Contenidociruelo.uninorte.edu.co/pdf/BDC87Parte3.pdf · Contenido El modernismo l., 1. ... Los...

Contenido

El modernismo en Barranquilla l., 1. 11. Un modernista a la fueza: A.Z. López-Penha, 7. El

poeta, 13. El novelista, 17. La desposada de una sombra:

una novela ocultista, 19. 111. Un huésped pendenciero:

Fray Candil, 24. IV. Otro siglo, otra voces, 31. V. Dos

caballeros "modernos": Leopoldo de la Rosa y Miguel

Rasch Isla, 35. El caballero de la rosa, 39.

45El mundo de Cosme ,l., 45. La presencia de don Ramón, 46. La villa crece, 53.Las diversiones en "la Arenosa", 56. El cine, 60. 11., 63.Una triste aventura de catorce sabios, 72. Más ciencia ficción:Barranqui/la 2132, 74. Una pieza curiosa: Asaltos, 79.

Presencia de Voces 83l., 83. 11., 84. 111., 90. IV., 94. V., 100. VI., 108

Las revistas literarias en Barranquilla 113Los tiempos del optimismo: 1920-1940, 115. Ideas, 117.Lumen, 120. Caminos, 124. El amado, 128. El infierno,129. Entre Caminos y la Revista del Museo, 129. ElSuplemento de La Prensa, 132. Civilización, 135. Mejoras,136. Revista del Museo, 138. Crónica (y el nacimiento delgrupo de Barranquilla), 142. Caracteristicasdel grupo, 149.Vida, pasión y muerte de Crónica, 154. La Revista delAtlántico, 160. Stvdia, 164. La Página (Un testimonio), 166.Olas, 170. Huellas, 177.

Aproximaciones

a la literatura del carnavalEn el cuento, 190. En la novela, 194.

185

201

211""""""'" 219

225

, 229,

237

241245249253

El nadaísmo en Barranquilla Frente al estante alemán ,

Qué se lee en Barranquilla (1) (1987) """"""""

Qué se lee en Barranquilla (11) (1997) ,

Barranquilla y su grupo:

Entrevista con Alfonso Fuenmayor Ramón Vinyes i Cluet (1882-1952) Bob Prieto (1913-1963) Alvaro Cepeda Samudio (1926 -1972) Don Germán, el Pacriarca (1917-1991) Cuando se llamaba Marvel Luz (1939 -1995)

Indice alfabético de personas, obras y lugaresNota bibliográfica

257283

Presencia de Voces

Es curioso anotar cómo en Antioquia todavía la popula-ridad de Nietzsche sigue siendo alta en todos los estratos,aun los más marginales de la población, hasta nuestrosd ' 36las.

En las notas de la sección final de Voces (de distintoscolaboradores y sin firma, pero donde era frecuente recono-cer el tono zumbón de Vinyes) se recalcaba:

No hablamos de un autor sin que reconozcamos su obra.Sabemos que es mucho más fácil dar la opinión de una opiniónque la opinión propia, pero no lo hacemos... tenemos odio a losjuicios hechos y a las enciclopedias más o menos británicas,tenemos odio a las líneas generales que por abarcar mucho

aprietan poco.

Un autor tan popular para la época como el dramaturgoFrank Wedekind, era poco conocido entre nosotros. Así, elredactor anónimo de la revista 10 despacha en dos líneas:

Sus obras de tesis atrevidas, de acciones brutales, de crudezasdesnudas no nos entusiasman.37

Lo de "brutal", que molestaba al comentarista de Voces,loilustró el profesor Alberto Assa cuando canturreando una delas canciones para guitarra de Wedekind, me dio una ver-sión libre, que es más o menos así:

Yo maté a mi tía.Mi tía era vieja y débil,

36 "Todos esos pelados hablaban como Cioran y no habían leído ni a

Gonzalo Arango. Bueno, ellos sí leían... a Valgas Vila, a Nietzsche". VíctorGaviria. "El mundo del no futuro", en El Tiempo, Bogotá (13 de mayo, 1990).

37 Voces, N° 29 (julio, 1918).

99

ESCRIBIR EN BARRANQUILLA

pero vosotros, joh jueces!,estáis tratando de quitarmemi vida florida.

Había pasado la noche en su casay aproveché para escarbar entre gavetas y cajones.Era de noche, nada oía yo,le clavé el puñal y ya mi tía dejó de respirar.La plata era pesada, pero más lo era mi tía;por eso la cogí del cuello y la empujé al sótano...38

Salvo otro artículo acerca del poeta Bruno Franck, escritotambién por Vinyes, los otros artículos sobre autores alema-nes son los de Julio E. Blanco sobre la filosofía de Kant. Másadelante, y en Caminos, Vinyes publicó unos artículos sobrelos poetas Borries von Munchhausen ("poeta germano biengermano") y Johannes R. Becher ("poeta germano no biengermano"). No hay más presencia cultural alemana de pri-mera mano en las publicaciones del país hasta la apariciónde Eco, en 1960.

V

Que una figura tan conocida y respetada como ManuelGarcía Morente, el filosofo español,colaborara con Voces, esalgo que se olvida con frecuencia. Porque la revista, abiertaa todos los campos, también cultivó la filosofía. No erafrecuente que por esas fechas aparecieran artículos filosófi-cos en las revistas culturales. Puede decirse, sin exagerar,que sólo en Cultura, dirigida en Bogotá por el profesor Luis

38 Entrevista personal con el profesor de idiomas Alberto Assa, oct. de 1987,

BarranquiUa.

100

Presencia de Voces

López de Mesa, y en Barranquilla en Voces, el pensamientofilosófico hizo presencia. Dato este que con frecuencia se

soslaya en la historia de la filosofía en el país.

Indudablemente la presencia de Julio Enrique Blanco, un joven

autodidacta, con grandes capacidades para el discurrir filosófi-co/ es decisiva. Varios artículos, entre ellos los dos "Sobre el

origen y desarrollo de las ideas teleológicas en Kant "/ le valieron

felicitaciones como las enviadas desde la Argentina por JoséIngenieros. 39

Que Julio Enrique Blanco era una rara avis por esta aficióna la filosofía/lo demuestra el hecho de que hasta en los

colaboradores de Voces encontró una recepción burlona a su

quehacer. Vinyes, en una carta, le ofrecía disculpas por esta

atmósfera, así:

Ayer le decía a Antonio Luis McCausland, a quien le mostré su

carta, el daño que con nuestra risa negativa le habíamos hecho

a usted.40

En algún escrito inédito, el filósofo Blanco trata de damosuna noticia de cómo había alguna inquietud por los temasfilosóficos en esta ciudad. Es así como nos cuenta que en el

camellón Abello, A. Z. López- Penha exponía la tesis de MaxNordau. Hoy en día se ha olvidado a Nordau, una especie de

filósofo a la violeta, cercano al positivismo, húngaro de

nacimiento, francés de adopción y judío sionista de convic-

ción. Prolífico, era un best seller de la época, siendo muycontrovertidos sus libros Degeneración y Psicopatología del

39 Núñez Madachi,Julio. "Julio Enrique Blanco: Una dimensión metafísicade la inteligencia", en Huellas, N° 14. Barranquilla, Universidad del Norte (abril,

1985)..40 [bid.

101

ESCRIBIR EN BARRANQUlLLA

genio y del talento. José A Silva, en su novela De sobremesa,califica como pedantescas lucubraciones pseudocientíficaslas obras de este autor. Y Rubén Darío se burla de él en formasangrienta en Los raros.

Todo esto, sin embargo, no era óbice para que A. Z.López-Penha fuera su principal divulgador entre nosotros.

Nos dice Blanco en su escrito que la conclusión quesacaba de la lectura de este autor, era la exaltación delindividuo, pues como decía: "Sólo el individuo puede llegara mostrarse como hombre de talento, pues la especie, elconjunto de los hombres comunes y corrientes carece de

1 41va or."

La noticia es aún más curiosa cuando se anota en elmismo escrito que algunos jóvenes de la sociedad barran-quillera, jse suic:idaron después de la lectura de Nordau! Ytodo ocurría a pocas cuadras de distancia de los colegiosdonde a punta de palmeta se aprendía casi de memoriaJasescolásticas Lecciones de lógica de Julián Restrepo Hernándezy las Lecciones de metafísica y ética de monseñor Rafael MaríaCarrasquilla, "el Mercier colombiano", como era apodadopor sus admiradores.

y aunque A. Z López-Penha colaboró con Voces, conartículos de alguna pretendida especulación filosófica (léasePhilobblon42 y El concepto racional masculino y el conceptointuitivo femenino con relación a la noción de tiempo43) ya queda-ba poco en estos posteriores escritos de esa especie ,de

-41 Blance, Julio Enrique. "Influencias de Nordau sobre López-Penha'

(Inédito, archivo de Julio Núñez Madachi.)42 Voces, No. 17 (dic., 1917).43 Voces, No. 39 (oct., 1918).

102

Presencia de Voces

filosofía nietzscheana de segundo orden, que al parecer tuvoalgunos oyentes en la Barranquilla de principios de siglo.

Más interesante resulta saber cómo Haeckel, Buchner,Strauss, Schopenhauer, Nietzsche, Wagner, Darwin, Renan,Spencer y Voltaire, se podían comprar en las libreríasbarranquilleras, que no eran muchas, pero sí surtidas. Estádemás decir que todas estas obras aparecían como prohibi-das en el catálogo dominical leído por el párroco de la iglesiade San Nicolás.44

Contrasta esta información con la que nos da RafaelCarrillo, quien comentando su juventud, manifiesta que ensu bachillerato en el Liceo Celedón de Santa Marta noconoció libros de filosofía distintos a los textos obligatoriosde filosofía escolástica, y que tuvo que esperar llegar aBogotá para conocer otros autores. Como se ve, Voces nollegaba a la vecina Santa Marta.45

Pero en esto de las colaboraciones filosóficas, Voces nostrae sorpresas cada vez mayores. No sólo se encuentran lasde Julio Enrique Blanco, el filósofo de cabecera de la revista,por decir así, sino también los artículos de Moisés Vicenzi,costarricense, de Eugenio D'Ors, catalán, el citado GarcíaMorente, y una traducción casi simultánea a su aparición enEuropa del artículo de Isabel Forster-Nietzsche, la contro-vertida hermana del filósofo alemán, titulado "El origen deAsí hablaba Zaratustra".46

Los artículos se extienden en una gama que van desde los

44 Núftez Madachi, op. cit.45 Carrillo, Rafael. Escritos filosóficos. Bogotá: Biblioteca Colombiana de

Filosofía, 1986.46 Voces, N° 21 (abril, 1918).

