Handout taller Comunicación para el Éxito

“Comunicación para el Éxito” un antes y un después

C/ Lluís Vives, 18 bajos 46470 Catarroja (Valencia) Tel. 961267836 [email protected] www.conectahablando.com www.matytchey.com

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Taller:

“Comunicación para el Éxito” un antes y un después

Objetivo:

• Desenterrar las habilidades y el potencial comunica tivo de los participantes para que sean capaces de utilizar la palabra hablada con eficacia.

• Convertirse en arqueros infalibles de la palabra qu e jamás pierden su objetivo: honestos, profesionales, apasionados…

Metodología:

El presente taller de 5h. lectivas se estructura en una sesión en la que los participantes redescubrirán sus habilidades. Se distribuye en: A- TÉCNICA

Forma: estilo del arquero en disparar la flecha de su mensaje para dar siempre en el blanco -comunicación no verbal-). Y Fondo: las flechas de su carcaj -comunicación verbal-). B- EXPOSICIONES PRÁCTICAS INDIVIDUALES Y COLECTIVAS

Valores añadidos: • Mejora en aspectos como la responsabilidad, la auto conciencia, la

auto-evaluación, el análisis constante (propio y aj eno), el sentido común y aprender de los errores para mejorar y segu ir creciendo en una espiral ascendente e infinita como buenas perso nas.

• Creación de un Foro de Oradores a través del cual l os participantes podrán compartir reflexiones, plantear preguntas, y seguir unidos por un hilo de seda invisible de por vida. Les mant endrá motivados para que perseveren en la aplicación práctica de la s habilidades adquiridas.


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Profesorado:

Licenciado en Periodismo. Formado como Coach por el Coach Training Institute (CTI). Cuenta con el título de director deportivo por la Real Federación Española de Fútbol. Es, además, entrenador de fútbol y ciclismo.

Life coach de deportistas y entrenadores de diferentes disciplinas. A través del Coaching ayuda a lograr objetivos personales y profesionales, cambios de actitud y a vencer el miedo y creencias limitantes a través del autoconocimiento y la responsabilidad del cliente.

Miembro del equipo de Arqueros de la Palabra, donde imparte cursos como “Comunicación para el Éxito” en másteres universitarios, colegios profesionales, colegios y empresas privadas; “Coaching para el Éxito”, para que todo el mundo conozca el Coaching y pueda poner a rodar sus herramientas cada día; “Adaptarse al Cambio”, para que cada individuo proyecte nuevos horizontes en su vida profesional; “Pequeños comunicadores”, con el objetivo de que los más pequeños hablen en público con eficacia desde bien temprana edad; “Optimismo vital en el trabajo”, para aportar un nuevo horizonte mucho más positivo en el ambiente profesional.

Profesor del módulo de Coaching en el máster de habilidades sociales de la FUE-UJI, “Crisálida”, profesor del módulo de oratoria en el máster de Comunicación y nuevas tecnologías de la UJI, docente en el módulo de oratoria y emociones del máster de mediación del ICAV y el ICACS.

Experiencia en medios de comunicación, televisión, radio y prensa escrita, donde ha trabajado y colaborado.

Carles Herrero


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“Son capaces, porque creen que son capaces”.

VIRGILIO


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Introducción

Cualquiera puede hablar bien en público -lo sabemos-, pero es algo de lo

que tenemos que estar plenamente convencidos antes de empezar este

taller. Solemos admirar a personas elocuentes que se desenvuelven con

soltura ante la audiencia. Te quiero contar, estimado aprendiz de

arquero, un secreto: el buen orador no nace, sino que se hace. Los

grandes actores, oradores o atletas empezaron como tú: como

estudiantes. A todos nos va haciendo la práctica.

En las competiciones de Kyudo (“El Camino del Arco” -tiro con arco

japonés-), la verdadera competición no se lleva a cabo entre los

arqueros, sino entre el arquero/a y la diana. Ambos son una misma cosa.

Justo cuando se dispone a lanzar su flecha, el blanco se convierte en un

espejo que refleja las cualidades de su corazón y su mente.

Tu carcaj está lleno de flechas. Sólo tienes que aprender a colocarlas en

tu arco y disparar con acierto. Necesitarás flechas rectas y verdaderas, lo

cual lleva inherente la honestidad; palabras en las que creas con el

corazón. Necesitarás un buen arco que tenga el peso adecuado, en

función de la audiencia/interlocutor al que te dirijas. Necesitas aprender a

tensarlo y disparar las flechas de tu mensaje.

Aprenderás a entrar en la sala y conectar directamente con tu audiencia.

Como buen Arquero de la Palabra, tendrás que conocer el terreno, saber

con certeza de dónde sopla el viento, dónde se hallan los obstáculos,

cómo controlar tu respiración, cómo tensar tu arco, o cómo elegir y

disparar cada una de tus flechas. Auto-confianza en cuanto a los

conocimientos que encierras, la certeza de que tu discurso es un traje a

medida. Sólo entonces podrás dar en el centro de tus interlocutores.

Cuando te enfrentas a un auditorio, tienes que conocer su opinión sobre

el tema, saber elegir el léxico óptimo para cada ocasión. Te daremos las


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herramientas que te ayudarán a leer la retroalimentación, a comprender y

adaptarte al público, a conocer tus propios límites, a controlar tus

discursos y a seguir creciendo hasta el infinito.

