CARACTERIZACIÓN Y USO DE HÁBITAT DEL VENADO COLA …
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CARACTERIZACIÓN Y USO DE HÁBITAT DEL VENADO COLA BLANCA
(Odocoileus virginianus) EN LA RESERVA FORESTAL PROTECTORA
DE RÍO BLANCO (CUNDINAMARCA – COLOMBIA)
ANA CAROLINA GARAVITO RIVERA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANAFACULTAD DE CIENCIASCARRERA DE BIOLOGÍA
Bogotá, D.C.Junio 20041
CARACTERIZACIÓN Y USO DE HÁBITAT DEL VENADO COLA BLANCA
(Odocoileus virginianus) EN LA RESERVA FORESTAL PROTECTORA
DE RÍO BLANCO (CUNDINAMARCA – COLOMBIA)
ANA CAROLINA GARAVITO RIVERA
TRABAJO DE GRADOPresentado como requisito parcial
para optar al título de
Biólogo
Jairo Pérez-Torres, Ph.D.Director
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANAFACULTAD DE CIENCIASCARRERA DE BIOLOGÍA
Bogotá, D.C.Junio 20042
Artículo 23 de la Resolución No. 13 de julio de 1946
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus
alumnos en sus trabajos de tesis. Solo velará porque no se publique nada
contrario al dogma y a la moral católica y porque las tesis no contengan ataques
personales contra persona alguna, antes bien se vea en ellas el anhelo de buscar
la verdad y la justicia”.
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CARACTERIZACIÓN Y USO DE HÁBITAT DEL VENADO COLA BLANCA
(Odocoileus virginianus) EN LA RESERVA FORESTAL PROTECTORA
DE RÍO BLANCO (CUNDINAMARCA – COLOMBIA)
ANA CAROLINA GARAVITO RIVERA
APROBADO
---------------------------------------Jairo Pérez- Torres, Ph.D.
Director
--------------------------------------- ---------------------------------------- Germán Jiménez, M.Sc. Camilo Peraza
Jurado Jurado4
CARACTERIZACIÓN Y USO DE HÁBITAT DEL VENADO COLA BLANCA
(Odocoileus virginianus) EN LA RESERVA FORESTAL PROTECTORA
DE RÍO BLANCO (CUNDINAMARCA – COLOMBIA)
ANA CAROLINA GARAVITO RIVERA
APROBADO
---------------------------------------- -------------------------------------------Angela Umaña Muñoz, M.Phil. Luz Mercedes Santamaría, M.Sc. Decano Académico Directora de Carrera
5
“ A Dios, a mi familia.
Especialmente a MPA“
6
Agradecimientos
A Dios, por ser Él quien me ha enseñado a maravillarme con Su creación. Es Él quien
me da la inspiración, la paciencia y la fortaleza para siempre ver más allá.
A mi familia, son ellos los que me aguantaron en esos momentos en que ni yo me
soportaba... espero que no hayan sido muchos!!! Especialmente a mi mamá, porque
tal es su dedicación que muchas veces sufrió conmigo y a mi papá porque a su
manera, siempre estuvo ahí.
A mi futuro esposo. Porque a pesar de que me dice “aún estás a tiempo” sé que se
siente orgulloso de lo hago y de lo que soy. Es él quien me ha mostrado que con amor
todo se puede.
A Andrew. Gracias... por todo!!!
A Jairo, por darme esta oportunidad y por saber cuándo es el momento de dar y
ayudar, pero también por saber observar y escuchar... y muchas veces exigir. Eso me
dio nuevas herramientas para defenderme en esta carrera y más que eso, en la vida.
A la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) por el financiamiento
de este trabajo.
A Mauricio, porque aunque muchas veces las cosas no salieron como quisimos,
siempre estuvo atento y paciente.
A mis incondicionales amigos: Adri, Dayane, las dos YJohas, Moni, Javi, Marco,
David, Ricardo, Eli, Cata. Rony y Ale, ustedes son mi píldora de la risa.
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A todos los integrantes del Laboratorio de Ecología de Poblaciones y Comunidades.
Créanme que cada vez que preguntaban por este trabajo, me daban nuevos ánimos.
A Andrea Noriega, por tratar de buscar siempre una solución. A Mady Quevedo por
su valiosa ayuda con los mapas.
A Mauricio y a Miguel, por permitirme consultar la colección del Herbario.
A Oscar y a “Chico” que más que guías, fueron compañía, fueron amigos. ¡¡¡Los
felicito por toda esa paciencia que tienen!!!
A Doña Carmen y toda su familia, porque con su cariño desinteresado y cada noche
de tertulia, me daban ánimos para continuar con el siguiente día.
A todos los habitantes de Mundo Nuevo y El Manzano, especialmente al grupo
ecológico “Las Cascadas”, por recibirme en sus hogares como si fuera una más de la
familia.
A los guardaparques de la reserva y del parque, especialmente a Elías, Heriberto,
Adriana y Carlos Lora por apoyarme cuando lo necesité.
Bogotá, D.C.
Junio 2004 8
TABLA DE CONTENIDO
Abstract
Resumen
1. Introducción...........................................................................................................1
2. Marco Conceptual.................................................................................................3
2.1. Áreas Naturales y Reservas Forestales..........................................................3
2.2. Consideraciones conceptuales sobre el uso de hábitat..................................4
2.3. El venado cola blanca: historia natural y antecedentes bibliográficos.......6
2.3.1. Distribución geográfica...................................................................................7
2.3.2. Requerimientos de hábitat..............................................................................7
2.3.3. Dieta y requerimientos de agua......................................................................8
2.3.4. Uso de hábitat.................................................................................................11
2.3.5. Dinámica poblacional....................................................................................13
2.3.6. El venado cola blanca en Colombia.............................................................16
3. Planteamiento del Problema y Justificación................................................18
3.1. Problema de Investigación............................................................................18
3.2. Preguntas e Hipótesis.....................................................................................18
3.3. Justificación....................................................................................................19
4. Objetivos.........................................................................................................21
4.1. Objetivo General............................................................................................21
4.2. Objetivos Específicos.....................................................................................21
5. Área de Estudio..............................................................................................22
5.1. Clima...............................................................................................................23
5.2. Cobertura vegetal...........................................................................................23
5.3. Fauna de la Reserva Forestal Protectora de Río Blanco............................24
5.4. Importancia hídrica, biológica y económica................................................25
5.5. Factores antrópicos y uso de la tierra..........................................................25
6. Materiales y métodos.....................................................................................27
6.1. Diseño de la Investigación.............................................................................279
6.2. Fase Exploratoria...........................................................................................27
6.3. Fase de toma forma y análisis de datos........................................................30
6.3.1. Caracterización de hábitat............................................................................30
6.3.2. Registro y/o colecta de rastros......................................................................34
6.4. Estimación de la abundancia relativa..........................................................35
6.5. Uso de hábitat.................................................................................................37
6.6. Esfuerzo de Muestreo y Éxito de Muestreo.................................................38
7. Resultados y Discusión .................................................................................42
7.1. Resultados.......................................................................................................42
7.1.1. Caracterización de hábitat............................................................................42
7.1.2. Colecta de rastros..........................................................................................52
7.1.3. Abundancia relativa......................................................................................55
7.1.4. Uso de hábitat.................................................................................................56
7.1.5. Éxito de Muestreo.........................................................................................57
7.2. Discusión.........................................................................................................60
7.2.1. Abundancia Relativa.....................................................................................60
7.2.2. Uso de Hábitat................................................................................................64
8. Conclusiones...................................................................................................71
9. Recomendaciones...........................................................................................72
10. Literatura citada............................................................................................73
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Resumen
El venado cola blanca (Odocoileus virginianus) es considerada una especie prioritaria
en conservación por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) en
el área de la Reserva Forestal Protectora (RFP) de las Cuencas de los ríos Blanco y
Negro (jurisdicción CAR). Sus poblaciones han sido afectadas por la caza
indiscriminada, la expansión de cultivos agrícolas y el pastoreo extensivo. Se
caracterizaron los hábitats principales de la reserva y se estimó la abundancia relativa
de la población presente. A través de métodos indirectos (conteo de rastros), de la
aplicación de un índice de abundancia relativa y del estimador estadístico Odds-
Ratio, se evaluó el uso que el venado hace de los hábitats en la reserva desde agosto
de 2003 hasta febrero de 2004. Se encontró mayor frecuencia de uso por parte de la
especie en el páramo y menor uso en los demás tipos de hábitats (bosque natural,
bosque secundario, pastizales y arbustales). La zona de páramo localizada en la RFP
de las Cuencas de los ríos Blanco y Negro (jurisdicción CAR) es usada por el venado
como zona de paso. Con el método de conteo de grupos fecales, se estimó la
densidad de la especie calculada en 2.14 x 10-5 venados/km2 y 2.8 x 10-5 venados/km2
y 1.1 x 10-4 venados/km2 en el páramo. Se discute la importancia de los hábitats
presentes en la reserva para la conservación y manejo del venado en la zona.
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Abstract
The white-tailed deer (Odocoileus virginianus) is considered a high-priority species
in conservation for the Regional Autonomous Corporation of Cundinamarca (“CAR”)
in the area of Protective Forestal Reserve (PFR) of the watersheds of the White and
Rlcak rivers (CAR jurisdiction). Its population has been affected by the excessive
hunting, the expantion of the agricultural cultivation and the extensive pasturing. The
principal habitats of the reserve were characterized and the relative abundance of the
present population was estimated. Through indirect methods (signs counting), of the
relative abundance index application and the Odds-Ratio statistical estimating, the
habitat use of white-tailed deer on the reserve since August of 2003 until February of
2004 was evaluated. It was found that the species had more use of the paramo than
that of other habitats (natural forest, secondary forest, pasture ground and shrub land).
The paramo zone located in the PFR of the watersheds of the White and Black rivers
(CAR jurisdiction) is used by the deer ass passing zone. With the counting of fecal
groups method, it was estimated the relative abundance of the species calculated in
2.14 x 10-5 deer/km2 and 2.8 x 10-5 deer/km2 and 1.1 x 10-4 deer/km2 on the paramo.
The importance of the habitats present on the reserve for the conservation and
management of the deer on the zone is being argued.
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1. Introducción
La Reserva Forestal Protectora de las Cuencas de los ríos Blanco y Negro (RFP de las
Cuencas de los ríos Blanco y Negro), específicamente el área bajo jurisdicción de la
Corporación Autónoma Regional de Cundinamacra (CAR), es un área de gran
importancia ecológica y biológica debido a que presenta áreas conservadas
representativas de ecosistemas naturales como el páramo y el bosque andino. La
importancia de esta reserva radica en que es un área de nacimiento y recarga hídrica
proporcionando agua a gran parte de la ciudad de Bogotá y a varios municipios
adyacentes (Bedoya y Méndez 2001).
Los recursos naturales con que cuenta la RFP de los ríos Blanco y Negro (jurisdicción
CAR), se encuentran bajo presión debido a las actividades antrópicas que se
desarrollan en esta zona. La ganadería de ladera, la agricultura tradicional y las
actividades extractivas como la tala indiscriminada y la minería, afectan
negativamente los recursos naturales de la reserva (Bedoya y Méndez 2001). Las
actividades humanas están deteriorando el área en términos de reducción de
nacederos de agua, destrucción de ecosistemas y alteración del estado de
conservación de las especies que alberga la reserva.
El principal problema para la fauna presente en la reserva (entre la que se encuentra el
venado cola blanca) es la pérdida de hábitat por la expansión de la frontera agrícola
hacia la zona de páramo. Estos cultivos están deteriorando la estructura y
composición natural de los bosques y páramo. A este factor se le suma la caza de
subsistencia o deportiva que ha sido prohibida en la zona, pero que se sigue
presentando (Bedoya y Méndez 2001).
En respuesta a esta problemática la CAR ha desarrollado un plan guía de manejo para
el área de la reserva bajo su jurisdicción, el cual tiene como objetivo principal, la
13
conservación y manejo de las especies de mamíferos presentes en la reserva que se
encuentran en estado de amenaza (Bedoya y Méndez 2001).
Una de las especies considerada como prioritaria para la conservación en la zona es el
venado cola blanca (Odocoileus virginianus, Zimmermann 1780; Bedoya y Méndez
2001). La importancia ecológica del venado cola blanca se debe a características
como el alto valor proteico de su carne, sus altas tasas de reproducción, su eficiencia
como herbívoro y dispersor de semillas y su velocidad de crecimiento (Valenzuela
1994). Además de que su condición de herbívoro lo constituye en una especie
indicadora del estado de conservación de la zona, ya que cualquier alteración de su
hábitat lo obliga a modificar su comportamiento (Ramos 1995).
El venado cola blanca se encuentra en el Apéndice III de CITES (Emmons y Feer
1999) y según PROCAM presenta algún grado de riesgo (Alberico y Rojas-Díaz
2002). En Colombia se han registrado dos subespecies de venado cola blanca: O.
virginianus tropicalis y O. virginianus goudotii (Brokx 1984). Alberico y Rojas-
Díaz (2002) reportaron que O. virginianus tropicalis es una subespecies que se
encuentra casi a nivel relictual en el Cañón del río Dagua y que está probablemente
extinta. Odocoileus virginianus goudotii, subespecie objeto de este estudio, puede
ser la única subespecie de venado cola blanca existente en Colombia y una de las
menos estudiadas en América.
El presente trabajo se encuentra enmarcado dentro del convenio establecido entre la
CAR y la Pontificia Universidad Javeriana que busca conservar y proteger la fauna de
la reserva (jurisdicción CAR). El objetivo de este trabajo fue determinar, por medio
de métodos indirectos (estudio de rastros), la abundancia relativa y las características
y el uso de hábitat del venado en la reserva (jurisdicción CAR). Lo anterior con la
finalidad de aportar información para el desarrollo del plan de manejo del área de la
reserva bajo jurisdicción de la CAR y de la fauna que ésta alberga.
14
2. Marco Conceptual
2.1. Áreas Naturales y Reservas Forestales
El objetivo principal de las áreas naturales protegidas es la conservación y protección
de los ecosistemas estratégicos que albergan (Bedoya y Méndez 2001). Un área
natural protegida es “una superficie de tierra y/o mar especialmente consagrada a la
protección y el mantenimiento de la diversidad biológica, así como de los recursos
naturales y los recursos culturales asociados y manejada a través de medios jurídicos
u otros medios eficaces” (Código Nacional de Recursos Naturales, Art. 204).
Las áreas naturales protegidas incluyen, entre otras, a los parques nacionales, los
santuarios de flora y fauna, las reservas forestales, y las reservas forestales
protectoras, dependiendo de su objetivo principal y del marco legal que las rodea. El
área natural protegida de interés en este estudio es la Reserva Forestal Protectora de
Río Blanco. Las reservas forestales protectoras, son áreas destinadas a la
conservación de bosques naturales o artificiales con la finalidad de proteger los
recursos que éstas contienen (Bedoya y Méndez 2001).
Durante muchos años, la zona geográfica que hoy constituye la Reserva Forestal
Protectora de Río Blanco estuvo sometida a la presión de la caza y a la expansión de
la frontera agrícola hacia la zona de páramo, lo cual produjo gradualmente el
deterioro de sus ecosistemas y con ello, de la fauna y la flora. Por esta razón se
declaró esta zona como reserva forestal protectora, además por su importancia hídrica
y biológica, se prohibieron los usos agropecuarios, industriales, urbanísticos, mineros,
institucionales y actividades como tala, quema, caza y pesca (Bedoya y Méndez
2001). Aunque algunas de estas actividades ya no se practican y otras se desarrollan
con menor intensidad, se conoce muy poco acerca del estado actual de conservación 15
de los ecosistemas y de las poblaciones de animales presentes. Por ello la
Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) desarrolló el Plan Guía de
Manejo de la Reserva de Río Blanco dentro del que propone estudiar las poblaciones
de mamíferos que se encuentran en la zona (Bedoya y Méndez 2001).
