Texto 8 de Historia

21
TEXTO 8 OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO

description

texto de historia de españa para selecti

Transcript of Texto 8 de Historia

TEXTO 8

OLIGARQUA Y CACIQUISMO

Santiago Rodrguez Jaureguialde

1. Localiza y sita el texto su naturaleza y fecha. Comenta las ideas principales del mismo

Anlisis:Cronologa 1901.

Naturaleza texto narrativo

Dirigido destinatario particular (en cuanto que el objeto de su crtica es el Gobierno) y finalidad pblica (se hace en un libro al alcance de todas las personas que lo quieran leer).

Tema crtica al caciquismo y a la falsificacin electoral que propiciaba el sistema turnista.

Idea principal la corrupcin poltica y electoral.

Otras ideas oligarcas, caciques y gobernantes civiles como factores clave; dudas sobre los partidos polticos; corrupcin del sistema y el abuso de poder de las clases gobernantes.

Autor Joaqun Costa. Poltico, jurista, historiador y economista. Lder del movimiento poltico e intelectual llamado Regeneracionismo , caracterizado por su rechazo de la restauracin.

Comentario del texto

El texto es un fragmento de la obra Oligarqua y Caciquismo cuyo autor es Joaqun Costa, representante del movimiento regeneracionista espaol. En ella, el autor denuncia los mecanismos de funcionamiento del sistema implantado por Cnovas del Castillo, en concreto el caciquismo y la falsificacin de los resultados electorales.

En primer lugar el autor cita los tres elementos que, en su opinin, integran el sistema de gobierno. Los primeros componentes son los oligarcas, ricos, poderosos e influyentes que ocupan los altos cargos y las posiciones ms prestigiosas de cada partido formando, segn palabras del mismo autor la plana mayor. Luego estaran los caciques de distinta categora segn su influencia y posicin social, repartidos por todo el pas, sobre todo en las zonas rurales, donde manipulan la vida poltica, social y econmica y actan de intermediarios con el Gobierno. Los ltimos son los gobernadores civiles, encargados de mantener la comunicacin y las relaciones. Segn Joaqun Costa, el sistema se vea reducido a estos elementos que mantenan postrada a la nacin.

Posteriormente, pasa a exponer la posicin que ocupaba cada uno en el sistema. Los caciques y oligarcas, tambin conocidos como clase gobernante o directora se distribuan en partidos. Costa insiste en que es un error considerar a estas agrupaciones polticas como partidos pues no integran ni representan a la nacin. El autor los compara con un grupo de extranjeros que se han hecho con el poder mediante la fuerza. Y este abuso de poder de hacer lo que quisieran, otorgado por los superiores de cada partido para dirigir y someter a los ciudadanos, lo aprovechaban y ponen en prctica en las elecciones. Los caciques falsifican el sufragio y los resultados ignorando la voz del pueblo y corrompiendo las elecciones que, en teora, deban ser democrticas. El nico objetivo de esta corrupcin era el favorecer al partido al que corresponda gobernar segn el turno pacfico.

Contexto histrico

El sistema del turno pacfico pudo mantenerse durante ms de veinte aos gracias a la corrupcin electoral y a la utilizacin de la influencia y poder econmicos de determinados individuos sobre la sociedad (caciques). El caciquismo fue un fenmeno que se dio en toda Espaa, aunque alcanz su mximo desarrollo en Andaluca, Galicia y Castilla.

La adulteracin del voto constituy una prctica habitual en todas las elecciones, que se logr mediante el restablecimiento del sufragio censitario, un trato ms favorable a los distintos rurales frente a los urbanos y, sobre todo, por la manipulacin y las trampas electorales. El triunfo del partido que convocaba las elecciones porque haba sido requerido para formar gobierno era convenido previamente, y se consegua gracias al falseamiento de los resultados. De este modo, el triunfo electoral permita la creacin de una amplia mayora parlamentaria al partido gobernante.

Los caciques eran personas notables, sobre todo del medio rural, a menudo ricos propietarios que daban trabajo a jornaleros y que tenan una gran influencia en la vida local, tanto en lo social como en lo poltico. Tambin podan ser abogados, profesionales de prestigio o funcionarios de la Administracin, que controlaban los ayuntamientos, hacan informes y certificados personales, dirigan el sorteo de las quintas, proponan el reparto de las contribuciones y podan resolver o complicar los trmites burocrticos y administrativos. Con su influencia, los caciques orientaban la direccin del voto, agradeciendo con sus favores la fidelidad electoral y discriminando a los que no respetaban sus intereses.

Los caciques manipularon las elecciones continuamente de acuerdo con las autoridades, especialmente los gobernadores civiles de las provincias. El conjunto de trampas electorales que ayudaba a conseguir la sistemtica adulteracin de los resultados electorales se conoce como pucherazo. Para conseguir la eleccin del candidato gubernamental, no se dudaba en falsificar el censo incluyendo a personas muertas o impidiendo votar a las vivas-, manipular las actas electorales, ejercer la compra de votos, amenazar al electorado con coacciones de todo tipo e incluso emplear la violencia para atemorizar a los contrarios.

2. Los movimientos sociopolticos: regeneracionismo, movimiento obrero y regionalismos.

Nacionalismo cataln

La regin pionera en desarrollar un movimiento regionalista fue Catalua, donde a lo largo del siglo XIX haba tenido lugar un crecimiento econmico superior al de cualquier otra regin espaola. La industrializacin haba hecho de Barcelona y su entorno la primera zona industrial de Espaa y haba propiciado el nacimiento de una influyente burguesa de empresarios industriales. Es nuevo grupo social senta que sus intereses econmicos estaban poco representados en los diferentes gobiernos e hizo de la defensa del proteccionismo un elemento aglutinador.

El desarrollo socioeconmico de Catalua coincidi con un notable renacimiento de la cultura catalana y una expansin del uso de su lengua verncula, el cataln. En este contexto, y a mediados del siglo XIX, naci un movimiento conocido como la Renaixena, cuyo objetivo era la recuperacin de la lengua y de las seas de identidad catalanas. De este modo, el catalanismo surgi de la conjuncin del progreso econmico y el renacimiento cultural o, como se dijo en aquel tiempo, de la unin del arancel y la poesa.

Por otro lado, en la dcada de 1880 se desarroll el catalanismo poltico, que tuvo varias corrientes. Una de ellas estuvo basada en el tradicionalismo y tuvo en el obispo Torras y Bages su mximo representante. Otra era de carcter progresista, base popular y principios federalistas y estuvo alentada por Valent Almirall, considerado como el padre del catalanismo poltico. Almirall fund en 1882 el Centro Catal, que empez a defender la autonoma de Catalua.

Un paso muy importante en la consolidacin del catalanismo poltico fue la elaboracin de las Bases de Manresa en 1892, un documento producido por la Uni Catalanista, que propona la consecucin de un poder cataln como resultado de un pacto con la corona y, por lo tanto, la consideracin de Catalua como una entidad autnoma dentro de Espaa. El regionalismo pas entonces a convertirse en verdadero nacionalismo.