103


estudios kantianos de Blanco, los basados en la filosofía dela educación de Dewey y Fichte, escritos por Eugenio D'Ors,las reflexiones sobre el vitalismo de Bergson, de E. Restrepo,las anotaciones a la pedagogía social de Paul Natorp, deGarcía Morente, hasta un artículo original de Ewal Hering,en traducción de Blanco.

Más aún, otros filósofos, sobre todo alemanes, comoHerbart, Haeckel y el austríaco Mach fueron estudiados porBlanco, que seguía bregando a pesar de la gran incompren-sión del medio. Vinyes en la citada carta añadía:

¿Que nadie nos comprende? Sí los hay. No crea que HenriPoncairé si hubiera publicado sus tesis cosmogónicas en Voceshubiera oído comentarios más inteligentes que los que usted haoído comentando su Causalidad biológica!7

A pesar de las risas, estas inquietudes dejaron estela. Locomprueba el hecho de que después de algunos años JulioEnrique Blanco publicaría en forma de diálogos filosóficos,en la Revista de la Universidad de Antioquia, las discusionesque sobre Haeckel sostuvieron el mismo Blanco, Vinyes,Enrique Restrepo y Antonio Luis McCausland.

Pero también hubo un voltearse sobre nuestra propiaactividad especulativa, yeso lo hizo, en varios artículos, elno suficientemente valorado Enrique Restrepo.

Porque junto a Vinyes, es Restrepo el más interesante delos colaboradores locales. Espigaba en varios campos, comola crítica literaria y pictórica, pero son sus reflexiones, con uncañamazo de eclecticismo filosófico al fondo, lo más intere-

47 Núñez Madachi, op. cit.

104

Presencia de Voces

sante de sus escritos.

Irreverente, con una gran audacia para la época, y más enrevistas de este tipo, se burló del Núñez poeta, y puso ensolfa a Caro! por 10 que él tomaba como un escolaticismotrasnochado.

En la" Apología del doctor Rafael Núñez, poeta" (firma-do con el seudónimo de Garci-Ordóñez de Barbarán) nosdice en su introducción:

La insignificante apología que presentamos ni añadirá ni resta-rá al prestigio del Dr. Núñez, ya cimentado como cumbregranítica en la conciencia de la multitud, conciencia oscura yanónima que venera pero no investiga y quiere para su culto,' dI 481 o os, no razones.

De ahí en adelante, en el resto del artículo, dedicaráalfilerazos al que siempre designará como "el torturadofilósofo del Cabrero", o "el cantor del cocodrilo". Comen-tando "La dicha", un poema apólogo de Núñez, en el que alos lamentos de un caballo, Núñez prosigue en unos versosmás adelante:

y Jehová le responde. Pobre insecto...

Restrepo nos hace su exégesis así:

Entendemos que desde Buffon, el caballo se clasifica entre losvertebrados mamíferos superiores. El genio siempre singulardel ilustre cantor del cocodrilo encontró tal vez defectuosa esta

48 Vargas, Germán. Voces: Selección de textos. Bogotá: Colcultura, 1977,

pág. 196.491bid., pág. 196.

105


clasificación y prefirió catalogarlo entre los insectos... para eldoctor Núñez todas las formas vivas eran más o menos insec-

toS.49

En El último escolástico, breves apuntes sobre la personalidadde Caro, Restrepo está más acre:

Caro no fue un filósofo, por cuanto no fue el creador de

principios ni de ideas especiales... Momentos hay en que losentimos agitarse, combatir decididamente contra los huraca-nes y los vientos... jVana ilusión! No es él quien se eleva; no esél quien vuela; son los innumerables autores que en la fogosidadde su discurso invoca en apoyo de su tesis; son los fragmentos

ajenos que honradamente acomillados acumula allí con tal

artificio que, cuando nos parece escuchar al señor Caro, estamosescuchando a Goethe, a Aristóteles, a Shakespeare, o a Lamartine(...) Mientras puede apoyarse en la tierra siente su fuerza y seejercita; ágilmente se mueve, y se apresta al ataque como a ladefensa. Empero el espacio azul no es un eiemento, ni en loscielos de la abstracción sabe ceñirse majestuoso...50

Olvidado, los libros de Enrique Restrepo son hoy unacuriosidad, no reeditab1es sino fotocopiab1es. Sin embargo,es interesante leer la nerviosa correspondencia cruzada en-tre Luis López de Mesa y Julio Enrique Blanco con ocasión dela publicación de El tonel de Diógenes (Manual del cínico

perfecto) en 1925, y cuando ya Restrepo se había domiciliadoen Bogotá.

Como dato curioso le informo que un crítico joven colombiano,Umaña Bernal, ha considerado el libro de Enrique Restreposuperior al mío en pensamiento y estilo. Esto me desconcierta

so Valgas, Germán, op. cit., pág. 205.

106

Presencia de Voces

un poco por el concepto que usted y yo nos hemos formado de laobra de Enrique...

escribía López de Mesa. A su vez, Julio Emique Blanco le

respondía:

En cuanto a la opinión crítica que usted me dice se ha formadoen Colombia sobre su libro en comparación con el de Enrique,

le diré que me parece parcial. El libro de usted se diferencia del

de Enrique por su conjunto. El de usted es un libro armonioso.El de Enrique es satírico. El de usted representa un trabajo serio,el de Enrique es una diversión. Enrique ha querido presentar

una orientación, y hace algo definitivo como etapa, de acuerdo

a su temperamento, por lo cual está muy bien. Por otra parte sus

Apólogos están compuestos desde un punto de humanista queno tiene Enrique. Enrique nos presenta sólo un aspecto deletrado. Es la reminiscencia que queda en el libro de él, de lainfluencia de Anatole France. 51

Posteriormente -y según noticias que suministró unJulio E. Blanco ya muy anciano-, Emique Restrepo hizo

más fuerte su patrimonio y más débiles sus lazos con lafilosofía. Pero tampoco es prudente pedirle a una época

determinada más de 10 que permite el contexto. Por esasmismas calendas el pensador argentino Juan Agustín García

sentenciaba:

Los grandes misterios de este universo no sorprenden aSuramérica ni le interesan tanto como algún problemita dederecho público.52

-":--si Nt,íñez Madachi, Julio. Julio Enrique Blanco, Luis López de Mesa: Co"espon-

deitcia filosófica. Batranquilla: Universidad del Norte, 1987.52 García, Juan Agustin. "Nuestra incultura", en Pensamiento positivista

latinoamericano, Tomo 11. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1980.

107


VI

Voces alcanzó a llegar a los sesenta números y terminó depublicarse el 30 de abril de 1920. Su muerte, como la de casitodas las revistas culturales, se debió a la asfixia económica.No recibió "pulpitazos", como, por ejemplo, Panida enMedellín, a la que el órgano de la curia -La familia cristiana-prohibió leer bajo pena de pecado. En Barranquilla, a pesarde su poder, el clero tenía una presencia más discreta. Laciudad portuaria no era una sede diocesana (dependíamosde la entonces diócesis de Cartagena) y además, había unapoblación flotante, con mucho extranjero, que le obligaba aser más permisiva.

Pero aún así, los malquerientes de Voces abundaron. Nole ayudaba a granjearse simpatías la actitud retadora queanimaba desde el epígrafe ensu portada. "Les esprits mediocrescondamnent d'ordinaire tout ce qui passe el leur portée", decía,citando una máxima de La Rochefoucauld, o sea que larevista cumplía un papel de ser: "La mala conciencia, elirreverente ante las convenciones que las sociedades cons-tantemente tienden a sacralizar .,,53

Fue, pues, inevitable que la publicación desatara reaccio-nes négativas cuando tocaba temas vidriosos o golpeaba alos intocables. El Derecho, periódico local, se quejaba:

Voces, que ayer nos neutralizó a Núñez, nuestra gloria poética,

nos neutraliza hoya Gómez Restrepo nuestro gran crítico.

Entre la necesidad espiritual de leer a Voces y el miedo de que

nos arrebate una gloria nacional nos sucede a cada nueva

53 Carda Capclini, Héctor. "Cruces, arraigos y deslindes", en Magazín

Dominical de El Ejpectador, N° 447 (17 de nov., 1991).

108

Presencia de Voces

entrega, lo mismo que cuando sentimos la necesidad del remedioy le tememos al médico algún diagnóstico fatal.54

Esto se escribía a los pocos números de salida Voces y

cuando todavía el público se preguntaba quién era el irónicoautor contra la poesía de Núñez, y que firmaba bajo elseudónimo de Garci-Ordóñez de Barbarán.

Más adelante, y ya en su segundo año de vida, hay unartículo muy esclarecedor de Hipólito Pereyra:

Oye, Hipólito Pereyra, me dice un distinguido escritor, oye,¿ quieres que te haga un elogio? En Voces sólo se entiende lo quet ' 'b 55 U escrl es...

y más adelante continúa:

Voces, dice la curia -perdóneseme la cobardía que me embarga

y que me impide consignar el adjetivo calificador-: No man-den más revista, dice. Voces es algo exótico dice la generali-

dad,56

Como en la actualidad es imposible reconstruir elanecdotario de la publicación, pues ya no hay testigos pre-

senciales, sólo se pueden inferir las dificultades para sobre-vivir, de la lectura de los mismos textos o por algunos otros

indicios. Así, hay un número doble, el 49/50, a cargo de

Hipólito Pereyra (la ausencia de Vinyes es diciente) y que esinsólito, por decir lo menos, Lo encabeza un retrato a todapágina del general Eparquio González, personaje político yen ese momento presidente de la Asamblea del Atlántico.

"

54 Vargas, Gennán, op. cit., pág, 12.55 Idem.56 Idem.

109


Además del retrato hay un artículo ditirámbico del mismoHipólito Pereyra y, peor aún, la publicación de los versospatrióticos del general, cuya muestra dice:

jOh poderoso mar!, jOh mar de Atlante!permíteme que en tus aguas dilate la miradabusco esa historia que contigo vivele escucho entre tus voces de /úpiter tonante...

De hecho, era una llamada de auxilio. El editorial que-jumbroso decía:

Nuestra política fue la de la puerta abierta, pues siempretuvimos la de nuestra revista abierta de par en par para recibircon los brazos abiertos a todos los intelectuales que quisieranllegarse a nuestra casa. Llegaron muy pocos, la mayoría semostró reacia.

Conociendo lo selectivo que era Vinyes hay que dudar de"la puerta abierta", pero de todas maneras hubo un intentode reconciliarse con parte de la "intelligentsia" local quehabía quedado por fuera. No les valió. Tres años más tarde,el mismo general González, al ser nombrado gobernador yen una historia turbia, extrañó del país a Ramón Vinyes,reputándolo como "extranjero indeseable".

