INSTITUCION EDUCATIVA DEPARTAMENTAL RUFINO CUERVO
EDUCACION SEMIPRESENCIAL DE ADULTOS FIN DE SEMANA
“LEER, NUESTRA NUEVA MISIÓN”
FECHA: SEMANA DEL 9 de mayo AL 30 de mayo 2020 ASIGNATURA: español. CICLO VI. DOCENTE: Marina Alarcón González www.leernuestranuevamisión.com [email protected] WhatsApp: 3005566686
COMPETENCIAS: a. Textual: Se refiere a los mecanismos que garantizan coherencia y cohesión en los
enunciados y en los textos También se asocian el aspecto estructural del discurso. b. Pragmática: Ser competente desde el punto de vista pragmático supone ajustar lo que
decimos a las circunstancias y a los interlocutores. c. Gramatical o Sintáctica: Aplicar adecuadamente las reglas de la escritura. d. Competencia semántica: Capacidad de reconocer y usar los significados y las palabras
con pertinencia según las exigencias del contexto de comunicación.
TEMAS A DESARROLLAR:
1. Competencias de lectura (Interpretativa, argumentativa, propositiva)
2. Actividad de adquisición de competencias lectoras
3. Ortografía
4. Construcción de textos argumentativos escritos
CONOCIMIENTOS TEÓRICOS
PRIMERA SEMANA
Esta guía, le invita a enfrentar diversas actividades de lectura.
¿SE HA PREGUNTADO, QUÉ ES LEER?
En la presente guía, aparecen dos cuentos. Ya lo ha leído. Cuando usted lo hace, comprende que leer es mucho más que mirar letras, signos, frases, párrafos, diálogos… Y comprende, que es necesario dedicarle su tiempo y sus sentidos al texto si de verdad, quiere disfrutarlo. Se aleja de los distractores y busca leer de nuevo, más concentrado en la intención del autor. Pronto se da cuenta, que el texto tiene un significado. Que hay un mensaje, que tiene sentido!
Cuando usted termina de leer y puede relatar con sus propias palabras la lectura, ha alcanzado la competencia INTERPRETATIVA, ha comprendido el texto!. Ya conoce sus personajes, situaciones, lugares, inicio, nudo, desenlace. Puede contarlo una y otra vez. Usted, es capaz de dar su opinión acerca de la lectura, usted es capaz de establecer comparaciones con hechos que conoce, con canciones, películas, situaciones del hogar, del vecindario. Ha alcanzado la competencia ARGUMENTATIVA. Está aprendiendo usted a LEER. Ya sabe que el proceso lector es mucho más agradable y completo que repetir las líneas de un texto simplemente. Leer es interpretar, es argumentar. Entonces, usted a partir del texto que ha leído, se siente capaz de crear una canción, una pintura, un poema, un ensayo, un discurso, una reflexión, una escultura, una obra de teatro o cualquier obra de arte que su talento le inspire. Ha llegado usted a la competencia PROPOSITIVA. Usted es ahora el escritor, el artista que crea su obra para que otros empiecen el proceso lector a partir de su obra. Porque debe usted saber, que toda obra está hecha para ser leída, incluso, la obra de Dios en la mirada de alguien a quien amamos. Toda obra, es susceptible del proceso lector. A practicar! Responda las preguntas 70 a 75 de acuerdo con la siguiente información
ARTE POÉTICA
Mirar el río hecho de tiempo y agua y recordar que el tiempo es otro río, saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua. Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte que teme nuestra carne es esa muerte de cada noche, que se llama sueño. Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años, convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo, ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía que es inmortal y pobre. La poesía vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Ítaca verde y humilde. El arte es esa Ítaca de verde eternidad, no de prodigios. También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
Tomado de: García Maffla, Jaime. Antología de poesía colombiana e hispanoamericana. Jorge Luis Borges. Bogotá, Colombia: Editorial Panamericana. pp. 240-241.
70. A partir de lo expresado en la segunda estrofa y en relación con el sentido global del poema, se puede inferir que, para el autor, el temor de la muerte es A. infundado, porque el ser humano permanentemente vive sumido en un sueño ilusorio. B. real, ya que la vida para el ser humano es tan corta como el recorrido de un río. C. idealista, pues tanto el cuerpo como el alma se necesitan mutuamente. D. inevitable, ya que todos los seres humanos viven en un estado de vigilia permanente. 71. De los siguientes fragmentos, el que guarda mayor relación con la concepción del tiempo en la vida, manifestada en la primera estrofa, es: A. “Yo no sé mañana, yo no sé mañana / si estaremos juntos si se acaba el mundo / yo no sé si soy para ti, si serás para mí / si lleguemos amarnos o a odiarnos…”(Luis Enrique). B. “Sueño contigo / no me conformo con seguir siendo tu amigo / andar a solas preguntándole a mi soledad …”(Alejandro Fernández). C. “Vida, devuélveme mis fantasías / mis ganas de vivir la vida / devuélveme el aire…” (Sin Bandera). D. “Todo aquel que piense / que la vida es desigual / tiene que saber que no es así / que la vida es una hermosura / hay que vivirla…”(Celia Cruz). 72. La definición de poesía que mejor se relaciona con la concepción poética que expresa Borges en su Arte poética, es: A. “La historia hace a los hombres sabios; la poesía, ingeniosos; las matemáticas, sutiles; la filosofía natural, profundos; la moral, graves; la lógica y la retórica, hábiles para la lucha” (Francis Bacon). B. “La pintura es poesía muda” (Leonardo Da Vinci). C. “Cada poema es único, en cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía. Cada lector busca algo en el poema y no es insólito que lo encuentre: ya lo llevaba dentro” (Octavio Paz). D. “La poesía, señor hidalgo, a mi parecer, es como una doncella tierna y de poca edad, y en todo extremo hermosa” (Miguel de Cervantes Saavedra). 73. De acuerdo con la forma como están construidos los versos de las tres primeras estrofas, el poeta reafirma el sentido del arte poético usando A. adverbios de tiempo, porque señalan la duración de cada obra de arte. B. sustantivos propios, porque definen claramente qué es el arte poético. C. adjetivos calificativos, porque describen todas las características de la poesía y del arte.
