El Misterio de La Atlantida

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    Charles Berlitz

    El misterio de la Atlntida

    EDITORIAL POMAIREBarcelonaBogot - Buenos Aires - CaracasMxico - Montevideo - San Jos de Costa RicaSantiago de Chile

    Ttulo original:The Mystery of Atlantis

    Edicin original:Grosset & Dunlap, Publishers, Nueva York, 1971

    Traduccin:Jos Cayuela

    1969 by Charles Berlitz 1976 by EDITORIAL POMAIRE, S. A.Avda. Infanta Carlota, 114 / Barcelona-15 / Espaa

    ISBN: 84-286-0117-8 (tela)ISBN: 84-286-0116-X (rstica)

    Depsito Legal: B. 34.127-1976 Printed in SpainFOTOCOMPOSICIN YATE MOTONUTICADiputacin, 304 / Barcelona 9Impreso por GRFICAS NI. PAREJAMontaa, 16 / Barcelona 13

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    PRLOGO ......................................................................................................................................................................................................... 3

    LA ATLNTIDA: LEYENDA O REALIDAD?................................................................................................................ 4

    LA ATLNTIDA VUELVE A SER ACTUAL IDAD................................................................................................................. 8

    EL MISTERIO DE LA ATLNTIDA .................................................................................................................................... 10

    LA ATLNTIDA: UN RECUERDO PERSISTENTE ........................................................................................................ 20

    HACIA EL ABISMO DEL OCANO ................................................................................................................................ 26

    DE CMO LA ATLNTIDA CAMBI LA HISTORIA DEL MUNDO ................................................................................ 33

    LA EXPLICACIN ATLNTICA ..................................................................................................................................... 37

    ALGUNAS TEORAS SOBRE LA ATLNTIDA ........................................................................................................... 48

    LA ATLNTIDA Y LOS CIENTFICOS ......................................................................................................................... 61

    LA ATLNTIDA: LENGUA Y ALFABETO .................................................................................................................. 68

    DNDE ESTABA LA ATLNTIDA? ............................................................................................................................ 77

    ES POSIBLE ENCONTRAR LA ATLNTIDA? .......................................................................................................... 84

    EL HALLAZGO DE LA ATLNTIDA.................................................................................................................................. 88

    BIBLIOGRAFA ............................................................................................................................................................................................... 92

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    Prlogo

    Mientras la Humanidad se precipita hacia el futuro y se adentra en el espacio sin lmites,sus horizontes se ensanchan tambin hacia atrs y su inters por conocer el pasado se hacecada vez mayor. Las fronteras de la civilizacin primitiva retroceden cada ao un poco ms.

    Los nuevos descubrimientos y la nueva informacin recogida gracias al procedimiento delCarbono 14 (que ayuda a determinar la antigedad de ciertos instrumentos) hacen pensarque el hombre era ya civilizado, en grados diversos, miles de aos antes del perodogeneralmente aceptado y no siempre en los lugares que hasta ahora parecan idneos, comoel Creciente Frtil del Oriente Medio.

    Dnde estuvo localizada la primera civilizacin? Fueron las dems "exportadas" desde unncleo central? Existi alguna otra cultura, ms antigua y con mayores conocimientos, queayud a formar Egipto, Sumer, Creta, Etruria, las islas del Mediterrneo y costas adyacentes,y que influy incluso en las culturas americanas?En respuesta a todos estos interrogantes surge, difusa pero acuciante, una palabra semejanteal eco de un pasado incierto, algo as como el nombre que se pronuncia en un ocanobrumoso. La palabra es... Atlntida.

    Para muchos, la Atlntida es el continente atlntico desaparecido; la cuna original de lacivilizacin; una tierra dorada y bella que desapareci por una serie de convulsiones cuandose hallaba en la cumbre de su poder y que yace ahora en el fondo del ocano, mostrando enla superficie slo las cimas de sus montaas. Para otros, la Atlntida es slo una leyenda inventada por el filsofo griego Platn, que lautiliz como escenario de dos de sus Dilogos, y que se ha conservado en la imaginacinpopular a travs de diversas versiones desarrolladas durante siglos. Y para otros an, es unaautntica precursora de las civilizaciones primitivas, atestiguada por documentos antiguos,aunque incompletos, pero situada no en l Atlntico, sino en otro lugar. Naturalmente cadauna de las posibles localizaciones cuenta con numerosos partidarios.

    Si consultamos la enciclopedia, veremos que la Atlntida est considerada como "una

    leyenda" y que no entra dentro de la historia documentada. Sin embargo, gelogos yoceangrafos coinciden en que algo semejante a un continente existi alguna vez en elAtlntico, si bien dudan a la hora de situarla dentro del mbito de la Humanidad civilizada.

    Lo cierto es que la Atlntida est todava junto a nosotros, ahora ms que nunca. Formaparte de nuestra cultura, creamos en ella o no; ha sido tema de ms de tres mil libros; hainspirado a los clsicos; ha influido en la historia e incluso contribuy al descubrimiento delNuevo Mundo.

    Cada vez que se descubre una ciudad o una cultura submarinas cosa que ocurre yocurrir con mucha frecuencia, debido al crecimiento paulatino del nivel de las aguas en elmundo y al hundimiento de algunas zonas de la costa, la Atlntida surge como una palabramgica en los labios del descubridor. El ao pasado la Atlntida fue "descubierta" en elMediterrneo, en la isla de Tera, que experiment la desaparicin de algunas partes de su

    territorio en el mar, a causa de antiguas erupciones volcnicas.Por otra parte, los admirables relatos de Edgar Cayce predijeron que en 1968 1969 surgiraun templo atlntico cerca de las Bimini, en las Bahamas, y lo cierto es que se han observadoalgunas estructuras submarinas en los alrededores, que en el momento de escribir este librose hallan en proceso de investigacin.

    La leyenda de la Atlntida si de leyenda puede hablarse est en todo caso llena devida y en constante autorrenovacin, como esa otra tan conocida delave Fnix. Mientras cadageneracin va aprendiendo de su gran memoria ancestral (el continente o paraso perdido enel fondo del mar), surgen nuevas preguntas y se formulan nuevas explicaciones. Y con losequipos de investigacin de que se dispone actualmente es posible que haya llegado elmomento en que surja la solucin de este antiguo enigma y la reconsideracin de la

    antigedad del hombre civilizado y del lugar en que apareci su primera gran civilizacin.

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    * La Atlntida: leyenda o realidad?

    La Atlntida constituye la novela de misterio ms grande del mundo. Su nombre mismoevoca un enigmtico sentimiento de familiaridad y memorias perdidas, lo que es natural,puesto que nuestros antecesores han hecho conjeturas acerca de ella durante miles de aos.

    Si buscamos la palabra Atlntida en una enciclopedia, podemos leer que se trata de uncontinente perdido y "mtico" y, entre otras referencias, veremos que fue descrita por Platnen el siglo IV a.C., en dos de sus Dilogos, Tlmeo y Critias, en los que hace referencia a unavisita de Soln a Egipto. Entonces se enter de que los sacerdotes de Sais guardabandocumentos escritos acerca de "una isla-continente situada ms all de las Columnas deHrcules (nombre que se daba en la Antigedad a Gibraltar) llamada Atlntida y que era elcorazn de un grande y maravilloso imperio" y que tena una poblacin muy numerosa,ciudades de techos dorados, poderosas flotas y ejrcitos de conquista e invasin.

    En su descripcin de la Atlntida, Platn seala que "la isla era mayor que Libia y Asia

    juntas (al parecer con el nombre de Libia se designaba la parte de frica entonces conocida) ypoda pasarse a travs de ella al continente opuesto, que bordeaba el verdadero ocano..."El filsofo griego describe la isla como un paraso terrestre, mezcla de imponentes

    montaas, frtiles llanuras, ros navegables, ricos depsitos de minerales y una numerosa yfloreciente poblacin. Este poderoso imperio "desapareci bajo el mar en un solo da, con sunoche".

    Segn los clculos de Platn, el hundimiento se produjo unos 9.000 aos antes de supoca; es decir, hace unos 11.500 aos. Su alusin a este continente perdido al que nosreferiremos con ms detalle en el captulo 3 - fue, alternativamente, creda y puesta en dudaa lo largo de los siglos. Parte de lo que Platn afirmaba tuvo su confirmacin con eldescubrimiento del "continente opuesto'" en 1492. Conforme aumentan los conocimientossobre la profundidad del ocano se sitan cada vez ms lejos en el tiempo los lmites de la

    prehistoria de la Humanidad, y es posible que otros puntos del relato de Platn seanreconocidos como igualmente ciertos.

    Verdaderos o no, y cualesquiera que sean las connotaciones psicolgicas, hay un gran flujode la memoria de la raza que apunta hacia algn lugar del Atlntico, sealndolo como lacuna tribal o racial de un paraso terrestre hacia el que fluyen las almas despus de la muerte.

    Si la Atlntida hubiese existido, las tribus y razas que han poblado el permetro a amboslados del Atlntico lo recordaran, o al menos habra alguna referencia de ella en la memoriatribal o en los documentos escritos. En este sentido debemos dejar constancia de una curiosacoincidencia de nombres. El gals y el ingls antiguo situaron en el ocano occidental elemplazamiento de su paraso terrenal, que llamaban Avalan. Los griegos de la antigedadsituaron la isla ms all de las Columnas de Hrcules y la llamaron Atlntida. Los babiloniosubicaron su paraso en el ocano occidental y le dieron el nombre de Aralu, mientras losegipcios colocaron la morada de sus almas "en el extremo occidental, y en el centro delocano" y lo denominaron, entre otros, con los nombres deAaru oAalu y tambinAmena. Lastribus celtas de Espaa y los vascos conservan las tradiciones de su tierra natal en el ocanooccidental, y los galos autctonos de Francia, especialmente los que habitaban las regionesms occidentales, conservaban la tradicin de que sus antepasados provenan de algn lugaren el medio del ocano occidental, como consecuencia de una catstrofe que destruy sutierra de origen. Los rabes crean que el pueblo deAd vivi antes de la gran inundacin y fuedestruido por las aguas como castigo por sus pecados. Las antiguas tribus del Norte de fricamantenan las tradiciones de un continente situado al Oeste, y existen noticias de tribusllamadasAtarantes yAtlantioi, as como un mar actualmente seco,Attala y, naturalmente, las

    *Para una explicacin de los dibujos que ilustran el encabezamiento de cada captulo, vase pg. 214.

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    montaas Atlas. Cruzando el Atlntico advertimos que en las Islas Canarias (que en teoraconstituyen las cumbres montaosas de la Atlntida) existen una serie de antiguas cavernasllamadasAtalaya, cuyos habitantes conservaban, incluso en la poca romana, el recuerdo delhundimiento de la isla-continente.