2.2. Consideraciones conceptuales sobre el uso de hábitat
El estudio de la dinámica poblacional de cualquier especie animal, sobre todo si se
relaciona con su conservación, requiere también el estudio del hábitat donde la
especie está presente. Cuando una especie se presenta dentro de un hábitat
determinado se dice que esa especie está usando dicho hábitat y para ello, las
investigaciones ecológicas involucran la descripción de patrones de distribución y
abundancia de los organismos (Hulbert et al. 1996; Walker et al. 2000). Los estudios
del hábitat involucran la descripción de elementos como el uso, la selección y la
preferencia, los cuales serán explicados a continuación.
El concepto de hábitat es uno de los más ambiguos y usados en ecología.
Dependiendo del concepto, de la escala y de las condiciones específicas de la especie
objeto de estudio, el hábitat es usado para representar bioma, ecosistema, comunidad,
parche de forrajeo o mosaico espacial (Morris 2003). En términos generales se ha
definido el hábitat como un área ocupada por un organismo porque presenta los
recursos y las condiciones necesarias para su reproducción y sobrevivencia
(Krausman 1999). Es decir, el hábitat representa el conjunto de los recursos
específicos que un organismo necesita (Mandujano 1994). Los estudios del hábitat
involucran la descripción de elementos como el uso, la selección y la preferencia los
cuales serán explicados a continuación.
El uso de hábitat es la manera en que el animal emplea los recursos físicos y
biológicos presentes en el hábitat; esto incluye alimento, cobertura, agua y 16
requerimientos especiales (Litvaitis et al. 1994). El uso de hábitat involucra otros
conceptos como selección, disponibilidad, calidad y preferencia de hábitat, los cuales
inciden en diferente medida sobre la decisión de un organismo de usar o no un hábitat
(Krausman 1999).
La disponibilidad de hábitat es el acceso a los componentes físicos y biológicos que
tiene un animal dentro de su hábitat y usualmente se cuantifica como una medida a
priori o a posteriori de la abundancia del recurso en un área usada por el animal. La
selección del hábitat es un proceso jerárquico donde el animal escoge un hábitat para
usarlo en alguna actividad específica. Como consecuencia de la selección del hábitat,
se presenta un uso desigual de unos recursos sobre otros; esto es lo que se conoce
como preferencia de hábitat. Finalmente, la calidad del hábitat es el aporte del medio
al proveer las condiciones necesarias para la persistencia de los individuos y las
poblaciones (Krausman 1999).
Los estudios sobre uso de hábitat se centran generalmente en una especie en
particular, ya que cada una por generalista que sea, tiene necesidades específicas de
hábitat. De esta manera la distribución y la abundancia de la especie estará limitada
por la cantidad, calidad y heterogeneidad del hábitat disponible (Mandujano 1994).
El venado cola blanca es considerada una especie muy adaptable y próspera que
puede sobrevivir en casi cualquier asociación ecológica debido a que es generalista en
su dieta. También es considerada la especie más importante en términos económicos
y ecológicos en Norteamérica, por el potencial cinegético que ofrece (Teer 1994).
Sin embargo, en países como Colombia, a pesar de su potencial, es poca la
información que se conoce sobre las poblaciones de venado cola blanca. Esta especie
fue escogida porque es una de las especies prioritarias en conservación para la CAR.
17
2.3. El venado cola blanca: historia natural y antecedentes bibliográficos
El venado cola blanca pertenece al orden Artiodactyla, suborden Ruminantia, familia
Cervidae y subfamilia Odocoileinae. La mayoría de autores reconocen más de 30
subespecies de Odocoileus virginianus en Norte y Centro América y ocho
subespecies adicionales en Sudamérica (Smith 1991).
El venado cola blanca presenta un pelaje de color café, pardo, rojizo o gris sobre el
lomo y un pelaje de color blanco en el vientre, debajo de la cola, alrededor de los ojos
y en la región interior de las patas (Hatter y Harcombe 2000). Los machos adultos
pesan entre 90 y 135 kilogramos, mientras que las hembras pesan entre 20 y 40%
menos; dentro de las subespecies el peso puede variar hasta un 30% (Smith 1991).
Los machos de venado cola blanca presentan una cornamenta que se cae y crece cada
año; esta cornamenta presenta astas que crecen desde la cima de la cabeza y cada una
de las astas se ramifica presentando varias puntas. Los macho viejos siempre
presentan más ramificaciones en su cornamenta, aunque el número de puntas no es
una medida de la edad (Hatter y Harcombe 2000).
En estado silvestre viven cerca de cuatro o cinco años, y en cautiverio pueden llegar a
vivir hasta 20 años (Linzey y Brecht 2002). Aunque el venado cola blanca es el
animal de caza más importante en América aún así, demuestra su persistencia
soportando la cacería excesiva y la modificación del hábitat (Starker 2000). Es esta
particularidad lo que ha motivado a muchos científicos a estudiar al venado cola
blanca, además de que esta especie presenta un alto valor proteico de su carne, altas
tasas de reproducción, es eficiente como herbívoro y dispersor de semillas y presentes
altas velocidades de crecimiento (Valenzuela 1994). A continuación se presentan
aspectos relacionados con la historia natural y ecología del venado cola blanca como
su distribución geográfica, requerimientos de hábitat, dieta, dinámica poblacional y
uso de hábitat. 18
2.3.1. Distribución geográfica
El venado cola blanca tiene la distribución más amplia de todos los cérvidos del
Nuevo Mundo (Teer 1994). Se encuentra desde el estado de Alaska hasta el norte de
Sudamérica y se presenta tanto en hábitats naturales como en sitios donde se
encuentra en estrecha relación con el hombre, su agricultura e industria (Masters et al.
1990; Teer 1994). En Sudamérica el venado cola blanca se distribuye en Colombia,
Venezuela, Ecuador y Perú (Masters et al. 1990; Teer 1994; Starker 2000),
encontrándose desde el nivel del mar hasta los 3500 metros (Pérez-Torres y Correa
1996). Aún cuando se considera que el venado cola blanca es una especie
generalista, adaptable y con un amplio rango de distribución, es importante conocer
los factores que la limitan y los elementos que permiten su permanencia en un lugar
determinado. Esto es lo que se llama requerimientos de hábitat.
2.3.2. Requerimientos de hábitat
El venado cola blanca necesita principalmente tres elementos para su reproducción y
sobrevivencia: 1) cobertura vegetal, 2) alimentación y 3) agua (Masters et al. 1990).
El área de habitación de cada venado o grupos de venados incluye áreas para abrigo y
protección y áreas apropiadas de alimentación, así como fuentes de agua que son
importantes sobre todo en épocas de sequía. Si alguna de estas condiciones llegara a
faltar, el venado cambia de área temporal o permanentemente (Starker 2000).
La cobertura vegetal debe proveer al venado de protección contra el clima y los
depredadores (incluyendo al hombre). La cantidad de cobertura protectora requerida
por el venado varía de acuerdo a la densidad y al tamaño de las plantas leñosas y
herbáceas y de la topografía; por ejemplo, en un país montañoso, un venado necesita
menos cobertura que en un país plano (Masters et al. 1990).
19
La alimentación es el elemento más inestable en el hábitat del venado cola blanca.
Un venado de 75 kilos que se encuentre en buenas condiciones necesita consumir en
promedio 6 kilos de material vegetal por día. Los hábitos de alimentación y los
estudios de preferencia indican que el venado puede consumir más de 100 especies de
plantas diferentes en una misma localidad. Sin embargo, no todas las plantas que
crecen dentro del rango de acción de un venado, son alimento para el mismo. El
venado cola blanca es un herbívoro selectivo en lo que se refiere al consumo de las
plantas, escogiendo aquellas partes vegetales que le aportan la mayor cantidad y
calidad de nutrientes (Masters et al. 1990).
Aún cuando el hábitat del venado cola blanca cuente con la cobertura y la
disponibilidad de alimento que éste necesita para sobrevivir y reproducirse, es
necesaria la presencia de cuerpos de agua, ya que la presencia o ausencia de estos,
pueden afectar notablemente las actividades diarias de los venados. Aunque también
es cierto que los venados tienen la habilidad de sobrevivir largos periodos
consumiendo únicamente el agua encontrada en la vegetación suculenta, los sitios que
presentan fuentes de agua son con frecuencia los centros del rango de hogar de los
venados. Los requerimientos de agua varían dependiendo del sexo y la condición en
que se encuentran los individuos, de manera que son particularmente mayores para
las hembras que se encuentran lactando y durante las épocas de sequía (Masters et al.
1990).
2.3.3. Dieta y requerimientos de agua
El venado cola blanca es un herbívoro que consume una gran cantidad de especies
vegetales, y tiene la capacidad de seleccionar el tipo y las partes de las plantas que va
a consumir, lo que refleja que el venado presenta una gran plasticidad en términos de
sus requerimientos nutricionales (Masters et al. 1990; Teer 1994; Starker 2000). El 20
venado incluye en su dieta brotes y hojas tiernas, pastos, hierbas y frutos,
seleccionando las plantas o sus partes más nutritivas o digeribles (Teer 1994;
Hernández et al. 2001) que en su mayoría consiguen en los rastrojos o bosques
abiertos (Borrero 1967). Es por ello que muchas plantas arbustivas constituyen más
del 50% de la dieta del venado cola blanca, aunque en la época de lluvias las hierbas
ocupan un lugar importante cuando un gran número de especies de este estrato
aparecen (Gallina et al. 1981). La razón por la que los venados seleccionan plantas
ricas en contenidos celulares de rápida fermentación, fácilmente digeribles y
nutritivos, es porque presentan un rumen pequeño en relación con su tamaño corporal
y necesitan compensar su menor capacidad rumino reticular con alimentos de alta
calidad (Arceo et al. 1998).
Existen muy pocos estudios sobre hábitos alimentarios del venado cola blanca en
hábitats tropicales. Dentro de esos estudios se encuentra el de Arceo et al. (1998)
quienes encontraron 178 especies vegetales que constituían la dieta del venado cola
blanca en un bosque tropical caducifolio de Jalisco (México), de las cuales, las
familias preferidas fueron Convolvulaceae y Malvaceae en la época húmeda,
Convolvulaceae, Malvaceae y Sterculiaceae en la época de transición y
Convolvulaceae en la época seca.
Se sabe que los venados seleccionan las partes vegetativas de las plantas en un 86%,
los arbustos y enredaderas en un 50 y 35% respectivamente, y las plantas perennes en
un 87% (Arceo et al. 1998). Adicionalmente, Mandujano y Gallina (1994)
observaron que durante la época de sequía en un bosque tropical caducifolio de
México, el venado consumía frutos de varias especies arbóreas como Ficus sp.,
Brosimum alicastrum, Sideroxylon capiri, Opuntia excelsa y Sideroxylon
purpurea; las dos últimas especies se destacan por su alto contenido de agua.
Mandujano et al. (1994) encontraron que los valores de proteína cruda y extracto
libre de nitrógeno fueron mayores en un bosque caducifolio, que a la vez fue más 21
usado, que un bosque subperennifolio, durante la época de sequía y de lluvia en un
bosque tropical de México; se asumió que a mayor cantidad de estos componentes las
plantas tenían mayor valor nutricional para los venados. Adicionalmente,
encontraron que el 23% de la biomasa foliar total del sotobosque del bosque
caducifolio (2-12 g/m2) estaba constituida por las especies vegetales que el venado
consumía, mientras que para el bosque subperennifolio, la biomasa de las especies
que consumía el venado estaban constituidas por un 9% (1-10 g/m2) de la biomasa
foliar total.
En correspondencia con los resultados encontrados por Mandujano et al. (1994),
Silva-Villalobos et al. (1994) encontraron que el venado consumía especies vegetales
con mayor contenido de proteína cruda (11.4-17%), extracto libre de nitrógeno (48.9-
49.2%) y polifenoles totales (2.5-3.0%) y con menor cantidad de fibra cruda (21.0-
27.2%). Así mismo, los venados tendían a seleccionar las especies con mayor índice
de calidad (proteína + extracto libre de nitrógeno / fibra) que para este estudio osciló
entre 2.22 y 3.14%.
En la dieta del venado cola blanca también debe considerarse el consumo de agua, ya
que ésta continuamente se pierde del cuerpo y debe ser reemplazada para que el
animal mantenga su balance hídrico. Si la pérdida es mayor que la ganancia,
entonces el venado entrará en estrés fisiológico pudiendo morir si no satisface sus
requerimientos (Mandujano y Gallina 1994).
Mandujano y Gallina (1994) estimaron que la demanda individual de agua mínima y
máxima era de 1.9 y 3.9 litros/día para venados adultos, 1.4 y 2.8 litros/día para
juveniles y 0.8 y 1.7 litros/día para cervatillos, respectivamente. La demanda diaria
de agua para toda la población de venados en época de lluvias, se estimó en un
mínimo de 0.2 l/ha y en un máximo de 0.4 l/ha, mientras que la demanda para la
población durante la época seca, se estimó en un mínimo de 5 l/ha y en un máximo de
12 l/ha. Los autores concluyeron que durante la época húmeda los venados pueden 22
satisfacer sus necesidades bebiendo agua de los arroyos, de charcas, del rocío y de la
contenida en las plantas o en los frutos, mientras que en la época seca, consumen
especies vegetales con alto contenido de agua, así como frutos de varias especies
arbóreas como Sideroxylon purpurea. En época de sequía, los venados también
pueden llegar a ajustar sus patrones actividad, ya que la acumulación del rocío
alcanza su máximo unas horas antes del amanecer.
Anteriormente se ha descrito que la disponibilidad de alimento y agua y el tipo de
cobertura que se encuentren en un tipo de hábitat específico, van a determinar que el
venado seleccione uno u otro hábitat, ya que las especies siempre buscan satisfacer
sus necesidades básicas para lograr su sobrevivencia y reproducción. No todos los
hábitats satisfacen los requerimientos necesarios para el desarrollo de los venados
cola blanca, pero éste se caracteriza por ser una especie generalista, adaptable a
muchas condiciones ecológicas y que prefiere los hábitats que presentan un mosaico
de vegetación si estos se encuentran disponibles. Es por ello que se debe revisar más
a fondo el uso que el venado cola blanca da a diferentes tipos de formaciones
vegetales, ya que esta especie puede encontrarse desde regiones semiáridas, hasta
bosques lluviosos ecuatoriales (Smith 1991).
2.3.4. Uso de hábitat
Los requisitos de hábitat del venado cola blanca son satisfechos prácticamente en
cualquier asociación ecológica, incluyendo praderas, sabanas, montañas, bosques
deciduos, bosques de coníferas y bosques tropicales, desiertos y aún en plantaciones
forestales asociadas con terrenos agrícolas (Harlow 1984; Masters et al. 1990;
Danields 1991; Teer 1994; Starker 2000). A pesar de ello, los venados seleccionan
los hábitats que ocuparán en función de sus requerimientos de alimento, cobertura y
agua, reflejando su intento por satisfacer todas esas necesidades (Gallina 1994a).
Como un ejemplo de ello, se encontró que el venado utiliza las coberturas vegetales 23
de forma diferente según sus necesidades: matorrales y bosques densos para
protección y bosques arbustivos para alimentación (Starker 2000).
Sanders (1963) encontró que el venado cola blanca habitó la comunidad uña de gato-
chaparral y mezquita-chaparral en el sur de Texas, pero prefiere ésta última,
posiblemente influenciado por factores medioambientales. Correa-Viana (1994)
encontró que los venados emplearon la sabana y el matorral para descansar y comer y
los bosques de galería y semideciduos como escondite, refugio, dormideros y para
algunas actividades reproductivas en Venezuela. En México, Gallina (1994a)
encontró que los sitios preferidos por los venados son planos y presentan mayor
diversidad y biomasa vegetal, lo que está directamente relacionado con la
disponibilidad y variabilidad del alimento, también con una baja densidad arbórea y
el área basal de los árboles alta (1800 cm2). Contrario a los resultados de Gallina
(1994a), Galindo-Leal et al. (1994) encontraron que los venados tuvieron preferencia
por los hábitats con cobertura densa y evitaron los abiertos, de manera que en este
caso, la selección de hábitat estuvo fuertemente influenciada por los hábitos de
ramoneo y la necesidad de cobertura para protección.
