Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio
Santa Ana de Coro, 02 de Enero del 2009
Informe Sobre La Inteligencia Emocional y su Incidencia en el Aprendizaje del Aula
Luis José González Castillo
C.I. 6693410…………….….
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Muchos autores intentan definir y precisar el significado de inteligencia emocional. A
continuación cito la de Goleman que la describe como una forma de interactuar con el mundo, que
tiene muy en cuenta los sentimientos y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la
autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental y otros
que configuran rasgos de carácter, como la autodisciplina, la compasión o el altruismo indispensable
para una buena creatividad social. Todos los aspectos anteriormente señalados no se dan en su totalidad
en el mismo individuo, siempre hay algunos rasgos que están más incorporados en la persona. Para
manejar nuestra emocionalidad necesitamos de un aprendizaje que se basa en el conocimiento
personal, en aprender a conocer nuestras propias emociones y la relación que tienen éstos en nuestro
actuar. Nuestra sociedad solicita constantemente personas competentes, de aquí surge la urgencia de
adquirir las competencias emocionales que requerimos para lograr los rasgos fundamentales, que
Goleman enumera, estos son:
1.- El conocimiento de las propias emociones. Es decir, el conocimiento de uno mismo, la capacidad
de reconocer un mismo sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituyendo la piedra
angular de la Inteligencia Emocional.
2.- La capacidad para controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica
que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento y la situación.
3.- La capacidad de motivarse a sí mismo. Con esto Salovey y Mayer, y más tarde Goleman, quieren
hacernos entender que el control de la vida emocional y su subordinación a una meta puede resultar
esencial para " avivar " y conservar la atención, la motivación y la creatividad. Es decir, esta habilidad
ayuda a aumentar la competencia no sólo social sino también la sensación de eficacia en el aula de
clase, como en cualquier otra actividad que el individuo emprenda.
4.- El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, es decir, la capacidad para poder
sintonizar con las señales sociales sutiles indican qué necesitan o qué quieren los demás.
5.- La habilidad en las relaciones. Es una habilidad que presupone relacionarnos adecuadamente con
las emociones ajenas.
INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LA EDUCACIÓN
Como es natural, hay emociones que favorecerán nuestro aprendizaje, y hay otras que lo
perjudican o lo obstaculizan. A priori, podríamos decir que estados anímicos como la alegría, el
entusiasmo o el coraje nos impulsan con la energía emocional adecuada para llevar adelante con
eficiencia cualquier proceso de aprendizaje. Y estados anímicos como la tristeza, el miedo o la cólera
perturban, obstaculizan o incluso pueden llegar a invalidar el proceso de aprendizaje.
Por ejemplo: un atleta puede tener un determinado nivel de ansiedad que puede mejorar su
performance. Pero si tiene mucha ansiedad, no alcanzará su máximo nivel. Un actor puede ser
estimulado por la ansiedad, y así mejorar su actuación, pero si esa ansiedad se convierte en miedo, al
salir al escenario saldrá disminuido. Lo mismo puede ocurrir ante un examen, o ante una presentación
en público, o ante la elaboración un informe, etc.
Cada época ha tenido sus propias instituciones educativas, adaptando los procesos educativos a
las circunstancias. En la actualidad, esta adaptación supone cambios en los modelos educativos,
cambios en los usuarios de la formación y cambios en los escenarios donde ocurre el aprendizaje. La
experiencia muestra que para facilitar el aprendizaje y la creatividad, es fundamental el desarrollo de la
vida intelectual como de la emocional, porque no es suficiente contar con las máquinas más modernas
las mejores instalaciones, con alumnos capaces intelectual y físicamente y excelentes docentes, si falta
la motivación, el compromiso, y el espíritu de cooperación. Cuando la educación no incluye los
sentimientos de los alumnos, padres y maestros, no pasa de ser una simple instrucción.
