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TRASTORNOS AMNÉSICOS
Amnesia
La memoria es una capacidad fácilmente vulnerable a diferentes condiciones que
resultan agresivas al cerebro. La amnesia es un trastorno específico de la
memoria, siendo, en determinados casos, un olvido patológico e interfiere en el
desempeño personal, social y laboral de quien la padece.
Puede ser producido a raíz de algún accidente grave donde se haya afectado la
cabeza (Traumatismo Craneoencefálico), por accidentes cardiovasculares
(embolia o trombosis), o por enfermedad viral (encefalitis), por trastornos
metabólicos (amnesia de Korsakoff) o por degeneración neuronal (enfermedad de
Alnzheimer).
La amnesia se puede dividir primeramente en dos clasificaciones.
Amnesia específica : Se refiere al olvido patológico de información de una
sola modalidad o submodalidad sensorial. Por ejemplo: amnesia para
nombres (afasia amnésica o de rostros familiares (prosopagnosia), dejando
intactas otras áreas de la memoria. Ocurren por lesiones en distintas áreas
de la corteza cerebral. Por ejemplo: Una lesión en la parte inferior y
posterior de los lóbulos temporales puede producir una amnesia para los
colores.
Amnesia Inespecífica : Se refiere a un olvido patológico de información que
abarca todas las modalidades sensoriales. Son producto de lesiones
subcorticales tales como en el hipocampo, tálamo o hipotálamo.
Dentro de la amnesia, pueden diferenciarse dos tipos de trastornos de memoria,
que varían en gravedad y extensión, pero que se hallan, generalmente, de forma
conjunta:
Amnesia anterógrada: También llamada amnesia de fijación. Se refiere a
la incapacidad para aprender nueva información tras la aparición del
trastorno (generalmente orgánico) que dió lugar a la amnesia. El paciente
parece olvidar al mismo ritmo que se suceden los acontecimientos.
Afectará por definición a la memoria reciente. Suele ser reversible en
amnesias postraumáticas y algunos síndromes de Korsakoff e irreversible
en demencias avanzadas.
Amnesia retrógrada: Afectación de la capacidad de evocar información y
sucesos bien establecidos antes del inicio de la enfermedad. La amnesia
retrógrada afecta hechos y episodios, particularmente aquellos que están
cerca del momento en el que se produjo la amnesia. Primero
desaparecerían los recuerdos más próximos en el tiempo, y en último lugar
los más remotos (recuerdos de la infancia). Puede abarcar incluso
períodos de quince años antes del episodio. El síndrome amnésico puede
acompañarse de apatía, falta de iniciativa y espontaneidad. La inteligencia,
capacidades práxicas, gnósicas, lenguaje y abstracción suelen estar
preservadas.
Amnesias Transitorias
Amnesia por traumatismo craneoencefálico (TCE).
Un TCE es una lesión cerebral causada por una fuerza externa, la cual puede
producir una disminución o alteración de la conciencia y un déficit de las
habilidades cognoscitivas y/o de las funciones físicas. Existen dos procesos
diferentes involucrados en la mayoría de los TCE: una lesión primaria, que es
causada directamente por el propio impacto y un conjunto de lesiones
secundarias, que son el resultado de las complicaciones locales y de otros
sistemas corporales.
La lesión primaria altera un sistema altamente integrado que carece casi
totalmente de capacidad funcional de reparación, la plasticidad, que es la habilidad
de compensar un daño estructural, es también limitada y probablemente aún más
limitada a medida que progresa la edad. Por lo tanto, los efectos de la lesión
primaria son, generalmente, irreversibles.
Las lesiones secundarias son potencialmente reversibles, pero el tejido nervioso
previamente dañado es extremadamente vulnerable a ellas. Es por esto que las
medidas deben dirigirse directamente a prevenir, diagnosticar y tratar estos
efectos desencadenados por la lesión inicial.
Lesión cerebral primaria
1. Contusión cerebral: Lesiones debidas al golpe
2. Lesión axonal difusa lineal y rotatoria
Lesión cerebral secundaria
1. Hematoma intracraneal
2. Edema cerebral
3. Aumento de la presión intracraneal
4. Daño cerebral isquémico
5. Infección
6. Falla respiratoria
7. Hipotensión
8. Epilepsia postraumática
9. Hidrocefalia
Amnesia por terapia electroconvulsiva (TEC).
