Perdidas en La Vejez

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Perdidas en la Vejez

Sandra Liliana Marín MonroyPsicóloga

Reeducadora

La vejez y pérdidas

• Perder cosas forma parte del proceso de envejecimiento y de la vejez en sí.

• Desde el momento del nacimiento nos enfrentamos a toda clase de pérdidas.

• La renuncia, después de los nueve meses al vientre materno, marca ya el inicio de una vida a partir de la pérdida de un lugar totalmente placentero.

• Es necesaria esta renuncia para el crecimiento y la propia sobrevivencia.

Las pérdidas implican un crecimiento físico y psíquico

• Paradójicamente, cada nuevo día es un día menos de vida.

• A pesar de que todos los días estamos lidiando con estas pérdidas no es sino hasta la tercera edad que uno siente mayor temor a enfrentarlas.

• ¿A qué se debe este temor marcado si todos los días hemos vivido con ellas?

• La respuesta no es sencilla; mucho menos cuando uno se encuentra en la última etapa de la vida

• Así que hablar de la tercera edad, como en cualquier otra edad, es hablar de retos y miedos específicos que hay que enfrentar y vencer.

• Estos retos tienen que ver con un recuento de la propia historia de vida, la cual está llena de triunfos y fracasos, así como de ganancias y pérdidas.

• A este proceso donde uno conoce, entiende y acomoda estas experiencias de pérdida en la misma vida, se le llama duelo.

• A este proceso donde uno conoce, entiende y acomoda estas experiencias de pérdida en la misma vida, se le llama duelo.

Pero, ¿cuáles son esos duelos a los que se tienen que enfrentar los

adultos mayores?

• Sin duda alguna, uno de los principales desafíos son los cambios a nivel físico que se van experimentando de manera pausada pero constante.

• La disminución de las facultades físicas, principalmente, las de tipo sensorial, disminución de la agudeza visual, de la capacidad auditiva, seguida por aspectos relacionados con enfermedades de tipo degenerativas.

• En cada caso, la vivencia frente al cambio se presenta de manera distinta de acuerdo al estilo de vida de cada persona.

PERDIDAS FISICAS

• La pérdida o disminución en la capacidad del funcionamiento en la capacidad del funcionamiento en general.

• · La pérdida o disminución en la movilidad.• · La pérdida o disminución en el estado de

salud.• · La perdida o disminución en la capacidad

sexual.

• Dichas pérdidas o disminuciones en el estado fisiológico del anciano tiene como consideraciones generales

• 1.-La dificultad siempre existe en aislar cambios normales del proceso del envejecimiento.

• 2.-La interrelación que existe entre los aspectos físicos y psicológicos del envejecimiento.

• 3.-El envejecer, afecta a todos los sistemas de la persona en diferentes puntos que estos varían.

• 4.-Las personas no envejecen con un patrón definido, envejecer es un proceso individual, nadie envejece al mismo paso.

• 5.-Las necesidades básicas de las personas no cambian de una edad a otra. Con frecuencia los adultos mayores experimentan una reducción de la movilidad y deben depender de otras para Su movilidad.

PERDIDAS SOCIALES

• Pérdida de status.• Pérdida de amigos• Pérdida de ingresos económicos.• Pérdida de roles (amigos, compañeros, rol

laboral ).• Pérdida del cónyuge por muerte.• Pérdida de posesiones.

• La jubilación es otro duelo que tienen que enfrentar las personas que se encuentran en la tercera edad.

• Frente a esta elaboración es común que las personas experimenten sentimientos depresivos, con mucha ansiedad y sentimientos de culpa.

• La ansiedad se genera frente al hecho de tener que dejar de trabajar y gozar de los bienes acumulados o tener que depender de los hijos o cualquier otro familiar provocando, a su vez, cierta culpa por sentirse una obligación para los familiares.

• En general, el enfrentamiento al duelo por este tipo de pérdidas, se puede manifestar también a través del enojo frente a cualquier tipo de cambios.

