Transición del feudalismo al capitalismo
-
Upload
angie-munoz-ocampo -
Category
Documents
-
view
7 -
download
0
description
Transcript of Transición del feudalismo al capitalismo
TRANISCION DEL FEUDALISMO AL CAPITALISMO
MUÑOZ OCAMPO ANGIE LISCETH
SEGUNDO ENSAYO
Profesor Rafael Vergara
UNIVERSIDAD AUTONOMA DE OCCIDENTE
FACULTAD DE CIENCIAS EOCNOMICAS Y ADMINISTRATIVAS
CALI – VALLE DEL CAUCA
PERIODO 2015 -1
TRANSICION DEL FEUDALISMO AL CAPITALISMO
Con la desintegración del Imperio Romano de Occidente en el siglo V, se da
comienzo a un nuevo periodo en la historia europea, la edad media, un prolongado
periodo de predominio religioso que constituyo el fundamento del desarrollo del
mundo moderno y contemporáneo. Durante este periodo el continente Europeo
sufrió grandes transformaciones, en principio los constantes enfrentamientos
bélicos cambiaron la faz de Europa dejando del municipio romano tan solo su
tradición, por lo que diversos factores políticos, económicos y sociales, dieron
paso a un sistema de relaciones privadas que se extendió por casi diez siglos, el
feudalismo. En contraste con ello, la segunda parte de este periodo se caracterizó
por el desarrollo de un proceso de urbanización sin precedentes, hecho que
significo el paso entre la edad media y la edad moderna. La expansión territorial y
el desarrollo de las ciudades y el comercio trajeron consigo una rápida
transformación económica de la Europa medieval, anunciando la destrucción del
antiguo orden agrario. Posteriormente por virtud de los grandes descubrimientos
geográficos, las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI
reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el
descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de grandes cantidades
de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico
resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo
comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar
bienes y no producirlos. La importancia de la producción solo se hizo patente
durante la Revolución industrial que tuvo lugar a partir mediados del siglo XVIII y
todo el siglo XIX. El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado
gracias a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma Protestante, estos
movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de
los modernos estados nacionales que proporcionaron las condiciones necesarias
para el crecimiento y desarrollo del capitalismo.
Durante la época medieval Europa Occidental estuvo influenciada por el
cristianismo, por esta razón el comercio, la industria, las ventas, los préstamos,
etc. Tenían que ser juzgados por el patrón moral de la iglesia. La primera etapa de
este periodo que culmino en el siglo X , se caracterizó por una grave
desintegración económica, la carencia de una maquinaria de gobierno unitaria y la
destrucción de la vida urbana Europea, causada principalmente por una violenta
guerra endémica; como consecuencia de ello los campesinos comenzaron a
ligarse a la tierra y a depender de los grandes propietarios para obtener su
protección y una rudimentaria administración de justicia , dando paso al
surgimiento de las primeras relaciones feudales. El régimen feudal aparece como
la organización del desorden social consecuencia de la caída del imperio
Carolingio, y más que un sistema político fue conjunto de relaciones privadas que
remplazo al poder público.
El feudalismo fue un sistema de relaciones políticas y militares entre los miembros
de la nobleza de la Europa Occidental durante la alta edad media, organizado por
el carácter religioso distintivo de la época, y caracterizado por la concesión de
feudos, por lo general en forma de tierras y trabajo, a cambio de una prestación
militar, en la que existía una especie de contrato de fidelidad entre el señor de la
tierra y el vasallo. Por otra parte, el régimen feudal fue un periodo de constantes
enfrentamientos e invasiones en el que el desarrollo político y económico era
principalmente local y el comercio regular desapareció casi por completo, aunque
la economía monetaria nunca dejó de existir. Además, su estructura social estaba
organizada de manera tal, que el lugar más alto de la sociedad era ocupado por el
clero, pues dada la carencia de un mecanismo de gobierno unitario y sólido, la
única institución de carácter universal era la iglesia. En segundo lugar se
encontraba la nobleza, que ostentaba el poder político, económico y social, y por
último se encontraban los campesinos, quienes trabajaban las tierras. El
feudalismo alcanzo el punto culminante de su desarrollo en el siglo XIII, a partir de
entonces inicio su decadencia, impulsada por la consolidación del mercantilismo
en Europa entre los siglos XV y XVI, el inicio de la revolución industrial y la
instauración del orden colonial en América Asia y África.