No sólo la cobertura afecta la selección del hábitat, el tiempo también es un factor
que influye en su selección, ya que las condiciones del hábitat pueden ser variables
temporalmente. Bello et al. (1998) encontraron en México que el uso de las
asociaciones vegetales varía entre sexos, épocas y años; así la asociación de Acacia-
Prosopis fue la de mayor uso a lo largo del año y por ambos sexos, pero la asociación
de Acacia-Celtis era preferida en la época post-reproductiva y de crianza por las
hembras. Los machos evitaron las zonas con cobertura densa y prefirieron las zonas
abiertas, coincidiendo con lo encontrado por Gallina (1999a).
Kie y Bowyer (1999) indicaron que la selección del hábitat por parte del venado cola
blanca está condicionada por la densidad poblacional, la competencia intraespecífica
y la predación. Estos autores encontraron que, los machos seleccionaban la 24
asociación vegetal chaparral-pasto más fuertemente a altas densidades que a
densidades moderadas debido a que esta comunidad presentó mayor cobertura de
protección que otras asociaciones. Las hembras, seleccionaban esta misma
asociación en cualquier época sin importar la densidad poblacional. Adicionalmente,
las hembras con crías preferían esta asociación porque el riesgo de depredación de los
cervatillos era mayor en los hábitats abiertos.
El venado cola blanca no solamente se ha adaptado a varias condiciones ecológicas
naturales, sino también a nuevos hábitats creados por la intervención y la presencia
humana. Grund et al. (2002) encontraron que la adaptación de los venados a
ambientes urbanos, es posible por la reducción del tamaño del rango de hogar y por el
uso de hábitats propios de paisajes urbanos, como vecindarios residenciales.
La utilización de los diferentes tipos de hábitats, urbanos o rurales, está influenciada
por la presencia y ausencia de los requerimientos que necesita el venado para
sobrevivir y reproducirse, pero también por otras condiciones intra o interespecíficas
como la depredación y la competencia intraespecífica. Estos factores hacen parte de
lo que se conoce como la dinámica poblacional de la especie y los elementos que la
conforman son los que permiten un primer acercamiento sobre el estado de
conservación de la población (INRENA 2003).
2.3.5. Dinámica poblacional
La dinámica de cualquier población animal es una función de la densidad
poblacional, la abundancia, la estructura de edad, la proporción de sexos y la tasa de
crecimiento. Estos parámetros cambian con el tiempo y algunas veces no es posible
evaluarlos todos ni sus interacciones. Cuando esto pasa es necesario evaluar los
parámetros más importantes (por ejemplo la densidad poblacional) para producir el
mejor programa de manejo posible (Ezcurra y Gallina 1981).25
Para lograr una aproximación de la abundancia y la densidad de los individuos que se
encuentran en un área determinada, es necesario emplear métodos directos o métodos
indirectos de muestreo. Los métodos directos consisten en el conteo de los
individuos por avistamientos mediante el recorrido de transectos lineales o por medio
de radioseguimiento. Los métodos indirectos incluyen el conteo de indicios que
dejan los animales y que reflejan las actividades que está desarrollando el animal en
la zona (Hayne 1984; Braza et al. 1994).
El venado cola blanca deja rastros como huellas, excretas, senderos, dormideros y
comederos, entre otros Para las huellas se debe tener en cuenta que, por lo general,
sólo se marcan dos (los centrales) de los cuatro dedos que presentan las extremidades
del animal (Anexo 1). Los otros dos dedos sólo aparecen cuando el venado corre,
salta, camina sobre un terreno suave o de bajada sobre una pendiente fuerte. Las
huellas de las patas y de las manos, son del mismo tamaño y miden entre 5-6.5 cm de
largo y 3-5 cm de ancho. Las huellas se encuentran generalmente sobre caminos
hechos por el hombre o en cualquier zona donde el sustrato presente las condiciones
adecuadas para que queden impresas (Aranda 2000).
Los senderos pueden ser identificados por presentar huellas y grupos fecales sobre
ellos (Anexo 1), pero no necesariamente la presencia de una huella indica la presencia
de un sendero y viceversa. Los dormideros pueden encontrarse en áreas con
vegetación tupida y desde donde se pueda escuchar bien. Los comederos se
identifican como plantas ramoneadas o lugares que se observan desprovistos de
follaje o con las cortezas mordidas hasta una altura de 1.5 m. Cuando las astas de los
venados machos finalizan su desarrollo, el terciopelo que las cubre se seca y se cae.
En esta época los venados frotan su cornamenta contra los troncos de árboles y
arbustos, dejando la corteza raspada a unos 50 cm de altura desde el nivel del suelo
(Aranda 2000).
26
El excremento del venado cola blanca o grupos fecales, son bolas de material vegetal
de tamaño y forma variable que rara vez superan 1.5 cm de largo (Anexo 1). Estas
excretas pueden aparecer sueltas o compactas en un grupo de tamaño variable y
pueden ser encontradas en cualquier sitio, aunque con mayor frecuencia sobre los
senderos, en zonas de alimentación, pero no sobre los caminos hechos por el hombre,
a menos de que éste sea poco transitado (Aranda 2000).
El conteo de excretas ha sido el método indirecto más empleado para realizar censos
de venados, debido a que presenta algunas ventajas que no tienen otros métodos. Por
ejemplo, es un registro persistente en el tiempo que no depende de la actividad
recurrente del venado y puede permanecer a pesar de la presencia del observador y en
ocasiones, de las condiciones del ambiente (Eberhardt y Van Etten 1956; Gallina
1981; Loft y Kie 1988). Además con el conteo de los grupos fecales se puede
cuantificar la tasa de defecación de los venados, la cual se expresa como número de
grupos fecales que deposita un individuo en un día; Eberhardt y Van Etten (1956)
encontraron que las tasas de defecación oscilan entre 12.4 y 13.0 grupos
fecales/individuo/día, siendo 12.7 grupos fecales/individuo/día el promedio y el valor
encontrado por un mayor número de autores. Gallina (1994b) indicó que por lo
menos para las poblaciones de venados mexicanas, la tasa de defecación con que se
debe trabajar es 12.7 grupos fecales/individuo/día.
Empleando el conteo de grupos fecales como método indirecto para obtener la
abundancia de venados en un área determinada, se han realizado estudios como los
siguientes. Galindo-Leal (1993) determinó que las densidades promedio más altas en
Texas y Canadá se encontraban en matorral-pastizal con menos de 20 individuos/km2.
Mandujano y Gallina (1993) encontraron un total de 177 venados en 418 km de
transectos recorridos durante un estudio realizado en un bosque tropical de Jalisco.
Mandujano y Gallina (1995) encontraron 11.0 venados/km2 mediante observaciones
directas, 1.6 venados/km2 por medio del conteo de rastros (huellas) y 27.6 27
venados/km2 mediante el conteo de grupos fecales en un bosque seco tropical.
Mandujano y Gallina (1996) contabilizaron un total de 508 venados a lo largo de 756
km de recorrido en un bosque tropical seco en México. Gallina (1994b) encontró que
el promedio de densidad desde 1977 hasta 1986 para el venado cola blanca en la
Reserva de la Biosfera de Michilía (México) fue de 2.1+/-0.027 venados/km2 (369+/-
50 venados). Ahumada et al. (1998) contabilizaron cuatro venados de manera directa
y siete de forma indirecta en 1.29 km2 en la Sierra de Navachiste. Por otra parte
Mandujano et al. (1994) observaron 542 individuos en 766 km2 en un bosque tropical
caducifolio. Galindo-Leal et al. (1994) encontraron mayores densidades de venados
en un bosque denso con respecto a un bosque abierto y en un matorral de manzanita
con respecto a uno de manzanita con encinos en la Reserva de la Biosfera La Michilía
(Durango, México). Valenzuela (1994) estimó una densidad promedio de 4.83+/-
0.98 venados/km2 en el Cerro de San Miguel (México).
2.3.6. El venado cola blanca en Colombia
En Colombia el venado cola blanca se encuentra en sabanas y bosques abiertos de la
Orinoquía, Amazonas, planicies del Caribe desde Córdoba hasta la Guajira en
bosques hidrotropofíticos y manglares, piso cálido del alto Magdalena, Tolima,
Cundinamarca y Huila, Valle del río Dágua, piso térmico frío y páramo de la
cordillera central, oriental y Andes de Nariño (Pérez.Torres y Correa 1996).
A nivel nacional sólo se ha realizado un estudio acerca de la dieta y el uso de hábitat
del venado cola blanca en el Parque Nacional Natural Chingaza (Ramos 1995). Los
resultados muestran que el venado consumía una gran diversidad de especies
vegetales (diversidad máxima= 0.96) y que es generalista en cuanto a la dieta
(Shanon= 1.43). Además consume más especies vegetales durante la época de lluvia
(Bidens andicola, Holcus lanatus, Trofolium repens y Taraxacum officinale, por
ejemplo) que durante la época seca. 28
En cuanto al uso de hábitat, se encontraron cuatro tipos de rastros (excremento,
huellas, dormideros y senderos), en su mayoría localizados en sustratos húmedos o
pantanosos (42%), seguido de lugares abiertos y en una frecuencia muy baja en
lugares cerrados (2%). El venado mostró menor actividad en áreas cercanas a zonas
cerradas y de bosque, seguido por las zonas abiertas con cuerpos de agua como ríos y
quebradas y hubo una mayor actividad en lugares con una intervención humana
media a alta debida a pastoreo y carreteras principalmente. El venado prefiere
hábitats localizados a cualquier rango de altura donde se encuentran preferiblemente
los cuatro estratos de vegetación (arbóreo, arbustivo, herbáceo y rasante) y existe
disponibilidad de agua.
La intervención humana no afectó la permanencia del venado en los diferentes
hábitats; la característica limitante para la permanencia de la especie en un
determinado lugar fueron la ausencia de agua disponible junto con la existencia de
algún tipo de intervención. Tampoco se presentó actividad del venado en hábitats de
subpáramo donde no existe el estrato arbóreo aunque sí cuerpos de agua, así como en
lugares donde no hay agua aunque sí estrato arbóreo; no hubo actividad en las zonas
de explotación de la tierra (Ramos 1995).
Ramos (1995) concluyó que los hábitats más adecuados para el desarrollo y
sobrevivencia del venado cola blanca, son los que presentaron poca pendiente, zonas
abiertas con parches de bosque, bastante disponibilidad de agua y un mosaico de
vegetación debida a la presencia de los cuatro estratos.
La mayor parte de los estudios de venado cola blanca se han desarrollado en Estados
Unidos y México. Hay muy pocas investigaciones en Sudamérica y para Colombia
no se ha publicado ningún trabajo. Las investigaciones mexicanas han mostrado que
los venados seleccionan los hábitats dependiendo de las condiciones climáticas, de la
29
zona e incluso del sexo, sin haber encontrado un único patrón de selección y/o uso del
hábitat.
3. Planteamiento del problema y justificación
3.1. Problema de investigación
El problema más importante en la RFP de los ríos Blanco y Negro, jurisdicción CAR,
es el mal uso que se le ha dado a los ecosistemas y la fauna que ésta alberga. Esto ha
traído como consecuencia la reducción de la biodiversidad, la pérdida de suelos
agrícolas, el agotamiento de fuentes hídricas y la transformación de las coberturas
vegetales. La fauna presente en la reserva se ve afectada directa e indirectamente,
debido a la disminución de sus poblaciones sometidas a la caza indiscriminada y/o a
la pérdida de hábitat por causa de la expansión de la frontera agrícola. Una de las
especies prioritarias en conservación es el venado cola blanca porque no solamente es
cazado por los pobladores de la región (Bedoya y Méndez 2001), sino que además
puede estar forzado a modificar su comportamiento por la alteración de su hábitat
(Ramos 1995).
El conocimiento de aspectos ecológicos del venado cola blanca, como su abundancia
relativa y el uso de hábitat, aporta información importante para apoyar los planes de
conservación de la especie, a través del mantenimiento de las coberturas vegetales
empleadas por el venado para su subsistencia. Valorar estas coberturas en términos
del uso y la preferencia que el venado tiene de ellas, permitirá determinar prioridades
para su conservación, ya que en ellas encuentra los requerimientos necesarios para su
reproducción y sobrevivencia.
3.2. Preguntas e Hipótesis
30
1. ¿Qué características presentan cada uno de los hábitats que hay en la RFP de
las Cuencas de los ríos Blanco y Negro, jurisdicción CAR?
2. ¿Cómo es la abundancia relativa del venado cola blanca en cada hábitat en la
reserva (jurisdicción CAR)?
Hipótesis nula: la abundancia relativa del venado es igual en todos los hábitats.
Hipótesis alterna: la abundancia relativa del venado es diferente en al menos un
hábitat.
3. ¿Cómo es la frecuencia de uso de hábitat del venado cola blanca en la reserva
(jurisdicción CAR)?
Hipótesis nula: la frecuencia de uso de hábitat del venado cola blanca es igual.
Hipótesis alterna: la frecuencia de uso de hábitat del venado cola blanca es
diferente en al menos uno de los hábitats.
4. ¿El venado cola blanca usa de igual forma los hábitats presentes en la reserva
(jurisdicción CAR)?
Hipótesis nula: la forma en que el venado usa los hábitats es igual.
Hipótesis alterna: la forma en que el venado usa los hábitats es diferentes en al
menos uno de los hábitats.
3.3. Justificación
El objetivo principal planteado en el Plan Guía de Manejo de la RFP de los ríos
Blanco y Negro (jurisdicción CAR), es “asegurar la conservación de la biodiversidad
y la oferta del recurso hídrico que brinda la reserva para el beneficio ambiental
regional a través de la creación de alianzas estratégicas con actores institucionales y
comunitarios” (Bedoya y Méndez, 2001). Respondiendo a esto y a un interés
particular, este trabajo se enmarcó dentro del convenio entre la CAR y la Pontificia 31
Universidad Javeriana con la finalidad de conocer aspectos bioecológicos del venado
cola blanca (abundancia relativa y uso de hábitat) que aporten información necesaria
para el correcto desarrollo de un plan de manejo de la reserva y de la especie.
Con esta finalidad es importante resaltar que el correcto desarrollo de un plan de
manejo de fauna silvestre, debe tener en cuenta aspectos como la distribución de la
especie de interés, datos de densidad y abundancia de la población o poblaciones en
cuestión indicando la metodología de los censos, descripción de las tendencias
poblacionales (dimensiones y tasas), descripción del hábitat, datos de migraciones si
es el caso y el estado actual de amenaza de la especie (INRENA, 2003). Este trabajo
no sólo permitió conocer la abundancia relativa y el uso de hábitat del venado cola
blanca en la reserva, sino que además aportó una descripción de los hábitats presentes
en la zona de estudio en términos de la cobertura vegetal.
La importancia de este estudio es mayor si se considera el potencial cinegético del
venado cola blanca, ya que es una especie con una gran importancia ecológica (alto
valor proteico de su carne, altas tasas de reproducción, eficiente dispersor de semillas;
Valenzuela 1994, indicador del estado de la zona; Ramos, 1995) que puede llegar a
ser explotada para el aprovechamiento humano sin amenazar sus poblaciones.
32
4. Objetivos
4.1. Objetivo general
Conocer el uso de hábitat del venado cola blanca en los diferentes hábitats
encontrados en la Reserva Forestal Protectora de Río Blanco.
4.2. Objetivos específicos
1. Caracterizar los hábitats encontrados en la reserva (jurisdicción CAR).
2. Estimar la abundancia relativa del venado cola blanca en la reserva
(jurisdicción CAR).