A menudo te arrojarán flechas, desde los alrededores del bosque, que

encierran preguntas hostiles. Tú no estás ahí para enfrentarte a ellas,

sino para eliminar interferencias y lograr que tu mensaje siga llegando.

Mantén siempre la diana con nitidez en tu mente, incluso si una ráfaga

de viento arrastra la flecha desviándola de la diana. Piensa en todo

momento en la razón por la qué estás ahí y visualiza tu objetivo sin

perderlo jamás de vista. No tienes que dar necesariamente en el centro,

sólo aproxímate al corazón de quienes te escuchan.

Deberás saber qué se oculta detrás de cada diana. Utiliza las preguntas

que te formulen para acercarte más a su centro, para mejorar como

orador y, sobre todo, para ser mejor persona.

Mi padre solía decirme dos cosas:

1. Todo aquello que está sujeto a unas reglas es su sceptible de ser aprendido.

2. Nadie es superior, ni tampoco inferior a nadie.

Quisiera relacionar estas dos afirmaciones con dos hechos:

1. El arte de la oratoria (conjunto de técnicas sus ceptibles de ser practicadas hasta conseguir su dominio) es una habi lidad que se adquiere.

2. Si aprendemos a potenciar lo que se nos da bien y somos conscientes de nuestros puntos débiles, podremos me jorar.

No hay duda de que habrá un antes y un después a este taller.

Disfrutaremos de la aventura de reinventarnos juntos, de la montaña rusa

del descubrimiento de las habilidades latentes que yacen en tu interior,

de las que surgirá el excepcional orador que ya vive en ti. Queremos ver

a esa “buena persona” que te bulle dentro; aflorará, no como un barniz


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de honestidad, sino desde lo más profundo de tu ser a través del uso del

espacio, de cada palabra pronunciada, de la modulación de tu voz o de

tus gestos, dotando de alma a cada palabra que pronuncies.

Canalizaremos la energía de tu comunicación no verbal para reforzar

aquello que afirmes, con honestidad.

Al final será evidente:

1. El profesor se ha convertido en el estudiante que ha aprendido a

ayudar a los demás a redescubrirse.

2. ¡ Qué razón tenía mi padre !

Maty Tchey

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Programa:

I. Importancia de la imagen

A. No existimos. Somos: imagen y mensaje B. 3 primeros 30: juicios de valor anticipados C. La culpa siempre es del emisor

II. Comunicación verbal y no verbal

A. La gallina

1. Instrumento ideal. ¡Quiérete y quiéreles! 2. Del miedo escénico al vértigo alucinante 3. Blackout. Me quedé en blanco

B. El arquero

1. Recursos no verbales: FORMA 1.1 El silencio controlado 1.2. Modular la voz 1.3. Gestión del contacto visual 1.4 Actitud. Postura 1.5 Eliminar interferencias 1.6 Gestos para enfatizar lo que afirmamos

2. Recursos verbales. Tus flechas: FONDO

2.1. El mensaje: • Organizar las ideas y las palabras • Confección del discurso y el guión

III. Prácticas individuales y colectivas


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I. No existimos: importancia de la imagen y la comunicación

A. IMAGEN Empecemos abordando la imagen y el mensaje en profundidad con una frase con la que queda patente su importancia:

“No existimos”

Así es, querido arquero. Siento estar rompiendo todos tus esquemas con esta afirmación. Voy a pedirte una reflexión acerca de lo evidente: no somos más que lo que la gente ve:

1. Imagen 2. Mensaje

Estamos en la era del conocimiento y la información. En especial las personas públicas aparecen con regularidad en los medios de comunicación, de lo contrario, lo que hacen no trascendería y, por tanto, estarían muertos (políticamente hablando), o serían unos perfectos desconocidos de cara a la opinión pública. Las personas no conocemos a la clase política o empresarial (por poner un ejemplo), sino por las imágenes que nos llegan de ellas a través de dichos medios. Percibimos sólo lo que vemos y oímos (nuevamente imagen y mensaje). La importancia de la primera impresión es otra muestra de que en realidad no existimos; no somos más que lo que la gente ve y escucha. Y eso es, desgraciadamente, lo que todos valorarán de nosotros hasta que puedan conocernos mejor. La imagen que irradiemos o el mensaje que transmitamos en el primer contacto con nuestro interlocutor/audiencia es nuestra tarjeta de presentación. Nos reforzará o estigmatizará en función de lo que perciban en ese primer encuentro. Juntos podemos mejorarla. La imagen lleva inherente la palabra hablada. Hablar bien, con claridad, elegancia, propiedad, aplomo, credibilidad y capacidad de persuasión son características que nos dotan de un halo que transmite una impresión de seguridad y cultura. Esto es útil cuando se trata de informar de forma objetiva, pero se magnifica adquiriendo una dimensión especial en el ámbito laboral. Afirmamos que se magnifica porque el objetivo del orador es, en la mayoría de los casos, persuadir y mover a la acción. Tan importante será el fondo -el contenido del mensaje –flechas-, como la forma -cómo las lanzamos para dar siempre en el blanco-.

