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  • Redaccin cientficaen biomedicina:Lo que hay que saber

    CUADERNOS DE LA FUNDACIN DR. ANTONIO ESTEVE N 9

    Coordinadores: Karim Mabrouki y Flix Bosch

  • 2007, Fundacin Dr. Antonio EsteveLlobet i Vall-Llosera 2. E-08032 BarcelonaTelfono: 93 433 53 20; fax: 93 450 48 99Direccin electrnica: [email protected]://www.esteve.org

    Edicin a cargo de Prous Science, S.A.Provena 388 - 08025 Barcelona

    Depsito legal: B-52.282-06ISBN: 978-84-8124-244-7

  • La Fundacin Dr. Antonio Esteve contempla como objetivo prioritario el estmulo del progreso de la teraputi-ca por medio de la comunicacin y la discusin cientfica.

    La Fundacin quiere promover la cooperacin internacional en la investigacin farmacoteraputica y, a tal fin,organiza reuniones internacionales multidisciplinarias, donde grupos reducidos de investigadores discuten losresultados de sus trabajos. Estos debates se recogen en las publicaciones de los Esteve FoundationSymposia.

    Otras actividades de la Fundacin Dr. Antonio Esteve incluyen la organizacin de reuniones dedicadas a ladiscusin de problemas de alcance ms local y publicadas en formato de monografas o cuadernos de laFundacin Dr. Antonio Esteve. La Fundacin tambin participa en conferencias, seminarios, cursos y otras for-mas de apoyo a las ciencias mdicas, farmacuticas y biolgicas. Asimismo, con carcter bienal, concede unpremio al mejor artculo publicado por un autor espaol dentro del rea de la farmacoterapia.

    Entre la variedad de publicaciones que promueve la Fundacin Dr. Antonio Esteve, cabe destacar la seriePharmacotherapy revisited: An Esteve Foundation Series, en cuyos diferentes volmenes se recopilan, en edi-cin facsmil, los principales artculos que sentaron las bases de una determinada disciplina.

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    ndice

    PresentacinKarim Mabrouki y Flix Bosch . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . VII

    Colaboradores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IX

    Aproximacin histrica al mundo de la publicacin cientficaMerc Piqueras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

    Tipos de artculoFrancesc Cardellach y Josep M. Ribera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

    Normas de publicacin de artculos en revistas biomdicasEsteve Fernndez y Ana M. Garca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

    tica de la publicacin cientficaHarvey Marcovitch . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

    Principales apartados de un artculo cientficoVicente Alfaro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

    Otros apartados de un artculo cientficoVicente Alfaro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57

    Referencias bibliogrficasElena Guardiola . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69

    Importancia del anlisis estadstico en la preparacin de un artculoRuth Domnguez, Josep Llus Seg y Erik Cobo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

    La carta al directorSergio Erill . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99

    El proceso de publicacin de un artculo:autores, revisores externos y editoresAna M. Garca y Esteve Fernndez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103

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    Una de las formas ms efectivas de dar a cono-cer los datos generados a partir de una reflexin,investigacin o encuentro cientficos es mediantesu publicacin. Muchas veces, el medio de comu-nicacin ms rpido y prctico puede ser el verbaldirecto, pero como las palabras se las lleva elviento no hay mejor forma de reflejar nuestras apor-taciones que dejando constancia escrita de ello.Adems, la escritura en papel o electrnica nospermitir llegar a mucha ms gente y de una mane-ra prcticamente imperecedera.

    Si bien todos podemos estar ms o menos deacuerdo con la reflexin anterior, otro tema a discu-tir sera cmo se aprende a escribir en ciencia. Ma-yoritariamente aprendemos con la prctica. Des-pus de la formacin universitaria, durante el se-gundo ciclo o la especializacin, por ejemplo, sefavorece el contacto con personas acostumbradasa redactar sobre ciencia. Suele ser as como, pocoa poco, el cientfico joven se va introduciendo eneste mundo que culmina con la redaccin de la te-sina, el trabajo final de un mster, la tesis o la publi-cacin de sus trabajos de investigacin. Ya duran-te el posgrado es posible encontrar cursos orienta-dos al desarrollo de las habilidades de la escrituracientfica con muy diferentes formatos y conteni-dos. Posiblemente sera necesario, sin embargo,potenciar la introduccin de conocimientos y habi-lidades en redaccin durante el pregrado de laslicenciaturas cientficas.

    Finalmente, otro debate interesante a plantearpodra ser qu se debe publicar. Si slo se publicalo relevante, se refuerza indefinidamente el tancriticado sesgo de publicacin. En el mbito de lainvestigacin clnica, por ejemplo, cada vez se de-fiende con ms tesn la necesidad de publicarlotodo. As se recoge, por ejemplo, en el artculo 38del Real Decreto 223/2004, por el que se regulan

    Presentacin

    los ensayos clnicos con medicamentos. Si bienpodra cuestionarse la exigencia de publicacin delos resultados de los estudios en revistas cientfi-cas, parece fuera de duda la necesidad de su di-vulgacin pblica. Tal como insiste Richard Horton,director de The Lancet, determinados estudios cl-nicos en fase I que cumplieran criterios de relevan-cia tambin deberan quedar plasmados en labibliografa cientfica. Por regla general, creemosque se debera recomendar siempre la divulgacinde los datos y evitar la mala costumbre o la cmo-da actitud de dejarlos en el cajn. Est claro quelas vas de divulgacin ofrecen todo tipo de posibi-lidades y siempre podemos encontrar la forma y elmedio ms idneos para transmitir nuestra infor-macin. Es ms, la historia ha demostrado que elconcepto de relevancia de los datos es muy relati-vo debido al carcter cambiante de la ciencia. Algoque puede parecer decisivo hoy, deja de serlo oincluso pasa a ser falso tiempo despus. Todo ello,creemos, reforzara esta necesidad de intentar ex-plicarlo todo por escrito.

    La Fundacin Dr. Antonio Esteve ha sido sensi-ble a estos planteamientos. Desde que se fund haabordado diferentes temas relacionados con el mun-do de la divulgacin y publicacin cientficas, comopor ejemplo una conferencia en 1986 sobre revis-tas mdicas impartida por Ian Munro, director deThe Lancet en aquella poca, un simposio interna-cional sobre periodismo cientfico en 1990 y la con-cesin, desde 1989 y con carcter bienal, de pre-mios de investigacin a las mejores publicacionescientficas en farmacoterapia, entre otras muy di-versas actividades. En el ao 1998, desde la Fun-dacin se organiz un taller en torno al papel de losrevisores cientficos de las revistas biomdicas.Robert y Suzanne Fletcher aportaron su experien-cia y visin desde la perspectiva editorial de Annals

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    of Internal Medicine, como hicieron tambin cuatroaos ms tarde en un curso similar Marcus y JuneReidenberg, de Clinical Pharmacology and Thera-peutics. En 2002 se copatrocin un curso de for-macin sobre redaccin y edicin cientficas, im-partido por Robert Rothenberg, director de Annalsof Epidemiology. Un ao ms tarde, la Fundacinparticip en un curso sobre escritura y redaccincientfica impartido por Esteve Fernndez y Ana M.Garca, del equipo de direccin de Gaceta Sanitaria(autores de dos captulos de este cuaderno) en elmarco de la Escuela de Verano de Salud Pblicaque se celebra en Mahn (Menorca).

    A partir de esta ltima colaboracin y con losmismos profesores, desde la Fundacin Dr. An-tonio Esteve se iniciaron los seminarios de forma-cin sobre Cmo redactar un artculo cientfico,que en este momento cuentan ya con ocho edicio-nes que se han realizado en diferentes ciudadesespaolas en colaboracin con varias instituciones.Como una forma ms de apoyar estos seminarios ycon la intencin de actualizar las publicaciones yaexistentes al respecto, cremos que podra resultar

    interesante editar este cuaderno recogiendo algu-nos de los temas ms relevantes sobre la publica-cin cientfica. Evidentemente no se incluyentodos, lo que podra servir para ofrecer en un futu-ro prximo una nueva versin ms completa o bienotra nueva con ms aspectos de la publicacincientfica.

    Los coordinadores de este cuaderno quierenexpresar su agradecimiento a los autores que hancontribuido, con sus captulos, a lo que esperamossea un grano de arena ms en la adquisicin dealgunos conocimientos hacia la correcta redaccincientfica entre aquellos que se inician o la quieranperfeccionar. Tambin esperamos que esta obraalcance la mxima divulgacin posible entre estu-diantes y profesionales de la comunidad cientfica,fin ltimo que persiguen todas las publicaciones denuestra institucin.

    Karim Mabrouki y Flix Bosch

    Fundacin Dr. Antonio EsteveBarcelona

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    Ana M. GarcaDepartamento de Medicina Preventivay Salud Pblica, Ciencias de la Alimentacin,Toxicologa y Medicina Legal,Universidad de Valencia.Directora de Archivos de Prevencinde Riesgos Laborales

    Elena GuardiolaUnitat dInformaci i de Documentaci Mdica,Qumica Farmacutica Bayer, Barcelona

    Karim MabroukiFundacin Dr. Antonio Esteve, Barcelona

    Harvey MarcovitchResearch & Publication MisconductSyndication editor, BMJ Publishing GroupChairman, Committee on Publication Ethics,London, UK

    Merc PiquerasSocietat Catalana de Biologia,Institut dEstudis Catalans, Barcelona

    Josep M. RiberaSecretario General de Medicina Clnica,Ediciones Doyma, Barcelona

    Josep Lluis Segrea Salut,DEP Consultoria Estratgica, Barcelona

    Colaboradores

    Vicente AlfaroManager, Medical Writing (Clinical R&D),PharmaMar, Barcelona

    Flix BoschFundacin Dr. Antonio Esteve, BarcelonaDepartament de Cincies Experimentalsi de la Salut, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona

    Francesc CardellachSecretario General de Medicina Clnica,Ediciones Doyma, Barcelona

    Erik CoboDepartament dEstadsticai Investigaci Operativa,Facultat de Matemtiques i Estadstica,Universitat Politcnica de Catalunya, Barcelona

    Ruth Domnguez ParetoUnidad de Salud Laboral.Departament de Cincies Experimentals i de la Salut,Universitat Pompeu Fabra, Barcelona

    Sergio ErillFundacin Dr. Antonio Esteve, Barcelona

    Esteve FernndezServei de Prevenci i Control del Cncer,Institut Catal dOncologia,LHospitalet de Llobregat (Barcelona).Departament de Cincies Experimentalsi de la Salut, Universitat Pompeu Fabra, BarcelonaDirector de Gaceta Sanitaria.