    Tanto en Amrica del Norte como en Sudamrica, nos encontramos con una serie deextraordinarias coincidencias. La mayor parte de las tribus indgenas conservan leyendas quedicen que su origen est en Oriente o que obtuvieron los adelantos de la civilizacin de unossuperhombres llegados desde un continente oriental El pueblo azteca conserv el nombre desu tierra de erigen: Aztln, y la palabra misma, azteca, es una derivacin de Aztln. En elidioma azteca (nhuatl), atl significa "agua" y la misma palabra tiene igual significado en ellenguaje berber del norte de frica. Quetzalcatl, dios de los aztecas y de otros pueblosmexicanos, era segn se dice un hombre blanco, que usaba barba y lleg al valle de Mxicodesde el ocano, volviendo a Tlapallan una vez concluida su misin civilizadora. En su librosagrado, los maya- quichs se refieren al pas oriental donde en un tiempo haban vividocomo si fuera un verdadero paraso, "en el que blancos y negros vivieron en paz" hasta que eldios Hurakan (huracn) se enfureci e inund la tierra. Cuando los conquistadores espaolesexploraron Venezuela por primera vez encontraron un reducto denominado Atln, que estabapoblado por indios blancos (o que a los espaoles les parecieron blancos), cuyos antepasados

    eran sobrevivientes, segn decan, de una tierra inundada.Tal vez la ms notable de todas estas coincidencias lingsticas sea la que presenta elidioma ingls. El nombre mismo del ocano en que nadamos, navegamos o sobrevolamos,Atlntico, podra ser un nexo de unin con la leyenda de las antiguas ciudades doradas queyacen en el fondo de las aguas. Ciertamente, la palabra proviene de Atlas, el gigante de laleyenda griega que sostena el cielo. Pero, acaso no era la propia leyenda de Atlas unaalegora de poder, el poder del imperio atlntico quizs? En griego, Atlntida significa "hija deAtlas".

    Las leyendas sobre una gran inundacin y sobre la desaparicin de una civilizacinavanzada son comunes a casi todas las razas, naciones y tribus que poseen documentosescritos o tradiciones orales. Se ha sugerido que la similitud entre nuestros escritos bblicosacerca del Diluvio y los de Sumer, Asira, Babilonia, Persia y otras antiguas naciones

    mediterrneas podran tener su origen en los recuerdos de una gran inundacin ocurrida en elOriente Medio. Pero, servira esto tambin para explicar las leyendas de inundaciones que seconservan en Escandinavia, China, la India y en la gran mayora de las tribus aborgenes delNuevo Mundo, tanto en Amrica del Norte como enSudamrica?

    Dichas leyendas, con sus reiteradas alusiones a sobrevivientes que levantaron una nuevacivilizacin sobre las ruinas de la antigua, existen en todo el mundo y aparentemente serefieren a algo que realmente ocurri. Sin duda, debe considerarse que si la tierra estuviesecubierta slo por las aguas, stas no habran podido retroceder, ya que careceran de unpunto al cual dirigirse. De ah que uno pueda presumir que la gran inundacin, tal como larecordaron sus sobrevivientes, describa un fenmeno especial, acompaado de lluvias yperturbaciones climatolgicas, durante las cuales a los sobrevivientes les pareci que elmundo entero haba quedado bajo el agua. Son estos recuerdos, lo mismo que aquellos quehablan de un paraso terrestre, habitualmente localizado en una isla hermosa y frtil en mediodel Atlntico, los que unidos a las numerosas referencias de los autores clsicos a dicha isla,han fascinado a los hombres de todas las pocas y contribuyeron sin duda al descubrimiento yconquista de Amrica.

    Quienes rechazan la teora atlntica argumentan que tendran que existir ms referenciasa la Atlntida en la Antigedad que aquellas de las que disponemos (y que vamos a examinarms adelante). Sin embargo, considerando el estado de los documentos antiguos y considerando la posibilidad de que se descubran otros, resulta asombroso que tengamos todolo que tenemos. Sabemos con certeza que algunos de los documentos relacionados con laAtlntida se perdieron, porque varias de las referencias de que disponemos aluden a otrosms completos, que se han extraviado. Aparte de la destruccin general de los manuscritos

    griegos y romanos que tuvo lugar durante las invasiones de los brbaros, una parteimportante de la literatura clsica fue sistemticamente eliminada, algunas veces por los

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    mismos pueblos que la heredaron. El papa san Gregorio Magno, por ejemplo, orden ladestruccin de la literatura clsica, "por temor a que distraiga a los fieles de la contemplacindel cielo". Amru, el conquistador musulmn de Alejandra, donde se hallaba la mayorbiblioteca de la Antigedad ms de un milln de volmenes utiliz los rollos demanuscritos de los clsicos como combustible para calentar los cuatro mil baos de la ciudaddurante seis meses. Amru argument que si los libros antiguos contenan informacin yaexistente en el Corn, eran superfluos, y si la que encerraban no estaba all, no tena valoralguno para los verdaderos creyentes. Nadie sabe qu referencias a la Atlntida pueden haberido a parar al agua caliente de los baos de los conquistadores rabes, ya que Alejandra eratanto un centro cientfico como literario. Los conquistadores espaoles del Nuevo Mundocontinuaron esta destruccin de antiguos documentos. El obispo Landa destruy todos losescritos mayas que pudo encontrar en la pennsula del Yucatn, con la excepcin de unos seisque ahora se guardan en museos europeos.

    Los mayas podran haber proporcionado alguna informacin valiosa acerca del continenteperdido, dado su origen y sus sorprendentes conocimientos cientficos. Ello podra ocurrir

    todava, si se descubriesen nuevos documentos. Aun cuando los escritos antiguos se han perdido, no faltan las obras modernas sobre laAtlntida. Se han publicado alrededor de cinco mil libros y folletos en los principales idiomasdel mundo, en su mayora en los ltimos 150 aos. El nmero mismo de obras sobre estetema demuestra el atractivo que ejerce el misterio de la Atlntida sobre la imaginacin delhombre. En una ocasin, un grupo de periodistas ingleses hicieron una votacin para designarlas noticias ms importantes que podan imaginar, y situaron la reaparicin de la Atlntida encuarto lugar, varios puestos por delante de la segunda venida de Cristo.

    Entre los miles de libros escritos en el pasado siglo y medio hay un pasaje en la obra deIgnatius Donnelly que merece ser citado como muestra tpica de la firme creencia de muchosen la existencia de un continente atlntico, cuna de la civilizacin. Donnelly present alcomienzo de su obra, publicada en 1882, trece proposiciones que todava se distinguen por su

    fuerza, originalidad y sobre todo por su tono de absoluta certeza. Son las siguientes:

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    1. Que en una poca existi, frente a la boca del Mediterrneo, en el ocano Atlntico, una gran isla queera lo quequedaba de un continente conocido por los antiguos con el nombre de Atlntida.

    2. Que la descripcin que de dicha isla hizo Platn no es fbula, como se ha supuesto durante mucho tiempo,sino historia real.

    3. Que la Atlntida fue el lugar en donde el hombre se elev por vez primera de un estado de barbarie a lacivilizacin.

    4. Que con el discurrir del tiempo la isla se convirti en una nacin poderosa y muy poblada. La gran densidad

    demogrfica impuls a los viajes, lo que hizo posible que las costas del Golfo de Mxico, de los ros Missisipi yAmazonas, las del Pacfico en Sudamrica, las del Occidente de Europa y frica, las del Bltico, el Mar Negro y elCaspio fueran pobladas por comunidades civilizadas.

    5. Que fue el verdadero mundo antidiluviano y tambin el Jardn del Edn; los jardines de las Hesprides; losCampos Elseos; los Jardines de Alcino; el Olimpo; el Asgar de las tradiciones de los pueblos antiguos; que, en fin,representa el recuerdo universal de una tierra grandiosa, donde la Humanidad primitiva residi durante muchotiempo en paz y felicidad.

    6. Que los dioses y diosas de los antiguos griegos, fenicios, hindes y escandinavos eran sencillamente losreyes, reinas y hroes de la Atlntida y que los actos que les atribuye la mitologa son rememoraciones confusas dehechos histricos verdaderos.

    7. Que las mitologas de Egipto y Per representan la religin original de la Atlntida; es decir, la adoracin delSol.

    8. Que la colonia ms antigua establecida por los atlantes estuvo probablemente en Egipto, cuya civilizacinreprodujo la de la gran isla.

    9. Que los utensilios de la Edad del Bronce de Europa derivan de la Atlntida, y que los atlantes fueron tambinlos primeros que trabajaron el hierro.

    10. Que el alfabeto fenicio, padre de todos los europeos, proviene del que ya se utilizaba en la isla-continente.11. Que la Atlntida fue el lugar de asentamiento original del gran tronco de las naciones arias o indoeuropeas,

    al igual que el de los pueblos semitas, y posiblemente tambin de las razas turanias. 12. Que la Atlntida sucumbi en medio de una terrible convulsin de la Naturaleza, en que la isla entera se

    hundi en el ocano, con casi todos sus habitantes.13. Que slo algunas personas escaparon en barcos o balsas, llevando a las naciones de Oriente y Occidente

    las noticias sobre la horrible catstrofe, que han llegado hasta nuestra poca bajo la forma de las leyendasde la Inundacin y el Diluvio que existen en los distintos pueblos del viejo y el nuevo mundo.

    El libro de Donnelly y los centenares de obras que le siguieron iniciaron tal vez un"movimiento" atlntico que ha sobrevivido, con variada intensidad, hasta nuestros das.Diversos escritores y estudiosos se han enfrascado en un nuevo examen de los libros antiguos

    que todava se conservan y que tratan del tema, y han estudiado concienzudamente los mitosclsicos, las leyendas indgenas y los indicios relativos a esta cuestin que suelen hallarse encampos tan variados como los de la biologa, la antropologa, la geologa, la botnica, lalingstica y la sismologa. El material reunido es amplsimo y los resultados estn sometidos ainterpretacin.

    Las cinco primeras disciplinas que hemos citado proporcionan, segn la interpretacin, unagran cantidad de informacin que indica que hubo una poca en que un istmo de tierraconect el nuevo mundo con el viejo. Pudo ser primero un paso terrestre y luego un grancontinente que en definitiva se quebr en una serie de islas separadas. Esto no slo explicaraalgunos extraos paralelismos en estas ciencias, sino incluso ciertos rasgos culturales y mitoscomunes. En lo que respecta a la sismologa, la Atlntida es una de las zonas menos establesde la corteza terrestre y est sujeta a trastornos a lo largo de toda la plataforma submarinadel Atlntico norte y medio, que se extiende por el fondo del mar desde el Norte del Brasilhasta Islandia. Dichos trastornos todava pueden provocar alzamientos o depresiones demasas terrestres. Los recientes adelantos cientficos, las nuevas tcnicas arqueolgicas parala precisin de las fechas histricas, las conclusiones revolucionarias acerca de la antigedaddel hombre civilizado, y sobre todo, el alcance y profundidad crecientes de la exploracinsubmarina, han preparado el terreno para nuevos descubrimientos. En realidad, algunospodran haber ocurrido ya, pero an no son conocidos.