Pero los peligros no sólo provenían del poder político,sino también del mismo medio social, tan estrecho, queobligaba a Julio Enrique Blanco a negar la autoría de susartículos filosóficos a sus corresponsales comerciales, por-que eso podría restarle compradores a sus productos farma-céuticos.

A todo esto hay que sumarle la insolidaridad gremial quela misma revista denunciaba.

110

Presencia de Voces

Hemos visto desaparecer la notable revista de Medellín Panidaentre la más completa indiferencia. Hemos visto salir el libroPensamiento de mi viejo de F. González sin que nadie seocupara de él. Hemos visto en torno del libro Máscaras debronce de Castañeda Aragón la más marcada indiferencia.Sólo los amigos y uno que otro crítico hablaron del libro. ¿ Esegoísmo? ¿Es que nos encontramos incapacitados para dar uncom$':ltario original?57 .

Todos esos factores acabaron con la aventura. El poste-rior incendio de la librería de Vinyes,58 seguido de su extra-ñamiento, terminaron con las pocas esperanzas de revivir larevista. Ni la efímera Caminos, dirigida por Víctor ManuelGarcía Herreros, ni la frívola Civilización, de Adalberto delCastillo, pudieron reemplazarla. Hay que esperar más dedos décadas para que aparezca Crónica, un semanario quedespués aglutinará a los integrantes del llamado "grupo deBarranquilla", y que constituirá otro hito cultural de laciudad.

Voces no ha sido estudiada con intensidad. Sin embargo,es frecuente encontrar en las pocas aproximaciones al tema,el juicio de ser una publicación que no tenía una real corres-pondencia con el medio que la producía.

El crítico Ernesto V olkening dice en forma rotunda:

Más precisamente, está el busilis. Por sus mismas excepciona-les cualidades y virtudes, unos textos como los de Vinyes o por

.57 Voces, N° 11 (nov., 1917).58 En el articulo "Una librería que hizo escuela", publicado en El Tiempo (30,

ago., 1987), Javier Auqué Lara sostiene que el incendio fue debido a unosfumadores descuidados. Pierre Bousquet, que fue a causa de unos petardossalidos de una manifestación politica.

111

ESCRIBIRENBARRANQUILLA

citar un tercer ejemplo no menos diciente, los estudios filosófi-cos del barranquillero Julio Enrique Blanco sobre Kant yHerbart, se ven un tanto exóticos (...) Dicho sea sin ambages. Senota cierto desequilibrio entre el cosmopolitismo, casi se dijerasu posición de vanguardia, que bajo las alas de tan rara aveliteraria mantiene una minoría selecta de intelectuales, y la

provincialidad apacible y gratamente vegetativa del ambienteen que viven, piensan, escriben, platican.59

y más adel~te el mismo crítico colocando el dedo en algoque podría ser tema de muchos y encontrados puntos devista, nos dice:

En aras de su universalidad Voces ha sacrificado el coloridolocal, el rasgo inconfundible que nos revele su ubicaciQ~ en unpuerto del Caribe reverberante de luz y sumido en el lúbricocalor del mediodía.60

Que la revista en el futuro continuaría juzgada como"exótica", lo intuyó el mismo Enrique Restrepo, que tal vezpor eso escribió premonitoriamente en el último número:

La cultura como "llar extrema" de toda civilización es un lujo,lugar común, pero no por común menos evidente.61

59 Volkening, Ernesto. op. cit., pág. 388.60 [bid., pág. 388.61 Voces, N° 59 (abril, 1920),

112

Las revistas literarias en Barranquilla

Apenas si suman un puñado las revistas literarias enBarranquilla. En términos generales, los vehículos literarioshan sido escasos, y poco destacados, salvo Voces (aunque sureivindicación es reciente) y Crónica, cuya importancia estáunida a la gloria de García Márquez. Las dos publicacionesalcanzaron a llegar a los 60 números. Ninguna otra hasobrepasado los 15, salvo Huellas, cuyo respaldo institucionalle garantiza continuidad. ¿Agruparon ellas los círculos lite-rarios del momento? Voces aglutinó a todos los escritoreslocales; sin embargo, en ellos no podía hablarse de unaconciencia de grupo. No obstante, sí la tenían los que cons-tituyeron el llamado "grupo de Barranquilla //, Y su publica-ción Crónica. En las demás revistas es posible observar que elmenguado número de escritores de la ciudad colaboran enuna y otra publicación, aprovechando el espacio abierto.

Entre Voces, desaparecida en 1920, y Crónica que apareceen 1950, sólo existe como revista literaria propiamente dicha,Caminos (1922). A ésta se le puede sumar el suplementoliterario de La Prensa (en realidad una página cultural quesalía primero los jueves, y posteriormente los sábados).Otras revistas mencionadas en ese período son: Lumen, queera un órgano del ocultismo; Ideas y Civilización, que eranunos magazines comerciales, y la Revista del Museo, que setrataba de una publicación académica.


En Crónica, un suplemento del que sólo se conservan 11de sus 60 números, se agruparon los más leídos y conocidosescritores que ha tenido la Costa Atlántica de Colombia,como un García Márquez, en ese momento de 23 años,Alvaro Cepeda Samudio, también muy joven, y el patriarcaJosé Félix Fuenmayor. También pertenecía al grupo el cata-lán Ramón Vinyes.

A principios de los cincuentas Arte, dirigida por RobertoEcheverría Rodríguez alcanzó los veinte números, hoy in-consebibles. A finales de la misma década, la Revista delAtlántico, creada por el gobernador Néstor Madrid Malo, nosobrevivió a los tres números, pese al alto número de co-laboradores comunes con la revista Crónica. La diferencia eratal vez la rigidez institucional de esta primera publicación.

En los años 60s no hay ni una revista ni un suplementoliterario en la ciudad. Stvdia,la revista oficial de la Universi-dad del Atlántico, representa el curioso caso de estar escritacasi en la totalidad, por su director Rodrigo NogueraBarreneche.

Los setentas son llenados plenamente por el Suplementodel Caribe, que no sólo agrupó a los escritores locales, sino amuchos de los nacionales que ~ncontraron allí el espacio queles negaban los suplementos de la prensa capitalina. Elintento de publicar una revista de universitarios como Puntoy Aparte, se agotó a los dos números.

El optimismo que en los 80 se produjo con la aparición deOlas, con su lujosa presentación, se terminó con su desapa-rición a los tres años, y ocho números. AfortunadamenteHuellas, la revista de la Universidad del Norte, se consolidóy adquirió un perfil más humanístico. También el dominicalde El Heraldo se hizo más flexible para las colaboraciones. Las

114

Las revistas literarias en Ba"anqui/la

efímeras presencias, pero no por eso menos dicientes, deAlborada, El Túnel del Cangrejo, Guayacata, Muestra, Prometeo,El Comején, Cofa de Mexana, esto"', y Zona, en las que predomi-nó la locura sobre el presupuesto, hicieron más rica esadécada en publicaciones literarias, y también en maravillo-sos naufragios. Ahora despliegan sus velas Sol y Luna, Cala-mar y Laberintos. Sin pretender la exhaustividad, en estecapítulo se tratará sobre las revistas y publicaciones másdestacadas, que ha sido posible conseguir.

Los TIEMPOS DEL OPTIMISMO: 1920-1940

En los 30 años que van qe Voces a Crónica, Barranquilla erauna ciudad pujante. "Nueva York de Colombia", "NuevaBarcelona" o "Nueva Alejandría"; fueron algunos de losepítetos que se le prodigaron. Había razones para el optimis-mo: se había dado paso a una industrialización, "ethos delcual se sentía orgullosa"2; se desarrollaron los trabajos enBocas de Ceniza que le permitieron convertirse en el primerpuerto marítimo y fluvial del país; asimismo, se inaugura-ron, a principios de los años 40s, el Museo del Atlántico, laUniversidad Tecnológica y la Biblioteca Departamental. Eleconomista Alejandro López, una de las voces más escucha-das del país, escribía: "Cuando los barranquilleros lleguen asaturar el interior con su manufacturas, les queda la posibi-lidad de aprovechar el mar de las Antillas, cual si fuera unlago interior para el económico transporte de esos productosy repartirlos en dicha zona antillana,,3.

.Con minúscula inicial, de acuerdo con la grafía de su editor (N. del E)1 Blanco, Julio Enrique. "Hacia una Barranquilla alejandrina" (1943), en: El

Heraldo, Barranquilla, abril 8 de 1990.2 Posada Carbó, Eduardo. "Progreso y estancamiento, 1850-1950", en:

Historia económica y social del Caribe colombiano. Barranquilla, Ed. Uninorte, 1994.3 Ibid.

115


No faltaban las contradicciones. Para los industriales, elpeso de unos costos laborales más altos que los del interiorandino, los alarmaba.

También eran de tener en cuenta los altos índices desindicalización, con influencias socialistas, comunistas yanarquistas. Estos últimos publicaban Vía Libre, que juntocon Organización, de Ciénaga (Magdalena), fueron los únicosperiódicos anarquistas del país.

Los da tos son para meditar. En 1938 casi una tercera partede los extranjeros residentes en el país estaban en la Costa, lamayoría en Barranquilla. Para 1950, la cuarta parte de sushabitantes habían nacido en el interior. El eslogan de ser unaciudad de puertas abiertas correspondía a una gran verdad.4

El mundo cultural no era, sin embargo, tan interesante.Las revistas literarias -para hablar de nuestro tema- te-nían poca vida, y pocos lectores. En este período, cuandonacen y mueren Ideas, Lurnen, Caminos y la Revista del Museo,ni siquiera son mencionadas por personas tan versadas en lavida de la ciudad, com9 Jorge N. Abello, autor del ensayoPanorama del medio siglo de Barranquilla: 1877-1927. Este cro-nista, que detalla los nuevos logros de la ciudad en creci-miento, solamente hace referencia a Civilización, Mundial yPinceladas Tropicales, magazines comerciales que le dedica-ban algunas de sus últimas páginas al quehacer cultural.

Hay la voz optimista de Julio E. Blanco, el fundador de laUniversidad del Atlántico, que en 1943 escribía eufórico porla inauguración del museo de la ciudad:

4 Posada Carbó, Eduardo, op. cit.

116'


y lo viable es lo que aquí se señala como la del curso de unaBarranquilla que quiere ser alenjandrina y no solamente feni-cia. ¿ Podrá entonces proyectarse la labor del actual Museo delAtlántico, la futura Universidad Técnica de Barranquilla,prolongarse por la cuenca del mar Caribe dentro del marco delas Antillas, al este de la América Central y el norte de laAmérica del Sur, de manera similar a lo que se proyectóAlejandría sobre la cuenca del Mediterráneo, el Oriente Cerca-no, Grecia, Italia, Galia e Hispania, sobre las costas septentrio-nales del Africa? La cuestión se plantea para que siga mostrán-dose en sus alcances comparativos.5

Eran los tiempos del optimismo.

