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WORLD HEALTH ORGANIZATION ORGANISATION MONDIALE DE LA SANTÉ EB61/35 5 de diciembre de 1977 CONSEJO EJECUTIVO 61 reunión Punto 33.1 del orden del día provisional COORDINACION EN EL SISTEMA DE LAS NACIONES UNIDAS - ASUNTOS GENERALES Preparación de códigos de ética médica Informe del Director General El Director General presenta, en el Anexo del presente informe, el estudio preparado a petición de la OMS por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (COICM) con el título "La función del personal de salud en la protección de las personas contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes 11 . La Asamblea Mundial de la Salud, en su resolución WHA30.32, pidió al Director General que, antes de transmitirlas a la Asamblea General de las Naciones Unidas, sometiese a la consideración del Consejo Ejecutivo en una de sus reunio- nes ulteriores, las conclusiones del estudio emprendido por el COICM. El Director General, al presentar el estudio del COICM al Consejo Ejecutivo, señala especialmente a su atención la sección titulada "Medidas propues- tas" (párrafos 29 y 30). 1. En 1974 la Asamblea General de las Naciones Unidas 3 en su resolución 3218 (XXIX ) invitó a la Organización Mundial de la Salud a que redactase un bosquejo de los principios de ética mé- dica que fueran pertinentes a la protección de las personas sometidas a cualquier forma de de- tención o prisión, contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. 2. El Consejo Ejecutivo examinó la cuestión en su 55 reunión, celebrada en enero de 1975 (documento EB55/39) y adoptó la resolución EB55.R64, por la que pedía al Director General que preparase un estudio sobre el particular. El Director General, previa consulta con los Esta- dos Miembros, los organismos pertinentes de las Naciones Unidas, la Asociación Médica Mundial y otras organizaciones no gubernamentales, presentó al Quinto Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente (septiembre de 1975) un documento ti- tulado "Aspectos sanitarios de los maltratos evitables infligidos a presos y detenidos". 3. Este documento se presentó también a la Asamblea General de las Naciones Unidas en su tri- gésimo periodo de sesiones (diciembre de 1975); la Asamblea, en su resolución 3453 (XXX)invi- a la OMS a que prestase nueva atención al estudio y elaboración de los principios de ética médica pertinentes. El Consejo Ejecutivo, en su resolución EB57.R47 (enero de 1976)pidió lue- go al Director General que colaborase con otras organizaciones del sistema de las Naciones Uni- das y ajenas a éste en la preparación de códigos de ética médica, y en particular los destina- dos a la protección, de las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión, contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. a 4. En la 57 reunión del Consejo Ejecutivo se distribuyó a los miembros el documento que la OMS había preparado para el Quinto Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delicuente y que había presentado en el trigésimo periodo de sesiones de la ANTECEDENTES

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W O R L D HEALTH ORGANIZATION

ORGANISATION MONDIALE DE LA SANTÉ

EB61/35

5 de diciembre de 1977

CONSEJO EJECUTIVO

61 reunión

Punto 33.1 del orden del día provisional

COORDINACION EN EL SISTEMA DE LAS NACIONES UNIDAS - ASUNTOS GENERALES

Preparación de códigos de ética médica

Informe del Director General

El Director General presenta, en el Anexo del presente informe, el

estudio preparado a petición de la OMS por el Consejo de Organizaciones

Internacionales de las Ciencias Médicas (COICM) con el título "La función

del personal de salud en la protección de las personas contra la tortura

y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes1 1

. La Asamblea

Mundial de la Salud, en su resolución WHA30.32, pidió al Director General

que, antes de transmitirlas a la Asamblea General de las Naciones Unidas,

sometiese a la consideración del Consejo Ejecutivo, en una de sus reunio-

nes ulteriores, las conclusiones del estudio emprendido por el COICM. El

Director General, al presentar el estudio del COICM al Consejo Ejecutivo,

señala especialmente a su atención la sección titulada "Medidas propues-

tas" (párrafos 29 y 30).

1. En 1974 la Asamblea General de las Naciones Unidas3 en su resolución 3218 (XXIX),invitó a

la Organización Mundial de la Salud a que redactase un bosquejo de los principios de ética mé-

dica que fueran pertinentes a la protección de las personas sometidas a cualquier forma de de-

tención o prisión, contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.

2 . El Consejo Ejecutivo examinó la cuestión en su 55 reunión, celebrada en enero de 1975

(documento EB55/39) y adoptó la resolución EB55.R64, por la que pedía al Director General que

preparase un estudio sobre el particular. El Director General, previa consulta con los Esta-

dos Miembros, los organismos pertinentes de las Naciones Unidas, la Asociación Médica Mundial

y otras organizaciones no gubernamentales, presentó al Quinto Congreso de las Naciones Unidas

sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente (septiembre de 1975) un documento ti-

tulado "Aspectos sanitarios de los maltratos evitables infligidos a presos y detenidos".

3. Este documento se presentó también a la Asamblea General de las Naciones Unidas en su tri-

gésimo periodo de sesiones (diciembre de 1975); la Asamblea, en su resolución 3453 (XXX), invi-

tó a la OMS a que prestase nueva atención al estudio y elaboración de los principios de ética

médica pertinentes. El Consejo Ejecutivo, en su resolución EB57.R47 (enero de 1976), pidió lue-

go al Director General que colaborase con otras organizaciones del sistema de las Naciones Uni-

das y ajenas a éste en la preparación de códigos de ética médica, y en particular los destina-

dos a la protección, de las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión, contra

la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.

a 4. En la 57 reunión del Consejo Ejecutivo se distribuyó a los miembros el documento que la

OMS había preparado para el Quinto Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito

y Tratamiento del Delicuente y que había presentado en el trigésimo periodo de sesiones de la

ANTECEDENTES

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E B 6 l / 3 5

P á g i n a 2

X A s a m b l e a G e n e r a l . En dicho d o c u m e n t o se a n a l i z a b a n a fondo las r e s p o n s a b i l i d a d e s c o n s t i t u c i o -

nales de la OMS en m a t e r i a de d e o n t o l o g í a m é d i c a y ética sanitaria en r e l a c i ó n con la invitación

c o n t e n i d a en la resolución 3218 (XXIX) de la A s a m b l e a G e n e r a l , y se llegaba a las c o n c l u s i o n e s

s i g u i e n t e s : "no hay n i n g u n a d i s p o s i c i ó n c o n s t i t u c i o n a l que r e q u i e r a o entrañe que la OMS se

o c u p e de la d e o n t o l o g í a m é d i c a " , y "la OMS se ocupa de la 'ética de la s a l u d ' d e s d e el punto

de vista del derecho que tienen todas las p e r s o n a s , incluidos los presos y d e t e n i d o s , a no ser

s o m e t i d o s a p e l i g r o s a su salud física o m e n t a l que puedan e v i t a r s e y a tener a c c e s o a los me-

jores s e r v i c i o s m é d i c o s que sea p o s i b l e p r o p o r c i o n a r , y no d e s d e el p u n t o de vista de la ética

m é d i c a en el sentido de d e o n t o l o g í a m é d i c a " .

5 . En a t e n c i ó n a lo s o l i c i t a d o en la r e s o l u c i ó n E B 5 7 . R 4 7 , el D i r e c t o r G e n e r a l c o n s u l t ó con

el COICM y con la A s o c i a c i ó n Médica M u n d i a l . Se convino en que la D e c l a r a c i ó n de T o k i o , adop-

tada por la A s o c i a c i ó n M é d i c a Mundial en o c t u b r e de 1975, podía servir de base al COICM para

r e c a b a r , en nombre d e la O M S , la o p i n i ó n de los m é d i c o s y del p e r s o n a l s a n i t a r i o . La A s a m b l e a

G e n e r a l de las N a c i o n e s U n i d a s , en su trigésimo primer p e r i o d o de s e s i o n e s (diciembre de 1 9 7 6 )

r e c i b i ó información sobre las m e d i d a s adoptadas y’ en su r e s o l u c i ó n 3 l / 8 5 , invitó a la OMS a

p r e p a r a r un p r o y e c t o de código de ética m é d i c a p e r t i n e n t e para la p r o t e c c i ó n de las p e r s o n a s

s o m e t i d a s a cualquier forma de d e t e n c i ó n o p r i s i ó n , contra la tortura y otros tratos o penas

c r u e l e s , inhumanos o d e g r a d a n t e s .

6. D e s p u é s de examinar este a s u n t o , la 30 A s a m b l e a M u n d i a l de la Salud (mayo de 1 9 7 7 ) aprobó

la r e s o l u c i ó n W H A 3 0 . 3 2 por la q u e p e d í a al D i r e c t o r G e n e r a l , en p a r t i c u l a r , q u e , antes de trans-

m i t i r l o s a la A s a m b l e a G e n e r a l de las N a c i o n e s U n i d a s , s o m e t i e s e a la c o n s i d e r a c i ó n del Consejo

E j e c u t i v o , en una r e u n i ó n u l t e r i o r de é s t e , el e s t u d i o e m p r e n d i d o por el COICM y las correspon-

d i e n t e s c o n c l u s i o n e s .

