ANALOGÍAS Y MANIFESTACIONES DEL
CUERPO HUMANO EN LA ARQUITECTURA
CONTENIDO
I. INTRODUCCIÓN.
II. -CAPÍTULO 1: EL SER HUMANO COMO PRINCIPIO COMPOSITIVO EN LA
ARQUITECTURA
-CAPÍTULO 2: ARQUITECTURA Y URBANISMO = BIOLOGIA
IMPECABLE.
-CAPÍTULO 3: ENFERMEDAD DEL EDIFICIO, AFECTACIÓN DEL CUERPO
HUMANO.
-CAPÍTULO 4: LÓGICA DE TECTÓNICA DEL CUERPO COMO PRINCIPIO
PARA LA CONSTRUCCIÓN DE EDIFICIOS
-CAPÍTULO 5: PIEL DE LA ARQUITECTURA, FACHADA DEL CUERPO
-CAPÍTULO 6: LA RELACIÓN DEL CUERPO Y LA ARQUITECTURA A
NIVEL DE FUNCIONAMIENTO
-CAPÍTULO 7: SOSTENIBILIDAD DEL CUERPO EN LA ARQUITECTURA PARA
LOGRAR SU SUBSITENCIA
-CAPÍTULO 8: SER HUMANO Y ARQUITECTURA COMO UNA TOTALIDAD
III. CONCLUSIONES
INTRODUCCIÓN
Existen un sin fin de elementos similares en lo que diariamente vemos y
vivimos. Ya que no pueden ser sustancialmente lo mismo, hay que notar
que la similitud nos permite todo el tiempo hacer conexiones mentales,
verbales e ilustrativas que nos ayudan a la manifestación de nuestras
ideas; la tendencia o costumbre a asimilar las cosas es algo subyacente
a nuestro comportamiento y algo inherente de nuestro día a día.
Es así, como el presente tratado tiene como tema central hacer
evidentes una serie de analogías entre temas puntuales de la
arquitectura y el cuerpo humano en algunas de sus generalidades.
Analizar los conocimientos respecto a la arquitectura que ya se tienen
y pensar en cómo entenderla de una manera diferente, más amplia, nos
llevó a desmembrar esta temática a través de 8 capítulos en los que
tratamos de poner en evidencia ciertas particularidades del tema ya
mencionado, y finalmente desarrollar unas conclusiones que se guíen mas
hacia entendimientos generales.
Es importante destacar que cada uno de los temas desarrollados en los 8
capítulos, no se pretende armar desde conceptos profundamente técnicos
de la arquitectura o del cuerpo humano, sino como nociones de primera
instancia que permiten armar las analogías siguientes.
CAPÍTULO 1
EL SER HUMANO COMO PRINCIPIO COMPOSITIVO EN LA ARQUITECTURA
Al hacer un recorrido por la historia podemos darnos cuenta de que a lo
largo del tiempo el ser humano se ha tomado como referencia para
componer y llevar a cabo distintas obras, pero ¿hoy en día es posible
decir que el hombre es la unidad de medida para la arquitectura?, es
cierto que con la creación del metro la forma de medir y dar magnitud
de las cosas cambió, sin embargo ¿es posible que el arquitecto aún hoy
en día tenga en cuenta al momento de componer al ser humano?.
Para cada uno de los espacios constituyentes de la vivienda y de todo
lugar en general hay un mínimo y un máximo predeterminado según las
normativas especificadas de acuerdo a cada lugar, y de acuerdo a estas
es posible lanzar un juicio acerca de si es o no adecuado el espacio
para ser habitado. Lo interesante, es tomarse el tiempo para
reflexionar acerca de las bases para determinar esto.
Por consiguiente, si nos ponemos a pensar, cuando nos encontramos en un
lugar demasiado pequeño no nos sentimos a gusto, tenemos la sensación
de asfixia e incapacidad para movernos sin restricción alguna, razón
por la cual no tendríamos la iniciativa de volverlo a visitar. En
contraste a esto, cuando estamos en un lugar excesivamente grande lo
que ocurre es que aparecen metros desperdiciados, ya que el área parece
ser innecesaria y desproporcionada a nuestras necesidades. De tal
manera que el punto de partida a tales medidas mínimas y máximas tienen
en cuenta el desarrollo del ser humano en sus actividades cotidianas.
Teniendo en cuenta que “la tarea del arquitecto es ordenar el entorno
del ser humano y establecer relaciones entre ambos” (Rasmussen Eiler,
(2004). p. 32) éste comienza a diseñar teniendo como objetivo brindar
un espacio cómodo y apto para el hombre. Con base a esto proyecta
espacios coherentes en cuanto a la relación entre las cosas (muebles),
circulaciones y sitios de permanencia. Tales proporciones se logran a
partir de las medidas del ser humano alto, bajito, promedio, adulto o
anciano, parado, sentado, en movimiento, con los brazos levantados,
estirados, etc.
Así pues, al reflexionar acerca de cada uno de los componentes de un
lugar habitable todo está en correspondencia del hombre, ya que “el
arquitecto tiene que saber qué medidas tienen los objetos, vestidos,
etc., de los que se rodea el hombre, para que pueda fijarse el tamaño
adecuado de los contenedores y muebles”(Neufert, (1995). p. 24) , al
ser observadores percibimos que los muebles tienen medidas concordes a
cada una de las cosas que utilizamos, a nuestras medidas y a nuestro
alcance.
Entonces, es fascinante pensar la arquitectura a partir del ser humano,
ya que es posible afirmar que hasta el más mínimo rincón de la obra
está pensado en función del hombre, de tal manera que se utilice al
máximo y cumpla con las normas necesarias para el desplazamiento del
mismo. De este modo se puede decir que la arquitectura es el arte y la
técnica que permite hacer sentir a las personas llenas, maravilladas y
satisfechas con el lugar en el que se encuentran. Es maravilloso tener
la capacidad de no sólo observar la magnificencia de cada una de las
obras llevadas a cabo por el arquitecto sino también ser participes y
protagonistas dentro de ella, ya que “la arquitectura se compone de
formas modeladas en torno al ser humano, modeladas para vivir en ellas
y no sólo para mirarlas desde afuera” (Rasmussen Eiler, (2004). p. 17),
así que la respuesta a las dos preguntas formuladas al principio de
este capítulo son afirmativas, el hombre es tomado aún hoy en día como
unidad de medida y por tal razón se toma en cuenta en el momento de
estar realizando la composición.
