burócratas estatales, así nos estaban considerando inicialmente, y el organismo que se juntaba para reconocer o no sindicatos de ese tipo lo juntaba el señor gobernador y nunca lo formaba, verdad, entonces anduvimos batallando mucho hasta para cobrar las cuotas, porque Rectoría no las quería cobrar y había que ir a las dependencias. A mí me tocó ser el primer presidente seccional de FIME, y pues a mí me tocó andar diciendo: “oye, pues la cuota”, y todo mundo entendía y todo mundo cooperaba, porque Rectoría no quería descontar lo de la nómina; recuerdo que ya con Rolando como Secretario General, y el Rector era el licenciado Elizondo, fuimos un fin de año, estábamos en pláticas para el pliego petitorio y pues la primera petición era el aguinaldo, verdad, porque pues ese fue lo que motivó que nos reuniéramos y se juntaran todos los elementos, originalmente los maestros, pero luego se invitó a todo mundo; y llegamos una mañana, teníamos cita con el Rector, y nos dice “les tengo dos noticias buenas, una que la posibilidad del aguinaldo están dadas; y la otra es que ya les van a reconocer el sindicato, así que yo les sugiero que la plática la posponemos y váyanse al Palacio de Gobierno, allá los espera el licenciado Ramos para que les diga cuáles van a ser los pasos a seguir”. Entonces en esa ocasión se consiguieron las dos cosas, el motivo de nuestra lucha inicial, el aguinaldo, y el que se nos reconociera; serían los primeros pasos para que se reconociera el sindicato, para que se reuniera la comisión, no recuerdo el nombre, tenía un nombre especial esa comisión para que se hicieran los trámites y nuestro sindicato fuera reconocido. Y de ahí a los poquitos meses el licenciado Elizondo se lanzó a candidato de gobernador, o sea que como que la campaña la inicio con nosotros [risas], así pareció.

En ese momento de reconocimiento, ¿cómo se recibe al interior del sindicato la noticia?

En ese momento, bueno, pues fue motivo de mucha satisfacción para todos, para hablar en plata limpia, lo que nos animó más que el reconocimiento fue el aguinaldo, esa es la verdad; que luego platicamos una anécdota que le jugué a Salazar Ortiz, porque lo que nos iban a dar originalmente eran 15 días y así empezamos con 15 días, y pues llevábamos la noticia, fuimos al Palacio de

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Gobierno; ya nos dijo el profesor Lozano qué íbamos a llevar, a dónde debíamos de ir, y él nos apadrinó, él era amigo de todos los que luchaban en ese sentido por el bien de los trabajadores, y a la Universidad él la quería mucho; no obstante que el no estudió en la Universidad, aunque luego se le dio un reconocimiento y bien merecido de la Universidad. Pues ya regresamos a nuestras dependencias y lo que hicimos en Mecánica, me imagino que lo hicieron en las demás, verdad, citar a reunión para el siguiente día y dar a conocer lo que ya se tenía, que ya era un logro, que aún no se sabía la cantidad del aguinaldo; se había pedido 15 días pero hasta el siguiente día supimos que iba a ser los 15 días, y eso fue lo que se nos dio. Entonces pues logramos que muchos maestros que originalmente no querían meterse al sindicato, porque no todos eran de esas ideas, pues se adhirieran al grupo, y pues prácticamente, salvo raras excepciones, la mayoría entró al sindicato; y en esa época era de las dependencias que tenía más maestros [FIME], y lo sigue siendo, y luego ya cuando se adhieren también los trabajadores del hospital, ya fue más grande el número.

¿Al principio sólo eran los maestros?Sí, originalmente eran los maestros, puros maestros, pero luego Rolando, que era un personaje con una visión muy amplia sobretodo en este tipo de cosas, propuso en una asamblea integrar a todo el personal, no solamente al grupo magisterial. Entonces se tomó, se llevó a efecto esa propuesta y se integró sobretodo al personal del hospital, porque ya estaban integrados algunos del personal administrativo de las dependencias, pero del hospital no, porque el hospital se consideraba, aunque era universitario tenía un presupuesto, y sigue teniendo parte de presupuesto federal, directo, por razones de salud y ese tipo de cosas. Ya con eso pues nuestro sindicato se hizo más fuere y fue porque en algunas universidades están separados; tienen sindicatos pero uno es el administrativo o es docente y no docente, verdad, y nosotros no, nosotros prácticamente nacimos integrados; el único que se retrasó un poquito fue el Hospital, pero el hospital por razones de cómo se maneja el presupuesto del hospital, pero el lapso en que no estuvimos integrados con ellos, fue un lapso muy corto, y todo fue por idea del licenciado Rolando Guzmán.

Yo con Rolando era secretario de organización, y luego ya se acaba el período, vienen las elecciones…

Antes de pasar a las elecciones, del período de Rolando Guzmán, ¿qué otro aspecto puede mencionar?

Fíjese que se logró algo que le dan poca importancia, pero que yo considero que también fuimos pioneros, y eso a nivel nacional y no nada más en sindicatos

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universitarios. No sé si usted se acuerde porque no es tan viejo, pero los pliegos petitorios en todos los sindicatos se revisaban cada dos años, no cada año; así empezamos nosotros, cada dos años, así que también –como idea de Rolando– se estableció. Ya después Horacio lo fortaleció, que el pliego se revisara cada año, en-tonces nosotros fuimos los primeros en el país en revisar el pliego petitorio cada año, y no sólo en sindicatos universitarios, sino en todos los sindicatos, porque todos lo hacían cada dos años; entonces es algo que no se le ha dado tanta impor-tancia, pero es muy importante sobre todo en épocas de crisis cuando teníamos las devaluaciones que hemos pasado, enormes. Se imagina revisar cada dos años, pues cada dos años el peso valía ya casi un centavo, y entonces con el lapso de un año había manera de seguir más o menos, siempre abajo, pero no quedar tan debajo de como estaba el incremento de precios y la devaluación y todo lo de-más, pero eso lo vemos nosotros, lo ve el sindicato nuestro, fuimos los primeros.

E inician con dos o tres cláusulas ¿no?Realmente al principio era muy sencillo lo que se pedía, porque lo que era prioridad era el reconocimiento del sindicato como tal, eso fue una lucha contra el mismo gobierno del Estado, porque no quería reunir al comité, no se llamaba comité pero no recuerdo el nombre, para que analizara los documentos, nos diera el reconocimiento y nos dijera qué nos faltaba o qué nos sobraba para llevarlo a cabo, verdad. Y mientas el sindicato no se reconociera como tal, oficialmente por las autoridades, pues nada más nosotros nos llamábamos sindicato, oficialmente no lo éramos, verdad, entonces eso fue un logro, el que se obtuviera ese reconocimiento, y eso se debió a la lucha de todos, era una lucha encabezada por nuestro líder Rolando.

Y luego viene el aguinaldo. Sí, lo primero fue el aguinaldo y casi en simultáneo el reconocimiento del sindicato, y pues a partir de allí se nos facilitaron más las cosas; ya Rectoría por ley está obligada, porque iba dentro de las cláusulas de que el descuento del sindicato se hicieran por nómina de los que estuvieran sindicalizados, ya facilitó el trabajo a los compañeros de las secciones, en fin, el trato ya fue distinto. Elizondo su meta era irse de gobernador, y el que queda, no recuerdo el nombre pero lo nombraba el gobernador; ¡ah! pues el que quedó fue uno de FIME, uno que era director en ese momento, pasa a terminar el tiempo que le quedaba a Elizondo como rector el Ing. Nicolás Treviño Navarro, que él era muy amigo, muy amante del sindicato, o sea que nos fue todavía mejor; se empezó a trabajar con la clínica, a formar la clínica para los trabajadores, él estuvo sólo para terminar el periodo de Elizondo, el que le correspondía para los seis años.

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O sea que lo que llamamos hoy en día Servicios Médicos ¿se inicio con Rolando Guzmán?

Del periodo de Rolando, sí, sí por que fue en el periodo de Nicolás como rector, y todavía con Nicolás estaba Rolando.

Porque primero los atendían en el Hospital Civil…Sí, ya se le empieza a dar forma y prácticamente íbamos como cualquier otra persona. Hay que recordar que es el Hospital Civil, cualquiera que se golpeaba, se accidentaba o se enfermaba iba al Hospital Civil y recibía el mismo tratamiento, hasta que se le dio forma para que nos dieran un tratamiento especial, a que nos trataran de forma, no distinta porque el Hospital Universitario a todo mundo le da un tratamiento muy bueno, pero que tuvieran un espacio exclusivo para nosotros; y empezamos con una oficinita así chiquita, y luego pues ya se le empezó a dar forma y pues ya tenemos edificio propio.

Termina el período de Rolando Guzmán y comienzan las elecciones, ¿recuerda cómo fue este proceso de transición?

Pues, como quien dice ya estábamos embalados, el espíritu sindical ya había permeado en toda la Universidad, o casi toda, aun los más escépticos al principio; y es que se tenía, nuestro sindicato también tiene un detalle muy importante, que el sindicato es para proteger al trabajador, pero no se mete en lo académico. El sindicato nunca ha tenido injerencia en a quién se le va a nombrar como maestro y a quién no, y eso es una cuestión muy importante que ha hecho que el sindicato crezca y la parte académica se queda para los que están encargados de eso, en otros sindicatos hermanos. A mí me tocó ser miembro de un sindicato de maestros, no universitario, y se tiene mucha injerencia en ese campo; en nuestro sindicato nunca, ni siquiera ha tenido la intención de hacerlo y qué bueno, verdad, entonces muchos maestros tenían miedo que al formarse el sindicato fuera el sindicato quien fuera a dirigir la cuestión académica. Ese era un temor que se disipó no inmediatamente, pero sí a corto plazo; la finalidad del sindicato es proteger al sindicato, y la cuestión académica pues a quien le corresponda hacerlo, verdad. Entonces cuando se hace esta segunda elección, bueno era la tercera, pero era la segunda abierta, hubo mucho entusiasmo, mucha participación; estaba muy fresco todo lo que se había logrado, había mucho entusiasmo por participar de todo mundo y que quedó la planilla conformada por el licenciado Horario Salazar Ortiz; y yo allí fui en la planilla, venía como tesorero.

¿Recuerda más o menos cuantas planillas participaron?Realmente no recuerdo, se me hace que éramos los únicos, pero no estoy muy seguro.

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Está bien, entonces comienza el proceso electoral… Empieza el proceso electoral, hay mucho entusiasmo, la votación fue muy copiosa, este, traíamos la gente pero no era acarreada, simplemente poníamos a disposición el que tenía vehículos; no mucha gente tenía carro en esta época y el que tenía su carrito pues lo ponía para venir a votar, porque antes el centro de votación era la Prepa 1, que ahora es un centro que no me acuerdo como se llama, la plaza Colegio Civil, ahí fue la votación y quedó el licenciado Salazar Ortiz y su planilla; no me acuerdo si hubo opositor, creo que no, pero no estoy muy seguro.

Dentro del Comité de Horacio Salazar, ¿qué metas o plan de trabajo tenían?Fíjate que no teníamos logo, entonces una de las cosas que hizo el licenciado Horacio, entre muchas otras cosas, fue el hacer un concurso para tener un logo que nos identificara; y entonces ganó el que tenemos actualmente, aunque ese logo originalmente no estaba así. Se le dio el premio a la persona o personas que lo propusieron pero le hicieron un cambio al original; los que lo hicieron estuvieron de acuerdo. Ya no recuerdo qué se le cambio pero sí se le cambió algo, verdad, y ese es el logo que tenemos y que no debemos quitarle nada ni modificarle nada, ese es el logo que tenemos oficial.

¿Qué otros logros recuerda de ese segundo período?Pues, qué más importante, pues casi cada cosa que hacíamos era muy importante porque no teníamos casi nada, y pues cualquier cosa que se lograba iba aumentando el acervo de beneficios a los trabajadores, pues hubo problemas con Rectoría para las cuestiones de las revisiones contractuales. Hicimos huelgas y algunos paros que surtieron efecto, pues lo más importante de Salazar Ortiz fue que todo lo que había empezado Rolando Guzmán, él lo acopló al momento, lo nutrió de otras fuerzas, de otras ideas y lo consolidó; él consolida para mi punto de vista, él consolidó el sindicato para ser el sindicato actual, ya con bases muy firmes y estatutos bien definidos, en fin, ya un estatuto que trabajaba y como lo hace actualmente en defensa del trabajadores y sin meterse en otros problemas. Nosotros somos un sindicato que, por ejemplo la UNAM hace sus huelgas y cada vez que iba a haber una, pues nos invitaban y nosotros siempre nos hemos sabido mantener al margen; nuestro problema siempre ha sido en la Universidad y aquí lo resolvernos, pero claro participábamos también en lo exterior, tampoco nos manteníamos aislados, pero siempre con cautela, con precaución, siempre guardando las distancias.

Termina el periodo de Salazar Ortiz y ¿qué pasa con usted?Pues yo ya me, sin dejar de participar en el sindicato (siempre fui uno de los eternos delegados a las asambleas generales), me integro un poquito más en la

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cuestión administrativa de FIME, y pues siempre hemos mantenido las formas. Me ponían a mí de administrativo y ya no podía participar en cuestiones del sindicato de forma más abierta o, digamos, en las planillas o en las elecciones, pues ya no podía participar; sí votaba y todo y seguía siendo delegado, pero el puesto que tenía en su momento, porque yo recorrí Mecánica toda la escala -desde ayudante hasta jefe de departamento-, entonces eso hizo estar un poquito al margen del proceso político del sindicato, pero no de la vida sindical; siempre hemos estado apoyando al sindicato en lo que se ha podido.

Desde la perspectiva de alguien que estuvo involucrado en la formación del sindicato y a través de todos estos años, ¿cómo ha visto la evolución del sindicato?

Pues el sindicato ha evolucionado para bien, pero ha evolucionado, evidentemente ya no se dan luchas que tuvimos al inicio de la formación del sindicato, ya como sindicato reconocido y todo lo demás. Nuestra Universidad es una Universidad que afortunadamente las luchas internas ya desaparecieron; sí hay porque en una familia tan grande como la nuestra pues debe de haber desacuerdos, y eso es bueno, debe de estar abierta a todas las corrientes, pero ya no se da el enfrentamiento que se daba al principio, que era un enfrentamiento hasta en ocasiones físico. Entonces nuestra Universidad está en calma y el sindicato está trabajando en lo suyo; y yo veo que nuestro sindicato ha evolucionado para bien y esto que tenemos ahora [se refiere al edificio] pues en un logro ¿no? De primero andar en oficinitas prestadas de la prepa nocturna, porque estábamos en el piso de arriba, a después estar en un edificio de renta a estar ahora en este edificio propio que está más acondicionado, pues es un logro y es un logro importante, porque el hecho de que el sindicalizado sepa de un lugar al que puede ir, dónde están las personas que lo van a defender, pues se siente distinto al ir a un localito así chiquito. Yo creo que nuestro sindicato ha evolucionado para bien, obviamente ya no hay las luchas que teníamos a principios de los sesenta y los setenta, pero ya no las hay porque no ha habido necesidad; ya nos entendemos internamente de manera distinta y nos entendemos bien, yo creo. Pero la gente no debe de olvidar que el sindicato es un organismo de lucha que está para defender a los trabajadores; es una frase muy vieja y muy chiquita, pero esa debe de ser la esencia de nuestro sindicato, ese debe ser lo que todo comité ejecutivo, lo que todo personaje que nos lidere debe de tener muy presente.

En relación a la autonomía ¿cuál sería la participación del sindicato?Pues nosotros, el sindicato, como mencioné hace rato, el sindicato se ha mantenido al margen de las cuestiones académicas, pero la autonomía era académica,

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pero también competente al trabajador, porque también el ser autónomo o no autónomo afecta o beneficia al trabajador, no nada más al docente; entonces nuestro sindicato se mantuvo un tanto al margen, pero sí estábamos al tanto a todo, porque, no como sindicato, sino como universitarios, la gran mayoría participamos en ese proceso, incluyéndome verdad, desde hacer las marchas, salir a la calle, pero no salíamos como sindicato; salíamos como universitarios. Claro, el sindicato también estaba dentro, pero la lucha por la autonomía era una lucha universitaria, no del sindicato, y lo supimos respetar, supimos separar las dos cosas, aunque todos, cada quien en su medida participó en la lucha por lograr la autonomía universitaria.

Respecto al cuarto piso del HU de los Servicios Médico o como civil que nos pudiera comentar algo.

A mí esa parte ya no me tocó, como comité ejecutivo no. [Respecto a lo civil] Allá por los sesenta participé en un accidente de tránsito y salí un poquillo golpeado; y me acuerdo que me llevaron a unas instalaciones pequeñas que estaban por Matamoros. En Matamoros había algo de cómputo, pero también había eso, y allí me llevaron originalmente a que me atendieran y era por parte de la Universidad; ya ahí vieron que tenía algo quebrado y me llevaron al Hospital, pero allí me llevaron. Entonces en alguna época ahí hubo alguna especie de consultorio, clínica, por Matamoros; ahí durante mucho tiempo estuvo el centro de cómputo y cerquita de ahí, una manzana o algo así, hubo al menos un consultorio o algo donde se daba servicio a los universitarios, allí me llevaron a mí.

Para terminar y retrocediendo un poco, el Partido Comunista tuvo una influencia muy fuerte en los primeros comités ejecutivos, platícanos un poco de ello.

Los primeros secretarios generales todos eran miembros del Partido Comunista, Rolando, Salazar Ortiz, uno que fue ex alumno de FIME, que se me va el nombre. Entonces en la época de Piñeyro como rector, surge un por ahí un problema gra-ve y se violentan las cosas en una asamblea y se desconoce al comité ejecutivo de ese momento, que no recuerdo el nombre, un chaparrito que está o estaba ahí en Filosofía, Cástulo Hernández, se desconoce ese comité y se nombra a otro comité ejecutivo provisional encabezado por Carlos Jiménez. Siento, y lo voy a decir como lo sentí en esa época y cómo lo siento todavía ahorita, de que fue una intervención directa de Rectoría, que Rectoría intervino en la vida sindical, para bien o para mal, pero así lo sentí; es mi opinión y ojalá me equivoque, verdad, y luego siguió Carlos y otros personajes. Carlos también era de las mismas ideas, más moderado, pero de las mismas ideas, y luego ya como que la influencia del Partido casi se suprimió de golpe.

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Pero en un inicio fue lo que lo hizo progresista.Pues por eso nacimos, por esas ideas, por esos líderes, si no hubiese sido por eso quién sabe si ahorita existiríamos o quién sabe cómo seríamos; fue idea de ellos, digo, yo nunca estuve en el Partido Comunista pero siempre anduve con ellos, y fueron la idea de ellos, la visión de ellos, de tener un sindicato como el que tenemos ahorita, muy bien definido; vamos a defender a los trabajadores, con lo académico no nos metemos, y no nos hemos metido.

Entrevista realizada por Mauricio Villa el 3 de julio de 2013Transcripción realizada por Susana Acosta Badillo

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caRlos moRales sánchezMiembro activo del STUANL desde 1968, primero como delegado por la Facultad

de Economía, y luego como integrante de comités ejecutivos a partir de la Secretaría General de Carlos Jiménez, en su segundo período 1980-1982, donde se desempeñó

como Secretario de Finanzas y Secretario de Patrimonio Sindical en el ComitéEjecutivo 2012-2015

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¿Cómo se da tu entrada a la Universidad?Yo en el año de 1962 entré a trabajar a la Facultad de Economía, al Centro de Investigaciones Económicas, que en ese entonces funcionaba por medio

de la fundación Rockefeller y Kellogg, ellos al centro de investigaciones le daban fondos para que fuera parte de la Facultad de Economía. Entonces en el Centro se hacían los estudios socioeconómicos de aquí del área metropolitana y algunos de la región noreste de México, que es Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. En ese tiempo el director era un funcionario del Banco de México que lo mandaron de allá, y la directora de la Facultad de Economía era una maestra media france-sa que se llamaba Consuelo Meller Lepé, la directora fundadora; y el director del Centro era el licenciado Manuel Rodríguez Cisneros, que también fue fundador del Centro de Investigaciones. Y yo a ese centro entré como ayudante de inves-tigador, porque yo tenía prepa y había estudiado por ahí dos o tres detalles de administración de empresas; era como una especie de Técnico en Administración. Y ahí estaba la primera generación de estudiantes, eran los que trabajaban con nosotros en el Centro, que eran 14 estudiantes, eran 11 hombres y tres mujeres, que de esa generación salieron algunas gentes que después fueron funcionarios, diputados e hicieron algunos estudios muy importantes. Porque el Centro de In-vestigaciones fue el primer centro creado en México acerca de hacer estudios de mercadotecnia y socioeconómicos y sociopolíticos en México, y se hicieron varias investigaciones, una de ellas eran los indicadores económicos, que aquí todo lo que se movía de tipo económico ahí se manejaba; por ejemplo, el transporte por carretera, por ferrocarril, el movimiento de la bolsa de valores, el movimiento del número de trabajadores en el seguro social, las altas, las bajas, las muertes, todo ese tipo de cosas, el consumo de agua en el área metropolitana, el consumo de gas, el número de metro cuadrados de concesión privada. Además había un es-tudio que se llamaba “índice de precios”, que fue el primero en el país y se hizo en Monterrey, eso fue en 1960, se hizo una encuesta de ingreso-gasto y a raíz de eso de ahí salió la base para hacer el índice, que por ahí todavía está funcionado;

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y además había un indicador que se llamaba índice de posición industrial, donde íbamos a todas la empresas del área metropolitana a recabar información acerca de la producción industrial en Nuevo León.

¿Cómo se da tu entrada al Sindicato?El movimiento sindical se genera en el año 63. A finales del año, algunos traba-jadores inquietos porque en la Universidad no había sueldos decorosos y menos en el Hospital, fueron con el entonces gobernador, que era el licenciado Eduardo Livas Villarreal, a pedir que les dieran un aguinaldo en diciembre, una especie de gratificación, y se las negó. Y el 5 de febrero del 64 se reunieron en el Aula Magna varios maestros para crear una asociación de maestros de la Universidad de Nue-vo León, donde había maestros de prepas y facultades; yo no me integré porque yo estaba en el Centro de Investigaciones que estaba aparte de la facultad, y la facultad estaba en Mina Antigua y nosotros estábamos en el centro. Entonces, en aquellos años había gente liberal, inquieta, entonces ellos participaron el 5 de febrero en la integración del sindicato; yo me acuerdo de ahí de algunos de-legados de la facultad, el licenciado Lucas de la Garza, el licenciado José Infante, el licenciado Treviño, que fue después gobernador del Estado, también estuvo como primeros delegados de la facultad, y había un compañero de la hemeroteca y biblioteca, se llamaba Miguel, que era muy sindicalista, era gente que tenía an-tecedentes como sindicalista y el licenciado Pontealegra, que también fue de los fundadores de nuestra Facultad de Economía; y bueno, se integra en el 64 un co-mité ejecutivo provisional con el Dr. Ángel Martínez Maldonado como Secretario General provisional, y se conformó el sindicato con secciones, que eran como mil 170 trabajadores y por cada 15 había un delegado. Y el 5 de febrero de 1965 se for-mó el primer comité ejecutivo electo por los trabajadores, donde estaban algunos personajes que después fueron parte de la historia de la Universidad y del Estado; el licenciado Rolando Guzmán es electo Secretario General y el licenciado Lucas de la Garza se queda de Secretario del Trabajo; ellos se reúnen y sientan las prime-ras bases, que este sindicato pues es el primer sindicato del país, y además no sólo el primer sindicato del país, sino el primero donde están representados todos los sectores, las categorías, porque al principio había problemas para integrar la gen-te del Hospital; ellos tenían un sindicato pero no funcionaba, y el salario, a ellos les pagaban 11 pesos diarios cuando el mínimo era 24, y a las mujeres les pagaban 11 y a los hombres 14, algo así. Por eso ellos se integraron al sindicato de nosotros ya en el 66; una vez en el 65 que ya se formó el primer comité, se realizó la primera evaluación con el Rector, que era el licenciado Eduardo Elizondo, que ya les pagó a la gente del Hospital, les dio un aumento por lo menos a los mínimos, e hicieron un primer convenio. Yo participaba ahí en la facultad en las asambleas que hacían las juntas, pero no estaba dentro del comité, ni siquiera de la sección, porque todo

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ahí era en base a los maestros y yo no era maestro, yo era investigador; esto duró tres años. Ya en el 68 fue cuando yo participé en el comité directivo seccional con un compañero que era el licenciado Miguel Montemayor, que era esposo de una compañera, Mireya, que era historiadora de ahí de la Facultad de Filosofía, y ahí empecé a participar; pero como te digo, como delegado, iba yo a la Asamblea Re-presentativa, llevaba mis ponencias, que por cierto, entre paréntesis, la Facultad de Economía fue la primera en presentar ponencias por escrito, porque el 5 de febrero se hacían las asambleas y ahí toda la gente que presentaba ponencias las entregaban en servilletas a la mesa del comité; y nosotros no, nosotros llevamos las ponencias por escrito, pero eso ya fue a finales de los sesenta, porque como te digo yo participé hasta el 68-69 por la misma situación de que estábamos sepa-rados de la facultad, ya después el centro se fusionó y yo tenía mis amigos en el sindicato, entonces ya de ahí me nombraron […] ya en el año 70-71.

Presentamos un proyecto acerca de la posibilidad de tener una cooperativa, hicimos los estudios y pedimos permiso a la Secretaría de Relaciones y se hizo una cooperativa, que estaba aquí por el centro, Pino Suárez y Colón; no, perdón, estaba por Pino Suárez y Arteaga; no, bueno ahorita recuerdo, ahí estaba la coo-perativa nuestra y ahí se vendía todo tipo de artículos para beneficio de los tra-bajadores a buen precio, y ahí empecé a participar y luego después se vino el asunto de la autonomía, donde la Universidad se metió en grandes problemas por pelear, y sobretodo el sindicato por pelear la autonomía. Tuvimos grandes problemas con el señor rector y el señor gobernador, que en ese tiempo era don Eduardo Elizondo, que una vez nos impuso a un coronel como rector, el Dr. Arnul-fo, no me acuerdo el apellido, y fue cuando hubo una crisis en la Universidad y los trabajadores, al grado que este hombre tuvo que salir y se nombró un nuevo rector, y este, después de que hubo un problema ahí del gobierno con el Estado Mexicano, en este caso el Licenciado Luis Echeverría. Entonces se llegó a un final de cuentas, se nombró una comisión y se hizo una Ley Orgánica, una ley ya siendo autónomos; y el sindicato pues se reforzó después de las luchas de la autonomía, se reforzó y pues siguió siendo el sindicato, bueno, encabezados por una gente que en aquellos años era parte de un partido político. Y pues ahí había gente enlistada, sobretodo de preparatorias, y después de la autonomía vino la gente de derecha e izquierda, y ahí hubo un reparto más cargado hacia la derecha y se repartieron las dependencias, las facultades, pero el sindicato sí se manejaba por gente de izquierda, y gente buena. Yo recuerdo al ingeniero José Sustaita de los Reyes, que era un personaje del partido de izquierda, pero un tipo muy humano y sindicalista; recuerdo al ingeniero Fabián Navarro, que también era un ingeniero civil y muy cargado a la ideología de izquierda; y recuerdo también al compañero Carlos Jiménez, quien fue quien nos consiguió la clínica de los trabajadores, no la de la Universidad; de los trabajadores, y también nos consiguió la Villa Campestre

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en su primer período; y luego ya vino el ingeniero Sustaita, y con él a nivel nacio-nal había una sindicato unificador; el SUNTU. Entonces con el ingeniero Sustaita éramos parte del sindicato único, que también fue dirigido por una facción de cierta ideología y éramos parte de una sección del famoso SUNTU, y luego de ahí ya sigue el licenciado Cástulo Hernández, que llegó a la Secretaría General por medio de elecciones. Pero antes también hubo en tiempo de Fabián un detalle de una planilla manejada por un licenciado que se llamaba, se llama, todavía vive, Maximino Hernández, que triunfó; las elecciones fueron en la “Álvaro Obregón”, pero después hubo una asamblea plenaria y lo desconocieron y entró gente de otra facción, de izquierda, el licenciado Villarreal Landeros y Carlos Ruiz Cabrera. Toda esa gente, esa nueva generación, y luego después de ahí se viene el asunto de hacer un cambio del reglamento del sindicato y creció el numero de secreta-rías, de siete a 21, más las comisiones.

Entonces ahí el sindicato aumenta su número de secretarías, y entonces ahí la gente de izquierda y derecha hace una coalición de grupos: andaban los de Gru-po Compañero, Grupo Espartaco, bueno se vale decir, los poetas, los ortodoxos, Partido Comunista, y entonces ellos hicieron una planilla muy fuerte, muy grande apoyada por el sistema. Pero entonces por otro lado se lanzó una compañera, que era la maestra Elva Villarreal de Jiménez, como Secretaria General con la planilla Azul y Oro, y aquí fue donde hubo más o menos el distanciamiento, la división, el parte aguas, porque la otra planilla era la Rojinegro, porque la Azul y Oro siempre había sido la oficial, vamos a llamarle entre comillas, la que representaba al sindi-cato y esa vez por alguna razón la planilla rojinegra fue la que triunfó en 1979 con el Lic. Cástulo Hernández. Pero en el 80 hubo un cambio radical en el gobierno, sobretodo en Rectoría, donde viene el señor Alfonso Martínez Domínguez como Gobernador y nombra como Rector, aunque se entiende que no debería meterse, pero bueno, al Dr. Piñeyro, y allí es donde hay una serie de situaciones políticas, porque la izquierda quería posiciones dentro de la Universidad […] el primero que según esto fue democráticamente elegido fue el Ingeniero Héctor Ulises Leal. Pero después de ahí hubo una serie de problemas, que después de él entró un abogado que se llama Lorenzo de Anda y Anda, que es un abogado muy famo-so aquí en el Estado; y después de Lorenzo siguió el Dr. Luis E. Todd, que ahí fue cuando la Universidad entró en un proceso de paz, porque Todd era un tipo muy hábil y a todos los grupos se les dio posiciones, y la libró bien. Pero entra Piñeyro y, con otro tipo de ideología y estilo, empieza a tener problemas con la gente de izquierda y empieza ahí cierta desmandada; y en el sindicato pues estaba el comi-té con el maestro Cástulo Hernández, que era un buen sindicalista, pero detrás de él había gente de cierto grupo político y pues tuvo la necesidad de renunciar el 5 de febrero del 80, bueno no el 5 específicamente, después de que la maestra Elva perdiera las elecciones del 79, nos regresamos con ella e hicimos un grupo políti-

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co en el 80, e íbamos a pelear los delegados para hacerle frente al comité ejecuti-vo de Cástulo y algunos amigos que estaban ahí con él. Pero antes de eso se viene un movimiento de un contacto que estaban exigiéndole cosas al Rector, y Piñeyro empieza a presionar, y nosotros acá en el sindicato hicimos nuestro grupo, inde-pendientemente de Rectoría y de todo, hicimos un grupo, entre comillas, liberal, sindicalista. Y entonces nos reuníamos para poder llegar a la asamblea con dele-gados y de relaciones empezar a apoyar cosas del sindicato, no sólo de un partido o un grupo político, que finalmente el sindicato es todos, no necesariamente de un solo grupo; y también decíamos que al sindicato se viene a servir no a servir-se del sindicato. Nosotros le decíamos al comité “sírvele a la gente, no te sirvas tú”, verdad, ¿pues cómo?, ese era más o menos nuestra idea, nuestra ideología; y después pues llegamos y se armó una trifulca en el Aula Magna, pero grande, y salimos e hicimos una asamblea posteriormente el 14 de febrero en la Facultad de Contaduría Pública, y ahí nombramos un Comité Ejecutivo, encabezado por el licenciado Carlos Jiménez. Y el grupo de nosotros ahí nos dieron posiciones, a mí me tocó estar ahí, curiosamente, de Secretario de Finanzas, que en ese tiempo las posiciones eran para las dependencias que tuvieran mayor población, bastante delegados; y en la Facultad de Economía pues teníamos 40-50 trabajadores, pero hubo ahí una especie de votación y por ahí salí yo como Secretario de Finanzas, y pues ahí estuvimos con el licenciado Jiménez y empezamos a trabajar en la te-sorería. Y pues había muchos detalles pendientes con la gente que se había ido, se quiso hacer una auditoría, pero nosotros no apoyábamos eso; y también que empezara a trabajar la Comisión de Justicia, que es la que determina los castigos, según el estatuto, para la gente que no respete el estatuto del sindicato, y nunca quisimos usar la Comisión de Justicia, para, pues como una especia de venganza, una cacería de brujas, nunca quisimos, al grado que toda esta gente siguió tra-bajando. El maestro Cástulo por poco y era director de la Facultad de Filosofía y Letras, y bueno al final todos somos compañeros, y seguimos, y esa vez hicimos un grupo, bueno esto es como una anécdota, que nos reuníamos después de la elección de la maestra Elva, que nos ganó la rojinegra, y no había para hacer carne asada ni mucho menos, entonces se hacían tamales y nos decían “el grupo tamalero”, porque pues los tamales eran baratos y con una soda y pues ahí nos juntábamos varios.

Entonces cuando se viene el asunto del cambio nos manda llamar la gente que manejaba la Azul y Oro, o sea el movimiento 5 de febrero unidad sindical que, entre otros, los manejaba Carlos Jiménez, el maestro Celso Garza, y una serie de gente, la misma maestra Elva nos mandó llamar y nos dio posiciones dentro del Comité Ejecutivo, y estuvo bien, pero terminamos el período, entonces este comité como tenía el período del licenciado Cástulo, se reelige y yo ya no participé; no participé por situaciones de otra índole que no se vale decir, no participé directamente,

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pero sí como suplente y como presidente seccional de la Facultad de Economía. Al poco tiempo, Carlos como era un tipo muy, este, vamos, en algunos casos muy pe-leonero, muy sindicalista, en alguna vez hizo algo que no les pareció en el sistema ni acá en Rectoría ni en el gobierno, que era don Alfonso, y lo desconocieron en una asamblea plenaria, le levantaron unos cargos ahí, que Carlos se había salido de la línea, vamos, y algunos hicieron algunos desplegados, etcétera. Total que tuvo que renunciar y el suplente, que era el licenciado Raúl López Aldape, que era de la facultad de Físico Matemáticas, y él terminó el período de Carlos Jiménez, y luego se eligió ya como Secretario General en 1985 y terminó su período. Carlos se fue en mayo del 83 y Aldape entró como su suplente y después en el 85 como Secretario, pero ya con elecciones, y yo participé con Raúl como asesor, pero este Raúl era un tipo bueno, durante el período de Carlos estaba de Presidente López Portillo y nos entregaron unas casas ahí en San Nicolás, que se llama Arboledas de Santo Domingo. El señor López Portillo vino y puso la primera piedra para la pri-mera casa; nos dieron 200, 300 casas, bueno, no nos la dieron, nos las apoyaron, fue en tiempo de Carlos Jiménez que hicimos la lucha, hicimos encuestas, ya su-pimos más o menos las necesidades de algunas gentes, sobretodo de base, gente del hospital y de algunas dependencias y se les entregaron casas, que eran unas casas de interés social: mil pesos de enganche, etcétera; total por ahí está todavía la colonia y vive mucha gente de la Universidad. Posteriormente con Raúl hicimos otro intento y sacamos otras casas en Apodaca, en Guadalupe y Santa Catarina –con Piñeyro todavía como Rector–, y nos entregó otras casas para la gente, y los estudios los hicimos nosotros y cuando llegamos al Sindicato pues no había nada; hicimos, este, la Villa Campestre pues estaba abandonada, entonces se hizo una comisión y un reglamento y se echó a andar la Villa Campestre con un reglamento que nunca había existido, y otro cuando estaban Carlos y Raúl.

Íbamos a las fiestas, por ejemplo, del día de la madre y pues no sabíamos ni qué, entonces empezamos a organizar las famosas encuestas: cuántas madres, de qué dependencias, de cuánta edad, de cuánta antigüedad, todo ese tipo de cosas, igual el día de la secretaria, el día de la apertura de la Villa Campestre, cuán-ta gente entra, cuántos niños, cuántos camiones, todo este tipo de información la teníamos, el día del niño también, eso no existía aquí en el sindicato, entonces implementamos ese tipo de cosas. Ya después de Raúl, pues vino otro tipo de gente ¿no?, vino el ingeniero Gregorio Farías como Rector; nosotros hicimos una campaña cuando se lanzó Raúl en su período, pero no pudimos juntar gente, lue-go hicimos una planilla cuando se lanzó, después de Raúl, al profesor Rodolfo de León, una planilla que se llamaba Eco Sindical, y pues esa planilla tuvo cierto éxi-to con mucha gente y fuimos al sindicato a acreditarnos como planilla, y mucha gente anduvo, ganamos en muchos lugares, a pesar de que éramos una planilla

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independiente, incluso en el Hospital y en Rectoría, pero pues hubo ahí detalles que a final de cuentas la planilla Azul y Oro, encabezada por el profesor Rodolfo, fue la que triunfó, y después reconocimos el triunfo, a pesar de que había compa-ñeros que pedían hacer un sindicato paralelo, o sea, vamos a organizarnos, tene-mos gente, tenemos la mitad, pero no, finalmente no. Yo fui de los que me opuse a esa cuestión y algunos compañeros; no se puede, no se debe hacer una división del sindicato; el sindicato somos todos, verdad, y al final de cuentas no procedió. Y ya después vino el ingeniero Guzmán que ya le tocó el período del licenciado Silos como Rector, y luego después de él, viene el licenciado Fernández Quiroga, y dentro de acá como al margen, siendo Silos como Rector, nosotros teníamos un grupo, bueno el de siempre, y nos juntábamos allá en la colonia [inaudible] en una casa de madera que le decían “el tejaban”; y nos decían los tejanos, y nos reuníamos después de una asamblea, un 5 de febrero y eso. Y cuando llega Silos, como era de Economía, compañero mío de la facultad, pues pensaban que noso-tros íbamos a cambiar y a llegar al sindicato por la puerta grande -por ser Silos el Rector-, pero este era un grupo de compañeros que nos reuníamos a convivir, un 5 de febrero, un cumpleaños, pues ahí cooperábamos, todo ese tipo de cosas, y se creía que íbamos a formar una planilla por ahí para lanzar; pero uno de nues-tros acuerdos del grupo era "no vamos a inmiscuirnos en cuestiones políticas del sindicato, vamos a respetar el sindicato" y nosotros nos hicimos a un lado, no par-ticipamos, participamos allí como parte de una planilla pero al margen de esto, siendo Silos Rector, verdad, y posiblemente si hemos hablado con Silos, sí nos lo daba, pero no había tanto interés. El asunto ese no sé si sea al margen de lo que estamos hablando acá.

Está bien, puedes comentar de ese asunto también.El asunto, tú, Mauricio, es que ser Secretario General es mucha responsabilidad, verdad; yo lo sé, porque te he dicho, además de esa responsabilidad tienes que hacer algunos tratos que en un momento dado no benefician al trabajador y pues allí está difícil, verdad. Esa es más o menos la idea que teníamos el grupo de allí de nosotros, o sea la idea de aquí va estar muy difícil: tener una línea sindicalista, porque siempre hay factores, verdad, y mejor al margen, al margen. Luego ya des-pués alguna vez hicimos una aproximación, una estimación acerca del número de jubilados y de los que posiblemente se iban a jubilar dentro de un plazo de 15 años; hicimos una apreciación, una estimación, y ya nos dimos cuenta que des-pués del año 2000 iba a haber una explosión, digo explosión desde el punto de vista de los jubilados, porque cuando la autonomía fue en los años setenta, 71, 72, 73 y entonces era Rector Todd y se crearon muchas dependencias y entonces en-tró mucha gente a trabajar; y todavía en el 67, 66, 68 pues el número de jubilados

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era de 20 o 30 al año, pero ya del 2000 para allá empezó a moverse, ya iba a crecer mucho el número de jubilados. Por ejemplo en el 95, 96 como te digo, eran, ¿pues de qué te diré?, 50, 30, 40, etcétera, y con Rectoría teníamos un compromiso de una cláusula de donde –la 152 del Contrato–, donde dice que Rectoría debía ser la encargada de jubilarlos y la jubilación dinámica respetarla por siempre. Y enton-ces a raíz del estudio que se hizo, que lo hicimos nosotros, se dieron cuenta que sí iba a haber un problema después del 2000, verdad. Entonces sale Silos y entra el doctor Reyes Tamez y él le pone ganas a ese estudio, a ese problemón que se le iba venir a la Universidad; y el Secretario General era el arquitecto Isaías Balderas Candanosa, y junto con él el maestro contador Alfredo Romero Oyervides, com-pañero contador; y por allí nos dieron la tarea de investigar cómo estaba la situa-ción en el país con respecto a los fondos de pensiones y jubilaciones, y resulta que pues todas las de seguridad pública, bien o mal, dependían de una organización de seguridad social en el caso del Seguro o el ISSTE, aquí en Nuevo León pues el ISSTELeón, verdad. Y nosotros éramos el único que teníamos una seguridad social independiente, autónoma, ya sea tanto las pensiones y jubilaciones y el servicio médico.

Entonces allá se hizo un estudio, pero nos dimos cuenta que en el país no había ningún fondo excepto el del Tecnológico, que tenía un fondo privado; y por allí conseguimos un estatuto, digo un reglamento de este famoso fondo y lo adaptamos de alguna manera a nuestro sistema, a nuestro medio, y presentamos el proyecto en una comisión ante Rectoría y allí empezaron los estudios, que al principio pues Rectoría quedó de poner un 14% y nosotros un 12; pero fuimos a esas asambleas y nos rechazaron, porque pues nos habían aumentado un 8% de salario ¿y nos iban a quitar un 12?, no pues nos rechazaron. Luego hicimos núme-ros que por allí en la Facultad de Economía y llegamos a un medio de solución: un 0.25% cada cuarto mes, un 1% en un año, después el 3%, y así nos fuimos hasta el 2000, que ya sacamos el 9% que votamos nosotros y un 3% que nos dio Rectoría, que son un 12%, más un 14% que da Rectoría, verdad, que es como está integrado el fondo de pensiones y jubilaciones. Y empezamos también con 68 millones de pesos, cuando estaba Silos, con eso se empezó el fondo de pensiones; y el gobier-no del Estado, que en ese tiempo estaba el licenciado Benjamín, nos aportó nueve millones de pesos más lo poco que había por allí de una reserva que tenía Rec-toría para el fondo, y se crearon los fideicomisos; y en diciembre del 97 se sacó el acuerdo y empezamos a portar el 12 % de nuestra raya, el 9% en realidad, porque la Rectoría nos dio el 3% en el 98; y ahorita el fondo debe andar en no menos de ocho mil o nueve mil millones y del 98 para adelante llegamos al acuerdo de que en 10 años no se iba a tocar el fondo. Y también desde el 98 se le empezó a sacar para el servicio médico, y un tanto por ciento del 26; y luego el año pasado o ante

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pasado se le sacó para pagar la mitad de la nómina de jubilados que se vence en el 2012.

¿Cómo recibió la comunidad universitaria la conformación de este fondo en ese momento histórico?

Obviamente que se le rechazó, ¿por qué?, pues porque en este caso íbamos a aportar el 12% los trabajadores, y en algunas asambleas y en algunas dependen-cias lo rechazaron, verdad, el fondo, porque como te dije, en ese año nos tocó un 8% de aumento y nos iban a rebajar el 12, y pues nos rechazaron y tuvimos otra vez que hacer un nuevo esquema, un nuevo reglamento administrativo y llega-mos al acuerdo de que del 12%, la Universidad iba poner un 3% y que en realidad el trabajador iba a poner un 9%. Hicimos números y se aceptaron, se aceptó poner un 0.25% quincenal, o sea cada cuatro meses el 1%, en un año el 3%, y el 9% hasta el 2000, más el 3% de Rectoría, era el 12% […] Claro, en el primer reglamento que se hizo pues estaba allí de alguna manera articulado que, este, vamos, proponía-mos que el trabajador, previo a que apareciera en el fondo, llenara una solicitud donde decía que estaba dispuesto a aportar el famoso 3% o el 12% o el 9% en este caso, pero la táctica no las aceptaron en ese sentido. Y luego la otra que cuando tú fallecieras o de alguna manera te despidieras de la Universidad o te pensiona-ras, se te devolviera tu participación al fondo, y tampoco se aceptó, verdad; en el fondo la aportación es hasta que te mueras, verdad, o hasta que te jubiles y dejas de aportar, y pues estando de activo debe aportar el 12%, en ese caso entonces te rebajan, que en realidad es el 9%, pero ya el 12, el 12% es algo pues pesado ya para algunas gentes, después de años ya alguna gente reniega y hubo allí de-mandas sobre todo la gente que se jubiló antes del 98 para que les devolvieran su participación, porque del 98 para acá empezó a rebajarse, y ellos estaban fuera de esa época, del 98 para atrás se jubilaron y se les devolvió una parte, pero sí apor-tan para el servicio médico, que hasta ahorita tenemos un servicio médico. Y pues igualmente después del año 2000 se vino un problema en la Universidad que ha-bía mucha gente por contrato, se les tuvo que basificar, pero ellos entraron en un nuevo esquema para en el caso de pensiones, para la aportación en el fondo de pensiones y jubilaciones y ya, este, se empieza a tener unas cuentas individuales tipo azar, tipo afores y se van a jubilar no a los 30 como la gente que estamos del 98 para atrás, sino hasta los 35, 65 de edad, que es un acuerdo no solamente de la comisión de fondos. sino es un acuerdo a nivel nacional. Se reformó la ley del ISSTELeón, del ISSTE y del Seguro Social, y bueno el mayor peso de un país pre-cisamente son las pensiones y jubilaciones, la seguridad social, ese es el coco de todos los países de Europa, Argentina, Chile, en todos lados.

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Ahora, después de lo del fondo y todo esto estas épocas actuales ¿cómo las has vivido?

Bueno, mira, cuando el arquitecto Isaías, bueno el licenciado Isaías, lo bueno pues es que allí nació el fondo, y con Joel Montemayor también hubo algunas prestaciones muy buenas para el trabajador, verdad, allí sacamos pues dos, tres prestaciones buenas. Por ejemplo, aumentamos el salario y las prestaciones como bonos de despensa, luego llegó Tomás Tijerina, en tiempo de Tomás sí salieron unas cosas buenas también y se creó la caja de ahorros del sindicato, verdad, se nos donó una casa que está aquí por 5 de mayo, que está allí por la Alameda para tener allí la sede de las Comisiones Mixtas, donde pudieran pues ellos hacer sus reuniones, y allí es donde el trabajador necesitado pues tiene la capacidad de pe-dir préstamos y todo ese tipo de cosas, una especie de ayuda para la economía del trabajador. Eso fue cuando Tomás y también con Tomás se hicieron los primeros encuentros, o más bien congresos nacionales que el sindicato entró a la federa-ción de sindicatos: la FENSU, en ese tiempo tanto aquí como en Guadalajara y en algunas partes se hizo algunos congresos nacionales, y se empezó a mover el sindicato desde el punto de vista nacional. Tenemos un buen Contrato Colectivo de Trabajo, claro que hay otros que tienen sindicatos poderosos o que tienen un poquito más que nosotros, pero finalmente el nuestro es un buen Contrato Co-lectivo de Trabajo, verdad, tenemos buenas prestaciones, tenemos un fondo de pensiones, tenemos, pues vacaciones, tenemos una casa del jubilado –que en ese tiempo nos la proporcionó el ingeniero Guzmán y no me acuerdo si estaba Silos o Reyes–, y también está la villa campestre que cada año mejora y hay más servicios para los trabajadores y sus hijos. Lo mejor de este comité del doctor Oscar de la Garza, es que empezamos a manejar y a revisar los contratos y esperamos este año terminar con los contratos; ya quedan pocos para basificarse, quedan pues gentes que llegan a dos, tres años de antigüedad y este año es la promesa de que se acaban los contratos, verdad, y posiblemente le digo que cuanto antes termi-nemos con o empecemos a manejar la cuestión de los de ingresos propios, que también es un problema fuerte que tiene la Universidad.

Carlos, es toda una vida participando en el sindicato, ¿qué es lo que te lleva estar tanto tiempo aquí profesionalmente en el sindicato?

¿Pues qué?, estamos acá y pasan diferentes secretarios y pues realmente no tienes una gratificación, verdad, pues en algunas universidades públicas te vas del sindicato, te pagan tus viajes, etcétera, y te dan un tanto más de lo que ganas; y aquí nos dan algunos gastos de gasolina o bonos, ahora con motivo del doctor allí aumentó un poquito más. Pero los pasados era muy difícil, verdad, de que si no estabas tú dentro del grupo del poder, no te reconocían tu actividad; y aquí

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en el sindicato pues yo he estado mucho tiempo ya sea de asesor, de secretario, más que todo de asesor, coordinando asesores etcétera, y este, pues la he pasado bien, verdad, y la mayor es satisfacción es pues apoyar al trabajador y defenderlo de alguna manera y de conseguirle beneficios, es lo único bueno ¿qué más?

¿Tú cómo ves al sindicato a futuro? ¿Cuál sería tu visión?Mira, este, ahora con el motivo de que llegó el doctor fue un parte aguas muy interesante y muy importante: ya se considera tanto en los festejos y en los convivios a la gente jubilada, a la gente que está por contrato, a los niños se les da muy buenos juguetes, muy buen servicio, y pues hubo un parte aguas allí con el doctor, lo principal es que la gente ya tiene su base, que es lo principal; y la otra, que se tiene de todo tipo de servicios, tiene muy buena comunicación por medio de la cuestión de la Internet, correos electrónicos y todo eso; y la gente ya no tiene temor a venir a expresar sus necesidades o sus derechos, que muchas veces se nos pasa porque, este, no falta que alguien por allí lo trate de alborotador. Y ya vienen o por medio de los correos exponen su caso y se les atiende perfectamente bien, tanto a los jubilados como incluso a las gentes por contrato se les da un buen servicio; y el doctor le ha dado también mucha importancia a las relaciones con otras universidades públicas, incluso la Confederación Nacional, la CONTU, por allí nos tiene reservado, digo tienen de hecho una participación en el comité ejecutivo nacional y no tarda en, a lo mejor, de ser cabeza de este sindicato de la Confederación Nacional, de Sindicatos Universitarios y para eso es pues muy importante el trabajo que se ha hecho, verdad. Y el fondo de pensiones sigue trabajando la comisión mixta y el secretario en este caso, Rafael, felicidades porque has trabajado este con la gente de Rectoría en el comité técnico para el beneficio que por allí hay de por medio; y no tarda mucho en que a los trabajadores se les dé unos prestamos este con bajo interés y a plazo largo; se va disponer del fondo de algunos millones de pesos, pero eso debería haber sido de siempre, verdad, cuando se entra al fondo por allí, para algo debe servir al fondo, además de que sirve obviamente para nuestra jubilación dinámica. Eso también es un acuerdo, también se logró el apoyo para las trabajadoras que están jubiladas que ya, que ya después de 10 años no se les apoyaba con su pensión y ahora se les está apoyando con sus bonos, con no sé, lo mínimo, etcétera ¿no?. Entonces eso es muy beneficioso para los trabajadores, sobre todo para las familias de los trabajadores, que esto va ser determinante en muchas cosas porque cumplimos 50 años de ser sindicato.

Y de esos 50 llevas hasta 20.Somos pioneros del sindicalismo nacional, fuimos los primeros en el país de or-

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ganizar un sindicato y no solamente un sindicato unido, digo de cierta manera sí somos el único que somos un sindicato unido, verdad, donde estamos represen-tados todos los sectores tanto administrativos, técnicos, intendentes, todo tipo, maestros y allí estamos y, este, vamos a corto plazo, pues todo está perfectamente bien a mediano plazo. Y pues más o menos nos va llevar a tener otro buen comité ejecutivo, pero éste definitivamente está muy bien integrado; hay buena relación, hay buen convivio, buen trato y también le dan a uno el espacio de poder apare-cer, de poder hacer algo; a veces uno se sale un poquito del esquema, pero sí hay espacio para darle a los trabajadores.

Entrevista realizada por Mauricio Villa el 14 de junio de 2013Transcripción realizada por Susana Acosta Badillo y Erika Flor Escalona Ontiveros

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maRio BuRgoa gonzálezCandidato a la Secretaría General para el período 1991-1994 por la Planilla Blancoy Rojo, ex presidente seccional de la sección 1 y miembro de los comités de José C.

Fernández Quiroga, Graciano González Alanís y Salvador de la Paz Siller yPresidente de la Comisión de Servicios Médicos en el Comité Ejecutivo 2012-2015

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¿Cómo es tu arribo a la Universidad, cómo empiezas a trabajar, qué es lo que te lleva, y cuándo entras a la vida sindical?Bueno, yo empiezo a trabajar en 1974 como técnico en enfermería en el

Hospital Universitario. Previo a 1971 yo soy de los de los agraciados o beneficiados por la lucha del pase automático, que se había dado a finales de los sesenta, principios de los setenta: pase automático a estudiante de preparatoria; y en 1974, repito, entro a trabajar al Hospital Universitario, pero sindicalmente empiezo a participar a partir de 1979. Hubo un proceso electoral, había la primera candidata a Secretaria General, que era la maestra Elva Villarreal Villarreal por la planilla Azul y Oro; y la planilla Rojo y Negro con el licenciado Cástulo Hernández Gálvez; yo participo como delegado por parte de la sección número uno.

Entonces el licenciado Cástulo Hernández Gálvez es el candidato por la planilla Rojo y Negro. La licenciada Elva Villarreal Villarreal por la planilla Azul y Oro y me incorporo con la delegación de la sección número uno a los trabajos de la revisión contractual de 1979; nuestra candidata pierde y nos regresamos a nuestras labores cotidianas de, pues de enfermería.

Este, lo cuentas así muy rápido y muy simple, pero fue un tiempo, un contexto histórico complicado ¿no? Cuéntame un poquito de lo que se vivía en el ambiente en ese momento.

Bueno, en aquel entonces era el Rector Luis Eugenio Todd, que había llegado en 1973 al 79. El sindicato lo tenía la gente del partido comunista, antes del Licen-ciado Cástulo, era José Luis Sustaita de los Reyes, y en esa época nada más los comités ejecutivos duraban dos años. Hubo una reforma estatutaria, permitió que los próximos comités ejecutivos fueran de tres años, como actualmente es; y los comités directivos seccionales también fueran de tres años, porque antes nada más eran dos años y se aumentó la cartera de las secretarías del comité ejecutivo, pues para acomodar a todas las fuerzas democráticas, sindicales y que querían in-tegrarse al comité ejecutivo, entonces por eso es que se extiende hasta 21 secre-tarías. Eso es lo que previo se vivió, ¡claro!, había habido otro tipo de luchas, este,

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por los controles de las escuelas, pero ya llegando a 1979 la gente de la izquierda presentó esa planilla, y vamos a llamarle a la gente de la derecha, o sea la maestra Elva Villarreal Villarreal –que como antecedente era esposa del compañero Carlos Jiménez Cárdenas, que ya había sido Secretario General del periodo 75-76–, en-tonces ella era secretaria de previsión social; el compañero Cástulo era el secreta-rio de organización.

Y pues bueno, la historia dice que la planilla rojinegra gana y ellos empiezan en 1979 el 5 de febrero su primer período; después hubo un proceso electoral, tanto de gobernador, y aparece don Alfonso Martínez Domínguez, un señor muy cono-cido históricamente por la cuestión del 10 de junio del 71, cuando los halcones maltrataron y golpearon y asesinaron a los compañeros del 10 de junio del 71; y él venía por el partido oficial, que es el PRI, y hay discrepancias entre la gente que tenía el sindicato y la gente que estaba al frente de la Universidad; venía ya el pro-ceso de cambio de Rectoría. El difunto que acaba de morir ahora en mayo, el li-cenciado Tomás González de Luna, que era quien comandaba o lideraba el grupo del partido, pues no llega a un buen acuerdo con don Alfonso; hay una cuestión frontal y llegando él al poder, lo que nosotros vivimos como trabajadores univer-sitarios y maestros o sindicatos de la Universidad, era que la línea era golpear a la gente de la izquierda. En octubre que llega el Dr. Alfredo Piñeyro López como Rec-tor a la Universidad para el período 79-85, pues sí hay una persecución a la gente de izquierda dentro de la Universidad, la gente más democrática, más vanguar-dista, progresista, y se empiezan a dar las condiciones para que en la revisión del Contrato Colectivo del Trabajo, de 1980, como siempre en la sección uno que es el Hospital Universitario, Facultad de Medicina, se empieza a gestar una inquietud y preparar una embestida en contra del Secretario General; y en una asamblea de enero del 80, desconocemos al comité ejecutivo, elegimos a nuestros delegados y así fueron acuerdos de la sección uno en enero del 80. Ya con los acuerdos de que se había desconocido al licenciado Cástulo Hernández Gálvez, nos presen-tamos el 5 de febrero del 80, ya como delegación del Hospital Hniversitario de Medicina y pues, este, impugnamos, reventamos la asamblea como sección uno y pues bueno no se llega… no se instala la asamblea general representativa, que era muy diferente como se hace ahora ¿verdad?, era sección por sección, y pues no se logró que se instalara la asamblea y se disuelve. Entonces el 14 de febrero de 1980, las dos terceras partes de la asamblea general representativa en base al estatuto, somos convocados, unos compañeros de aquel entonces, este, citan al comité ejecutivo, eh, citan a la asamblea general representativa y se instala la asamblea; se toma el acuerdo de desconocer al comité ejecutivo y se propone y se acepta como Secretario General provisional al Lic. Carlos Jiménez Cárdenas para que cubriera el período del Lic. Cástulo, que era el 80, el 81 y el 82.

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Pues ya ahí ya tengo una participación más activa, una militancia más fuerte; salgo electo yo como secretario de finanzas suplente, el titular era nuestro compa-ñero el Lic. Carlos Morales, actualmente compañero que todavía está aquí presen-te en nuestro comité ejecutivo y eso es en los ochenta ¿verdad? Después de ahí, pues participamos en la sección activamente, en ese período se viene el cambio, del primer cambio de comités directivos accionales por tres años, siendo electa la compañera enfermera Gloria de la Rosa Cerda por el primer período 80-83, des-pués en el 82 el Lic. Carlos Jiménez Cárdenas participa nuevamente como candi-dato, como compañero candidato a la secretaría general, es una planilla única. Y pues gano para el período 82-85, pero un año después hubo un distanciamiento con el señor Rector Alfredo Piñeyro López, que vuelve a originarse que se revienta en la sección uno, porque soy candidato de la unidad por parte de la gente del sindicato, vamos a llamarle así, a candidato presidente de la sección número uno, la dirección, que a partir de ahí tiene mucha injerencia en las diferentes secciones. Lanza su candidato, a pesar de que gano por mayoría absoluta; me toma la pro-testa el Secretario General ahí en la asamblea, este, vuelven a interrumpir los fa-mosos amigos del Rector, nos toman las instalaciones de la sección uno nuestras oficinas, nunca nos dejan entrar; y en mayo del 83 el Lic. Carlos Jiménez Cárdenas presenta su renuncia. Entra el suplente que era el Lic. Raúl… y a mí nunca me re-conocieron, fue la primera vez que yo intento ser presidente seccional, ya después pues ya la historia dice que como cinco veces [interrupción]. Entonces en 1983 renuncia el Lic. Carlos Jiménez Cárdenas a la secretaría general de nuestro sindi-cato; se van varios compañeros en solidaridad con él, y entra el compañero Raúl López Aldape, que era el secretario general suplente, ex director de la Facultad de Físico Matemáticas, y él logra un período del 83, de mayo a febrero 5 del 88. Duró cinco años porque cumple el primer período del Lic. Carlos Jiménez Cárdenas y él vuelve a participar en el 85 como candidato de unidad por la planilla Azul y Oro, y lógicamente él gana y cubre el período anterior del 83 al 85 y del 85 al 88.

En este período tú…Teníamos piso político, no participamos ¿verdad? nos replegamos, nos pusimos a trabajar. Yo seguía, sigo siendo enfermero del Hospital Universitario y no parti-cipamos, no había condiciones y no había garantías laborales para que, pues no fuéramos golpeados y pudiéramos ser despedidos por nuestras cuestiones sin-dicales. Hubo persecución hacia el interior de la sección uno, ¿qué persecución? pues cambios de turno, cuando el Contrato Colectivo de Trabajo y el reglamento dice que no te pueden mover tu turno; hubo, pues, seguimiento personalizado ¿verdad?, hacían reuniones y te caían ahí. Entonces esperamos al 88 con la llegada del candidato que era el profesor, que en paz descanse, Rodolfo de León Garza; y

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del 88 al 91 nos acercamos a simpatizar con el maestro, pero no hubo una partici-pación activa, ya en el 89, que es cuando hay un cambio del comité directivo sec-cional, participamos con la planilla Azul y Oro, al interior de la sección uno, pero no pudimos ganar. Y aparece una mujer muy famosa que es la trabajadora social Ángela María Marroquín, que entra al período 89-91, y en ese mismo año, finales de noviembre-diciembre, empieza a haber problemas en el hospital universitario, en el cual la señora seguía otros intereses extra universitarios, extra del Hospital Universitario, al servicio de un político famoso de aquel entonces ¿verdad? Y em-pieza a haber otra vez los problemas, empieza a haber los enfrentamientos inter-nos con los compañeros delegados de la sección uno; la delegación la teníamos nosotros pero el comité directivo seccional lo tenían los que no eran nuestros amigos, y hubo enfrentamientos entre los trabajadores, hubo golpes.

Y a partir de noviembre que se instala la asamblea para el anteproyecto de revisión contractual de 1990, hubo un enfrentamiento el cual nos cuesta que intente el Dr. Piñeyro correr seis trabajadores, vamos a decir, tres de nuestro lado y tres de aquel lado ¿quiénes eran? Pues eran compañeros que no representaban ser auténticos trabajadores, eran más mercenarios que trabajadores; y por el lado de nosotros, estaba el compañero Homero López Rodríguez, que ya falleció; compañero Homero Vázquez Ramírez que desgraciadamente ya falleció; y el de la voz, Mario Burgoa, éramos los tres que como el Dr. Piñeyro decidió, que como se había alterado el orden, teníamos que salir nosotros también con ellos, pero se logró convencer que nosotros habíamos sido golpeados dentro de las instalaciones del Hospital Universitario al tratar de que la asamblea se llevara a cabo, y eso nos permitió que siguiéramos. En enero del 90 el Dr. Piñeyro, antes las secciones entregábamos los bonos de despensa por muchos años, él decide que se retiren los bonos, que los entregue el departamento de nóminas del Hospital y el departamento de nóminas de la Facultad de Medicina, quitándole un espacio político y administrativo que tenía la sección. La compañera Ángela María empieza a presionar a nuestro Secretario General, maestro Rodolfo de León Garza y, es tanta la presión que el día 30 de enero de 1990, lo secuestran en las instalaciones que estaban en aquel entonces en Pino Suárez y Ruperto Martínez. Eran las tres y media, llega un grupo de trabajadores principalmente mujeres, llegan a las instalaciones del sindicato, se meten a la secretaría general, lo sacan, lo llevan secuestrado y se lo llevan arrastrando al Hospital Universitario, donde exigen al Dr. Piñeyro López que se entreviste con él, para que él, siendo portavoz del sindicato, pidiera que se entregaran los bonos. Mientras que eso sucede ese 30 de enero del 90, llegan guardias de seguridad de Rectoría y se da un enfrentamiento muy fuerte porque, no contentos de tener secuestrado a nuestro Secretario General, los trabajadores de la sección número uno intentan meterse a la fuerza a la dirección del Hospital

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Universitario donde estaba el doctor Piñeyro López; y se da un enfrentamiento tremendo, yo creo que eran unos 400 trabajadores seguidores de Ángela María, contra, pues no sé, los compañeros de seguridad del Hospital y seguridad de Rectoría. Y desgraciadamente al jefe de seguridad, a Miguel Ángel, no recuerdo el apellido, recibe un blocazo (sic) en la cabeza, teniendo un hematoma subdural (sic), y un enfrentamiento muy fuerte, hubo gaseados, golpeados, se alteró totalmente ahí todo. Salen los compañeros, en aquel entonces se les llamaba disidentes, y se instalan afuera de la plazuela que tiene el Hospital Universitario, con todavía aún con el Secretario General secuestrado el 30 de enero del 90. A partir de ahí empiezan a presionar, a hacer movilizaciones; nosotros habíamos ganado la elección de delegados, ellos lo cuestionan, y es el consejo consultivo, presidido por el maestro Rodolfo de León Garza, que en una reunión ex oficio exclusivo para definir quién tenía la delegación, se nos otorga de la planilla Azul y Oro eran los delegados auténticos para asistir al 5 de febrero de 1990 a los trabajos de la asamblea general representativa.