• Por lo que es muy común observar que las personas adultas mayores tienen mayor dificultad para cambiar cualquier actividad, rutina o manera de pensar. Ya que estos cambios se experimentan con temor a perder la propia identidad. Algo que se ha hecho durante años le da sentido a la vida y le da forma a la personalidad.

PERDIDAS PSICOLOGICAS

• Pérdida o disminución de autoestima• Pérdida o cambio en el continuó Independencia

- Interdependencia -Dependencia.• Pérdida o disminución en la sensación de

bienestar con uno mismo.• Pérdida en el manejo decisiones o control sobre

su vida.• Pérdida o disminución en la capacidad mental.

• Otro aspecto al que se tienen que enfrentar los adultos de la tercera edad es a la pérdida de alguna persona amada.

• Esta situación puede tambalear de manera significativa el mundo de la persona. Estos cambios bruscos generan un dolor porque se ha perdido una fuente importante de amor y cariño, pero también el dolor se siente cuando la persona misma se ve reflejada en esa otra persona que se fue y empieza a sentir de manera más cercana que en cualquier momento llegará su tiempo de despedirse.

• Para una persona en edad avanzada el reto es reconocerse como la misma persona que ha sido durante tantos años pero con cambios físicos y emocionales importantes; que mientras se mire al espejo se reconozca como el mismo individuo a pesar de que han pasado los años.

• En algunas ocasiones, es tal el nivel de angustia que se genera frente a estos cambios que la persona niega estas situaciones para ir graduando este dolor.

• Por lo que es frecuente que existan dificultades para mantener los cuidados relacionados a la salud. Si no se acepta que el cuerpo no es el mismo y que necesita de mayores cuidados la calidad de vida disminuirá de manera significativa.

• Evidentemente con estos retos se presentan ciertos temores que forman parte del proceso de duelo; miedo a sentir que esas experiencias no van a poder ser bien integradas al resto de la persona.

• Sin embargo, cuando se logran asimilar estas experiencias se convierten en una sabiduría de vida. Para que una persona logre reintegrar estas experiencias es necesario que recurra a la aceptación y al amor hacia sí mismo.

• En esta búsqueda de reintegración, la persona hace un recorrido hacia su pasado, es a través de este deseo por “visitar” los lugares de la infancia o la adolescencia que se hace un recuento de los hechos para valorar estos aprendizajes y ubicarlos como aspectos buenos de la persona.

• Otras veces, los adultos mayores no logran hacer esta asimilación y valoración de sus experiencias y recurren de manera repetitiva al relato constante de las anécdotas de vida, ya que existe el deseo profundo de quererse comprobar a sí mismos que no ha habido alteraciones, es decir, que de alguna manera no ha habido cambios que alteren la personalidad del individuo y de esta misma forma se va recuperando el pasado a través de los recuerdos y por lo tanto las pérdidas son menos dolorosas.

• En algunos momentos, estos miedos y tristezas pueden ser manifestados a través del enojo y la irritabilidad por medio de conductas que para la mayoría de las personas que conviven con un adulto mayor, resultan incomprensibles, como en el caso de muchas personas de la tercera edad que resultan muy irritables frente a cualquier cambio, y esto es solo para asegurar un sentimiento de pertenencia y existencia.

• Las personas luchan y trabajan la mayor parte de su vida para consolidar sus sueños y la mayor parte de toda nuestra energía está enfocada a cubrir esas metas. Una vez que han sido alcanzadas logramos encontrar nuevos sueños que nos abren un nuevo panorama para seguir luchando y avanzando en la vida, pero cuando se dejan de buscar nuevas metas se empieza a extrañar ese deseo de buscar “algo más”.

• Ese “algo más” que nos hace despertarnos día a día convencidos de que todavía vale la pena luchar. Cuando los sentimientos depresivos sobrepasan a una persona ésta se siente sin fuerzas para seguir luchando y se ve invadida por sentimientos de impotencia y frustración.