II. EL E S T U D I O DEL COICM

7 . El e s t u d i o del COICM, titulado "La función del p e r s o n a l de salud en la p r o t e c c i ó n a las

p e r s o n a s contra la tortura y otros tratos y penas c r u e l e s , inhumanos o d e g r a d a n t e s " , emprendido

a p e t i c i ó n de la OMS, figura en el A n e x o del p r e s e n t e informe y lleva como a p é n d i c e el documen-

to que el COICM envió a 205 institutos y organizaciones, de los cuales un 2 5 % , a p r o x i m a d a m e n t e ,

r e s p o n d i e r o n a Xas p r e g u n t a s que se les formulaban; en el c u r s o del mes p r ó x i m o se espera reci-

bir m u c h a s m á s c o n t e s t a c i o n e s . P a r e c e , sin e m b a r g o , que las r e s p u e s t a s recibidas hasta ahora

r e p r e s e n t a n todas las tendencias de o p i n i ó n p o s i b l e s .

8 . Los cinco p r i m e r o s p á r r a f o s del estudio del COICM c o n s t i t u y e n la introducción; el análisis

de las r e s p u e s t a s aparece en los p á r r a f o s 6 a 1 6 . Los p á r r a f o s 17 a 23 c o n t i e n e n las observa-

ciones sobre esas r e s p u e s t a s , y en los p á r r a f o s 24 a 28 se sugieren cinco p r i n c i p i o s . Los dos

ú l t i m o s p á r r a f o s (29 y 3 0 ) p r o p o n e n varias m e d i d a s de acción f u t u r a .

III. R E C O M E N D A C I O N E S

9 . El D i r e c t o r G e n e r a l no formula ninguna o b s e r v a c i ó n de fondo sobre el e s t u d i o , que se basa

en la r e s p u e s t a de d i s t i n t o s institutos y o r g a n i z a c i o n e s a una serie de p r e g u n t a s formuladas

por el C O I C M . El D i r e c t o r G e n e r a l ha tomado nota de q u e , por diversos p r o b l e m a s de procedi-

m i e n t o , sólo un 25% de las instituciones interrogadas p u d i e r o n e x p r e s a r una o p i n i ó n autorizada

hasta el m o m e n t o de la p r e s e n t a c i ó n del e s t u d i o .

1 0 . El D i r e c t o r General s u s c r i b e la p r o p u e s t a formulada en el p á r r a f o 30 de la sección "Me-

didas p r o p u e s t a s " y, s i el C o n s e j o también lo a p r u e b a , el D i r e c t o r G e n e r a l adoptará las dispo-

siciones n e c e s a r i a s para invitar al COICM y a la A s o c i a c i ó n Médica M u n d i a l a que emprendan la

labor sugerida en d i c h o p á r r a f o , y p r e s e n t a r á al S e c r e t a r i o G e n e r a l de las Naciones Unidas el

informe c o r r e s p o n d i e n t e .

El d o c u m e n t o se d i s t r i b u y ó a los m i e m b r o s del Consejo tal y como se había presentado al

C o n g r e s o , y no como d o c u m e n t o del Consejo E j e c u t i v o .

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EB61/35

Página 3

A N E X O

C O N S E J O DE ORGANIZACIONES

INTERNACIONALES DE

CIENCIAS MEDICAS

Fundado bajo los auspicios

Organización Mundial de la

y de la UNESCO

La función del personal de salud en la protección de las personas contra

la tortura y otros tratos o penas c r u e l e s , inhumanos o degradantes

de la

Salud

1. En el d o c u m e n t o adjunto (CIOMS/HE/P.1) se reseñan las circunstancias en las que la OMS pi-

dió al COICM que e s t u d i a s e la cuestión indicada (párr. 10) y se resumen las actividades inter-

nacionales precedentes (párrs. 1 - 9 ) .

2. El C O I C M , en su décima Asamblea General, celebrada en noviembre de 1976, pidió al Secreta-

rio Ejecutivo que d i s t r i b u y e s e el documento CIOMS/HE/P.1 a todas las organizaciones miembros y

demás entidades interesadas, con objeto de recibir sus observaciones, y que transmitiera a la

OMS un análisis de las respuestas recibidas•

3. En d i c i e m b r e de 1976 se envió el doc u m e n t o , acompañado de una carta de presentación,a 205

organismos e institutos, de los cuales alrededor de la mitad n o han contestado, a pesar de los

recordatorios que se les han d i r i g i d o . De las 104 respuestas recibidas, exactamente la mitad

indicaban que la organización era incompetente para expresar una opinión sobre el p a r t i c u l a r ,

pero en muchas se reconocía la gran importancia de la cuestión y se encomiaba la iniciativa del

C O I C M .

4 . De las entidades que manifestaron su intención de participar en el estudio, la mayoría son

organizaciones no gubernamentales que mantienen relaciones oficiales con la OMS, o miembros del

COIСМ, o ambos a la v e z . Esas organizaciones n o t i e n e n , por lo g e n e r a l , personal de secretaría

remunerado, y sus consejos o comités ejecutivos se reúnen a intervalos de u n o , dos e incluso

tres a ñ o s . El personal honorario d e dichas instituciones no suele estimarse competente para

expresar una opinión sobre un tema tan alejado de sus intereses habituales como el de la ética

médica sin que medie una decisión d e sus comités e j e c u t i v o s . Por lo d e m á s , apenas cabe esperar

que haya unanimidad en relación con ciertos aspectos del p r o b l e m a . En esas c i r c u n s t a n c i a s , es

probable que el tiempo necesario para obtener respuestas definitivas de la mayoría de las orga-

nizaciones n o gubernamentales que representan al personal sanitario d e las distintas especiali-

dades deba calcularse en años, y no en m e s e s .

5# En los párrafos 17-26 del documento CIOMs/нЕ/Р.1 se formulan varias preguntas en relación

con los aspectos éticos de la participación del personal sanitario en las circunstancias si-

guientes : alimentación forzada de los presos o detenidos en huelga de hambre; castigos corpo-

rales ; r e c l u s i ó n en celda oscura; reclusión en celda oscura; reclusión en condiciones m u y res-

trictivas o reducción de la dieta (ambas autorizadas en las Reglas Mínimas de las Naciones Uni-

das para el T r a t a m i e n t o d e los Reclusos); uso de medios físicos o químicos d e coerción; coac-

ción d u r a n t e los interrogatorios; uso de otros procedimientos de interrogatorio; responsabili-

dad del m é d i c o frente a las personas farmacodependientes en los países donde la farmacodepen-

dencia es delito; castración, en c a s o de reincidencia en delitos contra el p u d o r , a petición

del autor; experimentos biomédicos con presos v o l u n t a r i o s .

Análisis de las respuestas

6. Tortura: En el d o c u m e n t o CIOMs/нЕ/Р.1 consta el texto d e la "Declaración de las Naciones

Unidas sobre la Protección de todas las Personas contra la Tortura" (1975) y el de la "Declaración

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A n e x o

d e T o k i o " d e la A s o c i a c i ó n Médica M u n d i a l (1975). En ninguna d e las r e s p u e s t a s se formularon

o b s e r v a c i o n e s acerca d e la D e c l a r a c i ó n d e las N a c i o n e s U n i d a s ni d e la condena formulada en la

D e c l a r a c i ó n d e T o k i o contra la p a r t i c i p a c i ó n d e los m é d i c o s en c u a l q u i e r forma d e t o r t u r a .

1• A l i m e n t a c i ó n forzada: E n el A r t í c u l o 5 d e la D e c l a r a c i ó n d e T o k i o se e s t a b l e c e que no se

a l i m e n t a r á a r t i f i c i a l m e n t e al p r e s o que rechace todo a l i m e n t o y a q u i e n el m é d i c o c o n s i d e r e

capaz d e juzgar sana y r a c i o n a l m e n t e sobre las c o n s e c u e n c i a s d e ese rechazo v o l u n t a r i o d e ali-

m e n t o s . La decisión acerca d e la c a p a c i d a d del r e c l u s o para ese tipo d e juicio se verá c o n f i r -

mada p o r otro m é d i c o i n d e p e n d i e n t e , por lo m e n o s • El médico explicará al p r e s o las consecuen-

cias d e l r e c h a z o d e a l i m e n t o s .

Se e x p u s i e r o n opiniones d i a m e t r a l m e n t e opuestas acerca d e esta c u e s t i ó n . Para algunos

podría ser n e c e s a r i o r e c u r r i r a la a l i m e n t a c i ó n forzada si "la vida del r e c l u s o c o r r i e s e peli-

g r o " . S e g ú n otra d e las r e s p u e s t a s , esa p r á c t i c a es c o n g r u e n t e con la ética m é d i c a que impone

salvar la v i d a . Se afirmó también que la a l i m e n t a c i ó n forzada d e los presos en huelga d e ham-

bre es " c o n f o r m e a las normas y prácticas éticas tradicionales en m e d i c i n a " . En contra d e la

a l i m e n t a c i ó n forzada, se a r g u y o que es "contraria a la ética m é d i c a " y que representa una "vio-

lación d e los d e r e c h o s h u m a n o s " . En una d e las respuestas se i n d i c ó que la a l i m e n t a c i ó n forza-

da sólo se justifica si "el m é d i c o ve al p a c i e n t e por primera v e z , en estado d e i n c o n c i e n c i a ,

o si el p r e s o p a d e c e una e n f e r m e d a d m e n t a l , diagnosticada por un c o m i t é m é d i c o i n d e p e n d i e n t e " .

Otro d e los puntos d e vista expuestos es que a n t e la a l i m e n t a c i ó n forzada "el m é d i c o d e b e ac-

tuar según su c o n c i e n c i a " .