Pues se llega esa fecha, aparecemos nosotros como delegados auténticos -en aquel entonces era el aula magna 1990, 5 de febrero, ya estábamos instalados-, estábamos a punto de que se instalara lo que es normal; la asamblea en forma intempestiva aparecen más de 200 gentes o 300 que se decían trabajadores de la sección número uno; se auto nominaban que eran delegados a los trabajos de la asamblea y toman las instalaciones del presídium, pero nosotros sabíamos que no porque había gente de tierra, gente de la izquierda, había gente de líderes de posesionarios, entonces no se logra instalar la asamblea; se los conmina a los compañeros para que bajen y se instalen los trabajos. Nos desconocen a nosotros, los de la planilla Azul y Oro, se les reconoce a ellos, pero pienso yo que en aquel entonces las intenciones de la compañera Ángela María Marroquín, era que no se instalara la asamblea. Aparecen por ahí gente de choque, no sabemos quién los haya llevado, unos decían que eran de la CROC, otros de la CTM; había un famoso luchador “Kalimba”, que hoy ya es un predicador y se da un enfrentamiento tremendo, volaron sillas, escritorios, fue un enfrentamiento, pues no propio de trabajadores universitarios, pero la gente se defendió, la gente, los trabajadores auténticos y los delegados auténticos se defendieron de la agresión de esa gente extraña que no sabemos por qué motivos hayan llegado ahí. Y eso ya es el 90, a partir de allí ya no se instaló la asamblea, pasan más de tres cuatro horas, se logra desalojar a los reventadores, vamos a llamarles así, esos trabajadores que se ostentaban como reventadores y se logra con más de la mitad de los delegados se instala la asamblea y rápidamente, por la inquietud y por la seguridad que había, se aprueba el ofrecimiento de Rectoría, se toma el acuerdo y nos retiramos. Y a partir de ahí ese 5 de febrero se logra, después de tantas situaciones, sacar adelante

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la asamblea, se aprueba y se inicia una movilización por parte de la compañera Ángela María afuera de las instalaciones del Hospital Universitario; hacen una serie de protestas, convocan a mucha gente extraña a la Universidad pretendiendo buscar su reconocimiento, siempre incitando a la violencia; los trabajadores universitarios ya con tanta experiencia y con tantas luchas anteriores, tanto el sector docente como administrativo lo que queríamos era trabajar, que todo volviera a la normalidad pero la gente seguía haciendo de las suyas y protestan, hacen manifestaciones, no recuerdo la fecha, pero meses después intentan tomar el Hospital Universitario con grupos de posesionarios, grupos de gente que no tenían nada que ver con la Universidad, pero al final se desisten y ya fueron las últimas intentonas.

El comité ejecutivo, que presidía el maestro Rodolfo de León Garza, convoca a la comisión de honor y justicia y se pide que sea expulsada la compañera Ángela María Marroquín de las filas de nuestra organización sindical, porque violaba el artículo 103 donde incitaba a la violencia, hacía desórdenes, insultaba a las autoridades tanto sindicales como de Rectoría, como de la dirección; y la asamblea, bueno, mejor dicho la comisión de honor y justicia decide expulsarla de nuestra organización, quedando acéfala totalmente la sección número uno, eso ya es en marzo, finales de esa fecha, que en marzo la comisión de honor y justicia del comité ejecutivo que presidía el profesor Rodolfo de León, ante tantas violaciones y tanta violencia y tanto insulto a las autoridades, deciden desconocerla y es expulsada de nuestra organización sindical. Entonces nuestra sección uno queda acéfala, no hay dirigentes medios de nuestra sección y en una asamblea del 9 de abril del año del 90, previo a la convocatoria que lanzó el comité ejecutivo, se hizo una asamblea seccional extraordinaria y se convocó para elecciones del comité directivo seccional y hubo dos planillas, la planilla Naranja y la planilla Azul y Oro; la planilla Naranja la aspiraba a ser el presidente seccional provisional el profesor Domingo Nájera, y por el lado de la planilla Azul y Oro, el compañero Mario Burgoa González, que afortunadamente por la inmensa mayoría salgo electo como presidente seccional provisional para cubrir el período de Ángela María, que era abril del 90 a febrero del 92, siendo electo yo presidente seccional provisional. Presidía todavía o dirigía la dirección del Hospital Universitario la Facultad de Medicina el Dr. Alfredo Piñeyro López, el maestro Rodolfo de León; y se pasa de un compás de violencia y de enfrentamiento a una vida sindical de respeto, tanto para ambas partes y buscar siempre las mejoras para nuestra sección; y no era que fuéramos sumisos, todo lo contrario, había un respeto con el Secretario General, que era el maestro Rodolfo de León Garza, el Dr. Alfredo Piñeyro López y pasamos a algo más tranquilo. No quiere decir que la gente estaba muy contenta y muy tranquila, no, porque quedó mucha gente, muchos se fueron por propias razones de ellos.

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Y ya aparecemos en el 92, en el 91 perdón, venía el proceso electoral histórico, vamos a llamarle, contemporáneo, donde participamos cuatro candidatos a la se-cretaría general; por la planilla Azul y Oro era el ingeniero, es el ingeniero Jesús To-bías Guzmán Lowember; yo, Mario Burgoa González por la planilla Blanco y Rojo; Pedro Castellanos y la compañera ex-militante del partido comunista, Guillermina Hernández, también por la planilla, vamos a decir de la izquierda. Fuimos cuatro candidatos en el proceso electoral de febrero del 91 y quedó lógicamente el inge-niero Jesús Guzmán que tenía más fuerzas y más presencia en muchas secciones, y la planilla Blanco y Rojo que yo aspiraba a ser el candidato a secretario general quedé en segundo lugar; tercero Pedro; y cuarto Guillermina. Y así empieza el pe-ríodo 91-94 del maestro ingeniero mecánico Jesús Guzmán, ya poco a poco la paz y la tranquilidad vuelven a la Universidad; el sindicato logra otro hecho histórico, las instalaciones de aquí, físicas –aquí en Espinoza 1330–, él las consigue bajo las gestiones del Dr. Manuel Silos, ya había otro director, estamos en el 9 y gana el ingeniero Jesús Guzmán y hay una paz laboral sindical, que va permitiendo que el ingeniero haga un plan de trabajo, llama a la unidad. La asamblea del 5 de febrero del 91 fue una asamblea totalmente diferente a la de un año atrás; sacamos ade-lante nuestra revisión contractual y el ingeniero, a finales de 1993, consigue las instalaciones de este edificio Espinoza 1330, con la gestoría y el apoyo del Dr. Don Manuel Silos Martínez, que era el rector. Y pues vamos sacando adelante muchas cosas sindicales, había más tranquilidad, no había tanta inquietud, yo era el presi-dente seccional pero en el período 92-95 del comité directivo seccional, participó en forma normal, porque yo era presidente seccional suplente al primer período normal para ser presidente seccional 92-95.

Hubo cuatro planillas internamente ahí, en la sección número uno, hay que recordar que siempre la sección número uno a nivel del sindicato ha sido una de las secciones con más lucha, más de vanguardia, más progresista, donde siempre ahí se han dado las mejores luchas sindicales y de reivindicación para los trabajadores, siempre han participado los administrativos, los doctores no participaban en ese momento en esa época, no tanto. Logro yo ser presidente seccional para el período 92-95, seguimos apoyando a la gente, hacemos una serie de cosas, recuerdo así, algo social, creamos los campamentos para los hijos de los trabajadores que hoy en el año de 2013 están cumpliendo 20 años, de que cada año se hace, creamos una caja de ahorros, teníamos convenios con proveedores, teníamos algo muy importante que a nivel de la sección uno era la cláusula de admisión; nosotros manejábamos las plazas para medicina y del hospital, sobre todo plazas administrativas; las docentes siempre ha sido decisión del director, fue un acuerdo que tuvimos con el Dr. Piñeyro, que nos diera la oportunidad para que nuestros familiares pudieran entrar al Hospital Universitario o a la Facultad de Medicina.

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Y se sigue manteniendo una línea de unidad, participábamos en nuestras asambleas y en el 94, al finalizar el ingeniero Jesús Guzmán, llega el candidato de unidad Lic. José Cristóbal Fernández Quiroga como Secretario General, y soy invitado a participar como secretario de previsión social en el comité ejecutivo 94-97. Recuerdo también al buen amigo ingeniero Jesús Salvador de la Paz Siller, que era secretario de finanzas, entonces las tres fuerzas más importantes eran la gente de la “Álvaro”, a la cabeza con el maestro Fernández Quiroga; “Mecánica” con Salvador de la Paz; y Medicina con Mario Burgoa. Entonces fuimos a partir del 94 el primer comité ejecutivo que surge de una planilla de unidad, donde todas las fuerzas, progresistas de izquierda, de derecha, todos somos unidos ahí; y el maes-tro Fernández Quiroga nos guía durante los tres años que se logran muchas cosas, mejoras a la villa campestre, se recupera, en la época anterior la jubilación dinámi-ca para los jubilados en el período del ingeniero Guzmán, quiero recalcarlo, él lo logra rescatar, en aquel entonces también se pedía mucho que se creara el fondo de pensiones y jubilaciones, era un sueño y era un anhelo de cada sección.

Lo planteábamos en la general representativa pero en aquel entonces todavía no había no sé si la disponibilidad o la voluntad de crear ese fondo de pensiones y jubilaciones que más adelante, lo vamos a decir, se crea. Entonces terminamos en el 94, llegamos al 97 y luego llega el compañero Isaías Balderas Candanosa; yo sigo participando como delegado y en la estructura del comité directivo seccio-nal; llega el Arq. Balderas Candanosa, Isaías, seguimos teniendo la posición noso-tros de previsión social en la cual nos acompaña el Lic. Alberto Burgoa González, también de la sección uno; en Mecánica iba el ingeniero, no recuerdo, y ese es período 97-2000. Seguimos participando como delegado de ahí de la sección 1, al venirse el compañero Burgoa para acá, iba de su suplente, cubro un año de su-plente de él al período […2000]… En el año de 1997 se vivía todo un clima más de unidad, había llegado el Dr. Reyes Tamez Guerra como Rector; había más acerca-miento con el sindicato, se escuchaban más las peticiones del sindicato, había una sinergia, lo que nosotros decíamos, como sindicalistas que participábamos aquí en nuestra organización, de que teníamos que irnos de la mano con la Rectoría, con las autoridades, ya no podíamos regresar al pasado, estar enfrentándonos constantemente y que hubiera un retroceso, porque en lugar de avanzar siempre había pérdidas, tanto de que no podíamos conseguir nuevas cláusulas para el Contrato Colectivo de Trabajo. Nuestra Universidad había crecido más y se seguía insistiendo a partir del 97 que se creara el fondo de pensiones y jubilaciones; llega en el 98 y nuevamente el 5 de febrero previo consenso de los delegados que íba-mos a asistir a esa asamblea y de las fuerzas vivas de ahí de nuestra organización sindical, se plantea la posibilidad de crear el fondo de pensiones y jubilaciones con la aportación del 14% de la Rectoría y el 12% los trabajadores universitarios,

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porque nosotros todos los progresistas, los compañeros conscientes de que las cosas venían difíciles, estábamos convencidos de que había que crear un fondo de pensiones y jubilaciones. Se da la negociación ese 5 de febrero que el primer 3% lo iba a poner la Rectoría y el otro 9% poco a poco lo íbamos a ir aportando nosotros, y es como actualmente en 1998 hacemos historia sindical universitaria, en todo el país somos los primeros en crear el fondo de pensiones y jubilaciones bajo el mandato y la dirigencia del arquitecto Isaías Balderas Candanosa; eso ha sido histórico para nosotros y eso a nivel nacional nadie lo tiene. Seguimos en el 98, vuelvo a participar como presidente seccional de la sección uno, soy electo 98-2001 y seguimos manteniendo la unidad dentro de nuestra organización sin-dical, dentro de nuestra sección uno Facultad de Medicina y Hospital y se vive un ambiente de entendimiento con las autoridades. Llega el año 2000, vuelve a aparecer el proceso electoral, hay que recordar que era del 97 al 2000, y aparece el profesor Joel Montemayor Soto, candidato a la secretaría general; y en aquel entonces aparece el doctor Oscar de la Garza Castro como candidato a secretario de previsión social –propuesto por la sección uno que era Facultad de Medicina y el Hospital–, y es como se incorpora el primer maestro de la época moderna del sindicato de la Universidad. posición de nuestra sección número uno.

Fue planilla de unidad, sacamos adelante las cosas, la gente estaba convencida del fondo de pensiones y jubilaciones, empezamos a sacar lo de las canastas ma-ternales, los bonos de despensa ya daban más seguridad a todos los trabajadores tanto administrativos como docentes, empezamos a sacar ciertas cosas sociales, el bono de seguridad nacional se aumenta, los días económicos se pretende siem-pre que se pagaran, y ahí vamos en el 2000. Llega el 2001, en cuanto a cuestión de participación mía, hay un proceso electoral, sale electo como presidente seccio-nal el doctor Oscar de la Garza Castro, le entrego yo y viene un receso en cuanto a mi persona como activista sindical, un receso de mutuo acuerdo con la gente; y a partir del 2005, finales, me vuelvo a incorporar yo. Mientras la Universidad va tra-bajando, el sindicato va avanzando, la conducción del profesor Joel Montemayor Soto fue buena, fue adecuada, se sacan más cláusulas que beneficiaron a los tra-bajadores. En el 2003 hay un proceso electoral, llega el Lic. Tomás Tijerina al perío-do 2006, se incorpora el compañero Edgar Ortegón Galindo como secretario de previsión social, doctor también, trabajador de la Facultad de Medicina; y a finales de diciembre, de enero, se empieza a mover otra vez lo de la cuestión sindical, y ahí se dan nuevamente una unidad y el compañero el ingeniero Graciano Gonzá-lez Alanís es nuestro candidato de unidad para candidato a la secretaría general; a mí me invitan como secretario de finanzas, lo acompaño del 2006 al 2009 en la se-cretaría de finanzas voy yo, el compañero Mario Burgoa; va el compañero Alfonso de Biología, que actualmente está; y en 2006 nos incorporamos con la secretaría

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de finanzas trabajando con el ingeniero Graciano González Alanís, un excelente Secretario General, muy humano, él escuchaba a toda la gente. Nosotros acá en tesorería, todos y cada uno de las secretarías que componíamos, o que compo-níamos el comité ejecutivo en aquel entonces siempre atentos a los trabajadores, siempre ya un clima más de paz, de tranquilidad. Nuestra jubilación sigue siendo dinámica, los trabajadores se siguen jubilando, ejemplo de otras universidades del país que están batallando con sus jubilaciones, y el ingeniero Graciano Gonzá-lez Alanís le da un tinte muy humano, lo repito, lo reitero; y seguimos trabajando, sacamos adelante un programa de vacunación para los adultos, hicimos muchas cosas recreativas socialmente hablando, en todos estos períodos se han ido me-jorando más los paquetes de útiles escolares, las canastas maternales, las canastas maternales aparecen con Joel Montemayor Soto en el año 2000, que es una cosa muy buena para las mamás que tienen bebé, vienen los juguetes, útiles escolares, los fideicomisos que antes no existían, préstamos pequeños de tesorería, se sigue fomentando a nuestra caja de ahorros que ha beneficiado indudablemente a to-dos los trabajadores de la Universidad con muy buenos intereses.

Y en el 2009 llegamos a finales de diciembre y sale el candidato de unidad, el ingeniero Jesús Salvador de la Paz Siller, para el período 2009-2012; soy invitado nuevamente a ser secretario de previsión social por segunda ocasión, el compa-ñero José Ángel Martínez Salazar es invitado como secretario de finanzas, traba-jador de la prepa uno, docente; y nuestra planilla Azul y Oro del 2009 al 2012 hizo un trabajo igualmente siempre superando al anterior; y él siguió con su mística de escuchar a la gente, de ayudar a la gente, y toda la base trabajadora buscando siempre que los líderes pudiéramos ayudar más de lo que siempre ayudó en an-tecesor, se ha buscado que siempre se supere. Y a nivel nacional nuestra organi-zación es envidiada por el fondo de pensiones y jubilaciones por la serie de pres-taciones en nuestro Contrato Colectivo de Trabajo, una serie de prestaciones que muchas universidades no la tienen. Recordar que aun a los casi cerca ya próximos a los cincuenta años de nuestra organización sindical, somos los pioneros y so-mos unos de los pocos sindicatos que tenemos el sector administrativo y docente juntos en un sindicato, porque los mismos intereses de nosotros son los mismos de nuestra organización; los intereses de la Universidad se unen con los intere-ses de los trabajadores. Y en el período de Salvador de la Paz se logran avances sustanciales en cuanto a mejorar la canasta maternal los préstamos, los útiles, las cuestiones recreativas y ya aparecemos en el año 2012 que llega por primera vez. El primer candidato que surge de la sección número uno que es nuestro amigo el doctor en Medicina Oscar de la Garza Castro, maestro de tiempo completo de la Facultad de Medicina, es nuestro líder para el período 2012- 2015 y muy orgu-lloso compañero de nosotros, previo que ha sido presidente seccional, secretario

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de previsión social y un compañero que le ha dado un tinte muy diferente, muy humano. Él es médico de profesión, entonces los médicos siempre hacen cosas diferentes a otras profesiones, ha dado un giro respetando a todos los compañe-ros anteriores como secretarios generales. Total, más de 180 grados ha cambiado nuestro sindicato, prestaciones que no teníamos, festejos para el día de la madre, festejo para el día del padre, para las enfermeras, los útiles escolares, los juguetes, los préstamos; muy diferente, él en su campaña siempre aceptó que él no era po-lítico, era más que todo un profesional de la salud y creo que si estuviese, o estuvo un poquito enfermita nuestra organización sindical, la ha curado. Y el reto que viene es para el que va a ser el próximo secretario general, que aunque falta to-davía mucho tiempo, va a ser un reto muy difícil porque las trancas, como se dice vulgarmente, las ha dejado muy alto; yo he participado como delegado a partir de 1979, he ocupado puestos en el comité ejecutivo, he ocupado puestos en el comité directivo seccionales; actualmente me invita el doctor Oscar de la Garza a ser el presidente de la comisión de servicios médicos algo que por la profesión que yo tengo es muy fácil para mí o es un don, un oficio que tenemos, nosotros estamos al pendiente siempre de la salud de los trabajadores universitarios y su familia. La indicación es que tengamos siempre disponible nuestro teléfono, lo hacemos sábados y domingos y siempre estamos en contacto con él, cuando algo no lo podemos resolver, él siempre está atento a… pues a que con su jerarquía que él tiene inmediatamente interviene y hace que todo lo que se nos pueda difi-cultar a nosotros, sea facilitado.

Bueno yo actualmente estoy en la comisión de servicios médicos, la comisión de servicios médicos ha tenido más espacios a partir de varios, desde que estuvo el Dr. Oscar de la Garza, el Dr. Héctor Ron (sic), la Lic. Antonia Martínez Sánchez, yo que soy de la voz. Una de las fortalezas de nuestro Contrato Colectivo de Trabajo, a lo mejor no es lo económico en cuanto a lo salarial; es la seguridad social, a qué me refiero, al servicio médico, el servicio médico aparece en nuestro contrato co-lectivo y una de las demandas más apremiantes cuando se funda el sindicato, es que no había servicios médicos. Yo recuerdo que estaba por Garibaldi y Matamo-ros unas oficinas, en el setenta, finales del setenta, principios de los setenta, y ahí acudían las familias de los trabajadores universitarios, a pediatría para nuestros hijos, niños; nuestras esposas los ginecólogos, medicina familiar, los rayos x y la-boratorio. Pero algo de las fortalezas más importantes del Contrato Colectivo del Trabajo, lo quiero reiterar, es el servicio médico; en 1974, finales del 75, el Secreta-rio General, Lic. Carlos Jiménez Cárdenas, y siendo Rector el Dr. Luis Eugenio Todd, maestro también de Medicina, como rector, hacen un proyecto muy ambicioso de una clínica para los trabajadores, y esa se edifica en el área médica. En aquel entonces los trabajadores administrativos y docentes aportamos el 1% de nuestro

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salario, ¿para qué aportamos?, para que se creara la clínica, o sea, esa clínica nos costó a todos los trabajadores; claro, el acondicionamiento fue por parte de la Rectoría, y poco a poco se han ido acrecentando todos los servicios médicos.

Hoy en el año 2013, no podemos escatimar recursos de ninguna especie para recuperar la salud, si es que está perdida, de los trabajadores universitarios y sus familias; hoy 26 de junio del 2013 al hacer el recorrido con mi compañera la licen-ciada Florema Rosales Flores y la compañera Violeta Rocha Hernández, que son parte de mi equipo, nos encontramos que hoy operaban, nada más vamos a decir el nombre: Jesús Mario, un maestro de odontología, una cirugía de corazón abier-to, en estos momentos el maestro debe de estar siendo sometido a esa operación; cirugía de corazón abierto, y así como ese maestro, jubilado, doctor también de la facultad de odontología: trasplantes de riñón, trasplantes de hígado, pacien-tes con cáncer cérvico-uterino, de mama, de cráneo, pacientes con insuficiencia renal, todo este tipo de pacientes con enfermedades crónico-degenerativas son atendidas al 100% con especialistas y sub especialistas de lo mejor. Casos concre-tos en nuestro recorrido, acaban de operar a una niña de 7 años, se manda traer un cirujano pediatra, porque la niña tiene 7 años y el lunes a las 7 y media de la no-che empieza su proceso quirúrgico; y a las 9 y media la niña ya estaba operada de un apendicitis, los medicamentos, no importa lo que cuesten, se gastan más de 12 a 14 millones de pesos mensuales en medicamentos a los pacientes que somos ambulatorios, y tenemos más de 25 pacientes en insuficiencia renal aguda, en hemodiálisis que nos cuestan 12 millones de pesos al año; y tenemos más de 250 pacientes de cáncer cérvico-uterino, de mama, de cráneo de próstata; y pacientes en coronarios tenemos más de 100, también tenemos pacientes de HIV, más de 25, tenemos más de cinco mil pacientes diabéticos que son atendidos en nues-tra consulta. Tenemos todas las especialidades y todas las sub especialidades, se apoyan al 100% con nuestro glorioso y honroso Hospital Universitario, donde se llevan a cabo todas las mejores cirugías del norte del país, con los mejores espe-cialistas, todos con posgrado y todos orgullosamente maestros de la Facultad de Medicina.

Tocando el tema del servicio médico, tenemos las mejores instalaciones en el área de consulta externa que es la clínica, y ahorita mencionaba nuestro glorioso Hospital Universitario, tenemos un área exclusiva, cuarto piso, pensionistas en el cual nuestros compañeros de enfermedades generales son atendidos; tenemos un tercer piso para las pacientes de gineco-obstetricia, exclusivo; y tenemos un área adicional de 14 camas exclusivas, cuartos privados para pacientes derecho-habientes de la Universidad; tenemos del Hospital Universitario el servicio las 24 horas; tenemos un módulo exclusivo, es un módulo de consulta externa ¿qué sig-nifica esto?, pues que alguien llega con un dolor muy fuerte y que en la clínica consideren que debe ser referido al Hospital Universitario; tenemos dos médicos

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en cada guardia de turno de día de las 7 a las 2, de las 2 a las 10, de las 10 a las 7 de la mañana, dos médicos de guardia, médicos familiares que ante cualquier duda o interconsulta de alguna especialidad de cirugía, de neurocirugía, de otorrino, de gastro, son referidos nuestros pacientes.

¿Sabes más o menos cuándo surge, en qué año, el cuarto piso?El cuarto piso surge a partir de que en 1975 y 74 (sic) va a la par con la clínica, antes se llamaba pensionistas porque había convenios con el seguro social, por la historia del Hospital Universitario, es un hospital que hace convenios con mucha gente, con muchas instituciones. Y yo quiero hacer un comercial, yo nací en el Hospital Universitario en 1956, porque el seguro social no tenía instalaciones y nos subrogaban, es la palabra; mi madre me platica que yo nací allí, o sea, subro-gado por el seguro social, entonces el cuarto piso siempre ha sido exclusivo para los trabajadores y algunos pacientes privados, que es muy mínimo, pero el 90% son pacientes universitarios con personal altamente calificado, con una atención de primera y esa es una de las fortalezas que a nivel nacional cuando escuchan de todo lo que tenemos a nivel de servicio médico, y todo lo del Contrato Colectivo del Trabajo. En verdad que les causa envidia, envidia de la buena porque nuestro sindicato siempre fue, es y seguirá siendo progresista, vanguardista, y siempre con una visión que cada uno de los maestros y trabajadores administrativos le hemos puesto un granito de arena para siempre mejor, buscar mejoras continuas. Y hoy que ya nuestra Universidad está cumpliendo 80 años, pues muchos de los trabajadores ya estamos un poquito más maduritos y, como repito, muchas de las enfermedades crónico degenerativas que gracias a la visión de la Universidad de las autoridades, del sindicato presente y de toda la militancia sindical que tene-mos, estamos muy fuertes sindicalmente en el aspecto de que seguimos aportan-do al fondo de pensiones, y que orgullosamente hoy tenemos más de siete mil millones de pesos que permiten garantizar la jubilación dinámica a los trabaja-dores universitarios, que ahorita somos más de seis mil 500 trabajadores universi-tarios; y orgullosamente decimos fue con la responsabilidad de la delegación de 1998, de las autoridades de la Rectoría, de las autoridades del sindicato o de los dirigentes del sindicato, mejor dicho, de los delegados que en forma responsable, con una visión a futuro, algunos fuimos criticados como traidores, pero hoy la gente dice “qué bueno que lo hicieron”, porque esto está garantizando que el 7% el próximo año se le entrega en un apoyo adicional del fondo de pensiones a la clínica para que no se suspenda ninguna cirugía, ningún tratamiento oncológico. Y hoy podemos decir, con tristeza, hay muchas enfermedades nuevas que están apareciendo en gente joven de 25 a 40 años, se llaman enfermedades catastró-

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ficas, que gracias al fondo de pensiones y jubilaciones podemos afrontar lo que sea. Sindicalmente pues yo estuve desde el 74 que yo hice mi solicitud.

¿Qué te ha dejado toda esta vida a ti en el sindicato?Pues es muy bonita la experiencia, yo como estudiante, fuimos estudiantes de vanguardia, progresistas, y hoy orgullosamente puedo decir que nuestra orga-nización sindical le permite a que quiere servirle a sus semejantes, a sus compa-ñeros; y la experiencia y lo que yo puedo llevar cuando ya no esté físicamente aquí es orgullosamente haberle servido a la gente, haber aportado ideas, una visión social para que la gente esté en mejores condiciones. Y hoy nuestro sindi-cato orgullosamente es uno de los mejores a nivel nacional, he participado en los congresos nacionales, hemos hecho ponencias, hemos hecho propuestas, algu-nas que han sido viables, otras no han sido viables; a veces hemos querido hacer cambios, a veces no se puede, pero siempre hemos sido escuchados y siento que en estos momentos nuestra organización sindical va galopante, va en caballo de hacienda, en el aspecto que hay una gran unidad, que tenemos que aceptarlo, y la gente lo tiene que ver, que no se había dado. Hoy hablar de nuestra organización sindical es hablar de respeto, de los cuatros intermedios y de nuestro líder máxi-mo que es el Dr. Oscar de la Garza Castro; hay respeto, no hay burlas, nos escuchan y sobre todo hay un trabajo de base que hacía mucho tiempo, hay que aceptarlo, no se hacía. En estos momentos, repito, el que venga va a ser muy difícil porque están muy altas las trancas con esta organización de unidad, tengo que aceptar y decir que hay un gran líder que se llama el doctor Jesús Áncer Rodríguez, que fue nuestro director, que en este momento es el Rector con una Visión 2020, que estoy convencido que nuestra Universidad ya está en la internacionalización; y nuestro sindicato no tarda tantito en que ya sea un sindicato internacional, a nivel nacional tenemos una gran presencia y sobre todo un gran respeto, que eso es difícil. Y sobre todo que sigue la unidad de los trabajadores administrativos, los trabajadores docentes en que seguimos unidos en nuestra organización sindi-cal que es el sindicato de trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que por muchos años va a seguir. Sé que pronto vamos a cumplir 50 años, hay muchos testimonios, y reitero, es uno de los sindicatos que tiene uno de los mejores contratos colectivos de las universidades en todo el país, que muchos ya quisieran.

Entrevista realizada por Mauricio Villa el 27 de junio de 2013Transcripción realizada por Verónica Pérez Pérez

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ovidio estRada menchacaHa sido miembro activo del STUANL desde la secretaría general de Raúl López

Aldape en su primer período de 1983 a 1985, hasta el actual comité ejecutivopresidido por el Dr. Oscar de la Garza Castro (2012-2015)

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Cuéntanos un poquito de tus inicios en la Universidad, ¿qué haces, dónde entras? y el contexto. Bueno, como trabajador, pues entro en 1976. Bueno, llego a la Universi-

dad en la Preparatoria No. 3 nocturna, exclusiva para trabajadores, en el 65, 1965; terminamos en 1968 porque en aquel tiempo la preparatoria era de tres años, o sea había la preparatoria de dos años y la exclusiva para trabajadores que era la Preparatoria 3, era de tres años, o sea dos años de, vamos a llamarle, área común si tú quieres, y en el tercer año ya te ibas a según a la carrera que ibas a estudiar, ya sea ciencias sociales o ciencias exactas. Pues ya escogías allí y eso te servía mucho para entrar a la facultad que tu requerías y se te facilitaba, que es muy diferente ahora, que ahora tu entras a la facultad y los primeros tres o cuatro semestres es lo que se refiere al área común, me entiendes; y en aquel tiempo ya desde pre-paratoria, bueno, desde Preparatoria 3, ya llevabas tú el área común ya bien, este, formada para escoger tu carrera, me entiendes. De ahí nos vamos a la Facultad de Leyes, no la termino y después me meto a bibliotecología, no en Filosofía, porque en aquel tiempo todavía no estaba la carrera, sino que eran cursos que se daban en la Facultad de Medicina y cursos que se daban en la Capilla Alfonsina; y eso nos sirvió para tener la técnica en bibliotecología, ya después ahí viene la carrera de Bibliotecólogo, pero ya no la llevé, ya me quedé como técnico en bibliotecología. Llego ya como trabajador, llego en el 76, si mal no recuerdo un 24 de septiembre del 76 a la Facultad de Odontología, me entiendes, entonces pues ahí ya nos que-damos un promedio de 18 años, más o menos, ahí conviviendo con los trabajado-res ya como trabajador.

¿Cuáles eran las condiciones del trabajador en aquel tiempo, en esa primera etapa?

¡Ah! no, pues, o sea, eran muy saludables, por decirlo de una forma, o sea, era buen salario, teníamos la prestación de los bonos de despensa, la despensa, teníamos las prestaciones de primas vacacionales, o sea, era un trabajo deseado por mucha gente, el trabajar en la Universidad, me entiendes. Ahorita pues nos hemos ido un

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poquito abajo, pero dicen que son los cambios, dicen que son los estilos, dicen que es la carestía, equis, me entiendes, pero sí era un trabajo muy deseado el ser un trabajador de la Universidad en aquellos tiempos.

¿Cómo se da tu entrada al sindicato?, ¿por qué entras al sindicato?Se da más o menos en el momento también en que entro como trabajador. A mí me toca entrar como trabajador [cuando] estaba como Secretario General el licenciado Carlos Jiménez, me entiendes, estaba como Secretario General y en ese tiempo el Sindicato no tenía representatividad en el área médica, me explico; tenían en el Hospital y en la Facultad de Medicina, que esa era el nido del sindica-lismo, por decir, vamos a llamarle, que a mí me gustó y me llamó mucho la aten-ción el sindicalismo universitario, pero los que eran la Facultad de Odontología y la Facultad de Psicología, que eran las otras dos escuelas grandes que existían en el área médica, no tenían en sí una representatividad sindical. Cuando yo llego allí, yo llego por medio de un hermano, que era maestro de la Preparatoria 9, Otilio Es-trada Menchaca, él me recomienda con el licenciado Carlos Jiménez, que habían sido compañeros en la Facultad de Filosofía y Letras. Carlos Jiménez era filósofo y mi hermano también había estudiado filosofía; yo llego allí y me dice Carlos Jimé-nez cuando ya me entrevisto con él, me dice “mira, me convienes porque necesito un representante o representantes en el área médica, hay vacantes y quiero que te vayas para allá”.

Entonces yo ya voy como propuesta a la Facultad de Odontología, porque en aquel tiempo Recursos Humanos de Rectoría sí respetaba las cartas de admisión, o sea las propuestas que hacía el sindicato para los sectores administrativos; yo llego a la Facultad de Odontología y, este, pues inmediatamente me incorporo; estaba de director el doctor Miguel García Cantú, que ahorita es uno de los encar-gados de los sorteros de la Universidad, y pues ahí nos acoplamos. Me gustó el ambiente desde los primeros meses, te voy a decir así, me gustó estar dentro del concepto sindical y participamos en muchas negociaciones, por decirlo de alguna forma, en muchas responsabilidades del sindicato y empezamos como delegados en la sección y de ahí nos fuimos ya acomodándonos y siempre estuvimos al pen-diente de los trabajadores. No me van a poder desmentir los compañeros de ese tiempo, que siempre estuvimos al pendiente, había luchas frontales como luchas, este, entre comillas, porque pues nunca eran luchas de pleito, sino luchas de dere-chos. El doctor Miguel García siempre fue una persona, y no lo digo para alagarle el oído, pero siempre fue una persona compresiva en el derecho del trabajador, porque pues él se consideraba así, siempre tuvo las puertas abiertas para los co-mités directivos seccionales. Hablábamos bien, nunca agredió ni castigó a un tra-bajador que yo me acuerde, siempre había una forma de negociar, pero siempre a beneficio del trabajador. Una cosa que yo le aprendí a él era: “hoy te doy una y tú

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me das dos, mañana yo te doy dos y tú me das una”, me entiendes, y era una forma de llevar la solución de los problemas de los trabajadores, y pues de ahí ya nos fui-mos hasta… que fue, fue Carlos Jiménez. Viene la elección del licenciado Cástulo Hernández, que en aquel tiempo se participaba varias planillas para poder llegar a los comités ejecutivos, o al comité ejecutivo, y viene ahí un rompimiento de línea, por decirlo, o sea, el grupo que siempre manejó los comités ejecutivos eran los grupos de la preparatorias 1 y 3, de ahí salían normalmente los secretarios; bueno de la época que a mí me tocó vivir, salían de ahí de la preparatoria 1 y 3. Carlos Jiménez era maestro de la Preparatoria 1 y 3, Cástulo Hernández también, según tengo entendido, pero hay un rompimiento porque el licenciado Carlos Jiménez propone como candidata a su esposa, la licenciada Elva Villarreal, pero la línea a los grupos que manejaban en ese tiempo al sindicato no la aceptan y proponen a Cástulo Hernández, quien precisamente hace poco me tocó jubilarlo.

Profundiza más en esto, por favor.Pues sí, o sea, llega Cástulo y hay un rompimiento allí, ya de… como te diré, sí o sea, de los grupos por decirlo así. Pues en ese tiempo yo estaba nuevo y no sabía qué era un núcleo, lo que era un grupo, lo que era un icono ideológico ni nada de eso, me entiendes, simplemente nos dejábamos llevar también por la curiosidad; nos dejamos llevar también por el ímpetu juvenil y todo eso, pues estábamos cha-vos cuando llegamos aquí. ¿Qué sucede?, este, que gana Cástulo Hernández y su planilla, y pierde la licenciada Elva Villarreal, y Cástulo Hernández empieza a tra-bajar bien con su grupo, que yo me acuerde, pues era el Ingeniero Alfredo Rodrí-guez, estaba Villarreal Landeros, estaba Chon Prieto, etcétera, el licenciado Carlos Morales que todavía está entre nosotros, estaba dentro de esos grupos. Y sucede que viene de esa misma división que se crean en esas elecciones, estaba el doctor Alfredo Piñeyro de rector, y se hace una coyuntura donde al Dr. Alfredo Piñeyro ya no le interesaba trabajar con el grupo de la izquierda, si queremos llamarle, o sea, ya no le interesaba trabajar con ellos; y se presta el licenciado Carlos Jiménez a hacer un movimiento para tumbar al comité ejecutivo comandado por el licenciado Cástulo Hernández, que eso fue en el, si mal no recuerdo, el 81 u 82, por ahí, y se hace ese movimiento. Viene la caída del licenciado Cás-tulo Hernández, toma con el apoyo del Hospital y de la Facultad de Medicina, que pues de allí venía la, lo que ahora se llaman las líneas, y se queda como Secretario General.

¿Es el evento del Aula Magna?Sí, de las broncas aquellas.

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Platícanos un poco de eso.De ahí viene después eso, a eso voy, o sea, viene lo de, sube Carlos Jiménez a la se-cretaría general y pues es donde entran los grupos esos de, pues violentos, por de-cirlo así, los agresores a los trabajadores, donde pues el Aula Magna era el recinto sindical para sus conmemoraciones en aquella época. Y pues ya con Carlos Jimé-nez más o menos se estabiliza, pero como quiera estaba la inquietud de muchas secciones de la Universidad, porque a Carlos Jiménez se le acusaba de espurio, de traidor y de todo eso, muchas secciones por la forma en que había llegado. Pero después no sé en qué se equivoca el licenciado Carlos Jiménez, que ya tampoco es del agrado de las autoridades, y me tocó vivir en varios consultivos y en varia reunio-nes del Comité Ejecutivo. Yo en ese tiempo era suplente de una secretaría, que era la de Promoción Artística y Cultural, y me tocaba estar en los consultivos y ahí veía yo cómo se majaban las cosas; y este, y ahí estaba el licenciado Raúl López Aldape, que era el suplente del licenciado Jiménez, que en paz descanse, como suplente de él; y pues que lo mandan llamar de Rectoría, porque el doctor Piñeyro quería tumbar a todo el comité ejecutivo, o sea quería quitarlo, no tumbarlo, quitarlo por-que pues ya no iba de acorde, me imagino yo, con los intereses de las autoridades.

Y se hace un grupo interno donde estaba el licenciado Carlos Morales, el in-geniero Raúl Zambrano Belloc, estaba Miguel Torrecillas, etcétera, y un servidor, o sea yo era discípulo político, si tú quieres, o no sé si pueda decir la palabra, hijo putativo del licenciado Carlos Morales, o sea yo estaba muy apegado con él y pues en realidad pues yo le debo mucho de lo poco o nada que sé de estas cosas al licenciado Carlos Morales y pues me guiaba por donde se iba él. Y ellos son los que le dicen a, por medio del licenciado Celso Garza, que en paz descanse, que era asesor político de los comités ejecutivos, le dicen al doctor Alfredo Piñeyro que no era idóneo tumbar a un comité ejecutivo porque se podía hacer una revuelta más fuerte; que pues nada más quitara al secretario general y pusieran al suplente. Y así sucedió y así es como llega el licenciado Raúl López Aldape y que ha sido, yo creo el único secretario general que ha durado cuatro años y medio en la secreta-ría, porque él llega como interino y después se elige como secretario general. Y allí es donde ya hay un cambio para mí, un cambio pues no relativo, sino un cambio ya muy, cómo diríamos, muy dado a otra línea que la línea derecha que manejan los grandes políticos, que te vas, te sales de la izquierda y te vas a la derecha; y allí es donde ya hay muchos cambios del Contrato Colectivo de Trabajo, pues en rea-lidad a beneficiar, si te pones tú a ver después de tanto tiempo las cosas, pues en realidad beneficiaron, porque en aquel tiempo la prestaciones sociales eran ex-clusivamente de los sindicalizados. Cuando llega el licenciado López Aldape con el doctor Piñeyro llegan a un acuerdo y las prestaciones sociales llegan a pasar a ser de todos los trabajadores universitarios, fueran de contrato, fuera de confianza o fueran sindicalizados, esos son los cambios que se empiezan a ver en esa época.

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Tú me hacías la pregunta ahorita de la época de las broncas gruesas, por de-cirlo de una forma, que fue en esa época de Cástulo Hernández y Carlos Jiménez, pues sí nos trajeron gente de la CROC a agredirnos, o sea porque fue una agresión descarada, cuando toman, que por cierto de bonito recuerdo, mi compañero y amigo Alfredo Romero era quien presidía esas juntas; es cuando llega él ya como integrante de los comités ejecutivos, pues llega como nuevo, pero el ya traía una transcendencia de líder estudiantil y se prestó y le entendió muy bien a esto. Des-pués viene otro problema, pues no problema, sino otras actitudes de la democra-cia sindical universitaria que todavía había algo, como te digo, López Aldape llega y trabaja muy bien con el doctor Alfredo Piñeyro; hacen cambios en los contratos colectivos, los estatutos siguen igual. Pero llega el ingeniero Longoria a la Rectoría y en ese también hay un movimiento sindical en el período del ingeniero Lon-goria, que no estábamos de acuerdo, te digo no estábamos porque yo participé dentro de ese movimiento en cómo se estaba llevando las líneas políticas sindi-cales con López Aldape; y luego quieren poner o ponen al profesor Rodolfo de León como candidato de la planilla Azul y Oro a la secretaría general. Pues estaba el ingeniero Zambrano, que en ese tiempo el ingeniero Raúl Zambrano Belloc, que en ese tiempo era Secretario de Prevención Social, e hicimos un movimiento, me entiendes, que fue el movimiento también donde estaba el licenciado Carlos Morales, estaba el doctor González, un odontólogo; y Carlos, este, un cuate muy conocido, hay gente de trabajadores. Aquí en este movimiento no hubo padrinos políticos, nada, fue un movimiento creado por los mismos trabajadores; tomamos el nombre de la planilla Eco Sindical, o sea, y todos porque Eco, todos pensaban que era por el eco de los trabajadores, no; simplemente eran las palabras abrevia-das de la Facultad de Economía y de ahí se toma el nombre, se hace una planilla hecha por puros trabajadores. Y te digo, esto no quiere decir que la Azul y Oro no era hecha por trabajadores, pero ellos traían su padrino y su línea que era la Recto-ría; y nosotros no, nosotros hicimos ese movimiento a base de sorteos, o sea entre nosotros nos agrupábamos y tuvimos un apoyo de un representante comercial de almacenes Villarreal, y en el aspecto este que nosotros como había una amistad con el ingeniero Raúl López Aldape, digo el ingeniero Raúl Zambrano Belloc, le decíamos “facilítanos una estufa”, por decir un ejemplo, y cuando vendíamos to-dos los boletos se la pagábamos, y lo que quedaba era para la campaña.

Y así fue como la mantuvimos, y aparte, los que estábamos metidos en el meo-llo aportábamos 50 pesos por semana para hacer una cajita y con eso comparába-mos los pósters y hacíamos las mantas; la gente de la facultad de aquella época, de la Facultad de Ingeniería Civil nos regalaban mantas, hacían los emblemas y fue un movimiento muy bonito, porque como te digo, fue creado y hecho por los trabajadores, que cuando registramos la planilla, pues nos vinimos de aquí.

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Bueno, estábamos en 15 de mayo y Martín Zavala, ahí estaban las oficinas del sindicato, e hicimos una marcha de la plaza del mediterráneo a las oficinas para registrarnos y hubieran visto, de veras, hasta me llena, se los digo porque hubie-ran visto qué cantidad de gente venía detrás de nosotros, puros trabajadores uni-versitarios; tuvimos invitaciones de varia gente de poder, me entiendes, nunca lo aceptamos, nos hacían ofrecimientos de pagar la campaña; nunca lo aceptamos y no van a dejar mentir las gentes y aquí todavía hay un ser viviente, por decirlo, que es el licenciado Carlos Morales, que no van a dejar mentir lo que les estoy platicando. Llegamos al registro, en ese tiempo lo había destituido a este, al secre-tario de organización, lo habían destituido y estaba de secretario de organización el licenciado Moisés Solís, no sé si se acuerdan de él, bueno digo todavía vive; él tuvo también su historia, era del grupo del profesor Celso Garza, y éste se hizo un movimiento muy bonito, que ha sido la única planilla que no ha sido de línea que ha ganado las elecciones en el Hospital Universitario; ninguna planilla de todas de las que yo tengo conocimiento del 76 para acá, ninguna planilla había ganado una votación en la Facultad de Medicina y Hospital Universitario, y esta planilla la ganó.

Nosotros decimos que nos quitaron el gane, que el sistema nos quitó el gane, me entiendes, pero pues el sistema dijo que no, que había ganado la Azul y Oro, y pues ahí queda el licenciado Rodolfo de León como secretario y tuvo también una época de muchos ajetreos. Y dentro de sus anécdotas aquella fue de que, des-pués de Eco Sindical, se hace un movimiento al interior del Hospital Universitario, liderado por Ángela Marroquín, una trabajadora social que estaba en contra del doctor Alfredo Piñeyro, y pues logran el movimiento de Eco Sindical para hacer su movimiento al interno y raptan al maestro. En ese tiempo ya el sindicato estaba en Ruperto Martínez y Pino Suárez; y raptan al maestro Rodolfo de León, se lo llevan cargadito, se lo llevaron y hasta los zapatos se le cayeron al maestro Rodolfo de León, porque no estaban de acuerdo la gente del Hospital con la forma en que estaba llevando las riendas del sindicato. Y pues pasan todas esas anécdotas que para mí son anécdotas, porque es historia a fin de cuentas, historia de nuestro sindicato, después de Rodolfo de León pues llega el “cuate” Guzmán; me parece, si no estoy muy equivocado, que se crea otro movimiento también, que ahí me toca participar también en ese movimiento porque creamos un grupo bonito, chiqui-to, simpático, porque éramos, como quien dice, los jóvenes de los movimientos donde andaban los grandes ideólogos de la política sindical universitaria.

Ahí es donde nace dentro del concepto ya formalito el biólogo Rafael Garza, el compañero y amigo Jesús Ochoa, Alejandro Garza, Aurelio Leal, etcétera, entonces nuestro líder que ha sido coordinador de ese movimiento, era el licenciado maestro Manuel Uribe, era un bibliotecario de la Capilla Alfonsina; él es quien me

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invita a mí a participar en ese movimiento y creamos ese movimiento, o sea, no simplemente era un movimiento; invitamos al licenciado Carlos Morales que en esa época pues él nos tachó de falsos, porque traíamos a la cabeza al biólogo Rafael Garza, porque representaba una preparatoria y nos interesaba que fuera un representante de una preparatoria. Y le decíamos a Carlos Morales, porque como te digo, porque para mí en lo personal y para muchos, andaba el licenciado Toño Bocanegra, que en paz descanse, que era muy activista, muy dado a la lucha, que después cambió, pues bueno, cambió, pero fue muy dado a la lucha; es más, hizo una propuesta en la época de Eco Sindical de dividir el sindicato, una propuesta que pegó, que pegó, que hasta después nos enteramos que hasta la federal nos andaba buscando, que queríamos hacer un gran alboroto; digo, ya me regresé un otra vez poquito, pero es un buen regreso para el amigo Toño Bocanegra, que corro yo con él cuando yo me entero que nos iban pescar, porque nos presentamos en el Aula Magna cuando iba a tomar posesión Rodolfo de León, e íbamos a juntar a la gente para romper la asamblea de toma de protesta. Y corro y le digo yo “Toño, vámonos”, “¿porque?”, “es que ahí vienen por nosotros”, porque nada más nos quedamos él y yo solos, porque los que andaban en la junta del grito no se presentaron, o sea ¿qué pasó?, no sé ni quiero saber porque me daría coraje, pero nada más estábamos Toño y yo ahí en la puerta del Aula Magna esperando para hacer el movimiento de romper la asamblea. Y le digo yo “pues oye me cabo enterar de que vienen por nosotros”, “pues vámonos”, y fuimos a escondernos en la Facultad de Psicología; ya se pasó el ímpetu, la novedad y lo que tú quieras, y pues ya Rodolfo de León siguió su camino y este, pues nosotros el de nosotros, ya los iconos de ese movimiento de Eco Sindical pues según ellos, y yo te digo según ellos, porque nosotros, bueno al menos yo no estuve presente, fueron a negociar con la Rectoría de que no hubiese represión, de que nos dejaran trabajar y se llegó a saber en esa época que el Rector había ofrecido hasta el 50% del comité ejecutivo para Eco Sindical y el otro 50% para Azul y Oro. La decisión que se tomó en esa época, como te digo, nosotros en realidad, y hay un Dios, sí representábamos a los trabajadores porque fue un movimiento, ¡es más!, fue dado a conocer a nivel internacional, salió en el noticiero que precisamente se llamaba igual que Eco, que la planilla, el noticiero de Jacobo Zabludovsky, Eco noticias, no sé si te acuerdas de eso; y a nivel nacional e internacional se dio a conocer ese movimiento. Entonces la dignidad y la honradez, el principio del trabajador humanista, si tú quieres, no aceptamos esa propuesta, o sea era todo o nada y pues el sistema dijo nada, pues nada, y ya nos quedamos muchos fuera y otros se quedaron adentro.

Y ya después de allí viene el otro grupito que se llama Dignidad Sindical y pues éramos los jóvenes de esos movimientos, como te digo, nace el biólogo Rafael como un buen líder y es un buen líder, un poco rollero, pero es un buen líder, y tiene un carisma muy marcado y ¿cómo te diré?, un léxico que llega, tiene buenos

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sentimientos, nomás que pues también, pues el sistema, lo que dicen lo que saben de esto, pues que el sistema es el que maneja las cosas y cuando ti no le caes al sistema pues quedas fuera. Hicimos ese movimiento, fue también un movimiento realista y chusco, si ustedes lo quieren ver así, realista porque eran los sueños e ilusiones de un grupo joven que como quien dice, a pesar de que muchos ya ha-bían participado en movimientos, pues ya nos dejaban jugar a nosotros, ya no era el de la experiencia o aquel que sabía nos dirigía; ya éramos nosotros o sea ya nos sentíamos líderes y empezamos a hacer nuestros juegos, si tú quieres. Fuimos a la zona sur a tratar de convencer a la gente, hubo gente que nos siguió, hubo gente que no nos siguió, con decirte que, a lo mejor lo van a tomar como un sueño, una maquiavelada, que soñamos que tuvimos poder en ese movimiento, ¿por qué?, porque nos mandó llamar la Azul y Oro, que era la planilla manejada por el siste-ma, nos mandó llamar para negociar y no fuimos nosotros a la casa de campaña de la Azul y Oro, sino la Azul y Oro fue a nuestra casa de campaña a negociar. Y ahí hay una anécdota muy sabrosa que la platicamos mucho nosotros, porque en realidad, como te digo, sí había directores que nos apoyaban, había trabajadores, pero no que digas tú la gran relevancia de gente que nos apoyaba, sino que éra-mos un grupo chico con gente chica; y cuando nos dicen a mí, o sea, cuando me dicen por ejemplo a mí el biólogo Rafa y el coordinador en ese tiempo, que era el maestros Manuel Uribe, que querían hablar con nosotros de la planilla Azul y Oro.

Y pues queríamos demostrar nosotros pues algo, o sea, que teníamos algo que ofrecer y en todo caso porque ya se empezaban a meter gente que no tenía por qué meterse, digo, me reservo los nombres porque todavía están en la Universi-dad e hicieron sus cosas que para mí, un servidor, pues yo no estoy de acuerdo de por qué se metieron, un poder universitario, no por miedo pero pues tienen su nombre ya hecho en la Universidad, y como digo, me reservo el nombre, pero cuando van me dice Manuel Uribe a mí “oye Ovidio ¿qué hacemos?”, “como, pues cómo”, entonces yo soy un maquiavélico, o sea yo invento cosas; y el biólogo Rafa me dice “tú eres un analista, a veces analizas”, ¡ah! porque nunca pienso las cosas que hago, o sea yo las hago de corazón. Me decía Manuel Uribe en esa época “oye Ovidio pues a ti te conoce media Universidad y la otra te quiere conocer”, porque en todo me metía aunque no me invitaran; y me dice “¿qué hacemos?”, y no sé, se me prendió el foco y le digo “oye Manuel ¿dónde está Chuy Ochoa?”, Chuy Ochoa es otro loco igual que yo; y ya viene Chuy Ochoa –quien es un amigo de Capilla Alfonsina y quien terminó como maestro de la Facultad de Contaduría–, y le digo “¿oye no tienes un amigo de todas tus confianzas, un compadre, un pariente, dice, ‘sí’, dice ‘¿por qué?’, no pues, este, vamos a hacer una treta, dice ‘qué’, vamos a aco-modar nuestra casa de campaña”, pues era un cuartito así chiquito, era una casa

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así chiquita; acomodamos una mesa en un rincón donde teníamos un teléfono y ahí acomodamos la mesa y ponemos el teléfono; háblale a ese camarada y dile que nos esté hablando cada diez, quince minutos o cada cinco minutos, “y que traes Ovidio”, me decía el Chuy Ochoa, “tú dile que nos hable”. A partir de tal hora, o sea la hora que iban a llegar los representantes de la Azul y Oro, que como te digo era candidato de la secretaría, que era el licenciado Jesús Guzmán, digo per-dóname, el ingeniero Jesús Guzmán, el ingeniero Benito Garza, y el ingeniero Ven-tura Alonso, que en paz descanse, ¡fíjate! el candidato a la secretaría general fue a negociar o a tratar una negociación con una planilla que pues en realidad, pues éramos soñadores. Y ya llegan y le digo a Chuy Ochoa “háblale a tu amigo y dile que nos empiece a hablar”; y estaba Manuel Uribe, el biólogo Rafa, un servidor, digo, Chuy Ochoa y un servidor, yo estaba pegado al teléfono y en frente pues es-taba Benito, Ventura y el cuate Guzmán. Y empieza a sonar el teléfono y le digo yo, “bueno pos quién habla, compañero de la Facultad de Leyes, cómo le va, sí nos va-mos a reunir compañero, cuánta gente me puede traer, tráigame de perdido unos cinco, diez, aquí lo esperamos tal día a tal hora compañero, véngase con su gente, y compañero fulano de tal, todas las escuelas, hasta de Mecánica que de ahí era la planilla de, compañero de mecánica déjese venir que aquí lo esperamos”. Total pegó, y digo pegó porque yo soy muy amigo de Benito Garza porque anduvimos también en movimientos, y ya cuando se van que se despiden, que ya platicamos lo que teníamos que platicar; me habla Benito, el ingeniero Ventura Alonso –que te digo que en paz descase, pues habíamos andado ya en movimientos–, pues me habla y me dice, “oye”, le digo “¿qué paso?”, “¿tienen toda esa gente?”, le digo “sí Benito”, me dice “no te creo Ovidio”, “tú los oíste hablar por teléfono Benito, no es cosa mía, pero sí tenemos gente en casi todas las escuelas”, “no pues”, me dijo, “hay que estar al pendiente”, “ustedes tienen la primera y última palabra Benito, nosotros estamos haciendo nuestro juego como te lo dijo el biólogo y Manuel Uribe”, “no pues estamos en pláticas Ovidio”.

No sé si se la creyeron pero al menos se pusieron a pensar, y eso eran cosas que, pues era un juego para nosotros, un juego un poco real y verídico si ustedes quieren, pero al fin de cuentas era un juego, de ahí como te digo nace esta nueva camada y a fin de cuentas se llegó a una negociación con la Azul y Oro, se crearon dos o tres secretarías en el comité ejecutivo, varias comisiones y donde incrusta-mos gente de ese movimiento de Dignidad Sindical –y muchos todavía estamos sobreviviendo y muchos pues ya se retiraron o se jubilaron– están en sus escuelas dando clases. Y pues ya de ahí viene el cambio total del sistema sindical, o sea, este, ya un cambio de ya no confrontación ni física ni tan ideológica, pero sí un cambio ya de realidad, empieza a cambiar ya el sistema nacional en la cuestión de salarios, en la cuestión de las leyes laborales y todo, pues había qué cambiar tam-

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bién en la Universidad la forma de luchar, o sea, el sindicato contra la Universidad, o viceversa, Universidad contra sindicato; y ya empiezan las famosas líneas, ya más marcadas, ya del cuate Guzmán ¿pues quién viene?, Isaías Balderas, si mal no recuerdo, que ese se le acusó que era pariente de Reyes Tamez, que era cuñado, que por eso era secretario general. A él le debemos, precisamente Isaías Balderas, que muchos lo tacharon de biólogo porque trabajaba en la Facultad de Biología, lo acabamos de jubilar, pero a fin de cuentas es arquitecto, y a él le debemos la creación del Fondo de Pensiones y Jubilaciones que ha sido, pues sino uno de los grandes logros del sindicalismo universitario nacional, ha sido un logro muy mar-cado para los trabajadores de la Universidad de Nuevo León.

¿El logro de las prestaciones tiene que ver con más gente?¡Ah! bueno sí, yo te estoy dando el nombre de él porque a fin de cuentas es el responsable de todo lo malo y todo lo bueno en la cabeza del sindicato, como te digo, te digo el nombre de la cabeza porque es el responsable de todo lo bueno y lo malo. Pero pues en ese tiempo no me tocó estar yo así, estaba en una comisión, si mal no recuerdo, pero estaba en la cabeza Alfredo Romero, el biólogo Rafael Garza, Carlos Morales en la comisión, porque, porque yo no estaba dentro del comité ejecutivo; yo había tenido un problema político en la Facultad de Odon-tología, entonces me ponen a disposición de recursos humanos, me ponen a dis-posición de recursos humanos, que a fuerza querían que yo me fuera a trabajar a la Facultad de Mecánica y Eléctrica, pero ahí yo corría riesgo político porque tengo una cuestiones ahí en Mecánica y Eléctrica. Yo no acepto ese cambio, a fuerza estaba de jefa de recursos humanos la contadora Lidia Cervantes, y ella aferrada junto con el cuate Guzmán de que yo me fuera a Mecánica, pero supues-tamente ahí me iban a tender una cama ranchera, entonces viene un amigo que yo aprecio mucho, el matemático Roberto Mercado –que él estaba de subdirector de la Facultad de Biología– y me dice, nos topamos en Rectoría, y me dice, “oye ¿qué andas haciendo?”, “nombre es que traigo un problema”… yo he tenido una gracia para que me siga la gente, no sé si por mi forma de ser, estoy cayendo en la modestia, y nunca he usado una cerveza ni una carne asada para que la gente me siga, o sea será ¿cómo te digo?, a lo mejor soy un Quijote –como me dijo una vez el licenciado Francisco Benavides, un maestro de la Preparatoria “Álvaro Obre-gón”–; siempre me ha gustado andar solo, nunca he usado al trabajador para mi beneficio personal y lo puedo demostrar con mi talón de cheque que va de acorde con mi antigüedad, y nunca he usado las posiciones, porque aunque no lo creas he tenido posiciones buenas y fuertes dentro del sindicato y de la Universidad, eh, y nunca he usado esos puestos para mi beneficio personal, ¿por qué?, porque yo tengo nada más una hija. Y cuando me dicen así, porque ya ves la mujer y los hijos

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te cuestionan, le digo “yo no pienso dejarte riquezas, hija; yo pienso dejarte una ideología y un principio, que el día que tu pases por una calle no te digan ‘ahí va la hija del vendido o del charro’”, me entiendes, sino que te digan “ahí va la hija que una vez su papá me ayudó”.

Tantos años en el sindicatoMás de treinta.

¿Por qué?Pues, vuelvo a lo mismo, y aunque no me lo crean, por mi hija, porque pues de la Universidad lo único que he sacado son becas, por eso.

200 prestaciones a lo largo de estos 50 años es lo que se está dejando, ¿tú crees que el trabajador sepa en realidad lo que han constado esas 200 prestaciones?

No, no lo saben. Ha sido, pues para los que hemos andado en esto, ha sido mucha lucha, te decía yo hace rato, para mí el licenciado Carlos Jiménez pues ha sido, si no el único, pues uno de los pocos secretario generales que ha conquistado las me-jores prestaciones que hasta la fecha siguen igual, o sea no se ha incrementado la gran cosa. A él le debemos la clínica, la villa campestre, los dos meses de aguinal-do, me entiendes, buenas conquistas salariales y son las que se han mantenido; han venido otros secretarios como pues el “cuate” Guzmán, que le debemos este edificio; pues al que se acaba de ir, Salvador, le debemos un día más de festivo; a Graciano González le debemos la pensión de sobrevivencia que en su tiempo se hacía por debajo del agua las negociaciones con la Rectoría; llega Salvador de la Paz y se hace ya formal dentro del contrato; y con el Dr. Oscar de la Garza ya se ha firmado esa prestación, o sea, ha entrado a una situación de que no hay una viuda que se le terminó su pensión que no se le cumpla, gracias a las negociaciones que ha hecho este hombre, Oscar de la Garza, y no es darle coba, o sea, tiene también su, dentro del año y medio, cerca de dos años, sí le ha pegado, y aparte de que se ha rodeado de gente buena, gente que todavía creemos en el sindicato, creemos en la gente. Yo así lo marco con los trabajadores, todavía creemos que se pueden hacer cosas sin llegar a la confrontación abierta, o sea, no puedes concebir tú, de que un señor sólo porque es rector o porque es jefe de jurídico o porque es teso-rero tenga más capacidad que tú; tienen capacidad en su medio, pero tú tienes capacidad en tu medio, entonces puede haber una confrontación de inteligencia, si tú quieres, de ideología, de principios, de mañas, si las quieres agregar, y puede llegarse a una buena negociación, no necesariamente pues hacer ya las marchas en la calle, en la pedrada de edificios, no necesariamente llegar a eso. O sea ya es-

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tamos en una época en que la tecnología parece que nos está ganando, pero tam-bién debemos de ser realistas de que la tecnología no se maneja sola; se maneja con la inteligencia del hombre, me entiendes, ni te vas a pelear con la tecnología pero la tecnología tampoco se va a pelear con el principio del ser humano, con la creación vamos, y la creación es el ser humano que es el que crea la tecnología.

¿Cómo ves, o cómo te gustaría ver el sindicato a futuro?¿El sindicato a futuro?, pues quién sabe si nos toque verlo, pero el sindicato a futuro ya va a ser más que todo una estructura, por llamarla de una forma, donde me gustaría verla, ya que el trabajador, no el hombre, sino el trabajador ya viva con una tranquilidad no para él, una tranquilidad laboral no para él, sino una tranquilidad laboral para su familia; que ya no tengas que meter tú la cosa de lo hago por mi familia o lo hago por mí, sino que ya por inercia venga esa comprensión del patrón, de que sin un trabajador no vas a ser patrón, y que el trabajador sin patrón pues no va a ser trabajador. Es una de las cosas que nosotros los que todavía creemos en la gente en el sindicato universitario, decimos, tú como jefe, pues necesitas un intendente para que te mantenga limpia tu oficina, y el intendente necesita un jefe que tenga una oficina para que la ensucie y la tenga que limpiar; vete de la mano con él, no lo veas menos; si él no estudió, si él no tuvo una carrera, si él no tuvo un ascenso pues por algo fue, o sea, a lo mejor fue pobre y no tuvo la capacidad económica para estudiar, a lo mejor fue flojo o duro de cabeza; pero no porque tú tuviste todas esas aptitudes, lo hagas menos, lo necesitas.

Entonces el sindicato que tú me dices yo lo veo de eso, que te vayas de la mano porque sabes bien que va a ser una realidad para una ciudad, para un Estado, para un país, de que ya vas a ser solo, vas a ser ya, como te diría, ya vas a ser un país con una capacidad en todo los aspectos, de triunfar en cualquier punto que te pares.

Para ti Ovidio, ¿qué vas a hacer, hay Ovidio después del sindicato?Pues nada, estar tranquilo. Creo que he cumplido, y si alguien a quien no le cumplí o quede pendiente, pues que me disculpe, pero, pues yo no lo puedo decir, ¿me entiendes?, luego caigo en la modestia, lo dice mucha gente por mí. No sé si tú el tiempo que tienes aquí en este comité ejecutivo te has dado cuenta de que yo no pregono, yo nada más actúo; si tú me pides un favor o me ordenas algo, trato de complacerlo, si no me lo pides o no me lo ordenas, pues trato también de complacerlo. O sea ya no estoy yo en la edad ni en los tiempos que he vivido de decir: tengo que hacerlo o tengo que realizarlo, como lo pensaba antes, no, simplemente se debe de hacer, se debe de perdido ya de tratarlo, vamos. Ahorita precisamente tengo un compañero amigo que trae un problema pesadito, y lo re-

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gaño, porque pues le digo: ¿por qué no viniste cuando estabas dentro del cuerno de la abundancia?, ¿por qué vienes ahora que tienes la pata en la cabeza?, y dice “no, es que en aquel tiempo no necesitaba”, “pues sí pero de perdido debiste de haber venido aquí al sindicato para decirte en qué condiciones buenas ibas a caer, y en qué condiciones malas”.

Entrevista realizada por Mauricio Villa el 13 de junio de 2013Transcripción realizada por Susana Acosta

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alfRedo RomeRo oyeRvidesHa sido miembro activo del STUANL desde el Comité Ejecutivo de Raúl López

Aldape (1985-1988), ocupando diversas secretarías y como asesor técnico, hasta el presente comité encabezado por el Dr. Oscar de la Garza Castro (2012-2015), donde

se desempeña como Secretario de Relaciones

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Antes de entrar en materia, cuéntanos un poco de tu vida estudiantil y cómo después formó parte de la Universidad como trabajadorSí. Yo inicie siendo estudiante de la Facultad de Contaduría Pública y

Administración de 1968 a 1973; y en el año de 1973 ocupé la presidencia de la sociedad de alumnos de FACPYA, en ese momento había en la facultad dos mil alumnos y como unos 200 maestros; y posteriormente en 1974 entro a trabajar en el departamento de auditoría de la Universidad Autónoma de Nuevo León, de 1974 a 1977; y en seguida participé como personal administrativo de la Facultad de Contaduría, donde ocupé los puestos de Secretario Administrativo de Estudios Superiores, auditor de la facultad y subsecretario de coordinación académica de nuestra facultad de contaduría.

