Yona Friedman Utopias Realizables

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Colecci6n Punto y Linea

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Colecci6n Punto y Linea

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in dice

Prefacio, de Y ona Friedman .

I. Las utopias en general

II. Las utopias sociales

III. El grupo crftico

IV. El entorno .

V. La organizaci6n de «los otros»

VI. La sociedad no competitiva .

VII. La importancia de la <dmportancia»

VIII. La ciudad

IX. La ciudad global

Conclusion: Una utopia politica realizable

Anexo: Sobre la «huelga

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III. El grnpo critico

1. La imposihilidad de Ia «utopia universalistall

Hemos visto que la condicion sine qua non de cualquier utopia realizable era, bien la persuasion, a la que ha de recurrir el autor de la utopia para convencer a los que pueden tener un papel en Ia realizacion del proyecto de la utopia, o bien una comu-nicacion directa entre estos mismos, comunicacion que les ha de permitir comprender la necesidad de realizar el proyecto. En el caso de una utopia social, se trata, bien de la persuasion que procede de un individuo, o bien de un comun acuerdo entre todos los miembros de la sociedad.

Evidentemente, esta condici6n no es muy dificil de cum-plir cuando la utopia no concierne mas que a un grupo relativa-mente pequefio. Si se tratara de grupos mucho mas grandes po-driamos observar que, pasando de unas dimensiones determina-das, tales grupos no serian capaces de alcanzar el comun acuerdo necesario para la realizacion de la utopia mas que de una manera muy leota, o incluso nunca (la persuasion y la comunicaci6n direc-tas se hacen imposibles). Por ello, y en lo que se refiere a las utopias sociales, una magnitud determinada, funcional para el gru-po, o para la comunidad, resulta un nivel muy importante.

Este hecho -que examinaremos mas adelante con mayor detalle- nos permite comprobar una verdad evidente que, pese a su sencillez, raramente se reconoce. Se trata de Ia imposibilidad de las utopias universalistas, es decir, de la imposibilidad de los proyectos que no son realizables mas que en funci6n de un con-sentimiento universal.

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En Ia historia de la humanidad pululan las utopias univer-salistas que, desde luego, nunca han podido llevar a termino su realizaci6n efectiva: la paz mundial, el crecimiento cero, la justi-cia social (asi como los grandes principios morales), forman parte de elias.

Se dice a menudo que esta utopias son irrealizables par-que la naturaleza humana no puede adaptarse a ellas. A mi juicio, esto es falso y esta critica no hace otra cosa que sustituir un gran principia moral por un gran principia cinico, cosa que una vez mas son palabras sin sentido.

En efecto, si examinamos las casas con mayor detalle podremos ver, por ejemplo, que si la paz mundial es dificil de realizar, en cambia la paz interna en una sociedad de dimensiones limitadas existe un poco en todas partes. La misma observaci6n es valida para los restantes grandes principios morales, todos los cuales son realizables en el seno de un grupo mas restringido.

Si nuestro razonamiento no es falso, las utopias sociales basadas en los grandes principios morales son realizables cuando 110 conciernen mas que a un grupo de dimensiones reducidas, dentro del cual la persuasion que entraiia el consensus resulta posible.

Las utopias universalistas resultan, pues, irrealizables, pero 110 siempre lo han sido necesariamente. En realidad, para una humanidad mas reducida en numero, repartida en grupos que nada saben unos de otros, esta situaci6n de paz mas o menos generalizada, de justicia social, etc., parece ser mas realizable.

2. «Valencia» y «degradacion de Ia influencia))

En realidad, la imposibilidad de las utopias sociales uni-versalistas (es decir, de las utopias que parecen establecer reglas de conducta validas, por ejemplo, para toda la humanidad, 0 para una parte muy numerosa de esta) es la consecuencia de una serie de propiedades animates del hombre; animales, en el sentido de que resultan de la estructura fisiol6gica del ser humano. Pienso sabre todo en algunas limitaciones actualmente inherentes a su cere bro.