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    La presente edicin recoge la opinin de los correspondientes autores, por lo que la Fundacin Dr. AntonioEsteve no se hace necesariamente partcipe de su contenido.

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    Results, and Discussion) tpica de los artculos cien-

    tficos. El cambio se inici en la segunda mitad del

    siglo XIX, cuando la experimentacin cobr impor-

    tancia y la reproducibilidad de los experimentos se

    empez a considerar un principio fundamental en

    la filosofa de la ciencia (1).

    En los casi 350 aos transcurridos desde la

    aparicin de la primera revista cientfica, el nmero

    de publicaciones ha ido aumentando y se han ido

    especializando cada vez ms. Adems, a finales

    del siglo XX, los cambios socioeconmicos y el

    desarrollo de Internet como medio de comunica-

    cin y biblioteca universal de acceso instantneo

    han transformado el concepto de revista cientfi-

    ca. Hasta hace poco se consideraba una publica-

    cin peridica de un determinado nmero de pgi-

    nas, que formaban una unidad fsica y que a veces

    se agrupaban para formar volmenes que se archi-

    vaban en los anaqueles de las bibliotecas. Una

    gran mayora de las revistas se presentan ahora en

    dos versiones: la tradicional impresa y la versin

    electrnica disponible en Internet. Algunas (cada

    vez menos) mantienen slo la versin impresa y

    otras, en cambio, cuentan nicamente con la versin

    electrnica. Entre estas ltimas, las hay que man-

    tienen el formato clsico de una revista, de forma

    que los lectores podran construir cada nmero

    imprimiendo los artculos correspondientes y en-

    cuandernndolos. En otras, sin embargo, la unidad

    que cuenta es el propio artculo individual en vez de

    un conjunto de artculos encuadernados y publica-

    dos simultneamente. Un ejemplo es la referencia

    Eysenbach, 2006 de este artculo, cuya cita no

    indica paginacin.

    Introduccin

    El trabajo de investigacin cientfica no termina conla obtencin de resultados experimentales satisfac-torios que aporten nuevos conocimientos o amplenlos que ya se tena sobre algn aspecto de la ciencia.Es necesario que los experimentos realizados y susconclusiones sean validados por personas con ex-periencia en la disciplina correspondiente y que seanconocidos por la comunidad cientfica. Este procesose realiza mediante la publicacin del trabajo, gene-ralmente en una revista de la especialidad corres-pondiente. De todos modos, hay revistas no especia-lizadas, como Nature y Science, en las que, dado suprestigio, muchos investigadores desearan publicarsus artculos. Adems de realizar su propio trabajo,los cientficos necesitan estar al corriente de los avan-ces en su campo de investigacin o en otros rela-cionados. Las revistas cientficas les permiten poner al dasus conocimientos y aprender nuevas tcnicas ex-perimentales. Si las revistas incluyen una fase de re-visin por expertos (peer review) en el proceso edi-torial, ofrecen una mayor garanta de rigor cientfico.Otra funcin de las revistas cientficas es evitar la du-plicacin de experimentos, que podra darse si cadainvestigador trabajase aisladamente, sin conocer lalabor realizada por sus colegas.

    Una actividad que ahora parece tan natural acualquier cientfico, como es publicar los resultadosde su trabajo en una revista o leer el realizado porotros profesionales de su especialidad, es relativa-mente reciente en la historia de la ciencia, ya quelas primeras revistas aparecieron durante la segun-da mitad del siglo XVII. An ms reciente es la es-tructura IMRAD (Introduction, Material and Methods,

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    Aproximacin histricaal mundo de la publicacin cientfica

    Merc Piqueras

  • Aproximacin histrica al mundo de la publicacin cientfica

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    res de la curiosidad humana. Segn el propio Sallo,su idea al fundar la revista era satisfacer la curiosi-dad y aportar conocimientos a sus lectores, espe-cialmente a aquellos que no lean libros enteros porfalta de tiempo o por pereza (4).

    Esta publicacin, que se convirti en el rganode difusin de los trabajos de la Academia de Cien-cias de Pars (3), pronto alcanz gran popularidad,pero las autoridades lo censuraron y el privilegioconcedido a Sallo fue retirado cuando se haban pu-blicado slo 13 nmeros. En enero de 1666 volvi apublicarse dirigido por el abad Jean Gallois (1632-1707), que haba sido colaborador de Sallo y co-fundador de la revista. Gallois fue nombrado miem-bro de la Academia Francesa en 1672 y la ficha dela Academia lo define como sabio universal, versa-do en el estudio de todas las lenguas y de todaslas ciencias (6). Su inters por el buen uso de lalengua como medio para la difusin del conoci-miento se manifiesta en el discurso de ingreso en laAcademia, que pronunci el 12 de enero de 1673,al decir que ... las matemticas y la fsica trabaja-ran intilmente en la sustancia de las cosas [] sino enseaseis los medios para tratarlas con ele-gancia, porque es particularmente la belleza de laexpresin lo que conservar las grandes obras y loque las hace pasar a los siglos por venir. Los ele-gantes discursos de fsica que fueron compuestospor Platn han sido ledos en todos los siglos, y aun-que la doctrina que contienen no haya sido siempreaprobada, los discursos han llegado hasta nosotrossin que se haya perdido una sola lnea (6).

    Gallois dirigi el Journal des Savans hasta 1674,ao en que fue sustituido por el abad Jean Paul dela Roque. Tanto Gallois como De la Roque evitaronlos enfrentamientos ideolgicos y las cuestiones re-ligiosas; los comentarios de libros pasaron de sercrticos a descriptivos (5). La revista fue semanal,con algunas interrupciones, hasta 1723, y mensual apartir de 1724. A lo largo de su historia sufri otrasinterrupciones y actualmente es una revista literaria.

    Casi al mismo tiempo que en Francia aparecael Journal des savans, en Inglaterra la Royal So-ciety de Londres tambin plane la publicacin deuna revista: Philosophical Transactions. Fue la segun-da revista cientfica y se ha publicado ininterrumpi-damente desde su fundacin. La Royal Society fuefundada el 28 de noviembre de 1660 por un grupo

    Primeras revistas cientficas

    El 5 de enero de 1665 sali a la luz el primer nmerodel semanario Journal des savans (en 1816 cam-bi la grafa a Journal des savants), que se consi-dera la primera revista cientfica. Los antecedenteso motivaciones de sta y otras publicaciones peri-dicas de carcter cientfico de la poca se encuen-tran en otras formas de publicacin como los dia-rios, los servicios postales, las hojas informativasmanuscritas e impresas, la correspondencia cient-fica personal e institucional, los catlogos de libros,los calendarios, almanaques y efemrides, etc. (2).Pero los principales factores que contribuyeron alnacimiento de las revistas cientficas fueron el au-mento del nmero de personas dedicadas a la cien-cia y el inters de la sociedad por la ciencia (3). Ellibro no era adecuado para difundir los resultadosde un nuevo experimento u observacin porque eranecesario esperar a tener un nmero de resultadosque justificase la preparacin de un volumen. Porello, muchos experimentos o descubrimientos indi-viduales se publicaban en forma de folletos o pan-fletos. Por ejemplo, los descubrimientos de WilliamHarvey sobre la circulacin de la sangre se publi-caron en un folleto de 72 pginas en 1628 (4).

    Journal des savans constaba de 20 pginas ycomprenda 10 artculos, cartas y notas. El privilegiopara su publicacin haba sido concedido a Denisde Sallo (1626-1669), consejero del Parlamento fran-cs, unos meses antes (agosto de 1664) en Fon-tainebleau. La revista cont entre sus colaborado-res a autores destacados, como Bernouilli, Male-branche, Leibnitz, Laplace o Voltaire (5), pero susobjetivos no eran los mismos que los de las revis-tas cientficas actuales. Segn una nota a los lecto-res, los objetivos de aquella publicacin peridicaeran catalogar los libros publicados en Europa einformar de su contenido; publicar necrolgicas depersonas famosas y resumir el trabajo que habanrealizado; describir experimentos de fsica, qumicay anatoma que pudiesen explicar fenmenos natu-rales, as como inventos curiosos o tiles de m-quinas y crear un registro de datos meteorolgicos;citar las decisiones ms importantes tomadas porcortes civiles o religiosas y las censuras de las uni-versidades, y transmitir a los lectores los aconteci-mientos que se produjesen que fuesen merecedo-

  • REDACCIN CIENTFICA EN BIOMEDICINA: LO QUE HAY QUE SABER

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    c algunos artculos en Acta Eruditorum Anton vanLeeuwenhoek (4).

    Otras revistas, en cambio, siguieron el modelodel Journal des Savans. Eran publicaciones orien-tadas a atraer audiencias ms amplias, con intere-ses variados y que trataban temas de literatura,teologa, derecho, historia y filosofa. Giornale deLetterati, fundada en 1668 en Roma por FrancescoNazari, comparta caractersticas de los modelosfrancs e ingls. Para la mayora de los cientficosposgalileanos, la Royal Society representaba el mo-delo ideal de libertad y progreso cientfico, en el queel protagonismo lo ocupaba la ciencia experimen-tal en vez de la tradicin y el discurso dogmtico.En su revista, Nazari escriba sobre los trabajospresentados a la Royal Society y publicaba traduc-ciones de artculos de Philosophical Transactions(4, 9).

