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Yo eso no lo digo Actividades y reflexiones sobre El español correcto

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Yo eso no lo digoActividades y reflexiones sobre

El español correcto

YO ESO NO LO DIGOACTIVIDADES Y REFLEXIONES SOBRE

EL ESPAÑOL CORRECTO

Miguel Ángel Aijón OlivaMaría Teresa Encinas Manterola

Gema Belén Garrido VílchezNatividad Hernández Muñoz

Yo eso no lo digo

© Miguel Ángel Aijón Oliva María Teresa Encinas Manterola Gema Belén Garrido Vílchez Natividad Hernández Muñoz

ISBN: 978–84–8454–966-6Depósito legal: A–729–2010

Edita: Editorial Club Universitario Telf.: 96 567 61 33C/ Decano n.º 4 – 03690 San Vicente (Alicante)www.ecu.fme-mail: [email protected]

Printed in SpainImprime: Imprenta Gamma Telf.: 965 67 19 87C/ Cottolengo, n.º 25 – 03690 San Vicente (Alicante)[email protected]

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedi-miento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información o sis-tema de reproducción, sin permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.

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Introducción

El porqué de este libro

En la actualidad, muchas universidades españolas ofrecen en sus programaciones académicas, con diferentes títulos y enfoques, asignaturas relacionadas con la corrección o la nor-ma lingüísticas. Por alguna razón, y a diferencia de lo que ocu-rre en otras materias, siempre se cubren rápidamente todas las plazas ofrecidas, lo que demuestra el interés que suscita este campo entre los estudiantes. Los cuatro autores de este libro nos hemos encontrado ante el reto de enseñar una asig-natura de estas características a alumnos de diferentes espe-cialidades (tanto científicas como humanísticas), y de hacerlo, además, con ingenio, modernidad, calidad y motivación. Para aquella tarea no contábamos con un manual o guía que aunara todos los materiales necesarios (los había, y muy buenos, que solucionaban aspectos parciales de nuestro programa, pero todos presentaban limitaciones). Para llenar este vacío conce-bimos la presente obra.

Nuestro objetivo es dotar a profesores, a alumnos y a cual-quier lector interesado de diversos materiales para el estudio y la reflexión acerca de algunos de los aspectos más conflictivos en el buen uso del español. No están todos los que son, pero sí son todos los que están, y han sido organizados en torno a cuatro unidades temáticas: creencias y actitudes lingüísticas, léxico, morfosintaxis y ortografía. Con este libro no pretende-mos únicamente ofrecer una colección de ejercicios, sino acre-centar en nuestros estudiantes el espíritu crítico ante lo que oyen y lo que dicen, o, más bien, cómo lo dicen (y dónde, y cuándo, y a quién...). Se trata de conjugar el aprendizaje con-ceptual, la práctica instrumental y la reflexión crítica de una manera interactiva, amena y flexible. Creemos que, así, se facilitará la labor de los docentes que, como nosotros, se en-frenten a la enseñanza de cualquier materia de características similares (en los estudios de Filología, Lingüística, Traducción, Humanidades, etc.).

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Yo eso no lo digo

Por lo tanto, lo que a continuación presentamos es el re-sultado de varios años de trabajo en las aulas. Hemos impar-tido esta materia en la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca durante los últimos cuatro cursos académicos (2003-2007) y, posteriormente, en diversos cursos de forma-ción de profesores. También hemos tenido la oportunidad de poner en práctica algunas de estas actividades en la Educación Secundaria Obligatoria y en el Bachillerato, así como en el ámbito de la docencia de español como lengua extranjera. En todo momento se ha comprobado el carácter motivador de los ejercicios y reflexiones propuestos en este libro, y asimismo su adecuación para el desarrollo de una programación efectiva en cuanto al aprendizaje. También hemos tenido en cuenta la diversidad sociocultural inherente a cualquier grupo de alum-nos, que siempre supone una riqueza desde el punto de vista lingüístico, ya que permite aportar una visión global del espa-ñol, más allá del contexto peninsular del que inevitablemente parte este manual. Insistimos en que lo que se propone no es fruto de la introspección, sino que ha sido puesto en práctica y mejorado año tras año teniendo en cuenta la respuesta que suscitaba en los alumnos, así como sus propias sugerencias.