En resumen, de acuerdo a las proporciones del ser humano la
arquitectura se empieza a desarrollar, es mediante las medidas de éste
que se lleva a cabo una composición armónica, presentada no únicamente
por medio de los planos y plasmada en el recinto, sino que llega a ser
visible y agradable para el ojo humano, porque partiendo de un módulo
se lleva a cabo la obra arquitectónica y se llevan a cabo las grandes
edificaciones, partiendo del hombre y teniéndolo como finalidad, al ser
el objetivo de la arquitectura brindar espacios aptos, confortables y
habitables a los individuos.
María Alejandra Peñuela Arce
201117523
Bibliografía
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Rasmussen Eiler S. (2004). La experiencia de la arquitectura:
Sobre la percepción de nuestro entorno. Barcelona, España:
Reverté, S.A.
CAPITULO 2
ARQUITECTURA Y URBANISMO = BIOLOGIA IMPECABLE.
La arquitectura , es un gran sistema que funciona en torno al hombre y
sus necesidades básicas y primordiales, ésta no se encuentra sola, y su
unión forma un conjuntó de elementos que se denominan ciudad y que se
consolida en varios sistema que se conectan entre cada una de sus
partes para formar un todo en un lugar.
Esta denominación del lugar es el urbanismo, que funciona como un
conjunto de elementos o bien llamados sistemas, los cuales cumplen con
el objetivo de realizar conexiones lógicas entre cada una de sus
partes, creando arterias que se cruzan entre si formando nudos
importantes, para finalmente crear un organismo que funciona en total
armonía. Cada uno de estos sistemas podría ser comparado fácilmente con
el cuerpo humano y sus diferentes sistemas biológicos, de hecho, existe
un arquitecto muy destacado que ha realizado grandes aportes a la
arquitectura y al pensamiento urbanista, del cual quisiera destacar
algunos de los aspectos de su filosofía.
Le Corbusier, es el arquitecto que se a acercado mas a la reflexión del
habitar, y del hombre, no solo entendido como un sujeto que conforma el
espacio, sino que además a llevado a analizar cada una de sus partes
tan estrechamente que a logrado comparar los sistemas del cuerpo humano
con los funcionamientos de la arquitectura no solo del edificio , sino
de las grandes ciudades, dándose a la tarea de buscar las leyes
naturales que condicionan nuestra existencia en el planeta.
Estas analogías, Le Corbusier las define como “ la ley de la biología
del cuerpo humano ” (Bodei, 2009) la cual busca crea “ un sistema
abierto y en movimiento cuyo rasgo maquinista viene aplacado propio de
la presencia de elementos fluidos y vitales tomados del mundo
biológico” (Bodei, 2009).
Por resultado cada aspecto arquitectónico se vuelve un organismo en el
cual el hombre y el habitar hacen un pacto mutuo,” donde el cuerpo y
sus necesidades imponen una serie de reglas. Donde nace una ciencia ,
la ciencia del saber habitar, constituida por una serie de reglas, que
le Corbusier define como ley de la gravedad y ley de la biología”
(Universidad de los Andes, Facultad de Arquitectura y Diseño,
Departamento de Arquitectura, 2010), esta ultima entendida en pocas
palabras como la ley de la biología del cuerpo humano, con las
consideraciones que trae el cuerpo como: el respirar, el calor, el
frío, el circular, la altura, la extensión, y donde estos organismos
existen en función de todos estos aspectos ya mocionados.
Si nos ponemos a observar el funcionamiento del cuerpo humano,
podríamos encontrar similitudes entre cada una de sus partes, en
relación con los edificios, por ejemplo, si miramos el sistema
circulatorio, podríamos relacionarlo con el movimiento de las personas
sea peatonal o vehicular, siendo el sistema sanguíneo una red de
ramificaciones que se distribuye a lo largo de diferentes zonas y que
se encuentra en un núcleo entendido como el corazón, que se vuelve el
punto convergente de todos eso caminos ininterrumpidos y continuos.
Si lográramos relacionar este sistema con alguna de las funciones del
edificio podríamos llegar a concluir que , el sistema sanguíneo no es
tan diferente del sistema de circulación de un edificio, donde
cualquier caso nos podría funcionar como ejemplo para comprobar esta
idea. En cada edificio, lugares se encuentran interconectados por medio
de pasillos y corredores que comunican cada espacio con una
circulación continua sin ninguna interrupción , que se converge en un
punto central. Pero , esta idea de circulación, no se puede aplicar
únicamente a los edificios, también las grandes ciudades, tienen un
sistema de circulaciones jerarquizado que se convergen en nudos
importantes, y que en casos, se superponen separando el rodamiento, del
peatón, como lo podría ser en el hombre, las venas de las arterias.
El sistema digestivo tiene un papel importante en los dos cuerpos,
tanto en el humano como en el cuerpo orgánico de arquitectura. Si
sistema digestivo esta entendido como el procesó en el cual se ingiere
y se desechan compuestos del hombre, en la arquitectura esto se puede
tomar como , las entradas y las salidas, dado que los accesos en los
edificios están bien marcados con un vestíbulo, y en ocasiones estos
edificios encuentran como remate una salida, y en ciudades entendidos
como, el elementó que delimita los perimetrales de una población.
También encontramos el sistema respiratoria, que es una necesidad
primordial para el ser vivo, en cualquier espacio y ecosistema en el
que se encuentre, donde su función primaria es captar oxigeno. Si
entendemos esto como el método de respiración de un ser vivo en un
espacio, el espacio es el primer agente que tiene que responder a esta
necesidad, por lo tanto el edificio, tiene la necesidad de renovar su
espacio interior por medio de la circulación de aire, a partir de
vacíos en el volumen. En las ciudades estos espacios están entendidos
como los vacíos que se presentan en la retícula de determinado lugar,
donde funcionan como espacios verdes, dotando un poco de aire a cada
individuo de determinado lugar, en Pro del bienestar colectivo,
Para culminar , podríamos afirmar que el arquitecto debe ser un puente
de mediación entre la naturaleza y el artefacto arquitectónico, donde
este, debe ser capaz de construir maquinas de habitar que sean “
órganos puros “ que cumplan con cada aspecto de la vida del hombre y
que no se limiten a las formas orgánicas puras, logrando vislumbrar el
acercamiento que ha existido entre la naturaleza y la arquitectura,
donde la biología a sido y será la herramienta que logre aterrizar las
ciudades y los edificios a la naturaleza humana.
