Andén 79 - Estado esquizoide

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PARADA OBLIGADA EN LA COMPRENSION DE LA REALIDAD I ilustración por daniel martín - www.dmdesign.com.ar - [email protected] estado esquizoide año vi octubre 2014 precio: este periódico #79 no se vende

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Periódico Andén – Publicación argentina de análisis y reflexión sociocultural.

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PARADA OBLIGADA EN LA COMPRENSION DE LA REALIDADI

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sta

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plantaestable

maquinistajuan ignacio basso

chanchogustavo zanella

la que dice que el tren no tiene que poner guiño para doblaryael tejero

la que pasa por abajo del molinetegiselle méndez

la que endereza las víasmaría virginia compte

la que hace sonar la bocinalorena barbosa

guardabarrerasgabriela giambroni

la que se pasó de estaciónmaría belén morejón

boleterojorge augusto cuello

jefe de estaciónhoracio ernesto giambroni

el que no vio la barrera pedro pertusi

los que corren la zorramanuel fontenlafranco dré

el que corta las víasmartín giambroni

2editorial

En el número de documento, en un guardapolvo, enlos impuestos que se pagan, en los colores de la ban-dera, en la cadena nacional que interrumpe el pro-grama de televisión favorito, en la decisión de unjuez sobre la libertad de una persona, en un satélite

que orbita alrededor de este planeta; se encuentra el Estado enmultiplicidad de circunstancias, encarnado en diferentes suje-tos. Como con la mayoría de las cosas que ya existen cuandose llega a este mundo, se suele naturalizar su presencia, aveces con resignación, otras con indiferencia. Cuestionar elestado de las cosas es un ejercicio incómodo y, para muchos,innecesario. Quienes hacemos Andén estamos convencidos deque sacudir la modorra intelectual y hacer(nos) preguntas sonparte fundamental de nuestra tarea como comunicadores.En este número, entonces, se reflexiona sobre el Estado, pen-sando en los vaivenes históricos que tanto la institución comonosotros, en tanto ciudadanos, hemos experimentado en losúltimos años. Una primera intuición nos lleva a pensar que el moderno Esta-do capitalista, como institución garante del orden social, se pre-senta generalmente como un mal necesario. Si rastreamos elmito fundante sobre el que se construyó esta necesidad, llega-remos a las palabras del filósofo inglés Thomas Hobbes, quiensostuvo que en la mismísima naturaleza humana radica el peli-gro de su extinción. Si el hombre es el lobo del hombre, nece-sita una herramienta que le permita superar las pulsiones indi-viduales en pos de un equilibrio que beneficie a todos en medi-das similares. ¿Qué sería de nosotros sin Estado? La guerra detodos contra todos, la primacía injusta de los más fuertes sobrelos débiles. Ahora bien, si miramos a nuestro alrededor, ¿quétan lejos estamos de eso? A lo largo de los últimos quinientos años, se han desarrolladodistintos tipos de gobiernos estatales: monárquicos, absolutis-tas, democráticos, parlamentarios, socialistas, comunistas,totalitarios, religiosos, neoliberales, populistas. Entre el tipoideal y la manifestación real de cada una de estas institucionesde gobierno, hay tantas variables como circunstancias históri-cas y límites territoriales. ¿Cuáles de estos elementos elegimospara pensar y describir los Estados actuales? Podemos mirar al aparato estatal como un ente represor yautoritario, la manifestación de la ley, un conjunto de institu-ciones y prácticas que ordenan nuestro universo cotidiano ynos interpelan a actuar siguiendo innumerables rituales, casi

como un padre castrador que imparte órdenes sin dar explica-ciones. En el mejor de los casos, luego de un proceso de disci-plinamiento, internalizamos la ley. Hobbes estaría orgulloso denosotros, hemos logrado superar nuestros instintos de satis-facción a cualquier precio para dar lugar a una convivenciapacífica y organizada. ¿Pero, de dónde nace la ley? ¿Quiénesdefinieron ese contrato inicial? ¿Podemos o debemos reformu-larlo?Preguntarnos por el Estado implica entonces hacer lo propiocon el poder. ¿Cómo circula el poder en nuestra sociedad? Si imaginamos el poder como una fuerza que circula unidirec-cionalmente, una especie de entidad compacta y homogénea,entonces podríamos tomarlo, apropiárnoslo y quizás, medianteuna revolución, cambiar abruptamente el orden de las cosas.Pero si, por el contrario, creemos que todos tenemos poder yen cada interacción lo ponemos en juego, la situación se vuel-ve más compleja: Cambiar el orden de las cosas implicaríaentonces desandar y negociar una compleja trama de relacio-nes y sentidos. Una tarea de difícil resolución en un terreno pla-gado de contradicciones. Un camino (casi) seguro hacia la locu-ra. Pierre Bourdieu describe estas ambivalencias señalando queel Estado acaricia con la mano izquierda mientras reprime conla mano derecha. ¿Es el Estado por definición un conjunto deinstituciones relacionadas de manera esquizoide? ¿Qué nospasa a los ciudadanos? ¿Estamos todos locos? Como si todo esto fuera poco, los Estados cuentan con un granargumento para interpelar los sentimientos de sus ciudadanos:la Nación. Toda una red de instituciones y rituales al servicio degenerar ese sentimiento aglutinante que nos identifica y nosdistingue del resto del mundo. Tenemos entonces dos dimen-siones, según los antropólogos Phillip Corrigan y Derek Sayer.Una dimensión totalizante, relacionada con el carácter y laidentidad nacionales. Y por otro lado, una dimensión individua-lizante que define, clasifica y regula a la población según suciudadanía, género, estado civil, etnia, etc. ¿Cómo navegamosdiariamente en este mar de clasificaciones? Esperamos, queridos lectores, que encuentren, en estas pre-guntas y en las que surjan de la lectura de este número, ele-mentos para generar sus propios cuestionamientos acerca delestado de las cosas. Y quién sabe, en algún momento, se ani-men a cambiar algunos pequeños detalles del orden delmundo.

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el que no se quiere bajar del trencésar maffei

el que pinta grafitis en la estacióndaniel martin

el que insiste con el carbóngustavo guevara

encargado del salón comedorluciano pablo basso

la que se roba los quebrachosnatalia lópez

el que se dedica a otra cosanicolás alejandro miguez

colgados del tren, como racimosgrupo de estudios para la liberación (gel): martínforciniti, juan francisco martínez peria, mercedespalumbo, ezequiel pinacchio, soledad ramati ymariana fernández talavera

caminantes de las vías que se detienen en esta estaciónnatalia sánchez, cecilia canzonetta,fernando bogado, horacio cárdenas,ezequiel alasia, magdalena grass, matíaschiappe, andrea vallarini, gonzalorodriguez, julio bárbaro, mauro benente

boleto

gratarola

el

estado

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3texturas

natalia sánchez /

pobrezay desarrollocognitivo

La pobreza incluye diversos puntos de impac-to, a nivel social, por ejemplo, factores comola segregación, la falta de estimulación, ladificultad para acceder a la educación; y anivel físico y psicológico, como los déficits en

la alimentación, en la actividad física, el descanso y lacontención afectiva, entre muchos factores más.Encasillar estos factores en un nivel socioeconómicoparticular es reduccionista ya que son factores que nosolo se relacionan con el nivel de ingresos de unafamilia, sino con aspectos mucho más complejos; noobstante difícilmente se pueda negar que probable-mente alguno o varios de ellos se presenten en fami-lias y niños en situación de pobreza.Si nos ponemos a pensar sobre cómo influye específi-camente esto en el desarrollo físico y mental de cadaniño, podemos encontrar múltiples investigacionesque arrojan algo más de luz sobre el origen social y/obiológico de las desigualdades.Podemos decir que todos estos factores generan unnivel, de moderado a alto, de estrés en quienes estánexpuestos a estos, o, poniéndonos más técnicos,distrés (referido a un tipo de estrés negativo que tien-de a generar consecuencias negativas para lasalud). Pues bien, este tipo deestrés, al que en general se loasocia con el mundo adulto, esmucho más complejo en sus con-secuencias cuando quien lo sufrees un niño.Detallemos un poco más. El protagonistaestrella del estrés es el cortisol, una hor-mona que genera el cuerpo desde laglándula suprarrenal, frente a situacio-nes estresantes para el individuo. Encantidades adecuadas, el estrés, juntocon la segregación de cortisol, esbeneficioso para la especie en tantopermite responder rápido y de maneraeficiente en situaciones de peligro.Pero aquí no hablamos de ese buenuso que nuestro cuerpo le da a estemecanismo para defenderse delambiente. El exceso de cortisol enedades tempranas genera dificulta-des en el desarrollo de áreas cere-brales fundamentales para fun-ciones importantísimas para lavida del niño.El área principalmente afectadapor este “exceso de estrés” es(entre otras) el lóbulo frontal.Esta área del cerebro (específi-camente su parte más anterior lla-mada corteza prefrontal) es la encargada de regular lamayor parte de las funciones de nuestro cerebro talescomo: la planificación y control de procesos cognitiva-mente complejos, la orientación y monitoreo de laconducta, la regulación de las emociones, y aspectosque, como muchos autores describen, nos hacenespecíficamente humanos.Pues bien, varios estudios comprobaron que toda estarespuesta biológica a un medio recurrentementeadverso genera una disminución en la materia gris dedicha área. Estudios, como el de la Universidad deWisconsin en 2011, brindan sustento científico adichas afirmaciones. Esta investigación comparó eldesarrollo cerebral de niños de cinco meses a cuatroaños, provenientes de distintas situaciones económi-cas y sociales. Utilizaron técnicas de resonanciamagnética para evaluar a lo largo del tiempo cómo seiba desarrollando el cerebro de esos niños. Si bien los resultados de las evaluaciones durante losprimeros meses de vida arrojaban datos similares paratoda la muestra, las evaluaciones posteriores encon-traron una disminución significativa en la materia grisde las áreas parietales y frontales de los niños prove-nientes de familias con bajos recursos. Podríamos nombrar infinidad de consecuencias queesto puede acarrear en el desarrollo de la personali-dad y del aprendizaje de un sujeto, como dificultadesen el desempeño escolar, tanto desde los aspectoscognitivos como los aspectos sociales, dificultades enla planificación de actividades, en la regulación de laconducta, en el manejo y monitoreo de las emociones,en la manipulación de aprendizajes previos, entre

muchísimas otras. Es decir, la pobreza no solo generaexclusión, sino que es en sí misma fuente de la dismi-nución de recursos de ese individuo para enfrentarsea la sociedad y al futuro.Para explicarlo en ejemplos simples, cotidianos: a unniño en esas condiciones seguramente le será compli-cado hacer el seguimiento de la maestra durante lasclases, se sentirá cansado, tal vez desanimado, irrita-ble, impulsivo lo que podría a su vez hacerle más difí-cil entenderse con sus compañeros, sumado a la frus-tración que cualquier ser humano sentiría al tener quelidiar cada día con desafíos que se vuelven tan cuestaarriba. El área prefrontal también se encarga de la planifica-ción, con lo cual podemos ya imaginarnos que serátambién más trabajoso establecer metas a plazos másprolongados que la satisfacción inmediata frente a unobjetivo. Es decir, pequeños grandes inconvenientesque vuelven el día a día algo normal, pero agotador.Imaginemos sumarle, a esto, un ambiente, poniendoya en juego la sociedad, donde los referentes cerca-nos tal vez no comprendan estas dificultades, no

esperen, no se adapten, no entien-dan las necesidades que una per-

sona puede tener en esas cir-cunstancias. Ahí todo se vuelve

más complicado, es tan amplio elabanico de factores que influyen,la cultura, la familia, la escuela,que sería difícil nombrarlostodos, así como sería mucho másdifícil pensar por dónde debería-mos empezar para que de algu-na manera ese problema sepueda revertir.

Ahora bien, mirando el vasomedio lleno y poniendo un

gramo de optimismo aesta situación, es impor-

tante destacar que nuestrocerebro no solo puede serafectado por factores ambien-tales, sino que, también, tienela capacidad de desarrollarsey optimizarse. Hay un factor muy importan-te que también se pone en

juego en toda esta cues-tión, una capacidadvaliosísima a la que lla-mamos “resiliencia”. Seentiende por “resilien-

cia” a la capacidad psi-cológica de las personas

para sobreponerse a episodios de dolor emocional o agrandes contratiempos. Académicamente, se define laresiliencia psíquica como el "resultado de múltiplesprocesos mentales que contrarrestan las situacionesnocivas”. Para mayor claridad: una persona resilientees aquella que logra salir enriquecida de una situacióndifícil que le tocó vivir. Sería algo así como lo que note mata te hace más fuerte, por explicarlo de unamanera poco científica.Entonces, y acá viene la parte esperanzadora, unambiente que fomente y soporte esta capacidad resi-liente, que dé herramientas para aprender a hacersefuerte, será la gallina o el huevo de solución. Porquela dimensión del problema es inversamente proporcio-nal a la dimensión de nuestra capacidad de salir ade-lante, de aprender, capacidad que, por suerte, nosviene con la infraestructura que traemos desde elvamos. Es decir, más o menos afectado por el cortisoly otras yerbas (no viene mal la analogía ya que la pro-pensión a las adicciones también se incrementa conlos factores desfavorables que leyeron antes), nuestrocerebro tiene la maravillosa capacidad de aprender, degenerar nuevas maneras de funcionar y de superarsea sí mismo.En resumen, si logramos concientizarnos sobre laimportancia que tiene generar situaciones de conten-ción, de educación, de inclusión y de estimulación,muchos de estos factores afectados pueden ser rever-tidos. Y sí, con la esperanza sola no alcanza, pero saber queexiste la posibilidad de cambiar es el primer paso paragenerar ese cambio.

la pobreza y la desigualdadsocial generalmente sonatribuidas a una disminuciónde una amplia gama deposibilidades en los niños,adolescentes y jóvenes.entonces, la pregunta es: ¿lapobreza y la desigualdadsocial son realmenteconsecuencia de unadisminución de posibilidades ola disminución deposibilidades es consecuenciade la desigualdad? larespuesta se asemejabastante al enigma sobre quéfue primero, si el huevo o lagallina, ya que pensar en unfactor nos hace remitirnosinmediatamente al otro. larespuesta es ambas. sonfactores que continuamente seretroalimentan.