En el capitulo consagrado al lenguaje hemos examinado dos factores: la estructura matematica de las sociedades (expre-sada por medio de grafos), y la estructura social, funci6n de la estructura matematica (tales como la sociedad igualitaria, jerar-quica, etc.). Si nos contentaramos con esta representaci6n podria-mos imaginar -por ejemplo- una sociedad de diez millones de individuos en la que cada uno de ellos podria influir directamente en cualquier otro individuo, cosa imposible en la realidad, pero

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adrnisible seglin la prirnera formulaci6n de nuestro lenguaje. En efecto, un grafo (por tanto, una estructura matem<itica) de diez millones de puntas completamente unidos entre si es posible rnate-maticamente:

Por lo tanto, afiadiremos unas limitaciones a nuestro len-guaje de base, y estas limitaciones senin de orden biol6gico; seran las limitaciones del animal humano. Vearnos ahora los conceptos que explican estas 1imitaciones biol6gicas.

El primer concepto a examinar sera el de la valencia: representa una propiedad (observable y biol6gicamente deterrnina-da) del animal hombre. Esta propiedad define el numero de cen-tros de interes sobre los cuales un hombre puede concentrar su atenci6n consciente. Por ejemplo, puedo leer a la vez dos textos (aunque con dificultad), incluso quizas tres, pero no cabe duda de que me seria irnposible comprender simultanearnente diez tex-tos. En este caso, mi valencia sera quizas de tres, o mas, pero en todo caso inferior a diez.

La valencia limita, pues, el numero de personas de las que un miembro de una sociedad puede recibir ( o sobre las cuales puede ejercer) una influencia durante un periodo de referencia cualquiera. Esta valencia sera visualizada en los pianos de esta sociedad (o de este entorno) por el grado del punto que corres-ponde a la persona en cuesti6n (grado = numero de lineas que parten o que llegan a un punto dado en un grafo).

El otro concepto clave, el de la degradaci6n de la influen-cia en el transcurso de su transmisi6n, es un concepto que ya hemos mencionado cuando hemos tratado de Ia manera de cal-cular la jerarquia real en una sociedad.

Tambien en este caso se trata de una propiedad observable y biol6gicamente determinada del hombre animal: de hecho, esta degradaci6n depende de nuestras capacidades cerebrales. Es la capacidad de canal para la transimisi6n de una informacion, ca-pacidad de canal que es propia de cada especie o de cada clase de objeto. Esta propiedad, tarnbien, es muy limitativa para las estructuras sociales posibles: implica que a partir del punto de origen de una influencia, y despues de un deterrninado numem de transmisiones intermedias, la influencia original no puede hacer otra cosa que degradarse o resultar irrelevante.

La valencia y la capacidad de canal del ser humano repre-sentan los niveles naturales, niveles que no nos es posible traspa-sar facilmente. Estos dos niveles fijan los limites de la propaga-ci6n de la influencia entre los seres humanos (y entre los objetos); por ello, las organizaciones sociales (o de entor!1o) dependen sen-siblemente del valor numerico de estos niveles.

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3. El «grupo critico»

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Fig. 19

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La posibilidad de aplicaci6n pn\ctica que comporta el co-nacimiento de estos dos niveles (valencia y capacidad de canal) para las sociedades{entornos es la siguiente: determinan las mag-nitudes numericas que limitan el numero de elementos y objetos) que pueden pertenecer a una sociedad sin perjudicar a su funcionamiento, asi como el numero de vinculos (influencias) que unen a estos elementos . Asi, por ejemplo, sera imposible rea-lizar una sociedad igualitaria a la que pertenezcan n' humanos y m' objetos y en la que existan w' vinculos, si los niveles respec-tivos no admiten mas de n humanos, m objetos y w vinculos, de la misma manera que sera imposible concebir una sociedad jenir-quica que contenga n" hombres y m" objetos unidos entre si por w" vinculos . Dicho de una manera mas sencilla, una sociedad o un entorno que tenga una estructura detenninada (en el sentido que antes hemos dado a este termino) no podra contener mas que un numero establecido de elementos (hombres, objetos y vinculos).

Llamaremos grupo cl'itico el mayor conjunto de ele-mentos (hombres, objetos y vinculos) con el que puede garan-tizarse todavia el buen funcionamiento de una organizaci6n con una estructura determinada.

