Utopía educativa. La escuela España-México.

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Una Utopía Educativa: la Escuela España-México Silvia Figueroa Zamudio-Agustín Sánchez Andrés* Universidad Michoacana La política de México hacia la Guerra Civil Española convirtió a esta república latinoamericana en uno de los principales defensores de las autoridades republicanas. México no sólo denunció repetidamente la intervención de las potencias totalitarias en el conflicto español y criticó la política de equidistancia adoptada por las potencias occidentales en la Sociedad de Naciones, sino que suministró armamento y pertrechos al gobierno republicano hasta que lo impidió la constitución del Comité de No Intervención. 1 El respaldo del régimen cardenista a la República Española tuvo asimismo una dimensión simbólica menos conocida que llevó a México a aceptar temporalmente a un contingente de niños españoles en los momentos iniciales de la guerra. Este primer contingente de refugiados de la Guerra Civil Española, que pronto serían conocidos como los niños de Morelia, antecedió a la diáspora republicana hacia México provocada por el final de la contienda. El gobierno mexicano trató con ese gesto de poner de manifiesto su solidaridad con la causa republicana en España y, probablemente, de reafirmar las líneas maestras de su política interior y exterior frente a los sectores de la sociedad mexicana hostiles al proyecto cardenista, los cuales simpatizaban abiertamente con el bando nacionalista. El gobierno de Valencia, por su parte, utilizó el envío de estos niños a México, como en el caso de los que fueron a la Unión Soviética y a otros países de Europa, como parte de una campaña propagandística dirigida a conmover a la opinión pública internacional. 1 LOS NIÑOS DE MORELIA La iniciativa del envío de este primer grupo de refugiados correspondió al Comité Iberoamericano de Ayuda al Pueblo Español. Esta organización fue creada en octubre de 1936 por un grupo de activistas latinoamericanos de izquierdas residentes en España para promover la solidaridad de las repúblicas americanas con el gobierno republicano español. Las primeras acciones del Comité Iberoamericano, que tenía su sede en Barcelona, estuvieron dirigidas a movilizar a la intelectualidad de estos países para promover la creación de organismos similares en la mayoría del continente americano. 2 En el caso de México, esta propuesta encontró eco en círculos próximos al presidente Lázaro Cárdenas cuya esposa, Amalia Solórzano, en unión de las mujeres de otros ministros y altos funcionarios,

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Una Utopía Educativa:

la Escuela España-México

Silvia Figueroa Zamudio-Agustín Sánchez Andrés*

Universidad Michoacana

La política de México hacia la Guerra Civil Española convirtió a esta república latinoamericana en unode los principales defensores de las autoridades republicanas. México no sólo denunció repetidamentela intervención de las potencias totalitarias en el conflicto español y criticó la política de equidistanciaadoptada por las potencias occidentales en la Sociedad de Naciones, sino que suministró armamento ypertrechos al gobierno republicano hasta que lo impidió la constitución del Comité de No Intervención.1

El respaldo del régimen cardenista a la República Española tuvo asimismo una dimensión simbólicamenos conocida que llevó a México a aceptar temporalmente a un contingente de niños españoles enlos momentos iniciales de la guerra. Este primer contingente de refugiados de la Guerra Civil Española,que pronto serían conocidos como los niños de Morelia, antecedió a la diáspora republicana haciaMéxico provocada por el final de la contienda.

El gobierno mexicano trató con ese gesto de poner de manifiesto su solidaridad con la causarepublicana en España y, probablemente, de reafirmar las líneas maestras de su política interior yexterior frente a los sectores de la sociedad mexicana hostiles al proyecto cardenista, los cualessimpatizaban abiertamente con el bando nacionalista. El gobierno de Valencia, por su parte, utilizó elenvío de estos niños a México, como en el caso de los que fueron a la Unión Soviética y a otros paísesde Europa, como parte de una campaña propagandística dirigida a conmover a la opinión públicainternacional.

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LOS NIÑOS DE MORELIA

La iniciativa del envío de este primer grupo de refugiados correspondió al Comité Iberoamericano deAyuda al Pueblo Español. Esta organización fue creada en octubre de 1936 por un grupo de activistaslatinoamericanos de izquierdas residentes en España para promover la solidaridad de las repúblicasamericanas con el gobierno republicano español. Las primeras acciones del Comité Iberoamericano,que tenía su sede en Barcelona, estuvieron dirigidas a movilizar a la intelectualidad de estos paísespara promover la creación de organismos similares en la mayoría del continente americano.2

En el caso de México, esta propuesta encontró eco en círculos próximos al presidente Lázaro Cárdenascuya esposa, Amalia Solórzano, en unión de las mujeres de otros ministros y altos funcionarios,

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constituyó el Comité Mexicano de Ayuda a los Niños del Pueblo Español.3 El carácter semioficial deesta iniciativa puede deducirse de la procedencia de la mayoría de los fondos recaudados por estaorganización.4

En diciembre de 1936, el Comité Iberoamericano de Ayuda al Pueblo Español dirigió al ComitéMexicano una petición para que gestionara la aceptación por México de 500 niños huérfanos de guerra.Éste envió la petición a Cárdenas, quien aceptó la misma y encomendó a la Secretaría de RelacionesExteriores las negociaciones con el gobierno español.5 En contra de lo que comúnmente se ha creído,las gestiones diplomáticas corrieron a cargo del embajador mexicano en España, Ramón P. De Negri.El gobierno español, por su parte, delegó las negociaciones en los ministerios de Sanidad y AsistenciaSocial y de Educación. Las conversaciones comenzaron en enero de 1937 y ambas partes llegaronpronto a un acuerdo, ya que De Negri aceptó desde un principio las condiciones establecidas por losnegociadores españoles sin consultar con la Secretaría de Relaciones Exteriores.6

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El Ministerio de Sanidad y Asistencia Social comenzó entonces a reunir en Valencia y Barcelona a unnumeroso grupo de niños por medio de anuncios en la prensa española en los que se invitaba a lospadres a poner a sus hijos a salvo de las devastaciones producidas por la guerra.7 Pese al caosexistente en la retaguardia republicana a causa de la práctica desintegración del aparato estatal, lasautoridades republicanas consiguieron reunir a un buen número de niños, si bien no lograron alcanzar lacifra de 500 infantes acordada en un principio con De Negri. La mayoría de dichos niños tampoco eranhuérfanos de guerra, ni provenían de las regiones más afectadas en aquel momento por el conflicto,como Madrid, Andalucía y la cornisa cantábrica.

En los primeros días de marzo los preparativos para la expedición estaban tan avanzados que elembajador español en México, Félix Gordón Ordás, se dirigió a Cárdenas para confirmar que elgobierno mexicano se haría cargo de dichos niños. El presidente de México confirmó al representanterepublicano los compromisos adquiridos por De Negri. Poco después, el presidente de la RepúblicaEspañola, Manuel Azaña, telegrafió a Cárdenas agradeciendo el nuevo gesto de apoyo del gobiernomexicano y pidiendo que fuera el embajador de México quien solicitara oficialmente el embarque de losniños a su país.8

El presidente mexicano accedió a la petición española y ordenó a De Negri que presentara al Ministeriode Estado una nota manifestando que "el gobierno mexicano se haría cargo de los niños huérfanosespañoles que lleguen al país y atendería a su subsistencia y educación".9 Paralelamente, la Secretaríade Relaciones Exteriores comenzó a estudiar la manera más conveniente de trasladar a los refugiadoshispanos a México. En un primer momento, la diplomacia mexicana contempló la posibilidad de fletar unnavío para embarcar a la expedición directamente en Valencia u otro puerto mediterráneo bajo controlrepublicano. El elevado coste de la expedición y los problemas que planteaba el tránsito del barco porel estrecho de Gibraltar acabaron disuadiendo a la diplomacia mexicana de llevar a cabo esteproyecto.10 En su lugar, la Secretaría de Relaciones Exteriores encargó a la legación en Francia quegestionara el traslado de los huérfanos españoles a México desde Burdeos.11 Paradójicamente, elministro mexicano en París, Adalberto Tejeda, estudió inicialmente la posibilidad de que el traslado sehiciera por medio de los buques de la Hamburg Amerika Linie. El elevado coste de los pasajes de estacompañía y, presumiblemente, el contrasentido que hubiera implicado que el transporte hasta México deestos refugiados, que huían de las bombas de la aviación italiana y alemana, hubiera tenido lugar en unbarco con la bandera del III Reich, llevaron a Tejeda a desestimar finalmente esta opción y optar por laCompañía Trasatlántica Francesa, que enlazaba regularmente México con Europa y cuyos buquestenían capacidad para trasladar a los niños y sus acompañantes en un solo viaje.12

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Una vez ultimados los preparativos de la travesía, Tejeda informó de los mismos a De Negri, quiencomunicó a las autoridades republicanas la ruta que se utilizaría para embarcar la expedición haciaMéxico. El Ministerio de Sanidad y Asistencia trasladó entonces a los niños concentrados en Valenciahasta Barcelona, donde se unieron con el grupo reunido previamente en esta ciudad. El 20 de mayo, untren especial transportaba al contingente de pequeños refugiados hasta la localidad fronteriza de PortBou, desde allí atravesaron la frontera para pasar a la población francesa de Cerbere, donde losesperaba un tren especial contratado por Tejeda quien se había desplazado personalmente a Cerberepara recibirlos.