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4diálogo

Queríamos hacer un número sobre elEstado, centrado en la idea de supresencia o ausencia. A priori, unodiría que el Estado debe estar pre-sente para garantizar la igualdad dederechos y oportunidades. Es algoque repetimos aun cuando no sabe-mos muy bien cómo construir esarealidad. Desde tu línea de investiga-ción, ¿qué significa que el Estadoesté ausente o presente?En la línea teórica que me interesa ahora,pierde sentido la idea de ausencia, o pre-sencia, del Estado y cobra más sentido laidea de estrategias o prácticas de gobier-no, que pueden estar operadas por Esta-dos o no estarlo. Por otro lado, otra líneaque tiene actualidad en Argentina (peroque también la tuvo en Bolivia y Ecuador)plantea que el neoliberalismo no implicóun retiro del Estado, sino una mutación deprácticas desarrolladas, o no, por el Esta-do. No se trata de un capitalismo desor-ganizado, sino de prácticas concretas.Además, a nivel global hay conflictos queno pueden reducirse a problemáticas inte-restatales. El de la deuda externa es unejemplo paradigmático: hay algunos pri-vados que modulan las acciones que elEstado argentino puede o no puede tomar,y esta situación no se explica por presiónde un Estado a otro, sino por particularesque tienen capacidad de modular decisio-nes nacionales. Estas líneas que yo traba-jo relativizan un poco si el Estado es cen-tro o foco del poder o si las decisiones sonestatales o no lo son. Hay otros poderes.

El tema nos surge como pregunta,como ciudadanos más que comointelectuales o periodistas. Busca-mos plantearlo como problema y laidea de presencia o ausencia, estámuy presente en la doxa.Justamente, lo que hay que preguntarseno es si el Estado está presente o no, sinodentro de qué lógicas gubernamentalesde prácticas de gobierno se inscribe elEstado. Una idea frecuente es presentarlos noventa en América Latina comoausencia y pliegue del Estado y un avance

del mercado sobre algunas esferas queantes estaban organizadas y pensadasdesde el Estado. Pero en Argentina, Boli-via y Ecuador, el Estado se inscribe dentrode políticas más amplias de gobierno dic-tadas por otras instituciones que tampocoson estrictamente estatales: el BancoMundial, el Banco Interamericano deDesarrollo, el Fondo Monetario Internacio-nal. Ya no es el viejo imperialismo en elque un Estado con una soberanía dicta laspautas de lo que otro debe hacer o no.Gran parte de los mecanismos de imple-mentación de tecnologías neoliberales enArgentina y América Latina vino de lamano de una política de financiamiento ydesfinanciamiento por órganos multilate-rales de crédito como los ya mencionados.

¿Cuál sería un ejemplo que ilustreeste panorama?Si uno toma el período boliviano un pocoanterior a la asunción de Evo Morales, y elperíodo de la Constituyente en Bolivia,que duró dos años y fue un trabajo difícilde articular, observa que hay una memo-ria muy cara para el pueblo boliviano, quefue la Guerra del Agua1. En los documen-tos de los propios sectores sociales, seanindígenas o cercanos a los movimientosobreros u otras organizaciones, la memo-ria de la Guerra del Agua aparece muymarcada, y ésta puede ser utilizada comoun laboratorio conceptual para pensarcómo prácticas de gobiernos desarrolladaspor el Estado estaban pensadas para lle-var adelante prácticas neoliberales queexcedían al propio Estado. ¿Qué pasó enese entonces? En Cochabamba, terceraciudad más importante de Bolivia despuésde La Paz y Sucre, se produjo este inten-to de privatización del servicio de presta-ción de agua en los domicilios, que eramuy precario. Uno podría decir que comoel servicio era estatal, lo que hay es unretiro del Estado para que avance el mer-cado. Sin embargo, si uno analiza algunosdocumentos del Banco Mundial, granparte de los préstamos que se le daban aBolivia tenían que ver con modernizar alEstado, reorganizarlo para que las inver-

siones pudieran desarrollarse como tales,hacer más eficiente la prestación del ser-vicio de justicia, crear marcos regulatoriosapropiados para preservar los intereses delas multinacionales, etc. No hay algo asícomo una exigencia de que el Estado seretire, sino que se reordene para garanti-zar determinadas prácticas. En Argentina,esto sucedió durante el período de privati-zación de los servicios públicos. Después,el Estado está ahí para mantener esa tec-nología, por ejemplo, sancionando leyesque permitan que las divisas puedan ir alexterior. Por eso, las dos primeras leyesque hizo Menem fueron la Ley de Reformadel Estado y la Ley de Emergencia Econó-mica.

¿Qué panorama internacional permi-tió estos mecanismos de privatiza-ción en América Latina?En general, estos mecanismos de privati-zación fueron acompañados por los Trata-dos Bilaterales de Inversión (TBI), quesuponían que los Estados en los que sedesarrollaban las inversiones no pudieranjuzgar esos procesos. Lo que hay ahí esuna prórroga de la jurisdicción. Argentinalidera a nivel mundial la cantidad de trata-dos bilaterales de inversión firmados. ElEstado no juzga ni ha juzgado las cuestio-nes relativas a la privatización del agua,de la energía eléctrica, del gas, sino queeso se sustancia en el tribunal del CIADI(Centro Mundial de Arreglo de Diferen-cias) del Banco Mundial. Volviendo alejemplo de la Guerra del Agua, en Bolivia,se instala una empresa que tiene capitalesmayoritariamente norteamericanos, queen principio sería la prestataria del serviciodel agua. Esto nunca se termina de con-solidar. Lo curioso es que esta empresatermina fijando domicilio en el Estadoholandés, porque Bolivia tenía un tratadobilateral con prórroga de jurisdicción enlos Países Bajos. Las inversiones quetuvieran domicilio en Holanda, no iban aser juzgadas en el Estado boliviano. Lostratados son una pista que muestra que lalógica de la presencia del Estado, o suausencia, está relativizada, porque acá no

es que hay un Estado presente que obligaa otro a firmar un tratado: no son los capi-tales norteamericanos los que fuerzan aello (el tratado estaba ya firmado) y no vaa ser el Estado norteamericano el que ter-mine juzgando los eventuales problemasde privatización que existan alrededor deeste contrato. Estamos frente a mecanis-mos gubernamentales que pueden estargestionados por el Estado o no estarlo yque no necesitan indefectiblemente lapresión de un Estado extranjero paradesarrollar esas prácticas, sino que quie-nes las desarrollan pueden ser privados.

¿Podrías explicar la idea de tecno-logía gubernamental?Es una idea que es desarrollada por MichelFoucault en Nacimiento de la biopolítica(1979). Es un Foucault interesado en pen-sar el presente. En general, sus trabajosgenealógicos sobre el origen de algunasprácticas se circunscriben a la época clási-ca. En este caso, analiza lo que estabacomenzando a desplegarse: el neolibera-lismo. Eran los recientes gobiernos deMargaret Thatcher y de Ronald Reagan.En este libro y en Seguridad, territorio ypoblación (Curso en el Collège de France,1977-1978), su propósito es ahorrarseuna teoría del Estado e inscribirlo en tec-nologías gubernamentales más amplias.Allí acuña el concepto de gubernamentali-dad. No podemos negar la existencia delEstado, dice, pero éste no puede ser ununiversal que explique cómo funcionan lasestrategias de gobierno. Hay que pasar alEstado por la grilla de inteligibilidad deestas prácticas. Estas tecnologías másamplias tienen una racionalidad: algo quelas inspira, una lógica de funcionamiento,de programas y de técnicas para ponerlaen juego. En América Latina hubo una tec-nología neoliberal de gobierno que supusoun tipo particular de funcionamiento delmercado, basado en la idea según la cualla competencia no era natural, sino quehabía que lograrla artificialmente. El Esta-do tiene que crear las reglas del juego enel mercado. Para el neoliberalismo, a dife-rencia del liberalismo, el mer-

yael n. tejero yosovitch/ [email protected]

“tenemos dificultades para pensarprácticas emancipatorias que nosean en torno al estado”

diálogo con mauro benente, abogado y doctorando en derecho

a menudo identificamos el neoliberalismo con un repliegue del estado que da lugar al libre juego (y abuso) del mercado. sinembargo, cuando se estatizan deudas privadas, es el estado el que ofrece los marcos legales para ello. ¿y entonces? ¿no eraque el estado estaba ausente?, ¿o eso era para la gilada? en esta oportunidad, dialogamos con mauro benente, abogado ydoctorando en derecho (uba), becario del conicet, investigador del instituto de investigaciones jurídicas y sociales “a. l. gioia”,profesor de derecho en la uba, la universidad de palermo y la universidad nacional de josé c. paz. mauro es miembro del grupode trabajo “crítica jurídica latinoamericana. movimientos sociales y procesos emancipatorios” del consejo latinoamericano deciencias sociales, y del proyecto ubacyt “¿qué memoria y justicia puede hallarse si la crítica de musealiza? conflicto ynegatividad en la teorización crítica y las intervenciones reparadoras”. nosotros teníamos algunas preguntas y él, muchasrespuestas posibles que abren nuevos interrogantes. conocelos.

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5diálogo

cado no es una entidad natural que fun-ciona sola, sino que hay que crear esascondiciones de competencia. Se crea unmarco de juego. Algunos juristas hablande la seguridad jurídica, es decir, que lasreglas sean claras. Que todos los indivi-duos logren ingresar al juego del merca-do. Por eso, algunas líneas del neolibera-lismo se interesan por la pobreza no entérminos relativos, sino en términos abso-lutos: que no haya individuos por debajode determinado umbral que no puedanconsumir. Eso se logra con planes socia-les focalizados. Si bien algunos planesson interesantes, si no van acompañadosde una mejora del lugar en donde se vive,de los suministros, las escuelas, el barrio,el hospital, etc, solo permiten que esesujeto ingrese al mercado. Por otro lado,el neoliberalismo intenta lograr que losindividuos se vean como empresarios desí mismos que deben invertir constante-mente a través de la capacitación, elaprendizaje de idiomas, ir a tal escuela,etc. ¿Cómo funciona bien esta tecnologíadel empresariado de sí mismo? A partirde una situación de inestabilidad y riesgocreada por tecnologías de gobierno. Porejemplo, la flexibilización laboral. Enton-ces, dos patas: competencia de mercadoy empresariado de sí.

¿Cómo se puede pensar, a la luz deestos postulados, el caso de ladeuda?La deuda es una tecnología de poder.Sobre el endeudado pesa una imposibili-dad de tomar cualquier decisión a futuro.A nivel microfísico, no es el Estado el quemodula estas decisiones. Estas situacio-nes, que son tecnologías de gobierno, sepueden trasladar a las situaciones en lasque el Estado está endeudado. El proble-ma de la deuda no acosa solo a los paí-ses latinoamericanos. Todos los paíseseuropeos se encuentran también endeu-dados y no solamente con Estados, sinocon particulares o clubes de particulares,como el Club de París. Esos acreedorestienen la capacidad de modular decisio-nes de los países a futuro. En algunos

casos, ni siquiera son grandes multinacio-nales, sino pequeños privados.

¿Qué alternativas hay para pensar-nos por fuera de esta lógica o paraevitar subyugarnos a estas tecno-logías de poder?Cuesta pensar todavía cómo hacemospara tener prácticas de resistencia que nosean relativas al Estado. Si estuviéramosen el siglo XIX, en la medida en que elpoder funciona concentrado en el Estado,desarticularlo sería el camino para tenerprácticas emancipatorias. Ahora, si lastecnologías de gobierno no transitanexclusiva y excluyentemente por el Esta-do, sino que están dispersas en distintasinstituciones y prácticas, no alcanza contomar el Palacio de Invierno para modifi-car esas prácticas. ¿Cómo lograr articula-ciones emancipatorias quitándole la cabe-za al rey y dejando de pensar que es elEstado el que concentra todas las activi-dades gubernamentales?