    Antes de que contramos con todas estas tcnicas, ya los tericos e investigadores de laAtlntida haban alcanzado un punto en los dominios tradicionales de la investigacin, msall del cual no pudieron avanzar. En la actualidad, el rea y los medios de investigacin sehan ampliado considerablemente.

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    La Atlntida vuelve aser actualidad

    La Atlntida ocupa todava un lugar en las noticias. Durante el ao 1968 fue"redescubierta" dos veces! Una de ellas-en el Mediterrneo y otra en el Atlntico, frente a lasBimini, en las Bahamas, donde se dice que un templo de la isla-continente est elevndosehacia la superficie. La explicacin de que la prensa haya identificado el edificio como untemplo de la Atlntida est en la asombrosa coincidencia del fenmeno con la prediccinhecha por Edgar Cayce en 1940, en el sentido de que en 1968 1969 surgira de las aguas,

    frente a las Bimini, un templo de la Atlntida. En el perodo comprendido entre 1923-1944, Cayce, un investigador de parapsicologa y

    de los fenmenos extrasensoriales, que viva en Virginia Beach, estado de Virginia, tuvonumerosas experiencias mentales, que llam "relatos", y concedi abundantes entrevistasacerca de la Atlntida, en las que explic la vida en la Isla y los cambios operados en la tierraen general. Aunque numerosas, dichas revelaciones representan slo una parte de suspredicciones, que han determinado la creacin de una fundacin que lleva su nombre y deuna asociacin con filiales en numerosas ciudades de Estados Unidos.

    Al describir el continente sumergido, afirm que parte de l se hallaba bajo el ocano,cerca de las Bahamas y, especficamente que las Bahamas mismas eran las cumbres de la islaPosedia, que formaba parte de la "regin occidental de la Atlntida". En 1940 Cayce seallos aos 1968 o 1969 como el momento en que habra de volver a emerger una parte de laisla desaparecida, la porcin cercana a las Bimini: "Posedia dijo, ser una de las primerasporciones de la Atlntida que volvern a levantarse. Se espera para 1968 1969. No esttan lejos!"

    Una coincidencia muy curiosa ha hecho que varios edificios pareciesen estar volviendo a lasuperficie, frente a las Bimini y en el extremo norte de Andros. An no se ha determinado quson esas construcciones ni cul es su antigedad. Sin embargo, lo ms extraordinario acercade su aparicin es que estos misteriosos edificios submarinos han surgido en el lugar exactoque haba sealado Cayce en 1940. Dos pilotos comerciales los avistaron y fotografiarondesde el aire. Uno de ellos era un miembro de la fundacin Cayce que los estaba buscando yque los vio mientras volaba en unode sus itinerarios regulares, probablemente debido a queconoca la prediccin de Cayce. Es interesante sealar que el avin ha sido un eficaz

    colaborador para los arquelogos durante muchos aos, ya que, en condiciones de buenavisibilidad y de quietud de las aguas, ha sido posible descubrir y fotografiar desde el airenumerosos puertos, fortificaciones y ciudades antiguas.

    Al sur de este punto existe una depresin llamada Lengua del Ocano, que tiene unaprofundidad de unos 6.000 metros, lo que coincide plenamente con el "relato" de Cayce en elsentido de que las antiguas tierras de la Atlntida situadas frente a las Bimini son el puntoms alto de un continente sumergido. Una primera investigacin submarina ha revelado queel edificio est construido sobre una base de rocas y que las paredes han sido cubiertas por laarena, lo que hace difcil verlas bajo el agua, en tanto que resulta fcil advertirlas desde elaire, ya que los trazos rectangulares de la construccin son ms evidentes.

    Dado que los edificios estn ahora tan cerca de la superficie, han debido tomarse medidaspara protegerlos de los cazadores de tesoros que tienen mucho menos inters en determinar

    su antigedad que en la posibilidad de saquearlos.

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    Posteriormente se han encontrado otras ruinas submarinas cerca de otras islas del Caribe,entre ellas lo que pareca ser una ciudad completa, sumergida frente a la costa de Hait, y otraciudad que se hallara en el fondo de un lago. En 1968 se descubri frente a las Bimini lo queparece ser un camino submarino (o tal vez una serie de plazas o de cimientos). Sobre la basede estos numerosos hallazgos, podra pensarse que parte del zcalo continental del Atlntico yel Caribe fue alguna vez tierra firme que se hundi durante un perodo en que el hombreestaba ya civilizado.

    Las construcciones submarinas que estn emergiendo frente a las Bimini y a Andros estnsiendo estudiadas actualmente para determinar si formaron parte de un complejo culturalmaya o de alguno todava ms antiguo, como predijo Cayce. Si pudiera establecerse su origenmaya, ello no significara necesariamente apartarse de la teora atlntica, ya que los mismosmayas son, al parecer de muchos, si no descendientes de los sobrevivientes de la islasumergida, por lo menos gentes que llegaron a un nivel de civilizacin relativamente elevado,gracias a los atlantes; una especie de ayuda a "naciones subdesarrolladas" en versinantigua.

    Una expedicin a la isla de Tera, situada en el mar Egeo, directamente al norte de Creta,concentr la atencin en una teora segn la cual lo ocurrido en la propia Tera queaparentemente fue destruida por una explosin en el 1500 a.C. con el consiguiente

    hundimiento de una gran porcin de tierra

    fue el desastre real que llev a Platn a hablar dela destruccin de un continente. Es sabido que un misterioso desastre se abati sobre laavanzada civilizacin cretense, aproximadamente en la misma poca.

    Antes, el imperio cretense era ms avanzado quelos que le siguieron. Posea incluso aguacorriente e instalaciones sanitarias sorprendentemente modernas, vasos de cristal de colores,cubiertos brillantes y modas muy elaboradas y precursoras en materia de vestimenta.

    En la Antigedad, Tera fue tambin llamada Stronghyli, que quera decir "la rotonda", perodespus de la explosin, la parte noroccidental de la isla estall y se hundi en el mar,dejndola con la forma de una media luna. Esta explosin y las convulsiones volcnicasconsiguientes, al igual que las olas de las mareas provocadas por movimientos ssmicos,pueden haber sido una de las razones de la decadencia de Creta y de su conquista por losgriegos aqueos.

    Sin embargo, las numerosas erupciones volcnicas ocurridas en el Mediterrneo a lo largode los siglos, no significan que no haya ocurrido una an mayor ms all de las Columnas deHrcules, como seala Platn. Lo interesante es que, apenas se halla cualquier territoriosumergido que pueda relacionarse con culturas arcaicas y cada vez habr ms hallazgos,gracias a las nuevas tcnicas de exploracin submarina- surge la pregunta: Es sta laperdida Atlntida de la leyenda?

    Porque la Atlntida, la ms antigua civilizacin o leyenda del mundo, segn cul seanuestro punto de vista, nunca ha dejado de fascinar a la Humanidad, como lo demuestran losmiles de libros y tratados ya escritos y los que siguen apareciendo acerca de un tema cuyaexistencia est todava por constatar. Y sin embargo, esta leyenda o recuerdo de la razamerece todava hoy la atencin de la prensa.

    Es como si, comprendiendo que ahora existen mejores mtodos de investigacinarqueolgica, el hombre moderno esperase recibir la confirmacin de su propio pasadoperdido y creyera que la ciencia moderna habr de llenar las lagunas de la historia de lafamilia humana.

    En el momento mismo en que este libro estaba en prensa, haban aparecido o estaban porpublicarse varios otros relativos a la Atlntida o a Tera. Tambin han aparecido reimpresionesde obras escritas hace muchos aos pero que todava resultan pertinentes e informativas. Y, amediados de 1969 una cancin popular reflejaba el nuevo despertar del inters del pblico enla Atlntida y el deseo implcito en l de poseer mayor conocimiento acerca de nuestro pasadoy de la edad dorada del hombre.

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    El Misterio de la Atlntida

    La Atlntida constituye el misterio ms grande de la historia. La ms completa serie de

    referencias a la Atlntida que existe en la Antigedad aparece en los Dilogos Timeo y Critias,de Platn, bajo la forma de una serie de acontecimientos comunicados al ateniense Soln porlos sacerdotes griegos de Sais y que son un misterio en s mismos. Para qu escribi Platnestos dilogos? Para ilustrar la concepcin de un Estado perfecto o como propaganda pro-ateniense? En todo caso, sus descripciones de la isla-continente son las ms detalladas ycompletas existentes en los documentos antiguos, exceptuando tal vez los de Egipto, siexistieran y fuesen encontrados. Adems, Platn no era dado a discutir fbulas, sino que seespecializ en filosofa, y se preocup muy especialmente de precisarque el tema de estosdilogos no era ficcin, sino realidad.La primera referencia a la Atlntida aparece en el dilogo llamado Timeo:

    CRITIAS.Escuchad pues Scrates, una historia muy singular, pero absolutamente verdica, sobre lo que

    dijo cierta vez Soln, el ms sabio de los siete sabios. Era, por de pronto, pariente de Orpides, mi bisabuelo,y muy amigo suyo, como dijo l mismo varias veces en sus versos. El cont a Critias, mi abuelo, segn eseltimo en su vejez gustaba de recordar delante de m, que una gran cantidad de hazaas grandes ymaravillosas llevadas a cabo por esta ciudad haban cado en el olvido debido al paso del tiempo y de lamuerte de los hombres. Y de estas hazaas haba una que era la mayor de todas. Quiz ser convenienterecordarla para rendiros gracias y, a la vez, para agasajar dignamente a la diosa en estos das de fiesta, tantocomo si le cantramos un himno de alabanza.

    SCRATES.-Eso est bien dicho. Pero cul es esta hazaa que Critias cont, no como una simple ficcin,sino como un hecho realmente llevado a cabo por esta ciudad en tiempos antiguos, segn lo refiere Soln?

    CRITIAS.- ...Es verdad, Amynandro; si Soln no hubiera hecho sus versos slo como pasatiempo, si sehubiera aplicado a ello como otros y si hubiera concluido el relato que se haba trado de Egipto, si no sehubiera visto forzado por las sediciones y las otras calamidades que a su vuelta encontr aqu a olvidartotalmente la poesa, segn mi opinin ni Hesodo, ni Hornero, ni otro poeta alguno hubiera jams llegado aser ms clebre que l." "Y cul era ese relato, Critias?", dyo Amynandro. "Trataba respondi Critiasdela hazaa ms grande y ms merecedora de consideracin de todas las que esta ciudad ha realizado nunca.Pero, debido al efecto del tiempo y a la muerte de los actores que en ella intervinieron, el relato no ha podidollegar hasta nosotros." "Vuelve a contrnoslo desde el comienzo dyo Amynandro-; qu era, cmo serealiz y de quin lo recibi Soln para contarlo como verdico?"

