El Rol de La Mujer en las relaciones de poder dentro del marco Industrial Automotriz. Maquiladoras...
-
Upload
oswaldomx2000 -
Category
Documents
-
view
214 -
download
1
description
Transcript of El Rol de La Mujer en las relaciones de poder dentro del marco Industrial Automotriz. Maquiladoras...
El rol de la mujer en las relaciones de poder dentro del marco industrial
automotriz: maquiladoras en Zacatecas.
Oswaldo Ríos Muñoz. Universidad Autónoma de Zacatecas
2do. semestre de la Maestría en Humanidades y Procesos Educativos
Unidad Académica de Docencia Superior
INTRODUCCIÓN
La mano de obra femenina, condicionada por su rol laboral y los contextos
sociales, educativos y económicos en que se desenvuelve, es de suma
importancia para el desarrollo de las empresas y el sustento directo de las
familias. Asimismo es digna representante de un género resistente a la
hostilidad y al estrés cotidiano, consecuencia de sus funciones dentro y fuera
del trabajo. Empero, ante un conflicto de desigualdades y la ausencia de
reconocimiento a su trabajo tanto por el hombre como por la mujer en la
industria, se observa una denigración al valor del sexo femenino, mismo que
resta reconocimiento a su progreso y que es impuesta por un factor cultural que
lo absuelve e impide la inserción de la educación y los valores.
El presente trabajo manifiesta, que más allá del rol de la femineidad
dentro de las políticas de producción para el desarrollo económico de estas
factorías, es el sustento propio del hogar. Aún con las limitantes que impone el
ser de éste género y su esfuerzo por obtener los beneficios que otorgan las
empresas como reconocimientos, promociones y asensos significativos en su
área laboral, reducen los méritos propios, a una desvalorización de sus
funciones y necesidades, las cuales están apuntaladas al progreso propio y de
los suyos. Esta degradación atenta contra su identidad y enmarca un conjunto
de inequidad que desemboca en una profunda denigración impuesta por el ruin
macho que busca obtener simpatía, creyendo que hace más que un favor a
quien considera que lo necesita, y la hembra inefable que en su envidia
carcome ansias por la competencia, conscientemente promovida por la
industria, desde el color de una bata y el paradigma conductista que la describe
según sus funciones, hasta la producción en exceso y la picardía de las y los
supervisores por ser ellos en señalar primero que nadie ciertos comparativos,
abriendo una brecha entre la enemistad y los consentimientos de rivalidad
entre los involucrados y los turnos.
Es este entramado de funciones y comportamientos, donde se analiza el
contexto en que se está desarrollando la mujer, el cual está plagado de
pesadas y asfixiantes relaciones de poder que condicionan su papel dentro de
la industria maquiladora automotriz y dejan al descubierto el momento preciso
en que la labor femenina deja de ser reconocida por la propia indiferencia
humana y del compañerismo tergiversado en una campaña de injusticias y
lenguajes contradictorios.
Antecedentes
El presente trabajo se realiza a partir de observar una necesidad de poner
atención al rol que desempeña la mujer dentro del campo laboral en zacatecas,
en este caso en las maquiladoras zacatecanas. Esta investigación se
encuentra en su primera etapa, que consiste en un acercamiento a una
muestra de operadores, dentro de una maquiladora zacatecana, a través de la
observación. El impulso y desarrollo laboral desde la industria en la capital
zacatecana surge a partir de la década de los 90’s, el gobernador de Genaro
Borrego Estrada, impulsor de las empresas maquiladoras en la presente
entidad daba el banderazo de apertura hacia el progreso de nuestra capital con
la inauguración de las empresas multinacionales. Hombres y mujeres
aspirantes a emplearse en una compañía, encargadas de la manufactura
automotriz, que en este caso es el campo de estudio, comenzaron a ser
contratados un mes de febrero de 1992 para realizar obras de almacén, según
comentó el jefe de personal quien además ha sido pionero dentro de dichos
proyectos. Se contrataron inicialmente a 400 empleados, entre ellos tanto
hombres como mujeres.