El concepto de grupo critico es quizas el resultado mds importante de este estudio, ya que la comparaci6n de una orga-nizaci6n con su grupo critico permite ver inmediatamente si un proyecto de organizaci6n o una utopia social es realizable o no. La mayor parte de las utopias o proyectos han fracasado, no por causa de la imposibilidad de sus ideas basicas, sino por causa de la trangresi6n de la ley del grupo critico. Incluso a menudo el exito inicial de una tentativa ha sido el instrumento de su deca-dencia, ya que el exito ha atraido a nuevos adictos y el grupo que realizaba el intento se ha visto aumentado y luego destruido por su propia expansi6n.

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4 . La rnagnitud del <<grupo critico» es una caracteristica de ca'da es·pecie

Asi pues, el grupo critico resulta de dos factores biol6gicos (la valencia y la capacidad de canal) y de un factor topol6gico (la estructura de la sociedad). Su magnitud no depende de una ideologia, de una tecnica o de unos conocimientos; . dicho de otra manera, no depende de factores artificiales que esten en manos de] hombre. Los tres factores decisivos no dependen mas que de leyes de la naturaleza, y la misma ley del grupo critico es una ley natural.

Dos de los factores (valencia y capacidad de canal) son factores biol6gicos: por ello varian con cada especie. El tercer factor es invariante, en el sentido de que es el mismo para todas las especies.

El grupo critico varia con la especie; es diferente en el hombre, en el mono o en los leones, los arenques o las abejas. Pero en cada especie puede ser determinado, y su magnitud nume-rica puede considerarse como una caracteristica de la especie.

Si, por ejemplo, considera:::nos una especie animal, diga-mos el elefante, veremos que la borda de los elefantes varia segt1n el numero que forma parte de ella, pero que esta borda nunca pasarl;l de un numero determinado: el del grupo critico de los ele-fantes. Para el hombre, la alienaci6n es consecuencia de un excesp muy notorio del grupo critico humano: estamos cohabitando con un numero de hombres mayor de los que podemos soportar, y con mas objetos de los que podemos dirigir; y todo ella sin que hayan cambiado nuestras caracteristicas biol6gicas.

El exceso del grupo critico provoca una sobrecarga en el cerebro del individuo, sobrecarga que de ninguna manera es capaz de soportar.

N.B. A primera vista parece que valencia y capacidad de canal son las tinicas que dependen de las leyes de la naturaleza, pero, en realidad, tambien se encuentra en este caso la estructura social; ya hemos visto que esta en funci6n de la estructura mate-matica de una sociedad, y por lo tanto esta regida por las leyes de la topologia.

5 . La d esintegracion de las grandes organizaciones

Lo que acabamos de decir del fen6meno del grupo critico rebasa en mucho la simple observaci6n y la hip6tesis cientifica. En realidad se trata de un fen6meno que llamo parapolitico: mas fundamentalmente politico que todo Io que denominamos politica.

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4 . La rnagnitud del <<grupo critico» es una caracteristica de ca'da es·pecie

Asi pues, el grupo critico resulta de dos factores biol6gicos (la valencia y la capacidad de canal) y de un factor topol6gico (la estructura de la sociedad). Su magnitud no depende de una ideologia, de una tecnica o de unos conocimientos; . dicho de otra manera, no depende de factores artificiales que esten en manos de] hombre. Los tres factores decisivos no dependen mas que de leyes de la naturaleza, y la misma ley del grupo critico es una ley natural.

Dos de los factores (valencia y capacidad de canal) son factores biol6gicos: por ello varian con cada especie. El tercer factor es invariante, en el sentido de que es el mismo para todas las especies.

El grupo critico varia con la especie; es diferente en el hombre, en el mono o en los leones, los arenques o las abejas. Pero en cada especie puede ser determinado, y su magnitud nume-rica puede considerarse como una caracteristica de la especie.