Quitarle la cabeza al rey es algo quepuede leerse en dos sentidos posi-bles. Hablás de quitarle centralidad.Bien podríamos entender “decapita-ción” en sentido metafórico.Si pensamos en la “decapitación” (ensentido metafórico), se está perdiendouna parte del problema: quizás hayaotros tantos por “decapitar”. Esta es unadiscusión que se ha desarrollado en Boli-via: para decapitar otros focos de poderquizás sea necesario reactivar ciertasprácticas estatales. Seguimos pensandoen la centralidad del Estado y tenemosdificultades para desarrollar otro tipo deprácticas que no sean respecto del Esta-do. En algunas campañas relativas alcuerpo de la mujer o en algunas líneasdel feminismo, como en el caso del abor-to, se advierte una demanda de distribu-ción de mecanismos anticonceptivos o delaborto legal, seguro y gratuito. La lógicasigue siendo respecto del Estado, peroéste no produce medicamentos. La granindustria de los laboratorios ─cuyasganancias solo son superadas por el trá-

fico de armas y drogas ilegales─ es laque produce medicamentos y aún notenemos un modo conceptual de exigirlesa ellos que presten este tipo de anticon-ceptivos. Es un ejemplo pequeño de queen algunas luchas que son microfísicas,como la anticoncepción, todavía tenemosdificultades para pensar prácticas eman-cipatorias que no sean en torno al Esta-do.

En el caso de Bolivia, ¿tampoco huboinnovaciones en cuanto al modo depensar las prácticas emancipato-rias?Veamos el caso. La demanda por unanueva Asamblea Constituyente, en Boli-via, no se plantea verticalmente; son lospropios movimientos sociales los que lapiden. Esto se puede ver en los títulos delas marchas. A inicios de los años noven-ta, varias organizaciones indígenas mar-chan por la tierra y algunas cuestiones dejurisdicción2. En los primeros años deeste siglo, aparece la Asamblea Constitu-yente3: el reclamo de la sociedad civil seconstruye por fuera de los movimientosclásicos como la Unión Obrera Boliviana,a través de nuevos movimientos u otroshistóricamente postergados. Bolivia tuvomuchas Constituciones y estos sectoresnunca formaron parte de ellas. Estasorganizaciones, nucleadas en el Pacto porla Unidad, armaron dos borradores deproyectos constitucionales, en los cualesse animaron a pensar en la propiedadcomunal de la tierra para los indígenas─cuestión que no entró en la Constitu-ción─, en instituciones políticasindígenas ─que entraron parcialmente─y en la administración de la justicia ─queentró bastante bien─, pero siguen pen-sando en el Estado como único foco depoder. Casi no hay huellas sobre el cami-no por seguir, si deseamos pensar prácti-cas emancipatorias sin referencia al Esta-do. En el texto constitucional boliviano,¿cuáles fueron las discusiones? La Asam-blea Constituyente planteó cuestiones(algunas más radicales que otras) queprovinieron del Pacto de la Unidad, que

incluía a gran parte de los movimientossociales e indígenas, que solo estuvieronmuy parcialmente representados por elMAS. La lógica es más o menos la misma:había una consagración de derechos y unreclamo hacia el Estado, que debía garan-tizarlos. ¿Cómo ponemos límites a prácti-cas gubernamentales que no transitanpor el Estado? ¿Cómo hacemos para exi-girles otro tipo de funcionamiento? Locierto es que no ha habido mayores lími-tes a poderes no estatales, salvo en elcaso de la limitación del latifundio o laexplotación de los recursos naturales.Nuestra concepción de los derechos estáarticulada en relación al Estado. Perosaliendo de esta lógica de la presencia-ausencia del Estado, todavía no sabemoscómo articular los derechos. En el caso deVenezuela, Ecuador y Bolivia se dio algointeresante y fue la desestructuración dealgo que es caro al Estado moderno: laidea de que solo el Estado puede admi-nistrar violencia. Eso fue así en el proyec-to. Ahora eso está desdibujado en lapráctica. Pero tanto en Bolivia como enEcuador, ya no es el Estado el que puedehacerlo, sino que las comunidades (enEcuador, se llama Justicia Indígena; enBolivia, Justicia Indígena Originaria Cam-pesina) pueden tener su propio derechopenal. Entonces vemos que es posibleque proyectos políticos institucionalespermitan y legitimen la administración noestatal de la justicia o la violencia. Esaslógicas de desgajar el Estado moderno yseñalar dónde no estaría el Estado, no seadvierte en otras partes del texto consti-tucional. No se han pensado los derechossin el Estado

1 Se denomina Guerra del Agua a una serie de pro-testas que tuvieron lugar en la ciudad de Cochabam-ba, Bolivia, entre diciembre de 1999 y abril del 2000.Su causa fue la privatización del suministro de agua.

2 En 1990, se desarrolla la “Marcha por el Territorio yla Dignidad” protagonizada por Organizaciones de losPueblos Indígenas de Tierras Bajas.

3 En 1999, se desarrolla la “Marcha por la AsambleaConstituyente, por la Soberanía Popular, el Territorio ylos Recursos Naturales”.

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Según la definición de la RAE1,el estado es la forma de orga-nización política, dotada depoder soberano e indepen-diente, que integra la pobla-

ción de un territorio.Parte de los integrantes de esa pobla-ción, generalmente la mayoría, nace enel territorio de ese estado, sin elección,solo dependiendo de la ubicacióngeográfica de su madre en el momentodel parto. Otra parte es inmigrante, y nonecesariamente por decisión libre.Difícilmente esos habitantes tenganalguna responsabilidad por cómo esdicho Estado en el momento en que lle-garon.Somos parte del estado, con obligacio-nes y derechos escritos en infinidad deleyes, tantas que desconocemos lamayoría, tantas que no alcanza conguiarnos por lo que creemos que es elbien para todos, para cumplirlas. “Lanecesidad de una ley escrita, jamáshubiera tomado cuerpo si el gobierno yla jurisprudencia no hubieran realizadola arbitraria conversión de lo inocente enculpable”2 . Frase interesante, segura-mente hay necesidad de que haya leyescrita, al menos hasta que evolucione-mos lo suficiente como para prescindirde ellas.Las leyes se escriben con intencionali-dades y presiones de todo tipo. Un lobbyde un poderoso necesita la oposición deuna gran lucha de la población, que semoviliza al tomar conciencia y obrar enconsecuencia. Esa conciencia nos llamaa luchar para modificar muchas de esasleyes, o, en situaciones más urgentes, ala desobediencia civil.

Empresas del estadoDesde chico, nací en 1960, me gustó laidea de un estado ideal. Prefería lasempresas estatales porque considerabaque eran un bien social, un avance. Másallá de quienes tenían el control deestas, significaban un escalón desde elque se podía discutir, tal vez con menosdificultad, algo realmente justo, sin sergarantía definitiva, sin quedarnos con losbrazos cruzados. Por eso luché comopude en los noventa contra las privatiza-ciones y las desregulaciones. Justamen-te, haciendo uso del más duro pragma-tismo, el Kirchnerismo estuvo a favor deesas privatizaciones, así como un gransector de la actualmente llamada “oposi-ción”. Este término tan usado, tanto porlos medios que impulsan a sus candida-

tos para focalizar la vidriera en ellos,como por el gobierno, para convencerque solo existiría lo que está “más a laderecha de ellos”.

ParticipaciónEs fundamental preguntarnos: ¿quién seocupa de cambiar esta realidad que estan injusta?, ¿en manos de quiénes deja-mos las decisiones? Frente al modelo deestado burgués actual ─herramientafundamental para sostener el capitalis-mo, que nos está llevando a la catástrofetotal─, se ha planteado,como un opuesto por nega-ción, la anarquía.¿Cómo transformar estesistema en otro que

garantice la equi-dad? ¿Cómo lograr

un estado basa-do en una

forma deorgani-

zacióndistinta? Latarea es difí-cil, ya que una socie-dad sobreexplotaday alienada no tiene casimargen para proyectar yconstruir otro modo de orga-nización social que reempla-ce el capitalismo, pero es inelu-dible, porque lo reclama eldolor que provoca y por-que no tenemos margen,ya que está terminandocon nuestro planeta.Al respecto hay distin-tas posturas sobreel posible fin delcapitalismo: “Secae sólo”, “Hay queapurar la caída”, “Hagamos lo que haga-mos, no se cae”. También hay distintasmiradas respecto, por ejemplo, al parla-mento. Algunos partidos anticapitalistas,como el P.R.T., sostienen que no se debeparticipar de las elecciones porque impli-ca ayudar al sistema y ponen su esfuer-zo en otras opciones. Otros, como losque participan del F.I.T., tienen tres dipu-tados nacionales haciendo un intensotrabajo, presentando proyectos, hacien-

do “tribuna”, sin abandonar su fuertepresencia en las luchas sociales. Al con-trario, dando ejemplo de que se puede.

Algunos ejemplos y contraejemplosde participaciónLa Constituyente Social es una intere-sante propuesta que empezó a funcionarhace cinco años impulsada por la CTA,hasta su división, a raíz de las eleccionesinternas, en septiembre del 2010.“Consiste en la organización y promociónde un proceso de debate y organización

popular que busca alen-tar una nueva expe-riencia política ysocial en nuestropaís, que recuperepara las mayorías sucapacidad de auto-gobierno en elmarco de un proyec-to de sociedad justo,equitativo y

democrático, con elmayor grado posible

de protagonis-mo y unidadpopular, con larepresentaciónmás amplia delas expresio-

nes organizadasde nuestro Pue-blo y en funciónde las priorida-des y accionesque se definanpart ic ipativa-mente enAsambleas dis-tritales, regio-nales y nacio-nales”3.

No puedodejar deseñalar queel texto dice“recuperar”,lo que impli-

ca que alguna vez las mayorías habría-mos tenido, en nuestro país, autogobierno. De algo, no me enteré.El sector a cargo de Pablo Micheli4 noborró la idea de la Constituyente de susproyectos, aunque no parece haberavances notables. El sector dirigido porHugo Yasky5, convertido en un verdade-ro felpudo-apéndice del gobierno, ahorahabla de la “convocatoria económicasocial”, una invitación a “los trabajadores

y los sectores productivos”, y declara, através de Stella Maldonado, que “noexiste un programa más revolucionarioque la fuerza política y social dispuesta asostenerlo”6. Creo que confunde la sopacon la olla.Siguiendo con lo sindical, Claudio Marín,de FOETRA, declaró en “Minuto1” que:“Hasta que no haya una alternativamejor para los trabajadores [según ellos,no la hay] habrá que apoyar a estegobierno”, por eso no pararon los pasa-dos 27 y 28 de agosto; lo mismo que dijede la palabra oposición. En la línea denuestra Presidente, que dijo que a laizquierda de ella solo está la pared; si espor negar, el sionismo negó repetida-mente, a través de sus representantes,la existencia de los palestinos ─porejemplo, Golda Meir dijo, en 1969: “Noexiste tal cosa como los palestinos,nunca existieron”─. También la reinaVictoria de Inglaterra llegó a decir queBolivia no existía, luego de que undiplomático inglés tuviera un incidenteen dicho país.En la Constituyente Social se planteaba“no seguir delegando” y se invitaba a“descubrir las raíces de nuestra capaci-dad en cada problema”7. Es que es ridí-culo confiar nuestra representación enquienes en la práctica se guían por elmandato de otros intereses, o por otrotipo de corrupción, o por burocratiza-ción, no haciendo más que empeorar lasituación.Se marcaban, como ejes fundamentales,la distribución de la riqueza, la democra-cia participativa y la soberanía sobre losrecursos naturales, el medioambiente yel hábitat. Claro que (opino), al analizarla distribución de la riqueza, se debe lle-gar a cuestionar los modos de produc-ción. Lo demás, como reformas impositi-vas, son solo eso: reformas; un poco deoxígeno.“Si la distribución primaria, la que sematerializa en el transcurso del propioproceso de producción, fuese satisfacto-ria, ¿habría necesidad de mecanismosque vuelvan a actuar en el ámbito de ladistribución? Indudablemente no. Perotal equidad está fuera –objetivamente–de la lógica interna del capitalismo”8. Con la Constituyente Social se buscabaimpulsar un cambio en la línea deacción, pasando de “confiar en otroapoyándolo” a ponerse a construir poruno mismo. Sin duda, en el momentohistórico en que vivimos, es una pro-puesta muy interesante, pedagógica

6territorios

¿lo necesitamos?, ¿vale la pena sostenerlo?¿es una herramienta para quiénes? leyes,soberanía, participación, educación, deuda externa e interna, redistribución de la riqueza.el estado, una forma a la que están ligados, también, los que miran para otro lado.

el estado valiumcésar maffei/ [email protected]

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7texturas

y generadora de cambios más profun-dos.Es necesario observar qué partidos polí-ticos llevan adelante la organización deAsambleas y Congresos abiertos con ver-dadera intención de lograr participación,y cuáles hacen otro tipo de encuentros,por ejemplo, con los representantes delas corporaciones. En el caso de estosúltimos, es muy elocuente la ceguera, ymuy perverso el sistema, porque lapublicidad utiliza siempre palabras comofuturo, esperanza, impulsando a dejar enlas manos de los que “saben qué hacer”,mostrándose siempre como algo nuevo ydistinto. Y no lo son.Podemos mencionar otras propuestasque, si bien pueden ser didácticas, tam-bién son anestesiantes, como los “presu-puestos participativos” que suelen seruna porción del presupuesto que se dejapendiente para que, en reuniones orga-nizadas con ese fin, la gente decida losbeneficiarios de ciertas partidas de dine-ro.También hay letra en la Constitución,como los artículos 39 (derecho de inicia-tiva) y 40 (consulta popular) que sonmás simbólicos que verdaderas herra-mientas de participación. Más bien pare-cen ser elementos para convencernos deque tenemos un verdadero sistemademocrático