Actualmente la TEC es utilizada mayormente para tratar la depresión aguda que
no responde a otros tratamientos. La TEC se usa también para tratar manías,
catatonia, esquizofrenia y otros desórdenes mentales. Esta terapia comenzó a
usarse en los años cuarenta y cincuenta; hoy en día se calcula que alrededor de
un millón de personas en el mundo reciben TEC cada año generalmente de 6 a 12
tratamientos administrados de 2 a 3 veces por semana. Existen tres variables
fundamentales en la aplicación de la terapia electro-convulsiva: la colocación de
electrodos, la duración de la estimulación y las propiedades electrofísicas de la
estimulación.
La TEC ha sido probada clínicamente como el tratamiento más efectivo para la
depresión aguda. Sin embargo, para al menos la mitad de las personas que
reciben este tratamiento, los beneficios son solamente temporales. Después del
tratamiento se puede continuar con la terapia de medicamentos y algunos
pacientes siguen recibiendo tratamiento continuado con TEC.
Los efectos secundarios de esta terapia incluyen amnesia, la cual puede ser
permanente en la minoría de pacientes, y confusión, la cual generalmente
desaparece en las horas siguientes al tratamiento. Está ampliamente aceptado el
hecho de que la TEC no causa daño cerebral, aunque varios pacientes se han
quejado de pérdida temporal o permanente de la memoria. El consentimiento del
paciente después de habérsele informado de los riesgos es un requerimiento
habitual en la terapia electro-convulsiva moderna; por otra parte, el tratamiento
involuntario no es común y se da típicamente sólo cuando se está ante un caso de
vida o muerte.
Amnesia global transitoria (AGT).
La Amnesia Global Transitoria (AGT) es el nombre que Fisher y Adams dieron a
un trastorno que frecuentemente ocurre en personas de mediana edad o ancianas
y se caracteriza por una amnesia de varias horas. En concreto, consiste en un
inicio súbito de una amnesia anterógrada severa que suele mantenerse durante
horas. Por lo general, el paciente vuelve a la normalidad manteniendo una
amnesia total del episodio. Este tipo de amnesia suele observarse en pacientes de
edades medias o avanzadas, en ausencia de otros signos neurológicos focales o
comiciales.
Por el momento, se desconoce la etiología de la AGT, aunque se ha podido
observar en diversas enfermedades médicas tales como: enfermedad
cerebrovascular tromboembólica, epilepsia, migraña, tumores cerebrales,
hemorragia cerebral y sobredosis de medicamentos. En este sentido, se han
propuesto dos explicaciones sobre la naturaleza de estos episodios: la epiléptica y
la vascular.
La naturaleza epiléptica es la más discutida dada la edad de presentación del
síndrome (50-60 años) y dado que la amnesia epiléptica es clínicamente distinta
de la global transitoria. Observando las características del cuadro clínico de la
amnesia global transitoria, la hipótesis más factible sería la vascular, dado que los
episodios se asemejan en gran medida a los de los accidentes vasculares
transitorios.
En la amnesia global no se ha observado una relación clara y evidente ni con los
antecedentes de riesgo vascular, ni con posteriores episodios vasculares. En la
misma línea, se han apuntado como otras posibles causas los
vasospasmosmigrañosos que podrían producir una isquemia temporal transitoria
en estructuras hipocámpicas. Así mismo, también se ha sugerido la presencia de
una posible disfunción en el control arterial de tipo agudo, manifestada como una
alteración del tono vascular en las arterias del territorio vertebrobasilar.
La AGT suele ser más frecuente en hombres y en edades comprendidas entre los
50 y los 80 años. La duración del período amnésico es breve, con una media de
4.2 horas. En general, la mayoría de los sujetos mostrarán una amnesia
retrógrada permanente de los acontecimientos sucedidos inmediatamente antes
del inicio del episodio. El pronóstico suele ser favorable, puesto que sólo un 8% de
los pacientes suele repetir el episodio.
En cuanto a los hallazgos de laboratorio, los resultados de la TC de los pacientes
con AGT se muestran normales, mientras que los estudios sobre el flujo
sanguíneo cerebral suelen señalar una reducción del nivel de flujo sanguíneo en
las regiones hemisféricas posteriores o temporales inferiores.