Hacia mediados del siglo XI, Europa se encontraba en un periodo de evolución. La
época de las grandes Invasiones había llegado a su fin y el continente europeo
experimentaba el crecimiento dinámico de la población, el renacimiento de la vida
urbana y el comercio regular a gran escala además del desarrollo de una sociedad
y una cultura complejas, dinámicas e innovadoras. Entre los siglo XI y XIV,
factores como el florecimiento del comercio y la industria, la decadencia de la
servidumbre y la conciencia de grupo entre las masas, dieron lugar a la aparición
de pequeñas ciudades que se fueron desarrollando al lado de los antiguos
castillos feudales, dentro de las cuales además se engendraba una nueva clase
social, la burguesía. Fueron los comerciantes y artesanos los primeros en
trasladarse a los burgos, constituyéndose en la clase emergente independizada
del dominio feudal. El burgo era el centro político, religioso y social por excelencia
donde funcionaban las industrias y los mercados, hogar de catedrales,
universidades y en el que además florecieron diversas manifestaciones culturales.
Entre tanto, el resurgimiento del comercio internacional en Europa se produjo en
los siglos XI y XII, antes de las cruzadas. Venecia y las ciudades portuarias del
mediterráneo, especialmente Constantinopla controlaban el comercio
principalmente con el oriente. Las cruzadas permitieron que los miembros de los
ejércitos cristianos entraran en contacto con la civilización oriental y establecieran
comunicación entre oriente y occidente. De este intercambio se beneficiaron
especialmente los comerciantes quienes encontraron nuevas fuentes de
abastecimiento y nuevos mercados para sus productos. El tráfico marítimo
adquirió nueva importancia y se hicieron notables progresos en la construcción de
barcos y en los métodos de navegación. Las cruzadas fueron más importantes
como movimientos comerciales y culturales que como empresas religiosas. Estos
nuevos vínculos de comercio global establecidos modificaron de forma significativa
la naturaleza del comercio.
El renacimiento del comercio tuvo una repercusión inmediata en el desarrollo de la
industria. La ampliación de los mercados incrementó la demanda por bienes
manufacturados y se incrementó la producción e importación de materias primas.
Todo lo anterior significó mayores ganancias y aumento del capital por parte de los
comerciantes y artesanos quienes eran libres de disponer de sus productos y
venderlos al mejor postor. Así fueron apareciendo los primeros propietarios
capitalistas. El aumento de la riqueza estimuló el nacimiento de nuevas industrias
y surgió una aristocracia industrial y comercial basada en la propiedad de los
medios de producción.
Esta Revolución Comercial fue precursora de movimientos políticos y económicos
tan importantes como el liberalismo, el capitalismo y la Revolución Industrial.
Además, como consecuencia de este auge económico se da lugar al
mercantilismo, un movimiento político económico que fue la doctrina de
pensamiento económico que prevaleció en Europa durante los siglos XVI, XVII y
XVIII y que promulgaba que el estado debía ejercer un férreo control sobre la
industria y el comercio para aumentar el poder de la nación al lograr que las
exportaciones superaran en valor a las importaciones, debido a que para esta
doctrina la esencia de la actividad económica se centraba en la adquisición de
monedas y metales de oro y plata como única forma de enriquecer el Estado,
buscando mantener una balanza comercial constantemente favorable ,además
consideraba que era el propio estado el que debía organizar y programar la
adquisición de metales preciosos.
Durante el siglo XIII las relaciones comerciales Integraron a Europa gracias
especialmente a las actividades de los banqueros y comerciantes italianos, que
extendieron sus actividades por Francia, Inglaterra, Países Bajos y el norte de
África, así como por las tierras imperiales germanas. Sin embargo, las finanzas y
los bancos al principio de la Edad Media reflejaban el estado rudimentario del
comercio y la industria. La moneda era escasa, el crédito y el capital no tenían la
significación actual. Las limitaciones impuestas por la moral al cobro de intereses
y al ánimo de lucro en general eran un obstáculo al crecimiento financiero. A partir
de la época de las Cruzadas los contactos con los bizantinos y musulmanes
contribuyeron al renacimiento de la economía monetaria.
Si la Alta Edad Media estuvo caracterizada por la consecución de la unidad
institucional y una síntesis intelectual, la Baja Edad Media estuvo marcada por los
conflictos y la disolución de dicha unidad. La Iglesia católica que durante casi diez
siglos se había expandido en Europa Occidental y había constituido el factor más
importante de progreso y estabilidad tanto política como económica empezó a
sufrir una grave crisis, pues se habían levantado numerosas fuerzas hostiles que
atentaron contra su primacía. Fue entonces cuando empezó a surgir el estado
moderno, y la lucha por la hegemonía entre la Iglesia y el estado se convirtió en un
rasgo permanente de la historia de Europa durante algunos siglos posteriores.