No fue sino hasta unos cuando la empresa de estudio pasó de ser un
almacén a maquiladora de arnés en sí. Radicalmente, los roles de ensamblaje
automotriz se modificaron y todos los operadores de área (en ambos sexos)
necesitaban certificarse para cumplir necesidades específicas que cumplieran
con las políticas de la empresa y sus lineamientos de producción, de tal
manera que el personal se centrara en una producción en serie lejana a
interesarse por el aspecto subjetivo de los trabajadores y totalmente centrada
en el conductismo el cual “considera que, mediante estímulos externos, se
logra el aprendizaje de conductas elementales, pero sin considerar la
participación activa del sujeto”1 .
La etapa conductista, entraba en vigor, y es que la certificación no era
general, sino una especificación de actividades de las cuales consistían hasta
el día de hoy en hacer acto de repetición de dicha operación en un determinado
límite de tiempo durante horas acumuladas por semana; uniformes de colores
según el rango y la capacidad del operador, entrar al espacio laboral bajo un
control de entrada por salida, chicharras anunciando los tiempos para realizar
actividades, marcando los tiempos justos del proceso. Los castigos, los
reportes, las etiquetas rojas como amonestación, el proceso monótono de
ensamble y el confort del reflejo biomecánico del cuerpo ante esa monotonía2 y
la resistencia a realizar cosas nuevas. El propio conductismo propone que la
base fundamental de todo proceso de enseñanza-aprendizaje se halla
1 Gerardo Hernández Rojas (2006) descripción del paradigma conductista y sus aplicaciones e implicaciones educativas. P. 81. 2 Irma Balderas Arrieta (2006), “Los modelos Productivos: fordismo y toyotismo”, articulo de: Mujeres trabajadoras en América Latina [en línea] http://www.eumed.net/libros-gratis/2006b/ib/1c.htm (recuperado el 25 de marzo del 2015).
representada por un reflejo condicionado, es decir, por la relación asociada que
existe entre la respuesta y el estímulo que la provoca3. La finalidad
del conductismo es condicionar a los trabajadores para que por medio de la
educación supriman conductas no deseadas, así alienta de igual forma en el
sistema escolar sobre el uso de procedimientos destinados a manipular las
conductas, como la competencia entre alumnos, como en este caso, la de los
trabajadores. La información y los datos organizados de determinada manera
son los estímulos básicos (la motivación) frente a los que los trabajadores,
como simples receptores, deben hacer elecciones y asociaciones dentro de un
margen estrecho de posibles respuestas correctas que, de ser ejecutadas,
reciben el correspondiente refuerzo (una bata de diferente color, un chocolate o
una foto4.
El género comenzaba por ser un factor diferencial entre los roles
laborales. Las mujeres, por ejemplo, se encargaban básicamente a las tareas
continuas de ensamble y revisión del producto, algunos encintados básicos con
diversos tipos de vinilos y prensado de cables, empalmes básicos y
reforzamientos en el arnés, limpieza de áreas, surtidoras de material ligero,
filtros de calidad y confiabilidad y apoyo de relevo. Mientras tanto, los hombres
se dedicaban a los encintados y comprobación de funcionamientos.
Ejecuciones de Almacén, surtidores de cargas pesadas para todas las áreas de
manufactura de la empresa y descarga de mercancía, surtido de
supermercado, así como la limpieza. No fue sino hasta el año 2001 cuando una
de las empresas muestra de nuestra investigación se independizaba de otras
economías para que la empresa creciera en la elaboración de más productos, y
3 http://hadoc.azc.uam.mx/enfoques/conductismo.htm4 Ibídem.