D. verbos en infinitivo, porque expresan acciones que pueden suceder en cualquier tiempo. 74. Dentro del texto, las palabras que se pueden asociar con la noción de tiempo que se desarrolla en el poema, son A. río, sueño, eternidad. B. años, prodigios, cristal. C. rostro, Ítaca, rumor. D. agua, música, humildad. 75. En el poema, el autor aborda principalmente el tema de la A. fugacidad del tiempo. B. inmortalidad del sueño. C. creación artística. D. inmediatez de la muerte. Responda las preguntas 76 a 81 de acuerdo con la siguiente información: En septiembre de 1998, el Fondo de Prevención Vial Nacional, en compañía de los Ministerios de Transporte y Salud, lanzó una campaña dirigida a los motociclistas, con los siguientes lemas: Échele cabeza, Lo importante es andar seguro y Algunos animales no usan casco, junto a la información que aparece al pie de los lemas.
76. El cambio de conducta que pretende la campaña en sus lectores supone valores que se relacionan con A. la obediencia y el cumplimiento de la norma. B. el compromiso y el derecho a informarse. C. la vigilancia y la mutua sanción.
D. la conciencia y la responsabilidad sobre los actos. 77. Por sus características formales y de contenido, este es un texto de tipo A. narrativo que encadena acontecimientos. B. publicitario que busca persuadir. C. periodístico que informa sucesos. D. expositivo que hace explícita una información. 78. Una de las características funcionales del lenguaje utilizado en los lemas es su ambigüedad, ya que A. predican un sentido literal asociado a la imagen, pero generan uno figurado alusivo al destinatario. B. buscan establecer una interpretación de las imágenes que parece no corresponder con la realidad. C. definen unas orientaciones de la conducta que generan interpretaciones inequívocas. D. hacen que el hombre-motociclista se pregunte por el significado de ser considerado animal. 79.La imagen de la tortuga mantiene una relación visual significativa con los lemas de la campaña, porque A. hace pensar a los motociclistas en el casco. B. tiene cabeza, tiene casco, camina segura. C. tiene una protección natural para guardar la cabeza. D. es animal, tiene cabeza, camina segura. 80. La información y su contenido estadístico funcionan como razones, porque A. evidencian casos que se constatan con cifras que dan veracidad. B. muestran hechos o acontecimientos sobre accidentes de tránsito. C. informan del sentido de la campaña a los motociclistas. D. presentan soluciones a una situación basándose en estadísticas. 81. Del lema Algunos animales no usan casco se puede afirmar que forma parte de una campaña A. preventiva, cuya estrategia es sancionar una conducta a partir del humor. B. de desprestigio, cuya estrategia es ridiculizar a quienes no usan casco. C. cívica, cuya estrategia es condenar a los motociclistas por desobedecer. D. informativa, cuya estrategia es indagar acerca de causales de accidentes.
SEGUNDA SEMANA: LECTURA
EL CUENTISTA [Cuento - Texto completo.]
Saki
Era una tarde calurosa y el vagón del tren también estaba caliente; la siguiente parada, Templecombe, estaba casi a una hora de distancia. Los ocupantes del vagón eran una niña pequeña, otra niña aún más pequeña y un niño también pequeño. Una tía, que pertenecía a los niños, ocupaba un asiento de la esquina; el otro asiento de la esquina, del lado opuesto, estaba ocupado por un hombre soltero que era un extraño ante aquella fiesta, pero las niñas pequeñas y el niño pequeño ocupaban, enfáticamente, el compartimiento. Tanto la tía como los niños conversaban de manera limitada pero persistente, recordando las atenciones de una mosca que se niega a ser rechazada. La mayoría de los comentarios de la tía empezaban por «No», y casi todos los de los niños por «¿Por qué?». El hombre soltero no decía nada en voz alta. -No, Cyril, no -exclamó la tía cuando el niño empezó a golpear los cojines del asiento, provocando una nube de polvo con cada golpe-. Ven a mirar por la ventanilla -añadió. El niño se desplazó hacia la ventanilla con desgana. -¿Por qué sacan a esas ovejas fuera de ese campo? -preguntó. -Supongo que las llevan a otro campo en el que hay más hierba -respondió la tía débilmente. -Pero en ese campo hay montones de hierba -protestó el niño-; no hay otra cosa que no sea hierba. Tía, en ese campo hay montones de hierba. -Quizá la hierba de otro campo es mejor -sugirió la tía neciamente. -¿Por qué es mejor? -fue la inevitable y rápida pregunta. -¡Oh, mira esas vacas! -exclamó la tía. Casi todos los campos por los que pasaba la línea de tren tenían vacas o toros, pero ella lo dijo como si estuviera llamando la atención ante una novedad. -¿Por qué es mejor la hierba del otro campo? -persistió Cyril. El ceño fruncido del soltero se iba acentuando hasta estar ceñudo. La tía decidió, mentalmente, que era un hombre duro y hostil. Ella era incapaz por completo de tomar una decisión satisfactoria sobre la hierba del otro campo. La niña más pequeña creó una forma de distracción al empezar a recitar «De camino hacia Mandalay». Solo sabía la primera línea, pero utilizó al máximo su limitado conocimiento. Repetía la línea una y otra vez con una voz soñadora, pero decidida y muy audible; al soltero le pareció como si alguien hubiera hecho una apuesta con ella a que no era capaz de repetir la línea en voz alta dos mil veces seguidas y sin detenerse. Quienquiera que fuera que hubiera hecho la apuesta, probablemente la perdería. -Acérquense aquí y escuchen mi historia -dijo la tía cuando el soltero la había mirado dos veces a ella y una al timbre de alarma. Los niños se desplazaron apáticamente hacia el final del compartimiento donde estaba la tía. Evidentemente, su reputación como contadora de historias no ocupaba una alta posición, según la estimación de los niños. Con voz baja y confidencial, interrumpida a intervalos frecuentes por preguntas malhumoradas y en voz alta de los oyentes, comenzó una historia poco animada y con una deplorable carencia de