Suele ser común en estos pacientes una historia previa de dolores de cabeza
migrañosos. En un 7% de los diagnosticados de AGT pueden observarse crisis
epilépticas durante el primer año posterior al episodio. Existen dos marcadores
que pueden predecir el futuro desarrollo de la epilepsia como son la presencia de
múltiples episodios o de episodios breves que duran menos de 1 hora
Los trastornos de memoria tienen una gran importancia clínica ya que a menudo
es un signo clínico que puede indicar la existencia de un trastorno cerebral
subyacente. De hecho pueden ser uno de los indicadores más sensibles de
disfunción y daño cerebral. La amnesia puede aparecer por una lesión puntual en
un sitio específico del cerebro, como el tumor localizado en algunos de los lóbulos
del cerebro o puede causarla la lesión que ocurre en uno de los lóbulos cerebrales
a consecuencia de un traumatismo en el cráneo.
Otra causa de amnesia puede ser una enfermedad que afecte globalmente el
cerebro, como los daños en las neuronas que deja la demencia de Alzheimer o los
daños causados por las múltiples trombosis cerebrales causadas por
enfermedades generales como la hipertensión arterial no tratada, la diabetes
mellitus no controlada, etc. En el caso de las enfermedades degenerativas del
sistema nervioso (la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo), la memoria es una
de las funciones cognitivas que está más alterada, aunque no lo está de forma
exclusiva, sino que se acompaña de una afectación intelectual más generalizada y
por este motivo no entra dentro del concepto de amnesia pura. Las intoxicaciones
por fármacos o drogas son otra causa de la afectación cerebral que se manifiesta
con problemas de memoria.
Amnesia de Korsakoff
El síndrome de Korsakoff se asocia con el consumo prolongado del alcohol,
debido a la perdida de la vitamina llamada tiamina, se presenta con síntomas
como confusión, ataxia, oftalmoplejía, nistagmo y polineuropatía, denominado
encefalopatía de Wernike, por lo que ahora se conoce síndrome de Wernike-
Korsakoff.
La dificultad para recordar información aprendida se presenta dependiendo de la
localización y de la gravedad de la lesión cerebral. Cabe mencionar que la
memoria a corto plazo no es alterada, así como las distintas memorias.
Hay cambios ligeros en la personalidad, como lo son la apatía, falta de iniciativa y
labilidad emocional, en la superficie son sujetos amistosos y agradables, pero en
realidad su afectividad es pobre, requieren de una supervisión para el cuidado de
su alimentación y cuidados mínimos.
El síntoma primario común en los trastornos amnésicos es un trastorno de la
memoria que provoca una incapacidad significativa en el funcionamiento social o
laboral. El diagnóstico del trastorno amnésico no puede establecerse cuando el
paciente sufre otros signos de deterioro cognitivo, como los presentes en
la demencia, o cuando presenta deficiencia de atención o conciencia, como se ve
en el delirium.
Trastornos Amnésicos
Los trastornos amnésicos se diferencian de los disociativos (como la amnesia se
diferencia de la fuga disociativa o el trastorno de identidad disociativo) por la
presencia, identificada o presunta, de una enfermedad médica general que causa
el trastorno (por ejemplo, una historia de trauma cefálico o envenenamiento por
monóxido de carbono).
No existen estudios definitivos sobre la incidencia y prevalencia de los trastornos
amnésicos. Sin embargo algunos trabajos documentan la incidencia o la
prevalencia del deterioro de la memoria en trastornos específicos (como por
ejemplo, en la esclerosis múltiple). La amnesia es frecuente en los trastornos
relacionados con el abuso de alcohol, y un incremento de amnesia producida por
trastornos craneoencefálicos. Se destaca que la estructura neuroanatómica más
importante relacionadas con la memoria y el desarrollo de un trastorno amnésico
son estructuras diencefálicas concretas.
Todos estos trastornos comparten un cuadro clínico que se caracteriza por el
deterioro significativo de la memoria y se diagnostican cuando los pacientes tienen
deteriorada la capacidad para aprender información nueva y/o son incapaces de
recordar acontecimientos del pasado o información aprendida previamente. Los
pacientes con trastornos amnésicos mantienen la memoria procedimental
preservada y la inteligencia no está afectada. La alteración de la memoria puede
llegar a ser tan grave que incapacite al paciente a llevar una vida normal en el
ámbito social, laboral y familiar. En algunos casos de enfermedades de memoria,
los pacientes pueden llegar a recordar con precisión cosas muy remotas del
pasado, pero no ser capaces de recordar lo que hicieron el día anterior.