En Cerbere comenzaron a manifestarse las primeras críticas de Tejeda a la actitud despreocupada deDe Negri. Éste, a diferencia de su colega, no había considerado necesario trasladarse hasta la fronterapara acompañar a los refugiados españoles. El ministro mexicano en Francia informó asimismo a laSecretaría de Relaciones Exteriores que en lugar de los 500 niños que, según De Negri, habían partidode Barcelona, sólo había recibido en la frontera a 464. El gobierno mexicano solicitó entoncesaclaraciones a su representante en Valencia, las cuales pusieron de manifiesto la escasa atención queéste había prestado a la organización de la expedición.13

Ello provocó cierta inquietud en la Secretaría de Relaciones Exteriores, que solicitó a De Negri uninforme completo sobre las condiciones concretas que la embajada había negociado con el gobiernoespañol para la estancia de estos niños en México. El representante mexicano en España manifestóentonces que la embajada se había limitado a aceptar los términos estipulados en una nota enviada el27 de mayo por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social español, es decir, una semana después dela salida de los niños de territorio español. La nota española establecía condiciones difíciles de aceptarpara el gobierno mexicano, como el pago de los salarios del personal español enviado para atender alos niños durante el viaje, y ponía de manifiesto la ausencia de una negociación formal por parte de laembajada mexicana en España en torno a esta cuestión. En este sentido, la Secretaría de RelacionesExteriores denunció a Cárdenas la excesiva pasividad de De Negri:

Esa nota, que conoce el Sr. Presidente, establece condiciones del todo punto inadmisibles; pero estono es lo más grave, sino que por su forma y sus términos, resulta un simple escrito del Ministerio deSanidad y Asistencia Social español, sin que aparezca que la embajada hubiera hecho la menorobjeción, sino que dio por buenas las condiciones fijadas como simple propuesta por el gobierno deEspaña.14

Mientras tanto, el transporte de los refugiados hasta Burdeos se realizaba con normalidad. La noche del21 de mayo, el tren especial contratado por Tejeda llegaba a Burdeos, donde los integrantes de laexpedición quedaron alojados en varios hoteles de la localidad, en espera del barco de la CompañíaTrasatlántica Francesa que había de conducirlos a México.15 El grupo de niños y los funcionariosespañoles encargados de su cuidado permanecieron en la ciudad francesa hasta el 26 de mayo, fechaen la que embarcaron en el vapor Mexique. El médico del barco rehusó aceptar a bordo al niñoSalvador Melo, enfermo de escarlatina, por lo que fue internado en una clínica cercana a Burdeos alcuidado del cónsul mexicano en esta localidad.16 En total, según los informes consulares embarcaronen el Mexique 463 niños acompañados por 29 adultos, entre profesores, médicos, enfermeras ycuidadores.17

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El trayecto desde Burdeos a México discurrió sin incidencias reseñables. El barco hizo escala en LaHabana, donde la prensa favorable a los nacionalistas había organizado una campaña criticando lautilización propagandística de los pequeños refugiados por el gobierno republicano. La división de laimportante colonia española en Cuba movió a las autoridades de la isla a tratar de evitar incidentesentre partidarios de uno u otro bando.18 Con este motivo, el gobierno cubano rechazó la solicitudpresentada por la legación española para que los expedicionarios desembarcaran en La Habana. Estaprohibición no impidió que el Mexique fuera objeto de una multitudinaria acogida a su llegada al puertocubano, ni que subiera a bordo del barco una comisión enviada por el propio presidente de Cuba,Federico Laredo Bru, para pacer entrega a los presuntos huérfanos de los regalos reunidos medianteuna suscripción organizada por las autoridades cubanas, así como de los donativos realizados poralgunas sociedades españolas en Cuba.19

Después de hacer escala en La Habana, el Mexique se dirigió directamente a Veracruz. Lasautoridades mexicanas ultimaban entretanto los preparativos para el recibimiento e instalación de estosprimeros refugiados españoles. El gobierno desplazó a Veracruz en un tren especial a un gran númerode altos funcionarios, encabezados por el secretario de Educación Pública, Luis Chávez Orozco, cuyaesposa era la presidenta del Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español. Paralelamente, lamaquinaria de movilización cardenista concentraba en este puerto a varios miles de sindicalistasprocedentes de todo el país.20 Mientras tanto, varios equipos de trabajadores terminaban deacondicionar apresuradamente los edificios que albergarían al internado España México en Morelia. Elhecho de que la Secretaría de Educación Pública desplazara a la capital michoacana al propio jefe delDepartamento de Enseñanza Técnica, Industrial y Comercial denota la importancia que las autoridadesotorgaban a la instalación de los niños españoles.21

La actitud del gobierno mexicano no era compartida por la totalidad de la sociedad mexicana. Lossectores más conservadores simpatizaban con el franquismo y contemplaban con cierta reticencia lallegada de los pequeños refugiados españoles.22 En este sentido, una parte de la prensa denunció elcontraste entre la actitud generosa del gobierno cardenista hacia los niños españoles y las deplorablescondiciones en que se encontraba la mayoría de la infancia en México.23 Este debate se extendió alCongreso, donde el diputado Manuel Zorrilla presentó una proposición al gobierno para que, antes deatender a los refugiados españoles, destinara parte del presupuesto a paliar la miseria de miles deniños del Distrito Federal. El diputado Rafael Silva, por su parte, solicitó al gobierno que adoptara conlas mismas condiciones a igual número de huérfanos mexicanos.24 Esta actitud fue sin embargocriticada por destacados intelectuales conservadores, como Salvador Novo, quien resaltaba el carácterhumanitario de la medida.25

La importante colonia española en México también mostraba profundas divisiones ante la llegada delos primeros refugiados españoles. Esta actitud era consecuencia de la propia división de losespañoles residentes en México hacia la Guerra Civil. La mayoría de los mismos simpatizabaabiertamente con los nacionalistas, si bien una minoría apoyaba al gobierno legítimo republicano. Estesector, respaldado por la embajada española, había constituido desde agosto de 1936 el FrentePopular Español de México, cuyo principal objetivo era promover diversas iniciativas de solidaridad conla República Española. Sin embargo, la mayor parte de las instituciones hispanas en este paísadoptaron inicialmente una actitud ambigua hacia el conflicto para acabar respaldando al bandofranquista cuando quedó claro que éste acabaría ganando la guerra.26

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En este contexto, la llegada del Mexique a Vera cruz el 7 de junio puso de manifiesto la fracturaprovocada en la colonia española por la Guerra Civil. De este modo, mientras el Frente PopularEspañol de México desplazó hasta esa ciudad a una nutrida delegación encabezada por su presidente,José Garciacrespo, el importante Casino Español de Vera cruz, que representaba a la mayoría de los

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inmigrantes hispanos radicados en ese estado, decidió desmarcarse de los actos programados paracelebrar la llegada de los pequeños refugiados al no conseguir la despolitización de los mismos:

Un vocero de la colonia hispana de este puerto, que es la más numerosa del país, manifestó esta nocheque ella se abstendría de participar en los actos de recepción de los huérfanos hispanos, debido a quehabiendo recibido un importante óbolo para beneficio de los niños, haciendo caso omiso de bandería s,fue rechazada su oferta por los izquierdistas. Por lo demás, los miembros de la citada colonia estándispuestos a hacer llegar ayuda a los huérfanos hispanos aún por encima del comisario izquierdista,para lo cual, declaran sólo esperar a que los pequeñuelos queden instalados en el Colegio de Morelia,a efecto de hacer entrega de los fondos a través de las autoridades de México27

Lógicamente, ni las autoridades españolas ni las mexicanas estaban dispuestas a despolitizar un actoque tenía el doble carácter de humanitario y político. El gobierno español había encontrado en el envíode contingentes de niños a varios países un eficaz instrumento de propaganda para denunciar laintervención de las potencias totalitarias en el conflicto español. Las autoridades mexicanas, por suparte, podían exteriorizar de este modo su apoyo a la República Española sin grandes complicacionespara su política exterior, al tiempo que reforzaban la posición que los representantes mexicanos en laSociedad de Naciones habían adoptado desde el principio de la Guerra Civil Española.28

En este marco, el recibimiento tributado a los niños españoles a su llegada a Veracruz tuvo un caráctermultitudinario y marcadamente político. Varios miles de personas, en gran parte miembros de distintossindicatos, recibieron a los refugiados españoles.29 Chávez Orozco, en nombre de Cárdenas,Garciacrespo y diversos representantes de distintas organizaciones obreras de México y Españapronunciaron encendidos discursos en donde se denunciaba la intervención germano-italiana en elconflicto español y se expresaba la solidaridad de México con la causa republicana en España.30 Elpropio Cárdenas envió a Azaña un telegrama anunciándole la llegada de los refugiados y refrendando elcompromiso de su gobierno de cuidar de los mismos hasta que pudieran regresar a su patria:

Tengo el gusto de participarle haber arribado a Veracruz hoy sin novedad los niños españoles que elpueblo recibió con hondas simpatías. La actitud que el pueblo español ha tenido para el de México alconfiarle estos niños, correspondiendo así a la iniciativa de las damas mexicana s que ofrecieron así aEspaña su modesta colaboración, lo interpretamos, Sr. Presidente Azaña, como fiel manifestación de lafraternidad que une a los dos pueblos. El estado toma bajo su cuidado a estos niños, rodeándolos decariño y de instrucción para que mañana sean dignos defensores del ideal de su patria.31

La ceremonia de bienvenida transcurrió Sill más incidentes que los provocados por el enfrentamientoentre varios españoles a favor y en contra de los militares sublevados.32 Terminada la ceremonia, elrepresentante de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Ernesto Hidalgo, hizo entrega de lospequeños refugiados a la Secretaría de Educación Pública, bajo cuya responsabilidad quedarían desdeeste momento los niños españoles.33 No así, los maestros, médicos y cuidadores españoles quehabían acompañado hasta México a estos niños en la creencia de que seguirían atendiéndolos en estepaís y que el gobierno mexicano se haría cargo de sus sueldos. Las autoridades mexicanas norecibieron ninguna notificación de su representante en España en este sentido hasta que el Mexiquehubo zarpado de Burdeos. La Secretaría de Relaciones Exteriores desautorizó entonces a De Negri, sibien las secretarías de Educación Pública y Sanidad se vieron obligadas a la postre a hacerse cargoprovisionalmente de este personal a su llegada a México.34

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Desde el barco, los niños fueron trasladados a un tren especial, donde pasaron a ser atendidos por 20trabajadores sociales encabezados por la jefa de la Sección Social del Departamento de Acción

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Educativa, Josefina Gaona.35 El tren fue objeto de diversos actos de bienvenida en las principaleslocalidades que atravesó en su camino hacia la capital mexicana.36 El 8 de junio los niños llegaban alDistrito Federal, siendo recibidos en la estación de Colonia por más de 30.000 personas.37 El propioCárdenas se desplazó a la Escuela Hijos del Ejército 2, en donde se hospedó a este primer contingentede refugiados españoles, para conversar con ellos. Unas horas antes, su esposa les había hechoentrega de una bandera mexicana.38

Los niños hispanos abandonaron la capital al día siguiente para dirigirse a Morelia completamenteajenos a la polémica provocada por su llegada. La multitudinaria recepción con que fueron acogidos enel Distrito Federal reanimó el debate periodístico en torno a su llegada. Una parte de la prensa comenzóa revelar que la mayoría de los pequeños refugiados no era, en realidad, huérfanos, como se habíacreído en un principio. Ello reabrió el debate en torno a las causas de su llegada a México.