interés sobre una niña que era buena, que se hacía amiga de todos a causa de su bondad y que, al final, fue salvada de un toro enloquecido por numerosos rescatadores que admiraban su carácter moral. -¿No la habrían salvado si no hubiera sido buena? -preguntó la mayor de las niñas. Esa era exactamente la pregunta que había querido hacer el soltero. -Bueno, sí -admitió la tía sin convicción-. Pero no creo que la hubieran socorrido muy deprisa si ella no les hubiera gustado mucho. -Es la historia más tonta que he oído nunca -dijo la mayor de las niñas con una inmensa convicción. -Después de la segunda parte no he escuchado, era demasiado tonta -dijo Cyril. La niña más pequeña no hizo ningún comentario, pero hacía rato que había vuelto a comenzar a murmurar la repetición de su verso favorito. -No parece que tenga éxito como contadora de historias -dijo de repente el soltero desde su esquina. La tía se ofendió como defensa instantánea ante aquel ataque inesperado. -Es muy difícil contar historias que los niños puedan entender y apreciar -dijo fríamente. -No estoy de acuerdo con usted -dijo el soltero. -Quizá le gustaría a usted explicarles una historia -contestó la tía. -Cuéntenos un cuento -pidió la mayor de las niñas. -Érase una vez -comenzó el soltero- una niña pequeña llamada Berta que era extremadamente buena. El interés suscitado en los niños momentáneamente comenzó a vacilar en seguida; todas las historias se parecían terriblemente, no importaba quién las explicara. -Hacía todo lo que le mandaban, siempre decía la verdad, mantenía la ropa limpia, comía budín de leche como si fuera tarta de mermelada, aprendía sus lecciones perfectamente y tenía buenos modales. -¿Era bonita? -preguntó la mayor de las niñas. -No tanto como cualquiera de ustedes -respondió el soltero-, pero era terriblemente buena. Se produjo una ola de reacción en favor de la historia; la palabra terrible unida a bondad fue una novedad que la favorecía. Parecía introducir un círculo de verdad que faltaba en los cuentos sobre la vida infantil que narraba la tía. -Era tan buena -continuó el soltero- que ganó varias medallas por su bondad, que siempre llevaba puestas en su vestido. Tenía una medalla por obediencia, otra por puntualidad y una tercera por buen comportamiento. Eran medallas grandes de metal y chocaban las unas con las otras cuando caminaba. Ningún otro niño de la ciudad en la que vivía tenía esas tres medallas, así que todos sabían que debía de ser una niña extraordinariamente buena. -Terriblemente buena -citó Cyril. -Todos hablaban de su bondad y el príncipe de aquel país se enteró de aquello y dijo que, ya que era tan buena, debería tener permiso para pasear, una vez a la semana, por su parque, que estaba justo afuera de la ciudad. Era un parque muy bonito y nunca se había permitido la entrada a niños, por eso fue un gran honor para Berta tener permiso para poder entrar. -¿Había alguna oveja en el parque? -preguntó Cyril. -No -dijo el soltero-, no había ovejas. -¿Por qué no había ovejas? -llegó la inevitable pregunta que surgió de la respuesta anterior. La tía se permitió una sonrisa que casi podría haber sido descrita como una mueca. -En el parque no había ovejas -dijo el soltero- porque, una vez, la madre del príncipe tuvo un sueño en el que su hijo era asesinado tanto por una oveja como por un reloj de pared que le caía encima.
Por esa razón, el príncipe no tenía ovejas en el parque ni relojes de pared en su palacio. La tía contuvo un grito de admiración. -¿El príncipe fue asesinado por una oveja o por un reloj? -preguntó Cyril. -Todavía está vivo, así que no podemos decir si el sueño se hará realidad -dijo el soltero despreocupadamente-. De todos modos, aunque no había ovejas en el parque, sí había muchos cerditos corriendo por todas partes. -¿De qué color eran? -Negros con la cara blanca, blancos con manchas negras, totalmente negros, grises con manchas blancas y algunos eran totalmente blancos. El contador de historias se detuvo para que los niños crearan en su imaginación una idea completa de los tesoros del parque; después prosiguió: -Berta sintió mucho que no hubiera flores en el parque. Había prometido a sus tías, con lágrimas en los ojos, que no arrancaría ninguna de las flores del príncipe y tenía intención de mantener su promesa por lo que, naturalmente, se sintió tonta al ver que no había flores para coger. -¿Por qué no había flores? -Porque los cerdos se las habían comido todas -contestó el soltero rápidamente-. Los jardineros le habían dicho al príncipe que no podía tener cerdos y flores, así que decidió tener cerdos y no tener flores. Hubo un murmullo de aprobación por la excelente decisión del príncipe; mucha gente habría decidido lo contrario. -En el parque había muchas otras cosas deliciosas. Había estanques con peces dorados, azules y verdes, y árboles con hermosos loros que decían cosas inteligentes sin previo aviso, y colibríes que cantaban todas las melodías populares del día. Berta caminó arriba y abajo, disfrutando inmensamente, y pensó: «Si no fuera tan extraordinariamente buena no me habrían permitido venir a este maravilloso parque y disfrutar de todo lo que hay en él para ver», y sus tres medallas chocaban unas contra las otras al caminar y la ayudaban a recordar lo buenísima que era realmente. Justo en aquel momento, iba merodeando por allí un enorme lobo para ver si podía atrapar algún cerdito gordo para su cena. -¿De qué color era? -preguntaron los niños, con un inmediato aumento de interés. -Era completamente del color del barro, con una lengua negra y unos ojos de un gris pálido que brillaban con inexplicable ferocidad. Lo primero que vio en el parque fue a Berta; su delantal estaba tan inmaculadamente blanco y limpio que podía ser visto desde una gran distancia. Berta vio al lobo, vio que se dirigía hacia ella y empezó a desear que nunca le hubieran permitido entrar en el parque. Corrió todo lo que pudo y el lobo la siguió dando enormes saltos y brincos. Ella consiguió llegar a unos matorrales de mirto y se escondió en uno de los arbustos más espesos. El lobo se acercó olfateando entre las ramas, su negra lengua le colgaba de la boca y sus ojos gris pálido brillaban de rabia. Berta estaba terriblemente asustada y pensó: «Si no hubiera sido tan extraordinariamente buena ahora estaría segura en la ciudad». Sin embargo, el olor del mirto era tan fuerte que el lobo no pudo olfatear dónde estaba escondida Berta, y los arbustos eran tan espesos que podría haber estado buscándola entre ellos durante mucho rato, sin verla, así que pensó que era mejor salir de allí y cazar un cerdito. Berta temblaba tanto al tener al lobo merodeando y olfateando tan cerca de ella que la medalla de obediencia chocaba contra las de buena conducta y puntualidad. El lobo acababa de irse cuando oyó el sonido que producían las medallas y se detuvo para escuchar; volvieron a sonar en un arbusto que estaba cerca de él. Se lanzó dentro de él, con los ojos gris pálido brillando de ferocidad y triunfo, sacó a Berta de allí y la devoró hasta el último bocado. Todo lo que quedó de ella fueron sus zapatos, algunos pedazos de
ropa y las tres medallas de la bondad. -¿Mató a alguno de los cerditos? -No, todos escaparon. -La historia empezó mal -dijo la más pequeña de las niñas-, pero ha tenido un final bonito. -Es la historia más bonita que he escuchado nunca -dijo la mayor de las niñas, muy decidida. -Es la única historia bonita que he oído nunca -dijo Cyril. La tía expresó su desacuerdo. -¡Una historia de lo menos apropiada para explicar a niños pequeños! Ha socavado el efecto de años de cuidadosa enseñanza. -De todos modos -dijo el soltero, cogiendo sus pertenencias y dispuesto a abandonar el tren-, los he mantenido tranquilos durante diez minutos, mucho más de lo que usted pudo. «¡Infeliz! -se dijo mientras bajaba al andén de la estación de Templecombe-. ¡Durante los próximos seis meses esos niños la asaltarán en público pidiéndole una historia impropia!»