En la mayoría de los trastornos amnésicos, la capacidad para recordar información
nueva está siempre afectada, pero la capacidad para recordar información
aprendida previamente se presenta de forma más variable, dependiendo del área
de afectación y de la gravedad del trastorno. El déficit es más evidente en las
tareas que requieren recuerdo espontáneo. Para conocer su alcance, se
proporciona al individuo material visual que debe memorizar y evocar después de
unos intervalos. El déficit suele estar más relacionado con los estímulos visuales y
verbales, dependiendo del área cerebral afectada, que con otros tipos de
estímulos. La mayor parte de nuestros recuerdos, en torno al 80%, son de origen
visual, y el resto son de tipo auditivo, gustativo-olfativo y táctil, en este orden.
Se caracterizan por una alteración de la memoria que puede ser debida tanto a los
efectos fisiológicos de una enfermedad médica como a la acción persistente de
sustancias. Dichos trastornos comparten un cuadro clínico caracterizado por el
deterioro de la memoria y se diferencian según su etiología
Características diagnósticas
Los sujetos con un trastorno amnésico tienen deteriorada la capacidad para
aprender información nueva y no son capaces de recordar acontecimientos
pasados o información aprendida previamente
La alteración de la memoria puede ser lo suficientemente grave como para
provocar un acusado deterioro de la actividad laboral o social y puede
representar una merma importante del nivel previo de actividad
La alteración de la memoria no aparece exclusivamente en el transcurso de
un delirium o de una demencia
La capacidad para recordar información nueva está siempre afectada, pero la
dificultad para recordar información aprendida previamente se presenta de forma
más variable, dependiendo de la localización y gravedad de la lesión cerebral. El
déficit de memoria es más aparente en las tareas que requieren el recuerdo
espontáneo y puede ser evidente cuando el examinador proporciona estímulos al
sujeto para que los evoque después. Los déficit pueden estar predominantemente
relacionados con estímulos verbales o visuales en función del área del cerebro
específicamente afectada. En algunas formas del trastorno amnésico el sujeto
puede recordar mejor cosas muy remotas del pasado que acontecimientos más
recientes (p. ej., un sujeto recuerda la estancia en el hospital hace una década,
con detalles que expresa vivamente, sin darse cuenta de que actualmente está en
ese mismo hospital).
No se establece el diagnóstico si el deterioro de la memoria aparece
exclusivamente en el transcurso de un delirium (p. ej., si se presenta sólo en el
contexto de una reducción de la capacidad para mantener o dirigir la atención). En
el trastorno amnésico la capacidad para repetir inmediatamente una secuencia de
información (p. ej., dígitos) no está alterada. Cuando lo está, hay que sospechar la
presencia de una alteración de la atención, que puede ser indicativa de delirium. El
trastorno amnésico se diagnostica si hay otros déficit cognoscitivos característicos
de la demencia (p. ej., afasia, agnosia, alteración de la capacidad de ejecución).
Los individuos con trastorno amnésico pueden experimentar como resultado de
sus déficit de memoria graves deterioros de su capacidad personal o social,
requiriendo una supervisión cotidiana para asegurar su alimentación y cuidados
mínimos.
Síntomas y trastornos asociados
A menudo, el trastorno amnésico viene precedido por un cuadro clínico de
confusión y desorientación, y posibles problemas de atención que sugieren un
delirium (p. ej., trastorno amnésico debido a deficiencia de tiamina). Durante los
estados iniciales del trastorno es frecuente la confabulación, a menudo
evidenciada por la narración de acontecimientos imaginarios que persiguen llenar
las lagunas amnésicas, pero tiende a desaparecer con el tiempo. Por esta razón
es importante recabar información de los familiares o allegados. La amnesia
profunda puede dar lugar a desorientación temporoespacial, pero es rara la
desorientación autopsíquica, que es frecuente en individuos con demencia, mas
no con trastorno amnésico. A la mayoría de los individuos con trastorno amnésico
grave les falta la capacidad de juicio para reconocer sus déficit de memoria y
pueden negar explícitamente la presencia de su grave deterioro, a pesar de la
evidencia en contra.