El Estado y sus funcionesMás allá de la discusión sobre la necesi-dad o no de una organización social lla-mada Estado, en nuestro país, los traba-jadores nunca tuvimos en nuestrasmanos esa herramienta. Podemos discu-tir intencionalidades, distintos períodoshistóricos con mayor o menor mirada dela situación de los sectores más poster-gados.Refiriéndose a la primera etapa peronis-ta, dice Javier Lindenboim: “Sin perjuiciode lo afirmado en las conocidas estrofaspartidarias, estas políticas de ningunamanera solucionaron las profundas con-tradicciones de una sociedad como laargentina que era víctima tanto del desa-rrollo del capitalismo como de su insufi-ciencia”9.Por ahora el Estado es un moderador dealgunos efectos negativos, y en muchoscasos genera una dependencia quegarantiza la continuidad del mismo efec-to.Los sectores más duros de los privilegia-dos presionan para sacar mejor tajada,con el riesgo de que se les muera el

esclavo o la gallina de los huevos de oro.Por ejemplo, Gary Becker, premio Nobelde economía 1992, declaraba en plenadécada de esplendor para ellos: “El Esta-do solo debe ocuparse de los más margi-nados para que no cometan delito”. Criti-can el estado grande, porque consideranque pueden tener más exclusividadcomo beneficiarios.Regulan la desregulación. Pero, muchossaben que eso no alcanza para sostenerla hegemonía. Necesitan convencer a lasmayorías de que hacen lo mejor paratodos. Por eso necesitan el estado bene-factor.Mientras, se toma deuda cuando la nece-sitan ellos con objetivos variados quevan desde fugar capitales, pasando portodo tipo de negocios hasta para haceruna guerra, si la necesitan.Y después quieren convencernos de queel país necesita ser considerado buenpagador, sino “no tenemos acceso al cré-dito”. Y la deuda siempre la pagamos conla crisis social de las grandes mayorías.

ConclusionesSimplemente he tocado algunos aspec-tos del tema, como amerita un artículo.Tratando de hacer un simple aporte,aunque el tema da para mucho más. Elhecho de que soy docente y no toqué eltema educación, que tanto tiene que vercon el estado y con el pueblo, es unabuena muestra.De lo que no cabe duda es de que urgepasar de este estado adormecedor,herramienta para garantizar un sistemaindudablemente injusto y depredador, aotro que sea realmente instrumento decambio de estructuras, y de que debe-mos poner todas nuestras capacidades yvoluntades, porque tenemos tanto laobligación como el derecho de hacerlo.Más allá de la visión que cada unotenga, desentenderse es ser cómplicedel estado, de este Estado

1 http://lema.rae.es/drae/?val=estado2 Godwin, William, “De la educación nacional”, en Laeducación en las ideas libertarias, colección críticasocial, Ediciones FORA.3 http://www.constituyentesocial.org.ar4 http://www.ctanacional.org5 http://www.cta.org.ar6 http://www.cta.org.ar/stella-maldonado-3020.html7 http://www.constituyentesocial.org.ar8 Lindenboim, Javier (2005), El reparto de la torta.Claves para todos, Editorial: Capital intelectual.9 Ídem

La vorágine de la vida urbana esfácilmente asimilable a la locura.Miles de estímulos, órdenes, un

ritmo de vida y expectativas que se reci-ben, se procesan y actúan con un míni-mo de conciencia disponible. Ya Marxnos explicó que la alienación es parte denuestra vida desde que venimos a estemundo capitalista. ¿Es posible entoncesescapar a la locura? ¿Un segundo deconciencia libera? ¿Cómopasamos de ella a laacción coherente? A mediados de la décadade 1950, Gregory Bate-son desarrolló la teoríadel double bind o doblecoacción para explicarel origen de laesquizofrenia. Básica-mente esta patología era elresultado de la exposición a mensajesambivalentes ante los cuales era imposi-ble, para el sujeto, dar una respuestacorrecta. Imaginemos, por ejemplo, a unniño al que su madre le reclama con pal-abras afecto, pero que al mismo tiempoen los actos lo rechaza físicamente. Hagalo que haga el niño será reprendido porsu madre. La prolongación de este tipode situaciones en el tiempo produce enel sujeto una incapacidad para producir ocodificar cierto tipo de mensajes y semanifiesta en una inhabilidad emocionaly social. Ahora si pensamos en la inmen-sa cantidad de mensajes ambiguos querecibimos de parte de la sociedad desdeque somos niños, ¿cómo hacer para novolvernos locos? ¿Es posible resistir omejor nos entregamos a la locura?Bateson vino a mi mente mientras miroa través del enorme ventanal. Estoy enun piso treinta y nueve en una torre enPuerto Madero. Son las seis de la tarde.Desde acá arriba, los kilómetros dereserva ecológica se ven como unaplacita. La altura y el cambio de per-spectiva hacen que todo se veapequeño, insignificante, aunque almismo tiempo las luces que se empiezana encender me recuerdan la vastedad dela ciudad. Miro los suburbios y pienso enCami y en lo que pasó apenas unashoras atrás. Mi mente suele empeñarseen conectar los extremos y reparar enlas contradicciones. Cami seguramenteya esté empastillada, perdida en algunaesquina de Soldati o Flores. Todavía meresuena su voz: “Yo no voy a volver. Teacompaño hasta la parada del colectivo,pero no voy a volver”. Me sonó sincera.Y me dejó desconsolada. No me daba

miedo quedarme sola en la villa, conocíael camino de salida. La abracé, la insulté,le dije un montón de cosas. Supongoque en realidad le quise decir quevolviera conmigo para dejarse cuidar unrato más. Es difícil ser empleado estataly tratar de poner curitas donde en reali-dad hay hemorragias. Uno es parte delmismo aparato estatal que sostiene ladesigualdad de clases y que reprime(gracias, señor Marx, otra vez), y

después (en el mejor de loscasos) intentareparar y restituirderechos. Esosmotivos, entre otros,cruzaron la vida deCami y la mía.No puedo dejar de pen-sar en los suburbiosdesde este piso dondetodo es dorado. El arreg-

lo floral que corona la enorme mesa delliving es bellísimo. Dos docenas de rosasblancas, frescas, impolutas. Si acá haybasura, está bien escondida. No como enlos barrios, donde todo está tanexpuesto. Todo lo que hay, lo que sobra,lo que falta. La basura, los transas, eldesamor. ¿Cuántos narcotraficantesvivirán en esta lujosa torre? ¿Cuántasmadres desamoradas y niños tristeshabrá?Y pienso además que si no me debierancuatro meses de sueldo, no hubiera lle-gado hasta acá. Siento que mis horas detrabajo extra dando clases de apoyoescolar subsidian la desidia e ineficaciaestatal. El Estado, que debe garantizarlos derechos de todos sus ciudadanos,pero especialmente de los niños, niñas yadolescentes, no puede garantizarles unsueldo, ni A.R.T., ni obra social a losempleados que se ocupan justamente deaquellos niños. Y eso ahora me poneenfrente de otra jovencita que probable-mente vaya a uno de los colegios máscaros del país. Tratar de procesar las realidades contra-dictorias en un razonamiento lógico ycoherente es una tarea ardua. Buscaruna respuesta correcta, sin caer en lalocura probablemente sea imposible.Bateson sabía perfectamente que la sal-ida del laberinto siempre es por arriba.Eso incluye usar la lógica para entenderel sistema en un sentido más amplio yelevar la conciencia para encontrar algode paz. Más tarde será tiempo para eso.Mientras tanto, solo me queda disfrutarde un mundo donde no caben todos,pero sí muchos y variados mundos

giselle méndez/ [email protected]

lo frágil de lalocura, o del intento detransitar los extremos sin perderla razón

Page 8: Andén 79 - Estado esquizoide

8descolonialidad

Como hemos mencionado reiteradamente enesta columna, la perspectiva descolonial estu-dia el surgimiento del patrón de poder moder-no-colonial en América y su desarrollo. Uno desus componentes fundamentales fue la conso-

lidación de los Estado-nación capitalistas, monoculturales,monoétnicos y monojurídicos. Se trata de un proceso delarga duración que hunde sus raíces en la época colonial,durante la cual determinados sujetos y lógicas socialesfueron afirmando su hegemonía, en detrimento de otros.Me refiero, por ejemplo, a ciertas formas y relaciones deproducción (la plantación con trabajo esclavo, la hacien-da con trabajo servil, la estancia con trabajo asalariado),a una cultura (cristiana, patriarcal), a una etnia (los “blan-cos”) y a una manera de instituir normas jurídicas (desdearriba hacia abajo de la pirámide social). De más está decir que esta historia estuvo plagada deconflictos y proyectos alternativos, desde su mismocomienzo. En ese sentido, los intelectuales descolo-niales señalan a Felipe Guaman Poma de Ayalacomo una las más tempranas expresiones integra-les de resistencia frente al patrón moderno-colo-nial de poder y, especialmente, frente a esas prácticashegemónicas de las que surgiría el Estado-nación capi-talista eurocéntrico. Walter Mignolo lo considera elprimer teórico político descolonial (“La opciónde-colonial: desprendimiento y apertura”, enTabula Rasa N° 8, pp. 259-264); mientras que,para Enrique Dussel, se trató de la máxima concien-cia crítica posible a la modernidad eurocentrada en sutiempo (“Meditaciones anti-cartesianas”, en Tabula RasaN° 9, pp. 179-195).¿Qué lo hizo merecedor de estos laureles? Pues bien,Guaman Poma fue un indígena (yarovilca por línea pater-na, inca por línea materna) que vivió en los Andes entrefines del siglo XVI y comienzos del XVII, se convirtió alcristianismo, aprendió castellano y escribió un volumi-noso libro titulado Nueva Corónica y Buen Gobier-no. Esta obra era en realidad una carta dirigida alrey español Felipe III, en la que denunciaba laopresión y la explotación que ejercían las autori-dades coloniales sobre los pueblos andinos. Hay más. Su carta no sólo condena los padecimientos delos indígenas en ese presente, sino que también se refie-re al pasado y al futuro. Por un lado, relata una “historiauniversal” que comienza con la creación del mundo, comola Biblia, y luego se desarrolla a partir de la fusión de ele-mentos cristianos y andinos. Por ejemplo, asegura que losindígenas son descendientes de Noé y que empezaron apoblar América luego del diluvio universal. También queel apóstol san Bartolomé predicó el evangelio en losAndes durante los primeros siglos del cristianismo, muchoantes de la llegada de los españoles, y que solo el recien-te dominio inca sumió a los indígenas en la idolatría. Espor esto último que los señores andinos no incas, comosu padre, no se resistieron a la conquista y recibieronpacíficamente a quienes venían a devolverlos a la sendadel verdadero Dios. Estas ideas son mucho más que las fantasías mestizas deun inspirado escritor; constituyen las bases para la for-mulación de un proyecto político. En sus considera-ciones sobre el futuro, Guaman Poma se atreve aproponerle a Felipe III una modificación sustan-

cial de la situación de la colonia: el fin de las enco-miendas, la restitución de las tierras a los señoresandinos y el establecimiento de un Estado autóno-mo gobernado por los propios indígenas, aunquesometido a la “monarquía universal” del reyespañol y a la iglesia cristiana. Como dije, este pro-yecto se apoya argumentativamente en la historia univer-sal previamente relatada, por lo menos en dos pun-tos. En primer lugar, si los andinos ya eran cristia-nos antes de que los españoles llegaran, resultainjustificable la explotación (anti-cristiana) ala que los someten los enco-menderos, so pretextode instruirlos en la fe;con la disolucióndel imperioinca ya estándadas lascondicionespara una ree-vangelizaciónp a c í f i c a .Además, si

n ohubo oposi-ción violentaa la conquista,los españoles no puedenapelar a la doctrina de la “gue-rra justa” para legitimar su apropia-ción de las tierras indígenas. ¿Es descolonial la utopía estatalde Guaman Poma? No cabendudas de que tanto el proyectocomo sus fundamentos contienenelementos que se oponen directa-mente a la matriz de poder moderno-colonial: los indígenas aparecen reconoci-dos como sujetos capaces de autodeterminaciónpolítica; su condición de siervos explotados es absoluta-mente condenada; la cultura cristiana de los conquista-dores es reapropiada sincréticamente, aprovechándosesu potencial liberador a favor de los subalternos y en con-tra de la dominación.Sin embargo, el Estado de Guaman Poma no care-ce de marcas coloniales. Tomemos en cuenta que estese postula como una de las cuatro partes del mundo,cada una gobernada por sus respectivos pobladores nati-vos (y todas sometidas a la monarquía universal de Feli-pe III). Así, además de una “América para los indígenas”,habrá una “Guinea para los negros”, una “Turquía paralos moros” y una “Roma para los europeos”. Demodo que se trata de un proyecto político mono-étnico, tal como se pretenderán los Estados-nación modernos. No deberá sorprender entonces queGuaman Poma manifieste en reiteradas ocasiones que losmestizos, negros y mulatos son los que más rápidamen-

te adoptan las conductas corrompidas de los españoles, adiferencia de los “pobres indios”. En segundo lugar, creo que su reapropiación sincrética yliberadora del cristianismo merece ser examinada conmayor atención. Guaman Poma no se limita a valerse delcristianismo como herramienta crítica del colonialismo;proyecta un Estado cristiano. Y más allá de argumentarque los indígenas eran cristianos en el pasado, recono-ce que en el presente son “idólatras”. Por lotanto, la realización de su utopía debe transitarnecesariamente el camino de la evangeliza-ción. ¿Hay algo así como una evangelizacióndescolonial? Para esclarecer esta cuestión, es completamente per-tinente mencionar que Guaman Poma colaboró dehecho en la evangelización. Sabemos por su propiotestimonio que ofició de intérprete en una de las

campañas de extirpación de idolatrías, dirigidapor el visitador de la iglesia Cristóbal de Albor-noz contra el TakiOnqoy. Este fue un culto

andino que profesaba el rechazo de todas lasimposiciones del colonizador español (nom-bres, vestimenta, comida, religión) y el retorno

a la adoración de las huacas, las divinidades loca-les. Dicho episodio ha sido llamativamente omitido porquienes han elevado a Guaman Poma a las másaltas cumbres del pensamiento descolonial; sinembargo, creo que merece una seria reflexión. Lapráctica evangelizadora de Guaman Pomaestá muy lejos de ser dialógica e intercultural,

como podría sostenerse que fue la desarrolladapor Bartolomé de las Casas. Las extirpaciones deidolatrías recurrían a la represión de los “idólatras”, a laconfiscación de sus objetos sagrados, etc. Surgeentonces una nueva pregunta: ¿puede una prác-tica colonial colaborar en la construcción de unEstado descolonial?