FIN
TERCERA SEMANA. El proceso lector forma parte de la COMPETENCIA COMUNICATIVA que nos diferencia de otros seres vivos. Cuando leemos, ponemos en práctica los siguientes aspectos:
a. Pragmático: Reconoce y caracteriza la situación de comunicación que subyace en el texto que leemos.
b. Sintáctico: Aprendemos a reconocer algunas estrategias de organización, tejido y componentes de los textos que leemos.
c. Semántico: Porque aprendemos a recuperar información explícita en el contenido del texto.
Responda las preguntas 82 a 87 de acuerdo con la siguiente información
NUESTRA EXTRAÑA ÉPOCA William Ospina
BORGES DECÍA QUE LA DEMOCRACIA, tal como hoy la entendemos, es “ese curioso abuso de la estadística”. La estadística, que sin duda es un instrumento valioso para entender ciertos fenómenos, se ha vuelto en nuestra época la piedra filosofal. Antes todo querían convertirlo en oro, ahora todo lo convierten en cifras. Todos los días nos llevan y nos traen con cifras que nos producen la ilusión de que todo es medible, de que todo es contable, y a veces perdemos la visión de la complejidad de los hechos gracias a la ilusión de que entendemos el mundo sólo porque conocemos sus porcentajes. Cifras llenas de importancia que, por lo demás, cambian de día en día. Los gobernantes suben y bajan en popularidad como en una montaña rusa al empuje de los acontecimientos, y están aprendiendo que a punta de escándalos, de riesgos y alarmas, es posible mantener el interés y
hasta la aprobación de la comunidad. Nadie parece preguntarse si detrás de esas cifras hay hechos profundos y datos verdaderos, si detrás de esas alarmas cotidianas hay cambios reales, si detrás de esos éxitos atronadores hay verdaderas transformaciones históricas. Roma creyó que era posible gobernar con pan y circo. El mundo contemporáneo le está demostrando que en esa fórmula sobraba el pan. Vivimos en la edad del espectáculo, en la edad de la satisfacción inmediata, ya quieren que nadie se pregunte de dónde viene ni para dónde va sino sólo cuál es el próximo movimiento, cuál es el último acontecimiento. Las modas han reemplazado a las costumbres, las noticias a las tradiciones, los fanatismos a las religiones, la farándula a la política. Paul Valery decía que llamamos civilización a un proceso cultural por el cual la humanidad tiende a ponerse de acuerdo sobre valores cada vez más abstractos. Y es verdad que allí donde las sociedades primitivas luchan por la tierra, por el oro, por la acumulación personal, las sociedades organizadas luchan por la libertad, por la justicia, por la igualdad de oportunidades, por la dignidad, por la legalidad. En una sociedad primitiva, si la ley es un estorbo para alcanzar un fruto concreto, se viola la ley con arrogancia y con descaro. Ello permite logros inmediatos pero vulnera ampliamente el pacto social, deja a algunos protagonistas más fuertes pero a la comunidad inevitablemente más débil. Hay una conspiración en el mundo contra la lucidez, contra la lentitud, contra las serenas maduraciones, contra los ritmos naturales, contra el esfuerzo, contra la responsabilidad. La inteligencia, por ejemplo, es estorbosa a la hora de lograr la unanimidad: es mucho mejor la disciplina y la sumisión. Las cosas profundas maduran lentamente, pero ahora se quiere que todo sea útil enseguida, no viajar sino llegar, no aprender sino saber, no estudiar sino graduarse, y terminamos creyendo que vale más el resultado que el proceso. Si las semillas tardan en retoñar, piensan que hay que intervenir los procesos para que las semillas revienten antes, para que la planta brote más pronto, para que la tierra extreme su trabajo y las cosechas se multipliquen. Tomado de: http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/william-ospina/columna-nuestra-extrana-epoca
82. De los siguientes enunciados, el que mejor contradice el planteamiento general del autor es: A. La estadística es una ciencia según la cual todas las mentiras se tornan cuadros (Dino Segre Pitigrilli). B. Hay tres clases de mentiras: la mentira, la maldita mentira y las estadísticas (Mark Twain). C. La estadística es una herramienta de medición objetiva que no admite duda en su interpretación (George Stephen Leacock). D. La estadística es la primera de las ciencias inexactas (Edmond y Jules De Goncourt). 83. El argumento “Roma creyó que era posible gobernar con pan y circo. El mundo contemporáneo le está demostrando que en esa fórmula sobraba el pan”, es pertinente en el texto porque A. enfatiza la idea sobre la falta de conciencia crítica de de una sociedad que hoy se define como civilizada. B. indaga por elementos históricos acerca de los conceptos de pan y circo, en razón de que el autor durante su escrito propone una visión diacrónica de la sociedad. C. aborda como problemática fundamental las instituciones que regulan la sociedad, puesto que
estas se aprovechan en detrimento de la comunidad. D. afirma que Roma ha dejado un legado positivo a la sociedad actual, dado que aún se puede mantener el control social mediante el entretenimiento. 84. Del texto se puede concluir que A. las sociedades primitivas evolucionaron a una sociedad organizada, al preguntarse por los cambios reales sin hacer uso de la estadística. B. una sociedad que privilegia la inmediatez de la información, vulnera el derecho a pensar y se aleja del principio básico de una sociedad organizada. C. una sociedad democrática, tal como la presenta Borges, es producto de una sociedad organizada y civilizada. D. las sociedades organizadas valoran la estadística como un instrumento que permite interpretar y dar sentido a los fenómenos sociales. 85. En el texto, el fragmento BORGES DECÍA QUE LA DEMOCRACIA, tal como hoy la entendemos, es “ese curioso abuso de la estadística” permite A. apoyar la tesis del autor porque ironiza la comprensión que la sociedad hace de la estadística como un valor de cambio que refleja toda la verdad. B. contradecir la tesis del autor porque afirma que la democracia debe legitimar el uso de la estadística. C. apoyar la tesis del autor porque contrapone la estadística y la sociedad, en razón del uso consciente de los datos en política. D. contradecir la tesis del autor porque afirma que la estadística es la solución a los problemas sociales contemporáneos. 86. De la forma como se enuncia en el texto, se podría afirmar que el autor A. se incluye dentro de la sociedad que cuestiona, pero se rebela contra ella. B. es ajeno a la sociedad que cuestiona, pero la analiza y comprende. C. conoce la sociedad que cuestiona y comparte su punto de vista. D. forma parte de la sociedad que cuestiona, pero la considera extraña. 87. Ospina cita a Paul Valery para abordar el concepto de sociedad organizada y contraponerlo, en el siguiente párrafo, con una apreciación sobre la sociedad primitiva; esto le permite A. explicar el concepto de sociedad desde una perspectiva histórica que rebate el planteamiento de Borges. B. ampliar su explicación sobre el problema y dar autoridad a la cadena argumental de su planteamiento. C. caracterizar algunos aspectos de la sociedad, en cuanto a su funcionamiento a través del devenir de la historia. D. relacionar el concepto de sociedad con el de cultura que apoya el concepto de democracia de Borges.