• Por lo tanto, el reto principal a superar es la reconciliación y la reintegración de todas las experiencias que la misma vida ha dado, tomando en cuenta los logros y los fracasos, las pérdidas y las ganancias para reafirmar la propia identidad que si bien ha cambiado a lo largo de los años no ha perdido la esencia de su ser

• Una persona que logra reconocer y aceptar los cambios que se dan a través de los años tiene mayor capacidad de disfrutar sus triunfos y sus fracasos.

• Logra vencer a la depresión y el enojo que los duelos suelen presentar.

• Mientras uno encuentre el espacio y las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos de cada etapa en la vida se tendrán mayores posibilidades de enriquecerse a sí mismo como personas a un nivel físico, psicológico y espiritual.

• Estas herramientas son las que nos ayudan a conocernos como personas y que nos enseñan a integrar de mejor manera estas experiencias en nuestras vidas, aun cuando en ocasiones parecen más carencias que beneficios, tener la capacidad de reflexionar y retomar aquello que hicimos en la vida.

• Es una facultad que tiene solo aquel que puede realizar una retrospectiva de una vida llena de experiencias; de ahí que llegar a esta edad, sea no solamente la fortuna de poder reflexionar y disfrutar aquello que hicimos y construimos en el pasado, sino también de convertirnos en visión o ¿por qué no?, en ejemplo para quienes se encuentran en nuestro entorno, mostrando ante todo la capacidad de ser un ser humano completo y responsable frente a nuestras propias experiencias de vida.

Vejez y Depresión

• La depresión es un estado de ánimo persistente y permanente por lo menos durante un tiempo relativamente largo para considerarla depresión y diferenciarla de los estados de tristeza o sentimientos de tristeza que pueden provocar ciertas situaciones o pérdidas.

• La depresión implica pérdida de interés por actividades que normalmente resultaban interesantes al sujeto, y pérdida de interés en relacionarse con otros, otros síntomas típicos de la depresión son:

• La fatiga • El pesimismo • Insomnio • Sensación de poca energía para realizar

actividades • Dificultades para concentrarse • Alteraciones del apetito: pérdida o aumento

de apetito

• En los ancianos se produce un incremento de apatía y de síntomas psicosomáticos y disminución de la memoria, lapsus o desinterés por recuerdos presentes y pasados, especialmente relacionados con el presente.

• La interpretación de la sintomatología depresiva de ancianos institucionalizados, que es mayor que la de no institucionalizados, se explica por diversidad de factores entre ellos la posibilidad de que los ancianos institucionalizados ya padecieran síntomas depresivos o enfermedades mentales que incluyan ansiedad y depresión

Factores predisponentes:

• Factores genéticos y de personalidad: Los cambios cerebrales en la vejez producen disminución de neurotransmisores y sustancias que están relacionadas con la depresión cuando disminuyen o están ausentes. Accidentes vasculares, hipertensión arterial, enfermedades vasculares, demencias que propician depresiones mayores y menores. Enfermedades típicas de la vejez como el Parkinson y el Alzheimer producen síntomas depresivos y pueden acompañarse de estados depresivos.

• Factores psicológicos: son aquellos que se relacionan con pérdidas muy significativas en la vida de las personas, entre las pérdidas más importantes en la vejez estarían el grupo de referencia de amigos significativos, de personas muy cercanas y queridas como puede suceder en la pérdida de la pareja, y en el proceso de adaptación social después de la vida laboral, la jubilación como un factor predisponente a la depresión.

• Las rupturas familiares de hijos, lazos afectivos, nietos u otras personas que puedan ser significativas para ellos y que por circunstancias sociales, separaciones, divorcios, muertes producen sentimientos profundos e insuperables de tristeza, especialmente en ancianos propensos a la apatía, pesimistas, con pocos recursos sociales y personales tanto en la vejez como en la etapa anterior.

• Todos los estudios y autores coinciden en que a estos dos factores predisponentes para la depresión en la vejez se añade la posibilidad real o ficticia de la soledad, la falta de amigos o falta de apoyos sociales cercanos para que se desencadene más rápidamente el estado

depresivo •