    A diferencia de las revistas cientficas modernas,aquellas primeras publicaciones no solan contenermuchos artculos con la descripcin de experimen-tos originales. El cambio se produce cuando apa-recen revistas especializadas de fsica, qumica, bio-loga, agricultura y medicina (4).

    Primeras revistas mdicas

    Desde la segunda mitad del siglo XVII, varios facto-res contribuyeron al progreso de la medicina: lafundacin de nuevas universidades, la aparicin desociedades cientficas mdicas y las publicacionesperidicas que permitan la difusin de los descu-brimientos y la comunicacin entre los profesiona-les (2). En relacin a las publicaciones peridicas,quizs habra que aadir que el cambio del latnpor las lenguas vernculas facilit an ms la difu-sin del conocimiento mdico.

    La primera revista mdica que se conoce esNouvelles decouvertes sur toutes les parties de lamdecine, publicada en Pars de 1679 a 1681, enfrancs, bajo la direccin de Nicolas de Blegny(10). En Inglaterra, aunque la medicina tena unespacio en Philosophical Transactions (ocupabaaproximadamente un 15% de su contenido), nohubo una revista dedicada exclusivamente a esadisciplina hasta 1684: Medicina Curiosa, en inglsaunque el ttulo fuese en latn, dirigida y publicada

    de eruditos, entre los que se encontraban el astr-nomo y arquitecto Christopher Wren (1632-1723),el fsico y qumico Robert Boyle (1627-1691), losmatemticos John Wilkins (1614-1672) y WilliamBrouncker (ca.1620-1684) y Sir Robert Moray (1608-1673). La fundaron con el objetivo de estimular elconocimiento experimental fsico-qumico y refleja-ron en ella los principios en que se basaba FrancisBacon (7, 8). En abril de 1663, Henry Oldenburg(1619-1677) fue elegido secretario, junto con JohnWilkins, de la Royal Society. Oldenburg pronto em-pez a mantener correspondencia con muchas per-sonas con intereses filosficos y mente curiosa dediferentes pases del mundo. Destacan Huygens,Leeuwenhoek, Leibnitz, Malpighi, Redi y Spinoza,adems de cientficos ingleses como Boyle, Halley,Hooke, Newton o Wren, que tambin le escriban.Al cabo de un ao de ocupar el cargo, Oldenburgestaba abrumado por la cantidad de cartas que sereciban en la Royal Society y que l deba contes-tar. Se decidi entonces crear un comit de corres-pondencia (4).

    Algunos miembros de la Royal Society, entrelos que se contaban Moray, Boyle, Hook y el propioOldenburg, trataron sobre las caractersticas quedebera tener la revista y decidieron que fuese ex-clusivamente cientfica, formada en su mayora porlos textos preparados por Oldenburg, y que no tra-tase temas legales ni teolgicos. En cuanto a sufrecuencia, decidieron que, si se dispona de sufi-ciente material, se imprimira el primer lunes de ca-da mes. Dicha decisin fue refrendada por el Co-mit que rega la Royal Society, y el primer nmerode Philosophical Transactions, de 16 pginas, salia la luz el 6 de marzo de 1665 (8). Con el tiempo,aquella revista se ampli y dividi en otras publi-caciones.

    Philosophical Transactions se convirti pronto enun modelo para otras publicaciones de academiasy sociedades que promovan y difundan las cien-cias experimentales. Entre las revistas que surgie-ron cabe mencionar Acta Eruditorum, fundada en1682 por Otto Mencke (1644-1707) en Leipzig, quealcanz pronto gran prestigio. Se publicaba en latny entre sus autores se contaban famosos cientficosy humanistas de la Ilustracin. Destaca Leibnitz,que incluy en sus artculos sus tratados y las dis-cusiones que mantuvo con Newton. Tambin publi-

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  • Aproximacin histrica al mundo de la publicacin cientfica

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    Jos Mara Lpez Piero. El IHCD es un centromixto de la Universidad de Valencia y el CSIC quelleva a cabo estudios histricos y documentales (3,13). La perspectiva histrica cuenta con una mag-na obra que es un repertorio bibliogrfico en nuevevolmenes: la Bibliographia Medica Hispanica1475-1950, fruto del trabajo de un grupo dirigidopor el propio Lpez Piero. Un volumen de dichaobra est dedicado a las revistas mdicas; ademsde las referencias bibliogrficas indica su localiza-cin en bibliotecas. En cuanto al aspecto docu-mental, existe otro repertorio bibliogrfico espaolconsagrado a la literatura biomdica: el ndiceMdico Espaol (IME) que, con ms de 40 aos depublicacin, depende tambin del IHCD (13).Dicha base cuenta con una versin electrnica: laBase de datos del IME, que se actualiza trimestral-mente y puede consultarse en Internet (http://ime.uv.es/info/index.htm).

    Primeras revistas cientficasen Espaa y Amrica

    En Espaa, las revistas cientficas aparecieron mstarde que en otros pases europeos; la primeradata de 1736. Aunque la primera publicacin peri-dica espaola era una revista de medicina, es de-cir, una publicacin especializada, lo normal en lasprimeras revistas era la falta de especializacin ysu principal objetivo era satisfacer la curiosidad delos lectores. La edicin cientfica sigue una lneaascendente hasta 1809. A partir de ese ao vuelvea decaer y hasta bien entrado el siglo XIX (con ex-cepcin del periodo liberal de 1820-1823), se pro-duce de nuevo un retraso en el mundo editorial,quiz relacionado con la poltica absolutista delpas y la decadencia cientfica. En el ltimo terciode siglo hay una recuperacin parcial que coincidecon la poltica progresista de la regencia de MaraCristina y aparecen nuevas revistas que difundenlas novedades cientficas que se producen en otrospases. Adems, coincide con la transformacindel mundo editorial. Muchas publicaciones peridi-cas, y especialmente la prensa, se convierten en unnegocio: obtienen ingresos por publicidad, invier-ten en maquinaria moderna y se rigen por unaestructura empresarial (14).

    por Thomas Basset, un librero londinense. El obje-tivo de esta revista no era tanto la publicacin detrabajos originales como la de difundir resmenesde textos procedentes de otras publicaciones yaexistentes. Adems, el propio compromiso de Bas-set indicando que Medicina Curiosa estara dedica-da principalmente a los aspectos prcticos de lamedicina, hace suponer que la revista estaba pen-sada para atraer el inters de personas que se de-dicaban a esta profesin fuera del mbito oficial,como era el caso de los curanderos y las coma-dronas. Sin embargo, el director-editor trat de evi-tar las iras de la medicina oficial (acadmica); paraello, intent restar importancia a su publicacin yen el prefacio de la revista indic que estaba pen-sada como una fuente de informacin secundaria,que poda ser til si y cuando fallaban los mtodosaprendidos. Adems, dejaba claro que antes de lapublicacin someta sus textos al juicio del Collegede Mdicos de Londres, lo que daba legitimidad aMedicina Curiosa como publicacin mdica (11).

    En Espaa, la prensa mdica ha sido tradicio-nalmente el sector ms prolfico de la prensa espe-cializada, no slo por el nmero de revistas y sutirada y difusin, sino tambin por su periodicidad.Aunque aparecieron ms tarde que en otros paseseuropeos (la primera revista mdica espaola esde 1736), hasta 1808 se publicaron casi 800, y enel siglo XIX se cuenta hasta una docena de publi-caciones mdicas diarias (2, 12). La primera fueVarias dissertaciones mdicas, therico-prcticas,anatmico-chirurgicas y chymicopharmacuticas,enunciadas y pblicamente defendidas en la RealSociedad de Sevilla, que en 1766 dio origen a unaverdadera revista en el sentido en que hoy las co-nocemos: Memorias acadmicas de la Real So-ciedad de Medicina y dems ciencias de Sevilla.

    Desde 1766, la literatura mdica ha aumentadode manera exponencial. Para hacer frente a esecrecimiento se han elaborado numerosas biblio-grafas y bases de datos de bibliografa mdica. EnEspaa hay que destacar la labor realizada en Va-lencia desde la antigua ctedra de Historia de laMedicina y ms tarde en el Instituto de EstudiosDocumentales e Histricos sobre la Ciencia(IEDHC), que en 1998 cambi su nombre por el deInstituto de Historia de la Ciencia y DocumentacinLpez Piero (IHCD), como homenaje al profesor

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    y la revista mdica Repertorio Mdico Habanero,que es la decana de las publicaciones mdicascubanas (17).

    En Brasil hay que esperar hasta el siglo XIX paraque aparezcan las primeras revistas cientficas,que son revistas mdicas: Propagador das Cin-cias Mdicas (1827-1828), Semanrio de SadePblica (1831-1833), Diario de Sade (1835-1836),Revista Mdica Fluminense (1835-1841) y RevistaMdica Brasileira (1841-1843), sucesora de laRevista Mdica Fluminense. Su trayectoria est vin-culada a la institucionalizacin de la medicina y aldesarrollo de la industria editorial. La principal fun-cin de las primeras revistas mdicas brasileas,que se basaban en el modelo europeo, era recogerlas opiniones y las actividades de la Sociedad deMedicina de Ro de Janeiro (1829) y posteriormen-te las de la Academia Imperial de Medicina, me-diante la publicacin de las actas de las sesiones,los informes de las comisiones y los trabajos de losacadmicos (18). Hoy da, Brasil, Argentina, Mxicoy Colombia son los pases latinoamericanos quepublican ms revistas cientficas (15).