8 . C a s t i g o s corporales: Esta forma d e c a s t i g o se p r o h i b e en las Reglas Mínimas para el Tra-

t a m i e n t o d e los R e c l u s o s , y está autorizada en tan pocos países que el problema es casi pura-

m e n t e retórico; sin e m b a r g o , es i n d u d a b l e q u e a veces se i n f l i g e n ilegalmente malos tratos a

los p r e s o s , p e r o en estos casos n o se plantea el problema d e la p a r t i c i p a c i ó n d e los m é d i c o s .

En todas las r e s p u e s t a s se d e p l o r ó que h u b i e s e castigos c o r p o r a l e s y en la casi totalidad

se i n d i c o que un m é d i c o faltaba a la ética si certificaba que una persona estaba en condiciones

d e r e c i b i r esos castigos o p r e s e n c i a b a su a d m i n i s t r a c i ó n . Se formularon unas c u a n t a s r e s e r v a s ,

todas ellas a favor del p r e s o , en p a r t i c u l a r las siguientes : "en términos g e n e r a l e s , podría

ser aún más p e r j u d i c i a l no r e c u r r i r a un m é d i c o cuando se lo n e c e s i t e " y "tal vez fuese p o s i b l e

a p r o b a r la p r e s t a c i ó n d e asistencia médica con la clara conciencia y la buena intención d e ali-

viar el d a ñ o causado al p r e s o " .

9 . Celda oscura: El tenor d e las respuestas sobre la p a r t i c i p a c i ó n d e los m é d i c o s en esta

forma d e c a s t i g o , que también se prohibe en las Reglas M í n i m a s , es el m i s m o que el d e las rela-

tivas a los castigos c o r p o r a l e s .

1 0 . R e c l u s i ó n en c o n d i c i o n e s r e s t r i c t i v a s o reducción de la d i e t a : Las opiniones sobre la

i n t e r v e n c i ó n d e los m é d i c o s en este tipo d e c a s t i g o s , a u t o r i z a d o s en las Reglas M í n i m a s , esta-

ban m u y d i v i d i d a s . M i e n t r a s que algunos c a l i f i c a b a n d e falta d e ética la i n t e r v e n c i ó n de un

m é d i c o p a r a d i c t a m i n a r que un p r e s o está en condiciones d e s o p o r t a r o seguir s o m e t i d o a esos

c a s t i g o s , otros c o n s i d e r a b a n que la vigilancia médica "está d e s t i n a d a a p r o t e g e r a los presos

y , por t a n t o , es inobjetable"; se expresaron a s i m i s m o algunas opiniones e q u í v o c a s .

1 1 . Coerción: Casi la m i t a d d e las organizaciones no formularon ninguna o b s e r v a c i ó n al res-

p e c t o . De las d e m á s , una r e s u m i ó p e r f e c t a m e n t e la opinión g e n e r a l : "Deben seguirse los mismos

c r i t e r i o s que se aplican en los hospitales a los pacientes p e r t u r b a d o s " .

1 2 . Interrogatorio bajo coacción: Ser condenó por unanimidad toda p a r t i c i p a c i ó n d e médicos en

los i n t e r r o g a t o r i o s por p r o c e d i m i e n t o s calificados d e tortura por la Comisión Europea d e Dere-

chos H u m a n o s del Consejo d© E u r o p a . Estas practicas comprenden : m a n t e n e r al p r è s o d© pie c o n-

tra la p a r e d , vendarle los ojos, p r i v a r l e d e s u e ñ o , exponerle a un ruido c o n t i n u o y reducir su

d i e t a .

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Anexo

13. Otros procedimientos de interrogatorio: En particular, la vigilancia de las reacciones

fisiológicas provocadas por ciertas preguntas ("detectores de mentiras"), y la administración

de medicamentos soporíferos o psicoactivos ("suero de la verdad"). Se registró un rechazo

prácticamente unánime de la participación de los médicos en estos procedimientos, según se des-

prende de las observaciones siguientes: "Es contrario a la ética servirse de los conocimientos

médicos o de medicamentos para facilitar el interrogatorio"; "contrario a la ética"; "los mé-

dicos no deben ••• tener nada que ver con esto"; "no es lógico que intervenga un médico"; "son

atentados contra la integridad de la persona y, por consiguiente, contrarios a la ética". En

una de las respuestas se aceptaba la participación de un médico en la vigilancia fisiológica,

pero no en la administración de medicamentos para modificar las funciones mentales.

14. Personas farmacodependientes: La cuestión que se plantea en este caso es esencialmente

la de la responsabilidad ética de un médico al que una persona farmacodependiente recurre en

busca de asistencia, en un país donde la farmacodependencia, o la mera posesión de drogas cau-

santes de dependencia, es delito. En todas las respuestas se convino en que la farmacodepen-

dencia es una enfermedad y no un delito, y en la siguiente observación se resume la opinión de

la mayoría: "La primera obligación del médico es para con su paciente’,• Se expresó también

el punto de vista de que "el médico está obligado a respetar la legislación nacional en rela-

ción con la toxicomanía, pero debe obrar a favor de la supresión de las leyes que prescriben

sanciones penales’,.

15. Castración de personas que cometen delitos contra el pudor: Este asunto guarda relación

con la ética de la castración quirúrgica practicada por un médico en un reincidente en este

tipo de delitos a petición escrita de éste y previo cumplimiento de todos los requisitos lega-

les . Las opiniones sobre el particular estaban muy divididas; en algunas respuestas se señala

la carencia de pruebas científicamente válidas de que el procedimiento es eficaz para prevenir

nuevos delitos.

16. Experimentos biomédicos con presos: Tampoco en este caso hubo coincidencia de opinión.

Algunos sostenían que no era posible obtener realmente el libre consentimiento de los presos.

Se opinó, por otra parte, que "la práctica de investigaciones no terapéuticas con participa-

ción de presos es tan aceptable, desde el punto de vista ético, como la ejecución de las mis-

mas investigaciones con sujetos en libertad, a condición de que se cumplan ciertos requisitos

claramente especificados". Se expresó además la siguiente opinión equívoca: M

E n este sector

incierto, es imposible afirmar con seguridad qué es ético y qué no lo es".

Discusión y conclusiones

17. Por las razones expuestas en el párrafo 4, sólo una minoría de organizaciones había res-

pondido al cuestionario en el momento de la preparación del presente informe. Por lo demás,

la cuestión de los "principios de ética médica que se considerasen aplicables para asegurar la

protección de las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión contra las tortu-

ras y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes" está plagada de dificultades : las orga-

nizaciones responsables no están dispuestas a dar una opinión precipitada sobre sus numerosas

facetas, y necesitan tiempo para examinar y analizar cada una de ellas, o incluso para decidir

si les incumbe dar su punto de vista al respecto. Así, por ejemplo, dos organizaciones no gu-

bernamentales importantes que han manifestado un profundo interés en estas cuestiones son la

Asociación Médica Mundial y el Comité Internacional de la Cruz Roja. El documento del COICM

se presentó en la Asamblea Médica Mundial celebrada en Dublin el mes de septiembre de 1977,

pero en el momento de la preparación del presente informe no se había recibido aún observación

alguna. La División Médica del Comité Internacional de la Cruz Roja expresó también vivo in-

terés en las cuestiones que se planteaban en el documento del COICM, indicó que las "sigue muy

de cerca" y comunicó al COICM que un comité de la Cruz Roja de asuntos relacionados con la tor-

tura estudiaría los puntos 17 a 26 de dicho documento. Sin embargo, las respuestas recibidas

hasta ahora, a pesar de su número relativamente reducido, son probablemente representativas de

todas las opiniones.

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EB61/35

Página 6 Anexo

18. La ausencia en las respuestas de observaciones sobre la tortura en el sentido que se le

da en la Declaración de las Naciones Unidas puede interpretarse como una aprobación de la

Declaración de Tokio de la Asociación Médica Mundial (1975) acerca de la tortura tal y como

se la define en la Declaración de las Naciones Unidas (1975).

19• Hay también acuerdo general respecto de la condena, por parte de la Comisión de Derechos

Humanos del Consejo de Europa, de varios procedimientos de interrogatorio intensivo, y el con-

siguiente rechazo de toda participación de médicos en dichas prácticas.

2 0 . En cuanto a la alimentación forzada, es evidente que las opiniones están muy divididas.

Por lo d e m á s , independientemente de que se encuentre o no justificación ética a la alimenta-

ción forzada de los presos, es indudable que no persigue la finalidad de perjudicar al reclu-

so , s i n o de proteger su salud y su vida. Por estas razones, sería muy poco oportuno que los

"principios de ética médica" aplicables a los presos comprendiesen alguna referencia a la ali-

mentación forzada, pese a que este procedimiento plantea, sin duda alguna, difíciles proble-

mas de ética m é d i c a . Conviene hacer notar que las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas no

contienen ninguna referencia a la alimentación forzada.

2 1 . Como los castigos corporales y la reclusión en una celda obscura son prácticas prohibi-

das en las Normas Mínimas, se estima que toda participación de médicos en la aplicación de

estas penas sería contraria a la ética médica.