Los periódicos conservadores aprovecharon esta situación para criticar el envío de estos niños aMéxico y acusar al gobierno republicano de utilizarlos como parte de una campaña propagandística. Deeste modo, el periodista y escritor Alfonso Junco escribía en El Universal que "estos pobres niños sonsimplemente carne de publicidad para poder decir: ¡Mira, los huérfanos fabricados por la rebelión deFranco!".39 El diario Excélsior, pese a mostrarse más comedido en la forma, coincidía en el fondo conlo señalado por El Universal. Este periódico dio una gran cobertura a la noticia de la llegada de losniños a México e, incluso, desplazó a Veracruz a la periodista Magdalena Mondragón como enviadaespecial. Ello le permitió publicar diversas entrevistas realizadas a varios niños y pasajeros delMexique, en las que se ponía de manifiesto que la mayoría de los refugiados no eran en realidadhuérfanos, como hasta ese momento se había pensado. El contenido de dichas entrevistas hizo queeste diario se preguntara si la llegada de los niños no obedecía exclusivamente a una maniobrapropagandística del gobierno republicano:

Gran recepción se hizo a los niños españoles en nuestra capital y nosotros somos los primeros enaplaudir la actitud del pueblo metropolitano, que puso de relieve su amor a la infancia desvalida. Sinembargo, ¿Qué significa esta exportación de párvulos enviada por el gobierno de Valencia a diferentespaíses del mundo en forma tan espectacular y estruendosa? ¿No habrá en ello algo o mucho depropaganda política? Además, aparte de lo que hemos leído acerca de este asunto, un ciudadanoespañol, D. Iñigo Mijares Carriles, que viajó con los infantes en el mismo barco en que éstos vinieronescribe a Últimas Noticias "que no son huérfanos como se ha venido asegurando, ya que la casitotalidad tienen padres, como lo comprobé yo personalmente en España y después en Francia; algunosde ellos tienen su familia aquí en México".40

Cárdenas con los niños españoles a su llegada a México en junio de 1937 (fuente:AGN)

Convoy que transportó a los niños españoles a Morelia (fuente:AGN)

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Recibimos a los niños a su llegada a Mortelia (fuente: AGN)

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Estos artículos sirvieron de argumento a la oposición conservadora al régimen cardenista para criticarla política pro-republicana del gobierno y acusarle de traer futuros agitadores "rojos" al país.41 Pese atodo, el hispanismo de los sectores más conservadores de la sociedad mexicana matizó su posiciónhacia la llegada de los niños hispanos. La prensa derechista siguió denunciando el carácterpropagandístico del envío de los pequeños españoles a México y sembrando dudas acerca de si esosniños habían sido o no separados de sus padres a la fuerza, pero al mismo tiempo consideró positivasu llegada a México, argumentando, como José Elguero en Excélsior, que "el país necesitaba sangreblanca en grandes cantidades, para mejorar la especie".42

Llegada la discusión a estos términos, la cuestión que pasó a preocupar a la prensa conservadora fueel tipo de educación que recibirían los niños españoles en México. La prensa gubernamental y laconservadora se enzarzaron en un intenso debate en torno a la forma en la que deberían ser educadosestos niños.43 Probablemente, una parte de la inquietud de los medios conservadores provenía deltemor a que la Escuela España-México, donde se iba a acomodar a los niños españoles, pudiera servirde experiencia piloto para extender al resto de México el proyecto de educación socialista defendidopor los sectores más radicales del cardenismo. Este temor impulsó a los principales diariosconservadores a pedir al gobierno que no politizara la educación de los niños españoles:

Lo que a nosotros y a todo el mundo, aunque sea en el fondo de la conciencia, nos ha causado tristeza ypesimismo, es la "educación" que ya se imparte a los párvulos españoles enseñándoles, desde tantierna edad, la doctrina del odio, que se manifiesta en los puños cerrados que se levantan en actitud deamenaza, y otros detalles de carácter típicamente comunistas. Ojalá las personas que se encarguen deeducarles, bajo la inspección de nuestras autoridades, no siembren en las almas de esos niños lasemilla demoníaca del rencor, que son áspides venenosos para la inocencia infantil.44

El debate se sobrepuso además a los primeros intentos de los sectores dirigentes de la coloniahispana para hacerse cargo de los niños.45 Esta posibilidad fue desechada desde un principio por elpropio Cárdenas que, respondiendo a una propuesta presentada por un grupo de diputados, reafirmó elcompromiso contraído a raíz de la llegada de estos primeros refugiados españoles y declaró "que elgobierno mexicano no permitiría que esos niños fueran entregados a particulares, sino que sería elEstado el que se encargaría de su asistencia y educación".46

En este marco, los niños españoles llegaron a Morelia el 10 de junio, donde fueron recibidos por másde 15.000 personas según la prensa gubernamental.47 El propio gobernador michoacano, GildardoMagaña, presidió la recepción de bienvenida que no hacía presagiar aún los problemas de adaptaciónde los niños españoles a la conservadora sociedad moreliana. Los pequeños serían despuésinstalados en los edificios pertenecientes a dos antiguos colegios religiosos clausurado s por lasautoridades un año antes y que habían sido expropiados para crear el Internado España-México.48 Deesta manera, comenzaba una experiencia educativa singular.

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EL INTERNADO ESPAÑA-MÉXIC O

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La Secretaría de Educación Pública destinó recursos suficientes para hacer del internado España-México, en Morelia, tal vez el mejor del país en aquel momento. Para ello, remodeló el edificio delantiguo Colegio Salesiano, destinado para los dormitorios y talleres de los varones, y el del Colegio deNiñas "María Auxiliadora", construido hacía muchos años sobre un viejo panteón anexo al templo de SanJuan.49 Éste se constituyó en el edificio principal del complejo, donde se encontraban la dirección, losdormitorios para niñas, diversos talleres de labores femeninas, la cocina, la panadería, el almacén, laenfermería, las aulas y el comedor, mientras que en el otro edificio se ubicaron los talleres y losdormitorios de los varones.

El general Cárdenas nombró a José Lamberto Moreno encargado de la educación de los infantesiberos.50 El 17 de junio de 1937 Miguel Ángel Fernández de Velasco, secretario del Comité de Ayudaa los Niños del Pueblo Español y representante de la Secretaría de Educación Pública, entregó aMoreno 453 niños.51 Sin embargo, finalmente sólo quedarían bajo su custodia 440 ya que porinstrucciones de Chávez Orozco se permitió la salida de 11 de los integrantes de la expedición;52pocas semanas después 2 niños más fueron entregados a sus familiares residentes en México.53

De esos 440 estudiantes, 285 eran hombres y 155 mujeres, procedentes en su mayor parte deCataluña, de donde eran 252 niños,54 pero también de Madrid, Valencia y Andalucía. El hecho de queel 57% de los niños vinieran de Cataluña refleja que la mayoría eran hijos de obreros que provenían dela zona entonces más industrializada de España, aunque otros muchos procedían de familias decampesinos, pequeños funcionarios y comerciantes. Las edades fluctuaban entre los 4 y los 17 años,55siendo necesario señalar que la edad de más del 90% de los internos de la Escuela España-México -374 niños- estaba entre los 6 y los 12 años, por lo que, al menos por la edad, les correspondía cursar laescuela primaria.

Lamberto Moreno organizó a los alumnos en grupos mixtos. Inicialmente se creó un grupo de kinder,cuatro grupos de primer año, dos grupos de segundo, tres grupos de tercero, dos grupos de cuarto yuno de quinto. Para su distribución no hubo ninguna clase de examen que permitiera conocer su nivelacadémico y la selección se llevó a cabo simplemente a partir de su edad y estatura. Hacia fines de1937 se habían inscrito 25 alumnos mexicanos, número que iría en constante aumento.56

Los alumnos mexicanos inscritos en la Escuela España-México eran en su mayoría hijos decampesinos michoacanos. El gobierno buscaba que la diaria convivencia entre españoles y mexicanosen un mismo internado-escuela facilitara que los españoles se adaptaran con mayor rapidez a lascostumbres mexicanas. Sin embargo, los niños mexicanos, alejados de su entorno familiar y con latimidez característica de los campesinos nacionales, fueron ampliamente rebasados por los hispanosen número, edad y fuerza, siendo ellos los que á la postre aprendieron los juegos, cantos y costumbresde los niños españoles, pese que a los infantes hispanos no les interesaba presentarse como tales,sino únicamente conservar cierta cohesión como grupo que les permitiera mantener una identidad.