    En los Estados Unidos la situacin fue al princi-pio parecida a la de otros pases del Nuevo Mundo.En cambio, el desarrollo de la ciencia y de las pu-blicaciones cientficas sigui otros derroteros, has-ta alcanzar el panorama actual, en que es la prime-ra potencia cientfica en el mundo. En 1998, ms del35% de las revistas cientficas se publicaban en losEstados Unidos. Durante muchos aos, los mdi-cos estadounidenses adquiran nuevos conocimien-tos a travs de separatas, traducciones o imitacio-nes de las publicaciones europeas. Y los profesio-nales que queran difundir sus descubrimientos uobservaciones tenan que enviar sus artculos a re-vistas europeas o a revistas generales. El origen dela prensa mdica en aquel pas se encuentra en lafundacin de las sociedades mdicas, en el grandesarrollo de esta disciplina, especialmente la ciru-ga, y en la necesidad de mejorar la comunicacinentre los profesonales del propio pas. Adems, an-tes ya de que las colonias britnicas en Norteam-rica alcanzasen la independencia poltica, tambinexista en ellas un deseo de independencia cultural(19).

    Si bien en 1786 se imprimi en Nueva York unarevista mdica, fue un nico nmero y era la tra-

    En los pases del continente americano bajocontrol espaol o portugus el desarrollo de laspublicaciones cientficas fue an ms lento. En lasegunda mitad del siglo XVII, cuando en Francia,Alemania, Holanda y Gran Bretaa las revistascientficas haban empezado a proliferar, al otrolado del Atlntico ni siquiera se poda hablar de unacomunidad cientfica. La ciencia, al menos la cien-cia oficial, no exista y apenas circulaban docu-mentos cientficos. Las compaas religiosas esta-blecidas en aquellos pases, adems de destruir lamayora de los cdices prehispnicos (los conside-raban trabajos demoniacos), controlaban cual-quier nuevo documento o publicacin. nicamenteen la dcada de 1770, la atmsfera de libertad yprogreso intelectual que respira Espaa por unbreve periodo tiene su reflejo en Amrica y apare-cen all las primeras publicaciones cientficas, decarcter general y enciclopdico. Un ejemplo des-tacado es la revista Mercurio Volante, de fsica ymedicina, fundada en Mxico por Jos IgnacioBartolache (1739-1790), Doctor Mdico del Claus-tro de esta Real Universidad de Mxico, comoreza en la cubierta del primer nmero, con fecha 17de octubre de 1772. La revista, de periodicidadms o menos semanal, publicaba noticias impor-tantes i (sic) curiosas sobre varios asuntos de fsi-ca y medicina (15). Desgraciadamente, su vidafue muy breve. En el nmero del 10 de febrero de1773 se comunicaba la suspensin temporal, peroesa interrupcin se convirti en definitiva. A pesarde su corta vida, a Mercurio Volante le cabe el mri-to de ser reconocida como la primera revista pro-ducida en el continente americano, incluso antesque en los Estados Unidos.

    La primera publicacin peridica cubana salia la luz el 24 de octubre de 1790, con el ttulo PapelPeridico de la Havana, y se mantuvo con este ttu-lo hasta 1805. Aunque era una revista de informa-cin general, sus pginas incluan descripcionesde inventos, observaciones meteorolgicas, artcu-los sobre qumica, fsica, higiene y medicina, agri-cultura, hidrulica y arquitectura. Los artculos demedicina estaban dedicados a las infecciones pre-valentes del momento y tambin reproducan tra-bajos publicados en Europa. En 1840, Nicols JosGutirrez Hernndez funda la Real Academia deCiencias Mdicas, Fsica y Naturales de La Habana

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    1920 se fundaron en los Estados Unidos 31 revis-tas mdicas. Una caracterstica de aquellas publi-caciones era que sus suscriptores no eran exclusi-vamente mdicos. Por ejemplo, de los 266 sus-criptores de Medical Repository en su primer ao,el 73% eran mdicos, el 11% comerciantes, el 10%abogados o jueces, el 3% ministros y el 2% libre-ros (19).

    Tres revistas mdicas clsicasde raigambre:The New England Journal of Medicine,The Lancet y British Medical Journal

    Entre las revistas mdicas actuales hay tres ttulosclsicos que se encuentran en la lista de las publi-caciones con un mayor factor de impacto (vase elapartado sobre el factor de impacto en este mismoartculo): The New England Journal of Medicine, TheLancet y British Medical Journal. Son publicacionesque han tenido una gran influencia en el desarrollode la medicina moderna. Las tres se fundaron en elsiglo XIX, pero sus objetivos eran bien diferentes.

    The New England Journal of Medicine

    En 1811, el mdico e intelectual de Boston JohnCollins Warren (1778-1856), ayudado por su amigoJames Jackson, fund la primera revista mdica deNueva Inglaterra. En enero de 1812 apareci elprimer nmero de una publicacin trimestral que enprincipio se llam New England Journal of Medicineand Surgery and the Collected Branches of Science.Al cabo de 16 aos se fusion con la revista BostonMedical Intelligencer y pas a denominarse BostonMedical and Surgical Journal. Adems del ttulotambin cambi su periodicidad, de trimestral asemanal. En 1921, la Massachusetts Medical So-ciety la compr por el precio simblico de un dlary en 1928 adopt su nombre actual: New EnglandJournal of Medicine. Aquella revista, que naci paratener al corriente de los avances de la medicina alos mdicos de Nueva Inglaterra, es hoy en da unapublicacin leda por ms de medio milln de pro-fesionales en 177 pases y la ms citada en la lite-ratura mdica.

    duccin de una seleccin de artculos de los tresprimeros volmenes de la revista francesa Journalde Medecine Militaire. Su versin inglesa se titulJournal of the Practice of Medicine and Surgery andPharmacy in the Military Hospitals of France (10). Laprimera revista mdica propiamente dicha fue Me-dical Repository, que se public desde 1797 hasta1824 con periodicidad trimestral. Sus fundadoresfueron Samuel L. Mitchill, Edward Miller y Elihu H.Smith, y el primer nmero sali el 26 de julio de1797. Smith (1771-1798) fue quien tuvo la idea y eldesarrollo del proyecto se puede seguir muy bien atravs de su diario, que la American PhilosophicalSociety public en 1973 (19). Nacido en el estadode Connecticut, Smith fue un superdotado que alos 11 aos ingres en el Yale College, a los 19 yaera mdico y a los 22 se instal en Nueva York. All,en 1796, se le ocurri la idea de publicar una revis-ta mdica, idea que propuso a Mitchill y Miller y quejuntos pusieron en prctica. Desgraciadamente dis-frut poco tiempo del xito de la nueva revista queide, pues falleci en 1798 de fiebre amarilla, unaenfermedad sobre la cual l mismo haba escritovarios artculos. Mitchill (1764-1831), nacido enLong Island, obtuvo la licenciatura de medicina enla Universidad de Edimburgo en 1787. Fue catedr-tico de qumica e historia natural en el ColumbiaCollege, y de botnica y materia mdica en elCollege de Mdicos y Cirujanos, y tambin se inte-res por la zoologa, la geologa y la antropologa.Su inters por la qumica de Lavoisier y su aplica-cin a la medicina encontr un hueco en MedicalRepository, en cuyas pginas se presentaron ydebatieron las nuevas teoras mdicas y qumicas.Miller (1760-1812), el tercer miembro del triunviratofundador de Medical Repository, naci en el estadode Delaware y obtuvo su ttulo de medicina en laUniversidad de Pennsylvania en 1785. En 1796 setraslad a Nueva York, donde trabaj en el NewYork Hospital y fue catedrtico del College de M-dicos y Cirujanos (10, 19).

    Medical Repository fue la nica revista mdicahasta 1804. En ese ao, John Redman Coxe, cate-drtico de la Universidad de Pennsylvania y grandefensor de la vacunacin contra la viruela, fundotra revista trimestral: Philadelphia Medical Mu-seum. A partir de entonces proliferaron las revistasde dicha especialidad. Tan slo en la dcada de

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    Revisin por expertos (peer review)

    El trmino peer review es de difcil traduccin; aveces puede encontrarse como revisin por pares(pares en el sentido de iguales), otras comorevisin externa y tambin como revisin por ex-pertos (o revisin externa por expertos), que esel trmino que prefiero, pues se trata de un sistemade evaluacin de la investigacin llevada a cabopor expertos en la materia. Las revistas de mayorprestigio y las que, aunque modestas, anteponenel rigor cientfico a cualquier otro, cuentan con unpanel de revisores (referees, rbitros) para determi-nar si los artculos recibidos merecen ser publica-dos (23). Esta prctica, aunque es relativamentereciente en su aplicacin sistemtica y con el nom-bre actual, lleva aplicndose en numerosas publi-caciones desde hace unos 250 aos.

    Durante la segunda dcada del siglo XVIII, lacorrespondencia de la Royal Society qued des-cuidada; muchas de las cartas del microscopistaAnton van Leeuwenhoek recibidas durante esa po-ca quedaron acumuladas en las oficinas a pesar deque su lectura en las sesiones semanales siempretena muy buena acogida. La situacin cambicuando el fsico James Jurin (1684-1750) se hizocargo de la secretara, de 1721 a 1727. Su primeratarea fue traducir y leer las cartas pendientes deLeeuwenhoek. La correspondencia aument deforma considerable y con el tiempo fue imposibleque una sola persona se ocupase de ella. Jurinpeda la opinin a otros miembros de la Royal So-ciety para juzgar la calidad de los informes quereciba y desarroll tres estrategias para ello:

    a) Determinar si un informe estaba de acuerdo ocontradeca el sentido comn.

    b) Siempre que fuese posible, la veracidad de losexperimentos deba estar corroborada por tes-tigos.

    c) En los casos de observaciones numricas, sedeba determinar el grado de coincidencia conotros clculos matemticos de los mismosfenmenos (7).