Desde ya rechazo cualquier intento de rehuir alproblema, del tipo “admitamos en el panteón

descolonial al Guaman Poma teórico político pro-gre, y reneguemos del Guaman Poma evangelizador

retrógrado”. Solo un idealista que separa el pensa-miento individual de la praxis social de la que ineludi-

blemente forma parte podría realizar una propuestasemejante. Pero como dije: el proyecto estatal de Gua-man Poma resulta perfectamente compatible con la evan-gelización forzada. La única solución consiste en asumir que, tal como lamodernidad que la engendra, la descolonialidad poseecaras liberadoras y dominadoras. No han existido, niexisten, prácticas descoloniales “puras”; quienescombaten el patrón de poder moderno colonial enalguna de sus formas lo replican en otras. Y quie-nes pretenden construir un Estado descolonialcorren siempre el peligro de que su práctica seconvierta en un episodio más en la historia de laconsolidación del Estado-nación moderno capita-lista.Los pensadores descoloniales poseen también un ladooscuro. Si lo ignoramos, se nos tornará incomprensiblepor qué, teniendo tantos próceres, la batalla contra lacolonialidad sigue estando tan lejos de haberse ganado.

martín forciniti (GEL)[email protected]

guaman goma y el estadoutopías descoloniales, prácticas coloniales

felipe guaman poma de ayala es reconocido indiscutidamente como uno de los primeros pensadoresdescoloniales. sin embargo, los rasgos coloniales del estado que proyecta nos permiten poner en duda esaconsideración, al tiempo que nos invitan a seguir indagando sobre la naturaleza misma de la descolonialidad

Page 9: Andén 79 - Estado esquizoide

9preguntas

No tiene por qué sorprendernos que losrecientes estudios de filosofía política hayanconcentrado sus fuerzas en repasar losmomentos en los cuales los grandes nom-bres de su panteón han trabajado con las

formas preestatales. Los diversos acontecimientos histó-ricos abiertos por la caída del bloque soviético en 1989han demostrado que revisar las proposiciones referidas aesos vínculos pre-estatales puede derivar rápidamenteen un posible estudio de lo que llamaremos “formas pro-toestatales”, ya no ligadas estrictamente a un vínculohistórico que indicaría una preexistencia a la aparicióndel Estado moderno, sino una forma de apuntar a lasligazones que persisten por debajo de la conformaciónde un aparato de Estado y que, sin embargo, si se obser-va con cuidado, el propio Estado administra para poderprevalecer. No hablamos aquí de un Estado por fuera delEstado –tal como se considera, vulgarmente, al cerradomovimiento de ciertas organizaciones, como la mafia–,sino a vínculos de circulación de flujo (digamos: no sola-mente de dinero) considerados por el propio Estadofuera de sus “satélites” o dependencias, pero dentro desu administración, una protoforma que ya determina cir-culaciones sin quedar organizadas en la rígida estructuradel Estado (socialista o capitalista). El ejemplo más concreto que podemos retomar y quepertenece a nuestra historia reciente es el (aparente)surgimiento de los llamados “clubes de trueque” entre1994 y el 2002, aunque los límites estrictamente históri-cos son difusos y ameritan un estudio aparte. Esos“clubes de trueque” nacieron amparados en formas deautogestión no incentivadas por el aparato estatal yfueron las principales protagonistas de reorganizar laestructura estatal desde sus operaciones políticas especí-ficas (las asambleas barriales). La posterior consolidaciónde un nuevo pacto estatal a partir del 2003 con la asun-ción del gobierno por parte de Néstor Kirchner y contin-uada hasta nuestros días no pudo darse sin esta reorga-nización promulgada “desde abajo”, a nivel molecular,que derivó en formas molares como las del resurgidoEstado. ¿Qué verdadera alternativa de izquierda o, almenos, de ciertas características progresistas, podemosseñalar como posibles para tratar de escapar a esaderecha fantasma innombrable, pero tangible en susfragmentarias apariciones que nos atosiga desde el másallá (nuestro 2015)?

Un repaso marxista¿Cómo hacer con el Estado? Esa es la gran preguntaabierta por el siglo XX desde su propio nacimiento. En ElEstado y la revolución1, Lenin observa que el propioMarx va cambiando su perspectiva para asegurar que elobjetivo primordial de la revolución no sea apoderarse dealguna manera específica del Estado burgués por partedel proletariado, sino destruirlo. Dice Lenin: “Sin perder-se en utopías, Marx esperaba de la experiencia delmovimiento de masas la respuesta a la cuestión de quéformas concretas habría de revestir esta organización delproletariado como clase dominante y de qué modo estaorganización habría de coordinarse con la “conquista dela democracia” más completa y más consecuente”2.Destruir el Estado burgués y reemplazarlo por una nuevaforma propia del proletariado, ese sería el objetivo pri-

mordial que sólo el devenir histórico aseguraría. Pero enesta tarea, es necesario retomar los estudios de las for-mas preestatales y precapitalistas que Marx consideraimprescindibles para entender la ideología burguesa adestronar. Esa misma ideología burguesa, por caso,determina que el trabajo es la verdadera fuente deriqueza del hombre y que toda forma de organización deese trabajo (la capitalista y, por extensión, la propiaforma del Estado moderno) es necesaria para mayorprovecho del hombre. La crítica de Marx es implacable:

“El trabajo no es la fuente de toda riqueza. La naturalezaes la fuente de los valores de uso (¡que son los que ver-daderamente integran la riqueza material!), ni más nimenos que el trabajo, que no es más que la mani-festación de una fuerza natural, de la fuerza de trabajodel hombre”3. Cualquier forma de revelarse en elaccionar revolucionario, para esta perspectiva, debeatender que la fuente de riqueza es la naturaleza y queel trabajo es una forma de acción (del que se deriva unaforma de organización) que trata de entender la maneraen que esa riqueza puede extraerse y distribuirse.Después de la destrucción del Estado burgués, lo quequedaría por hacer es revisar de qué manera se puedeadministrar la fuerza del hombre y la riqueza obtenida deesa fuerza ejercida sobre la naturaleza. Esa era la lecturade Marx, pero, ¿qué nos queda a nosotros?

De aquí para adelanteNo podemos decir, en nuestro contexto, que el Estado hasido “destruido” en algún momento histórico específico.Podemos decir, en lo que corresponde al último cuartodel siglo XX y a los catorce años del siglo XXI, que hemospasado de un Estado represivo que buscó cumplir a rajat-abla el mandato liberal de un mercado incondicionado aun Estado “debilitado”, reducido, que trató de cumplir el

mismo objetivo, pero con un aparato represivo muchomás abstracto, digamos, que supo combinar con sinies-tra elegancia los golpes con las proclamas, las balas deplomo y de goma con los programas educativos, elaparato represivo con el ideológico. La crisis de 2001cerró este proceso y permitió la reapertura de lo estatala partir de 2003, pero en el actual clima de “cierre deetapa” puede verse aflorar violencias particulares yreclamos de represión por parte de diversos sectoressociales. A eso debemos sumar la reaparición demovimientos obreros que vuelven a recalcar el marco delucha contra un Estado represivo (como sucede con losobreros del sector automotriz), la preeminencia de fig-uras represivas supuestamente progresistas como sal-vación de todos los males (Berni), la descentralización delas fuerzas policiales (o sea, las “policías municipales”), laresistencia a abandonar modelos represivos en la trans-misión ideológica (la resistencia a la mal llamada “flexibi-lización” de los aplazos en la educación primariabonaerense), etc. Todo este panorama dibuja un potentemovimiento a la derecha impulsado (¿dialécticamente?)por el mal llamado giro a la izquierda del gobierno, elcual, estrictamente, nunca adoptó esta tendencia, sinoque supo leer el panorama y llevar adelante políticas par-ticulares con las cuales la izquierda se podía identificar. Si las experiencias del 2001 demostraron la importanciade revisar las formas de organización popular pararepensar un vínculo con lo estatal, quizás una lecturapolítica y estratégica de relevancia para el actual gobier-no o para cualquier postulante progresista a hacerse conél sería la de revisar los modos de articulación de esasprácticas con una organización estatal acorde. Todo elmundo lo sabe, pero nadie lo ha pensado con seriedad,y aquí está nuestra concreta afirmación: el verdaderoespacio político del porvenir es la así llamada villa mise-ria, en donde se producen experiencias cotidianas deintercambio por fuera de la regulación estatal, algo queno tiene por qué condenar esas prácticas a la ilegalidadmientras no haya una propuesta efectiva que busqueadministrar esas relaciones para producir un nuevo pactoestatal. Lo que decimos no es parte de un discurso bien-pensante que quiere pasar por progresista, sino que esun verdadero llamado al pensamiento crítico y político delmañana: ¿hasta qué punto se ha visto la villa miseriafuera de la máscara pequeño burguesa de la “excentrici-dad” (tal como lo demuestra ese tonto exotismo deci-monónico que escribe “crónicas” de personas que “visi-tan” las villas) o del peligro? ¿No será que todo nuestroactual pensamiento en torno a las villas miserias ha esta-do teñido de la curiosidad sociológica-antropológica y noha recalado en un verdadero pensamiento político?¿Cuáles son las formas protoestatales que podemosencontrar en esos espacios y qué metodología revolu-cionaria o progresista puede extraerse de esa experien-cia? Preguntas abiertas de quien suscribe que, tal comose sospechaba en el título y en lo escrito, solo puedenresolverse una vez entregados a la acción.

¿cómo hacer? fernando bogado

fernandobogado.com@letristefebo

1 Lenin (2012) El Estado y la revolución. (J. A. Alemán, Trad.),Buenos Aires: Sol 90.2 Ídem, p.61. 3 Marx, K. (2014) Antología (P. Scaron, Trad.), Buenos Aires:Siglo XXI, p. 340.

