Civilizaciones Desaparecidas - Atlantida R-006 Nº139 - Mas Alla de La Ciencia - Vicufo2
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flu
Ai
Llegó
de
IVIalta,
pasé
unos
días
en Canarias,
marchó
rumbo
Londres
para
volar
hasta Japón
después
y
regresar
poco
nnás
tande
a
tierras españolas
para
completar
sus
investigaciones
sobre
los
restos de
una
antigua
civilización
perdida
en
el
Mediterráneo.,"
Ese es
Graharn
Hancock, un escritor
de
fama
internacional
qu
está
dispuesto
a
encontrar
como
sea
su
§anto
Grial:
Ias
evideneias
de
una cultura
que precedió
a Sumer
o
Egipt
y que
desarro ló
una
religión
astronómica
cltyas
huellas
están
diserninadas
por
doquier.
Lo
que
cree,
lo
cuenta
aquí.
texto
y
fotos:
Javier
Sierra
teven Spielberg
no
1o
hubiera
caracte-
rizado
mejor.
Escocés, cincuenta
1,
un
años recién cumplidos,
licenciado
en
sociología
por
1a
Universldad
de
Durham
y
anti-
guo corresponsal en
África
para
publicaclones
como
The
Guardian
o
The Economis¿,
Graham
Hancock
es, sin
duda,
el prototipo
per{ecto
del
verdadero
"Indiana
Jones".
Pero
hay otro
punto
en
e1
que
convergen
ambos
personajes. Los dos
-en
1a
ficción
y
en
la
realldad-
se obsesionaron
con
el
Arca
de
la
Alianza. Uno,
el
personaje
de
Spielberg,
1a
localizó
en
Egipto,
en
un
foso
l1eno de serpien-
tes.
Otro,
a contracoriente,
logró
justificar
su
presencia
en
EtiopÍa
y
estudió
los
ritos
de
1a
ciudad
sagrada
de
Aksum donde aún la
rinden
culto
(MÁS
*l-Á.,
tzl).
Aqueila
investigación
le afectó
de
tal
modo
que
después
de
publicar
su
libro
Sintbolo
y
señal,
abandonó
el
periodismo
"convencional"
y
se
embarcó en
1a búsqueda
de ciüliza-
ciones
perdldas.
kts
huellas
de los
dioses
y Guardian
del Cenesis
sur-
gieron como
lruto
de
aquella
repentina
e
intensa
pasión.
-Para
mí
-confiesa
hoy-
fue
una
progresión muy lógica,
porque
26
MAS
ALLA
cuando
terminé de
investigar
el misterio del Arca
1,
1a
afirmación
etíope de
que
e11os
poseían
esa
reliquia,
se
abrió
el camino
a otros misterios de
1os
que
no
me había
dado cuenta
antes. Como
1a
posibilidad
de
que
existlera
una civilización
mu¡r
avanzada
en tiempos
prehlstóricos, que
desapa-
reció
tras un
gran
catacllsmo.
-¿Se
convenció
entonces de
que
el
Arca era
un
objeto
tecnológico?
-Bueno...
Empecé
a
entenderla
como e1
resul-
tado
de
alguna
clase
de conocimiento
elevado.
Un
saber
que
no
era
propio
de1
periodo
en
el
que
fue
construida.
Y
comencé
a
cuestionatme
si
aquel obieto
no
.ena
el resultado de una
heren-
cia
anterior.
Todo
llegó como
consecuencia
de
aquella deducción. Para
reguir su historia
ruve
que ir
a
Egipto,
porque
fue donde
comenzó todo
con
Moisés
y
e1
Éxodo. Y
tuve
que
examinar
el con-
texto en
e1
que
surgió
Egipto,
percatándome
de
que
hay muchas
cosas
allÍ
que
son
inexplicables.
-Y
no sólo las pirámides.
-Es
cierto.
Aunque 1as
pirámides
de Gizéh
son el
"misterio
de todos los mis-
tedos",
por
tralarse
no
sólo de
un
prodigio
ingeniería
sino de
unos
monumentos
espiritua
que
testimonian
una
re1lgión
poderosa
y
de
g
sofisticación,
allí
había
mucho
más.
En
Egi
buscando
pmebas del Arca,
me dl
cuenta
d
poco que
sabemos
de1
pasado de
1a ciülizac
humana.