Responda las preguntas 88 a 93 de acuerdo con la siguiente información
EL SILENCIO DE LAS SIRENAS Autor: Franz Kafka
Existen métodos insuficientes, casi pueriles, que también pueden servir para la salvación. He aquí la prueba: Para protegerse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. Aunque todo el mundo sabía que este recurso era ineficaz, muchos navegantes podían haber hecho lo mismo, excepto aquellos que eran atraídos por las sirenas ya desde lejos. El canto de las sirenas lo traspasaba todo, la pasión de los seducidos habría hecho saltar prisiones más fuertes que mástiles y cadenas. Ulises no pensó en eso, si bien quizá alguna vez, algo había llegado a sus oídos. Se confió por completo en aquel puñado de cera y en el manojo de cadenas. Contento con sus pequeñas estratagemas, navegó en pos de las sirenas con alegría inocente. Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio. No sucedió en realidad, pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca de su silencio. Ningún sentimiento terreno puede equipararse a la vanidad de haberlas vencido mediante las propias fuerzas. En efecto, las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio, tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises, quien sólo pensaba en ceras y cadenas, les hizo olvidar toda canción. Ulises (para expresarlo de alguna manera) no oyó el silencio. Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él estaba a salvo. Fugazmente, vio primero las curvas de sus cuellos, la respiración profunda, los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Creía que todo era parte de la melodía que fluía sorda en torno de él. El espectáculo comenzó a desvanecerse pronto; las sirenas se esfumaron de su horizonte personal, y precisamente cuando se hallaba más próximo, ya no supo más acerca de ellas. Y ellas, más hermosas que nunca, se estiraban, se contoneaban. Desplegaban sus húmedas cabelleras al viento, abrían sus garras acariciando la roca. Ya no pretendían seducir, tan sólo querían atrapar por un momento más el fulgor de los grandes ojos de Ulises. Si las sirenas hubieran tenido conciencia, habrían desaparecido aquel día. Pero ellas permanecieron y Ulises escapó. La tradición añade un comentario a la historia. Se dice que Ulises era tan astuto, tan ladino, que incluso los dioses del destino eran incapaces de penetrar en su fuero interno. Por más que esto sea inconcebible para la mente humana, tal vez Ulises supo del silencio de las sirenas y tan sólo representó tamaña farsa para ellas y para los dioses, en cierta manera a modo de escudo. 88. Gracias a la creatividad del autor, el cuento anterior es una variante del universo ficcional de A. La Odisea. B. El Ulises. C. El legendario Odiseo y Poseidón. D. La guerra de Troya.
89.En el cuento, Kafka propone que ante la actitud de Ulises A. las hermosas sirenas retozaban en el mar para darle la bienvenida al Rey de Ítaca. B. las inteligentes sirenas se abstienen de cantar en correspondencia a la indiferencia del astuto
rey. C. las sirenas saben que ante su canto el truco de Ulises es una mala estrategia y que pronto caerá. D. las sirenas tienen el afán de realizar su Eros pero saben que el truco de Ulises es poderoso. 90. Del texto de Kafka se puede afirmar que Ulises engañó a los dioses porque A. posiblemente no escuchó el canto de las sirenas pero tenía temor. B. creyó escuchar el canto de las sirenas y lucho hasta el final. C. escuchó el canto de las sirenas pero el truco funcionó. D. las sirenas nunca cantaron y él se hizo el que se protegía. 91. En el texto original de La Odisea, las sirenas cantaron al paso de Ulises, tratando de seducir a su tripulación; en la versión de Kafka, el silencio de las sirenas es sinónimo de A. indiferencia. B. poder. C. agrado. D. inapetencia. 92. En el texto de Kafka compiten A. la sabiduría del guerrero y la inocencia de las sirenas. B. el orgullo del guerrero y el poder de los dioses. C. el orgullo de las sirenas y la astucia de Ulises. D. la sabiduría de las sirenas y el orgullo del guerrero. 93. En el texto, la expresión “para expresarlo de alguna manera” permite A. justificar una duda. B. explicar una palabra. C. aclarar una situación. D. proponer un significado.
SEMANA 4. LECTURA
EL AHOGADO MAS HERMOSO DEL MUNDO
Autor: Gabriel García Márquez (Aracataca, Colombia 1928 - México DF, 2014)
LOS PRIMEROS NIÑOS que vieron el promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el
mar, se hicieron la ilusión de que era un barco enemigo. Después vieron que no llevaba
banderas ni arboladura, y pensaron que fuera una ballena. Pero cuando quedó varado en la
playa le quitaron los matorrales de sargazos, los filamentos de medusas y los restos de
cardúmenes y naufragios que llevaba encima, y sólo entonces descubrieron que era un
ahogado.