¿Cómo te integras al sindicato?Fue en el año de 1985, tenía yo ya 14 años de dar cátedra en FACPYA, y en aquel entonces un grupo de compañeros me invitaron a participar en la organización sindical; en un principio pues yo estuve indeciso de participar o no, pero posteriormente cuando ya ingresé en el año de 1985 como Secretario de Análisis y Estudios Estadístico en el comité ejecutivo que presidía el licenciado Raúl López Aldape y ya empezando a participar, pues nos identificamos con los objetivos de carácter institucional, y por consecuencia de los mismos, pues ya tengo 29 años dentro del comité ejecutivo de esta organización.

¿Cómo era el ambiente durante tu primera etapa dentro del sindicato?Pues había en ese momento, había momentos políticos y económicos muy dife-rentes a los actuales. Cuando yo entro es considerado como un parte aguas entre los liderazgos sindicales del ala liberal y la nueva organización sindical que tie-ne otros procedimientos de negociación con las autoridades universitarias, pero en aquel entonces había una inestabilidad económica en el país y se presentan consecuencias de un gobierno neoliberal donde hay una hiperinflación y las con-

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diciones laborales de los trabajadores eran de ajustar a una realidad económica existente, y por consecuencia hay incrementos de hasta, en las negociaciones del Contrato Colectivo, de hasta el 120% anual de incrementos salariales. Yo ocupaba en ese entonces por disposición estatutaria la presidencia de la comisión del an-teproyecto del pliego petitorio para revisiones contractuales; y ahí me estrené yo participando en esta organización sindical.

Ahorita hablabas de corrientes dentro del sindicato, ¿cómo se dan en tu época estas corrientes?

Pues, como el sindicato tiene su origen en el año de 1964, y en ese año el lideraz-go lo ocupa el Dr. Ángel Martínez Maldonado y posteriormente el Licenciado Ro-lando Guzmán Flores, uno por designación y el otro ya por medio de un proceso eleccionario donde se acredita él como secretario general del STUNL. En aquel entonces no era autónoma la Universidad, y entonces ellos pertenecían a grupos de izquierda, inclusive el licenciado Rolando Guzmán Flores era el presidente del comité directivo estatal del Partido Comunista; entonces ellos representaban un grupo político de la izquierda de aquel entonces, que ya posteriormente desapa-rece, y en el año de 1985, pues ya es otro tipo de liderazgo sindical, verdad, ajus-tado a nuevas realidades existentes. Como que no se puede hablar de un compa-rativo entre los antiguos y nuevos líderes porque las circunstancias económicas y políticas y sociales eran diferentes, entonces no se puede decir si ellos hicieron un trabajo mejor o no que los líderes actuales; simplemente cumplieron los obje-tivos de carácter institucional de acuerdo a las necesidades de sus momentos, a eso me refiero yo. Muchas veces se habla de que en el parte aguas de los líderes sindicales del 85, de que los anteriores secretarios desarrollaron un programa de acción más, que mejoró las condiciones laborales de los trabajadores, pero en aquel entonces había circunstancias diferentes, o sea, había momentos políticos y económicos más saludables, el país no estaba en crisis económica, entonces se podía dar respuesta a los pliegos petitorios de la universidades públicas, y enton-ces pues el líder, como respondía a las expectativas de los trabajadores, pues se veía, era muy querido y muy estimado, porque pues solucionaba los problemas de los trabajadores.

Sin embargo, después vienen crisis económicas y vienen los topes salariales, y los líderes de esos momentos a veces no cumplían a las expectativas porque tenían impedimentos económicos y políticos de las autoridades del trabajo y que no resuelven los problemas de los trabajadores en un momento determinado. Entonces los líderes de la actualidad han hecho grandes esfuerzos por mejorar las condiciones laborales en lo que se refiere a los salarios, a vivienda, a servicios de

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salud y lo que se refiere a la necesidad de tener la garantía de la seguridad social con respecto a las jubilaciones y pensiones.

El 91 se manifiesta como el último año donde hubo una fuerte participación electoral y después vinieron candidaturas de unidad, háblanos de este parte aguas.

Bueno, en ese momento, había unas, vamos a decir, una participación plural de la gente, de los trabajadores, de la organización sindical; y algunos, como es lógico, que qué bueno que haya esa pluralidad ideológica y con armonía de objetivo carácter institucional, una vez que ya termina la contienda electoral, creo que todos debemos de estar unidos para desarrollar un sindicalismo que tenga fortaleza, y en ese momento sí participaron varias planillas; que recuerde yo, fueron cuatro planillas y eso da pie a una democratización que fortalece la institución de nuestra organización sindical. Sí participaron elementos que en lo que se llama, cuando no era la planilla que siempre salía, que era la Azul y Oro, había otras planillas que destacaron con buenos liderazgos, pero que en su momento pues no lograron el objetivo de llegar a aspirar al puesto más importante de nuestra organización, que es ser el secretario general o miembro del comité ejecutivo.

A nivel anecdotario y en libertad de lo que quieras decir, hubo un evento en el Aula Magna de una asamblea representativa donde fuiste protagonista, ¿qué nos puedes contar de ello?

Sí. En aquel entonces había una división entre los miembros activos que integran nuestra organización sindical y todo fue motivado en su origen por un problema de carácter laboral que se desarrolló en el Hospital Universitario-Facultad de Medicina. Había una serie de gente de enfermería que habían sido despedidas y que ellas reclamaban su instalación, y el sindicato estuvo en la mejor disposición de colaborar; fueron ellos a su participación activa en la asamblea general representativa del 91 y hubo una serie de discusiones ahí. Me acuerdo yo que hable con el señor rector y me dijo que, a nombre de él, yo podía negociar con los trabajadores para solucionar la problemática; y yo le dije a los trabajadores inconformes que se les iba a pagar todos los salarios caídos y se les iba a dar la reinstalación correspondiente, pero ellos en un momento determinado aceptaron y luego volvieron otra vez a decir que no, y en esas discusiones surgen problemas entre varios trabajadores y se genera una violencia ahí, que termina con una ausencia de una gran mayoría de delegados en la Asamblea General Representativa. Y por consecuencia ahí se toman decisiones de sacar publicados en los periódicos donde se aprueban todos los acuerdos que tomó el Comité

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Ejecutivo en esa asamblea, entre ellos aprobaron la respuesta de Rectoría al pliego petitorio y una serie de reformas que se hicieron al Estatuto del Sindicato.

Se habla de la incursión de grupos externos a la asamblea… Sí, sí se hablaba de una serie de grupos externos y se comentaba ahí que había injerencia de algunos funcionarios del Estado y de algunas otras organizaciones sindicales como la CROC, donde ellos eran parte de nuestra organización sindical, pero también pertenecían a los otros gremios y ellos ahí participaron también en la discusión que tuvimos en la Asamblea General Representativa. En aquel entonces yo en un momento determinado me tuve que amparar ante las autoridades judiciales para que no me detuvieran, porque varios miembros del Comité Ejecutivo estaban acusados de delincuencia organizada, y entonces en ese momento nosotros empezamos a tratar de resolver esta problemática, después de que fuimos a hacer las declaraciones de que nosotros no habíamos generado ninguna violencia dentro del recinto universitario. Y yo me acuerdo perfectamente que estando con el procurador Rivera Bedoya, me entrevistaron ahí los periodistas y ellos me preguntaban que si yo quería que se les castigara a los inconformes que habían desatado la violencia en el Aula Magna; y yo les dije que de ninguna manera, que eran compañeros sindicalistas y que merecían todo nuestro respeto, que solamente les pedía que se rigieran de acuerdo a los estatutos que rigen nuestra organización sindical.

Como en todo, momentos duros, pero también momentos que enmarcaron una mejora para los trabajadores, como lo fue el caso del Fondo de Pensiones y Jubilaciones y los Servicios Médicos, ¿nos puedes hablar de estos momentos?

Sí, sí, cómo no. Primero voy a hablar del sistema de pensiones y jubilaciones. No-sotros ya habíamos comentado con las autoridades universitarias de la necesidad de crear un fondo de pensiones y jubilaciones, nosotros tuvimos una discusión en aquel entonces con el doctor Alfredo Piñeyro López, que era el Rector de la Universidad, y le manifestamos esa preocupación por parte de la dirigencia sin-dical de que en el Contrato Colectivo de Trabajo había desde el año de 1977 una cláusula que estipulaba que la Universidad iba a destinar en su presupuesto de egresos una partida suficiente para integrar el fondo de pensiones y jubilacio-nes, y no fue hasta 20 años después que se crea el fondo de pensiones en 1997, y se empiezan a hacer las aportaciones en 1998. En ese momento era secretario general del sindicato el arquitecto Isaías Balderas Candanosa; fue una situación muy difícil, creímos que hicimos lo indicado y en una primera instancia fue recha-zado la integración del fondo de pensiones por parte de los trabajadores, pero

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en un segundo esfuerzo que hicimos y con explicación a los trabajadores de cuál era la importancia y las bondades de crear un fondo de pensiones, ellos acepta-ron posteriormente que se creara a partir de enero de 1998. Pero creemos que es algo que es fundamental porque hay una incultura previsional financiera en lo que se denomina los templos del saber; no se generaron las reservas necesarias para cumplir esta prestación de vital importancia, que es el fondo de pensiones y jubilaciones; es una situación verdaderamente preocupante, no se ha resuelto. Muchos hablan de una manera muy optimista, pero yo quiero manifestar clara-mente en esta entrevista que se requiere todavía grandes esfuerzos para generar las reservas suficientes. La responsabilidad que como dirigente sindical implica el participar en esta prestación de vital importancia para resolver los pasivos labora-les que tienen los trabajadores de las universidades públicas estatales del país, en un momento determinado se hicieron, se han hecho grandes esfuerzos por parte de la autoridades universitarias, y por parte de la dirigencia sindical donde hay aportaciones significativas que están apoyado por reformas, por los presupuestos para reformas estructurales de los fondos de pensiones que aprueba la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión y distribuye la Subsecretaría de Educación superior de la Secretaría de Educación Pública, donde hemos participado activa-mente. Y de los 10 mil millones que se han dado del 2002 al 2012, de esos 10 mil millones nosotros hemos tenido la oportunidad de participar en esas bolsas y hemos obtenido la cantidad aproximando de mil millones de pesos para el fondo de pensiones; se le debe de dar solidez al fondo, capitalizarlo y hacerlo más viable financieramente para responder a los pasivos laborales que se van a generar en la Universidad a mediano y largo, porque si no se capitaliza el fondo en una forma muy saludable, entonces se puede presentar esa problemática de no tener los recursos suficientes en un futuro el pago de las pensiones y jubilaciones.

¿Por qué en su momento hubo tanta resistencia por parte del trabajador al fondo de pensiones?

Sí, sí, lo que pasa es lo siguiente, había una circunstancia económica no muy sa-ludable; los trabajadores universitarios estamos acostumbrados a una calidad de vida muy superior, hasta que llegaron los topes salariales. Entonces como bajó la calidad de vida y bajó el poder adquisitivo de los salarios, pues en un momento determinado –cuando a uno le pegan en la bolsa, que es la parte más dolorosa del cuerpo humano– es cuando empiezan los trabajadores a demostrar su incon-formidad, y con mucha razón, y nosotros les manifestamos esas inquietudes que tienen ellos, y hay que reconocerlas. Cuando los trabajadores están inquietos y protestan y reclaman, [es] porque no responden a las expectativas de ellos y de sus familias, pues es lógico que estén inconformes, entonces el líder se debe de

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preocupar por resolver esa problemática, que no es fácil, porque hay que tratar de recurrir a las instancias del gobierno federal y estatal para conseguir presupuestos ordinarios y extraordinarios para poder responder a las expectativas de los traba-jadores. Entonces en ese momento difícil y ellos en un principio dijeron “no vamos a aportar, esa es una obligación patronal”.

El sindicato hacia fuera, platícanos un poco de la participación del STUANL en las organizaciones nacionales.

Sí. Nosotros estamos inmersos en una organización nacional que es la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios, antes pertenecimos a la Federación Nacional de Sindicatos Universitarios; son dos vertientes de la organización sindical que persiguen objetivos comunes del mejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores. En un momento determinado, cuando hay negociaciones importantes con las autoridades federales de la Secretaría de Educación Pública o la Secretaría del Trabajo o de las comisiones de educación o de seguridad social del Congreso de la Unión, nos unimos y vamos y exigimos que nos den respuestas positivas al incremento de los presupuestos para poder responder a las expectativas de los trabajadores. En estas circunstancias, como tú lo manifiestas, hubo, en su principio nosotros fuimos innovadores con respecto al primer fondo de pensiones y jubilaciones de las universidades, y en un principio fuimos criticados por parte de las demás organizaciones de universidades públicas porque decían que nosotros habíamos ido más allá y que eso era una obligación patronal, pero a veces la realidad existente es más sabia que el derecho; y entonces nosotros consideramos en un momento determinado que no nos íbamos a quedar con los brazos cruzados, que se generara el problema y que una vez generado, preguntarnos ¿y qué vamos a hacer?

Y no, esa no es la solución, nosotros necesitamos generar reservas para que en un momento determinado que no haya recursos para pagar las pensiones y jubilaciones, nosotros estemos preparados para hacerle frente a través de un fondo que habíamos creado, no decir ¿y ahora qué hacemos?, no; ¿qué debimos de haber hecho para que no se presentara este problema? Y así a muchas universidades se les fue originado este problema muy fuerte, porque se fueron creando pasivos laborales que ya eran inviables financieramente, por ejemplo, en la Universidad de Coahuila decían que los trabajadores tenían que aportar el 60% de la nómina de ellos, y eso era inviable, ¿cómo iban a aportar el 60% los trabajadores para crear un fondo que respondiera a la capacidad pago para en un futuro garantizar el pago de las jubilaciones y pensiones? Entonces todo eso se ventiló y nosotros fuimos mejorando, perfeccionado el sistema pensionario de nosotros, y conforme fue pasando el tiempo se generaron los problemas en las

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demás universidades públicas del país y fuimos invitados a dar pláticas de los sistemas pensionarios en las universidades públicas estatales.

¿En qué período fue esto?Fue cuando empezamos con mayor fortalezca, fue cuando el secretario general era Joel Montemayor y posteriormente Graciano González, ellos son los que en un momento determinado impulsaron esas pláticas; y un servidor estuvo presente en todas pláticas; hemos visitado unas 20 universidades públicas estatales donde estamos exponiendo nuestro sistema pensionario y cuál es la problemática a nivel nacional que generó la inviabilidad financiera y los problemas para hacer el pago de los jubilados y pensionados, y nosotros hemos participado activamente y ayudado a varias universidades. Y después de nuestras pláticas, como fue en la Universidad de Sinaloa y en la Universidad de Juárez en el Estado de Tabasco, una vez que dimos las pláticas, fueron aprobados los fondos de pensiones.

¿Podrías comentar sobre los servicios médicos? Sí, los servicios médicos, allá por el año de los setenta, a principios, empezaron a ampliar la clínica de los trabajadores de los servicios médicos de la Universidad, y uno, el Secretario General que fue bastión para la creación de esa institución que brinda los servicios de salud a los trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León, fue el licenciado Carlos Jiménez Cárdenas, que él era el Secretario General en ese momento y no sólo se consiguió en ese momento la necesidad de los servicios médicos, sino que también en su período se creó la Villa Campestre. Pero volviendo al tema principal, creo que fue un acierto y conforme va pasando el tiempo se van generando unos, los costos más altos del sistema de salud en virtud de que se están incrementando las edades de los trabajadores y hay más eventos de carácter farmacéutico y hospitalario con motivo de las enfermedades propia de la edad que se generan y representan altos costos a los sistemas de salud. Y es por eso la necesidad y se lo hemos manifestado a las autoridades universitarias y al comité técnico administrador de los fideicomisos de inversión, de que hagan un dictamen actuarial de los servicios médicos para que el profesional en la materia nos diga cuáles son los recursos que un futuro va a ascender los costos del sistema de salud, porque va a ir incrementando conforme se incrementa los trabajadores, y si no nos preparamos con alguna reserva, se pueden generar los problemas muy fuertes, como se han generado en el ISSSTE y en el IMSS, donde no hay recursos y se batalla para conseguir los medicamentos o para tener atención hospitalaria. Entonces nosotros no queremos llegar a esos momentos, queremos resolverlo ya desde ahorita, porque si nos esperamos y nos llega el agua al cuello ya no vamos a poder resolverlo. Entonces sí, el fondo de pensiones ha dado una ayuda

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extraordinaria bastante importante a los servicios médicos a partir de la aportación del 1% anual hasta llegar al 7%; ahorita en la actualidad van en el 6% de la nómina de los trabajadores que se aporta a los servicios de salud para mantener un alto nivel de calidad farmacéutica y hospitalaria.

Muchos años en el sindicato, toda una vida, dentro de tu experiencia ¿qué opinas de este fenómeno, de gente que se queda toda una vida en el sindicato y su papel dentro de la organización?

Sí. El ser sindicalista es un gran reto y es una gran responsabilidad para con los trabajadores y sus familias; creemos que en la actualidad y antes también, verdad, el líder sindical debe de tener honestidad y responsabilidad y estar comprometidos con los trabajadores para mejorar sus condiciones laborales y para representar y defender los derechos legítimos de los trabajadores, en esa inercia se debe mover el líder sindical. Nosotros, cuando yo entré en el 85 al sindicato, había -y en la actualidad también hay buenos dirigentes sindicales- tanto dentro de la línea política de los que representan al Comité Ejecutivo, como personas que participaron y no llegaron a representar a los trabajadores, hay buenos liderazgos; y creo que debemos de aprovechar la experiencia de mucha gente, porque esa experiencia da la sabiduría y esa sabiduría da la necesidad de buscar algunas alternativas de acción para procurar conseguir más recursos que son necesarios para ordinarios y extraordinarios. Si los extraordinarios que nos dan en algún momento determinado no son parte integral del salario pero sí mejoran la calidad de vida de los trabajadores, entonces nosotros como líderes sindicales debemos de procurar tener esa responsabilidad, esa dedicación; y yo estoy convencido que la experiencia que se adquiere a través del tiempo te da la sabiduría, y esa sabiduría nosotros se la debemos de proyectar a los jóvenes para que en un futuro cercano representen y defiendan a los trabajadores con los conocimientos que deben de tener, porque cuando un ignorante le enseña al que no sabe, pues ¿qué podremos obtener? Entonces sí necesitamos que la sabiduría que se adquiere a través del tiempo se refleje en la cultura de los nuevos líderes sindicales. Entonces sí quiero manifestar que esa opinión que a veces hay del sindicalismo de que no resuelven los problemas de los trabajadores, que se mantienen en un estatus determinado, que no quieren correr riesgos que representen un costo político, entonces ese conformismo de un liderazgo sindical pues perjudica tanto a la organización sindical como a la Universidad Autónoma de Nuevo León, en nuestro caso. Entonces aquí creemos que con respeto, y con concierto, con diélogo, con buena fe, con voluntad, podemos hacer propuestas con escenas viables y que no solamente presentarle el problema, sino también presentar cuál es la solución que nosotros proponemos también para mejorar las

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condiciones laborales. Entonces sí, eh, en un momento determinado la imagen sindical en muchas diligencias es que son una bola de flojos que no responden en nada a los compromisos que adquirieron con los trabajadores; y la realidad es que sí hay responsabilidad, la mayoría, verdad, como en toda organización hay gente buena y mala, pero sabemos que hay más gente buena que mala y que los que consideramos que adquirimos un compromiso y tenemos seriedad, creemos que sí, junto con los trabajadores en una unidad, podemos mejorar y podemos presentar alternativas y aunque no sean, a veces, necesariamente -como dicen unos por ahí-, que no sean soluciones de presupuestos. Pero a veces ahorrarle dinero a un trabajador incrementa su poder adquisitivo, entonces en esa inercia siendo inteligentes podemos crear algunas alternativas, donde el trabajador ahorre alguna cantidad de dinero y esa le permita tener mayor solidez en la economía familiar.

¿Cómo ves el sindicato a futuro?Pues yo lo veo como una necesidad de crear una cultura de previsión. Si las dili-gencias actuales, no solamente del sindicato nuestro, sino de los demás sindica-tos de las universidades públicas, no toman culturas de previsión, se van a gene-rar grandes problemas para los trabajadores universitarios; que en la actualidad nosotros estamos agrupados en esa organización que mencioné anteriormente, que es la CONTU, y que entre todas las organizaciones como la FENSU, estamos afiliados 200 mil trabajadores universitarios. Pero yo estoy plenamente seguro, si no se trata de resolver los problemas de las prestaciones sociales importantes que están otorgadas como derecho constitucional y en su ley reglamentaria con la Ley Federal del Trabajo, como son las pensiones y jubilaciones y los servicios de salud, no hay una cultura previsional financiera, se van a generar problemas muy fuertes, que inclusive pueden poner en riesgo la vida institucional de las univer-sidades públicas.

Entrevista realizada por Mauricio Villa el 19 de junio de 2013Transcripción realizada por Susana Acosta

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José Reséndiz BaldeRasMiembro de los Comités Ejecutivos de Rodolfo de León (1988-1991) y Jesús

Guzmán (1991-1994), con el primero fue Secretario de Educación; y con el segundo Secretario de Pensiones y Jubilaciones

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Pues lo primero si nos podría decir los primeros acercamientos al sindicato y cómo se integró.Yo en la cuestión del sindicato de la Universidad yo me integré práctica-

mente desde, a los pocos años que yo ingresé, yo creo como a los dos o tres años que ingresé ¿cómo diré? como profesor; ingresé aquí como profesor de horas, en-tré con cuatro horas e ingresé primero en la cuestión de, de lo que es el secretario, el presidente seccional. El sindicato se divide en secciones aquí para efectos de organización sindical; la facultad es la sección 32 y yo ingresé como presidente de la sección 32 cuando era el director de la facultad el licenciado Bernardo Flores, él ya murió. Yo ingresé a trabajar aquí en 1979 y en el sindicato pues será, qué serían, Bernardo fue director de 1983, 83 a 85, no, 85, o sea fueron siete años, después yo ya estaba como presidente seccional y el presidente seccional se encarga nada más de los asuntos de la facultad, de los administrativos, de los técnicos, pero también de los profesores, qué problema tienen de carácter laboral. Pero ya al sindicato a lo que es el comité, yo me incorporé al comité en 1986 con el comité ejecutivo que encabezaba el profesor Rodolfo de León, actualmente es difunto, él ya murió; y yo ingresé allí como secretario, secretario de educación, el secretario de educación es el que atiende todas las cuestiones de carácter educativo, pero desde el punto de vista sindical, allí entro yo a mis actividades de preparación y actualización de los trabajadores para que conozcan sus derechos sindicales, para que sepan cómo defendernos. Y bueno pues yo era muy, muy inquieto, yo estaba muy joven; estoy hablando del 85, eran un buen número de años antes de los que tengo, pero yo desde muy joven ingresé a la cuestión sindical. Yo desde 1965 yo ya andaba en las leyes sindicales, pero en la sección 50, yo soy profesor norma-lista también, y allí participé pero siempre con un discurso contrario al gobierno; era muy crítico y me queda algo todavía de crítico, de eso ustedes se dan cuenta en las clases, pero antes era, era algo peor y era más bien anarquista más que marxista y me gustaba defender los derechos de los compañeros, no me gustaba ver injusticias, y a cada quien les decía las verdades de frente; y bueno por esa, por esas manera de ser también fui perseguido y fui puesto a disposición de la Secretaría de Educación como profesor, donde se quejó un director de mí de que

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yo era un agitador, un reaccionario y no sé qué tantas cosas más; y también el sin-dicato de la sección 50 me puso a disposición del jurídico nacional por una crítica que le hicimos al convenio que había firmado y que no nos parecía lo más certero; nos parecía más bien una entrega de los derechos de los trabajadores, que una defensa. Y fue una crítica más o menos consistente que hicimos seis trabajadores y tampoco nos pasó nada, pero acá en el sindicato de la Universidad yo llegué como secretario de educación, pues promoví actividades de carácter sindical para que los trabajadores conocieran más sus derechos, y bueno, pues allí el trabajo que desempeñábamos nos pareció a nosotros más aceptable.

Él, el maestro Rodolfo de León, secretario general, él me conocía y conocía mi activismo social y me dio mucha oportunidad de participación, y siempre partici-pé en las comisiones de discusión del pliego petitorio que hace el sindicato con el rector. Y que no lo hace directamente con el rector, lo hace sino con el secretario general; y yo siempre, Rodolfo siempre me pedía que estuviera yo en esa comi-sión, y bueno pues también nunca le dije que no, pues era obligación de uno, y allí en las cuestiones de la internase hacen juntas también de discusión para ver cómo se elabora el pliego, cuáles son las necesidades. Yo tuve muchas participaciones, incluso de críticas, porque yo decía que al sindicato le hacía falta más dinamismo, que los espacios que estaba, que le tocaba ocupar, pues no los estaba ocupando como debería ser. Y bueno incluso en ese tiempo enfrentó un movimiento de in-conformidad muy grande por parte de las, de las, de los trabajadores del Hospital Civil, especialmente las enfermeras. Las enfermeras son muy aguerridas y en ese tiempo eran muy aguerridas; y yo siempre he dicho que las mujeres son mucho más canijas [ríe], son mucho más aguerridas, mucho más valientes que uno; la mayoría pues diríamos que todos los delegados eran mujeres y eran, pues, bueno, siempre se paraban y plantaban, siempre se paraban en las asambleas generales y empezaban a criticar fuertemente. Rodolfo en ese tiempo tuvo ese problema con las enfermeras, pero no con todas sino con un grupito que encabezaba una com-pañera que se llamaba, se llama Ángela Marroquín, y era aguerrida; y bueno yo siempre desempeñé un papel allí más que todo institucional, porque el director me decía que bueno, pues estábamos para defender a la institución, porque digo, pues no había una bandera así de interés para todos.

Bueno, Rodolfo tuvo sus problemas serios, pero al fin de cuentas se desempeñó bien y era una persona de buenas intenciones, sabía mucho de sindicalismo, era también de ideas así izquierdistas, pero al final de cuentas durante esa época él pudo; se padecieron los mismos problemas que ya el sindicato estaba predicien-do desde antes que él. El Rector con el que tocó, con el que tocamos trabajar en ese tiempo, fue con el ingeniero Gregorio Farías; Farías Longoria y él, pues bueno, había una buena relación entre el sindicato y el Rector, no era de una lucha frontal como se había dado en los sesenta, setenta, y allí fue una lucha muy fuerte donde

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el sindicato pues sí hizo muchas manifestaciones, hizo huelgas, promovió la toma de Rectoría con los estudiantes, en fin. En ese tiempo cuando se estaba luchando por la autonomía universitaria, pero ya para los ochentas, yo estoy hablando aquí del 86-89, son tres años, y bueno, pues esa relación entre la Rectoría y el sindicato se empezaba a dar donde está ahora, donde hay un entendimiento; se discuten las necesidades reales y los incrementos reales que se te pueden dar, porque tú puedes pedir mucho. Porque en realidad lo que yo he criticado mucho y lo sigo diciendo: el salario que te pagan no corresponde a lo que tu produces como tra-bajador, y el que se queda con la buena parte de las ganancias de la producción de una manera exagerada son los dueños de las empresas ¿no?, los márgenes de ganancias son enormes y un salario de aquí y en todo el mundo es un salario que no corresponde a las necesidades reales de los trabajadores, y entonces eso lleva a que el trabajador siempre ande con muchas limitaciones que no le alcance para las necesidades más elementales, mientras que los dueños de las empresas les sobra para eso y para andarse paseando en jets y comprar jets y vacaciones, en fin, todas las comodidades habidas y por haber.

Después de Rodolfo, el secretario general fue, le decíamos “El cuate” Guzmán, es un ingeniero, Jesús Guzmán, y lo conocemos como “El cuate” Guzmán porque él es cuate de su hermano, hijo de un animador de televisión muy famoso, y “el cuate” Guzmán es ingeniero y trabaja en FIME y ahorita es el responsable del cen-tro de, no me acuerdo del nombre de donde hacen ejercicios de todo tipo. Bueno, el Cuate Guzmán es una persona que está allí, está como director de ese centro allá por Mederos, y yo con él fui secretario de pensiones y jubilaciones, la duración de un secretario general de un comité ejecutivo sindical es de tres años, por eso yo dentro del sindicato de la Universidad estuve seis, estuve seis años, tres con Rodolfo y los tres con “El cuate” Guzmán. Y allí como secretario de pensiones y jubilaciones jugué el mismo rol que con Rodolfo, y pues siempre bajo la comisión negociadora de los pliegos petitorios con Rectoría; y yo era el que encabezaba las discusiones y el que llevaba la batuta, el que le decía, me tocó mucho negociar allí con el secretario general, que en ese entonces era el maestro Reyes Tamez. Y bueno las discusiones eran amenas pero firmes, porque “El cuate” Guzmán es una persona muy honesta y creía en el sindicato como instrumento de lucha de los trabajadores y era una persona que siempre, pues decía, “sabemos la situación, traemos a la realidad cosas, pero sabemos que nos pueden dar más salario del que nos ofrecen”. Y bueno pues como parte de esa tenacidad de él, se logró -y creo que fue lo más interesante de la gestión, de muchas gestiones sindicales-, se logró que se nos dieran 18 días adicionales; nosotros le decíamos que como aguinaldo, y nos decían que como aguinaldo no, que porque eso tenía repercusión en otras universidades. Entonces lo que nosotros le decíamos, bueno pues que aparezca como una prestación social de otro tipo, pero necesitamos que se incrementen

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esas prestaciones, y nos dieron, logramos que nos dieran 18 días, 18 días adicio-nales que hoy le llaman compensación por producción, por producción. El caso es que es una prestación buena, son 18 días, actualmente te dan nueve días en julio y nueve días en enero, que es una parte del aguinaldo, pero eso se consiguió con la gestión de “El cuate” Guzmán, pero también en ese tiempo me dice “El cuate” Guzmán, “Pepe, ponte a trabajar sobre una ley de pensiones y jubilaciones”, que no tenía, no tenía la Universidad, no tenía una ley de pensiones y jubilaciones y nosotros le decíamos desde aquel entonces que era necesario que hubiera una ley de pensiones y jubilaciones, porque iba llegarse el momento en el cual se iban a empezar a jubilar muchos trabajadores. Y yo organicé una, un grupito, una co-misión que me apoyó “El cuate”, me apoyó así decididamente para ello, hicimos un análisis que a mí me parece muy importante; me auxilió con unos compañe-ros economistas, de la Facultad de Economía que también eran parte del comité ejecutivo sindical; hicimos un análisis de cómo iba ir creciendo la inflación, estoy hablando de 1987, y no viene a darse esto hasta 2008 cómo iba ir creciendo la inflación, pero también cómo iban ir creciendo los jubilados.

En aquel tiempo hablábamos de un poco menos de 500 jubilados, no era un problema serio para poderlos sostener, la Universidad tiene una jubilación, aho-rita ya tiene dos tipos de jubilación, pero en ese tiempo tenía lo que en la SEP llaman jubilación dinámica –específicamente en la sección 50–, allí tú te jubilas y te siguen dando los incrementos como si estuvieras trabajando; y la Universi-dad tiene un tipo de jubilación similar y la tenía en ese entonces también; no, no la llaman jubilación dinámica, le llaman jubilación dinámica que no se llama así, tú te jubilas y te siguen incrementando como si estuvieras trabajando. Yo si me llego a jubilar y todos los que están y todos los que están jubilados ahorita así están bajo ese régimen de jubilación, pero ya los que entraron del 97 para acá fue mediante otro tipo de jubilación; el caso es que nosotros hacemos un análisis y decimos ahorita si se puede pagar con lo que ustedes tienen del fondo y con lo que parte del presupuesto que Rectoría destina. Con el presupuesto que les da el Estado y la federación más lo que produce la Universidad sí se pueden sostener ese tipo de jubilación, pero para el 2008 no va poder, no va ser posible porque nosotros hablábamos de que para el 2008 iba a haber más de cinco mil jubilados y no andábamos muy bien parados. Ahorita la cifra no sé cuántos, de cómo estamos, estamos hablando del 2013, pero estamos arriba de cinco mil; yo no tengo ahorita la cifra exacta, pero son muchos, entonces elaboramos esa ley que me parece una ley muy bien hecha, de una parte leí; en plural leímos algunas leyes de jubilaciones, entre ellas la de sección 50 que yo la conocía bien y nos sir-vió de modelo y la aplicamos a las condiciones de la Universidad. Y la fuimos y la discutimos con el Rector, que entonces era el doctor Silos, es economista, trabaja en la Facultad de Economía, y él era el Rector; el Gobernador en ese tiempo era

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Sócrates Rizzo García, y bueno, yo me acuerdo que tuve una plática con el Rector y nos dijo: “de qué se preocupan, ahorita no hay problema; ¿cuánto falta de aquí a eso?, falta mucho”, y yo le dije ahí, porque yo era el que encabezaba la comisión, “pero esto es una cuestión de prevenir; es previsora la solución que nosotros es-tamos proponiendo”. Si nosotros nos ponemos ahorita a trabajar sobre una ley de pensiones y jubilaciones, va a implicar que el trabajador que ahorita le quitas, me parece que era el 1.5%, pagaba muy poquito el trabajador de la Universidad como aporte, como descuento que le hacían para la cota sindical y para el seguro, y si se paga ahorita esto, esto va a implicar que esa cuota se eleve, y nosotros propo-níamos que se podía elevar hasta el 6%, y era un incremento grande y sabíamos que íbamos a tener reacción muy fuerte por parte de los trabajadores en caso de que aceptaran las autoridades, pero nosotros estábamos dispuestos a aceptar eso porque si esto no se hacía y se esperaba hasta el 2010 o hasta el 2008, entonces le van a tener que imponer al trabajador un cuota, pues casi al doble de lo que nosotros estamos proponiendo ahorita y ahí va a ser más fuerte y la reacción iba a ser más violenta.

Total no quisieron y después se vino aquella de Sócrates Rizzo y Silos se fue de aquí, y el caso es que algo que se pudo haber hecho de una forma previsora no se hizo y empezaron a venirse los problemas serios para el 2000, mucho antes de lo que nosotros habíamos dicho, y ya se decía “no es posible mantener la jubila-ción de esta manera”; y lo que nosotros decíamos que iba a suceder, parecía que éramos pitonisos, estaba sucediendo, casi así, y ¿qué se hizo?, pues se manejaron, le toco al sindicato que estaba en turno. Yo no sé si fue el Secretario General Joel, u otro secretario, el que encabezó el movimiento para que se hicieran los ajustes para fundar un Fondo de Pensiones y Jubilaciones, que implicó que al trabajador en vez de el 2%, se le rebajara el 12%; yo estoy pagando de mi salario el 12% para el fondo de jubilaciones, ¿qué va del 12 al 6 que nosotros proponíamos en ese tiempo?, y eso es lo que se está pagando, pero es una jubilación que creo es modelo a nivel nacional, ¿que le cuesta al trabajador? pues sí. Yo también digo que una jubilación implica que te estén incrementando, ya jubilado solamente se puede sostener un fondo muy fuerte, y ese fondo fuerte solamente se puede dar con aportaciones grandes de los trabajadores, si no no es posible y es lo que está ahorita en la Universidad. Entonces el caso es que se da ese problema y ahorita es muy fuerte la carga, pero hubo movimientos de los jubilados y de los que no estaban, porque pues ¿por qué íbamos a pagar?, y a habido movimientos y se ha tenido que negociar con ellos, no sé en que términos se negociaría, pero sí hubo necesidad de negociar con ellos porque estaban haciendo un relajo que se oía cada vez más fuerte, pero porque tú estas jubilado; y para empezar el Estado tiene la obligación de jubilarte, el Estado te dice “sí te jubilo pero con acuerdo a la ley y la ley dice cuanto ganas, no pues que gano 20 mil pesos mensualmente; sí pero la

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ley dice que no te podemos jubilar con todo”, te dicen. No sé cuanto establezca la ley, pero por decir algo, te dan cinco salarios mínimos –que no es ni la mitad de lo que ganabas– y con una jubilación así pues nadie se quiere jubilar, jubilación significa júbilo, o sea, gusto de que ya no vas a trabajar, pero aquí nadie se jubila con gusto porque no sabe si el año siguiente le va a alcanzar. Entonces dice, pues mejor no me jubilo y sigo ganando el salario de un trabajador activo, y este tipo de jubilación no; te dice pues jubílate al fin y al cabo con el fondo que lograste constituir con otros trabajadores te va a servir para mantenerte los días que te fal-ten de vida, ya el que se jubila pues ya tiene los días contados, cada año una rayita menos, entonces para cuando te mueras, pues ya, y el fondo no se te acabó.

Entonces es un fondo muy bueno, que sí cuesta, pero ya cuando te jubiles te puedes jubilar con júbilo porque pues te siguen pagando y te están incrementando el salario, y eso gracias al fondo que tú aún estás formando, porque como jubilado también te descuenta porque si no el fondo no se mantiene, y pues eso es lo que a mí me pasó como sindicalista dentro del Sindicato de la Universidad. Los momentos que se vivieron con “El cuate” Guzmán se vivieron tranquilos, estamos hablando del 1986-1989, algo así, no me acuerdo exactamente de la fecha, pero fue antes de que finalizara el siglo XX y ya; esa relación entre sindicato y la autoridades pues eran de buen entendimiento, de discutir antes de movilizar estudiantes y trabajadores, y correspondió a una etapa internacional donde todo mundo entró en un proceso de tranquilidad, eso fue a partir de 1968. Hoy hay atisbos de inconformidad, de movilizaciones, de trabajadores de estudiantes, aquí en México, Francia y el mundo entero, y eso es un llamado de atención para que los responsables del orden nacional paren las antenas y no esperen un 68 aquí en México, un 68 como en Francia, que hubo aquí en México muchos muertos, y también en Francia, detenidos y muertos, no tantos como aquí pero sí hubo y eso no es lo que deben esperar los responsable del orden internacional.

Para cerrar, ya ha mencionado las prestaciones que se concretaron con Jesús Guzmán, del comité de Rodolfo de León ¿qué prestaciones puede mencionar que hayan sido destacadas?

Bueno, ahí con Rodolfo no fueron tan sobresalientes, pero sí se logró un aumento salarial más fuerte, pero ya eran salarios que estuvieron sujetos a los salarios mí-nimos, porque en los años ochenta –a través del Presidente de la República, José López Portillo y después con Miguel de la Madrid, sobretodo a partir del 82 al 86–, toda la década de los ochenta es lo que se conoce como la década perdida a nivel internacional; la década perdida porque hay falta de circulante, una crisis inten-sa por falta de circulante, no como la crisis del 29 que fue por exceso circulante; acá fue por la falta de circulante, y si no hay circulante no hay compra y si no hay compra no hay inversión, los mismos efectos negativos que se tienen. Y bueno,

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se le llama la década perdida a nivel internacional porque cero crecimiento, cero inflación, o sea, nada de nada, y se le toco aquí a Miguel de la Madrid, y los in-crementos salariales eran muy bajitos, casi nada. Bueno eso siguió aquí también con el comité de Rodolfo, los incrementos eran sumamente bajos, yo no recuerdo ahorita una cifra específica, pero no te llegaban al 4% de ahora. Ahora si ustedes se fijan los incrementos salariales difícilmente superan el 4%, porque la inflación –según las estadísticas– crece el 4%; pero ellos te dan, si es el 4% nosotros te damos 3.98%, y en el sindicato además hay prestaciones, que las prestaciones sociales son al incremento del salario nominal, pues te da 4% de prestaciones, que son los manejos que se dan. Pero con Rodolfo yo no recuerdo algo así tan sobresaliente como el caso de Jesús, lo que sí le tocó a Rodolfo fue el estar al pendiente de la compra que la Universidad hizo de la Hacienda San Pedro con el Rector Gregorio Farías Longoria; y a Rodolfo le tocó, como dirigente sindical, estar al pendiente de la reconstrucción de la Hacienda. Pero dentro de prestaciones sociales e incrementos salariales, fueron dentro del orden institucional, no hubo ninguna prestación como la que consiguió “El cuate” Guzmán.

Por último, el STUANL está por cumplir 50 años, ¿cómo ve al sindicato a futuro?

Mira, los sindicatos, no nada más éste, decían los anarquistas: “son las células de la sociedad del futuro”, o sea, que eran los sindicatos bajo los cuales debería de ha-cerse las transformaciones. Pero yo avizoro en estos tiempos una situación muy difícil para los sindicatos, muy complicada, porque en estos tiempos los proyec-tos como la globalización, que son proyectos no de los trabajadores asalariados, sino de las grandes proyectos; son proyectos que necesitan capital, y por lo tanto son proyectos de ellos, no de los trabajadores asalariados. Y lo que trae como intención la globalización con su expansión, es la intención de desaparecer los sindicatos, porque ellos dicen que es más fácil negociar con los empresarios y ellos con los trabajadores, pues sí, pero los sindicatos son organizaciones repre-sentativos de los derechos de los trabajadores, y si los sindicatos desaparecen, pues las posibilidades del desarrollo material de los trabajadores van a ser cada vez más mínimas; y si este proyecto de la globalización se sigue fortaleciendo, la situación de los sindicatos va a ser cada vez peor. Afortunadamente en México se ha respetado mucho a los sindicatos, pero también con la muerte de Fidel Veláz-quez, a pesar de que nosotros decíamos, “bueno, este señor negocia o juega con los intereses de los trabajadores”, pero era ya un icono y tenía mucha influencia en el sindicalismo y para que esas organizaciones se fortalecieran entre sí y no andu-vieran de la greña entre ellos mismos. Y hasta ahorita el sindicalismo en México no es el sindicalismo de los años 50, que movilizaba a los trabajadores y peleaba por los incrementos, sino que es un sindicalismo negociador, y en esas negociacio-

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nes se requieren líderes preparados, ya no nada más gritones; antes eran líderes gritones, ¿si han oído las porras que se dicen?, dame un O y dame un E, ¿y qué dice?, pues OE. Y pues el sindicalismo de hoy requiere de líderes preparados que tengan una visión muy completa de la realidad mundial, no nada más de nuestro país, para que puedan buscar alternativas reales para los trabajadores, pero yo visualizo un sindicalismo que va a tener un entorno muy difícil hacia el futuro, yo espero equivocarme y ojalá así sea. Hay países como Inglaterra y Francia donde el sindicalismo está muy fuerte y ojalá no cesen, porque el sindicato no deja de ser la representación más clara de identificación de los derechos de los trabajadores, y por eso los empresarios hablan de que no son necesarios, pero ellos dicen, y no dicen para quiénes no son necesarios, pues para ellos.

Y es difícil a futuro, pero también la globalización empieza a tener muchos vértices de críticas porque había prometido un desarrollo pujante e igual, y lo que ha creado son esferas de desigualdad y de contrastes sociales cada vez más fuer-tes en países que no se han desarrollado como se les había prometido, donde el contraste de las desigualdades sociales ahora son más fuertes que antes. México ahora tiene más ricos que hace unos 20 años, pero también tiene más pobres que hace 20 años, y se debe a este proyecto de la globalización, por eso ahí la lucha que se da entre la aldea global y la aldea local de lo que habla la teoría de la glo-balización, pues no es eso más que la resistencia que oponen los países menos desarrollados ante el empuje de los más desarrollados, porque la globalización desde el punto de vista de la producción dice que no haya aranceles y que cada quien invierta donde quiera y no pague impuestos; que sea una lucha de todos contra todos. Nada más que en esa lucha el que va a ganar será el más fuerte y eso va a traer como resultado que los países menos desarrollados sean cada vez más subdesarrollados; y los más fuertes cada vez más poderosos, y eso es lo que se está viendo a, ¿qué?, unos 15 años del proyecto de la globalización, cuando se da la caída del bloque socialista, y ya más bien 20 años o más. Y eso ha traído más pobreza para los más pobres; y más riqueza para los ricos, pues bueno, están con-tentos ¿quiénes?, pues los que más tienen, esa es la realidad de las cosas.

Entrevista realizada por Erika Flor Escalona Ontiverosy Susana Acosta Badillo el 18 de junio de 2013

Transcripción realizada por Erika Flor Escalona Ontiveros y Susana Acosta Badillo

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Rafael gaRza iBaRRaSecretario de Pensiones y Jubilaciones y Escalafón dentro del actual Comité

Ejecutivo (2012-2015), ex líder de la sección 39, Secretario de Planeación durante el Comité presidido por Jesús T. Guzmán Lowenberg (1991-1994), Secretaría Particular

en el Comité encabezado por Joel Montemayor (2000-2003), Miembro del Comité Ejecutivo dirigido por Tomás Tijerina (2003-2006), Miembro del Comité Ejecutivo

presidido por Graciano González (2006-2009) y Miembro del Comité Ejecutivo encabezado por Salvador de la Paz Siller (2009-2012)

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¿Cómo es tu inicio desde estudiante en la Universidad? ¿Cómo es que formas parte de la Universidad como empleado? ¿Y luego cómo te vas integrando al sindicato?

Bueno, en la familia somos seis hermanos, el mayor es médico y el que sigue es químico, es QBP, y me llamó la atención que en la Facultad de Biología no había tanta información y era la primera que quedaba de acá, del lado opuesto a Uni-versidad, y entonces fue la primera que vi y allí me metí a Biología. Soy biólogo de profesión y luego estudié un posgrado en Filosofía y terminé la carrera allí en la Facultad de Ciencias Biológicas. Después de allí como yo trabajaba para una escuela privada dando clases en séptimo y octavo semestre, me invitaron a la Pre-paratoria 15 a dar clases. En aquel tiempo todos éramos pasantes o simplemente era gente que hacía su servicio social; se presentaban exámenes a diario, se re-visaba, se evaluaban; era un proyecto que había sacado el doctor Moreira que estaba funcionando bastante bien. Después de eso llega el doctor Piñeyro y pide que se estabilice la planta de la Prepa 15 y nos piden a algunos que nos quedemos a laborar allí, siempre y cuando tengamos el título; yo me titulo en el 83 y en ese mismo año –o sea yo salgo en el 83– me titulo inmediatamente. Entonces empie-zo con 15, 18 horas y terminé hasta ahorita; ya la gran mayoría que empezamos en ese tiempo que fuimos casi el 85% de los que estábamos ahorita de maestros de tiempo completo en la Prepa 15, cumplimos 30 años de servicio ahora en sep-tiembre del 2013. Así me incorporo a laborar en la Universidad.

¿Cómo entras a la vida sindical? La Prepa 15 tenía un, pues vaya, nadie estábamos sindicalizados; mi padre es sin-dicalista de nacimiento, entonces nadie estaba sindicalizado y yo cuestionaba por qué no estábamos sindicalizados. La administración en ese tiempo nos decía que ¿para qué? que el sindicato no resolvía nada, que no teníamos ninguna ventaja el estar sindicalizados, y entonces se llega el proceso de escoger un presidente sec-cional, el cual, mi idea ni siquiera era participar; yo estaba estudiando, haciendo mi posgrado y me invita la raza a participar y quedo como presidente seccional,

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y lo primero que hice fue sindicalizar a casi todos los compañeros que trabajan ahorita en la Prepa 15. Los sindicalicé yo y de allí empezamos un movimiento importante; en ese tiempo estaba el profesor Rodolfo de León como Secretario General. La prepa 15 nos opusimos a algunas circunstancias que traía en aquel tiempo el sindicato; el profesor nos mandó hablar, trabajamos bien con él y de allí empezamos a crecer en el ámbito político-sindical. Lo aclaro, mi idea no era esa, mi idea era 100% académica, pero bueno, no es uno a veces lo que uno quiera sino lo que realmente ya está estipulado para uno, y aquí ando desde hace más de 20 años.

En estos inicios se ha habado mucho de otros movimientos en la Prepa 1En esa inercia el profesor Rodolfo de León estaba en la Prepa 1, en la prepa 9 eran los grandes, eran los movimientos más fuertes, generalmente los maestros y más a cierto nivel de preparación no se meten mucho a las circunstancias políticas sin-dicales. La ventaja ahorita –y por hacer un paréntesis– de nuestro sindicato es que tener administrativos y maestros unidos en un solo gremio implica que los que generalmente impulsan, fuerzan y hacen que el sindicalismo tenga más presen-cia, son los administrativos. En este caso los maestros de prepa muy ligados a la estructuras administrativas pues eran los que estaban más metidos en las cuestio-nes políticas-sindicales, y más porque muchos de ellos eran maestros normalistas que venían formados de una estructura normal como era la Normal de Sabinas Hidalgo, que había tenido un movimiento como el de Madera en Chihuahua. Y entonces la gente después de ser violentados por el mismo ejército en Sabinas se vienen a trabajar a la Universidad y empiezan a darle fuerza; y allí está el profesor Rodolfo de León, allí está Celso Garza, allí está Joel Montemayor, esa gente que se empieza a filtrar en las preparatorias y empieza a meter sus ideas progresistas, y en este caso sindicales y de justicia social.

Muy bien, inicias como seccional ¿qué pasa después? Empezamos como seccional, después cuando termina el profesor Rodolfo de León, que después entró el ingeniero Jesús Guzmán Lowenberg “El cuate” Guz-mán, se genera un movimiento bastante interesante. En ese tiempo al profesor Rodolfo de León lo secuestran, por llamarle de alguna forma, lo levantan, lo sacan del sindicato, se lo llevan al Hospital y allí lo tienen recluido por algunas horas, y eso trae cierta efervescencia política-sindical. Se hace una asamblea donde se pasa a nivel nacional los pleitos, las broncas, era un choque frontal entre pode-res y al final de cuentas esto concluye que en el próximo cambio de secretario general aparecen cuatro planillas, nosotros éramos una quinta. A mí me habla el Director de la Prepa 15 y me dice, el biólogo José Alfil Salazar, y me dice “vamos a lanzarnos”; empezamos a buscar gente, entre ellos está Carlos Morales, esta gen-

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te que veníamos de un movimiento que se llamaba ECO Sindical, estaba Ovidio Estrada, Toño Bocanegra, Manuel Uribe, el arquitecto Isaías. Empezamos a armar un equipo de trabajo que empezó a crecer, empezó a crecer, empezó a crecer a tal grado de que nos habla el ingeniero Gregorio Farías, que él era el Rector de la Universidad, tenemos una cita con él y hacemos un compromiso en el cual la idea era unirnos con el Cuate Guzmán para darle un giro al sindicalismo y no con-frontarnos tanto los trabajadores. Creemos que fue una buena negociación en el ámbito de nuestro sindicato, en el ámbito de nuestra Universidad, porque venía-mos de una Universidad muy confrontada, de un sindicato muy violentado entre los mismos trabajadores, y nosotros pensábamos que lo más sano era tratar de mediar. En este caso creo que el grupo de nosotros, en aquel tiempo llamado Dig-nidad Sindical, le dio un impulso bastante importante al sindicato; la gente que nos incorporamos a través de El cuate, que negociamos con él y de allí se empezó a hacer otra inercia un poquito distinta. Se relajó la situación política-sindical, es-tuvo la panilla del licenciado Pedro Castellanos, que trabajamos un tiempo con él, estuvo Mario Burgoa a través de una planilla que se gira a través del Hospital Universitario con el doctor Piñeyro, y estaba una enfermera llamada Guillermina y “El cuate” Guzmán, que era considerada la panilla –entre comillas– la Azul y Oro, la llamada oficial, y allí participamos. Se participó abiertamente, se ganó y al final de cuentas nos incorporamos por primera vez a un comité ejecutivo, gente de nuestro equipo de trabajo como el arquitecto Isaías, como un servidor, nos in-corporamos a secretarías. Se amplían las secretarías para tener un poco más de margen político-sindical, para negociar y allí aparecemos nosotros ya en un Co-mité Ejecutivo, vuelvo a insistir, con la idea de una negociación que hicimos con el ingeniero Jesús Guzmán Lowenberg, con el único afán de haber si podíamos bajarle un poco al pulso de la tensión que se tenía entre los trabajadores por las luchas de la dirigencia sindical.

Se habla que finalmente se participó con cuatro planillas. Sí, éramos cinco.

Eran cinco, pero tú, tu grupo se integra a la de…A la de “El cuate” Guzmán.

A la de “El cuate” Guzmán.La llamada planilla oficial que es la Azul y Oro.

Ok, de allí para adelante viene un período, digamos, de estabilidad.Se empieza a estabilizar un poco, prueba es que después allí ya no hay

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confrontaciones, se regulariza la situación con los trabajadores; “El cuate” le mete una inercia bastante interesante, le da formalidad, no que no la tuviera el sindicato, pero hace un sindicato un poquito más al diálogo sin dejar de confrontar, presiona, demanda a la Universidad sobre la pensión vitalicia, se saca por primera vez. “El cuate” es el que mete la demanda sobre la pensión no vitalicia, sobre la pensión dinámica, “El cuate” mete eso; los jubilados lo quieren encabezar, el movimiento lo encabeza “El cuate” como secretario general y de allí se da un movimiento bastante interesante en las revisiones de contratos, se revisaba bien. Pero sobre todo puso orden, puso un orden muy particular, no era 100% político, resultó muy político, respetaba bien las instancias, las cuidaba, un hombre inteligente, derecho, y entonces eso mermó o redujo enormemente la tensión que había en el sindicato. Trató con todos los grupos, los trató igual, a nosotros nos trató muy bien después de haber negociado nos dio nuestro lugar, nuestro respeto, creo que seguimos siendo grandes amigos “El cuate” Guzmán y un servidor, por lo mismo nos respetamos, la gente que incorporamos, que era gente nueva, yo tenía tres, cuatro, cinco años trabajando en la Universidad. La mayoría teníamos muy poquito tiempo trabajando en la Universidad, la gente nueva que nos incorporamos en el caso de “El cuate” Guzmán.

Viene este período de “El cuate” Guzmán, ¿qué sigue? Déjame me acuerdo, de “El cuate” Guzmán siguió el licenciado Fernández Qui-roga, salió el licenciado Fernández Quiroga, una persona más fuerte con un ca-rácter mucho más duro, venía de ser uno de los líderes más importantes de los movimientos de los trabajadores para la formación de nuestro sindicato, trató de meter un orden quizás mucho más estricto. Los grupos empezaron a moverse, pues, a violentarse un poco. En ese tiempo nosotros tenemos un problema en la Prepa 15, tenemos un gran movimiento social allí, que es el que se da, se tapa la Calzada Madero por los estudiantes, corren a un subdirector. Nosotros lo apoya-mos y nos corren a una buena cantidad de maestros; y mi denuncia yo la presento y el doctor Reyes Tamez no la acepta. Y entonces con Fernández Quiroga empezó a darse cierto tipo de orden también, pero con cierta más imposición; el licencia-do Fernández Quiroga lo blanco era blanco y no negociaba ni siquiera el color; lo imponía y eso traía ciertas circunstancias que violentaba algunas situaciones con grupos. Hubo parte de un grupo que casi les quita sus secretarías, a mí me se me relega después del pleito en la Prepa 15, y bueno, me dedico a ser simplemente espectador de lo que está pasando en el comité. Pero si hay algo que podemos resaltar en el caso de Fernández Quiroga, es su lealtad a los estatutos, su lealtad al Contrato Colectivo de Trabajo, su fuerza en la manera de reclamar, reclamar con una fuerza bastante interesante; y lo otro es el iniciador de lo que hoy conocemos

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no como la CONTU, pero sí la Federación de Nacional de Sindicatos Universitarios. Participa él en Mazatlán con una posición bastante interesante y de allí se genera lo que podríamos nosotros buscar ahora que era una asociación nacional donde pudiéramos estar todos los sindicatos universitarios; es él el que la promueve, la promueve junto con la gente de la UNAM; y eso fue un avance importante que ahora aparece la Federación de Nacional de Sindicatos Universitarios, aparece la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios como es la CONTU, que ya aglutina cerca de 180% y tantos sindicatos. Y el origen es esto a través de la fuerza y el impulso que le da Fernández Quiroga a ese tipo de instituciones, pero lo que sí podemos resaltar es que defendía lo que tenía que defender y lo defendía con tamaños, que eso es importante.

¿Qué sigue después de este suceso?¿Quién es el que entra después? Isaías Balderas. Con Isaías es una circunstancia muy particular porque Isaías y yo entramos al mismo tiempo a un comité ejecu-tivo, pertenecíamos al grupo de Dignidad Sindical, a la misma idea de biología, pues yo soy egresado de ciencias biológicas y la Facultad de Ciencias Biológicos y la Prepa 15 han tenido una relación natural desde que nacen, por el doctor Morei-ra, por el biólogo Salazar etcétera. Aparece el arquitecto Isaías, empieza a darse un movimiento, me hablan para que si le ayudo a armar la campaña y a platicar con los grupos políticos, y lo empezamos a hacer esto. En el caso del arqui Isaías, que también le dio un giro muy particular a nuestro sindicato, pues nace lo que hoy conocemos como el fondo de pensiones y jubilaciones, que fue un movimiento bastante fuerte, muy tenso, donde pues Isaías tuvo bastante valor y arriesgó su patrimonio político junto con la gente de la Rectoría, pero más en el ámbito sindi-cal. Pues nosotros como sindicato proponerle al trabajador que te iban a rebajar de tu cheque el 12%, cuando los salarios que conseguimos son muy reducidos, y todavía decirle “oye, yo soy tu líder y por eso te voy a rebajar salario”, pues era muy difícil de comprender en el ámbito de cualquier estructura. En el ámbito nacional no se diga, nos tildaban de estar locos, y entonces Isaías se compromete, lo hace, hace la reunión con la gente de comité en aquellos tiempos, se trabaja con la gen-te del comité. El mismo “Cuate” Guzmán y otra gente va a las escuelas a empezar a evangelizar a la gente sobre este tipo de proyectos; nos reciben bastante mal, algunos hasta nos violentaban tirándonos que nos iban a golpear por esquiroles y ese tipo de cosas. Se fue flexionando, buscamos otras alternativas, al principio era rebajarnos el 12%, después hicimos una negociación de que no se rebajara de lo del servicio médico, que nada más fueran lo de las pensiones y el primer 3% lo puso el patrón, y luego nos rebajaban el 25% mensual hasta el 3% por año y el 9% en tres años, así se lleva el proceso, se reduce.

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Isaías, hace una pregunta “oye ¿saldrá el proyecto?”, y me acuerdo que le men-ciono y le digo “no es alternativa que salga, Isaías; tiene que salir porque si no nos va cargar a la Universidad todos; no va haber dinero para pagarle a los jubilados y esto va a traer como consecuencia un declive y un deterioro en los servicios que presta nuestra Universidad”. Y creo que con esa valentía se sacó y fuimos a una asamblea, se votó, se tuvo que negociar hasta el último minuto para la votación con los grupos políticos, con las escuelas grandes. Todavía mientras se estaba en la asamblea discutiendo y tirando verbo los líderes, pues algunos estábamos aba-jo platicando con los que encabezaban a las grandes escuelas, decirles, “mira, ya se fraccionó, esto lo vamos a hacer así, se va a hacer asá”, y de tal grados se acuerda votarlo, aceptarlo y de allí pal’ real. Creamos, creo yo, una de las estructuras más fuertes que existen en el país, que es nuestro Fondo de Pensiones y Jubilaciones, y de la cual pues gracias a Isaías, a su valor y a arriesgar su potencial político como lo arriesgamos la mayoría, pero más él que era el secretario general, pues se oca-sionó que ahora se saque de allí el 50% de los mil 200 millones que paga la Univer-sidad por año para pagarle a nuestros jubilados. Y de allí yo creo que los jubilados deben estarle agradecidos que no se les ha dejado de pagar ni una quincena, nin-gunas de sus prestaciones, tienen jubilaciones dinámicas que se consiguen con “El cuate” Guzmán, y se tiene una jubilación que no se detiene en ningún instante y que ahora ya es vitalicia para las mujeres y que ahora vienen los discapacitados, gracias al esfuerzo del arqui Isaías y del equipo de trabajo que tenía.

Nos mencionaba el arquitecto Isaías que hubo un grupo particular del cual formabas parte, que se encarga también de hacer toda la reglamentación, esperando que esto viniera de otro lado, de Rectoría, pero es el sindicato quien lo arma en su totalidad prácticamente ¿no?

Lo que pasa es que el patrón, hay un desinterés impresionante de la autoridad universitaria, le apuestan como le apuestan todos los políticos a muy corto plazo; es decir, le apuestan a decir “yo duro tres años, seis años y Dios que los bendiga a los que siguen”. Por eso el interés cuando aparece Isaías, cuando se fuerza la natu-raleza y se le dice a Gregorio Farías y se le dice a Manuel Silos, en aquel entonces que deja 162 millones de pesos para iniciar el fondo de pensiones; se le dice a Reyes Tamez que era urgente esto, que lo teníamos que hacer y que ya no íbamos a esperar más. Pero imagínate que nazca del trabajador y no del administrador, es casi irónico en un país como el nuestro o en una sociedad; no quiero decir que los sindicatos no sean progresistas. La reducción de las horas de trabajo de 16 a 12 horas y de 12 a ocho ha traído como beneficio enorme la productividad, la calidad en los productos que se generan, etcétera, o sea los sindicatos de esos momentos son progresistas desde el momento que te dicen estas trabajando mucho, el traba-

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jador se cansa y hay muchos accidentes laborales, los productos salen mal, insisto, los sindicatos son progresistas pero el nuestro se fue en el extremo de exigirle al patrón que nos rebajara para que conservara él su integridad como institución y nosotros nuestro salario. Nada más imagínate lo que se tuvo que hacer en ese instante donde la autoridad le valía, o sea simplemente no le veía, ellos jugaban a su circunstancia política, ¿qué rector quería entrarle a presionar a los trabajadores para que se rebajara dinero? pues nadie quería entrarle, eso para mí es un a falta de valor civil, una falta de ética. El hecho de que nosotros necesitamos estadistas no necesitamos gente que se limite a cumplir sus tres, sus seis años como rectores o como secretarios generales o como lo que sean ¿no? En este caso yo sigo remar-cando el valor de ese grupo de trabajo de Isaías, de la gente que estuvimos en ese principio, y el mismo Fernández Quiroga que se empezó a hacer ese movimiento porque pudimos avanzarle y presionar a las autoridades para que resolvieran algo que les competía a ellos y que sigue siendo competencia de ellos, como juntar el dinero para cuando la gente se haga vieja. Yo creo que todo mundo sabemos que nos vamos a hacer viejos, eso es no algo que tú digas “es que las autoridades son ignorantes”, no, es que no tienen voluntad y el no tener voluntad es lo que nos afecta enormemente.

Después lo que me contaba Isaías era que se va un grupo de gente hacia otras universidades a levantar, a compartir durante esta experiencia exitosa hasta ese momento y hasta ahora.

En el movimiento nacional se está dando una nueva relación obrera que se llama la Unión Nacional de Trabajadores, esto aparece allí en la Comisión Federal de Electricidad, aparecen los electricistas, aparecen el SNTE, aparece el Instituto de Seguro Social, aparecen las universidades, aparecemos nosotros, y entonces tene-mos reuniones con ellos y primeramente con las universidades. Cuando nos meti-mos a la Unión Nacional de Trabajadores que sesionaban en la Ciudad de México, del cual el arquitecto Isaías era tesorero, nada más imagínate el nivel de los sindi-catos que había allí de los tranviarios, de todos los sindicatos estábamos allí, los no oficialistas, y nosotros manejábamos la tesorería; en ese tiempo se llamaba el Foro el Sindicalismo Frente a la Nación, después se llamo UNT, Unión Nacional de Trabajadores, nosotros participamos allí. Me acuerdo que yo iba a la UNAM y a diferentes universidades y nos tildaban de esquiroles ¿cómo era posible que nosotros pudiéramos hacerle la chamba al patrón? El patrón al final de cuenta es el que tiene la obligación de pagar las pensiones y jubilaciones, no entendían esa situación, tardamos mucho tiempo en entenderla, en el caso particular de expli-cársela a los sindicatos del país. Pero nosotros lo único que estábamos haciendo era proteger una jubilación dinámica única en el país y eso nos costaba que reci-

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biéramos comentarios denostativos, que nos dijeran que qué clase de sindicato éramos nosotros, que éramos un sindicato de extrema derecha que cuidábamos los intereses del patrón, y bueno lo único que comentábamos nosotros era que el tiempo iba poner a cada quien en su justa dimensión, así es la política.

En la política cada quien habrá que hacer sus cosas en su tiempo y en su espa-cio. Yo te podré narrar lo que hace cada secretario general, y si tú me preguntarás ¿quién hizo más? ¿quién hizo menos? sería muy difícil contestarlo, porque el con-texto de cada uno de ellos es muy particular; uno tenía mucho dinero, otro tenía poco, en uno había mucha broncas internas, había administradores distintos en la Rectoría, había directores distintos. Entonces los contextos son muy distintos, pero sí puede marcar, independientemente de todo que la defensa de los de-rechos laborales no tienen cuartel en ningún contexto, es único nada más. En nuestro contrato nosotros lo administramos y tenemos que defenderlo, creímos nosotros que defenderlo era crear nuestro fondo y creo que lo hicimos bien, pero insisto, se tardó mucho”.