por la demanda de producción en diferencia con el poco personal adscrito a la
factoría, hombres y mujeres comenzaran por realizar casi las mismas
funciones. Hubo un tiempo en que la industria maquiladora contrataba
principalmente mujeres, debido a que los administradores de las empresas
argumentaban que las mujeres eran más dóciles y más hábiles con el trabajo
de ensamble, en el cual se empelaban principalmente las manos, e implicaba
menos esfuerzo físico; sin embargo, “con los años, los hombres empezaron a
ingresar al mismo nivel, claro, hay empresas donde hay más presencia
femenina como en la industria electrónica”.5
El rol de la mujer comenzaba por manifestar protestas en contra del
maltrato de la misma. Se empezaba a dar preferencias a los puestos más altos
únicamente a los varones. Se daba menos esfuerzo físico a las mujeres más
bonitas o a las que entablaban una relación sentimental con los jefes de
departamentos. Se podría afirmar que los primeros estudios sobre las mujeres
en las maquiladoras partieron de categorías tradicionales bajo un principio de
neutralidad para analizar su trabajo, lo que dio paso a considerarlas como
trabajadoras de segunda clase y de bajo valor económico. Como
consecuencia, la mujer como sujeto económico fue calificado como débil y
pasivo, como así lo consignan numerosos estudios con leyendas sobre el
trabajo barato y abundante en la frontera, o sobre las manos finas y hábiles de
las mujeres, lo que claramente reflejaba el pensamiento de los empleadores de
la época, las mujeres en las maquiladoras son “muchas, bonitas y baratas”. De
esta forma, la convergencia del discurso de los empresarios con los hallazgos
5 Marlene Solís (2015), “La situación de la mujer en la industria maquiladora en Tijuana”, entrevista [en línea] http://www.colef.mx/?estemes=la-situacion-de-la-mujer-en-la-industria-maquiladora-en-tijuana&lang=es&e=correo-fronterizo (recuperado el 28 de marzo del 2015).
de investigación definió al trabajo femenino como no calificado, débil y
marginal6.
Es esta desvalorización a la labor femenina la que, al menos en la
capital zacatecana la que se trataría con seriedad; en el sentido económico
para ambos sexos y el problema de crisis en la industria automotriz, el acoso
sexual y laboral en contra del género femenino que no estaba sujeto a
investigaciones serias. Los bajos salarios y la frecuente población flotante no
daban alguna forma de organizar en armonía a la industria y es cuando emerge
la necesidad de crear un sindicato que, hasta la fecha ha estado formado por
mujeres que, en su momento, lucharon en defensa de sus derechos a partir de
la ley del trabajo.
La importancia de la mujer en las maquiladoras de ensamblaje automotriz
La mujer y la distribución de puestos de trabajo
La maquiladora en observación maneja los siguientes puestos de rango
superior: Dentro de los puestos de gerencia general, supervisión y jefatura de
grupo, quince son las plazas en total, de las cuales 2 son de gerencia general
(1 para manufactura y otro para el filtro de calidad), 3 supervisiones dentro del
área de manufactura de corte de cable (1 para cada uno de los tres turnos), 2
supervisiones en el filtro de calidad, 6 jefaturas de grupo (cuya función es la del
manejo directo del personal operador en el área para los tres turnos) y 2
jefaturas de grupo en el filtro de calidad para el manejo de su personal.
6 María Eugenia De la O (2006) “El trabajo de las mujeres en la industria maquiladora en México: Balance de cuatro décadas de estudio” [en línea] http://www.aibr.org/antropologia/01v03/articulos/010302.pdf (recuperado el 10 de marzo del 2015).
De todas estas vacantes, el 100 % son ocupadas por hombres, once de
ellos no cumplen más de cuatro años en la empresa, cinco aun no tienen un
año de laborar dentro de la empresa y el encargado de turno ocupa un cargo
tanto de supervisor como de jefe de grupo al mismo tiempo. En este espacio
laboral de corte de cable, tanto hombres como mujeres se actualizan
constantemente bajo los lineamientos de excelencia que pide el cliente, por lo
que cada cinco meses tienen que estar certificados. Las mujeres con más de
diez años en la empresa no han recibido alguna invitación directa a promoverse
ocupando un cargo superior al de operador, a diferencia de dos hombres con
menos años de experiencia y el similar nivel de estudios. La inequidad
comienza por ser un elemento de hostilidad y frustración y la mujer no es
remunerada de sus esfuerzos según su producción y constancia a las
exigencias laborales.