Juan Sebastián Cruz Rojas
201111842
Bibliografía
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Universidad Politecnica de Catalunya.
CAPITULO 3
ENFERMEDAD DEL EDIFICIO, AFECTACIÓN DEL CUERPO HUMANO.
Si bien es claro, que el hombre desde sus inicios siempre se ha
enfrentado a distintas adversidades, es también reconocible que los
edificios desde el principio de su concepción, han sido afectados por
diferentes factores. Es entonces posible, realizar una analogía entre
las afectaciones que el ser humano, recibe, mas específicamente, a
nivel del cuerpo y las que soportan los edificios. Afectaciones que en
ocasiones pueden ser las mismas, tanto para el cuerpo como para los
edificios y que finalmente desembocan en consecuencias aun mayores,
conocidas como enfermedades. Es allí donde se hará mayor énfasis, en
las consecuencias, pues bien, estas enfermedades afectan al cuerpo como
al edificio, teniendo claro, que el final y totalmente afectado es el
hombre, y más específicamente su cuerpo.
Si entramos en detalle, a lo que podría ser considerado como
perturbador en el ser humano, encontramos que son múltiples las
acciones y elementos que llegarían a afectarlo, por lo que nos
enfocaremos, en las afectaciones que atacan directamente la salud
física del cuerpo, es decir las enfermedades. De esta manera, se
garantiza la similitud entre el cuerpo y el edificio, pues bien, el
edificio únicamente podrá ser afectado de manera física, y aunque sus
ficciones no logren llevarlo al término exacto de una enfermedad,
existen factores que afectan directamente su habitabilidad, influirán
en su deterioro y finalmente a los usuarios que lo habiten. Allí,
entran dos conceptos definitivos para el desarrollo de este tratado. El
primero se refiere a la enfermedad en el cuerpo, y el segundo a lo
entendido como arquitectura enferma, entendiendo la arquitectura como
el edificio, es decir, el edificio enfermo.
Si hablamos de la enfermedad en el cuerpo, esta se debe entender como
una afectación directa, que para este caso se limita a lo físico, y que
consiste en la alteración perjudicial de su estado de salud. Por otro
lado, el concepto de edificio enfermo, debe ser entendido como una
afectación a su habitabilidad, ya que este no se ve perjudicado
directamente, pero si uno de sus componentes esenciales y su razón
principal, habitar. (Lili Rodriguez Hernandez, 2004). Este concepto es
también conocido como el síndrome del edificio enfermo, y en la
practica es definido como el conjunto de síntomas que experimentan las
personas que viven o trabajan en un edificio sellado y que remiten al
abandonarlo. (JR. Fontenla, 2005).
Es entonces necesario, entender y enumerar las partes que son mas
propicias a afectaciones y enfermedades tanto en el edificio como en el
cuerpo. Para el síndrome del edificio enfermo los estudios dictan, que
al igual que en el cuerpo, las partes mas propicias a adquirir
enfermedades son las expuestas (J. Boldú, 2005), ya que representan
mayor cantidad de contacto. En el edificio partes como la estructura y
los equipos (Sexto, 1999) son propicios a tener mayor deterioro y a ser
causantes de consecuencias aun mayores.
Si nos trasladamos al cuerpo humano, es también reconocible que al
igual que en los edificios, nuestros miembros y partes mas expuestas,
se someten a una mayor cantidad de enfermedades, o en su defecto, a una
mayor posibilidad de adquirirlas. Esto no debe suponer que tanto en el
cuerpo como en el edificio, las enfermedades o ficciones, están
limitadas a ser desarrolladas en su interior, pues es también claro que
los edificios presentan problemas a nivel de instalaciones (Sexto,
1999), que además de ser una afectación directa que puede ser aceptada
como enfermedad, es un factor propicio para el desarrollo de algunas
mas. Este funcionamiento es fácilmente replicable en el cuerpo, pues
aunque las enfermedades que son claramente distinguibles se encuentran
en un nivel exterior, existe gran tipo de afectaciones a nivel interno
que pueden ser aun mas perjudiciales.
Ahora es importante hablar de los factores que influyen en materia de
las enfermedades o afectaciones. Como ya se dijo, existen factores que
son análogos para ambas situaciones. En el edificio se pueden reconocer
algunos como la localización y la orientación que son causantes de
ciertos otros como el agua, el sol y el viento, (Luis Eduardo Benjumea
Reyes, 2011) que afectan directamente al cuerpo y al edificio.
Dentro de los factores que son considerados afectaciones para el
objeto del estudio de ambos casos, cabe resaltar que los factores
naturales, son los que comparten mayor analogía, pues factores como el
ruido, la temperatura, la humedad relativa y el aire (Luis Eduardo
Benjumea Reyes, 2011) son causantes de enfermedades para el cuerpo y
afectaciones para el edificio
Finalmente, es importante concluir que las relaciones dadas en materia
de afectaciones pueden ser definitivas, tanto en el cuerpo como en el
edificio y que además están directamente ligadas a factores externos
(J. Boldú, 2005) que al entrar en contacto con el cuerpo o el edificio
se convierten en afectaciones. Todo esto depende para cada uno de los
casos, en los sistemas de respuesta que se planteen, pues bien en un
edificio el, agua , el sol , su mantenimiento y su uso pueden ser
factores, que por el contrario se resalten y sirvan para su
reconocimiento. En el cuerpo, tales afectaciones pueden ser prevenidas
y corregidas, pero a diferencia de la arquitectura no pueden ser
utilizadas para su reconocimiento pues siempre, serán factores de
afectación.
Carlos Quintero Luna
201025739
Bibliografía
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Humanidades. Retrieved 16 de Octubre de 2012 from
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CAPITULO 4
LÓGICA DE TECTÓNICA DEL CUERPO COMO PRINCIPIO PARA LA CONSTRUCCIÓN DE
EDIFICIOS
Además de las proporciones, los sistemas y las afectaciones mencionadas
anteriormente, el edificio, al igual que el cuerpo humano, comprende un
sistema de soporte llamado estructura; esta estructura cumple una
función muy importante que es sostener y asegurar la estabilidad física
del edificio.