2 2 . Las cuestiones de la participación de los médicos en la reclusión en condiciones restric

tivas y en la reducción de la dieta no pueden abordarse desde un punto de vista puramente cua-

litativo. A s í , pues, sería difícil sostener que la imposición por 24 horas de cualquiera de

estas dos penas constituiría un "trato cruel, inhumano o degradante", y es sumamente improba-

ble que se solicite la opinión de un médico en estas circunstancias. S6lo cuando estos casti-

gos se imponen por periodos que entrañan un riesgo para la salud física o mental, hay probabi-

lidades de que se busque la aprobación del médico, cuya respuesta no podrá constituir mucho

más que una opinión más o menos fundada acerca de las consecuencias probables para la salud

de tratos como la reclusión en condiciones restrictivas y la reducción de la dieta en cada

caso particular; por consiguiente la participación de un médico tendrá por único efecto real

que ciertas prácticas,que muy bien pudieran ser nocivas para la salud, adquirirán la aparien-

cia de procedimientos aceptables desde el punto de vista médico. Acaso sea necesario aislar

a los reclusos cuya violencia supone una amenaza para los demás prisioneros pero, en ausencia

de una enfermedad psiquiátrica declarada, no hay ningún problema m é d i c o .

2 3 . La castración de las personas que han cometido delitos contra el pudor, a petición de

las m i s m a s , el tratamiento de individuos farmacodependientes y los experimentos biomédicos

con reclusos voluntarios son problemas de un orden tan distinto que resulta inoportuno hacer

referencia específica a ellos en un código de principios de ética m é d i c a . Por el contrario,

habría que abordarlos teniendo en cuenta los principios generales que se acuerden conforme a

los lineamientos del presente estudio.

Algunos principios propuestos

2 4 . La participación, activa o pasiva, de médicos o de personal sanitario de otras catego-

rías en cualquier forma de tortura, tal y como se la define en la Declaración de las Naciones

Unidas sobre la tortura (1975 ) y en la decisión de la Comisión Europea de Derechos Humanos

del Consejo de Europa (1976), es una violación flagrante de los principios de ética médica.

2 5 . Es contrario a la ética médica que los médicos o el personal sanitario de otras catego-

rías tengan con las personas reclusas o arrestadas una relación distinta de la relación médi-

c a , es d e c i r , la que tiene por finalidad proteger o mejorar la salud "de la persona presa o

arrestada" y como tal se aceptaría fuera del medio carcelario.

2 6 . Por consiguiente, es también contrario a la ética médica que los médicos o el personal

sanitario de otras categorías contribuyan con sus conocimientos o aptitudes a la aplicación

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Página 7

A n e x o

de ciertos m é t o d o s de i n t e r r o g a t o r i o , o a la selección de las p e r s o n a s presas o a r r e s t a d a s a

las que se infligirá alguna forma de c a s t i g o .

2 7 . La p a r t i c i p a c i ó n de m é d i c o s o de p e r s o n a l s a n i t a r i o de otras categorías en la a p l i c a c i ó n

de p r o c e d i m i e n t o s coercitivos a p e r s o n a s violentas presas o a r r e s t a d a s no es conforme a la

ética m é d i c a , a m e n o s que la p a r t i c i p a c i ó n se funde en criterios p u r a m e n t e m é d i c o s y redunde

en b e n e f i c i o de la salud y la seguridad del propio p r e s o , de los demás r e c l u s o s o de sus

g u a r d i a s .

2 8 . En los casos en q u e se e m p l e e la fuerza para o b l i g a r al m é d i c o a que c o n t r a v e n g a los

p r i n c i p i o s a n t e d i c h o s , su intervención estará d e t e r m i n a d a por la voluntad de p r o t e g e r al p r e s o

y de limitar en todo lo p o s i b l e los efectos nocivos para la salud de cualquier trato cruel que

no esté a su alcance i m p e d i r .

M e d i d a s p r o p u e s t a s

2 9 . La D e c l a r a c i ó n de T o k i o de la A s o c i a c i ó n Médica Mundial se acepta a m p l i a m e n t e como una

m a n i f e s t a c i ó n oficial y autorizada de repudio de toda p a r t i c i p a c i ó n d e m é d i c o s en actos de

tortura, y r e p r e s e n t a el d o c u m e n t o básico en este s e c t o r . No o b s t a n t e , dos de sus aspectos

son s u s c e p t i b l e s de crítica: en primer lugar, cabe poner en duda la justificación de un re-

p u d i o incondicional de la a l i m e n t a c i ó n forzada de los presos; en segundo lugar, no se facilita

ninguna o r i e n t a c i ó n acerca de los "sectores imprecisos" (que son justamente a q u e l l o s en los

que más falta hace la o r i e n t a c i ó n ) , es d e c i r , sobre los tratos q u e , aun siendo c r u e l e s , no

llegan a ser actos de t o r t u r a .

3 0 . La O r g a n i z a c i ó n Mundial de la Salud quizá estime oportuno estudiar la posibilidad de pa-

trocinar una acción conjunta de la A s o c i a c i ó n M é d i c a Mundial y el COICM, con objeto de que

ambas o r g a n i z a c i o n e s amplíen y comenten la D e c l a r a c i ó n d e Tokio y e s t a b l e z c a n un texto que

permita atender en forma m á s completa las d i v e r s a s peticiones q u e , a este respecto, la A s a m b l e a

General de las N a c i o n e s Unidas ha formulado a la O M S .

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EB61/35 Página 8 Anexo

APENDICE

CONSEJO DE ORGANIZACIONES

INTERNACIONALES DE

CIENCIAS MEDICAS

Fundado bajo los auspicios de la

Organización Mundial de la Salud

y de la U N E S C O

C I O M S / H E / P . I

LA FUNCION DEL PERSONAL DE SALUD EN LA PROTECCION DE LAS PERSONAS CONTRA

LA TORTURA Y OTROS TRATOS O PENAS CRUELES, INHUMANOS O DEGRADANTES

I• Antecedentes de la consulta formulada por la Organización Mundial de la

Salud al Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas

1. Las palabras "torturas y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes" que figu-

ran en el título general del presente documento aparecieron por primera vez, aunque en forma

algo diferente,1 en el Artículo 5 de la Declaración Universal de Derechos Humanos,^ que dice así :

"Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes."

La misma formulación se repite en el Artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civi-

les y Políticos.

Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos

2. En 1955 se celebró el primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito

y Tratamiento del Delincuente. En este Congreso se adoptaron las ’,Reglas mínimas para el tra-

tamiento de los reclusos", que son en total 9 4 . Las reglas 22-26 inclusive se refieren a los

"Servicios Médicos", pero hay muchas otras sobre cuestiones directamente relacionadas con la

salud de los presos, y en algunas de ellas se menciona expresamente el papel del funcionario

médico en diversas situaciones. En septiembre de 1975 tuvo lugar el quinto de esos Congresos,

que han venido celebrándose regularmente cada cinco años.

Petición de las Naciones Unidas a la QMS

3. En 1974, la Asamblea General de las Naciones Unidas abordó por primera vez la cuestión

concreta de la función del médico, en relación con la tortura, invitando a la OMS a que redac-

tase, teniendo en cuenta "las diversas declaraciones sobre ética médica adoptadas por la Asam-

blea Médica Mundial" y en colaboración con otras organizaciones competentes, M

u n bosquejo de

los principios de ética médica, que sean pertinentes a la protección de las personas sometidas

a cualquier forma de detención o prisión, contra la tortura y otros tratos o penas crueles,

inhumanos o degradantes".^ Se invitó también a la OMS a señalar ese bosquejo a la atención del

Quinto Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuen-

te, con miras a prestar asistencia al Congreso para que "en la elaboración de las Reglas Míni-

mas para el Tratamiento de los Reclusos" incorporara "normas para la protección de todas las

personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión, contra la t o r t u r a . . .M

.

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E B 6 1 / 3 5

Página 9

A n e x o

A p é n d i c e

A c c i ó n de la OMS

4 . El Director General de la OMS informó de esta invitación al Consejo E j e c u t i v o de la Orga-

nización y , a petición del C o n s e j o , comunicó sus términos a todos los E s t a d o s M i e m b r o s de la

OMS, a la Organización Internacional del T r a b a j o , a la U N E S C O , a la A s o c i a c i ó n Médica M u n d i a l ,

y a otras 42 organizaciones internacionales no g u b e r n a m e n t a l e s que m a n t i e n e n r e l a c i o n e s ofi-

ciales con la OMS,incluido el Consejo Internacional de O r g a n i z a c i o n e s de C i e n c i a s M é d i c a s , in-

vitándoles a formular o b s e r v a c i o n e s .

5 . Era la primera vez que la OMS intervenía en a c t i v i d a d e s r e l a c i o n a d a s con la ética m é d i c a ,

y lo mismo puede d e c i r s e , con toda p r o b a b i l i d a d , de una gran mayoría de las o r g a n i z a c i o n e s no

gubernamentales cuyas observaciones se solicitaron, con las n o t a b l e s e x c e p c i o n e s de la A s o c i a -

ción Médica M u n d i a l y del C I O C M . Esto e x p l i c a , sin d u d a , el pequeño número de r e s p u e s t a s que

se r e c i b i e r o n . A d e m á s , en la C o n s t i t u c i ó n de la OMS no se enuncia la ética médica como una d e

las esferas de actividad de la Organización ni se le reconocen a ésta a t r i b u c i o n e s para actuar

como portavoz de la profesión m é d i c a , que es solamente una - aunque sea la p r e d o m i n a n t e - d e

las numerosas profesiones que participan en la planificación y la e j e c u c i ó n de los p r o g r a m a s

de la O M S . Sin e m b a r g o , la finalidad de la O M S , según se declara en el A r t í c u l o 1 de su Cons-

titución, es "alcanzar para todos los pueblos el grado m á s alto de salud", sin exclusión de

n i n g ú n grupo e s p e c i a l , como el de los p r e s o s .