Entonces creo que al final de cuentas nosotros hicimos lo que tenía que ha-cer cualquier líder, que es asegurar la sobrevivencia y sobre todo las prestaciones de nuestros trabajadores, vuelvo insistir, si no caeríamos en lo mismo que hace el patrón, simplemente dejar que pasen tres años, terminamos un comité y que Dios que nos bendiga. Y creo que los líderes no deben de ser así, deben de apor-tar todo lo que traen de su patrimonio político-sindical, y nosotros lo hicimos, y bueno ahora nos podemos jactar de eso; todavía hay gente que no lo comprende, todavía hay gente que dicen ¿por qué me rebajan? tiene razón, porque al final de cuentas nuestro contrato colectivo sigue siendo responsable el patrón. Lo único que nosotros le hayamos es “¿qué va pasar cuando el patrón llega a la Rectoría y le dices ‘quiero mi quincena’; y te diga que ‘no tengo dinero’”; la gente decía “los demandamos”, y te vas a pasar meses demandando.

Por las aportaciones.Pero fue por un error, un error político-administrativo en el ámbito de nuestro Contrato Colectivo de Trabajo y el patrón, sobre todo ha habido en el poder, en la Universidad es tan vertical, pero no es sobre esa situación nosotros revisamos contratos los cinco de febrero y creen que por que la gente levanta la mano la gente no está disgusto la gente sigue disgusto y en este caso lo que sucedió es que el patrón todavía lleno de soberbia mete el Contrato Colectivo así lo mete y el acta se redactó mal.

¿En qué año fue más o menos?Eso fue en el 98 que metimos nosotros lo del fondo de pensiones, pero en esta

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acta que se redacta mal, se mete a los jubilados que ya estaban jubilados y las leyes no son retroactivas. Entonces, para el 98 había cerca de mil jubilados; esos mil jubilados se les rebajó también sobre el fondo de pensiones, pero ellos ya re-cibían la prestación. Es más, habíamos acordado que esos mil jubilados ni siquiera pertenecían al fondo de pensiones, la Universidad iba a pagar su salario, cosa que ahora no cumple; o sea, la Universidad esos mil los iba a absorber la Universidad como un patrimonio ya de ellos, ya están jubilados; esas personas se molestan con justa razón. Nosotros presionamos también para que se les devolviera su di-nero y se les devolvió su dinero, ellos no tenían por qué rebajarle; pero luego hay un error en el acta también cuando se levanta, y se dice que los jubilados van a seguir cotizando pero no dice desde cuándo, desde qué año. Y entonces la gente empieza a demandarlo del 98, que ya estaban; demandan los del 99, los 2000 y en el 2001 cambiamos las actas, tuvimos que redactar otra vez diciendo que los que ingresaron del 2001 en adelante tenían que pagar sus cuotas a las pensiones y jubilaciones por esos errores que se hicieron, porque insisto, el acta hasta cierto punto estaba mal redactada, y la otra, la soberbia del patrón que cree que todo es nada más decir “sí, rebájale a todo mundo”; no, no si la gente tiene sus principios, sus leyes y el sindicato tiene la obligación de resguardarlos.

¿Qué pasa en este siguiente período? Es Joel, Joel Montemayor. Yo en ese período ya me rajo. Mi guía era dar mis clases, seguía dando clases yo después del problema; en la [Prepa] 15 medio me corren y me quitan mis horas; me habla Joel, amigo de muchos años, que si le ayudo con la Secretaría Particular. Yo la verdad le digo que no, que tengo otras cosas, tengo un negocio; mi esposa es diseñadora, estamos creciendo en una empresa. Total para no hacértela larga, nos emborrachamos y llegamos a un acuerdo de que sí voy a jalar con él, y pues empezamos a jalar con Joel. Joel es un chavo muy carismático, muy simple, muy pragmático, es gente acá de Sabinas, buen líder sindical en la Prepa 7.

Levantó la Prepa 7 enormemente, tenía la cafetería, todos los meses le regalaba canastas, canastas de alimentos a todos los intendentes y a todos los administra-tivos del dinero de la cafetería, y empezó a crecer. Le llamó la atención a la comu-nidad universitaria y lo ubican como candidato a la secretaría general; insisto, yo participo en la secretaría particular y de allí se empiezan a hacer otro tipo de mo-vimientos; se hicieron festejos con mayor calidad, se discutió fuertemente con el patrón. Hubo veces en que revisamos contrato y terminábamos violentados, a tal grado de que el mismo rector nos iba a buscar a un lugar a decir “oye, no se vayan de las negociaciones, espérate, hay esto, todo con respeto”. Se hacen proyectos de vivienda se empiezan a dar otro tipo de prestaciones interesantes ligadas en este

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caso, vuelvo a insistir, a la capacidad que tenía Joel de administrar una cafetería, que les daba recursos y que esos los distribuía entre una comunidad bastante, bastante agradecida, que era la Prepa 7; y eso lo empezamos a advertir nosotros aquí en el ámbito del sindicato a través de la secretaría general. Fue un agasajo trabajar con Joel, muy, muy disciplinado, y al final todavía le dimos más fuerza a la Federación Nacional de Sindicatos Universitario; a nivel nacional participamos como presidentes de la FNSU, y el sindicato creo que llegó un impas bastante interesante por la simpatía que tenían con Joel Montemayor que lo conocían en todas las secciones como un chavo liberal; venía de un movimiento de Sabinas donde la Normal Superior donde él estudió se levantó en armas, el ejército tuvo que intervenir; ellos se vienen acá a Monterrey, su hermano Toño Montemayor se va a Rusia desde chavo a estudiar prepa y luego la licenciatura y la ingeniería allá en Rusia; él entra en el Partido Comunista. Y entonces es raza que tiene intereses sociales bastante fuertes, tú lo puedes ver ahorita en la calle, y la gente lo ve con mucho aprecio, porque sigue siendo el hombre sencillo que entró y salió a los tres años; sigue siendo un peladazo, muy norteño Joel, un buen líder, bastante buen líder.

¿Algo destacable en cuestión de prestaciones en este período?Pues, es que ya son tantos períodos que ya no recuerdo cómo se van rescatando las prestaciones.

¿En qué participaste en el siguiente período?Con Tomás Tijerina hubo pues allí un parte aguas porque no me quería, y yo tam-poco andaba buscando amor, entonces me manda decir que no voy a participar con él. Yo la ventaja que he tenido es que casi todas las personas que participan en el sindicato, y esto es claro decirle lo negocian con sus directores, los directores dicen “bueno, vamos a ver esto y el otro”, es una aberración para nuestro sindicato, pero bueno, estamos tratando de aclarar las cosas. Yo desde que entré al sindica-to ningún director ha negociado mis posiciones, me han pedido, como en este caso el señor rector, que si le puedo contribuir ahí con Oscar. Igual y pasa ahí una circunstancia en el caso de Tomás Tijerina, me manda hablar y me dice que no quiere que participe yo en el comité ejecutivo, que me regrese a dar mis clases; yo absolutamente no tengo ningún problema en dar mis clases, de eso pido dar mi limosna. Es más ahorita estoy dando clases, la bronca es la forma como se dicen y se hacen las cosas; y entonces me habla el director y me dice “oye hay que marcar-se esto y el otro”, le comento yo al director que pues él no tiene vela en el entierro que eso es cosa mía y que yo decido mi circunstancia. Y total pudimos forzar la naturaleza con algunos datos que teníamos sobre cuestiones de corrupción, y en-

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tonces pudimos negociar allí una posición no por el solo hecho de estar, yo seguí dando mis clases; por el hecho nada más de que no iba salir yo por la puerta de atrás porque alguien quisiera decir que no me quería, que yo tenía alguna influen-cia en los comités ejecutivos. Y simplemente me quedé al margen y me senté en la banquita que está allí en la entrada, no falté ni uno de los tres años, allí estaba y al final terminamos trabajando fuerte con Tomás Tijerina. Al final la experiencia creo que fluyó en el ámbito de decir “oye, pues ven y ayúdame en esto”. Hicimos el primer Congreso Nacional de Sindicatos Universitarios, que eso es una propuesta que hago yo a nivel nacional, fui a la CONTU, fui a la FNSU; lo armamos, nos tra-jimos a todos los sindicatos del país, a los de la FNSU, la SUNTU; me traje a dos gobernadores, tres gobernadores; me traje más o menos como unos 20 rectores, me traje secretarios de gobierno; hicimos un gran congreso nacional.

¿Fue el primero?Fue el primer Congreso Nacional de Sindicatos Universitarios donde no lo armó ni la CONTU ni la FNSU; lo armamos nosotros directamente, me tocó hacer la propuesta a nivel nacional.

¿Más o menos en qué año fue esto?Eso fue, Tomás Tijerina fue en el, como en el 2005, 2003, 2004, allí armamos el Primer Congreso Nacional, el Segundo Congreso se vuelve a hacer aquí, por cierto, limitado; Tomás era una persona que limitaba los recursos, pero pudimos sacarlo bien, bastante bien, lo sacamos bien con la infraestructura. Nos hicieron el favor la Gobernadora Amalia García, yo fui a Zacatecas a invitarla y con mucho gusto vino ella aquí a Monterrey, el gobernador de Coahuila, el Secretario de Gobierno de Veracruz, vino el gobernador de nosotros, etcétera; entonces hicimos un gran congreso con Tomás y de allí se han hecho los congresos, el segundo lo volvimos a hacer aquí en Monterrey, ya vamos en el octavo y el noveno va ser otra vez aquí en Monterrey de la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios.

Y bueno así se da la vida con Tomás, algo que yo le puedo remarcar a Tomás y lo puedo hacer porque también es de hombres reconocer, es que en ese tiempo a alguien se le ocurre –y es una ocurrencia macabra, que creo yo, hasta un tipo de prostitución– contratos individuales, donde mandan los contratos a cada una de las escuelas personalizados, donde yo le cedo mis derechos a la Universidad. Y entonces empieza a venir la gente al sindicato a decirnos oye, me están hacien-do firmar esto y nosotros no tenemos contratos individuales, tenemos contratos colectivos, es un solo contrato el de todos y ellos querían hacer que cada quien hiciera sus contratos reconociendo una antigüedad determinada. Tomás Tijerina se amarra, se saca un desplegado en el periódico, se presiona en las escuelas, se

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pide hasta cierto punto también la renuncia de los funcionarios de Rectoría, se pide la renuncia de recursos humanos, de jurídico por violentar contra los dere-chos de los trabajadores. Al final de cuenta el Secretario General, que era el inge-niero González, le manda hablar; más bien el doctor Ancer, que era el Secretario General, el ingeniero González era el Rector, le manda hablar y le dice “oye, pues vamos a calmar las aguas”, y entonces se recogen todos los contratos. Creo que hubo una escuela, una, dos escuelas que sí firmaron esos contratos individuales, pero después los rescatamos nosotros mismos en recursos humanos, en jurídico; allí es donde vuelvo yo a participar pues se necesita la fuerza de un Comité Ejecu-tivo. Nos unimos a defender esa instancia macabra que no sé a qué personaje se le haya ocurrido individualizar los contratos y con eso hacer lo que quieran en un momento dado con cualquier trabajador, y no en un contrato colectivo que nos rige en toda nuestra vida laboral.

Y eso se hace con Tomás Tijerina, y vuelvo a insistir, aunque no era santo de su devoción, pues al final terminamos trabajando juntos porque se da cuenta que el único interés que hemos tenido nosotros es nada más defender nuestros de-rechos, no hay otra. No venimos a inventar más que defender nuestros derechos y lo hemos hecho, creo yo, hasta con dignidad, por eso cuando vamos a visitar la escuela yo les puedo decir claramente que a mí –no nada más a mí, a mucha gen-te incluyendo a Óscar, Alfredo, Carlos Morales, a Ovidio, a Toño Bocanegra–, todas esas gentes que hemos estado aquí, al mismo Pedro Castellano, que nos podrán acusar solamente de pobreza inexplicable; tantos años de estar como funciona-rios y seguir igual.

Tomando un poco y saltándome el momento histórico tú que acabas de enumerar, y lo digo con todas las reservas y la visión que tiene la gente afuera, es que los líderes sindicales se enquistan por años y bajo esta vi-sión nos pudiera parecer que la permanencia del 91 para acá de varios personajes podría ser esta condición. Pero aquí existe y lo consta en docu-mentos como es la elaboración de reglamentos, que hay un grupo de gen-te que ha permanecido, pero que sí ha trabajado en pro, en su momento histórico y con las condiciones que están en pro al trabajador; lo que le ha permitido tener al sindicato gente de experiencia cuando los secreta-rios generales se van cada tres años. Nos comentaba el propio Isaías que cuando estás aprendiendo ya te vas, entonces esta gente ha conformado un grupo estable, interno cada quien con sus propias ideologías, sus gru-pos, pero que han trabajado en pro del sindicato, platícanos un poco de esto desde tu visión.

Pues lo que pasa es que no es cuestión de tiempo, esto es cuestión de una forma

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de ser. La gente cree que ir al sindicato es nada más llegar, venir y saludar y con cierta prepotencia manejar a los trabajadores. El sindicalismo es algo que tiene como estructura fundamental lo mutual, ayuda entre nosotros mismos; si tú no tienes esas características ni tienes esos perfiles, podrás durar un año y va a ser lo mismo, podrás durar tres y va ser lo mismo, podrás durar 30 y va ser peor. Pero cuando llega gente con ese perfil de ayudar, de defender simplemente lo que es suyo, de ayudarle al patrón a que haga bien las cosas, yo creo que pude ser eterno; esa gente se hace profesional en lo suyo, nosotros nos hemos hecho profesiona-les en lo nuestro, conocemos el Contrato Colectivo por arriba por abajo, los esta-tutos por arriba por abajo, conocemos la vida en nuestro sindicato por arriba y por abajo. Pero todo ese conocimiento no lo hemos utilizado más que para el bien de nuestro sindicato, nuestros trabajadores, esa es la diferencia; cualquiera pudiera utilizar ese potencial para hacer otro tipo de cosas, o decir, yo podría presionar al patrón de muchas maneras, o simplemente irme a vender con el patrón por lo que yo sé, que me ha costado mucho aprender en estas cuestiones sindicales. Yo creo que no es cuestión de tiempo, es cuestión de que la gente realmente sienta las cuestiones sindicales. Yo les comento una anécdota, y ahora que mi hermano acaba salir electo como líder sindical del Sindicato de Trabajadores del Instituto Mexicano de Seguro Social, cuatro veces se lanzó, tres veces se lanzó, perdió, y luego en la cuarta gana. Yo les comento que cuando mi padre siendo intendente del Instituto Mexicano de Seguro Social, nosotros íbamos a limpiar clínicas; muy progresista mi padre entra al sindicato, agarra un puesto determinado, sigue la-borando como intendente, pero ligado; se liga al sindicato como una alternativa para poder, pues ayudar a su familia a crecer. Y aparece un líder sindical, el doctor Mario Alanís Guajardo, no se me olvida el nombre, es el que elabora el edificio que está acá en Lincoln y saca una propuesta que la lleva mi padre a la casa, que es el hecho de las calificaciones; no eran nada del otro mundo, 80, 85 de promedio. Y entonces nos citaban en el teatro del IMSS aquí en Constitución, éramos muchos hijos de trabajadores, la mayoría de obreros, empleados; entonces nos entrega-ban un cheque, me acuerdo en aquel tiempo por 400 o 500 pesos por semestre; y entonces yo se lo daba a mi padre, mi padre lo cambiaba y con eso pagué mis colegiaturas y así pagamos las colegiaturas nuestros hermanos. Y entonces mi pa-dre, gente de rancho, gente muy agradecida que tiene el gen del agradecimiento, que tiene la memoria de su corazón es el agradecimiento, como dice la acción poética; y entonces así nos la llevamos, terminamos los hermanos las carreras, uno de ellos estudia en Europa, en Estados Unidos.

Y cuando yo entro a trabajar a la Universidad, mi primer sueldo lo dedico a comprar una canasta tipo navideña con algunas botellas de vino, y busco la casa

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del líder sindical, que en este caso el doctor Mario Alanís vivía en la entrada de la Colonia del Valle, era un cardiólogo muy prominente a nivel nacional que después se hizo amigo de nuestra familia. Llego yo allí, toco y les digo que ando buscando al doctor Mario Alanís, y me dice “¿quién lo busca?”, y le digo “yo, el hijo de un trabajador agradecido”, y sale el doctor Mario, tenía una alberca ahí en la entrada, sale y me dice “¿usted quién es?” Le dije, le platiqué la historia, se llenó de emo-ción, no me quiso recibir la canasta, yo se la dejé como quiera allí afuera; y él decía, me dijo así literalmente “esto era una obligación que yo tenía que hacer cuando me dije llamar líder”. Y entonces esa es la gran diferencia cuando alguien se com-promete a ser líder; tienes que estar pensado las 24 horas cómo ayudarle al tra-bajador para que crezca moralmente, para que crezca espiritualmente, para que crezca económicamente, y entonces es un reto muy importante. Aquí la gente que estamos aquí, que sabemos que a través de un sindicato crecimos, pues que-remos conservar el sindicato y queremos que los líderes tomen ese compromiso si nosotros no pensamos y no estamos creando, si no hacemos reglamentos, si no estamos nosotros legalizando las cosas que ya tenemos por gravedad, pero que no están legalizadas, pues creemos que tarde o temprano esto no funciona y lo otro. Vuelvo a insistir, podrás tener 20, 30 años, 40, los que tú quieras, pero cuando una persona sabe que el sindicato es la estructura que debe tener el trabajador como su alternativa inmediata para solucionar problemas comunales y problemas individuales, entonces creo que quiere decir que el sindicato está funcionando.

Ahorita con Oscar, mis respetos, viene mucha gente al sindicato y eso quiere decir que estamos haciendo bien las cosas, que cuando alguien tiene un proble-ma inmediatamente piensa en el sindicato. El sindicato, vuelvo a insistir, nosotros crecimos en el sindicalismo, mi hermano, te lo aseguro, es un excelente, yo creo que es el mejor sindicalista que tenemos en la familia; mi otro hermano es regidor y está de secretario de salud en un municipio, pero todos dedicados al servicio, no hay otra, así crecimos, así fuimos entrenados, no hay otra, no hemos tenido otra. Cuando mi hermano estaba en octavo semestre de facultad, me acuerdo que es-tudiaba en aulas anexas, llegó un día a la casa y le dijo a mi madre “me voy a El Salvador”, “¿a qué vas a El Salvador?”, “es que hay la guerrilla y entonces los gringos están matando mucha gente y yo voy a ayudarles”, y se fue a El Salvador. Mi madre ni siquiera le dijo “oye, espérate ¿a dónde vas?; váyase cabrón, usted nació para servir y lléguele”. Entonces yo vuelvo a insistir, si hay gente que ha durado muchos años y ha vivido del sindicalismo, nosotros creo que hemos vivido para el sindi-calismo y hemos vivido de él porque nos da fuerza y tenemos como orgullo que la gente, muchos de los que estamos aquí desde hace tiempo podemos entrar a cualquier escuela.

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De Tomás Tijerina ¿qué sigue? De Tomás Tijerina sigue Graciano González. Chano fue tesorero en la época de Joel Montemayor cuando Oscar de la Garza era secretario de previsión social, yo era particular. Y entonces se hizo un equipo muy interesante ahí, Chano llega como un buen hombre, como lo es, muy buen humano, y llega con esas credenciales y arma un equipo de trabajo en el cual me pide que si soy su secretario particular. Y entonces empezamos a trabajar con Chano sobre las actividades sindicales, como todas, se empezó a buscar y a crear, vuelvo a insistir, los eventos, empezaron a ser de una calidad más importante, los mismos útiles, todo lo que se daba, se empe-zaron a hacer más reglamentos, empezamos a actualizar los reglamentos en el caso de las pensiones y jubilaciones, en el caso de la caja de ahorro, en el caso de los servicios médicos, todo eso. Se empezaron a hacer esos tipos de reglamentos y con Chano aparece en este caso un buen trato con los directores; se conseguían las cosas de una manera mucho más pragmática, abrió todas las puertas, muchas puertas que se habían cerrado por la manera de visualizar la política de Tomás Tijerina, las volvió a abrir Chano, se volvió a abrir las puertas en Rectoría desde el primer piso al onceavo. Eso le ayuda definitivamente al trabajador y nos ayuda a los funcionarios sindicales poder entrar y tener presencia sindical en cada uno de los departamentos para poder entrar y exigir lo que se tenga que exigir y arreglar lo que se tenga que arreglar. Y entonces hay una gran convivencia, se hacían co-midas donde hubo, se hizo una comida en un cumpleaños de él donde no faltó ni un funcionario, absolutamente ninguno, donde por primera en la historia de la Universidad estuvimos todos los líderes sindicales, llegan todos los funcionarios. Había un trato muy directo entre el sindicato y el patrón, esto es decir, estamos más o menos en la misma comunión a tal grado también que en nuestro sindicato sesionaban los jubilados cuando tenían algún proyecto o cuestionan las deman-das que estaban ejerciendo en relación a aquellos que les habían rebajado ya del fondo, aún ya estando jubilados; o aquellos que se jubilaban hasta el 2001 pre-sionando la situación. Chano los recibía aquí, tenían hasta, llegamos a tener hasta 300 jubilados sentados aquí discutiendo y analizando por qué se daban ciertas circunstancias; y bueno ese apoyo que les dio Chano en este caso pues favoreció también para que las demandas llevaran a buen término para los trabajadores; y también se contribuyó, en el caso de Chano, le dio mucha presencia a nuestro sin-dicato a nivel nacional, se viajó, se hacían propuestas a nivel nacional. Y en el caso de Tomás Tijerina nos incorporamos a la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios; y con Chano agarramos una posición que en este caso es la de la secretaría general al que sigue al Secretario del Interior; y organizamos todavía el Tercer Congreso Nacional de Sindicatos Universitarios en la ciudad de Veracruz. Nosotros hicimos todo el plan de trabajo, hicimos todas las propuestas, se hace en

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Veracruz en la casa de nuestro líder el ingeniero Enrique Levet, y allí pudimos tam-bién convocar una buena cantidad de gente a nivel nacional y hacer propuestas todas basadas en lo que hoy traemos como consecuencia, que nuestro fondo de pensiones haya recibido a través de lo que hemos generado en esos congresos y en esas reuniones más de mil 200 millones de pesos de la Cámara de Diputados.

Para fortalecer nuestro fondo de pensiones se han distribuido más de 100 mil, más de 11 mil millones de pesos a nivel nacional de la gestoría que se ha hecho a través de esos congresos y a través de esas declaraciones. Existe la declaración de Veracruz donde se precisa claramente los dineros extraordinarios para este tipo de funciones, donde se menciona claramente que el dinero sería plurianual, que no se discuta año con año; si me lo va a dar, no me lo vas a dar y que sea irredu-cible, que lo que te asigne se asigne ya y no se pierda año con año. Todas estas propuestas que se discuten en la Cámara de Diputados nacen de estos congresos y más claramente en el congreso de Veracruz, que nosotros lo impulsamos enor-memente a través del liderazgo de Chano, se vuelve a incorporar mucha gente, se agrega mucha gente al sindicato, vuelve a venir mucha gente. Se solucionan una buena cantidad de problemas, se hacen proyectos para las cuestiones de la vivienda y luego sucede algo interesante para las nuevas generaciones. Nosotros en el tiempo del mismo Joel Montemayor, en el tiempo de Joel Montemayor le es-cribimos al Presidente de la República, Vicente Fox, si mal no recuerdo, 2002, por ahí; le escribimos a Vicente Fox diciendo que no teníamos nosotros, no se cumplía con un derecho constitucional que era el de la vivienda. [Luego] nos remite a los tres, cuatro días hábiles de haberle escrito con el delegado aquí; el delegado se entrevista y dice que no podemos porque el Instituto Mexicano de Seguro Social nosotros no estábamos inscritos, y entonces no pueden darnos la prestación del INFONAVIT, puesto que de allí se rebajan las cuotas. Nosotros seguimos gestio-nando, seguimos presionando con Chano, presionábamos directamente al rector, platicamos con el rector Antonio González y claramente nos dice “miren, esto es muy fácil, son 14 mil trabajadores; yo no puedo darles el 5% para cada trabajador, es mucho dinero; y lo otro, la mayoría de los trabajadores –incluyendo los jubi-lados– ya no van a poder acceder a esta prestación, puesto que ya somos gente mayor”. Y entonces allí a botepronto Carlos Morales, la gente que estaba allí dice “bueno, ¿por qué no se los das a los de nuevo ingreso?”, se checan los de nuevo ingreso, son dos mil 100 personas, dos mil, llegaron como dos mil 100 y dicen “bueno está bien”. Se habla con el delegado nacional, con el director del INFONA-VIT ahorita a nivel nacional; vamos a México, me tocó acompañar con el ingeniero Graciano a México, fue el señor rector y un servidor y allí negociamos un tipo de convenio de excepción, que es único en el país, donde nosotros podemos tener acceso al INFONAVIT sin tener, sin estar ligados al Instituto Mexicano de Seguro

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Social; esto es decir, la Rectoría firmó un compromiso donde se iba a rebajar el 5%, se le iba dar el 5% a los trabajadores y se iba a depositar en las cuentas del INFONAVIT. El temor que tenía el INFONAVIT era que tarde o temprano llegara otro rector y que el rector dijera “¿sabes qué? yo ya no voy a depositar ese 5%”, y entonces se hace un despapaye.

Entonces por eso querían que fuera a través de Instituto Mexicano de Seguro Social, se firma una carta compromiso donde la firma también nuestro Secretario General, donde obliga al patrón a que se dé ese 5% igual. Y bueno ese es un bene-ficio que tienen los trabajadores, los de nuevo ingreso, y su 5% más de su salario que se deposita mensualmente pueden accesar a un tipo de sistema de vivienda, como es el caso del INFONAVIT, o simplemente es un ahorro que cuando ellos cumplan sus 35 años de servicio y 65 de edad, pueden pedir ese dinero, y ese dinero va ser de ellos, les va a servir para pues continuar una vida digna. Eso es un logro que se hace con Chano: hacer un convenio de exclusividad que, insisto, somos la única Universidad y la única institución en todo el país que nos rebajan o nos dan el INFONAVIT sin estar ligados al Instituto Mexicano de Seguro Social. Eso creo yo que también marcó la solidez y la solidaridad entre los trabajadores de nuevo ingreso y de los trabajadores que teníamos más años de laboral en la Universidad, por eso ahora estamos a punto de sacar ya los dineros del fondo de pensiones: 700 millones que es lo que nos autoriza el fideicomiso, nos autoriza el actuario y la auditoría para hacer préstamos de bajo impacto económico; esto es decir, préstamos de bajo interés para que el trabajador, sobre todo aquellos que tenemos más tiempo de trabajar en la Universidad, podamos capitalizarnos y for-talecer nuestra vivienda o simplemente comprar otra.

¿Quién sigue de Graciano y qué pasa con este Comité?De Graciano aparece el ingeniero Salvador de la Paz, que había sido tesorero en la época de Fernández Quiroga. Aclaro yo que en esa época, vuelvo a insistir, se da un movimiento en la Prepa 15, donde los estudiantes protestan por quitar a un subdirector: el biólogo Héctor Medina, y se tapa Calzada Madero. Entonces llegan a presionarnos, nos corren a algunos trabajadores y mí a me presionan; van a mi casa a violentarla, mandan porros, infinidad de cosas. Y aclaro esto porque el único que brinda un apoyo así directo es Salvador de la Paz, mis respetos, yo le hablo, “espérate, yo te ayudo, hay esto”, es la forma como Chava trata las cosas, es muy pragmático y muy frontal; llega a la secretaría general del grupo de FIME del mismo grupo que viene el ingeniero Graciano, a mí me habla y me dice que si hay manera de que yo pueda ayudarle con la Secretaría de Relaciones por los tratos que tenía yo a nivel nacional. Me incorporo, no soy de su equipo de trabajo aún, y cuando nos conocemos bien y nos respetamos, y bueno en la mayoría

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de las veces se me relega; yo simplemente hago lo que se me pide y lo hago y empieza él a marcar un sindicalismo un poquito distinto con las bases de la sección 21, con características de él, empieza a modificar un estatuto que, con todo respeto, no había mucho o nada qué modificarle. Un sindicato que en el 64 nace extremadamente progresista con grandes líderes sociales, que en nuestro estatuto aún en el 2012-2013 estaba actualizado, no hay mucho qué brincarle cuando se trata solamente de cuidar los derechos de los trabajadores. Se hace eso, agarra su grupo de gente, y bueno, empieza a presionar a las autoridades de alguna forma. Con Chava nos tocó en otros tiempos cuando él era seccional y yo también me tocó ser seccional, solicitar ajustes de los días de calendario, nos juntábamos, impusimos en aquel tiempo porque Chava así es, venía de trabajar de la iniciativa privada. Impusimos una forma de revisión de contrato donde dividimos por grupos el contrato colectivo, y entonces juntábamos grupos para que analizaran sector por sector el contrato y se hicieran propuestas que fueran viables, y entonces se trabajó. Juntamos mucha gente para revisar el contrato, la gente aprendió de su contrato colectivo y al final pudimos concluir algo que la Universidad se hacía pato, que era el hecho de que a nosotros a todos los trabajadores nos pagaban 30 días mensuales de salario, pero los días 31 no nos los pagaban. Y entonces cuando empezamos a echar cuentas con los talones de cheques, nos dimos cuenta que nos pagaban 30 días, cuando el patrón decía que nos pagaba 30.4 días mensuales; esto equivale a que el patrón tuvo que regresarnos días de pago, tuvo que reconocer esos días que no se pagan, y bueno, eso se hace en los tiempos en que Chava y yo trabajábamos con determinado secretario general. Chava empieza a confrontar, tiene su estilo, empieza a cerrarse las puertas en Rectoría, y bueno, fue un poquito más difícil para gestionar, pero al final de cuentas se fracciona; la gente que teníamos más tiempo aquí en el sindicato nos relegan; él trae un grupo de gente que menciona y, así a viva voz, que él sí trae un buen equipo, que esa gente sabe mucho, y bueno, está bien, nosotros simplemente a las pruebas nos remitimos; nos relegaron, y bueno, al final terminamos otra vez incorporándonos en un sistema que al final, repito, pues necesita de la experiencia y sobre todo de aquella gente que hemos sido fiel a la Institución.

Terminamos viajando, arreglando algunas cosas en la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios, participando en congresos y ayudándoles también a hacer aquí algunos reglamentos. Fue muy sui géneris la situación de Chava, muy particular, tenía su manera muy pragmática de ser, nos decía que el sindicato no se hizo para hacer eventos; se hace para defender los derechos de los trabajadores, se relegan los eventos. Los trabajadores se molestan, es una manera muy particular de ver las cosas; yo siento que los eventos es parte del agasajo, no

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es definitivamente, y tiene razón, no es la función de nuestro sindicato, pero es parte de la estructura política-sindical. Eso hace que los trabajadores se inconen, se molesten, y bueno, creo yo que al final su período pues termina más gris que de colores claros porque, vuelvo a repetirlo, tenía su manera muy particular de ver las cosas, y su grupo de personas que trabajaban con él, creo yo, pues no tenían tanta experiencia como decían tenerla; desconocían muchas cosas del sindicato y, por ende, cuando los trabajadores vienen y te exigen algo, esperan mínimo una respuesta o al menos esperan que tú conozcas de lo que te está hablando. Cuando el trabajador dice “oye, te pregunto sobre el 24% aquel”, y tú le dices “espérame ¿de que me estás hablando?”, entonces dices “no, vete a la fregada, cómo me vas a defender si ni siquiera conoces las problemáticas que hay en la escuela”. Y eso, creo yo que hizo que la gente se alejara; al sindicato no venían casi nadie de gente, vuelvo a insistir, nos incorporamos y no porque nosotros seamos las estrellas de esto, pero al menos conocemos todas las problemáticas; puede venir el trabajador que quiere y preguntarnos sobre una problemática en las escuelas y las conocemos.

Muy bien.En el caso con el doctor Oscar, a Oscar lo conozco desde el 2000 con Joel Monte-mayor. Él llega a ser secretario de previsión social, siempre muy formal, un estilo de ser muy particular, muy metódico, buen hombre, se incorpora muy rápidamente con nosotros porque Joel era muy parecido, creo que yo también algo parecido; Chano de tesorero también era muy parecido. Entonces se hizo un equipo muy particular donde nos entendíamos bien sin el afán de insultarnos ni de violentar a nadie ni mucho menos; se sustentó en el respeto, cada quien respetaba a todos, a mí me dejaban hacer mi trabajo como particular; Joel dejaba ser a Oscar su trabajo como secretario de previsión; y dejaba hacer a Chano su trabajo como tesorero. Y entonces cada quién se limitó a hacer lo mejor que podía su trabajo, sin necesidad de estar presionado por el secretario general, Oscar es presidente seccional en ese tiempo. Me toca después a mí ser secretario particular después de otro de Chano ser secretario particular; llegaba aquí, veía, “oye, llegó el doctor, a ver pásalo, ¿qué pasó doctor?, oye, traigo esa bronca acá, bueno, échala”. Veía cómo trabajábamos, entonces cuando se está dando las circunstancias de la política sindical, alguna gente mencionaba que yo podía ser secretario general, que Oscar también po-día ser secretario general por su perfil y por su manera como había desarrollado su trabajo en el Hospital Universitario, y bueno, simplemente platicamos como amigos y le digo “oye, Oscar, me daría mucho gusto que fueras tú”, a él le daba lo mismo, no lo mismo, le daba el mismo gusto si era yo. Y habíamos hecho un pacto de que el que llegara el único objetivo era ayudarnos para que esto funcionara

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lo mejor que se pueda. Se inclina la balanza por Oscar, los grupos políticos así lo manejan, y bueno, yo inmediatamente lo felicito; ese mismo día nos vamos a tomar un café él y yo y empezamos a planear las cosas y a estructurar las cosas, desde armar la planilla hasta armar todo lo que se tenga que armar. Oscar es un buen hombre, es –lo mencionaba yo en la campaña y no es cuestión peyorativa–, es una persona que no nace dentro de la estructura política, nace dentro de la estructura de la ciencia de la investigación que es parte de la política, la ciencia y la investigación. Y entonces se incorpora a este medio más ligado a las cuestio-nes científicas, a su metrología y al quehacer humano, porque viene de familia humilde, de familia simple, práctica, que se ha ganado todo a base del esfuerzo, del estudio, de la metodología, en eso somos muy compatibles. Y entonces Oscar es muy fácil trabajar con él, no se batalla absolutamente nada, se vuelven a abrir todas las puertas, vuelve a tener relación directa con las autoridades para bien, se vuelve a armar un grupo de trabajo que en este caso volvemos a resurgir los vie-jos, nos da instrucciones muy pragmáticas, “oye, ¿sabes qué? necesito que todo quede estructurado, que todo quede reglamentado”. Y entonces empezamos a trabajar sobre eso, me asigna a mí en primera instancia “oye, pues me ayudas por la particular”, y bueno allí estamos en lo que se puede. Me inclino más hacia las pensiones y jubilaciones porque es un tema bastante importante para nuestra Universidad, y así estamos trabajando con Oscar; el doctor, vuelvo a insistir, es un buen hombre, ahí la lleva. Resurgen otra vez los eventos pero con una visión completamente distinta de un objetivo básico, que es la dignidad del trabajador, y a partir de allí se le empieza a invertir en los eventos. Yo mis respetos para Oscar, yo no sé cómo le hace para multiplicar los panes, porque de dos panes tragamos todos; es decir, los dineros no son muchos aquí en el sindicato como para darles ese tipo de festejos a la gente, pero al final de cuentas una vez me dice Oscar “oye, saqué del banco porque tenía que pagar”, de su dinero, de lo que él gana como investigador y todo; y le decía yo “pues está bien, Oscar, que seamos buenos, pero no es para tanto porque tu familia tiene que comer”. Entonces agarra ese tipo de compromisos honestos, abiertos, y vuelvo a insistir, creo que Oscar aún sin ser el gran político, porque no viene de una estructura política, ha sido de los mejores políticos que hemos tenido al menos en el ámbito del reconocimiento de los trabajadores. Si nosotros levantáramos una encuesta aquí de los últimos 10 secretarios generales, vuelvo a insistir, no hay comparación porque cada uno tiene su contexto de vida; con “El cuate” había un contexto, había pleitos; con Joel había otro tipo de contexto; con algunos había dinero, con otros no había dinero; pero si nosotros hiciéramos una encuesta, ahorita Oscar creo que saldría extre-madamente bien librado por el trato con la gente, por el respeto que se le da a la

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gente y por la manera como ha acercado el sindicato a los trabajadores, desde el ámbito de visitar las escuelas hasta el ámbito del face y de todas las cuestiones de Internet donde, insisto, es un gusto ahorita trabajar para Oscar; nos respeta, nos deja hacer lo que nosotros sabemos hacer sin dejar de mencionarle lo que se está estructurando. Él es el líder y nunca se ha negado su liderazgo, todo lo contrario, nos da gusto y eso yo creo que es una ventaja cuando el secretario general te deja trabajar y te suelta las manos y dice “yo sé que ustedes les gusta esto”. Entonces no batallaos, estamos muy contentos todos los que trabajamos directamente con el doctor Oscar.

Vamos por lo último. Toda una vida en el sindicato y como en todo, las jubilaciones y todo viene un fuerte cambio, un cambio generacional que se va dar a largo, mediano plazo, ¿cómo te gustaría a ti visualizar el sindicato después de este cambio a futuro?

El futuro. A veces la gente piensa que el futuro es que nuestro contrato ya ande volando y que vayamos a revisar contrato en naves espaciales; el futuro es el pre-sente, el futuro es regresar a lo que tiene que hacer el ser humano, simplemente a lo que dice Kant, el fin último del hombre es el hombre, que toda las acciones que hacemos nosotros y todas las acciones que hace todo ser humano va a repercutir en otro ser humano, no importa los años ni los siglos ni los tiempos ni mucho menos. A mí me gustaría que entrara gente que le interesara el sindicato; aquí no hay dinero, te lo digo porque pues yo no he cambiado de categoría, porque yo si me hubiera ligado al doctorado hubiera seguido con mi doctorado, a lo mejor hubiera hecho otras cosas a nivel académico. De ninguna manera me quejo; el sindicato me ha dado un quehacer de vida, un entendimiento de la vida comple-tamente distinto, creo que mi familia lo sabe y lo disfruta; el hecho de que donde quiera que vayamos nos reconocen y nos reconocen como gente de bien. Yo creo que el sindicalismo, independientemente de los tiempos, debe incorporar gente que le interese eso, si no no tiene nada que hacer en el sindicato. No importan los tiempos, si alguien llega mañana o pasado y quiere servir, no hay mejor lugar para servir que en el sindicato, esto es un apostolado; tampoco te vas a cortar la venas, decir “oye, aquí es pura friega”. No, de ninguna manera, por eso podrás ver que la gente viene, desde un intendente, con todo respeto, hasta un doctorado; y discutimos las temáticas y las analizamos. Vienen con las propuesta naturales de un ser humano que quiere vivir mejor, que quieren lo mejor para su familia, que quieren lo mejor para sus hijos, y entonces creo que una de las alternativas de todo esto somos nosotros.

Yo cuando pertenezco a un comité ejecutivo a mí me da mucho orgullo, so-

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mos 15 mil trabajadores y yo estoy dentro de los 21 que encabezamos a esos 15 mil trabajadores, pues nada más imagínate el orgullo que debes tener. Pero la gente se incorpora sin siquiera conocer su sindicato, ni siquiera sabe lo que es un sindicato; yo nací con eso, yo sabía desde niño lo que era que un sindicato le ayudara a mi familia, que mi padre participara en un sindicato. Entonces indepen-dientemente de los tiempos y de quién venga, me gustaría que viniera gente que le interesara esto, porque vienen aquí como una manera de decir “bueno, pues voy al sindicato, soy líder sindical y se acabó”, no se imaginan el compromiso que es esto. Por eso cuando Joel “oye, no, pues yo no Joel, ya me voy a dedicar ya a lo mío”. Es mucho desgaste estar recibiendo gente, estar platicando con gentes es desgaste; afortunadamente mi esposa pues agarra la onda, no me dice “oye, pues tú tantos años siendo líder sindical y sigues igual”, bueno pues yo le reconozco a ella esa capacidad y esa dignidad de decir “pues sigue igual, pero yo lo veo que al menos está satisfecho”, y creo que eso se trasmite.

Por eso vuelvo a insistir, yo el sindicato lo veo simplemente, me gustaría verlo volver a los orígenes, que entráramos gente en aquel tiempo con la ilusión de per-tenecer a un comité ejecutivo que luchábamos por pertenecer a un comité ejecu-tivo; y que ahora hay gente que pertenece y ni viene ni siquiera hace presencia y eso a mí me da pena. Yo espero que las próximas generaciones de esto porque ya muchos nos vamos pronto de esta situación, pues al menos conozcan que las es-tructuras más vieja que tiene la sociedad en el mundo es la Iglesia y los sindicatos, y que sin los sindicatos no me imagino yo al patrón pagándoles aguinaldos si no estuviera presionado por un sindicato, entonces así veo yo al sindicalismo. Creo que volviendo a origen, creo que recuperando líderes humanos como en el caso de Oscar, creo que esa es la tendencia que más que grandes líderes, tener buenos seres humanos encabezando las estructuras políticas-sindicales, claro, sin dejar al margen la política en el ámbito de un buen equipo de trabajo que pueda hacer, realizar algunas limitaciones que podamos tener los demás, entre todos ayudar-nos. Pero así veo yo un sindicato, lo veo volviendo a su origen y con un orgullo impresionante de haber pertenecido y pertenecer en este caso a un sindicato tan importante; nada más imagínate, el primero que se genera en nuestro país, el pri-mero en el país, qué tan progresista sería esa gente que en el 64 estaba armando un sindicato universitario del cual ahorita nosotros estamos capitalizando todos esa fuerza y toda esa idea.

Por eso insisto, yo veo al sindicato con gente que al menos se comprometa, al menos sepa a lo que viene; y lo otro, que agarre ese compromiso de decir “oye, voy en una Institución fuerte de respeto, nos respetan ahorita en la Uni, nos res-peta todo el mundo, nos hablan los altos funcionarios para ver si ya hicimos regla-

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mentos, para ver cómo van las cosas”, eso nos ayuda a resolver el problema con los trabajadores. Pero insisto, yo no veo ni el pasado ni el presente ni el futuro; yo veo simplemente al sindicato ser y hacer y su quehacer que es ayudarle al trabajador y a la empresa a que todos funcionemos mejor, y vuelvo a insistir, el fin último que el ser humano es otro ser humano, no hay otra situación; y si de allí empiezas a estructurar tu vida es mucho más fácil. Yo creo que la estructura más comunal, la más solidaria que existe en el país son los sindicatos.

Entrevista realizada por Mauricio Villa Amezcua el 24 de junio de 2013Transcripción realizada por Erika Flor Escalona Ontiveros

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pedRo castellanos RodRÍguezActual líder de la sección #46, Asesor jurídico del Comité Ejecutivo presidido por

Rodolfo de León (1988-1991), candidato independiente a la Secretaría General (1991) y Asesor Político del Comité Ejecutivo 2012-2015

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[Por problemas de audio no aparece el inicio de la entrevista]

Aquí surgen las primeras condiciones que van a ser de trascendencia histórica y posteriormente de gran beneficio para los trabajadores, porque por primera vez se demandaba de manera colectiva el planteamiento

de una solicitud de salario para los diferentes trabajadores que en ella existían. Quiero decirles que actualmente podemos destacar varios sectores en los que están divididos los trabajadores que prestan servicios en nuestra Universidad, desde el personal docente, pasando por el personal administrativo, el intendente, el técnico, el de enfermería, el profesional no docente, etcétera; todos ellos integrados a un tabulador en donde se establecen las diferentes categorías y sueldos que tienen los trabajadores que laboran para la Universidad.

En el año de 1970, 1971 y posterior a la autonomía –movimiento en el que también participa activamente el sindicato y en el que nosotros también partici-pamos–, se logra que el Estado reconozca al sindicalismo universitario, y con ello se integra a la Constitución General de la República y a la Ley Federal del Trabajo un nuevo capítulo que regula la prestación de los servicios en las relaciones entre trabajadores y las universidades públicas del país, autónomas por ley. En nues-tro sindicato obviamente demanda la contratación colectiva en estos términos y empieza a crecer nuestro Contrato Colectivo de Trabajo, que a la fecha tiene como contenido 201 cláusulas. Quiero destacar que en el trayecto de esos 50 años que estamos por cumplir el año que viene, el sindicato ha jugado un papel muy importante y no solamente porque ha cumplido los fines profesionales de la or-ganización, es decir, el estudio y mejoramiento y defensa de los intereses sociales, económicos y políticos de sus integrantes, de sus miembros, sino que además ha sido un baluarte y un sostén, piedra angular para mantener la paz y la tranquili-dad en la Universidad Autónoma de Nuevo León; lo que ha permitido obviamen-te desarrollarse y llegar a los niveles que actualmente tiene la Universidad, que ha creado la Universidad y una infraestructura física y una infraestructura también para el desarrollo científico muy destacado.

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Pedro, en toda esta historia del sindicato no ha sido fácil, ha habido ciertos momentos históricos difíciles, el movimiento mismo de la autonomía, desde su creación ha habido una serie de movimientos dentro, hacia el interior del sindicato, ¿podrías platicarnos un poco más de esto?

Sí, cómo no. Bueno como ya lo señalaba al principio, la creación del sindicato no fue una tarea fácil, no fue una tarea sencilla, hubo oposición, hubo confrontación, hubo quienes no estaban de acuerdo, hubo quienes distorsionaban el propósito de aquel grupo que quería formar la organización; cuando la intención era única y exclusivamente alcanzar un nivel de organización que les permitiera una mejor defensa de sus intereses. Este grupo siempre ha sido tradicional -y yo puedo afir-mar que todavía existe gente-, sino que se opone porque esto es una realidad. El sindicato vive, existe y está por cumplir 50 años, sí hay gente que todavía no cree en la organización que piensa, como en un momento determinado lo pensó el entonces gobernador del estado Eduardo Elizondo, que la Universidad debería seguir siendo tutelada por el Estado, que no tenía por qué adoptar una estruc-tura distinta como fue posteriormente la autonomía; y en el caso del sindicato todavía era peor, ellos no imaginaban que dentro de la Universidad que tiene como función fundamental la formación profesional de individuos para mejorar la sociedad, pudiera existir una organización sindical, cuyo estereotipo que tenía en la sociedad nuestra los hacía pensar que iban a destruir la Universidad, que esos movimientos sindicales no cabían porque esta institución estaba dada para un propósito mucho más alto, y que estos organismos pudieran afectar o distor-sionar la función de la Universidad, lo que fue totalmente lo contrario.

En el tiempo que tiene el sindicato ha tenido claroscuros, altibajos, por supues-to, hubo secretarios generales que no terminaron su período, que hubo interven-ción directa de rectores y algunos gobernantes vulnerando de esta manera la au-tonomía del sindicato, su independencia; hubo también movimientos en donde el sindicato insistiendo en el cumplimiento de las obligaciones que tiene la Uni-versidad, y que están plasmadas en el Contrato Colectivo, se negaba a aceptarlas. Todavía es fecha que la Universidad no cumple con muchas de las cláusulas que ya tenemos ganadas en el Contrato Colectivo de Trabajo; sin embargo, el sindi-cato ha sido muy maduro, muy paciente y ha tratado de resolver los problemas que surgen por allí, como conflictos laborales, coadyuvando y de alguna mane-ra solidarizándose con la Universidad. Y al fin y al cabo pues quienes formamos parte del sindicato también somos en una gran parte maestros de la Universidad y tenemos la convicción de que debemos de defenderla, pero el sindicato está no solamente para defender los intereses profesionales de los trabajadores, sino también para defender la universidad pública. Y uno de los principales motivos políticos por los cuales posteriormente se resuelve a adoptar una actitud de lucha

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y de defensa por parte de nuestro sindicato fue eso: la defensa de la universidad pública. Nosotros creemos, en ese momento se creía -y seguimos pensando- que el sindicato debe ser una bandera y un baluarte para permitir la permeabilización de la sociedad hacia la universidad, decir: nosotros estábamos porque todos ten-gan una oportunidad de acceder a la universidad, esa es la política, esa es la ban-dera que tiene al margen de la defensa de los derechos de los trabajadores como actitud política, como actitud social e ideológica, la defensa de la universidad pública. Por eso pugnamos porque la Universidad tenga un presupuesto que le permita cumplir sus funciones sustantivas, pero además cumplir sus obligaciones con los trabajadores, sus obligaciones laborales. Yo pienso que algunos rectores no le han dado la importancia que el sindicato tiene, y no han sabido utilizar esa fuerza que tiene no para subyugarla, no para ponerle un pie encima ni mucho menos; y menos el sindicato permitir que se le denigre de esta manera; simple y sencillamente que debemos entender que estamos en un mismo estadio, esta-mos en una misma nave y que todos debemos remar hacia el mismo rumbo, y por eso pienso que muchos rectores todavía no les cae el 20 de que así debe ser.

Les tocó vivir otro, otro tiempo, más duro de lucha, ¿no?Sí fueron tiempos en donde el sindicato de alguna manera pretendió sin lograrlo quitarse las cadenas de la tutela que tenía de las autoridades universitarias. En 1991 yo participo como candidato independiente a la secretaría general, y para ello me di a la tarea de integrar una planilla que participara en elecciones. Ya desde hacía algunos decenios la Universidad tenía oficialmente un grupo que participaba como planilla en las elecciones para la renovación de Comité Ejecutivo y Comisiones Especiales en aquel entonces, a hoy Comisiones Estatuarias.

Fueron momentos muy difíciles, yo sabía a lo que me atenía, las consecuencias que podían derivarse de ello; sin embargo, era mi convicción y además estaba motivado por el aliento que sentía del apoyo de muchos trabajadores universitarios que insistían en que participáramos. Yo creo que fue la última ocasión en que hubo una participación democrática, y valga la redundancia, muy participada. Participamos cuatro planillas: la planilla oficial, la Azul y Oro, encabezada por el ingeniero Lowenberg; estaba la planilla roja que encabezaba y respaldaba el doctor Alfredo Piñeyro López; y hubo, repito, encabezaba Mario Burgoa, estaba otra planilla, planilla no sé si tenía un color o un lema, pero quien la encabezaba era una compañera muy combatiente del Hospital Civil, llamada Guillermina, recuerdo; y la Planilla Solidaridad que encabezaba yo como candidato a secretario general. En ese momento histórico de este pasaje de la vida de nuestro sindicato, el Secretario General era el maestro Rodolfo de León, y recuerdo que él se negaba a otorgarnos el registro, incluso hubo una circunstancia allí que se manejó de

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manera amañada y que la pretensión era evitar que participáramos. Había un número equis integrantes de la planilla que posteriormente, y una vez electa, se convierte en Comité Ejecutivo y Comisiones Especiales; ese, ese número estaba alrededor de 81 personas y misteriosamente de repente se eleva a 102 personas que deberían integrar la planilla. Esto nos obligaba obviamente a incorporar más gente para poder cubrir todos y cada una de las secretarías y demás cargos que participaban en la contienda electoral.

Quiero decirles que en muchas ocasiones y una vez ya integrada mi planilla muchas personas, compañeros a quienes yo mucho estimo y reconozco, me vinieron a informar con mucha pena que se retiraban porque habían sido amenazados.

Excuso decirles que no fue ni una ni dos ni tres las ocasiones en que me ví en la obligación de volver a integrar el cuerpo de la planilla, ¿por qué? porque como lo comenté, como lo mencioné, los compañeros que voluntariamente y de muy buena fe querían participar eran amedrentados, eran de alguna manera disuadidos. Finalmente recibí la llamada del entonces Rector, el ingeniero Gregorio Farías Longoria, quien me pidió ocurriera a su oficina para tener una plática y él me invitaba a integrarme a la planilla oficial; y yo le dije que pues ya no era mía la decisión, que la decisión estaba tomada por un grupo de compañeros, pero que le agradecía mucho su invitación y además le comenté que si por alguna razón yo estaba participando, era porque quería que la estructura interna del sindicato se democratizara, que no era posible que un grupo tan monolítico como la participación de una planilla oficial siguiera dominando al sindicato, porque esto no era sano para la organización y menos para la Universidad. Él me escuchó, entendió las cosas y de manera sorpresiva o milagrosa el profesor Rodolfo de León Garza accedió a darme el registro que se había negado de manera rotunda después de esta plática, curiosamente.

Nuestra participación fue muy limitada, quiero decirles que fueron experiencias muy amargas, lamentables, nos dio tristeza ver cómo se impedía a los trabajadores que participaran con nosotros y ni siquiera nos dejaron hacer campaña; nuestra propaganda era muy limitada, no teníamos recursos, de hecho la parte más importante de la propaganda la constituía los encabezados, los titulares de un periódico que yo había editado meses antes, que se llamaba Solidaridad, y era obviamente nuestra carta de presentación, nuestra identificación con la base. Pero resultó que aún en mi propia dependencia, que era la Facultad de Organización Deportiva, no permitieron que estuviera por más de 15 minutos esta propaganda; en las demás, pues excuso decirles que era peor en las demás dependencias. Tuvimos el caso de que nos aventuramos a visitar las dependencias foráneas y en Linares, una de ellas, una de tantas, el director de manera abierta impidió que

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tuviéramos contacto con el personal, excusándose en que estaban trabajando, no obstante que existe dentro del contacto colectivo la obligación que tienen las autoridades de la Universidad -independientemente del nivel que sean- de permitir la participación, en estos casos del sindicato, directamente en consonancia con los trabajadores; finalmente, como tenía que ser, ganó la planilla Azul y Oro. Nosotros nos sentimos orgullosos que con todo y la represión, los impedimentos, las amenazas, habíamos sacado alrededor de mil 400 votos de gente muy valiente que votó por nosotros, esto me queda a mí como una etapa de la historia sindical; y en lo personal como algo muy vívido y de reconocimiento a todos los trabajadores, porque yo sé que en el fondo una gran mayoría de los miembros en ese momento de la organización hubieran querido votar por nosotros, nada más que llevados por circunstancias se vieron obligados a omitir un voto de manera pues a veces involuntarias, pero obligada en favor de la planilla oficial.

Las demás planillas sacaron menos votos y pues fue la historia, verdad, de un momento histórico del sindicato que ya no se volvió a repetir, porque a partir de allí todas las elecciones que ha tenido esta organización al interior de la Universidad las ha encabezado, y como planilla única la planilla Azul y Oro. No, no digo que sea malo porque quieran que no todos estos comités ejecutivos que han resultado de las elecciones para renovarse en sus dirigencias, en sus órganos de gobierno, pues no lo han hecho mal, tampoco han denigrado al sindicato. Pero me parece que hubiera sido más saludable, más positivo, el haber dejado que libremente las fuerzas al interior del sindicato, los grupos integrados de la forma que hubieran ellos deseado hacerlo participaran en las elecciones internas y que democráticamente se eligieran a quienes ellos decidieran.

Se habla de 200 cláusulas en estos 50 años, ¿se sacrificó en pro del bienestar del trabajador la democracia? ¿Crees qué hubiera sido diferente? ¿Habría más? ¿Habría menos?

Bueno, pues sería difícil hacer un pronóstico de qué es o que hubiera pasado, pero yo lo pondría como ejemplo el hecho de la autonomía, había presagios por parte de gente de gobierno y de algunas gentes en la Universidad de que al darse la autonomía a la Universidad, la Universidad se convertiría en un caos, que habría anarquía y que no se cumplirían los objetivos sustantivos de la Universidad, y no fue así. La comunidad universitaria demostró tener madurez, estar preparada y posteriormente asumir su responsabilidad de lo que era este sistema de gobierno que es la autonomía universitaria, entonces no veo por qué en el sindicato hubie-ra pasado algo diferente. Yo creo y sigo pensando que hubiera sido saludable y sería muy saludable; las condiciones serían exactamente las mismas, quizás con mayores beneficios para tanto los miembros afiliados a la organización como para

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la Universidad misma, porque nunca ha hecho daño la actitud crítica, nunca ha hecho daño la autocrítica, por el contrario, yo creo que esto es un signo que marca a la universidad pública del país.

En la medida que los estudiantes fueron más libres, la Universidad fue rica; en la medida que los sindicatos tienen mayor posibilidad de acción han fortalecido los centros de trabajo, no los ha demeritado, ha sido al contrario; es decir, no sé en qué pueda perjudicar permitir pensar a las personas y que se manifiesten de la manera que lo deseen. Finalmente, yo creo que lo que triunfará será la razón y la verdad, la justicia, y en este caso pues yo creo que lo que una forma de vida a la que todo mundo aspiramos es la democracia; es decir, la participación de todos, con responsabilidad de todos por supuesto. Actualmente, por ejemplo, el Rector de la Universidad, el doctor Jesús Ancer Rodríguez, apela a la responsabilidad social de la Universidad, es el mismo camino por el que nosotros luchábamos, que el sindicato no fue única y exclusivamente como lo es y como lo debe ser el representante de los trabajadores para la defensa de sus derechos profesionales, sino que también se involucrara en los problemas de la sociedad y de la Universidad misma, no para perjudicarla; para enriquecerla, para apoyarla, para mejorarla. Yo creo sinceramente que otro derrotero hubiera sido si se hubiera permitido que hubiéramos seguido participando, porque el sindicato y los miembros de la organización jugaron un papel muy importante tanto en la autonomía como en los procesos de democratización del país después del 68. Está claro que la represión no llegó a nada, ¿verdad?, resultó todo lo contrario y de alguna manera cegó conciencias, negó realidades y las consecuencias las estamos viviendo; no maduró la juventud, no se desarrolló, no hubo ambiente necesario para que hubieran podido surgir más líderes que dirigieran al país, que dirigieran a las agrupaciones, ¡qué sé yo!; se mutiló, se limitó.

Gente de diferentes grupos a través de muchos años, se han integrado a los comités ejecutivos, han tenido más permanencia que los propios secretarios generales; pero este trabajo profesional, porque se volvieron profesionales del sindicato, ha desembocado en orientación a los que llegan nuevos a ocupar el poder. ¿Tú cómo ves este fenómeno dentro del sindicato?

Yo sinceramente lo veo positivo, es cierto hay enquistamiento de muchas gentes -incluido yo- de muchos años participando en la organización sindical, y creo que no hemos para nada absolutamente ni avergonzado y menos dañado a la organización. Una de las acciones que yo destacaría será allá por, bueno mucho antes pero se concreta por el año 98, hubo rumores en el sentido de que el Estado ya no quería pagar la nómina de jubilados; y que esto iba traer consecuencias muy graves porque estaba en riesgo el futuro de aquellos que habían dado su vida trabajando para la Universidad, y que de acuerdo con la ley tenían derecho a

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una jubilación. Entonces la dirigencia de ese momento pensó que era necesario tomar una decisión.

Sabíamos perfectamente bien que el contrato, yo en lo personal por ser abo-gado y tener una maestría en derecho laboral, sabía que el Contrato Colectivo de Trabajo desde hacía mucho tiempo establecía dentro de las cláusulas correspon-dientes al capítulo que la Universidad era responsable del pago de las pensiones y jubilaciones. Y a partir de allí pues deberíamos estar nosotros tranquilos, puesto que la Universidad asumía la responsabilidad contractual y legal para que esto no se pusiera en riesgo; sin embargo, el aviso de que, o el rumor de que la federación ya no cubriría el pago de la nómina de jubilados sí hizo ruido, llamó la atención y entonces nosotros tomamos la determinación histórica de ayudar a la Universi-dad a resolver el problema a futuro. Entonces surgió la idea de crear el Fondo de Pensiones y Jubilaciones, algo que ya existía contractuado, que ya lo establecía nuestro Contrato Colectivo de Trabajo que disponía al respecto que la Universi-dad debía de constituir con un presupuesto derivado anualmente con una parti-da de presupuesto aplicado a un fondo de pensiones y jubilaciones.

Teníamos más de 15 años con esa disposición, esa convención transformada en cláusula, y la Universidad nunca hizo caso y no lo hacía porque eran muy poquitos los jubilados; entonces decía “de todas maneras la pagamos”, y de todas maneras llegó un momento en que ya como ahora más de dos mil jubilados pues ya no era posible, ya no iba a ser posible. Entonces las personas con mayor experiencia nos dimos a la tarea de llevar a cabo una campaña entre la base sindical concientizándolos de la necesidad de que deberíamos de aportar a la constitución de este fondo para obligar a la Universidad a crear el fondo que por años no se creó, con una irresponsabilidad absoluta por parte de la Universidad. Y en principio, siendo Rector el doctor Reyes Tamez, se propuso que los trabajadores de sus salarios aplicaran el 12% al fondo de pensiones y jubilaciones, y que esa aplicación sería de tal manera que nos quitarían así en automático un porcentaje de nuestro salario. Obviamente esto implicaba un problema más a resolver por parte de quienes teníamos la intención de constituir el fondo, porque consideramos injusto que los trabajadores pudieran disponer de un porcentaje de su salario para aplicarlo a este fondo, cuando la obligación contractual era exclusivamente de la Universidad y tenía con ella muchos años. Entonces propusimos una fórmula que no fuera como la proponían, de hecho el primer intento fracasó de constituir el fondo bajo las condiciones que proponían algunos miembros del sindicato y la Rectoría, y entonces aquí es donde viene el beneficio que tiene el sindicato de contar con gente con experiencia. Un grupo de compañeros como Carlos Morales, como Alfredo Romero, como Rafael Garza Ibarra, muchos más, muchos más nos pusimos de acuerdo y dijimos “definitivamente no aceptamos estas condiciones”; todos nosotros éramos afortunadamente líderes en nuestras secciones, y aún

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en contra de la opinión de los directores, que estaban obviamente a favor de la posición que adoptaba la Rectoría, nos opusimos y no pasó. Hicimos nosotros la propuesta con una nueva fórmula y los trabajadores accedieron, y así es como se constituye el Fondo de Pensiones y Jubilaciones que fue muy importante.

En otro episodio se trató de modificar las condiciones de manera estructural para poder, según opinión de las autoridades universitarias, solventar o sobre-llevar el problema del pago de las pensiones y jubilaciones modificando nuestro Contrato Colectivo de Trabajo. Entre otras medidas, se pretendía aumentar la edad de jubilación de 30 a 35 años, incrementar la cuota que aportábamos del 12% al Fondo de Pensiones y Jubilaciones, y otras condiciones más que modificaban radicalmente nuestras condiciones contractuales; y nos opusimos radicalmente otra vez ese mismo grupo, que todavía está aquí, no aceptamos; eran los tiempos del Secretario General licenciado Tomás Tijerina Salazar. Y yo en lo personal me opuse determinantemente a que se aceptaran estas condiciones. Yo creo que al final de cuentas la Rectoría debe reconocer –y yo creo que ya reconoció– que era una mala medida, una mala decisión, y que gracias a la sapiencia y a la experien-cia que tenemos los que hemos vivido durante muchos años aquí en el sindicato, no se llevó a cabo y no acabó esto en un problema grave, porque entiendo que hasta la gente que forma parte o formaba parte en ese momento –integrantes de la sección y de la dependencia de donde era el rector el ingeniero José Antonio González, que es la Facultad de Mecánica– estaban en contra de esta medida.

Incluso se llegó a la osadía de querernos hacer un contrato individual de tra-bajo, cuando teníamos más de 40 años con un Contrato Colectivo de Trabajo; ob-viamente en ese contrato individual de trabajo se establecían condiciones muy diferentes a las que ya establecía nuestro contrato colectivo. Por todas estas razo-nes nosotros nos opusimos, y finalmente las autoridades universitarias cedieron, ya no insistieron ni en la firma de un contrato individual ni en la modificación estructural de las condiciones que tenía nuestro sistema de pensiones y jubila-ciones. Pues esto es nada más un ejemplo de cómo la experiencia y el trabajo, la honradez, la lealtad a la organización de este grupo que muchos censuran por su larga estadía dentro de la organización, ha aportado para el beneficio de la organización.

Viene un cambio fuerte en la Universidad, un cambio generacional. Estamos hablando que el próximo año se van a jubilar cerca de 460 personas en todos los rubros de la Universidad. Dada esta experiencia personal, todo este conocimiento ¿cómo visualizas tu el sindicato a futuro?, ¿cómo te gustaría visualizarlo?

Bueno, yo pienso que no hemos todavía logrado liberarnos del fantasma que sig-

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nifica que pueda haber en un futuro reformas estructurales a nuestro sistema de pensiones y jubilaciones por lo que hacía las condiciones generales yo creo que estamos bien, salvo el problema que ya tiene varios decenios, que es de los topes salariales y que no hemos podido resolver la universidad pública en general y el sindicalismo, el movimiento sindical mexicano, no hemos podido resolver. El gobierno ha insistido de manera curiosa en que el único factor inflacionario son los salarios, eso es un absurdo, es un absurdo, nada más esto es lo que nos limita. Crecen los precios, hay inflación, hay una disminución en la inversión, efecto de la inseguridad, pues este período de gobierno federal, es decir, dos sexenios y los salarios siguen igual; esto es grave, esto es grave porque obviamente la calidad de vida se ha desmerecido; en un momento determinado se llegó a pensar incluso que había desaparecido la clase media y que ya nada más había dos clases en México: la alta pudiente y la clase menesterosa, la marginal, y pues vivimos tiem-pos difíciles, muy difíciles.