Si, por ejemplo, considera:::nos una especie animal, diga-mos el elefante, veremos que la borda de los elefantes varia segt1n el numero que forma parte de ella, pero que esta borda nunca pasarl;l de un numero determinado: el del grupo critico de los ele-fantes. Para el hombre, la alienaci6n es consecuencia de un excesp muy notorio del grupo critico humano: estamos cohabitando con un numero de hombres mayor de los que podemos soportar, y con mas objetos de los que podemos dirigir; y todo ella sin que hayan cambiado nuestras caracteristicas biol6gicas.

El exceso del grupo critico provoca una sobrecarga en el cerebro del individuo, sobrecarga que de ninguna manera es capaz de soportar.

N.B. A primera vista parece que valencia y capacidad de canal son las tinicas que dependen de las leyes de la naturaleza, pero, en realidad, tambien se encuentra en este caso la estructura social; ya hemos visto que esta en funci6n de la estructura mate-matica de una sociedad, y por lo tanto esta regida por las leyes de la topologia.

5 . La d esintegracion de las grandes organizaciones

Lo que acabamos de decir del fen6meno del grupo critico rebasa en mucho la simple observaci6n y la hip6tesis cientifica. En realidad se trata de un fen6meno que llamo parapolitico: mas fundamentalmente politico que todo Io que denominamos politica.

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Este fenomeno del grupo critico resulta evidente si consideramvs que la viabilidad de cualquier organizacion social (y con ella la posibilidad de cualquier utopia) depende de los limites inherentes a toda comunicacion, y que el fenomeno del grupo critico es la expresion mas simple y rigurosa de estos limites.

Imaginemos un ejemplo: diez humanos, utopistas conven-cidos, deciden formar un grupo igualitario. Lo consiguen despues de algunas dificultades. Su grupo funciona bien y son muchos los que quieren unirse a el. Los fundadores deciden no aceptar mas que a cuatro nuevos miembros. El grupo puede seguir siendo igualitario porque -si suponemos, como ejemplo, que Ia valencia es cuatro y la capacidad de canal es seis- el grupo de catorce miembros todavia es inferior al grupo critico igualitario. Mas tar-de, se integran al grupo seis nuevos miembros; inmediatamente, uno de los antiguos se convierte en director del grupo; el grupo ha rebasado Ia magnitud critica igualitaria y ha pasado de gru-po igualitario a grupo jerarquico.

Este grupo jerarquico empieza a crecer, se instaura el ar-bol jerarquico. Despues, cuando el numero de miembros pasa de 900 (que es la dimension critica del grupo jerarquico, a condici6n de que la valencia sea 4 y la capacidad de canal sea 6), uno de los subgrupos se convierte en disidente. Este fen6meno es casi automatico: cuando el grupo rebasa la dimension critica que co-rresponde a su estructura social se escinde.

Este ejemplo, muy significativo, muestra una de las conse-cuencias posibles de rebasar la dimension del grupo critico.

En realidad, el fenomeno es mucho mas complejo y las consecuencias mucho mas diferenciadas, porque entran en j uego otros factores de los que vamos a hablar ahora.

Hemos vista que la magnitud del grupo critico puede variar en funcion de:

a) la valencia especifica de sus miembros; b) la estructura del grupo; c) la capacidad de canal especifica de los miembros del

grupo.

Pero si examinamos de nuevo la definicion de valencia, veremos que se trata del numero de influencias asimilables por un individuo durante un pel'iodo cle 1'eferencia dado. Por ello, la valencia dependera tambien, dejando aparte el mecanismo cere-bral especifico del individuo en cuestion, de la duraci6n de la referenda. Vamos a explicarnos, el numero de influencias asimi-lables sera diferente, naturalmente, si la duraci6n de referenda es de un minuto, una bora, un afio o un siglo. Ademas, dependeni tambien del lenguaje por el cual se expresa la influencia: lenguaje hablado, ejemplo no verbal, etc.

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Aqui hemos de introducir un concepto complementario, que Jlamo velocidad caracteristica del lenguaje; esta velocidad viene expresada por los tiempos, por la duraci6n necesaria para un individuo en asimilar la influencia. Existen c6digos muy nipi-dos: el lenguaje militar, los c6digos comerciales, etc., y c6digos muy lentos, cuya comprensi6n va Jigada a la experiencia vivida: codigos artisticos, religiosos, filosoficos, etc.