La crisis del sistema poltico de la Restauracin en 1898 acrecent el inters de la burguesa catalana por tener su propia representacin poltica al margen de los partidos dinsticos. En 1901 se cre la Lliga Regionalista, fundada por el intelectual nacionalista Enric Prat de la Riba y el joven abogado Francesc Camb. El nuevo partido aspiraba a participar activamente en la poltica y a tener representantes en las instituciones que defendiesen los intereses del catalanismo. El xito electoral convertira a la Lliga en el principal partido de Catalua durante el primer tercio del siglo XX.

Nacionalismo vasco

El nacionalismo vasco surgi en la dcada de 1890. En sus orgenes hay que considerar la reaccin ante la prdida de una parte sustancial de los fueros tras la derrota del carlismo; pero tambin el desarrollo de una corriente cultural en defensa de la lengua vasca, el euskera, que dio lugar a la creacin del movimiento de los euskaros, con un importante componente religioso y de defensa de las tradiciones.

Su gran propulsor fue Sabino de Arana, que senta una gran pasin por la cultura autctona de Euskalerria (nombre vasco del territorio donde se habla el euskera). Arana crey ver un gran peligro para la subsistencia de la cultura vasca en la llegada de inmigrantes procedentes de otras regiones de Espaa a la zona minera e industrial de Bilbao, como resultado de la enorme expansin de la minera y la siderurgia vascas en el ltimo tercio del siglo XIX. Pensaba que esta poblacin de maketos (nombre dado a los inmigrantes no vascos) pona en peligro el euskera cuyo uso se reduca a pequeos territorios rurales las tradiciones y la etnia vasca.

Las propuestas de Arana prendieron en diversos sectores, sobre todo en la pequea burguesa, y en 1895 se cre el Partido Nacionalista Vasco en Bilbao. Arana populariz un nuevo nombre para su patria, Euzkadi, una bandera propia y propuso un lema para el partido, Dios y ley antigua. El movimiento estaba impregnado de un gran sentimiento catlico y de defensa de la tradicin, pretenda impulsar la lengua y las costumbres vascas y defenda la pureza racial del pueblo vasco, por lo cual adquiri un cierto sentido xenfobo.

En un principio, en PNV se declar de inmediato independentista con respecto a Espaa, pero esta posicin fue evolucionando hacia el autonomismo. Aunque a la muerte de Arana aparecieron disensiones dentro del nacionalismo vasco, su progreso electoral fue constante en las primeras dcadas del siglo XX. Su principal rival en la defensa de la identidad vasca fue el carlismo, que tambin reclamaba la vuelta de los fueros, y que en Navarra tena mucha ms fuerza.

El nacionalismo gallego

Adems del cataln y del vasco, otro nacionalismo con cierto relieve fue el galleguismo, que tuvo carcter estrictamente cultural hasta bien entrado el siglo XX. La lengua gallega se usaba sobre todo en el medio rural, y a mediados del siglo XIX, intelectuales y literatos gallegos emprendieron el camino de convertirla en legua literaria. Ello dio lugar al nacimiento de la corriente llamada Rexurdimiento, cuya figura literaria de mayor influencia fue la poetisa Rosala de Castro(1837-1885) Las minoras cultas, insatisfechas con la situacin del pas, empezaron a responsabilizar del atraso econmico a la subordinacin poltica de Galicia, que forzaba a muchos gallegos a la emigracin. En la ltima etapa de la Restauracin, el galleguismo fue adquiriendo un carcter ms poltico, pero este movimiento se mantuvo muy minoritario a pesar del prestigio de algunos de sus componentes (Manuel Murgua y Alfredo Braas, entre otros). Ms tarde fue importante la figura de Vicente Risco, que en la segunda dcada del siglo XX se convertira en el gran terico y lder del nacionalismo gallego.

Valencianismo, aragonesismo, andalucismo

Los movimientos de resurgimiento cultural que ms tarde pasaron a la esfera poltica se dieron tambin de manera incipiente en otras regiones como Valencia, Aragn, Andaluca e incluso Castilla. Pero su expansin no se produjo hasta bien entrado el siglo XX, y especialmente, durante la Segunda Repblica, cuya Constitucin prevea la creacin de autonoma regionales. El ms importante fue el movimiento valencianista, que naci como una corriente cultural de reivindicacin de la lengua y de la cultura propia (Renaixena) y que en siglo XIX tuvo en Teodor Llorente y Constant Llombart sus mximos representantes. El nacimiento del valencianismo poltico hay que situarlo a principios del siglo XX, con la creacin de la organizacin Valencia Nova (1904), que promovi la Primera Asamblea Regionalista Valenciana con la finalidad de comprometer a todos los partidos poltico en la creacin de un proyecto valencianista.

El aragonesismo surgi, en la segunda mitad del siglo XIX, en el seno de una incipiente burguesa que impuls la defensa del Derecho Civil aragons, la reivindicacin de valores culturales particularista y la recuperacin romnticas de los orgenes del reino y de sus instituciones medievales. A estos factores se les aadi, aunque marginalmente, el arraigo aragons de Joaqun Costa, que aunque no fue nacionalista en modo alguno, reclam insistentemente en sus escritos los derechos del mundo campesino aragons. Sin embargo, hasta la Segunda Repblica no aparecieron las primeras formulaciones polticas autonomistas de distintos signos, en unos casos, o de mera descentralizacin administrativa, en otros.

El apstol del andalucismo fue el notario Blas Infante, cuyo ideario poltico, recogido en su obra Ideal andaluz, fue heredero de los movimientos republicanos y federalistas del siglo XIX. En 1916 fund el primer Centro Andaluz en Sevilla con la intencin de ser un rgano expresivo de la realidad cultural y social de Andaluca. Ms adelante particip en la primera asamblea regionalista andaluza celebrada en Ronda en 1918, que estableci las bases del particularismo andaluz y propuso la autonoma. Durante la Segunda Repblica, el movimiento andalucista abord por primera vez la redaccin de un proyecto de Estatuto de Autonoma, que fue elaborado una una asamblea de municipios sevillanos. Sin embargo, esta iniciativa logro escaso respaldo popular y tuvo que esperar hasta el fin del franquismo para encontrar un sentimiento andalucista con arraigo popular que defendiera la autonoma.

Movimiento obrero

La primitiva legislacin liberal no contemplaba ningn tipo de normativa que regulara las relaciones laborales y prohiba explcitamente la asociacin obrera, porque se consideraba contraria a la libertad de contratacin. Ante esta situacin, las primeras manifestaciones de protesta obrera contra el nuevo sistema industrial adquirieron un carcter violento, clandestino y espontneo.