    "Hay en Egipto dijo Soln, en el Delta, hacia cuyo extremo final el curso del ro se divide, un ciertonomo llamado Satico, cuya principal ciudad es Sais. De all era el rey Amasis. Los naturales de esta ciudadcreen que la fund una diosa: en lengua egipcia su nombre es Neith, pero en griego, segn ellos dicen, esAtenea. Esas gentes son muy amigas de los atenienses y afirman ser de alguna manera parientes suyos.Soln cont que, una vez llegado a casa de ellos, adquiri entre stos una gran consideracin y que, habiendointerrogado un da a los sacerdotes ms sabios en estas cuestiones acerca de las tradiciones antiguas, habadescubierto que ni l mismo, ni otro griego alguno, haba sabido de ello prcticamente nada. Y una vez,querindoles inducir a hablar de cosas antiguas, se puso l a contarles lo que aqu sabemos como msantiguo. Les habl de Foroneo, ese a quien se llama el primer hombre, de Nobe, del diluvio de Deucalin, de

    Pyrra y de los mitos que se cuentan acerca de su nacimiento, y de las genealogas de sus descendientes. Y seesforz por calcular su fecha, recordando los aos en que ocurrieron esos acontecimientos. Pero uno de lossacerdotes, ya muy viejo, le dijo: "Soln, los griegos sois siempre nios: Un griego nunca es viejo! " A lo quereplic Soln: "Cmo dices esto"? Y el sacerdote: "Vosotros sois todos jvenes en lo que a vuestraalma respecta. Porque no guardis en ella ninguna opinin antigua, procedente de una vieja tradicin, nitenis ninguna ciencia encanecida por el tiempo. Y sta es la razn de ello. Los hombres han sido destruidos ylo sern an de muchas maneras. Por obra del fuego y del agua tuvieron lugar las ms graves destrucciones.Pero tambin las ha habido menores, ocurridas de millares de formas diversas. Pues eso que tambin secuenta entre vosotros de que, cierta vez, Faetn, hijo de Helios, habiendo uncido el carro de su padre, peroincapaz de dirigirlo por el camino que segua su padre, incendi cuanto haba sobre la Tierra y pereci lmismo, herido por un rayo, se cuenta en forma de leyenda. La verdad es sta: a veces en los cuerpos quedan vueltas al cielo, en torno a la Tierra, se produce una desviacin o "paralaje". Y, con intervalos de tiempomuy espaciados, todo lo que hay sobre la Tierra muere por la superabundancia del fuego. Entonces todos losque habitan sobre las montaas, en los lugares elevados y en los que son secos, mueren, ms que los que

    viven en lugares cercanos a los ros y al mar. A nosotros, en cambio, el Nilo, nuestro salvador, igual que enotras circunstancias nos preserva tambin en esta calamidad, desbordndose. Por el contrario, otras veces,

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    cuando los dioses purifican la Tierra por medio de las aguas y la inundan, slo se salvan los boyeros y lospastores en las montaas, mientras que los habitantes de las ciudades que hay entre vosotros sonarrastrados al mar por los ros. En este pas, en cambio, ni entonces, ni en otros casos descienden las aguasdesde las alturas a las llanuras, sino que siempre manan naturalmente de debajo de tierra. Por este motivo,se dice, ocurre que se hayan conservado aqu las tradiciones ms antiguas. Sin embargo, la verdad es que,en todos los lugares en que ni un fro excesivo ni un calor abrasador pueden hacer perecer la raza humana,siempre existe sta, unas veces ms numerosa, otras veces menos. Y por eso, si se ha realizado alguna cosabella, grande o digna de nota en cualquier otro aspecto, bien sea entre vosotros, bien aqu mismo, bien en

    cualquier otro lugar de que hayamos odo hablar, todo se encuentra aqu por escrito en los templos desde laAntigedad y se ha salvado as la memoria de ello. Pero, entre vosotros y entre las dems gentes, siempreque las cosas se hallan ya un poco organizadas en lo quetoca a la recensin escrita y a todo lo dems que esnecesario a los Estados, he aqu que nuevamente, a intervalos regulares, como si fuera una enfermedad, lasolas del cielo se echan sobre vosotros y no dejan sobrevivir de entre vosotros ms que a gente sin cultura eignorantes. Y as vosotros volvis a ser nuevamente jvenes, sin conocer nada de lo que ha ocurrido aqu, nientre vosotros, ni en los tiempos antiguos. Pues estas genealogas que acabas de citar, oh Soln!, o que almenos acabas de resear aludiendo a los acontecimientos que han tenido lugar entre vosotros, se diferencianmuy poco de los cuentos de los nios. En principio, vosotros no recordis ms que un diluvio terrestre, siendoas que anteriormente ha habido ya muchos de sos. Luego tampoco sabis vosotros que la raza mejor y lams bella entre los humanos ha nacido en vuestro pas, ni sabis que vosotros y toda vuestra ciudaddescendis de esos hombres, por haberse conservado un reducido nmero de ellos como semilla. Lo ignorisporque, durante numerosas generaciones, han muerto los supervivientes sin haber sido capaces de

    expresarse por escrito. S, Soln; hubo un tiempo, antes de la mayor de las destrucciones de las aguas, enque la ciudad que hoy en da es la de los atenienses era entre todas la mejor en la guerra y de maneraespecial la ms civilizada en todos los aspectos. Se cuenta que en ella se llevaron a cabo las ms bellashazaas; all hubo las ms bellas realizaciones polticas de entre todas aquellas de que omos hablar bajo elcielo."

    Habiendo odo esto, Soln dijo que se quedaba sorprendido y, lleno de curiosidad, rog a los sacerdotesle contaran exactamente y por orden toda la historia de sus conciudadanos de otros tiempos.

    El sacerdote respondi: "No voy a emplear ninguna clase de reticencia, sino que en tu gracia, oh Soln!,en la de vuestra ciudad y ms an en gracia de la diosa que ha protegido, educado e instruido vuestra ciudady la nuestra, osla voy a contar. De nuestras dos ciudades es ms antigua la vuestra en mil aos, ya que ellarecibi vuestra semilla de Gaia y Hefesto. Esta nuestra es ms reciente. Ahora bien: desde que ese pas seciviliz han transcurrido, segn dicen nuestros escritos sagrados, ocho mil aos. As pues, os voy a descubrirlas leyes de vuestros conciudadanos de hace nueve mil aos, y de entre sus hechos meritorios os voy acontar el ms bello que ellos llevaron a cabo. Para atender al exacto detalle de todo, lo recorreremos

    seguidamente otra vez, cuando tengamos tiempo disponible para ello, tomando los mismos textos. Ahorabien, comparad en principio vuestras leyes a las de esta ciudad. Numerosas muestras de las que entoncesexistan entre vosotros las hallaris aqu an hoy en da... Numerosas y grandes fueron vuestras hazaas ylas de vuestra ciudad: aqu estn escritas y causan admiracin. Pero, sobre todo, hay uno que aventaja a losotros en grandiosidad y herosmo. En efecto, nuestros escritos cuentan de qu manera vuestra ciudadaniquil, hace ya tiempo, un poder insolente que invada a la vez toda Europa y toda Asia y se lanzaba sobreellas al fondo del mar Atlntico.

    "En aquel tiempo, en efecto, era posible atravesar este mar. Haba una isla delante de este lugar quellamis vosotros las Columnas de Hrcules. Esta isla era mayor que la Libia y el Asia unidas. Y los viajeros deaquellos tiempos podan pasar de esta isla a las dems islas y desde estas islas podan ganar todo elcontinente, en la costa opuesta de este mar que mereca realmente su nombre. Pues, en uno de los lados,dentro de este estrecho de que hablamos, parece que no haba ms que un puerto de boca muy cerrada yque, del otro lado, hacia afuera, existe un verdadero mar y la tierra que lo rodea, a la que se puede llamarrealmente un continente, en el sentido propio del trmino. Ahora bien: en esta isla Atlntida, unos reyeshaban formado un imperio grande y maravilloso. Este imperio era seor de la isla entera y tambin de otrasmuchas islas y partes del continente. Por lo dems, en la parte vecina a nosotros, posea la Libia hasta elEgipto y la Europa hasta la Tirrenia. Ahora bien, esa potencia, concentrando una vez ms todas sus fuerzas,intent, en una sola expedicin, sojuzgar vuestro pas y el nuestro, y todos los que se hallan a esta parte deac del estrecho. Fue entonces, oh Soln cuando la fuerza de vuestra ciudad hizo brillar a los ojos de todossu herosmo y su energa. Ella, en efecto, aventaj a todas las dems por su fortaleza de alma y por suespritu militar. Primero a la cabeza de todos los helenos, sola luego por necesidad, abandonada por losdems, al borde de los peligros mximos, venci a los invasores, se alz con la victoria, preserv de laesclavitud a los que nunca haban sido esclavos, y sin rencores de ninguna clase, liber a todos los demspueblos y a nosotros mismos que habitamos el interior de las Columnas de Hrcules. Pero, en el tiemposubsiguiente, hubo terribles temblores de tierra y cataclismos. Durante un da y una noche horribles, todovuestro ejrcito fue tragado de golpe por la tierra, y asimismo la isla Atlntida se abism en el mar ydesapareci. He aqu por qu todava hoy ese mar de all es difcil e inexplorable, debido a sus fondos limosos

    y muy bajos que la isla, al hundirse, ha dejado."

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    He aqu algunos prrafos del segundo dilogo, relativo a la Atlntida y llamado Critias o LaAtlntida.

    ...Ante todo, recordemos lo esencial. Han transcurrido en total nueve mil aos desde que estall laguerra, segn se dice, entre los pueblos que habitaban ms all de las Columnas de Hrcules y los quehabitaban al interior de las mismas. Esta guerra es lo que hemos de referir ahora desde su comienzo a su fin.De la parte de ac, como hemos dicho, esta ciudad era la que tena la hegemona y ella fue quien sostuvo la

    guerra desde su comienzo a su terminacin. Por la otra parte, el mando de la guerra estaba en manos de losreyes de la Atlntida. Esta isla, como hemos ya dicho, era entonces mayor que la Libia y el Asia juntas. Hoyen da, sumergida ya por los temblores de tierra, no queda de ella ms que un fondo limoso infranqueable,difcil obstculo para los navegantes que hacen sus singladuras desde aqu hacia el gran mar. Los numerosospueblos brbaros, as como las poblaciones helenas existentes entonces, irn apareciendo sucesivamente amedida que se ir desarrollando el hilo de mi exposicin y se los ir encontrando por su orden. Pero losatenienses de entonces y los enemigos a quienes ellos combatieron es menester que os los presente alcomienzo ya y que os d a conocer cules eran las fuerzas y la organizacin poltica de los unos y los otros. Yde entre esos dos pueblos hemos de esforzarnos primero por hablar del de la parte de ac.

    Mapa de la Atlntida sugerido por P. Kampanakis, investigador y escritor griego, que acepta la tradicin platnica sobre laisla-continente. Espaa aparece en el extremo superior derecho. Europa habra estado unida al frica, y el desierto delSahara est representado en forma de mar, unido al verdadero ocano.