La velocidad caracteristica de un codigo influye tanto en. la valencia como en la capacidad de canal. Si antes he hablado de diversos valores numericos de la valencia, 0 de la capacidad de canal de los humanos, lo he hecho siempre en funcion de un c6digo definido, ya que la valencia y la capacidad de canal lo son en fun-cion de este.

Otra variable que no se ha de olvidar es Ia que llamo velocidad de reacci6n admitida por el contexto exterior. Esta ve-locidad ha de corresponder al tiempo de referenda que ha servi-do para determinar la valencia y la capacidad de canal, teniendo en cuenta tambien la velocidad que caracteriza el lenguaje CGti-diano.

Nos explicaremos. Imaginemos a un marino que guia un fnigil esquife. Utiliza un timon que puede manejar con cierta rapidez y al que el fragil esquife obedece con una rapidez adecuada. Nuestro marino conseguira guiar su barco mientras el ritmo de los cambios exteriores (olas, rcifagas de viento) sea mas Iento que la velocidad con la cual su fragil esquife obedece a sus maniobras . Dicho de otra manera, el esquife no naufragani en tanto su velo-cidad de reacci6n sea mayor que el ritmo de los cambios del con-texto exterior.

La velocidad de reaccion es un elemento esencial para de-terminar la magnitud critica de las organizaciones. El buen funcio-namiento de una unidad militar depende de su gran velocidad de reaccion, que esta en funcion de una magnitud critica mas rcdu-cida que la de la Iglesia, en Ia que la velocidad de reaccion puede medirse por siglos.

Por lo tanto, la expresion precisa de Ja magnitud del gru-po critico sera una funci6n que dependera:

a) de la estructura social del grupo b) de la valencia especifica de la especie humana c) de la capacidad de canal especifica de la especie hu-

mana d) de la velocidad de reaccion impuesta por un contexto e) de Ia velocidad caracteristica del lenguaje utilizado

por el grupo.

Estando en poseswn de esta formula precisa, podemos concluir que un grupo (o una organizacion) que rcbase Ia magnitud

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del grupo critico correspondiente, puede reaccionar de diversas maneras ; puede :

aa) cambiar la estructura social; bb) dividirse en varios grupos que mantendnin la e strue-

tura del grupo social originario; cc) reducir su velocidad de reacci6n.

Estas tres reacciones representan un cambio politico im-portante: ya sea una revoluci6n, ya sea una secesi6n, ya sea una esclerosis. Las revoluciones, las secesiones o las esclerosis son, en la mayoria de los casas, consecuencia de un exceso en la mag-nitud critica. El fen6meno del grupo critico r epresenta, por tanto, un fen6meno parapolitico.

Conocemos muchos ejemplos de este fen6meno: la desin-tegraci6n de los imperios, la ingobernabilidad de los grandes es-tados, etc. Estos imperios, estos estados, podian existir mientras ·eran relativamente pequeiios, mientras no estaban centralizados (no considero centralizada una organizaci6n en la cual - como su-'cedia en los imperios antiguos- el cumplimiento de las decisio-nes del centro exigia de seis a doce meses; en efecto, debido a este hecho los estados estaban m enos dirigidos por el p oder cen-tral que por una serie de poderosos proc6nsules); o bien en tanto que la velocidad de reacci6n exigida por el · contexto exterior era relativamente lenta (por ejemplo, en lnglaterra en la epoca vic-toriana).

En nuestra epoca, esta degradaci6n debida al exceso de la magnitud critica apropiada se expresa, entre otros, por el hecho de que los poderes centrales hacen politica exterior, pero son in-capaces de hacer politica in terior, ya se trate de estados, o de em-presas, etc. A este h echo se debe el numero creciente de reunio-nes <<Cumbre» que, en definitiva, no son otra cosa que clubs de dirigentes, a nivel elevado, que intentan salvarse reciprocamente ante el abismo profunda que les separa de las organizaciones que pretenden dirigir.