En la dcada de 1820, el ludismo fue la primera expresin de rebelda obrera contra la introduccin de nuevas mquinas a las que se responsabilizaba de la prdida de puestos de trabajo y del descenso de los jornales. En 1821, los trabajadores de la industria artesanal de las localidades vecinas a Alcoy asaltaron la ciudad y quemaron los telares mecnicos, aunque el incidente ms relevante fue el incendio, en agosto de 1835, de la fbrica de Bonaplata de Barcelona, el primer vapor que funcion en Espaa.

Muy pronto, sin embargo, los trabajadores comprendieron que el origen de sus problemas no estaba en las mquinas, sino en las condiciones de trabajo que imponan sus propietarios. Por tanto, el eje de la protesta obrera se fue progresivamente centrando en las relaciones laborales, y la lucha obrera se orient hacia la defensa del derecho de asociacin y la mejora de las condiciones de la vida y del trabajo. Surgi as un primer embrin de asociamiento obrero para defender sus intereses, y en 1834, un grupo de tejedores en Barcelona present un documento al capitn general de Catalua contra la decisin patronal de alargar el tamao de las piezas, mientras se les pegaba la misma cantidad por cada una.

A partir de entonces, el movimiento asociativo obrero se extendi, creando Sociedades de Socorros Mutuos o Sociedades Mutualistas, a las que los obreros asociados entregaban una pequea cuota para asegurarse una ayuda en caso de desempleo, enfermedad o muerte. La primera de estas asociaciones fu la Sociedad de Proteccin Mutua de los Tejedores del Algodn, creada por el tejedor Juan Muns en Barcelona, en 1840. No se trataba todava de un verdadero sindicato, pues su funcin era sobre todo de proteccin ante la adversidad y careca de un programa reivindicativo propio.

El asociacinismo se expandi por muchos lugares de Espaa y signific la extensin de las reivindicaciones obreras, fundamentalmente referidas al aumento salarial y a la disminucin del tiempo de trabajo. Las huelgas, aunque estaban prohibidas, fue un instrumento usado cada vez con mayor frecuencia para presionar ante los patronos. Por ello, las sociedades obreras crearon un fondo para ayudar a los obraron en huelga, las llamadas cajas de resistencia. Los conflictos huelgusticos proliferaron en las dcadas de 1840 y 1850, tanto en las ciudades como en el campo, y se produjeron movimientos reivindicativos en Granada, Valencia y Madrid.

Pero el hecho de mayor transcendencia fue la primera huelga general declarada en Espaa en el ao 1855, durante el Bienio progresista. Su origen estuvo en Barcelona, como reaccin a la introduccin de unas nuevas mquinas hiladoras, las selfactinas, que ahorraban mano de obra y dejaron a muchos obreros en paro. Se extendi despus con diversas caractersticas por otros muchos lugares, como Castilla (Valladolid, Bjar) y Andaluca.

Los conflictos y las revueltas en el campo fueron una constante en la historia espaola del siglo XIX. El aumento de la poblacin agraria asalariada, sin un crecimiento paralelo del trabajo y los recursos, provoc un grave problema social, sobre todo en Andaluca.

En la dcada de 1840, una ola de manifestaciones y ocupaciones de tierras agit el campo andaluz, donde el jornalerismo era mayoritario y los aos de las malas cosechas provocaban situaciones de hambre crnica y suman en la miseria a miles de campesinos. Ante esta situacin, se produjeron quemas de cosechas y matanza de ganado que podran asimilarse a los movimientos de carcter ludista.

El problema se agrav en 1855, con la desamortizacin de los bienes comunales de los municipios, pues estas tierras de aprovechamiento comn pasaron a manos privadas. Como consecuencia se produjeron ms alzamientos campesinos, que fueron duramente reprimidos por el ejrcito y la Guardia Civil. Los movimientos ms intensos tuvieron lugar de nuevo en Andaluca, en algunos lugares de Castilla y en las zonas montaosas de Aragn. Poco despus de produjeron las fuertes revueltas de Utrera y El Arahal (Sevilla). En 1861, un levantamiento en Loja (Granada), dirigido por Rafael Prez del lamo, alcanz una gran intensidad y se extendi por las provincias de Jan y Mlaga, llegando a contar con 10000 hombres. La represin del movimiento provoc numerosas vctimas entre los campesinos sublevados.

A raz de estas luchas sociales, en las dcadas de 1860 y 1870, el bandolerismo se extendi por Andaluca como una respuesta individual y violenta a las grandes desigualdades sociales. Fue la poca de los bandidos que tenan su refugio en Sierra Morena, y que, reunidos en cuadrillas, asaltaba caminos, cortijos y pequeos pueblos.

El movimiento obrero y jornalero primitivo se vio potenciado cuando sus reivindicaciones fueron apoyadas por doctrinas como el socialismo, en sus diversas manifestaciones. La primera de ellas fue el llamado socialismo utpico, que pretenda crear sociedades igualitarias, con propiedad colectiva y reparto equitativo de la riqueza, y acabar con las injusticias de la sociedad liberal. Esas ideas prendieron con fuerza entre los crculos ms concienciados de los asalariados espaoles, tanto en la ciudad como en el campo.

La entrada de las doctrinas socialistas en Espaa de produjo gracias a la difusin del pensamiento de socialistas utpicos franceses como Saint-Simon, Cabet y Fourier. La figura ms notable del socialismo espaol en el siglo XIX fue Joaqun Abreu, fourierista gaditano que defendi la creacin de falansterios, unas cooperativas de produccin y consumo que producan en su seno todo lo necesario para sus habitantes.

Desde Andaluca, el socialismo lleg a Madrid y Barcelona, donde surgi un ncleo de saintsimonianos alrededor de Felipe Monlau y otro de cabetianos encabezados por Abdn Terradas y Narciso Monturiol. Hubo bastantes escritores, generalmente republicanos, que difundieron el socialismo y el cooperativismo mediante libros y prensa, entre los que destacaron Fernando Garrido, Sixto Cmara, Ramn de la Sagra y Francisco Pi y Margall, que introdujo en Espaa las ideas del socialista francs Proudhon.

En cuanto a la poltica, el primitivo obrerismo espaol estuvo muy ligado al republicanismo federal. Cuando a partir de 1868 se concedi el sufragio universal masculino, los obreros votaron sistemticamente por el republicanismo, al considerarlo la opcin ms favorable a sus aspiraciones sociales. Pero la falta de un verdadero respaldo poltico y la no satisfaccin de una buena parte de sus reivindicaciones condujeron a importantes sectores del obrerismo hacia las nuevas ideologas internacionalistas (anarquismo y socialismo).

Tras el triunfo de la revolucin de septiembre de 1868, lleg a Espaa un enviado de la AIT, el italiano Giuseppe Fenalli, que viajo a Madrid y a Barcelona para crear los primeros ncleos de afiliados a la Internacional, en los que tomaron parte dirigentes sindicales como Anselmo Lorenzo y Ramn Farga Pellicer. Fanelli, que era miembro de la Alianza Internacional de la Democracia Socialista, fundada por Bakunin en 1868, difundi los ideales anarquistas como si fuesen los de la AIT. As, los primeros afiliados espaoles a esta organizacin pensaron que el programa de la Alianza (supresin del Estado, colectivizacin, apolitivismo, etc.) se basaba en los principios generales de la Primera Internacional, fenmeno que ayud a la expansin y arraigo de las ideas anarquistas entre el proletariado cataln y el campesinado andaluz.