¿Cómo usar este libro?

La obra está concebida como si de un curso universitario se tratara; el primer capítulo, de carácter preparatorio, enmarca teóricamente a los otros tres. Sin embargo, cada uno de ellos puede también trabajarse aisladamente. Para potenciar esta posibilidad, comenzamos cada capítulo con un cuestionario inicial que presenta algunos de los temas particulares que se van a tratar e invita a una primera reflexión sobre ellos.

De las cuatro grandes unidades temáticas, la primera (Ac-

titudes y creencias lingüísticas) es quizá la más teórica y la más orientada a la reflexión: la que aporta más interrogantes y menos respuestas. En las tres restantes (Léxico, Morfosin-taxis y Ortografía) predomina la actividad frente a la reflexión, aunque esta nunca se deja de lado. Se facilitan ejercicios para trabajar los aspectos más conflictivos de la norma, y se in-tenta acrecentar el espíritu crítico de los alumnos hacia esta y hacia sus repercusiones lingüísticas y sociales.

De la propia entidad de los temas abordados depende, en gran medida, la forma en la que están dispuestos los conte-nidos de los cuatro capítulos. Todos ellos comparten varias secciones:

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Introducción

Reflexiona: preguntas o comentarios con el objetivo de hacer reflexionar sobre el propio uso del lenguaje.

Actividades: bajo un epígrafe atractivo, proponemos ejercicios de diferentes tipos, desde los más tradicionales a los más innovadores, en los que el alumno o lector es siempre el protagonista activo; en múltiples ocasiones ha de utilizar recursos externos como libros y páginas web, o trabajar en equipo.

Textos: textos breves de diversos autores que ilustran los temas que vamos tratando.

Lecturas para trabajar en el aula: artículos de di-vulgación, artículos científicos o partes de libros que funcionan como lecturas complementarias de ampliación sobre la mate-ria.

La obra está estructurada en dos partes bien diferenciadas: capítulos principales y guía didáctica. Ya hemos aclarado sufi-cientemente la organización y los contenidos de los primeros; añadiremos que al final de esta sección se incluyen dos mode-los de autoevaluación global, que deben servir como síntesis y valoración de todo el trabajo realizado. Por otro lado, en la guía didáctica se propone la solución a las actividades, se de-talla la aplicación práctica en el aula de los distintos apartados y se amplían los conocimientos teóricos sobre los temas trata-dos en los textos y los apartados de reflexión.

Sabemos que alcanzar un punto de equilibrio entre el ma-nual serio y la guía didáctica, entre el trabajo científico y la divulgación, es tarea difícil. Quizá haya apartados que se exce-dan en la erudición y otros que puedan parecer excesivamente simplificados, pero todos nuestros esfuerzos han ido dedica-dos a alcanzar el citado equilibrio, y el lector sabrá compren-dernos.

Perfiles de los usuarios

Aunque el libro está orientado fundamentalmente al tra-bajo en el aula (ello se observará particularmente en la con-figuración de las actividades), puede usarse sin problemas de manera individual. Cualquier lector preocupado por cuestiones de lengua, norma y sociedad podrá encontrar en sus páginas

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Yo eso no lo digo

herramientas tanto para evaluar su conocimiento del español como para profundizar teóricamente en los aspectos mencio-nados.

Agradecimientos

No queremos terminar esta introducción sin dar las gracias a aquellos que han contribuido a que este trabajo haya sido posible. En primer lugar, a los profesores y compañeros de la Universidad de Salamanca que nos animaron a llevar adelante nuestra tarea, y que leyeron y corrigieron con infinita pacien-cia las diferentes versiones del manuscrito: Julio Borrego Nie-to, Juan Felipe García Santos y Gustavo de Pablo Segovia.