A simple vista, se pueden observar similitudes entre el edificio y el
cuerpo humano, lo que nos lleva a plantear la siguiente hipótesis, ¿Se
puede obtener una relación entre la estructura de un edificio y el
esqueleto humano?
Para comenzar, existe un tema con el cual vamos a obtener muchas
relaciones: la ciencia Biomecánica, la cual, estudia las fuerzas
internas y externas de los movimientos físicos en los organismos.
La Biomecánica al ser una ciencia que estudia al hombre desde el punto
de vista físico, puede abstraer al cuerpo humano y entenderlo como una
estructura. Ésta sin embargo, es una estructura biológica compuesta de
muchos elementos que generan diversos esfuerzos y tensiones al momento
de realizar una actividad física, algo muy parecido a lo que sucede en
los edificios.
Pero, ¿Qué es una estructura? Una estructura es una distribución y
orden de las partes importantes de un edificio, ó una distribución de
las partes del cuerpo o de otra cosa. Esta estructura se compone
básicamente de: Huesos ó columnas y vigas, tendones ó tensores, y
músculos ó membranas (cada una de estas partes de la estructura
mencionada en términos biológicos y arquitectónicos respectivamente).
Las partes principales que conforman la estructura del edificio son:
zapatas, columnas y vigas. Estas partes son muy similares a las partes
del esqueleto humano, por ejemplo, las zapatas, cuya función es
transmitir al terreno las tensiones a que está sometida el resto de la
estructura y estabilizarla, se pueden relacionar con los pies, ya que
cumplen la misma función. También, las columnas que son los apoyos del
edificio y que transmiten las cargas a las zapatas, pueden ser
relacionadas con las piernas y la columna vertebral.
Como segunda instancia, cabe mencionar que para conectar las partes
dichas anteriormente se necesita de unas uniones. Entre la estructura y
el esqueleto humano únicamente podemos relacionar las uniones
articuladas, ya que basándonos en la función del esqueleto, es
necesario que éste sea completamente articulado.
La manera de asentar el pie en el piso al momento de dar un paso al
correr puede ser decisiva para evitar lesiones; todo esto debido a que
al correr entran en juego muchos esfuerzos que las piernas deben
soportar y que superan de acuerdo al ángulo de llegada del pie al
suelo. Esto en arquitectura puede ser entendido como una columna
inclinada, por ejemplo, que está anclada al piso por medio de un
sistema pivotante que transfiere las cargas resultantes al suelo.
Como última relación, está la repartición de cargas en la estructura
del edificio y en el esqueleto humano. En general, se trabajan las
mismas cargas para los dos sistemas. Se pueden observar, por ejemplo,
las cargas repartidas en las columnas del edificio, las cuales trabajan
a compresión y transmiten las cargas verticales hasta el suelo, algo
muy parecido a la transmisión de cargas en las piernas.
Por otro lado, existe otra fuerte relación ente biomecánica y
arquitectura: El ritmo. Muchas de las imágenes biomecánicas muestran
secuencias de movimientos que crean ritmos. Estos ritmos y secuencias,
se usan también en la arquitectura desde hace mucho tiempo. Una
secuencia de elementos como columnas, vigas o planos, crean ritmos
diferentes con los cuales se puede jugar para crear arquitectura.
En el ámbito arquitectónico, encontramos en las obras del arquitecto
Nicholas Grimshaw la aplicación de los principios mecánicos de las
estructuras vivientes. Al igual que en el cuerpo humano, las partes se
conectan en un articulado sistema de huesos, tendones y membranas donde
la construcción mecánica no está solo en una parte u otra, sino en la
armonía y concatenación de todas las partes rígidas, blandas o
flexibles aptas para la tracción o la compresión.
En conclusión, se puede decir que, después de todo lo mencionado y
todos los ejemplos vistos, el sistema de estructura de un edificio es
en muchos aspectos parecido al esqueleto humano; de allí se puede
deducir que el sistema de estructura del edificio fue pensado en base
al comportamiento del esqueleto para soportar y estabilizar su propio
peso y el del resto del cuerpo humano.
BIBLIOGRAFIA
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relaciones: centro de alto rendimiento e investigación científico
– deportiva para la altura’’, Departamento de Arquitectura,
Universidad San Francisco de Quito,
http://repositorio.usfq.edu.ec/bitstream/23000/450/1/82870.pdf
Juan Camilo Ortegón
CAPITULO 5
PIEL DE LA ARQUITECTURA, FACHADA DEL CUERPO
Es imposible no cuestionarse del cómo y el por qué del parecer, o mejor
de la esencia, de algunas cosas tan lejanas pero tan análogas en lo que
puramente son. Y es como, todo el tiempo nos encontramos ante nuestros
ojos con infinitas similitudes de apariencia como esenciales entre lo
natural y lo natural, lo natural y lo artificial, o entre cualquier par
de cosas que hacen parte nuestra vida como seres naturales y como
ciudadanos.
No lejos de esto están los sistemas de protección, defensa y
reacción, presentes en cualquier ser de la naturaleza, como presentes
en cualquier artificio hecho, de manera consciente, por el ser humano.
El arquitecto magister Julián David Chávez Giraldo, dentro de su ensayo
“La piel de la arquitectura”, afirma que, dentro de esta metodología
analógica, la arquitectura es una especie de extensión de la piel, que
al igual que el vestido, es el territorio expandido del ser, para
protección, disfraz comunicación y relación. Basándose en esto, no se
intenta desarrollar la tesis de este escrito desde la misma idea, sino
llevarla a otro plano en el que la piel es albergue del alma corpórea
y de todo lo físico de pieles para adentro en el ser humano, así como
lo dice Arturo Leyte en su escrito “La casa del ser y otras cosas
inhabitables”(2006): “Nuestra casa es el yo, no un edificio de cuatro
paredes, el yo tiene la posibilidad de construir o destruir. El yo es
una casa transportable, es cómoda, no tiene que estar localizada”; y
donde la arquitectura y sus fachadas son albergue del alma y vida del
edificio.