A partir de 1869, las asociaciones obreras se expandieron por toda Espaa, llegando a existir hasta 195, que contaban con unos 25000 afiliados, aunque todas ellas se uniesen al nuevo organismo internacional. Los ncleos de mayor importancia fueron Barcelona, Madrid, Levante (especialmente Alcoy) y Andaluca (Crdoba, Mlaga, Cdiz). El primer congreso de la Federacin Regional Espaola (FRE) de la AIT se celebr en Barcelona, en 1870, y all se adoptaron acuerdos claramente concordantes con la lnea anarquista del obrerismo. Se defini la huelga como el arma fundamental del proletariado, as como su apoliticismo y la realizacin de la revolucin social por la va de la accin directa.

En 1871 lleg a Madrid Paul Lafargue, yerno de Karl Marx, e impuls el grupo de internacionalistas madrileos favorables a las posiciones marxistas. Integrado por Francisco Mora, Jos Mesa Pablo Iglesias, este grupo desarroll, a travs del peridico La Emancipacin, una amplia campaa a favor de la necesidad de la conquista del poder poltico por la clase obrera. Las discrepancias entre las dos corrientes internacionalistas culminaron en 1872 con la expulsin del grupo madrileo de la FRE y con la fundacin de la Nueva Federacin Madrilea, de carcter netamente marxista. El ncleo socialista escindido fue minoritario debido a que la mayora de las organizaciones integradas en la AIT mantuvieron su primitiva orientacin bakuninista.

El internacionalismo tuvo su momento lgido durante la Primera Repblica, cuando diversos grupos de anarquistas adoptaron una posicin insurreccional para provocar la revolucin y el derrumbe del Estado. Tras el fracaso de estos levantamientos, la FRE de la AIT perdi fuerza, y su declive definitivo tuvo lugar a partir de 1874, cuando el nuevo rgimen de la Restauracin la declar ilegal, obligndola a organizarse en la clandestinidad. En 1881, la seccin espaola de la Internacional (FRE), de tendencia bakuninista, cambi su nombre por el de Federacin de Trabajadores de la Regin Espaola (FTRE), debido a la necesidad de adaptarse a la nueva legalidad, que prohiba las organizaciones de carcter internacional dirigidas desde el extranjero. La nueva federacin, que tena su mayor implantacin entre los jornaleros de Andaluca y los obreros de Catalua, aument su nmero de afiliados y desarroll una accin sindical de carcter reivindicativo. Los desacuerdos dentro de esta organizacin y la constante represin sobre el movimiento obrero y campesino favorecieron que una parte del anarquismo optara por la accin directa y organizara grupos autnomos revolucionarios cuyo objetivo era atentar contra los pilares del capitalismo: el Estado, la burguesa y la Iglesia.

Durante la etapa 1893-1897 se produjeron los actos ms destacados de violencia social: atentados contra personajes clave de la vida poltica (Cnovas y Martnez Campos); bombas en Liceo de Barcelona, entidad representativa de la sociedad burguesa, o contra la procesin de corpus, smbolo de la liturgia popular eclesistica, etc. El anarquismo fue acusado de estar detrs de la Mano Negra, una asociacin clandestina que actu en Andaluca a finales del siglo XIX y a la que se le atribuyeron asesinatos, incendios de cosechas y edificios. Los atentados o las revueltas anarquistas fueron seguidos de una gran represin, muchas veces indiscriminada, y provocaron una espiral de violencia basada en una dinmica de accin/represin/accin. El momento clave de esta espiral fueron los procesos de Montjuc, celebrados en 1897 en Barcelona, en los que resultaron condenados y ejecutados cinco anarquistas.

La proliferacin de atentados ahond la divisin del anarquismo entre los partidos de continuar con la accin directa y los que propugnaban una accin de masas. Viejos anarquistas como Anselmo Lorenzo o intelectuales como Federico Urales, as como amplios grupos obreros, especialmente en Catalua, se mostraron contrarios al terrorismo. En consecuencia, plantearon la revolucin social como un objetivo a medio plazo y propugnaron la necesidad de fundar organizaciones de carcter sindical. Esta nueva tendencia, de clara orientacin anarcosindicalista, comenz a dar sus frutos a principios del siglo XX con la creacin de Solidaridad Obrera (1907) y la CNT (1910).

La Nueva Federacin Madrilea de la AIT, creada por los obreros de tendencia marxista, tuvo una vida efmera. En 1876, tras la desaparicin de la Internacional, sus miembros decidieron constituir un partido poltico. Un grupo de obreros madrileos, entre los que se hallaba Pablo Iglesias, fundaron el Partido Socialista Obrero Espaol (PSOE) en 1879. En 1886, el partido public su primer seminario, El Socialista, en el que, adems de Pablo Iglesias, empezaron a escribir hombres como Antonio Garca Quejido, Matas Gmez Latorre y Jaime Vera.

El partido socialista se defina como marxista, era de orientacin netamente obrera y partidario de la revolucin social. Presentaba tambin un programa de reforma que incluan el derecho de asociacin, reunin y manifestacin, el sufragio universal, la reduccin de las horas de trabajo, la prohibicin del trabajo infantil y otras medidas de carcter social. El partido creci lentamente en toda Espaa, y a finales de siglo ya existan agrupaciones socialistas en muchos lugares, pero fue en Madrid, el Pas Vasco y Mlaga donde ms pronto arraigaron. Tuvo un difcil desarrollo en lugares dominados por el anarcosindicalismo, como en Catalua, y tampoco penetr en el mundo agrario hasta muy avanzado el siglo XX. En 1889, ao de la fundacin de la Segunda Internacional (socialista), se afili a esta organizacin u contribuy a introducir en Espaa la Fiesta del Trabajo, instituida el 1 de mayo a partir de 1890.

En 1888, el partido celebr su primer congreso en Barcelona, y el mismo ao se fund la Unin General de Trabajadores (UGT), que no se declar marxista, en principio, sino que dej libertad de militancia a poltica a sus afiliados. La UGT acab trasladando su organismo directivo de Barcelona a Madrid, donde tena mayor implantacin. La coincidencia de sus lderes con los del partido socialista hizo que se fuese introduciendo cada vez ms en el mbito del marxismo. La UGT se organiz en sindicatos de oficio en cada localidad y siempre practic una poltica muy prudente en sus reivindicaciones, recurriendo a la huelga slo como ltima posibilidad, al contrario que el anarcosindicalismo.

Hacia la dcada de 1880, las duras condiciones de vida y de trabajo de los obreros, as como la creciente presin sindical, empezaron a concienciar a algunos sectores del liberalismo de la conveniencia de racionalizar las relaciones de trabajo de la sociedad industrial. Los gobiernos, igual que en otros pases europeos, plantearon la oportunidad de que el Estado ejerciese una accin compensatoria y reglase las relaciones econmicas y laborales.