Esta falta de capacidad de juicio puede llevar a acusaciones a los demás o, en
casos excepcionales, a la agitación. Algunos individuos reconocen que tienen un
problema y aparentan que no les concierne. Puede haber algunos cambios
sugerentes de alteración de la personalidad, como apatía, falta de iniciativa y
fragilidad emocional. La amnesia global transitoria confiere a los individuos que la
padecen una apariencia de perplejidad y aturdimiento. Pueden observarse déficit
menores de otras funciones cognoscitivas, pero, por definición, no son tan graves
como para provocar un deterioro clínicamente significativo. Las pruebas
neuropsicológicas cuantitativas demuestran a menudo déficit específicos de
memoria, con ausencia de otras alteraciones cognoscitivas. Dependiendo de la
extensión o la naturaleza de los déficit, el resultado de las pruebas estandarizadas
que evalúan el recuerdo de acontecimientos históricos conocidos o de personas
públicas es variable.
Curso
La edad de inicio y el curso subsiguiente de los trastornos amnésicos puede ser
muy variable,y depende del proceso patológico primario que ha provocado el
trastorno. La lesión traumática cerebral, el infarto y otros acontecimientos
cerebrovasculares, o tipos específicos de exposición aneurotóxicos (p. ej.,
envenenamiento por monóxido de carbono), pueden provocar el inicio agudo
del trastorno amnésico. Otras enfermedades, como el abuso prolongado de
sustancias, la exposición a neurotóxicos o la continua deficiencia nutricional
pueden dar lugar a un inicio insidioso. La amnesia transitoria debida a traumatismo
craneal puede durar un tiempo variable: el patrón característico es de un mayor
déficit inmediato después de la lesión y una mejoría durante los 2 años siguientes
(puede haber una mejoría adicional pasado ese tiempo, pero es menos frecuente).
Los trastornos debidos a la destrucción de la porción medial del lóbulo temporal (p.
ej., debido a infartos, ablación quirúrgica o malnutrición en el contexto de una
dependencia alcohólica) puede causar deterioro persistente.
Diagnóstico diferencial
El deterioro de la memoria es también un síntoma del delirium y de la demencia.
En el delirium la disfunción amnésica se presenta asociada al deterioro de la
conciencia, con reducción de la capacidad para centrar, mantener o dirigir la
atención. En la demencia el deterioro amnésico debe acompañarse de múltiples
déficit cognoscitivos (p. ej., afasia, apraxia, agnosia o alteración de la actividad de
ejecución), lo cual conduce a un deterioro clínicamente significativo.
El trastorno amnésico debe distinguirse de la amnesia disociativa y de la amnesia
que se presenta en el contexto de otros trastornos disociativos(p. ej., trastorno de
identidad disociativo).
Por definición, el trastorno amnésico se debe a los efectos fisiológicos directos de
una enfermedad médica o al consumo de sustancias. Además, la amnesia en los
trastornos disociativos no implica déficit del aprendizaje y del recuerdo de
información nueva, sino que los sujetos presentan una incapacidad circunscrita
para recordar contenidos de naturaleza traumática o estresante. Para las
alteraciones de la memoria presentes sólo durante la intoxicación o abstinencia de
una droga de abuso, los diagnósticos apropiados serán intoxicación por sustancias
o abstinencia de sustancias y no debe realizarse un diagnóstico de trastorno
amnésico por separado. Para las alteraciones de la memoria asociadas al
consumo de medicamentos, debe anotarse efectos secundarios de la medicación
no especificados.
La etiología presumible del trastorno amnésico determina el diagnóstico (la
descripción y los criterios diagnósticos para cada trastorno amnésico se describen
después por separado, en esta sección). Si se estima que la alteración de la
memoria es consecuencia de efectos fisiológicos directos de una enfermedad
médica (incluyendo el traumatismo craneal), se diagnosticará trastorno amnésico
debido a enfermedad médica. Si la alteración de la memoria es resultado de los
efectos persistentes de una sustancia (p. ej., droga de abuso, medicamentos o
exposición a tóxicos) se diagnosticará trastorno amnésico persistente inducido por
sustancias. Deben realizarse los dos diagnósticos cuando ambos, una sustancia
(p. ej., alcohol) o una enfermedad médica (p. ej., traumatismo craneal) hayan
tenido un papel etiológico en el desarrollo de la alteración de la memoria. Si no es
posible establecer una etiología específica (p. ej., disociativa, inducida por
sustancias o debido a una enfermedad médica), se diagnosticará trastorno
amnésico no especificado. El trastorno amnésico debe distinguirse de la
simulación y del trastorno facticio. Para hacer esta difícil distinción pueden ayudar
las pruebas sistemáticas de memoria (que a menudo proporcionan resultados
inconsistentes en la simulación y en el trastorno facticio) y también la ausencia de
una enfermedad médica o el consumo de sustancias que se estiman relacionadas
con el deterioro de la memoria.