Para el ser humano, la piel, es “el órgano de mayor extensión del
cuerpo humano, permite establecer mecanismos de control y protección;
es el elemento a través del cual el individuo se pone en contacto con
el exterior, es mecanismo regulador de temperaturas y humedad, es
defensa de agresores y coraza frente agentes del medio, microscópicos o
visibles a simple vista”(CHAVEZ, J.D. 2004). Funciona a manera de capas
y es el albergue único de todo lo que es vida física en nosotros, de
todo lo elemental y de todo lo que es motor, es la envolvente del alma
y de todo lo que esta llena, lo que esencialmente somos. Además, es el
que lo dota de la experiencia sensible, mediante diferentes corpúsculos
o elementos categorizados según la experiencia que le corresponda
(calor/frio/tacto/excitación/presión).
Si la arquitectura es la relación más directa entre vida humana y
naturaleza, debería cumplir una función homeostática inherente a su
existencia,
ayudando al equilibrio biológico de los seres humanos con su medio
ambiente (ARMESTO, A. 2004), garantizar la más adecuada “convivencia”
entre estas, consideración que debería ser manifiesta en cada fachada
de la obra de un arquitecto. Y es este punto el que entendemos como
sistema de protección y respuesta de la arquitectura hacia la
naturaleza, en función de la habitabilidad y las condiciones físicas
propias para los seres humanos que le dan vida, motores de los
espacios, potencia de una construcción, alma de una buena arquitectura.
Al igual que una fachada noblemente diseñada, la piel no tiene el mismo
carácter en cada zona del cuerpo; varía con respecto a los diferentes
puntos del cuerpo al que le corresponde, y se dota de distintas
características sensitivas, “diferentes texturas, colores, vellosidades
y porosidades según el lugar en el que se encuentre; se decora y se
tatúa, es más o menos flexible y gruesa según se requiera” (CHAVEZ,
J.D.2010). Así, por ejemplo, la piel que corresponde al talón es 8
veces la de los párpados, o se dota de diferentes corpúsculos en las
palmas que en los órganos genitales. En el caso de las fachadas de una
obra, el arquitecto responsable las diseña a partir de una relación
espacio interior/estructura, donde dentro del concepto de espacio
interior se entiende que se ve afectado por un sitio como lugar
natural, de geografías y climas, y un sitio como lugar cultural, de
costumbres y tradiciones (ARMESTO, A. 2004). Así, básicamente se sabe
que la luz directa entrando al espacio no es bien deseada durante las
tardes para unas oficinas, que la energía calórica que brindaría
recibir el sol directamente hacia una sala durante la tarde la pide a
gritos el diseño de una casa, que un auditorio para obras teatrales o
cátedras en una universidad no debería estar abierto visualmente hacia
un primer piso de una calle de gran actividad, que una fachada en la
que no se tienen en cuenta las aguas lluvias que pueden bajar por ella
es ineficiente y perjudicial para el edificio. Nace una relación
lleno/vacío, además de un pensamiento lógico de los materiales que
corresponden a la fachada según sus cualidades térmicas, acústicas,
visuales y estéticas. Y es de esta manera entonces, como una fachada se
empieza a modelar y a llenar de una forma completa de discurso y
coherente con el proyecto, tanto hacia su interior como hacia su
entorno, donde la arquitectura nos habla, nos da mensajes, y se llena
de un factor semántico y simbólico, al igual que la piel (CHAVEZ, J.D.
2010).
Parte de la analogía quiero hacerla notar en esta ejemplificación: es
bien sabido que tras exponernos a fuertes lluvias, vientos y bajas
temperaturas, al no darnos el correcto cuidado, somos vulnerables a
fuertes gripas o virus que se sienten bien en estas condiciones
climatológicas, nos afectan en cuanto a órganos del sistema
respiratorio, partes totalmente interiores a nosotros, a pesar de haber
sido por factores totalmente externos al cuerpo; para un edificio que
esté situado en un lugar de fuertes vientos, altos niveles de humedad,
bajas temperaturas, y que además no cuente con sus fachadas totalmente
pensadas para funcionar en pro del bienestar de los habitantes ni en
función de reducir estos factores meteorológicos, es muy fácil también
verse afectado inicial y físicamente en sus materiales; pero
sobretodo, va a verse afectada la salud de lo que verdaderamente lo
hace arquitectura y no una construcción suelta sin sentido: sus
habitantes, su alma, su razón de ser, el uso del espacio.
Existe otra analogía ajena a los temas de utilidad y funcionalidad de
la piel y la arquitectura para con el cuerpo, pero que parece valida
desde un punto mas sustancial. Tanto las fachadas como la piel, son la
muestra de los rastros que deja el paso del tiempo y los factores
externos naturales. La piel, con el paso del tiempo, se adapta, deja
día a día más a la vista las huellas, su vejez, sus cicatrices y sus
marcas, que se convierten en un lenguaje sin palabras pero lleno de
símbolos imposibles de ignorar. La arquitectura, significativamente sus
fachadas y sus caras, ya que son lo que una persona del común más
reconoce, son muestra de el tiempo sufrido, “debe envejecer y debe
envejecer noblemente”, muestra los rastros de lo acontecido, y debe
ser flexible al cambio a lo largo de toda su existencia(CHAVEZ, J.D.
2010).
Son tanto la piel como las fachadas en la arquitectura, albergadores de
vida, protagonistas de la buena vivencia dentro de ellas, mensaje y
lenguaje de su función para con el interior en respuesta los factores
externos, muestra del paso de los tiempos y de lo que ellos traen,
elementos llenos de composición de una complejidad muy amplia, un par
de conceptos y elementos que guardan una similitud en esencia muy
profunda, y que puede llevarse a planos diferentes como componer
arquitectura o estudiar su técnica.
DIEGO MARTINEZ
201025438
Bibliografía
Leyte, Arturo (2006). La casa del ser y otras casas inhabitables.
Conferencia dictada en la Universidad Nacional de Colombia, Sede
Medellín.
ARMESTO, Antonio. (2004). “Arquitectura contra natura. Apuntes
sobre la
autonomía de la arquitectura con respecto a la vida, el sitio y la
técnica.” En: “Foro crítica: Arquitectura y Naturaleza”. Colegio
territorial de arquitectura de Alicante.
CHAVEZ, Julián David. (2010). La piel de la arquitectura. Revista
Arquetipo de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UCPR, 1,
21-31.
CAPITULO 6.
LA RELACION DEL CUERPO Y LA ARQUITECTURA AL NIVEL DE FUNCIONAMIETNO.