En 1878, se aprobaron las primeras leyes de regulacin de los trabajos peligrosos para los nios, la creacin de asilos para invlidos de trabajo y la construccin de barrios para obreros. En 1883 se cre la Comisin de Reformas Sociales, un rgano gubernamental con la finalidad de informar sobre la condicin obrera y de promover el reformismo social. Pero la mayor parte de las leyes reguladoras de las condiciones de trabajo y de negociacin colectiva no vieron la luz hasta las primeras dcadas del siglo XX.

3. El sistema canovista.EL SISTEMA POLTICO DE LA RESTAURACINUn nuevo sistema polticoLos grupos conservadores recibieron con satisfaccin la Restauracin de los Borbones porque esperaban que la nueva monarqua devolvera la estabilidad poltica y pondra fin a todo intento de revolucin democrtica y social en Espaa. Cnovas no pretenda el regreso a los tiempos de Isabel II, sino la vertebracin de un nuevo modelo poltico que superase algunos de los problemas endmicos del liberalismo precedente: el carcter partidista y excluyente de los moderados durante el reinado isabelino, el intervencionismo de los militares en la poltica y la proliferacin de enfrentamientos civiles. Para conseguir su propsito, se propuso dos objetivos: elaborar una constitucin que vertebrase un sistema poltico basado en el bipartidismo y pacificar el pas poniendo fin a la guerra de Cuba y al conflicto carlista.La primera medida poltica de importancia fue la convocatoria de elecciones para unas Cortes constituyentes, pues la Constitucin de 1869 defendida por las fuerzas polticas ms democrticas, haba quedado, de hecho, sin efecto tras la proclamacin de la Repblica. Pese a que Cnovas no era partidario del sufragio universal, dispuso que las primeras elecciones del nuevo rgimen se hiciesen por ese sistema, aunque posteriormentedebera volverse al sufragio censitario.

La Constitucin de 1876La Constitucin elaborada en 1876 es una clara muestra del liberalismo doctrinario, caracterizado por el sufragio censitario y la soberana compartida entre las Cortes y el rey. Se trataba, pues, de una constitucin de carcter marcadamente conservador e inspirada en los valores histricos tradicionales de la monarqua, la religin y la propiedad.La Constitucin consideraba a la monarqua como una institucin superior, incuestionable, permanente y al margen de cualquier decisin poltica. Constitua un poder moderador que deba ejercer como rbitro en la vida poltica y garantizar el buen entendimiento y la alternancia entre los partidos polticos. Por ello, se estableca la soberana compartida y se concedan amplios poderes al monarca: derecho de veto, nombramiento deministros y potestad de convocar las Cortes, suspenderlas o disolverlas sin contar con el gobierno.Las Cortes eran bicamerales y estaban formadas por el Senado y el Congreso de los Diputados, este ltimo de carcter electivo. La Constitucin no fijaba el tipo de sufragio, pero una ley de 1878 estableci el voto censitario, limitado a los mayores contribuyentes. Sin embargo, en 1890, cuando estaba en el poder el partido liberal, se aprob el sufragio universal masculino. En el Senado, la mitad de los senadores lo eran por derecho propio o vitalicio, lo que daba opcin al rey y al gobierno a nombrar a los senadores.La Constitucin tambin proclamaba la confesionalidad catlica del Estado, aunque toleraba otras creencias siempre que no se hiciese manifestacin pblica de ellas. En consecuencia, se restableci el presupuesto del culto y clero para financiar a la Iglesia. Asimismo, el nuevo texto constitucional contaba con una prolija declaracin de derechos, pero su concrecin se remita a leyes ordinarias posteriores que, en general, tendieron a restringirlos, especialmente los derechos de imprenta, expresin, asociacin y reunin.Bipartidismo y turno pacificoAntonio Cnovas del Castillo introdujo un sistema de gobierno basado en elbipartidismo y en la alternancia en el poder de los dos grandes partidos dinsticos, el conservador y el liberal, que renunciaban a los pronunciamientos como mecanismo para acceder al gobierno. Se aceptaba, por tanto, que habra unturno pacifico de partidos que asegurara la estabilidad institucional mediante la participacin en el poder de las dos familias del liberalismo y pondra fin a la intervencin del ejrcito en la vida poltica.El ejrcito, que constitua uno de los grandes pilares del rgimen, qued subordinado al poder civil. As, una Real Orden de 1875 estableci que la misin del ejrcito era defender la independencia nacional y que no deba intervenir en las contiendas de los partidos. Como contrapartida se otorgaba a los militares una cierta autonoma para sus asuntos internos y se dotaba al ejrcito de un elevado presupuesto. De este modo, el turno pacifico elimin del panorama poltico de la Restauracin el problema de los pronunciamientos y el protagonismo de la presencia militar en los partidos y en la vida poltica espaola, que haban caracterizado la poca de Isabel II.El fin de los conflictosblicosLa estabilidad rgimen se vio favorecida por el fin de las guerras carlistas y cubana. La Restauracin borbnica priv a la causa carlista de una buena parte de su hipottica legitimidad y algunos personajes del carlismo acabaron reconociendo a Alfonso XII. Adems, el esfuerzo militar del gobierno a lo largo de 1875 hizo posible la reduccin de los ncleos carlistas en Catalua, a pesar de que haban conseguido algunos xitos militares en las batallas de Alpens y Castellfollit. La intervencin del ejrcito al mando de Martnez Campos forz finalmente la rendicin de los carlistas en Catalua, Aragn y Valencia. Sin embargo, el conflicto continuo unos meses ms en el Pas Vasco y Navarra, donde fue trasladada la mayor parte del ejrcito gubernamental, que consigui debilitar la resistencia Navarra y vasca hasta su total rendicin en 1876. En febrero de ese mismo ao, Carlos VII cruz la frontera francesa hacia el exilio y la guerra se dio por finalizada en todo el territorio.La consecuencia inmediata de la derrota carlista fue la abolicin definitiva del rgimen foral. De este modo, los territorios vascos quedaron sujetos al pago de los impuestos y al servicio militar, comunes a todo el Estado. Sin embargo, en 1878, se estipul un sistema de conciertos econmicos que otorgaba un cierto grado de autonoma fiscal a las Provincias Vascas, en virtud de la cual stas pagaran anualmente a la administracin central una determinada cantidad recaudada directamente por las Diputaciones Provinciales.El final de la guerra carlista permiti acabar ms fcilmente con la insurreccin cubana (Guerra de los Diez Aos, 1868-1878). Como resultado de la actuacin militar y de la negociacin con los insurrectos, en 1878 se firm la Paz de Zanjn. En ella se inclua una amplia amnista, la abolicin de la esclavitud (aprobada en 1888) y la promesa de reformas polticas y administrativas por las que Cuba tendra representantes en las Cortes espaolas. El retraso o incumplimiento de estas reformas provocara el inicio de un nuevo conflicto en 1879 (Guerra Chiquita) y la posterior insurreccin de 1895.LA VIDA POLTICA Y LA ALTERNANCIA EN EL PODER:Los partidos dinsticosCnovas haba sido el principal dirigente del Partido Alfonsino, que durante el Sexenio Democrtico haba defendido la restauracin monrquica. Tras el regreso de Alfonso XII lo transform en el Partido Liberal Conservador, que aglutinaba a los grupos polticos ms conservadores (a excepcin de los carlistas y los integristas) y que acab llamndose simplemente Partido Conservador. El proyecto bipartidista de Cnovas requera otro partido de carcter ms progresista, la llamada izquierda dinstica, y l mismo propuso a Sagasta su formacin. De un acuerdo entre progresistas, unionistas y algunos republicanos moderados naci el Partido Liberal-Fusionista, ms tarde conocido como Partido Liberal. A ambos partidos les corresponda la tarea de aunar a los diferentes grupos y facciones, con el nico requisito de aceptar la monarqua alfonsina y la alternancia en el poder. Por este motivo, se les conoca como partidos dinsticos.Conservadores y liberales coincidan ideolgicamente en lo fundamental, pero diferan en algunos aspectos y asuman de manera consensuada dos papeles complementarios. Ambos defendan la monarqua, la Constitucin, la propiedad privada y la consolidacin del Estado liberal, unitario y centralista. Su extraccin social era bastante homognea y se nutran principalmente de las lites econmicas y de la clase media acomodada. Eran partidos de minoras, de notables, que contaban con peridicos, centros y comits distribuidos por el territorio espaol.En cuanto a su actuacin poltica, las diferencias eran escasas. Los conservadores se mostraban ms proclives al inmovilismo poltico, proponan un sufragio censitario y la defensa de la Iglesia y del orden social. Los liberales defendan el sufragio universal masculino y estaban ms inclinados a un reformismo social de carcter ms progresista y laico. Pero, en la prctica, la actuacin de ambos partidos en el poder no difera en lo esencial, al existir un acuerdo tcito de no promulgar nunca una ley que forzase al otro partido a derogarla cuando regresase al gobierno.La alternancia regular en el poder entre estas dos grandes opciones dinsticas (turno pacifico) tena como objetivo asegurar la estabilidad institucional. El turno en el poder quedaba garantizado porque el sistema electoral inverta los trminos propios del sistema parlamentario. De este modo, cuando el partido en el gobierno sufra un proceso de desgaste poltico y perda la confianza de las Cortes, el monarca llamaba al jefe del partido de la oposicin a formar gobierno. Entonces, el nuevo jefe de gabinete convocaba elecciones con el objetivo de conseguir el nmero de diputados suficiente para formar una mayora parlamentaria que le permitiese gobernar.Falseamiento electoral y caciquismoEl sistema del turno pacfico pudo mantenerse durante ms de veinte aos gracias a la corrupcin electoral y a la utilizacin de la influencia y poder econmico de determinados individuos sobre la sociedad (caciques). El caciquismo fue un fenmeno que se dio en toda Espaa, aunque alcanz su mximo desarrollo en Andaluca, Galicia y Castilla.