3. Diferenciar los hábitats más usados y menos usados por el venado en la
reserva (jurisdicción CAR).
4. Determinar el tipo y la frecuencia de uso en los hábitats presentes en la
reserva (jurisdicción CAR).
33
5. Área de estudio
La RFP de las Cuencas de los ríos Blanco y Negro abarca un área de 11 925 hectáreas
en territorio de los municipios de Guasca, Choachí, Fómeque y La Calera. De toda su
extensión sólo 1692 hectáreas (14.2% aproximadamente) se encuentran bajo la
jurisdicción de la CAR por pertenecer al municipio de La Calera (Figura 1). La RFP
de las Cuencas de los ríos Blanco y Negro, hace parte de los territorios de tres
corporaciones autónomas regionales: Corporación Autónoma Regional de
Cundinamarca, CAR, Corporación Autónoma Regional del Guavio,
CORPOGUAVIO y Corporación Autónoma Regional de la Orinoquía,
CORPORINOQUÍA (Bedoya y Méndez 2001).
34
Figura 1. Área de estudio. El área sombreada corresponde a la zona de la reserva
bajo jurisdicción de la CAR.
El área de la RFP de las Cuencas de los ríos Blanco y Negro bajo jurisdicción de la
CAR, se encuentra en las veredas Mundo Nuevo y El Manzano entre los 2800 y 3400
m de altitud. Los pobladores identifican dos cursos de agua principales: el Rió
Blanco y la Quebrada Blanca, que además sirve de límite entre los municipios de La
Calera y Choachí. También se reconocen cuatro microcuencas que son la quebrada
Jaboncillo, quebrada La Chucua, quebrada Calostros, y quebrada Pluma Araña y
varios cuerpos de agua lénticos como Laguna Brava, Laguna Chiquita, Paramillo y el
Pantano La Chucua. La CAR seleccionó esta reserva como un área piloto para
administración y manejo, debido a su importancia hídrica y biológica (Bedoya y
Méndes 2001).
5.1. Clima
El régimen de precipitación es monomodal. La época de lluvias comprende de marzo
a octubre, con el valor máximo en julio (269.2 mm estación Palacios-Guasca; 211.3
mm Mundo Nuevo; 208.5 mm Laguna de Marranos) y los valores mínimos de
diciembre a febrero. El patrón de temperatura es bimodal; ésta oscila entre 3°C y
25°C con un promedio de 10°C. Las mayores temperaturas se presentan entre enero
y marzo y entre octubre y diciembre; junio y julio con los meses más fríos (Bedoya y
Méndez, 2001).
5.2. Cobertura vegetal
El bosque secundario constituye el tipo de cobertura dominante; se localiza entre los
2600 y 3400 m. La vegetación de páramo se ubica en las partes altas de la cuenca del 35
Río Blanco, a partir de los 3400 m y es la segunda más importante en área de
cobertura (Bedoya y Méndez 2001).
La cobertura de pastizales se ubica en la zona baja de la reserva, sobre la franja que
bordea el cauce principal del Río Blanco. Igualmente se encuentran sectores
dispersos hacia la parte media de la reserva, evidenciando la acción antrópica sobre el
bosque secundario que aún se conserva (Bedoya y Méndez 2001).
Los arbustales bajos se presentan como zona de transición entre los bosques
secundarios y la vegetación de páramo. La zona de eriales, asociada a la explotación
minera en canteras, se ubica hacia la zona baja del área, en la parte media de la
Quebrada de Mataderos. Los eriales asociados al cauce del Rió Blanco, se ubican
especialmente hacia el margen derecho de este río, debajo de la inspección Mundo
Nuevo (Bedoya y Méndez 2001).
Conociendo los tipos de coberturas presentes en la reserva y estableciendo como área
de interés para este estudio la zona que comprende el municipio de La Calera
(jurisdicción CAR), se establecieron cinco tipos de coberturas vegetales así:
vegetación de páramo (P) con una extensión de 311.33 ha (18.4%), bosque natural
(B) con 153.97 ha (9.1%), bosque secundario (Bs) con 344.32 ha (20.35%), arbustal
(A) con 465.3 ha (27.5%) y pastizales (Ps) con una extensión de 218.27 ha (12.9%).
El 11.75% (198.81 ha) restantes corresponden a cuerpos de agua, carreteras y
caminos (Figura 2).
5.3. Fauna de la Reserva Forestal Protectora de las Cuencas de los ríos Blanco y
Negro
En la Reserva se han registrado 102 especies de aves como Acropternis nana, Otus
albogularis, Grallaricula nana y Pseudotriccus ruficeps que son poco conocidas. 36
Especies como Pyrrhura calliptera, Andigena nigrirostris y Campephillus pollens
se encuentran amenazadas o en peligro de extinción (Bedoya y Méndez 2001). En la
Reserva también se encuentran mamíferos como el oso de anteojos (Tremarctos
ornatus), la danta de páramo (Tapirus pinchaque), soche (Mazama rufina), guache
(Nasuella olivacea), zorro gris de monte (Urocyon cineroargenteus), borugo (Agouti
taczanowskii), venado cola blanca (Odocoileus virginianus) y otros pequeños
mamíferos para los cuales esta zona puede representar el único hábitat remanente en
la región (Bedoya y Méndez 2001).
5.4. Importancia hídrica, biológica y económica
Dentro de la RFP de los Río Blanco y Negro se encuentra el sistema Río Blanco que
alimenta el sistema Chingaza de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de
Bogotá, que a su vez surte de agua a la ciudad de Bogotá y a los municipios aledaños.
Esta zona es de gran importancia ambiental ya que es un área de nacimiento y recarga
hídrica proporcionando el 27.1% (39.56 km2) del total del sistema Río blanco
(Bedoya y Méndez 2001).
La importancia biológica de la RFP de Río Blanco se refleja en que presenta áreas
conservadas representativas de ecosistemas naturales como el páramo y el bosque
andino; que además son ecosistemas escasos en el área que se encuentra bajo
jurisdicción de la CAR por el alto grado de intervención presente en la zona (Bedoya
y Méndez 2001).
5.5. Factores antrópicos y uso de la tierra
Los recursos naturales con que cuenta la RFP de Río Blanco, se encuentran bajo gran
presión debido a las actividades antrópicas que se desarrollan en esta zona. La 37
ganadería de ladera, la agricultura tradicional y las actividades extractivas como la
tala indiscriminada y la minería (desarrollada sin control), son amenazas no sólo para
los recursos naturales, sino también para la comunidad. Entre otras actividades que
han afectado los recursos naturales de la región se encuentra la ampliación de la
frontera agropecuaria, la pesca no controlada, la cacería y los grandes proyectos como
la construcción y operación del Sistema Chingaza (Bedoya y Méndez 2001).
El uso que se le da a la tierra es diferente dependiendo del tipo de cobertura del que
se trate. El páramo está destinado para protección y conservación de los ecosistemas
y las cuencas. El uso que se le da al bosque secundario es mucho más amplio y
consiste en la explotación maderera, la tala selectiva y el manejo silvícola selectivo.
También se presenta la extracción de productos no maderables como frutos, látex,
caña, especies ornamentales, entro otros. El uso predominante de este tipo de
cobertura corresponde a la protección y conservación de ecosistemas. Por otra parte
los pastizales son empleados para la ganadería extensiva y los cultivos (Bedoya y
Méndez 2001).
38
6. Materiales y métodos
6.1. Diseño de investigación
La naturaleza de este trabajo es comparativa. El factor de comparación es el tipo de
hábitat para el cual se establecieron cinco niveles: Páramo (P), Bosque natural (B),
Bosque secundario (Bs), Arbustal (A) y Pastizal (Ps). La variable dependiente o de
medición es la cantidad de indicios de venado que se puedan presentar en la zona.
Se modificó la técnica de línea transceto propuesta por Mandujano y Gallina (1994).
Esta modificación consistió en que en lugar de emplear 0.12 transectos por cada km2
de área, se aumentó el esfuerzo de muestreo a un transecto por cada km2 de área. De
esta forma se establecieron 16 transectos de 500 metros cada uno en toda el área de
estudio (1692 ha) cubriendo áreas representativas de todos los tipos de hábitats
presentes en la reserva (Figura 2).
6.2. Fase exploratoria
La fase exploratoria constó de tres partes: 1) el reconocimiento del área, 2) la
instalación de los transectos y parcelas y 3) la limpieza de rastros.
El reconocimiento del área se realizó con el empleo de cartografía, de fotografías
aéreas de la zona y de recorridos (en carro y a pie) por vías de acceso como caminos,
carreteras y quebradas encontrados en la reserva, con la finalidad de seleccionar
zonas tentativas para el establecimiento de los 16 transectos. En total, se llevaron a 39
cabo tres recorridos de reconocimiento previos al establecimiento de los transectos y
las parcelas.
40
Figura 2. Localización aproximada de los 16 transectos en el área de estudio. El área azul es la Laguna Brava y las rojas el
campamento de Palacio (mapa preliminar de coberturas y uso de la tierra URPA 1993).
41
La instalación de los transectos y las parcelas se realizó después de haber seleccionado las zonas donde estos se ubicarían,
y después de haber identificado las rutas de acceso a estas zonas de muestreo. Los transectos y parcelas fueron ubicados
empelando vías de acceso como quebradas, carreteras y caminos. Sobre cada transecto se establecieron 25 parcelas
cuadradas de 10x10 m (100 m2), distanciadas entre ellas cada 20 m desde su centro (Figura 3). Se procuró que la parcela
más cercana a la carretera se encontrara a una distancia mínima de 300 m. Los transectos se realizaron con el empleo de
una brújula (Braza et al. 1994) y la posición de las parcelas se marcó con cinta plástica color azul (Anexo 2). Los
transectos 1 y 13 sólo presentaron 24 parcelas cada uno debido a que en el primero se encontraba una carretera (debido a la
irregularidad de la topografía) y en el segundo había una caída bastante fuerte que impedía continuar con el transecto.
Figura 3. Técnica de línea transecto con parcelas. Las parcelas en negro fueron seleccionadas para caracterizar el hábitat.
42
Los cinco hábitats fueron muestreados con diferente esfuerzo debido a que el número de parcelas por hábitat fue distinto.
Así se tienen 200 parcelas en arbustal, 66 en bosque secundario, 54 en bosque natural, 50 en páramo y 28 en pastizal.
Al mismo tiempo que se instalaban los transectos y parcelas, se realizó la limpieza de rastros, que consistió en buscar y
retirar de cada parcela los indicios de venado presentes en ellas. Con ello se aseguró que los datos que se tomaran en cada
muestreo fueran independientes y controlar el tiempo de deposición de nuevos rastros (Braza et al. 1994).
6.3. Fase de toma formal y análisis de datos
6.3.1. Caracterización de hábitat
La caracterización de hábitat consistió en la caracterización del estrato arbóreo, arbustivo y rasante. Se consideró que el
estrato arbóreo estaba conformado por aquellos individuos con alturas superiores a 6 m; el estrato arbustivo estaba
constituido por individuos que se encontraban entre 40 cm y menos de 6 m de altura; y el estrato rasante por aquellos
individuos cuya altura máxima desde el nivel del sustrato fuera inferior a 40 cm (Franco et al. 1986).
Para realizar la caracterización de hábitat, se seleccionaron cinco parcelas al azar en cada uno de los 16 transectos; de
manera que se caracterizaron 80 parcelas en total. A los individuos pertenecientes al estrato arbóreo encontrados en cada
parcela, se les midió la altura total, la altura del fuste, el diámetro mayor y menor de copa y el CAP (circunferencia a la
43
altura del pecho) para luego obtener el DAP (diámetro a altura del pecho). Se midió la altura por medio de un clinómetro;
el diámetros de la copa y el CAP con el empleo de una cinta métrica. También se anotaron las especies encontradas y el
número de individuos por cada especie.
Para caracterizar el estrato arbustivo las parcelas seleccionadas fueron divididas en cuatro cuadrantes iguales (25 m2 cada
uno), de los cuales se escogieron dos al azar (Figura 4). Dentro de estos cuadrantes se midió la altura total y el diámetro
mayor y menor de los arbustos allí encontrados; todas las medidas fueron tomadas con el empleo de una cinta métrica
(Anexo 2). También se anotaron las especies encontradas y el número de individuos por especie.
Figura 4. Cuadrantes empleados en la caracterización de hábitat. Parcela 10x10 para estrato arbóreo, parcelas 5x5 (en
negro) para estrato arbustivo y parcelas 1x1 (en negro) para estrato rasante.
44
Para caracterizar el estrato rasante, se escogió al azar uno de los dos cuadrantes de 5 x 5 m restantes (es decir, uno de los
que no fueron empleados en la caracterización del estrato arbustivo). Este cuadrante se dividió en 25 cuadrados iguales (1
m2 cada uno) de los cuales se seleccionaron cinco al azar (Figura 4) donde se midió el porcentaje de cobertura de suelo
desnudo (SD), pastos (P), plántulas (Pl), líquenes (L), musgos (M), hepáticas (H), hojarasca (Hj), helechos (He), hongos
(Ho) y agua (Figura 3). La cobertura fue medida con el empleo de un acetato que contenía una cuadrícula de 10x10 (100
cuadros), el cual se proyectaba sobre el suelo a una distancia desde la cual se pudiera visualizar el cuadrante de 1m2 que se
iba a caracterizar.
Se colectó una muestra de cada especie vegetal encontrada en el estrato arbóreo y arbustivo. Se tuvo especial cuidado de
que la muestra fuera representativa de las características promedio de la población de la especie muestreada y de que
presentara flor y fruto en lo posible. Todas las muestras fueron preservadas rociándoles alcohol al 70% y luego fueron
prensadas. El secado fue llevado a cabo en el horno del Herbario Pontificia Universidad Javeriana a una temperatura
constante. Después de secarlos, los ejemplares vegetales fueron determinados llevándolos hasta la categoría taxonómica
que fue posible (familia, género o especie) con la ayuda de claves taxonómicas (Andrade 1993; Gentry 1993; Mahecha
1997; Mendoza y Ramírez 2000), de bases de datos fotográficas (encontradas en el Herbario Pontificia Universidad
Javeriana) y comparación con los ejemplares de la colección del Herbario Pontificia Universidad Javeriana; aquellos
ejemplares cuya determinación no fue posible, fueron denominados como morfos.
45
Además de la caracterización por estrato, se tomó la cobertura de los árboles en las parcelas seleccionadas para la
caracterización con un densiómetro esférico (Anexo 2). También se calculó la pendiente de cada parcela con el empleo de
un clinómetro. Las coordenadas de ubicación y la altitud aproximada de las parcelas fueron tomadas con un GPS (centro
geoésico Bogotá).
Para medir la importancia de las especies en cada tipo de hábitat, se calculó el índice de Valor de Importancia (IVI) para el
estrato arbóreo y la Cobertura o Dominancia Energética para el estrato arbustivo.
Estimación del Índice de Valor de Importancia (IVI)
Con la Abundancia Relativa (AR), la Frecuencia Relativa (FR) y el Área Basal Relativa (ABR) se calculó el IVI (Índice de
valor de Importancia o Índice de Importancia de Cottam-) para cada especie (Matteucci y Colma 1982; Rangel 1997). Este
índice se calculó para el estrato arbóreo.
Para calcular el IVI se empleó la siguiente fórmula:
46
++=∑
=
pPi
A
DAP
NniIVI
n
ii
1
2
4100
π
Donde,
ni = número de individuos de la especie i
N = número total de individuos
DAPi = diámetro a la altura del pecho de la especie i
A = área basal total
Pi = número de parcelas donde se encuentra la especie i
p = número total de parcelas
La fórmula desglosada del IVI se puede observar en el anexo 3.