Saber expresar una idea es tan importante como la idea misma.


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¿Nos expresamos con la suficiente claridad? ¿Creemos en nosotros y en nuestro mensaje? ¿Ponemos todo el corazón? ¿Llegamos a conectar? ¿Decimos todo y sólo lo que queremos transmitir? ¿Creemos en el poder de nuestra palabra?

¿Somos capaces de hablar como si nos fuera la vida en ello? Hablemos de esa primera impresión, de los juicios de valor. ¿Cuántas veces hemos sacado conclusiones anticipadas? Extraemos juicios de valor bien determinados de la persona que acaba de aparecer en nuestra vida en treinta segundos, o incluso menos. En 30 segundos sentenciamos:

“Es una antipática”. “Es un prepotente”. “¿Qué se habrá creído?”. “Es una buena persona”…

Un fugaz escaneado de quienquiera que se nos ponga delante, nos parece tiempo suficiente para estar plenamente convencidos de la fiabilidad de nuestros juicios prematuros. ¿No es cierto que, transcurrido un tiempo, a menudo, la que nos pareció “tan buena persona” nos jugó una mala pasada? ¿No es verdad que el “prepotente” resultó ser quien estuvo a nuestro lado cuando más necesitamos a alguien? No podemos aventurarnos en hacer afirmaciones sin conocer la esencia de las personas con las que nos relacionamos, pero lo hacemos. ¿Entiendes ahora por qué son tan importantes nuestra imagen y nuestro mensaje? Son la contraportada de cada libro que ojeamos indecisos antes de comprar. No se debe juzgar un libro por la portada, así como tampoco se debe extraer un juicio de valor prematuro de las personas antes de “leerlas”, pero es un hecho cierto que si lo que vemos o escuchamos no nos resulta atractivo, no nos seduce o no nos “engancha” somos los primeros en apartarlo de nuestro camino, por bueno que sea el “contenido”. Así es como nos vamos perdiendo las enriquecedoras aportaciones de innumerables seres humanos interesantes que nos vamos encontrando en la vida, tan sólo porque no nos gusta su imagen o su mensaje en los escasos treinta segundos del primer contacto. Lamento decirte que los demás también toman sus decisiones en función de lo que perciben de ti, amigo mío. Puede parecer terrible, pero has de grabarte esta frase de manera indeleble:

“Nunca se tiene la oportunidad de causar una segunda primera impresión”.


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B. 3 primeros 30 segundos: juicios de valor anticipados Atención a los 30 primeros pasos que demos, 30 primeras palabras que pronunciemos y 30 primeros segundos de gestos que emitamos. Todos tenemos interesantes cosas que aportar, retos alucinantes que conseguir, sueños que materializar… La vida es tan corta… No desperdiciemos cada oportunidad, acuerdo, operación o posible amistad al ofrecer una “portada mediocre” como tarjeta de presentación. Pulamos lo mejor de nosotros desde dentro para que ese tesoro, que todos encerramos, irradie su luz y puedan verlo. Haría falta más que toda una vida para conocernos en profundidad a nosotros mismos, pero sí podemos hacer una cosa: mejorar y seguir creciendo hasta el infinito. La imagen que irradiemos y el mensaje que transmitamos en esos treinta primeros segundos de los que te hablaba deben de ser de honestidad, credibilidad, pulcritud, educación, amabilidad… Seamos médicos, abogados, políticos, azafatas, recepcionistas, comerciales, operarios en la cadena de montaje de una fábrica, banqueros, conferenciantes, empresarios o formadores pero, ante todo, seamos buenas personas y reflejémoslo. Hemos afirmado que todo lo que está sujeto a unas reglas es susceptible de ser aprendido. Por muchas cremas que nos pongamos en la piel, si nos alimentamos mal, padecemos estrés, no hacemos deporte y llevamos una vida plagada de hábitos insanos, poco efecto producirán. No te engañes, no existen las “cremas de resultados milagrosos”. Te proponemos cuidar tu imagen y tu mensaje de dentro hacia fuera. Será gratificante, efectivo y te hará tremendamente feliz. Cuando la energía positiva de la felicidad bulle en nuestro interior, se escapa a borbotones y su luz se proyecta a través de la mirada, de la sonrisa… La emanan nuestros gestos de cariño y entrega hacia los demás. Por algo se dice que lo único que nos llevamos de este mundo es aquello que damos. Te propongo sustituir esos “parches fabulosos” por alcanzar tus metas, por mejorar tus hábitos, por el deseo vehemente de aprender y creer en ti mismo y en lo que dices. Las antiestéticas arrugas de tu imagen y tu mensaje desaparecerán para siempre y, al tratarse de un tratamiento regenerador -de dentro hacia afuera-, te sentirás mejor y lograrás todo lo que te propongas. Cuidemos nuestra imagen y nuestro mensaje. A fin de cuentas es eso lo que somos de cara a la galería y de ello dependerán, en gran medida, tanto nuestro éxito profesional como el personal.