A este respecto, bien vale señalar que las autoridades de la escuela no pusieron ningún interés en esterenglón ya que, como afirma Dolores Pla, en las clases jamás se puso especial atención a la historia oa la literatura española, ni se celebró alguna fecha significativa de la historia de España.57 Por elcontrario, hemos encontrado evidencias de que se impartía una educación más bien nacionalista,acorde al momento de la época. De este modo, si bien se enseñaba Geografía Universal se ponía unespecial énfasis en la de América, México y Michoacán. Lo mismo sucedía con la Historia, que secentraba en la Historia de América y en la de México, reforzadas con cartas geográficas de Europa,Asia, América, la República Mexicana, Michoacán y diversos planos de Morelia.58

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La Escuela España-México se presentaba al gobierno mexicano como la oportunidad para hacer unplantel piloto, donde se aplicara libremente y sin prejuicios familiares la educación socialista por la queCárdenas había venido luchando desde 1934, en que fue aprobada la reforma al artículo terceroconstitucional. Según esta reforma la educación impartida por el Estado sería socialista, excluiría todadoctrina religiosa y combatiría el fanatismo y los prejuicios socio-culturales, para lo cual la escuelaorganizaría sus enseñanzas y actividades en forma que permitiera crear en la juventud un conceptoracional y exacto del universo y de la vida social.59

La nueva política educativa no solamente pretendía alfabetizar a los mexicanos sino capacitarlos paraabrirse paso en la vida. Según Lázaro Cárdenas, el problema no se resolvía únicamente combatiendo elanalfabetismo, enseñando al niño a leer y escribir y hacer cuentas, sino que había que inculcar a lajuventud el sentido del trabajo ya que sólo el trabajo en beneficio de la comunidad alejaría la miseria denuestro pueblo.60

El programa para la escuela primaria aprobado por la Secretaría de Educación Pública en 1935, sebasaba en tres puntos: información científica fundamental, trabajo manual y experiencias que los niñosdebían adquirir respecto a las ideas, aptitudes y costumbres que los maestros debían sugerirles comonormas de conducta de los integrantes de una sociedad socialista, así como respecto a las ideas,creencias, sentimientos y actitudes creadas por el régimen individualista y de las cuales la escueladebía emancipar a las conciencias infantiles.61 Siguiendo estos lineamientos los cursos de la escuelaEspaña-México, fueron divididos en cuatro áreas:

1.- Actividades académicas: Lengua Nacional, Aritmética, Geometría, Ciencias Naturales y CienciasSociales. Como parte de estas actividades se calificaba además la conducta del estudiante dentro delgrupo.

2.- Actividades productivas: aprendizaje de técnicas para trabajar en los distintos talleres del Internado-Escuela e información científica explicada en dichos talleres.

3.- Actividades especiales: educación física, educación premilitar, dibujo moldeado y canto.

4.- Actividades de Servicio Social: en este bloque se evaluaban las actividades que los jóvenesestudiantes realizaban en el departamento donde hacían su labor social.62

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La rutina diaria estaba regida por un sistema de carácter militar. En el Internado España-México el díacomenzaba a las seis de la mañana con el "toque de diana", lo mismo en verano que en invierno,seguido por una serie de actividades militarizadas: formación, lista, parte, reporte, ejercicios militares yfinalmente el baño obligatorio. IJuego, en marcha marcada por el ritmo de tambor, los niños se dirigíanal edificio principal, en donde se servía el desayuno y, después de un corto receso, a las nueve horas seiniciaban las clases en las aulas. A las once había un receso de media hora, para regresar a los salonesa la una, cuando la banda de guerra tocaba "reunión" y "rancho" y se entraba al comedor. Terminada lacomida los niños disfrutaban de otro receso y a las dos y media de la tarde se iniciaban los talleres paraconcluir a las seis, hora en que debían regresar al edificio principal para la merienda, al terminar ésta

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los alumnos quedaban libres con la obligación de estar a las nueve de la noche en el internado.63

En el verano de 1937 se inició el funcionamiento de seis talleres: de electricidad, panadería, carpintería,costura, mecánica y zapatería. En estos talleres los alumnos además de aprender el oficiocorrespondiente obtenían una cantidad de dinero de las ganancias resultantes de la venta de losproductos que fabricaban.64 El taller de zapatería estaba destinado a fabricar el calzado para consumointerno y el de costura a producir ropa de cama y de vestir. La panadería hacía el pan para el consumodiario del internado e igualmente para surtir algunos establecimientos morelianos. En la imprenta seimprimía la papelería interna, los carteles de los cines locales y diversos trabajos particulares.

Los distintos talleres daban mantenimiento al edificio haciendo los trabajos de herrería, plomería,albañilería, electricidad; también se hacían toda clase de artículos de hojalatería, herrería y juguetería,muy apreciados por los vecinos por su buena calidad y bajo costo.65 A las mujeres además del taller decostura, se les ofrecieron clases de belleza y de enfermería.66

Poco a poco, los muchachos españoles empezaron a familiarizarse con su nueva situación, sedesplazaban libremente de un lado a otro por el barrio de San Juan, ante la mirada desconfiada de losvecinos, ya que a los pocos días de su llegada apedrearon ventanas y vitrales de los templos de "MaríaAuxiliadora" y de "San Juan". Este hecho había sido precedido de otros menos graves pero igualmenteescandalosos para la conservadora sociedad moreliana: lanzamiento de triquitraques y de basuras alinterior de estas iglesias y gritos blasfemos a sus puertas. Estos incidentes, sumados a la campaña quepreviamente a su llegada había desencadenado la prensa reaccionaria, alcanzaron a crear un climapeligroso en detrimento de la seguridad física de los niños españoles, lo que hizo necesario que duranteun tiempo sus desplazamientos por la ciudad fueran protegidos por tropas mexicanas.67

El 19 de agosto, a poco más de dos meses del establecimiento de los niños españoles en Morelia, elniño de 12 años Francisco Nevot Satorres murió electrocutado en el edificio principal.68 La noticia seextendió rápidamente y, pasado el primer momento de estupor, los niños reaccionaron de maneraviolenta, amotinándose contra Lamberto Moreno, director de la escuela, a quien culpaban del accidente.El enfrentamiento alcanzó tal fuerza en el interior del plantel que fue necesaria la intervención del ejércitopara salvaguardar el orden e impedir que huyera un grupo de niños.

Como consecuencia de estos hechos, el director fue separado de su cargo. El 5 de septiembre, llegó aMorelia con el fin de evaluar la situación Roberto Reyes Pérez, jefe del Departamento de EducaciónObrera de la Secretaría de Educación Pública.69 Para facilitar la reorganización que la Secretaría deEducación Pública pretendía llevar a cabo en el plantel se abrió un expediente individual a cada uno delos jóvenes estudiantes que incluía una valoración académica, una psicológica y un examen médicogeneral. No olvidemos que estos niños venían de una país en guerra y que desde España traían algunasafecciones provocadas por esa situación irregular, mismas que se acentuaron durante su viaje en elMexique. El exámen médico arrojó "que casi todos padecían anemia y afecciones de las víasrespiratorias, que el sesenta por ciento padecían sarna benigna, y que un quince por ciento, que yaestaban siendo tratados terapéuticamente la padecían purulenta; que un veinte por ciento padecíaconjuntivitis catarral, y que la pediculosis y la tiña eran generales. Las enfermedades nerviosas eranmaterialmente "epidémicas".70

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Para evaluar el aspecto académico Reyes Pérez visitó los distintos grupos en compañía de la profesoraPaula Nava, quien se haría cargo de la dirección del plantel, juntos examinaron críticamente el nivel de

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los alumnos y las técnicas usadas hasta ese momento por los maestros del Internado:

Los ejercicios se reducían a lectura oral, copia, mecanizaciones y ejercicios caligráficos en todos losgrados, que en la más antipedagógica confusión privaban en todos los salones de clase. (Se dio elcaso, de un muchacho analfabeto que asistía al salón señalado como "aula de quinto año"), pues losmaestros no intentaban ninguna clasificación por no contrariar a los niños [...]71

Los resultados de esta primera evaluación que se hacía a los alumnos de la España-México sirvieron aRoberto Reyes Pérez de base para la reorganización de la institución antes de regresar a la ciudad deMéxico a retomar la jefatura del Departamento de Educación Obrera de la Secretaría de EducaciónPública, dejando el plantel en manos de la profesora Paula Nava, quien al no poder controlar ladisciplina estaría en el cargo no más allá de un par de meses.