IDEAS

Esta revista nació en abril de 1920 y murió en diciembre delmismo año. Llegó a los doce números. Su director: V. M.García Herreros. Nace cuando muere Voces, pero no fue sureemplazo. Si bien se encuentran algunos colaboradorescomunes, como Gregorio Castañeda Aragón, Leo le Gris(seudónimo de León de Greiff) y Juana de Ibarbourou, noestán al mismo nivel pues la revista de Vinyes era infinita-mente mejor.

Era una publicación en la que cabían artículos cívicos,fotos de generales, entrevistas a chicas de sociedad y poemasde bardos locales en su mayoría muy malos. Pero hay quereconocer que el grueso de la publicación era de índoleliteraria. Abundan los poemas y los cuentos, casi todos deldirector. En la mayor parte de los casos,los cuentos de GarcíaHerreros tenían un toque tremendista como Harapos y El

5 .Blanco, op. Cit.

117


extraño; pero otros, como el de Adalberto del Castillo Bajo elcielo, no pueden calificarse sino de inefables. Así, nos diceeste autor:

y le dio la boca. La gloria de la boca perfumada y roja y rica como

un jardín. El iba sorbiendo. El iba sorbiendo en un éxtasis brutode ansias dormidas, en un deliquio de placer nunca sentido,

como el borracho empedernido, hecho al hábito de viejos licores

malsanos, que tiembla de gozo al verse de pronto, entre lasmanos temblorosas, una copa llena de champaña.6

Hay que aclarar que si bien la heroína acepta el beso delrico aviador, afortunadamente para su virtud y su honor, el

avión se estrella. En toda la publicación ondea cierto espíritu

que más que tradicionalista hay que calificar como estrecho.En El paraíso de los obreros, se lee:

El obrero en Barranquilla en justicia no puede formular queja

alguna. Su situación es casi envidiable. Hemos visto a un

carpintero mediocre, ganar cuatro pesos en un facilísimo traba-jo que hizo en hora y media. Con la actividad de sus brazos, unobrero gana un sueldo semanal que no reciben los que trabajancon el cerebro; los sábados, y de esto cualquier auriga o chofer

puede dar fe, son los obreros los que monopolizan los automó-

viles, quienes desbordan su alegría en los coreográficos, quienesvisten elegantemente y calzan reluciente charoles, quienes con

indiferencia principesca arrotan sobre los mostradores de lascantinas, los billetes y el oro.

No podía faltar el sermoneador artículo sobre La degene-ración colombiana, y las felicitaciones a La estrella de la

6 Ideas, N° 10, nov., 1920.7 Ideas, N° 1, 1920.

118

Las revistas literarias en Barranquílla

caridad, una tertulia femenina. Aunque tal vez sin propo-nérselo, las entrevistas a las muchachas más celebradas de laépoca, son un cuadro revelador del momento. A la preguntade si es feminista, una de las entrevistadas responde: "No,reconozco la inferioridad mental de la mujer y no me simpa-tizan las literatas". Otra, al preguntársele si leía versos,contesta: "Nunca. A veces leo a Martínez Sierra y en los ratosde fastidio Onhet me distrae."

A veces hay gratas sorpresas, como, por ejemplo, encon-trarse con traducciones de los poetas alemanes Amo Holz,Eduardo Morike o Johannes Sch1af, hechas por alguien quefirma como Maristany. En la sección "Notas" se recomiendala lectura de Sinfonía pastoral de A. Gide y Fond de cantine dePierre Drieu la Rochelle. O sea que había un ojo atento a lasnovedades internacionales, ¿ Vinyes tal vez? Pero la publica-ción no se salva del lado pintoresco o, mejor dicho, provin-ciano. Si no, ¿cómo explicar esos largos artículos dedicadosal espiritismo? En una de las notas hay un buen dato para elsociólogo cuando dice:

Ahora está de moda y hasta hay señoras muy simpáticas y algointeligentes que invocan espíritu con la natural frescura dequien escribe una carta. Y como hay en Barranquilla uncenáculo de espíritus al cual pertenecen algunos médicos,varios fotógrafos, miembros del club, abogados, comerciantes yuno o dos cronistas, es natural que todos ellos encuentrentestarudos adversarios.8

Pero no podían escaparse al sino ineluctable de todas laspublicaciones literarias de la ciudad. Ideas, como las que leantecedieron y las que le van a suceder, murió por consun-

8 Ideas, N° 11, nov., 1920.

119


ción económica. En El periodismo en Barranquilla, Lucio Lorel,posiblemente un seudónimo del director, nos da esta expli-cación:

Existen en Barranquilla más de 12 periódicos, diarios unos,semanales otros. La enorme cantidad de lectura que producen,hará pensar a cualquier amigo de la estadística, que en estaciudad no hay sino intelectuales, hombres entregados al estudiode los asuntos públicos, damas sentimentales y policiales coninspiración. Nada de eso es cierto.

Cuando llega el periódico a manos de los comerciantes, loabren, ven su aviso, lo leen de nuevo, sonríen y lanzan elperiódico a un rincón. Cuando cae en manos de un intelectualéste lee los títulos, le pone un defecto al periodismo actual y nolee nada. Total, que de seis mil ejemplares que salen cada día,no se lee uno solo. En la Costa se lee poco, menos de lo que seimagina quien ve la cantidad de imprentas que trabajan diaria-mente. Es lástima que en una región que sobresale por suinteligencia y actividad, no se lea, pero es mejor hacer otra cosa,dicen. 9

LlIMEN

Este órgano de los círculos espiritistas de Barranquilla,circuló de enero a diciembre de 1920, y alcanzó los 12números.

Su director fue Fanny Mery, seudónimo de NinfaMaría Emiliani Mitola, natural de Piojó (1882).

Aunque en El Siglo de A. Z. López-Penha (de la escuelateosófica), apareció un editorial dedicado a la novela Ella deRidder Haggard, no podía ser una alusión a la directora de

91deas, N° 11,nov., 1920.

120

ÚlS revistas literarias en Barranqui/la

Lumen, pues físicamente no podía haber mayor contraste. Ala etérea Ella se le oponía la inmensa y grotesca gordura deFanny Mery, rematada por un par de elefansiásticas piernasque le hacían difícil caminar. De todos modos, este personajeno era ningón improvisador en el ocultismo, pues tenía sietelibros escritos sobre el tema, algunos de ellos con algunadestacada circulación para la época, como Incienso, mirra yestado del alma y El alba de los siglos.IO Fanny Mery tambiéntenía inquietudes literarias, ya que la publicación dio cabidaa estudios sobre poesía, y naturalmente a reproducciones depoemas de Rubén Darío, Herrera y Reissig, Eduardo Casti-llo, Ricardo Nieto, Ricardo León. Tampoco faltaba la pro-ducción de bardos locales amigos de la casa, como EfraínToro, Marzia de Lusignan y la propia directora. De ahí suinterés en este trabajo. Algunos poemas son de temas osadoscomo éste de Ricardo Miró, que nos dice:

La mañana siguiente.

La mañana siguiente, una serenamañana luminosa y cristalinapredicaba el maestro su doctrinade mansedumbre y bondades llena.

No advirtió la pupila nazarena

que envuelta entre la gloria matutina

a lo lejos venía la divina

escultura triunfal de Magdalena.

Ella avanzó cony por sobre la tulos ojos puso en

10 Conversación con Alfredo Gómez Zurek (1994). Se añade a los datos elhaber dirigido Ninfa Emiliani La Nueva Era, en 1945, una publicación similar.

121

planta cautelosarba religiosa

la cabeza santa.

EscRIBIR EN BARRANQUILLA

y un instante fugaz e imprevistopalideció al mirarla Jesucristo

y se anudó la voz en la garganta.ll

A esta distancia, no puede unos menos que asociar estepoema con La última tentación de Kazantzakis. ¿Exagera-ción? Quizás. Pero el fuerte de la revista eran, obvio, lostemas espiritistas. Entre su material se encuentra el discursode Camilo Flarnmarion ante el féretro de Allan Kardec (2 deabril de 1869), las conclusiones del Primer Congreso Espiri-tista Nacional, que reconocía: "La existencia de Dios, lainfinidad de los mundos habitados, la existencia y preexis-tencia eterna del espíritu y la demostración de la superviven-cia del alma por la comunicación de los seres de ultratum-ba.,,12 Al final se anunciaba la fundación de la liga panespíri ta.

Un debate que se plantea en los últimos números es el delas relaciones entre el cine, la fotografía yel espiritismo. ¿Vaa intentar el cinematógrafo iluminar el misterio del más allá?La pregunta surge al comentar el premio de doscientas librasesterlinas que el Daily Express concederá al autor del mejorargumento cinematográfico que utilice los hechos produci-dos por fuerzas ignoradas. El artículo habla de las fotogra-fías que se han logrado de los espíritus, entre ellas la del hijode Arthur Conan Doyle.13

En un artículo posterior, Lumen habla de la fotografíatomada al espíritu de María Ducondroit, acompañado delespíritu de una niña desconocida. (La fotografía está en eltratado de Hipnotismo e hipnoterapia de J. Camino Galicia,médico jefe de la Clínica de Madrid. La foto fue tomada en

11 Lurnen, N° 9, sept., 1920.12 Lurnen, N° 12, dic., 1920.13 Ibid.

122


Cartagena, España, el 9 de octubre de 1913, y actuó comomédium una señora de buena posición. La placa estaba

perfectamente garantizada).

El grupo espiritista de Barranquilla decidió invocar aMaría Ducondroit para que dijera quién era la niña acompa-ñante. El espíritu contestó que era ella misma, y que habíaaparecido así porque uno de los que la invocaban (en lasesión de Cartagena), la recordaba como niña, y por estarazón se había desdoblado en dos épocas de su misma

. t .14eX1S enCla.