6 . E n esas c i r c u n s t a n c i a s , la OMS estimó que la mejor manera de responder a la invitación de

las N a c i o n e s Unidas sería la preparación de un estudio,^ basado f u n d a m e n t a l m e n t e en la b i b l i o -

grafía disponible sobre las d i v e r s a s situaciones en que puede m e d i a r la intervención médica en

relación con reclusos, y en las que pueden plantearse problemas de ética m é d i c a . E s t a s situa-

ciones incluían los m é t o d o s empleados con los d e l i n c u e n t e s q u e sufren t r a s t o r n o s m e n t a l e s o con

los toxicómanos, el empleo de la alimentación artificial para los p r i s i o n e r o s en huelga de h a m -

bre r los c a s t i g o s , los métodos de c o e r c i ó n , los métodos de interrogatorio i n t e n s i v o , y los ex-

perimentos médicos practicados con r e c l u s o s . Se indicó que si bien la OMS sentía una legítima

preocupación por la salud de los presos, ya que son un elemento integrante de " t o d o s los pue-

blos" , n o tenía mandato alguno para representar el parecer de los m é d i c o s ni de ninguna otra

clase de personal de salud en materia de ética p r o f e s i o n a l .

7 . El estudio de la OMS se presentó al Q u i n t o Congreso de las N a c i o n e s U n i d a s sobre Preven-

ción del Delito y T r a t a m i e n t o d e l D e l i n c u e n t e , y , m á s t a r d e , al 3 0° periodo de sesiones de la

Asamblea General de las Naciones U n i d a s , d o n d e no fue recibido con gran e n t u s i a s m o , ya q u e , al

p a r e c e r , algunos d e l e g a d o s estimaron que la OMS había soslayado el problema y q u e , en lugar de

elaborar unos principios de ética m é d i c a , había aportado una exposición de h e c h o s , sobre el

tratamiento de p r e s o s , que entrañaba problemas de ética m é d i c a .

La Declaración de Tokio de la A s o c i a c i ó n Médica Mundial

8 . En respuesta a la invitación de la OMS, para que formulara o b s e r v a c i o n e s , la A s o c i a c i ó n

Médica M u n d i a l , llevó el asunto ante su Consejo en m a r z o de 1 9 7 5 . El C o n s e j o p r e p a r ó , para su

consideración por la Asamblea Médica M u n d i a l , un proyecto de " N o r m a s d i r e c t i v a s para m é d i c o s

con respecto a la tortura y otros tratos crueles inhumanos o d e g r a d a n t e s , o c a s t i g o s i m p u e s t o s

sobre personas d e t e n i d a s o e n c a r c e l a d a s " . E s a s n o r m a s , con pequeñas e n m i e n d a s , fueron a d o p t a -

das por la 2 9a

Asamblea Médica M u n d i a l en T o k i o , en octubre de 1977, y c o n s t i t u y e n la "Decla-

ración de T o k i o " E n el segundo párrafo d e l preámbulo de esta D e c l a r a c i ó n figura una d e f i n i -

ción de la tortura, que dice así:

"Para el propósito de esta Declaración, se d e f i n e la tortura como el sufrimiento fí-

sico o mental infligido en forma d e l i b e r a d a , sistemática o caprichosa por una o m á s per-

sonas actuando solas o bajo las órdenes de cualquier a u t o r i d a d , con el fin de forzar a

otra persona a dar informaciones, a hacerla confesar o por cualquier otra razón."

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Anexo

Apéndice

La Declaración de las Naciones Unidas

9• El Quinto Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del

Delincuente adoptó una "Declaración sobre la protección de todas las personas contra la tortu-

ra y otros tratos o penas crueles, inhumano s o degradantes", que contiene 12 artículos, el pri

m e r o de los cuales da la siguiente definición de la tortura :^

"1. A los efectos de la presente Declaración, se entenderá por tortura todo acto por el

cual un funcionario público, u otra persona a instigación suya, inflija intencionalmente

a una persona penas o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obte-

ner de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que ha

ya cometido o se sospeche que ha cometido, o de intimidar a esa persona o a otras. No se

considerarán tortura las penas o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de la pri-

vación legítima de la libertad, o sean inherentes o incidentales a ésta, en la medida en

que estén en consonancia con las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos.

2. La tortura constituye una forma agravada y deliberada de trato o pena cruel, inhuma-

no o degradante.1 1

La Asamblea General de las Naciones Unidas

también a la OMS a que prestara "nueva atención

ética médica en relación con este asunto".^

Petición de la OMS a la CIOCM

adoptó esta Declaración sin votación e invitó

al estudio y elaboración de los principios de

10. Con el fin de dar cumplimiento a la invitación contenida en la resolución 3453 (XXX), la

OMS ha pedido a la CIOCM que le preste asistencia solicitando el parecer de sus miembros y de

las demás organizaciones no gubernamentales o gubernamentales, instituciones, o individuos in-

teresados en la materia, acerca de la protección de todas las personas contra la tortura y

otros tratos o penas crueles inhumanos o degradantes, con particular referencia a las obliga-

ciones éticas de las profesiones médica y afines.

II. Observaciones

11. El objetivo declarado de la petición original dirigida por la Asamblea General de las

Naciones Unidas en el sentido de que se preparara un bosquejo de principios de ética médica es-

tribaba en obtener asistencia en la elaboración de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de

los Reclusos, reglas para la protección, de todas las personas sometidas a cualquier forma de

detención o prisión, contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes

Como se ha señalado ya, existen actualmente dos declaraciones internacionales de carácter ofi-

cial sobre la tortura, una de ellas gubernamental (NU) y otra no gubernamental (AMM). Ambas

contienen definiciones de la tortura, de formulación diferente pero en modo alguno incompati-

bles , a u n q u e la definición de las Naciones Unidas se refiere a "penas o sufrimientos graves,丄。

ya sean físicos o mentales", mientras que en la de la A M M se habla simplemente de "sufrimiento

físico o m e n t a l " . En ninguna de las dos declaraciones se trata de definir los "tratos o casti-

gos crueles, inhumanos o d e g r a d a n t e s " . U La Declaración de las Naciones Unidas se refiere a

la tortura infligida por "un funcionario público, u otra persona a instigación suya", mientras

que la de la A M M se refiere a la posición ética del médico en una situación en la que se em-

plean - o s e amenaza con emplear - la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o de-

gradantes.

12. La definición de las Naciones Unidas contiene la siguiente reserva :

"No se considerarán tortura las penas o sufrimientos que sean consecuencia únicamente

de la privación legítima de la libertad, o sean inherentes o incidentales a ésta, en la

medida en que estén en consonancia con las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos.

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Anexo

Apéndice

Esa reserva, pese a su m a n i f i e s t a i m p o r t a n c i a , no simplifica, ciertamente la definición

de lo que es "cruel, inhumano o d e g r a d a n t e " , porque entraña el reconocimiento de que cierto

grado de pena o sufrimiento puede ser inevitable corolario del régimen de p r i s i ó n , y que esa

pena o sufrimiento es aceptable si no representa una infracción de las Reglas M í n i m a s . En esas

c i r c u n s t a n c i a s , un código de ética m é d i c a donde 110 se especificara en qué consisten los actos

o procedimientos que deben considerarse contrarios a la ética m é d i c a , resultaría m u y poco útil

para un profesional sanitario. La dificultad de elaborar un código de esta clase estriba en

que puede haber sinceras diferencias de opinión en cuanto a la ética de la participación del

personal sanitario en algunos actos o procedimientos causantes de pena o de sufrimiento, sin

llegar a la tortura, de la m i s m a m a n e r a que existen diferencias entre los diversos p a í s e s , y

en el seno de ellos, acerca de asuntos como la justificación ética de la pena de m u e r t e , el

aborto provocado y la e s t e r i l i z a c i ó n .

III. Disposiciones específicas de las Declaraciones de las N U y la A M M

13. En la Declaración de las N a c i o n e s Unidas n o se define ningún procedimiento específico co-

m o constitutivo de tortura u ôtro trato c r u e l , pero de su redacción se infiere que en ella se

aceptan las Reglas M í n i m a s para el Tratamiento de los Reclusos como norma de referencia, al me-

nos en algunos a s p e c t o s .