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MENSAJE La sociedad en que vivimos, nos brinda innumerables oportunidades para hablar en público. ¿Las aprovechamos para practicar? Encontramos de una lógica aplastante la afirmación del profesor de natación de mi hija: “A nadar se aprende nadando”. Nadie tiene la menor duda de lo absurdo que resultaría ver a un individuo que, con el deseo de perfeccionar un estilo determinado de natación, invirtiese horas y horas en hacer punto de cruz para conseguir su objetivo. Estimados arqueros, a hablar también se aprende HABLANDO. Dado que este curso empieza justo en el momento en que termina, a partir de entonces quisiera lograr un compromiso: buscaréis y provocaréis esas maravillosas oportunidades. Porque intervenir en programas de radio o TV local, dar charlas en asociaciones, o formular una pregunta en los congresos a los que asistamos son fabulosos talleres para mejorar como oradores. ¡ Practiquemos ! En igualdad de condiciones y con la misma formación académica, el que se expresa mejor aventaja a los demás. Imaginemos a dos personas que aspiran al mismo puesto de trabajo. Ambos tienen idénticos CV’s pero, sin duda, aquella que se comunica con eficacia, a pesar de tener los mismos conocimientos y bagaje académico que la otra, producirá una mejor impresión y conseguirá el empleo. Si deseamos que nuestra exposición permanezca indeleble en la audiencia, que se convierta en voluntad de acción para llevar a cabo una idea, persuadir o convencer, deberemos ir más allá que utilizar lo tangible con eficacia, tanto en lo que respecta al fondo -contenido o estructura de nuestro mensaje-, como a la forma -modulación, entonación, velocidad, volumen, gestos o uso del espacio-, deberemos hacer posible que el mensaje fluya hacia sus corazones desde el nuestro, con honestidad. Presenciaremos entonces la magia, la transformación, seremos testigos de un espectáculo único. El auditorio, los asistentes a la reunión o nuestro interlocutor se convertirán en ostras que, abiertas, nos muestran la perla que albergan en su interior. Por supuesto debemos desnudar nuestra alma primero, para mostrarles la nuestra. Sólo resultando accesibles, humildes, próximos, sólo si nos sienten cerca, si detectan seguridad, aplomo, sentido común y autoestima; sólo si creemos en nuestro mensaje y en nosotros mismos conectaremos con nuestros interlocutores al hablar en público. La capacidad de expresar con claridad y entusiasmo las ideas nos conferirá un mayor atractivo y poder. Sentirnos seguros aumentará nuestra autoestima y así, creyendo en nosotros mismos y en lo que decimos, lograremos alcanzar cualquier reto. Es inevitable tener que utilizar la palabra hablada para expresar nuestros sentimientos, para obtener y ofrecer información, para pedir, para mostrar acuerdo, desacuerdo, afecto o rechazo. Es un hecho innegable que es imposible no comunicarse; incluso cuando permanecemos en silencio estamos transmitiendo algo. Percibimos la alegría, la preocupación, la ira, el rechazo o el


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amor sin necesidad de palabras, pero qué hermoso y gratificante es poder traducir nuestros sentimientos con la máxima fidelidad posible. ¿Cuántas veces hemos visto a alguien que se acerca a un mostrador para obtener información y se marcha de allí frustrado? ¿Cuántas veces nos hemos quedado con las ganas de formular una pregunta al conferenciante? Se acabó. La cuestión es que, ante esas situaciones, en nuestra mente está claro lo que queremos, visualizamos la idea con nitidez, pero al no ser capaces de traducir nuestros pensamientos a la palabra hablada, de estructurar correctamente nuestro mensaje, o de atrevernos a articular esa pregunta coherente que nos proporcionará la respuesta que buscamos, no conseguimos lo que queremos o no nos entienden. El uso eficiente de la palabra hablada es tan necesario que deberíamos hacer el ejercicio de exponer en público en las escuelas, desde bien temprana edad, como una asignatura más. Practicar el arte de la oratoria en las universidades. Porque todo lo que sabemos o sentimos, nuestros conocimientos y nuestras emociones carecen de valor si no sabemos expresarlos.


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VIGAS MAESTRAS:

• SENTIDO COMÚN • INNOVACIÓN: CREATIVIDAD

C. RESPONSABILIDAD: LA CULPA SIEMPRE ES DEL EMISOR Nos atrevemos a afirmar que el responsable último, cuando se producen carencias comunicativas, es el emisor. Rectificamos, a menudo, los conceptos erróneos y enquistados de empresarios, abogados, formadores, conferenciantes o políticos profesionales, cada vez que les escuchamos decir:

“No me has entendido”, dado que lo que deberían decir es: “Debo de haberme explicado mal”.

El ser humano es un experto en eludir responsabilidades. Resulta inverosímil la habilidad que hemos desarrollado para “lanzar balones fuera” en cuanto se nos presenta la más mínima ocasión. Empecemos asumiendo que, al igual que cuando un bailarín no rinde como se espera, “la culpa” -por llamarla de algún modo-, no es suya sino del coreógrafo. Cuando un futbolista no cumple las expectativas “la culpa” es del entrenador. Cuando un trabajador sustrae algo de la empresa en que trabaja “la culpa” es de quien cometió el error de contratarle. Asumir responsabilidades es afirmar con convicción:

“Lo siento, me he equivocado”. “No lo sé”. “Ha sido culpa mía”. Es la mejor manera de abrir nuestra mente, de enriquecernos, de crecer por dentro y mejorar día a día. ¡Qué hermoso es darse cuenta de que nos queda mucho por aprender! Nuestras imperfecciones y defectos nos engrandecen. Son la razón para seguir mejorando. Hemos escuchado:

“Fíjate, después de tantos años de convivencia me salió por ahí”. “Creía que éramos un matrimonio sólido, pero él me falló”.