Insisto, no está ausente el fantasma de una reestructuración de nuestro siste-ma de pensiones y jubilaciones ¿qué significa esto? a lo mejor en un futuro va a ser necesario incrementar la aportación al fondo de pensiones y jubilaciones; a lo mejor en un futuro pudiera incrementarse el número de años para jubilarse, pero por el momento nosotros no lo vamos a permitir, al menos mientras estemos no-sotros no vamos a permitir eso ¿por qué? porque no es justo que sacrifiquemos tanto en aras de que la gente se sienta bien tanto en el gobierno como en la mis-ma Universidad.

Yo he insistido con muchos rectores, les he dicho que si la Universidad ha lo-grado niveles de desarrollo, el grado que tenemos ahorita reconocido ha sido gra-cias a que esto ha sido apoyado en el sacrificio de los salarios de los trabajadores, porque no puede comprenderse ni explicarse que la Universidad haya alcanzado esos niveles de desarrollo con estos salarios que ganamos; ha sido gracias al sacri-ficio que hemos hecho los trabajadores aceptando estos incrementos, salariales que obviamente nos tienen en una posición en desventaja con respecto de los salarios que deberíamos estar ganando en este momento. Entonces yo veo con optimismo lo que pueda venir, a condición de que los trabajadores sigan parti-cipando más con su organización. Siento que en el fin de la estructuración orga-nizativa de nuestro sindicato, al interior que es a través de base, de una base, de unidades de representación a las que denominamos secciones sindicales, hemos fallado; es decir, el sindicato trabaja única y exclusivamente en su cúpula, en sus órganos de gobierno a nivel Comité Ejecutivo, a nivel Consejo Consultivo, pero más allá no. Las secciones han decaído, las secciones han desmerecido, no están funcionando como deberían y esto debilita a la organización en mucho, porque no los hace partícipe y no les permite ponerse la camiseta del sindicato, y aquí

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tiene mucho que ver los dirigentes, aquí debemos de tener mucho cuidado de quienes dirigen la organización en las secciones sindicales, quienes los represen-tan porque no están cumpliendo con su función.

Es más, me atrevo a decir que muchos de ellos ni siquiera conocen los docu-mentos que rigen a la organización, y me estoy refiriendo a sus estatutos, a sus reglamentos, el reglamento interior de trabajo, la Ley Federal del Trabajo, el Sis-tema de Pensiones y Jubilaciones, hay mucho por aprender. Y yo creo que en ese sentido sí, el sindicato a través de su organización cupular, que son los órganos de dirección, fomenta el conocimiento de la institución como tal, con toda su norma-tiva, con toda su relación hacia el interior y hacia el exterior. Podemos recuperar mucho de lo que hasta ahorita se ha perdido; hay gente de muy buena voluntad y gente que está trabajando y haciendo su función en los últimos ¿qué te diré? ¿12 años?; el sindicato y quienes lo han dirigido han cumplido. Actualmente hay un reencuentro de los trabajadores con su organización, virtud a la bonhomía y a la buena estrella que tiene el actual dirigente, que es el doctor Oscar de la Gar-za Castro, hemos recobrado la confianza en mucho de los trabajadores, hemos recuperado terreno en este sentido y la prueba está en que la convocatoria que se hace a los diferentes eventos que tradicionalmente ha realizado el sindicato hay una respuesta extraordinaria, casi inusitada, y quiero decirles que hay que atender a esto.

El sindicato no tiene suficientes recursos, ha sido la buena voluntad de las au-toridades al apoyarnos para realizar estos eventos que ha sido posible hacerlos. En el futuro no sé qué irá a pasar, yo en ese sentido debo tener reconocimiento para el Rector Jesús Ancer Rodríguez que ha apoyado al sindicato y no ha sido gratuito, porque en el Contrato Colectivo de Trabajo se establece que para el de-sarrollo de las actividades culturales, artísticas, deportivas, culturales, etcétera, etcétera, si el sindicato requiere de más recursos la Universidad estará obligada a apoyar en este sentido. Entonces no es tampoco gratuito, no es un regalo ni mu-cho menos; hay una responsabilidad y una obligación legal plasmada en nuestro Contrato Colectivo el Trabajo, pero creo que el doctor Ancer ha ido más allá. Pero no podemos quedarnos solamente en este tipo de eventos, yo creo que hay que atender a la fortaleza, al fortalecimiento de la organización; y yo creo que esa se debe dar a través de las estructuras base que son las secciones sindicales; hay que hacer trabajar más a esta gente, hay que tener más educación y actualización de nuestros miembros y sobre todo de sus dirigentes en cuanto a los temas sindica-les y aquí si es una responsabilidad directa del sindicato. Deberíamos aprovechar la presencia de una gente con carisma como lo es el doctor Oscar de la Garza para fortalecer todos estos aspectos e ir más allá y avanzar y avanzar.

Yo siento que a futuro el sindicato se va convertir en el principal defensor no solamente de los intereses de sus agremiados sino también de la institución para

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la que trabajan a través de sus agremiados, porque nosotros tenemos un doble estatus, somos sindicalistas pero también somos trabajadores de la Universidad y la sentimos como sentimos al sindicato. Entonces en la medida que la Universidad reconozca que el sindicato es una parte importante para el futuro y presente de la Universidad, yo creo que amalgamar estas dos fuerzas vamos a salir adelante independientemente de los problemas que estén por venir.

Entrevista realizada por Mauricio Villa Amezcua el 14 de junio de 2013Transcripción realizada por Erika Flor Escalona Ontiveros

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(1994-1997)

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¿Como entra a trabajar a la Universidad?Bien, en la década de los setenta se dio algunos fenómenos importantes, políticos, uno de ellos fue la liberación o eliminación del examen de admi-sión a la Universidad, específicamente de preparatoria, entonces eso pro-

voco que se diera una explosión muy grande de alumnos que se estaban incorpo-rando a la Universidad, cabe que recordar que en ese entonces, creo que solo ha-bía hasta la Preparatoria No. 3 Nocturna para trabajadores, la prepa técnica Álvaro Obregón y la prepa técnica Pablo Livas, creo que eran las únicas preparatorias que se estaban dando, y entonces resulta que, pues se empezaron a formar pre-paratorias, una de ellas fue la Preparatoria No. 9, donde hubo una incorporación muy grande de estudiantes, entonces una de la situaciones que se presentó fue empezar a contratar estudiantes de los últimos semestres de las carreras para que dieran clases, y otra situación que se dio fue que necesitaban gente tuviera estu-dios especializados en algunas áreas y entonces se permitió que los egresados de la Normal Superior pudiéramos entrar a trabajar en preparatoria, entonces como teníamos unas especialidades de matemáticas, física y química, pues empezamos a trabajar en preparatoria, yo entre en 1976, y después en 1977 el Consejo Univer-sitario aprobó que los estudios de la Normal Superior fueran validos para trabajar en preparatoria, entonces ahí estuvimos en la Preparatoria No. 9 impartiendo la clase de física y química, estuvimos trabajando en esas áreas y posteriormente entramos a la Facultad de Filosofía y Letras a pedagogía y yo tenia mis estudios de Maestro de Educación Básica, maestro de Educación Normal Superior, y entré a la licenciatura en Pedagogía, y al terminar la licenciatura me incorpore a la misma Facultad de Filosofía y Leras y estuvimos trabajando en la facultad pues aproxima-damente desde 1981 en adelante.

¿Y como se da tu incursión a la vida sindical?Desde la Preparatoria No. 9 había una vida democrática en el sindicato muy fuer-te, había básicamente la elección de delegados, y en las preparatorias como en-tramos docentes de diversas áreas y de diversas especialidad e incluso de diversas corrientes filosóficas y políticas, etcétera; entonces se comenzaron a formar las

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famosas elecciones de delegados, entonces en las elecciones, teníamos buena imagen con los compañeros y pues fuimos electos para estar participando en las asambleas del 5 de febrero, para la construcción, sobre todo, del pliego petitorio.

¿Después de este periodo, tiene ya una participación más activa en un co-mité ejecutivo?

Si, como estuvimos participando activamente en la construcción de un sindicato universitario, que cabe aclarar que lo importante era que aquí aglutinábamos a los académicos y los administrativos, cosa que en otros lugares del país estaban divididos, en otras universidades, había sindicatos de catedráticos y sindicatos de académicos, pero aquí nos esforzábamos mucho por seguir manteniendo la uni-dad sindical entorno a un solo sindicato y que no nos dividiéramos, entonces en ese sentido pues estuvimos participando activamente como delegado seccional y dentro de, se empezaban a formar planillas, en aquel entonces habían dos o hasta tres planillas de, en las elecciones, participamos en principio como suplente de una secretaria, y luego, posteriormente, ya participé en el periodo de 1994-1997 con el Secretario General José Fernández Quiroga, participamos como Secretario de Educación.

¿Y como fue este periodo desde su visión?Para mi fue un periodo muy importante, sin denostar a los demás, que cada quien tiene sus periodos importantes, aquí fueron varios aspectos los que nosotros lu-chamos porque se consiguieran. Uno de ellos, y que considero ha sido muy im-portante, fue el evitar la reelección de los rectores, es decir, el rector se elige rector y tiene capacidad para repetir un periodo, pero es todo, no puede salir y estar dos o tres años fuera de la rectoría y después volver a ser rector, entonces nosotros luchamos mucho para que no hubiera la reelección fuera de los periodos corres-pondientes al estatuto, cosa que no estaba legislado en esos momentos desde el punto de vista universitario.

Perdón que te lo pregunte, ¿pero que viene a hacer el sindicato en esa parte?Porque hay que recordar que cuando se abren los periodos de elección de rector se pide la opinión de la comunidad estudiantil y magisterial, por parte de la Junta de Gobierno, y entonces nosotros como parte de la Universidad, fuimos a estable-cer que no hubiera la reelección de ex rectores que ya habían cumplido con sus periodos en la Universidad, entonces consideramos que eso enriqueció mucho la vida institucional, porque permite trabajar con nuevos proyectos, con nuevas

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políticas, y mas acorde con la situación política y financiera, tanto a nivel nacio-nal o internacional de la Universidad, y creo que fue un aspecto importante que vino a clarificar mucho la política universitaria, tanto al interior como al exterior.

En este periodo, aparte de lo que acabas de mencionar, ¿que otras presta-ciones consideras destacadas para beneficio de los trabajadores?

Básicamente uno de los aspectos por los que luchamos mucho, y que en principio se sentaron las bases fue el fondo de pensiones, se estuvo trabajando mucho para que se lograra conseguir el fondo de pensiones y creo que si… no recuerdo bien si se consiguió en nuestro periodo o en el periodo siguiente, cuando se firmó el convenio para el fondo de pensiones.

Como antecedente, ¿la clausula ya existía verdad?, pero la Universidad no la estaba llevando a cabo

Si, exacto y nosotros pugnamos mucho con el rector, el doctor Manuel Silos, pug-namos mucho para que se estableciera el Fondo de Pensiones, y al menos senta-mos las bases para el dialogo, para el clausulado y para todo lo que después se vendría a hacer en el siguiente periodo, que eso como te digo, también nos ha dado mucha tranquilidad, para el trabajador y el jubilado. Otra de las cuestiones que podríamos decir fue importante en este periodo fue que le dimos mucha importancia a la educación y desarrollo, no solamente… eh, hicimos un congreso sobre educación y productividad en este periodo donde empezamos a invitar a las universidades de las diferentes estados para ver como se podía medir la producti-vidad del trabajador universitario, pero básicamente tenia dos objetivos, uno, en que pudiéramos hablar del trabajador universitario en termino de productividad y docencia y claro, estuvimos luchando por el bono de productivo, sino también porque estábamos sentando las bases de lo que iba a hacer después una Fede-ración de Sindicatos Universitarios, que creo, no se si se logró pero tengo enten-dido que si, pero sentamos las bases y los principios de estatutos, para formar la Federación de Sindicatos Universitarios, en este periodo, asistimos a Mazatlán, a la Ciudad de México, asistimos a varios congresos donde estuvimos participando en esta lucha para poder lograr esta organización nacional, porque teníamos cada quien diferentes ventajas y beneficios, que son diferentes a todos los sindicatos universitarios, entonces queríamos, no que los igualáramos a todos, porque si hay una política nacional de salarios, de trabajo, pero no teníamos una política sindi-cal nacional que pudiéramos nosotros tener en algún momento para contrarres-tar esa política nacional, entonces por esa razón luchamos por la Federación de

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Sindicatos, y al menos establecimos los diálogos, hablamos con la UNAM, con la Universidad de Sinaloa, hablamos con diversas universidades a nivel nacional en congresos o en consejos universitarios, que creo todavía siguen.

Sí, esta la CONTU y otras organizaciones importantes… Yo le he perdido un poco la tendencia o la trayectoria de cómo siguió eso, pero en este periodo logramos hacer esta situación. ¿Que otro aspecto también se puede dar?, pues tratamos de ver, se dio un periodo de crisis fuerte, ya casi al final de este periodo del 96-97, cuando el señor gobernador Sócrates Rizzo renuncia a la gubernatura, y también renunció el rector Manuel Silos, y entonces se genera un desequilibrio al interior de la Universidad, bueno en realidad el Estado estaba en desequilibrio, y entonces el rector Reyes Tamez toma la rectoría y hubo un desequilibrio en el sindicato en la ultima asamblea pero afortunadamente, todas las secciones sindicales logramos ponernos de acuerdo y se logró sacar el pliego petitorio, que es lo que estaba en ese periodo en peligro por la transición, porque renunció le rector y entonces las negociaciones del pliego petitorio quedaron truncas y entonces tuvimos que entrar para trabajar y poder estabilizar ese proceso que se estaba dando y que causó cierto desequilibrio o no desequilibrio, sino desacuerdos entre las diferentes secciones, pero afortunadamente el comité ejecutivo pudo negociar y mantener el orden dentro de la asamblea y las cosas salieron adelante, o sea básicamente son… hubo periodos importantes, por ejemplo, de esta cuestión de educación y productividad, de educación y desarrollo, participamos porque habían congresos a nivel nacional que eran promovidos por el gobernador, por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, incluso el Sindicato participó [inaudible] en una opinión, sobretodo para establecer las bases entre educación y desarrollo y donde se establecía a nivel de la UNESCO que las Universidades íbamos a tener un papel muy importante porque todo lo estábamos visualizando en la función de ¿Cómo será el siglo XXI?, ¿Cómo se va a presentar el siglo XXI?, ¿Qué roles como universidades vamos a jugar?, ¿Cuál va a ser la relación Universidad y empleo?, ¿Qué va a pasar de aquí a diez o veinte años?, que los trabajadores que estábamos ahí para el 2010 ya no íbamos a estar, o ya no iban a estar, que algunos nos hemos quedado [risas].

Dentro de todo esto, tomando en cuenta que es de los pocos sindicatos que agremia docentes y trabajadores, pues este tipo de congresos ha dado oportunidad a los administrativos de adquirir estímulos, porque por ejemplo el docente tiene programas como el PROMEP, y demás, pero el trabajador administrativo no los tiene…

Así es, fue un periodo muy rico en experiencias, que afortunadamente logramos, sino meterlo al pliego petitorio, si logramos sentar las bases para que la Universi-

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dad y el trabajador universitario tuvieran mas tranquilidad en su actuar político, y en su actuar sindical y en su actuar administrativo, o sea, sentamos las bases para que eso se diera y fueron logros muy importantes porque si ustedes ven algunos sindicatos, podemos mencionar la UNAM, donde el trabajador académico-admi-nistrativo puede tener un sueldo determinado y estímulos, pero al momento de salir de trabajar llegan a tener un sueldo básico, y entonces son se pueden jubilar y muchas trabajadores de la Universidad no hemos valorado la dimensión que esto tiene, el Fondo de Pensiones, o sea que puedas tener un retiro o una pensión que te permita vivir con tranquilidad, o al menos con estabilidad si eres una per-sona que no se mete [inaudible] o algo así, pero en la UNAM hay personas que no se pueden jubilar.

Y esta es una de las mejores prestaciones, junto con el Servicio Médico… Sí, esa es otra situación que tampoco hemos valorado, porque en otros sindica-tos, te puedo decir en el sindicato de la sección 50 nosotros cooperamos para pagarnos los servicios médicos, pero acá en la Universidad el servicio medico es completamente gratis, y todo el proceso desde medicinas, hospitalización, etcé-tera y su nivel de atención es mejor o igual al de otros sindicatos o al de clínicas particulares.

Permitiéndome retroceder y como antecedente a tu periodo, ¿como viviste la transición del 91 hacia una estabilidad sindical?

El problema es que aquí, tanto en el Estado como en la Universidad, estaban conjuntándose diversas fuerzas políticas, hay que recordar que fue un periodo político muy fuerte que se da en el Estado y a nivel nacional no se diga, o sea, es-taban todos los proceses de elecciones y de que se quería una transición política, estaban empezando a germinar esos procesos, entonces cuando aquí en la Uni-versidad empiezan a confluir diversas corrientes políticas, que los grupos univer-sitarios tenían sus intenciones de, pues de imponer su ideología y de imponer sus líneas y grupos políticos, y entonces a nivel sindical se formaban diversos, eh, no grupos políticos que ellos cada quien proponían su planilla para participar en el sindicato, y entonces dentro de esas planillas habían gente de diversas corrientes ideológicas o diferentes secciones, como secciones de medicina, de mecánica, de filosofía y letras, etcétera, o sea había diversas secciones, entonces se conjunta-ban políticamente y se proponían a votación, afortunadamente a mi me toco ga-nar en los aspectos, las elecciones, pero si fueron etapas conflictivas, incluso hubo una asamblea hasta de agresiones, la del Aula Magna… donde hubo diferentes

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aspectos, en ese entonces yo participaba básicamente como delegado, pero si nos tocaba ver como se daban las agresiones entre los diversos grupos políticos, como se aventaban monedas contra el Comité Ejecutivo, etcétera, pero afortuna-damente logramos superar esa etapa conflictiva; tengo entendido, buen, según, no recuerdo, creo que estaba Cástulo Hernández y llegó Carlos Jiménez como Secretario General, ahí hubo un periodo de transición y después Jesús Guzmán, después de Rodolfo de León.

Después de este periodo de conflicto, se llega a una estabilidad sindical, se procede a la unificación ¿verdad?

Sí, o sea, lo importante de ese conflicto es que tanto a nivel universitario como nivel sindical pues vimos que el conflicto no nos llevo a ningún lado mas que a divisiones, entonces se dan conflictos internos, hay una mayoría, y de ahí empieza un periodo de transición hacia la estabilidad, no te puedo decir que hacia la paz, pero si al menos estabilidad, porque como quiera existían diferencias en el inte-rior de algunas secciones, ¿porque?, pues porque los grupos que no quedaron dentro del comité estaban inconformes, entonces en la medida que se fue dan-do la estabilidad y que se fue trabajando por aspectos del pliego petitorio más concretos, entonces se comenzó a dar la paz que ahorita tenemos en el sindicato universitario.

Desde otra posición y con esta experiencia, ¿como haz visto el desenvolvi-miento del sindicato en estos últimos años?

Lo que pasa es que yo me retire cuando formamos parte del comité electoral donde llega Isaías Balderas, entonces el fue el primero que empezó a tener una planilla única, creo que fue el primero, y ya de ahí en adelante se empezó a dar esta estabilidad, creo que de ahí ya no ha habido más de dos planillas, y nosotros tuvimos diferencias con Isaías por, básicamente, nosotros llevábamos el proceso tal y como fue, o sea, íbamos a las secciones y respetábamos el derecho de votos, si fue una elección muy limpia y muy clara, si tuvimos presiones que teníamos que votar todos, pero nosotros como comité electoral lo que hicimos fue mantener una legalidad y una estabilidad en todo el proceso y eso desde ahí para acá pues yo presenté mi salida y ya me retire de la vida sindical, no de la vida universitaria, pero si de la vida sindical y de ahí pues lo que he visto ha sido muy al margen, ya no he participado principalmente por dos razones, una porque empecé a estudiar mi doctorado y la otra porque fui coordinador de la red estatal de bibliotecas y luego posteriormente fui Subsecretario de Educación Básica, pero básicamente eso me alejó en parte de la vida sindical.

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¿Algo más que desee agregar?Pues básicamente como veo el sindicato ahora, pues lo veo con instalaciones muy amplias, a comparación de cuando estábamos allá en el segundo piso en Ruperto Martínez y Pino Suárez, o sea, ya hasta con estacionamiento propio, creo que se ha estabilizado muy bien la labor sindical y se ha tranquilizado mucho este proce-so y esperemos que se siga así.

Entrevista realizada por Mauricio Villa el día 24 de junio de 2013Transcripción realizada por Susana Acosta Badillo

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RamÓn toRRes BRionesMiembro activo del STUANL desde 1991 cuando fungió como presidente seccional de la Preparatoria No. 7 y encargado principal, desde hace 13 años, de los cursos de

preparación para el examen de admisión al nivel medio superior que se imparte a los hijos de los trabajadores

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Cuéntanos un poco de tu vida como universitario y después una breve semblanza de tu entrada al sindicatoMi vida como universitario inició en 1983 como maestro en la escuela

Preparatoria 7 de la Universidad. En los primeros años de trabajo pues fueron como todo principiante, de mucho empeño, de buscar un lugar destacado dentro del personal académico de la preparatoria, ya que era una preparatoria y sigue siendo una de las escuelas con un gran prestigio, y pues los que entramos ahí queríamos destacar entre el personal. Yo desde los primeros años de mi labor docente siempre tuve la inquietud de participar políticamente dentro de la organización sindical; ahí la prepa 7 es la sede de la sección 23 del sindicato de la Uni, y en base a esa inquietud pues empecé a participar en los comités directivos seccionales, hasta que en 1991 logré ser el presidente de esa sección -por cierto, a muy poco tiempo de haber ingresado a la escuela-, y a partir de ahí siempre he incursionado como parte integrante de los comités ejecutivos del sindicato.

Cuando te integras como seccional, ¿cómo era el ambiente general del sindicato dentro de la Universidad?

Era un ambiente de mucha participación, yo siempre lo noté de esa manera, todas las secciones que conforman el sindicato de la Universidad, había una gran efervescencia de participación. Afortunadamente yo desde que inicié como seccional tuve la fortuna de convivir con los 60 seccionales en las reuniones del consejo, y la participación de la gente era muy entusiasta; al menos nosotros en la sección teníamos una asistencia del 95-100% en las reuniones sindicales y con mucho apoyo también de parte de la dirección de la escuela. El ambiente que se vivía en ese tiempo en las participaciones, por ejemplo en la Asamblea General Representativa, eran unas reuniones donde la gente participaba aún sin tener un guión o un bosquejo de participación durante el desarrollo de las mismas; había una gran, este, ganas de trabajar en pro del sindicato, y el ambiente era de esa naturaleza, de mucha participación. Hay una infinidad de nombres que siempre traigo yo en mi memoria, porque fueron la gente que yo conocí desde ese tiempo, yo estoy hablando del año 90 para acá.

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De los noventa para acá ¿cuál fue tu participación dentro de los comités y de esa participación qué piensas fue lo destacado?

Bueno, del 90 para acá, yo te puedo comentar de algunos logros que el sindicato ha alcanzado: se ha luchado por incrementar nuestro Contrato Colectivo de Tra-bajo y sobre todo por defender las cláusulas que ya tenemos. Mi participación a partir del noventa, yo ya era allí integrante de comisiones de trabajo, de las comi-siones especiales que nombra el comité ejecutivo, y a partir de 1991 ya me integré como presidente de una comisión, de la comisión de Honor y Justicia, dentro del comité ejecutivo, que es una comisión estatuaria; y luego posteriormente, a partir del año 2000, formé parte ya del comité ejecutivo como secretario de promo-ción cultural y artística, que estaba en la cabeza en ese tiempo el profesor Joel Montemayor, también de la Prepa 7, por cierto. Y a partir de ahí los siguientes comités con Tomas Tijerina, con Graciano, siempre estuve dentro de las secreta-rías del comité, donde nos destacamos ahí por algunos trabajos sobre todo de la cuestión cultural, ya que nuestra profesión de maestros normalistas siempre fue muy tomada en cuenta para formar parte de jurados y dentro de las actividades del sindicato, representaciones de los desfile del 1 de mayo, participaciones en todas la asambleas generales representativas y en, sobretodo, en la cuestión de la redacción y cuidando del Contrato Colectivo y del estatuto. Pues a la fecha se-guimos ahí colaborando de alguna forma discreta en el cuidado también de esos documentos que son básicos para la vida sindical.

Ramón tu eres del 90, entonces te tocó en el 91, que creo que fue la única ocasión que se inscribieron cuatro planillas…

Bueno, hubo una etapa del sindicato en que hubo participación de ese tipo, yo realmente no viví a fondo ese proceso; en el 91 yo todavía pertenecía a mi sección de la preparatoria de la sección 23 y no estuve involucrado así directamente porque ahí la gente como que hubo una resistencia a integrarse a un grupo definido, vamos, y a mí esa experiencia no me tocó vivirla.

Muy bien, de los años que has tenido en el sindicato, ¿cuáles crees que hayan sido los mayores logros que se han dado a la fecha?, ¿cómo se ha beneficiado a los trabajadores?

Mira, cada comité ha tenido sus logros, sus avances, sus conquistas, en algunos de ellos que pudiera mencionar como destacados: la creación del fondo de pen-siones que fue en el 97 en la gestión del arquitecto Isaías, ese fue un gran logro para los trabajadores universitarios ya que garantiza nuestra jubilación dinámica, y a partir de ahí se ha venido cuidando e incrementándose su monto para que eso nunca vaya a fallar, y ojalá y siempre sea así, uno de los grandes avances ha sido

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ese. Otro es el mejoramiento del servicio médico que viene como resultado de la aportación que del fondo se destina a los servicios médicos, para que también tengamos un servicio de calidad, claro que a lo mejor puede haber algunas fallas, pero de hecho lo que importa es que el servicio médico no le cuesta ni un cinco, y eso está garantizado por la aportación, el porcentaje que se destina del fondo de pensiones. Otro de los grandes logros también es el reparto que se ha mejorado mucho de los útiles escolares y de los juguetes, pero principalmente los útiles, que se ha cuidado de que la calidad sea al 100%, y una conquista más también de mucha significación, es lo referente a las cuotas escolares, para los hijos de los trabajadores y los mismos trabajadores universitarios, eso ha costado porque ha habido cierta resistencia de parte de las autoridades educativas en el sentido de que no quieren respetar en ocasiones lo que dice el contrato de la beca, pero a través de la lucha se ha logrado que eso se respete y que al trabajador y a sus hijos no les cueste nada estudiar en la Universidad. Y por último, bueno pues el actual comité que estamos ahorita viviendo, el Dr. Oscar de la Garza, que pues ha mejorado sustancialmente todas las prestaciones de los trabajadores, sobre todo las que se refieren a eventos sociales, culturales, sin dejar a un lado la cuestión de canastillas maternales, la cuestión de los útiles escolares, de los juguetes, que ahora sí la gente está muy sorprendida por la administrada de la calidad y de la cantidad que se está disfrutando.

Hay una actividad en que has participado directamente, que es el curso de preparación de los hijos de trabajadores a espacios en educación de nivel medio superior. Cuéntanos desde tu experiencia, ¿desde cuándo se imparte este curso y tu participación en él?

Yo tengo a la fecha con este curso que acabo de terminar, tengo 13 años partici-pando en él, casi todos como encargado responsable de ese curso. Este curso es una conquista desde -no recuerdo si es del profesor Rodolfo de León o un poco antes- que se consiguió que ese curso se diera a los hijos, desde que se implemen-tó el examen de admisión a la prepas; ahora ya nada más se refiere a una asigna-ción del lugar en la educación media superior, pero el curso les sigue sirviendo a los muchachos en todo tiempo, porque van a reafirmar sus conocimientos de secundaria y que les va a permitir un lugar o una calificación para que el lugar que ellos quieran en la Universidad lo aseguren a través del curso. Este curso ahorita cuenta con las aulas de la Escuela Preparatoria 3, porque es el único lugar donde hay un espacio suficiente para albergar 20 grupos de alumnos, aproximadamente 45 alumnos cada uno, ninguna otra escuela tiene esa disponibilidad, porque es mucho espacio lo que ocupamos. El curso ha andado peregrinando por muchas escuelas porque unas nos prestaba tres salones; otra cinco; otra cuatro; estuvi-

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mos en Ingeniería Civil allá por el 2000; el 97 con Isaías estuvimos en Ciencias Biológicas, en Organización Deportiva, en FIME, en Arquitectura y en Ciencias Químicas con tres salones en cada escuela y así teníamos que hacer el recorrido para llevar a cabo el curso. Hoy afortunadamente esa escuela preparatoria nos aporta el espacio y el material didáctico que ya se utiliza. Es un curso, como te digo, que ayuda mucho a los jovencitos que buscan un espacio en la Universidad.

¿Cuál ha sido su nivel de alumnos aceptados?Ah, mira, es una complementación de la pregunta anterior. El nivel de acepta-ción de las escuelas preparatorias de este curso el año pasado –que fue el curso número 20, el vigésimo curso–, sacamos un 99% de aceptación y no fue el 100% porque el 1% restante se les asignó un lugar a los jovencitos, pero no aceptaron por la distancia o equis motivo, no acudieron a tomar la preparatoria. Entonces el año pasado podríamos hablar del 100%, pero en promedio ha sido un curso que se maneja con un aprovechamiento arriba del 90%; y nuestro trabajo es arduo porque en este año que terminamos el 31 de mayo, fueron 810 alumnos inscritos en el curso. De eso posteriormente vamos a tener un resultado a través de centro de evaluación, que vamos a ver ahí cuántos alumnos quedaron asignados a don-de ellos querían.

Respecto al curso que un inicio era para entrar los hijos de los trabajadores, ¿como cuántos años se tiene dando este curso?

Ahorita tenemos 21 años, éste que se terminó ahora en mayo fue el curso número 21.

¿Como ves tú desde toda tu experiencia el sindicato a futuro?Pues yo veo un sindicato, una organización, ahorita bien cimentada, bien funda-mentada. La visualización que yo tengo de la organización sindical es que por la cuestión de bases no hay ninguna falla, nuestros estatutos, nuestro reglamento, el Contrato Colectivo, todo es muy firme y muy preciso en el manejo, es la funda-mentación teórica. La realidad es que sabemos que hay muchos embates hacia las organizaciones sindicales a nivel nacional y a nivel mundial. Yo no puedo predecir qué vaya a pasar con el sindicato de aquí a cuantos años, pues es el futuro, pero sí te puedo garantizar que hay mucha gente que sí le gusta la camiseta sindical y sí es necesario que esté vigilante de los derechos de los trabajadores, debe de haber gente que siempre esté al frente del sindicato para que esté vigilante de lo que tenemos como sindicato; ahí está un fondo de pensiones que si no vigilan, quién sabe qué pueda pasar, está la cuestión de las becas que los directores siempre se han opuesto que sean al 100%, está un servicio médico que si no le picamos

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las costillas a la gente que está encargada, puede perderte mucho. Entonces el sindicato es necesario para sea garante en nuestras prestaciones, pero también hay que reconocer que hay embates, hay ataques, hay todo una política, hay una tendencia a nivel inclusive mundial de que los sindicatos sean de otra manera.

¿Qué te dejan tantos años en el sindicato? 12 años en el sindicato¿Qué me dejan?, mucha satisfacciones, el haber podido ayudar a mucha gente, con la humilde participación de un servidor he ayudado a mucha gente; mucha gente acude a uno porque solicita una orientación, porque requiere una solución en un problema laboral, porque requiere la intervención de un amigo para una beca que no se puede conseguir, porque hay veces que no le alcanza para un libro, problemas de servicio médico, jubilaciones. Todos esos detalles que hicimos a través de 12 años aquí, nos dejó una gran satisfacción de trabajo y sobretodo muchos amigos que los vemos muy sinceros.

Ramón, y sin ser tendencioso en la pregunta, los secretarios generales du-ran tres años y aquí hay mucha gente –y no lo digo peyorativamente ni mucho menos porque los considero la base del sindicato– que han tenido períodos de estancia muy larga en el sindicato, ¿a qué crees que se deba ese fenómeno?

Mira, la permanencia de muchos años de compañeros dentro del comité como asesores, o como se les quieras llamar, son producto de la misma necesidad que tiene la organización de contar con esa gente de experiencia, de sabiduría y sobretodo de lucha, porque hay gente que a lo mejor está sin hacer nada, pero hay gente que sí desquita, entre comillas, su permanencia en esta situación, y el mismo sistema universitario lo ve de alguna manera, eso verdad, fulano, sutano y el otro y el otro es gente que es necesaria ahí dentro de la organización. Se incorpora gente nueva tal vez al trabajo sindical, pero con el apoyo y con el auxilio de los que tienen muchos años, que son las enciclopedias dentro de la organización, y eso es bueno también, no que se enquisten ahí para no hacer nada, pero son necesarios.

Entrevista realizada por Mauricio Villa Amezcua el 13 de junio de 2013Transcripción realizada por Susana Acosta

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secRetaRios geneRales

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ángel maRtÍnez maldonadoPrimer Secretario General del Sindicato de Trabajadores

de la Universidad de Nuevo León (1964)

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Cuéntenos un poquito de la época de estudiante.Bueno, yo entré a la Facultad de Medicina cuando tenía 16 años, de hecho, cuando me tocó ser conscripto estaba en cuarto año de Medicina. Todo esto

empezó porque desde niño chiquito me pusieron en la escuela para acompañar a mi hermana, pero aprendí a leer y entonces me dejaron en la escuela, es así como entro yo muy joven a estudiar, pero bueno ese es otro cuento.

Mi padre cuando yo entro a la Facultad de Medicina en 1948, mi padre había muerto tres años antes; yo estaba en tercero de secundaria cuando murió mi padre y nomás estudié la preparatoria y entré a la Facultad de Medicina, porque antes eran dos años, hicimos dos años de preparatoria y finalmente hice mi carrera, empecé a hacer la residencia, pues se necesitaba para adquirir la especialidad. A mí me interesaba la cirugía, por supuesto, entonces hice mi residencia en Cirugía General, y cuando estábamos terminando la residencia nos habló el director de la Facultad de Medicina y nos dijo que si queríamos tomar algún grupo, que estaba por ahí con alguna vacante, y entramos a dar alguna clase y así fue como nos incorporamos a la docencia.

¿Cuál era el contexto social en ese momento en que usted empieza a dar clases?

En 1948 pues estábamos en la Posguerra, si bien México no participó para nada o mucho en la Segunda Guerra Mundial, pues sí tuvo algunos impactos aquí ¿verdad? Mi padre había muerto hacía algunos años, pues era muy sencillo, la vida era mucho más sencilla; no había televisión, en las casas había nada más un carro, en la mayoría de las casas nada más había un carro, no había dos, no se usaba que hubiera dos carros no; ahora uno para cada miembro de la familia, había un radio que se ponía en algún lugar de la casa en donde se escuchaban las noticias, eso era todo.

¿Cómo transcurre su tiempo de la docencia?Pues como siempre, siempre he sido algo inquieto más de lo que aparento (risas), entonces pues fui miembro del Consejo Universitario cuando era estudiante de

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Medicina como consejero estudiantil. Todavía la Universidad se reunía o estaba la sede de la Universidad en el edificio del Colegio Civil en el área en que estaban las ingenierías en el segundo piso, ahí estaba la Rectoría; ahí estaban las oficinas, el de la Rectoría, entonces ahí eran las juntas del Colegio Universitario, entonces ahí empezamos a tener contacto con estas cosas.

Acercándonos un poquito al tema, ¿Cómo se empieza a gestar toda esta idea de lo que terminó en el Sindicato de Trabajadores?

Bueno, yo era profesor de la Preparatoria 1 en ese tiempo, y de la Facultad de Medicina también era profesor, y entonces en ese tiempo empezó el rumor de que no iba a haber aguinaldo porque el gobernador había dicho que en ese año no se iba a poder pagar los aguinaldos. En ese tiempo la Universidad no era autónoma, no existía todavía la palabra autonomía en la Universidad de Nuevo León. Entonces los profesores de la prepa empezaron a preguntarse por qué sucedían estas cosas, por qué se tenía que depender de la decisión del gobernador para que hubiera aguinaldos, entonces empezó a haber reuniones, se encontró que había un gran descontento en el resto de la Universidad, y entonces se empezó a pensar cuáles eran las causas y una de las causas era que no había organización de parte de los trabajadores o de los profesores en la Universidad. Entonces, se gestó la idea de formar una asociación de profesores.

En ese tiempo se pensaba que se iba a formar una asociación de profesores, entonces se pidió que se nombraran delegados de las distintas facultades y es-cuelas, y hubo una reunión en la Facultad de Comercio donde se juntó la Asam-blea Constitutiva de la Asociación de Profesores, nombre provisional; y ahí se inició la reunión y luego duró un día, un día y medio, y como consecuencia de esta reunión, se decidió que lo que se tenía que formar no era una asociación de profesores, sino que era necesario formar un sindicato. Esta razón, esta situación fue la que a la postre originó que cuando se formó el sindicato tuvimos que levan-tar todavía la opinión individual de cada posible miembro del sindicato, porque no se iba a afiliar todo mundo automáticamente. Entonces la junta se desarrolló normalmente como se desarrollaban esas juntas, y luego se decidió –ya casi al final– que en realidad fuera un sindicato, ¿cómo se iba a llamar? pues Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Nuevo León, y por tal razón pues habría que invitar también a que se afiliaran a este nuevo sindicato pues todos los trabajado-res, independientemente de cuál fuera su papel dentro de la Universidad.

Para entonces había bastantes problemas en los trabajadores de la Universidad, porque muchos de ellos no ganaban ni siquiera el salario mínimo, en el Hospital Civil, en el Hospital Universitario, pues una buena parte de los trabajadores no ganaban el salario mínimo, imagínese, nada más. Tampoco había alguna prestación que fuera universal para los trabajadores de la Universidad, sino simplemente

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había arreglos con las distintas direcciones de cada grupo y cada grupo obtenía algunas cosas, pero no se podía hablar de servicios médicos y no se podía hablar porque no había nada de fondos de auxilio, de esas cosas que se acostumbran en los sindicatos, que entonces se acostumbraban mucho en los sindicatos, yo me imagino que todavía.

Entonces se decidió que fuera Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Nuevo León y había que nombrar un comité ejecutivo que duraría en su encargo un año, mientras se hacían los estatutos y los reglamentos básicos que había que hacer para darle estructura a este ente que era el sindicato. Y que durante este año se hicieran las cosas mínimas para conseguir primero la afiliación de los miembros, luego establecer los estatutos, porque había que establecer los estatutos para que se señalara cuál iba a ser la cuota, cómo se iba obtener la cuota, en fin, todas esas cosas, las elecciones; había que hacer un reglamento de elecciones, en fin había que hacer muchas cosas de organización.

Entonces se formó el sindicato, me eligieron secretario general que duraría en el encargo un año, porque no se sabía todavía qué iban a decidir los estatutos. Entonces el encargo que se nos dio al comité ejecutivo fue pues estructurar al sindicato, entonces en ese año lo dedicamos a hacer los estatutos, ahí empezaron las oposiciones luego, luego. Se identificó un grupo que encabezaba Pedro Treviño, que era un arquitecto ingeniero y que él se oponía mucho a las cosas de la Universidad, amigo del grupo global que estábamos en estas cosas; no importó, poco nos asustaban las oposiciones. Finalmente se formó el sindicato, entonces había que avisarle al rector, había que avisarle a cada uno de los posibles miembros.

El trabajo este no fue hecho por Ángel Martínez Maldonado ¿verdad? muchas cosas sí, pero muchas otras cosas las hizo un gran grupo de trabajadores de gentes que pensaban positivamente de la nueva organización y ayudaron muchísimo para repartir el trabajo; hubiera sido un trabajo monumental para solamente el comité ejecutivo, entonces ayudó mucha gente. Teníamos reuniones todos los días con gente muy connotada, muy distinguida. Para formar los estatutos se tomaron como base los estatutos de otras organizaciones sindicales que teníamos a la mano; no había ninguna de la Universidad, ninguna universidad tenía sindicato, entonces fue necesario acoplar muchas cosas para poder hacer los estatutos. Se gestó la idea de una asamblea general representativa ¿por qué representativa? porque no se podía contar con que fueran todos los trabajadores a una reunión del sindicato, entonces tenía que ser una asamblea general representativa, con un representante por cada equis número de trabajadores.

Entonces una vez que estuvieron el proyecto de estatutos, hubo que comprar un mimeógrafo para imprimir, bueno, hubo que comprar todo; antes tuvimos que comprar los muebles para poner la oficina en un aula que nos prestó la prepa 1

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y pusimos una oficina en el aula que estaba en la mera esquina de 5 de mayo y Colegio Civil en el segundo piso. Ahí se puso la primera oficina del sindicato, ahí estábamos todos los que nos habían nombrado secretarios, el comité ejecuti-vo, había un escritorio para fulano, sutano, mengano, Rolando estaba en uno de ellos, Horacio Salazar estaba en otro y así distintas gentes.

Y entonces hubo que ir a comprar los muebles cuando todavía no había nin-guna cuota. Los muebles pues nos dieron facilidades, nos dieron tiempo, total, compramos los muebles, pusimos ahí las oficinas y empezamos a reunirnos, eran reuniones muy agradables porque iba gente muy talentosa, un Vicente Reyes Aurrecoechea, gente muy serena y talentosa: el doctor Rodrigo Barragán, mucha otra gente, Horacio Salazar, Rolando, en fin, toda esta gente que trabajaban o que han trabajado siempre con mucho entusiasmo. Entonces, hubo también que pe-dirle al grupo que era necesario que individualmente se les preguntara a cada trabajador si estaban de acuerdo en formar parte de una organización sindical, los trabajadores generales de la Universidad fue mucho más fácil.

Yo creo ellos estaban más deseosos que los profesores de que se hiciera una organización que pudiera representarlos y facilitarles muchas cosas, por supuesto que se tenía como principio que el sindicato debería ser un organismo indepen-diente, pues ya estábamos muy consientes de lo que la mayoría de los sindicatos eran en ese tiempo, creo que todavía. Había que mantener la autonomía del sindi-cato y la independencia de otras organizaciones y cuándo decirse los secretarios de los comités ejecutivos con toda probidad y sin hacer nexos en lo oscurito, ese tipo de cosas. Eso es lo que se pensaba.

Nosotros duramos un año y, como le digo, se nos fue la mayoría de tiempo en la organización, pues ese era el objetivo, pues ¿quién podía organizar el sin-dicato? ¿quién podía darle unos estatutos? ¿quién podía darle los reglamentos? ¿quién podía darle los primeros pasos para estabilizar? Por eso se estableció así rápidamente un reglamento fondo de auxilio, se estableció un fondo de auxilio; la Rectoría estuvo siempre de acuerdo, digo, nos facilitó mucho que el rector que en ese momento era Alfonso Rangel, pues nunca fue contrario de la idea del sin-dicato.

Entonces sí nos pidió nada más que “tráiganme una hoja individual por cada miembro que llegue a afiliarse al sindicato”, pero sí debíamos contar con él, con ellos, con la ayuda de la Universidad para que cobraran las cuotas, para que re-tuvieran las cuotas antes de pagar, para no estar cobrando individualmente, eso no era lo más importante. Créame que en ese tiempo no pensábamos mucho en esto de las cuotas; yo estoy seguro que la mayoría de quienes quedamos en este primer comité ejecutivo, lo hicimos sin ninguna aspiración a algún premio econó-mico, vaya, no se pensaba en el dinero para nada.

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Con esto que nos comenta, todo es parte de la historia, pero usted doctor ¿por qué meterse en un trabajo tan intenso? ¿cuál era su sentir en ese mo-mento? Porque obviamente esto consume una gran cantidad de tiempo ¿le afectó en su cuestión familiar, el trabajo? ¿por qué meterse tan de fondo y tan de lleno a una empresa tan demandante?

Hay que recordar que los jóvenes y en ese tiempo pues todos éramos jóvenes, hace 50 años yo tenía 31 años, y entonces a esa edad como que las cosas se ven más fáciles y tenía uno muchas ideas muchas ilusiones, de que la organización de las personas era fácil y era una tarea que valía la pena.

¿Fue difícil para usted personalmente lo que fue este inicio y el año que pasó?

Pues sí porque había que reunirse todas las noches, había que dedicarle mucho tiempo a las mil cosas que hay que hacer, como le digo, esto no es trabajo de Ángel Martínez Maldonado ni fue el resultado del trabajo mío personalmente ¡qué esperanzas! aquí participó mucha gente y mucha gente entusiasta que le metió todas las ganas.

¿Cómo comulgar tantas ideologías en este momento?, porque en el sindicato confluyen una cantidad de maneras de pensar y líneas políticas.

Como le digo, platicando con la gente y podíamos convencerla, yo entrevisté personalmente a casi todos los profesores de la Facultad de Medicina, algunos me dijeron que no y otros que sí; y los que me dijeron que sí me firmaban y llenaban una carta donde aceptaban a ser miembros del sindicato.

¿Había miedo en ese momento de formar un sindicato?Yo nunca lo advertí, sí advertí en alguna ocasión; recibí a una persona muy connotada entre el gremio minero de aquí de Monterrey que me fue a ver para decirme que el señor gobernador desearía que no se formara el sindicato en ese momento, pero tuvimos que decirle que no, que esa era una comisión que nos había dado un grupo de profesores y que seguiríamos trabajando con eso. Fue el único momento en el que yo sentí alguna injerencia de alguna autoridad, a lo mejor ni siquiera la autoridad pidió eso y simplemente fue una gestión individual de esta persona, ya fallecida por cierto.

Yo no llegué a sentir ninguna presión, empezaba a haber después noticias pe-riodísticas como las que conocemos en Monterrey que empezaron a combatir el comunismo, que esto era más que una llegada del comunismo a la Universidad, lo cual estaba muy lejos de mi pensamiento. Yo sé que muchas de las gentes que formaron parte del comité ejecutivo y que siguieron trabajando en pro de esto,

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era gente que eran comunistas, también había mucha gente que era puramente universitaria, puramente priísta, no hubo así grupos. Yo pienso que los problemas ya políticos del sindicato empezaron después, un año dos años después.

Termina su año ¿qué sigue de ahí para usted? ¿Qué es lo que pasa? ¿Cómo entrega?

Bueno, pues entregamos el sindicato a Rolando Guzmán. Para entonces ya tenía-mos una asamblea general representativa, ya teníamos un reglamento de elec-ciones, ya se sabía cuánto tiempo más o menos, creo que dos años iba a durar el secretario general, el comité ejecutivo, no sé si ahora sea más, pero eran dos años, ahora son tres, bueno muy bien.

Yo seguí mi carrera como profesor. En un momento dado yo fui designado director de la escuela Preparatoria 1 y fui director de la Preparatoria enseguida del ingeniero Domingo Treviño, yo fui director de la preparatoria. Ahí me encontré una preparatoria muy atractiva, pues yo conocía muy bien a los profesores, esa era una escuela preparatoria buena con los profesores muy activos, muy univer-sitarios, y a mí siempre me apasionó mucho el estar en contacto con la docencia, entonces pues fue buena experiencia, muy agradable para mí. Sí tenía mucho contacto personal, pues con muchas gentes que estaban en la Universidad, que estaban en el sindicato y que platicábamos siempre de los asuntos del sindicato, entre ellos Rolando.

Él mencionaba en la entrevista que le hicimos en el 2012 que una parte muy parte de que se generara confianza en la inscripción de trabajadores fue que usted estuviera en ese trabajo de convencimiento, y que gracias a al-guien como usted que fue una persona de prestigio moralmente hablando y profesionalmente, se ayuda a gestar el sindicato. A 50 años el sindicato se empieza con una petición muy concreta que era el aguinaldo, el día de hoy hay más de 200 cláusulas.

Y hay servicio médicos, tienen un edificio de servicios médicos ahí detrás del Hos-pital Universitario, tienen aguinaldo seguro, tienen otro tipo de prestaciones, ayu-das para comprar casa. Los servicios médicos son muy importantes, los servicios médicos en la Universidad son tan importantes como es el Seguro Social para este país, porque si la gente no tiene servicios médicos, la preocupación por la salud o los problemas que genera un enfermo en la familia son muy grandes, son muy serios. El Instituto Mexicano de Seguro Social ha sido un amortiguador social del país como el Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Nuevo León y los servicios médicos de la Universidad son un amortiguador de los problemas de los trabajadores.

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¿Cómo ve, perdone la expresión pero lo voy a decir así en un término muy coloquial, cómo ve a su bebé? porque prácticamente estuvo en la gestación de este sindicato.

Yo lo he visto siempre bastante bien, sé que han tenido problemas que cuando una Institución crece así mucho, aparecen muchos problemas que uno ni se imaginaba que iban a surgir, pero yo lo veo bien. Yo creo que en general, no en general, sino por donde uno le busque, uno lo vea, ha sido de gran ayuda para los trabajadores. Tiene que haber de todo, de dulce, de chile y de lo que usted quiera, pues tiene que haber de todo, en todo grupo humano hay una gran diversidad.

¿Se imaginaba en algún momento el alcance que iba a tener cuando usted inicia?

Yo creo que sí, yo pensaba que iba a durar y que iba ir adquiriendo con el tiempo más razones para tener un contrato colectivo de trabajo para tener ya más reglamentos, más cláusulas de ayuda a las personas, a los miembros del sindicato. Y me acuerdo que cuando sacamos la convocatoria para la primera asamblea general representativa, estaba yo en mi consultorio y estaba yo viendo uno de los carteles que habíamos impreso para poner en las facultades y convocar a la asamblea general representativa. Ya estaban formadas las secciones sindicales la mayoría de ellas, ya tenían un comité ejecutivo ya se tenían las listas de los miembros, en fin, ya hubo que elegir uno por cada. No recuerdo si era uno por cada 10 o cada 20 trabajadores, y estaba yo revisando eso y de pronto entró en mi consultorio un amigo mío, un profesor de la Facultad de Economía, y me dijo “¿qué estás haciendo?”, “pues estoy viendo esto”, porque me pescó, yo estaba muy concentrado viendo el cartel, pero yo estaba pensando “¿qué hicimos? ¿A dónde va llegar lo que estamos haciendo?” Y estuvimos platicando sobre eso ahí en mi consultorio y a mí me da mucho gusto de que haya subsistido, porque creo que ha sido una gran ventaja para los trabajadores; creo que le cambió la vida a todo mundo, digo la vida universitaria.

¿Qué mensaje le daría a los universitarios, a los sindicalizados a 50 años de la fundación de su sindicato?

Que sigan adelante y que no lo descuiden nunca, que lo cuiden, que lo arropen y que participen muy activamente en todos sus quehaceres porque deben ser muchos y algunos muy ingratos y otros muy gratos, pero, bueno, así hay que estar en todo.

Entrevista realizada por Mauricio Villa el 15 de noviembre de 2013Transcripción realizada por Erika Flor Escalona Ontiveros

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Rolando guzmán floResSecretario General del primer Comité Ejecutivo electo

por los trabajadores para el periodo 1965-1967

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Estamos con el licenciado Rolando Guzmán Flores, primer Secretario Ge-neral electo del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Nuevo León; licenciado Rolando Guzmán Flores, ¿Cómo surge la idea entre los

trabajadores universitarios de la década de los sesenta de constituir un sindi-cato?Bueno, la idea empieza con una necesidad expresa que tuvimos los trabajadores, particularmente los docentes de preparatoria, que se nos pagara un mes de agui-naldo como lo establecía la Ley Federal de Trabajo y que ya era una necesidad y un derecho que habíamos tenido, lo cual nos fue negado en un primer momento por el entonces Gobernador del Estado, Eduardo Livas Villarreal. La idea de las autoridades políticas y las autoridades de la Universidad era mantener a los tra-bajadores de la Universidad en la ignorancia en cuanto a los derechos que los tra-bajadores tenían y que ya estaban en condiciones de reclamar, entonces esto fue lo que hizo que estallara una idea muy clara de que teníamos que organizarnos y teníamos que reclamar los derechos que teníamos, y que no se los estábamos pidiendo como dádiva, sino directamente como un derecho.

¿De entre los trabajadores también hubo oposición?Sí claro, a veces pensamos que no íbamos a llegar a la fecha de la fundación de una organización. En un principio fue una organización incipiente de trabajadores como asociación de trabajadores, sin que se soñara que podíamos llegar a conformar un sindicato, sino que muchos nos conformábamos con que fuera una asociación, pero fue tal la oposición de la derecha universitaria, pues que finalmente nos decidimos a tomar la decisión de que ya se constituyera una organización que defendiera los derechos de los trabajadores. Entonces aquí fue cuando se parchó la idea y la organización sindical, y finalmente y afortunadamente nosotros obtuvimos el apoyo de la gran mayoría de los trabajadores. Nos dimos a la tarea de buscar una personalidad, compañeros que pudieran con su prestigio defender el derecho a la constitución del sindicato, entonces esto se dio con un grupo que en aquel momento fue un grupo muy prestigiado que encabezaban por lo menos

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tres grandes personalidades, uno de ellos era el Dr. Ángel Martínez Maldonado, hijo de aquel famoso luchador incansable, médico que se llamó Ángel Martínez Villarreal; el otro fue Vicente Reyes Aurrecoechea, que era de una estirpe de un grupo de personalidades, encabezados por los Reyes Aurrecoechea, aunque claro el más importante fue Vicente Reyes, aunque estaba también pues su hermano el maestro Alfonso Reyes Aurrecoechea; y finalmente un personaje que se dio a conocer en ese momento como un agente importante y como un agente de una gran fortaleza importante, el maestro Barragán, hijo de don Manuel Barragán, que callado, callado, pero con sus votos él guiaba la conducción del sindicato; y que cosa tan curiosa, por acá estábamos los que discutíamos, los que proponíamos y los que hacíamos que la gente escuchara nuestras opiniones, pero por allá había una persona que con su pura mano guiaba y levantaba la idea de cómo debía ir organizando este grupo de trabajo.

Este grupo, como ya lo dije hace un momento, encabezado por Ángel Martínez Maldonado, Reyes Aurrecoechea y por los Pérez de Alves, y por médicos y personalidades que no querían estar con la derecha, eran gente que seguía la ideología de Martínez Villarreal; y que este grupo pues desde luego que iba a estar siempre con la fuerza y vitalidad de quienes finalmente iban a ser los que conducirían la lucha política sindical.

¿Usted mismo formó parte de esa directiva?Claro que sí

¿Que secretaría ocupaba?En la primera intención hubo una organización incipiente que todavía no era un sindicato; era una asociación sindical y nos fuimos organizando. El Secretario General era, como ya lo dije, el Dr. Ángel Martínez Maldonado; y el segundo era yo como Secretario de Trabajo y Conflictos de los trabajadores de la Universidad.

Ese movimiento que ustedes organizaron, fundamentalmente académico nos dice usted, también tuvo la brillante idea de integrar a los trabajadores administrativos.

Claro, qué bueno que lo expresas así, porque realmente fue una brillante idea de haber volteado a ver a los trabajadores que realmente tenían derechos, que estaban olvidados, y que si nosotros hubiésemos hecho caso a la gente de la reacción, que eran una parte muy reconocida en el sindicato de la Universidad, hubiéramos hecho caso de los que decían que no teníamos por qué revolver a trabajadores académicos con trabajadores de pues, anuales, intendentes, sino que deberíamos integrarnos todos para conformar un sindicato; brillante idea,

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brillante idea porque se formó un sindicato y ese sindicato llegó a expandirse por todo el país. La idea del sindicato de la universidad si la buscamos tiene en la Universidad su inicio, en la Universidad de Nuevo León, pero tiene una gran red de personalidad que siguieron a este sindicato, fundamentalmente de la UNAM, pero también de Jalisco, de Tabasco, de Veracruz, en fin, fue creciendo con mucho éxito.

Para los que hemos leído de la historia del sindicato, usted fue el primer Secretario General electo por los trabajadores y a quien le tocó firmar el primer Convenio Laboral.

Sí, se dice frecuentemente de que yo fui el primer Secretario General del sindicato, lo cual desde luego yo lo veo con mucho placer y me siento orgullosos de que se hable así; sin embargo, el que le dio importancia, vida y una gran fortaleza al sindicato y al sindicalismo fue Ángel Martínez Maldonado, un gran personaje de esa familia, los Martínez Villarreal, y que resistió grandes embates en contra sobre todo de los médicos reaccionarios de la derecha de la Universidad que por ahí andaban rondando; y tuvimos la capacidad para hacer que se sintiera la fuerza de los trabajadores. Y cuando estoy hablando de los médicos, de los profesores, de los intendentes, de todos los trabajadores y hay gentes muy conocidas, que por cierto, no voy a decir su nombre porque sería oportunista, pero en estos últimos dos, tres días, salió uno de los que más combatieron al sindicalismo de la Universidad.

Bueno, es importantísima la pregunta porque en primer lugar ya existía una ley que amparaba a los trabajadores de la Universidad, sobretodo la Ley Federal del Trabajo, en donde estaba plasmado aquel principio que nos daba derecho de tener un aguinaldo y otras prestaciones en la Ley Federal del Trabajo. Esto fue clarísimamente defendido por esos principios legales, y segundo porque había ya en el ambiente de la vida política de la Universidad un sentimiento de defensa hacia el trabajo y hacia los trabajadores de la Universidad.

Después de 48 años de existencia, ¿considera usted que el sindicato ha cumplido con las metas trazadas por sus fundadores?

Claro que sí, yo diría que en algunos momentos fue difícil comprenderlo y que hubo grupos que se opusieron a la fundación, al crecimiento y al derecho de los trabajadores, a existir como fuerza política y como fuerza que nos diera lo que nos dio y lo que tenemos ahora, pero yo creo que finalmente triunfamos; nunca, nunca desfallecí yo personalmente por estar a favor del sindicato y de la fuerza de los sindicalistas, porque no todos eran sindicalistas, eso hay que comprenderlo muy bien, pero los que sí fuimos sindicalistas, aquí estamos.

En primer lugar, yo creo que deben luchar porque las prestaciones que están tejidas alrededor de la Ley Federal de Trabajo sean efectivas y sean parte de

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ese deseo de progreso que debe de haber en toda la Universidad en cuanto al sindicalismo se refiere, y eso se ve y se seguirá viendo en el ámbito de la vida política-sindical. Yo nada más quiero hacer referencia y perdonen que se los diga tan descaradamente, nada más quiero hacer referencia a eso, como especie de monumento: el busto que colocaron los trabajadores, ¡los trabajadores!, allí en el edifico del sindicato, que eso para mí es un honor y debe de serlo para todos los trabajadores, que haya una defensa y que haya un reconocimiento a esa vida del sindicalismo, que es la vida de todos los trabajadores de la Universidad.

Finalmente, licenciado, usted estaría de acuerdo que, en las condiciones actuales, los sindicatos no solamente deben de pelear.

Que si no participamos como fuerza pública en la vida para hacer grandes los linderos, debe participar todo el sindicalismo y todos los trabajadores de la Universidad, y aunque no sean de la Universidad deben de estar trabajando, deben de estar defendiendo esos derechos, que finalmente son derechos de todos los trabajadores que están en la Universidad, sean o no sean trabajadores sindicalistas.

Algunas palabras finales en relación a su trayectoria sindical y para quienes también han ocupado dirigencias en estos 48 años de nuestro sindicato.

Pues qué puedo decir, en ningún momento, y lo digo con cariño y con respeto, en ningún momento he dejado de luchar en favor del sindicato y del sindicalismo, y me refiero a todos los años; y cuando por alguna razón no he podido, por cuestiones de salud, estar en estas reuniones estatales del sindicalismo, no lo he hecho, pero casi siempre ha sido en contra de mi voluntad, o sea que yo siempre he estado en la lucha por el sindicato y lo seguiré estando mientas vida tenga.

Entrevista realizada en julio del 2012Rolando Guzmán Flores falleció el 9 de diciembre de 2012

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caRlos Ruiz caBReRaSecretario General en el periodo 1969-1971 y Secretario General provisional del 23

de enero al 5 de febrero de 1973. Es, además, autor de los libros Poder y lucha sindical: 1949-1971, y Hombres y Voces de la UANL, entre otros.

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Platícanos un poco de tu incursión en la Universidad y después cómo te integras a la vida sindical.Yo empecé trabajando en la Universidad en 1962-1963 como Director de la

Librería Universitaria El Deslinde; un año después me integro como profesor de Fi-losofía en la Preparatoria No. 2, donde me desempeñé por el resto de los días que me tocó vivir en la Universidad. Cuando se funda el sindicato de la Universidad, yo era maestro de la Preparatoria No. 2 y también Director de la Librería Universitaria El Deslinde, y era alumno de la Facultad de Filosofía y Letras; y ahí nos enteramos que se estaba fundando el sindicato por medio de las convocatorias que se expi-dieron y los dos representantes maestros de la facultad a la asamblea constitu-yente, pues eran maestros nuestros, de tal manera que teníamos un intercambio de información y de opiniones muy cercano. Y cuando se fundó el sindicato en 1964, el acuerdo que quizá más transcendió de la fundación del sindicato, fue el de invitar a los trabajadores no docentes para que se integraran al sindicato. Entonces fue necesario llevar a cabo una labor entre todos los trabajadores no docentes para que firmaran una solicitud en la que daban su aquiescencia para que fueran miembros de la organización; a mí me tocó andar en la Rectoría reco-rriendo los pisos y repartiendo volantes y esas formas para que los trabajadores las firmaran aceptándose miembros del sindicato. Un hombre que jugó un papel fundamental ahí fue el licenciado Vicente Reyes Aurrecoechea, un sindicalista de corazón; don Juan Quintanilla, que era el jefe de la imprenta, ellos aportaron el peso de su presencia para que la gente no tuviera temor y aceptara el ingreso al sindicato con mucha naturalidad.

¿Cómo era el contexto histórico para que existiera este temor?Cuando digo esto de que los trabajadores no tuvieran temor, porque muchos lo tuvieron y firmaron al último, ¿por qué?, porque aunque había autoridades pro-clives al sindicato, el Rector era el licenciado Alfonso Rangel Guerra, de todas maneras la publicidad que se había en el exterior y en algunas direcciones de escuelas y facultades de que se iba a filtrar el comunismo en la Universidad, etcé-

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tera, recordemos que es la etapa del anti-comunismo, no sólo aquí sino en todo el mundo; eso llevaba a algunos trabajadores a ser muy prudentes y no tomar con el calor que otros tomaron su ingreso al sindicato. Entonces después de ese evento, nosotros en la facultad me acuerdo que dimos gritos de alegría cuando supimos que había vencido la corriente que defendía que esto fuera un sindicato y no una asociación de profesores, como pretendía otra corriente de maestros; entonces nos pusimos muy felices porque nosotros también considerábamos que era la posición más avanzada y más correcta para una organización de este tipo. Cuando el sindicato se empieza a construir, fueron muchas las dificultades que se vivieron; recordemos que la asamblea constituyente fueron 64 miembros los que asistieron como delegados que acordaron que se funde el sindicato, y se fueron a sus casas y ya; y el comité ejecutivo quedó por hacer la tarea, nada más le dijeron “bueno te facultamos para que elabores unos estatutos, un reglamento de elecciones, convoques a unas elecciones generales y ahí vamos a aprobar o reprobar los estatutos”, y así se hizo.

De modo que el primer comité ejecutivo que presidió el Dr. Ángel Martínez Maldonado, el primer Secretario General que existió, electo por los 64 delegados que asistieron a la Facultad de Comercio y Administración, él fue el primer Secre-tario General; se vienen a la Preparatoria No. 1, hablan con el ingeniero Domingo Treviño, otro sindicalista por fortuna, hablan con él para pedirle un espacio dónde poner oficinas, porque no tenían nada; y ya les asignó un aula del ala sur en la par-te superior en la pura esquina del Colegio Civil y 5 de Mayo, y el sindicato estuvo ahí muchísimos años. Cuando el sindicato entra en su fase inicial desde que se proyecta, es preciso reconocer que en los comunistas de la Universidad fueron los que realmente le dieron calor a esa idea; Rolando Guzmán en primer lugar, que él si era miembro del Partido Comunista; el Dr. Ángel no. Entonces Rolando tenía un despacho donde estaban el licenciado Antonio Estrada, Oscar Guajardo, etcétera, y ahí asesoraban a gente humilde en sus problemas y ahí también ellos llevaron a cabo una labor de mucho peso de mucha importancia para que el sindicato se lo-grara fortalecer, entre estudiantes y entre maestros. Por ejemplo, para que se le dé toda la validez a este comentario, a mí me llevan al Partido Comunista; me invitan y yo acepto entrar desde 1964, porque nosotros habíamos hecho un movimiento en la facultad y ahí nos vieron quiénes éramos los líderes y nos invitaron a mí, a Miguel Covarrubias, a Silvia Mijares y, de los que tengo en primera instancia en la memoria, entonces ya no éramos [inaudible] los estudiantes con los maestros y todo; e hicimos después un equipo y fundamos una célula, ya estaba integrada, que se llamaba Ángel Martínez Villarreal. Entonces yo me integré la vida sindical muy pronto, me desempeñé como Secretario de Prensa suplente en los tiempos en que era titular el Ingeniero Ulises Leal Flores, que después será rector.