En enero de 1938, el profesor Reyes Pérez regresó a Morelia para hacerse cargo personalmente de ladirección de la Escuela España-México, en la que permanecería hasta después de que el períodopresidencial del general Lázaro Cárdenas hubo terminado. Las visitas anteriores permitieron al nuevodirector tener un panorama general de la institución. A su llegada el primer paso fue clasificar a losalumnos en base a su sexo,72 edad y, sobre todo, a su verdadero nivel de conocimientos. 73 SegúnReyes Pérez, los exámenes practicados arrojaron que un 65% de los niños eran casi analfabetos, apesar de que el 45 % de éstos eran mayores de 7 años.74

Estos resultados sirvieron de pretexto para cesar a varios empleados y maestros a quienes seresponsabilizaba de la penosa situación imperan te. Para reemplazarlos, Reyes Pérez contrató a veintepersonas de reconocida ideología socialista, afiliados al igual que él al Partido Comunista de México.Reyes Pérez coincidía con Alberto Bremauntz, uno de los principales impulsores de la reforma al artículotercero constitucional, en que los profesores afiliados al Partido Comunista Mexicano estabanacostumbrados al trabajo político, disciplinado y organizado y eran los que teman una idea más clara dela fllosofía educativa que el régimen cardenista pretendía impulsar.75

El personal contratado por el nuevo director estuvo formado por Gustavo Espinoza Fraga y Rosa MaríaCabrera, profesores de grupo; Teodoro Méndez, maestro de taller; José Dimas y Jesús Mejía,ayudantes de taller; Rosa Castaño, jefa de despensa y cocina, y los mozos Manuel Mendoza y NicolásAlanís,76 antiguos amigos y colegas de luchas sindicales de Reyes Pérez quien, con algunos otros queya formaban parte del personal del Internado-Escuela, organizó una "brigada de choque" compuestapor 32 miembros,77 que a su vez constituyó la Célula Comunista de la Escuela España-México. 78

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La "brigada de choque", gozaba de absoluta libertad tanto en los métodos pedagógicos, como en elcontenido de las enseñanzas y en la organización interna de la comunidad escolar. Para esto último seauxiliaba por un "comité disciplinario",79 compuesto por un grupo de alumnos y alumnas de los demayor edad que ayudaban a mantener la disciplina necesaria para llevar a cabo un proyecto que elmismo Roberto Pérez calificaba como "una experiencia stajanovista, dentro de un régimen burgués, untrabajo intensivo, racional y auténticamente socialista, que hasta antes de hoy, sólo nos parecía posiblebajo una dictadura del proletariado".80

Las medidas políticas tomadas por el director hacen ver que no le importaba tanto la parte académicasino que su pretensión era conseguir el control del plantel. En 1938, Reyes Pérez logró separar laEscuela España-México del Departamento de Educación Técnica, al que inicialmente habíapertenecido, para hacerla depender, de manera privilegiada, directamente del secretario de Educación

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Pública.81

Las especiales condiciones de la Escuela España-México se vieron reflejadas en las modificacionesdel presupuesto de la propia escuela en 1939, donde de nueva cuenta el aspecto académico quedó delado y en cambio se dio respuesta a las presiones gremiales de los miembros de la Célula Comunistade la Escuela España- México que, para ese momento, ya se habían constituido en sindicato.82 Así, elaumento de los salarios significó un gasto anual adicional de 48,000 pesos en un momento en que elgobierno imponía una reducción del presupuesto general del internado. Llama la atención, encontraposición a este gran aumento salarial, la evidente disminución de la partida presupuestariadestinada al vestuario de los estudiantes, que en 1938 había sido de 39,000 pesos y que en 1939 pasóa sólo 20,000 pesos, en tanto que para útiles escolares se destinaban solamente 400 pesos y paramedicamentos 1,200 pesos.83

El sistema organizado por Reyes Pérez consiguió sin embargo acabar con la anarquía queanteriormente había existido en el Internado. El director estableció un bien organizado sistema depremio y castigo para los niños españoles, que consistía en una pequeña cantidad de dinero que cadadomingo se les entregaba. Esta cantidad podía aumentar en base a la aplicación en el trabajo, a lacooperación social o a la conducta, pudiendo también disminuir hasta cero por falta de asistencia, malaconducta o pereza.84 Reyes Pérez montó también una salita de proyecciones donde exhibían películasrentadas a Neif Juri, dueño del cine Rex, lo que permitió que lbS niños vieran anticipadamente algunasde las películas que estaban en cartelera. Obviamente, la mayor parte de las películas que seproyectaban en la escuela tenían un contenido ideológico muy preciso. De este modo, Emeterio Payárecuerda Las tres hermanas y Los marinos del Kronstand,85 película soviética a la que Dolores Plaagrega otras dos cintas: Camino a la vida y Chapaiev, el guerrillero rojo.86 En la cartelera del Rex deeste periodo encontramos sin embargo otras cintas como: El último tren de Madrid, película quepresenta con bastante realismo los dramas íntimos que se desarrollaron durante la Guerra Civilespañola, y diversas películas mexicana s y norteamericanas de la época, como Mientras Méxicoduerme, Baila Conmigo, Allá en el Rancho Grande, Aves sin nido, Drácula, Un domingo en la tarde yKing Kong.87

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El sistema impuesto por Reyes Pérez consiguió restablecer el orden en la Escuela España-México peroal precio de mantenerla, como él mismo reconocía, "bajo una dictadura sui generis". Dispuesto adefender su proyecto de educación socialista a ultranza, Reyes Pérez no dudó en declararse"intransigente en. lo absoluto respecto a toda intromisión del exterior: ya provenga de organizacionesobreras, ya de la colonia española radicada en México, ya de cualquier otra sociedad, o de losparticulares. Dentro de la Escuela, asumo por completo la responsabilidad para el futuro, yautocompensándome en tan onerosa obligación impongo mi voluntad omnímoda".88

Esa voluntad "omnímoda" del director acabó por provocar fricciones con una parte del personal de laEscuela España-México. En enero de 1939, Roberto Reyes solicitó al secretario de Educación Públicael despido de 5 miembros de la Célula Comunista, aduciendo su escasa dedicación al trabajo escolar.89 La petición fue respaldada por el Comité Escolar que acusaba de saboteadores a JesúsMadrueño,José Ohnos,Jesús Mejía, Magdalena Bravo Luna y Josefina Herrera.90

Meses más tarde, la lista de empleados despedidos aumentó a 27. 91 Ello acentuó las tensionespolíticas dentro del personal docente y laboral del plantel que marcarían desde este momento la dilatadapermanencia de Reyes Pérez al frente de la Escuela.

EL FINAL DE UNA EXPERIENCIA EDUCATIVA SINGULAR

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La Escuela España-México trató de ser desde el principio un escaparate de la política educativa delrégimen cardenista. La prensa internacional siguió con interés el proyecto educativo protagonizado porlos niños españoles, sobre todo la prensa estadounidense. Los periódicos más conservadores de estepaís se hicieron eco de las críticas franquistas hacia lo que consideraban una educación orientadahacia el marxismo y difundieron una visión distorsionada de las condiciones en las que se encontrabanlos pequeños refugiados hispanos.92 Sin embargo, una parte importante de la prensa estadounidenseanalizó positivamente la experiencia educativa moreliana y consideró que abría la oportunidad para unareforma en profundidad del sistema educativo mexicano.93

El viraje conservador producido a partir de la administración de Manuel Ávila Camacho acabó con estaposibilidad. La nueva situación hizo que la Escuela España-México continuara siendo una experienciaeducativa singular, condicionada a la continuidad de los niños españoles. Sin embargo, el final de laGuerra Civil Española puso en cuestión dicha continuidad. El régimen franquista trató entonces deconseguir la repatriación de los niños a España, aduciendo que, terminada la guerra, éstos podíanretornar sin peligro a sus hogares.94 Este planteamiento fue respaldado por las principalesinstituciones que agrupaban a la poderosa colonia hispana en México.95 El gobierno mexicano seopuso, no obstante, a entregar a los niños al régimen franquista. Ello planteó el problema de quepasaría con los pequeños refugiados españoles una vez hubiera concluido su periodo de permanenciaen la Escuela España-México.

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Lógicamente, con el paso de los años el número de alumnos españoles en la Escuela-Internado sehabía ido reduciendo paulatinamente. Este proceso obedecía a diversas causas. En primer lugar,numerosos niños fueron entregados a partir de 1939 a sus parientes, muchos de los cualesaprovecharon esa condición para emigrar a México desde los campos de concentración en los quehabían sido internados en el sur de Francia.96 Un grupo importante fue trasladado al Internado España-México 2, creado en la ciudad de México, donde parece que la mayoría encontró trabajo y acabóescapando al control de las autoridades mexicanas.97 Cierto número de niños huyó del centroeducativo moreliano, a menudo con la complicidad de miembros de la colonia hispana, sin que lasprecauciones adoptadas por las autoridades educativas mexicanas consiguieran poner fin a estasfugas.98 Finalmente, una buena parte de los jóvenes refugiados hispanos fueron siendo trasladados acentros de enseñanza media radicados en otros lugares de la República, conforme alcanzaron la edadreglamentaria para ello.99 De este modo, en diciembre de 1940 apenas quedaban en la EscuelaEspaña-México la mitad de los niños llegados a Morelia menos de cuatro años antes.100

La Secretaría de Educación Pública trató primero de integrar a los niños que terminaban la instrucciónprimaria en centros de educación secundaria. En este marco, los mayores fueron distribuidos endistintas escuelas secundarias de arizaba, Tepic, Ciudad Lerdo, Zamora y Coatzacoalcos. Este intentotuvo escaso éxito. La integración de la mayoría de los jóvenes hispanos en los nuevos centroseducativos resultó problemática y, ya en agosto de 1940, las autoridades educativas mexicanas tuvieronque trasladar a los jóvenes internados en Coatzacoalcos al Internado Nacional Infantil que la Secretaríade Educación Pública tenía en la Calzada deTlalpan.101

El hecho de que la mayoría de los niños hubieran abandonado la Escuela España-México o estuvieranpróximos a finalizar la instrucción primaria llevó a la Secretaría de Educación Pública a plantear elpróximo cierre de este centro educativo en enero de 1941. La intervención del propio Cárdenas anteÁvila Camacho consiguió que la escuela continuase funcionando durante ese año "en tanto seestudiaba la distribución de los alumnos españoles".102 El gobierno mexicano parecía sin embargo

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decidido a deshacerse del problema representado por los niños españoles, pues la Secretaría deEducación Pública comenzó a desatender presupuestariamente al Internado, provocando .las quejas deReyes Pérez.103 En noviembre de 1941, el gobierno mexicano autorizaba asimismo el retorno aEspaña de aquellos niños radicados en Morelia que fueran reclamados por sus parientes o tutores:

En vista de que los familiares y tutores de algunos niños españoles que se hallan en la Escuela IndustrialEspaña México vienen solicitando con empeño la entrega de sus deudos o tutoreados; y no existiendorazón alguna para que sigan en México dichos niños he tenido a bien dictar el siguiente acuerdo:procédase a efectuar con las formalidades que se estimen convenientes, la devolución de aquellosniños que vayan siendo solicitados por sus familiares o tutores, previa comprobación de parentesco ode los derechos que les asistan.104