El Índice de Valor de importancia (IVI) es una medida de cuantificación para asignarle a cada especie vegetal su categoría
de importancia (con base en la densidad, área basal y frecuencia relativa) dentro del total de las especies encontradas en
cada hábitat (Rodríguez, et al. 1998). Alcanza un valor máximo de 300% debido a la sumatoria de tres porcentajes: la
densidad relativa, el área basal relativa y la frecuencia relativa (Matteucci y Colma 1982; Rangel 1997).
47
Estimación de la Cobertura
Para identificar cuáles fueron las especies más importantes del estrato arbustivo en términos de cobertura, se calculó la
Cobertura o Dominancia Energética asumiendo que las copas tienen una forma aproximadamente elíptica. Se calculó
aplicando la fórmula propuesta por Rangel (1997):
100221
⋅
⋅∑
=CT
DD
CR
Donde,
CT = sumatoria de las coberturas de todas las especies en cada estrato por hábitat
D1 = diámetro mayor de copa o follaje
D2 = diámetro menor de copa o follaje
6.3.2. Registro y colecta de rastros
Después de finalizada la caracterización de hábitat, se inició la colecta y el registro de los rastros de venado cola blanca.
Se registró el dato de ubicación de cada parcela con un GPS, anotando las coordenadas y la altitud a la que se encontraban.
Los indicios colectados (particularmente los excrementos) fueron depositados en bolsas plásticas donde se consignaron
48
datos como fecha de muestreo, tipo de hábitat donde fue encontrado, número y localización de la parcela y número del
transecto. Los indicios que no podían ser colectados (como senderos), fueron referenciados y en lo posible, se les tomaron
algunas medidas descriptivas (ancho). El registro de las huellas y senderos, se empleó para determinar el tipo de uso que el
venado dio a cada hábitat.
Grupos fecales
Se considera un grupo fecal la reunión de varias bolas fecales (más de 10), de tamaño y apariencia similar, que pueden
encontrarse sobre senderos o en cualquier otro lugar por donde haya pasado un venado. Se midió el ancho y largo de todas
las bolas de cada grupo fecal con un calibrador; con estos valores se obtuvo el volumen de las bolas asumiendo que éstas
tenían forma de cilindro. Con el volumen promedio obtenido para cada grupo fecal, se estimó la edad relativa del
individuo (Braza et al. 1994). Todas las excretas colectadas fueron secadas en un horno (tipo Cole Parmer modelo 050 15-
58 1 fase 50/60 Hz) durante ocho días a una temperatura constante de 60°C.
Huellas
Las huellas de venado cola blanca fueron calcadas en acetato (Aranda 2000) colocado sobre una tabla acrílica transparente.
Se tomaron las medidas de ancho y largo (en centímetros) de cada huella (figura 5) con un calibrador.
La
Ancho
rgo
Ancho
Largo
49
Figura 5. Ancho y largo de una huella de venado. A la derecha se observa una huella sobre sustrato y a la izquierda una
hulla calcada en acetato.
Senderos
Se registró la presencia de senderos, además de tomar la medida de ancho del mismo.
6.4. Estimación de la abundancia relativa
Se obtuvo el número promedio de grupos fecales presentes dentro de las parcelas para estimar el número total de excretas
que se presentaron dentro del área total de la reserva. A través del empleo de tasas de defecación se estimó el número de
venados que se presentan en la reserva (Villareal 1994). La tasa diaria promedio de defecación es el número promedio de
grupos fecales que deposita un venado al día. El valor de la tasa diaria promedio de defecación empleada para este trabajo
fue de 12.7 grupos fecales/individuo/día, encontrada por varios autores (McCain 1948; Eberhardt y Van Etten 1956; Zabala
50
1992; Gallina 1994a; Valenzuela 1994). Se decidió el empleo de este valor debido a que no existe uno para las subespecies
de venado cola blanca colombianas.
Para obtener la tasa diaria promedio de defecación se emplea la siguiente fórmula:
tngfTd
⋅=
Donde,
Td = tasa de defecación
gf = número de grupos fecales
n = número de venados
t = tiempo en días
Se calculó la abundancia relativa (Ar) de la población de venados mediante el índice de Eberhardt y Van Etten (1956):
)()()()(
TDTPPGNPAr
⋅⋅=
Donde,
Ar = abundancia relativa de la población de venados, expresada en venados/hectárea
NP = número de parcelas por hectárea
PG = promedio de excretas por parcela
51
TP = tiempo en días en el que se depositaron las excretas en las parcelas muestreadas
TD = tasa diaria promedio de defecación
Este índice indica el número de venados que hay por hectárea en el área de estudio, teniendo en cuenta la tasa diaria
promedio de defecación (Villareal 1994). Este método presenta cuatro supuestos (Mandujano y Gallina 1995):
1. La tasa de defecación de un individuo es 12.7 grupos fecales/individuo/día.
2. El tiempo de deposición de las fecas se conoce.
3. Los grupos fecales son correctamente identificados.
4. Ningún grupo fecal se pierde de la unidad de muestreo (parcela).
Debido a que el tiempo transcurrido entre un muestreo y el siguiente no fue el mismo, se calculó este índice dos veces: una
vez entre el primer y segundo muestreo y otro entre el tercero y el cuarto.
También se calculó otro índice de abundancia relativa que tiene la ventaja de emplear todos los rastros para dicho cálculo y
que fue empleado para comparar la frecuencia de uso del venado cola blanca en cada hábitat. Su fórmula es:
PHiRHiIAR
##=
Donde,
52
=RH# número total de rastros encontrados en el hábitat i
=PH# número de parcelas en el hábitat i
6.5. Uso de hábitat
Se comparó la frecuencia relativa de los rastros encontrados en cada hábitat. Esta proporción es el número de veces que se
presenta un rastro en el total de la muestra. Como estimador estadístico de comparación se utilizó los Odds-Ratio (Sokal y
Rohlf 2000). Para cada hábitat el Odd se calcula de la siguiente manera:
ppOdd
−=
1
Donde,
P = proporción de observaciones de una muestra.
Este Odd se calcula para cada uno de los tipos de hábitats o coberturas e indican cómo se compara la proporción de
encontrar rastros en cada hábitat frente a la proporción de no encontrarlos. Luego, se calculan los odds-ratio para comparar
un tipo de hábitat frente a otro como se muestra en la tabla 1.
Tabla 1. Comparación entre los odds obtenidos para cada tipo de hábitat
Hábitat 1 Hábitat 2 Hábitat 3 Hábitat 4 Hábitat 5
53
Hábitat 1 H1/H1 H2/H1 H3/H1 H4/H1 H5/H1Hábitat 2 H1/H2 H2/H2 H3/H2 H4/H2 H5/H2Hábitat 3 H1/H3 H2/H3 H3/H3 H4/H3 H5/H3Hábitat 4 H1/H4 H2/H4 H3/H4 H4/H4 H5/H4Hábitat 5 H1/H5 H2/H5 H3/H5 H4/H5 H5/H5
Si el odds-ratio toma valores iguales a 1.0 no existen diferencias. Valores mayores o menores de 1.0 expresan la
probabilidad de encontrar rastros en un lugar frente a encontrar esos rastros en otro lugar (Sokal y Rohlf 2000).
6.6. Esfuerzo de Muestreo y Éxito de Muestreo
Se realizaron cuatro muestreos entre agosto de 2003 y febrero de 2004: un muestreo en periodo de lluvia (agosto de 2003),
dos muestreos en periodo de transición (diciembre de 2003) y un muestreo en periodo de sequía (febrero 2004).
Con la finalidad de unificar el esfuerzo de muestreo, y estandarizar los datos a dicha unidad de esfuerzo, se calculó un
Índice de Esfuerzo de Muestreo (IEM) así:
DNIEM =
Donde,
N = número de parcelas
54
D = número de días transcurridos desde el inicio de un muestreo hasta el inicio del siguiente muestreo
En la Figura 6 se observa que el mayor valor del esfuerzo de Muestreo (IEM) se presenta en el periodo de lluvia, mientras
que los valores del periodo de transición y de sequía fueron menores.
Figura 6. Índice de Esfuerzo de Muestreo (IEM) pare el periodo de lluvia, transición y sequía.
13.27
3.49
6.03
0
2
4
6
8
10
12
14
Lluvia Transición Sequía
Periodo climático
IEM
(par
cela
s/dí
a)
55
El Esfuerzo de Muestreo por cada tipo de hábitat para el periodo de lluvia, transición y sequía se observan en la tabla 2.
Tabla 2. Índice de Esfuerzo de Muestreo (IEM) por cada tipo de hábitat para el periodo de lluvia, transición y sequía.
Periodo climático Hábitat N° Parcelas N° días IEM(p/día)Lluvia Bosque natural 54 30 1.8
Bosque secundario 66 30 2.2Arbustal 200 30 6.76Pastizal 28 30 0.93Páramo 50 30 1.66
Total lluvia 13.27Transición Bosque natural 54 114 0.47
Bosque secundario 66 114 0.58Arbustal 200 114 1.75Pastizal 28 114 0.25Páramo 50 114 0.44
Total transición 3.49Sequía Bosque natural 54 59 0.92
Bosque secundario 66 59 1.12Arbustal 200 59 3.39Pastizal 28 59 0.47Páramo 50 59 0.85
Total sequía 6.03
Con los valores obtenidos al aplicar del Índice de Esfuerzo de Muestreo se calculó el Éxito de Muestreo (EM) de la
siguiente manera:
56
PDNEM ⋅=
Donde,
N = número de rastros
D = número de días
P = número de parcelas
57
7. Resultados y Discusión
7.1. Resultados
7.1.1. Caracterización de hábitat
Todas las parcelas se encontraron entre 0 y 73° de pendiente y entre 2885 y 3698 m de altitud.
Se colectaron 130 ejemplares y con estos se llegó al siguiente nivel de determinación:
58
Familia: 14.6 % (19 ejemplares)
Género: 26.9 % (35 ejemplares)
Especie: 40.0 % (52 ejemplares)
Morfo: 18.5 % (24 ejemplares)
La lista de las familias, géneros y especies encontradas durante la caracterización de hábitat se encuentran en el Anexo 4.
A. Caracterización por tipo de hábitat
Bosque natural
En este hábitat el porcentaje total de cobertura del estrato arbóreo fue el mayor con 55.1% de cobertura. Las pendientes
oscilaron entre 0 y 73º de inclinación y las altitudes entre 2966 y 3345 m. Las especies de plantas más abundantes fueron:
Chusquea tessellata (Poaceae), Drymis granadensis (Winteraceae), Weinmannia rollotti (Cunnoniaceae), Miconia
squamulosa (Melastomataceae) e individuos de los géneros Piper (Piperaceae)
y Clusia (Clusiaceae). En el estrato rasante dominó la hojarasca y el musgo.
Bosque secundario
Este hábitat presentó un menor porcentaje de cobertura que el bosque natural con 19.6% de cobertura. Las pendientes se
encontraron entre 6 y 60º de inclinación y la altitud entre 2887 y 3335 m. Las especies vegetales más abundantes fueron:
59
Ageratina latipes (Asteraceae), Swallenochloa tessellata (Poaceae), Weinmannia rollotti (Cunnoniaceae), Miconia
squamulosa (Melastomataceae) e individuos del género Gaultheria (Ericaceae). En el estrato rasante dominó la hojarasca
y el musgo.
Pastizal
Se encontró un porcentaje de cobertura de 3.43 %. Las pendientes se encontraron entre 10 y 60º de inclinación y las
altitudes entre 2973 y 3356 m. Las especies vegetales más abundantes fueron: Swallenochloa tessellata (Poaceae),
Weinmannia rollotti (Cunnoniaceae), Hypericum goyanesii (Hypericaeae) e individuos de los géneros Piper (Piperaceae)
y Gaultheria (Ericaceae). En el estrato rasante dominó el pasto y el musgo.
Arbustal
En este hábitat el porcentaje de cobertura total fue de 0.88 %. Las pendientes oscilaron entre 0 y 70º de inclinación y la
altitud entre 2885 y 3369 m. Las especies vegetales más abundantes fueron: Diphasium jussiaiei (Lycopodiaceae),
Espeletia uribei (Asteraceae), Blechnum loxense (Blechnaceae), Chusquea tessellata (Poaceae) e individuos del género
Hypericum (Hypericaceae). En el estrato rasante dominó el pasto y el musgo.
Páramo
60
Las pendientes oscilaron entre 1 y 65º de inclinación y la altitud entre 3557 y 3698 m. Las especies vegetales más
abundantes fueron: Espeletia grandiflora (Asteraceae), Calamagrostis effusa (Poaceae) y Chusquea tessellata (Poaceae)
. En el estrato rasante dominó el pasto y las plántulas.
B. Caracterización de hábitat por estratos
Se cuantificaron 5457 individuos de los cuales 141 pertenecían al estrato arbóreo y 5316 al estrato arbustivo. La Figura 7
muestra el número de individuos cuantificados en cada tipo de hábitat diferenciando el estrato arbóreo del arbustivo.
61
Figura 7. Número total de individuos registrados y medidos por estrato y por tipo de hábitat durante la caracterización de
hábitat.
Estrato arbóreo
El páramo careció de estrato arbóreo. El arbustal presentó las mayores alturas seguido de los bosques y el pastizal (Figura
8A y 8B). Es importante recordar que en el arbustal sólo se encontraron seis individuos en este estrato, mientras que en el
bosque natural se cuantificaron 71 y en el bosque secundario 53 individuos.
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
Arbustal Bosque natural Bosque secundario Pastizal
Tipo de hábitat
Altu
ra to
tal (
m)
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
Arbustal Bosque natural Bosque secundario Pastizal
Tipo de hábitat
Altu
ra to
tal (
m)
0
2
4
6
8
10
12
14
Arbustal Bosque natural Bosquesecundario
Pastizal
Tipo de hábitat
Altu
ra d
el fu
ste
(m)
Bosquesecundario
(B)
(A)
62
Figura 8. Valores promedios y desviación estándar de la altura total (A) y la altuea del fuste (B) en el estrato arbóreo por
tipo de hábitat.
Respecto al diámetro de copa, el valor promedio mayor se encontró en el arbustal, seguido por el pastizal el bosque
secundario y por último el bosque natural (Figura 9).
Figura 9. Valores promedios del diámetro de copa del estrato arbóreo por cada tipo de hábitat.
012345678
Arbustal Pastizal Bosquesecundario
Bosque natural
Tipo de hábitat
Diá
met
ro d
e co
pa (m
)
63
Adicionalmente el mayor DAP se encontró en el arbustal, seguido por el bosque natural, que a su vez fue el que presentó la
mayor variabilidad (Figura 10)
Figura 10. Valores promedios de DAP por tipo de hábitat.
.
Los rangos de valores obtenidos para la altura total, altura del fuste, diámetro mayor, diámetro menor de copa y DAP del
estrato arbóreo, se observan en el Anexo 5.
-505
1015202530354045
Arbustal Bosque natural Bosquesecundario
Pastizal
Tipo de hábitat
DA
P (c
m)
64
Estrato arbustivo
A diferencia del estrato arbóreo, el estrato arbustivo presentó valores más homogéneos en cuanto a la altura y diámetro de
follaje de sus individuos. Sin embargo, el bosque natural fue el que presentó los mayores valores en promedio respecto a la
altura y al diámetro de follaje de los arbustos (Figura 11A y 11B). A pesar de que el arbustal fue el hábitat con menores
valores promedios de altura total y diámetro de follaje, este fue el que presentó el mayor número de individuos en el estrato
arbustivo (de 5316 individuos cuantificados, 3101 se encontraron en arbustal). Los rangos de valores de las variables
medidas en el estrato arbustivo en cada tipo de hábitat se pueden observar en el Anexo 6.
00.5
11.5
22.5
33.5
4
Bosquenatural
Bosquesecundario
Pastizal Arbustal Páramo
Tipo de hábitat
Altu
ra to
tal (
m)
(B)
(A)
65
Figura 11. Valores promedios de la altura total (A) y el diámetro mayor de follaje (B) en el estrato arbustivo por tipo de
hábitat.