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¿Entonces el primer Secretario General no fue Rolando Guzmán Flores?Se ha puesto en el tapete la discusión varias ocasiones e incluso se comete el error de decirlo públicamente que el primer Secretario General del sindicato fue el licenciado Rolando Guzmán Flores, no es así; el primer Secretario General del sindicato fue el Dr. Ángel Martínez Maldonado. Ahora, se le ha agregado posteriormente que Rolando es el primer Secretario General electo, pero habría que agregar que el primero de ser electo en un proceso eleccionario abierto entre todos los trabajadores; porque el doctor Ángel también fue electo, pero electo por la asamblea constituyente por los 64 delegados que asistieron a la asamblea, no lo podían elegir más porque no había, no había nada [interrupción] Entonces, en rigor, ¿cómo qué hay que razonar este proceso? El primer Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Nuevo León fue el Dr. Ángel Martínez Maldonado, electo por la asamblea constituyente el 5 de febrero de 1964, por los 64 delegados que constituyeron esa asamblea. El Dr. Ángel va a durar un año en su ejercicio porque así se lo mandó la asamblea constituyente. En ese comité ejecutivo el licenciado Rolando Guzmán era el secretario de conflictos. Al año se convoca, después de que se aprueban los estatutos y el reglamento de elecciones, a una elección abierta de todos los miembros, y en ese proceso resulta electo el licenciado Rolando Guzmán Flores, de tal manera que como se comenta, el licenciado Rolando Guzmán Flores es el primer Secretario General electo en una elección abierta, pero el primer Secretario General del sindicato, repito, fue el Dr. Ángel Martínez Maldonado.

En este contexto, y que te tocó vivirlo, ¿cuáles fueron los antecedentes de la formación del sindicato?

Bueno, me voy a retroceder un poco, el sindicato surge en el 64 pero ya había tres precedentes, uno que encabeza el ingeniero Guadalupe Lozano, que fracasa porque se atenían a la buena voluntad del gobernador; van y se lo plantean y el gobernador pues los manda por un tubo; había habido otro anterior que encabeza el licenciado Vicente Reyes; van con el rector, con el gobernador, ya era gobernador, el licenciado… miento, era Rector el licenciado Raúl Rangel Frías, le comentan la intención que tienen de formar una organización, dicen ellos, pero tampoco el licenciado Rangel Frías va a aceptar que en la Universidad hubiera un sindicato. El licenciando Rangel Frías, en una entrevista que yo le hiciera posteriormente, me va a decir que era tanto el apremio económico que tenía la Universidad, que no vislumbraron la importancia que tenía el fundar una organización como ésta, entonces después de esos precedentes que son las causas realmente, el motivo fue lo de siempre ¿no? el aguinaldo famoso. Un grupo de maestros de la Preparatoria 1 se reúne y decide ir con el licenciado Livas Villarreal, que era el gobernador, a

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pedirle un aguinaldo, porque ya lo tenían los trabajadores del Seguro Social, que ya lo tenían los maestros del TEC y sólo los de la Universidad no lo tenían; estamos hablando ya del 63. Se van con el licenciado Livas y ahí varias anécdotas que no viene al caso contar, pero también el licenciado Livas les niega esa posibilidad de ni siquiera darles una quincena de aguinaldo, que era lo que pedían los que fueron; ahí iban Rolando Guzmán, iba Vicente Reyes, Manir González Martos y otros maestros. Cuando se da esa negativa del licenciado Livas, ellos a fines del 63 se vienen a la Preparatoria 1 y se reúnen con otro grupo de maestros más amplio y deciden ya no pedir limosna, sino constituirse en una organización que ya no sólo solicitara, sino que exigiera lo que le correspondía por ley. Y en la Preparatoria 1 se empieza a gestar la fundación del sindicato, se elaboran las credenciales para que los delegados se dieran de alta en FACPYA, se hacen comités de propaganda que van a todas las facultades y escuelas, a la misma Facultad de Medicina y Hospital Universitario para invitar a la gente; y era muy importante porque se tenían que reunir en sus escuelas y facultades para elegir a sus delegados, uno por cada 12 miembros. Entonces desde un principio la base trabajadora tuvo que tomar conciencia de lo que se estaba haciendo, porque por ejemplo, si nosotros mandamos de delegado al licenciado Manir González Martos, pues nosotros lo elegimos en la Prepa 1. Entonces con esto quiero demostrar que no fue como luego se va a decir: un proceso donde dos tres se les ocurrió y se reunieron, no, no; fue un trabajo de base que va a ser tan firme que cuando cuatro años después se le quiere destruir al sindicato por medios legales e ilegales, pues no va a ser posible porque la gente tiene mucha conciencia de que este organismo le hace falta.

De lo que le debe este sindicato, sin gran palabrería, lo que le debe a Ángel, a Rolando, a Horacio Salazar, y en este caso me voy a incluir a mí, porque ya después va a ser fincar sobre lo que esos cuatro periodos vamos a, vamos… también tengo mucho interés en establecer para quienes vean este trabajo lo que esta organi-zación le debe a los primeros cuatro comités ejecutivos, que fueron los primeros comités que van a resistir la embestida básicamente de los gobiernos estatales y de las rectorías. Recordemos que en ese entonces a los rectores los nombraba directamente el gobernador, sin ningún filtro; a Ángel Martínez Maldonado, el primer Secretario General del sindicato, esta organización y sus trabajadores le deben el haber estructurado la base legal y jurídica de la organización, prueba que tenemos los mismos estatutos, hay con una u otra enmienda que se le ha hecho. Ángel va a ser el pilar para que esta organización acordara en los plazos que la asamblea constituyente le marcó, aprobara los estatutos del sindicato y aprobara el reglamento de elecciones, se le va a dar la estructura jurídica en la cual el sindicato va a basar todo su proceder posterior; con Ángel se va a hacer el primer reparto de juguetes, se van a dar los primeros útiles escolares, se va dar el

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primer paso para que en el Hospital [Universitario] nos atendieran médicamente; a Ángel y su comité ejecutivo en un año van a crear la base sobre la cual los demás vamos a venir construyendo. A Rolando Guzmán Flores, como Secretario General, le debemos algo que si no se hubiera logrado anduviéramos en el aire; se le debe el reconocimiento legal, la bandeara que tomó Rolando fue el reconocimiento legal del sindicato, porque existíamos pero sin ningún fundamento legal. Rolando se da a la tarea de hacer un trabajo intensísimo, incluso sacrificando su vida per-sonal para que pudiéramos dar una batalla de tal manera importante, que llegó la organización a hacer el primer paro sindical para que se nos reconociera como organismo sindical legalmente constituido.

A ese comité ejecutivo le debemos las presiones que la prensa local, básica-mente el periódico El Norte, les dirigía sin ninguna base; lo único que queríamos era tener derecho a organizarnos. A ese comité ejecutivo que preside Rolando también le debemos un hecho importante porque va ampliar la base sindical nu-méricamente, va a hacer la adscripción al sindicato de los trabajadores del Hospi-tal Universitario, porque ellos van a ingresar aquí hasta el 66, y va a ser necesario trabajar entre la gente para que aceptara, que aquí los trabajadores podían per-tenecer a la organización porque eran miembros de una institución universitaria. Dicho así es muy fácil, pero había una gran dificultad; resulta que en el hospital había una organización sindical que se llamaba Unión de Trabajadores del Hos-pital Universitario y que pertenecía a la SENOP; imagínense ustedes lo que era arrancarle a la SENOP un pedazo de su membresía. Entonces fue realmente difícil, se tuvieron que hacer muchas asambleas previas y muchas de ellas, déjeme de-cirle, hacerlas sin que se socializaran por miedo a que alguien dijera y se echara a perder el plan; ese paso pues se lo debemos a Rolando. Ya cuando Rolando sale, sale con un gran reconocimiento sindical, con el sindicato en pujanza, recién re-conocido legalmente, registrado en el Tribunal de Arbitraje para los trabajadores al servicio del Estado. No cesaba desde luego la intención de las autoridades de Rectoría, ya estaba el licenciado Elizondo de rector –que después va a ser gober-nador–, de destruir el sindicato, porque eso jamás lo va a abandonar.

Era muy sencillo, entraba un trabajador nuevo, iba a la rectoría, iba la departa-mento de personal y firmaba la solicitud de ingreso como trabajador y después la rectoría lo maniobraba ¿para qué?, para echarlo en contra del sindicato. Cuando Rolando sale esta situación le debíamos. Llega Horacio Ortiz y a él le debemos el haber resistido la embestida más brutal para intentar destruir al sindicato, ya con el licenciado Elizondo de Gobernador; y el Dr. Héctor Fernández de Rector; y Salvador [Roberto] Moreira de Secretario General, fue tan brutal la embestida, para que se den una idea, ilegalmente, violentando los acuerdos sindicales con la Rectoría, violentando la Ley Federal de Trabajo, violentando todo; la Rectoría

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decide no descontar más las cuotas sindicales, decide llevar a cabo el cese del comité ejecutivo, entre ellos un servidor; y a los activistas más destacados de ese tiempo, decide también en una medida unilateral totalmente reprimir a los traba-jadores de base, nada más les mandaron una carta y quedaron fuera. Pero lo más grave fue descontar las cuotas sindicales, porque el sindicato ya tenía contrato con casas comerciales y tenía que pagar. ¿Qué hicimos?, convocamos a la gente que viniera a pagar sus cuotas sindicales y las cuotas que debían en las casas co-merciales al local del sindicato, aquí en la Preparatoria 1; y la gente vino, increíble y asombrosamente, verdad, vino a pagar sus cuotas y nosotros les dábamos un recibo de que había pagado, y con eso tuvimos para pagar a las casas comerciales que surtían a los trabajadores de alimentos y ropa. Horacio dirigió esa proeza, Horacio tuvo la suficiente entereza para no doblarse y convocar a la asamblea general cuantas veces fue necesario, al grado de que tres meses de lucha después teníamos un solo eslogan: “esta lucha es por la dignidad de los trabajadores, no por el dinero”, y después de tres meses se logró que se convencieran las autorida-des de que no podían destruir esto; ellos se tiraron por medio de las direcciones para parar escuelas. Voy a narrar una anécdota que puede servir, el gobernador me decía a mí, por ejemplo, “ya Carlos, ríndete, ya les quitamos tal escuela y tal escuela”, así como un mapa de guerra; y yo le decía “mire, mientras la prepa 1, 2 y 3, y la Álvaro Obregón no se los lleven, seguimos peleando”. Una vez me dice el gobernador “ya, no sé si sepas, pero los maestros de Arquitectura decidieron romper el pacto”; bueno, le digo “está bien, son suyos los de Arquitectura”, y en la tarde que llego a la oficina, llegan los conserjes y me entregan las llaves de todos los salones y me dicen: “licenciado, aquí están las llaves para que los maestros no abran los salones y no puedan dar clases”. Eso era un alimento, era un seguir adelante, de tal manera que al día siguiente llegan a dar clases y ¿quién les abría?, algunos maestros rompieron los candados y se pusieron a dar clases, pero ¿quién limpiaba los salones, quien limpiaba los escritorios, quien limpiaba los baños?, de tal manera que siguió en paro la escuela. Bueno, de esa naturaleza fue la lucha esa, y eso le debemos de haber encabezado sin titubeos esa lucha, que todo salie-ra adelante, porque eran acuerdos que venían de la asamblea, o sea, funcionaban los órganos de gobierno.

Podría comentar sobre su periodo de Secretario General.En cuanto al periodo que a mí me tocó ser Secretario General de 1969 a 1971, estratégicamente nosotros ya no podíamos seguir dirigiendo un sindicato así como nos lo habían dejado, mal herido, con gente corrida, aunque nos volvieron a reintegrar al trabajo. Miren, cuando yo integre al comité ejecutivo, era tal el te-mor que existía que los miembros que yo invitaba muchos no querían aceptar el

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puesto, por eso no me canso de agradecer a los que aceptaron conformar aquel comité ejecutivo en momentos tan difíciles y tan riesgosos para su estabilidad en el trabajo, entonces nosotros elaboramos una estrategia en el comité ejecu-tivo que más o menos descansaría en este razonamiento: ya no podemos seguir así nosotros en el sindicato, con una autoridades decididas a estar siempre agre-diéndonos. Y haciendo efectivo eso que les decía hace rato, contrataba trabaja-dores y luego los volvían contra el sindicato, entonces nosotros nos planteamos la necesidad de llevar a cabo un movimiento que transformara la Universidad, no nada más al sindicato, sino a toda la Universidad, porque ese cascarón ya estaba obsoleto, había muchos problemas con los estudiantes, cada vez se tomaba la Rectoría; había pues un equilibrio muy inestable. Entonces la estrategia que no-sotros concebimos fue la siguiente: vamos a buscar un acercamiento total con los estudiantes, que nos digan sus carencias y nosotros las de nosotros, de tal manera que nos propusimos dejar el 69 para buscar la forma de que estudiantes afines al sindicato ganaran la Sociedad de Alumnos, para no tenerlos de enemigos, verdad, y nos dimos a esa tarea. Y me acuerdo que nosotros publicábamos el STUNL hasta semanalmente, y yo contraté a una persona para que repartiera el periódico entre todos los trabajadores; y nos dimos a la tarea pues de vigilar y de estar muy cerca con los estudiantes, en esos procesos eleccionarios estudiantiles; y para nuestra sorpresa, nosotros habíamos dicho vamos a dedicar el 69 a eso, y el 70 pues va-mos a ver qué hacemos en la Universidad.

Pero fue nuestra sorpresa tan enorme que para mediados de año eran ciclos escolares no eran semestrales; para mitad de año todas las Sociedades de Alum-nos habían sido ganadas por gente democrática y progresista, y entonces luego, luego lo que hicimos fue convocar a un ciclo de conferencias común, estudiantes, maestros y sindicato, para discutir el problema universitario del país y de aquí, el problema de los trabajadores universitarios, el problema de la clase obrera en el mundo, etcétera, un proceso, y no hay que tener corta la lengua para decir de po-litización, eh. Una vez que estaba esto nos reunimos los grupos más importantes políticamente organizados en la Universidad, desde los cristianos democráticos que estaban organizados en la OCU, que decíamos Organización Cultural Uni-versitaria, hasta los ultra, los Espartaco, nosotros los comunistas y muchos gru-pos liberales del PRI, estaba la corriente que apoyaba a Madrazo en ese tiempo y otras organizaciones, entonces decidimos plantear el problema de la autonomía nosotros. Cuando llegamos al comité ejecutivo a la semana o los quince días le enviamos un oficio al Consejo Estudiantil planteando el problema de la autono-mía, porque mientras no tuviéramos la capacidad para elegir a nuestras autori-dades, siempre el sindicato iba a estar en peligro; los estudiantes aceptaron esa propuesta y en eso estábamos cuando surgió un problema en Matemáticas, que

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el director se había llevado un dinero que los muchachos necesitaban, se incon-forman y van y toman Rectoría. Matemáticas funcionaba entonces en el octavo piso, de modo que Rectoría estaba, creo, en el séptimo piso, solo bajaron un piso y la tomaron; y luego en Filosofía también había un problema con el director y se inconforman y vienen y se suman en la toma; en Química también y vienen, y al final se hace una toma general en la Universidad, se paraliza la Universidad y el gobernador se da cuenta que los instrumentos de gobierno que concebía o que prefiguraba la ley vigente eran inservibles, ya no le servían ni a el; el consejo uni-versitario, desprestigiado, ya no se podía ni reunir; las mesas directivas sin funcio-nar, el caos. Entonces él propicia, eso tenemos que decirlo, él fue un propiciador de la autonomía; miren, a mí me habla, va un enviado del gobernador como a las ocho de la mañana a mi casa y me dicen que el gobernador quiere hablar conmi-go; busco a Miguel Covarrubias, que era el que yo quería que me acompañara, no lo encuentro e invito al licenciado Tomas González de Luna y vamos y hablamos con el gobernador a ver qué quiere; no eran más de las nueve de la mañana y me dice “mira Carlos, acabo de tomar la decisión más trascendental de mi go-bierno, vengo del Congreso y acabo de presentar una iniciativa para conceder la autonomía”; magnífico, “espero que acepten ustedes esta decisión y el reto”, claro que lo aceptamos, y nos dijo una frase “vamos a ver cuál es la fuerza hegemónica en la Universidad y la que sea pues que gobierne la Universidad”, magnífico; nos salimos y luego, luego yo cite al Consejo Estudiantil y les dije paso esto y esto. Lo hizo con mucho sigilo él, porque convocó al Congreso, yo creo que a las ocho de la mañana, y ahí presentó su iniciativa y luego nos la comunicó a nosotros. Y se viene el movimiento por la autonomía, un movimiento muy complicado porque él plateaba una cosa y nosotros otra, y duramos como unos tres meses hasta que logramos que la autonomía se diera y la Universidad va a vivir un año de autono-mía plena, verdad, un poco más.

Nosotros elegimos a un Rector, al Dr. Oliverio Tijerina, sin intervención de nin-guna autoridad, nada más maestros y alumnos, pero esa es otra historia…cuando logramos pues elegir a un rector que representaba la voluntad de los universita-rios, el Dr. Oliverio Tijerina, con el que yo firmé el Convenio del 70, yo le planteo al Rector que de ese movimiento el sindicato no va a pedir más que una cosa; cuando se vinieron esas elecciones de rector, hago un paréntesis, el sindicato pu-blicó un documento firmado por el Comité Ejecutivo que decía: “el próximo rector debe llevar tres requisitos, no haber sido anti-sindicalista, no pertenecer a nin-gún partido político y hasta donde fuera posible, fuera un humanista”. Ahí está el documento publicado, de tal manera que cuando elegimos a Oliverio fue el que llenó más ese perfil , entonces yo le comento al Rector: “el sindicato no va a pedir nada de este proceso más que una cosa, el derecho a proponer a los trabajadores

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no docentes en comunión con la Universidad a través de alguna comisión que integremos”. ¿Por qué?, porque queríamos evitar caer otra vez en la práctica ante-rior de contratar trabajadores y luego lanzarlos en contra del sindicato; y el rector me dijo vamos estudiar jurídicamente esto para ver qué dificultades hay. El licen-ciado Armando de Hoyos, que era el jefe jurídico, un hombre muy progresista, no tuvo ninguna objeción y firmamos la cláusula 52 que dice que el sindicato tiene la prioridad de proponer, no nombrar eh, de proponer al personal no docente que requiera la Universidad, previo acuerdo una comisión mixta y dictaminadora de puestos integrada por miembros del sindicato y de Rectoría. Nosotros no podía-mos nombrar, de modo que esa cláusula cuando se dio a conocer públicamente, ¡uf!, ya sabrán ¿no?, que el sindicato se quiere apoderar de la Universidad; y hubo dependencias como la junta directiva de Arquitectura que llegó al Consejo Uni-versitario y se discutió que ese Convenio se desconociera y quedara sin efecto. En ese mismo periodo otros maestros de FIME, por esa corriente renunciaron al sindi-cato y crearon una unión: una Asociación de Trabajadores Universitarios, paralela, con tal de menguar la fuerza del sindicato, pero fracasaron porque el Consejo dijo “este Convenio es legal y la cláusula 52 debe de entrar en vigor”, desde entonces el sindicato da esa carta para los trabajadores, que creo debe de estar vigente. Entonces de ese periodo, pues nosotros logramos la autonomía, porque fue entre las dos fuerzas: la estudiantil y la sindical; no se pudo haber ganado la autonomía sin alguna de estas dos fuerzas. Trabajamos en conjunto, todos los acuerdos los tomábamos como un acuerdo, etcétera; y la otra cosa fue asegurar la vida sindical para que el sindicato ya no estuviera en el punto de “ay, llegó una autoridad que no es sindicalista, y va a volver a contratar trabajadores y lanzarlos contra el sindi-cato”, ya no, creo yo y lo digo con orgullo que desde entonces el sindicato pasó a ser aceptado como una parte integral de la Universidad. Este juicio corresponde a la concepción siguiente: la Universidad como centro de trabajo existe primero porque hay alumnos, sin alumnos no hubiera Universidad, antes que profesores; y segundo, porque hay trabajadores; y al último porque hay autoridades, las auto-ridades llegan y se van, pero los trabajadores y alumnos se quedan. En ese esque-ma es en el que nosotros discutimos y defendimos esa cláusula 52.

¿Cómo surgió la atención exclusiva para los trabajadores de la Universidad en servicios médicos?

Uno de los problemas que nosotros tuvimos en la década de los 60, poco a poco fuimos logrando espacios para que a los trabajadores se les atendieran en el Hospital Universitario, pero como uno más, no había el cuarto piso exclusivo para trabajadores ni nada, no, nada de eso; llegábamos ahí, consultábamos como todo mundo y cada vez más con el crecimiento de la Universidad, crecía el número de

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trabajadores y cada vez era más ineficiente aquello; y por más que insistíamos y que firmáramos en los convenios sindicales que la Universidad iba a hacer lo indispensable para formar un servicio médico para los trabajadores, nunca se hacía, y al revés, iba en deterioro el servicio médico que se daba, lo percibíamos por las quejas que recibíamos. Entonces un día en la célula Ángel Martínez Villarreal, la célula de los comunistas, se decidió que fundáramos el servicio médico de los trabajadores, porque si nos esperáramos hasta que decidieran las autoridades, nunca íbamos a hacerlo; por lo menos un espacio propio con médicos y medicinas propias, pero tomamos el acuerdo de dar un paso para hacer eso. Previo al reconocimiento que hicimos había un edificio del gobierno cuyo piso bajo estaba desocupado, que está en Garibaldi y Matamoros, entonces un día pues decidimos hablar con el Dr. Roberto Cervera Flores y decidimos traernos un escritorio de la Preparatoria 1; el ingeniero Sustaita, que será Secretario General posteriormente, toma un escritorio, se lo hecha a la espalda y salimos caminando por 5 de mayo y llegamos a Garibaldi y subimos, llegamos ahí al espacio, “¿qué traen?”, dijo el policía, “no, pues traemos este escritorio, ya subimos y lo pusimos”, y posteriormente llegó el Dr. Cervera y fue él el primer director de los servicios médicos. Él ya era médico muy reconocido en el Hospital Universitario, y llegaron otros médicos con él y pusieron sillas y todo, y nosotros ya les habíamos dicho a la gente y comenzó a ir la gente a consultar con ellos con recetas y medicinas que conseguían de los laboratorios; empezaron a atender a los trabajadores y a los tres o cuatro meses las autoridades se dan cuenta que eso ya no lo van a detener y se nombra al primer director ya formal que fue el Dr. Roberto Rodríguez. Y ahí va a permanecer el servicio médico muchos años hasta que se decide empezar pues la construcción que este edificio que ahora se tiene, tan reconocido por todos, con un servicio médico pues bastante eficiente, pero así surgió por la decisión de los trabajadores de llevarse un escritorio, que en este momento yo no podría decir cómo Sustaita consiguió ese escritorio de la Prepa 1 y fueron lo pusieron ahí y ahí se empezó la consulta de los trabajadores.

Debo decir también que yo fui Secretario General una segunda vez, porque cuando yo salgo en el 71 el ingeniero Fabián Navarro me sucede; el secretariado del ingeniero Navarro va a coincidir con el rectorado de Héctor Ulises, y la Univer-sidad va a entrar en problema serio, verdaderamente serio, porque el gobierno federal, eh, yo voy salir y vamos a dejar vivo todavía el problema de una ley orgá-nica que elaboramos los universitarios por mandato de ley, y lo depositamos en el Congreso como ordenaba la ley, cuando era Gobernador Elizondo. Entonces queda vivo ese problemas, no tuvimos tiempo de atacarlo ni nada; cuando llega el Ing. Navarro y a la Rectoría el Ing. Ulises, ellos enfocaron el esfuerzo a que el gobierno apruebe esa ley que habíamos elaborado los universitarios, y que apro-

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baran el subsidio de la Universidad, que no se entregaba desde el 70 en forma suficiente. Ya para entonces el Rector Elizondo ya había renunciado, y es Gober-nador Luis M. Farías, entonces detrás de esos dos objetivos ellos dirigen la Uni-versidad y el sindicato en un proceso donde se llegan a enfrentamientos muy te-rribles, tanto hacia fuera como hacia adentro en las corrientes interuniversitarias. Por ejemplo, toman un acuerdo de que salgan de la Universidad los comunistas y la gente de derecha del Hospital, la famosa bata blanca, que, se toman… no hay vida sindical, porque yo cuando salgo de la secretaría general me eligen presi-dente seccional en la Prepa 1; y yo recuerdo que a veces estábamos discutiendo cosas en la asamblea seccional y llegaban estudiantes afines al Rector y con unas varillas golpeaban los escritorios y no nos dejaban seccionar, va a ir empeorando tanto la situación que pierden la base de apoyo, ¿no? Y a finales de su período, en el mes de diciembre del 72, decidimos convocar a un órgano que aprobara los estatutos, una asamblea plenaria extraordinaria, y se planteó el desconocimiento del Ing. Fabián Navarro como Secretario General y su comité ejecutivo; la Asam-blea acordó eso y eligió a un comité provisional que presidí yo, entonces no nos dieron mas que dos tareas y en tiempo: elegir al otro comité ejecutivo para el 5 de febrero, que estaba a un mes encima, y firmar con el nuevo Rector, el Dr. Lorenzo de Anda, el Convenio Laboral que teníamos retrasado, ya estaba firmado pero con las pugnas políticas con el gobierno estatal y federal, no lo podían hacer efectivo el Ing. Ulises y Navarro.

Entonces a mí me dieron la encomienda de hacer efectivo ese Convenio La-boral y así lo hicimos, entonces me tocó dirigir el sindicato en esos momentos de mucha violencia; a mí me dieron un golpe y todavía tengo la huella. Aquí debo de resaltar la figura del licenciado Ernesto Villarreal Landeros, porque él va a echarse a cuestas como el próximo secretario sindical la tarea de reactivar y reorganizar la vida sindical; nos quedamos otra vez sin local, sin nada, otra vez, pero de ahí en adelante la organización se va a estabilizar. Entonces después de ese segundo período que no hicimos más que lo que la Asamblea marcó, convocamos a elec-ciones, hubo dos elecciones, porque el Ing. Navarro convocó a una como comité ejecutivo depuesto, y yo convoqué a otra; el candidato de nosotros era Ernesto Vi-llarreal Landeros y el de ellos fue el licenciado Maximino Hernández, quien decía quien ganó, pues ellos decían tantos votos y nosotros tantos; tuvimos que recurrir al Tribunal de Arbitraje para los trabajadores al servicio del Estado, en un proceso, yo tengo el expediente así de grande, que se llevó meses para que le dieran el reconocimiento al licenciado Landeros. Y ya que terminé eso, yo en un proceso de mucho desgaste y de mucha actividad sindical, fui invitado para ir a integrar el co-mité ejecutivo de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Universitarios y de Enseñanza Superior, que se acababa de formar; yo fui el delegado del sindicato a

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la integración de ese organismo, que es el antecedente del SUNTU, antecedente a su vez de la CONTU, que existe ahora. Entonces me voy allá y estoy tres años en el comité ejecutivo nacional ya con otra perspectiva; termino allí, regreso aquí y me reintegro, y todavía después fuimos delegados varias veces y nunca abandone la vida sindical, porque realmente por ella fui lo que fui y lo que soy, me jacto de haber salido, pues de ninguna acusación de nada.

Cada secretario responde a su tiempo, ahora, desde otra posición y con toda tu experiencia, ¿cómo ves en retrospectiva al sindicato?, ya hay más de 200 cláusulas y una paz sindical, ¿cómo alguien de tu experiencia analiza estos 50 años?

Bueno, yo el otro día, no hace mucho, me entrevistaba una periodista de El Norte ahí en el restaurante Brasil, y me decía, “oiga, licenciado, cómo ve usted ahora al sindicato, los trabajadores ya no luchan, ya no pelean”, entonces le dije, “mira, nunca que yo conozca el trabajador se hace el haraquiri, cuando no ve direccio-nes que lo representen, cuando no ve planteamientos justos que le beneficien, etcétera, pues mejor se hace el que no ve, porque nadie se va a arriesgar, lo van a castigar, lo van a correr. A ver, yo te voy a pedir a ti que escribas una nota, si quieres yo te la doy y tú la firmas y la publicas en El Norte, ¿que te va a pasar?”, “no, licenciado, pues me está pidiendo la muerte”, “es lo mismo, ¿no?”, le dije, es muy fácil así, pero así no se deben de analizar los fenómenos. Miren, el sindicato ha tenido sus períodos, ha sabido luchar por lo que le pertenece, y esos períodos han estado muy marcados por los contextos que los rodean, porque siempre nos dicen a nosotros, ‘no es que con ustedes eran otros tiempos, ustedes si peleaban’, no, lo que pasa es que nosotros teníamos que romper el cascaron que nos tenía ahogados de los intereses del Estado en la Universidad e hicimos lo que tenía-mos que hacer; pero ahora ni modo que un secretario general se lance contra el gobernador, van a decir tu que onda, así a lo directo y a lo pelón. Entonces cada período tiene sus necesidades, sus objetivos; ahora, hasta dónde cada dirigente ha sabido interpretar ese sentir de la gente, ese ya es otro problema y no es ob-jeto de una entrevista. ¿Cómo lo veo yo?, yo lo veo como un proceso natural de las organizaciones sociales. Cuando fui con el Dr. Salvador Martínez Cardanes, un socialista, comunista, cardenista y todo, a hablar con él al Hospital cuando estaba escribiendo un libro de la historia del sindicato, le digo “oiga, doctor, me encuen-tro con aquella unión de trabajadores del Hospital Civil que usted fundó, ahora pertenece a la SENOP, cómo es posible 20 años después”, me dijo “pues la primera noticia que me da Carlos, pues yo no sabía y me entristece y no me entristece, porque ahora sé dónde está la gente del hospital; en el sindicato”, así lo veo yo. Las organizaciones tienen sus subidas y bajadas, suben y bajan, a veces está en lo que

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concierne a su actividad sindical interna muy emproblemada (sic), con dirigente muy en duda, y llegan las partes bajas, pero luego se levantan, a veces se quedan abajo y desaparecen.

Yo espero que esta no sea la historia, porque esta es una organización muy joven, la Universidad es muy joven, relativamente, entonces en perspectiva yo repruebo, desde luego, muchas acciones sindicales, no porque se hubieran to-mado, sino porque no se tomaron otras a tiempo, pero reconozco el avance en el aspecto material. No se ha podido romper la camisa de fuerza a las asignaciones porcentuales salariales del gobierno federal, pero por lo menos no se queda por debajo de, verdad, y quizás tenga que ver esto con una palabra; cuando se inau-guró el servicio médico actual yo me acuerdo que tuve una discusión muy agria con el Dr. Todd, mi amigo, porque ese grupo no quería que se llamara como noso-tros queríamos, nosotros queríamos “Servicios Médicos de los Trabajadores de la Universidad de Nuevo León”, y ellos insistían “para la Universidad” que fue como quedó, y nosotros decíamos, bueno ese “para” significa que alguien nos los da, ¿quién nos los da?, se tuvo que pagar con aportaciones de los trabajadores, no sé si todavía se pague cuota, creo que sí ¿no? [se aporta del fondo de pensiones]… del fondo de pensiones, entonces ese “para” y ese “de” parece que no dice nada pero dice mucho. Yo hubiera preferido el “de” para que los trabajadores sepan que es suyo, y eso les da mayor responsabilidad ¿no?, saber que es suyo; yo no creo en esas hipótesis que el trabajador destruye y todas esas cosas, ¿quién va a querer destruir su centro de trabajo?, no creo que nadie, entonces soy un convencido teórico de que los procesos sociales, el sindicato es un organismo social, que Ro-lando pedía es una organización política. Claro, desde luego, como organización social y como todos los procesos sociales para que cambien, para que haya un cambio cualitativo, se necesita que haya necesidad, se dan por necesidad los cam-bios; esa necesidad lleva a las masas, a los trabajadores a buscar esos cambios, pero cuando no hay esa necesidad, todavía no se presenta, como se presentó en los tiempos que yo narro, pues todavía aguanta este estatus.

Qué esperanzas que en los tiempos de nosotros uno se pudiera a ir a México a hablar con fulano; tenía que pedir permiso a la asamblea que autorizara los gas-tos, etcétera, era otro proyecto, era otra la bandera, era otra la inspiración, ¿no? vamos a decirlo, que tal vez así tenía que ser. Vamos a poner un ejemplo, yo una vez tuve que ir a hablar con Echevarría y tuve que pedir permiso a la asamblea -era en tiempo de la autonomía-, y les dije: ya nos tienen aquí casi ahogados, yo creo que hay que ir a México y hablar con el diablo; allá hay políticos regiomon-tanos y nos han de oír, por lo menos que sepan. Estaba Martínez Domínguez que era presidente del PRI, y el licenciado Luis M. Farías era presidente del Congreso, entonces yo considero y propongo que autoricen que el Secretario General vaya,

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y autorizaron; y cuando me iba a ir yo dejé un desplegado y le dije a Miguel Co-varrubias, que era el secretario de prensa: si no te hablo para mañana en medio día, lo publicas. Era muy fuerte contra el gobernador, quiere decir que no tuve ningún avance yo en las pláticas, y nada más para demostrar el linchamiento que había, todavía no estaba el aeropuerto Mariano Escobedo; estaba el del norte, dije: si me voy por aquí va a estar la prensa, mejor me voy por Reynosa. Y me fui a Reynosa y de ahí volé a México y ahí hicieron unas gestiones y me fueron mandando con Echevarría, que era secretario de gobernación; y llego y ya me recibe, y le digo: oiga licenciado, pues nada más vengo a hablar con usted por-que usted debe de saber cómo nos tienen allá. Y yo había dejado el desplegado fuerte contra el gobernador, y se retira así tantito y saca del cajón de escritorio y me dice: “¿es este?”, y ya lo vi y le dije: “sí es ese”, yo aparentando toda la calma; y me dice “no se preocupe, vamos a estar al tanto”; lo que te dicen los políticos. Y cuando venía de regreso, venía pensando “y bueno, ¿cómo le llego a ese hombre ese escrito?”, de ahí dije, el Estado tiene filtrado todo; es que Miguel lo llevó a El Porvenir, y de El Porvenir inmediatamente lo llevaron a gobernación. Esto tiene que ver con lo siguiente, nosotros hacíamos eso porque estábamos autorizados para eso, y yo nomás vine y casi con grabadora les dije: con Martínez Domínguez esto, con Farías esto y con el secretario de gobernación esto. Y muy bien, porque tenían confianza, pero así como te digo que nos aprobaban propuestas; muchas veces la Asamblea votó en contra de nuestras propuestas y tuvimos que acatar y llevar a cabo el acuerdo de la asamblea, que en última instancia nos demostraba que la gente tenía razón, no nosotros.

Entrevista realizada por Mauricio Villa el 1 de julio de 2013Transcripción realizada por Susana Acosta Badillo

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eRnesto villaRReal landeRosSecretario General del período 1973-1974

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Para contextualizar, cuéntenos cómo es que se integra a la Universidad y posteriormente a la vida sindicalBueno, yo soy egresado de la Preparatoria No. 2 y de la Facultad de Derecho

de nuestra Universidad. Y muy pronto estando yo recién egresado de la Facultad de Derecho, me incorporo de maestro de las clases de Ética y Sociología a los 21 años, y aunado a mi deseo de seguir vinculado a la Universidad de cualquier forma, logré ingresar en la docencia. Y debo decirte que mal terminé mi primer clase y me fui literalmente corriendo a inscribirme, a afiliarme al sindicato de trabajadores de la Universidad, porque desde sus inicios, no obstante que yo no soy de los fundadores, yo era estudiante de la Facultad de Derecho, pero sí vimos con simpatía su fundación; lo vemos como un instrumento no solamente de lucha en beneficio de los trabajadores, sino como un vehículo para armonizar esfuerzos con la Universidad, pero desde luego con una orientación democrática, crítica, propositiva, como un proyecto que iba a consolidar un período liberal progresista que se daba en la Universidad.

Hablo desde un contexto histórico donde había un efervescencia política, so-cial, económica y cultural en el mundo entero, en México, y por supuesto en la ciudad; es decir, estamos hablando de un época en que las fuerzas progresistas de izquierda, particularmente, íbamos ganando terreno en el mundo entero, en América Latina; es la expresión juvenil más importante que se ha dado en el siglo pasado, en Francia, Estados Unidos, Inglaterra, Japón, América Latina, América del Sur y México. Y en esa vorágine política e ideológica es donde entonces surge el sindicato de la Universidad, y grupos de estudiantes apoyaban, obviamente, esta idea, porque al surgir el sindicato estaba muy claro que estaba el compromiso de impulsar la democracia, las reformas, las adecuaciones al momento histórico, no sólo con el esfuerzo y con la aportación o los contingentes del sindicato, sino tam-bién con el movimiento estudiantil; es decir, nuestro sindicato en sus orígenes, lejos de estar desvinculado, estuvo íntimamente cercano, en franca armonía, ma-trimonio político con los estudiantes. Hablar del sindicato universitario es hablar obligatoriamente del Consejo Estudiantil, del movimiento estudiantil de nuestra

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Universidad, en donde obviamente los jóvenes más lúcidos, más combativos y académicamente más fortalecidos, y en un ambiente de conciencia política y so-cial, contribuían a las demandas, al reclamo de mejorías académicas y salariales, democracia en los niveles más amplios; y en ese sentido, pues ese oleaje que se dio en el mundo, en México, en esta ciudad y en los distintos espacios, llega a la Universidad. La Universidad es permeable a esa inquietud, los estudiantes lo es-timulan, lo fortalecen y el sindicato consolida esa pretensión, de tal manera que nuestros orígenes académicos datan desde el 65. Nosotros éramos jóvenes que militábamos en la ajefismo, o sea en los cuadros juveniles de la masonería, éramos jóvenes, no obstante estar en preparatoria, con una formación política ideológica juarista, profundamente nacionalista, anti-yanquis y con una vocación de espíritu vinculado a los reclamos sociales indiscutible, zapatistas también, simpatizába-mos obviamente con Zapata y Villa. Y ya en una época posterior, más actualiza-do, pues éramos partidarios de una corriente política que encabezaba Madrazo, que era una expresión, digamos, más liberal, más progresista dentro del PRI; y finalmente ese grupo desaparece, se dispersa, y algunos compañeros nuestros que militábamos en la Facultad de Derecho, unos se van al PRI, a las estructuras administrativas, otros se van a la guerrilla, y otros más nos vamos al Partido Co-munista.

Y en ese partido es cuando yo personalmente me consolido ideológicamente, es cuando termino de entender la problemática mundial, nacional, y local, y es a través de una mente comunista, a través de las lecturas y la interpretación de la historia, el materialismo y el marxismo, que podemos apreciar entonces el proce-so evolutivo de la sociedad mexicana, regiomontana, y por supuesto de la Univer-sidad, y entendemos cuál es el papel histórico de los estudiantes y maestros. Y en ese contexto, entonces, contribuimos desde muy jovencillos a fortalecer las filas del sindicato. Tuve el privilegio de formar parte del Comité Ejecutivo que encabe-zó Carlos Ruiz Cabrera; yo como Secretario de Actas en el período 1969-1971, ya posteriormente en el 73-74 tuve la oportunidad de ser Secretario General; y con Cástulo Hernández en 79-80 como asesor jurídico del sindicato. Vendrá después otra incursión electoral en el 85 con una planilla muy reconocida que era la Verde y Negra con un fuerte presencia de apoyo con los compañeros, pero había una circunstancia, teníamos solamente dos votos en contra: el del gobernador y el del rector. Y esto era en un período donde la Universidad había sido controlada, recuperada políticamente por el gobierno, por el poder público, y entonces era explicable que hubiera una fuerte represión, una cooptación y todo un proce-so de deterioro y desgaste al interior de la tendencia democrática que original-mente había formado a nuestra organización. Los que conocen la historia saben que nuestro sindicato surge como una expresión muy plural, pero siempre en la

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corriente progresista, pero pronto tomó un rumbo muy definido; el sindicato se autoproclamó un sindicato clasista, que estimulaba la lucha de clases, producto de una fuerte influencia de los compañeros del Partido Comunista, en donde yo milité hasta la desaparición de este partido; y era tan fuerte la presencia, influen-cia y aceptación del Partido Comunista y de sus cuadros en la Universidad, que de los 10 primeros secretarios generales, nueve militamos en el Partido Comunista.

Para bien o para mal, hubo aciertos, desaciertos, errores, en algunos casos, in-cluso en la recta final en la presencia del Partido hubo desvíos, deshonestidades, ruptura con el compromiso, más que ideológico, moral, de la encomienda sindi-cal, al extremo de que hubo personas que abierta, grosera y grotescamente de-cían que su puesto no se lo debían a los trabajadores, sino que estarían ahí hasta que el gobernador lo dispusiera; expresión que sin duda denota una actitud mise-rable, de traición ideológica y política no nada más al sindicato, sino también a los trabajadores, y tiene una explicación, una motivación y una fundamentación po-lítica ideológica perfectamente clara. Para muchos de nosotros y en lo personal, el sindicato era un instrumento no sólo de bienestar y mejoría para los trabajado-res, sino también un espacio que permitía la posibilidad de conjuntar fuerzas con otras organizaciones sindicales, sociales y políticas en aras de un cambio social, de una transformación, de una búsqueda permanente de la justicia, de la equi-dad, del bien común; por supuesto, el entendido de que había una consigna muy clara, el respeto a la pluralidad ideológica, esa era nuestra consigna, pero frente a eso nosotros enfrentamos la intolerancia, la represión de varios gobernadores y algunos rectores.

En alguna ocasión señalé que los personajes políticos que combatieron más fuertemente al sindicato y a las corrientes de izquierda, dos personajes políticos que en su momento tenían férreo poder y control en el Estado, hoy yacen en el basurero histórico de la política, me estoy refiriendo a Alfonso Martínez Domín-guez y al doctor Alfredo Piñeyro López, gobernador y rector respectivamente, y hubo otros rectores y otros gobernadores que también combatieron fuertemente al sindicato; pero nosotros, y digo nosotros, me refiero a todos los trabajadores de la Universidad y del sindicato, tuvimos la capacidad de aglutinarnos con relación a proyectos específicos, respetando la pluralidad ideológica y teniendo como di-visa fundamental y una consigna insuperable la búsqueda de mejores condicio-nes para los trabajadores. Eso explica por qué a pesar de que en una ciudad tan conservadora, tan empresarial, tan chata, tan tradicionalista, tan anticomunista, y proimperialista pudiera encontrase un ambiente de aceptación de los trabaja-dores para una organización controlada, más bien influida o con la presencia y

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orientación de los comunistas, se dio como resultados económicos, académicos y fundamentalmente hubo respeto a la participación democrática.

Háblanos de tu período, ¿qué metas se lograron?Yo llego a la secretaría general después de un proceso de rompimiento interno, de una incisión, de una fractura, lamentable fractura entre las fuerzas progresistas de izquierda del sindicato. Como antecedente a esto debo decir que un período llamado el período del “ulisismo”, donde el Ing. Héctor Leal Flores fue Rector de la Universidad, el grupo de él se contrapone con el Partido Comunista; surgen dos corrientes y finalmente el ingeniero Ulises y su grupo logran confrontar –debo de-cir que para esto el Secretario General de esa época, el Ing. Fabián Navarro, era del grupo “ulisista”–, y convocamos a una asamblea y desconocimos al Ing. Fabián Na-varro dos meses antes de terminar su período. En esas circunstancias la asamblea designa a un comité ejecutivo provisional, encabezado por Carlos Ruiz Cabrera, con dos objetivos fundamentales: convocar a elecciones para el próximo período, y celebrar el Convenio Colectivo que había quedado trunco; y en cumplimiento de esos acuerdos, Ruiz Cabrera convoca a elecciones y nos registramos nosotros con una planilla que yo encabezaba como Secretario General, pero el Comité Eje-cutivo, particularmente el Secretario General depuesto, Fabián Navarro, convoca a sus elecciones en otro sitio. Las elecciones se hicieron originalmente en el Aula Magna, y en ese proceso de división tuvo que ser el Tribunal de Arbitraje el que resolviera quién era el Comité Ejecutivo que legalmente representaría a los tra-bajadores; ahí nos tocó estar en el período del 73-74, donde había una confron-tación interna muy fuerte, y dentro de esa lamentable factura pudimos avanzar con muchas dificultades, ya que empezamos adquiriendo mobiliario usado de nuestras oficinas y casas para poder equipar las oficinas del sindicato; y logramos después de una resolución del Tribunal de Arbitraje que la Universidad comen-zara a descontar las cuotas de los compañeros para otórgaselas a tesorería para empezar a trabajar.

Y creo que el logro más importante, sin pretender ser petulante, del período nuestro, fue que logramos restituir, rearmar aquello que fue fracturado y dividido; fue un periodo aciago porque había mucha confrontación, no sólo al interior del sindicato, sino que la lucha que se daba al interior del sindicato, era producto de una lucha más amplia que se daba al interior de la Universidad. Estaba el “ulisis-mo”, una corriente llamada “ulisista”, vinculada, que era una grupo de compañeros vinculados al grupo Espartaco, a la corriente del PRI favorecida por Echeverría; y nosotros éramos un grupo de compañeros del Partido Comunista vinculados con otros sectores académicos independientes e incluso con algunos médicos que luego se les conoció como la bata blanca. Esa lucha frontal provocó muchos

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estragos y yo personalmente creo que ha sido una sangría innecesaria, porque la lucha surge producto de una división entre las fuerzas de izquierda; y hablo de las fuerzas de izquierda cuando en el sindicato había grupos organizados con mucha presencia, con compañeros muy valiosos en todos los grupos, me refiero a los grupos de los masones, de los grupos de las corrientes progresistas del PRI, del Partido Comunista, del Grupo Espartaco, del Grupo Compañero, e incluso de una corriente religiosa progresista el OCU.

De tal suerte que en esa época había grupos organizados que orientaban, en-causaban y proponían, había debate y había confrontación, y por supuesto había lucha, y eso traía consigo desde luego el disgusto, la molestia, la necesaria preten-sión de extinguir, aniquilar o menguar al sindicato por parte de las fuerzas más conservadoras tanto del gobierno como de los organismo políticos, como la mis-ma jerarquía católica, los medios de comunicación, las centrales obreras siempre abyectas al servicio del gobierno como la CTM, la CROC, la CTG, CMC, etcétera. Y bueno los sectores más conservadores dentro la Universidad también se oponían; no obstante todo eso, a pesar de los altibajos y confrontaciones y diferendos que se daban, logramos prestaciones económicas importantes y sobre todo cada vez con un mayor espacio de participación política. No quiero decir que ha sido la época más pródiga y superable, por fortuna siempre ha habido cambios en el pro-ceso histórico del sindicato, pero comento algo, ahora que frecuentemente asis-to yo al departamento médico, muchos compañeros me dicen que hoy más que nunca valoran la presencia, influencia, y conducción del sindicato por parte de los comunistas, que fue cuando se consiguieron la mejores prestaciones, según ellos; y efectivamente, y dicen “añoramos la presencia de los comunistas, aunque en su tiempo no los entendíamos, es más, no participábamos con su ideología”, compa-ñeros maestros de nivel académico importante, caracterizados como de derecha o enemigos del sindicato que siempre recibieron, no obstante, los beneficios del sindicato, reconocen que cometieron un error político al confrontar al sindicato, porque ahora de viejos ven las bondades de las conquistas, de las prestaciones, de la Institución, que a merced de una lucha del sindicato se dio.

¿La ideología del sindicato entonces era de izquierda?Sí, evidentemente que sí, el sindicato, el surgimiento, el período inmediato poste-rior al surgimiento, el sindicato toma un rumbo muy claro, un sindicato de izquier-da, claramente de afiliación progresista, en el sentido que estimulaba la lucha de clases y se autodenominaba en el estatuto una organización clasista, de clara afi-liación de izquierda. Gradualmente, a lo largo de los años, la presencia de esta corriente fue siendo minada, producto de algunas deserciones; en otros casos, producto de una cooptación; en otros más, producto de la represión, obviamente

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de errores en los que incurrimos nosotros. Pero lamentablemente yo creo que esa orientación ideológica se perdió en el sindicato nuestro, no solamente se dio aquí, sino en muchas partes del país y del mundo; particularmente en México, porque cuando surge el período de los sesenta, los sindicatos universitarios, se fortalece el movimiento estudiantil, surgen los partidos de izquierda, hay una reforma po-lítica, la izquierda llega a las cámaras de diputados, algunas regidurías, algunas alcaldías. Entonces todo este movimiento de desgaste, de aniquilamiento o dis-persión, permite que el gobierno federal retome el control de las universidades y de los sindicatos, y eso a su vez trae consigo una mengua, una disminución y en algunos casos hasta una desaparición de esa corriente progresista que en un principio surgió, floreció, se fortaleció y se impuso, y que fue gradualmente sien-do disminuida.

Todo esto que digo debe ser entendido en el contexto histórico que nos co-rresponde vivir [corte], donde el PRI va a su vez siendo la fuerza hegemónica, va perdiendo presencia, y bueno, la tendencia gubernamental no solamente es la tradicional política priísta, sino con la presencia y con la influencia del neolibera-lismo el gobierno tomó otro rumbo; esa orientación política del gobierno federal obviamente se refleja en los Estados, en las universidades y en los sindicatos, ya se da otra orientación. A cada ejecutivo le ha correspondido un período peculiar en función de las condiciones prevalecientes en cada momento histórico; creo que algunos compañeros han sorteado con éxito con habilidad; veo con tristeza que algunos otros períodos, lejos de satisfacer las inquietudes, las expectativas de los compañeros, hubo un abandono, un desprecio por la capacitación sindical, por la formación política, por la información suficiente, y sobretodo porque se aban-donó la práctica de la democracia sindical. Esto que en los últimos dos períodos, creo ha habido un intento de recuperación, espero que pronto se traduzca en una resultante de mejoría, porque hubo períodos aciagos, y como consecuen-cia de este cambio, de esta renovación, de esta sustitución de corrientes, pues las corrientes que ya fuimos superadas, y no sólo eso, sino marginadas, e incluso vilipendiadas. Pero yo creo que es justo señalar que el período anterior sindical y el actual, hemos sido llamados de nueva cuenta algunos de aquella corriente a participar con nuestras experiencias, con los puntos de vista, y eso implica una reivindicación que es muy gratificante, muy honrosa; y que agradecemos desde luego a los nuevos dirigentes, porque como dijera uno de ellos, pues que somos parte del pasado y algo tenemos que aportar, evidentemente nuestra realidad, nuestra experiencia, nuestro período es otro, las condiciones prevalecientes en el país y en el Estado son diferentes.

Hoy habrá nuevos requerimientos, nuevas demandas, nuevas estrategias, ha-brá que entenderlo; en aquel período que nos tocó vivir a nosotros había una

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fuerte politización, una ideologización muy cimentada, muy consolida, no pro-ducto del dogmatismo, sino producto de la reflexión, del análisis, de las lecturas y de una convicción de una militancia no sólo sindical, sino política y social, eso sí se ha perdido, y nomas aquí; se ha perdido en la Universidad, se ha perdido en México entero. Para nosotros es muy lamentable que los estudiantes actual-mente egresan de la Universidad despolitizados totalmente, y esto refleja que la Universidad que fungió en la época convulsa de agitación durante varios lustros, fue llevada de un período de fuerte participación política al nihilismo, a la nada, al abandono, a la completa desinformación y despolitización y eso es muy dañino, porque sí es cierto que la politización excesiva provoca que se descuide lo acadé-mico; es más grave, me parece, que el pretender fortalecer al estudiante sólo en el ámbito académico, divorciado de la realidad social; es más dañino, es menos benéfico. Y es una consolidación o victoria pírrica, porque pasa a formar profe-sionistas sin sentido social, sin ubicación de su contexto y de su propia condición como ciudadano.

En este cincuenta aniversario y con todo este contexto que planteaste, ¿cómo te gustaría ver al sindicato a futuro?

Bueno, yo creo que por mucha pretensión que uno pudiera tener en cuanto a un idealismo o un ideal del sindicalismo, creo que no podemos agotar en una preten-sión individual, sino habrá que ver siempre en el contexto cuáles son las condicio-nes prevalecientes en el país, en el mundo, en el Estado, para poder visualizar qué perspectiva puede tener. Lo que sí creo es que, ahora me parece claro que, sin re-conocer, sin desconocer que hubo períodos aciagos, difíciles y otros lamentables, lo cierto es que el sindicato permanece como institución hasta ahora, no obstante las diferencias que ha habido, ha logrado mantener unidos a sus agremiados y este es un logro importante. Lo otro es que le corresponde un período diferente, una estrategia distinta, eh, sí creo, y eso me preocupa, que los compañeros del sindicato, los miembros antiguos del sindicato no le dan ni la credibilidad ni la respetabilidad que debería tener. Y yo creo que ese empeño ha sido motivo de preocupación y de atención por parte del comité ejecutivo anterior y del actual; me parece que hay un proyecto o una pretensión en ese sentido, recuperar esa respetabilidad y ese prestigio que forjó el sindicato, y esto se da evidentemente porque esta opinión de que el sindicato está descalificado, no es gratuita; tiene su explicación; hubo períodos donde, de veras, hubo abandono a la atención de las demandas y sobre todo a la práctica de la democracia sindical. Lo que yo de-searía es que mínimamente se dieran las condiciones que se dan en estos últimos dos períodos, y sobre todo en el entendido de que sólo a través del respeto a la pluralidad ideológica es que el sindicato puede avanzar. Si bien es cierto que en

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su período inicial había una tendencia mayoritaria de izquierda, no por eso debe ser válido para siempre esa orientación; el contexto es otro y que creo que en la medida que el sindicato siga fortaleciendo dos consignas: el respeto a la plurali-dad ideológica y la democracia sindical, para mí creo que eso es más importante que las propias conquistas económicas, porque en la medida que el sindicato sea fuerte, vigoroso e independiente políticamente, en ese sentido se le da estabili-dad al empleo, se le da la garantía al trabajador que el sindicato va a intervenir en caso de despido injustificado, atrabiliario, grotesco, autoritario, que con mucha frecuencia se da. Por eso entonces creo que el sindicato tiene un objetivo a de-sarrollar muy claro, no solamente la mejoría de las prestaciones económicas, que es importante, pero más importante que se salvaguarde el sindicato como una institución respetable, como institución que se le dé credibilidad; si el sindicato logra recuperar esos objetivos, creo que estará cumpliendo con una consigan his-tórica.

Entrevista realizada por Mauricio Villa el 9 de julio de 2013Transcripción realizada por Susana Acosta

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Jesús guzmán lowenBeRgSecretario General en el periodo 1991-1994

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Para contextualizar, primero su incursión a la Universidad y posteriormen-te como se integra al SindicatoBien, yo inicio en la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica como parte

del personal de apoyo y mantenimiento para lo que era los talleres propiamente de FIME, entonces ahí inicio yo en el sindicato y me intereso por la vida sindical y… no recuerdo bien el año, pero participé en el comité ejecutivo del licenciado José Luis Sustaita de los Reyes como suplente de Previsión Social, la Secretaria de Previsión Social en ese entonces fue la maestra Elba Villarreal y a partir de allí empecé a vivir mas lo que era el sindicato, participar en… ah, inmediatamente después de esto soy presidente seccional de la Sección 5 de FIME y entonces se dan unos, se empiezan a dar manifestaciones a favor del sindicato para que el sindicato sea tomado como sindicato, porque en ese entonces todavía no está-bamos en la ley, todavía no nos contemplaba como sindicato, entonces fuimos e hicimos varios desfiles, empezamos a invitar a la gente y a usar los métodos para convencerlos que había y participamos en todo eso a lado de nuestro comité eje-cutivo que encabezaba José Luis Sustaita, posteriormente me retiro un poco del sindicato cuando llega el licenciado Cástulo Hernández y luego posteriormente ya no regreso a lo que es propiamente, al comité ejecutivo del sindicato hasta que en el 91 soy electo secretario general del sindicato. En este inter, claro, siempre participamos en el trabajo sindical, en el trabajo político-sindical, en las asam-bleas generales representabas, ahí hubo un inter que fui a trabajar, junto con la Universidad, que trabajaba también en la iniciativa privada, y al sindicato lo hice a un lado un poquito, pero después ya lo recuperamos entrando en el 91.

De estas elecciones del 91, que fueron un parte aguas al registrar la última ocasión donde hubo una marcada oposición, ¿que nos puede contar?

Bueno lo que pasa era que el sindicato era… en sí la vida universitaria, pero princi-palmente el sindicato estaba muy, pues hervía por un movimiento que formaron gente del hospital con una enfermera, Ángela María, una trabajadora social, en-tonces estaba Rodolfo de León como secretario general y se rama un zipizape ahí en la Asamblea General Representativa y pues ahí termina todo, afortunadamen-

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te, dentro de lo violento que fue o que le dieron ese giro violento la prensa, ahí ter-minó todo, posteriormente vienen las elecciones donde participo y creo que fue la última vez donde se presentaron cuatro candidatos, éramos cuatro candidatos para la secretaria general del sindicato, estaba un servidor, Mario Burgoa con la planilla roja, Guillermina del Hospital Universitario y Pedro Castellanos por parte de mantenimiento general de la Universidad, entonces ahí pues estaban agitadas las elecciones pero a fin de cuentas con la planilla que encabecé yo, que era la Azul y Oro, pues ganamos las elecciones por un margen bastante amplio ofrecién-dole a la gente lo que era la revitalización sindical, que la formula que veíamos no-sotros estaba un poquito opacada o desviada, la vida sindical de la vida política de la Universidad, entonces ese fue nuestro camino y al final de este comité ejecutivo se presentó solamente una planilla que era José Cristóbal Fernández Quiroga, por eso dicen que a partir de allí ya nada más se ha ido presentado una sola planilla para esto y las asambleas generales representativas, pues sin quitarle el derecho de opinar a la gente como quiera iba transcurriendo normalmente, o sea eso fue un movimiento, como te digo, un movimiento que en una coyuntura política del Estado, por eso se dio eso de ahí del Aula Magna, pero a partir de ahí empezamos a trabajar y logramos que la gente volteara a la gente y lo viera como su aliado, habría que darle valor al Sindicato para que nos pudiera respetar la Rectoría.

Concertar tantas fuerzas políticas, después de una historia de choque, por así decirlo, ¿como concertar todas estas fuerzas para lograr transitar a una estabilidad?

Si, se permitieron avances, sobretodo en las cuestiones de jubilaciones y pensio-nes que lo tuvimos que dejar un poquito de lado por el problema que se dio en Isssteleon con los maestros, para ya desde entonces pensábamos más en cual es el futuro de nuestro sindicato que esta tratando de acordarnos como era antes el sindicato, o como se llevaba la vía interna del sindicato, entonces de estas expe-riencias lo primero que hicimos, obviamente todo el comité ejecutivo no solamen-te yo, fue el llamar a todos a la convivencia a llevar todos juntos la vida sindical, y así fue, ya después de eso se integraron al trabajo que hacemos, tu sabes que la planilla no es la única que hace el trabajo, necesitamos de mucha gente, sobreto-do cuando realizábamos aquellas funciones en la plaza de toros, donde asistían mas de diez mil personas y si no éramos 300 los que andábamos ahí buscando el orden y eso, pues eso no lo podía hacer un comité ejecutivo de 70 personas, entonces toda esa gente se fue integrando con nosotros al trabajo y al final pues ya no hubo corrientes que estuvieran en contra en ese entonces con Fernández Quiroga… pues sin duda, conseguir mas prestaciones para nosotros, pero lo que

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nos señalo este comité ejecutivo fue el regresarle a las pensiones su dinamismo, tuvimos una demanda contra una exclusión que hicieron de los jubilados en un aumento y nos dio la razón la justicia federal que teníamos razón y entonces ahí, en ese instante se dice que las pensiones conservaron su dinamismo o se ganó el dinamismo, o se demostró que había dinamismo en las pensiones, y desde enton-ces ya no ha habido problemas con eso, fue una exclusión que hizo el ingeniero Gregorio Farías Longoria de unos aumentos que se le dio a los trabajadores en activo y a los jubilados no, y esa fue una que nos marcó; el trabajo, el tener siem-pre cuando estas oficinas estaban prácticamente solas, solo los del comité andá-bamos por aquí, logramos que mucha gente se integrara… otras de las cosas era la confianza que tuvo la gente ya en el sindicato, ya para cualquier cosa venían primero con nosotros antes de irse a otro lugar, atenciones sobretodo en lo que era previsión y tesorería, en la parte de la pensión dinámica logramos lo que fue la pensión por ascendencia, esto es una pensión para los padres que dependen del hijo trabajador universitario que fallece, entonces ahí empieza esa pensión en el 93, cuando se firmó la pensión por ascendencia, y seguir mejorando en lo que era salarios y cosas de ese tipo, se estableció por fin en los contratos los descuentos en las diferentes escuelas de la Universidad a los hijos de los trabajadores, que hasta entonces era algo que el director decía si te daba o no laguna ayuda o descuento en la inscripción de los hijos de los trabajadores, ahí entramos ya que por ley se tenia que dar descuento a los hijos de los trabajadores universitarios, nos centrá-bamos mucho en la ayuda económica, disminuir gastos, etcétera, del trabajador universitario; en ese entonces libretas, útiles y eso, teníamos muy buena cantidad que le entregábamos a los hijos de los trabajadores, y en entre otras cosas.

Una actitud de servicio hacia el trabajador… Si, claro, que eso era lo que teníamos, que si no había dinero pues de perdido vamos a atender a la gente, eh… por cosas que no sabemos la causa, la mayoría que venia, venia por una situación económica, algunas verdaderas y algunas no, y tratábamos de darle una solución al problema que tenían y unos con cambios de horario, cosas legales, inmediatamente el abogado intervenía, muchas de las dificultades las paramos antes de que surgiera un problema grave.

Existe a partir de ahí una buena relación entre Rectoría y Sindicato ¿no?Por ejemplo, de alguna forma, no se como, logré el que la rectoría hiciera su papel y que nos permitiera a nosotros hacer nuestro papel, o sea, si rectoría decía no quiero este trabajador, bueno pues deja que nosotros lo defendamos y a ver cual es la causa por la cual no lo quieres, tratar de acomodarlo en otro lado o simplemente su liquidación y ya se va; y de ahí salió la clausula de que los salarios, los horarios, son inamovibles a pesar del cambio de administración que haya.

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Retrocediendo un poco, en la cuestión del Fondo de Pensiones y Jubilacio-nes, que tu periodo fue un antecedente, que nos puede decir

Indudablemente no era una cosa popular que te quiten dinero de tu salario o convencerte de que es bueno de que te lo quiten, pero sin embargo en el tiempo que estuve como secretario general y después, nunca me oculte, nunca anduve diciendo mentiras, para mi era lo máximo, lo mejor, lo que yo tenia que conseguir, ser congruente entre lo que digo y lo que hago y eso creo yo, hasta la fecha he sido congruente en lo que digo y lo que hago, entonces lo que intentamos… pero esto ya fue después, ya estaba el Dr. Tamez de rector, ya había pasado Silos, y en-tonces, bueno, mi forma de ver es, tenemos algo que es bueno, algo que necesita-mos hacer, que es el fondo de pensiones, tenemos la idea y todo lo que se quería hacer era por el bien de los trabajadores de la Universidad, presentes y futuros, porque no solo hay que pensar en los presentes, sino también en los que vienen atrás, entonces intentamos, fuimos a varias escuelas, pero obviamente en ningún lado me insultaron, ni me hicieron nada porque sabían que tenia cierta autoridad para decirles “vamos a hacer esto” sino nos va a pasar esto otro, y fuimos a cuatro cinco escuelas y no… la circunstancia interna de la escuela no permitieron que la gente dijera si, pero tampoco nadie nos dijo no, entonces cuando terminamos la platica todos “no pues si tienen razón, pero pues como les decimos que si, pues es anti popular” y si, si era anti popular [risas], pero posteriormente, gracias a Dios, en las asambleas se dio este fondo que ahorita es lo que nos mantiene seguros, o sea, nos mantiene con cierta seguridad, yo les decía “hay que aportar”, pues para tener un pie dentro de donde se tomen las decisiones de ese dinero y la única forma de tener un pie dentro pues es aportar.

Dentro de tu experiencia y desde otra perspectiva, ya no desde adentro, ¿como haz visto la evolución del sindicato y como te gustaría verlo en un futuro?

Pues, cada quien tuvo su tiempo, cada quien estuvo en su espacio y cada quien, estoy seguro, hizo lo que hizo en función de tratar de mejorar este sindicato, de que cada vez seamos mejores; la forma personal de tratar o no tratar a la gente, eso queda a un lado, pero este sindicato cada vez ha ido mejorando mas, ha ido tratar de tomar algo que la rectoría le reconozca, y el que, en un futuro, o sea el futuro que yo veo del sindicato, es o que le ponemos atención a los trabajadores que están entrando después del 98 y se empieza a digerir una forma diferente en sus tratados de pensiones, de todo el trabajo, ó ellos nos alcanzan y nos quitan a todos, eso es apremiante, y hay que estar preparados, pues de perdido cuando sean 15 años después del 98, que ya no falta mucho.