El decreto presidencial fue seguido por la llegada a México de una comisión falangista procedente deCuba para negociar la repatriación de la totalidad de los niños de Morelia. Paralelamente, el ComitéNacional Antisinarquista y en Defensa de la Democracia, organismo cercano a los círculos pro-franquistas presidido por el diputado Alfredo Félix Díaz, apadrinaba una iniciativa dirigida a aunaresfuerzos para conseguir fondos con los que atender a los niños si la Escuela España-México erafinalmente cerrada.105

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Las gestiones franquistiS tuvieron un efecto contraproducente ya que movilizaron contráuna posibleentrega de los jóvenes refugiados hispanos a sectores de la sociedad mexicana y del mismo exiliorepublicano que, hasta entonces, se habían prácticamente desentendido de los mismos.106 En estesentido, la Federación de Organismos de Ayuda a los Refugiados Españoles (FOARE) promovió laconstitución de un Patronato Pro Niños Españoles, presidido por Rubén Landa e integrado por diversaspersonalidades del exilio español y de la política mexicana.107

Esta campaña puso a la defensiva a la administración mexicana. La Secretaria de RelacionesExteriores se vio obligada a manifestar en marzo de 1942 que "no es exacto que el gobierno mexicanohaya acordado devolver a los niños hispanos que se hayan refugiados en este país, en la EscuelaIndustrial España México. Lo único que el gobierno mexicano ha acordado es devolver a aquellosmenores que sean expresamente solicitados por quienes tengan derechos incuestionables paraello".108

El gobierno mexicano decidió por lo tanto prorrogar unos meses más el funcionamiento de la EscuelaEspaña-México mientras buscaba una fórmula para atender a los jóvenes españoles que, casi en sutotalidad, habían terminado la instrucción primaria.109 El problema se fue agravando durante la primeramitad de 1942 por la continua llegada a la capital de estudiantes españoles que habían abandonado laEscuela España México o los centros de enseñanza secundaria en distintos lugares de la República alos que habían sido trasladados.110 La administración mexicana decidió entonces involucrar en elproblema a los organismos que gestionaban los fondos del antiguo gobierno republicano para ayudar alos exiliados.

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Los dirigentes españoles del exilio se habían prácticamente desentendido de los niños de Morelia,pese a que su llegada a México había respondido a una operación propagandística del gobiernorepublicano.111 La intervención de los fondos del exilio por la administración mexicana, en diciembrede 1942, permitió que una parte de dichos fondos fueran utilizados en beneficio de estos jóvenes

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refugiados. E12 de diciembre quedaba constituida formalmente la Comisión Administradora del Fondode Auxilios a los Republicanos Españoles (CAFARE). Esta comisión quedó integrada por unrepresentante de la Secretaría de Gobernación, otro de la de Relaciones Exteriores y un tercero de lapropia Junta de Ayuda a los Republicanos Españoles OARE), que hasta ese momento habíagestionado dichos fondos. La reorganización de la Financiera Hispano-Mexicana, creada por la JAREpara administrar su patrimonio, provocó la dimisión del representante de este organismo, José AndreuAbelló, y dejó a la CAFARE en manos de los delegados de Gobernación, Félix F. Palavicini y LuisSánchez Pontón.112

En este contexto, el gobierno de México comisionó a Cárdenas para que hiciera realmente operativo elPatronato Pro Niños Españoles, creado poco antes en el seno de la FOARE pero que, según losinformes oficiales, "no había llegado a organizarse oficialmente ni a funcionar con personalidadlegal".113 El gobierno esperaba que el Patronato llegara a un acuerdo con los administradores de laCAFARE en torno a los niños españoles. Cárdenas designó a su vez a José Muñoz, poco despuéssustituido por Miguel Vargas, y a José Argüelles como sus representantes ante la comisión encargadade administrar los fondos del exilio.114 Las gestiones de Vargas y Argüelles lograron que la CAFAREdecidiera utilizar una parte de dichos fondos para establecer en la capital una serie de casas-hogar queacogieran a los niños hispanos procedentes de la Escuela Industrial EspañaMéxico. Las dos primerascasas se crearon en abril de 1943, seguidas meses después por otras cuatro. Paralelamente, elPatronato decidió trasladar a los pocos niños que aún no habían terminado sus estudios de primaria enMorelia al Colegio Madrid de la capital y proceder al cierre de la Escuela España-México.115

La salida de los últimos niños españoles de Morelia en los primeros meses de 1943 supuso el final delproyecto educativo socialista representado por la Escuela-Internado España México. La Secretaría deEducación Pública, enfrentada desde principios del año anterior a una fuerte presión para mantenerabierta la Escuela-Internado para los alumnos mexicanos una vez la hubieran abandonado los últimosniños españoles, acabó por ceder.116 La Escuela EspañaMéxico siguió existiendo pero,desaparecidas las circunstancias especiales que habían dado lugar a la misma, su funcionamiento fueprogresivamente equiparándose al del resto de los centros de primera enseñanza de la RepúblicaMexicana.

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* El primer y tercer apartados de este capítulo han sido realizados por Agustín Sánchez, en tanto queel segundo corresponde a Silvia Figueroa.

1 Para un análisis de la política de México hacia el conflicto español, véase el excelente libro de JoséAntonio Matesanz, México ante la guerra civil española, México, Universidad Nacional Autónoma deMéxico y El Colegio de México, 1999.

2 Manifiesto del Comité Iberoamericano de Ayuda al Pueblo Español, Barcelona, ,;. e., 20 dediciembre de 1937.

3 Víctor Alfonso Maldonado, "Vía,; política,; y diplomática,; del exilio", en El exilio español en México, 1939-1982.México, Fondo de Cultura Económica, 1982, p. 26.

4 La mayoría de lo,; fondos provenían de sindicatos y organizaciones estrechamente vinculadas alrégimen cardenista, véase en este sentido "Movimiento general de los fondos del Comité", en Ayuda!Boletín del Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español, Ciudad de México, 6 de abril de 1937,pp 11-13. Estas colectas se extendieron a diversos organismo,; públicos, donde tuvieron un carácterobligatorio, como puede deducirse de la "Lista de empleados de la Presidencia de la República quecontribuyeron al Fondo de Ayuda al Niño Español", Ciudad de México, 16 de enero de 1939, en ArchivoGeneral de la Nación (en adelante AGN), Presidencia Fondo Lázaro Cárdenas, leg. 550/12-3.

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5 Libro Blanco de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, México, Secretaría de Relacione,; Exteriores,1942, en Archivo Histórico Genaro Estrada de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México (en adelante(AHGE), Fondo Diplomático, leg. 111-2470-4, f. 112.

6 "Memorando confidencial de la Secretaría de Relaciones Exteriores sobre la gestión de Ramón P.De Negri en España", Ciudad de México, s.f., en AHGE, Fondo Diplomático, leg. 1II-764-1(2).

7 Eduardo Mateo Gambarte, Los niños de la guerra. Literatura del exilio español en México, Lérida,Universidad de Lérida, 1996, pp. 213-214.

8 Gordón Ordás a Secretaría de Relaciones Exteriores, Ciudad de México, 8 de marzo de 1937,AHGE, Fondo Diplomático, leg. 111-764-1(3).

9 Secretaría de Relaciones Exteriores a Gordón Ordás, Ciudad de México, 9 de marzo de 1937, enAHGE, Fondo Diplomático, leg. III-764-1(3).

10 Memoria de la Secretaria de Relaciones Exteriores, 1936.1937. México, Secretaría de Relacionesexteriores, 1937,p42.

11 Secretaría de Relaciones Exteriores a Tejeda, Ciudad de México, s.f., en AHGE. Legación deMéxico en Francia, lego 315, exp. 4.

12 "Memorando de la Secretaría de Relaciones Exteriores sobre el transporte de los niñosespañoles", Ciudad de México, s.f., en AHGE, Legación de México en Francia, lego 315, exp. 4.

13 El embajador en España añadió aún más confusión contestando a la Secretaría de RelacionesExteriores que. según los informes de Ministerio de Sanidad y Asistencia, sólo habían salido deBarcelona 453 nu1os. De Negri a Secretaría de Relaciones Exteriores, Valencia, 28 de junio de 1937,en AHGE, Fondo Diplomático, lego UI-764-1(2)

14 "Memorando confidencial de la Secretaría de Relaciones Exteriores sobre la gestión de Ramón P.De Negri en España", Ciudad de México, s.f.., en AHGE, Fondo Diplomático, leg. III- 764-1(2).

15 "Horarios del tren especial Cerbere-Burdeos", en Alberto Enríquez Perea (comp.), México yEspaña. Solidaridad y asilo político, 1936-1942, México, Secretaría de Relaciones Exteriores, 1990, p.216

16 El gobierno mexicano se hizo cargo de todos los gastos hasta su restablecimiento y posterior traslado a México enoctubre de 1937. Secretaría de Relaciones Exteriores a F. Torres, cónsul de México en Burdeos, Ciudad de México,13 de septiembre de 1937, en AHGE, Legación de México en Francia, lego 311, exp. 5.