Habían jugado con él toda la tarde, enterrándolo y desenterrándolo en la arena, cuando
alguien los vio por casualidad y dio la voz de alarma en el pueblo. Los hombres que lo
cargaron hasta la casa más próxima notaron que pesaba más que todos los muertos
conocidos, casi tanto como un caballo, y se dijeron que tal vez había estado demasiado tiempo
a la deriva y el agua se le había metido dentro de los huesos. Cuando lo tendieron en el suelo
vieron que había sido mucho más grande que todos los hombres, pues apenas si cabía en la
casa, pero pensaron que tal vez la facultad de seguir creciendo después de la muerte estaba
en la naturaleza de ciertos ahogados. Tenía el olor del mar, y sólo la forma permitía suponer
que era el cadáver de un ser humano, porque su piel estaba revestida de una coraza de
rémora y de lodo.
No tuvieron que limpiarle la cara para saber que era un muerto ajeno. El pueblo tenía
apenas unas veinte casas de tablas, con patios de piedras sin flores, desperdigadas en el
extremo de un cabo desértico. La tierra era tan escasa, que las madres andaban siempre con
el temor de que el viento se llevara a los niños, y a los muertos que les iban causando los años
tenían que tirarlos en los acantilados. Pero el mar era manso y pródigo, y todos los hombres
cabían en siete botes. Así que cuando se encontraron el ahogado les bastó con mirarse los
unos a los otros para darse cuenta de que estaban completos.
Aquella noche no salieron a trabajar en el mar. Mientras los hombres averiguaban si no
faltaba alguien en los pueblos vecinos, las mujeres se quedaron cuidando al ahogado. Le
quitaron el lodo con tapones de esparto, le desenredaron del cabello los abrojos submarinos y
le rasparon la rémora con fierros de des escamar pescados. A medida que lo hacían, notaron
que su vegetación era de océanos remotos y de aguas profundas, y que sus ropas estaban en
piltrafas, como si hubiera navegado por entre laberintos de corales. Notaron también que
sobrellevaba la muerte con altivez, pues no tenía el semblante solitario de los otros ahogados
del mar, ni tampoco la catadura sórdida y menesterosa de los ahogados fluviales. Pero
solamente cuando acabaron de limpiarlo tuvieron conciencia de la clase de hombre que era, y
entonces se quedaron sin aliento. No sólo era el más alto, el más fuerte, el más viril y el mejor
armado que habían visto jamás, sino que todavía cuando lo estaban viendo no les cabía en la
imaginación.
No encontraron en el pueblo una cama bastante grande para tenderlo ni una mesa
bastante sólida para velarlo. No le vinieron los pantalones de fiesta de los hombres más altos,
ni las camisas dominicales de los más corpulentos, ni los zapatos del mejor plantado.
Fascinadas por su desproporción y su hermosura, las mujeres decidieron entonces hacerle
unos pantalones con un pedazo de vela cangreja, y una camisa de bramante de novia, para
que pudiera continuar su muerte con dignidad. Mientras cosían sentadas en círculo,
contemplando el cadáver entre puntada y puntada, les parecía que el viento no había sido
nunca tan tenaz ni el Caribe había estado nunca tan ansioso como aquella noche, y suponían
que esos cambios tenían algo que ver con el muerto. Pensaban que si aquel hombre
magnífico hubiera vivido en el pueblo, su casa habría tenido las puertas más anchas, el techo
más alto y el piso más firme, y el bastidor de su cama habría sido de cuadernas maestras con
pernos de hierro, y su mujer habría sido la más feliz. Pensaban que habría tenido tanta
autoridad que hubiera sacado los peces del mar con sólo llamarlos por sus nombres, y habría
puesto tanto empeño en el trabajo que hubiera hecho brotar manantiales de entre las piedras
más áridas y hubiera podido sembrar flores en los acantilados. Lo compararon en secreto con
sus propios hombres, pensando que no serían capaces de hacer en toda una vida lo que
aquél era capaz de hacer en una noche, y terminaron por repudiarlos en el fondo de sus
corazones como los seres más escuálidos y mezquinos de la tierra. Andaban extraviadas por
esos dédalos de fantasía, cuando la más vieja de las mujeres, que por ser la más vieja había
contemplado al ahogado con menos pasión que compasión, suspiró:
—Tiene cara de llamarse Esteban.
Era verdad. A la mayoría le bastó con mirarlo otra vez para comprender que no podía
tener otro nombre. Las más porfiadas, que eran las más jóvenes, se mantuvieron con la ilusión
de que al ponerle la ropa, tendido entre flores y con unos zapatos de charol, pudiera llamarse
Lautaro. Pero fue una ilusión vana. El lienzo resultó escaso, los pantalones mal cortados y
peor cosidos le quedaron estrechos, y las fuerzas ocultas de su corazón hacían saltar los
botones de la camisa. Después de la media noche se adelgazaron los silbidos del viento y el
mar cayó en el sopor del miércoles. El silencio acabó con las últimas dudas: era Esteban. Las
mujeres que lo habían vestido, las que lo habían peinado, las que le habían cortado las uñas y
raspado la barba no pudieron reprimir un estremecimiento de compasión cuando tuvieron que
resignarse a dejarlo tirado por los suelos. Fue entonces cuando comprendieron cuánto debió
haber sido de infeliz con aquel cuerpo descomunal, si hasta después de muerto le estorbaba.
Lo vieron condenado en vida a pasar de medio lado por las puertas, a descalabrarse con los
travesaños, a permanecer de pie en las visitas sin saber qué hacer con sus tiernas y rosadas
manos de buey de mar, mientras la dueña de casa buscaba la silla más resistente y le
suplicaba muerta de miedo siéntese aquí Esteban, hágame el favor, y él recostado contra las
paredes, sonriendo, no se preocupe señora, así estoy bien, con los talones en carne viva y las
espaldas escaldadas de tanto repetir lo mismo en todas las visitas, no se preocupe señora, así
estoy bien, sólo para no pasar vergüenza de desbaratar la silla, y acaso sin haber sabido
nunca que quienes le decían no te vayas Esteban, espérate siquiera hasta que hierva el café,
eran los mismos que después susurraban ya se fue el bobo grande, qué bueno, ya se fue el
tonto hermoso. Esto pensaban las mujeres frente al cadáver un poco antes del amanecer. Más
tarde, cuando le taparon la cara con un pañuelo para que no le molestara la luz, lo vieron tan
muerto para siempre, tan indefenso, tan parecido a sus hombres, que se les abrieron las
primeras grietas de lágrimas en el corazón. Fue una de las más jóvenes la que empezó a
sollozar. Las otras, asentándose entre sí, pasaron de los suspiros a los lamentos, y mientras
más sollozaban más deseos sentían de llorar, porque el ahogado se les iba volviendo cada
vez más Esteban, hasta que lo lloraron tanto que fue el hombre más desvalido de la tierra, el
más manso y el más servicial, el pobre Esteban. Así que cuando los hombres volvieron con la
noticia de que el ahogado no era tampoco de los pueblos vecinos, ellas sintieron un vacío de
júbilo entre las lágrimas.