La adulteracin del voto constituy una prctica habitual en todas las elecciones, que se logr mediante el restablecimiento del sufragio censitario, un trato ms favorable a los distritos rurales frente a los urbanos y, sobre todo, por la manipulacin y las trampas electorales. El triunfo del partido que convocaba las elecciones porque haba sido requerido para formar gobierno era convenido previamente, y se consegua gracias al falseamiento de los resultados. De este modo, el triunfo electoral permita la creacin de una amplia mayora parlamentaria al partido gobernante.Los caciques eras personas notables, sobre todo del media rural, a menudo ricos propietarios que daban trabajo a jornaleros y que tenan una gran influencia en la vida local, tanto en lo social como en lo poltico. Tambin podan ser abogados, profesionales de prestigio o funcionarios de la Administracin, que controlaban los ayuntamientos, hacan informes y certificados personales, dirigan el sorteo de las quintas, proponan el reparto de las contribuciones y podan resolver o complicar los trmites burocrticos y administrativos. Con su influencia, los caciques orientaban la direccin del voto, agradeciendo con sus favores la fidelidad electoral y discriminando a los que no respetaban sus intereses.Los caciques manipularon las elecciones continuamente de acuerdo con las autoridades, especialmente los gobernantes civiles de las provincias. El conjunto de trampas electorales que ayudaba a conseguir la sistemtica adulteracin de los resultados electorales se conoce como pucherazo. Para conseguir la eleccin del candidato gubernamental, no se dudaba en falsificar el censo -incluyendo a personas muertas o impidiendo votar a las vivas-, manipular las actas electorales, ejercer la compra de votos, amenazar al electorado con coacciones de todo tipo e incluso emplear la violencia para atemorizar a los contrarios.El desarrollo del turno de partidosA lo largo del perodo que transcurri entre 1876 y 1898, el turno funcion con regularidad: de todas las elecciones realizadas, seis fueron ganadas por los conservadores y cuatro por los liberales. Aunque la alternancia pas por momentos difciles, la primera crisis del sistema sobrevino como consecuencia del impacto del desastre de 1898, que erosion a los polticos y a los partidos dinsticos.El Partido Conservador se mantuvo en el gobierno desde 1875 hasta 1881, cuando Sagasta form un primer gobierno liberal que introdujo el sufragio universal masculino para los comicios municipales (1882). En 1884, Canovas volvi al poder, pero el temor a una posible desestabilizacin del sistema poltico tras la muerte del rey Alfonso XII (1885), impuls un acuerdo entre conservadores y liberales, el llamado Pacto del Pardo. Su finalidad era dar apoyo a la regencia de Mara Cristina y garantizar la continuidad de la monarqua ante las fuertes presiones de carlistas y republicanos.Bajo la regencia, el Partido Liberal gobern ms tiempo que el Conservacin. Durante el llamado gobierno largo de Sagasta, que se extendi entre 1885 y 1890, los liberales impulsaron una importante obra reformista para incorporar al sistema derechos asociados a los ideales de la revolucin del 68. De este modo se aprob la Ley de Asociaciones (1887), que elimin la distincin entre partidos legales e ilegales y permiti la entrada en el juego poltico a las fuerzas opositoras, se aboli la esclavitud (1888), se introdujo la celebracin de juicios por jurados, se impuls un nuevo Cdigo Civil (1889) y se llevaron a cabo reformas hacendsticas y militares.Pero la reforma de mayor trascendencia fue sin duda la implantacin del sufragio universal masculino en las elecciones generales (1890). De esta manera, el censo electoral se ampli de 800000 hombres a cerca de 5000000, al tener derecho a voto todos los varones mayores de 25 aos. Sin embargo, la universalizacin del sufragio quedo desvirtuada por la continuidad de los viejos los mecanismos de fraude y corrupcin electoral, que imposibilitaron una verdadera democratizacin del sistema.En la ltima dcada del siglo se mantuvo el turno pacifico de partidos: en 1890, los conservadores volvieron al poder, en 1892 regresaron los liberales, y en 1895, Canovas asumi la presidencia del gobierno hasta 1897, fecha de su asesinato. Sin embargo, el personalismo del sistema deterior a los partidos, que dependan excesivamente de la personalidad de sus lderes, provocando disidencias internas y la descomposicin de ambos partidos. En el Partido Liberal surgieron personajes como Germn Gamazo y Antonio Maura, que provocaron la aparicin de facciones y la desorganizacin del partido. En cuanto a los conservadores, destac la disidencia de los reformistas de Francisco Silvela, que consigui aglutinar a las diferentes facciones tras la muerte de Cnovas.