Tanto el cuerpo humano como la arquitectura se pueden considerar
organismos complejos que están llenos de sistemas que podemos
considerar dependientes como indispensables para el buen funcionamiento
del estos mismos. Son funciones que se realizan ya sea por una
necesidad vital o de gran importancia para mantener el balance
adecuando en cuanto al cuerpo humano se refiere, mientras que en la
arquitectura la presencia de estas funciones permiten una buena calidad
de habitabilidad en el edificio lo cual es algo, que así como todos los
seres humanos lo hacen, todos los edificios deberían cumplir esas
funciones como requisito mínimo.
Buscando plantear una relación entre ambos podemos pensar como un
primer sistema que tiene una función que se relaciona en los dos casos,
esta relación seria en el cuerpo humano las venas y las arterias junto
con el corazón y en la arquitectura el sistema hidráulico. En el ser
humano existe una red tubos llamados venas y arterias las cuales se
encargan de llevar sangre a todas las partes del cuerpo, esta sangre a
su vez sirve como un sistema de transporte que lleva oxigeno y
nutrientes a los músculos y órganos, lo cual es indispensable para
poder vivir. Esta parte del proceso re realiza a través de las
arterias, mientras que las venas son las encargadas de recoger esa
sangre que ya no tiene esas cualidades para ser llevada a un
¨tratamiento¨ para así poder recargar y seguir transportando. Algo muy
parecido sucede en la parte hidráulica y las aguas en los proyectos
arquitectónicos; la tubería que lleva el agua hacia el proyecto
surtiendo así duchas, grifos, sanitarios y si es el caso en el que el
agua es potable, esta nutriendo e hidratando a los habitantes del
edificio; esto hace alusión básicamente a las arterias en el cuerpo
humano mientras que los tubos que recogen y sacan las aguas negras y
residuales del proyecto hacen referencia a las venas. Tal agua podría
ser tratada para ser reusada y hace se hace en muchas ocasiones como en
muchas no y es ahí cuando se rompe el ciclo que el cuerpo humano no
rompe jamás.
Una pregunta que se puede plantear con lo mencionado anteriormente es
como se mueve tanto la sangre como el agua si cuando nos imaginamos el
cuerpo humano pensamos que la sangre de alguna manera tiene que subir,
ir contra la gravedad, al igual que pasa en los edificios que tienen
mas de un piso y sabemos que el agua viene por debajo de la tierra.
Pues si nos basamos en la palabra hidráulica que es la mecánica de
fluidos, entendemos que tanto la sangre como el agua no se puede mover
por si sola amenos que sea afectada por la gravedad; mientras esto no
suceda solo se provoca un estancamiento por lo cual existe un aparato
que se encarga de bombear ambos líquidos generando una presión. En el
cuerpo humano esta aparato es el corazón, el encargado de mandar y
recolectar la sangre que circula por todo el cuerpo mientras que en los
edificios como en el acueducto de toda una ciudad esta función la
realizan unas bombas hidráulicas que impulsan en agua por todas las
tuberías y que debe tener una presión media, ya que si es muy fuerte
podrían romperse los tubos o hasta hacer fallar las válvulas de las
bombas y lo mismo pasaría en el cuerpo humano, una falla en el corazón.
Otro sistema que podemos plantear es como el cuerpo humano al igual que
los edificios deben tener un sistema de control de temperatura interna.
El cuerpo humano tiene una temperatura promedio de 35 Cº lo cual quiere
decir que si esta expuesto a temperaturas superiores a esta estará
buscando la forma de regularlo para generar confort; lo hace por un
mecanismo de transpiración secretando sudor por los poros el cual
reduce la temperatura del cuerpo expulsando calor interior y
permitiendo refrescar el cuerpo desde el exterior y cuando se encuentra
en climas de temperaturas menores unas de las respuestas del cuerpo
humano es exigir un aumento de consumo energético en el metabolismo o
generar temblores y escalofríos para producir calor.
Así como nosotros tenemos estos mecanismos, la arquitectura también
tiene ciertos mecanismos que buscan garantizar una buena habitabilidad
y confort en su interior. Cuando se presentan temperaturas altas en
tierra caliente o en verano de algunos países la arquitectura a través
de los años a logrado adaptarse ya sea con el manejo de materialidad
los cuales permiten una expulsión del aire caliente y permite el
ingreso de aire fresco al igual que cierto control de entrada y salida
adaptándose a las temperaturas exteriores. El manejo del color es
fundamental, ya que un color claro reduce el calor en un espacio
mientras que uno oscuro absorbe mas.
Cuando hablamos de un clima frio, las diferentes soluciones están tanto
en la materialidad como el uso de madera la cual es mala conductora, lo
que quiere decir quien o permite cambiar de temperatura fácilmente y el
color igualmente influye, como también la conservación de calor de
otras fuentes como el mismo cuerpo humano. Otra solución es la
orientación del edificio para recibir la asolación y controlar los
vientos fríos.
La piel humana hace alusión a la fachada de un edificio. “El hombre
habita en su cuerpo y la arquitectura desde siempre se ha concretado
como la piel del cuerpo humano” (Arq. Julio Jesús Jiménez Sanabria).
Con esto entendemos que así como el cuerpo humano esta tanto contenido
como protegido por la piel del exterior, la envolvente o fachada de un
edificio esta encarga de esta misma función y adapta su forma según a
la necesidad y como respuesta a ciertos factores definidos por el
exterior así mismo como ha hecho el cuerpo humano a través del tiempo
adaptándose a estos mismos factores y necesidades.
Estas no son las únicas relaciones existentes entre el cuerpo humano y
la arquitectura en cuanto a funcionamiento se trata, existen otras mas
que podrían llegar a tener mucha importancia, o casi igual como podría
ser la analogía entre las persianas en una fachada de un edificio con
las pestañas de los humanos. Ambas se encargan de controlar la
incidencia de luz directa , una a los espacios y otra a los ojos,
respectivamente. El esqueleto humano también puede ser comparado con la
estructura de un edifico, donde este se encarga de sostener y repartir
fuerzas para dar rigidez y estabilidad al cuerpo; esto mismo es lo que
hace la estructura. Un ejemplo serian los tipos de apoyos y
articulaciones que tienen ambos casos.
Podemos concluir que la arquitectura tiene un vinculo muy grande con el
cuerpo humano y consciente o inconscientemente hemos ido adoptando
estos sistemas ya sea por evolución en el cuerpo humano o el avance de
la arquitectura a través de los años. Ejemplos de estos vínculos los
podemos ver con Vitrubio y su tratado de la arquitectura, el hombre
Vitrubiano de Leonardo Da Vinci, o el mismo arquitecto mas
contemporáneo Santiago Calatrava.
