Un libro disléxico - Diagonal

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Un libro disléxico Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net) Un libro disléxico Enviado por pabloelorduy el Dom, 08/31/2014 - 08:00 Antetítulo (dentro): 'Casa de Fieras' | Julio Monteverde y Julián Lacalle Sección principal: Culturas Cuerpo: ¿En qué momento se jodió nuestra creatividad? Esta pregunta me la formulo muchas veces, querido Zavalita. No sé bien cuando fue, si fue antes del subjuntivo o si fue después del pretérito pluscuamperfecto, no recuerdo bien el momento exacto, pero tuvo que ser en alguna jodida escuela de mi infancia. Me la arrancaron de cuajo, una poda docente a lo bruto, llena de broza semiótica y muy poca poesía. A golpe de comentario de texto, a fusta de hipérbaton y alejandrinos, me alejaron de Jarry, de Boris Vian, de Lord Dunsany, de tantos compañeros patafísicos de cuadrilla. Porque yo soy de los que creen que los peces comen pompas. Que la sopa al cenar debe tener su rayito de luna. Que la dislexia es un don. Tonterías infantiles, dirán, pero que me conectan con algo muy recóndito de mi interior, un manantial donde abrevar y sentirme libre. Necesito leer libros disléxicos, es decir, libros que traspasen la realidad más allá de sus apariencias. Casa de fieras (Enclave de libros) es un libro disléxico. Sus autores, Julio Monteverde y Julián Lacalle, recuperan el habla perdida de los objetos, tan sabios y agudos como los perros parlanchines del coloquio cervantino. Entonces, todo es posible, que unas tenazas se metamorfoseen en un loro más analítico que un filósofo de la escuela de Wittgenstein o que una radiografía tome prestadas las alas fugaces de una mariposa para recordarnos con su vuelo nuestra fecha de caducidad. Este bestiario resulta tan imaginativo como saludable. Lo pueden recomendar los galenos para aliviar ciertas abulias de esta sociedad burocrática. Como regalo para un oficinista, no tiene precio. Le hará la rutina laboral más llevadera. Podrá al fin encariñarse con el conejo ciego de su grapadora y llevársela a su casa como un animal de compañía, que es el sueño de todo oficinista, adoptar una grapadora y vivir feliz con ella. El sueño de todo creador es otro bien distinto: cruzar las puertas de la percepción y dejarse fluir. Este libro le habría gustado a Magritte. Por sus imágenes sugerentes, por sus palabras llameantes. Al leerlo, al mirarlo, al tocarlo, es como si una princesa te condujera de la mano a la cama del surrealismo. El surrealismo, como los cuentos de hadas, nació para conectarnos con esa zona intermedia, entre la realidad y la irrealidad, que ahora llaman física cuántica y antes fue el misterio. El misterio de la creación. Página 1 de 2

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Un libro disléxicoEnviado por pabloelorduy el Dom, 08/31/2014 - 08:00 Antetítulo (dentro): 'Casa de Fieras' | Julio Monteverde y Julián LacalleSección principal: CulturasCuerpo:

¿En qué momento se jodió nuestra creatividad? Esta pregunta me la formulo muchas veces, queridoZavalita. No sé bien cuando fue, si fue antes del subjuntivo o si fue después del pretéritopluscuamperfecto, no recuerdo bien el momento exacto, pero tuvo que ser en alguna jodida escuelade mi infancia. Me la arrancaron de cuajo, una poda docente a lo bruto, llena de broza semiótica ymuy poca poesía. A golpe de comentario de texto, a fusta de hipérbaton y alejandrinos, mealejaron de Jarry, de Boris Vian, de Lord Dunsany, de tantos compañeros patafísicos decuadrilla. Porque yo soy de los que creen que los peces comen pompas. Que la sopa al cenar debetener su rayito de luna. Que la dislexia es un don. Tonterías infantiles, dirán, pero que me conectancon algo muy recóndito de mi interior, un manantial donde abrevar y sentirme libre. Necesito leerlibros disléxicos, es decir, libros que traspasen la realidad más allá de sus apariencias. Casa defieras (Enclave de libros) es un libro disléxico. Sus autores, Julio Monteverde y Julián Lacalle,recuperan el habla perdida de los objetos, tan sabios y agudos como los perros parlanchines delcoloquio cervantino.

Entonces, todo es posible, que unas tenazas se metamorfoseen en un loro más analítico que unfilósofo de la escuela de Wittgenstein o que una radiografía tome prestadas las alas fugaces de unamariposa para recordarnos con su vuelo nuestra fecha de caducidad. Este bestiario resulta tanimaginativo como saludable. Lo pueden recomendar los galenos para aliviar ciertas abulias de estasociedad burocrática. Como regalo para un oficinista, no tiene precio. Le hará la rutina laboralmás llevadera. Podrá al fin encariñarse con el conejo ciego de su grapadora y llevársela a su casacomo un animal de compañía, que es el sueño de todo oficinista, adoptar una grapadora y vivir felizcon ella. El sueño de todo creador es otro bien distinto: cruzar las puertas de la percepción y dejarsefluir. Este libro le habría gustado a Magritte. Por sus imágenes sugerentes, por sus palabrasllameantes. Al leerlo, al mirarlo, al tocarlo, es como si una princesa te condujera de la mano a lacama del surrealismo. El surrealismo, como los cuentos de hadas, nació para conectarnos con esazona intermedia, entre la realidad y la irrealidad, que ahora llaman física cuántica y antes fue elmisterio. El misterio de la creación.

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Un libro disléxicoPublicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)

Temáticos: literaturaSurrealismoEdición impresa:

Licencia: CC-by-SAPosición Media: Columna derechaCompartir:

Tipo Artículo: NormalAutoría: JM LanderFormato imagen portada: sin fotoOrigen noticia: Sin Permiso

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