    A lo largo del siglo XVIII se fue reforzando elpapel de la Royal Society como institucin corpo-rativa para la legitimacin y arbitraje de la actividadcientfica en Gran Bretaa. Cuando, en 1752, Philo-

    The Lancet

    En 1823, Thomas Wakley (1795-1862) fund enLondres la revista The Lancet. Wakley era un per-sonaje polifactico muy peculiar. Era mdico ymiembro del Real Colegio de Cirujanos, tena unagran capacidad de trabajo y se gan muchos ene-migos a causa de su rectitud y exigencia sobre laprofesin mdica. Era adems un gran orador yuna persona muy polmica y crtica (20). A diferen-cia de otras revistas mdicas, The Lancet naci noslo para informar sino tambin para reformar.Wakley quera transformar la medicina, en la quevea incompetencia, charlatanera, corrupcin y ne-potismo (21). Consideraba las corporaciones m-dicas como abscesos en el cuerpo de la profesinque era necesario abrir, y de ah que diera a larevista el nombre de lancet (bistur), el instrumentousado por los cirujanos para practicar incisiones.Sus editoriales no dejaban ttere con cabeza. Wak-ley era polmico e incisivo, pero escriba con gra-cia. Hoy The Lancet sigue siendo una revista inde-pendiente, y se publica en Londres y Nueva York.Desde hace unos aos publica otras tres revistasespecializadas: The Lancet Infectious Diseases(2001), The Lancet Neurology (2002) y The LancetOncology (2000).

    British Medical Journal

    British Medical Journal tiene su origen en la revistaProvincial Medical and Surgical Journal, cuyo pri-mer nmero, publicado el 3 de octubre de 1840,constaba de 16 pginas con tres ilustraciones.Comprenda una presentacin del editor, un infor-me de la reunin anual de lo que luego se conver-tira en la British Medical Association y la revisin deun libro de medicina. Una obra publicada en 1990por Peter Bartrip, historiador de Oxford, describe lahistoria de esta revista, que refleja los cambios ex-perimentados por la medicina en los 150 aostranscurridos desde su fundacin. Adems, explicael papel que desempe en algunas polmicas re-lacionadas con la medicina en el Reino Unido, co-mo la campaa en favor de la obligatoriedad de lavacuna de la viruela que lider Abraham Hart (1835-1898), director de British Medical Journal desde1867 hasta su fallecimiento (22).

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    La revisin externa por expertos se consoliddespus de la Segunda Guerra Mundial, pero lohizo de manera gradual y no todas las revistas nitodos los revisores atribuan el mismo significado aese trmino. Hoy, a pesar del tiempo transcurrido,siguen existiendo muchas diferencias entre lostipos de revisin que se aplican a los artculos (25).El sistema tiene defensores y detractores. Sus par-tidarios opinan que la revisin de los artculos antesde su publicacin es una garanta. Y en general esas, o as debera ser. Una de las principales quejastiene que ver con el anonimato de los revisores:mientras que stos conocen la autora del originalque revisan, los autores ignoran quin ha valoradosu texto. La aceptacin de un artculo puede de-pender ms de la opinin que los revisores tengande los autores que de la calidad intrnseca del tra-bajo que han de evaluar. Adems, aunque existeun compromiso de confidencialidad por parte delos revisores, de vez en cuando se descubren ca-sos de filtrado de informacin o de abusos, comola retencin de un artculo en la fase de revisinhasta la publicacin de otro que describe un traba-jo similar (23).

    Las revistas cientficascomo producto comercial

    John Oldenburg, el fundador de Philosophical Trans-actions, era un hombre de estado, diplomtico, te-logo, filsofo y con un gran inters por las letrasy la filosofa natural. Haba llegado a Londres des-de Bremen en 1653 para negociar un tratado conCromwell en la guerra entre Inglaterra y Holanda.Poco despus de encontrarse en aquella ciudadentabl amistad con algunos eruditos y pronto sesinti atrado por el nuevo conocimiento experi-mental. Hablaba cuatro idiomas y estaba muy in-teresado en la ciencia. Cuando ocup el cargo desecretario de la Royal Society se dedic tanto a ellaque apenas le quedaba tiempo para trabajar yganarse el sustento. Por ello, cuando el Comit Eje-cutivo autoriz la publicacin de PhilosophicalTransactions en 1664, se decidi que los beneficiosque se obtuviesen con la venta de la revista seranpara pagar el trabajo de Oldenburg. En realidad setrataba de un porcentaje de los beneficios de la

    sophical Transactions pas a depender exclusiva-mente de aquella institucin, se estableci un Com-mittee on Papers formado por algunos miembrosque lean y debatan las cartas y los artculos quereciban, y respondan a sus autores en sus reunio-nes semanales y mediante la publicacin en larevista (7, 24). Ese procedimiento sent las basespara lo que actualmente se conoce como revisinde expertos o revisin externa (peer review), unafase que se considera necesaria e indispensableen la publicacin cientfica, especialmente en elcampo de las ciencias de la vida y de la salud. Perotcticas parecidas ya haban sido adoptadas porotras revistas antes de 1752. En el primer volumende Medical Essays and Observations, publicado porla Royal Society de Edimburgo, se describe que lostextos recibidos de sus corresponsales se envan alos miembros de la institucin que mejor conocenel tema correspondiente para que elaboren deforma annima un informe sobre su calidad (25). Ycuando Basset, el director de Medicina Curiosa,someta sus textos al juicio del College de Mdicosde Londres, estaba practicando tambin un tipo derevisin por expertos.

    Durante el siglo XIX numerosas publicacionesmdicas seguan el modelo de los diarios y revistasgenerales y publicaban artculos de opinin y noti-cias. Las revistas mdicas buscaban colaborado-res para cubrir diferentes zonas geogrficas y es-pecialidades. Adems, tal como hacan los diariosy prensa general, se intercambiaban material. Estecambio de artculos puede considerarse un tipo derevisin no oficial, pues slo se reproducan los ar-tculos que se consideraban de gran calidad (26).La especializacin fue uno de los motores queimpuls la institucionalizacin de la revisin porexpertos. Las revistas reciban artculos cuya cali-dad era difcil de juzgar por su director o el comiteditorial, aunque tambin fuesen mdicos. En 1893,Ernest Hart, director del British Medical Journal,describi a los miembros de la American MedicalEditors Association un sistema de revisin porexpertos externa al comit editorial, que consistaen enviar cada artculo a un especialista. Recono-ca alguno de los defectos que hoy en da siguenachacndose a este mtodo, pero crea que podarecomendarse por su autorizada precisin y fiabili-dad (25).

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    incluir publicidad, a veces muy abundante. Pero elaumento de la publicidad no suele reflejarse en unadisminucin del precio de la suscripcin, sino enun aumento de los beneficios para la empresa o lainstitucin editora. En el caso de las revistas mdi-cas, algunas obtienen tambin muchos ingresoscon la venta de miles incluso cientos de miles deseparatas de artculos publicados por investigado-res de compaas farmacuticas (29).

    La irrupcin de Internet y el concepto de acce-so abierto (open access) est produciendo nume-rosos cambios en la base econmica que subyaceen toda publicacin cientfica. Con Internet se ofre-ci a las editoriales una manera de ampliar susmercados, ya que podan vender artculos indivi-duales, como separatas, procedentes de sus revis-tas. Aunque mantener una publicacin en la redrepresenta un gasto adicional para la editorial,cabe preguntarse si justifica que algunas editoria-les pidan hasta 32 dlares por la descarga de unartculo.

    Factor de impacto

    El factor de impacto es un concepto creado duran-te la segunda mitad del siglo XX por Eugene Gar-field, fundador del Institute for Scientific Information(ISI, ahora Thomson Scientific), y por Irving J. Sher.Segn cuenta el propio Garfield, l y Sher se basa-ron en el ya existente ndice de citacin de autoresy establecieron un ndice de citacin de revistas. Elfactor de impacto de una revista es una medida dela influencia que dicha publicacin tiene en la co-munidad cientfica y se calcula a partir de las citastotales que sus artculos tienen en otras publicacio-nes (30). Es un ndice que, adems del nmero decitas, tiene en cuenta el nmero de artculos cita-bles. As, el factor de impacto de una revista en unao determinado es el cociente de una divisin enla que el dividendo es el nmero de citas obtenidasese ao por el conjunto de los artculos publicadosen la revista los dos aos anteriores, y el divisor esel nmero de artculos y revisiones publicados porla revista en aquellos dos aos. Referirse al nme-ro de citas en trminos absolutos no sera adecua-do porque las revistas de periodicidad ms fre-cuente y con un mayor nmero de artculos pueden

    venta de cada nmero. No todos se vendan porigual; los que contenan grabados tenan ms xito,pero los beneficios nunca superaron las 40 librasanuales. As continu con los siguientes directores,hasta que en 1752 la Royal Society se hizo cargode la revista (27).

    Antes de 1730 se haban fundado ya ms de300 publicaciones, pero la mayora tuvieron unavida breve (28). Dirigir una revista era una tareapesada y no proporcionaba beneficios econmi-cos. Adems, haba que buscar el material y adap-tarlo, y con frecuencia los propios directores eranautores de gran parte de los textos. La falta de art-culos originales se supla con reseas y comenta-rios de libros, que eran ms fciles de preparar.Pronto se vio la necesidad de contar con un comi-t editorial para asegurar la supervivencia de larevista, especialmente si su director dimita o falle-ca. Algunas revistas, como Acta Eruditorum, Jour-nal des Savans y Mercure de France, reciban fon-dos estatales para pagar al director y en algunoscasos tambin a los miembros del comit editorial.Otto Mencke sola avanzar dinero de su bolsillopara publicar Acta Eruditorum, y los autores de revi-siones de libros slo reciban un nmero gratis dela revista a cambio de su trabajo. Ni siquiera sequedaban con los libros, que solan venderse lue-go en subastas para sufragar parte de los gastosde la publicacin (28). En cambio, a mediados delsiglo XIX, British Medical Journal ya obtena buenaparte de sus ingresos de la publicidad que incluaen sus pginas (22).