El trastorno amnésico debe distinguirse del deterioro de la memoria característico
del déficit cognoscitivo relacionado con la edad, en el que se da una pérdida
fisiológica en relación con los años.
Trastorno amnésico debido a enfermedad médica
Diagnóstico y síntomas asociados
Las características descriptivas del trastorno amnésico debido a enfermedad
médica. Además, el diagnóstico requiere demostración, a través de la historia, de
la exploración física o de las pruebas de laboratorio, de que la alteración de la
memoria es un efecto fisiológico directo de una enfermedad médica (incluyendo un
traumatismo físico)
Para determinar si el trastorno amnésico es debido a una enfermedad médica, el
clínico debe establecer primero su presencia. Además, debe establecer el
mecanismo fisiológico por el que el trastorno amnésico se estima etiológicamente
relacionado con dicha enfermedad. Para hacer este juicio es necesario un análisis
cuidadoso y comprehensivo de los múltiples factores que intervienen. Aunque no
hay una guía infalible para determinar si la relación entre el trastorno amnésico y
la enfermedad médica es etiológica, algunas consideraciones pueden servir de
orientación. La primera consideración hace referencia a la asociación temporal
entre el inicio, la reagudización o remisión de la enfermedad médica y la alteración
amnésica. La segunda consideración es la presencia de síntomas que son típicos
del deterioro de la memoria en el contexto de un trastorno disociativo u otro
trastorno mental (p. ej., edad de inicio y curso atípicos). Si existen datos en la
literatura de la existencia de una asociación directa entre la enfermedad médica en
cuestión y el desarrollo del deterioro de la memoria, ello ayudará a la valoración en
cada caso. Además, el clínico ha de estimar si la alteración no se explica mejor
por un trastorno disociativo, un trastorno amnésico persistente inducido por
sustancias u otro trastorno mental primario (p. ej., trastorno depresivo mayor).
Todo ello se trata con mayor detalle en la sección «Trastornos mentales debidos a
enfermedad médica»
Los sujetos con trastorno amnésico debido a enfermedad médica presentan a
menudo otros síntomas de enfermedad primaria sistémica o cerebral que
provocan el deterioro de la memoria.
Sin embargo, la alteración del estado mental puede ser el único síntoma presente.
No hay síntomas diagnósticos específicos detectables por procedimientos como la
resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC). No obstante, es
frecuente la lesión de las estructuras mediales de los lóbulos temporales, y puede
reflejarse por un ensanchamiento del tercer ventrículo o los cuerpos temporales, o
por atrofia estructural detectada en la RM.
Especificaciones
Pueden señalarse las siguientes especificaciones para indicar la duración de la
alteración.
Transitoria. Esta especificación se usa para indicar una duración de algunas horas
o días y no más de 1 mes. Cuando el diagnóstico se hace durante el primer mes
sin esperar a la remisión, puede añadirse el término «provisional». La «amnesia
global transitoria» es una forma específica del trastorno amnésico transitorio,
caracterizada por una acusada pero transitoria incapacidad para aprender
información nueva y una incapacidad variable para recordar acontecimientos que
ocurrieron antes o durante el proceso patológico cerebrovascular.
Crónico. Esta especificación se utiliza para alteraciones que duran más de 1 mes.