¿Nos hemos preguntado si en realidad habíamos elegido a la persona idónea con la que compartir nuestros proyectos de futuro? Pero nos cuesta tanto responsabilizarnos de lo que nos sucede, que intentamos echarle la culpa a quien sea, con tal de no asumir el peso de las consecuencias. Podréis seguir haciendo lo que os plazca en vuestra vida privada, pero en el ámbito de la oratoria, cada vez que el mensaje no “llegue” al auditorio tal y como pretendíamos, cada vez que lo que digamos no haya sido sólo y todo lo que queríamos haber dicho, afirmamos que la culpa no es del receptor por

RESPONSABILIDAD: “ La culpa siempre es del emisor”


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haber comprendido mal, por tergiversar o no haber interpretado con acierto nuestro mensaje. Empecemos por asumir que: la culpa SIEMPRE es del emisor. Aprendamos a expresarnos con la precisión de un arquero, para dar en el centro del objetivo con cada flecha de nuestro mensaje. Y si errásemos el tiro, no pasa nada: nos servirá para aprender de nuestros errores y mejorar. Tenemos claro que el buen orador no nace, sino que se hace y a hablar se aprende hablando, como a nadar se aprende nadando. Sigamos este curso como el guión de un artista y ensayemos juntos. Apliquemos todos y cada uno de los conocimientos a medida que los vayamos adquiriendo. Cuando se abra el telón del Grandioso Circo de la Palabra Hablada, en ese gran escenario que es la vida cotidiana estaremos listos. Sorprendámonos de nuestra evolución, de nuestros progresos y, entonces, cuando estemos preparados (nunca lo estaremos lo suficiente), salgamos a escena. Disfrutemos de nuestras relaciones interpersonales, de nuestra comunicación con la familia, con los amigos, en el trabajo, de nuestro día D a la hora H que, para quien se inicie como conferenciante, puede tratarse de su debut en su primer congreso, en una charla para una asociación de vecinos. Puede tratarse del reto de dirigir unas palabras a los asistentes a la boda de su sobrino, un brindis en una cena de empresa, o formular una pregunta al ponente de un congreso. Cada escenario es un reto único y trascendental para todos y cada uno de los artistas en los que vamos a convertirnos. Lo interesante será avanzar, enriquecernos, crecer, adquirir las técnicas para “soltarnos”, para “adquirir tablas”, para disfrutar comunicando. Juntos veremos como el esfuerzo vale la pena. Es un placer inmenso e indecible sentir la libertad de hablar ante un público numeroso, en una reunión de negocios o, simplemente, tomando un café con unos amigos. Queremos que también en estas situaciones disfrutes conectando, que te recrees en la mirada del ser humano -ventana del alma-, en mirar y ser mirado, el regalo más hermoso que podamos hacer y recibir. Queremos que goces comunicándote mediante la palabra hablada, vehículo ideal e intangible para transmitir nuestras ideas y sentimientos. Que el mensaje vaya desde tu corazón al corazón de tus interlocutores. Sólo así les tocarás “la fibra”, harás que lo que les digas permanezca indeleble, informarás, persuadirás o les moverás a la acción. No olvides jamás que las técnicas de comunicación verbal y no verbal se pueden aprender, desarrollar y poner en práctica con eficacia por todo aquel que lo desee. Cualquier persona que se lo proponga y practique puede hablar en público conectando siempre. Te daremos poder para que te conviertas en un artista fabuloso, impecable, profesional, apasionado y honesto. Ya siempre habrá un antes y un después a este curso. Lo sentimos pero no habrá nada que lleves a cabo de forma inconsciente en tu comunicación a partir de ahora. Sufrirás la fase tres hasta que pasemos juntos a la fase 4ª: competencia inconsciente. Vamos a entrenarnos para convertirnos en contadores de historias profesionales pero, sobre todo, buenas personas.


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OBJETIVOS:

� Desenterrar tus habilidades ocultas, tu potencial comunicativo para utilizar la palabra hablada con eficacia.

� Persuade (emoción). � Argumenta (razón).

� Improvisa (un mal necesario).

� Convertirnos en artistas contadores de historias: impecables,

profesionales, apasionados y, sobre todo, honestos.

� “Llegar” a quienes nos escuchan = CONECTAR comunicando.

Definiciones de “oratoria”:

• “Ganarse la voluntad humana a través de la palabra”. Platón

• “Capacidad de elegir el método más adecuado para convencer al contrario”.

Aristóteles

• “El lenguaje debe de estar al servicio de la verdad”. Sócrates

• “El arte de convencer”. Manuales actuales


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Cuatro fases en el aprendizaje:

• Incompetencia inconsciente No sabemos que no sabemos. Estamos satisfechos así, sumidos en la ignorancia absoluta.