    El panorama actual de las publicaciones cient-ficas es muy variado. Hay revistas que reportanbeneficios considerables a las empresas o las so-ciedades cientficas de las que dependen, mientrasque otras sobreviven porque quienes intervienenen su elaboracin lo hacen de manera altruista. Poruna parte, la produccin editorial cientfica se haido concentrando debido a la adquisicin msbien fagocitosis de pequeas editoriales por gran-des multinacionales de la edicin cientfica o por lafusin de editoriales de similar nivel. Las revistasque gozan de prestigio o, especialmente, de popu-laridad independientemente de su calidad intrn-seca en el colectivo cientfico al cual van destina-das, o las que estn publicadas por sociedadescientficas con un gran nmero de socios, suelen

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    Acceso abiertoa las publicaciones cientficas

    Acceso abierto es un trmino acuado reciente-mente para describir las publicaciones disponiblesen Internet sin coste alguno para cualquier lector.La persona que posee los derechos (copyright) deltexto normalmente el autor permite a los usuariosleer, descargar, copiar, imprimir, distribuir su artcu-lo, ponerle enlaces desde otro sitio de Internet ousarlo con cualquier otro propsito que no incum-pla la legalidad (29). La funcin del copyright en lapublicacin en acceso abierto es facilitar a losautores el control de la integridad de sus obras, elderecho a que su autora sea reconocida y a sercitados adecuadamente.

    El concepto de acceso abierto se present p-blicamente en Budapest en 2001. All, los das 1 y 2de diciembre los artfices del proyecto se reunieronbajo los auspicios del Open Society Institute (OIS),fundado en 1993 por el magnate y mecenas hn-garo George Soros. De aquel foro surgi la Ini-ciativa de Budapest del Acceso Abierto (BudapestOpen Access Initiative, BOAI), que es una declara-cin de principios, de estrategia y de compromiso(29). Desde que la BOAI se hizo pblica, el 14 defebrero de 2002, ms de 350 organizaciones y msde 4100 personas ha firmado su apoyo oficial adicha iniciativa (http://www.soros.org/openaccess/view.cfm).

    La Iniciativa de Budapest propona dos tipos deacceso abierto:

    1) La va dorada (gold road), con una nueva gene-racin de revistas cientficas electrnicas (oimpresas y tambin con versin electrnica) sintarifas de suscripcin.

    2) La va verde (green road), en la que los propiosautores pondran sus artculos disponibles enInternet o se comprometeran a depositar unacopia digital en un archivo electrnico pblico(un repositorio) (34).

    Cientficos, editores, sociedades cientficas, bi-bliotecarios e incluso representantes de institucio-nes gubernamentales que subvencionan la investi-gacin han debatido extensamente el futuro delacceso abierto. Los principales aspectos que sedebaten son:

    obtener un nmero total de citas mayor. Por ejem-

    plo, el ao 2004 la revista del mbito de las cien-

    cias de la vida con mayor nmero de citas (405.017)

    fue Journal of Biological Chemistry, y le sigui Na-

    ture (363.374 citas). Sin embargo, el factor de im-

    pacto de la primera fue de 6,355, mientras que el

    de Nature fue de 32,182. Esa diferencia se debe a

    que el nmero de artculos de Journal of Biological

    Chemistry fue muy superior, unas 7,5 veces el de

    artculos de Nature (31).

    La finalidad del factor de impacto ha evolucio-

    nado con el tiempo. Su objetivo inicial era servir de

    ayuda en las bibliotecas para gestionar las suscrip-

    ciones a revistas, al proporcionar informacin so-

    bre las ms adecuadas. Actualmente tiene tambin

    objetivos comerciales: ayuda a los editores a situar

    sus publicaciones entre otras de la misma espe-

    cialidad y es til a los anunciantes que exploran

    posibles mercados para sus productos. Por otra

    parte, se est usando para evaluar la produccin

    cientfica de investigadores individuales o de equi-

    po. En algunos pases, especialmente en Europa,

    las entidades que subvencionan o evalan la inves-

    tigacin tienen en cuenta el factor de impacto de

    las revistas donde publican sus artculos los inves-

    tigadores que solicitan subvenciones o que son

    evaluados (32). Es ms fcil conocer el factor de

    impacto de una publicacin que el nmero de citas

    que reciben los artculos de un autor. Adems, los

    artculos recientes pueden no haber sido citados

    todava, aunque sean valiosos. Esto hace que los

    autores tambin tengan en cuenta el factor de im-

    pacto de cada publicacin cuando han de decidir

    a qu revista enviar sus artculos, y que se autoci-

    ten porque as contribuyen a aumentar el factor de

    impacto de las revistas en que publicaron los art-

    culos citados (30).

    Tambin muchas publicaciones practican la

    autocita; las hay que incluso solicitan a los auto-

    res que incluyan citas de artculos de la propia

    revista. Sin embargo, el ISI-Tomson Scientific, cons-

    ciente de esta prctica, al evaluar las publicaciones

    de sus bases de datos o las que solicitan el ingre-

    so en alguna de ellas, analiza con mayor atencin

    las revistas cuyo ndice de autocitacin supera el

    20% (33).

  • REDACCIN CIENTFICA EN BIOMEDICINA: LO QUE HAY QUE SABER

    -11-

    do ntegro de la revista es accesible desde lasbibliotecas de numerosas universidades y centrosde investigacin, de que todos los artculos estndisponibles sin cargo alguno a los seis meses desu publicacin, y de que muchos autores puedenarchivarlos pblicamente en webs propias desde elprincipio, ambos estudios demuestran que los art-culos de acceso abierto desde el principio son cita-dos antes y con mayor frecuencia (36).

    La editorial BioMed Central, que publica msde 160 revistas biomdicas en acceso abierto ysometidas a revisin por expertos, public un folle-to que rebate los principales argumentos que, encontra del acceso abierto, fueron presentados alComit de Ciencia y Tecnologa de la Cmara delos Comunes del Reino Unido por varias entidades.De acuerdo con los principios de BioMed Central,dicho folleto est disponible en acceso abierto ensu web (http://www.biomedcentral.com/openaccess/inquiry/myths/).

    Coda

    El 5 de mayo de 1964, en la reunin anual de laSociedad Americana de Microbiologa, J.R. Porter,presidente de la asociacin, record que aquel aose cumpla el tercer centenario de la publicacin dela primera revista cientfica (4). En su parlamentohizo un repaso de esos tres siglos, durante los cua-les el nmero de revistas cientficas de investiga-cin primaria creci de manera exponencial y sefue duplicando cada 18 o 20 aos. Coment la si-tuacin de las publicaciones cientficas en ese mo-mento (1964), cuando su nmero se estimaba en-tre 25.000 y 100.000, y calcul que en biologa sepublicaban cada ao unos 750.000 artculos, unamedia de 85 por hora. Segn Porter, si el ritmo depublicacin se mantena, el ao 2000 el nmero deartculos poda ser de tres millones o una produc-cin mundial de ms de 300 artculos por hora. Noiba desencaminado, pues el directorio Ulrich, quees una fuente de informacin detallada de publica-ciones peridicas de todo tipo, comprende ya msde 290.000 ttulos (ulrichs web.com).

    Porter se bas en el desarrollo tecnolgico dela dcada de 1960 para imaginar un futuro en elque se dispondra de las herramientas adecuadaspara indexar, resumir y traducir los artculos, con

    Toda la literatura cientfica debera ser deacceso abierto?

    Si as fuera, cmo deberan afrontarse losgastos de publicacin?

    Quin debera pagar esos gastos?

    Los sectores ms contrarios al acceso abiertoson, por una parte, las grandes editoriales que ob-tienen la mayor parte de sus beneficios con lapublicacin de revistas cientficas, y por otra lassociedades cientficas que publican revistas degran tirada cuyos beneficios son a veces su princi-pal fuente de recursos econmicos (29).

    Diferentes estudios han analizado los efectosdel acceso abierto en el factor de impacto, no tantode las publicaciones como de los artculos indivi-duales. El ao 2001 se publicaron los resultados deun anlisis de casi 120.000 artculos de congresosde informtica y disciplinas relacionadas. Los ar-tculos disponibles en Internet sin restriccin de ac-ceso tuvieron un mayor impacto que los que se pu-blicaron en revistas impresas o los disponibles enInternet cuyo acceso no era gratuito. En 2004, el ISIpublic un estudio que analizaba 148 de las apro-ximadamente 200 revistas de acceso abierto quese encontraban en su base de datos. Los resulta-dos fueron similares, pero los artculos publicadosen acceso abierto se citaban antes (29). Sin embar-go, otro estudio del mismo ao obtuvo resultadosmuy positivos para el acceso abierto. Se analizaronlos artculos de Proceedings of the National Aca-demy of Sciences US (PNAS), revista cuyos autoresdeciden si quieren que sus artculos estn en acce-so abierto desde el momento de su publicacin(para ello han de pagar una tarifa de 1000 dlares,que se reducen a 750 si la institucin donde traba-jan tiene suscrito un acuerdo con PNAS) o transcu-rridos seis meses, que es la poltica habitual demuchas revistas que se han adherido al accesoabierto. El estudio consider los artculos de cuatrodisciplinas (filosofa, ciencias polticas, ingenieraelctrica y electrnica, y matemticas) y en todasellas los artculos de acceso gratuito haban sidoms citados que los que tenan el acceso restringi-do los seis primeros meses (35). Estos resultadosconcuerdan con los de un anlisis bibliomtrico deartculos publicados entre junio y diciembre de2004 tambin en PNAS. A pesar de que el conteni-

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    aparatos que proporcionarn microfilmes o deuna a varios miles de microfichas sobre un temadeterminado a los pocos segundos de apretar unbotn (4). An se qued corto, pues el nmero deresultados que proporciona casi instantneamenteun buscador como Google puede ser an mayor.Porter crea que las mentes creativas e inventivastenan que descubrir nuevos mtodos para superarel reto de la ingente cantidad de literatura cientficaque tendran a su disposicin. Sin embargo, uno delos desafos actuales de la comunidad cientficarespecto a su literatura es superar la llamada bre-cha digital que separa los pases avanzados yricos de aquellos en que el acceso a Internet anes privilegio de una minora. El acceso abierto, quese vislumbra como el futuro de la publicacin cien-tfica, no ser una realidad para toda la comunidadcientfica hasta que cualquier investigador en cual-quier lugar del planeta tenga asegurado el accesoa todo el conocimiento que se genere en su espe-cialidad.