    ...Hubo diluvios numerosos y terribles en el transcurso de esos nueve mil aos tal es, en efecto, elintervalo de tiempo que separa la poca contempornea de aquellos tiempos. En el transcurso de unperodo tan largo y en medio de esos accidentes, la tierra que se deslizaba desde los lugares elevados nodejaba, como en otras partes, sedimentos notables, sino que rodando siempre, acababa de desaparecer en elabismo. Y tal como podemos advertir en las pequeas islas, nuestra tierra ha venido a ser, en comparacincon la que fuera entonces, como el esqueleto de un cuerpo descarnado por la enfermedad.

    ...Los manuscritos mismos de Soln estaban en casa de mi abuelo; actualmente se hallan todava en micasa, y yo los he estudiado mucho en mi juventud.

    ...He aqu ahora cul era aproximadamente el comienzo de este largo relato.Segn se ha dicho ya anteriormente, al hablar de cmo los dioses haban recurrido a echar a suertes la

    tierra entre ellos, ellos dividieron toda la tierra en partes, mayores en unas partes, menores en otras. Y ellosinstituyeron all, en su propio honor, cultos y sacrificios. Segn esto, Poseidn, habiendo recibido comoheredad la isla Atlntida, instal en cierto lugar de dicha isla los hijos que haba engendrado l de una mujermortal. Cerca del mar, pero a la altura del centro de toda la isla, haba una llanura, la ms bella segn se dicede todas las llanuras y la ms frtil. Y cercana a la llanura, distante de su centro como una cincuentena deestadios, haba una montaa que tena en todas sus partes una altura mediana. En esta montaa habitabaentonces un hombre de los que en aquel pas haban nacido originariamente de la tierra. Se llamaba Evenor yviva con una mujer, Leucippa. Tuvieron una hija nica, Clito. La muchacha tena ya la edad nbil cuandomurieron sus padres. Poseidn la dese y se uni a ella. Entonces el dios fortific y aisl circularmente laaltura en que ella viva. Con este fin, hizo recintos de mar y de tierra, grandes y pequeos, unos en torno alos otros. Hizo dos de tierra, tres de mar y por as decir, los redonde, comenzando por el centro de la isla,del que esos recintos distaban en todas partes una distancia igual. De esta manera resultaban infranqueablespara los hombres, pues en aquel entonces no haba an navos ni se conoca la navegacin. El mismoPoseidn embelleci la isla central, cosa que no le cost nada, siendo como era dios. Hizo brotar de bajotierra dos fuentes de agua, una caliente y otra fra, e hizo nacer sobre la tierra plantas nutritivas de toda

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    clase en cantidad suficiente.All engendr y educ l cinco generaciones de hijos varones y mellizos. Dividi toda la isla Atlntida en

    diez partes. Al primognito de los dos ms viejos le asign la morada de su madre y la parcela de tierra de sucontorno, que era la ms extensa y la mejor. Lo estableci en calidad de rey sobre todos los dems. A stoslos hizo prncipes vasallos de aqul y a cada uno de ellos le dio autoridad sobre un gran nmero de hombres ysobre un extenso territorio. Les impuso nombres a todos; el ms viejo, el rey, recibi el nombre que sirvipara designar la isla entera y el mar llamado Atlntico, ya que el nombre del primer rey que rein entoncesfue Atlas.

    Su hermano mellizo, nacido luego de l, obtuvo en heredad la parte extrema de la isla, por la parte de lasColumnas de Hrcules, frente a la regin llamada hoy da Gadrica, segn este lugar; se llamaba en griegoEumelos, y en la lengua del pas, Gadiros. Y el nombre que se le dio se convirti en el nombre del pas.Luego, de los que nacieron en la segunda generacin, llam a uno Amferes y al otro Evaimon. En la tercerageneracin el nombre del primognito fue Mneseas, y el del segundo fue Autctono. De los de la cuartageneracin llam Elasippo al primero y Mestor al segundo. Y en la quinta, el que naci primero recibi elnombre de Azaes, y el que naci luego el de Diapreps. Todos estos prncipes y sus descendientes habitaronel pas durante numerosas generaciones. Eran tambin seores de una gran multitud de otras islas en el mar,y adems, como ya se ha dicho, reinaban tambin en las regiones interiores, de la parte de ac de lasColumnas de Hrcules, hasta Egipto y Tirrenia. De esta forma naci de Atlas una raza numerosa y cargada dehonores. Siempre era rey el ms viejo y l transmita su realeza al primognito de sus lujos. De esta formaconservaron el poder durante numerosas generaciones.

    Haban adquirido riquezas en tal abundancia, que nunca sin duda antes de ellos ninguna casa real las

    poseyera semejantes y como ninguna las poseer probablemente en el futuro. Ellos disponan de todo lo quepoda proporcionar la misma ciudad y asimismo el resto del pas. Pues si es verdad que les venan de fueramultitud de recursos a causa de su imperio, la mayor parte de los que son necesarios para la vida se losproporcionaba la isla misma. En primer lugar, todos los metales duros o maleables que se pueden extraer delas minas. Primero, aquel del que tan slo conocemos el nombre, pero del que entonces exista, adems delnombre, la sustancia misma, el oricalco. Era extrado de la tierra en diversos lugares de la isla; era, luego deloro, el ms precioso de los metales que existan en aquel tiempo. Anlogamente, todo lo que el bosque puededar en materiales adecuados para el trabajo de carpinteros y ebanistas, la isla lo provea con prodigalidad.Asimismo, ella nutra con abundancia todos los animales domsticos o salvajes. Incluso la especie misma delos elefantes se hallaba all ampliamente representada. En efecto, no solamente abundaba el pasto para todaslas dems especies, las que viven en los lagos, los pantanos y los ros, las que pacen enlas montaas y enlas llanuras, sino que rebosaba alimentos para todas, incluso para el elefante, el mayor y el ms voraz de losanimales. Por lo dems, todas las esencias aromticas que an ahora nutre el suelo en cualquier lugar, races,brotes y maderas de los rboles, resinas que destilan de las flores o los frutos, las produca entonces la tierra

    y las haca prosperar. Daba tambin los frutos cultivados y las semillas que han sido hechas paraalimentarnos y de las que nosotros sacamos las harinas sus diversas variedades las llamamos nosotroscereales. Ella produca ese fruto leoso que nos provee a la vez de bebidas, de alimentos y de perfumes,ese fruto escamoso y de difcil conservacin, hecho para instruirnos y para entretenernos, el que nosotrosofrecemos, luego de la comida de la tarde, para disipar la pesadez del estmago y solazar al invitadocansado. S, todos esos frutos, la isla, que estaba entonces iluminada por el sol, los daba vigorosos,soberbios, magnficos, en cantidades inagotables.

    As, pues, recogiendo en su suelo todas estas riquezas, los habitantes de la Atlntida construyeron lostemplos, los palacios de los reyes, los puertos, los arsenales, y embellecieron as todo el resto del pas en elorden siguiente.

    Sobre los brazos circulares de mar que rodeaban la antigua ciudad materna construyeron al comienzopuentes y abrieron as un camino hacia el exterior y hacia la morada real. Este palacio de los reyes lo habanlevantado desde el comienzo en la misma morada del dios y sus antepasados. Cada soberano reciba elpalacio de su antecesor y embelleca a su vez lo que ste haba embellecido. Procuraba siempre sobrepasarleen la medida en que poda, hasta el punto de que quien vea el palacio quedaba sobrecogido de sorpresa antela grandeza y la belleza de la obra.

    Comenzando por el mar, hicieron un canal de tres plethros de ancho, cien de profundidad y cincuentaestadios de longitud, y lo hicieron llegar hasta el brazo de marcircular ms exterior de todos. De esta maneradispusieron una entrada a los navos venidos de alta mar, como si fuera un puerto. Practicaron en ella unabocana suficiente para que los mayores navos pudieran tambin entrar en el canal. Luego, tambin en losrecintos de tierra que separaban los crculos de agua abrieron pasadizos a la altura de los puentes, de tal t ipoque slo pudiera pasar de un crculo a otro un slo trirreme, y techaron estos pasadizos, de manera que lanavegacin era subterrnea, pues los parapetos de los crculos de tierra se elevaban suficientemente porencima del mar.

    El mayor de los recintos de agua, aquel en que penetraba el mar, tena tres estadios de ancho, y elrecinto de tierra que le segua tena una anchura igual. En el segundo crculo, la cinta de agua tena dosestadios de ancho y la de tierra tena an una anchura igual a sta. Pero la cinta de agua que rodeaba

    inmediatamente a la isla central no tena ms que un estadio de anchura. La isla, en la que se hallaba elpalacio de los reyes, tena un dimetro de cinco estadios. Ahora bien, la isla, los recintos y el puente -que

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    tena una anchura de un plethrolos rodearon totalmente con un muro circular de piedra. Pusieron torres ypuertas sobre los puentes, en todos los lugares por donde pasaba el mar. Sacaron la piedra necesaria dedebajo la periferia de la isla central y de debajo de los recintos, tanto al exterior como al interior. Habapiedra blanca, negra y roja. Y al mismo tiempo que extraan la piedra, vaciaron dentro de la isla dos drsenaspara navos, con la misma roca como techumbre. Entre las construcciones, unas eran enteramente simples,en otras entremezclaron las diversas clases de piedra y variaron los colores para agradar a la vista, y lesdieron as una apariencia naturalmente atractiva. El muro que rodeaba el recinto ms exterior lo revistieronde cobre en todo su permetro circular, como si hubiera sido untado con alguna pintura. Recubrieron de

    estao fundido el recinto interior, y el que rodeaba a la misma Acrpolis lo cubrieron de oricalco, que tenareflejos de fuego.

    El palacio real, situado dentro de la Acrpolis, tena la disposicin siguiente. En medio de la Acrpolis selevantaba el templo consagrado en este mismo sitio a Clito y Poseidn. Estaba prohibido el acceso a l yestaba rodeado de una cerca de oro. All era donde Poseidn y Clito, al comienzo, haban concebido y dado aluz la raza de los diez jefes de las dinastas reales. All se acuda, cada ao, desde las diez provincias del pas,a ofrecer a cada uno de los dioses los sacrificios propios de la estacin.

    El santuario mismo de Poseidn tena un estadio de longitud, tres plethros de ancho y una alturaproporcionada. Su apariencia tena algo de brbaro. Ellos haban revestido de plata todo el exterior delsantuario, excepto las aristas de la viga maestra: estas aristas eran de oro. En el interior estaba todo cubiertode marfil y adornado en todas partes de oro, plata y oricalco. Todo lo dems, los muros, las columnas y elpavimento, lo adornaron con oricalco. Colocaron all estatuas de oro, el dios en pie sobre su carro enganchadoa seis caballos alados, y era tan grande que la punta de su cabeza tocaba el techo. En crculo, en torno a l,

    cien Nereidas sobre delfines

    se era el nmero de las Nereidas, segn se crea entonces

    . Tambin habaen el interior gran nmero de estatuas ofrecidas por particulares. En torno al santuario, por la parte exterior,se levantaban, en oro, las efigies de todas las mujeres de los diez reyes y de todos los descendientes quehaban engendrado, y asimismo otras numerosas estatuas votivas de reyes y particulares, originarias de lamisma ciudad o de los pases de fuera sobre los que ella extenda su soberana. Por sus dimensiones y por sutrabajo, el altar estaba a la altura de este esplendor, y el palacio real no desdeca de la grandeza del imperioy de la riqueza del ornato del santuario.