Todas
las
grandes culturas de
la hl
ria
emergieron
casi a
1a
vez
-Sumet
el
Va11e
Indo,
China,
Egiplo...-,
entre
e1
tercer
y
segundo
milenio
antes
de
Cristo. Y
da 1a im
sión de
que
no
hubo
pasado
con
anteriorida
ese súbito
nacimiento.
Es
como
si se nos
hub
ocurrido
de
repente
1a idea de
crear
grandes
lizaciones,
y
eso
no tenía sentido
alguno
para
Pensé
que
debía
haber una
explicación.
-Y
decidió buscarla...
-Las
similitudes
entre
estas
supuestamente
a
das
culturas,
e1
nivel
de
sofisticación
de
sus
id
los extraordinarios
trabajos de
arte
y
arqu
tura
que
produjeron,
¡tuüeron
que
ser e1 re
tado
de
un
largo desarrollol
No
pudo
ser algo
tantáneo,
como creen
los
historiadores.
Y sé
bien
que
no
hay
rastro
de ese
desarrollo en
registros
históricos,
lo
que
no
me impidió
pe
en 1a
existencia
de una
ciülización
perdida
anterior
a éstas.
Esta cuestión
se conviltió
e
misterio
que
me
poseyó
y
me
r-rrgió a
inv
garlo.
Así
nació
kts huellas de
los dioses,
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.--'-'@il"f,
Tecnología
para
el espíritu
Con
Hancock
me
reuní
en
la isla
de
Tenerife. La
excusa
era
per{ecta.
En
Güímal
dentro
del com-
plejo de pirámides
que
hoy
protege
un
parque
etnográfico auspiciado
por
el
noruego
Thor
Heyerdahl,
iba
a
tener lugar
un
acontecimiento
cósmico singular. Situados
bajo
e1
mayor
de
los
muros
de1 conjunto
piramidal,
íbamos
a
presen-
ciar
cómo
e1
So1 durante
eI
solsticio
de
verano
se
ocultarÍajusto
frente
a
nosotros. Los astrofísicos
que
descubrieron esta
alineaclón
en
1991
se
quedaron
estupefactos
al
comprobar
que
una
vez
puesto
el
Sol tras
el borde
meri-
dional
de
1a
Caldera de
Pedro
GiI,
una
muesca en los
farallones
permitía
verlo
de nuevo
por
unos
instantes,
provo-
cando
un
"segundo ocaso".
A
Hancock
aquello
le
fascinó.
Ller,aba
meses
recorriendo
ei mundo
en busca de
vestigios remotos
que
parecían
demostrar la
existencia
de
una ciülización
muy
desarrollada
en
la antigüedad.
Una cultura de
"r,igi1antes"
del
Sol
y
grandes
navegantes
cuyos
restos
-intuÍa-
debían encontrarse fundamentalmente
sepulta-
dos
bajo los
océanos, cuyas
huellas
eran
üsibles
en
monumentos antiguos
orientados
hacia
momentos
clave de
la trayectoria del
astro rey
o
de cierlas estrellas.
-Cuando
consideré
la
idea de
la
exlstencia
de
una civilización
perdida,
tenía en
mente
qué
clase de
cultura
pudo
haber
sido.
Pero cuanto
más
fui
aprendiendo,
más
me
he ido
conven-
ciendo
de
que
no
fue
una civiiización
como la
nuestra. Sin
duda
era
capaz
de
manipular
su
entorno físico, como
hemos
visto
en
Egipto,
y
algunas
veces
de forma tan extraordinaria
que
no
es
difícil
pensar que
desarrollaron
una
tec-
nología.
Pero su esencia
no
era material
o téc-
nica, sino
que
se
trató
de una sociedad
alta-
mente
espiritual
para
la
que
e1
mundo
material
era la menor
de sus
preocupaciones.
:§i%ffi
-¿La
menor?
-Por
1o
que
11evo
investigado,
creo
que
sus
gr
des mentes
se
concentraron
en
1a
exploración
misterio
de 1a
muerte
y
qué
es
lo
que nos esp
más allá de ésta.
Y esa
materia
no es
consider
por nuestra moderna
sociedad,
más
ocupada
e1
incremento de tecnología
que
en 1os
mister
de
la
üda
y
1a
muerte.