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    No hay que olvidar que las revistas de mbitoclnico tambin incluyen secciones con este perfil,como son las notas clnicas, las conferencias cl-nico-patolgicas y cierto tipo de cartas al director/editor. Esta clase de artculos, la mayora de vecespoco valorados en el mbito curricular, son absolu-tamente necesarios para la comunicacin de expe-riencias clnicas que, sin duda, tambin contribuyenal avance del conocimiento.

    Por otro lado, muchas revistas tambin incluyeneditoriales de profesionales con gran experiencia,tambin por encargo, que les otorgan un valor aa-dido, pues aportan opiniones muy concretas sobredeterminados aspectos biomdicos.

    En el presente captulo se pretende resumir lascaractersticas de los principales tipos de artculosbiomdicos ms ampliamente aceptados por la ma-yora de las revistas. Evidentemente, por limitacio-nes de espacio no se puede dar cabida a todos ycada uno de los modelos, pero s a los de mayorprevalencia y aceptacin (1-4). Del mismo modo,por el mbito de inters del presente escrito, porlas caractersticas de quienes lo suscriben y por loslectores a quienes va dirigido, nos centraremos b-sicamente en aquellos artculos que contienen lasdiversas secciones de Medicina Clnica, una revis-ta espaola de medicina interna (Tabla 1).

    Artculo original

    El artculo original es el prototipo de artculo en quese puede plasmar con mayor claridad y objetividadel resultado de una investigacin (5). Es el fruto deun trabajo de investigacin, y por lo tanto deberresponder a una hiptesis de trabajo y a unos obje-tivos concretos. Por ello, los artculos originales quemejor podrn cumplir con estos requisitos sern

    Introduccin

    La produccin cientfica de un investigador o de ungrupo de ellos puede plasmarse de forma escritaen distintos formatos de artculo biomdico. Si bienel ms habitual, por lo que representa de aporta-cin novedosa en el campo de la investigacin, esel artculo original, existen otras formas de comuni-car los resultados de una investigacin y, al mismotiempo, distintas maneras de aportar informacinde inters aunque no constituya exactamente unaaportacin original.

    Adems, aunque la mayora de las revistas bio-mdicas abarcan en sus pginas ciertas seccionesque pueden ser comunes a la mayora, tambin escierto que cada una puede tener su especificidaden este campo. Esto se debe a que cada revistaconstituye un marco diferente, con una proyeccinespecfica hacia sus lectores puesto que a ellos sedebe en funcin de las caractersticas de la espe-cialidad, del mbito de desarrollo profesional y delos aspectos que ms les interesen. Por tanto, exis-ten revistas con un contenido prcticamente nicode revisiones, mientras que otras contienen un for-mato del tipo original y otras, en cambio, conjugandiversos tipos de artculos, lo que les confiere unafuncin no solamente de aportacin novedosa enel campo de la investigacin sino tambin una res-ponsabilidad no despreciable en el campo de laformacin continuada. As, conjugan originales conrevisiones, artculos especiales, diagnstico y trata-miento, entre otros. Sin embargo, mientras que losartculos originales suelen proceder del envo es-pontneo de los investigadores, estas otras seccio-nes tienen su origen en un encargo directo del co-mit editorial a profesionales con amplia experien-cia en un determinado tema, lo que garantiza unaelevada calidad y fiabilidad.

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    Tipos de artculo

    Francesc Cardellach y Josep M. Ribera

  • Tipos de artculo

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    investigacin clnica (o animal, si fuera el caso) del

    centro donde se realiz el estudio. No hay que olvi-

    dar que el objetivo de la descripcin del material y

    el mtodo es que cualquier investigador pueda re-

    producir el estudio siguiendo paso a paso los deta-

    lles metodolgicos que se aportan. Finalmente,

    este apartado debe contener una seccin especfi-

    ca de anlisis estadstico (12-17), puesto que hay

    que evitar su simple alusin genrica y especificar

    concretamente todos aquellos aspectos particula-

    res que aclaren cul fue el mtodo utilizado para el

    anlisis de cada variable contemplada. Adems,

    en este punto tambin hay que destacar la impor-

    tancia de evitar la denominada p hurfana, ya

    que conviene poner de manifiesto, junto a ella, la

    magnitud del efecto (odds ratio, riesgo relativo, di-

    ferencia de proporciones) y los lmites del intervalo

    de confianza (IC) del 95%.

    En los resultados deben especificarse, siguien-

    do el mismo orden en que se plantearon los objeti-

    vos, aquellos descubrimientos que constituyen el

    cuerpo de la investigacin. Debe ser una descrip-

    cin, no una discusin; no hay que incluir referen-

    cias bibliogrficas y se debe observar un exquisito

    equilibrio entre el texto y las tablas y figuras. En el

    primero hay que hacer alusin a los hallazgos ms

    destacados, aunque stos ya figuren en las ilustra-

    ciones. Las tablas y figuras complementarn el

    texto y, adems, tienen que poder ser interpretadas

    por s solas, por lo que contendrn todo tipo de

    aclaraciones al pie (significado de abreviaturas,

    recursos grficos). Adems, es muy importante

    preservar la privacidad de los sujetos de la inves-

    tigacin.

    La discusin tiene que destacar, ante todo, los

    aspectos novedosos fruto del trabajo de investiga-

    cin, las principales aportaciones. Adems, deben

    interpretarse los hallazgos, es decir, no se trata de

    una simple repeticin de los resultados ni una revi-

    sin bibliogrfica. Debe contrastarse la evidencia a

    favor de los resultados, pero, ms importante an,

    la evidencia en contra. Las conclusiones tienen que

    ajustarse a los resultados, pues no pueden gene-

    ralizarse a partir de un nmero insuficiente de ca-

    sos, por ejemplo, ni a partir de una muestra sesga-

    da. Aunque la estructura de la discusin es libre, se

    aconseja seguir el siguiente orden:

    los de tipo prospectivo y analtico, ms que los re-trospectivos o los descriptivos.

    El artculo original debe seguir el formato IMRD:introduccin, material (o pacientes) y mtodo, re-sultados y discusin. La introduccin debe conte-ner el fundamento o razn del estudio y los objeti-vos planteados (6-12). El primero, en razn de lacontextualizacin del motivo que llev a realizardicho estudio, puesto que sin una razn funda-mentada ste pierde absolutamente su valor. Losobjetivos deben quedar muy bien especificados,diferenciando el principal de los secundarios, siprocede, y deben estar orientados a responder lahiptesis de trabajo. La introduccin no debe con-fundirse con una revisin bibliogrfica y como m-ximo debera contener un tercio de las referenciasbibliogrficas.

    El apartado de material y mtodo (o pacientes

    y mtodo) es el ms importante de todo el artculo,

    puesto que de la rigurosidad con que se ha llevado

    a cabo el estudio y de su minuciosa descripcin

    escrita depender la fiabilidad de los resultados.

    Un estudio con una metodologa deficiente va a

    aportar unos resultados faltos de fiabilidad, por lo

    que las conclusiones no sern de ningn valor (6-

    8). Este apartado debe dejar bien claro el mbito

    del estudio, los criterios de inclusin y exclusin de

    los pacientes, el diseo (con un rbol de decisin

    si procede) y, si es oportuno, el clculo del tamao

    de la muestra. Tampoco hay que olvidar la necesa-

    ria inclusin del permiso del comit de tica e

    Tabla 11. Tipos de artculos contenidos en las secciones

    de Medicina Clnica.

    Secciones fijas Secciones por encargo

    Original Revisin

    Original breve Diagnstico y tratamiento

    Nota clnica Artculo especial

    Carta al editor Conferencia clnica

    Carta cientfica Conferencia clnico-patolgica

    Editorial* Conferencia de consenso

    Series

    Reportajes

    Crtica de libros

    *Aunque es una seccin fija, el artculo suele ser por en-

    cargo.

  • REDACCIN CIENTFICA EN BIOMEDICINA: LO QUE HAY QUE SABER

    -17-

    menor espacio se aportan tambin los resultadosde una investigacin de calidad, pero que por con-tener un nmero pequeo de casos, por ejemplo,puede exponerse de forma menos extensa. Enotras ocasiones en este formato se presentan estu-dios retrospectivos, descriptivos o epidemiolgicosde un nmero de casos reducido.

    Nota clnica

    La nota clnica, antao muy apreciada tanto por losprofesionales como por las revistas, se ha vistorelegada progresivamente a un segundo plano deimportancia. Los motivos son dos: por un lado, enlas valoraciones curriculares no ha recibido la im-portancia de los artculos originales (y en muchoscasos ni se la ha valorado) y, por otro, las revistashan aumentado cada vez ms el nivel de exigenciapara este formato. En sntesis, se trata de aportar ladescripcin de un caso o de una serie de casos deforma descriptiva. El inconveniente de este formatoestriba en que con frecuencia el mensaje funda-mental de la nota clnica puede transmitirse igual-mente a los lectores en forma de carta al editor, conlo que se ahorra espacio en la revista y as sepuede dar ms cabida a artculos originales, queson en definitiva los ms apreciados tanto por lapublicacin como por los profesionales de la inves-tigacin.

    En vista de ello, y con el convencimiento de laimportancia que tiene la presentacin de notas cl-nicas para el avance y la consolidacin del conoci-miento clnico asistencial, en muchas revistas se haoptado por aumentar el nivel de exigencia para lasnotas clnicas. Por tanto, para la aceptacin de uncaso aislado se precisa que se haya llevado a caboalgn tipo de investigacin (anlisis gentico, estu-dio genealgico, estudio epidemiolgico, etc.). Enlas series de casos se exige que, sobre todo si laprevalencia de la enfermedad es alta, se incluya unnmero suficiente de casos que represente no sloun salto cuantitativo sino tambin cualitativo por lasconclusiones que se puedan derivar.