Estrato rasante
En los bosques natural y secundario dominó la hojarasca con un 39.3 y 32.3%, respectivamente; en el pastizal dominaron
los pastos al igual que en el páramo con un 32.4 y 45% respectivamente. Finalmente, en el arbustal dominó el musgo con
un 32.1% de cobertura. Las categorías de hongos y agua, sólo fueron encontradas en el arbustal, pero este hábitat careció
de hepáticas, las cuales sólo fueron registradas en los bosques y el pastizal. Los pastizales carecieron de líquenes y el
páramo de hojarasca y helechos. El suelo desnudo fue la categoría con menor porcentaje de cobertura que se presentó en
-0.5
0
0.5
1
1.5
2
2.5
Bosquenatural
Pastizal Bosquesecundario
Páramo Arbustal
Tipo de hábitat
Diá
met
ro d
e fo
llaje
(m)
66
todos los hábitats (Figura 12). Los porcentajes de cobertura de cata categoría para cada tipo de hábitat se pueden observar
en el Anexo 7.
Figura 12. Porcentaje promedio de coberturas del estrato rasante por tipo de hábitat. Nótese que las categorías de hongos
y agua, sólo se encontraron en el arbustal con un 0.5 y 1.1% respectivamente.
67
En cuanto a las coberturas por tipo de hábitat, se encontró que las mayores coberturas se presentaron en el bosque natural y
bosque secundario, mientras que para el arbustal y páramo las coberturas fueron del 0% o valores muy cercanos a éste
(Figura 13).
Figura 13. Porcentaje de cobertura por tipo de hábitat. Los bosques presentaron las mayores coberturas.
55.1
19.6
0.88 3.43 00
102030405060708090
100
Bosque natural Bosquesecundario
Arbustal Pastizal Páramo
Tipo de hábitat
Cob
ertu
ra (%
)
55.1
19.6
00
102030405060708090
100
Bosque natural Bosquesecundario
0.88
Arbustal
3.43
Pastizal Páramo
Tipo de hábitat
Cob
ertu
ra (%
)
55.1
19.6
0.88 3.43 00
102030405060708090
100
Bosque natural Bosquesecundario
Arbustal Pastizal Páramo
Tipo de hábitat
Cob
ertu
ra (%
)
55.1
19.6
00
102030405060708090
100
Bosque natural Bosquesecundario
0.88
Arbustal
0.88
Arbustal
0.88
Arbustal
3.43
Pastizal
3.43
Pastizal
3.43
Pastizal Páramo
Tipo de hábitat
Cob
ertu
ra (%
)
68
B. Índice de Valor de Importancia (IVI)
Weinmannia rollotti fue la especie más importante en el estrato arbóreo de todos los tipos de hábitat, ya que presentó el
primer o segundo valor más alto del IVI. Sin embargo, el Índice de Valor de Importancia indica que esta especie es más
importante en el bosque natural (IVI= 170.83 %), mientras que en los otros tipos de hábitat presenta valores similares
(Figura 14).
69
Figura 14. Valores del IVI (Índice de Valor de Importancia) del encenillo (Weinmannia rollotti) para cada tipo de hábitat.
Adicionalmente, para el bosque natural y para el arbustal fue importante el género Clusia sp. (IVI= 69.11), en el bosque
secundario Miconia squamulosa (IVI= 85.88 %) y Drymis granadensis (IVI= 68.26 %) y en el pastizal Lauraceae morfo 1
(IVI= 121.04).
C. Cobertura
Las mayores coberturas fueron presentadas por algunas de las dos especies de chusque presentadas en la reserva:
Swallenocloa tessellata y Chusquea tessellata para todos los tipos de hábitat (Figura 15). Además de estas dos especies,
presentan mayores coberturas Geonoma weberbaueri (CR= 23.18 %) en el bosque natural, Hypericum goyanesii (CR=
17.63 %) en el arbustal, Espeletia grandiflora (CR= 33.85 %) y Calamagrostis effusa (CR= 30.82 %) en páramo y
Weinmannia rollotti (CR= 8.35) y Chrysobalanaceae morfo 1 (CR= 7 %) en pastizal.
70
Figura 15. Valor de Cobertura de Swallenocloa tessellata y Chusquea tessellata para cada tipo de hábitat.
7.1.2. Colecta de rastros
En total se encontraron 39 rastros de venado cola blanca durante toda la fase de campo. Treinta y ocho de esos rastros se
encontraron en páramo y sólo uno en arbustal; el resto de los hábitats carecieron de rastros para esta especie.
Las huellas encontradas midieron entre 1.99 y 5.39 cm de ancho y 2.23 y 6.59 cm de largo. Los senderos midieron de 47 a
57.3 cm de ancho. Las fecas presentaron volúmenes entre 0.39 – 1.43 cm3. Los rangos de valores del ancho y largo de los
rastros se presentan en el Anexo 8.
71
Del total de rastros encontrados en arbustal y páramo, sólo se encontraron huellas, grupos fecales y senderos. En arbustal
sólo se encontró un grupo fecal (Figura 16).
Figura 16. Número total de tipos de rastros de venado cola blanca encontrados en arbustal y páramo.
72
Adicionalmente, se hizo una diferenciación por estaciones del total de rastros encontrados en cada hábitat. Esto se puede
observar en la Figura 17.
73
(A)
Núm
ero
de ra
stro
s
0
10
20
Arbustal Páramo
0
10
20
Arbustal Páramo
(B)
0
10
20
Arbustal Páramo
Tipo de hábitat
FecasHuellasSenderos
(C)
(A)
Núm
ero
de ra
stro
s
0
10
20
Arbustal Páramo
0
10
20
Arbustal Páramo
(B)
0
10
20
Arbustal Páramo
Tipo de hábitat
FecasHuellasSenderos
(C)
Núm
ero
de ra
stro
s
0
10
20
Arbustal Páramo
0
10
20
Arbustal Páramo
0
10
20
Arbustal Páramo
(B)
0
10
20
Arbustal Páramo0
10
20
Arbustal Páramo
(B)
0
10
20
Arbustal Páramo
Tipo de hábitat
FecasHuellasSenderos
(C)
0
10
20
Arbustal Páramo
Tipo de hábitat
FecasHuellasSenderos
FecasHuellasSenderos
(C)
74
Figura 17. Número y tipos de rastros encontrados en cada tipo de hábitat durante el periodo de lluvias (A), transición (B)
y sequía (C).
Durante el periodo de lluvias se encontraron tres grupos fecales, cinco huellas y seis senderos. En arbustal, así como en los
demás hábitats, no se encontró nada. Durante el periodo de transición también se encontraron grupos fecales, huellas y
senderos, pero esta vez las huellas se encontraron en mayor proporción que los demás rastros. En el periodo de sequía sólo
se encontraron grupos fecales y huellas; en este periodo se encontró un grupo fecal en arbustal, el único rastro presente en
este tipo de hábitat.
7.1.3. Abundancia relativa
De acuerdo con el índice de abundancia relativa de Eberhardt y Van Etten (1956) el número de venados por km2 en la
reserva (jurisdicción CAR) fue de 2.14 x 10-5 (agosto-noviembre de 2003) y de 2.8 x 10-5 (diciembre de 2003 a febrero de
2004).
Se calculó la abundancia relativa del venado en páramo debido a que ocho de los nueve grupos fecales, se encontraron en
este hábitat. Se encontraron 1.1 x 10-4 venados/km2 entre agosto y noviembre de 2003 y entre diciembre de 2003 y febrero
de 2004.
75
Los resultados del índice calculado con la totalidad de los rastros encontrados, se muestran en la tabla 3.
Tabla 3. Índice de abundancia relativa de venado para cada tipo de hábitat. Se trabajó con el total de rastros encontrados
durante toda la fase de campo. El Índice de Abundancia Relativa (IAR) indica el número de rastros que se deberían
encontrar en cada parcela por tipo de hábitat.
Hábitats # Parcelas/hábitat # Rastros IAR
Bosque Secundario 66 0 0
Bosque Natural 54 0 0
Arbustal 200 1 0,005
Pastizal 28 0 0
Páramo 50 38 0.76
Total 398 39Este índice de abundancia relativa que muestra la frecuencia de uso del venado cola blanca en cada uno de los hábitats
encontrados en el área de la reserva bajo jurisdicción de la CAR, indica que el bosque natural, el bosque secundario y el
pastizal, no presentaron uso por parte del venado durante el periodo de muestreo, mientras que el arbustal y el páramo sí.
7.1.4. Uso de hábitat
76
El Odds-Ratio sólo se calculó para el páramo y arbustal, debido a que estos dos hábitats fueron los únicos que presentaron
rastros. Para arbustal, se obtuvo un odd de 0.0246. Este valor indica que la probabilidad de encontrar rastros en arbustal es
0.024 veces más pequeña que la probabilidad de no encontrarlos.
Para páramo se obtuvo un Odd de 37 4615. Este valor indica que la probabilidad de encontrar rastros en páramo es 37
veces más grande que la probabilidad de no encontrarlos.
Al realizar la comparación entre el hábitat arbustal y el hábitat páramo se obtuvo:
Arbustal PáramoArbustal 1 1523.45Páramo 0.0007 1
Esto indica que existen diferencias entre los hábitats, ya que es 0.0007 % más probable encontrar más rastros en arbustal
que en páramo mientras que la probabilidad de encontrar rastros en páramo, es 15 veces mayor que la probabilidad de
encontrarlos en arbustal (Figura 18).
Páramo
Arbustal
77
Figura 18. Resultados de Odds-Ratio. La probabilidad de encontrar rastros en páramo es 15 veces mayor que la
probabilidad de encontrar rastros en arbustal (A), mientras que la probabilidad de encontrar rastros en arbustal es del 0%
(B).
78
7.1.5. Éxito de Muestreo
El mayor éxito de muestreo se presentó en el periodo de transición donde se encontraron el mayor número de rastros (19
rastros después de 114 días). El periodo de sequía presentó el menor éxito de muestreo con seis rastros después de 66 días
(Figura 19).
Figura 19. Éxito de Muestreo para el periodo de lluvia, transición y sequía.
79
Los valores del Éxito de Muestreo en el periodo de lluvia, transición y sequía por cada tipo de hábitat se observan en la
tabla 4.
Tabla 4. Éxito de Muestreo (EM) por cada tipo de hábitat para el periodo de lluvia, transición y sequía
Periodo climático Hábitat N° Parcelas N° días N° rastros EMLluvia Bosque natural 54 30 0 0
Bosque secundario 66 30 0 0Arbustal 200 30 0 0Pastizal 28 30 0 0Páramo 50 30 14 8.4
Transición Bosque natural 54 114 0 0Bosque secundario 66 114 0 0
Arbustal 200 114 0 0Pastizal 28 114 0 0Páramo 50 114 19 43.32
Sequía Bosque natural 54 59 0 0Bosque secundario 66 59 0 0
Arbustal 200 59 1 0.29Pastizal 28 59 0 0Páramo 50 59 5 5.9
80
En el periodo de lluvia sólo se encontraron rastros en el páramo. Todos los valores de éxito de muestreo fueron cero (0).
Para el páramo se observó un éxito de muestreo de 8.4 rastros-día/parcela, ya que se encontraron 14 rastros en 30 días de
deposición.
Los valores del éxito de muestreo en el periodo de transición son mucho mayores que los encontrados en el periodo de
lluvia (EM= 43.32 rastros/parcela/día) porque el índice de esfuerzo de muestreo fue más bajo y se encontró un mayor
número de rastros (19 rastros).
Durante el periodo de sequía se encontraron rastros en arbustal y páramo. El éxito de muestreo fue mayor en el páramo
(cinco rastros) que en el arbustal (un rastro) como se muestra en la Figura 20, y cero (0) para el resto de hábitats.
81
Figura 20. Éxito de Muestreo por tipo de hábitat en el periodo de sequía.
7.2. Discusión
7.2.1. Abundancia relativa
82
La baja abundancia relativa de venado cola blanca encontrada en la Reserva Forestal Protectora de las Cuencas de los ríos
Blanco y Negro jurisdicción CAR, fueron 2.14 x 10-5 individuos/km2 y 2.8 x 10-5 individuos/km2. Estos valores son los más
bajos registrados en comparación con otros estudios realizados en América (Ahumada et al. 1998; Galindo-Leal 1993;
Galindo-Leal et al. 1994; Gallina 1994b; Mandujano y Gallina 1993; Mandujano y Gallina 1995; Mandujano y Gallina,
1996; Mandujano et al. 1994; Ramos 1995; Valenzuela 1994).
Según Valenzuela (1994) las poblaciones estables del venado cola blanca presentan densidades promedio de 4.5
individuos/km2. El 18% de las estimaciones para venado provienen de áreas cercadas con fines de investigación en
Estados Unidos y Canadá, donde los venados se encuentran protegidos de la cacería, de depredadores y del pastoreo de
ganado (Ezcurra y Gallina 1981). Además en algunas de estas áreas se les proporciona alimento (Galindo-Leal, 1993).
La baja abundancia encontrada puede deberse a: 1) la cacería, 2) al método de conteo de grupos fecales y 3) la
representativa del hábitat que usa el venado en la reserva (jurisdicción CAR).
1) La cacería ha influido fuertemente el estado de conservación de las poblaciones de venado cola blanca en Sudamérica
(Alberico y Rojas-Díaz 2002; Brokx 1984; Eisenberg 1989; Emmons y Feer 1999). Brokx (1984) mencionó que las
poblaciones de esta especie eran mucho menos abundantes a mediados de los 80’s que a mediados de los 40’s en todo
Sudamérica. Esta disminución parecía estar explicada por la caza indiscriminada, el cambio de la tierra por actividades de
uso y por la competencia con animales domésticos. Por ejemplo la subespecie de Los Andes (Odocoileus virginianus
goudotii) fue cazada casi hasta su extinción con el empleo de perros durante la década de los años 50 (Brokx 1984) y aún
83
en la actualidad, las poblaciones encontradas en la Cordillera Central y Oriental de Los Andes se encuentran amenazadas
debido a la cacería a la que son sometidas (Linares 1998). El venado cola blanca es el animal de caza más cotizado en los
países latinoamericanos donde habita, desde México hasta Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú. Los venados son
cazados por su carne, por la cornamenta que es considerada como un trofeo y también por su piel que tiene valor
comercial. Por lo general el animal es desviscerado en campo y transportado a la casa o campamento donde es desollado y
descuartizado (Ojasti, 1993).
De acuerdo con Vélez (2004) en la RFP de las Cuencas de los ríos Blanco y Negro (jurisdicción CAR), el venado cola
blanca es uno de los mamíferos más cazados debido a la gran cantidad de usos que le dan los pobladores de las veredas
adyacentes. Entre estos usos se encuentran la alimentación, la ornamentación, uso medicinal, el canje, la caza deportiva,
entre otros. La principal razón de la caza es la conservación de la tradición familiar y cultural más que proveer una fuente
de proteína; esta actividad se desarrolla como una forma de distracción y diversión (Vélez 2004).
2) Respecto al método del conteo de grupos fecales, aunque se ha afirmado que subestima el valor real del tamaño de las
poblaciones, proporciona una medida objetiva de las fluctuaciones de la población (Braza et al. 1994; Ezcurra y Gallina
1981). Este método presenta cuatro supuestos: a) se conocen las tasas de defecación, b) se conoce el tiempo de deposición
de las fecas, c) se cuentan y diferencian todos los grupos fecales encontrados en la unidad de muestreo y d) no se pierde
ningún grupo de excrementos (Mandujano y Gallina 1995).