    Por lo que respecta a las fuentes, la de agua fra y la de agua caliente, las dos de una abundanciagenerosa y maravillosamente adecuadas al uso por lo agradable y por las virtudes de sus aguas, lasutilizaban, disponiendo en torno a ellas construcciones y plantaciones adecuadas a la naturaleza misma de lasaguas. En todo su derredor instalaron estanques o piscinas, unos al aire libre y otros cubiertos, destinadosstos a los baos calientes en invierno; existan separadamente los baos reales y los de los particulares,otros para las mujeres, para los caballos y las dems bestias de carga, y cada uno posea una decoracinadecuada. El agua que proceda de aqu la condujeron al bosque sagrado de Poseidn. Este bosque, gracias a

    la calidad de la tierra, tena rboles de todas las especies, de una belleza y una altura divinas. Desde ahhicieron derivar el agua hacia los recintos de mar exteriores, por medio de canalizaciones instaladas siguiendolo largo de los puentes. Por esta parte se haban edificado numerosos templos dedicados a muchos dioses,gran nmero de jardines y gran nmero de gimnasios para los hombres y de picaderos para los caballos.Estos ltimos se haban construido aparte en las islas anulares, formadas por cada uno de los recintos.Adems, hacia el centro de la isla mayor haban reservado un picadero para las carreras de caballos; tena unestadio de ancho y suficiente longitud para permitir a los caballos que, en la carrera, recorrieran el circuitocompleto del recinto. En todo el permetro, de un extremo al otro, haba cuarteles para casi todo el efectivode la guardia del prncipe. Los cuerpos de tropa ms seguros estaban acuartelados en el recinto mspequeo, el ms prximo a la Acrpolis. Y an para los que se sealaban entre todos por su fidelidad, se leshaban dispuesto alojamientos en el interior mismo de la Acrpolis, cerca del palacio real. Los arsenalesestaban llenos de trirremes y posean todos los aparejos necesarios para armarlos; todo estaba estibado enun orden perfecto. As estaba todo dispuesto en torno a la morada real.

    Al atravesar los puertos exteriores, en nmero de tres, haba una muralla circular que comenzaba en elmar y distaba constantemente cincuenta estadios del recinto ms extenso. Esta muralla acababa por cerrarsesobre s misma en la garganta del canal que se abra por el lado del mar. Estaba totalmente cubierta de casasen gran nmero y apretadas unas contra otras. El canal y el puerto principal rebosaban de barcos ymercaderes venidos de todas partes. La muchedumbre produca all, de da y de noche, un continuo alborotode voces, un tumulto incesante y diverso.

    Sobre la ciudad y sobre la antigua morada de los reyes, lo que acabamos de contar es prcticamente todolo que la tradicin nos conserva. Vamos a intentar ahora recordar cul era la disposicin del resto del pas yde qu manera estaba organizado. En primer lugar, todo el territorio estaba levantado segn se dice, y seergua junto al mar cortado a pico. Pero, en cambio, todo el terreno en torno a la ciudad era llano. Estallanura rodeaba la ciudad y ella misma a su vez estaba cercada de montaas que se prolongaban hasta elmar. Era plana, de nivel uniforme, oblonga en su conjunto; meda, desde el mar que se hallaba abajo, tresmil estadios en los lados y dos mil en el centro. Esta regin, en toda la isla, estaba orientada de cara al Sur,al abrigo de los vientos del Norte. Muy alabadas eran las montaas que la cercaban, las cuales en nmero, en

    grandeza y en belleza aventajaban a todas las que existen actualmente. En estas montaas haba numerosasvillas muy pobladas, ros, lagos, praderas capaces de alimentar a gran nmero de animales salvajes o

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    domsticos, bosques en tal cantidad y sustancias tan diversas que proporcionaban abundantementemateriales propios para todos los trabajos posibles.

    Ahora bien, esta llanura, por accin conjunta y simultnea de la Naturaleza y de las obras que realizaranen ella muchos-reyes, durante un perodo muy largo, haba sido dispuesta de la manera siguiente. He dichoya que tena laforma de un cuadriltero, de lados casi rectilneos y alargado. En los puntos en que los ladosse apartaban de la lnea recta se haba corregido esta irregularidad cavando el foso continuo que rodeaba a lallanura. En cuanto a la profundidad, anchura y desarrollo de este foso, resulta difcil de creer lo que se dice yque una obra hecha por manos de hombres haya podido tener, comparada con otros trabajos del mismo tipo,

    las dimensiones de aqulla. No obstante, hemos de repetir lo que hemos odo contar. El foso fue excavado aun plethro de profundidad: su anchura era en todas partes de un estadio, y puesto que haba sido excavadoen torno a toda la llanura, su longitud era de diez mil estadios. Reciba las corrientes de agua que descendande las montaas, daba la vuelta a la llanura, volva por una y otra parte a la ciudad y all iba a vaciarse almar. Desde la parte alta de este foso, unos canales rectilneos, de una longitud aproximada de cien pies,cortados en la llanura, iban luego a unirse al foso, cerca ya del mar. Cada uno de ellos distaba de los otroscien estadios. Para el acarreo a la ciudad de la madera de las montaas y para transportar por barca losdems productos de la tierra, se haban excavado, a partir de esos canales, otras derivaciones navegables, endirecciones oblicuas entre s y respecto de la ciudad. Hay que hacer notar que los habitantes cosechaban dosveces al ao los productos de la tierra; en invierno utilizaban las aguas del cielo; en verano, las que daba latierra dirigiendo sus corrientes fuera de los canales.

    Respecto de los hombres de la llanura buenos para la guerra y sobre el nmero en que se tenan stos,hay que decir esto: se haba determinado que cada distrito proporcionara un jefe de destacamento. El

    tamao del distrito era de diez estadios por diez, y en total haba seis miradas de ellos. En cuanto a loshabitantes de las montaas y del resto del pas, sumaban, segn se deca, un nmero inmenso, y todos,segn los emplazamientos y los poblados, habansido repartidos entre los distritos y puestos bajo el mandode sus jefes.

    Estaba mandado que cada jefe de destacamento proporcionara para la guerra una sexta parte de carrosde combate, hasta reunir diez mil carros, dos caballos y sus caballeros, adems de un tiro de dos caballos, sincarro, junto con un combatiente llevado, armado de un pequeo escudo, y el combatiente montadoencargado de gobernar a los dos caballos, dos hoplitas, dos arqueros, dos honderos, tres infantes ligerosarmados de ballestas, otros tres armados de dardos y, finalmente, cuatro marinos para formar en total ladotacin de mil doscientos navos. Esa era la organizacin militar de la ciudad real. En cuanto a las otrasnueve provincias, cada una tena su propia organizacin militar y sera necesario un tiempo demasiado largopara explicarlas.

    En cuanto a la autoridad y los cargos pblicos, se organizaron desde el comienzo de la siguiente manera.De los diez reyes, cada uno ejerca el poder en la parte que le tocaba por herencia, y dentro de su ciudad,

    gobernaba a los ciudadanos, haca la mayora de las leyes y poda castigar y condenar a muerte a quienquera. Pero la autoridad de unos reyes sobre los otros y sus mutuas relaciones estaban reguladas segn losdecretos de Poseidn. La tradicin se los impona, as como una inscripcin grabada por los primeros reyessobre una columna de oricalco, que se hallaba en el centro de la isla, en el templo de Poseidn.

    All se reunan los reyes peridicamente, unas veces cada cinco aos, otras veces cada seis, haciendoalternar regularmente los aos pares y los aos impares. En estas reuniones deliberaban sobre los negocioscomunes y decidan si alguno de ellos haba cometido alguna infraccin de sus deberes y lo juzgaban. Cuandohaban de aplicar la justicia, primero se juraban fidelidad mutua de la manera que sigue. Se soltaban toros enel recinto sagrado de Poseidn.

    Los diez reyes, dejados a solas, luego de haber rogado al dios que les hiciera capturar la vctima que lehabla de ser agradable, se ponan a cazar, sin armas de hierro, solamente con venablos de madera y concuerdas. Al toro que cogan lo llevaban a la columna y lo degollaban en su vrtice, como estaba prescrito.Sobre la columna, adems de las leyes, estaba grabado el texto de un juramento que profera los peores yms terribles anatemas contra el que lo violara. As, pues, luego de haber realizado el sacrificio deconformidad con sus leyes y de haber consagrado todas las partes del toro, llenaban de sangre una crtera yrociaban con un cuajaron de esta sangre a cada uno de ellos. El resto lo echaban al fuego, luego de haberhecho purificaciones en torno a toda la columna. Inmediatamente, sacando sangre de la crtera con copas deoro, y derramndola en el fuego, juraban juzgar de conformidad con las leyes escritas en la columna, decastigar a quien las hubiera violado anteriormente, de no quebrantar en el futuro conscientemente ninguna delas frmulas de la inscripcin y de no mandar ni obeceder ms que de acuerdo con las leyes de su padre.Todos tomaban este compromiso para s y para toda su descendencia. Luego cada uno beba la sangre ydepositaba la copa, como un exvoto, en el santuario del dios. Despus de lo cual cenaban y se entregaban aotras ocupaciones necesarias. Cuando llegaba la oscuridad y se haba ya enfriado el fuego de los sacrificios,se vestan todos con unas tnicas muy bellas de azul oscuro y se sentaban en tierra, en las cenizas de susacrificio sagrado. Entonces, por la noche, luego de haber apagado todas las luces en torno al santuario,juzgaban y eran juzgados, si alguno de entre ellos acusaba a otro de haber delinquido en algo. Hecha justicia,grababan las sentencias, al llegar el da, sobre una tablilla de oro, que ellos consagraban como recuerdo, lo

    mismo que sus ropas.Por lo dems, haba otras muchas leyes especiales sobre las atribuciones propias de cada uno de los

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    reyes. Las ms notables eran: no tomar las armas unos contra otros; socorrerse todos entre s, si uno deellos haba intentado expulsar en una ciudad cualquiera una de las razas reales; deliberar en comn como susantepasados; cambiar sus consejos en cuestiones de guerra y otros negocios, orientndose mutuamente,dejando siempre la hegemona de la raza de Atlas. Un rey no poda dar muerte a ninguno de los de su raza, siste no era el parecer de ms de la mitad de los diez reyes.Ahora bien: el poder que exista entonces en aquel pas, con su inmensa calidad y su grandeza, el dios lodirigi contra nuestras regiones, por lo que se cuenta, y por alguna razn del tipo de la que vamos a dar aqu.