• Incompetencia consciente Tú, querido amigo, te encuentras en esta fase. Estás haciendo este curso porque has detectado lo que deseas aprender y tu sed de conocimientos, tu curiosidad, te empujan a seguir creciendo desde dentro, en una espiral ascendente e infinita.

• Competencia consciente Es el estadio del malabarista al que van lanzándole más y más mazas. Tiene que conseguir mantenerlas en el aire sin que ninguna se estrelle contra el suelo. Es el estadio en el que os encontraréis cuando el curso finalice, es decir, justo cuando empieza de verdad. Sabemos que sabemos. ¡¡¡Seremos auto-concientes todo el tiempo!!! Va a ser duro analizar a otros oradores y analizarnos constantemente, poner en práctica TODAS las habilidades y técnicas tanto de forma como de fondo del mensaje al tiempo que percibimos aciertos y errores, aprendiendo de estos últimos.

• Competencia inconsciente Ya no sabemos que sabemos. Llegará cuando personalicemos los conocimientos adquiridos, hayamos creado un banco de gestos acorde con nuestra personalidad, un léxico enriquecido, seamos dueños de nuestros silencios controlados, utilicemos la voz y de los gestos, a discreción, para enfatizar lo afirmado… En la fase cuatro todo fluye, nada resulta forzado. Somos lo mejor que nosotros mismos podemos ser. Damos lo mejor que somos capaces de dar. Nuestras manos vuelan con autonomía y sentimos que lo hemos conseguido: somos oradores profesionales libres que se invierten con pasión, concentrándose únicamente en su interlocutor/audiencia, en ser ellos mismos y en transmitir su mensaje lo mejor que son capaces.

Hasta alcanzar el grado de competencia inconsciente, tendremos que ensayar, modificar, trabajar y aprender técnicas, aprovechando cualquier ocasión que nos brinde ese Grandioso Circo de la Palabra Hablada que es la vida cotidiana siendo auto-concientes todo el tiempo.


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Puedes ser eficaz: 1. La clave de todo beneficio somos las personas. Eres tú. 2. La herramienta de la que nos vamos a servir para “llegar” es la

palabra hablada. 3. La imagen y la comunicación efectiva dependerán de:

conocimientos, habilidades y actitudes.

QUERER (actitudes)+SABER HACER (habilidades)+SABER (conocimientos)+ +PODER = LOGRO

Incompetenciainconsciente

Incompetenciaconsciente

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Competenciainconsciente

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Competenciaconsciente


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II. Comunicación verbal y no verbal

A. TU GALLINA

� Cuenta con el instrumento ideal

� Pierde dos miedos

� Pasa del miedo escénico al vértigo alucinante � Alégrate de que te analicen y evalúen: es el único camino para

mejorar

1. Instrumento ideal. CUIDA A TU GALLINA: ¡ QUIÉRETE !

� Aumenta tu autoestima: • Soy mi mejor amigo/a. • Muchas personas me estiman. • Equilibrio mental y emocional. • Aprende de los errores. • Responde a los halagos. • Cree en ti y acéptate. • Huye del perfeccionismo.

Para aquellos interesados en profundizar en el ámbito de la autoestima, les remitimos a un magnífico experto, el Profesor Bernabé Tierno, y les recomendamos la lectura de su libro “Aprendiz de sabio”.


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¡Quiéreles! AMA A TU INTERLOCUTOR / AUDIENCIA. Mejorará tu discurso

� Cree en ti y en tu mensaje.

� Lo que les vas a entregar es importante para ellos. � Irradia honestidad.

� Afirmaciones de los “expertos”.

� Tigres, leones y osos.

2. Miedos: a evaluar, a analizar, miedo escénico

• Estamos siendo evaluados y evaluando constantemente. ¿Por qué no

admitirlo como algo normal y beneficioso? • Auto-evaluación y auto-conciencia = nuestra obligación a partir de ahora. • Practiquemos la autoconciencia, la autocrítica y el análisis propio y ajeno.

MEJORAR REQUIERE VOLUNTAD, UN ESFUERZO CONSTANTE Y

PERSEVERANCIA


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Tenemos miedo a:

• Creer que pedimos cuando, • en realidad, tenemos que sentir • que damos. • A no tener conocimientos suficientes. • A aburrir al interlocutor/audiencia. • Por una baja autoestima. • A hacerlo mal. • Blackout.

Ahora:

� ¡ Nos sentimos implicados y juzgados ! � Un grado lógico de nerviosismo estimula y hace posible que demos lo

mejor de nosotros. � Es controlable. Hay que disfrutar del vértigo escénico.


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3. ¡Socorro! BLACKOUT Está bien, te has quedado en blanco y no recuerdas lo que sigue, de acuerdo pero que no cunda el pánico. ¿Puedes?...

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¡¡ BLACKOUT !!

• ¿Repetir lo último con otras palabras?

• ¿Poner un ejemplo?

• ¿Hacer un resumen?

• ¿Pregunta retórica?

• No seas un mal mago. JAMÁS digas:

“Me sa muerto la paloma”.

Nadie sabe tu papel, por lo tanto no se darán cuenta de que estás GANANDO TIEMPO en realidad. A pesar del blackout, para ellos, seguirás siendo un auténtico mago creíble de la palabra hablada. No lo olvides, no digas, bajo ningún concepto:

“Me sa muerto la paloma”.