Trastorno amnésico persistente inducido por sustancias
Diagnóstico y síntomas asociados
Las características descriptivas del trastorno amnésico persistente inducido por
sustancias
(Criterios A y B) se comentan en la página 163. La alteración de la memoria no
aparece exclusivamente en el transcurso de un delirium o una demencia y persiste
más allá de la duración habitual de la intoxicación o abstinencia de la(s)
sustancia(s) (Criterio C). Además, para diagnosticar el trastorno amnésico
persistente inducido por sustancias, debe haber demostración, a través de la
historia, de la exploración física o de las pruebas de laboratorio, de que la
alteración de la memoria está relacionada etiológicamente con los efectos
persistentes de la sustancia (p. ej., droga de abuso, medicamentos o exposición a
tóxicos) (Criterio D). El trastorno se denomina persistente, puesto que la alteración
de la memoria persiste una vez que el sujeto deja de experimentar los efectos de
la intoxicación o abstinencia de la(s) sustancia(s). Los síntomas asociados al
trastorno amnésico persistente inducido por sustancias son similares a los
síntomas de los trastornos amnésicos (v. pág. 163). Aunque en el momento actual
están abstinentes, muchos sujetos con este trastorno tienen o han tenido un
patrón previo de consumo prolongado de sustancias que justifica el diagnóstico de
dependencia. Debido a que estos trastornos persisten tiempo después de haber
interrumpido el uso de sustancias, los análisis de detección (screening) de orina y
de sangre pueden resultar negativos para la sustancia en cuestión. No es
frecuente una edad de inicio antes de los 20 años. El deterioro resultante puede
permanecer estable o empeorar, incluso si ha cesado el consumo de sustancias.
Para una exposición más pormenorizada de los síntomas asociados a los
trastornos relacionados con sustancias.
Sustancias específicas
El trastorno amnésico persistente inducido por sustancias puede presentarse
asociado a los siguientes tipos de sustancias: alcohol, sedantes, hipnóticos y
ansiolíticos, y otras sustancias o desconocidas.
El trastorno amnésico persistente inducido por alcohol aparentemente es debido a
la deficiencia de vitaminas y se asocia al consumo prolongado de grandes
cantidades de alcohol. Entre los síntomas asociados se encuentran alteraciones
neurológicas como neuropatía periférica, ataxia cerebelosa y miopatía. El trastorno
amnésico persistente inducido por alcohol debido a la deficiencia de tiamina
(síndrome de Korsakoff) es con frecuencia continuación de un episodio agudo de
encefalopatía de Wernicke, enfermedad que se manifiesta por confusión, ataxia,
anomalías del movimiento de los ojos (mirada fija, nistagmo) y otros signos
neurológicos. Estas manifestaciones disminuyen gradualmente, mientras que el
deterioro de la memoria perdura. Si la encefalopatía de Wernicke es tratada con
dosis altas de vitaminas, puede que no aparezca el trastorno amnésico
persistente. Aunque la edad no es un factor etiológico específico de la
enfermedad, los sujetos que presentan un trastorno amnésico persistente tienen
una larga historia de ingesta abundante de alcohol y a menudo son mayores de 40
años. Aunque la forma de comienzo típica es brusca, algunos sujetos desarrollan
déficit de forma insidiosa durante años debido a los efectos repetidos del tóxico y a
la deficiencia nutricional, antes de presentar el dramático deterioro presuntamente
relacionado con la deficiencia de tiamina. Una vez establecido el trastorno
amnésico persistente, lo habitual es que se mantenga indefinidamente, aunque
puede haber ligeras mejorías con el paso del tiempo o remitir en algunos casos.
Normalmente, el deterioro es muy acusado y los sujetos requieren cuidados
especiales a lo largo de su vida. El trastorno amnésico persistente inducido por
sedantes, hipnóticos o ansiolíticos puede desarrollarse con el consumo
prolongado de grandes cantidades de este tipo de sustancias. El curso es variable
y, al contrario de lo que sucede con el trastorno amnésico persistente inducido por
alcohol, puede haber una recuperación total. Entre los medicamentos señalados
como causantes de trastornos amnésicos se incluyen anticonvulsivantes y
metotrexatointratecal. Entre los tóxicos que provocan amnesia se incluyen el
plomo, el mercurio, el monóxido de carbono, los insecticidas organofosfatados y
los disolventes industriales.
Trastorno amnésico no especificado
Esta categoría debe utilizarse para el diagnóstico de un trastorno amnésico que no
cumple los criterios para ninguno de los tipos específicos descritos en esta
sección.
Un ejemplo es el del cuadro clínico de amnesia para el que no hay pruebas de su
etiología específica (p. ej., disociativa, inducida por sustancias o debida a
enfermedad médica).