17 Torres a Secretaría de Relaciones Exteriores, Burdeos, 26 de mayo de 1937, citado en A. Enríquez (comp.), op.cit., pp. 224-225. Emeterio Payá, por su parte, da la cifra de 455 niños, citando como fuente el Boletín de Ayuda a losNiños Españoles, México, septiembre de 1937, núm. 3, pp. 25 a 27. Dolores Pla, utiliza la misma fuente y habla de456 niños enviados a México, seguramente porque incluye en ese número al niño José Melo que, como hemosseñalado anteriormente, quedó internado en un hospital francés y no llegó ~ México hasta octubre, véase Dolores Pla,Los niños de Morelia. Un estudio sobre los primeros refugiados españoles en México, México, InstitutoNacional de Antropología e Historia, Agencia Española de Cooperación Internacional y Embajada de España enMéxico, 1999, p. 43. El listado publicado por dicho boletín, que sirve de base a los cálculos de Payá y de Pla, nocoincide, sin embargo, con los datos proporcionados por Tejeda a la Secretaría de Relaciones Exteriores en relacióncon el número de niños que llegaron a Cerbere, ni con el registro de embarque enviado por el cónsul mexicano enBurdeos a la Secretaría de Relaciones Exteriores en torno al número de niños embarcados en el Mexique, que dan lascifras respectivas de 464 y 463 niños, seguramente porque incluyen a los hijos de los responsables españoles de laexpedición. Este registro puede consultarse en AHGE, Legación de México en Francia, lego 315, exp. 4. Las cifrasproporcionadas por el diario Excélsior coinciden asimismo con los datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores,véase Excélsior, Ciudad de México, 5 de junio de 1937,p.1.

18 La posición de cuba hacia la Guerra Civil Española puede seguirse en Alberto A. Bello y JuanPérez, Cuba en España. Una gloriosa página de internacionalismo, La Habana, Editorial de CienciasSociales, 1990.

19 Excélsior, Ciudad de México, 5 de junio de 1937, p. 11.

20 Excélsior, Ciudad de México, 7 de junio de 1937, p. 1.

21 Excélsior, Ciudad de México, 6 de junio de 1937, p.10.

22 Ricardo Pérez Monfort, Hispanismo y falange. Los sueños imperiales de la derecha española yMéxico, México, Fondo de Cultura Económica, 1992, pp. 122-134.

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23 Excélsior, Ciudad de México, 3 de junio de 1937, p.5.

24 José Fuentes Mares, Historia de dos orgullos, México, Océano, 1984, pp. 143-144.

25 Salvador N ovo, b vida en México en el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas, México, ConsejoNacional para la Cultura y las Artes e Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1994, pp. 76-77.

26 El proceso de división de la colonia española puede seguirse en J.A. Matesanz, op cit., pp. 84-91.

27 Excélsior, Ciudad de México, 7 de junio de 1937, p. 3. La donación prometida no llegó amaterializarse nunca.

28 Libro Blanco de la Secretaría de Relaciones Exteriores, México,1942, en AHGE, FondoDiplomático, leg. 3-2470-4, f 112.

29 D. Pla, op. cit., p.52.

30 Excélsior, Ciudad de México, 8 de junio de 1937, pp. 1 Y 9

31 Memoria de la Secretaria de Relaciones Exteriores, 1936-1931, México, Secretaría de RelacionesExteriores, 1937,p.44.

32 Ibid.

33 Libro Blanco de la Secretaria de Relaciones Exteriores, México, Secretaría de RelacionesExteriores, 1942, en AHGE, Fondo Diplomático, lego 3-2470-4, f. 113.

34 "Memorando confidencial de la Secretaría de Relaciones Exteriores sobre la gestión de Ramón P.De Negri en España", Ciudad de México, s.f., en AHGE, Fondo Diplomático, lego 1II-764-1(2).

35 Dos de los niños se quedaron en Veracruz, donde fueron internados en un hospital, véase Excélsior,Ciudad de México, 13 de junio de 1937, pp. 1 Y 5.

36 El Nacional, Ciudad de México, 9 de junio de 1937, p. 5.

37 Excélsior, Ciudad de México, 9 de junio de 1937, p. 1.

38 El Nacional, Ciudad de México, 10 de junio de 1937, pp. 1 Y 8.

39 Alfonso Junco, México y los refugiados, las Cortes de paja y el corte de caja, México, Editorial Jus,1959, p. 9.

40 Excélsior, Ciudad de México, 10 de junio de 1937, p. 5.

41 D. Pla, op. cit., p. 70. Estos argumentos serían retornados a raíz de la llegada masiva derefugiados entre 1939 y 1940, véase Alfonso Taracena, La Revolución desvirtuada, México, Costa-Amic Editores, 1967, vol. VII, pp. 127-139.

42 Excélsior, Ciudad de México, 7 de junio de 1937, p. 5. El artículo está firmado por Juan Franco que,como señala Taracena, era el pseudónimo del propio Elguero, véase A. Taracena, op. cit., vol. V, p. 142.

43 D. Pla, op. cit., pp. 71-72.

44 Excélsior, Ciudad de México, 9 de junio de 1937, p. 5.

45 Salvador Novo, op. Cit., p. 76.

46 Diario Qficial, Ciudad de México, 7 de julio de 1937, citado por J. A. Matesanz, op. cit., p. 246.

47 El Nacional, Ciudad de México, 11 de junio de 1937, p. 1.

48 "Acuerdo presidencial revocando la expropiación por utilidad pública de los edificios dondeestuvieron los colegios salesianos de la colonia Anáhuac de esta capital y el que ocupa la EscuelaEspaña-México de Morelia", Ciudad de México, 22 de enero de 1946, en AGN, Presidencia, FondoManuel, Ávila Camacho, lego 534/8.

49 Los expedientes relativos a las obras de acondicionamiento de estos edificios para establecer la Escuela España-México pueden consultarse en AGN, Presidencia, Fondo Lázaro Cárdenas. leg. 550/ 84.

50 Lamberto Moreno nació en 1886 en Ario de Rosales, en este lugar realizó su instrucción primaria ymás tarde hizo estudios superiores en el Seminario y en el Colegio Salesiano de Morelia. Fueinspector escolar y director de la Escuela Hijos del Ejército. Después del movimiento revolucionarioestuvo a cargo de las misiones culturales de la Secretaría de Educación Pública. Moreno escribióvarias novelas, dramas y algunos poemas con carácter social revolucionario. Sobre su trayectoria,véase Jesús Romero, Diccionario geográfico de Michoacán, Morelia, Gobierno del Estado, 1960, p.

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291.

51 "Relación de los niños españoles integrantes de la expedición llegada el 7 de junio de 1937", enArchivo del Internado España-México (en adelante AIEM).

52 Alicia, Joaquina, Carmen, Baltasar y Mario Gabarró y Zúñiga fueron reclamados por familiares queya vivían en México. Eduardo, Miguel y José Haro López, José Canut Moya, Cleotilde de la MonjaAlarcón y Julián Martínez Soto eran hijos de los maestros españoles que venían en la expedición y porlo tanto no quedaron bajo la custodia del director.

53 Se trata de Eleuterio Safont y Obradós y Antonio Vargas Toral. Véase Ayuda! Boletín del Comité deAyuda a los Niños del Pueblo Español, Ciudad de México, 1 de septiembre de 1937, p. 27 Es de hacernotar que en esta publicación también se menciona a Celia Pascual Vargas, cuyo expediente, noaparece en el AIEM.

54 "Relación de los niños españoles integrantes de la expedición llegada el 7 de junio de 1937", enAlEM.

55 Tanto Dolores Pla como Roberto Reyes Pérez aseguran que en numerosos casos las edadesfueron alteradas por las autoridades españolas para poder enviar más niños. Véanse D. Pla, op. cit., p.20 Y Roberto Reyes Pérez, La vida de los niños iberos en la patria de Lázaro Cárdenas. Treinta relatos,México, Editorial América, 1940, p. 128.

56 D. Pla, op. cit al., p. 84.

57 D. Pla, op. cit, pp. 108-109.

58 "Material escolar utilizado por los alumnos dentro de las aulas", 1942, en AIEM.

59 Víctor M. Gallo, "La Educación preescolar y primaría", en México: ancuenta años de revolución,México, Fondo de Cultura Económica, 1962, vol. IV, P 71

60 Enrique Gutman, "El maestro rural de México", en Lázaro Cárdenas visto por 3 hombres. México,Editorial Masas, 1937, p. 13.

61 "Plan general de estudios y principios normativos de los programas de estudio", reproducido enPlan de acción de la escuela primaria socialista, México, Secretaría de Educación Pública, 1935, pp2129

62 "Plan de estudios de la Escuela España-México, 1937-1938", en AIEM.

63 Emeterio Payá, Los niños españoles de Morelia (el exilio infantil en México), México, Edamex,1987, pp. 66-68.

64 Ibid.

65 E. Payá, op. cit. p. 123

66 D. Pla, op. Cit, p. 75

67 Sobre este clima hostil, véase Agustín Sánchez, Silvia Figueroa, Enrique Baena y Beatriz Morán,Un capítulo oral de la memoria del exilio, Los niños de Morelia, Morelia, Universidad Michoacana yComunidad Autónoma de Madrid, 2002 (en prensa).

68 Esa tarde Francisco había ido al cine en compañía de su hermana Clara, 2 años menor que él, y dealgunas otras compañeras. A su regreso el edificio ya estaba cerrado y el niño brincó la barda paraabrir la puerta desde dentro y facilitar así el acceso a las niñas, pero el desconocimiento del lugar,aunado a la oscuridad de la noche, provocó que el niño se agarrara a un cable de alta tensión y murierafulminado en el acto.

69 R. Reyes Pérez, op. cit., P 36.

70 Ibid, P 54.

71 Ibid, p. 49.

72 Llama la atención el que, queriendo extender su proyecto de educación socialista, Reyes Pérezpropusiera la creación en Guadalajara de una escuela para las niñas españolas y para los niños dekinder, que hacían un total de 200, sugiriendo para el efecto el Colegio de Maristas ocupado por laenfermería de la Escuela "Hijos del Ejército" No. 4. Reyes Pérez consideraba que la separacióncompleta de todas las niñas no les acarrearía dificultades... "y además tendríamos la seguridad deconservarlas en el estado que se necesita". Reyes Pérez a Cárdenas, Guadalajara, 10 de enero de1938, en AGN, Presidencia, Fondo Lázaro Cárdenas, lego 550/84.