Campo de estudio: corte de cable
El área de corte de cable es el principal generador del producto de arnés
automotriz y es donde el producto comienza a tener forma y sentido, aquí se
concentra el promedio de empleados por área, la mayor cantidad de mujeres
en comparación al porcentaje de otros espacios como las líneas de producción,
encargadas de la manufactura de ensamblaje y encintado. Este espacio de
producción experta en corte de cable, depende del manejo eficiente de las
máquinas de producción, cuya distribución se compone de una computadora,
un sistema operativo y la herramienta especializada para montar barriles con
cable, terminales y de mecánica, medición y corte.
El rol laboral según el género.
Bajo un personal capacitado y certificado para laborar como operadores en el
área de corte de cable, de 54 operadores que realizan actividad dentro del
turno C, que es bajo un horario de 42 horas semanales trabajando
exclusivamente por las noches, 34 son mujeres y 20 hombres, de las cuales 21
de ellas se encargan de trabajar en maquinaria especializada, a diferencia de
los hombres, que únicamente 11 tienen maquina propia. Dos mujeres tienen un
ascenso como operadoras universales ganando el 15 % más que los
operadores de área promedio, y las 11 restantes realizan de cuatro a cinco
labores sin retribución, es decir, siendo explotadas bajo las funciones de
operadoras promedio y universales al mismo tiempo. Por lo tanto, son el resto
de ellas quienes reciben un exceso de trabajo a su carga laboral promedio,
cubriendo las necesidades de organización a la cual se regula el área de
producción en cuestión, sin recibir algún estimulo o un pago justo respecto a
sus actividades.
Mujeres que además de trabajar con maquinaria, son las encargadas de
cubrir personal, relevar, colgar la producción y realizar inventarios, mismas
actividades que realizan por ejemplo dos hombres y las dos mujeres
anteriormente mencionadas como universales que sí están recibiendo un
estímulo y ascenso significativo por su trabajo. De la misma manera, dos
hombres dentro de este espacio de producción ganan lo mismo por la misma
condición de acciones.
Esta misma área de producción manifestó otro dato: son en total 10 los
operadores universales para los 3 turnos, de los cuales únicamente el turno c
tiene mujeres ocupando este puesto y ganando su equivalente según el lugar
ocupado, es decir, que 8 son hombres bajo la promoción de soportes
universales y que sí reciben un estímulo por su papel desempeñado, y solo el
turno c tiene mujeres realizando actividades que no les corresponde según su
certificación y puesto otorgado. De las 34 mujeres que laboran para este turno
y área de producción, ninguna cubre alguna área de supervisión o gerencia.
Tal circunstancia no parece de género, sino de denigración propiamente,
puesto que los roles de confianza asumen que un hombre tiene más capacidad
para asumir esos cargos sin tomar en cuenta la capacidad de la mujer, ya sea
que tenga un título profesional para solicitar estos contratos o que en
experiencia, aún más que la de los hombres tenga más derecho a exigirlos.
Fin de la conversación.
La mujer y su impacto en casa y en el trabajo
En un grupo de sujetos de estudio en relación al turno laboral y sus funciones,
se han conseguido datos que muestran el rol que la mujer zacatecana
desempeña en una empresa maquiladora y en el hogar, de manera que se
proyecta el efecto que tiene esta división en lo referente a su labor en las
factorías automotrices y lo que ese trabajo supone para el sustento directo de
su familia.
De las 34 mujeres activas al espacio laboral por la empresa en un turno,
4 son mujeres casadas y con hijos, aportando como ellas comentan, la mayor
cantidad de tiempo y dinero para su hogar, educación y necesidades familiares.
30 mujeres son solteras y 26 tienen hijos. 21 de las que ya tienen familia están
recibiendo un apoyo o pensión (económico o alimentario). Se asume la
importancia de analizar su estado civil y condición familiar, pues entre las
mujeres solteras que tienen hijos y las que son casadas, la mayor cantidad de
la horas extra son ocupadas por ellas, a diferencia de las que aún no han
formalizado una familia. Estas mujeres con responsabilidades dentro del hogar
asumen sus seis días laborales en un promedio estándar de actividades de 42
horas por semana, y de tres a 4 días cubriendo horas extras bajo un
aproximado de 32 horas extra laborales por semana. Trabajando así un
promedio de hasta 72 horas por semana remunerados.