—¡Bendito sea Dios —suspiraron—: es nuestro!
Los hombres creyeron que aquellos aspavientos no eran más que frivolidades de mujer.
Cansados de las tortuosas averiguaciones de la noche, lo único que querían era quitarse de
una vez el estorbo del intruso antes de que prendiera el sol bravo de aquel día árido y sin
viento. Improvisaron unas angarillas con restos de trinquetes y botavaras, y las amarraron con
carlingas de altura, para que resistieran el peso del cuerpo hasta los acantilados. Quisieron
encadenarle a los tobillos un ancla de buque mercante para que fondeara sin tropiezos en los
mares más profundos donde los peces son ciegos y los buzos se mueren de nostalgia, de
manera que las malas corrientes no fueran a devolverlo a la orilla, como había sucedido con
otros cuerpos. Pero mientras más se apresuraban, más cosas se les ocurrían a las mujeres
para perder el tiempo. Andaban como gallinas asustadas picoteando amuletos de mar en los
arcones, unas estorbando aquí porque querían ponerle al ahogado los escapularios del buen
viento, otras estorbando allá para abrocharse una pulsera de orientación, y al cabo de tanto
quítate de ahí mujer, ponte donde no estorbes, mira que casi me haces caer sobre el difunto, a
los hombres se les subieron al hígado las suspicacias y empezaron a rezongar que con qué
objeto tanta ferretería de altar mayor para un forastero, si por muchos estoperoles y calderetas
que llevara encima se lo iban a masticar los tiburones, pero ellas seguían tripotando sus
reliquias de pacotilla, llevando y trayendo, tropezando, mientras se les iba en suspiros lo que
no se les iba en lágrimas, así que los hombres terminaron por despotricar que de cuándo acá
semejante alboroto por un muerto al garete, un ahogado de nadie, un fiambre de mierda. Una
de las mujeres, mortificada por tanta insolencia, le quitó entonces al cadáver el pañuelo de la
cara, y también los hombres se quedaron sin aliento.
Era Esteban. No hubo que repetirlo para que lo reconocieran. Si les hubieran dicho Sir
Walter Raleigh, quizás, hasta ellos se habrían impresionado con su acento de gringo, con su
guacamayo en el hombro, con su arcabuz de matar caníbales, pero Esteban solamente podía
ser uno en el mundo, y allí estaba tirado como un sábalo, sin botines, con unos pantalones de
sietemesino y esas uñas rocallosas que sólo podían cortarse a cuchillo. Bastó con que le
quitaran el pañuelo de la cara para darse cuenta de que estaba avergonzado, de que no tenía
la culpa de ser tan grande, ni tan pesado ni tan hermoso, y si hubiera sabido que aquello iba a
suceder habría buscado un lugar más discreto para ahogarse, en serio, me hubiera amarrado
yo mismo un áncora de galón en el cuello y hubiera trastabillado como quien no quiere la cosa
en los acantilados, para no andar ahora estorbando con este muerto de miércoles, como
ustedes dicen, para no molestar a nadie con esta porquería de fiambre que no tiene nada que
ver conmigo. Había tanta verdad en su modo de estar, que hasta los hombres más
suspicaces, los que sentían amargas las minuciosas noches del mar temiendo que sus
mujeres se cansaran de soñar con ellos para soñar con los ahogados, hasta ésos, y otros más
duros, se estremecieron en los tuétanos con la sinceridad de Esteban.
Fue así como le hicieron los funerales más espléndidos que podían concebirse para un
ahogado expósito. Algunas mujeres que habían ido a buscar flores en los pueblos vecinos
regresaron con otras que no creían lo que les contaban, y éstas se fueron por más flores
cuando vieron al muerto, y llevaron más y más, hasta que hubo tantas flores y tanta gente que
apenas si se podía caminar. A última hora les dolió devolverlo huérfano a las aguas, y le
eligieron un padre y una madre entre los mejores, y otros se le hicieron hermanos, tíos y
primos, así que a través de él todos los habitantes del pueblo terminaron por ser parientes
entre sí. Algunos marineros que oyeron el llanto a distancia perdieron la certeza del rumbo, y
se supo de uno que se hizo amarrar al palo mayor, recordando antiguas fábulas de sirenas.
Mientras se disputaban el privilegio de llevarlo en hombros por la pendiente escarpada de los
acantilados, hombres y mujeres tuvieron conciencia por primera vez de la desolación de sus
calles, la aridez de sus patios, la estrechez de sus sueños, frente al esplendor y la hermosura
de su ahogado. Lo soltaron sin ancla, para que volviera si quería, y cuando lo quisiera, y todos
retuvieron el aliento durante la fracción de siglos que demoró la caída del cuerpo hasta el
abismo. No tuvieron necesidad de mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que ya no
estaban completos, ni volverían a estarlo jamás. Pero también sabían que todo sería diferente
desde entonces, que sus casas iban a tener las puertas más anchas, los techos más altos, los
pisos más firmes, para que el recuerdo de Esteban pudiera andar por todas partes sin tropezar
con los travesaños, y que nadie se atreviera a susurrar en el futuro ya murió el bobo grande,
qué lástima, ya murió el tonto hermoso, porque ellos iban a pintar las fachadas de colores
alegres para eternizar la memoria de Esteban, y se iban a romper el espinazo excavando
manantiales en las piedras y sembrando flores en los acantilados, para que los amaneceres de
los años venturos los pasajeros de los grandes barcos despertaran sofocados por un olor de
jardines en altamar, y el capitán tuviera que bajar de su alcázar con su uniforme de gala, con
su astrolabio, su estrella polar y su ristra de medallas de guerra, y señalando el promontorio de
rosas en el horizonte del Caribe dijera en catorce idiomas: miren allá, donde el viento es ahora
tan manso que se queda a dormir debajo de las camas, allá, donde el sol brilla tanto que no
saben hacia dónde girar los girasoles, sí, allá, es el pueblo de Esteban.