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Hoy me levanté pensando en el Mundial. Salíde casa con el café en la mano. Últimamen-te nunca estoy donde tengo que estar. Lavida es eso que te pasa mientras estás lle-gando tarde. Pongo el auto a 140 por Pana-

mericana, para sentir algo, aunque lo único que sientasea el auto temblar. Se repite el disco de Cerati, no quie-ro escuchar la radio porque sé que están todos hablandode la ceremonia inaugural y eso me deprime. Últimamen-te nadie dice lo que quiero escuchar.LLego al trabajo, son las 9.32 del jueves. Desde hace seisaños que trabajo en un Centro de Salud, en algún puntodel conurbano bonaerense. Un barrio perdido donde nollega ni el diario. El Centro es una casa venida abajo condos consultorios, una sala de espera, una cocina. Está alfinal de una calle de tierra, la rodea una enorme canchade fútbol, tiene un quincho y una pileta que hoy estávacía y llena de grietas. Diez años atrás acá había un Hos-pital de día, se atendían un montón de pibes que queríansalir de las drogas. Se armaban torneos de fútbol con loschicos del barrio. Para dejar las drogas, tenías que ofre-cer algo a cambio. Hoy, el pasto está largo y todo lleno debarro. La miro mientras me hago el primer mate del día.Desde que trabajo en el Estado tomo más mate quenunca. Miro la cancha por la ventana, afuera hace frío;adentro, casi que lo mismo. Vuelvo a pensar en el Mun-dial.A las 10.15 de la mañana, llega el primer paciente del día.Al lado de su nombre figura un cartel que dice “urgente”.Es un hombre de unos treinta años, está agitado y acele-rado. Se sienta en frente de mí. El consultorio grandetiene algunas sillas y un escritorio que separa tu vida dequien tenés enfrente. El hombre tiene puesto un jeangastado y varias capas de abrigo. Me cuenta que su únicohijo está internado por algo que le agarró en el riñón. Quedesde que pasó eso su vida cambió. Apoya los codossobre sus rodillas, para contener las manos que le tiem-blan, queriéndose escapar de sus muñecas. De la frente,le caen gotas de sudor mientras repite que está desespe-rado, que ya se agarró a piñas con varios médicos. Medice que necesita plata. Que no sabe qué hacer por suhijo. Que él siempre había soñado jugar al fútbol con su

hijo varón, que ahora estaba enchufado, me dice algo dela mala praxis. Yo lo escucho, y él sigue. Que lo tengo queayudar, que necesita plata ya. Que si acá no le damos res-puesta, se va a encadenar en la plaza municipal. Me diceque va a salir por televisión y que yo voy a quedar pega-da por haberlo atendido hoy y no haber hecho nada. Memira fijo, buscando mi reacción. Le digo, sonriente, queno sería la primera vez que un paciente mío salga porCrónica, que por mí estaba bien, que hasta me da chapa.A un psicópata no hay que tenerle miedo. A un psicópa-ta, psicópata y medio. Me mira sorprendido y su actitudcambia. Le digo que se quede tranquilo, que piense quées lo mejor para su hijo, y ya que estamos que intente nofumar marihuana así puede manejar un poco mejor lasituación. Se va más tranquilo, pidiéndome otro turnopara el próximo lunes.Después de él, llega Franco. Es el único paciente que mellama por la primera sílaba de mi nombre. Ni doctora nilicenciada. Franco llegó un año atrás, chupado y atrapa-do entre psicofármacos que usaba para drogarse. Teníauna cicatriz en el cuello, de punta a punta, había intenta-do matarse. No podía ni hablar, veía cosas que no esta-ban, pesaba menos de cuarenta kilos. Se internó y ahorale dieron el alta. Viene a verme para hacer la reinserciónsocial. Esa parte es la más difícil, porque volver a casa sinser fisura es volver y no ser nadie. Me cuenta que eldomingo quiso ir a la cancha. Me lo cuenta para que yole diga que no puede. Franco sabe lo que implica ir a la

cancha. Me agradece que le ponga límites porque nadiemás lo hace. Franco me pide a gritos que lo cuide de élmismo. Me pregunto si alguien lo entiende, si alguien ensu familia sabe lo qué es que algo te mate, pero que sigasiendo el amor de tu vida. La droga nunca deja de gus-tarte, aunque te quite todo, hasta el hambre. La hora del almuerzo es un segundo termo de mate. Mesiento afuera al sol para que me dé calor. Me pongo a leeralgo, pero no me puedo concentrar, no me acuerdo la últi-ma vez que pude terminar un libro. Mi compañera de tra-bajo se queda adentro. El silencio es infinito.Al rato me avisa que llegó Claudia con su hermano. Losdos son menores de edad, yo insisto en citar a la madre,pero la madre nunca vino. Tiene que ir a trabajar parapoder darle plata a sus hijos, plata que gastan en consu-mo y en venir a tratamiento solos. Solos, porque sumamá se está ganando el peso que ellos gastan en dro-garse, que es lo que les hace venir a verme. Se los quiseexplicar, agarré una hoja, dibujé un círculo que mostrabael circuito; les dije que ésa era la cuerda por donde seestaban ahorcando. Por último, llega Evelina, a quien siempre le doy el últimoturno así vuelvo a casa un poco más optimista. Evelina, amí, me salva la vida. Empezó tratamiento el verano pasa-do. Tenía la cabeza rapada porque se había cansado deque su padre la arrastrara por el piso tirándole de lospelos. Cuando llegó vivía en la calle. Evelina fue la prime-ra persona a la que vi llorar de hambre. Uno estudia psi-cología y después descubre que a veces es más terapéu-tico un paquete de fideos. Ahora dejó las drogas paraestudiar Filosofía. Esta es la Argentina: en medio de lavilla, te hablan de Sartre. Evelina me salva la vida. Eveli-na no sabe que hoy empieza el Mundial, Evelina es hijade la tierra, así dice. Termina la jornada. Trepo por la enredadera social y llegoa mi barrio. Estaciono detrás de una Honda Cr-V polari-zada. En mi barrio los hombres están bronceados todo elaño. En mi barrio, hay un spa para perros y gatos. Suboal séptimo cielo de mi casa. Son las 5 de la tarde, empie-za el primer partido del Mundial. Suena el silbato y entodos los televisores del mundo están mirando lo mismo.Hoy, somos todos argentinos.

10texturas

decime

quécecilia canzonetta /

se siente

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11metal pesado

ezequiel alasia /

Otro día para ser…

En la literatura, y precisamentedentro de la poética que se ins-cribe dentro del género delHeavy Metal, surge un conceptoque retoma varias de las defini-

ciones que dimos anteriormente: la enfer-medad. El metal activa la metáfora de laenfermedad para deconstruir de maneracrítica el funcionamiento social. No es solouna figura retórica, sino un mecanismopara comprender el mundo3. Este concepto que es recurrente dentrode la literatura occidental aparece en elmetal bajo las siguientes formas: - Comola fibra moral del individuo y la sociedad4;- Como metáfora común para la decaden-cia moral o social5; - Como señal de unindividuo para escapar de un destino6; -Como método de redención para losenfermos y marginados7; - Como mediode realzar la conciencia de la muerte, evo-cando cuestiones de moralidad y comple-jidad de la vida8; - Como una extrañafuerza que penetra la vida humana y ladestruye9.La enfermedad nace del desequilibrioimpuesto por el propio lenguaje políticoque tiende a escindir nociones como esta-do y sociedad, público y privado, gobiernoy mercado. Este desequilibrio puede seridentificado a partir de la organizaciónsocial que se impone a partir de la luchade clases. Beatriz Preciado teoriza sobre laenfermedad10 a partir de la idea de estig-mas. Estas estigmatizaciones11 son gene-radas para controlar a la sociedad y queesta misma se autorregule, reproduciendolos mismos conceptos hacia su propiaclase. Este lenguaje “enfermo” permite alcapital suprimir y fragmentar a aquellossujetos que no reproducen la homogenei-dad cultural, haciendo que se organicen apartir de la categoría que les es impuesta.El heavy metal, en una suerte de refor-mulación, denuncia esta fragmentaciónbajo el lema de que todos están enfer-mos. Rompe las categorizaciones e inclu-so las divisiones de clase ya que tanto losdominantes como los dominados sonparte de dicha enfermedad, unos impo-niéndolas y otros reproduciéndolas12 , laburguesía y el proletariado, el estado y elpueblo. La poética del heavy metal observa yconstruye el concepto de enfermedad apartir de una serie de relaciones que se

dan en un nivel más complejo, donde sinpensar en el estado, lo estamos reprodu-ciendo. La enfermedad es el campoestratégico de las relaciones de poderdonde se establecen los diferentes tiposde conducta tanto del gobernante comodel gobernado. Es allí donde la literaturaemerge para poder develar las distintasarticulaciones de sometimiento que sereproducen no solo en los dispositivos ins-titucionales, sino en las mismas personas.Son estas articulaciones que, en unanecesidad de categorizarla para podercomprenderla mejor, remiten a un tipo deenfermedad conocida como “esquizofre-nia”, palabra del griego clásico que signifi-ca dividir (schizein) y mente (phren),dándole una connotación aun mayor a losdispositivos de control y dominación queoperan a partir de la fragmentación yorientación de las mentes hacia ideas quepuedan seguir desarrollando su modo deproducción, su existencia.

1 Aristóteles. Poética 1457 b.2 Masseta, Paula. 2009, pp. 37-55.3 Susan Sontag en La enfermedad y sus metáfo-ras dice que hay que desactivar la metáfora deenfermedad para entender el funcionamientosocial. En la poética heavy es a la inversa, se laactiva para explicar y representar la sociedad.4 “Ya no creo en nada; Ya no creo en ti; Ya nocreo en nadie; Porqué nadie cree en mi”. V8(1983:1).5 “La gran masa anestesiada; se revuelca enegoísmo.; Y sin el común sentido; se ha entrega-do al escapismo”, Hermética (1989:2).6 “Robo un auto para trasladarse; hacia las sole-dades vivientes”, Hermética (1991:1).7 “Mata el miedo que guarda el animal.; Limpiael cuerpo, pues dentro de él estás”, Hermética(1989:5).8 “Basta, no hay nada que ocultar.; Muerto estoyaquí.; Tras el porvenir.”, Hermética (1991:6).9 “La ciudad duerme en un corte de luz.; Elvaciamiento se está efectuando.; Y entreveradoen la confusión,; se ahoga mi grito de desespe-ración”, Hermética (1989:4).10 Preciado, Beatriz (2013) La muerte de la clí-nica. 11 Metáforas que son impuestas por las distin-tas relaciones de poder (instituciones, estado,medios masivos).12 “Ser guardianes o vigí as de toda la miel; queguarda en toda colmena el sucio poder.; Preda-dor, ecologista, pobre o gran señor.; Drogade-pendiente, doctor o paciente; entreverado en elmontón”, Hermética (1994:2)

según aristóteles1, la metáfora consiste en darle a una cosa elnombre de otra. desde ya entendemos que no es posible pensar sinmetáforas y que todo pensamiento es interpretación. estospensamientos muchas veces son impuestos a partir de una serie derelaciones sociales que componen y se identifican con lo que hoyconocemos como “estado”. este concepto que, para foucault, podríaser una “realidad compuesta”2 , emerge de las distintas relacionesque se dan en el marco de una sociedad: gobierno, instituciones,moral. esto les permite a las clases dominantes regular la conductade las personas con el fin de lograr ciertos objetivos, pretendiendoque los sujetos la asimilen y la reproduzcan, volviéndose, así, elestado un dispositivo que se desarrolla de manera dinámica y queexcede la esfera de lo burocrático e institucional.

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12territorios

Desde el 2001 a la actuali-dad la desocupación pasóde un 25% a un 7, 8%.Más allá de las condicio-nes estructurales que

posibilitan su crecimiento cuantitati-vo y las actuales limitaciones, megustaría centrarme en el aspectopolítico que implica la recuperaciónde la “cultura del trabajo”, y las difi-cultades que esto significa en términosprácticos –desarrollo de un oficio, recupe-ración de la dignidad de al menos dosgeneraciones sin ganarse el sustento–, yen términos políticos –recuperación dederechos –, tal como lo mencionan algu-nos sindicatos y organizaciones socialesde trabajadores excluidos.¿Qué significado ha tenido el trabajo asa-lariado en la Argentina? Situados históri-camente, la crisis mundial de la décadadel treinta puso en jaque la doctrina del li-beralismo como único modo de organizarla sociedad. Los desarrollos teórico-políticos del modelo keynesiano-concibieron un capitalismo más mo-derado, en el que el obrero era consi-derado como parte de la demanda deproductos, y el estado, como agentede redistribución económica de la ri-queza social. En Argentina con el es-tado benefactor consolidado desde1945, el trabajo asalariado junto con undesarrollo de industria nacional, fue lapropuesta política de un estado con am-pliación de soberanía.En nuestro país, la dignidad del traba-jador se construyó históricamentecon gobiernos populares, ligada a laidentidad nacional. El trabajador a-salariado se incorporaba a la vida so-cial y política, ampliando sus dere-chos, con el movimiento peronista.Al conversar con antiguos trabajadores delas grandes empresas estales – YPF, Fe-rrocarriles, talleres de exploración del Mi-nisterio de Minería–, es notorio el orgulloy sentido de pertenencia del obrero porsaberse constructor de pueblos y caminosy proveedor de todo aquellos que se con-sumía y producía en el país en un modelosocial con redistribución de la riqueza so-

cial: en 1954 los asalariados partici-paron en un 50% de la apropiaciónde la riqueza, y el período 1950-1973fue el más favorable, con un prome-dio de superior al 44%1. Desde 1976, las complementarias políticasde financiarización de la economía (san-ción de la Ley de Entidades Financieras en1977) y de destrucción de la industria na-cional, hasta el Plan de convertibilidad(privatizaciones de las empresas estata-les) del ´90 hicieron que ese Estado Be-nefactor quedara materialmente destrui-do2. Durante el período de inestabilidad políti-ca del ´55 al 73´ y luego de dichas refor-mas, comenzó una caída abrupta de laparticipación de los trabajadores en la ri-queza que culminó en los años noventa.(Debido a que ha cambiado la forma derealizar las estadísticas, no se puede esta-blecer un porcentaje para establecer lamagnitud precisa que permita compararcon la década del ´50. No obstante, esti-man que es menor al 30%)3. A pesar detodo este proceso histórico, durante la dé-cada del noventa, los trabajadores conti-nuaron resistiendo las políticas de vacia-miento, reorganizándose para mantenersus fuentes de trabajo y cierta forma deconcebir la sociedad, basada en el trabajocomo fuente de socialización e integraciónsocial..Sin duda el recuerdo del estado benefac-tor construido bajo el peronismo sigue te-niendo peso en nuestra cultura y nuestroimaginario. ¿En qué medida es posiblerecuperar el estado con fines redis-tributivos ante un capital altamenteconcentrado?Los aspectos macroeconómicos (fragmen-tación social, financiarización de la eco-nomía global, grado de penetración delcapital concentrado en los principales ejesde la economía argentina- minería, e-nergía, etc.). Son relevantes y sin dudaconstituyen un límite o condición necesa-rios para esbozar una respuesta a estapregunta. No obstante, me parece im-portante al momento de pensar la re-cuperación del trabajo la noción polí-

tica como espacio de lo humano –que la doctrina neoliberal nos quiereapropiar-, pues entiendo que aunquelo estructural sí condiciona el funcio-namiento del Estado y de nuestrasvidas, no son determinantes. Desdeeste punto de vista, es posible compren-der al estado como un espacio de disputapolítica en el que diversos grupos de in-terés (económico, político) pugnan con di-ferentes posibilidades de imponer su pos-tura.