La Inteligencia Emocional parte de la convicción de que la escuela debería promover
situaciones que posibilitaran el desarrollo de la sensibilidad y el carácter de los alumnos, sobre la base
de que en el quehacer educativo se involucra tanto el ser físico como el mental, el afectivo y el social,
en un todo. Las emociones juegan un papel muy importante en nuestros estudios y nuestro aprendizaje,
en todas las etapas de la vida -la escolar, la universitaria y la del aprendizaje permanente a que hoy nos
obligan las responsabilidades profesionales y ejecutivas.
Es así, pues, que la preparación teórico práctico de los docentes en la aplicación de la Inteligencia
emocional en el aula de clase los obliga a desarrollar y dominar una gran cantidad de cualidades
emocionales del mismo como los siguientes:
Respeto por los alumnos, lo que les impide ser hirientes incluso cuando están enfadados o en
el trato con alumnos difíciles.
La capacidad de manejar la propia indignación.
Un sentimiento de autoestima estable que les permita no convertir cada provocación de los
alumnos en un ataque personal.
La capacidad de ponerse en el lugar de los alumnos y comprender sus motivos.
El conocimiento de que el tono que emplean en el trato con los alumnos actúa sobre el
desarrollo emocional de los mismos.
De esta manera los alumnos que tienen a docentes que aplican y desarrollan las cualidades
anteriormente descritas, disfrutaran más asistiendo a la escuela, aprenderán sin pasar miedo alguno y
van edificando una sana autoestima. Pero, sobre todo, la postura humana y el ejemplo del docente
trascenderá a ellos.
Otro punto donde influye efectivamente la aplicación de la teoría de la Inteligencia
Emocional es en la mejora de las calificaciones académicas y el desempeño escolar. Este no es
un descubrimiento aislado: aparece una y otra vez estos estudios. En un momento en que
demasiados niños jóvenes y adultos parecen carecer de la capacidad de manejar sus
problemas, de prestar atención o de concentrarse, de controlar sus impulsos, de sentirse
responsables por su trabajo o de interesarse en su aprendizaje, cualquier cosa que sostenga
estas habilidades ayudará a su educación. En este sentido, la Inteligencia Emocional mejora la
capacidad del sistema educativo a enseñar. Incluso en una época de retorno a los contenidos
básicos y de recortes presupuestarios, un argumento a favor de la implementación de estos
programas es que ayudan a revertir una tendencia declinante de la educación, y que fortalecen
la capacidad de las escuelas, liceos y universidades de cumplir con su misión principal, por lo
que la inversión vale la pena.
CONCLUSIONES
Creo que es fundamental para lograr buenos aprendizajes, relacionar y potenciar
continuamente la inteligencia o capacidad intelectual, con la capacidad de conocer y encauzar
nuestras emociones (inteligencia emocional). Este aprendizaje dura toda la vida, también es
perfectible, pero la toma de conciencia de la necesidad de desarrollarlos es el primer paso de
su adquisición.
En materia de educación la formación especialmente de nuestros niños y jóvenes, debe
apuntar a fomentar en ellos el aprendizaje emocional, logrando técnicas para expresar sus
sentimientos y emociones en forma adecuada, que sin duda, le facilitarán el aprendizaje y sus
relaciones interpersonales.
Es imposible que el hombre se desligue de sus emociones, por lo cual se hace
conveniente crear consciencia en el individuo desde niños acerca del rol que cumplen en
nuestro diario vivir. Este crear consciencia no debe limitarse sólo a aceptarlas, sino que se
puede sacar partido de él diseñando métodos y técnicas de aprendizajes para niños jóvenes y
adultos que utilice la emociones como base, medio y estimulo en la educación integrar
(Utilitario y Humano) continua del individuo.
No solo se requiere un Profesores que se forme según o más allá del currículum, si no
un docente que facilite el aprendizaje emocional de sus alumnos.
Si todos aprendiéramos y practicáramos lo aprendido de la Inteligencia Emocional
nuestro mundo sería más humano y menos violento por ende seriamos una sociedad eficiente.
Referencias
http://www.inteligencia-emocional.org
http://es.geocities.com/amirhali/IEMOC.html
http://www.monografias.com/trabajos10/inem/inem.shtml
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