    En cualquier caso, el formato actual de nota cl-nica debe incluir los mismos apartados (introduc-cin, paciente(s) y mtodo, resultados y discusin)que el artculo original, aunque con las peculiarida-

    1) Breve resumen de los principales resultadosdel estudio.

    2) Posibles mecanismos o explicaciones de estosresultados.

    3) Comparacin de los resultados obtenidos conlos de otros estudios.

    4) Presentacin de las limitaciones del estudio.

    5) Comentario sobre las implicaciones del estudiopara futuras investigaciones sanitarias y para laprctica clnica.

    Una ltima consideracin acerca de algunaspartes del artculo original: el ttulo y el resumen sonlas partes ms ledas de un artculo, por lo quedebern recibir especial atencin. El ttulo debe sercorto, pero a la vez informativo y con gancho. Elresumen debe ser estructurado y se aplicar lacapacidad de sntesis para lograr que su contenidopermita comprender el artculo sin necesidad deleerlo o consultarlo. Los autores del artculo originaldeben ser realmente los sujetos intelectuales ycientficos del estudio, por lo que su implicacin enla elaboracin del manuscrito se ajustar a lasrecomendaciones establecidas en las normas deVancouver (11) y figurarn en las contribuciones deautora en el artculo publicado (ver pg. 25 y 69).Finalmente, no hay que olvidar el apartado de agra-decimientos y el de conflicto de intereses. Estos l-timos tienen gran importancia en el momento ac-tual y la mayora de las revistas disponen de formu-larios para declararlos. De hecho, si existe conflictode intereses debe constar en el artculo publicado.

    Artculo original breve

    Las caractersticas de este tipo de artculo se ajus-tan perfectamente a lo expuesto para los originales.Sin embargo, precisamente por ser breve, todas lasnormas que se han especificado en el apartadoanterior tendrn que ajustarse a los requerimientosde brevedad, tanto en el texto como en las ilustra-ciones.

    En el original breve se expone el fruto de unainvestigacin de menor contenido que el artculooriginal. Es un tipo de manuscrito muy apreciadopor las revistas biomdicas, puesto que en un

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  • Tipos de artculo

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    tiempo el hallazgo del estudio y la opinin del ex-perto; de ah la denominacin de editorial relacio-nado. En ocasiones se solicita un editorial a dosexpertos de los que se conocen opiniones distintase incluso contrapuestas sobre el tema de formaintencionada, con el fin de generar polmica o slopara dejar constancia de lo abierto de la cuestin.Finalmente, tambin puede ocurrir que un expertoremita un editorial sin mediar encargo previo. Enestos casos, el comit editorial de la revista debevalorar la oportunidad e inters del tema para suslectores.

    El editorial no tiene una estructura rgida, aun-que suele iniciarse con una constatacin del temaen cuestin, sigue una referencia al estado de losconocimientos sobre l hasta ese momento, a con-tinuacin se analizan de forma crtica los hallazgosdel artculo motivo del editorial y finalmente se con-cluye con lo que podra aportar de positivo o con-tradictorio. El editorialista, normalmente uno solo,suele terminar con unas reflexiones propias acercadel tema.

    Por la importancia y actualidad de los temastratados, el nivel cientfico de quien los trata y eldebate que pueden suscitar entre los lectores, lasrevistas tienen en sus editoriales un termmetro dela calidad e inters de los artculos originales quepublican en sus pginas.

    Revisin

    La revisin es una seccin que incluyen en suspginas la mayora de las revistas. Por trminogeneral, se trata de llevar a cabo una actualizacinde alguna enfermedad en sus aspectos ms ge-nerales, es decir, englobando todos y cada uno desus elementos: concepto, etiologa, patogenia,cuadro clnico, diagnstico, tratamiento y pronsti-co. Sin embargo, puede limitarse a menos aspec-tos. Tambin entran en esta seccin el anlisis dela relacin entre situaciones patolgicas (por ejem-plo hipercolesterolemia y riesgo vascular, tabaco ycncer, virus C y hepatopata, esquizofrenia y gen-tica, etc.). Habitualmente se trata de artculos porencargo, pues al igual que en el editorial el concur-so de un profesional con experiencia en el temaser de vital importancia. Debe evitarse aceptar

    des obvias inherentes a la descripcin de un casoy con una extensin la mayora de las veces muchomenor. Lgicamente, el nmero de ilustraciones se-r limitado, aunque puede haber excepciones se-gn las caractersticas del caso o serie de casos.

    Editorial

    El editorial es un tipo de artculo en el que contras-ta su brevedad con su extrema dificultad de reali-zacin si se pretende que tenga una calidad cient-fica elevada. Habitualmente su extensin ocupaentre 4 y 6 folios, no contiene tablas ni figuras yslo un nmero limitado de referencias bibliogrfi-cas, que sern muy actuales (ltimos dos aos). Eleditorial se encarga a un experto en un determina-do tema con la pretensin de que d su opininescrita sobre una determinada enfermedad, o biensobre algn aspecto de ella (diagnstico, trata-miento, pronstico). En ocasiones se trata de unaopinin sobre un aspecto incluso ms particular,pero con gran trascendencia clnica, epidemiolgi-ca, patognica o de cualquier otra ndole.

    La dificultad de elaborar un editorial estriba pre-cisamente en que el experto, gran conocedor deltema, debe ser capaz de expresar su perspectivapersonal en trminos generales, prcticamente deun plumazo. Esto exige una gran capacidad de sn-tesis y evitar entrar en detalles sobre aspectos co-laterales. Adems, el editorialista dispone de un es-pacio de tiempo muy corto, puesto que al tratarsede temas de actualidad, cualquier retraso en la pu-blicacin del artculo puede representar una prdi-da absoluta de inters. El lector espera de l unmensaje muy concreto y una respuesta breve yclara a una pregunta muy concisa.

    Las revistas pueden solicitar un editorial sobreun trabajo pendiente de publicacin, pero que apor-ta algn aspecto novedoso o controvertido quemerezca una reflexin o puntualizacin. En estoscasos, la urgencia del artculo estriba no slo en elinters del tema sino tambin en el retraso quepuede sufrir el artculo original origen del editorial.En efecto, los editoriales solicitados con motivo deun artculo en prensa (original, la mayora de lasveces) suelen publicarse simultneamente a dichoartculo, para que el lector pueda valorar al mismo

  • REDACCIN CIENTFICA EN BIOMEDICINA: LO QUE HAY QUE SABER

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    Diagnstico y tratamiento

    Se trata de una seccin en que los artculos tienenun sentido muy parecido al de las revisiones. Enefecto, en este caso el objetivo es desarrollar unaspecto parcial (diagnstico o teraputico) de unadeterminada enfermedad o, de nuevo, de una rela-cin especfica entre dos procesos, pero aportan-do siempre, como es lgico, lo ms novedoso. Porconsiguiente, la normativa en cuanto a nmero deautores y las caractersticas del profesional que lodebe escribir no difieren de lo comentado en elapartado anterior. La extensin suele ser menorque la de las revisiones, pues no se trata de llevara cabo una revisin del tema sino ms bien deponer al da los conocimientos con las aportacio-nes ms recientes. Por lo tanto, la extensin reco-mendable estara entre 8 y 10 folios, con tablas,figuras y una bibliografa ajustada aparte.

    Artculo especial

    Esta seccin es quizs la de contenido ms indefi-nido de todas las que forman una revista, puestoque, tal y como reza el enunciado, sus caractersti-cas no se ajustan a unas normas concretas decontenido. Desde luego, no se trata de inquirir as-pectos que ataan a las dos secciones anteriores(Revisiones y Diagnstico y tratamiento), sino dedar libertad al autor para que en l incluya unavisin (a veces muy particular) de un tema que amenudo se aparta de lo estndar. Por consiguien-te, en esta seccin el artculo suele ser remitidoespontneamente por el autor, puesto que slo lconoce el alcance e importancia del tema (o de unaspecto particular del mismo) que quiere poner enconocimiento de los lectores. En ocasiones se tratade la exposicin de un tema en el que han partici-pado diversos profesionales, cada uno aportandouna visin particular, a menudo complementaria dela de los dems. Los asuntos pueden ser muy va-riados, aunque en general se refieren a aspectosclnicos, epidemiolgicos, de investigacin y deedicin mdica, entre otros.

    As pues, por los motivos expuestos no es deextraar que el nmero de autores pueda ser varia-ble, desde uno solo hasta cinco o incluso seis. Detodas formas, para no desvirtuar el sujeto del men-

    artculos de revisin remitidos por mdicos todava

    demasiado jvenes, probablemente an sin la ex-

    periencia necesaria, pero que aprovechan una

    circunstancia determinada (por ejemplo la realiza-

    cin de una tesis doctoral) para llevar a cabo una

    amplia contextualizacin del tema y proponer el

    manuscrito a una publicacin. Este esfuerzo es

    encomiable, pero no debera ser lo habitual, salvo

    excepciones muy concretas en que el experto

    senior haya contribuido muy estrechamente en su

    elaboracin.

    El tema de revisin, como es de suponer, es de

    gran importancia para atraer la atencin del lector,

    puesto que sin duda habr algunos en los que el

    contenido no se apartar demasiado de lo ya sabi-

    do, mientras que otros, por los mayores y ms

    recientes avances, podrn ser claro motivo de de-

    sarrollo. Por lo tanto, el comit editorial de la revis-

    ta tiene un papel absolutamente relevante en la

    eleccin del tema. En cualquier caso, en la revisin

    el experto evitar la simple repeticin de lo que se

    halla ya en otros medios, como libros de texto, y

    deber agudizar su ingenio para transmitir las no-

    vedades de los ltimos dos aos en todos y cada

    uno de los elementos que configuran el cuerpo de

    la enfermedad. Tampoco es recom