Asimismo, debemos un agradecimiento especial a María José Serrano, de la Universidad de La Laguna, por su fe en el proyecto y por su ayuda incondicional.

Por último, muchas gracias a los alumnos que durante to-dos estos años nos han brindado sus ganas de aprender, su tiempo y sus ideas, en algunos casos, mucho más brillantes que las nuestras.

CAPÍTULO 1

Hablo, luego existoActitudes y creencias lingüísticas

1.1. Del español normativo al español correcto

1.2. Dime De DónDe eres y... ¿sabré cómo hablas?

1.3. Dime con quién anDas y... ¿sabré cómo hablas?

1.4. ¿castellano o español?

1.5. los guarDianes De la lengua

1.6. si ya sabemos hablar español, ¿por qué hay que estuDiarlo?

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Yo eso no lo digo

Antes de empezar a leer este capítulo, contesta el si-guiente cuestionario:

CUESTIONARIO DE CREENCIAS LINGÜÍSTICAS

Nombre:Lugar de procedencia:Edad:Especialidad:

1. ¿Qué es para ti el “español correcto”?

2. ¿Quién habla el “español correcto”?

3. ¿Crees que hablas bien el español?

4. Habitualmente, ¿qué español hablas? (puedes elegir más de una opción) a. Culto b. Moderno c. Estándar d. Normativo e. Dialectal f. Neutro g. Vulgar h. Juvenil

5. ¿En qué provincia o región de España se habla mejor?¿Por qué?

6. ¿En qué provincia o región de España se habla peor?¿Por qué?

7. ¿Quién habla mejor: un madrileño o un murciano? ¿Por qué?

8. ¿Quién utilizará mejor el español estándar? a. un gallego b. un catalán c. un vasco d. un andaluz

9. ¿En qué país consideras que se habla un español más depu-rado?

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Capítulo 1: Hablo, luego existo

10. Imagina que tu íntimo amigo Charles Brown quiere salir un año de Estados Unidos para aprender español; ¿a qué lugar le recomendarías ir?

11. ¿Dónde se habla mejor: en los pueblos o en las ciudades?

12. ¿Quién habla mejor: un político o un periodista? ¿Por qué?

13. ¿Qué clase social habla mejor español: alta, media o baja? ¿Por qué?

14. ¿Quiénes usan más las palabras tabú: los jóvenes o los ma-yores?

15. ¿Quiénes hablan mejor: los hombres o las mujeres?

16. Pon tres ejemplos de personas famosas que hablen bien: a. b. c.

17. Pon tres ejemplos de personas famosas que hablen mal: a. b. c.

18. ¿Se puede decir “Me se ha caído”? ¿Y “Callaros de una vez”? ¿Por qué?

19. ¿Una palabra que no está en el diccionario existe? ¿Por qué?

20. ¿Para qué crees que sirve la Real Academia, si es que sirve para algo?

21. ¿Puedes identificar al emisor de estos enunciados? a. Solo tengo dos manos y nadie me ayuda b. ¡Estoy hasta las pelotas! c. Cari, vente aquí d. ¡Chachi piruli!

22. Si ya sabemos hablar español, ¿por qué hay que estudiarlo?

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Yo eso no lo digo

1.1. Del español normativo al español correcto

Reflexiona 1

Vamos a considerar las preguntas 1 y 2 del cuestionario inicial de este capítulo. Algunas de las respuestas posibles a la primera, ¿Qué es para ti el español correcto?, son:

• La forma más precisa o más correcta de español.• Aquella forma de hablar en que no se cometen errores.• Cuando logras una buena comunicación y eres capaz de entenderte.• La forma de expresarse teniendo en cuenta el nivel intelectual del interlocutor.• El español que se adecua a las normas de la Real Academia Española.

¿Qué has respondido tú? ¿Estás de acuerdo con las res-puestas anteriores?

Observemos ahora algunas de las respuestas dadas a la pregunta número 2, ¿Quién habla el español correcto?

• Las personas más cultas.• Los lingüistas.• Los que tienen más conocimientos y más nivel educativo.• Los de “letras”.• Nadie.