Graham se
detiene
un
momento
antes
de
co
nua como si
fuera
a medir
bien
1o
que
estab
punto
de decir.
Luego continuó:
-Mi
r.isión
inicial
del
Arca como una especie
ingenio científico
no desapareció,
pero
llegué
conclusión
de
que
si
quería comprender
esta
tura
perdida
no lo
lograría examinando sólo
tecnología.
Me acercarÍa
más
estudiando
su e
ritualidad
y
a
través
de
1os
grandes
monumen
que
están conectados
a
esa
búsqueda espiritu
-dQuiere
decir
que
los
monumentos
de
;,.L]
i
{j;,,ri;'
::,,liri,+ rt{
i.}
,i
I
,
i¡#-f
i {J
i:.}
t.i 1,.:ii.
28
MÁS
AttÁ
-
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antiguos eran
una
especie de tecnolo-
gía
al servicio del espíritu?
eristencia de
una
civilización
perdida.
\o la
iecnologia.
\i
las
pirámides.
Sino
1a
evidencia de
que
existió una
idea
uni-
r.ersal
espiritual
que
tocó la
esencia de
1a
r,ida,
y
no
puede
explicarse
su
implantación
en el
mundo mas que aceptando Ia existencia
de
una
luente común
que
transn-ritió
ese
conocimiento.
EI
espejo del cielo
La tesis
de
Hancock
comenzó a tomar
fuerza
durante
Ia
preparación
de su
ú1timo libro,
Heaven'" 1/rrior
iMÁS
ALLÁ
119.1.
En
esra
obra
-todar,ía
no
traducida
al castellano- plan-
tea
la poslbllidad
de
que
algunos
de
los lugares
espirituales
del
planeta
más
antiguos,
como
Gizéh, Angkor en
Cambol,'a,
Ias islas
de
Ponhpei
v
Pascua
e
incluso
las célebres
pistas
de Nazca
o
el candelabro de
Paracas,
en
Per-u,
se encuentren distribuidos cumpliendo
una
función
a5tronómica
i
religiosa mur
precisa.
El
descubrimiento
princlpal
de Hancock consis-
tió
en
determinar
que
la
meseta de Gizéh debió
ser
algo
así
como el
"meridiano
cero" de la anti-
güedad.
Aunque
nuestra
civilización
no
fue
capaz
de
calcular
correctamente
la
latitud
para
la
navegación
hasta el
siglo
X\|III,
Hancock sos-
tiene que
ese
problema
no existió
en
un
remoto
pasado y
que
el
"meridiano
de
Greenrvich"
de
entonces pasaba
por encima
de 1as
pirámides.
A
parlir
de
ahí descubrió
que,
en
relación
a ese eje
geodésico,
muchos
monumentos
sagrados
se
habían
distribuido
sobre
la faz
de
la
Tierra for-
mando
una
red
separada
por
ángulos cuyos
valo-
res resultaron
ser
múltiplos
de números de
gran
imporlancia astronómica. Era como
si
los
monu-
mentos
se hubieran levantado para
seguir el
des-
plazamiento
de
ciertas
estrelias en el cielo.
Hancock
se
refiere
a
esos
vaiores
como
"números
precesionales",
va
que
hov
sin'en
para
calcular
el
moümiento de
los
astros. Esa
traslación,
origi
nada
por
el desplazamiento
en forma de
peonza
deI eje longitudinal
de Ia Tierra alrededor del
polo,
hace
que
las estrellas
se
"muevan"
en nues-
tros
cielos arazón de
un
grado
cada72 años.
En
consecuencia, los
múltiplos
de 72
fueron
consi-
derados
en la
antigüedad
como
números sagrados
¡,
aplicados
-según
Hancock- a la
construcción de
esos
lugares
espirituales siguiendo
un
plan
meticuloso
v
preclso.
Pero
esto
debió
exigir a los antiguos
tremendos conocimientos
de
geogra-
fía, astronomía v matemáticas.
Además, ha1,
otra
"pn:eba"
extra
para
abonar esta hlpótesis:
la dispo-
sición
de
esos enclaves
imita en
muchos
casos 1a forma de cierlas
conslelaciones.