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Comunicación no verbal: FORMA

• Voz: volumen, timbre, velocidad, registro, pronunciación, dicción, estructurar, el silencio controlado.

Mirada: no es de faro. Actitud: STBY. Gestos: enfatizan lo afirmado

• Evita el fenómeno de los globos de helio mediante los recursos verbales y no verbales.


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Aprende a escuchar antes que a hablar.

La escucha empática: un paso más allá en la escucha activa.

“El ser humano tiene dos orejas y una sola lengua para poder escuchar el doble de lo que habla”.

Epicteto Pasamos mucho más tiempo pendientes de lo que tenemos que decir que de lo

que nos están contando. Escuchar a nuestro interlocutor NO se produce de

forma automática. Requiere una inversión personal y un esfuerzo superior al

que se hace cuando hablamos, y también se adquiere. No consiste en limitarnos

a entender, sino comprender, dar sentido, interpretar el mensaje y ofrecer una

respuesta al emisor (verbal o no verbal), mediante lo que llamamos feedback o

retroalimentación. La escucha empática significa escuchar y entender la

comunicación desde el punto de vista del emisor. No me pongo en su

lugar: SOY ÉL MISMO. La escucha, para ser efectiva, deberá ir acompañada

de un buen uso de la empatía. Esto es desarrollar la habilidad de interiorizar no

tan sólo lo que nuestro interlocutor está expresando con mayor o menor

efectividad, sino de tener en cuenta su edad, género, orientación sexual, nivel

de estudios, situación económica, sentimientos, necesidades, nivel cultural y

social, creencias, conocimiento y experiencia, para comprender su punto de

vista. Es su propia vida la que le ha ido configurando hasta llegar a ser como es,

a pensar como piensa. Lo cual ha provocado que diga lo que está diciendo y, lo

más importante, cómo lo está diciendo.


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1.1 EL SILENCIO CONTROLADO …olvidado, menospreciado, ignorado silencio. Tan útil y necesario. Un buen silencio controlado sirve para muchas cosas:

1. Sustituye esas muletillas que se nos escapan cuando no sabemos qué decir: “bien”, “pueees”, “bueno”, “¿no?” “¿vale?” y sobre todo el recurrente “eeeh…” Las decimos sólo para rellenar tiempo, mientras pensamos en lo que vamos a decir. No sirven más que para emborronar nuestro mensaje y distraer la atención del que escucha. ¡¡¡ Callemos !!!. El silencio nos proporcionará una paz inestimable, muy valiosa y tiempo para pensar.

2. Da brillantez a la partitura de nuestro discurso. Imaginemos a una filarmónica interpretando una pieza en la que no hubiera un solo silencio: ruido. No sólo son la música, el sonido, o las palabras los que encierran belleza. Los silencios, bien interpretados, dan sentido a todo; son la armonía del mensaje que emitimos.

3. Marca los puntos y seguido que configuran el dinamismo de nuestra conferencia, ya que delimita frases haciéndolas cortas y atractivas.

4. Si lo colocamos después, da brillo a lo que hemos dicho. 5. Antes, despierta el interés por lo que vamos a decir. 6. Nos permite reflexionar. Esto hará posible dos cosas:

• Que seamos eficaces a la hora de cribar una de esas diez ideas que pugnan en nuestro cerebro por convertirse en frase.

• Que no nos anticipemos. Hablaremos lo justo de aquello que sabemos y conocemos, siempre desde nuestro marco de suficiencia. A veces vale más callar que decir algo de lo que pronto nos arrepintamos.

Recuérdalo siempre: no anticipes la palabra al pensamiento.

El silencio nos permite disfrutar, recrearnos en la mirada del ser humano. Correr

y anticiparse, en oratoria, es errar. Regocijémonos en nuestra paz y equilibrio

interior aprovechándonos de nuestros silencios provocados, conscientes,

manidos, premeditados, acogedores, conocidos, palpados, controlados, mil veces

recurrentes. Hagamos de ellos nuestros mejores aliados. Nos proporcionarán el

respiro que necesitamos justo cuando los provoquemos. Los silencios son ese

genio de la lámpara que nos salva cuando lo evocamos. Frotémosla más a

menudo. Pronto nos haremos inseparables.


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1.2. MODULACIÓN DE LA VOZ

Volumen

”Se pueden capitalizar los errores y hasta transformar y optimizar la mala suerte y la desgracia, pero con una condición: que nosotros aportemos una inquebrantable esperanza y una tenaz e inteligente actitud mental positiva”.

Dicción Lee el texto con un susurro perfectamente inteligible.

“Las personas están comunicándose siempre. No es posible renunciar a comunicarse, e incluso aquél que no dice ni una palabra está diciendo algo: por ejemplo que se está relajando y quiere que lo dejen en paz. En un ascensor, todo el mundo mira al techo o al suelo. Nadie dice nada pero todos están manifestando algo”.

Velocidad

� Rápida denota inseguridad, nerviosismo e inquietud � Reduce la velocidad al principio y al final de lo que afirmes. Le darás brillo

Canta el estribillo de una canción variando la velocidad: primero lenta y luego rápida.