¿Qué opinas tú? ¿Por qué crees que se relaciona el “espa-ñol correcto” con la educación, las letras o la Lingüística? ¿Qué te parece la última respuesta?

Textos 1

a) NORMA: Es el conjunto de reglas que rigen los usos lin-güísticos considerados “correctos” en una comunidad de ha-blantes. No todos los hablantes cumplen con las reglas, ni si-quiera los que han recibido muy buena instrucción gramatical y conocen las reglas. Por ejemplo: una cantidad sorprendente de hablantes cultos de distintos sitios del mundo hispánico dicen “tú cantastes” en lugar de “tú cantaste”, agregando el sonido /s/

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Capítulo 1: Hablo, luego existo

por analogía con las demás formas verbales de segunda persona (cantas, tienes, estabas, hubieras dicho, etc.). Las gramáticas prescriptivas o normativas, y los diccionarios y obras de con-sulta, intentan inculcar en jóvenes y adultos las normas del uso considerado “correcto”. Se considera que estas normas son más importantes en la lengua escrita, que se ve como un reflejo de la norma social.

Graciela Reyes (2003)

b) El profesor Lázaro Carreter, en sus dardos, es exigente, hablar bien es cosa de personas cultas, educadas. Muy cultas, muy educadas. Como ha hecho ver M.ª A. Martín Zorraquino, la lógica que se maneja en las críticas del académico no gira solo en torno al concepto de corrección; aparece a menudo otra no menos interesante: la de lo preferible. Respetar la norma no lo es todo, parece pensar Lázaro Carreter, porque nuestras pro-ducciones no se enjuician atendiendo únicamente al parámetro (a su entender, un sustantivo incordiante) de corrección: existen otros. Ciertas palabras son para él (acabamos de comprobarlo) incordiantes. Otras tienen mayores defectos: el adjetivo peato-nal, por ejemplo, aunque sea correcto resulta “bobo”. Lázaro Ca-rreter hubiera preferido (destaco nuevamente este verbo) calle de solo andar a calle peatonal. La elegancia se convierte así en criterio de razón.

Emilio Prieto de los Mozos (2005)

c) Repito ahora la cita que ofrecía en el apartado 2: “La tarea del gramático consiste en describir, no en prescribir; es decir, en registrar los hechos del uso lingüístico”. Y lo hago para dar fe de la discordancia que supone su continuación: “Esta postura des-criptiva de la gramática la encontramos en Salvá, quien en 1830 mantiene que su Gramática de la lengua castellana según ahora se habla «no es otra cosa que el conjunto ordenado de reglas de lenguaje que vemos observadas en los escritos o conversación de las personas doctas que hablan el castellano o español»”. Parece obvio que es esta una manera solapada de introducir la pres-cripción encubierta o implícita en la gramática. Como lo es con-fiar en la propia intuición (o la de los colegas) como privilegiada proveedora de datos.

Emilio Prieto de los Mozos (2005)

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Yo eso no lo digo

Actividad 1: ¿De verdad?

Después de haber reflexionado sobre los conceptos de nor-ma y corrección, ya podemos afinar un poco más nuestros comentarios. Di si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas y explica por qué.

1. El español correcto es el español normativo. 2. Hay usos correctos del español que no son normativos.3. Dentro del español normativo puede haber usos incorrectos.4. Si la corrección depende del uso, podemos afirmar que todo está bien dicho.5. La adecuación al oyente es la clave del español correcto.

Reflexiona 2

Ahora fíjate en las preguntas 3 y 4 del cuestionario: ¿Crees que hablas bien el español?; ¿Qué español hablas? Para la pregunta 4, un grupo de 15 estudiantes escogió las siguientes opciones:

Español Número de estudiantes

Juvenil 10

Estándar 7

Moderno 5

Neutro 3

Normativo 2

Culto 2

Vulgar 2

Dialectal 1

• ¿Qué has respondido tú?• ¿Por qué crees que solo un estudiante dijo que hablaba español dialectal y solo dos vulgar, culto y normativo? • ¿Por qué crees que muchos tuvieron claro que hablan español juvenil y estándar?• Después de reflexionar sobre las diferentes respuestas, ¿cambiarías las tuyas?