A"í,
las tres pirámi-
des
de Gizéh reproducen
la
alinea-
ción
de
las
tres
estrellas del
cinturón
de
orión
(MÁS
ALLÁ,
100),
o
los
templos de Angkor
la
forma
de
1a
constelación
de
Draco
o
del Drasón.
-Todo
eso
-insiste
Hancock* no puede
ser
casualidad. Yo creo
que
forma
parle
de un
conocimiento diseminado
intencionadamente.
Si esto¡.
en
lo
cierto, hubo
una
cultura
que
alcanzó
una
gran
sabiduría
a
través
de una
exploración a
conciencia
del
ser
humano
y
de
su condición.
Sus miembros creveron
haber
alcanzado
un conocimiento
que
daba sentido
a
sus
vidas
y
1es
ofi'ecía
garantías
para
superar
a
1a
muerte,
que
debió
ser su
gran preocupación.
En
efecto.
Tanto
Gizéh como Angko4 Pohnpei
¡,
otros
muchos lugares
sagrados,
parecen
conce-
bidos como
pueñas
al
más
a1lá. El
caso de las
pirámides
es
especialmente claro al respecto,
ya
que
1os
antiguos egipcios consideraban
la
plani-
cie
sobre 1a
que
se
levantan
como el
"reino
de
Osiris"
en la Tierra,
el
"Rostau",
y
1o
emparen-
taban
con
otro
"reino
de
Osiris" celestial
que
11a-
maban
"Duat"
y
que
no
es
otro
que
la constela-
ción de Orlón.
Gizéh,
pues,
actuaba
como
la
puerta
terestre
para
ascender a
los
cielos.
-La
cuestión
es
qué
hacemos
con
esta
infoma-
ción
-añade
Hancock-. En
el caso de Angko4 no
solo
sus
templo"
pnncipales
parecen
querer
imi-
tar la forma
de la constelación de1 Dragón, sino
t/l
IJJ
z
o
U
N
J
U
-En
cieno:
textos antiguos
se
nos
habla ffiil
Jc
rida
t
mullc.
del
riaie al nrás
allá
r
É |
de
la" grandes
estructuras de
piedra
t
.,-
como
pafte
de
un
sistema de iniciación
,{i,l
l'T
cn
estos
misterios.
Esas
estrucruras
se
&
'\'
disenaron para crear
un
ambiente,
una
@*
atmó"fera
en la
que
el
.er
humano
fu.r,
,G
capaz de contemplar estar materias
:F
E5tU\ Ult\C,LtUU
U(
qUú üIlSLtU
Ult
"''
Q
=ih:i;*Tirilü+r#,:#
I
ros. Para mí
esa es
la mavor
prueba
de
ia
r',i
,
,l
JOSE
6REGORIO 6ONZALET
-
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I
I
¡
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gía
sobre el
horizonte
Graham asintió.
con
la
precesión,
la otra
i'i¡:.¡i¡g-r¡1.Í
¿=i_:-É,;-j:;=
-
.
Quienes..
transmiten
esas
caía. operaban
como
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+"'
i
,-ij
historias
"especiales"
de
las
una
balanza a
través
del
{irf¿i+ü*;l¡t-tt
F.t+,t,$iq:d;tq,;$*;
que
hablo
no tienen
por
qué
cielo,
de
Norte
a
Sur. s .
conocer su significado ocul-
,,irtiirtii,ltrri{iil''i.,:t}t'l
*t
$:r;il$++c"itl+
to-
i.,
burtu
con repetirlas
Saber verdadero
-¿y
cómo transmitió
ii?lii:1';i"*t
1iti"l$
'':r':
"
"'
iitit[:TKyJi::iT
esa civilización
per-
.
:
manos
nos
encan[a
contar
r:,H*:irii:';
|.,tii,i.i,t
{;,i;rEi,.iiirif.{rt.F;}i§
iir"r
ii:ü}*i:'nsmisión
es-
desaparición
hasta la
¡t;-¡i,ii,ietiir:i,ii:"
1.,...,",É,1:.+:i;+",.ii.ir:.i
Durante nuestra conversa-
época
de
construcción
ción
Hancock
afirmó
que
de
delaspinímides-siglo
;il*..'..