MATEO MONTEBELLO T.
200912333
Bibliografía
CUERPO, ESPACIO Y ARQUITECTURA.
http://www.uia.mx/actividades/nuestracom/05/nc157/6.html
RELACIÓN SER HUMANO, AMBIENTE, ARQUITECTURA.
http://www.bromyros.com.uy/documentos/ate_02_confort.pdf
CAPITULO 7
SOSTENIBILIDAD DEL CUERPO EN LA ARQUITECTURA PARA LOGRAR SU SUBSITENCIA
Al analizar acerca de las distintas analogías y manifestaciones que el
cuerpo humano puede llegar a tener en la arquitectura, podemos empezar
a discutir acerca de la subsistencia de estos dos conceptos por medio
de la sostenibilidad, lo cual me parecería de gran importancia
establecer una definición clara de este concepto antes de empezar a
relacionarlo con el cuerpo y la arquitectura;
“El concepto de sostenibilidad es producto de percibir un mundo
limitado en recursos y capacidad de absorción de residuos, donde cada
acto implica consecuencias futuras. Esto conduce a concebir la
construcción de un edificio como un acto que no se inicia con la
llegada del material a la obra y no termina con la entrada de los
habitantes. Construir un ciclo cerrado que comprende desde la
fabricación del material hasta su reutilización, que no admite el
concepto de residuo: el mantenimiento y el desmontaje también se
proyectan.”
Jaume Valor
Si bien ya tenemos claro el concepto de sostenibilidad, podemos empezar
a indagar mas acerca de cómo este concepto puede llegar a estar ligado
con el cuerpo y la arquitectura, razón por la cual me parecería
conveniente estudiar cada uno de estos dos significados
independientemente, para así llegar a tener un concepto claro de cómo
la arquitectura y el cuerpo llegan a subsistir en la tierra por medio
de la sostenibilidad de ellos mismos.
Si comenzamos por analizar el concepto de sostenibilidad en el cuerpo,
podemos darnos cuenta de que este busca inicialmente subsistir por
medio de unas necesidades, las cuales se ven reflejadas en las
“condiciones para mantener un nivel de vida aceptable”. Es decir que en
el cuerpo esto puede llegar a verse reflejado en las necesidades que
tiene el cuerpo para poder lograr la subsistencia de el mismo, lo cual
se llega por medio de la alimentación del cuerpo, no solo en la comida
como las proteínas, líquidos y vitaminas los cuales nos dan la energía
necesaria para la realización de distintas actividades, sino también
por medio de las fuentes naturales como el oxigeno, los rayos solares y
el viento que nos ayudan al control y variación de las temperaturas al
interior del cuerpo.
Ahora bien, luego de un análisis acerca del cuerpo, podríamos empezar
abarcar la sostenibilidad desde el punto de vista de la arquitectura y
como esta busca reconocer los limites y las potencialidades del entorno
natural y artificial, razón por cual se debe tener en cuenta que cada
acto proyectual supondrá unas consecuencias en su interacción con el
ambiente.
Es entonces donde la arquitectura sostenible se ve reflejada como la
capacidad del edificio para tener un intercambio de materia y energía
con el ambiente, para así poder lograr subsistir en la tierra por medio
de fuentes naturales que logran una sostenibilidad propia del edificio.
Sin embargo se debe tener en cuenta que esta arquitectura sostenible no
puede resolver todos los aspectos complejos que tiene la realidad, pero
si puede llegar a un acercamiento de una apropiada realidad por medio
de un abastecimiento propio de algunos recursos como lo son la energía
sostenible, la reutilización del agua y el uso de la arquitectura
bioclimática como vía para poder lograr así una subsistencia propia de
la arquitectura.
Luego de mencionar la importancia de la sostenibilidad en el cuerpo, y
en la arquitectura, me parecería pertinente analizar la relación que
puede llegar a tener un cuerpo sostenible en la arquitectura.
Es aquí donde la analogía esta implícita en ambos temas, pues si bien,
en el edificio el agua es un sistema fundamental para el desarrollo de
una buena habitabilidad, en el cuerpo el agua también es una parte
vital para el desarrollo del hombre, pues sin el agua, el cuerpo
llegara a deshidratarse acabando con la subsistencia del hombre.
A su vez cada una de las necesidades que tiene el cuerpo para poder
prevalecer, se vera reflejada en el edificio para poder lograr el auto-
sostenimiento de el mismo. Donde si analizamos mas detalladamente estas
necesidades y como se relacionan en esta analogía podremos identificar
que un edificio auto sostenible puede lograrse por medio de la
arquitectura bioclimática, donde busca lograr la habitabilidad al
interior por medio del uso de recursos naturales, tales que el edificio
pueda graduar la temperatura en su interior sin necesidad de recursos
tecnológicos que gastan energía, es decir solo por medios naturales
como lo es el sol, el viento y el agua, quienes al ser manejados
adecuadamente, podrán lograr la habitabilidad al interior del edificio.
Todo esto se ve relacionado en el cuerpo, cuando este hace uso de los
recursos naturales para su subsistencia, como por ejemplo, cuando una
persona tiene frio, los poros de la piel se abren con la finalidad de
que el cuerpo pueda adaptarse rápidamente al frio y así poder llegar a
regular su temperatura corporal.
Finalmente si pensamos acerca de la subsistencia del cuerpo y la
arquitectura globalmente, nos podemos dar cuenta que estos dos pueden
llegar a buscar la manera de prevalecer cada vez mas en el universo por
medio de la sostenibilidad, sin embargo para esto se debe hacer uso
adecuado de los recursos naturales, puesto que si en el cuerpo y en la
arquitectura no se sabe bien como usarlos, esto puede llegar a la
finalidad de su subsistencia.
Sebastian Izquierdo
201023570
Bibliografía
VALOR, J. (2001). Diccionario metapolis arquitectura avanzada.
Barcelona: Actar.
SUSANA, B. A. (2008). Logicas y estrategias proyectuales para la
arquitectura sostenible. Lima: Tesis.
Madrid, E. t. (2004). La sostenibilidad en el proyecto
arquitectonico y urbanistico. Madrid: Instituto Juan de Herrera.