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Capítulo 1: Hablo, luego existo

Textos 2

a) Las grandes lenguas de cultura cuentan con un están-dar […] que, en su versión ideal, tiende a ser único, inmutable y omnipresente, que se basa en los registros formales de la lengua escrita, que cuenta con guardianes personales e institucionales que lo regulan y lo defienden y que trata de borrar con su pre-sencia cualquier marca que delate la procedencia del hablante, identificándolo, simplemente, como “hablante culto de español” (por ejemplo). Mucho se ha escrito sobre si en el caso del espa-ñol este estándar es policéntrico o, al menos, dual, de modo que integre en igualdad de condiciones una norma castellana […] y otra meridional o atlántica.

Julio Borrego Nieto (2001)

b) El estándar no se usa comúnmente ni (por suerte o por desgracia) puede usarse comúnmente, entre otras cosas porque es bien sabido que la aceptación de una norma se manifiesta más en términos de actitudes que de realización. Sólo lo frecuentan las personas que lo conocen bien cuando se ven en los contextos que propician o hacen recomendable su uso; y el grupo formado por tal tipo de individuos no es precisamente el más numeroso de las sociedades (ni siquiera en los países avanzados, esto es, los que disfrutan del llamado “estado de bienestar”). Es evidente, incluso, que tales personas conocen, pero no dominan todos los detalles del estándar. No existe (no puede existir) el hablante-oyente ideal de ninguna lengua o variedad: lo demuestran las meteduras de pata lingüísticas y los silencios de las personas más cultas del país.

José Antonio Pascual y Emilio Prieto de los Mozos (1998)

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1.2. Dime de dónde eres y... ¿sabré cómo hablas?

El hecho de pertenecer a una u a otra zona geográfica, y de hablar cierta variedad de español, produce una reacción, muchas veces inconsciente, en quienes nos escuchan.

Reflexiona 3

¿Qué has respondido a las preguntas 5-8 del cuestionario inicial? ¿Crees que hablar bien o mal está relacionado con el acento que se tiene?

Actividad 2: Cada uno de su padre y de su madre

Lee el siguiente texto de un anuncio de la radio y trata de identificar la región de la que procede cada uno de los personajes.

Narradora: Había una vez cuatro estudiantes de diferentes regiones que vivían en un mismo piso. ¿Su problema? Acondicionar la casa para poder estudiar.

Estudiante A: ¿Dónde carayu podría estudiar? ¿Y dónde coloco mis apuntes y mis libros? ¡Pobriño de mí!

Estudiante B: La verdat, yo no estoy dispuesto a gastar demasiado en mesas, estanterías y sillas, ¿eh? La pela es la pela, tú...

Estudiante C: A mí eso de tener que montar mue-bleh, poner tornilloh y tuercah... ¡Que demasiao trabaho, pisha!

Narradora: Hasta que el salmantino dio con la so-lución:

Estudiante D: Supermueble dispone de los mue-bles kit que necesitamos, a precios de estudiante y con un montaje rápido y sencillo.

(Adaptado de Cadena SER Salamanca, 23-9-2003)

• ¿Te has basado solo en rasgos lingüísticos para la identificación, o aparecen también estereotipos culturales en el anuncio?

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Capítulo 1: Hablo, luego existo

• ¿Encuentras algún rasgo dialectal marcado en el personaje de Salamanca? ¿Qué nos da a entender esto?

Actividad 3: Pues yo también hablo un dialecto

• ¿Cuáles son las particularidades de la forma de hablar de tu lugar de origen? Busca rasgos en los distintos niveles de la lengua (fónico, morfosintáctico y léxico). ¿Se trata de características del municipio, de la provincia, de la región…?

• Los rasgos que has mencionado ¿son también propios de tu forma de hablar? ¿Hay alguno que intentes evitar? ¿En qué situaciones?