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¿Algo más que desee agregar? Bueno, lo que era, lo que te digo, si no teníamos dinero para resolverle problemas a la gente, de perdido tenerles algo que ellos disfrutaran un rato, e hicimos, no sé, dos o tres funciones de lucha libre ahí en la Plaza de Toros Monterrey, con un éxito tremendo porque había mucho mas de diez mil personas, y como te digo, la se-guridad ante todo, nos reuníamos antes, que estas puertas y esto otro… y toda la gente se acuerda de eso, y ya después empezamos con lo del día del Niño, o sea, tratábamos de darle un buen espectáculo donde estuvieran a gusto, y que los pa-dres sintieran que se esta atendiendo la familia de ellos, no nada más cuando los convocábamos a un trabajo, sino que es también parte de lo que debemos hacer, que convivan hijos con padres y que nosotros les demos el articulo o el momen-to adecuado con artistas que traíamos, incluso una vez trajimos a la Caravana, que en ese tiempo era lo máximo en la televisión, y lo del día del niño también, o sea, todo eso tratábamos de darle mucho apoyo y mucha difusión, conseguir camiones en las escuelas que los llevaran, etcétera, todo eso era parte, lo que es los campamentos de verano, hacíamos aquí un campamento nosotros y apoyá-bamos el campamento del Hospital Universitario, apoyábamos a diferentes cam-pamentos también, obviamente a todos los que solicitaban la villa campestre ahí se hacían los campamentos, entonces todos esos eventos se hacían muy bonito, y no creas, era preocupante porque que haces con diez mil personas, o sea, para mantenerlos seguros, tranquilos y todos querían estar adelante [risas]… siempre saldo blanco, nunca tuvimos ningún problema; y los espectáculos que hicimos en el Teatro Monterrey, uno con Jaime Moreno y luego trajimos a Johnny Laboriel al Teatro San Pedro y luego en Contaduría hicieron un auditorio muy bonito, muy grande y ya nos ahorramos las rentas y ahí hicimos dos tres eventos del día de las madres.

Entrevista realizada por Mauricio Villa el 2 de julio de 2013Transcripción realizada por Susana Acosta Badillo

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José cRistÓBal feRnández QuiRoga Delegado de la Sección # 3, Secretario de Prensa y Propaganda (1970-1971), Líder

de la sección # 3, Asesor jurídico en el Comité Ejecutivo presidido por Carlos Jiménez (1980-1983) y el dirigido por Jesús Guzmán (1991-1994), Integrante de la comisión

elaboradora del primer Contrato Colectivo (1981), Secretario de Actas y Acuerdos durante el Comité Ejecutivo presidido por Rodolfo de León (1988-1991), Abogado de

Organización y Secretario General (1994-1997)

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Para contextualizar ¿cuándo y cómo se integra a las actividades de la Uni-versidad? ¿qué experiencias sobresalen en esa relación?Durante 39 años participé en las actividades académicas, laborales y polí-

ticas de la Institución. Como estudiante, mi relación académica con nuestra Universidad inició en

1955, cuando ingresé a la Preparatoria Número 3, Nocturna para trabajadores; luego, en el periodo 1958-1963, estudié la licenciatura en Derecho y Ciencias So-ciales, obteniendo el grado en 1963; en 1992 tomé los cursos de actualización docente requeridos por la reforma académica a nivel medio superior, aprobada por el Consejo Universitario en diciembre de 1991; y finalmente, en el periodo 1993-1995, estudié en el programa de Maestría en Metodología de la Ciencia de la Facultad de Filosofía y Letras.

Como trabajador, fui maestro de la Escuela Industrial y Preparatoria Técnica “Álvaro Obregón”, dependencia en la que laboré durante 31 años; y concomitan-temente, en el año de 1993, formé parte del departamento jurídico de nuestra alma máter.

En mis papeles de estudiante y trabajador, participé en la vida política de nues-tra Institución. Fui líder estudiantil, elegido democráticamente, cuando realicé mis estudios a los niveles medio superior y superior; y representante sindical durante mis 31 años como docente, tres de ellos como Secretario General del STUANL.

Siete experiencias de mi relación con nuestra Universidad me parecen nota-bles: la defensa del STUNL, cuando las autoridades universitarias trataron de desa-parecerlo negándose a deducir las cuotas sindicales; la participación de nuestro Sindicato en la Marcha del Silencio, con motivo de los trágicos acontecimientos del 2 de Octubre de 1968; la lucha por la autonomía de la Universidad; la elabora-ción del primer contrato colectivo de trabajo en 1981, luego los de 1982 y 1983; el apoyo incondicional de los docentes del nivel medio superior a la reforma aca-démica aprobada por el H. Consejo Universitario en diciembre de 1991, por ende, a los programas de actualización académica requerida por ésta; la exigencia con-junta de respeto y diálogo presentada por el H. Consejo Universitario y el Consejo

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Directivo del STUANL ante el H. Congreso del Estado; y durante quince años me uní a la lucha del ex Rector, licenciado Manuel Silos Martínez, en la defensa de su honor y de sus derechos, hasta vencer los efectos de la calumnia de que fue objeto.

¿Cuáles fueron las participaciones del sindicato y de usted en la lucha por la autonomía universitaria? ¿Qué conceptos de universidad autónoma se confrontaron? ¿En qué ambiente se desarrollo esa lucha?

Nuestra participación fue vigorosa y activa. El Sindicato, encabezado por su diri-gencia, haciendo honor a su lema, “Unidos en la lucha por la Justicia y el Saber”, fortaleciendo las aspiraciones que sus agremiados tenían desde los años cincuen-ta, hizo suya la lucha por la autonomía universitaria, por lo que la causa de los estudiantes fue también su causa.

En lo personal, fui representante maestro y secretario en la Comisión Redacto-ra del Proyecto de Ley Orgánica para la Universidad. Ello me permitió conocer las condiciones bajo las cuales trabajaron los representantes de ésta, los problemas fabricados para entorpecer su labor, y el entusiasmo con el cual se discutió para definir la Ley Orgánica de la Institución que soñábamos. En principio, enfrentába-mos sólo una restricción, el proyecto debería estar concluido a finales de mayo de 1970.

De hecho, las restricciones enfrentadas fueron más que eso. El gobernador Eli-zondo, que antes había fungido como rector designado por el gobernador en turno, en su esfera de presión, movió a su gente para entorpecer el trabajo de la Comisión, generando ausentismo para que no hubiera quórum y no se realizaran las sesiones; y que el proyecto de Ley Orgánica no saliera a tiempo.

Ante esas condiciones, los maestros universitarios concebimos e instrumen-tamos una solución sencilla que hizo posible completar la tarea que se nos había encomendado. Nos pusimos de acuerdo sobre esa solución con los líderes estu-diantiles que también eran representantes en la Comisión y, en la sesión celebra-da el 1 de mayo de 1970, donde hubo quórum, se declaró sesión permanente e inició un periodo de marchas forzadas con los que acudíamos; gracias a lo cual se pudo terminar, dos días antes del plazo fijado, el proyecto de ley orgánica que se nos había encomendado, entregándose ejemplares del mismo al Congreso del Estado, al gobernador y al rector .

El proyecto universitario de ley orgánica, sin haber sido siquiera comentado o discutido por los legisladores, fue guardado en “el cajón del olvido”, por lo que la lucha por la autonomía continuó, así como las agresiones a la Universidad y sus autoridades, previo a la presentación de un concepto elizondista de autono-mía universitaria. Las actividades universitarias se desarrollaron en un ambiente

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denso, agresivo: estrangulamiento económico, publicación de panfletos, pintas y desplegados en contra de sus funcionarios y de los dirigentes sindicales, ocupa-ción policiaca y porril de las instalaciones universitarias, etc. La violencia se agravó cuando se expidió una ley orgánica totalmente ajena a la institución, a los con-ceptos y principios universitarios y se inició la instrumentación de la misma.

Tres elementos del concepto elizondista de ley orgánica causaron mayor irri-tación de la comunidad universitaria: la máxima autoridad universitaria era una “asamblea popular” en la que la representación universitaria era escasa, no se re-quería que el Rector fuese maestro de la institución y se designó a un médico militar para ese cargo, y establecía un sistema privatizador de la educación media y superior consistente en que los padres de los estudiantes pagaran el costo de la enseñanza y hubiera becas a crédito sólo para los más sobresalientes, lo que era contrario a lo ordenado por el Artículo 3º Constitucional y a la Ley General de Edu-cación en el Estado, así como a la demanda social por mayor cobertura educativa en el país, pues la carencia de recursos económicos para acceder a la educación media superior y superior había dejado de ser obstáculo para superarse académi-camente.

El conflicto hizo crisis y las diferencias entre el Ejecutivo Federal y el Estatal culminaron con la renuncia del gobernador Eduardo Elizondo y la designación de un gobernador sustituto, el Lic. Luís M. Farías, pero las agresiones contra la Universidad no terminaron. Se publicó una nueva ley orgánica, semejante a la de la UNAM, con una Junta de Gobierno, no la Asamblea General Universitaria como había propuesto nuestro proyecto de ley presentado en mayo de 1970. Las agre-siones no terminaron, pues las nuevas autoridades estatales buscaron el control de la Universidad, imponiendo rector y dividiendo al STUNL, al tiempo del cambio del Comité Ejecutivo en febrero de 1972, a través de la marginación política, del despido masivo de trabajadores académicos y de base y de la retención discrimi-nada de salarios a trabajadores rebeldes e insumisos.

En 1972 ¿Qué medidas se aplicaron en su contra? ¿Continuó participando en la vida sindical?

Quienes nos mantuvimos leales a nuestros principios fuimos marginados o res-tringidos, algunos hasta despedidos. Estuve marginado hasta 1979, cuando me reincorporé a la actividad intensa del sindicato como asesor jurídico durante el periodo 1979-1983, lo que me dio la oportunidad de conocer las reformas a los artículos 3º y 123 constitucionales y a la Ley Federal del Trabajo, con las que se generalizó el concepto de autonomía universitaria en todo el país.

La reforma a la Ley Federal del Trabajo dio lugar a un trabajo jurídico intenso para el Sindicato y la Universidad. Con esa reforma, las relaciones laborales entre

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la Universidad Autónoma de Nuevo León y sus trabajadores, que se regían por la Ley de Servicio Civil, pasaron a gobernarse por el “apartado A del artículo 123 Constitucional” y por su Ley Reglamentaria, la Ley Federal del Trabajo, a la cual se agregó el capítulo XVII a su Título Sexto; y se hizo necesario redactar un Contrato Colectivo de Trabajo que normara las relaciones laborales citadas, el primer Con-trato Colectivo de Trabajo en la historia de nuestro Sindicato, ahora STUANL.

La elaboración de ese Contrato fue agotadora. Inicialmente se reestructuraron todas las normas vigentes hasta entonces, revisando todos los convenios acor-dados y vigentes mediante un trabajo de “tijera y clip” de los mismos, así se armó el Contrato Colectivo de 1981. En 1982, se incorporó el capítulo referente a per-sonal docente; y en 1983, se agregó el tabulador general de puestos y salarios, con lo cual quedó integrado el instrumento de lucha y defensa de los derechos de los trabajadores universitarios, todo sin lastimar a la institución. En las rela-ciones laborales siempre tuvimos una norma que está plasmada en los Estatutos del STUANL y en el Contrato Colectivo de Trabajo: guardar el equilibrio que debe existir entre los objetivos, principios, fines y funciones de nuestra alma máter y los derechos de sus trabajadores

¿Dice usted que a partir de 1982 el Contrato se da como legalmente confor-mado? ¿Tuvo Usted conocimiento de la inclusión de la cláusula que estable-ció el compromiso de la Universidad de crear el fondo de pensiones para sus trabajadores de base?

En cumplimiento a las reformas a la Constitución y a la Ley Federal del Trabajo antes citadas, desde 1981 ese Contrato estuvo conformado y fue registrado como tal ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje; en 1982 se enriqueció el clau-sulado, incluyendo el Capítulo del Personal Docente; y en 1983, siendo Secretario General el Lic. Carlos Jiménez, se incorporó el Tabulador General de Puestos y Salarios, en el que se establece para cada categoría un incremento anual de 2.33 % por cada año de antigüedad cumplido, lo que permite que al cumplir 30 años de servicio el salario por esa categoría, sea el doble del que percibió al ingresar. El compromiso de establecer el fondo de pensiones se establece en los Contratos Colectivos de Trabajo de 1981, 1982 y 1983, no obstante que en las negociaciones anuales correspondientes, el señor Rector Alfredo Piñeyro López invariablemente comentó que “no era necesario hacerlo”.

En 1987, siendo Secretario General del Sindicato el Profesor Rodolfo de León, volví a desempeñar la función de asesor jurídico del STUANL, y en 1990 recibí la invitación del Ing. Jesús T. Guzmán Lowenberg de mantenerme en esa posición, la cual acepté; al mismo tiempo que le solicité firmar la demanda de los trabajadores jubilados que habían recibido un incremento salarial de emergencia diferenciado,

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menor al de los trabajadores activos, contraviniendo el principio de jubilación di-námica establecido en el contrato colectivo,

Teníamos en puerta la primera demanda colectiva en contra de nuestra Uni-versidad en relación a la jubilación dinámica y había incertidumbre sobre los re-sultados de la misma. La respuesta del Ing. Guzmán a mi petición fue que firmaba la demanda si le garantizaba que la ganábamos, que teníamos la razón; le contes-té que teníamos la razón, pero que no le podía garantizar que la ganábamos en la Junta de Conciliación y Arbitraje, pues ello requería de tres condiciones: 1.- tener la razón, lo cual era afirmativo, 2.- saberla pedir, que también era afirmativo por la experiencia que teníamos en ello, 3.- que la autoridad competente nos de la ra-zón, lo que era difícil de garantizar a nivel local, toda vez que la Junta de Concilia-ción y Arbitraje casi siempre “nos daba garrote”, por lo que teníamos que esperar que ello se resolviera mediante un amparo.

La demanda se resolvió finalmente a nivel federal mediante un juicio de am-paro. Para lograr esa resolución favorable al sindicato y sus agremiados jubilados, obró la mano, la inteligencia y experiencia del Licenciado Salvador del Toro Ro-sales, fiscal federal adscrito al Tribunal Colegiado que le tocó conocer en última instancia del asunto, quien –sin estar obligado a hacerlo– formuló un pedimento a nuestro favor, que fue un respaldo fundamental para que los magistrados nos dieran la razón y concedieran el amparo y protección de la Justicia Federal.

Ganamos ese amparo que la Universidad estuvo obligada a cumplir. En Abril de 1993 correspondió al Rector Manuel Silos Martínez conocer de la ejecutoria co-rrespondiente y darle cumplimiento cabal, sentando un sano precedente a favor de todos los trabajadores, el respeto a la “jubilación dinámica”.

Usted habló de un principio sindical: “luchar y defender los derechos de los trabajadores sin lastimar a la institución” ¿Tensó esa demanda la relación con la Rectoría de la Universidad?

No, no las tensó, porque las relaciones entre Sindicato y Universidad tienen que ser institucionales. En materia laboral, corresponde a las autoridades universitarias defender a la Institución; y a las representaciones sindicales defender los derechos de los trabajadores. Las demandas laborales surgen cuando se incumple con los derechos u obligaciones de los trabajadores y las autoridades universitarias y sin-dicales; o los trabajadores a título personal difieren al calificar la legalidad de esa falta, requiriéndose en primera instancia de las autoridades del trabajo para resol-ver esa controversia. Si alguna de las partes considera que la resolución de la auto-ridad del trabajo tiene vicios de legalidad, puede solicitar el amparo de la Justicia Federal, cuyo fallo es definitivo. Si no hay mala fe, el origen de la demanda es la in-terpretación de la normatividad vigente y la resolución final sobre la misma no tie-

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ne por qué disgustar a las partes, quienes están obligadas simplemente a acatarla.En ese juicio, me alegró mucho la actitud de las partes: Jesús T. Guzmán, es-

pecialmente motivado porque los jubilados agraviados fueron fundadores del sindicato, firmó y dio seguimiento personal a esa demanda, no sólo hasta que se ganó, sino hasta que se dio cabal cumplimiento a la ejecutoria de amparo co-rrespondiente por el Rector Manuel Silos Martínez. Por su parte, el rector buscó de inmediato dar cumplimiento a esa ejecutoria, no obstante la difícil situación económica por la que pasaba en ese momento nuestra Universidad.

El resultado de ese amparo fortaleció la unidad de los trabajadores universi-tarios en torno a su Universidad y sindicato. Dio tranquilidad a los trabajadores, quienes, en reciprocidad por el respeto a sus derechos, después respondieron con entusiasmo a los requerimientos de la reforma académica acordada por el H. Con-sejo Universitario en diciembre de 1991; y conjuntaron sus voluntades para que, en las elecciones sindicales de 1994, se registrara sólo una planilla con el nombre de Azul y Oro y el lema “Unidad Sindical”, en la que me honraron en proponerme como Secretario General. Aunque sólo se registro esa planilla, los trabajadores se volcaron en las urnas, obteniéndose una votación sin precendente a nuestro favor.

En 1991 fue la última vez en que se registraron cuatro candidatos a Secreta-rio General del Sindicato ¿Le tocó vivir la efervescencia política correspondiente? ¿Qué ambiente predominó en la vida universitaria y sindical después de 1991?

Sí, me tocó vivir esa efervescencia, pero no lo hice como candidato a la Se-cretaría General del STUANL. Me invitaron a que encabezara una planilla, pero consideré que no era el tiempo para ello, que en ese momento no había condicio-nes. Las circunstancias cambiaron a fines de 1993, por lo que me di a la tarea de conformar una planilla de unidad con representantes de todas las secciones, pues era lo que hacía falta para fortalecer a nuestra Universidad y al STUANL, tras las reformas que se emprendían en la primera y la elección sin contrario y la votación récord en la determinación del Comité Ejecutivo del segundo.

Ante la presencia de todos los ex secretarios y la Asamblea General Represen-tativa, el 5 de febrero de 1994 asumimos el cargo, teníamos un proyecto sindical institucionalmente posible y socialmente necesario, protestamos cumplir con la responsabilidad de dirigir a nuestra Organización Sindical con el firme propósito y la convicción de mejorar las condiciones de trabajo, económicas y de salud de nuestros agremiados con el esfuerzo y participación de todos, sin lastimar a nues-tra Universidad.

Esa experiencia fue fundamental para planear mi actividad política futura. Al igual que otros compañeros, tuvimos conciencia de la existencia de otros tiem-pos, donde se requería de unidad para fortalecer a nuestra Institución y al sindica-to. Platiqué con trabajadores de todas las secciones, proponiendo la unidad de los trabajadores en las próximas elecciones de Comité Ejecutivo y, en su momento,

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los diferentes grupos políticos consideraron que era la persona idónea para ser secretario general, por lo que fui invitado a encabezar una planilla de unidad, la Azul y Oro. El 5 de Febrero de 1994, ante la presencia de todos los ex secretarios y la Asamblea General Representativa, asumí el honroso cargo de Secretario Ge-neral del STUANL, presentando un proyecto sindical institucionalmente posible y socialmente necesario, con el firme propósito y convicción de mejorar las condi-ciones de trabajo, económicas y de salud de nuestros agremiados.

Con ese compromiso y la estructura de unidad que logramos, las primeras ac-ciones del Comité Ejecutivo que encabecé estuvieron orientadas a fortalecer las relaciones de nuestro sindicato hacia el interior y exterior de la Universidad. Para lo primero, se llevó a cabo un retiro de trabajo en el que participaron los titulares de las secretarías del Comité Ejecutivo y de las comisiones correspondientes, te-niendo como objetivo la formulación de un programa de trabajo para tres años que estuviera estrictamente apegado a la normatividad y a los estatutos sindi-cales vigentes en nuestra Universidad; y en 1995 ampliamos el espacio físico e instalaciones del sindicato para facilitar las reuniones de trabajo y nuestro con-tacto con los agremiados. Para lo segundo, se restablecieron las relaciones con todas las organizaciones universitarias del país, que posteriormente permitieron conocer con precisión los salarios y prestaciones correspondientes a las diferentes categorías, así como la relación que tenían con las autoridades educativas del país y los beneficios que a ellos les brindaban.

En ese programa de trabajo las pensiones ocuparon un lugar importante. En consecuencia, el tema se mantuvo presente en el diálogo continuo con el rector Manuel Silos Martínez, que implicó conocer la magnitud del problema estima-do mediante estudios actuariales, las tareas requeridas para la integración de un fondo solvente de pensiones y jubilaciones, y los esfuerzos requeridos de la Uni-versidad y sus trabajadores. En coordinación con el rector, mediante métodos al-ternos, se resolvieron diferencias entre la Institución y los trabajadores de diversas secciones sindicales que percibían prestaciones no contempladas en el contrato colectivo y que impactaban significativamente en la magnitud del fondo de pen-siones; y conjuntamente con el jefe del Departamento Jurídico de la Universidad, trabajamos en la formulación de un proyecto de reglamento que se requería para asegurar la contención del tamaño del fondo, así como su solvencia.

También buscamos fortalecer la vida familiar y la capacitación de nuestros tra-bajadores, por lo que fue prioritario, entre otras cosas, restaurar la infraestructura física sindical. En 1994, con aportaciones de la Universidad, se inició la restaura-ción de la Villa Campestre: se introdujo el drenaje sanitario y se repararon todos los baños, se instaló la malla perimetral, se repararon palapas y construyeron otras más; se compraron equipos agrícolas para facilitar los trabajos de deshierbe y poda, así como la limpieza del predio; se restauraron la casa y la nave principal; se

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adquirió nuevo equipo de bombeo; se instaló un taller de soldadura, carpintería, en dos pilas que había se edificaron una bodega y un snack, etc.; se construyó un modulo de primeros auxilias, se le puso una alfombra de zacate a todos los espacios vacíos de la Villa, etc. Adicionalmente, se elaboró un reglamento para el uso de esa Villa y se incrementó el personal encargado de la vigilancia y manteni-miento de la misma.

El último año de nuestra gestión sindical fue difícil, algunos de los proyectos, como el de crear el fondo de pensiones, quedaron pendientes; sin embargo, de salida enriquecimos el Contrato Colectivo de Trabajo con “la cláusula de los días de calendario”, mediante la cual se pagan cinco o seis días al año, dependiendo de si éste es o no bisiesto, como parte de la respuesta a nuestro pliego petitorio para 1997, la cual justificamos arguyendo que sólo nos pagaban 360 días al año, quedando cinco o seis días pendientes.

La relación con otras organizaciones sindicales universitarias del país, princi-palmente de la UNAM, nos fue de gran utilidad. Nos permitió conocer con pre-cisión los salarios y prestaciones correspondientes a las diferentes categorías; la relación que tenían con las autoridades educativas del país y los beneficios que ellos les brindaban; que los sueldos de nuestros administrativos estaban alinea-dos a los de ellos. Gracias a esa información, cuando a mediados de 1995 el rector me informó que los sueldos de los trabajadores académicos estaban muy bajos en relación a los de otras universidades del país, creímos en su palabra; y al pedir-nos el apoyo para eliminar esa diferencia en el sueldo de los docentes mediante la aplicación de una partida especial que se estaba gestionando ante la Secretaría de Educación Pública, le dimos nuestro apoyo franco y actuamos en consecuen-cia, visitando todas las secciones sindicales para explicarles la razón de nuestro apoyo a ese incremento salarial diferenciado.

Al terminar mi gestión como Secretario General del STUANL, sentí la satisfac-ción de haber cumplido con el plan de trabajo que integramos conjuntamente los miembros del Comité Ejecutivo y los delegados que nos reunimos en nuestra primera actividad al frente de la organización. Agradezco a quienes participaron en ese retiro de trabajo, el esfuerzo realizado para integrar ese programa, también lo hago a quienes contribuyeron para que pudiésemos cumplir con él.

Concluido nuestro periodo, el 5 de febrero de 1997, entregamos la dirección del STUANL y un año después tramité mi jubilación a la que tenía derecho.

Usted decía que los primeros dos años. . .No puedo negar la amistad que me une al Lic. Manuel Silos Martínez, pero tampo-co su trato hacia mi persona y a los universitarios. El Rector Manuel Silos fue muy respetuoso del STUANL, de las personas y de los derechos de los trabajadores; co-

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incidimos en que el trabajo es el patrimonio del trabajador y su familia, por ende, que este debe cuidarlo y respetarlo.

Coincidimos en su concepto de Universidad, por eso participé con entusiasmo estudiando en los programas de actualización magisterial que se impartieron a todos los maestros de educación media superior, como parte de la reforma aca-démica aprobada por el H. Consejo Universitario en diciembre de 1991; impar-tiendo mis cursos en la Escuela “Álvaro Obregón”, de acuerdo a los lineamientos y contenidos definidos por la Comisión Académica del H. Consejo Universitario; acompañando, en enero de 1996, en compañía del Comité Ejecutivo del STUANL, al Pleno del H. Consejo Universitario a exigir respeto y un diálogo directo y abier-to ante el H. Congreso del Estado; y a la defensa de mi amigo en la lucha por su libertad plena y la recuperación de sus derechos, lo que para mí también implicó una lucha por nuestra alma máter en contra de la calumnia.

El diálogo solicitado entre el Pleno del Consejo Universitario y diputados loca-les se llevó a cabo; el Comité Ejecutivo del STUANL estuvo presente, fue testigo de ese evento sin precedentes. La reunión se llevó a cabo en la Biblioteca Magna con la presencia de diputados de las diferentes fracciones políticas representadas en el Congreso Local, quienes tuvieron la oportunidad de formular todas las pregun-tas que creyeron convenientes en torno a todo lo que fue de su interés; y concluyó hasta que se contestó a todos los cuestionamientos formulados. Nos consta.

No obstante ese diálogo, no cesaron las agresiones realizadas, principalmente por políticos panistas a través de los medios de comunicación, lo que provocó una reacción enérgica del Comité Ejecutivo del STUANL y; por acuerdo del Conse-jo Consultivo, acudimos en masa ante el recinto del Congreso del Estado, siendo recibidos por el presidente en turno de ese cuerpo colegiado, a quien se hizo la entrega formal de un escrito refrendando la defensa de nuestra Universidad, una vez que se dio lectura completa a ese documento. A pesar de nuestra reacción, los ataques continuaron.

Ante ese clima de agresión externa en contra de nuestra Universidad, el señor rector, para no lastimar a nuestra alma máter y no llevarla a situaciones conflic-tivas semejantes a las vividas a principios de los setenta, presentó su renuncia con carácter irrevocable; y por su carácter irrevocable la H. Junta de Gobierno la aceptó, al mismo tiempo que manifestó el reconocimiento por su labor realizada durante todo el tiempo de su gestión al frente de la Universidad, que permitió a la Institución establecer, cumplir y proyectar programas administrativos, académi-cos, de investigación y de servicio social, con los que fue posible alcanzar metas y logros sustantivos en el desarrollo de la Máxima Casa de Estudios del Estado, con alta significación en el contexto nacional de la educación superior. También reconoció su actitud de considerar prioritario para la vida universitaria minimizar

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con su decisión las fricciones provenientes del exterior y propiciar un ámbito de tranquilidad para la buena marcha de la Universidad, agregando además que este suceso debe ser motivo de reflexión para todos los universitarios para vigorizar la integridad de la Máxima Casa de Estudios, dejando de lado provocaciones y ataques que aunque han venido del exterior, han perturbado internamente a la Institución.

La renuncia del Rector Manuel Silos fue infructuosa, pues la agresión contra la Institución continuó y la división interna se realizó. Arguyendo una lesión al pa-trimonio universitario, se cometió una infamia en contra del licenciado Silos y dos universitarios más, al acusarlos de peculado, de haber dispuesto de recursos para fines ajenos a la Institución, al realizarse gastos en estudios, trabajos e investiga-ciones para la formulación de proyectos de obras como el Túnel de la Loma Larga, la Presa El Cuchillo, el edificio de la unidad Churubusco de la Escuela “Álvaro Obre-gón”, el Paseo Santa Lucía, la Biblioteca Magna, etc., que redundaron en recursos federales extras para el Estado y Universidad. En contubernio con el Ministerio Público y los sistemas judicial estatal y federal, se maquinó un juicio que lastimó no sólo al Lic. Silos y a sus coacusados, sino a la Universidad. El Rector y Consejo Universitario en turno renegaron de las obligaciones y funciones de la Institución, establecidas en la Ley Orgánica de nuestra alma máter, fueron instrumento para pisotear los derechos constitucionales y humanos del Lic. Silos y coacusados y negar la función de servicio social de la Universidad.

Siete años después de iniciado el proceso penal antes mencionado, la inmo-ralidad de las autoridades universitarias quedó probada. Al resolverse el juicio de amparo directo en materia penal correspondiente, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Cuarto Circuito Federal listó las razones probadas por las que el delito de peculado que se imputaba no existía ni responsabilidad alguna de los inculpados, concluyendo que el Lic. Manuel Silos y coacusados cumplieron fielmente con la normatividad universitaria, que los estudios realizados redun-daron en beneficios para la sociedad y en el incremento patrimonial de nuestra Universidad.

Entrevista realizada por Mauricio VillaTranscripción realizada por Erika Flor Escalona Ontiveros

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isaÍas BaldeRas candanosa Secretario General en el periodo 1997-2000

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Para contextualizar un poco, platícanos de tu vida como estudiante den-tro de la UniversidadBueno, de la Preparatoria 2 paso a la Facultad de Arquitectura, soy de la

generación del 74, y trabajo en la iniciativa privada hasta el 83, donde ingreso a la Universidad Autónoma de Nuevo León ya como docente y también como no-docente, tenia de las dos categorías, en la Facultad de Ciencias Biológicas, ahí se me dio la oportunidad.

¿Cómo fue tu inclusión en la vida sindical?No me lo esperaba definitivamente, como te digo yo estaba en la iniciativa priva-da y me metí a la Universidad, y cuando entro a la facultad de ciencias biológicas, pues mi formación fue siempre de la IP, iniciativa privada, y pues ahí conocí mu-chos compañeros, amistades, de la facultad pues el Dr. Galán, el Dr. Reyes, el Dr. Mercado, son los que más apoyo me dieron en un principio y empiezo a sentir la inquietud por los compañeros, siempre había inquietudes por mejorar las cosas y empiezo yo a estar con ellos y me nombran delegado de la sección, así empie-zo yo por el 83, y sigo como delegado y empiezo a integrarme a las asambleas generales representativas del sindicato, me acuerdo que el sindicato estaba en Ruperto Martínez y Pino Suarez, de hecho ya cuando me integro como miembro del comité ejecutivo fue cuando el cuate Guzmán era el secretario, y yo ya en ese momento era el presidente seccional de la sección 20, de la Facultad de Ciencias Biológicas. Entro al comité ejecutivo con el cuate Guzmán y después con el licen-ciado Quiroga, al comité ejecutivo y después del licenciado Quiroga ya tengo el honor de que se me tome en cuenta para ser Secretario General para el periodo 97-2000

¿Cómo era el ambiente, históricamente, al momento de entrar al stuanl?Bueno, yo realmente entre al comité ejecutivo con el “cuate” Guzmán, y yo veía

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muy bien el ambiente, el interno, pero a nivel Universidad si había ciertas inquie-tudes, de gente que no se le cumplían ciertas cosas, hubo antes del cuate Guzmán una situación difícil en una asamblea general representativa donde tumban una puerta del Colegio Civil, toman las instalaciones, eso se pasa inclusive en tele-visión a nivel nacional, sale con Jacobo Zabludovsky, entonces eso manifestaba que había situaciones, no pues, algo había dentro de la Universidad, porque el sindicato es un reflejo de la Universidad, y con el cuate Guzmán se van limando las perezas, se van los grupos conjuntando, con el licenciado Quiroga se fortalece esa situación y cuando llego yo habría que hacer cosas ya para esos grupos, esa gente que ya estábamos en uno, ya éramos uno, habría que ir ya pensando en el mejoramiento de las clausulas, de los trabajadores.

¿Cuál era tu proyecto al inicio de tu gestión?Yo tenía una línea de seis metas, mejoramiento la villa campestre, que la gen-te pudiera llevar invitados a la villa, ver lo de las casas, fortalecer los créditos a los trabajadores, y no recuerdo las ultimas, pero en general crear un… y en esa inquietud ya estaba lo de un fondo de pensiones y jubilaciones; anterior-mente se había platicado con el señor Quiroga, pero no se había fortalecido, no se habían unido las cosas para que se dieran y con en este caso me refiero a rectoría, el gobierno del estado y sindicato, tienen que estar en una unión.

¿Pero ya había una cláusula que lo establecía no?, que no se había aplicado, según tengo entendido

Bueno lo que pasa con las jubilaciones eso es siempre responsabilidad de la Uni-versidad, siempre ha sido, desde que se creó el sindicato, en el Contrato hay una cláusula que dice que la Universidad es responsable de las jubilaciones de lo tra-bajadores, y si, lo que pasa es que en ese momento cuando yo llego a la secretaria general en varias universidades del país, Durango, [Baja] California, Zacatecas, ya no se estaba pagando a los jubilados, o sea ya no había presupuesto, el Gobier-no ya no tenía presupuesto para las nóminas de los jubilados; entonces había universidades que tenían ocho meses que no se les pagaba a los jubilados, no se les cumplían sus cláusulas, a raíz de eso empezamos a ver que nos iba a tocar a nosotros, que nos iba a llegar esa situación, y previniendo eso hablamos con las autoridades de que si podríamos crear un fondo de pensiones y jubilaciones don-de aportáramos y aportara la recetoría un porcentaje, más o menos de acuerdo al seguro social, sin que fueran exactamente para eso, aquí nada más era el 12 de los trabajadores y 14 de la universidad, y se crea el fondo en el 98 para evitar un pro-blema que actualmente todavía tienen muchas universidades del país. Ese fondo

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que se creó en el 98 da para una seguridad de los trabajadores hasta por 100 años, aproximadamente, entonces eso fue algo bueno que se creó, algo que los trabaja-dores actualmente valoran, valoramos; en su momento, pues no estábamos acos-tumbrados a aportar un cinco para, todo no los daba la Universidad o el Gobierno, y no fue fácil, se platicó todo un año con las diferentes secciones, compañeros como el cuate Guzmán, Mario Burgoa, el compañero Jaime Otilio González, nos apoyaron en platicar con diferentes secciones, yo fui a varias, y pues, sensibilizan-do a la gente, al final todos en la Asamblea General Representativa apoyamos el proyecto en el 98 y es donde se crea el Fondo de Pensiones y Jubilaciones.

Un parte aguas… Creamos el fondo de pensionaos y jubilaciones que inicia con aportaciones del Gobierno del Estado, de la Rectoría y un 3% de los trabajadores que fue aumen-tando hasta el 12%, pero ese 3 lo sigue poniendo la universidad, o sea realmente es un 9 por parte de los trabajadores, pero se nos toma como un 12, y si después de la creación de ese fondo, las universidades que tenían conflicto como Baja Ca-lifornia, Zacatecas, eh, nos pidieron que fuéramos a darles platicas, conferencias, de cómo había sido la creación de nuestro fondo para ellos tomar sus propias decisiones de su propio fondo, porque los fondos pues no son iguales, cada quien tiene sus propias características, aquí así se dio, y pues fuimos a varias universi-dades del país a dar esas conferencias para que ellos tuvieran una idea de que se trataba y de que había aportar, había que ceder un poco para beneficio futuro de nuestras familias, porque esto garantiza a la familia, no sólo al trabajador.

Otro parte aguas, otro apoyo, no solo en cuestión de pensiones, sino tam-bién a la salud del trabajador, ¿cómo se da esto?

Bueno el fondo es básicamente hacia pensiones y jubilaciones, verdad, en una plática… ahorita se le da un 7% al Hospital Civil y a Servicios Médicos, en una plá-tica que en ese momento tuvimos con el doctor Ancer, que en ese momento era el director de la Facultad de Medicina, comentamos ciertas situaciones o clausulas no cumplidas o cumplidas a medias, porque siempre platicamos con las personas para solucionar esos problemas, y dentro de esas platicas con el doctor Ancer, él nos comentaba que el Hospital es muy sentido y tiene muchas carencias, y que si lo apoyábamos con el fondo de pensiones con el 1% por siete años y dijimos que si a partir de… no recuerdo el año, pero se puso un límite, y se empieza a aportar el 1% a los servicios médicos y actualmente es el 7%; se dio en ese momento bajo sus circunstancias muy especiales y se acordó con las autoridades, con el rector,

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el director de la facultad de medicina y un servidor, pero ahí eso fue la creación, cuando se consolida es en los siguientes periodos.

Se hace en esta época un reglamentoSe hace un reglamento y se empieza a ejercer y se van viendo lo que funciona y lo que puede funcionar mejor, y cada Secretario fue dando aportaciones para que siempre fuera en beneficio de los trabajadores, para que funcionara mejor para los trabajadores.

La villa campestre…En un principio, cuando yo entro a la Secretaria General había unas relaciones con el Gobierno del Estado que no estaban muy bien, y de pronto recibimos una invitación del Gobernador, que era el señor Benjamín Clariond, y fuimos a saludarlo y dentro de las pláticas con él me decía, “¿oye me vienes a pedir algo?”, y le digo “no, vengo a saludarlo, señor gobernador”, no se la podía creer y yo tampoco [risas], entonces ya que fuimos a las pláticas con el comité ejecutivo ahí mismo en el Palacio de Gobierno, lo invitamos a que fuera la villa campestre cuando la inauguramos el 21 de marzo, y ahí como anécdota le dije “nomas tenga cuidado señor gobernador, porque la entrada está muy lodosa” y me dice “oye yo te la pavimento” y efectivamente, como en un mes, yo le había dicho que eran como 200 metros pero resultaron 500, pero como quiera se pavimentó y eso fue muy recocido por los trabajadores que asistían con sus familias, y esos 500 metros aún siguen ahí pavimentados y eso gracias al gobernador que nos apoyó mucho, y también el gobernador Clariond nos apoyó con la guardería que está cerca del Instituto de Ingeniería Civil, las primeras piedras ahí las colocamos y se construyó la guardería, y creo que ahora va a desaparecer.

¿Qué más nos puedes comentar de tu periodo?Bueno en general eso es lo que puedo decir que no es un quehacer general, que fueron cosas que se lograron fuera de lo que todos hacemos, verdad, de lo normal, otra cosa que también puedo mencionar, es que por esas fechas, en una asamblea general representativa la prima de productividad estaba en cuatro días para los trabajadores, eso no está en… es una prestación, o sea no es un sueldo, entonces no se puede poner dentro de la repuesta ni en el Contrato Colectivo, y el rector me dijo “yo te puedo apoyar…”, porque yo siempre le pedía apoyos, que si no era en el salario pues me apoyara en prestaciones, y me dijo el doctor Reyes, “pues en lo que te puedo apoyar es en la productividad, diles que te aumento a siete días”, o sea era como un 80 y tantos por ciento, a final de cuentas, y recuerdo que ese día leímos la repuesta de rectoría y ya cuando la tenía en consulta, les digo “Ah, se me

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había pasado, nos da un aumento del 81% en la productividad”, no pues imagína-te, todo mundo empezó a sacar las calculadoras, porque eso no podía ir dentro de la repuesta, no estaba dentro, no te lo dan cuando te jubilas, no es como la prima vacacional que si está dentro del salario, la productividad está fuera del salario y pues se aumentó la productividad de cuatro a siete días por semestre, creo, y pues realmente fueron, al año, me acuerdo yo que era como un 81% y se nos hizo mucho, verdad, pero, eso es lo que recuerdo fuera de, todo lo demás pues es parte del quehacer diario.

¿Qué te deja a ti en lo personal el haber estado en ese periodo?Bueno, la verdad, te voy a decir que yo tengo una formación empresarial, porque yo estuve en la iniciativa privada, recuerdo que cuando me piden o me buscan para el sindicato, yo me sentí sorprendido, dije, yo creo que yo no voy a ser una persona sindicalista, no sabía que lo traía, pues uno nunca sabe, pero todos me decía es que tu ayudas mucho la gente, tu desde la facultad ayudabas a grupos de gente, pues yo les ayudaba gestionando, y pues dije, pues ojala haga un buen papel porque para mí el “cuate” Guzmán había sido un ejemplo a seguir, era una persona que pudo conjuntar a los grupos, y yo dije, pues ojala yo pueda igualar la gestión del ingeniero Guzmán o por lo menos cerca, y trate de mantener las puertas abiertas, de ayudar a la gente, de que las becas de los hijos de trabajadores funcionaran, que fue una lucha que pues no se logró en todas las facultades, pero en muchas si se logró que se aceptara el 100%, en otras se sigue batallando, verdad, pero a mí me deja una satisfacción personal, se hizo el esfuerzo, o sea no estoy conforme en todo, pero si satisfecho en lo que se hizo, en todo lo que logramos, en lo que mejoramos, y lo dejamos para las siguientes generaciones, sobretodo el Fondo de Pensiones, que ese ahorita se ve que todo el mundo en México quisiera tener un Fondo de Pensiones para asegurar el futuro de los trabajadores y sus familias.

Es muy poco tiempo para hacer tanto, ¿no?Pues al principio parece mucho, tres años, ya después ves que en realidad es muy poco para hacer todo lo que planificas, y todo lo que necesitas, así es; yo pienso que debería de haber reelección, yo sé que los estatutos dicen que no y lo respeto y así a sido siempre, y a funcionado, pero tal vez debería de haber una reelección.

La visión del sindicato, dentro de tu sector empresarial, pues es una visión…

Fíjate de que antes de que entrara yo al sindicato como Secretario General, yo tenía esa imagen del sindicato, yo creo que la mayoría de la gente tiene esa

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imagen de los sindicatos, que son corruptos, que son malos, que nomás andan perdiendo el tiempo, porque yo estaba en la iniciativa privada y como que los ves flojos, que no trabajan, ya cuando estas dentro del sindicato, cuando tomas la batuta, ves que es un trabajo muy grande, que una sola persona no lo puede hacer, debes de tener el apoyo de tus compañeros, de tus secretarios, de tesorería, de deportes, todos tenemos que trabajar juntos y armonía para que el sindicato salga adelante, no hay súper-secretarios, no hay, tienen que hacer su función, tanto el que se encarga de los trabajadores del sindicato, que es el oficial mayor, desde ahí empieza todo.

Hay mucha gente dentro del sindicato que se ha quedado y a seguido… Dentro de mi periodo yo me apoye mucho en Carlos Morales, en el licenciado Oyervides, me apoye mucho en ellos, en Rafael Garza, son personas sindicalistas, que realmente lo tienen en la sangre, que lo sienten, y las cuestiones legales, las cuestiones difíciles del Contrato Colectivo ellos las entienden perfectamente y saben del espíritu de la cláusula, ellos dan la solución y ellos ven cuando realmen-te algo está beneficiando o perjudicando a los trabajadores, entonces ellos son donde apoyarse.

Ellos formaron parte importante dentro de la creación del fondo, ¿no?Si, de hecho cuando el fondo, ellos ayudaron a redactar el fondo, el reglamento del fondo, el licenciado Carlos Morales, Pedro Castellanos, Rafa Garza, y más gente, que se me olvida nombrarlos, verdad, pero que sabían el espíritu y lo que debe de contener, y como se debe de elaborar las clausulas y reglamentos de un sindicato, ellos tiene toda la experiencia del mundo, gente muy valiosa que todavía esta y aportan para que esto siga funcionado.

En este 50 aniversario y desde otra posición en tu vida, ¿cómo te gustaría visualizar al sindicato a futuro?

Bueno, a mí me tocó el 35 aniversario y lo veía lejos, decía., es bastante lo que hemos hecho, sobre todo a cómo empezó y los problemas que tuvieron, yo me acuerdo que platiqué con ex secretarios generales de esa época, y me decían que andaban armados, ellos traían pistola, una anécdota que me platicó un secretario fue que en la rectoría, cuando los problemas que había huelga, ellos sacaban la pistola ahí con el rector enfrente, y me comentaban que el rector era este… ya se me olvida todo, este, como se llama, el que sale en el canal 12… bueno, una situación difícil que hasta tenían que traer pistola, entonces de ver esa situación de cómo comenzó el sindicato, joven, violento, difícil y con rechazos de las autoridades, a donde estábamos en el 35 aniversario, era un avance muy grande. Ahora veo un

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sindicato fuerte y espero que siga fuerte, bien dirigido, ha estado bien dirigido por los compañeros y pues espero que siga igual y que sigan fortaleciendo las cosas, las clausulas, en beneficio de los trabajadores, y que el fondo de pensiones lo hagan más fuerte, lo fortalezcan, que no lo descuiden, para beneficio de las generaciones futuras, yo veo un sindicato más grande, más maduro y así espero que siga siendo.

En la actualidad es difícil ¿no?Fíjate que la indiferencia se da por la tranquilidad y la seguridad, si la gente ve que esto funciona y que les están cumpliendo, pues ellos están tranquilos, en paz, yo no quisiera decir otra palabra, pero el sindicato yo siempre he dicho que es un tigre dormido, si las cosas están bien vamos a estar tranquilos, no pasa nada, pero si algo hace que despierte el tigre del sindicato, va a despertar, la gente tra-bajadora siempre ve por su familia, y si ven perjudicado algo, pues la gente va a protestar, afortunadamente el sindicato es fuerte, está asegurado, y esa tranquili-dad, esa aparente conformidad, de las nuevas generaciones… a una forma tal vez de que la gente se informara mas es que el Contrato Colectivo se repartiera, y el reglamento del sindicato, todos los secretarios hemos hecho eso, nosotros impri-mimos como mil ejemplares del contrato.

Actualmente se descarga vía electrónica, y últimamente como que la gente ha estado regresando, ha demostrado mayor interés y se está volviendo a maravillar con lo que tiene, porque son más de…

200 prestaciones, sí, es cierto, eh, a mi algo que me llamó la atención de los últimos periodos, fue que… por ejemplo cuando fallecía un trabajador, a la viuda se le daba una pensión de diez años del 100% del trabajador, que haya cumplido 30 años, después de ahí ya no se le daba nada, ahora parece que ya hay después de los diez años una aportación económica como de 2-3 mil pesos mensuales, algo así, y más que suficiente, de veras, verdad, para una persona mayor, para sus necesidades básicas, que bueno que se logró eso, eso me dio mucho gusto.

Entrevista realizada por Mauricio Villa el 20 de junio de 2013Transcripción realizada por Susana Acosta Badillo

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Joel montemayoR sotoSecretario General en el periodo 2000-2003

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¿Cómo es que inicia su vida en la Universidad desde estudiante?El momento en que yo ingreso a la Universidad, específicamente a Preparatoria 7, donde en ese tiempo existía una gran cantidad de maestros,

tanto normalistas como maestros universitarios. En ese tiempo el director Rolando Solís Montemayor me pidió colaborar con la institución Prepa 7 e ingresamos con algunas horas de la materia de Química, que posteriormente se tradujeron pues en más de 30 años de trabajo en esa institución.

¿Usted qué licenciatura estudió?Yo estudié normal básica para maestros. Estudié la Normal Superior en la especialidad de Ciencias Químicas; estudié preparatoria y por motivos personales me retiré de la Facultad de Ciencia Químicas.

Muy bien, ¿cómo es su inclusión en la vida sindical? Dentro de la preparatoria, a través de los años, era un centro muy importante de maestros que entendían y se apasionaban por los derechos de los trabajadores universitarios. En el caso mío, siempre estuve ligado o sentía yo ese apasionamiento; llegó el momento en que el personal, nuestros compañeros vieron en mi persona el elemento que podría desempeñar la cabeza interna seccional de nuestra institución, y fue entonces que ocupé por primera vez el cargo de presidente seccional. Y de allí en adelante en el período del compañero finado Raúl López Aldape, desde ese entonces nos apegamos a puestos en el sindicato, que fueron desde secretarías como el del fondo de pensiones y jubilaciones en la secretaría cultural y artísticas, y otros hasta ser suplentes del, como secretario cuando fue el compañero Candanosa; y fueron muchos años de vida sindical. Posteriormente volví a ocupar por segunda ocasión otra vez el puesto de la presidencia seccional de nuestra preparatoria, hasta el momento en que pues suceden las cosas de tal manera de que la organización sindical y los elementos que la componen vieron en mi persona el candidato para suplir al compañero Isaías cuando él termina a la secretaría general, que fue del año 2000 al 2003.

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¿Cómo se desempeñó su período desde lo que fue planear una campaña, una propuesta?, y lo que usted considere los puntos más destacados de su administración.

Pues mira yo considero un punto del cual se derivan todos los demás: la defensa de los derechos del trabajador universitario, todos los derechos, toda la defensa del trabajador se derivan de ese, para mí de ese punto esencial, servicios médicos, todos los derechos que están plasmados en nuestro Contrato Colectivo de Tra-bajo, que fueron logrados en base a luchas sindicales, luchas muy duras, severas, nada fue gratis. Esto que se está haciendo creo yo que las nuevas generaciones que están ingresando a nuestra alma máter, a nuestro sindicato, creo que sería conveniente que se enteraran que las cosas que hoy gozan fueron conseguidas a base de lucha y de lucha fuerte. Por eso yo centro que toda la actividad que nosotros hicimos en nuestro trienio se centró buscando el beneficio del trabaja-dor, la defensa de los derechos; el trabajador universitario, puedo citar que pues de recién entrados había un problema muy pesado que se había dado con unos compañeros del Hospital Universitario, compañeras enfermeras, y que al final de nuestro trabajo pronto plantando de las autoridades de Rectoría –que en ese caso en paz descanse el doctor Piñeyro–, a ese problema tan anudado –y vinieron otros y otros y otros problemas en Linares con los compañeros de Ciencias Fores-tales con sus horas de trabajo–, y así problemas individuales hasta el último día de trabajo, entonces eso es lo que para mi manera de ver se debe de centrar. Todos los beneficios que se otorgan son derivados de ese principio inicial: la defensa de los trabajadores universitarios, de sus derechos, de su contrato colectivo, de estar vigilante que se cumplan cada una de la cláusulas de nuestro contrato, que no se vea diezmado, cambiado, modificado, verdad; porque nosotros sabemos que de eso de que está escrito y legalizado depende los beneficios de nuestros trabajadores.

Muy bien, fueron tres años de trabajo ¿siente usted qué alcanzó a cumplir las metas en ese tiempo?

Siempre, siempre se dejan cosas pendientes que se retoman por la siguiente per-sona que sigue, algunas cosas quedan en tintero, otras salen avante. Y yo me sien-to muy contento de que mis amigos que me acompañaron en el trabajo sindical posteriormente fueron secretarios generales; hablo de Tomás, hablo del ingeniero Graciano, de Salvador de la Paz, del doctor Oscar, excelentes personas como tra-bajadores que les interesa el quehacer sindical, que se entregan hacia eso. Siem-pre quedan cosas pendientes, siempre se hicieron cosas importantes. Una de las cuestiones que recuerdo, siempre buscando el beneficio económico, fue el que se

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pudiera lograr que ese día feriado de los meses que traen 31 días, fueran pagados en el mes de enero, y fueron cinco días más que se les brindó a los trabajadores; y como eso también pusimos atención este al contacto externo de nuestro sin-dicato con otros sindicatos nacionales como la CONTU, como la FNSU, allí lo que nosotros, nuestra participación en eventos, en congresos, que recuerdo uno que ese fue en Guadalajara que nos acompañó el ingeniero Antonio González como Secretario de la Universidad para ver la posibilidad de que en otros sindicatos de otros estados vieran el beneficio que estábamos logrando nosotros con el haber implementado el fondo de pensiones y jubilaciones. Este fondo de pensiones y jubilaciones nace cuando en aquel tiempo ocupaba la secretaría de pensiones y jubilaciones, y nosotros hicimos un proyecto para crear el fondo de pensiones y jubilaciones que en aquel entonces se lo presentamos al doctor Piñeyro. En ese tiempo él juzgó que no era necesario de la problemática que iba a haber en los años que estamos viviendo, y pues no se implementó en ese momento, pero la idea siempre estaba por allí, cambiaba.

¿En ese momento quién era Secretario General?En de Secretario General parece que era el compañero Raúl López Aldape y los compañeros que hicimos eso el compañero Reséndiz y entraba Oyervides, Carlos Morales y gente que siempre le gustó participar. Después de eso en el período del arquitecto Isaías, se vuelve a tener otra vez la idea de volver a iniciar el fondo de pensiones y jubilaciones, y en este caso se llevó a las secciones; hubo cierto inconformidad en algunas secciones como prepa 7; se logró hacer un reglamento que lo propusimos al sindicato que se retomó y que eso se llevó a las secciones que finalmente en una asamblea general representativa se tuvo la oportunidad de aprobarlo y ahí se inicia. Pero creemos que si se hubiera iniciado en el tiempo que nosotros lo proponía el sindicato, siempre fue una propuesta sindical, hubié-ramos estado todavía con un fondo increíblemente fortalecido.

¿Por qué salió de los trabajadores un descuento? porque si es una responsabilidad patronal ¿y aquí parece que el sindicato fue más responsable que el mismo patrón?

Así es, porque no creíamos, nosotros sabíamos que los fondos de pensiones y jubilaciones no eran factible en los estudios si no se hacía de manera compartida. Un fondo de pensiones y jubilaciones no aguanta o no iba aguantar sostenido únicamente por la Universidad, cosa que se están dando ahorita con el sindicato de Zacatecas, de Sinaloa; aunque el Contrato Colectivo derive de que es respon-sabilidad del patrón porque así lo dice, pero no pone límites de que el trabajador

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–previo el acuerdo y previo autorización– podría coadyuvar para que después se retornara en su beneficio en esto, y por eso se lleva a las secciones; se pide la auto-rización del trabajador, se aprueba, o sea no se hizo a espalada del trabajador.

¿Pero fue un momento muy álgido o sea hacerle entender a los trabajadores que lo que se te van a descontar es por su bien?

Así es.

Hay creo que un primer rechazo a una propuesta inicial, que era directo por el 12%, algo así.

Así es, creo yo que al principio faltaba más información al trabajador cuando se tuvo la información suficiente, que se le pudiera responder al trabajador hasta la mínima inquietud era importante. Se ponía también de referencia la construcción de la clínica; en un principio costó al trabajador universitario un porcentaje, enton-ces pues se apostó a eso, se creyó en el proyecto y pues anduvimos prácticamente toda la república mexicana porque nos pedían cómo se estaba solucionando el problema en Nuevo León, porque a ellos pues ya les había llagado la problemáti-ca y no tenían forma de cómo resolverlo. Y compartíamos en congresos tanto en la FNSU como en la CONTU para ver los beneficios que nosotros teníamos, y de allí pues del fondo ahora ya en un determinado momento se está apoyando a los ser-vicios médicos ¿con qué finalidad?, pues tener más calidad en nuestros servicios médicos, que es en realidad cuando llegamos a cierta edad que lo requerimos. Es importante tener eso recursos para el trabajador universitario y para su familia.

¿Cuál era el contexto histórico cuando usted es Secretario?, ¿cuál es el ambiente en la Universidad, el ambiente en los trabajadores?, ¿cómo se van consolidando estas prestaciones?

Siempre una revisión de nuestro Contrato Colectivo y que se hace de una manera esmerada, para ello se iba a todas las secciones, a todas las secciones. Ahorita me estaba diciendo el doctor Oscar de la Garza: “yo aprendí de usted en las juntas”; en las secciones foráneas la gente a veces se levanta, a veces molesta, y decía el doctor Oscar, me acuerdo perfectamente que el maestro decía: “deje que la gente se exprese, que diga lo que tenga que decir y tome nota de esas, de esas cues-tiones que se levantaron”. Sirvió en mucho, en mucho armar las exigencias de las necesidades de los trabajadores porque vas al fondo, muchas veces te puedes pasear aquí en el patio de tu sindicato, pero el sindicato es todo, es todo, todas las secciones. Y se tiene que tener el interés de ir, así como se pidió el voto, dar la cara, dar las explicaciones, escuchar todo tipo de necesidades y tratar hasta donde sea

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posible de resolverlas; esa fue nuestra intención: el contacto siempre con el tra-bajador universitario con el que estaba tranquilo, con el que estaba intranquilo y con el que estaba molesto, y más con esas personas, porque de ellas es en parte lo que se debe de tener cuidado, también habría… [se corta el audio]

Entrevista realizada por Mauricio Villa el 27 de junio de 2013Transcripción realizada por Erika Flor Escalona Ontiveros

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tomás tiJeRina salazaRSuplente Secretaría de Educación sindical en el Comité Ejecutivo presidido

Jesús Guzmán (1991-1994) y Secretario General (2003-2006)

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Platícanos un poco cómo es tu inclusión en la Universidad y de ahí cómo te integras al trabajo sindical.Bueno, esto data de hace 33 o 34 años. Estoy por cumplir 37 en la Universi-

dad, pero fue, creo, que al quinto o sexto año siento atracción por la vida sindical y nuestra sección –que era de las más jóvenes, por así decirlo, la sección 46– en ese tiempo era una facultad que tenía una enorme disciplina, por esencia y natu-raleza, de lo que se da en el deporte: la Facultad de Organización Deportiva. Los compañeros míos, uno que ya falleció, el ingeniero Izaguirre, cuando se forma la sección a instancia del sindicato, se nos pide que nos integremos. De esa manera se forma la sección 46 y empieza el ingeniero Izaguirre como seccional; poste-riormente la facultad empieza a crecer y lo invitan a participar como secretario académico de la facultad en ese tiempo. En esos días el licenciado Pedro Castella-nos, que toda su vida ha sido una persona sindicalista, entra el relevo y nos dimos cuenta que nuestra facultad estaba creciendo y nuestra participación en el sindi-cato necesariamente tenía que crecer también; queríamos participar en todas las actividades, en toda la esencia y naturaleza de nuestra Universidad, a participar sindicalmente. Así fue en el período del profesor Rodolfo de León que me integro de lleno y tengo una posición dentro de una comisión; en la próxima administra-ción ya formo parte del comité ejecutivo y así empecé mi participación, siempre presidente de alguna de las comisiones o bien en tres o cuatro ocasiones como un miembro del comité ejecutivo. En el 2003 llego a la secretaría general de este sindicato y mi período fue 2003-2006.

Cuéntenos de qué momento histórico era más o menos previo a que entraras a la secretaría y desde esta llegada a la secretaría ¿cuáles son los logros que tú consideras que se dieron en tu administración?

Bueno, previo a mi llegada a la secretaría general estaba recién formado el fondo de pensiones y jubilaciones, entonces cuando llego yo era en ese momento, a parte de la seguridad social –al hablar de seguridad social me refiero al servicio médico– que era el 90% de las peticiones de los compañeros trabajadores, era el

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servicio médico y afianzar, vigilar y crecer en el fondo de pensiones y jubilaciones ¿por qué? porque en ese tiempo ya se daban las crisis muy fuertes, muy fuertes en las universidades, y la mayoría de las universidades –y creo que todas, me estoy refiriendo a todas– la seguridad social de ellos está dentro de las instituciones de seguridad social como son el IMSS o el ISSSTE. En nuestro caso no quiero decir que somos afortunados, pero yo sí siento que somos un sindicato de avanzada, un sindicato de vanguardia ¿por qué? porque tenemos nuestros propios servicios médicos y nuestro propio fondo de pensiones y jubilaciones ¿qué nos dice esto? bueno, pues que nos garantiza una jubilación dinámica y una estabilidad tanto como al trabajador activo como el que está jubilado ¿por qué? porque el jubila-do siente una seguridad que si por alguna causa el gobierno federal –sería una catástrofe y espero que nunca suceda– que no tuviera los recursos económicos para darnos esa seguridad social, esa seguridad económica, bueno, ahorita los trabajadores tanto los activos como los jubilados pueden desempeñar su trabajo y su vida familiar de una forma más cómoda, porque tenemos garantizada la se-guridad económica con este fondo de pensiones y jubilaciones, y con el servicio médico, que es propio de los trabajadores único en todas las universidades del país. Y esto fue una visión compartida tanto por el patrón, que es el señor rector en turno, como por el sindicato, sindicato que también es único en su formación, en su naturaleza, su esencia ¿por qué? porque aquí todos somos miembros de un solo sindicato. Aquí incluso el trabajador con el salario más bajo hasta el más encumbrado, hasta el rector que cuando deja ser rector es un miembro más de este sindicato. Aquí no hay tabuladores, aquí no hay categorías, a este sindica-to pertenecemos todos los trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Esto es un argumento sólido, una justificante para llegar a lo siguiente: en ese momento se trabajó y se fortaleció el fondo de pensiones, se buscó crecer, se creció en mi período, en el servicio médico, se avanzó mucho, el servicio médico mejoró sustancialmente; había muchos compañeros maestros que formaban par-te de otras instituciones, tenían otro trabajo –como eran maestros de la sección 50 o 21 o tenían otro trabajo a parte de la Universidad– y pronto se dieron cuenta que el servicio médico de nosotros era muy bueno, muy eficiente y fue cuando creció más a partir de año 2003. En mi administración llegaron a ser 45 o 46 mil derechohabientes en el servicio médico; el crecimiento fue muy brusco, fue un tumbo tremendo porque precisamente en ese tiempo que se mejoran las insta-laciones se implementa un sistema para la atención de los derechohabientes del servicio médico. Entonces, crece vertiginosamente ¿por qué? Porque muchos se dieron cuenta que era muy bueno y optaron por atenderse en el servicio médico que tenemos los trabajadores de la Universidad y dejaron a un lado otro tipo de servicios médicos porque [los de la Universidad] eran buenos.

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La carga del servicio médico fue brutal.Sí, tremenda, muy brusca, muy brusca porque en finales del 99, 2000, 2001 el servicio médico y sus las instalaciones crecen, se modernizan, en ese tiempo empieza el doctor Piñeyro. Pero quiero ser honesto, me tocó ver el trabajo del doctor Ancer como director y crece mucho el Hospital Universitario, no solamente en lo físico sino en la atención personal a los trabajadores; nosotros estábamos encantados ¿por qué? porque remodela el Hospital, trabaja mucho, hace mucho por el hospital. Mis hijos, mi esposa, yo, felices, orgullosos porque teníamos, lo tenemos todavía, un Hospital en donde la cultura de la medicina para mí es la mejor del país, mejor que los hospitales privados; los mejores médicos, las instalaciones también. Trabaja mucho el doctor Ancer y esa fue una de las causas principales, de las razones más importantes por la que nosotros los trabajadores nos sentíamos, nos sentimos orgullosos y muy protegidos, claro que nunca, nunca las soluciones van a ser, nunca le vamos a ganar a las necesidades, siempre van a ser; las necesidades crecen más que la capacidad de solución, pero aquí se trabaja siempre buscando la solución a un problema o a los problemas. Entonces ese fue uno de los aspectos que más se trabajó, se protegió, se fortaleció el fondo de pensiones y jubilaciones, no hubo ni una demanda en mi período.

De hecho hubo una demanda primero de unos jubilados, que había habido ahí, nos comentaba el biólogo Rafael Garza que se incluyeron erróneamente; demandan, ganan y luego viene un período donde se reajusta el reglamento para darle certeza jurídica.

Sí, en la Preparatoria 9 y en la Facultad de Arquitectura empezaron. Yo no quisiera hablar de eso porque es parte de la historia y eso ahorita en este momento está solucionado, pero sí me tocó vivir la presión, pero finalmente hubo mucho diálogo, hubo mucha apertura de mi parte, no hubo ninguna demanda, si las hubo no sé no puedo hablar de eso. Lo que sí sé es que se dio una solución, en este momento todo está en santa calma, en paz; el fondo de pensiones sigue, seguimos aportándole, sigue creciendo y la seguridad sigue creciendo.

Dentro de tu administración aparte de estos logros ¿qué nos puedes platicar del contexto alrededor este histórico para el trabajador?

Contexto histórico ¿en qué aspecto?

Si había paz sindical en ese momento.Mucha paz, mucha paz, incluso yo fui cuando me toca ser secretario general, fui el primer secretario que incluyó a todas las madres, a todas las trabajadoras even-tuales y de ingresos propios; las incluimos en las prestaciones de las compañeras

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de planta y que estaban dentro del sindicato. No podían estar dentro del sindi-cato porque no tenían la planta, pero en mi período gracias a que en ese tiempo estaba el doctor Reyes Tamez como secretario de educación pública, ex rector de nuestra Universidad, nos apoya muchísimo y se inicia el programa de basifica-ción. Me habían comentado que iban a ser 600 personas las que se van a basificar, afortunadamente se van a basificar, se duplicó, pero también me dicen que el programa de basificación no se iba a detener, que en esa primera etapa iban a ser mil 200 personas que iban a recibir su base y que este programa iba a continuar, y así fue, continuó; eso toca en mi período. El programa de basificación se inicia, trabajamos mucho con el señor rector de ese tiempo, que era el doctor Galán, y posteriormente el ingeniero José Antonio González; y empezamos a basificar y fue algo muy enriquecedor para la historia del sindicato, ahí se inició el programa de basificación. Pero paralelamente con esto, mientras que se daba el programa de basificación, nosotros incluimos sobre todo a la sección uno Hospital, Facultad de Medicina y Hospital era donde más gente había eventual o con ingresos pro-pios, y se les incluyó en los programas de seguridad social, recibían sus útiles, reci-bían el día de las madres, como cualquier otra madrecita, su fiesta, tenían acceso a la Villa Campestre que también se abrió, se dio la apertura en mi administración para que tuvieran acceso a la Villa Campestre bastaba con que vinieran. En se-cretaría general en la recepción estaban los blocks, los talonarios, las formas que llenaban y eso era automático un permiso para entrar a la Villa Campestre con esa facilidad, porque tenían derecho, eran trabajadores, tampoco era su culpa que no estuvieran de base. Y entonces esa fue una observación que hicimos y se pusieron en marcha también los servicios de la Villa Campestre con acceso para todos los trabajadores, y bueno empezamos a fortalecer el Contrato Colectivo.