6. La diversificacion

Esta constataci6n del canicter parapolitico del fen6meno del grupo critico nos lleva a las constataciones iniciales de este capitulo sabre la imposibilidad de las utopias universales, que se deduce de las limitaciones que impone la existencia del · grupo critico.

Si las utopias universales son imposibles, la cliwe de las u topias podria ser, por el contrario, la coexistencia en la diver-

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sidad. Cada grupo buscani su utopia, que realizaria, y estas uto-pias serian particulares a cada grupo incluso en el caso de que su caracter peculiar no fuera expresado por medio de una termino-logia consagrada. Esta multiplicidad de utopias, asi como la impo-sibilidad de la utopia (mica, son una consecuencia 16gica de nues.-t ras observaciones precedentes; es una forma de ley de la natu-raleza.

Es probable que la fe en la utopia unica, superior a las demas, sea propia de Occidente, heredada de los griegos y tam-bien de la Cristiandad. Esta fe, que incita a la conquista para salvar a los demas - contra su propia voluntad-, esta actitud mi-sionera, probablemente es la caracteristica mas autodestructora que ·existe, ya que teniendo como meta lo imposible, se aparta de la via realizable (la multiplicidad de las utopias) sin darse cuenta de ello. Iglesia ha comprendido, por fin, que las reli-giones no pueden ser salvadas mas que por sus herejias?

Otra consecuencia de lo que precede es la imposibilidad de Ia comunicaci6n global. Toda imagen que Occidente se ha hecho del mundo se basa en la hip6tesis tacita del deseo de la union, de Ia comprensi6n entre todos, de la comunicaci6n entre todos. En tanto esta comunicaci6n no ha sido realizable por falta de una tecnologia adecuada, esta hip6tesis no se ha manifestado en toda su nocividad. Pero hoy, que no son precisamente los medios de comunicaci6n lo que faltan, indudablemente es la inadap-taci6n biol6gica del animal humano lo que hace imposible la co-municaci6n global, y el Occidente dificilmente puede asimilar el shock.

El miedo a las catastrofes, caracteristico de los afios 1970, es un ejemplo que se puede citar: la penuria es inminente y el recurso espiritual de Occidente puesto en juego es la creaci6n de consejos de sabios. Estos consejos de sabios llegan con sus propo-siciones, y una vez hechas, vemos que son inaplicables. lnaplica-bles porque son incomunicables en el corto periodo de tiempo que queda, incomunicables a la humanidad entera. La velocidad de reacci6n propia de un grupo cuya dimension seria la de la huma-n'idad entera, corresponderia a un tiempo disponible de varios siglos, lo cual resulta demasiado prolongado frente a la urgencia del problema que se ha de resolver.

En cambio los grupos pequeiios pueden defenderse con medios improvisados contra estas p enurias. Son capaces de con-seguir la salvaci6n que la gran organizaci6n no puede realizar. Las organizaciones paralelas, como la de los mercados negros (que palian las deficiencias de los mercados oficiales), las organizacio-nes de vecinos (que realizan los servicios que los gobiernos son incapaces de prestar), etc., representan algunos ejemplos de Ja autodefensa de los grupos pequeiios. El canje que sustituye al dinero en epocas de penuria, el aislamiento voluntario de Jos

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pequeiios grupos que intentan sobrevivir en situaciones dificiles, son fen6menos sanos. Hemos de fomentar su aparici6n, explicando la imposibilidad de la comunicaci6n generalizada -preconizada por nuestros antepasados- y borrando la etiqueta de asocial que se pone a los intentos de autonomia de los grupos pequeiios, veta-dos por los dogmas sociales corrientes y al uso.

7. La autorregulaeion social una vez mas, ipor que un perro esta siempre sentado confortablemente?

En este capitulo, y hasta este momento, hemos visto que las utopias sociales realizables obedecen a una especie de ley natural, la del grupo critico. Para toda utopia social existe un numero limitado que define el mayor grupo que puede realizar todavia esta utopia.