No faltan en la revista las traducciones curiosas, como ladel Psychic Magazine de Paris, del artículo de M, Thompsonsobre las comunicaciones interplanetarias, Aunque en prin-cipio los martenses (así denomina a los marcianos) noexisten, pues el investigador Marconi los ha descartado,están los hechos como la historia de "la médium benévola"(o sea que no es de profesión) Miss Elena Smith, Ella regresóa su pasado cuando era la joven hindú Simandini, esposa deSibrouka Nayaka, que reinaba en Kanara en el 1400 despuésde Cristo, Mientras tuvo la personalidad de Simandini hablóen sánscrito y apostrofaba a un mono pequeño con quienparecía jugar, El articulista se lamenta de no tene'r un fonó-grafo registrador para confrontar el idioma, Pero, además, laseñorita Smith en un momento del trance revivió otra vidapasada en el planeta Marte, y describía las habitaciones conextraños carruajes parecidos a trineos eléctrico, y con vesti-dos muy parecidos a los orientales (una lectura más atentaencuentra extrañas afinidades con las Crónicas marcianas, deRay Bradbury, escrita décadas después),

14 Lumen, N° 12, dic., 1920.

123


De todos modos, el articulista se cuida en salud y aclara:"Se ha acusado a la señorita Smith de haberse inspirado enlas obras de Camilo Flammarion, mas este astrónomo haimaginado a los martenses con otros vestidos." Agrega másadelante: "Ellenguaje de los martenses tiene algunas seme-janzas con el francés y se recuerda que el padre de la médiumera un excelente lingüista". Por último, hay la aclaración deque los martenses no son de ninguna manera como losimaginóH. G. Wellsen La guerra de los dos mundos. El inefableM. Thompson propone al final que de ninguna manera sedescarten los conocimientos aportados por Miss Smith15.

Si alguna vez se ha preguntado por qué en Barranquillahubo ese súbito florecer en los 20s de la novela de cienciaficción -Una triste aventura de 14 sabios de José FélixFuenmayor (1927), Los asteroides de Ramón MartínezZaldúa (1927) y Barranquilla 2132 (1932), de J. A. OsorioLizarazo-, ¿las publicaciones como Lurnen nos dan la re~-

puesta?

CAMINOS

Esta publicación tenía propósito literarios más definidos.Con una periodicidad quincenal, nació en febrero de 1922 ymurió en junio del mismo año. Su director fue Víctor ManuelGarcía Herreros. Tenía una afinidad muy marcada conVoces, lo que se nota claramente en la frecuente colaboraciónde escritores catalanes como Maragall, Maseras, y en lapresencia muy clara de Vinyes. Este logra una actividad muycercana a la que revelaban las notas de Voces y un nivel muy

comparable.

15Lumen, N° 12, dic., 1920.

124

Las revistas literarias en Ba"anquil/a

Pero de los materiales más interesantes de la publicación-y que la diferencian de Voces- son los cuentos de GarcíaHerreros. Tal vez por no ser muy conocidos no han sidodebidamente estudiados, pero este autor es de los primerosen cultivar en el país lo que después se llamaría "el humor

negro."

No hay ninguna pista que lo relacione con las lecturas deSaki pero sí con las de Swift. En Ocaso hay una conversacióndecadente entre un joven y una muchacha. Hay mucho defetichismo en él por las zapatillas de ella, y lo que imaginaunos pies pequeños y perfectos. Ella decide revelar la cruelverdad, y descalzándose le muestra el dedo gordo del pie,deformado y sin uña.

En La tragedia de los senos una joven y su abuela se van abañar en una laguna. Allí la vieja cuenta cómo esos senosflácidos, en otra época enloquecieron a los hombres, y lamuchacha los toca y siente una repugnancia completa por lavejez y la desnudez. La intención confusa no le hace perderla fuerza al relato.16

También García Herreros hacía notas que si bien no erantan eruditas ni tan agudas como las de Vinyes, eran audaces.Frente a un valor consagrado como Tagore, escribía: "Es unapoesía buena para las cinco de la tarde." Y después añadía:"No conviene en verdad hacerle mucho caso.,,17

En ese polifacetismo, el mismo director de Caminos culti-vó el hai-kú, así:

16 Caminos N° 1, feb., 1922.17 Caminos N° 2, feb., 15 de 1922.

125


PobrecillaEl coche atraviesa un charca

complacidos unos ojos azules miranla rosa roja que cayó en el agua.1B

O este otro:

Pavor en las corolas

Por el jardín ha pasado el vientocon el agrio rostro de una bruja.19

Había también en Caminos un acercarse a la noticia, comola nota de Vinyes que dice: "Escribimos al margen de la

polémica Eduardo Castillo -JoséEustasioRivera,chorreantede vanidad pueril, de enconos de pésimo gusto, de rabietasde muchacho."zo Menos literaria pero más dramática es lahistoria que nos relata R. Flórez Bermúdez, en El suicidio delos indios:

Triste destino el de esta raza desventurada y perseguida hastaen sus sepulcros por la civilización. Sabemos que por toda la

espina dorsal de los Andes, emisarios fieles de la raza recorrenlos rancheríos con una consigna de suicidio general. "No debencrecer las hembras" es la consigna... En todo caso, ¿cómo las

matarán? Algún veneno desconocido para los que hemos pene-trado en el misterio de las tradiciones indias, tiene el encargo de

cumplir la sentencia!l

Como toda publicación literaria que se respete, tenía sus

poetas que aparecían con regularidad en casi todos los

18 Caminos, N° 4, mar., 15 de 1922.19 Caminos, N° 5, abr., 1 de 1922.20 Caminos, N° 1, feb., 1 de 1922.21 Caminos, N° 5, abr., 1 de 1922.

126

Las revistas literarias en Ba"anquilla

números: Gregorio Castañeda Aragón, Orts-Ramos, DanielRuzo, Leo le Gris, Ciro Mendía, Fernando de Andréis, LuisFelipe Pineda, Luis Alzate Noreña; o sea, costeños y an-

tioqueños.

Los poemas eran de todo los estilos, desde el futurista deLeón de Gasery (enviado desde Bogotá) que decía:

Aquel señor de gafas, curvo como balónseguramente es calvo... Yes seguro le halagueuna gira por Boston, Brooklyn o Nueva YorkjNo le importa que la luna naufrague!22

Hasta el poema de cantina de Ciro Mendía:

y me envuelve un deseo de matarte y matarmey vengar con el crimen todo lo que he sufridoy que cubra mi vida y tu vida el olvidoy matar el amor al matarte y matarme.

(La Venganza)23

No podía faltar el inevitable artículo mediumínico deAbraham Zacarías López-Penha, como "Ecos del Oriente",en que el autor de La desposada de una sombra toma partido porHelena Petrovna Blavatsky, en contra de la falsa discípulaAnnie Besant. La constante presencia de estos artículos enlas revistas literarias y de prensa indica el grado de acepta-ción y de seriedad con que estos temas eran tratados.

Tampoco faltaban los buenos consejos, como los delindustrial Ricardo Arjona:

22 Caminos, N° 4, mar., 15 de 1922.23 Caminos, N° 5, abr., 1 de 1922.

127


Estimo que en un país como el nuestro, en donde el arte no esuna profesión lo suficientemente retribuida para proporcionar-le a uno un regular vivir, siendo además relativamente fácilemprender un negocio con probabilidades de éxito, el deber detodo artista es el de agenciarse un pasar fuera del arte y asídedicarse ampliamente a sus aficiones.24

De todo el material de la revista, lo que más me llamó laatención es el cuento lírico titulado Poemas acres de Fernandode Andréis. Su primer texto de los diez en que se divide, nostrae el tema así:

El amado

Es carne de las mías y sangre de mis venas. Es mi hermano. Dechiquillo compartió la tibieza de mi lecho. Junto a su corazónlatió el mío y sobre mí caía su aliento cálido de varón. y ya hoyle tiemblo. Su mirada me quema y su palabra me turba. Es belloy fuerte como Dios joven. Sus labios son húmedos y encendidos.Sus ojos cercados de ojeras, son como brazo sobre cenizas. Andalas sombras de los rincones ocultando su corazón. Pero yoescucho el latido de su corazón en las sombras.25

El tema del incesto en un país tan gazmoño como lo era elnuestro en los veintes, no dejaba de producir gran escándalo.En el libro El deseo y el decoro de Eduardo Jaramillo Z., se nospresenta como audacias De sobremesa de J. A. Silva y Cuatroaños a bordo de mí mismo de Eduardo Zalamea; sin embargo,estos amores con altos niveles de erotismo no llegan a latransgresión absoluta como en este cuento. Me atrevo aafirmar que el primer tema tabú en nuestra narrativa sonestos Poemas acrse de Fernando de Andréis. Con cierta pre-

24 Caminos N° 4, mar., 15 de 1922.25 Caminos N° 3, mar., 1 de 1922.

128


ocupación, me pregunto: ¿La María es el primer caso deincesto? Un tema que se repite con frecuencia en los autores

costeños, como en La casa grande de Cepeda Samudio y Ciende años de soledad de García Márquez; los ejemplos podrían

ser numerosos.

Al finalizar el cuento, el pecado se consuma así:

El infierno

Si Dios lo quiere así, loado sea el que me hace inmortal, parasiempre inmortal como Dios mismo... Amo a mi hermano y le

deseo con el alma y con mi carne... la maldición caiga sobre míy sangre mi alma. jMis labios sangren y mi cuerpo también...

pero que su corazón esté sobre el mío... Ya soy suya parasiempre... sobre mi boca sentiré el escozor eterno de su boca..:6

ENTRE CAMINOS y LA REVISTA DEL MUSEO'

En un Anuario colombiano publicado en 1921 hay un artículotitulado "Barranquilla intelectual" y firmado con las inicia-les D.G. En éste se dice:

Lo que propiamente puede llamarse intelectualidad enBarranquilIa no data sino de cuatro lustras para acá debido a la

reciente formación de su sociedad, su comercio y de su estruc-tura material. 27

Paso seguido, el autor da los nombres que según élconstituyen la intelectualidad barranquillera. Muy atrás enel tiempo: Julio Vieco. Anteriores a su generación: Aureliode Castro, Julio H. Palacio y Eduardo Ortega. y de su tiempo:

,-, 26 Caminos, N° 3, mar., 1 de 1922.

27 "Almanaque de los hechos colombianos". Anuario colombiano ilustrado,

1921-1922, IV vol.

129


Manuel Cervera, Miguel Rasch Isla, Leopoldo de la Rosa,

José Félix Fuenmayor, Francisco Pardo Fuenmayor, Juan

Insignares y Gregorio Castañeda Aragón. Y en una distin-ción arbitraria pone como cronistas y no como escritores a

Pedro de Castro (Fabio Conde), Augusto de Castro (Gastón

Bonville) y Joaquín Rafael Laza (Jorge Andueza). Termina suartículo así:

Los demás que ocupan puesto entre los jóvenes que empuñan lapluma del prosista o la lira del poeta en Barranquilla no son

barranquilleros de cepa y ni siquiera atlanticenses. Por eso noestampamos sus nombres en este breve recuento que sólo tienepor objeto dedicar un recuerdo a la generación barranquilleraque inició la era de la intelectualidad de esta hermosa ciudad quea pasos de gigante avanza hacia un porvenir glorioso. 28 '

En el mismo anuario, y sin el anterior chovinismo veredal,

Alberto Abello Palacio, escribe un artículo sobre el periodis-mo en Barranquilla.