,,;1
:'ll;i.¡¡i],
ese
modo
se
transmitió
in-
XXV a.C.-
o
de
Angkor
formación astronómica'im-
que
otros
templos
vecinos
"reflejan"
estrellas
cer-
canas
a
esa
región del
firmamento.
Hicieron
un
gran
proyecto
de
cartografía
del
cielo. No insisto
en
que
esto sea un hecho.
Digo
que es
un
miste-
rio.
Que
parece
existir una
especie
de
sistema
religioso
mundial
al
que
pertenecieron Angkor
o
Gizéh.
Y no es una casualidad
que
cartografiaran
Draco.
Como
muestro
enHeaven's
Miror,Draco
y
Orión
se
interrelacionaban
al estar
en
posicio-
nes estelares opuestas;
a medida
que
una
emer-
-siglo
XI d.C.?
-Primero,
aunque creo
que
una
catástrofe
bas-
tante súbita
terminó
con
esta
civilización,
debie-
ron
quedar
supervivientes.
Éstos,
sin
duda, sin-
tieron
la
responsabilidad,
la misión,
de
preser-
var
ese tesoro
de
conocimientos
que
habían
adquirido.
Y
aunque
mucha
de
su
infoaestruc-
tura
desapareció,
tuüeron
1a
determinación
de
pasar
ese saber
a
otros.
Y
1o hicieron
escondién-
dolo
en
historias antiguas,
tradiciones
y
mitos.
-¿Y
por
qué
no
en
libros?
-Para
una civilización
de
hace,
pongamos por
caso, doce mil anos,
que quisiera
transmitir su
sabidurÍa a
las
generaciones futuras,
no debía ser
buena
idea
dejaria por escrito.
Transcurrido
ese
tiempo,
es
seguro
que nadie
sería
capaz
de leer
sus
textos.
No
hay más que
fijarse
en
1os
escritos
del
Val1e
de1 Indo:
apenas
tiene
4.500 años de
antigüedad
y ya nadie
sabe
qué
significan...
-¿Quiere
decir
que
en
los
mitos
y
leyendas
del
pasado
más remoto
puede
encontrarse
infor-
mación
científica
de
valor?
¿Que
fue
ahí
don-
de escondieron
Ia sabiduría
que periódica-
mente
hemos visto emerger
por
doquier?
poftante,
que
después
se
reflejaúa
en las cons-
trucciones
asociadas a
esa tradición.
La idea no
es
nueva. Se fundamenta en
eI
trabajo de
dos
profesores
universitarios
de Historia de
la
Ciencia
llamados Giorgio de Santillana
y
Hertha
von
Deschend,
que
creyeron descubrir
en
mitos
y
cuentos
de
todo
e1
mundo
referencias
cúpticas
a
moümientos
de cuerpos celestes,
pla-
netas
y
del
Sol.
En
su
monumental ensayo
Hamlet's
Mlll
-decisivo
en la obra de Hancock y
tampoco
traducido a
nuestro
idioma-
ya
se
pre-
guntan
"qué
mente sublime debió ser aquella
que
concibió la
fbma
de comunicar
su
secreto mas
recóndito
a otras
personas,
aunque
éstas
se
halla-
ran
muy
distantes
en el
tiempo
y
el emplazamie
(...)
dirigLéndose
a quienu
aún
no han nacid
nacerán hasta dentro
de
mil
o diez
mil
años".
adelante, ambos
profesores
se
atreven
inclus
sugerir
la
enorme
antigüedad
de
ese
sa
"Cuando
aparecieron los
griegos --escriben
polvo
de
los
siglos
ya
se había
posado
sobre los
tos de esta
gran
construcción
arcaica
que
abarc
el
mundo entet
o.
No obstante,
ha
sobrevivido
p
de
ella
en
los ritos tra¡licionales,
en unos
mito
leyndas
que
no comprendemos...",
La
fecha
del Oeste
Había un último
asunto
que
tocar con
Hanc
Pese
a que Santillana
y
Von
Deschend
no
a
turaron
nunca una
fecha
concreta
para
situ
origen de
ese
conocimiento,
Hancock
-
ayuda dei
ingeniero angloegipcio
Robert Bau
(MÁS
ALLÁ, 132)-
determinó
que
Gizé
Angkor
parecían
estar
imitando
la disposi
estelar
de Orión
y
el
Dragon
respectivamen
¡en
e1
10500
a.C.