Esta situación de agitación e innovación espiritual desembocaría en la Reforma
protestante; las nuevas identidades políticas conducirían al triunfo del estado
nacional moderno y a la continua expansión económica y mercantil que puso las
bases para la transformación revolucionaria de la economía europea. De este
modo las raíces de la Edad Moderna pueden localizarse en medio de la disolución
del mundo medieval, en medio de su crisis social y cultural.
Posteriormente el Renacimiento fue el resultado directo de la evolución cultural,
política, económica, científica y tecnológica que se dio durante la llamada Edad
Media. Lo más característico de esta época fue la separación entre lo cívico y lo
religioso. Entre los años 1300 y 1450 puede señalarse el inicio de los tiempos
modernos. Las ciudades, especialmente las italianas habían desarrollado el
comercio y la banca y empezaba a florecer un nuevo orden basado en el
absolutismo monárquico y en el capitalismo. El feudalismo había sido derrotado
por completo. Empezaba un proceso sostenido de industrialización y cambiaron
los medios de transporte. Con el fortalecimiento de las monarquías se afianzaron
los sentimientos nacionalistas y empezó a insinuarse en el horizonte de la historia
el surgimiento del “estado nación”.
El capitalismo se puede definir como un sistema económico y político de carácter
individualista en el que impera la propiedad privada de la tierra y de los bienes de
producción, y la ley de la oferta y la demanda. Predomina la empresa privada de
carácter manufacturero, que se sobrepone en importancia a la explotación
agrícola, tendiendo a acrecentar sus dimensiones. Se busca el aumento de los
beneficios mediante la racionalización de la producción, acelerándose el volumen
de ésta con la estandarización y la producción en masa. El factor capital prevalece
sobre el trabajo. Los instrumentos de producción son de los dueños del capital. Se
puede decir que, de existir un fundador del sistema capitalista, éste fue el filósofo
escocés Adam Smith, el primero en describir los principios económicos básicos
que definen al capitalismo. En su obra clásica Investigación sobre la naturaleza y
causas de la riqueza de las naciones, publicada en 1776, Adam Smith intentó
demostrar que era posible buscar la ganancia personal de forma que no sólo se
pudiera alcanzar el objetivo individual sino también la mejora de la sociedad. Los
intereses sociales radican en lograr el máximo nivel de producción de los bienes
que la gente desea poseer. Smith decía que la combinación del interés personal,
la propiedad y la competencia entre vendedores en el mercado llevaría a los
productores, a alcanzar un objetivo que no habían buscado de manera consciente:
el bienestar de la sociedad.
En suma, aunque tiene sus orígenes en la antigüedad, el desarrollo del
capitalismo es un fenómeno europeo; fue evolucionando en distintas etapas, hasta
considerarse establecido en la segunda mitad del siglo XIX. En Europa Occidental
fue desarrollándose paulatinamente a raíz de la crisis feudal, a partir del siglo XVI.
Uno de los aspectos que marca los orígenes del capitalismo fue la acumulación de
recursos financieros y técnicos, fenómeno éste que se desarrolló entre los siglos
XVI y XVII. Desde Europa, y en concreto desde Inglaterra, el sistema capitalista se
fue extendiendo a todo el mundo, siendo el sistema socioeconómico casi exclusivo
en el ámbito mundial hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial.
BIBLIOGRAFIA
BLOCH, Marc. FINLEY, Moisés. GUTNOVA, E. KOVALIOV, S. PRIETO, A.
MAZZARINO, S. STAERMAN, E. UDALTSOVA, Z. WEBBER, Max. La transición
del esclavismo al feudalismo. 1 ed. SEVILLA: Ediciones Akal S.A, 1989. 220p.
ISBN: 978-84-7600-482-1.
RIZO OTERO, Harold José. Evolución histórica del pensamiento político y
económico. 1 ed. Vicerrectoría de Investigaciones y Desarrollo Tecnológico. 2004.
ISBN 958-8122-28-7
EKELUND, Robert B. HÉBERT, Robert F. Historia de la teoría económica y de su
método. 3 ed. Mc Graw Hill. 2005. ISBN 970-10-5469-5