Pero como por desgracia no hay medalla que no tenga reverso

y anverso tenemos que anotar que en Barranquilla los periódi-

cos literarios y las revistas literarias fracasan a las pocas vueltasde cambio como así lo acredita el hecho que desaparecieron porfalta de recursos Arte y Labor, Ideas, Barranquilla Moder-

na, Barranquilla Comercial, y de que Voces se oculta conmucha frecuencia. Hacemos votos porque el actual esfuerzo quese está haciendo con la revista titulada Caminos recorra

muchas leguas!9

En realidad cuando salió el citado anuario ya Voces había

28 "Almanaque de los hechos colombianos", op, cit,29 Ibid,

130

Las revistas literarias en Barranqui/la

desaparecido y Caminos tenía sus días contados.

Desde la terminación de Caminos en 1922 hasta la Revista

del Museo en 1940 no hay más revistas literarias propiamentedichas. Se da una página literaria los jueves en La Prensa, las

secciones culturales en Civilización, un magazm comercial, yMejoras, el órgano de la Sociedad de Mejoras Públicas.

A veces las noticias literarias saltaban a la primera páginade los periódicos como cuando el Diario del Comercio destacóla negativa de Leopoldo de la Rosa a integrar el comité de

recepción a Francisco Villaespesa, un poeta español en girapor Suramérica. La negativa, acompañada por la foto másreciente del poeta De la Rosa, con su habitual vestido de

riguroso luto, clavel en el ojal y quevedos con cinta también

negra, decía:

Se sirva excusarme de recibir a las puertas de mi ciudad que amo

por libre y digna... al claudicante poeta de hoy, quien viene demanchar la limpieza de suslauros bien hallados y de pisotear laradiante hidalguía de su musa a los pies del sanguinario yoscuro tirano de Venezuela. 30

El gesto de De la Rosa tuvo eco. Jorge Mateus en el mismo

periódico escribía:

y en estos últimos tiempos, para no remontarnos a ningunaprehistoria literaria, encontraríamos que desde Rubén el mago,

hasta Chocano el tormentoso, y desde el translúcido Valenciahasta el bruno Arciniegas yel incoloro Victor Londoño hancortejado a su manera el gusto de los jefes de Estado, únicossemovientes que puedan dispensar lo que se precisa tener para

30 Diario del Comercio, dic. 20 de 1922.

131


hacer más amable la vida. 31

El escritor llevaba sus dardos contra el comité integradopor Pedro Juan Navarro, Julio H. Palacio y Pedro PastorConsuegra, que unían a su actividad política la aureolaintelectual. (-Defínase -le habían inquirido alguna vez aJulio H. Palacio. -jAulico del poder! -fue su categórica

) 32 respuesta.

Pero esta relación entre literatura y poder tenía múltiplesvisiones.

En su sección "Camet de Juan C." el periodista santan-dereano, pero colaborador en la prensa local, Juan CristóbalMartínez, decía:

Se le ha censurado muchas veces al poeta su actividad política...Esa no es culpa de Valencia. Es culpa del medio... Esa es culpade este tropicalismo contra el cual no hay terapéutica posible yque entre el honor de haber escrito la Divina Comedia y el desentarse en una asamblea de provincia prefiere esto último,porque más hermoso que llamarse Dante, le parece el título quehaya de darle la Gaceta Oficial. 33

Exceptuando estos pequeños temblores, la vida literariaera bastante gris.

EL SUPLEMENTO DE LA PRENSA

Esta publicación, en realidad una página, se ocupaba casi

31 Diario del Comercio, dic. 21 de 1922.32 Conversación personal con Germán Vargas, dic. 1989.33 Diario del Comercio, jul. 23 de 1926. Uuan Cristóbal Martínez, autor de

Margarita Ramírez (novela) y 15 minutos de intermedio (notas) dueño de El Deber,periódico conservador. Representante a la Cámara).

132


siempre de autores franceses. Anatole France, Paul Bourgety André Maurois motivaban los estudios de los literatos

locales. A veces se ocupaban de Chesterton y también delinefable conde de Keyserling. Era muy raro que se refirieran

a la producción nacional. Como caso curioso se halla lareferencia a La casa de vecindad de Osorio Lizarazo, escrita porJuan Roca Lemus (Rubayata) que anotaba:

Decíamos que Osurio Lizarazo recorrió el mundo. y en esatrayectoria de observación espiritual, Osorio Lizarazo se tragóa Barranquilla, en una mañana de carnaval cuando la ciudadeufórica estaba embadurnada de sol y de anilinas, de festones deagua de colonia, de ron blanco y manteca de caimán, y en

Barranquilla se quedó extático en apariencia lelo, paralelo quediría el sincronizado poeta León de Greiff. y estuvo en el caféRoma, en el caño de los Tramposos, en el de la Ahuyama, en elcallejón de Bocas de Cenizas, en Monte Cristo, en Loma Fresca,luego lo adivinamos bailó la cumbia en el Boliche barranquillero,

y no le puso atención a todo ese bello afán cosmopolita. No podíatener esa atención porque si estaba en Barranquilla, vivía enB t ' 34ogo a.

No se puede decir que alrededor de esta página de La

Prensa se aglutinara ningún círculo. En realidad se repitenlos nombres de los colaboradores de Voces, Caminos, Civiliza-ción y Mejoras, o sea Víctor Manuel García Herreros, Fernan-

do de Andréis, Gregorio Castañeda Aragón, Julio Enrique

Blanco.

A veces aparecía la colaboración de algún intelectualbogotano, como la de Eduardo Castillo (en realidad unareproducción de un artículo que apareció originalmente en

34 La Prensa, mar. 19 de 1931.

133


El Tiempo, que interesaba por referirse a la última novela del

prolífico asorio Lizarazo, en esa época periodista de La

Prensa.

En su nueva producción el camino que toma pasa por losdominios de Wells lo cual quiere decir que Barranquilla 2132es obra de pura imaginación aunque basada en una hipótesis

netamente cientiji'ca. Osorio Lizar/lzo ha querido mostrarnosen ella, mediante una visión profética,lo que habrá de ser la granciudad Atlántica dentro de mil años. 35

Hay que revisar muchos números de este suplementopara encontrar otras referencias a autores nacionales o loca-les. Pronto saltan las curiosidades, como la noticia del estre-no de Pallida Mors, una obra de teatro de Ricardo SáenzHayes, en la que los personajes son: la Sombra, Schopenhauer,Hegesias, Renán, un Filósofo sin escuela, Montaigne, el

Espíritu de contradicción, Séneca, Epicuro, Lucrecio,

Leonardo, Gracián, Víctoi Hugo, Jorge Manrique, el Des-aliento, y otros.

Los avisos en esa página nos permiten rastrear 10 que seleía en la ciudad. La Librería Mogollón anunciaba la obra

Doña Isabel de Solís de Harzenbusch de la Rosa y el cuartotomo de El pan de los pobres, el tercero de La mujer adúltera, yel segundo de El cura de aldea, del afamado y hoy olvidado

Escrich.

Un repaso atento a esta página nos revela que no se

éuidaba la selectividad del material. Es frecuente encontrar-se con cuentos como el titulado A causa de un tropezón deVíctor Kitt Kethley, y también con tropezones poéticos como

35 La Prensa, ene. 5 de 1933.

134


los poemas dedicados por Lino Torregrosa a una reina debelleza:

Anhelo que en el mar ruge un anhelolo ilusione de amor para ti solaque si un fulgor de nácar se arrebolase adormezca en la noche de tu pelo. 36

CIVIUZACIÓN

Los contactos de Civilización con la literatura eran esporádi-cos. En los quince años que duró la revista, fundada ydirigida por Adalberto del Castillo, no se encuentran mu-chos elementos literarios.

Están los consabidos poemas para las damitas de socie-dad que orlan las portadas de cada número. (Rostros conojeras, labios muy pintados, boca grande, mirada melancó-lica per.ü con mayor frecuencia bovina, una belleza que ya nonos alcanza).

Se encuentran la consabida traducción de un cuento deAnatole France, el anuncio de la inminente publicación delprimer libro de versos de Leopoldo de la Rosa, y, cosacuriosa, un artículo del malogrado poeta Oscar Delgado.(En éste el joven vate se burlaba del obispo de Santa Marta,que invocaba la lluvia de fuego sobre el pueblo de Santa Anaporque la mayoría vivía sin el sacramento del matrimonio).Es interesante observar que fue la única publicación que ledio despliegue a la traducción que hizo del Rubayat el poetasamario Luis Aurelio Vergara.

36 La Prensa, mayo 18 de 1932.

135.


MEJORAS

Esta era una publicación de carácter cívico, dirigida porRafael Salcedo Villarreal. A veces espigaba en la literatura.No es raro encontrar una buena crónica. Como una de lasprimeras de Rosita Marrero, alias Nakonia, que empezabasu escrito diciendo:

Era la butifarra de sabor picante como la primera salida noc-37turna...

Se le dedicó, sin embargo, mucha publicidad a la apari-ción de Alba de olvido, el primer libro de poemas de MeiraDelmar. Hay fotografías de la poetisa, transcripción: de losdiscursos de lanzamiento, reproducción de los comentariosde otras revistas (Vanidades de La Habana, Crónica de Lima,periódicos de Bogotá). También un curioso certificado deRamón Vinyes: "Meira Delmar, fémina, evita el descor-porizar, y la actitud recameriana de languidez de sofá." 38

La muerte de Miguel Moreno Alba desató sus elegías,como la de Rodolfo Herrera, un buen amigo.

Oh, bardo inmenso, tu voz se ha fugado¿Hacia dónde? ¿Hacia qué región ignota? 39

Es destacable la forma como los colaboradores ven laciudad. José Miguel Orozco exclama:

Barranquilla inmortal eres viril y noble como la antigua

Esparta.40

31 Mejoras, enero de 1942, N° 65.38 Mejoras, mayo de 1942, N° 69.39 Mejoras, agosto de 1942, N° 72.40 [bid.

136


(Una nueva comparación que se suma a las de NuevaYork, Barcelona y Alejandría).

Para Amira de la Rosa,

i Es hermosa BarranquilIa a toda hora! Linda en su centro viejocon la plaza chiquita de San Nicolás encuadrada entre susingenuas casas de balcón, con soportales a la usanza de la

1 . b' d 41co onta, ten ama a.