¿Era
esa 1a fecha
en
1a
que
em
gió
esa
extraña sabiduría
cósmica
que Hanc
buscaba ahora
en las
antiguas
culturas?
-Realmente
no
1o sé
-reconoce-.
Sin
emba
está
demostrado
que
en
el
10500 a.C.
ia Esf
s0
MÁs ArrÁ
-
8/20/2019 Civilizaciones Desaparecidas - Atlantida R-006 Nº139 - Mas Alla de La Ciencia - Vicufo2
6/10
miraba hacia
el nacimiento
de
Leo
por
el Este en
el equinoccio de
primavera,
Angkor
se
orientaba
hacia el Norte,
donde
nacía
Draco, y
las
pirámi-
des
hacia
el
Su¡
donde emergía
Orión.
Si hubo
consfiucciones
allí
en
esa época
o se
conshuye-
ron
después
para
rememorar
esa fecha,
no
lo
sé.
-¿Y
en
el Oeste?
-El
Oeste
está
"abier1o",
no
hemos
encontrado
aún
nada
orientado hacia allí.
-¿Podría
katarse
de una
construcción
hoy
sumergida?
-Me
pregunto
a menudo si
quizá
no
se
trata
de
una estructura hecha,
sino de algo
que
aún
tiene
que
edificarse.
Graham
sonríe
ante
mi
cara de asombro.
-Estamos
hablando
de
un
sistema
de
ideas
que
cree en la
reencarnación,
que ve
la evolución
del
alma
humana
dentro de
un universo
material
para
su
experiencia
y
conocimiento.
Y eso
1o
expresaron a través
de
la
constucción
de edifi-
ilosía
de
n
cios que
foman parte
de
un
sistema
de
inicia-
ción. Una
posibilidad que
barajo es
que
ese sis-
tema
de
cuatro
pañes,
orientadas
a estrellas
en
los
puntos
cardinales,
se
pensara para
activarse
en
el
instante
en
que
se
reavivara
cierlo
desper-
tar
de la
conciencia,
y
por
eso
los
humanos
actuales estaríamos
llamados
a
levantdi
ese
cuarlo
"templo"
del
Oeste.
Me encojo
de
hombros.
-No
es
tan
descabellado
-asegura*.
De
hecho
es
una extensión
lógica de
un
proyecto que
cons-
truye
una Esfinge
en
el
10500 a.C.
-la
erosión
del
monumento
así 1o
sugiere-, tres
pirámides
en el
2500
a.C.,
v
la ciudad
de
Angkor hacia e1 1100
d.C. Así,
¿no
cree
posible
que
el cuarlo
templo
podamos
levantarlo
en
e1
siglo XXI?
No
supe
qué
responder.
Graham clavó
sus ojos
claros
sobre los
míos
.v
añadió una
última
lrase
que
me
hizo
estremecer:
-Yo
sí.
r
JLT§.&L
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-
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Sumario
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Cardeñosa
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ía: Ra{ael Márquez.
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Aracil, Nacho Ares,
Javier
Arriés, Juan G.
Atienza, Miguel
Elanco,
J.J.
Benítez,
Ramiro Calle, Jesús Callejo,
Manuel
Carballal,
Carlos
Chevalliel
Alex
Chionetti,
Nuria
Coronado, Juan
ignacio
Cuefa,
Ignacio
Darnaude,
Johannes
Fiebag,
Manuel
Figueroa, Gloria Garrido,
Mohés Garrido,
José
Gregorio
González,
Robert
Goodman,
Joaquín Grau,
Antonio
Huneeus,
Mar
Lana,
José
León Cano, Julio
Antonio
López, Juan
Manzanera, Carlos Matías,
Raymond Moody,
Vicente
París,
Antonio
Ribera, Pepe Rodriguez, Fernando
Sánchez
Dragó, Antonio Salinas, Miguel
Seguí, Clara
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Diredor
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'MÁS
ALLA
DE
LA
clENClA" es una
publicación
de
J.C.
Ediciones
S.A.
Prohibida
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los textos e
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autorización
expresa
por
escrito.
,NTÁs
ALLA
DE LA CIENCIA"
está
controlada
por
la
O.J.D
Printed in Spain. 30 de septiembre de
2000.