LA GUERRA EN ULTRAMARCuba, la perla de las AntillasTras la Paz de Zanjn (1878), los naturales de Cuba esperaban de la Administracin espaola una serie de reformas que les otorgasen los mismos derechos de representacin poltica en las Cortes que los espaoles de la Pennsula, la participacin en el gobierno de la isla, la libertad de comercio y la abolicin de la esclavitud, que an se practicaba con los negros que trabajaban en los ingenios o fbricas de azcar. Ninguna de estas peticiones haba sido tomada en consideracin por la administracin colonial debida a la rotunda oposicin de los grandes propietarios, de los negreros y de los comerciantes peninsulares.Siguiendo el modelo bipartidista de la pennsula, se crearon en Cuba, dos grandes partidos, el Partido Autonomista, integrado en su mayora por cubanos, y la Unin Constitucional, un partido espaolista que contaba con una fuerte militancia de los peninsulares instalados en la isla. El primero de ellos peda la autonoma para la isla, propugnaba un programa de reformas polticas y econmicas sin llegar a la independencia y haba conseguido una amplia representacin en el Parlamento espaol. El Partido Liberal de Sagasta se mostr proclive a introducir mejoras en la isla, pero durante sus sucesivos mandatos solo lleg a concretar la abolicin formal de la esclavitud, en 1888. En 1893 propuso a las Cortes la aprobacin de un proyecto de reformas del estatuto colonial de Cuba, pero no prospero debido a la fuerte presin de los intereses econmicos espaoles, que no estaban dispuestos a hacer ninguna concesin a la Perla de las Antillas que los pudiese vulnerar.La ineficacia de la administracin para introducir reformas en las colonias estimul los deseos de emancipacin y el independentismo fue ganando posiciones frente al autonomismo. En 1893, un intelectual Jos Mart, fund el Partido Revolucionario Cubano, cuyo objetivo era la consecucin de la independencia y de inmediato consigui apoyo exterior, especialmente de Estados Unidos. El independentismo aument rpidamente su base social y cont con el respaldo de caudillos revolucionarios como Mximo Gmez, Antonio Maceo y Calixto Garca, que se haban distinguido en su lucha contra las tropas espaolas en la guerra de los Diez Aos y se haban negado a aceptar los acuerdos de Zanjn.En 1891 el gobierno espaol elev las tarifas arancelarias para los productos importados a la isla que no procediesen de la Pennsula (arancel Cnovas).Por aquel entonces, el principal cliente econmico de Cuba era Estados Unidos que adquira casi la totalidad de los dos grandes productos cubanos, el azcar y el tabaco, mientras que esa potencia solo poda exportar a Cuba productos con fuertes aranceles de entrada. En 1894 EE.UU. adquira el 88,1% de las exportaciones cubanas, pero solo se beneficiaba del 32 % de sus importaciones, que seguan procediendo mayoritariamente de Espaa. El presidente norteamericano William McKinley manifest su protesta ante tal situacin y amenaz con cerrar las puertas del mercado estadounidense al azcar y tabaco cubanos si el gobierno espaol no modificaba su poltica arancelaria en la isla. Al temor a una nueva insurreccin independentista, se sum el recelo a que esta pudiese contar con el apoyo de Estados Unidos.

La gran insurreccinEn 1879 se produjo un nuevo conato de insurreccin contra la presencia de los espaoles en la isla que dio lugar a la llamada Guerra Chiquita. La sublevacin de los mambises- nombre con el que se conoca a los insurrectos cubanos- fue derrotada al ao siguiente por la falta de apoyos, la escasez de armamento y la superioridad del ejrcito espaol. Pocos aos despus, el Grito de Baire del 24 de Febrero de 1895 dio inicio de un levantamiento generalizado. La rebelin comenz en el este de la isla en Santiago de Cuba, pero se extendi rpidamente a la zona occidental donde estaba la capital La Habana. El jefe del gobierno espaol Cnovas del Castillo envi un ejrcito a manos del general Martnez Campos, que entenda que la pacificacin de la isla requera una fuerte accin militar que deba acompaarse de un esfuerzo poltico de conciliacin con los sublevados.Martnez Campos no consigui controlar militarmente la rebelin, por lo que fue sustituido por el general Valeriano Weyler que se propuso cambiar totalmente los mtodos de lucha e iniciar una frrea represin. Para evitar que los insurrectos aumentasen sus adeptos en el mundo rural organiz las concentraciones de campesinos a los que se obligaba a cambiar de asentamiento recluyndolos en determinados pueblos sin posibilidad de contacto con los combatientes. Weyler trat muy duramente a los rebeldes, aplicando la pena mxima a muchos de ellos, y tambin a la poblacin civil, vctima del hambre y las epidemias.En el plano militar la guerra no era favorable a los soldados espaoles ya que se desarrollaba en plena selva, la manigua, y contra unas fuerzas muy extendidas en el territorio, que se concentraban y se dispersaban rpidamente. Ni los soldados espaoles estaban entrenados para hacer frente a una guerra de este tipo ni el ejrcito contaba con los medios adecuados. El mal aprovisionamiento, la falta de pertrechos y las enfermedades tropicales causaren gran mortandad entre las tropas, haciendo de la victoria final un objetivo cada vez ms difcil de alcanzar.En 1897, tras el asesinato de Cnovas y conscientes del fracaso de la va represiva propiciada por Weyler, el nuevo gobierno liberal lo destituy del cargo y encarg el mando al general blanco. Adems, inici una estrategia de conciliacin con la esperanza de empujar a los separatistas a pactar una frmula que mantuviera la soberana espaola en la isla y evitase el conflicto en Estados Unidos. Para ello decret la autonoma de Cuba, el sufragio universal masculino, la igualdad de derechos entre insulares y peninsulares y la autonoma arancelaria. Pero las reformas llegaron demasiado tarde: los independentistas, que contaban con el apoyo estadounidense, se negaron a aceptar el fin de las hostilidades, que fue unilateralmente declarado por el gobierno espaol.Paralelamente al conflicto cubano, en 1896 se produjo una rebelin en las Islas Filipinas. La colonia del pacifico haba recibido una escasa inmigracin espaola y contaba con una dbil presencia militar, que se vea reforzada por un importante contingente de misioneros de las principales rdenes religiosas.Los intereses econmicos espaoles eran mucho menores que en Cuba, pero se mantenan por su produccin de tabaco y por ser una puerta de intercambios comerciales con el continente Asitico.El independentismo fragu en la formacin de la Liga Filipina, fundada por Jos Rizal en 1892, y en la organizacin clandestina Katipunan. Ambas tuvieron el apoyo de una faccin de la burguesa mestiza hispanoparlante y de grupos indgenas. La insurreccin se extendi por la provincia de Manila y el capitn general Camilo Garca Polavieja llev a cabo una poltica represiva, condenando a muerte a Rizal a finales de 1896. El nuevo gobierno liberal de 1897 nombr capitn general a Fernando Primo de Rivera, que promovi una negociacin indirecta con los principales jefes de la insurreccin, dando como resultado, una pacificacin momentnea del archipilago.La intervencin de Estados UnidosEstado Unidos haba fijado su rea de expansin inicial en la regin de Caribe y, en menor medida en el Pacfico, donde su influencia ya se haba dejado sentir en Hawai y Japn. El inters de Estado Unidos por Cuba haba llevado a realizar diferentes de compras de la isla, que Espaa siempre haba rechazado. El compromiso americano con la causa cubana se evidenci a partir de 1895, con el presidente McKienly y mostr abiertamente su apoyo a los insurrectos, a los que enviaba armas por va martima.La ocasin para intervenir en la guerra la dio el incidente del acorazado estadounidense Maine, que estall en el puerto de La Habana en abril de 1898. Estados Unidos culp falsamente del hecho a agentes espaoles y envi a Espaa un ultimtum en el que se exiga la retirada de Cuba. El gobierno espaol neg cualquier vinculacin con el Maine y rechaz el ultimtum estadounidense, amenazando con declarar la guerra en caso de invasin de la isla. Los dirigentes polticos espaoles eran conscientes de la inferioridad militar espaola, pero consideraron humillante la aceptacin, sin lucha, del ultimtum. Comenzaba as la guerra hispano-norteamericana.Una escuadra mandada por el almirante Cervera parti hacia Cuba, pero fue rpidamente derrotada en la batalla de Santiago, donde se enfrentaron barcos desvencijados contra modernos navos. Estados Unidos derrot igualmente otra escuadra espaola en Filipinas en la batalla de Cavite. En diciembre de 1898 se firm la Paz de Pars por la cual Espaa se comprometa a abandonar Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que pasaron a ser un protectorado norteamericano. El ejrcito espaol regres vencido y en condiciones lamentables, mientras muchos espaoles se preparaban para evacuar la isla y repatriar sus intereses.