La mujer como objeto: acoso sexual y laboral
Acoso laboral.
Las mujeres que laboran en este turno han recibido acoso laboral durante sus
años de servicio, ya sea dentro de su horario o en las llamadas horas extra que
son ofrecidas principalmente a mujeres. Este tipo de acoso comprende en
exigir un exceso de producción diferente al estándar establecido por máquina,
falsos comparativos de excelencia entre una operadora y su producción con
otra, promoviendo la rivalidad y hostilidad laboral, cargas laborales según sus
roles oficiales y una desigualdad de actividades en diferencia con otras
empleadas.
Acoso Sexual.
De las 34 mujeres activas a la empresa en cuestión y el turno como campos de
estudio, 11 han sufrido acoso de tipo sexual, tanto por operadores como
gerentes y supervisores, ofreciéndoles falsas expectativas de crecimiento
dentro de la empresa a cambio de servicios sexuales, manoseos y
comunicación verbal explicita invitando a la mujer a prostituirse, ofreciéndoles
dinero a cambio de sexo; lo anterior son indicadores del comportamiento
masculino hacia las mujeres dentro de la industria.
Este aspecto de acoso sexual es una constante en este tipo de trabajos
y por lo general son las féminas quienes están en el centro de esto, sin
embargo esto no es algo nuevo, la mujer ha sido tratado como objeto desde
hace siglos, una referencia de ello es el rol que se le otorgaba dentro de la
sociedad griega, al respecto se menciona que era “una sociedad esclavista
estrictamente viril, en la cual las mujeres eran consideradas inferiores, cuyo
placer no tenía importancia, cuya vida sexual solo podía estar orientada,
determinada, por su estatus de esposas, etc”7, es decir, que no tenían decisión
de nada y que eran catalogadas como objetos”.
La importancia de la mujer según la otra mujer
Siendo un tema relevante sobre los diferentes tipos de acoso entre hombres
contra las mujeres, tanto laborales y sexuales, un aspecto de gran relevancia
es la visión que tiene una mujer sobre las demás, en este caso que imagen y
actitud tienen las operadoras sobre la imagen y trabajo que muestran y realizan
las demás dentro de la empresa, para ello se realizaron entrevistas informales
a la muestra de operadores de la maquiladora.
Una de las preguntas fue sobre la opinión que tienen acerca de los y las
soportes universales, entendiéndose que un soporte universal es el encargado
de apoyar en las necesidades de operador y las dificultades que puedan
entorpecer la producción, es un hermano mayor encargado de cuidar el
bienestar de la producción y mano derecha de su compañero presente en su
herramienta de trabajo y sus funciones principales parten desde relevar a su
compañero de trabajo y hasta realizar los inventarios, es decir que es la mano
derecha de un Jefe de grupo.
7 Oscar Teran (1995) “sobre la genealogía de la ética”. En Michel Foucault: discurso, poder y subjetividad. P. 135.
Las respuestas manifestaron que de los dos soportes universales
varones únicamente uno merecía ese cargo por conocimiento del medio
además de su actitud y buen comportamiento. De las soportes universales
femeninas, 15 de los 20 varones incluyendo a los dos compañeros con su
condición de ascenso significativo dijeron sentirse satisfechos por su trabajo,
contrario a las 30 mujeres de 32 entrevistadas quienes, además de no estar
satisfechas con el desenvolvimiento de sus compañeras, afirman que el
ascenso de estas operadoras universales fueron completamente ajenas a sus
capacidades, desvalorizando de una forma el rol de la muer según sus
funciones.
El rol de las mujeres en las maquinas
De las 21 mujeres que se encuentran trabajando con maquina en el área de
corte de cable, 12 de ellas regularmente cumplen con el estándar de
producción aun y con las limitantes de mantenimiento y tiempos muertos en
comparación de 4 de los 11 varones en máquina. De las 320,000 piezas por
noche producidas en el turno, casi las 75000 piezas son producidas por los
hombres, equivalentes al 23 % de las piezas en diferencia de la mujer
operadora y su 77 % de la producción.