14. En la Declaración de Tokio de la Asociación M é d i c a M u n d i a l se excluye toda forma de par-

ticipación del m é d i c o en la tortura u otros procedimientos crueles, incluida la participación

pasiva por su sola presencia (Artículos 1 y 3 ) , Se excluye además la posibilidad de que el mé-

dico provea "ningún lugar, i n s t r u m e n t o , sustancia o conocimiento" para facilitar la práctica de

la tortura o para quebrantar la capacidad de resistencia a la m i s m a (Artículo 2 ) . El único pro-

cedimiento específico que se m e n c i o n a es la alimentación "artificial" ( f o r z a d a ) , ^ a la que se

dedica todo un artículo (5). A primera vista n o se ve m u y claramente por qué hubo que dedicar

una m e n c i ó n particular a este p r o c e d i m i e n t o , cuya finalidad estriba en salvar la v i d a , y no en

infligir dolor o s u f r i m i e n t o . Ni en la Declaración de las N a c i o n e s Unidas n i en las Reglas

M í n i m a s se contiene referencia alguna a la alimentación a r t i f i c i a l . En el artículo correspon-

diente de la Declaración de la A M M se dispone que cuando un preso se niegue a aceptar a l i m e n t o ,

el médico deberá explicarle las consecuencias de su rechazo. Si el médico considera al preso

"capaz de comprender racional y sanamente las consecuencias" del r e c h a z o , y confirma esa opi-

nión "otro médico ajeno al c a s o " ,el preso "no deberá ser alimentado artificialmente"•

15. Esa repudiación categórica de la alimentación artificial de un preso que conserva su lu-

cidez al principio de su huelga de hambre plantea varios difíciles problemas de índole médica

y ética. Parece dudoso que todos los presos que mueran lentamente de inanición voluntaria

conserven su lucidez hasta el m o m e n t o de la m u e r t e . A d e m á s , si un médico u otro miembro del

personal sanitario ha de adoptar una actitud pasiva ante el lento suicidio por i n a n i c i ó n, ¿debe

ajustarse al mismo principio cuando se trate de un suicidio ejecutado por otros m e d i o s , como

por ejemplo seccionándose los vasos sanguíneos, el envenenamiento o el intento de m o r i r ahorca-

do? Parecería que la ética de la alimentación artificial tal vez debiera considerarse como un

caso especial de la tan debatida cuestión del "derecho a morir" más que como un aspecto de la

tortura. Cualquiera que sea el contexto en que se considere este p r o b l e m a , el m é d i c o se en-

cuentra frente a dos imperativos éticos que se excluyen m u t u a m e n t e , el p r i m e r o , su deber de ha-

cer todo lo posible para conservar la v i d a , y el segundo su obligación de respetar el derecho

de un paciente en la plenitud de sus facultades mentales de rechazar cualquier intento de in-

tervenir aunque sólo sea para salvarle la v i d a . Es posible que diferentes médicos puedan re-

solver con toda sinceridad ese dilema ético de maneras distintas, influyendo en ello, a c a s o ,

ciertos factores como la edad, la personalidad y la condición familiar de los p r e s o s , así como

la duración de las sentencias de p r i s i ó n .

I V , Reglas M í n i m a s para la Protección de los Reclusos

16. Las Reglas M í n i m a s se presentan como un m o d e l o , con la reserva formulada en las "obser-

v a c i o n e s preliminares" de que "debido a la gran variedad de condiciones j u r í d i c a s , sociales,

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EBól/35

Página 12

Anexo

A p é n d i c e

económicas y geográficas existentes en el m u n d o , no se pueden aplicar indistintamente todas

las reglas en todas partes y en todo tiempo". En las Reglas se incluyen requisitos (no expre-

sados en términos cuantitativos) de asistencia m é d i c a , acomodación, instalaciones sanitarias,

adiestramiento físico y recreativo, ropas y c a m a , n u t r i c i ó n , y el empleo de instrumentos de

coerción. Según la Regla 3 1 , "Las penas corporales, encierro en celda oscura, así como toda

sanción cruel, inhumana o degradante quedarán completamente prohibidas como sanciones discipli-

narias" . En la Regla 32 se autoriza al aislamiento riguroso o la reducción de la dieta a con-

dición de que el funcionario m é d i c o , habiendo examinado al prisionero, pueda certificar por es-

crito que es apto para soportar el castigo. La misma condición deberá aplicarse "a cualquier

otra sanción que pueda perjudicar la salud física o m e n t a l del recluso". El funcionario médi-

co deberá visitar todos los días a los presos sometidos a esas sanciones y advertir al direc-

tor de la cárcel si estima que por razones de salud la sanción debe modificarse o darse por

t e r m i n a d ae En las Reglas Mínimas se reconoce, pues, que algunas sanciones pueden resultar per-

judiciales para la salud física o m e n t a l , y que requieren la colaboración de un funcionario mé-

dico que certifique que los prisioneros son aptos para soportarlas. En la Regla 33 se prohibe

el uso de "medios de coerción", como las esposas o las camisas de fuerza, excepto en circuns-

tancias especificadas, entre ellas "por razones médicas y a indicación del m é d i c o " . No se ha-

ce ninguna referencia a la coerción química mediante la administración de sedantes o tranqui-

lizantes .

V . Cuestiones que se derivan de los actuales instrumentos o declaraciones

17. Alimentación forzada: ¿Debe considerarse como un procedimiento constituyente de "tortu-

ra y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes", según se desprende de la Declara-

ción de T o k i o , o en algún otro contexto? En este último caso, ¿es contraria a la ética médica

la participación del personal sanitario en la alimentación f o r z a d a ? 1 5

18. Sanciones corporales: Pese a que están rotundamente prohibidas en las Reglas Mínimas,

cuatro de los 62 países que contestaron al cuestionario enviado por el Secretario General de

las Naciones Unidas en 1964 indicaban que siguen aplicando penas corporales en el caso de gra-

ves atentados contra la d i s c i p l i n a . ^ ¿Falta a la ética médica el médico o miembro del perso-

nal sanitario en cuyo país la legislación autoriza las penas corporales, cuando certifica que

un preso es apto para resistir esas penas y/o asiste a la aplicación de las mismas?

19. Celda oscura: Esta pena está prohibida también por las Reglas Mínimas, pero dos países

notificaron su empleo, en uno de ellos previo examen físico seguido de una vigilancia médica

continua. En este caso se plantea la misma cuestión que en el anterior.

20. Aislamiento riguroso; reducción de la dieta: Ambos tratamientos se autorizan en las Re-

glas Mínimas a condición de una supervisión m é d i c a . ¿Es compatible esta supervisión con la

ética médica?

21. Coerción: La coerción individual, distinta de la coerción impuesta por el encierro en

una p r i s i ó n , puede ser necesaria en el caso de presos violentos o con tendencias a la autodes-

trucción, que constituyen una amenaza para los demás prisioneros, para sus guardianes o para

sí m i s m o s • ¿Es contrario a la ética médica recomendar el método de coerción más adecuado (no

en concepto de sanción), sea el aislamiento riguroso, la aplicación de ciertos aparatos (por

ejemplo, esposas), o la administración de m e d i c a m e n t o s , y mantener a esos presos bajo supervi-

sión médica en ausencia de indicios de enfermedad mental?

V I . Medidas no especificadas en los actuales instrumentos o declaraciones

22. Interrogatorios con coacción: Acerca de este punto puede hallarse una orientación en

una decisión reciente de la Comisión Europea de los Derechos Humano s, del Consejo de Europa,

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con ocasión de una queja

sostenía que los métodos

dos estaban en conflicto

así :

presentada por un

de interrogatorio

con el A r t í c u l o 3

EB61/35

Página 13

A n e x o

A p é n d i c e

estado europeo contra o t r o . El país denunciante

empleados por el país denunciado contra los deteni-

del Pacto Europeo sobre Derechos Humanos que dice-

t „ 1 7

"Nadie sera sometido a torturas ni a penas o tratos inhumanos o d e g r a d a n t e s .

La Comisión consideró, por u n a n i m i d a d , que el empleo combinado de cinco técnicas de inte-

rrogatorio (mantener al interrogado de pie contra la pared, taparle la cabeza con una capucha,

no dejarle dormir, exponerle a un ruido continuo y someterlo a una dieta reducida) con el fin

de obtener del interrogado información o confesión constituía una práctica de trato inhumano

y de tortura, en violación del A r t í c u l o 3 del P a c t o . Si se acepta esta d e c i s i ó n , se puede de-

cir que los médicos que colaboraron examinando a los detenidos antes y después del interroga-

torio actuaron en contra de los principios recogidos más tarde en la Declaración de Tokio y ,

por consiguiente, su comportamiento fue contrario a la ética.

2 3 . Otros procedimientos de interrogatorio: Se plantea la cuestión de si

ético el comportamiento del médico o de otro miembro del personal sanitario

cia a u n interrogatorio:

a ) vigilando las reacciones fisiológicas como, por e j e m p l o , la presión

so y la frecuencia de la respiración;

puede considerarse

que presta asisten-

s a n g u í n e a , el pul-

b) administrando medicamentos soporíferos o psicoactivos, no con fines terapéuticos sino

con miras a reducir la resistencia a la confesión o a la divulgación de informaciones.

24 Personas farmacodependientes; Existen considerables diferencias de opinión entre los

diversos países y en el seno de los mismos en cuanto a la m e j o r manera de tratar a los toxicó-

manos , i n c l u i d o s los alcohólicos. En muchos países el uso no médico de ciertos productos o la

simple posesión de pequeñas cantidades de ellos con fines no médicos constituyen un delito

per se, aparte completamente de la cuestión de los delitos que guardan relación con el empleo

de las drogas, tales como la falsificación de recetas m é d i c a s , los robos de m e d i c a m e n t o s , los

actos criminales perpetrados para obtener dinero con el que adquirir drogas ilegalmente, o la

conducción de un vehículo de motor bajo la influencia de las d r o g a s . U n o de los órganos in-

ternacionales del C I O C M , el Consejo Internacional sobre el Alcoholismo y las T o x i c o m a n í a s ,

pidió en mayo de 1975 que se suprimieran de los códigos penales todas las leyes que prescriben

sanciones penales para los individuos cuyo solo delito es la dependencia respecto de una sus-

tancia química, y que la jurisdicción sobre esos individuos pasara de las autoridades penales

a las autoridades médicas y sanitarias del E s t a d o . E n los países donde la farmacodependencia

se considera más como una infracción de la ley que como una forma de e n f e r m e d a d , el médico que

atiende a una persona farmacodependiente puede encontrarse en una situación en la que sus de-

beres para con su enfermo y su obligación respecto de la ley de su propio país se hallen en

conflicto.