ACTIVIDADES QUE USTED DEBE REALIZAR PARA LA PRIMERA SEMANA
El proceso lector forma parte de la COMPETENCIA COMUNICATIVA que nos diferencia de otros seres vivos. Cuando lea, ponga en práctica los siguientes aspectos:
a. Pragmático: Reconoce y caracteriza la situación de comunicación que subyace en el texto que leemos.
b. Sintáctico: Aprendemos a reconocer algunas estrategias de organización, tejido y componentes de los textos que leemos.
c. Semántico: Porque aprendemos a recuperar información explícita en el contenido del texto. Y responda A, B, C o D, según su capacidad lectora. Desde el punto 22 hasta el 27. EVALUACIÓN: Al finalizar la semana, envíe al grupo de whatsapp de ESPAÑOL o al correo [email protected]. ÚNICAMENTE, el número de cada punto, sin cambiarlo, con la letra de la respuesta que ha dado. Ejemplo: 70. A (No cambie el número de la pregunta de la guía) Escriba siempre, primero su ciclo, luego su nombre completo.
ACTIVIDADES QUE USTED DEBE REALIZAR PARA LA SEGUNDA SEMANA
COMPETENCIA INTERPRETATIVA:
Lea y disfrute el cuento El cuentista, de Saki
1. Cuente la historia completa en 10 frases secuenciales, breves.
2. ¿Quiénes son los personajes y cómo es cada uno de ellos?
3. Explique detalladamente el uso que el autor hace de cada signo de puntuación y/o
entonación. Utilice ejemplos tomados del cuento.
4. Haga una lista de diez palabras, tomadas del cuento cuyo significado desconozca. Búsquelas
en el diccionario y escriba una frase con significado lógico, con cada una de ellas.
COMPETENCIA ARGUMENTATIVA
5. Escriba en un texto argumentativo (INTRODUCCIÓN, ARGUMENTOS, CONCLUSIONES),
su opinión acerca del cuento leído, de los comportamientos de los personajes, de las
decisiones que toman, sus reacciones, del porqué de los acontecimientos. Por qué son
importantes los lugares elegidos por el autor, los objetos, los paisajes. Enumere aspectos
realistas del cuento y todos aquellos que le parezcan fantásticos y explique por qué.
COMPETENCIA PROPOSITIVA
6. Retome a uno de los personajes o situaciones del cuento e invente otra aventura con un final
inesperado, o “inapropiado”. Póngale título.
EVALUACIÓN: Al finalizar la semana, envíe al grupo de whatsapp de ESPAÑOL o al correo
[email protected]. ÚNICAMENTE, la historia inventada en el punto 6.
COMPETENCIA PROPOSITIVA. Todo lo demás, debe quedar registrado en su cuaderno.
Escriba despacio con su propia letra. Clara, bonita. Con ortografía. Si puede digitar en su
computador, hágalo en Word, con letra Arial 12.
ACTIVIDADES QUE USTED DEBE REALIZAR PARA LA TERCERA SEMANA
El proceso lector forma parte de la COMPETENCIA COMUNICATIVA que nos diferencia de otros seres vivos. Cuando lea, ponga en práctica los siguientes aspectos:
a. Pragmático: Reconoce y caracteriza la situación de comunicación que subyace en el texto que leemos.
b. Sintáctico: Aprendemos a reconocer algunas estrategias de organización, tejido y componentes de los textos que leemos.
c. Semántico: Porque aprendemos a recuperar información explícita en el contenido del texto. Y responda A, B, C o D, según su capacidad lectora. Desde el punto 82 hasta el 93. EVALUACIÓN: Al finalizar la semana, envíe al grupo de whatsapp de ESPAÑOL o al correo [email protected]. ÚNICAMENTE, el número de cada punto, sin cambiarlo, con la letra de la respuesta que ha dado. Ejemplo: 82. A Escriba siempre, primero su ciclo, luego su nombre completo.
ACTIVIDADES QUE USTED DEBE REALIZAR PARA LA CUARTA SEMANA
COMPETENCIA INTERPRETATIVA:
Lea y disfrute el cuento EL AHOGADO MAS HERMOSO DEL MUNDO de Gabriel García Márquez.
1. Cuente la historia completa en 10 frases secuenciales, breves.
2. ¿Quiénes son los personajes y cómo es cada uno de ellos?
3. Explique detalladamente el uso que el autor hace de cada signo de puntuación y/o
entonación. Utilice ejemplos tomados del cuento.
4. Haga una lista de diez palabras, tomadas del cuento cuyo significado desconozca. Búsquelas
en el diccionario y escriba una frase con significado lógico, con cada una de ellas.
COMPETENCIA ARGUMENTATIVA
5. Escriba en un texto argumentativo (INTRODUCCIÓN, ARGUMENTOS, CONCLUSIONES),
su opinión acerca del cuento leído, de los comportamientos de los personajes, de las
decisiones que toman, sus reacciones, del porqué de los acontecimientos. Por qué son
importantes los lugares elegidos por el autor, los objetos, los paisajes. Enumere aspectos
realistas del cuento y todos aquellos que le parezcan fantásticos y explique por qué.
COMPETENCIA PROPOSITIVA
6. Retome al personaje principal del cuento e invente otra aventura, bien distinta, con él.
Póngale título.
EVALUACIÓN: Al finalizar la semana, envíe al grupo de whatsapp de ESPAÑOL o al correo
[email protected]. ÚNICAMENTE, la historia inventada en el punto 6 de la
COMPETENCIA PROPOSITIVA. Todo lo demás, debe quedar registrado en su cuaderno.
Escriba despacio con su propia letra. Clara, bonita. Con ortografía. Si puede digitar en su
computador, hágalo en Word, con letra Arial 12.
1. EVALUACION: RUBRICA DE SEGUIMIENTO
ENTREGA DE TRABAJOS
FECHAS
TRABAJO
INICIAL
CORRECCIÓN RESULTADO FINAL
SEMANA 1
SEMANA 2
SEMANA 3
SEMANA 4
1. REFERENTES BIBLIOGRAFICOS
DBA. Mallas curriculares MEN
Multi Áreas- Sabatino
www.leernuestranuevamision.com
SABER 11.
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