    Durante numerosas generaciones y en la medida en que estuvo sobre ellos la naturaleza del dios

    dominndolo todo, los reyes atendieron a las leyes y permanecieron ligados al principio divino, con el queestaban emparentados. Sus pensamientos eran verdaderos y grandes en todo, ellos hacan uso de la bondady tambin del juicio y sensatez en los acontecimientos que se presentaban y eso unos respecto de otros. Poreso, despegados de todo aquello que no fuera la virtud, hacan ellos poco caso de sus bienes, llevaban comouna carga el peso de su oro y de sus dems riquezas, sin dejarse embriagar por el exceso de su fortuna, noperdan el dominio de s mismos y caminaban con rectitud. Con una clarividencia aguda y lcida, vean ellosque todas esas ventajas se ven aumentadas con el mutuo afecto unido a la virtud y que, por el contrario, elafn excesivo de estos bienes y la estima que se tiene de ellos hacen perder esos mismos bienes, y que lavirtud muere asimismo con ellos. De acuerdo con estos razonamientos y gracias a la constante presenciaentre ellos del principio divino, no dejaban de aumentar en provecho de ellos todos estos bienes que hemosya enumerado. Pero cuando comenz a disminuir en ellosese principio divino, .como consecuencia del crucerepetido con numerosos elementos mortales, es decir, cuando comenz a dominar en ellos el carcterhumano, entonces, in capaces ya de soportar su prosperidad presente, cayeron en la indecencia. Se

    mostraron repugnantes a los hombres clarividentes, porque haban dejado perder los ms bellos de entre losbienes ms estimables. Por el contrario, para quien no es capaz de discernir bien qu clase de vida contribuyeverdaderamente a la felicidad, fue entonces precisamente cuando parecieron ser realmente bellos y dichosos,posedos como estaban de una avidez injusta y de un poder sin lmites. Y el dios de los dioses, Zeus, quereina con las leyes y que, ciertamente, tena poder para conocer todos estos hechos, comprendi qudisposiciones y actitudes despreciables tomaba esa raza, que haba tenido un carcter primitivo tanexcelente. Y quiso aplicar un castigo, para hacerles reflexionar y llevarlos a una mayor moderacin. Con estefin, reuni l a todos los dioses en su mansin ms noble y bella: sta se halla situada en el centro delUniverso y puede ver desde lo alto todo aquello que participa del devenir. Y habindolos reunido, les dijo...

    No existen pruebas de que Platn terminara el segundo dilogo sobre la Atlntida ni deque escribiera un tercero, sobre el mismo tema, puesto que probablemente lo habraanunciado, y si lo escribi, se ha perdido. El poema Atlantikos, atribuido a Soln, ha

    desaparecido tambin, en el discurrir de los siglos.La versin platnica recibi plceres y crticas desde el mismo momento en que la escribi.Algunos estudiosos sostienen que despus de la visita de Soln, el propio Platn viaj a Egiptoy corrobor personalmente la informacin, lo mismo que Krantor, uno de sus discpulos.Afirman tambin que todos ellos pudieron "ver la prueba". En todo caso, esta obra de Platnha tenido considerable influencia en el pensamiento del hombre a lo largo de los siglos y latiene todava hoy. Algunos crticos de la teora de la Atlntida han sugerido que la isla-continente es recordada gracias, nicamente, a las referencias de Platn. Sin embargo,considerando el creciente inters por el tema a lo largo de los siglos, no puede ser que hayaocurrido exactamente lo contrario, al menos en la concepcin popular?

    Aristteles (384-322 a.C), que fue discpulo de Platn, aparece como uno de los primerosescpticos frente a la teora de la Atlntida, aunque l mismo escribi acerca de una gran isla

    situada en el Atlntico, que los cartagineses llamaban Antilia.Krantor (siglo IV a.C.), seguidorde Platn, escribi que l tambin haba visto las columnas en las que se conservaba lahistoria de la Atlntida segn la haba relatado Platn. Otros escritores de la Antigedaddescribieron un continente que exista en el Atlntico y al que algunas veces llamaronPoseidonis, por Poseidn, dios del mar y seor de la Atlntida.

    Plutarco (46-120 d.C.) describi un continente llamado Saturnia y una isla llamada Olygia,que se hallaban a unos cinco das de navegacin hacia el Occidente de Gran Bretaa. Hornerotambin menciona el nombre de Olygia como el de la isla donde habitaba la ninfa Calipso.

    Marcelino (330-395 d.C.), un historiador romano que escribi que la intelectualidad deAlejandra consideraba la destruccin de la Atlntida como un hecho histrico, describi ciertotipo de terremotos "que, repentinamente, en medio de una violenta conmocin abrierongrandes bocas por las que desaparecieron ciertas partes de la tierra. As ocurri en el ocanoAtlntico, en la costa europea, donde una gran isla qued sumergida ..."

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    Proclo (410-485 d.C.), miembro de la escuela neo-platnica, afirmaba que no lejos deloeste de Europa, haba algunas islas cuyos habitantes conservaban todava el recuerdo de unagran isla que en una poca los domin y que luego fue tragada por el mar. Comentando lateora de Platn escribi:

    ...Es evidente que una isla tan grande como aqulla existi, segn lo dicho por algunos historiadoresacerca del mar exterior. Segn ellos, en dicho mar existan siete islas consagradas a Perspona y otras tres

    de gran tamao, una de las cuales fue consagrada a Pluto, otra a Amn y otra a Poseidn. Esta ltima tenauna extensin de mil estadios. Dicen tambin que los habitantes de esta isla consagrada a Poseidnconservan la memoria de sus antecesores y de la isla atlntica que existi all y que era realmente maravillosay que haba dominado durante siglos todas las islas del ocano Atlntico. Tambin fue consagrada aPoseidn...

    En La Odisea, Hornero (siglo VIII a.C.) pone estas palabras en boca de la diosa Atenea:"Nuestro padre, hijo de Cronos, preclaro gobernante... mi corazn est destrozado por elsabio Odiseo, hombre desgraciado, que abandon hace tanto tiempo a sus amigos y que vivetristemente en una isla situada en el centro mismo del mar. En esta isla boscosa habita unadiosa, hija del habilidoso Atlas, que conoce la profundidad de cada mar y conserva los altospilares que separan el cielo de la tierra..."

    La referencia a Atlas y Ornos resulta especialmente interesante, en relacin a la "islasituada en el centro mismo del mar". Hornero sigue hablando del barco de Odiseo que alcanz"el lmite del mundo. All se hallan los territorios y la ciudad de los Kimerioi, envuelta enbrumas y nubes..."

    En La Odisea, el poeta griego hace referencia a Esqueria, una isla situada muy lejos, en elocano, donde los feacios "viven aparte, muy lejos, sobre la inconmensurable profundidad yen medio de las olas los ms remotos entre los hombres...". Tambin describe la ciudad deAlanco, atribuyndole una profusin de riqueza y magnificencia que recuerda la descripcinplatnica de la Atlntida. Aunque los nombres son distintos, esta poderosa isla de Esqueria esotro indicio del recuerdo de una isla-continente situada ms all de las Columnas de Hrcules,en el ocano occidental.

    Puesto que, segn Platn, su informacin bsica acerca de la Atlntida provena de fuentes

    egipcias, cabe imaginar que otros documentos, en forma de papiros, deberan hacerreferencia tambin a la isla sumergida. En este sentido se han interpretado algunas alusionesque aparecen en documentos antiguos. Por ejemplo, cuando se habla del "reino de losdioses", miles de aos antes de las primeras dinastas egipcias.

    Adems, el sacerdote e historiador Manetho nos ilustra sobre la poca aproximada en quelos egipcios cambiaron su calendario y coincide con el mismo perodo en que segn Platn sehabra producido el hundimiento de la Atlntida, hace 11.500 aos. Se cree que en el museode San Petersburgo existan, antes de la revolucin rusa, otros documentos egipcios"perdidos".

    Se dice que exista un documento particularmente misterioso en el que se relataba unaexpedicin que haba enviado un faran de la segunda dinasta a investigar lo que habaocurrido con la Atlntida y a descubrir si quedaban restos de ella. Se afirmaba que haba

    regresado al cabo de cinco aos, sin haber cumplido su misin, cosa que resultacomprensible. Hay tambin documentos egipcios que hablan de invasiones de "pueblos delmar" que llegaron "desde los confines del mundo", ilustrados con pinturas muralesmonumentales que todava pueden verse en Medinet-El Fayum.

    Aunque la mayora de los pergaminos egipcios debieron resultar quemados en ladestruccin de la biblioteca de Alejandra, es posible que existan otros documentos escritos,enterrados en alguna tumba todava no descubierta y que se mantengan en buen estado deconservacin, gracias al clima seco que reina en Egipto.El historiador griego Herdoto (siglo V a.C.) nos ha dejado referencias diversas respecto a unnombre similar al de Atlntida y a una ciudad misteriosa situada en el ocano Atlntico quealgunos han considerado como una colonia de la Atlntida o incluso como la Atlntida misma:

    "Los primeros griegos que realizaron largos viajes

    escribe Herdoto

    , estabanfamiliarizados con Iberia (Espaa) y con una ciudad llamada Tartesos, "... ms all de las

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    Columnas de Hrcules..." a la vuelta de la cual los primeros comerciantes "obtuvieron unbeneficio mayor que el conseguido por griego alguno antes..." (Esto ltimo tiene un tonocuriosamente moderno, relacionando los milenios de la remota antigedad con las flotasmercantes de Niarcos y Onassis.)

    En otro pasaje de sus obras, Herdoto habla de una tribu llamada Atarantes y tambin deotra, los Atlantes, "... que toman su nombre de una montaa llamada Atlas, muy puntiaguday redonda, tan soberbia, adems, que, segn se dice, la cumbre nunca puede verse, porquelas nubes jams la abandonan, ni en verano ni en invierno...".

    Herdoto se senta interesado tanto en la historia antigua como contempornea y creaque el Atlntico haba penetrado en la cuenca mediterrnea como consecuencia de unterremoto que haba hecho desaparecer el istmo que era entonces el estrecho de Gibraltar.Luego de hallar fsiles de conchas marinas en las colinas de Egipto tambin especul acercade la posibilidad de que parte de la tierra que en otro tiempo haba sido tierra firme hubieraacabado en el mar y, a la inversa, algunos territorios hubieran emergido de las profundidadesocenicas.

    En Las Guerras del Peloponeso Tucdides (460-400 a.C.), refirindose a los terremotosescribi:

    ... En Orobiari, Eubea, al retirarse el mar de lo que era entonces la lnea de la costa y levantarseformando una enorme ala, cubri una parte de la ciudad y luego se retir en algunos lugares. Pero en otros lainundacin fue permanente y lo que antes era tierra hoy es mar. La gente que no pudo escapar a las tierrasaltas, pereci. En los alrededores de Atalante, una isla de la costa de Opuntian Locri, se produjo unainundacin similar...