Fechas, personajes y conceptos correspondientes al texto.

-Alfonso XIII: (1857-1885). Rey de Espaa. Hijo de Isabel II. En 1868, tras la revolucin de septiembre, march con su madre al exilio. Estudi en el Colegio Militar ingls de Sandhurst, desde donde por indicacin de Cnovas del Castillo lanz en 1874 un Manifiesto ofrecindose a Espaa, prometiendo conciliar los avances del siglo liberal y la tradicin catlica espaola. Tras el pronunciamiento de Martnez Campos en diciembre de 1874 fue proclamado rey de Espaa. Gobern apoyndose alternativamente en los dos grandes lderes polticos del momento: Cnovas (conservador) y Sagasta (liberal). Muri de tuberculosis a los 27 aos.

-Canalejas Mndez, Jos: (1854-1912). Poltico. Republicano en su juventud, se pas luego al partido liberal de Sagasta, en el que alcanz un gran protagonismo, siendo varias veces ministro. Al desapareces aqul, Canalejas encabez la corriente llamada demcrata. En 1910 el Rey le nombr Presidente del Gobierno e inici una poltica de reformas, que encontraron grandes obstculos (ley del candado contra las rdenes religiosas, servicio militar obligatorio, mancomunidades). Su obra se vio interrumpida violentamente al ser asesinado Canalejas en Madrid por un anarquista en noviembre de 1912.

-Cnovas del Castillo, Antonio: (1828-1897). Poltico, escritor e historiador. Estudi derecho en Madrid, donde inici su carrera poltica en la Unin liberal de O`Donnell, para quien redact el Manifiesto de Manzanares. En la ltima etapa del reinado de Isabel II ocup diversos ministerios. No particip en la Revolucin de 1868 y durante el Sexenio Democrtico organiz el partido alfonsino, que defenda el regreso al Trono de los Borbones en la persona del hijo de Isabel II. Tras el pronunciamiento de Martnez Campos a finales de 1874 se convirti en el poltico ms representativo del ltimo cuarto del siglo XIX en Espaa. Jefe del Partido Conservador, fue varias veces Presidente del Gobierno. Fue asesinado por un anarquista en un balneario donde veraneaba.

-PNV: Partido Nacionalista Vasco (en vasco EAJ), fundado por Sabino Arana en 1894 con el lema Dios y ley vieja. Su objetivo era recuperar las libertades forales perdidas en 1839 y llegar a la independencia plena con una estructura federal de los siete territorios vascos. Tras la muerte de Arana en 1903 se constituy definitivamente como partido, que fue poco a poco extendindose por las provincias vascongadas en competencia con los carlistas. Era una organizacin ultracatlica, muy influida por la Iglesia. Durante la Segunda Repblica logr un Estatuto de Autonoma para Euzkadi. A la muerte de Franco volvi a recuperar su protagonismo en la sociedad vasca, defendiendo el derecho de autodeterminacin como paso previo a la soada independencia.

-Caciquismo: Caracterizacin del sistema poltico-social de la Restauracin introducida por los regeneracionistas y popularizada por Costa. Era una percepcin muy negativa de la vida pblica porque significaba que todo funcionaba a base de favores que los caciques (generalmente grandes propietarios rsticos) concedan a los campesinos a cambio de su voto, que tambin, llegado el caso, pagaban en metlico. Esta corrupcin poltica, que falseaba las elecciones, tena otras mltiples manifestaciones, entre las que se incluan las coacciones a los discrepantes a travs del control de los aparatos de la Administracin y del sistema judicial y la falsificacin de los resultados.Estuvo vigente el modelo hasta 1923.

-Pablo Iglesias: (1850-1925). Poltico socialista. De familia muy humilde, al fallecer su padre su madre se traslad a Madrid y lo ingres en el hospicio. Fue tipgrafo y entr en contactos con ambientes republicanos y socialistas. En 1870 se afili a la Internacional Obrera y al producirse dos aos despus la escisin, apoy a los marxistas en contra de los bakuninistas. En 1879 fue uno de los tipgrafos que fund en la clandestinidad el Partido Socialista Obrero Espaol, que sera refundado, ya legalmente, en 1888. En 1910 fue elegido diputado a Cortes. Se convirti en el lder indiscutido del socialismo espaol, presidiendo tanto el PSOE como la UGT.