Una mirada sociológica la da Armando Barrameda Moráncuando escribe:

Esta aparente y despreocupada irreligiosidad en los hombres,esa falta de beatifismo o mojigatería en las mujeres, así como eldesprecio burlesco que a todos inspira el espíritu camanduleroyel desgano general de la gente por las cosas ultraterrenas queno se ven, le han acarreado él Barran~uilIa los apodos erróneosde ciudad incrédula y materialista. 4

Luis Ricardo hace otro intento de análisis, así:

El barranquilIero al abandonar la escuela tiene dos aspiracio-nes, navegar y comerciar. Generalizando, el grueso de la pobla-ción autóctona se divide en tres grandes grupos: navegantes,comerciantes, y mecánicos. BarranquilIa no es propicia a ladisciplina así sea la del cuartel o la universidad. No tenemosmilitares, nuestros militares son de club. Cuando queremossaludar a una persona de respeto le ponemos cariñosamente lamano en el hombro y le decimos: ¿Cómo está ~eneral...? elaludido sonríe porque comprende la intención... 3

41 Mejoras, junio de 1942, N° 70.42 Mejoras, junio de 1942, ~ 70,43 Mejoras, agosto de 1942, N° 72.

137


REVISTA DEL MUSEO

La Revista del Museo del Atlántico fue fundada y dirigida porJulio Enrique Blanco, de 1940 a 1951. Se publicaron oncenúmeros. Con mayores pretensiones académicas y cultura-les que las de la década anterior, cayó en la trampa de latranscripción de discursos de su fundador sobre tópicos'quevan desde el panamericanismo hasta la nueva educación.Hay pocos contactos con la literatura, sin embargo, hay quedestacar la publicación de dos de los pocos ensayos que se leconocen a Ramón Vinyes. En realidad son la reproducciónde dos conferencias dictadas por "el Sabio catalán": Erasmoy Lutero, en octubre de 1941, y La novela inglesa novísma, enseptiembre de 1942.

Al parecer, don Ramón nunca desconoció la "rizadafrivolidad" de sus escritos, pues al iniciar su exposiciónsobre la novela inglesa advirtió a su auditorio:

Llamémosle conferencia a este haz de notas y de síntesis que osvoy a ofrecer.

De ahí en adelante la conferencia espiga, por decirlo así,en los nombre de Katherine Mansfield, Chesterton, D. HLawrence, autores muy presentes entre nosotros, y los deGeorge Robert Gissing, John Rodker, Frank Swinnertton yRichard Aldington, ya un tanto olvidados. En algún momen-to el catalán se ufana ante el público de su actualizadainformación, pues en sus propias palabras:

La última obra de Aldington tiene de salida el tiempo de llegaren avión de Nueva York a Barranquilla. 44

44 "La novela inglesa novísima", por Ramón Vinyes. Revista del Museo del

Atlántico, ~ 2, dic., 1942.

138


También pasa sus cuentas de cobro:

Cuando en mi tierra, Cataluña, se tradujo a Chesterton en 1926pude decirles que en Barranquilla hacía años que un grupohabía lanzado ya el nombre del gran escritor inglés. y queconste que Cataluña lanzó a Chesterton traducido al catalánantes que España lo lanzara traducido al castellano. 45

Los libros mencionados -aclara una y otra vez-, fueronleídos en su lengua original. Y advierte que evitó dejarseinfluir por la crítica anterior a su lectura. En la conferenciahay el jugueteo brillante característico de Vinyes. Para él,Joyce sugiere "un elefante que tocara el violín". En RobertSpeaight encontró "el catolicismo de vidriera de color", enMiss StornJameson "el romanticismo con sabor de whiski",y en D. H. Lawrence ve "un fauno inglés con un empresarioalemán que lo flagela para poder exhibirlo en momentoscolmados: su esposa Frida von Richthofen". 46

Esta conferencia-ensayo revela la especial devoción deVinyes por la literatura inglesa. (Un dato interesante paraentender la formación literaria de nuestro premio NobelGarcía Márquez, sería la lectura de autores ingleses propor-cionados por el Sabio catalán, como Zuleika Dobson de MaxBeerbohm o Memorias de una enana de Walter de la Mare.Libros exquisitos y hoy olvidados). 47

De la segunda conferencia existe un documento fotográ-fico. Se ve a don Ramón de pie hablando y detrás en la mesadirectiva, escuchando, a Julio Enrique Blanco. Los cartelesdel fondo señalan que se está en una feria del libro de la

45 "La novela inglesa novísima", op. cit.46 Ibid,

47 Conversación personal con Germán Valgas, dic., 1989.

'139


Barranquilla de octubre del 41. En la charla, no oculta donRamón que cabalga en la biografía de Erasmo escrita porStefan Zweig. Advierte que ha leído Castellio contra Calvinoy que en ambos su autor Zweig contrapone a los compren-sivos, cultos e inteligentes, Erasmo y Castellio, a los lóbre-gos, rígidos y dictatoriales Lutero y Calvino. Dado esesupuesto, Vinyes toma partido por 10 segundos, y trata aErasmo de traidor por papista, de tibio, de hombre demúltiples máscaras "hoy en el siglo de las máscaras y cuandomás se necesitan las caras descubiertas." A la ironía deErasmo opuso el concepto: "La sátira es producto de unaindignación y exige un deseo de mejora. Erasmo quiso hacerde ella un juego y esperó, bien instalado, que una actitud deagasajada pasividad pudiera llamarse humanismo." 48

Termina haciendo suya la frase del padre Conrayer: "Nosdisponemos a sostener que Erasmo dio principio a una sectadesgraciadamente muy numerosa en nuestros días: la sectade 10$ tolerantes." En todo el texto de la conferencia no lehace ninguna concesión al humanista holandés, y antes bienfustiga a Zweig por ser un apologista de Erasmo. 49

No hay datos sobre las reacciones del auditorio pero aesta distancia causa una profunda extrañeza. ¿ Vinyes, elrepublicano, el hombre que en los editoriales de La Naciónatacaba a Maurras y a L 'Action Franrraise, es el mismo que seopone a la tolerancia?

Una digresión necesaria a inquietante nos muestra que elcatalán no cita otro texto distinto al de Zweig. ¿Desconocía

48 "Erasmo y Lutero", por Ramón Vinyes. Revista del Museo del Atlántico,

Nos. 4-5, dic., 1944. Ver también: Zweig, Stefan. Una conciencia contra la tiranía:Castellio contra Calvino. Santiago de Chile: Ed. Ercilla, 1937.

49 ¡bid.

140


Vinyes los estudios de Marcel Bataillon o Lucien Febvresobre Erasmo, y lo que representaba su humanismo cristia-no? Aunque para ser precisos, estos libros circulaban sóloentre iniciados de la historia. En la libreta de libros leídos JorVinyes que el investigador francés J acques Gilard anotó nohay casi lecturas distintas a las literarias. ¿Qué tan grande erala trastienda filosófica e histórica del Sabio catalán?

Hay un principio de confesión cuando en una carta aGermán Vargas le decía: // Algún día escribiré lo que repre-

sentaba mi rizada frivolidad junto a los bloques graníticos deJulio Enrique Blanco. Oh, Enrique, oh, Ramón". 51

Haciendo otra digresión, podría, sin embargo, decirseque con Julio Enrique Blanco se inició el ensayo filosófico.entre nosotros. También cultivó la crítica literaria con crite-rios muy discutibles. A esta distancia, hay cierto consensosobre su carencia de claridad en el estilo y su ausencia deideas renovadoras.

"No hay en Blanco ideas verdaderamente germinales. Laoriginalidad del filósofo barranquillero fue seguramenteengullida desde temprano por su prurito de pensar enalemán hegeliano y escribir en español", nos dice NelsonB 52arros.

Es, sin embargo, mucho más poderosa la influencia deRamón Vinyes sobre nuestro quehacer ensayístico, y ahí esdonde está el interrogante. Salvo los "Ensayos" publicadosen Voces y Caminos, y las charlas mencionadas/el resto de su

-50 Gilard, Jacques.Ramón Vinyes. Selección de textos 2, págs. 211 a 362.51 Gilard, Jacques. Ramón Vinyes. Selección de textos 1, "Prólogo", pág. 98.52 Barros Cantillo, Nelson. Pluma de Belcebú. Selecciones, "Julio Enrique

Blanco". Barranquilla, 1996.

141

ESCRIBIRENBARRANQUILLA

obra es- periodística. Lentamente, Vinyes desembocaría ensu "arquetípica preferencia por 10 fragmentario". 53 (No se

incluye su obra teatral, toda escrita en catalán, y casi en sutotalidad sin ser montada en vida del autor).

Esta tendencia se puede detectar en los componentes del"grupo de Barranquilla", del que Vinyes fue mentor. Por esoen Barranquilla hicieron carrera el artículo detonante ochispeante y la crónica deliciosa, si bien ha sido un mediomuy parco para el cultivo de la crítica y el ensayo literario.Sólo los nombres de Benigno Acosta Polo, Néstor MadridMalo y Carlos J. María se pueden dar como cultores de estegénero. El hecho de no haber facultades de filosofía y letrasen la ciudad ha ayudado al desvío o a la falta de presencia delensayo como un cultivo sistemático. Curiosamente, la críticaliteraria fue motivo de solfa entre los integrantes del grupode Barranquilla. Esto motivó que durante décadas la únicafigura solitaria que cultivara la crítica literaria, eso sí, sinconcesiones al amiguismo pero con la característica de labrevedad del texto, fue Carlos J. María. Hay que preguntarsesi las conferencias dictadas en los lejanos cuarentas porVinyes estaban marcando esas tendencias.

CRÓNICA(y EL NACIMIENTO DEL GRUPO DE BARRANQUILLA)

Entre Voces y Crónica, que aparece en 1950, median treinta

años.

Nada aglutinó al mundillo intelectual de ese período.José Félix Fuenmayor, la figura más relevante, sufría una

53 Gilard,]acques, op. cit, pág. 98.

142

LAs revistas literarias en Barranquilla

crisis de agorafobia que le recluyó por largos meses en sucasa. Así, de 1927 a 1929, no salió a la calle. También es ciertoque en ese tiempo fue cuando escribió sus novelas Una tristeaventura de 14 sabios y Cosme. Hay que esperar pues a queregrese Ramón Vinyes en 1940 para que se empiece a con-formar 10 que después se llamó "el grupo de Barranquilla".