Textos 3

Nuestro problema puede plantearse así: ¿deben las perso-nas que hablan ante audiencias públicas, sobre todo si son de origen regional diverso, esforzarse por ajustar su expresión a la norma castellana culta y común? […] Se equivoca usted si cree que eso que, para entendernos, llamamos “español correcto” es algo propio de una región concreta, de esa Castilla ayer do-minadora (y hoy miserable) en que usted piensa. O, más exac-tamente, de Madrid. Porque el buen decir no es un producto geográfico, sino cultural; carece de solar, y vive como un mo-delo virtual que debe y puede aprenderse en las escuelas […] Entonces —puede decirme mi oponente airado— lo que usted quiere es que hablemos todos igual, que perdamos nuestras señas de identidad. No, no me entiende usted. […] Lo que afir-mo es que hay signos de identidad para andar por casa (y son fundamentales porque en casa se vive, se goza, se rabia y hasta suele acaecer la muerte), y hay otras, más convencionales pero no menos identificadoras, para hablar en público.

Fernando Lázaro Carreter (1997)

Reflexiona 4

• ¿Qué has respondido a las preguntas 9 y 10 del cuestionario? • ¿Sabes cuántos hablantes tiene el español actualmente? ¿Y cuántos de ellos tienen nacionalidad española?

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• ¿Crees que el español normativo debería acercarse más a la variedad meridional (sur de España e Hispano-américa), ya que esta es mayoritaria en cuanto al número de hablantes?

Textos 4

16.9k Es tradicionalmente polémico el análisis de las im-personales reflejas con objeto directo de persona (§41.12). Si en Adrián recordaba a un amigo suyo se obtiene “>Lo recordaba”, en Cuando se recuerda a un amigo debería obtenerse “>Cuando se lo recuerda” como única opción entre hablantes no leístas. La situación es, sin embargo, más compleja. El grupo se le se registra ampliamente, e incluso de forma mayoritaria, en ora-ciones impersonales construidas —en la lengua oral y en la escrita— por hablantes no leístas […].

Este uso es hoy mayoritario. Es común en las áreas mexi-cana, centroamericana y antillana, además de en el español europeo, y en buena parte del área andina. No lo es, en cambio, en la chilena o en la rioplatense, en las que se prefiere se lo o se la, según se haga referencia a hombres o a mujeres.

Real Academia Española (2009)

1.3. Dime con quién andas y... ¿sabré cómo hablas?

Al igual que en el plano geográfico, en el social existen ca-racterísticas (ser hombre o mujer, tener cierta edad, ejercer determinadas profesiones...) que llevan a muchos hablantes a efectuar juicios a priori sobre el uso más o menos correcto que hacen de la lengua otras personas.

Actividad 4: Quien canta… a la lengua espanta

Aquí tienes un fragmento de la letra de la canción de Joa-quín Sabina Como te digo una “co” te digo la “o” (del ál-bum 19 días y 500 noches). ¿Podrías identificar los diferentes grupos sociales a los que pertenece el personaje que habla? ¿Qué rasgos lingüísticos lo “delatan”?

Borja, como te ajogues te mato.

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Capítulo 1: Hablo, luego existo

Termínate primero el melón,y luego las tres horas de la digestión,hay que ver qué mal rato,pero el niño no me quiere comer.Borja, corazón,te lo he dicho cienes y cienesde veces, dobla esa toalla.¡Qué hartura de playa!Pero mi marío quiere Benidorm,s’a jodío, si tonto no es.Como el pobre míose queda en Madrid,pa cargar las pilassu cena en Manila,su copa en Pachá,como te digo una “co” te digo la “o”.

Reflexiona 5

Fijémonos en las preguntas 12 a 17 de nuestro cuestiona-rio inicial. Según tus respuestas (o las de tus compañeros), ¿eres capaz de identificar los prejuicios lingüísticos que re-caen sobre los siguientes grupos sociales? Para ello puedes ayudarte de los textos que aparecen en el apartado siguiente.