Quede claro, por lo tanto, que podemos ampliar el concepto de grupo critico a los conjuntos de grupos que necesariamente estan regidos (porque estan unidos entre si por intermediarios humanos que tienen la misma valencia y la misma capacidad de -canal que los restantes miembros del grupo) por !eyes identicas; en cambia, estas leyes pueden ser diferentes en lo que se refiere a la velocidad de reacci6n del conjunto, que puede ser mas lenta que la del grupo.

En todo caso, la existencia de una ley-limite es el signo de la autorregulaci6n del sistema: el sistema se desarrolla de una manera determinada hasta que llega a su limite, y a partir de este momenta empieza a comportarse de una manera distinta. Las leyes naturales de la biologia son un ejemplo de esta clase de leyes.

De ahi se desprende una constataci6n muy sencilla y que muchas veces ya se presiente; nuestras sociedades son perfecta-mente autorregulables. Esta hipotesis puede confirmarse en fun-cion de las reflexiones contenidas en este capitulo.

He aqui como veremos funcionar la autorregulaci6n de una sociedad si admitimos que la organizaci6n social humana no se puede desarrollar mas que dentro de unos limites muy estre.-chos: comprenderemos que si una organizacion crece, se ve obli-gada a cambiar su estructura, y que al cambiar su estructura se ve obligada al propio tiempo a cambiar su dimension. La hip6tesis de la autorregulaci6n de las organizaciones sociales puede ser concebida como uno de los factores mas importantes de la selec-ci6n natural; una sociedad que conserva su estructura y que al propio tiempo crece, resulta vulnerable a la primera crisis y se va destruyendo a un ritmo acelerado. En una sociedad en este estado, pocos miembros sobreviviran, y estos senin los que se

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habnin orientado hacia otro tipo de estructura; senin poco nume-rosos y representanin un punto de partida de otra linea genetica. Hace alg(In tiempo formule a tm bi6logo amigo mio la pregunta ret6rica siguiente: ( C6mo es posible que un perro siempre se sienta de una manera confortable? No puede decirse lo mismo de un ser humano. Evidentemente, la respuesta es que un perro pro-bablemente no sostiene teorias para saber c6mo se ha de sentar; despues de sentarse, el perro sigue moviendose basta que encuen-tra una posici6n c6moda. En cambio el hombre se sienta siguien-do una imagen que el tiene de la manera perfecta de sentarse, sin atender a sus propia autorregulaci6n, como hace el perro.

Hace dieciseis aiios, en mi libro sobre Ia arquitectura m6vil (que trata de la autorregulaci6n en el dominio de la 'arqui-tectura) constataba que los animales poseen la libertad individual, siguiendo leyes inviolables, y que los hombres no tienen Zibertad individual, empero su sistema de leyes es vulnerable. Queda claro par tanto que los animales tienen una superioridad social sabre los hombres.

E sta superioridad de los animales proviene de Ia autorre-gulaci6n (que, como hemos vis to, esta regida por !eyes estrictas, como entre otras, las del grupo critico) . La utopia sin duda reali-zable, y una de las mas importantes, consistiria en admitir Ia equi-valencia de todas las utopias, pero esto no seria posible sino en un sistema de !eyes que admitiera Ia autorregulaci6n. En un tal sistema de !eyes naturales -que es jnviolable- y que es necesaria-mente del tipo de las !eyes-limite, la utilidad y Ia «realizabilidad» de las utopias se prcduciria de una manera natural.

Hablo de esta manera, en futuro, de este sistema de !eyes naturales, aunque actualmente vivamos en un sistema parecido (y aunque siempre hayamos vivido en el), y Io hago asi para subra-yar, utilizando el tiempo futuro, el hecho de que un dia sera preciso que reconozcamos Ia existencia de este sistema y que renunciemos a las ideologias verbosas que actualmente reempla-zan lo que deberia ser nuestra ciencia social y politica. Reconocer el mundo en el que vivimos tal como se podria ser mas «animal» (en el sentido noble del termino) que crearnos un mundo imagina-rio cada vez mas complicado y cada vez mas contradictorio para nuest ras experiencias cotidianas, y esto podria ser muy importante para nuestra supervivencia.

La hip6tesis del grupo critico quizas sea el punto de par-tida para una ecologia social ...

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