Breve repaso histórico respecto deltrabajo asalariado en ArgentinaLa Argentina se caracteriza por ser uno delos países más industrializados y urbaniza-dos de América Latina; por eso el trabaja-dor asalariado, desde un punto de vistaestructural, tuvo y tiene tanta relevancia.Y desde el histórico - político, por el rolprotagónico de la clase obrera en la con-quista de sus derechos. En el año 2001, la desocupación en la Ar-gentina alcanzó su pico más alto con el25%. La reducción de la economía impli-caba más de 6 millones de argentinos conproblemas laborales producto de la deso-cupación y la precarización laboral4. Laprivatización de las empresas estatales yla pérdida de derechos históricos que sig-nificó la Ley de Flexibilización Laboral5 dela década del ´90 fue reconfigurando unmercado de trabajo con menor capacidadde negociación que lo llevó a aceptar con-diciones cada vez más desfavorables., a-solados por el fantasma de la desocupa-ción. La desocupación, - en términos teóricos el“ejército industrial de reserva” (Marx6)- esun aspecto estructural del sistema capita-lista, de carácter cíclico y se relaciona conlas relaciones políticas en un momentohistórico. En América Latina, la poblaciónsobrante aumenta por el predominio deestructuras productivas dominadas por elcapital extranjero y su asociación con do-minios internos.El otro gran golpe dado a la clase traba-jadora fue en 1976 con el quiebre delmovimiento obrero, que había adquiridogran capacidad de lucha y conciencia de

su rol en la construcción del estado na-cional. Tal como afirmaron luego algunosde los dictadores:

“… lo que buscamos fue debilitar elenorme poder sindical que era unode los grandes problemas del país.La Argentina tenía un poder sindi-cal demasiado fuerte, frente al cualera imposible el florecimiento decualquier partido político (…)Hemos debilitado el poder sindicaly esta es la clave para cualquier sa-lida política en la Argentina”. (JuanAlemann, Secretario de Hacien-da)7.

Luego, durante la década del ´90, los tra-bajadores expulsados se organizaron parasostener su dignidad. Todo esto en uncontexto mediático de estigmatizaciónsobre los “piqueteros”, equiparados a bár-baros.Brukman, Zanón en Neuquén, IMPA, Gri-sinópoli y tantas otras fábricas recupera-das, MTD de Solano, Maximiliano Kosteki,Santillán. El recibimiento de los comer-ciantes con vasos de agua al entrada de lacapital a los piqueteros denostados en losmedios. Stiglitz criticando al Banco Mun-dial. Argentina despertaba. A la fuerza.Por la fuerza.En el año 2003, con el gobierno de NéstorKichner, comienza a recuperarse la eco-nomía y a desarrollarse políticas para re-cuperar la cultura del trabajo y la sanciónde leyes que van restituyendo los dere-chos avasallados8. Se reabren y se amplíala disputa de espacios dentro de algunosorganismos del Estado para concretar lapolítica de inclusión – entendiendo estocomo cierto rol benefactor del estado- enun contexto de crecimiento de la desigual-dad a nivel mundial y nacional.

Avances y desafíos en la recupera-ción de los derechos laborales: de laexclusión a la dignidadComo parte de la recuperación de dere-chos, ha aumento del trabajo estatal conun 39% en los últimos 11 años. (aun-que de manera precarizada en un

La reconstrucción de la dignidad del trabajo

magdalena grass /[email protected]

en la era del capitalismo financiero

tomando la convocatoria de andén para reflexionar sobre el estado, en este momento de recuperación de la demo-cracia en términos políticos y económicos, me pareció relevante la pregunta planteada: ¿para quién es el estado?al recordar nuestra historia como estado, vemos que con los gobiernos de facto siempre se ha retrocedido en losderechos políticos, sociales y económicos. comprendiendo el trabajo como un derecho social fundamental, planteoun breve recorrido de la recuperación de trabajo asalariado y algunos desafíos que llevan a cabo organizaciones detrabajadores dedicadas a tan ardua labor.

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13territorios

252%)9; la Asignación Universal porHijo, la ampliación de la cobertura jubila-toria y otro tipo de subsidios contribuyenal mejoramiento de los trabajadores asa-lariados en general.Pero como signo de este momento delcapitalismo, se distingue el crecimientodel trabajo precarizado. Existe tambiénuna parte importante de la población queha padecido a dos generaciones realizan-do trabajos considerados socialmentecomo “poco dignos.”El sistema genera un tendal de excluidos,figura que se construye sobre el principiode que hay una población que no tieneuna función social ni como vendedora defuerza de trabajo ni como consumidora.En esta “categoría” pretenden ser consi-derados los jóvenes de los barrios – a-menazados por el paco y la delincuencia-cartoneros, recicladores de basura, ven-dedores ambulantes, cooperativistas,micro emprendedores, trabajadores“autónomos”. Organizaciones como la CTEP (Confede-ración de Trabajadores de la EconomíaPopular) interpelan al estado en sus polí-ticas públicas: no sólo ser consideradoscomo objeto de asistencia social sinocomo sujetos de derechos.Plantean, que su trabajo es tan valiosocomo otros, y que la categoría de mono-tributista, cooperativista etc., bajo la queprestan servicios a empresas privadas yal estado, se encubre lo que es, desde elpunto de vista del derecho laboral, unarelación de dependencia10. Proponentambién creación de mercados popularespara combatir la inflación, por acceso a lasalud y por un trabajo digno y sin explo-tación.

1 Javier Lindemboim, Centro de estudios sobrepoblación , empleo y desarrollo, Facultad deCiencias Económicas- UBA.http://eco.mdp.edu.ar/cendocu/reposito-rio/00161.pdf

2 La Ley de Entidades Financieras, sancionadadurante el gobierno de facto de Videla el 14 defebrero de 1977. Ministro de Economía: Martí-

nez de Hoz. Actualmente rige la Ley 21.526.http://www.envarelkadri.org.ar/index.php/otros-articulos/organizaciones/1013-la-ley-de-entida-des-financieras-y-el-plan-de-martinez-de-hoz-el-proceso-sigue-vivo-por-revista-zoom

3 Para este punto consultar: Centro de estudiossobre población , empleo y desarrollo, Facultadde Ciencias Económicas- UBA.http://eco.mdp.edu.ar/cendocu/reposito-rio/00161.pdf

4 http://www.cta.org.ar/Desafio-romper-el-nu-cleo-duro-de.html. Pedro Wasiejko, SecretarioGeneral Adjunto de la CTA.

5 Sancionada el 15 de marzo de 1995 - que,entre otras cosas, eliminaba la negociación sa-larial colectiva, entre otros abances sobre losderechos laborales.

6 Marx denominaba “ejército industrial de re-serva” a una parte de la población que periódi-camente estaba desocupada como algo inhe-rente al sistema capitalista y fluctuaba según elciclo económico y las crisis periódicas. A lo largode estos 200 años, se consideró “normal” que elporcentaje de personas desocupadas oscilaraentre el 2 y el 5% de la población económica-mente activa.

7 Citado extraída de “Pensar la Dictadura: te-rrorismo de Estado en Argentina. Ministerio deEducación, Presidencia de la Nación”. Pág.35.Del libro Dossier Secreto, Planeta, 1993.

8 Para una enumeración de las leyes sanciona-das en materia de protección laboral, consultar:http://www.cta.org.ar/Los-derechos-laboral-conquistados.html

9 Si la planta de trabajadores del Estado nacio-nal creció en los últimos 11 años un 39 por cien-to, lo hizo de la siguiente manera: los puestosde trabajo generados dentro de la planta per-manente, lo que incluye los derechos consagra-dos por las leyes y la Constitución lo hicieron enun 25 por ciento, mientras que los puestos detrabajo de “contratados” – trabajadores sin de-rechos- aumentó un 252 por ciento entre 2002y 2013. Fuente: http://www.a-terosario.org.ar/article2782.htmldencia

10 http://blogsdelagente.com/derecholaboral/tag/dependencia/dependencia jurídica, dependencia técnica, de-pendencia económica.

Del trabajo comunitario en lasescuelas, de las clases enaulas y veredas, de rondasabrazadas entre maestros,alumnos, padres y vecinos,

surgen estas preguntas, airadas e inquisi-torias denuncias. En cada una se enhe-bran mil respuestas, por eso pregunta-mos, porque algo sabemos. Más que unaausencia son invitaciones, manos tendi-das para pensar sobre lo que nos mere-cemos.¿Cuál es la función de la escuela? ¿Qué lepedimos? ¿Qué ser humano debe for-mar? ¿Un consumidor, un dócilempleado, un ciudadano libre quepaga sus impuestos? ¿O un tra-bajador consciente de su lugaren el mundo?¿Para qué hay que apren-der? ¿Para qué sabermás? ¿Para pasar degrado? ¿Para agencia-rse credenciales?¿Para entrar al VIP?¿Para ampliar unrepertorio de vocab-los seductores?¿Para acomodarse ycuidar la “quintita”?¿O para reinterpretarlas propias interpretaciones, generarnuevas relecturas de la realidad y permi-tir que la escribamos entre todos?¿Cuáles son las funciones de losdocentes? ¿De qué nos tenemos quehacer responsables? ¿Estamos paracuidar blancas palomitas? ¿O somos losencargados de crear las condiciones paraun proceso de producción colectiva deconocimientos?¿Somos además camareros (de viandas ymeriendas), enfermeros (de golpes y ras-paduras), médicos de cabecera (de con-trolar vacunas, enfermedades, pediculo-sis y miopías), secretarias ejecutivas (desobres, asistencia, registros, comunica-ciones, documentos y constancias),madres y abuelas (de cariño, contencióny “educación en la convivencia democráti-ca”), asistentes sociales (del hambre ydel abandono) y hasta Reyes Magos (delDía del Niño, las vacaciones y algúncumpleaños)? ¿Será el proyecto que laescuela enseñe menos y se dedique mása contener?¿Merece un maestro cobrar lo que cobra?¿Es posible que el Estado pague en negrocasi la mitad de un sueldo? ¿Así financiasu proyecto de nación? ¿Es la docenciaun trabajo pensado para hacer en dobleturno? ¿Hay manera de no llegar a casa,encorvados y maltrechos, para dormir ysalir, enseñando entre los últimos sus-piros?¿Es el problema de la educación el dere-

cho a huelga? ¿Por qué hay que garanti-zar ciento ochenta o ciento noventa díasde clase? ¿Cuántos más días, mejor?¿Deben ser a toda costa, a como dé lugar,en cualquier condición? ¿Es eso la public-itada “inclusión”?¿Cómo propone el Estado resolver laemergencia educativa que deja sin mae-stros a los niños? ¿Qué hace por laapremiante falta de profesionales deapoyo a la enseñanza (maestras recuper-adoras, de apoyo, psicopedagogos, asis-

tentes sociales)? ¿Qué dice de lasuperpoblación de las aulas? ¿Sepuede enseñar y aprender digna-mente en salones con más decuarenta alumnos, hipocresíade un edificio guardaniños?¿Qué funcionario alimenta-ría a sus hijos con lasviandas que dan en lasescuelas? ¿Hay algúncriterio nutritivo ensu elaboración?¿Las escuelas soncomedores? ¿Sepuede estudiarmatemática entregajos de mandari-nas?

¿Por qué más horas de inglés y node plástica o de música? ¿Una lenguaextranjera enseña más que los lenguajesartísticos?¿Por qué se aumentan los subsidios a lasescuelas privadas? ¿Los intereses dequién se defienden?¿Por qué los maestros no participamos nien las decisiones ni en las discusionessobre la política educativa? ¿Acaso noestamos en condiciones intelectualespara hacerlo? ¿Nada tenemos para decir?Si los directivos desbordan de tareasadministrativas, ¿quiénes coordinan losaspectos pedagógicos? ¿Los directoresson gerentes? ¿Las escuelas son empre-sas?¿La competencia beneficia a los consum-idores? ¿Qué será la “oferta educativa”?¿Los alumnos son clientes? ¿La educaciónes una mercancía?Si hay cosas que no nos gustan, ¿cómolas podemos cambiar?Si bien estas preguntas están teñidas porla bronca, todas nacen de una clara ale-gría. Y de la convicción de cómo debecocinarse la tortilla. Porque lo cierto esque, en las escuelas públicas, se enseñay se aprende rotundamente mucho mejorque en cualquier otro lado. En ellas vivi-mos diariamente pariendo encuentros,festejos, letras y colores para todos.Porque la Escuela Pública es el únicocamino en el que cada cual contribuye aldestino del conjunto, peleamos para quecrezca y se multiplique.

del estado a la escuela.lo que nos pide y lo que nos da

horacio cárdenas /[email protected]

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14arte menor

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Imaginaerum - 2011 -Nightwish. Luego de la partida de Tarja Turunem, Nightwish pareció perder por momen-tos el rumbo. El componente lírico que le aportaba la soprano fue reemplazado por un viraje hacia el metal másclásico con la incorporación de Annete Olson, quien debutó en Dark passion play. En esa búsqueda en pos de laindependencia del componente lírico, se llegó a “Imaginarium”, un resultado casi lógico de su disco anterior. Sinembargo, la sinfónica de Londres no predomina en todos los cuadros, sino que deja lugar para que la banda des-pliegue el metal pesado del que tanto había dado cuenta en sus conciertos en vivo. Un disco donde lo circensetiene lugar, donde lo existencial se abre camino y en donde puede verse la continuidad y la ruptura de una agru-pación que siempre se reinventa sobre la base de los aciertos y errores de su historia. Pendular, claro, pero sin per-der su identidad.