73 Ibid.

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74 R. Pérez, op. cit., p.82. Esta opinión contrasta con la de la mayoría de los "niños de Morelia"entrevistados por los autores de este artículo que, sin excepción, resaltan que la mayoría del grupovenía de España con una preparación superior a la de los alumnos mexicanos de primaria. Sobre esteaspecto, véase Agustin Sánchez, Silvia Figueroa, Enrique Baena y Beatriz Morán, op. cit.

75 Alberto Bremauntz, Ú¡ batalla ideológi,~ en México, México, Ediciones Jurídico Sociales, 1962, p.200 Desde 1930 los maestros michoacanos fueron objeto de una campaña de capacitación yadoctrinamiento que se intensificó desde 1934 a raíz de las jornadas de educación socialistaorganizadas por Jesús Múgica Martínez, Antonio Mayés Navarro y Diego Hernández Tapete, entreotros. Con estas jornadas se pretendía preparar a los profesores para la reforma educativa a partir delecturas clásicas marxistas, como el Manifiesto Comunista -de Carlos Marx y Federico Engels- y laLucha de Clases, de Rafael Ramos Pedraza. Sobre esta cuestión, véase Alejo Maldonado, Laeducación socialista en Michoacán, Morelia, Universidad Michoacana, 1995, pp. 120-121.

76 "Relación del personal del internado España-México durante el año de 1938", en APIEM. Laspersonas señaladas causaron alta el 16 de enero de 1938.

77 R. Reyes Pérez, op cit., pp. 79-81

78 Célula Comunista de la Escuela España-México a Cárdenas, Morelia, 7 de mayo de 1939, enAGN, Presidencia, Fondo Lázaro Cárdenas, leg.550/84.

79 R. Perez, op. cit., p.58.

80 Ibid, P 88.

81 Reyes Pérez a Francisco c;. Garcia, Jefe del Departamento Administrativo de la Secretaría de!:Iducación Pública, Morelia, 24 de octubre de 1938, en AGN, Presidencia, Fondo Lázaro Cárdenas,leg 550/84.

82 Entre las citadas reformas sobresalen la contratación de dos prefectos con salarías de 150 pesos mensuales cadauno; la promoción de cuatro educadores y cinco maestros no titulados, con un salaría orih.mal de 190 pesosmensuales, a la categoría de maestros titulados para escuelas de Hijos del Ejército, cuya nómina era de 220 pesos; elaumento de salario de cuatro ayudantes de taller de 100 a 150 pesos mensuales y de siete enfermeras de 72 a 102pesos mensuales. El Sindicato exigía además que ningún trabajador de la Escuela España-México ganara menos delsalaría minimo de 2 pesos, por lo que el director propuso que los sueldos de las seis fregadoras pasaran de 30 a 60pesos mensuales, que los nueve ayudantes de lavandería en lugar de 36 ganaran 60 pesos mensuales y que los 46pesos del salario mensual de las niñeras de seh'Unda pasarán a 60 pesos. "Modificaciones que se hacen alpresupuesto de 1939", en AGN, Presidencia, f'ondo Lázaro Cárdenas, leg. 550-84.

83 Reyes Pérez a Cárdenas, Morelia, 1 de mayo de 1939, en AGN, Presidencia, fondo LázaroCárdenas, leg 550-84.

84 R. Pérez, op.cit.,p. 81.'

85 E. Payá, op.cit., p.133.

86 D.Pla,op. cit.,p.97.

87 La programación entre 1938 y 1942 puede consultarse en los dominicales de El HeraldoMichoacano.

88 R. Reyes Pérez, op. cit., p. 59.

89 Reyes Pérez a Gonzalo Vázquez Vela, Morelia, 1 de mayo de 1939, en AGN, Presidencia, FondoLázaro Cárdenas, lego 550/84.

90 "Acta del Comité de la Célula Comunista de la Escuela España México", Morelia, 7 de mayo de1939, en AGN, Presidencia, Fondo Lázaro Cárdenas, lego 550/84.

91 "Lista de las personas que por reorganización de servicios quedaron fuera de la Escuela 'EspañaMéxico' el1 de enero de 1940, con especificación de nombramiento y sueldo de que disfrutaban",Morelia, 24 de octubre de 1941, en AGN, Presidencia, Fondo Manuel Ávila Camacho, leg. 546.6/212215.

92 Elizabeth Young a Cárdenas, Cecilville, 1 de octubre de 1940, en AGN, Presidencia, Fondo LázaroCárdenas, lego 550/84.

93 Chicago Daily News, Chicago, 7 de octubre de 1939.

94 Manuel Barreiro, presidente del Comité Central Nacionalista de Auxilios Pro-España, a Cárdenas,Tampico, 20 de febrero de 1939, en AGN, Presidencia, Fondo Lázaro Cárdenas, lego 550/84.

95 Exposición del Casino Español, la Beneficencia Española, el Club España, el Centro Asturiano, el

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Centro Vasco-Español, el Centro Vasco, la Casa de Galicia y el arfeó Catalá a Cárdenas, Ciudad deMéxico, 9 de agosto de 1939, en AGN, Presidencia, Fondo Lázaro Cárdenas, lego 550/84.

96 Véase en este sentido"Relación de refugiados españoles recomendados para inmigrar a laRepública Mexicana", en A, Enriquez, op. cit., pp. 321-338.

97 D. Pla, op. cit., pp. 158-159.

98 "Informe de Reyes Pérez sobre la salida de alumnos de la Escuela España-México desde sullegada a Morelia", MQrelia, 23 de septiembre de 1938, en AGN, Presidencia, f"ondo LázaroCárdenas, leg,550/84.

99 "Relación de alumnos españoles en los internados mixtos de Orizaba, Lerdo, Tepic y Zamora",Morelia, 24 de octubre de 1941, en AGN, Presidencia, Fondo Manuel Ávila Camacho,leg. 546.6/212-215.

100 Reyes Pérez a Jesús González, secretario particular de Ávila Camacho, Puebla, 5 de diciembrede 1940, en AGN, Presidencia, Fondo Manuel Ávila Camacho, leg. 534/8.

101 Agustin Leñero, secretario particular de Cárdenas, a Indalecio Prieto, Ciudad de México, 4 deseptiembre de 1940, en AGN, Presidencia, Fondo Lázaro Cárdenas,leg. 546,6/212,

102 Cárdenas a Ávila Camacho, Ciudad de México, 5 de enero de 1941, en AGN, Presidencia, fiondoÁvila Camacho, lego 534/8.

103 Reyes Pérez a González, Morelia, 3 de noviembre de 1941, en AGN, Presidencia, fiondo ÁvilaCamacho,leg.546.6/212-215.

104 Ávila Camacho a Secretaría de Gobernación, Ciudad de México, 25 de noviembre de 1941, enAGN, Presidencia, Fondo Ávila Camacho, leg. 460/2.

105 Esta iniciativa se materializó en una serie de anuncios aparecidos en enero de 1942 en Ex,'élsior,El Universal y Novedades, en los que se invitaba a todos los españoles residentes en México a unareunión para adoptar medidas sobre esta cuestión. Curiosamente, la convocatoria trataba de conseguirpor igual la adhesión de los sectores conservadores y de los refugiados republicanos. No parece quela reunión llegara ralmente a celebrarse. Sobre esta cuestión, véase "Informe sobre las gestionesrealizadas por Concepción Corral en torno a los niños españoles de Morelia", Ciudad de México, s.f, enI\GN, Presidencia, Fondo Ávila Camacho, lego 534/8.

106 Sobre las reacciones provocadas por la llegada de la comisión falangista, véase AGN, Presidencia,. FondoÁvila Camacho, leg. 460/2

107 "Memoria de las actividades de ayuda a los republicanos españoles, Estados Unidos-Cuba yMéxico. Convención de Solidaridad con el pueblo español", México, 1943, en José Antonio Matesanz(comp.), México y la República Española. Antología de documentos, 1931-1977, México, CentroRepublicano Español de México, 1978, p. 102.

108 "Comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores", Ciudad de México, 28 de marzo de1942, en AGN, Presidencia, Fondo Ávila Camacho, leg. 460/2.

109 "Memorando de la Secretaría de Educación Pública", Ciudad de México, 5 de enero de 1942, enAGN, Presidencia, Fondo Ávila Camacho, lego 534/8.

110 Estas deserciones involucraron de manera creciente en el problema a las autoridades republicanas que se vieronobligadas a alojar en pensiones y a alimentar a una parte de estos jóvenes. Prieto, cuya escasa simpatía por los niñosde Morelia se trasluce en su correspondencia con Ávila Camacho, acusaba a estos refugiados de acudir "ya talluditos"a México "sin duda bajo la . atracción de tener aquí pagado el albergue sin hacer nada ni someterse a disciplinaalguna". Prieto a González, Ciudad de México, 18 de agosto de 1942, en AGN, Presidencia, Fondo Ávila C:amacho,leg.460/2.

111 La constitución de un Comité femenino dentro de la Delegación en México de la Junta de Auxilio alos Republicanos Españoles, en mayo de 1940, fue la única medida adoptada por los exiliados haciaestos pequeños refugiados El citado comité, sin embargo, no llegó a funcionar. Prieto a Leñero, Ciudadde México 23 de mayo de 1940, en AGN, Presidencia, Fondo Lázaro Cárdenas, leg. 550/85.

112 "Memorando de Luis; Sánchez Portón a Ávila Camacho", Ciudad de México, diciembre de 1943,en AGN, Presidencia, fondo Ávila Camacho, leg. 546.6/212-215.

113 "Informe de actividades de la CAFARE", Ciudad de México, 31 de diciembre de 1944, en AGN,Presidencia, Fondo Ávila Camacho, leg. 546.6/212-215

114 Ibid.

115 Ibid. Sobre la vida de lo,; refugiados españoles en estas casas-hogar, véase D. Pla, op. cit., pp.

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