BRUNDTLAND. (1987). Diccionario metapolis de arquitectura
avanzada. Barcelona: eduard.
CAPITULO 8
SER HUMANO Y ARQUITECTURA COMO UNA TOTALIDAD
Un cuerpo no es cuerpo sin todos sus componentes. Un edificio no es un
edificio sin todos sus elementos. ¿Qué es del ser humano sin alma, o
sin corazón, o sin cerebro, o sin riñones, o sin alguno de sus
sistemas? No es un ser humano. ¿Qué es de un inmueble u obra
arquitectónica sin su esencia, o sin la iluminación, o sin ventilación,
o sin estructura? No sería entonces ningún tipo de edificación.
Cuando se habla de edificio o de ser humano, se está hablando de una
totalidad, de un conjunto de elementos que los conforman, y sin los
cuales no podríamos decir que realmente son esto, humano o edificio.
Podemos asimilar una edificación con el cuerpo humano, incluso desde su
creación, su crecimiento y su muerte.
A continuación se presentan una serie de aspectos y características que
conforman al ser humano y a la arquitectura como una totalidad:
1. Así como una nueva vida es deseada y esperada por los padres
(incluso ahora puede ser programada), un edificio es concebido por
el arquitecto a través de diversos diseños, tanto de carácter
técnico como arquitectónico.
2. El ser humano se compone de materia y espíritu, sin alma es
materia inerte, la persona sin alma no es persona. A su vez, un
edificio sin su esencia, no se puede considerar un edificio, pues
éste todo el tiempo está brindando sensaciones, proporcionadas por
ciertas relaciones, consideradas por el arquitecto y presentes en
su arquitectura: vacio/lleno, blanco/negro, público/privado, uso
de los colores, etc.
3. Un edificio sin esencia, sin su elemento cognoscitivo, pierde su
esencia, que es la estrecha relación con el hombre. La
arquitectura, sin tener en cuenta al ser humano (su forma de ser,
su personalidad, sus gustos, etc), no funciona. Si un espacio es
estrecho, u oscuro, o no está ventilado no procede. Si trasladamos
esta idea al diseño de una vivienda para el cual hemos sido
contratados, el arquitecto tiene que pensar en los deseos, en la
personalidad, en el oficio de la persona que va a habitar la casa,
pues si ignora todos estos factores, su diseño no funcionará. Así
como el ser humano debe estar bien psicologicamente, ya que una
persona que no se encuentra tranquila mentalmente, no va a vivir
bien, hecho que ya esta demostrado cientificamente, al comprobarse
que una persona con estrés puede llega a tener infinidad de
enfermades por su condición.
4. El esqueleto de una persona, se equipara al sistema estructural de
la edificación; el sistema circulatorio, con los ductos e
instalaciones; el sistema respiratorio y la visión con la
ventilación y las visuales respectivamente; el sistema nervioso y
circulatorio de nuestros cuerpos con el cableado estructurado; y
las instalaciones eléctricas de las construcciones; el aire y el
agua con las acometidas domiciliarias de las viviendas; nuestro
sistema excretor con el sistema de aguas negras de una
edificación.
5. Para garantizar nuestro bienestar, requerimos tener contacto con
la naturaleza, sentir el sol, la lluvia, el contacto con los otros
seres vivos. Similarmente, las edificaciones deben contar con
áreas verdes, zonas de recreación, circulaciones, patios internos
y jardines.
6. De manera similar, así como el hombre debe mantener unas
relaciones con la comunidad y con los vecinos, así como seguir
ciertas reglas comunales; una obra arquitectónica debe tener en
cuenta lo que la rodea, tener relaciones con el espacio público y
con las edificaciones vecinas. Para la construcción de cualquier
tipo de vivienda, debemos tener en cuenta una serie de normas
expedidas por las autoridades encargadas de las disposiciones
urbanísticas locales o territoriales.
7. Asimismo, al igual que una persona debe tener siempre a mano un
médico, o regularmente asistir a chequeos clínicos, a las
edificaciones se les debe realizar de manera periódica, un sistema
de mantenimiento, con el fin de que ésta no se deteriore, y
siempre se halle en las mejores condiciones posibles.
8. También, opera esta similitud en el campo ambiental, pues ya sean
las personas o los edificios, debemos procurar cumplir unas
mínimas normas que conservarán de la mejor manera posible el
sistema ambiental que nos rodea.
9. Por último, y luego de vivir muchos años, nuestros cuerpos van
acumulando el trajín continuo de las vidas, y año tras año vamos
envejeciendo hasta morir. De la misma forma, los edificios también
tienen su ciclo de vida, hasta llegar el momento en que debido a
su antigüedad u obsolescencia se deben demoler.
Mateo Franco Lopera 201115328
Bibliografía
Juan Antonio Ramirez. 2003. Edificios – Cuerpo. Cuerpo humano y
arquitectura: analogías, metáforas, derivaciones. Editorial Ciruela.
Franco Lotito Catino. 2009. Arquitectura, psicología, espacio e
individuo.
Jorn Utzon. 2010. Conversaciones y otros escritos. Editorial Gustavo
Gilli. Barcelona.
CONCLUSIONES
1. el hombre, se ha utilizado como base de diseño y dimensión en la
arquitectura, por lo que podemos observar que, existe una estrecha
relación entre las dimensiones de las obras arquitectónicas y las
dimensiones del hombre
2. Es el hombre principio compositivo en la arquitectura al
estar determinado por una serie de proporciones que permiten dar a
la obra arquitectónica simetría y armonía, lo cual es agradable
para el ojo humano y además crea espacios en función del confort y
la acción de habitar del ser humano.
3. Se pudo observar que entre las estructuras y el esqueleto del ser
humano, hay una gran similitud, en cuanto al funcionamiento del
soporte y estabilidad de un cuerpo, por lo que logramos
identificar que , el hombre tomo como referente estos principio de
estabilidad para diseñar las estructuras que soportan los
edificios hoy en día.
4. El hombre y la arquitectura no podrán obtener su subsistencia sin
antes haber indagado acerca de las cosas que deben hacer al
interior por medio de su alma. No obstante también se debe tener
en cuenta toda serie de afectaciones que pueden repercutir al
exterior e interior del cuerpo y la arquitectura que pueden llegar
a interponerse en la subsistencia de ellos mismos.
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