The wedding album - 1993 -Durán Durán. ¿Qué pasa cuando la banda más glamorosa del pop de losochenta entra a una nueva década con un disco que no está a la altura de su historia? Lo más lógico del mundo:sus fans los defenestran. Sin embargo The wedding album es un trabajo que, mirado en retrospectiva, no desen-tona del todo con el pop de sintetizadores que propusieron unos años atrás. Tal vez el aggiornamiento no fuedel todo fructífero y tal vez sus fans ya no gustaban con las mismas ganas del hedonismo pretencioso vueltobalada, pero lo cierto es que el sonido de ese disco es una fiel postal de muchos sonidos que se volverían luga-res comunes de los noventa, y eso los coloca en el mismo pedestal donde comenzaron: en el de una banda quemarcó –le guste a quien le guste– la forma de ser popular y cool al mismo tiempo. Más maduros a fuerza de per-der proyección, los Durán Durán siguieron, y siguen, sacando discos buenos, bailables, sin novedades y eso nodeja nunca de ser una buena noticia.

Jeremias pies de plomo -1972- Vox Dei. Los fans deben haberse preguntado qué vendría después de “LaBiblia”, esa ópera rock basta y maravillosa. ¿Cómo seguir adelante luego de haber dado a luz la perfección? Y larespuesta no se hizo esperar: Vox Dei avanzó volviendo sobre sus pasos hacia un rock que aún hoy suena pesa-do, original, sin nada que envidiarle a bandas de la época como Deep purple, Black Sabbath o Led Zeppelin. Rock-blues-folk en estado puro, sin concesiones comerciales de ningún tipo y abandonando definitivamente el matizprogresivo que cubría sus dos discos anteriores. Veloz cuando debe serlo, tranquilo y romántico cuando lo exigela sensibilidad sobre la que está construido. Las voces de Willy Quiroga y Ricardo Soulé también reflejaron esaconstrucción, superponiéndose y complementando un trabajo que, con 40 años de historia sobre sí, sigue sien-do el ejemplo de cómo pasar de una etapa a otra sin traicionarse a uno mismo.

Yo estuve ahí -2001 -La Mississippi. ¿Cuándo se comprueba la coherencia (o la falta) de los propios actos?Cuando se hace un repaso y se enumera y se reordena y se da cuenta de eso ante otros. Por eso, cuando laque quizás es la mejor banda de blues nacional hizo el recorrido de sus cinco discos en un teatro Astros aba-rrotado, la audiencia comprobó que estaba ante una agrupación cuyas elecciones estéticas siempre fueron con-secuentes con el espíritu de un sonido que de tan foráneo se vuelve cercanamente barrial. Blues, rock de la viejaescuela, boogie, de los buenos, siempre nostálgicos pero nunca tristes. Un disco enormemente parejo, virtuo-samente ejecutado, con lo mejor de un repertorio que, por si fuera poco, cuenta con la voz en su mejor estadode Ricardo Tapia. Ningún péndulo chicos, siempre la misma línea de excelencia.

/Tan hoy como ayer

15cinco discos cinco

gustavo zanella / [email protected]

¿Cuál es la magia que nos encandila del Estado? ¿Por qué insistimosen pensarlo, en desearlo, en deplorarlo? Una vez instituido el pactosocial, no hay marcha atrás. Lo dijo ese viejecillo salvaje de Hobbesy tal vez Platón antes que él: solo puede substraerse de la influenciadel Estado un dios o una bestia. Ese pacto ─el Estado─ no fue fir-

mado por nadie, nadie fue consultado, nadie lo acordó. Esa es su ilusión pri-migenia: parecer natural. Los psicoanalistas dicen que se adquieren rasgos esquizoides cuando no seinstaura el nombre del padre, cuando no se introyecta el límite. ¿Será porqueSan Martín fue un padre ausente que el Estado no asume una identidad

homogénea? ¿Será que de chiquito lo dejaron matar a tanta gente que ahorano se banca hacerse cargo de todas sus deudas pendientes y las asume undía sí y otro no, como esos amantes fóbicos que dicen “te amo” para olvidar-lo en la mañana? Vayan los dioses a saber. Lo cierto es que no sabemos quéesperar para la próxima pantalla y es en esa angustia de políticas cotidianasdonde pedaleamos en falso cuanto nos toca proyectar. Por eso 5 discos 5 queconstruyen a futuro, que se plantearon a sí mismos como continuación de unpasado con la esperanza de ser consecuentes ante el porvenir, y en algún queotro caso hasta la pifiaron. Porque la coherencia hay que conjurarla y conju-garla, hoy, ayer y todas las veces que haga falta

Último bondi a finisterre -1998 - Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. ¡Cuánto odiaron sus fieles estedisco! Luego de nueve trabajos a puro rock inteligente para las masas, Patricio Rey vira hacia un sonido industrial,con sintetizadores, inesperado y lúdico. Se ha dicho –tal vez como parte del mito– que la intención de agregar soni-dos de juegos de video era una manera de acercar a los oyentes los sonidos que se veían llegar, como si esa ente-lequia que fue Patricio Rey fuese además un educador de los tiempos por venir. Tal vez sea mentira, pero ningunahistoria se construye sin un relato de futuros posibles, y en aquella ocasión Solari, Skay y compañía le dieron laespalda a su historia y proyectaron la dimensión en la que seguirían moviéndose y que los llevaría al indigno des-plome de su proyecto y de sus relaciones. A veces pasa.

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notas para pensar un estado invisible

La mayor parte de las notas periodísticas llama-das “de opinión” o “de análisis” suelen contarcon una estructura argumentativa sencilla. Sedescribe un problema, una situación, un conflic-to o un tema, se da una caracterización de este,

se recorren algunas opiniones importantes al respecto yse finaliza con la posición del autor. De forma más resu-mida, se plantea una hipótesis de lectura (no siempreexplícita), unas premisas y una conclusión. Esta nota,intenta violar cada uno de estos principios de forma deli-berada. En primer lugar, no analiza el tema o problemasobre el que trata, sino que lo construye a partir de gene-ralizaciones y afirmaciones poco rigurosas; en segundolugar, no aclara sus premisas ni expone argumentos; y entercer lugar, diluye la conclusión. Esto lo hace al invitar acada lector a investigar e inventar sus propias premisas ysus propias conclusiones, por lo tanto, la última transgre-sión es relacionar necesariamente esta nota con la que lesigue y con el futuro de sus lecturas.

A lo largo de los últimos cincuenta años, las discusionesy debates en las ciencias sociales han hecho colapsar yexplotar muchos tópicos y categorías centrales para elpensamiento social, político y cultural del siglo XX. Pen-semos por ejemplo en categorías centrales como la desujeto, la de cultura, la de representación, la de identi-dad, o en nuevos temas como la sustentabilidad ambien-tal, los modelos económicos extractivistas, los fenómenosmigratorios, los movimientos sociales, las nuevas confi-guraciones políticas, las culturas globales, la financiariza-ción de la economía mundial, entre muchos otros. Estastransformaciones no han sido solo de categorías teóricasy enfoques de análisis. El cambio de siglo, sus crisis yrebeliones, sus indicadores de pobreza y concentraciónde la riqueza, sus renovadas guerras por recursos natu-rales, las dictaduras y genocidios vigentes nos han obli-gado a empezar a trabajar en pos de un cambio, no sim-plemente de perspectiva, sino de intervención teórica-práctica en el mundo. Un cambio profundo de episteme apartir de la cual decodificar y transformar la realidad encurso.

En este contexto de transformación de las ciencias socia-les hay algunos tópicos que cuanto más se quieren supe-rar, con más fuerza parecen afincarse en nuestro pensa-miento, un caso paradigmático, sin lugar a dudas, es eldel Estado-nación. Desde el siglo XVIII hasta la actuali-dad la persistencia del Estado como uno de los ejes cen-trales del pensamiento histórico, social y político es inne-gable e inevitable. Más aún, en las recientes décadas, sehan multiplicado los enfoques, las perspectivas, los análi-sis críticos, los comparativos, los histórico-conceptuales, ymuchísimos otros; y justamente por la diversidad y la

complejidad de esta temática sería muy difícil atinar algu-nas ideas que resuman estos aspectos.

Me permito señalar alguno de los elementos centralespara el análisis del Estado en las ciencias sociales con-temporáneas: a) la cuestión de la soberanía, estado jurí-dico y muerte del soberano; b) la idea de territorio y terri-torialidad; c) las temporalidades del Estado (progreso,desarrollismo, evolución); d) uso legitimo/ ilegitimo de laviolencia (fuerzas para-policiales, ejércitos para-estatales,represión de la protesta social, lucha contra el terrorismo,privatización de la violencia; e) poderes transnacionales,desarticulación de las fronteras, relaciones global/ local;f) cultura nacional/ cultura global; g) éxodos urbanos,migraciones forzadas, extranjerismo, presencias foráneasen la nacionalidad; h) racionalidad del Estado, adminis-tración de los recursos materiales; i) institucionalidad,representación y gobernabilidad; j) derechos civiles,derechos sociales. Construcciones de la memoria nacio-nal, crímenes de lesa humanidad; k) imaginarios de per-tenencia, ciudadanía e identidad nacional; l) nuevas sub-jetividades políticas, movimientos sociales; etc.

Esta extensa, desordenada, mezclada y un poco confusaenumeración es justamente para mostrar la infinidad deformas de análisis y problemáticas en torno a las cualesse construyen y actualizan perspectivas actuales sobre elEstado. Frente a este panorama podemos preguntarnosqué tiene para aportar una perspectiva poscolonial/ pos-dictatorial sobre el Estado, qué registro o matiz tiene rele-vancia en estas perspectivas, en definitiva, que las distin-gue de las anteriormente enumeradas.

Teniendo en cuenta lo dicho al comienzo de esta nota, misugerencia para estas respuestas es muy simple, y enesa simpleza radica su virtud: el Estado no existe. El Esta-do es un Estado invisible. Por supuesto que con esta afir-mación no pretendo negar la existencia de todas y cadauna de las múltiples instituciones, políticas y programasestatales, lo que quiero señalar es que, en cada una delas temáticas y perspectivas antes mencionadas, el Esta-do se conceptualiza y piensa a través de una cosificación,de una objetivación determinada. Y en relación a esa defi-nición y determinación del Estado, se analizan efectos,imaginarios, discursos, prácticas, etc. Todo se ve en rela-ción con, atravesado por, en contraposición a, paralela-mente a, en disputa con..., el (un) Estado.

Frente a esta forma de comprensión, lo que sugiere milectura de algunas perspectivas poscoloniales/ posdicta-roriales es la posibilidad de pensar al Estado como untipo de relación que está presente en muchoslugares. Esa es la simpleza, hay relaciones (de poder/saber) que atraviesan y constituyen los ámbitos de la leyy el derecho, el territorio y la soberanía, la sexualidad y elgénero, la nacionalidad y la cultura, la ciudadanía y laidentidad, etc. etc. etc.; y en cada una de esas relacioneshay un tipo de Estado. O en otras palabras, cada una deesas múltiples y heterogéneas relaciones son las que defi-nen y conforman el Estado en cada una de sus infinitas“caras de Jano”. Analizar esas relaciones que trasciendenlos marcos y criterios académicos comunes permite pre-guntarnos por las conexiones entre el estado hoy y elestado en la dictadura, por citar un caso; nos permitenpensar las discriminaciones y racismos del siglo XVIII ylas actuales, y ver cómo aparecen y se configuran distin-tos tipos de estados en la continuidad y ruptura de esasrelaciones, nos permite preguntarnos cómo persisten,resisten y se transforman políticas emancipadoras y cómoepisódicamente confluyen con formas estatales de esasrelaciones. Visto el problema desde esta perspectiva,cualquier enumeración o determinación de elementospara estudiar el Estado a priori pierde toda relevancia. Suestudio queda enteramente abierto a la posibilidad de lasrelaciones que nosotros podamos construir para estudiar-lo y hacer aparecer su infinita y dispersa invisibilidad

manuel fontenla/ [email protected]

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(un breve delirio sobreteoría-política poscolonial)

ilustración: gonzalo Rodriguez [email protected]