Los hombres que no sacan el 100 % de su producción afirman que los
empleados tanto hombres como mujeres eficientes consiguen el objetivo
respecto a su buena vocación y capacidades. Por el contrario, las mujeres que
trabajan en maquina afirman que, de las mujeres que consiguen el 100 % de su
producción es porque su máquina es más funcional que las propias y, sin
embargo, afirman que los hombres que sacan el 100 % de su producción lo
hacen por eficiencia.
Conclusiones
Las relaciones de poder son la principal constante en torno a la denigración
que se da al rol laboral femenino dentro de la industria automotriz,
principalmente dentro de las maquiladoras zacatecanas. Existe una total
ausencia de consideración a los diferentes roles que una mujer trabajadora
cubre dentro de la sociedad; la mujer moderna ya no se limita a ser ama de
casa, debido a los constantes cambios sociales, políticos, económicos y
culturales su papel ha tenido que trascender a otros campos, prioritariamente
masculinos, ha cubierto áreas donde los varones dominaban y si bien la lucha
por la igualdad y equidad de géneros ha contribuido a ello, también se ha dado
esta situación por los cambios que la posmodernidad ha marcado a partir de
los ideales que los sujetos perseguían, es decir, que la mujer también entro en
la búsqueda de la felicidad y bienestar social y no lo ha en hecho en un rol
pasivo y determinado por el estereotipo de esposa y ama de casa, ha ido a por
el como sujeto social y como responsable de generar los cambios necesarios
para lograrlo.
Las políticas actuales manifiestan un interés por generar mayor
participación de la mujer dentro de todos los ámbitos de la sociedad, sin
embargo, esta misma sociedad sigue sin obtener una visión de inclusión social
al limitar el rol de las mujeres dentro y fuera de los hogares, se sigue teniendo
una visión tradicionalista que limita a las féminas a alcanzar sus metas e
ideales.
No se trata de imponer un feminismo radical, por el contrario este debe
comprender y observar los mecanismos de poder, ya que este puede ser
utilizado como productor de conocimientos, significados y valores. Se debe de
crear una política de posibilidad, es decir, el feminismo debe crear una política
que sepa utilizar las relaciones de poder en beneficio de los demás, porque
todo movimiento genera consecuencias positivas o negativas, por ello se debe
de presentar una alternativa positiva que desencadene en un futuro mejor, para
que las siguientes generaciones de hombres y mujeres tengan una motivación
que los guie a una realización personal y social en conjunto y no en individual o
a partir de la desvalorización del otro.
Referencias
Balderas, Arrieta Irma (2006), Los modelos Productivos: fordismo y toyotismo,
articulo de: Mujeres trabajadoras en América Latina [en línea]
http://www.eumed.net/libros-gratis/2006b/ib/1c.htm (recuperado el 25 de marzo
del 2015).
De la O, María Eugenia (2006) “El trabajo de las mujeres en la industria
maquiladora en México: Balance de cuatro décadas de estudio” publicado en
AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana [en línea]
http://www.aibr.org/antropologia/01v03/articulos/010302.pdf (recuperado el 10
de marzo del 2015).
Hernández, Rojas Gerardo (2006) “Descripción del paradigma conductista y
sus aplicaciones e implicaciones educativas” en Paradigmas en psicología de
la educación. México. Ed. Paídos. P.P. 79-98.
Solís, Marlene (2015), La situación de la mujer en la industria maquiladora en
Tijuana, entrevista [en línea] http://www.colef.mx/?estemes=la-situacion-de-la-
mujer-en-la-industria-maquiladora-en-tijuana&lang=es&e=correo-fronterizo
(recuperado el 28 de marzo del 2015).
Terán, Oscar (1995) “Sobre la genealogía de la ética”. En Michel Foucault:
discurso, poder y subjetividad. Buenos Aires, Argentina, Ed. El cielo por asalto.
P. 135.