2 5 . Castración de los autores de delitos sexuales : En algunos países la legislación prevé

la castración de los delincuentes que hayan reincidido en la comisión de delitos s e x u a l e s , si

ellos mismos solicitan por escrito el permiso para someterse a esa operación y sus solicitudes

son examinadas y aprobadas en varios niveles administrativos. M a n i f i e s t a m e n t e , la extirpación

quirúrgica de cualquier órgano sano por razones puramente sociales entraña graves consecuen-

cias para la ética m é d i c a . A d e m á s , parece ser que, bajo el punto de vista puramente científi-

co, es discutible la justificación de la castración en esas c i r c u n s t a n c i a s . Se plantea la

cuestión de si esa clase de operaciones son justificables desde el punto de vista ético en al-

guna circunstancia.

2 6 . Experimentos biomédicos practicados en reclusos : Hay una gran disparidad de opiniones

acerca de la justificación ética del empleo de prisioneros voluntarios para la práctica de ex-

perimentos biomédicos no terapéuticos. Los adversarios de esa práctica sostienen que los

presos pueden presentarse voluntarios como sujetos de experimentación por razones puramente

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Página 14

Anexo

A p é n d i c e

a c c i d e n t a l e s , como el deseo de escapar al aburrimiento de la rutina carcelaria, para ganar di-

n e r o , y para gozar de buena comida y buena cama y constante atención m é d i c a , y que en condicio-

nes de vida normal esos presos no se presentarían como voluntarios. En opinión de esos adver-

sarios , p u e s , no es posible un verdadero consentimiento en el contexto del medio carcelario.

Los partidarios del empleo de presos no estiman que los beneficios ocasionales invaliden el

c o n s e n t i m i e n t o , y aducen además el argumento de que están motivados también por un deseo de

obtener la aprobación social y de demostrar su valor como seres h u m a n o s . A pesar de la incom-

patibilidad entre esos p a r e c e r e s , uno y otro son lógicamente defendibles y no parece probable

que las diferencias entre ellos puedan resolverse.

VII. Conclusión y recapitulación

2 7 . Aunque la Declaración de Tokio prohibe toda participación de un médico en la tortura,

guarda silencio en cuanto a los casos dudosos comprendidos bajo la expresión "otros tratos o

penas crueles, inhumanos o d e g r a d a n t e s " . 奶 Sin embargo, son justamente esos casos dudosos los

que más le harán sentir al m é d i c o , probablemente, la necesidad de una orientación en cuanto a

las exigencias de los principios aceptados de la ética m é d i c a . La cuestión principal que debe

c o n s i d e r a r s e , p u e s , es la siguiente: ¿en qué medida es posible formular esa clase de princi-

pios y en relación con qué clase de tratos o penas que no lleguen a constituir torturas?

28. En estas primeras fases de la participación del CIOCM en este problema no ha sido posi-

ble proponer soluciones concretas. Se enumeran, en cambio, provisionalmente, en los párrafos

17-26, con a n o t a c i o n e s , varias formas de trato o sanciones para los reclusos en los que pueden

intervenir - o puede pedírseles que intervengan - médicos o personal sanitario de otras cla-

ses . La primera cuestión que se plantea en cada caso es la siguiente : ¿entraña siempre esa

participación un problema de ética médica? Si la respuesta es afirmativa, surge una segunda

pregunta : ¿cabe dar alguna orientación acerca de este problema al médico o a cualquier otro

miembro del personal de salud, y, en caso afirmativo, qué clase de orientación?

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EB6l/35

Página 15

Anexo

A p é n d i c e

BIBLIOGRAFIA

1.

2.

3 .

En lugar de las palabras ’’y otros",

Adoptada por la A s a m b l e a General de

A d o p t a d a por la A s a m b l e a General de

originalmente se decía

las Naciones Unidas el 10/12/48, resolución 217A (III)

las Naciones Unidas el IO/12/66, resolución 2200A (XXI

Estos dos instrumentos, juntamente con el Pacto Internacional de Derechos Económicos,

Sociales y Culturales y el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos

Civiles y Políticos constituyen la Carta Internacional de los Derechos H u m a n o s .

4 . Asamblea General de las Naciones U n i d a s , resolución 3218 (XXIX) adoptada el 6 / 1 1 / 7 4 .

5 . "Aspectos sanitarios de los maltratos evitables infligidos a presos y d e t e n i d o s " , Documen-

to de las Naciones Unidas A/conf.5б/9.

6 . El texto de la Declaración de Tokio se reproduce en el A n e x o I.

7 . El texto de esta Declaración se reproduce en el A n e x o II•

8 . Asamblea General de las Naciones Unidas, resolución 3452 (XXX), 9 / l 2 / 7 5 .

9 . Asamblea General de las Naciones Unidas, resolución 3453 (XXX), 9/12/75•

1 0 . En el original esta palabra no aparece s u b r a y a d a .

1 1 . Habiendo observado esta omisión, el Comité de las Naciones Unidas sobre Prevención y

Lucha contra el Delito recomendó en su cuarto periodo de sesiones, de junio-julio

de 1976, que esta formulación se interpretara con miras a extender una protección

lo más amplia posible contra toda clase de abusos, físicos o mentales (Documento

E / C N . 4 / S u b . 2 / L . 6 4 4 , Anexo I, p á g . 5).

1 2 . La expresión empleada en la Declaración de Tokio es "alimentación a r t i f i c i a l " .

1 3 . Cabe presumir que se refiere a un médico diferente e independiente.

14. Es de suponer que la intención de las palabras citadas es que el médico no debe alimentar

a r t i f i c i a l m e n t e al preso ni hacer que lo alimenten de ese m o d o .

1 5 . A ese respecto quizá convenga señalar que el A r t í c u l o 63 del Código Penal francés prevé

graves penas para quien se abstenga de acudir en auxilio de una persona en peligro,

si puede hacerlo sin riesgo para sí ni para o t r o s . (Ordre des M é d e c i n s , Guide

d'exercise professionel à l'usage des m é d e c i n s , Paris, Masson et Cie, 1969, p á g . 84•)

16. Naciones U n i d a s , documento л/Conf.5б/б, Anexo I, p á g . 2 5 .

1 7 . Consejo de E u r o p a , European Convention on Human Rights, Collected Texts, Estrasburgo,

1965, p á g . 8 .

1 8 . Consejo de E u r o p a , Comisión Europea de los Derechos Humanos, Application № 5310/71 ...

Report of the Commission, Estrasburgo, 1976, p á g . 4 0 2 .

19. Naciones Unidas, Documento л/Conf.5б/9, Anexo III.

2 0 . La Declaración se refiere a la alimentación artificial, pero se ha planteado la cuestión

(párrafos 14-15) de si este tema debe considerarse en el contexto de la tortura.

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A n e x o

A p é n d i c e

A n e x o I

D E C L A R A C I O N DE T O K I O

N o r m a s Directivas para Médicos con respecto a la Tortura y otros Tratos C r u e l e s , Inhumanos o

D e g r a d a n t e s , o Castigos Impuestos sobre Personas D e t e n i d a s o E n c a r c e l a d a s .

Como fue adoptada por la 2 9a

A s a m b l e a Médica M u n d i a l , T o k i o , J a p ó n , octubre 1975.

PREAMBULO

Es el privilegio y el deber del m é d i c o de practicar su profesión al s e r v i c i o de la humani-

dad , d e velar por la salud m e n t a l y corporal y de restituirla sin prejuicios p e r s o n a l e s , de ali

viar el sufrimiento de sus pacientes y de m a n t e n e r el m á x i m o respeto por la vida humana aun ba-

jo a m e n a z a , sin jamás hacer uso de sus conocimientos médicos de manera contraria a las leyes

de la h u m a n i d a d .

Para el propósito de esta D e c l a r a c i ó n , se define tortura como el sufrimiento físico o men-

tal infligido en forma d e l i b e r a d a , sistemática o caprichosa por una o más personas actuando

sola o bajo las órdenes de cualquier a u t o r i d a d , con el fin de forzar a otra persona a dar in-

f o r m a c i o n e s , a hacerla c o n f e s a r , o por cualquier otra r a z ó n .

D E C L A R A C I O N

1. El m é d i c o no deberá favorecer, aceptar o participar en la práctica de la tortura o de

otros procedimientos c r u e l e s , inhumanos o d e g r a d a n t e s , cualquiera sea la ofensa atribuida a la

v í c t i m a , sea ella acusada o c u l p a b l e , cualesquiera sean sus motivos o creencias y en toda si-

t u a c i ó n , i n c l u s i v e el conflicto armado y la lucha civil.

2. El m é d i c o no proveerá ningún lugar, i n s t r u m e n t o , sustancia o conocimiento para facilitar

la práctica de la tortura u otros tratos c r u e l e s , inhumanos o d e g r a d a n t e s , o para quebrantar

la capacidad de resistencia de la víctima hacia tales p r o c e d i m i e n t o s .