84
a) Eberhardt y Van Etten (1956) propusieron como valor estándar 12.7 grupos fecales/individuo/día. Estudios
posteriores han cuestionado este valor y han obtenido otros nuevos y mayores (Ezcurra y Gallina 1981). Lo que se
concluyó con estos trabajos es que la tasa de defecación depende de varios factores entre los que se destacan el tipo
de dieta (relacionada con el tipo de hábitat), la época del año, el sexo, la edad y las condiciones en las que se
determinaron las tasas de defecación (animales en cautiverio, horas de observación, número de animales
observados; Mandujano 1992). De esta manera, es de esperarse que la tasa de defecación obtenida en un lugar y
bajo ciertas condiciones, no sea aplicable a otro lugar y bajo otras condiciones. A pesar de ello, este valor ha sido
ampliamente usado en los estudios de venado cola blanca por considerarse estándar para la especie (Ahumada et al.
1998; Galindo-Leal, 1993; Galindo-Leal et al. 1994; Loft y Kie 1988; Mandujano 1992; Mandujano y Gallina
1995; Ramos 1995; Valenzuela 1994); debido a lo anterior y a que no existe un valor de la tasa de defecación
establecido para las poblaciones de venado en Colombia, se utilizó el valor propuesto por Eberhardt y Van Etten
(1956).
b) El tiempo de deposición de los grupos fecales no significó un problema. El muestreo en cada parcela se realizó
de manera intensiva para asegurar que todos los grupos fecales fueran contados.
c) Adicionalmente los grupos fecales presentes en las parcelas se encontraron dispuestos de manera discreta por lo
que no hubo confusión para decidir si estos eran distintos.
85
d) La pérdida de grupos fecales puede deberse a la acción de coprófagos (orden Coleoptera) o al lavado de la lluvia.
Estos factores pueden acelerar la descomposición del excremento, pero el tiempo transcurrido entre los muestreos
en este estudio no fue suficiente para finalizar este proceso bajo las condiciones de páramo (Hofstede y Mena
2004).
3) Respecto a la poca representatividad del área que usa el venado en la reserva, de las 1692 ha que hacen parte de la
reserva, sólo el 18% forma parte del páramo. De los nueve grupos fecales encontrados en la reserva, ocho se presentaron
en este hábitat (Figura 16). De esta manera la baja abundancia hallada responde a los excrementos encontrados durante el
muestreo de los dos transectos localizados en páramo. Si esto se compara con el área muestreada por Ramos (1995) en el
mismo tipo de hábitat, se observa que el muestreo en páramo en la reserva (jurisdicción CAR) fue menor.
En el área de la RFP de las Cuencas de los ríos Blanco y Negro que se encuentra bajo jurisdicción de la CAR, no se
presentó evidencia de uso por parte del venado de los bosques y los pastizales y se presentó poco uso del arbustal. Estos
hábitats cubren cerca del 80% del total de la extensión de la reserva. De tal manera que al estimar la abundancia de los
venados para el área de estudio en la reserva (jurisdicción CAR) se obtienen valores de 2.14 x 10-5 venados/km2 y 2.8 x 10-5
venados/km2. La abundancia relativa obtenida particularmente para la zona de páramo en la reserva (jurisdicción CAR)
correspondió a 1.1 x 10-4 venados/km2, que es un poco mayor a la obtenida para toda la reserva (jurisdicción CAR), aunque
sigue siendo baja en comparación con otros estudios realizados en América.
86
Para Colombia sólo se ha realizado un trabajo donde se estimó la abundancia relativa del venado cola blanca en el Parque
Nacional Natural Chingaza (Ramos 1995). A pesar de que también se empleó el método de conteo de grupos fecales, el
índice de abundancia relativa utilizado y los métodos de muestreo empleados, difieren de los utilizados en este estudio.
Ramos (1995) empleó una modificación del índice utilizado por Gallina (1994a). Por ello no es posible comparar las
abundancias calculadas por Ramos en el páramo (0.044 – 3.3 venados/km2) con las obtenidas en este estudio en el mismo
hábitat (1.1x 10-4 venados/km2).
De las tres causas expuestas es posible que sea la baja representatividad lo que explica la baja densidad de venados en la
reserva. De las 1692 ha totales en el área de estudio sólo 311.33 ha pertenecen al páramo que es el hábitat que más usa el
venado cola blanca. Es decir, el hábitat preferido por el venado se encuentra representado en un bajo porcentaje (18%).
Adicionalmente, el sesgo que puede significar el uso de la tasa de defecación estándar (12.7 grupos fecales/individuo/día),
se presenta en todos los estudios que emplean este valor para obtener la abundancia de esta especie y no solamente se
presenta para el caso de la RFP de las Cuencas de los ríos Blanco y Negro (jurisdicción CAR).
7.2.2. Uso de hábitat
Además del conteo de grupos fecales, el conteo de rastros, principalmente huellas, se ha empleado como un índice de
abundancia y ha sido muy poco usado en hábitats tropicales. Este método presenta dos problemas: 1) la variabilidad diaria
depende del movimiento de los venados y 2) se debe conocer el tamaño de rango de hogar de los venados en el hábitat
87
donde se encuentren (Mandujano y Gallina 1995). Los métodos empleados en este trabajo no permiten corregir ninguno de
los dos problemas mencionados; para ello es necesario el uso de la radiotelemetría que permita conocer el rango de hogar
de los individuos. En el caso de este trabajo se utilizó esta técnica para describir la frecuencia del uso de hábitat.
El IAR y el Odds-Ratio reflejaron que el venado usó el páramo y el arbustal y no usó los bosques y el pastizal (Tabla 3).
El uso de hábitat parece estar influenciado por las características de cada hábitat, particularmente las diferencias que
ofrecen en cuanto a alimento, sombra y protección (Danields 1991). La cobertura es un factor de selección de hábitat
determinante ya que le provee al venado cobertura térmica y de protección (Bello et al. 2003) pero al mismo tiempo, un
sotobosque denso puede dificultar el desplazamiento de la especie (Vélez 2004). Esto presenta dos planteamientos que
deben considerarse para explicar la razón por la que no se observó uso por parte del venado en los bosques encontrados en
la reserva (jurisdicción CAR). Los bosques presentes en la reserva (jurisdicción CAR), pueden proveer al venado de
protección contra depredadores y contra el clima, pero también presentan un sotobosque arbustivo bastante denso que
impide su movimiento, sobre todo durante la época de lluvia donde aumenta la caída de árboles (Ramos 1995). Los
machos adultos son susceptibles a quedar enredados en las ramas de los arbustos debido a su cornamenta (Vélez 2004) por
lo que tal vez no usan los bosques en la reserva (jurisdicción CAR). No obstante, no se esperaba encontrar rastros de
venado en este tipo de hábitat, ya que no se tiene registro de que esta especie habite los bosques siempreverdes, aunque en
ocasiones pueden emplear los bosques secundarios con áreas de vegetación abierta como corredores (Linares 1998; Aranda
2000).
88
Linares (1998) reportó que el venado cola blanca habita en bosques ralos bajos o medios y en áreas de bosque donde el
sotobosque es abierto. Teniendo en cuenta que el manejo de la fauna también implica el manejo de su hábitat (Bookhout
1996; Negret 1984), se debe tener en cuenta esta adaptabilidad del venado cola blanca a la hora de realizar un plan de
manejo para la especie en la reserva (jurisdicción CAR) ya que la adecuación de ciertas zonas del bosque podría constituir
un hábitat potencial para la especie.
La disposición espacial de los hábitats en la reserva (jurisdicción CAR) también puede influir sobre el hecho de que no se
observó uso por parte del venado en los bosques. Por ejemplo, para acceder a las zonas de bosque los venados deberían
atravesar los arbustales, que por ser hábitats muy densos, dificultan el acceso y desplazamiento de la especie.
En los pastizales tampoco se observó uso. Esto puede deberse a que al igual que los bosques, para acceder a los pastizales,
es necesario atravesar los arbustales. Adicionalmente, la ausencia de rastros de venado cola blanca puede estar explicada
por otros dos factores: 1) la ganadería extensiva y 2) la presencia de asentamientos humanos cerca de las zonas de
pastizales.
1) En las zonas de pastizales presentes en la reserva se practica el ganadería extensiva (Bedoya y Méndez 2001). La
ganadería altera la composición de la vegetación natural, ya que disminuye la abundancia de las plantas con mayor
cobertura. Además el ganado y la fauna silvestre pueden competir directamente por alimento (Bookhout 1996). Aunque el
ganado se alimenta básicamente de pasto, cuando éste escasea, consume el follaje de arbustos y algunos árboles. Esto
89
puede originar competencia con los venados por algunos recursos alimenticios (Bookhout 1996; Gallina et al. 1981).
Adicionalmente la presencia de ganado ahuyenta a los venados (Gallina et al. 1981).
2) A pesar de que los venados pueden ser muy adaptables frente a las modificaciones de la estructura vegetal,
sobreviviendo en lugares donde se encuentran en estrecha relación con el hombre y su industria (Teer 1994), generalmente
huyen ante la presencia humana (Linares 1998). Observaciones directas corroboraron lo reportado por Vélez (2004)
cuando se mencionó que los individuos presentes en la reserva (jurisdicción CAR) poseen un comportamiento huidizo
frente a la presencia del hombre; esto puede deberse al hecho de que esta especie es cazada en el área (Vélez 2004). De tal
forma que la presencia de asentamientos humanos cercanos a las zonas de pastos y cultivos, puede contribuir al poco uso
de este tipo de hábitat.
El grupo fecal encontrado en arbustal fue hallado en un lugar que se caracterizó porque la densidad arbustiva era baja y
existía bastante espacio para el movimiento de los venados; además esta zona era contigua hacia el área de páramo. Es
posible que el venado haya empleado esta zona de arbustal como zona de paso. Sin embargo, el arbustal es usado en una
proporción muy pequeña (el 2% de los rastros fueron encontrados en este tipo de hábitat; Tabla 3) por lo que se dice que
este hábitat fue usado con poca frecuencia o no fue preferido por el venado. Esto es contrario a lo encontrado por Bello et
al. (2003) quienes afirmaron que los pastizales y matorrales densos, son una combinación atractiva para el venado
favorecida por la producción de especies herbáceas y la gran diversidad de especies arbustivas. Puede ser que las
condiciones de densidad arbustiva consideradas por Bello et al. (2003) sean diferentes a las que se presentaron en este
estudio. Linares (1998) mencionó que el venado cola blanca se dispersa eficientemente usando los claros de la vegetación,
90
los bordes de los bosques o las zonas cultivadas, llegando a regiones muy distantes y aisladas o muy elevadas en Los
Andes. Tal vez si se le diera un manejo adecuado a los arbustales (originando corredores artificialmente), sería posible que
la frecuencia de uso de este hábitat fuera mayor y que la especie accediera y usara otros hábitats como los bosques y los
pastizales.
Se encontró que los venados prefieren áreas abiertas, específicamente las zonas de páramo (Figura 17). Esto corresponde
con lo encontrado por Bello et al. (1998) en un matorral xerófilo de México, por Gallina (1994a) en un bosque de coníferas
abierto de México y por Ramos (1995) en la zona de páramo en el Parque Nacional Natural Chingaza de Colombia.
El hábitat más usado y preferido por el venado cola blanca fue el páramo (Figura 18). Según Ramos (1995) los venados
prefieren este hábitat para el desarrollo de sus actividades, en especial las áreas abiertas con parches de bosque y un
mosaico de vegetación caracterizada por la presencia de cuatro estratos. El área de páramo caracterizada no presentaba
estrato arbóreo ya que los individuos más altos eran frailejones (Espeletia grandiflora) que medían aproximadamente 3 m.
Esto indica que los sitios de abrigo eran escasos, aislados o no existían, debido a que no se presenta la cobertura necesaria
para el desarrollo de esta actividad. Lo anterior puede explicar por qué no se encontraron descansaderos o dormideros de
venado cola blanca en el área de la reserva (jurisdicción CAR).
De acuerdo con Contreras (2000) los venados utilizan sitios específicos para rumiar, descansar o proteger a sus crías. Estos
lugares deben proporcionarles protección contra depredadores, contra condiciones climáticas (Contreras 2000) y deben ser
sitios desde donde se pueda escuchar bien para estar alerta ante la presencia de un depredador (Aranda 2000). Por ejemplo
91
Contreras (2000) encontró que en el momento de seleccionar sus echaderos, los venados elegían características específicas
del hábitat que no se presentaban en toda el área disponible. Dentro de estas características específicas se encuentran las
coberturas de pastos, la altura y el volumen de los arbustos.
De todas las plantas y asociaciones vegetales presentes en páramo, sólo dos pueden considerarse como apropiados para
ofrecerle al venado sitios de descanso: el chuscal (Swallenocloa tessellata) y el rodamonte (Escallonia myrtilloides).
Ninguna de estas especies vegetales presentaron coberturas adecuadas para proteger al venado de depredadores o de
condiciones climáticas; es decir, el número de individuos de estas especies eran pocos (Escallonia myrtilloides) o no se
presentaron en la unidad de muestreo (Swallenocloa tessellata).
Por otra parte, de los 39 rastros encontrados, el 56.4% corresponden a huellas (n=22). La mayoría de las huellas (n=15) se
encontraron durante el periodo de transición, el cual presentó las condiciones más adecuadas para la impresión de estos
rastros. Estas condiciones están dadas por la humedad del sustrato y la poca radiación que permitía que la impresión no se
borrara tan pronto. Esto también puede explicar por qué se encontró una mayor proporción de rastros durante la época de
transición que presentó el 48.7% de los rastros totales.
La menor proporción de rastros se presentó en la época seca, lo cual era de esperarse debido a que la pérdida de humedad
de la vegetación y del sustrato dificulta la observación de la actividad del animal a través de sus rastros (Aranda 2000).
Esto corresponde con lo encontrado por Ramos (1995).
92
Debido a que sólo se encontraron huellas, senderos y grupos fecales en el área de páramo de la reserva, se sugiere que el
venado cola blanca está empleando el área estudiada como zona de paso, ya que este sitio presenta una zona continua con
el área de páramo del Parque Nacional Natural de Chingaza. Este desplazamiento puede estar explicado por la búsqueda
de un refugio adecuado durante la época de lluvia (Ramos 1995) o por la búsqueda de fuentes de agua durante el periodo
de sequía (Mandujano y Gallina 1994) si es que éste es un recurso limitante para el venado bajo la condiciones de páramo.
Todo lo anterior refleja que el venado sólo usa el 18 % (311.33 ha) del total del área de la reserva, es decir, la zona
correspondiente a páramo. El hecho de que no se hayan observado rastros de venado en los bosques y los pastizales y que
se haya encontrado sólo uno en arbustal, implica que en términos de manejo de la reserva, se deben centrar esfuerzos en
conservar el área de páramo y en realizar estudios específicos para esta área y para los otros hábitats incrementando las
posibilidades de obtener datos de la especie sin descartar que los bosques y los pastizales puedan ser hábitast potenciales
para el venado. Mientras esos estudios son desarrollados, se sugiere que en los hábitats diferentes al páramo, se concentre
el manejo de la fauna en otras especies de mamíferos como por ejemplo el borugo, que es un roedor importante a nivel
ecológico (dispersor de semillas) y económico (mamífero de caza mayor y otros usos) para el cual la conservación de
hábitats como los bosques tiene valor a otro nivel (Pardo 2004; Vélez 2004).
Es necesario reconocer que la desaparición del venado cola blanca puede estar ligada con la desaparición de su hábitat y el
uso indiscriminado de sus productos, aunque por ser una especie generalista y ampliamente distribuida sea difícil
entenderlo (Halls 1984). Es por ello que la conservación de la especie andina de venado cola blanca implica tres aspectos
principalmente: 1) la conservación del páramo, 2) el estudio de otros hábitats que pueden ser usados potencialmente por la
93
especie y 3) el control de la cacería indiscriminada. En la RFP de las Cuencas de los ríos Blanco y Negro (jurisdicción
CAR) es posible llevar a cabo estos dos aspectos teniendo en cuenta que es importante proveer a la población humana de
posibilidades de utilización de este recurso para aumentar el nivel de vida y proteger la especie. El objetivo es que a
mediano o largo plazo, sea posible cosechar esta especie como se ha demostrado en Norteamérica sobre una base que no
deteriore la población, para lo cual es necesario un entendimiento biológico de la especie y la cooperación de la población
rural local (Solis, 1994; Vaughan 1994), ya que el manejo trabaja con las poblaciones de fauna, con la gente y con los
hábitats (Negret 1984). Si en la reserva se logra un equilibrio entre el manejo de la fauna, de su hábitat y la cooperación de
la población local, el plan de manejo de la reserva y particularmente del venado cola blanca, permitirá la conservación de
la especie y una adecuada cosecha de la misma en el futuro.