    El historiador griego Timgenes, (siglo I a.C.) comentando acerca de los pobladores de laantigua Galia, pensaba que provenan de una tierra remota en el medio del ocano.

    Un manuscrito llamado Acerca del Mundo, atribuido a Aristteles, nos da la siguienteevidencia de que entonces se crea en la existencia de otros continentes:

    ...Pero hay probablemente muchos otros continentes, que estn separados del nuestro por el mar, el cualdebemos cruzar para llegar hasta ellos. Algunos son grandes y otros ms pequeos, pero todos nos resultan

    invisibles, salvo el nuestro. Porque todas las islas se relacionan con nuestro mar, de la misma forma en que elmundo habitado tiene relacin con el Atlntico y muchos otros continentes con el ocano todo, porque sonislas rodeadas por el mar...

    El siguiente escrito de Apolodoro (siglo II a.C.), en La Biblioteca contiene una desusadareferencia a las Plyades:

    ...Atlas y Pleyone, hija de Ocano, tuvieron 7 hijas llamadas Plyades, que nacieron en Arcadia: Alcione,Celena, Elec-tra, Esterope, Taigeta y Maya..., y Poseidn tuvo relaciones sexuales con dos de ellas, primerocon Celena, que engendr a Lykos, a quien Poseidn hizo vivir en las islas de Blest, y luego con Alcione... Alreferirse a las islas de Blest, en el Atlntico, Plutarco habla de brisas suaves, tenues rocos y habitantes "quepueden gozar de todas las cosas sin perturbaciones ni trabajos". Las estaciones son "templadas" y lastransiciones "tan moderadas" que se cree firmemente, incluso entre los brbaros, que ste es el lugar de los

    bienaventurados y stos son los Campos Elseos celebrados por Hornero...

    Diodoro Siculo (el siciliano, siglo I a.C.) describe con bastante detalle la guerra entre lasAmazonas y un pueblo llamado atlantioi. En este caso, las Amazonas provenan de una isla deOccidente llamada Hspera, que sita en el pantano de Tritonis "cerca del ocano que rodeala tierra" y de la montaa "llamada Atlas por los griegos..." Dice adems: "...Se cuentatambin la historia de que el pantano Tritonis desapareci durante un terremoto, cuandoalgunas partes de l que se extendan hacia el ocano quedaron divididas en dos..."

    Diodoro cita adems el mito de los atlantioi:

    ...El reino estaba dividido entre los hijos de Urano, entre los cuales Atlas y Cronos eran los msrenombrados. Atlas recibi las regiones de la costa del ocano y no slo dio el nombre de atlantioi a sus

    pueblos, sino que llam Atlas a la montaa ms grande de la regin. Se dice tambin que perfeccion laciencia de la astrologa y fue el primero en dar a conocer a la Humanidad la doctrina de la esfera y fue por

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    esta razn por la que se pens que los cielos todos se apoyaban en las espaldas de Atlas...

    Diodoro habla de las hijas de Atlas y Apolodoro y dice que "...yacieron con los msfamosos hroes y dioses y se convirtieron as en los primeros antepasados de la mayor partede la raza... Estas hijas se distinguan tambin por su castidad y despus de su muertemerecieron honores inmortales entre los hombres, quienes les dieron un trono en los cielos ylas llamaron Plyades..."

    Adems ofrece una amable descripcin de la isla atlntica:

    ...Porque frente a Libia, muy lejos, hay una isla de gran tamao, y como se encuentra en el ocano, esta una distancia de varios das de navegacin de Libia, hacia Occidente. Su tierra es frtil, montaosa en granparte y en otra no pequea, llana y de gran belleza. A travs de ella fluyen ros navegables que son utilizadospara la irrigacin y encierra muchos lugares plantados con rboles de todas las variedades e innumerablesjardines atravesados por arroyos de agua dulce; hay en ella tambin villas privadas muy costosas y en mediode los jardines, rodeadas de flores, se han construido casas de banquetes en las que los habitantes pasan eltiempo de verano... Hay tambin excelente caza, de toda clase de animales y bestias salvajes... Y hablandoen trminos generales, el clima de la isla es tan suave que produce en abundancia frutos de los rboles yotros propios de las distintas estaciones del ao, de manera que parecera que la isla, debido a su felicidadexcepcional, es residencia de dioses y no de hombres...

    Teopompo (siglo IV a.C.) relata una conversacin entre el rey Midas y un hombre llamadoSueos, en que se describe un gran continente poblado por tribus guerreras, una de lascuales haba intentado conquistar el "mundo civilizado". (El valor comparativo de esta fuentedisminuye un tanto por el hecho de que Silenos era un stiro a quien el rey Midas captur,emborrachndolo con vino griego.)

    Tertuliano (160-240 d.C.) se refiere al hundimiento de la Atlntida al discutir los cambiosocurridos en la Tierra, "... que, incluso ahora, ...est sufriendo transformaciones locales,...cuando entre sus islas no est ya Dlos ...Samos es un montn de arena, ...cuando, en elAtlntico, se busca en vano la isla que era igual en tamao a Libia o Asia, cuando ...el costadode Italia, cortado en medio por el choque estremecedor de los mares Asitico y Tirreno, deja aSicilia como sus reliquias..."

    La referencia a la apertura de los estrechos de Sicilia es comentada tambin por Filn elJudo (20 a.C.-40 d.C.) quien escribe:

    Considrese cuntos territorios del continente han sido cubiertos por las aguas, no slo los que sehallaban cerca de la costa, sino tambin los que se encontraban en el interior, y pinsese en la gran porcinque se ha convertido en mar y ahora es surcada por innumerables barcos. Quin no conoce el ms sagradoestrecho siciliano, que en pocas antiguas una Sicilia al continente de Italia?

    Luego cita tres ciudades griegas que yacen en el fondo del mar: Aigara, Boura y Helike(Helike es ahora buscada mediante modernos mtodos arqueolgicos cerca de la actualciudad de Corinto) y concluye con una referencia a "la isla de Atlantes que, como decaPlatn... fue lanzada al fondo del mar en un da y una noche, como consecuencia de unterremoto y una inundacin extraordinarios".

    Arnobio el Africano (siglo III d.C.), un miembro de la primitiva comunidad cristiana, sequeja de que ellos eran culpados de todo y pregunta:

    Fuimos acaso nosotros culpables de que hace diez mil aos escaparan una gran cantidad de hombres dela isla llamada Atlntida o Neptuno, como nos dice Platn, y arruinaran y eliminaran a innumerables tribus?

    Aeliano (Claudius Aelianus, siglo III d.C.) un escritor clsico, hace una alusin muydesusada a la Atlntida en su obra La Naturaleza de los Animales. Al hablar de los "carnerosdel mar" (que al parecer eran focas) dice que "...invernan en los alrededores del estrecho quesepara Crcega de Cerdea... el carnero macho tiene alrededor de la frente una cinta blanca.Se dira que se asemeja a la diadema de Lismaco o Antgono o de algn otro rey macedonio.Los habitantes de las costas del ocano dicen que en pocas anteriores los reyes de la

    Atlntida, que descendan de Poseidn, utilizaban en sus cabezas, como signo de poder, labanda blanca de los carneros machos, y que sus esposas, las reinas, utilizaban como signo de

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    poder las bandas blancas de los carneros hembras..."Esta cita de Aeliano, que ha llegado hasta nosotros a travs de los siglos, no como

    descripcin de la Atlntida sino como una nota casual acerca de los adornos usados en lacabeza por los reyes de los atlantes, presta cierto crdito a la creencia, generalmenteaceptada en la poca clsica, de la existencia de la Atlntida en un perodo anterior.

    Qu puede uno inferir de estas y otras alusiones de los autores clsicos? Algunas parecencontradictorias entre s pese a que los nombres y la forma de escribirlos cambien, parecenexistir ciertos puntos comunes. En el antiguo mundo mediterrneo se crea que existantierras firmen o tal vez un continente en el Atlntico, y se conservaban ciertos recuerdos algoconfusos respecto a los contactos que se haban mantenido con ellos y tambin sobre lashostilidades por parte de fuerzas expedicionarias procedentes de esas tierras. Tambin existala tradicin de que cierto territorio o territorios se haban hundido en el ocano.

    Otro cristiano de la Antigedad, Cosmas Indico-pleustes (siglo VI d.C.) parece anticipar envarios siglos la pretensin de los rusos de que "nosotros lo inventamos primero" cuando diceque Platn "expres puntos de vista similares a los nuestros, con ciertas modificaciones ...Menciona las diez generaciones y tambin la tierra sumergida en el ocano. Y en una palabra,es evidente que todos tomaron sus ideas de Moiss y repitieron sus palabras como si fueranpropias..."

    Aparentemente, Cosmas pensaba en las referencias bblicas a las generaciones anterioresa la gran inundacin que destruy el pueblo de la tierra debido a su maldad. Pero lareferencia bblica a una inundacin es slo una pequea parte de una leyenda comn a lospueblos de todo el mundo, con excepcin de la Polinesia.

    Desde la ptica de un investigador moderno, entonces, la evidencia escrita no esconcluyente. Pero, acaso alguna vez lo es? Debemos recordar que los antiguos no escribanpara los investigadores modernos y que, como individuos de una poca anterior a los bancosde datos, los microfilmes e incluso la imprenta, tenan una actitud completamente diferenteacerca de la informacin y usaban a los dioses y los mitos como marco de referencia para susobras. Las pruebas acerca de la existencia de la Atlntida hay que buscarlas en otras fuentes,adems de en los comentarios de los escritores de la Antigedad.

    La Atlntida: un recuerdo persistente

    La tradicin de la gran inundacin, tal como aparece en el Gnesis, es comn a losbabilonios, persas, egipcios, a las ciudades-estado de Asia Menor, Grecia e Italia y a otrassituadas en torno al Mediterrneo y al Mar Caspio, en el Golfo Prsico e incluso en la India yChina.

    Resulta verosmil que los relatos sobre una gran inundacin y sobre la supervivencia deseres elegidos por Dios o los dioses para continuar la civilizacin mediante la construccin deun barco de salvamento antes de la irrupcin de las aguas se difundieran por Asia a lo largode las grandes rutas caravaneras. Ms difcil resultara, sin embargo, explicar la similitudentre las antiguas leyendas clticas y noruegas. Pero, cmo explicar que los indiosamericanos del Nuevo Mundo tengan sus propias leyendas, completas y anlogas, sobre lainundacin, en las que se afirma frecuentemente que su salvacin se debi a que llegaron asus nuevas tierras navegando desde Oriente?

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    De ah que, al estudiar estas leyendas, surge un hecho evidente y extraordinario: todas lasrazas parecen contar la misma historia. Es concebible que los pueblos mediterrneos hayanconservado una tradicin acerca de un desastre comn, pero cmo habran llegado los indiosde los continentes americanos a conocerla y a poseer leyendas casi idnticas? Por ejemplo,segn los antiguos documentos aztecas, escritos en jeroglficos, el No de los cataclismosmexicanos fue Coxcox, tam