De tu equipo de trabajo en ese momento cuéntanos algo ¿quiénes eran?El equipo de trabajo, bueno el comité ejecutivo, como hasta ahorita siempre ha existido un comité ejecutivo, pero había mucha gente valiosa como el licencia-do Pedro Castellanos, Carlos Morales, profesor Ramón Torres, el contador Romero Oyervides, entre otros, no quiero dejar a nadie fuera, Ovidio, se forma la oficina de asesores. Entonces el sindicato empieza a tener mucha presencia, empieza –ya lo era–, pero se forma la oficina de asesores para realizar más funciones de las que ya existían. Empezamos a participar en la Federación Nacional de Sindicatos Universi-tarios, en la FNSU tuvimos mucha presencia, tuvimos la presidencia colegiada del mismo, seguimos creciendo, nos fuimos a fortalecer la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios. Cuando yo me retiro teníamos la segunda posición en la CONTU, el secretario de Trabajo y Conflictos y las intenciones era llegar a la presidencia, a la Secretaría General de la Confederación Nacional de Trabajadores

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Universitarios, que a partir de nuestra inclusión el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León se hace miembro, y parte de la Confede-ración, de la CONTU, muchas universidades nos siguen. Entonces se hace una or-ganización muy grande, muy fuerte, muy sana y se forma una Confederación con principios de avanzada, de vanguardia, de progreso, y en este momento sigue; la FNSU se va viendo, se va reduciendo, se va limitando sobre todo en membrecía, y la CONTU crece y crece más y ahorita sigue siendo una institución muy seria, muy respetable, eso también tocó en mi período.

¿Cuál era el sentimiento de cambio? ¿Cómo se da el cambio al siguiente secretario?

No, muy tranquilo, muy tranquilo. Finalmente es muy bueno programarse para trabajar tres años, no lo deseaba pero sí lo esperaba, esperaba ya el cambio, el relevo, porque ser secretario general equivale a un día de trabajo, a cinco, seis, siete días de trabajo dentro de una vida normal, esto es una vida normal, pero se vive muy vertiginosamente; vives mucho, trabajo intenso, son muchas cosas, miles de cosas que quieres hacer pero el tiempo no te ayuda, entonces te programas y afortunadamente el cambio fue muy tranquilo, muy en paz, muy buena relación con el ingeniero Graciano González, muy bien, muy bien. Terminé de una manera muy orgullosa y muy conforme, satisfecho por lo que hice y por lo que hicimos como comité ejecutivo.

Ahora después de toda esta experiencia, los años que llevas en la Universidad ¿qué esperas en estos 50 años en este aniversario?

Pues que siga creciendo, que siga siendo un sindicato de trabajo, un sindicato que mantiene una buena relación con las autoridades, en este caso el patrón es el señor rector; y que se siga trabajando en ese orden con mucha paz, con mucha prudencia, sobre todo porque hemos visto con mucha tristeza en otros estados que las cosas no se dan, no hay comunicación, no hay cordialidad, no hay pruden-cia de una y otra parte. Creo que aquí se dio, se está dando y espero y deseo que siga dando en el futuro para bien de nuestra Universidad, ha avanzando mucho por lo mismo. Creo que somos sin lugar a dudas la mejor Universidad del país, el mejor sindicato, que además fue el primero en la historia de la vida universitaria. Este sindicato fue el primero que se formó, y con esta idea –con la idea en que nació este sindicato– nacieron los demás, te lo puedo asegurar, de todas las uni-versidades ¿Qué es lo que ha fallado? no sé ni es mi papel ser un juzgador, pero sí lo he vivido, lo sigo viendo, que hay muchas universidades en donde no se dan estos factores, donde no se conjugan estos factores que tenemos aquí nosotros en la Autónoma de Nuevo León, que hay mucha prudencia; sabemos escuchar,

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sabemos pedir, no pedimos más de lo que nos pueden dar ¿por qué? porque eso es irresponsabilidad, es protagonismo y eso hace mucho daño. Y yo estoy orgu-lloso de que este modelo de sindicato siga avanzando y siga creciendo en lo cul-tural, en lo académico, en lo deportivo, como lo hemos demostrado; ahí están los números, ahí está nuestra Universidad presente obteniendo los premios de todo tipo, como el que se le acaba de otorgar por la ANUIES como la mejor Universidad. Y creo que en mucho hemos contribuido este sindicato, porque somos un sindi-cato que apoya, un sindicato que fortalece; en la medida que apoyemos es en la medida en que nuestra Universidad como institución finalmente es nuestra fuen-te de trabajo, va a seguir creciendo y va a seguir avanzando, y sin duda alguna es un ejemplo a seguir para las demás universidades.

Entrevista realizada por Mauricio Villa Amezcua el 1 de julio de 2013Transcripción realizada por Erika Flor Escalona Ontiveros

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gRaciano gonzález alanÍsMiembro de Comisiones de Reformas Estatutarias durante el periodo presidido por

Isaías Balderas (1997-2000), Secretario General en el periodo 2006-2009

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Para contextualizar ¿quién eres? ¿Cómo llegas? Platícanos un poco cómo es que llegas a la universidad, ¿cómo pasas de ser empleado de la univer-sidad y luego como te integras a la vida sindical?

Mira realmente yo me integro a la universidad por mi carrera la hice desde la pre-paratoria en la universidad, la estudié en la Escuela Preparatoria Técnica Álvaro Obregón, de allí me integro a la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, yo practiqué el futbol americano de joven, fui parte del equipo de Tigres de la uni-versidad representando a la universidad a nivel nacional y bueno concluyo mi ca-rrera y de alguna manera se me abren las puertas para ofrecerme impartir clases, cátedra allí en la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica y de alguna manera me interesó, me llamó la atención y bueno pues me fui involucrando en el ámbito académico y pues de alguna manera me interesó mucho también pues los traba-jadores de la universidad desde allí pues yo empiezo a sentir que los trabajadores universitarios requeríamos, yo era parte de esa cantidad de trabajadores de la uni-versidad y bueno pues me fui involucrando, me fui preocupando por las presta-ciones que se tenían, las obligaciones que se tenían de parte de los trabajadores y bueno pues llega un momento en el que de alguna manera me involucro en este comité ejecutivo parte del arquitecto Isaías Balderas fue en el comité que yo me integro en una de las comisiones de reformas estatutarias y de allí pues bueno me empiezo a preocupar un poquito más, a conocer más sobre el Contrato Colectivo de Trabajo, sobre las cláusulas que están en ese Contrato Colectivo de Trabajo.

Ese periodo en donde ingresas con Isaías hay un momento histórico que fue, digo que ya traía un antecedente, pero allí se consolida el Fondo de Pensiones ¿no? Esa parte.

Así es, fue uno de los aspectos importantes de la vida de la universidad y la vida de los trabajadores universitarios la creación del Fondo de Pensiones y Jubilaciones en 1998 que de alguna manera bueno pues si fue algo difícil pues convencer a los trabajadores que esta creación del fondo de pensiones y jubilaciones era con la finalidad de garantizarnos una jubilación tranquila que no tuviéramos el riesgo de que la universidad no tuviera los recursos necesarios para poder garantizarnos

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una jubilación dinámica como la que tenemos ahorita los que somos parte de la universidad o que somos trabajadores de la universidad que ingresamos antes de la creación del Fondo tenemos ese beneficio de la jubilación dinámica y con la creación del Fondo de Pensiones y Jubilaciones bueno pues eso vino a cristalizar una tranquilidad a todos los trabajadores.

¿Cómo vives tú ese momento?Ese momento me tocó formar parte del comité de negociación con todos los tra-bajadores no es fácil crear una instancia, un fondo más bien que de alguna mane-ra era por la seguridad de los trabajadores pero pues lógicamente la resistencia al cambio y la inseguridad de que ese fondo fuera a funcionar, fuera a mantenerse, fuera a consolidarse pues existe el riesgo y eso fue lo que nos tocó vivir de alguna manera concientizar a todos los trabajadores que era por bien nuestro, logramos la aceptación se lleva a votación, se acuerda crear el fondo de pensiones y jubila-ciones y bueno pues de alguna manera empieza a funcionar el fondo y cuando yo ya llego a ocupar la dirigencia en el periodo del 2006 al 2009 bueno pues llega el momento en que se había acordado, se había estipulado que ese fondo a los 10 años de haberse creado se iba a abrir para apoyar a la universidad en el pago de las pensiones y jubilaciones o sea la universidad de alguna manera su compromi-so era de estar apoyando con un porcentaje a los trabajadores y lógicamente los trabajadores aportamos un porcentaje de nuestro salario y entonces en conjun-to lógicamente fue acrecentando ese fondo de pensiones, se fue consolidando, pero nos tocó a nosotros la vigilancia que ese fondo no fuera a debilitase, que no tuviera el riesgo de desaparecer los recursos que se tenían aportados o se tienen aportados y de alguna manera ese fue el momento que nos tocó participar, ser muy guardianes, vigilantes de ese fondo que de alguna manera yo me siento sa-tisfecho porque sé que ese fondo me va garantizar en un momento dado que yo llegue a jubilarme me va a garantizar esa pensión que voy a recibir ese salario que voy a recibir.

Me empiezo a involucrar más de lleno llega, pasan comités ejecutivos sin des-cuidar yo mi labor docente, pero ya me empiezo a integrar un poquito más en las actividades sindicales, llega la época del profesor Joel Montemayor Soto en la que de alguna manera se me invita a participar como tesorero de ese comité ejecutivo y de alguna manera logramos desarrollar algunas actividades logrando más prestaciones para los trabajadores, buscando la manera de que la universi-dad o el patrón en este caso respetara todas las cláusulas del Contrato Colectivo, tuvimos algunas negociaciones no tan fáciles, teníamos que convencer al patrón de que las prestaciones o las exigencias de los trabajadores tenía que respetarse, tenían que otorgarse los momentos que se estaban viviendo y de alguna manera

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participamos con el profesor Joel y bueno de ahí en adelante terminamos la ad-ministración o la dirigencia del profesor Joel Montemayor, llega Tomás Tijerina el siguiente comité ejecutivo y bueno se me invita a participar o me toca participar como secretario general suplente ya llego a la suplencia del licenciado Tijerina y de alguna manera al tanto de las actividades que se desarrollaban pues con consejos de alguna manera por lo que habíamos adquirido a través de la parti-cipación anterior de los comités en que había participando y de alguna manera pues mi injerencia no era tan directa como secretario general suplente le dejamos toda la autoridad que con todo respeto la llevó a cabo muy bien y bueno pues cuando él ya concluye su administración, su dirigencia del comité ejecutivo se nos presenta la oportunidad de participar como dirigente hacemos una campaña logramos convencer a la gente, buscamos algunas necesidades de la gente de alguna forma vimos que inquietudes tenían los trabajadores, veíamos que había mucha gente de contrato en esa época, tratamos de concientizar a la autoridad en esta administración que me tocó dirigir pues el rector era el ingeniero José Antonio González Treviño y de alguna manera logramos hacer una amistad, una relación a pesar de que ya lo conocía como director de la Facultad de Ingeniería Mecánica conjugamos ahí la amistad, pero sin descuidar el compromiso que te-níamos como dirigente sindical y lógicamente pues haciéndole saber de la nece-sidad de los trabajadores sin descuidar las cláusulas del Contrato Colectivo, uno de los aspectos que si me preocupaba mucho a mi era la cantidad de gente que tenía la universidad por contrato, gente que ya tenía mucho tiempo de estar por contrato y no se le había logrado su basificación entonces pues ahí empezamos a manejar las cosas, sabíamos del problema de los recursos, que no había suficien-tes recursos para poder lograr una basificación entonces nos dimos a la tarea de buscar opciones, hicimos un acercamiento muy fuerte con la CONTU que es la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios que aglutina a los sindica-tos más importantes del país y logramos conjugarnos bien en esa organización a nivel nacional, la intención era de que todos los sindicatos que estamos afiliados o que estábamos afiliados en esa ocasión o en ese tiempo en esa Confederación buscar recursos para apoyar a la universidad, fuimos a la cámara de Diputados, fuimos a la Secretaría de Educación, buscar recursos porque sabíamos que la uni-versidad necesitaba ale apoyo de los trabajadores y era una de las formas de po-der convencer a las entidades federativas de que se requerían más recursos para poder que la universidad seguiría avanzando entonces fue uno de los aspectos que vimos importante, consolidarnos dentro de la CONTU para buscar en forma conjunta beneficios para las universidades públicas del país y bueno de alguna manera consideramos que la labor que se hizo fue buena tuvimos como lo repi-to acercamiento con el secretario de educación, con los líderes de la Cámara de

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Diputados, con la comisión de educación para buscar recursos que consolidaran y le dieran esa viabilidad a la universidad como iba creciendo y los trabajadores de alguna manera tener esa seguridad eran épocas de alguna forma difíciles en la sociedad, pero nosotros queríamos que esa cantidad de trabajadores de la uni-versidad no tuviera ese riesgo de despido como se estaba sucediendo en algunas empresas y que de alguna forma buscábamos que la universidad se preocupara por los trabajadores que tuviera el trabajador la certeza de que no estaba en ries-go su estabilidad entonces nos movimos logramos recursos para la universidad, recursos para el mismo fondo de pensiones y jubilaciones que veía y nosotros de alguna manera especificábamos, lo comentábamos en foros nacionales que real-mente era la seguridad y que eso era lo que se tenía que hacer.

Universidades públicas del país que no tenían un fondo creado nos pedían a nosotros que fuéramos a dar platicas con nuestro comité ejecutivo a que fueran a dar platicas a las universidades públicas de cómo nosotros logramos crear ese fondo de pensiones porque la misma Secretaria de Educación ya se estaba pre-ocupando por el futuro de las universidades y que si no se lograba crear el fondo de pensiones en las universidades iba ser un problema muy fuerte, entonces lo-gramos hacer del conocimiento la forma en que llevamos a cabo la creación del fondo de pensiones, aquí hay que reconocer a la gente que se preocupo del co-mité ejecutivo que tuvimos en dar esas platicas Contador Oyervides, a licenciado Carlos Morales, al biólogo Rafael Garza que de alguna manera fueron personas que nos dieron la mano, nos apoyaron y apoyar a otras universidades para la crea-ción de fondo de pensiones.

¿En la CONTU ocupa alguna posición política en ese periodo?En ese periodo sí, éramos parte fundamental teníamos creo que la secretaría de relaciones, pero si éramos parte fundamental de la CONTU, entonces el secretario general de la CONTU el ingeniero Enrique Levet, creo que todavía está en funcio-nes, está dirigiendo la CONTU, teníamos mucho acercamiento el que realmente y quiero reconocerlo en lo personal el biólogo Rafal Garza Ibarra que fue la persona intermediaria entre el comité ejecutivo, la universidad y la CONTU que de alguna forma nos ayudó mucho tenía que irse a reuniones nacionales de la CONTU, a ve-ces había reuniones plenarias y que de alguna manera yo a veces no podía asistir pero el biólogo Rafael era el que nos representaba y era el que nos traía toda la información del contexto nacional.

Muy bien ¿de tu periodo que cosas particulares recuerdas?Bueno uno de los aspectos que yo quise darle lo mejor a la gente a los trabajado-

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res, de alguna manera mejorar la calidad de los útiles escolares, los juguetes, las prestaciones de los trabajadores, luchamos mucho por las cuotas internas de los hijos de los trabajadores, mantener el curso propedéutico que se da a los hijos de los trabajadores, que es una situación que veíamos que es algo de beneficio para los trabajadores que no tenían que andar buscando que sus hijos recibieran un curso externo, tener que pagar una cantidad para poder prepararse parea el examen de ingreso a los planteles de la universidad, entonces de alguna forma fueron muchas las cosas que de alguna manera colaboramos si me preocupó el bienestar la convivencia de los trabajadores, logramos mucha gente me dice "oye, ¿cómo fue posible que trajiste a un artista?", logramos traer no sé si fue el último año de mi administración a Pedrito Fernández para las secretarias, el día de las secretarias logramos, tuvimos una entrevista, tuvimos platicas previas, casi tres meses de puras negociaciones de que si podía y que no podía y logramos traer a Pedrito Fernández entonces son satisfacciones o son cosas que de alguna manera que cualquier trabajador que te encuentra en la universidad y te reconoce o te agradece más que todo el apoyo, entonces es algo que te llevas en el corazón la gratitud de la gente que tu administración que estuviste al frente de esta organi-zación sindical pues la gente te vea con gusto y te salude con gusto y te agradez-can las cosas que lograste.

¿Cómo te gustaría ver al sindicato a futuro?Mira el sindicato a futuro pues es yo realmente he sido de la idea de que entre mientras haya una buena cordialidad y buena platicas con la universidad, que no se pierda ese acercamiento vamos a llamarle porque si hay esa distancia, el distan-ciamiento entre las autoridades y el sindicato de alguna manera se rompe no hay ese diálogo, no hay esa negociación que se puede lograr en el mejor sentido sin demeritar lo que existía antes de la creación del sindicato. Cuando se empezó a crear el sindicato que fueron situaciones muy difíciles para los trabajadores, pero lógicamente esto ha servido a través del diálogo, a través de la concertación con las autoridades, poder convencer a las autoridades de las cosas que se requieren para los trabajadores eso no quiere decir que tampoco no estés preocupado por las prestaciones de los trabajadores, yo realimente si de alguna manera veo como ha estado enfocándose los comités ejecutivos del sindicato pues de alguna ma-nera que esto va ir creciendo, va ir fortaleciéndose, va ir consolidándose, va ir aga-rrando más la confianza de los trabajadores porque un trabajador que no tiene confianza en un sindicato pues ya estamos perdidos, pero si un trabajador ve que el sindicato se preocupa por el bienestar por sus prestaciones por su tranquilidad bueno eso quiere decir que el sindicato está trabajando y va avanzando bueno cuando se pierde la confianza de los trabajadores es que el sindicato ya no tiene

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razón de ser, entonces ahí lo que busco o lo que pediría en este caso es que siga este comité ejecutivo actual que dirige el doctor Oscar de la Garza lo ha hecho muy bien, hemos tenido platicas, consejos que le hemos dado porque reuniones que hemos tenido bueno hay que cuidarse de las cosas, pedir esto, pedir lo otro, lógicamente pues él ya tiene la experiencia también de cómo se desarrollan las cosas, pues cuidar el fondo de pensiones, realmente todo trabajador se preocupa por su futuro y que de alguna manera se vigile, se consolide y que no se tenga el riesgo de que ese fondo en un futuro vaya a desparecer.

Entrevista realizada por Mauricio Villa Amezcua el 9 de julio de 2013Transcripción realizada por Erika Flor Escalona Ontiveros

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oscaR de la gaRza castRoSecretario de Previsión Social dentro del Comité presidido por Joel Montemayor

(2000-2003), Secretario General Suplente durante el Comité encabezado por Graciano González (2006-2009) y actual Secretario General del STUANL

(2012-2015)

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¿Eras empleado de la Universidad, de la Facultad de Medicina?Sí, inicié antes de irme a Alemania en 1985. El doctor Montemayor ya me formaliza como maestro; allí estoy como profesor de medio tiempo y así fue

como me fui a Alemania como profesor de medio tiempo, y ahí me da él la im-portancia de la investigación, de científico y sobre todo del pertenecer a la Uni-versidad. Él estaba también muy orgulloso de ser universitario, de pertenecer a la Universidad Autónoma de Nuevo León, y me platica de los beneficios de ser pro-fesor universitario; que cuando llego a Alemania me doy cuenta también de que un profesor de una universidad tiene un nivel o lo toman con un nivel muy dife-rente. En Alemania el ser militar, ser médico y profesor universitario tienen mucho valor, los consideraban bastante bien; y entonces yo llegaba allá con un plus más porque ser médico y profesor universitario me tomaban mucho en cuenta y con mucho respeto, hasta con los alumnos cierta admiración.

Y puedo decir yo que tenía apenas meses de haber obtenido yo el puesto de profesor de medio tiempo en la universidad y no alcanzaba yo todavía a valorar esa situación que me decían ellos: “es que eres profesor universitario, a nivel mun-dial nos toman de otra manera”. Y voy poco a poco yo captando eso, sobre todo estando yo en Alemania fue cuando lo estoy valorando más, al regresar y cuando regreso con el doctor Montemayor; él me dice “ahora con ya un doctorado en Medicina cambias de categoría a profesor de tiempo completo”. Es más, en aquel tiempo era profesor de tiempo exclusivo y estaba con el horario exclusivamente de trabajo para la Universidad, para la Facultad de Medicina, y allí me vuelve a de-cir y allí es donde me dice más la importancia de permanecer a la Universidad, de ser maestro de tiempo exclusivo. No cualquiera me decía de que “prácticamente tienes asegurada ya tu vida, porque te jubilas –y estábamos ya con la jubilación dinámica– vas a tener aquí ya tu salario íntegro, vas a contar que tu esposa en el momento que fallezcas, va a tener tu salario íntegro”. Para aquel entonces no exis-tía el Fondo de Pensiones y Jubilaciones porque la Universidad estaba tan fuerte que podía aportar, podía sostener la pensión de los trabajadores jubilados. Pero también no lo valoré, no lo tomé mucho en cuenta el que sea maestro, la jubila-

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ción de la Universidad, me faltaba mucho, según yo en aquel tiempo. Y empiezo ya como profesor de tiempo exclusivo y el mismo trabajo como que nos está lle-vando a publicar a pertenecer al sistema. Inmediatamente hice solicitudes para varios programas de apoyo a la investigación como el Sistema Nacional de Inves-tigadores; fui aceptado, éramos muy pocos los que llegábamos de la Facultad de Medicina a permanecer al Sistema Nacional de Investigadores, y en cierta forma hasta nos criticaban porque nos decían “es que ya somos médicos, ya somos doc-tores y para que necesito yo ese grado”.

Y así que actualmente a mí me da mucho gusto que ya una buena cantidad de médicos de ahí de la Facultad de Medicina tengan el grado de doctor, y no se diga a nivel a toda la Universidad; y lo que también me da mucho gusto es que ya seamos muchos médicos que estemos incorporados en el Sistema Nacional de Investigadores, y así como en otros sistemas más de apoyos como el PROMEP y otras tantas cosas. Pero era el mismo ritmo de trabajo que me hacía “ahora me voy a inscribir acá, ahora me voy a inscribir allá”; y no valoraba yo todo eso hasta que ciertas situaciones o eventos “mire, este es el doctor en Medicina, viene de Alemania, tiene tantas publicaciones, está en el Sistema Nacional, está en esto”; y ya lo tomaban ya de otra manera, que realmente yo no lo veía así.

¿Con todo este trabajo, con esta línea, qué es lo que te lleva? La profesión de médico es de servicio al 100%, pero ¿qué te lleva ir de lo que estabas haciendo al sindicato? Muchos podrían verlo hasta peyorativo para un mé-dico ¿no?

Sí, cómo no, hasta yo me sentí en un momento, y puedo decir muy corto, ¿qué vengo a hacer aquí? Pero el hecho de que estando yo formando mi laboratorio ahí en la Facultad de Medicina, contaba yo con los trabajadores de la facultad: los eléctricos, los albañiles, los carpinteros, las secretarias, los intendentes; me llegué a estar integrándome con ellos, “oiga necesito esto”, sí, y platicaba; no les exigía, no les ordenaba; platicaba con ellos para también sacar de ellos sus conocimien-tos, su experiencia, porque yo no soy plomero. Y luego decía “póngale así póngale asá” y ellos me decían “sabe qué, doctor, le recomiendo mejor esto”, el técnico en los microscopios. Yo los quería por decir en el centro del salón del laboratorio; me decía “oiga doctor le van a quitar espacio, póngalos mejor en las paredes, en los extremos y así va tener ese espacio”, pocas cosas así tan pequeñas se puede decir que uno no los ve, ellos me ayudaron.

Entonces me llego a relacionar con ellos y hasta después hicimos una reunión con carne asada en la casa de alguno de ellos, en un algún espacio, y fue de tal manera una buena relación que tuve con los trabajadores de todo tiempo, desde intendentes hasta maestros. También profesores que ya teniendo el laboratorio

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todavía no terminado, empezamos a dar cursos y los primeros cursos que di fue a los maestros de ahí de la facultad y del hospital, donde ellos vieron también que estaban adquiriendo conocimiento nuevo y que los iban a poner a trabajar en los pacientes. El beneficio de ellos lo iban a tener en última estancia el paciente, en cuestión del tratamiento médico, las horas de tiempo y el costo; y ellos en obte-ner más conocimientos y poder emplearlo también en beneficio de los pacientes. Entonces ahí me empiezo a relacionar con este tipo de gente y en un momento dado ellos me dicen “doctor, fíjese que acá usted encajaría muy bien”; yo digo “no, es que yo tengo mi docencia, la investigación”, “es que le sería muy bien”. Total dije “bueno les puedo ayudar en esa área”, y platican los trabajadores en aquel enton-ces, estamos hablando del año 2000.

El candidato a la Secretaría General del Sindicato, el profesor Joel Montemayor, me presentan con él y platico y lo veo un hombre muy justo, muy respetable, lo veía muy atento, con espíritu de servicio también al profesor Joel Montemayor; me cayó muy bien y me invita a participar con él, y dije “bueno, vamos a tratar de ayudarlo cómo no, me gusta su manera de ser, quiero participar en esto para ayu-dar a los trabajadores”. Y sí veía yo la ayuda más enfocada a los míos, a Medicina y Hospital Universitario. Ya llegando aquí sí veo ciertas carencias también, que en donde yo digo ¿pues qué hago aquí? Pero esas carencias dije yo “vamos, me pasó lo mismo en laboratorio; no tenía muchas cosas” y dije “bueno, vamos ayudar aquí a los trabajadores”. Y es donde me sale ayudar, veo en la Universidad, yo estaba nada más en la Facultad de Medicina y Hospital, veo toda la Universidad; y bueno vamos a poder ayudar aquí a más trabajadores todavía.

¿Con qué puesto entra con Joel? Me invitó a participar en la Secretaría de Previsión Social, en donde se manejan los pliegos testamentarios, los proveedores, la ayuda aquí a los trabajadores para obtener algún artículo de nuestros proveedores, de los distintos proveedores; y allí les ayudaba, les aconsejaba, los asesoraba, iban en ocasiones por alguna otra situación y salían asesorados de otra manera y por nosotros. Ese departamento faltaba un poco de archivo, de colocar a la mayoría de los trabajadores con sus pliegos; hicimos un proyecto, un programa en las computadoras, no había com-putadoras. trajimos computadoras, apoyados siempre por el profesor Joel Mon-temayor, de tal manera que llegamos a dejar el departamento de previsión social muy actualizado.

¿En esa época hay un problema con unas enfermeras allí en el sindicato?Sí, yo, pues problemas así de trabajo realmente no llegaba a tener, a ver, y me topo con que a unas enfermeras nos buscan para ayudarlas; el Hospital Universitario

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decide presindir de ellas y por alguna situación, mal entendidos, los jefes de de-partamento de ciertas áreas ya no desean contar con ellas y las transfieren a otros lados, y ellas se resisten y no quieren cambiarse. Total ahí hay un conflicto entre jefes y enfermeras; vienen, nos buscan y entonces las escuchamos, platicamos también con los jefes y estamos allí dialogando y apoyando a ellas, platicando “mira, si tú regresas te vas a sentir incomoda; igual la otra persona, busca mejor una área de trabajo donde tú te desempeñes bien, lo que tú conoces lo que tus sabes hacer, hacerlo bastante bien siéntete bien en tu área de trabajo”.

Platicamos con el doctor Fernando Pérez Chávez, director Servicios Médicos de la Clínica de Servicios Médicos, y le hicimos ver que eran trabajadoras de años de experiencia, conocíamos a varias de ellas. Yo conocí cuando pasé de estudian-te, me enseñaron a mí varias cosas, las conocía y el doctor llegó a aceptar el que estén dentro de la Clínica; y ellas se sintieron bastante bien al momento que vie-ron el apoyo nuestro, que las estábamos situando en un área de trabajo que a ellas les gustaba. Algunas de ellas como me habían dando clases a mí, pues ya estaban cerca de su jubilación y les decíamos “no pierdas este servicio que te da la Universidad, ya vas a estar nada más prácticamente, no con el mismo trabajo tan arduo que tenías en el Hospital, vas a descansar un poquito, uno o dos años que te quedan para jubilarte y te vas muy bien”. Aceptaron todas ellas, todas fueron reubicadas, todas estuvieron trabajando muy bien y ya todas ellas están jubila-das.

Pasa este periodo de Joel y ¿qué es lo que sigue?Termino esos tres años con el profesor Joel Montemayor y sí descuidé la parte de investigación, la docencia, no seguía con mis clases, yo seguía dando mis clases, siempre me ha gustado la docencia, perdí también en aquel tiempo mi posición en el Sistema Nacional de Investigadores, ya no publiqué, cursos también realicé, pero bajé –seguía dando mis cursos todavía de posgrado–, pero sí bajé en canti-dad, no en calidad; en cantidad de cursos si llegaba a hacer unos 10 cursos al año, hacía uno o dos cuando mucho.

Y entonces termino con el profesor Joel Montemayor, me regreso a la Facultad de Medicina y ¿bueno ahora qué hago? Mi laboratorio estaba un poco estancado porque no le había dado la continuidad, y pues a empezar de nuevo y le seguí en el laboratorio. Empiezo otra vez a diseñar, a planear cursos, empiezo también con algunos trabajos de investigación para volver a publicar, en la docencia, la seguía; igual sí fue difícil, fue difícil, pero también creo yo que me sirvió porque digo “yo ahí pensé para los trabajadores investigación y los cursos, bueno estoy dando yo los cursos, me falta la parte clínica”. No consultaba yo en aquel tiempo para cono-cer mejor el programa, los temas de cada curso, pues qué mejor sería que yo esté

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en contacto con los padecimientos, los pacientes; solicito al doctor, tenía cierto tiempo para esto, tenía la arte administrativa y parte de papeleo, pues ¿por qué no dedicarla a la clínica?

Visito al doctor Pérez Chávez, le comento todo esto y de inmediato me dijo “incorpórate ya a la clínica, me gusta tu idea, me parece bastante bien, vente a la clínica a consultar”, me invita a consultar allí. Esto fue como en el 2004, porque terminé con Joel en el 2003 y me tardaría un poco de tiempo para ingresar a la clínica; y desde entonces empiezo a consultar en la Clínica de los Servicios Médi-cos de la Universidad y empiezo aquí a conocer más y más los padecimientos de los pacientes y los pongo acá a la parte de los cursos. O sea veo ahí problemas de tipo otorrinolaringología de sinusitis, muchos problemas respiratorios, entonces digo aquí hay un área de oportunidad para los otorrinos, entonces me empiezo a informar más de tratamientos sinusales y veo que hay mucho y solicito a la com-pañía [Inaudible] los endoscopios y todo eso; nos los prestan una cantidad, estoy hablando de unos 20 endoscopios que aquí en Monterrey empezaba la endosco-pia nasal; y realizo los cursos, se me llenaban, llegaban otorrinolaringólogos casi de todo el país.

Independientemente de toda esa parte médica que lo entendieran los tra-bajadores en la Universidad que eso también le debió de dar otra visión en otra área.

Mi interés por dar un mejor tratamiento sea quirúrgico o clínico a los pacientes me lleva a darle una atención especial a los trabajadores universitarios con el fin de atenderlos; no veía yo ningún otro objetivo más allá. Mi interés era atenderlos, conocer bien, tratarlos bien con todo respeto y enfocados en su tratamiento a su bienestar, y si salía algo para los médicos también, cómo no, pero eso me lleva a tener pacientes. Traté a uno bien de la Facultad de Química, pues ellos mismos empiezan a platicar “oye, ve con este doctor”; toda la Facultad de Química ya eran mis pacientes y así me sucedió con Mecánica, con Civil, con Leyes, toda la torre de Rectoría. Bueno, sí tuve muchos pacientes, gracias a Dios, pero no era más que nada la atención que se les daba y de ahí empiezan ellos mismos. Venía ya el siguiente cambio de administración del sindicato, “doctor, usted me gustaría para Secretario General del sindicato, nos da mucha atención, se interesa por el bien del trabajador”, “no, no, miren yo aquí estoy muy bien”, porque pensaba “cuando terminé en aquella vez con el profesor Joel, volver a empezar otra vez”, y así me empiezan a platicar muchos, muchos, muchos que es de tal manera que también me invitan a participar en esto; y dije “yo creo yo que puedo ayudarles, si en aquel tiempo ayudé un poquito, puedo ayudar más a los trabajadores”. Y sí, ahí me nace también la intención de servir a los trabajadores de la Universidad.

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¿Aparte ya con otra visión?No era solamente su padecimiento, sino la atención estaba también; era el pro-blema familiar que traía, el problema económico, el problema de trabajo con las compañeras, lo que sea. Entonces ahí no nada más tratamos el padecimiento, sino ya platicamos otra cosa donde el paciente se iba más tranquilo; y si vieron todo eso y lo mismo yo vi, salvo algunas carencias en algunas partes de labor de traba-jo -no quiero decir de carencias en la Universidad, porque no-, y yo dije “yo aquí puedo ayudar y sí me interesa la Secretaría General del Sindicato”. Así es de ahí despertó todo eso.

Viene un periodo fuerte de campaña con los tiempos que hemos vivido la gente se desinteresa un poquito luego de quien los representa, pero fue una campaña muy particular en ese aspecto ¿no?

Sí, las cosas de trabajo me gusta hacerlas bien, terminarlas bien, iniciarlas, ha-cerlas y terminarlas bien, entonces aquí pues ya viene cosa que yo nunca había estado en algo así, en una situación de campaña electoral no sabía qué hacer ni nada. Pero eso sí, durante la época que yo no estuve en el sindicato, directamente me invitaban a participar los secretarios generales de cada administración, pero siempre de suplente en alguna forma, suplente de Previsión Social porque les ayudé en el tiempo de Joel que estuvo muy bien “¡ah! nos gustaría que estuvieras aquí de suplente para que des un apoyo”, “con mucho gusto”. Después llegó el ingeniero Graciano González, que llevo muy buena relación de amistad con él y me invita a ser su Secretario General Suplente, cosa que me agradó bastante por la confianza que me tiene, el respeto y todo eso. Entonces siempre estuve ligado en cada administración aquí en el sindicato, y no le voy a decir que en todas las reuniones venía, no, pero sí en las más importantes y que me hacían ver ellos “oye, me gustaría que estuvieras en esta reunión”, y venía. Y pues si estuve siem-pre ligado a todas las funciones, necesidades del sindicato de los trabajadores y platicaba con ciertas personas que siempre han estado aquí en el sindicato, y de esta manera yo puede visualizar bien qué personas me pueden ayudar en mi Co-mité Ejecutivo; y así platiqué con muchos de ellos durante mi campaña para que participaran conmigo, me ayudaran y aceptaron de una manera bastante bien haciéndoles ver mi plan de trabajo, mi proyecto.

Alfredo Romero Oyervides se interesó mucho y le dio mucho gusto, al biólogo Rafael Garza Ibarra igual, Ovidio Estrada, en fin, todos los del Comité Ejecutivo, el ingeniero Edelmiro Leal en la tesorería por parte de la Facultad de Ingeniería Me-cánica, y así a todos les interesó mucho; vimos un interés común y nos pusimos a trabajar en la campaña. En la campaña pues no sabíamos que hacer, pero hubo tal integración de todos, Pedro Contreras, Erick Azael, una serie de personas que le sabían a la informática a los programas de la computación, que hicimos un muy

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bonito trabajo de colocar nuestro plan de trabajo, los objetivos, todo eso, y ahora viene él a visitar a las dependencias.

¿Qué decir? yo no sabía, ahora si vamos a presentarnos ante ellos y les decía a los que tenían más experiencia aquí “¿qué digo?”, “lo que se te salga, doctor, lo que sea, algo real que tú estés trasmitiendo, lo que tú sientas de verdad”. Bueno, pues empecé en la primera que fue Construcción y Mantenimiento de Rectoría, y ahí platiqué con los trabajadores diciéndoles lo que quería hacer uno en aquel tiempo y me vieron bien y todo; después en Ingeniería Civil; y así en cada depen-dencia. No un discurso de prometer cosas que no son, que no puedo yo hacer; les digo “yo no voy a prometer, voy a poner todo el empeño mío a trabajar, a sacar las cosas bien por ustedes, a mejorar las prestaciones, a buscar alguna que otra que esté mejor; no les digo aseguro, nada del salario porque sabemos que el salario a nivel nacional no se puede aumentar como uno quisiera”. En fin, hacerles ver la realidad de trabajo y sí fue agoradora esa campaña, visitamos a casi todas, me faltaron una que otra foránea, pero aquí en la ciudad y las más cercanas las visi-tamos; a todas fuimos, y quedé pendiente alguna que otra que ya las fui a visitar, que les dije durante “si llego a estar electo por ustedes, voy a ir a visitarlas”.

Total, y ya después fuimos la única planilla que se registró y les hacía ver que no por ser la única planilla nos vieran así “a pues ya con un voto ganan”, es decir, necesito el apoyo de ustedes, el que vea yo que hay confianza, que me tienen confianza para trabajar, que desean que estemos trabajando para ustedes, que nos creen, que haya credibilidad. Muy bien, llegaron las votaciones y mis compa-ñeros me dicen “mira, doctor, si pasas de tres mil ya la hicimos, porque casi siem-pre votan tres mil, tres mil 100, tres mil 200, tres mil 500, y a todo dar”. Muy bien llegan las votaciones y me van llegando las dependencias y vamos sumando los votos, pues sí llegamos a los tres mil a media mañana, llegamos a los cuatro mil cerca del medio día, y ya me decían los compañeros, ya con eso está muy bien, felicidades”.

Pero siguen llegando más y más ánforas, veía yo seis mil, siete mil, ocho mil y todos estaban muy contentos y yo también, pero me sentía con un compromiso de que dije “sí me creyeron y vamos a trabajar, vamos a trabajar bastante bien por ellos”. Llegaron a votar también los jubilados, cosa que no se veía en otras votacio-nes; votaron muy buena cantidad de jubilados y llegamos a más de 11 mil votos de los 13 mil y pico de los trabajadores que están como activos y jubilados, cosa que me dio mucho gusto.

Pasa la campaña, pero ya con un plan de trabajo definido ¿Cómo empiezan a crecer los planes?

Muy bien. Los planes de trabajo realmente cuando yo visitaba a las anteriores administraciones veía a alguna situación y decía “creo que se puede mejorar así”;

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y en otra administración, veía algún evento “creo que se puede mejorar así”, y así. Entonces ya traía yo pero nunca, nunca pensando yo que pudiese ser Secretario General, pero nada más decía se puede hacer así o se puede mejorar así o yo ha-ría esto o así. Llega el grado de que previo a la campaña platico yo con cada uno de ellos, contemplo esto, les platico y les parece muy bien, viable, sobre todo les decía ¿se puede hacer esto?¿es viable? “sí, doctor”. Y yo creo que fue por eso que ellos también decidieron apoyarme y contar con ellos.

Llegamos aquí y ahora sí a trabajar, y el trabajo inició desde el primer día que ocupamos aquí la sede sindical, porque el Contrato Colectivo de Trabajo se firma durante el año; nosotros lo teníamos listo a los siete días, bueno, para no ser exa-gerados lo teníamos listo al séptimo día, pero lo firmamos con el rector al décimo día de iniciadas las labores. Y empezamos inmediatamente a trabajar, a buscar, a mejorar las prestaciones de los trabajadores, veíamos una parte muy importante que el doctor Ancer, el doctor Jesús Ancer, el Rector de la Universidad, se trazó en su programa de trabajo la responsabilidad social y nos pareció muy bien, cosa que compartimos con él.

Y viendo la inseguridad que hay aquí en la ciudad, pues buscamos ver por el trabajador y sus familias. Un área que tenemos muy bonita es la Villa Campestre, un poco por el trabajo citadino, un poco olvidada, entonces decidimos darle un buen mantenimiento para que las familias gozaran de esa prestación no se les cobra nada. Ya no podíamos salir de carretera por la inseguridad, ya no podíamos tanto salir a viajes, inseguridades por todos lados, falta de economía también; entonces si está esto muy cerca y está bien para nosotros, vamos a mejorarla, y fue nuestra actividad, de tal manera que es un lugar recreativo que les puedo asegurar que está mejor que los que cobran y el de nosotros está mucho mejor. Las albercas limpias con buen mantenimiento toda la Villa Campestre segura, y de tal manera que el trabajador está visitándola, sí inicio bajo actualmente, cosa que nos da mucho gusto. Sábados y domingos parece que hay un evento en la Villa Campestre, está lleno y durante las vacaciones hay algo de afluencia también de los trabajadores con sus familias que lo están viviendo ellos también, gozando eso; y cada día van más y más familias para allá, eso en primer lugar, apoyo a los trabajadores igual.

¿La Villa Campestre se remodela?, se remodelan los baños, se ponen cáma-ras.

Sí, a la Villa Campestre decidimos darle sobre todo mantenimiento, nos dimos la vuelta y nos seguimos dando la vuelta para ver qué necesidades hay; vimos los baños, les dimos una buena remodelada a los baños, cambiamos sanitarios, se les dio atención a los vestidores que estén bastante limpios siempre. La gente está

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trabajando todos los días, la Villa Campestre normalmente se cerraba para sep-tiembre; nosotros no la cerramos en septiembre, todavía es tiempo, hay veces has-ta octubre hay cierta temporada que es buena para que vayan; ahora en invierno pueden ir a verla también a visitarla, no necesariamente las albercas. Ahora, por la parte de sustentabilidad, decidimos no vaciar las albercas; el agua se conserva ahí y se le da tratamiento igual y tenemos un problema: la barda por el huracán Alex fue derribada y entraban animales, caballos, vacas, etcétera, y decidimos volver a colocar bien la barda, al grado que ya no entra ningún animal. Las albercas se les da tratamiento, la alberca mayor esa sí la tuvimos que vaciar para darle un buen mantenimiento a la base, estaba con grietas, se escapaba el agua y decidimos de una vez colocarle ahí los emblemas de la Universidad del Sindicato, y dejar alguna huella como es el 80 Aniversario de la Universidad ahí están colocados.

Queremos darle un tratamiento el próximo año y colocar el 50 aniversario tam-bién un emblema de nosotros, que se vea la marca de la Universidad ahí presen-te. Decidimos también el área donde realizamos juntas en ocasiones, que quiero llevarme el Comité Ejecutivo fuera de la ciudad para que no estén con el contacto del celular, la familia “me tengo que ir acá”; no, me los llevo a una reunión allá a la Villa Campestre y también ahí llegamos a adecuar; mejoramos la palapa principal donde hacemos las reuniones, había un pozo, que nadie sabía que teníamos un pozo, lo convertimos en noria algo realmente formal para el Comité Ejecutivo, que se sienta en una reunión de trabajo a gusto, que estemos completamente a gusto ahí, y la casa también se llegó a dar una remodelación porque servía de bodega, tenemos una bodega, pero que esa casa sea más institucional de Comité Ejecutivo.

También se monitorea de ahí toda la Villa.Vimos el problema de robos en la Villa, entran a robar los cables de cobre, una serie de cosas, que decidimos colocar cámaras de vigilancia y la vigilancia tene-mos ahí al monitor y acá también se puede pasar hasta acá para estar viendo ahí, porque a veces tenemos una situación que las personas quieren entrar, que no son de la Universidad, y las grabamos nada más y se graba todo eso. La Villa Campestre también se utiliza para eventos como es el día del niño, la apertura de la Villa, lo que es la apertura; nosotros ya no le llamamos apertura, sino inicio de primavera, porque como siempre está abierta, entonces el 21 de marzo, el día del niño, el día último de abril, y así ciertos eventos que hacemos ahí, de tal manera que iniciamos el año pasado con la apertura, inicio de la primavera y entraron una cantidad muy, muy considerable de trabajadores y sus familias. Normalmente entraban mil, mil 500, pues entraron el doble; en el primer evento fueron más de tres mil, el día de la primavera, el día 21 de marzo, cosa que nos dio mucho gusto,

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un mes después o cerca de un mes después del día del niño, pues el trabajador, su familia empezaron a platicar de cómo los habían atendido ahí en la Villa, cómo había estado. Vieron ahí las mejoras de tal manera que pasaron el día del niño y que llegamos a hacer el evento del día del niño, pasaron más de cuatro mil perso-nas ahí a la Villa Campestre, cosa que nos dio mucho.

Y aparte con una mejora en los eventos.Así es, igual aquí mejoramos en los eventos porque hubo un circo todas las activi-dades enfocadas a la familia. Hemos hecho también una labor muy importante de transmitir por medio de una página de facebook, que es una comunicación que tenemos diaria con los trabajadores, de evitar el consumo de bebidas alcohólicas y nos han respondido; los trabajadores han respondido de tal manera que al mo-mento de visitar ahí las diferentes palapas, vemos muy poca cantidad de bebidas alcohólicas de los trabajadores, porque ellos mismos han hecho esa labor de tras-mitirse entre ellos; sería muy bueno para la familia, que es por nuestros hijos, et-cétera, etcétera. Sí hemos visto mucha participación y ahí mismo aprovechamos para hacer algunas rifas de juguetes para los niños en algunos otros eventos, pues sí artículos electrodomésticos, pero básicamente van por la Villa, por los eventos que se realizan, atención que se les da, y el uso de la Villa Campestre.

Y eventos nuevos, como fue las carnes asadas.Así es, el año pasado también llegamos a hacer un evento, como el mejor chef, a premiar el que mejor realice, haga, prepare la carne asada, ya que aquí en Monte-rrey realizamos cada fin de semana una carne asada y eso nos ayuda para convivir con la familia. Es una reunión familiar que nos sirve también para estar platicando, entonces decidimos hacer esto, hubo una muy buena participación, fueron más de 40 personas, fueron más de 40 asadores, 44, por ahí; y llegamos a premiar al mejor chef con un molcajete, el molcajete de oro, y así dimos ese tipo de premios que más que nada iban por convivir, porque ahí llevaban a la familia. Tuvimos un grupo musical, estaban baile y baile; todos nos hicieron probar los 40 diferentes tipos de carne asada, los probamos todos.

Otro evento importante en la Villa también por primera vez realizado fue el día del padre.

Exactamente, el día del padre fue otro evento, fue que por primera vez se realiza, fue una afluencia muy aceptable; también por parte de los papás se les hizo un evento con un comediante, muy bonito, estuvo muy bien, los papás se fueron muy a gusto, muy satisfechos, muy agradecidos con nosotros.

Podrían porque los eventos en la Villa y los eventos como tradicionalmente se

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hacían: día de las secretarias, día de la madre, que ahorita vamos, podría pensarse criticarse en un momento que no es la función de un sindicato hacer eventos, pero sí es muy importante fomentar la de los trabajadores.

Sí, exactamente, no es que realicemos eventos, sino que ahí vean primero. Lo más importante para mí es que me permitan el contacto con ellos, el contacto directo con ellos, porque además de que estoy ahí en el evento disfrutándolo, también me abordan y me preguntan alguna situación, me dan algún proble-ma que ellos tuvieron en su trabajo. Eso nos sirve mucho, además de que ellos están conviviendo con sus demás compañeros; se platican, se ven, es parte de la responsabilidad social que está manejando el señor rector, así es, y como digo, principalmente es el contacto directo con el trabajador.

Día de las madres, día de la enfermera, día de las secretarias, eventos que cambiaron.

Lo mismo, así es, me sirvió el haber visitado, sido invitado por las demás adminis-traciones, de tal manera que el evento que se viene masivo era las mamás, el día de las madres. Este evento pues son más de cinco mil mamás; no hay un recinto aquí en Monterrey en donde podamos llegar a colocar a las cinco mil mamás. En-tonces no se pueden invitar o a las jubiladas o a las de contrato o a las de recurso propios, limitarlas nada más a las activas y de esas activas quitamos a las auxiliares, etcétera, y las demás que no estaban invitadas se sentían relegadas, no tomadas en cuenta. Entonces, en una situación, en un evento de otra naturaleza, visito Cin-termex y digo yo “bueno, aquí sería muy bien un evento de este tipo”, pensando yo así también en el fututo; que yo pensaba, nunca pensé estar en esto, pero aquí sería muy bien, aquí cabrían bastantes personas, se me da el estar de Secretario General y dije “nos vamos a Cintermex”, y para que los trabajadores, porque todos son trabajadores universitarios, la de contrato, la de recurso propio, la jubilada fue trabajadora de la Universidad, llegó a la Universidad a tener ese nivel.

Yo me acuerdo de muchas de la facultad ya jubiladas que trabajaban con la camiseta puesta de la Universidad; y no se diga las activas, tomas en cuenta a todas; nos sumaron más de cinco mil y realizamos el evento del día de las madres en Cintermex; todas fueron. Y que también aquí sirvió para que me abordaran con alguna problemática, con algún tipo de apoyo, convivencia entre todas ellas, estar un ratito en relajamiento, en disfrutar. Es un día que se les da a las madres que qui-siéramos que fuera todos los días, pero la pasaron con una atención en cuestión de la alimentación, de los regalos que se llegaron a rifar, a proporcionarles que aquí se les daba siempre un obsequio en la entrada a todas.

Pero también lo vemos la mujer no a todas le doy un obsequio el mismo para todas no les va a gustar a de haber una que lo va a cambiar y decía “que habrá para poder darles un regalo y que les guste a todas” y decidí darles una tarjeta,

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una tarjeta con una cantidad de dinero ahí y que la puedan utilizar para ellas, en ellas que se compren el gusto que ellas quieran, y fue bastante bien aceptado de tal manera que ya hay varias dependencias que están utilizando como regalo la tarjeta porque de esa manera nos quitamos el problema de que le voy a dar esto le va gustar, no le va a gustar no lo va a utilizar, mejor algo que sea de su gusto que ella se compre.

Sí, sigue despertando muchas opiniones encontradas, pero realmente es una prestación pionera en el país, el fondo de pensiones, ¿cuál ha sido su trabajo en este rubro?

Si nos encontramos con el Fondo de Pensiones y Jubilaciones, y el jubilarlo, el tener ahí, siempre es cierto, ha habido muchas cuestionamientos sobre el manejo del Fondo de Pensiones y Jubilaciones, que una persona es el que decida el des-tino de ese dinero. Entonces nosotros, porque esto fue idea del doctor Ancer, el Rector, de formar un comité Técnico que esté integrado por las mismas personas, la misma cantidad de personas por parte de Rectoría y del sindicato, y ver, invitar. Ahí además la Comisión de Hacienda, el abogado general, el tesorero, etcétera, estar ahí más gente involucrada y tomar una decisión unánime, pero entre todos que se vea en la decisión, que se vaya hacer de ese Fondo sea en beneficio de los trabajadores, que esté plasmado, que el Fondo de Pensiones y Jubilaciones no es de la Universidad, no es del Sindicato; es de los trabajadores universitarios y por eso estamos viendo el beneficio para ellos.

Entonces se crearon cierta vigilancia, aseguramiento del Fondo, candados que le llama para evitar que se disponga del Fondo por una sola persona, entonces de esa manera la decisión es por parte del Comité Técnico; y sentimos una gran responsabilidad estar ahí, y buscamos en verdad lo mejor que sea para destinar el Fondo de Pensiones y Jubilaciones. Como que ya estaba algo del Fondo asegura-do, cómo no, pero faltaba esa parte del Comité Técnico, también ya se había dis-puesto de la vigilancia, como es una revisión, un estudio por parte de un actuario a cierto tiempo; también reuniones mensuales del comité, estando anunciando siempre por la página de la Universidad, que esté a la vista de todos, que se vea el manejo del Fondo en forma transparente y la revisión por medio del actuario que esté también dada en la página, que se dé el conocimiento a todos los traba-jadores.

Y así lo hemos estado haciendo, y vimos que por esta revisión del actuario solicitamos si es conveniente, si se puede disponer del fondo para que la viuda del trabajador se pueda tener mayor tiempo de su pensión, de tal manera que el actuario vio ese estudio y sí dijo actualmente, bueno hace tiempo que el fondo podía sostener a la viuda por 10 años. Bajo un estudio actuarial vimos que se pue-

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de sostener de manera vitalicia, pero con dos salarios mínimos son como cuatro mil pesos a partir del décimo año, de que ya haya percibido la pensión y el salario completo del trabajador, después de ahí cuatro mil 500 pesos de manera vitalicia; y de que ya el trabajador se siente tranquilo de que su esposa va a quedar bastan-te bien sin estar dependiendo de los hijos o alguna otra parte o de nadie.

Vimos también ahora que se nos acercaron varios trabajadores con problemas familiares, como es el hijo que es dependiente de ellos, una discapacidad, hable-mos en primer instancia de un niño con Síndrome de Down, que el trabajador, el matrimonio se sienten culpables, se sienten ¿pues a quién se lo van a dejar?; es un compromiso muy fuerte que no se lo quieren dejar a los demás hijos, o que si no tiene demás hermanos, “no me quiero ir con esa carga, doctor”. Entonces vimos, analizamos también bajo estudios actuariales que se puede dejar la pensión al niño con esa discapacidad y empezamos con Síndrome de Down, podemos ver más adelante autismo, algo así, y de tal manera que vimos que se puede dejar la pensión a los niños y ya viene en este Contrato Colectivo que los niños con Síndrome de Down con alguna discapacidad se les pueda dejar la pensión de los padres hacia ellos.

Otra situación que también vimos bajo estudio actuarial es que también el trabajador acude mucho al sindicato por préstamos, y hay veces que solicitan para ampliación de casa o alguna otra cosa, o algo así; y entonces pedimos un estudio actuarial. También estoy hablando de todo el Comité Técnico, se planteó esta problemática ahí, se hace el estudio actuarial y el actuario nos dice qué po-demos disponer, actualmente nuestro Fondo de Pensiones y Jubilaciones rebasa los 700 mil millones de pesos y el actuario dijo “pueden disponer de un 10% de ese fondo unos 700 millones; no queremos disponer de tanto para préstamos a casas y remodelación o algún carro o algún problema económico que tengan con alguna institución financiera”, entonces vamos a disponer de una cantidad de 500 millones o 200 millones de pesos para empezar a prestar al trabajador bajo cier-tos requisitos y reglamentos, porque no queremos que el trabajador adquiera un préstamo de una buena cantidad y lo vaya a mal utilizar llamados a estas casas de apuesta o algo así, entonces queremos evitar eso.

Y se va hacer un buen estudio para poder darles el apoyo a esos trabajadores y si ya estamos entrando en detalles para lo más, esperamos ya un mes, mes y me-dio poder disponer de este programa de préstamos hacia los trabajadores, así es, es otro de los beneficios que tiene nuestro Fondo y también hemos nosotros sido invitados a nivel nacional por la CONTU, la Confederación Nacional de Trabajado-res Universitarios, que reúne sindicatos universitarios a nivel nacional; somos más de 60, cerca de 66 sindicatos universitarios que conformamos este organismo y hacemos reuniones, congresos a nivel nacional, nos han invitado a algunos y nos

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piden asesoría de nuestro programa del Fondo de Pensiones y Jubilaciones: cómo lo iniciamos, cómo se está llevando a cabo, qué servicios da, cómo lo tenemos asegurado, etcétera.

Entonces hemos ido a dar esa plática y no nada más de esta prestación, de otras tantas que tenemos y nos llegan no a aplaudir; a ovacionar de cómo tene-mos formado, resguardado, vigilado nuestro Fondo de Pensiones y Jubilaciones, porque de ese mismo, además de lo que es pensión vitalicia, pensión para el hijo discapacitado, préstamo para remodelación o casa-vivienda, se le da un porcen-taje del Fondo a nuestra clínica de la Universidad que da un apoyo a todos los trabajadores y sus familias. Son más de 60 mil derechohabientes que tienen la clínica y que llega a tratar desde una uña enterrada hasta un trasplante de hígado, de riñón, cateterismo, cardiacos, cerebral, etcétera; nos da un apoyo médico en que el trabajador no tiene qué gastar en nada de atención de salud.

Que por cierto en la CONTU se tiene un puesto que es el de Proyección Po-lítica.

Así es, nos invitó la CONTU a un congreso, una reunión, a una asamblea en donde se vota por todos los integrantes que nos den la función de Proyección Política a nivel nacional de la CONTU, y creo que lo estamos llevando a cabo.

Dignificación de prestaciones. ¿Cómo se han tratado de mejorar esas pres-taciones que tradicionalmente se han dado a los trabajadores?

Como mencioné durante la campaña, yo les decía que teníamos muchas presta-ciones a los trabajadores y queríamos mejorarlas. Otra situación que vimos, fue el apoyo también a la familia, porque esto viene a representar un apoyo económico a la familia el de los útiles escolares. Los útiles escolares siempre se han dado, quisimos mejorar esta prestación, el basarnos en la lista que da la Secretaría de Educación Pública en la cantidad y cada tipo de útiles escolares que dan, cuál es la cantidad de cuadernos, qué tipo de cuaderno, etcétera; revisamos la lista y fuimos a buscar este material, pero darlo para primer año de primaria, segundo año de primaria, tercero, por grados; no dar una cantidad: “todo esto es para primaria”, no. Y si vimos claro que si este diccionario ya lo otorgamos al de primer año, pues ya los demás años ya no; sí estuvimos manejado bien, revisando todo esto para que sea en beneficio de la economía familiar, de tal manera que se mejoró esta prestación de útiles escolares, los trabajadores al momento de ir por ellos, por su paquete de útiles escolares, vieron todo eso y quedaron bastante, muy bien agra-decidos con nosotros, porque vimos que va para el beneficio de la familia.

Nos llegaron a decir que ya con eso no van a gastar nada, únicamente en la inscripción de su hijo en la escuela y si acaso en los uniformes, pero lo demás en cuestión de mochila, útiles escolares no van a gastar nada y quedaron bastante

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bien agradecidos. Otra prestación es la de los juguetes en navidad, aquí vimos lo mismo: darles un juguete que perdure, que les sea útil también al niño, y sobre todo que los trabajadores se nos acercaban y comentaban “doctor, ese es el único juguete que va recibir mi hijo, yo no puedo gastar en más, yo no puedo tener ese gusto de darle a mi hijo, este es el único que va a recibir el que usted me dé es el único que va recibir mi hijo”. Con mayor razón buscamos juguetes que vayan a disfrutar sus hijos por un buen tiempo y que lo reciban con agrado y con gusto, también nos dimos en esa tarea de revisar juguetes de calidad y que también no sea un juguete que sea algo también intelectual, sobre todo para los niños más chiquitos de armar algo y cosas así, y si mejoramos esa prestación también. Y quiero decir que tanto en útiles escolares como juguetes incluimos a todos los trabajadores, aquí están incluidos trabajadores de contrato, de recurso propio, ac-tivos y alguno que otro jubilado que tenga niños en etapa escolar, o en juguetes en navidad, porque se dan juguetes de 1 a 12 años, también se les dio juguetes, aquí abarcamos a todo trabajador universitario por el simple hecho de trabajador de la Universidad.

¿Cómo se va preparando el Sindicato parta el futuro?Vimos también la necesidad de preparar el sindicato para estar mejor en el futuro, revisamos contratos, reglamentos y los estamos actualizando, contratos con los proveedores, porque ya hay ciertos proveedores que realizan alguna otra función, entonces vamos a actualizar esos también, reglamentos: el reglamento de servi-cios médicos. Ha mejorado mucho la atención de los servicios médicos y debe-mos de mejorar y de actualizar ese reglamento también; el reglamento del Fondo de Pensiones y Jubilaciones igual, donde vengan los artículos en los que se le da la prestación a los hijos con discapacidad, y así queremos formar al sindicato, te-nerlo listo para un futuro porque todavía nos falta estar incluidos en el programa de sustentabilidad.

El sindicato lleva a cabo muchas labores de sustentabilidad y queremos llevar a cabo trabajo para profesionalizarlo, tener un sindicato ejecutivo digno de to-dos los trabajadores, dignificarlo para un mejor servicio y función del sindicato. Mi intención es de que sea, como lo dije en campaña: el mejor sindicato a nivel nacional en trato a los pacientes, en funciones en atención, porque también a los trabajadores a los que trabajan aquí en el sindicato, a los que dan el servicio les estamos dando curso de capacitación, a las secretarias, al personal administrati-vo, a los presidentes seccionales que viene una nueva ley laboral darles el curso, una nueva cláusula en nuestro Contrato Colectivo darles el curso, del reglamen-to nuevo presente seccional que entre darle el curso del reglamento, que estén ellos completamente informados para sus dependencias, que den la información a sus dependencias, de esa manera el sindicato esté fuerte y mantenerlo así, darle

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siempre una actualización constante al sindicato. De esa manera creo yo que el sindicato va a desarrollar en un futuro un servicio de mayor calidad.

A lo largo de estos 50 años de lo que ha vivido y le han contado de estos 50 años ¿Cuál es su percepción del trabajo del sindicato, de los secretarios, de la gente que ha estado aquí a lo largo de todo este tiempo?

Yo conocí al inicio de mi administración al primer Secretario General del sindicato electo, al licenciado Rolando Guzmán, por el que yo tengo un gran respeto, un cariño, en verdad, porque el conocerlo para mí fue algo muy significativo, el tener ahí a la persona que en aquel momento inició el sindicato, porque fue uno de los que inició a pesar de que el primero que fue designado fue el doctor Ángel Martínez. Él fue designado por esa junta, esa reunión que tuvieron ellos ahí esta involucrado el licenciado Rolando Guzmán, pero él fue el primer electo, entonces conocerlo yo su pensamiento y llegarme a decir “ahora, doctor, ahí está la estafeta a seguirle”. Eso fue para mí de verdad muy significativo, lo admiro mucho al igual que cada uno de los secretarios que han pasado aquí en la administración del sindicato; de todos he aprendido algo, todos han hecho mucho por el sindicato, y de tal manera que nos hacen sentirnos orgullosos de él porque llegamos a tener ya más de 200 cláusulas gracias a ellos, gracias a la labor de cada uno de ellos el sindicato siempre ha defendido al trabajador, se ha distinguido por una labor respetable, honesta hacia todo los trabajadores; y a nivel nacional representa o tenemos un lugar muy digno, muy representativo a nivel nacional; y eso para mí de verdad me llena de orgullo.

He aprendido de cada uno de ellos, el que trabajemos en bien del trabajador, en bien de su familia, ese darle mantenimiento al sindicato, conservarlo; llegar a trasmitir lo mismo que ellos estuvieron viendo por el sindicato, por los traba-jadores, como le decía cada uno en su época, ha luchado, ha dado algo por el sindicato, por los trabajadores, han dejado algo que a nosotros al que sigue no le toca más que continuar con esa labor, y es lo que estoy haciendo yo; lo que ellos hicieron continuarlo y si se puede mejorarlo, que yo sé que el que venga después de mí, va a hacer lo mismo: la estafeta la estamos pasando uno a otro para que siga igual. El comportamiento de uno no es otro que el seguir el que nos dejaron los anteriores, trabajar por el bien de los trabajares, ver por la Universidad, tratar de mejorar cada una de las prestaciones y ¿por qué no? si hay alguna que otra nueva, ¡a sacarla!, pero todo esto por el bien del trabajador y sus familias.

Entrevista realizada por Mauricio Villa Amezcua el 14 de agosto de 2013Transcripción realizada por Erika Flor Escalona Ontiveros

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Índice

1. Miembros de comités

Guadalupe Cedillo Garza ............................................................................

Carlos Morales Sánchez................................................................................

Mario Burgoa González ............................................................................

Ovidio Estrada Menchaca ...........................................................................

Alfredo Romero Oyervides .........................................................................

José Reséndiz Balderas ...............................................................................

Rafael Garza Ibarra .....................................................................................

Pedro Castellanos Rodríguez ......................................................................

Humberto González González ....................................................................

Ramón Torres Briones .................................................................................

2. Secretarios Generales

Ángel Martínez Maldonado ........................................................................

Rolando Guzmán Flores ..............................................................................

Carlos Ruiz Cabrera .....................................................................................

Ernesto Villarreal Landeros .........................................................................

Jesús Guzmán Lowenberg ..........................................................................

José C. Fernández Quiroga .........................................................................

Isaías Balderas Candanosa ..........................................................................

Joel Montemayor Soto ...............................................................................

Tomás Tijerina Salazar .................................................................................

Graciano González Alanís ...........................................................................

Oscar de la Garza Castro .............................................................................

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Testimonios de una vida sindical. Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León (Stuanl) de Mauricio Villa Amezcua, Susana Acosta Badillo y Erika Flor Escalona Ontiveros,

terminó de imprimirse en diciembre de 2013 en los talleres de la Imprenta Universitaria. En su composición se utilizó la tipografía Myriad Pro.

Diseño de Elena L. Herrera Martínez y Alejandro Derbez García.

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