OVNIs
en
el
ordenador
Un moderno simulador
de vuelo.
Un
piloto
profesional
con
más de
15.000
horas de serwicio
a
sus
espaldas. Cinco
de
los
más famosos,
controverlidos y
documentados
casos de
ia
ufología internacional. Y
la
explicación
oficial
de
cada
uno
de los
incidentes.
Con estos ingredientes
MÁS
ALLÁ
ha
reaiizado una minuciosa
reconstrucción
de aquellos
sucesos
para
saber si
lo
que
vieron
los
testigos fueron
OVNIs.
Y los
resultados obtenidos apuntan
a
que
sÍ.
Ciudades
santas: entre
el
cielo
y
la
tierra
Su
poder
para
seducirrros
interiormente
sólo
es
comparable
a
su belleza exterior.
Tal
vez
por
el1o
millones
de
peregrinos
de
todo
el
mundo
esperan alcarrzar
en
estos
enclaves mágicos
la
"iluminación"
que
les muestre
el
"camino".
Ciudades
como Jerusalén, Benarés, Roma,
La Meca
o Santiago de Compostela,
entre
otras
muchas,
son
puntos
de obligada
visita
para
todo
viajero
del
espíritu
que
se
precie.
MÁS
ALLÁ
ias
recorre
ahora
para
sus
lectores
en
una
ruta tan entrañable como
única.
ILUSTRACIÓN
DE
PORTADA:
Omar ÁIvarez
MÁs
arrÁ
-
8/20/2019 Civilizaciones Desaparecidas - Atlantida R-006 Nº139 - Mas Alla de La Ciencia - Vicufo2
8/10
,)
Cualquier
persona
en su
sano
juicio
debería
rechazar
con
contundencia
este
tipo
de
suposiciones.
,,
Howard
Carter,
descubridor
de la
tumba de
Tutankllamon,
en
referencia
a la "maldición
de los
faraones"
Le
puede
ocurrir
a
cualquiera.
Tomar
una
fotograffa,
revelarla
y...
¡encontrarse
en
el
papel
o
diapositiva
con una
imagen
paranormall
OVNIs, fantasmas
o energías
luminosas
son algunos
de
los efectos
más
repetidos. Sin embargo,
en muchas
ocasiones
existe
una
explicación
racional para
tales
sucesos.
MÁS
ALLÁ ha
recopilado
aigunos
de
los
casos
más espectaculares
y,
con
la
ayuda
de
los
expertos,
ha
desentrañado
el
misterio...
El
misterioso
manuscrito
Voynich
Casi
ocho
siglos
de
misterio avalan su
fama
de
enigma
sin resolver.
Numerosos expertos han
intentado
desvelar
sus
claves,
pero
nadie
1o
ha
conseguido,
ni
siquiera
1os
más
avanzados
sistemas
informáticos.
Unos
creen
que
se
trata
de
un
escrito
mágico,
otros lo
relacionan
con ios
cátaros y hay quien
habla
de
un manual para
la
contracepción.
Pero
ninguna
de
estas
hlpótesis
es
concluyente.
Mientras,
e1
rebelde
manuscrito
Voynich slgue
ahí, ofreciendo
sus
páginas
repletas
de
plantas
imposibles
a
todo
aquel
que
quiera
asumir
e1
reto.
T1
.rtt
ra5tor"t
püx"
el ITIaI
Desde
el
controvertido Hellfire
Club
hasta
emblemáticas
figuras
de
laliteratura, destacados
personajes
de los
últimos siglos
han sentido
una
irreprimible
pasión
por
el
mal.
Un
auténtico amor
por
1a
"Sombra"
que
ha
quedado
fielmente reflejado
en
sus obras
y
especialmente
en
sus
vidas,
plagadas
de episodios
"oscuros".
Sir
Francis
Dashwood
-creador
del
citado
club-
encabeza
una lista
que
se completa con
nombres
como
Sade,
Baudelaire,
Rimbáud,
Dostoievsky o
Paul
Bowles.
*
*r*
"--
_-**o"
.._,;
r#''..
r?t
oo
Y
ad.emás.
. .
El lenguaje
oculto
de las
erm¡tas
españolas
(pá9.
a6)
Los
doce
principios
de
liberación
(pág.78)
MÁs
ArrÁ
5
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VICUFO2