8. Conclusiones
Se encontraron bajos valores de abundancia relativa del venado cola blanca en el área de la reserva que se encuentra
bajo jurisdicción de la CAR.
No se presenta uso por parte del venado en las áreas de bosques y pastizales en la reserva (jurisdicción CAR).
94
El venado cola blanca usa las áreas de arbustal y páramo, prefiriendo las zona de arbustal encontradas en la reserva
(jurisdicción CAR).
Las zonas preferidas por el venado cola blanca pueden ser sitios planos o no, con la presencia y dominancia de
Espeletia grandiflora, Calamagrostis effusa y Chusquea tessellata.
95
9. Recomendaciones
Se deben medir las tasas de defecación para las subespecies colombianas con individuos en cautiverio para reducir
el sesgo de las estimaciones al tipo de dieta y a las condiciones en que se determine el valor de las tasas.
Se recomienda espaciar los muestreos con la misma cantidad de días entre uno y otro para facilitar el cálculo de las
densidades a partir del método de colecta de grupos fecales.
Se recomienda realizar estudios donde se comparen transectos de diferentes longitudes, número y tamaño de
parcelas y distancias entre ellas para aumentar el éxito de muestreo y disminuir el seso en el momento de estimar
las densidades poblacionales y la frecuencia de uso.
Realizar censos a través de método se observación directa.
Se recomienda realizar un muestreo preferencial en las zonas de páramo de la reserva donde se observen
características de hábitat diferentes (coberturas, distancia a cuerpos de agua y a asentamientos humanos, presencia
de ganado, etc.) para estudiar la selección del venado para el desarrollo de sus actividades (principalmente
alimentación, protección, descanso y algunas actividades reproductivas) como el realizado por Contreras (2000).
Esto permitirá determinar la importancia de la reserva en la conservación del venado cola blanca
96
Realizar estudios donde se midan aspectos como la biomasa, diversidad y riqueza vegetal y relacionarlo con la
disponibilidad y calidad de alimento encontrado en la zona y la forma en que esto influye sobre los parámetros
poblacionales dela especie.
Realizar estudios que centren su atención en el requerimiento de agua y dieta del venado en la reserva, para
determinar la importancia del mantenimiento de fuentes de agua naturales y/o artificiales y del mantenimiento o
incremento de la oferta alimenticia (especies vegetales consumidas) para el venado cola blanca.
Si es posible, realizar un monitoreo de la población con el objetivo que conocer su tasa de crecimiento (natalidad y
mortalidad) y la proporción de sexos y edades en la población de venado cola blanca.
Realizar estudios que permitan conocer la efectividad del conteo de rastros durante los diferentes periodos
climáticos y que reflejen los cambios temporales de la población de venados que visitan la reserva.
Realizar estudios sobre depredación de vendo cola blanca en los hábitats donde se encontraron y donde no se
encontraron rastros.
Se recomienda tener especial cuidado y control con la cacería furtiva.
97
10. Literatura citada
Ahumada, R.; Flores, J.; Márquez, G.; Torres. E. 1998. Distribución y abundancia del venado cola blanca (Odocoileus
virginianus sinaloe), en la Sierra de Navachiste, Sinaloa. VI Simposio sobre venados de México. Universidad Autónoma
de México. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. División Educación Continuada. 223 p.
Alberico, M.; Rojas-Díaz, V. 2002. Mamíferos en Colombia. En: Diversidad y conservación de los mamíferos
neotropicales. 182 – 226. (Cevallos, G. y Simonetti, J. ed.). Comisión nacional para el conocimiento y uso de la
biodiversidad. D.F. México. México. 582 p.
98
Andrade, G. 1993. Carpanta: selva nublada y páramo. Fundación Natura, The Nature Conservancy, Empresa de
Acueducto y Alcantarillado de Bogotá. Edit. Presencia. Bogotá. 256 p.
Aranda, M. 2000. Rastros de los Mamíferos Silvestres de México: manual de campo. Instituto Nacional de Investigaciones
sobre Recursos Bióticos, México. 132 p.
Arceo, G.; Mandujano, S.; Pérez-Jimenez, L.; Gallina, S. 1998. Hábitos alimentarios del venado cola blanca en un bosque
tropical caducifolio de Jalisco. VI Simposio sobre venados de México. Universidad Autónoma de México. Facultad de
Medicina Veterinaria y Zootecnia. División Educación Continuada. 223 p.
Bedoya, M.; Méndez, O. 2001. Plan guía de manejo para la Reserva Forestal Protectora de las cuencas de los Ríos Blanco
y Negro en jurisdicción del municipio de La Calera. Sistema Regional de Áreas Protegidas, SIRAP-CAR. Fundación
Bioterra.
Bello, J.; Gallina, S.; Delfín, C.; Mandujano, S.; Equihua, M. 1998. Ámbito hogareño y uso de asociaciones vegetales del
venado cola blanca en una zona con alta disponibilidad de agua del noreste de México. VI Simposio sobre venados de
México. Universidad Autónoma de México. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. División Educación
Continuada. 223 p.
99
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111
ANEXO 1
Rastros de venado cola blanca encontrados en la Reserva Forestal Protectora de Río Blanco.
Huellas de venado cola blanca
112
Sendero de venado cola blanca
113
Grupo fecal de venado cola blanca
114
ANEXO 2
Se presentan algunos elementos empleados para medir las variables durante la caracterización de hábitat.
Cinta plástica color azul empleada para marcar el centro de las parcelas. Las cintas se marcaban con el número de la
parcela para evitar que éstas se perdieran en campo.
115
Altura de un arbusto medida con una cinta métrica.
116
Ancho del follaje de un arbusto medido con una cinta métrica.
117
Densiómetro esférico para medir cobertura del estrato arbóreo.
ANEXO 3
Se presenta la fórmula del Índice de Valor de Importancia (IVI) desglosada.
La densidad relativa se calcula:
118
100NnDR i=
Donde,
ni = número de individuos de la especie i
N = número total de individuos
El área basal relativa es:
100AABAR =
∑=
=n
iiDAPAB
1
24
π
Donde,
AB = área basal de la especie
A = área basal total
Por último, la frecuencia relativa se calcula:
pPFR i=
Donde,
119
Pi = número de parcelas donde se encuentra la especie i
p = número total de parcelas`
ANEXO 4
Se presentan las familias, géneros y especies colectadas durante la caracterización de hábitat.
Familia Género/Especie/MorfoApiaceae Eringium humboldtii
Eringium sp.1 Apiaceae morfo 1 Apiaceae morfo 2
Araceae Anthurium sp.1Araliaceae Oreopanax floribundumArecaceae Ceroxylon quindiuense
Geonoma weberbaueriAsteraceae Ageratina ginoxoides
Ageratina latipes Baccharis latofolia Baccharis revoluta Baccharis tricuneata Baccharis sp.1
120
Bidens sp.1 Diplostephium brathis Espeletia argentea Espeletia grandiflora Espeletia uribei Jungia sp.1 Munnozia senecionidies Pentacalia guadalupe Senecio garcibarrigae Senecio vacciniodes Asteraceae morfo 1 Asteraceae morfo 2
Begoniaceae Begonia urticaeBerberidaceae Berberis glauca
Berberis goudottiBlechnaceae Blechnum loxenseBoraginaceae Cordia sp.1
Chrysobalanaceae Chrysobalanaceae morfo 1 Chrysobalanaceae morfo 2 Chrysobalanaceae morfo 3
Clusiaceae Clusia sp.1 Clusia sp.2
Clethraceae Cletrha fimbriata Cletrha sp.1
Cunoniaceae Weinmannia rollotti
121
Weinmannia tomentosa Cunoniaceae morfo 1
Cyatheaceae Cyathea sp.1Cyperaceae Cyperus alternifoliaEricaceae Befaria sp.1
Cavendishia sp.1 Cavendishia sp.2 Gaultheria sp.1 Gaultheria sp.2 Gaultheria sp.3 Pernettya elliptica Pernettya prostrata Plutharchia guascensis
Escalloniaceae Escallonia sp.1Gentianaceae Halenia asclepiadeaHaloragaceae Gunnera chilensisHypericaceae Hypericum goyanesii
Hypericum mexicanum Hypericum strictum Hypericaceae morfo 1 Hypericaceae morfo 2 Hypericaceae morfo 3
Lauraceae Aniba sp.1 Lauraceae morfo 1
Liliaceae Bomarea sp.1
122
Liliaceae morfo 1Lycopodiaceae Diphasium jussiaiei
Lycopodium jussiaieiMelastomataceae Buquetia glutinosa
Buquetia sp.1 Buquetia sp.2 Buquetia sp.3 Miconia salicifolia Miconia squamulosa Miconia sp.1 Miconia sp.2 Tibouchina sp.1 Tibouchina sp.2 Melastomataceae morfo 1
Menispermaceae Menispermaceae morfo 1Myrsinaceae Myrsinaceae morfo 1
Oenotheraceae Fucsia sp.1Orchidaceae Orchidaceae morfo 1Oxalidaceae Oxalis sp.1
Passifloraceae Passiflora biflora Passiflora sp.1
Piperaceae Piper sp.1Poaceae Calamagrostis effusa
Chusquea tessellata Swallenochloa tessellata
123
Podocarpaceae Podocarpus oloifoliusPolygalaceae Jamesonia bogotensis
Monnina sp.1Rosacea Hesperomeles cf. heterphylla
Rubus aff. acanthophyllusRubiaceae Rubiaceae morfo 1
Scrophulariaceae Aragoa cundinamarcensis Bartsia santolinaefolia Digitalis purpurea
Solanaceae Brugmaniasia sp.1 Datura sp.1 Solanum sp.1 Solanaceae morfo 1
Symplocaceae Symplocos theiformis Symplocos sp.1
Urticaceae Urtica urensWinteraceae Drymis granadensis
Además de las plantas mencionadas, hay otras 15 cuya determinación taxonómica no fue posible y se dejaron a nivel de
morfo.
124
ANEXO 5
125
Se presentan los rangos de valores obtenidos para altura total (AT), la altura del fuste (AF), el diámetro mayor (∅M) y
menor de copa (∅m) y el diámetro de altura al pecho (DAP) para el estrato arbóreo. También se presenta el número total
de individuos (total ind.) medidos en el estrato arbóreo por cada tipo de hábitat o cobertura.
Tipo de hábitat Total ind. AT (m) AF (m) ØM (m) Øm (m) DAP (cm)Bosque natural 71 6.2 - 22.3 2.3 - 12.6 0.92 - 10.5 0.4 - 5.7 7.0 - 60.0
Bosque secundario 53 4.1 - 16.2 2.3 - 12.6 0.8 - 8.2 0.4 - 6.2 3.0 - 54.0Arbustal 6 6.3-16.5 1.1 - 4.2 2.2 - 3.2 1.0 - 1.5 12.0 - 20.0Páramo 0 Pastizal 11 6.3 - 8.6 2.3 - 14.2 2.2 - 6.3 0.38 - 6.1 3.0 - 40.0TOTAL 141
126
ANEXO 6
Se presentan los rangos de valores obtenidos para altura total (AT) y diámetro mayor (∅M) y menor de follaje (∅m) para
el estrato arbustivo. También se presenta el número total de individuos (total ind.) medidos en el estrato arbustico por cada
tipo de hábitat o cobertura.
Tipo de hábitat Total ind. AT (m) ØM (m) Øm (m)Bosque natural 491 0.41 - 4.1 0.15 - 4.2 0.05 - 3.6
Bosque secundario 660 0.42 - 4.8 0.05 - 5.4 0.03 - 2.5Arbustal 3101 0.1 - 3.7 0.07 - 6.3 0.04 - 4.3Páramo 864 0.41 - 3.3 0.14 - 2.3 0.02 - 0.82Pastizal 200 0.42 - 4.3 0.07 - 5.2 0.04 - 3.5TOTAL 5316
127
ANEXO 7
Se presenta el porcentaje promedio de cobertura del estrato rasante por tipo de hábitat. Las variables medidas fueron:
suelo desnudo (SD), pastos (P), plántulas (Pl), líquenes (L),musgo (M), hepáticas (H), hojarasca (Hj), helechos (He),
hongos (Ho) y agua.
128
SD P Pl L M H Hj He Ho AguaBosque natural 5.9 7.9 12.7 0.2 22.3 4.9 39.3 6.8 0 0Bosque secundario 7.9 12.3 17.7 0.6 22.8 1.8 32.3 4.6 0 0Pastizal 8.8 32.4 25 0 24.2 1.9 5.5 2.2 0 0Páramo 6.7 45 24.2 1.2 22.9 0 0 0 0 0Arbustal 10.6 22.5 20.2 1.6 32.1 0 6.5 4.9 0.5 1.1
129
ANEXO 8
Se presentan los valores de rangos del largo y ancho de los rastros encontrados
(huellas, fecas y senderos). En las columnas se encuentra número de muestreo, número de transecto (T), número de parcela
(P), el tipo de rastro y el ancho y largo en centímetros. Los rastros colectados durante el primer muestreo no fueron
medidos con excepción de los grupos fecales.
MUESTREO T P TIPO DE RASTRO ANCHO (cm) LARGO (cm) materia fecal de venado 0.98 1.21 3 sendero de venado N.D. N.D. huella de venado N.D. N.D. 4 huella de venado N.D. N.D. huella de venado N.D. N.D. 9 sendero de venado N.D. N.D.1 5 materia fecal de venado 0.9 1.22 sendero de venado N.D. N.D. 7 huella de venado N.D. N.D. 8 sendero de venado N.D. N.D.
130
21 sendero de venado N.D. N.D. 22 huella de venado N.D. N.D. 10 14 materia fecal de venado 0.96 1.26 16 sendero de venado N.D. N.D. 9 3 materia fecal de venado 1.3 1.52 16 sendero de venado 57.3 10 24 huella de venado 2.4 3.78 materia fecal de venado 1.2 1.4 3 sendero de venado 47 5 huella de venado 1.99 2.23 huella de venado 2.52 4.41 9 14 huella de venado 3.5 4.17 18 huella de venado 2.69 2.41 huella de venado 3.31 2.62 22 huella de venado 2.48 2.773 8 huella de venado 4.39 5.28 huella de venado 3.3 4.7 huella de venado 3.8 5.97 16 huella de venado 2.49 3.2 10 huella de venado 3.67 4 huella de venado 3.87 3.8 huella de venado 3.87 4.3 23 huella de venado 2.01 3.27 5 19 materia fecal de venado 0.8 1 16 huella de venado 5.39 6.59
131
4 huella de venado 3.57 4.27 10 materia fecal de venado 0.99 1.38 22 materia fecal de venado 0.95 1.11 materia fecal de venado 0.79 0.88
El número de pellets (bolas de material fecal) y el promedio del ancho, largo y volumen de las pellets de cada grupo fecal
se presentan en la siguiente tabla.
PromediosN° grupo N° pellets Ancho (cm) Largo (cm) Volumen (cm3)
1 84 0.9 1.22 0.776132282 86 0.96 1.26 0.912019053 48 1.16 1.36 1.437294574 82 0.87 0.99 0.588524575 266 0.91 1.13 0.734940416 130 0.95 1.2 0.85058827 76 0.76 0.88 0.39920948 60 1.05 1.24 1.073720349 163 0.87 1.13 0.67175026
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