• Hombres / mujeres• Grupos de edad• Clases sociales

Textos 5

a) Todo parece indicar que en general la mujer autocorrige su forma de hablar, evitando lo que está mal considerado, para adecuarla a la que tiene prestigio, la más cercana a lo norma-tivo o la característica de gentes más instruidas que ella. El hombre, en cambio, sería más solidario lingüísticamente con su contexto. Además, así como “hablar bien” siempre ha sido un valor socialmente reconocido en la mujer, el hombre no su-fre esa misma presión; más aún, el hecho de que su lengua se muestre, en ciertos niveles, casi indiferente a lo normativo se interpreta como un rasgo de “masculinidad”. De modo que lo que no es prestigioso en boca de mujer puede llegar a serlo en boca de hombre: en determinados sectores sociales el lenguaje masculino ha tenido tradicionalmente la exclusividad de las palabras groseras, de las blasfemias y del argot, ámbito lin-

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Yo eso no lo digo

güístico al que la mujer no podría acceder sin sufrir una fuerte sanción.

Pilar García Mouton (1999)

b) Los propios jóvenes suelen explicarnos la improcedencia de que los convirtamos en estereotipos de la perversión lingüís-tica, cuando esta suele afectarnos, actualizada en insufrible pe-dantería, mucho más a los mayores. No me parece preocupante que bastantes jóvenes no sigan al diccionario académico en sus orientaciones, pues ésa es sólo una prueba de sentido de au-toafirmación, frente a lo que se interpreta como un dirigismo lin-güístico excesivamente anclado en el pasado. Mario Vargas Llosa confesaba, poco antes de ingresar en la Real Academia Española, que tuvo la misma actitud de rechazo juvenil hacia el diccionario académico, porque quería ser “un escritor vivo” y no “académico”, es decir, “acartonado”.

José Antonio Pascual (1996)

c) En cualquier caso, no deben proscribirse las peculiarida-des individuales (idiolectos) o de grupo. Lo que sí pensamos que debe hacerse pronto es ir acostumbrando a la autocrítica, a la conciencia reflexiva sobre cómo se dicen las cosas. Es el pro-blema de los “registros” idiomáticos. La situación culturalmente más baja corresponde a aquellos que sólo poseen un registro para su comunicación. [...] Una pedagogía lingüística racional, a la que los planes de estudio concedieran el tiempo preciso para su desarrollo, debe consistir en ir aumentando los registros en que el alumno puede expresarse, no para que menosprecie o suprima los más llanos, familiares, regionales y hasta jergales que constituyen su hábito, sino para que aprenda a identificar-los como tales.

Fernando Lázaro Carreter (1997)

Reflexiona 6

Ahora piensa en tu propio caso. ¿A qué grupos sociales consideras que perteneces? ¿Crees que esto se relaciona con tu forma de hablar? Cita aspectos concretos.

• Lee en voz alta las respuestas a las preguntas 16 y 17. ¿Qué características tienen en común las personas que,

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Capítulo 1: Hablo, luego existo

según los cuestionarios de creencias lingüísticas, “hablan bien” y aquellas que “hablan mal”?

• Ahora recuerda a la mujer de la canción de Sabina en la actividad 4. ¿Crees que se podrían relacionar las conclusiones obtenidas en la letra de la canción con las respuestas que se han dado en este último apartado?

1.4. ¿Castellano o español?

La forma en que denominamos a nuestra lengua también recubre, muchas veces, actitudes sociales y lingüísticas.

Actividad 5: Seamos democráticos

Como introducción a este apartado vamos a hacer una pe-queña votación. Responde a la siguiente pregunta y cuenta después las respuestas de tus compañeros de clase:

¿Qué denominación utilizas más para referirte a la lengua que hablas, español o castellano? ¿Por qué?

Actividad 6: Escándalo en el Congreso

Aquí tienes un fragmento de una noticia aparecida en Internet a raíz de una polémica intervención del no menos polémico Camilo José Cela en el II Congreso Internacional de la Lengua (Valladolid, octubre de 2001). Léela con aten-ción.