3 . El m é d i c o no deberá estar presente durante cualquier procedimiento que implique el uso o

amenaza d e l uso de tortura o de otro trato c r u e l , inhumano o d e g r a d a n t e .

4 . Un m é d i c o debe tener completa libertad clínica para decidir el tipo de atención médica de un

individuo por quien él o ella es r e s p o n s a b l e . El rol fundamental del m é d i c o es aliviar el su-

frimiento d e l ser humano sin que ningún m o t i v o , ya sea p e r s o n a l , c o l e c t i v o o p o l í t i c o , lo sepa-

re de este noble objetivo.

5. En el caso de un prisionero que rehusa alimentos y a quien el m é d i c o considera capaz de

c o m p r e n d e r racional y sanamente las consecuencias de tal rechazo voluntario de a l i m e n t a c i ó n ,

n o deberá ser alimentado artificialmente. Esta opinión sobre la capacidad racional del prisio

ñero debiera ser confirmada por lo menos por otro m é d i c o ajeno al c a s o . El m é d i c o deberá ex-

plicar al prisionero las consecuencias que su rechazo de alimentos puede a c a r r e a r l e .

6. La A s o c i a c i ó n Médica Mundial r e s p a l d a r á , y debiera instar a la comunidad internacional, a

las asociaciones médicas nacionales y a los colegas médicos a respaldar al m é d i c o y su familia

frente a amenazas o represalias que resulten por haberse negado a aceptar el uso de la tortura

o de otros tratos crueles, inhumanos o d e g r a d a n t e s .

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P á g i n a 17

A n e x o

A p é n d i c e

A n e x o II

D E C L A R A C I O N SOBRE L A P R O T E C C I O N DE T O D A S LAS P E R S O N A S C O N T R A L A

T O R T U R A Y O T R O S TRATOS O P E N A S C R U E L E S , I N H U M A N O S O D E G R A D A N T E S

A r t í c u l o 1

1. A los efectos de la p r e s e n t e D e c l a r a c i ó n , se e n t e n d e r á por t o r t u r a todo acto por el

cual un funcionario p ú b l i c o , u o t r a p e r s o n a a i n s t i g a c i ó n s u y a , inflija i n t e n c i o n a l m e n t e a una

p e r s o n a penas o s u f r i m i e n t o s g r a v e s , ya sean físicos o m e n t a l e s , con el fin de o b t e n e r de e l l a

o de un tercero i n f o r m a c i ó n o una c o n f e s i ó n , de c a s t i g a r l a por un acto que haya c o m e t i d o o se

sospeche que ha c o m e t i d o , o de intimidar a esa p e r s o n a o a o t r a s . No se c o n s i d e r a r á n t o r t u r a

las penas o sufrimientos que sean c o n s e c u e n c i a ú n i c a m e n t e de la p r i v a c i ó n legítima de la liber-

t a d , o sean inherentes o i n c i d e n t a l e s a é s t a , en la m e d i d a en q u e estén en c o n s o n a n c i a con las

R e g l a s M í n i m a s p a r a el T r a t a m i e n t o de los R e c l u s o s .

2 . La tortura c o n s t i t u y e una forma a g r a v a d a y d e l i b e r a d a de trato o p e n a c r u e l , inhuma-

no o d e g r a d a n t e .

A r t í c u l o 2

Todo acto de tortura u otro trato o p e n a c r u e l , i n h u m a n o o d e g r a d a n t e c o n s t i t u y e una ofen-

sa a la dignidad h u m a n a y será condenado como v i o l a c i ó n de los p r o p ó s i t o s de la C a r t a de las

N a c i o n e s Unidas y de los derechos h u m a n o s y libertades f u n d a m e n t a l e s p r o c l a m a d o s en la Decla-

ración U n i v e r s a l de D e r e c h o s H u m a n o s .

A r t í c u l o 3

N i n g ú n Estado p e r m i t i r á o tolerará la tortura u otros tratos o penas c r u e l e s , i n h u m a n o s o

d e g r a d a n t e s . N o podrán i n v o c a r s e c i r c u n s t a n c i a s e x c e p c i o n a l e s tales como estado de g u e r r a o

amenaza de g u e r r a , i n e s t a b i l i d a d p o l í t i c a i n t e r n a o cualquier o t r a e m e r g e n c i a p ú b l i c a como jus-

tificación de la tortura u otros tratos o penas c r u e l e s , i n h u m a n o s o d e g r a d a n t e s .

A r t í c u l o 4

Todo Estado t o m a r á , de c o n f o r m i d a d con las d i s p o s i c i o n e s de la p r e s e n t e D e c l a r a c i ó n , me-

didas efectivas p a r a i m p e d i r ^ue se p r a c t i q u e n dentro de su j u r i s d i c c i ó n torturas u o t r o s tra-

tos o penas c r u e l e s , inhumanos o d e g r a d a n t e s .

A r t í c u l o 5

En el a d i e s t r a m i e n t o de la p o l i c í a y o t r o s funcionarios p ú b l i c o s r e s p o n s a b l e s de las per-

sonas privadas de su l i b e r t a d , se a s e g u r a r á que se tenga p l e n a m e n t e en cuenta la p r o h i b i c i ó n

de la tortura y de otros tratos o penas c r u e l e s , inhumanos o d e g r a d a n t e s . Esta p r o h i b i c i ó n se

incluirá asimismo, en su c a s o , en las n o r m a s o i n s t r u c c i o n e s g e n e r a l e s que se p u b l i q u e n en re-

lación con los deberes y funciones de c u a l q u i e r e n c a r g a d o de la c u s t o d i a o trato de dichas per-

s o n a s .

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P á g i n a 18

A n e x o

A p é n d i c e

A r t í c u l o 6

T o d o E s t a d o e x a m i n a r á p e r i ó d i c a m e n t e los m é t o d o s de i n t e r r o g a t o r i o y las di sp os ic io ne s pa-

ra la c u s t o d i a y trato de las p e r s o n a s p r i v a d a s de su libertad en su t e r r i t o r i o , a fin de pre-

v e n i r todo caso de t o r t u r a u otros tratos o penas c r u e l e s , inhumanos o d e g r a d a n t e s .

A r t i c u l o 7

T o d o E s t a d o a s e g u r a r á que todos los actos de tortura d e f i n i d o s en el artículo 1 constitu-

yen d e l i t o s c o n f o r m e a la legislación p e n a l . Lo m i s m o se a p l i c a r á a los actos que constituyen

p a r t i c i p a c i ó n , c o m p l i c i d a d , i n c i t a c i ó n o t e n t a t i v a p a r a cometer t o r t u r a .

A r t i c u l o 8

T o d a p e r s o n a que a l e g u e que h a sido sometida a tortura u otros tratos o penas c r u e l e s , in-

h u m a n o s o d e g r a d a n t e s , por un funcionario público o a i n s t i g a c i ó n d e l mismo, tendrá derecho a

que su c a s o sea examinado i m p a r c i a l m e n t e por las a u t o r i d a d e s c o m p e t e n t e s del Estado i n t e r e s a d o .

A r t i c u l o 9

S i e m p r e que h a y a m o t i v o s r a z o n a b l e s para creer que se ha c o m e t i d o un acto de tortura tal

como se d e f i n e en el a r t í c u l o 1, las a u t o r i d a d e s c o m p e t e n t e s del Estado interesado procederán

de o f i c i o y con p r e s t e z a a una i n v e s t i g a c i ó n i m p a r c i a l .

A r t í c u l o 10

Si de la i n v e s t i g a c i ó n a que se refieren los artículos 8 ó 9 se llega a la conclusión de

que p a r e c e h a b e r s e c o m e t i d o un acto de tortura tal como se define en el artículo 1, se incoará

un p r o c e d i m i e n t o p e n a l c o n t r a el supuesto c u l p a b l e o culpables de conformidad con la legisla-

ción n a c i o n a l . Si se c o n s i d e r a fundada una a l e g a c i ó n de otras formas de trato o penas c r u e l e s ,

i n h u m a n o s o d e g r a d a n t e s , e l supuesto culpable o culpables serán sometidos a p r o c e d i m i e n t o s pe-

n a l e s , d i s c i p l i n a r i o s u otros p r o c e d i m i e n t o s a d e c u a d o s .

A r t í c u l o 11

C u a n d o se d e m u e s t r e que un acto de tortura u otros tratos o penas c r u e l e s , inhumanos o de-

g r a d a n t e s han sido c o m e t i d o s por un funcionario público o a i n s t i g a c i ó n de é s t e , se concederá

a la v í c t i m a r e p a r a c i ó n e i n d e m n i z a c i ó n , de conformidad con la legislación n a c i o n a l .

A r t i c u l o 12

N i n g u n a d e c l a r a c i ó n que se d e m u e s t r e que h a sido hecha como resultado de tortura u otros

t r a t o s o penas c r u e l e s , inhumanos o d e g r a d a n t e s podrá ser invocada como p r u e b a c o n t r a la per-

sona i n v o l u c r a d a n i c o n t r a n i n g u n a otra p e r s o n a en n i n g ú n p r o c e d i m i e n t o .

(Adoptada sin v o t a c i ó n por la A s a m b l e a G e n e r a l de las N a c i o n e s Unidas el 9 de diciembre de 1975.)

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