Pero el Vinyes que regresa no es el mismo que optimistahabía salido hacia España republicana en 1931. Aho~ra unhombre que rondaba los sesenta años y venía en condiciónde exiliado. Más aún, sus intentos de radicarse en Méxicohabían fracasado, y por eso como última instancia habíaoptado por volver a Barranquilla. En su Diario de 1940(afortunadamente rescatado por Jacques Gilard) se puedever cómo el catalán dirige una mirada irónica ydesesperanzada a su alrededor. Si bien concede queBarranquilla no es ya "el corral de gallinas" que había dejadodiez años atrás, tampoco cree -y debe haberse burladomucho- de la "Barranquilla alejandrina" de la que hablabael filósofo Julio Enrique Blanco, quien, para la época, funda-ba el Museo del Atlántic-oyponía las bases de 10 que despuésse convirtió en la Universidad del Atlántico. " Ay, el

reencuentro con el mundo intelectual colombiano", exclamaVinyes en su diario, para escribir más adelante: "Ya me voyaplatanando." 54

No se acomodaba con las glorias culturales de la locali-dad. Veía a Amira de la Rosa "vanidosa y acrinolada". Nosoportaba a Víctor Manuel García Herreros, autor de dosinteresantes novelas Lejos del mar y Asaltos, y cuya dipso-manía se había acrecentado para esas fechas (este escritor,

54 Gilard, Jacques. Ramón Vinyes. Selección de textos 2. Bogotá: Colcultura,

1982.

143


más adelante, encontrará la muerte atropellado por un carrode mulas un sábado de carnaval). Miraba con mucha ironíalos actos culturales en los que Emirto de Lima o MiguelGoenaga eran las figuras centrales. Sólo con José FélixFuenmayor y con Julio Enrique Blanco, a quienes respetabaintelectualmente, tuvo unas relaciones cordiales, pero dis-tantes.

En un momento dado -lo que se sigue por la lectura deldiario secreto- sólo se encontraba a sus anchas con suscompatriotas catalanes, muchos de los cuales ya habíanechado raíces profundas en Barranquilla.

Es interesante observar cómo sus primeras referencias alos jóvenes Alfonso Fuenmayor (hijo de José Félix) y GermánVargas son-con relación a los nuevos libros que le llevan.Anotaba: "Alfonso me traes libros y codicia los míos... Tomalos libros con alegría."ss Y, en otra parte: "Vargas y HansNeuman me han traído libros y revistas... Vargas es biendiscreto." Así, en esa lejana fecha del 40, y en el encuentro deeste Sabio catalán con dos jóvenes, que recién salidos de laadolescencia daban sus pasos iniciales en el periodismo,empieza a darse el primer embrión del" grupo de Barran-

quilla".

El intercambio se efectuaba por información sobre laliteratura que se hacía en ese momento en Francia, EstadosUnidos e Inglaterra, que el catalán conocía muy bien, y lasnoticias que los jóvenes le daban sobre lo que se hacía entrenosotros, y algunas veces sobre lo que se escribía en Méxicoy Argentina. Para esa época a Barranquilla llegaban la revis-

55 Ibid., pág. 36. (El primer libro prestado a Alfonso Fuenmayor fue Rimbaud

el vidente).

144

Las revistas literarias en Barranqui/la

ta argentina Sur y la mejicana El Hijo Pródigo.

Durante esos diez años hasta su regreso a Barcelona paramorir, Vinyes fue, sin saberlo, el mentor del grupo queestaba constituyéndose. Al viejo había que tratarlo con tacto.En el lugar en que, sentado, el catalán bebía grandes cantida-des de Coca Cola, un joven dramaturgo se le acercó una vez,y después de haberle mostrado su obra esperó su opinión.Don Ramón luego de mirarlo en silencio le espetó un: "SiMark Twain recomienda comer pescado por ser nutritivopara el cerebro, usted tendría que comerse una ballenadiaria." 56

El otro miembro del grupo, el más famoso, GarcíaMárquez, nos contó su accidentada presentación en unartículo escrito con ocasión de la muerte de Vinyes, titulado"El bebedor de Coca Cola", en su columna La Jirafa. GarcíaMárquez 10 describe como alguien que ya arrastraba los piesy que trataba de disciplinar "el blanco mechón que le dabauna pintoresca apariencia de bondadosa cacatúa." El primerdía de abril de 1949, nuestro premio Nobelle dijo: "Muchogusto en conocerlo, maestro...", y éste le replicó en el acto:"Mire, no me friegue con esa vaina de maestro..." Para elsegundo día, García Márquez, con el pretexto de buscar aAlfonso Fuenmayor, logró sentarse alIado de quien sabíaque, desde 1924, aparecía mencionado en la enciclopedia

Espasa-Calpe.

En esta ocasión las cosas iban mejor hasta cuando donRamón, en las propias palabras de García Márquez,

me preguntó con una especie de paradójica malignidad mater-

56 Gilard, Jacques. Ramón Vinyes..., op. cit.

145


nal si había leído Pimpinela Escarlata. Yo respondí que síyluego el diablo de la ignorancia me echó póker de ases, puescomenté que Pimpinela Escarlata era la mejor comedia deBernard Shaw. Eso, como he dicho, fue el segundo día. Altercero me pareció muy natural que él me hablara de muchascosas menos de literatura, pero observé que mi metida de pataprovidencial había generado en él un sentimiento de apacibleprotección. 57

Germán Vargas es el más claro en destacar la influenciadel catalán cuando escribe:

Con su palabra y con su estímulo don Ramón fue agrupado entorno de él, en su mesa del Café Colombia y entre los estantes dela Librería Mundo, a unos cuantos jóvenes barranquilleros queleían libros, escribían en los periódicos, veían y discutíanpelículas y hacían una amable bohemia. Lo que después ha dellamarse "el grupo de Barranquilla" es, antes que cualquiercosa, un grupo de amigos que llevan muchos años de serIo. A élhan estado vinculados muchos nombres tal vez nunca más dediez, pero siempre han estado en él cuatro: Alfonso Fuenmayor,Gabriel García Márquez, Alvaro Cepeda Samudio y Germán

Vargas.58

De la importancia de Vinyes en esta primera etapa, nosdice García Márquez en Cien años de soledad:

A pesar de su vida desordenada, todo el grupo trataba de haceralgo perdurable a instancia del Sabio catalán. 59

-57 GarcíaMárquez, Gabriel. "El bebedor de Coca Cola", en Revista Dominical

de El Heraldo, mayo 9 de 1982.58Vargas, Germán. Sobre literatura colombiana. Bogotá, Fundación Simón y

Lola Guberek, 1985.59García Márquez, Gabriel. Cien años de soledad. Buenos Aires: Ed.

SuralI:lericana, 1967.

146

Las revistas literarias en Barranquil/a

También el premio Nobe1 fijó los nombres de quienesconstituían la almendra del grupo mencionándo10s en va-rias de sus obras. En El coronel no tiene quien le escriba colocaa Germán, Alvaro y Alfonso como dependientes de la sastre-ría del pueblo. En cien años de soledad vuelve a mencionar10s,más el Sabio catalán, y en La increíble y triste historia de lacándida Eréndira y su abuela desalmada aparece el narradorrecorriendo la Guajira vendiendo enciclopedias y tomandocerveza con Alvaro Cepeda. Había, pues, a pesar de laamplitud con que se hacían las tertulias, cierta claridad sobrequiénes eran los miembros de número, y quiénes de paso eneste grupo literario muy incoherente, visto desde afuera.

Sobre su conformación, e11ibro de Alfonso FuenmayorCrónicas sobre el grupo de Barranquilla no da la última palabra,antes bien, paradójicamente, crea muchas dudas, porque noes un ensayo sino un anecdotario.

Fuenmayor vuelve a decimos, como ya 10 había anotadoGermán Vargas, que el nombre "grupo de Barranqui11a" 10había dado Próspero Morales Pradi11a en "El mirador dePróspero" en El Espectador (1955), ynos vuelve a recalcar que"naturalmente el manípulo de intelectuales que formaban elgrupo ya existía antes de que inconsu1tamente se le

cristianara."

y aunque menciona como mentores del grupo a RamónVinyes y a José Fé1ix Fuenmayor, de quienes da una amenasemblanza, en el resto del libro abre el compás para quedesfilen toda clase de personajes, que en algún momentoparticiparon en las tertulias literarias de "la Arenosa" de laépoca. Nos habla, entonces, de Pérez Domenec, un españolexiliado, locutor, comentarista de noticias internacionales yen sus ratos libres poeta, de aquellos que hacían versos queterminaban con un

147


Y me devolviste un hijo en la mirada... 60

En los capítulos siguientes, Fuenmayor le da credencialde pertenencia al grupo a Bob Prieto, Figurita, AlfredoDelgado, Néstor Madrid Malo, Bernardo Restrepo Maya yAlejandro Obregón, que junto a los mencionados tenían una"pública notoriedad", como dicen los abogados, de pertene-cer al grupo. Que era una tertulia con amplitud en la recep-ción 10 da esta anécdota. Gabito (así siempre se le llama en ellibro) estaba furioso con Faulkner: "¿Y si resulta que no esmás que un maldito retórico que nos tiene embrujados consu palabrería?" La solución era preguntárselo al mismoFaulkner; por 10 que el viejo Vinyes muy salomónicamentele dijo: -Descuide usted, Gabito, que si William Faulknerestuviera en Barranquilla estaría sentado en esta mesa. 61

En el resto del libro se suceden anécdotas con integrantesdel grupo y con otros personajes, como cuando nos cuenta dequé manera en "La Cueva" y aprovechando la presencia deGómez Sicre, un alto funcionario de la OEA, se catapultó a lafama a un viejo pintor popular, Noé León. Se nos habla decómo "Figurita" enamoró a una monja, y cómo después semurió cuando se cayó el martes de carnaval de una carrozaen la que desfilaba disfrazado de reina de Bolivia. CómoObregón buscando una modelo para que le posara desnudase topó con una perdida que buscaba a su vez a alguien paraque le tradujera una carta de un marino escocés. Obregón nosólo le trad ujo la carta, en la que el marino comentaba que enEscocia se habían muerto trescientas cincuenta mil ovejaspor el frío, sino que a su vez se la contestó añadiendo que leenviaba un beso por cada oveja muerta.

60 Fuenmayor, Alfonso. Crónicas sobre el grupo de Barranquilla. Bogotá:

Colcultura, 1978.61 [bid., pág. 31.

148

Contenidociruelo.uninorte.edu.co/pdf/BDC87Parte3.pdf · Contenido El modernismo l., 1. ... Los...

Documents

Transcript of Contenidociruelo.uninorte.edu.co/pdf/BDC87Parte3.pdf · Contenido El modernismo l., 1. ... Los...