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Registro Reproduce un par de frases adoptando un registro distinto para cada uno de los personajes que elijas. Enfatizar

1. SI 2. NO 3. POR QUÉ 4. VALE 5. BUENO 6. MAL 7. BIEN 8. VERDAD 9. ¿Te quedarás mucho tiempo aquí? 10. ¡Estupendo, Manolo, la forma en que lo has resuelto!

Modular/vocalizar Lee el texto exagerando, casi desencajando la mandíbula:

-¡Quiero más vino! -Pues ya te he dicho que no queda. -¡Que quiero más vino!

-Pues ¿sabes qué? Sales por esa puerta y te lo compras tú.

Estructurar Un orador es un explorador que se abre camino, machete en mano, en medio de la más frondosa selva. Si no sabemos a dónde nos lleva, nos cansaremos y dejaremos de seguirle. Estructurar nuestro mensaje será el GPS de la audiencia.

• Describe una situación, un proceso u ofrece datos. • Explica un motivo causa/efecto. • Da razones convincentes para que alguien compre un producto o servicio

enumerando las ventajas o características del mismo. • ¡ Estructura tu discurso !


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1.3 CONTACTO VISUAL

• Comprueba CONSTANTEMENTE que sigues conectando • Establece contacto visual ANTES de empezar a hablar • No mires JAMÁS al vacío. Reflejarás inseguridad o desinterés Aprendamos a disfrutar de la mirada del otro: el paisaje más hermoso. Funciones de la mirada:

• Es nuestro embudo para captar la retroalimentación (feedback) de la audiencia/interlocutor durante nuestra exposición. El GPS que nos indica si vamos bien o tenemos que modificar algo.

• Mirada puente. Es la única ventana, la grieta que nos permite

colarnos en el paraíso de sus almas.

� Mirada esponja.

� Mirada lanzadera.

• Mirada muro de hormigón. Quien no te mira no te escucha.

¡Cuánto tenemos que aprender de los camareros!


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Reflexiona y exterioriza siempre, a través de tu mirada, las siguientes emociones:

• Eres lo único importante para mí ahora mismo, en este preciso instante de mi vida.

• Te atiendo con todos mis sentidos, con todo mi ser. • Lo que te estoy contando es bueno para ti. Te lo entrego porque te

quiero. • Tú estás dando sentido a mi vida.


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1.4 LA POSTURA

• Lograr transmitir una actitud segura, natural, espontánea en un gesto.

POSICIÓN STBY Es posible estar aquí, allí, en cualquier parte simultáneamente, reflejando una imagen de excelente disposición. Al principio puedes sentirte un tanto “ortopédico” cuando pruebes por primera vez esta posición, pero la casuística, a través de los cursos impartidos, nos ha demostrado que la imagen que proyectamos suele quedar bien desde la primera vez que se practica. También es un hecho cierto que, al igual que los participantes en estos cursos decidís modificar ciertas manos –que veremos cuando trabajemos los gestos-, personalizarlas o desecharlas, el STBY suele ser “adoptado” de inmediato como propio. Parece como si lo llevásemos “de serie”, que hubiera formado parte de nosotros desde siempre. Practícalo y ya no lo soltarás.

• Piernas semi-flexionados sin que descienda el nivel de la cabeza. • Brazos semi-flexionados a la altura de la cintura (ángulo de más de 90º). • Mentón ligeramente inclinado.

En el STBY de mesa, pondremos atención en no apoyar los codos; sería condenarnos al inmovilismo y las manos nublarían el mensaje (distrayendo al oyente) en lugar de enfatizarlo. Hay que apoyar los antebrazos en el borde de la mesa.


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1.5. GESTOS PARA ENFATIZAR, NO PARA DISTRAER

• Cinética: más del 80% de la información la transmitimos a través de los gestos.

• Que no nublen tu mensaje. • Son elementos poderosos para:

• Enfatizar lo afirmado. • Atraer la atención del que escucha.

• En caso de que el gesto y la palabra se contradigan SIEMPRE nos quedamos con el gesto: sólo las palabras pueden mentir.

MANOS Al principio trata de mantener los dedos pegados entre sí; con ello conseguirás aparentar un mayor dominio hasta que los gestos vayan resultando más naturales.

• Yo (implicación)

• La verdad

• Enfatizar cerrando puño/puños

• Separación

• Enfatizar abriendo mano/manos

• Tajante

Cordeles de seda:

� Palabras visuales para que vuelvan a conectar. � Atraer la atención ilustrando lo afirmado con una anécdota o ejemplo. � Utilizar subidas o bajadas de volumen. � Un silencio controlado. � Citas de personajes relevantes. � Una pregunta retórica. � Mostrar un gráfico, un objeto…


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Buenas tardes.

Estoy aquí porque me quiero;

porque os quiero; porque deseo

ser capaz de hablar con eficacia (pausa) siempre.

Si algo me importa (pausa), lo alcanzaré.

Si quiero ser bueno, seré bueno.

Sé que soy capaz.

Sé que puedo persuadiros

con la fuerza de mi palabra.

Sé que creo en mí (pausa), y en lo que digo.

Y tengo la certeza absoluta de que mi mensaje

volará desde mi corazón hasta los vuestros,

con confianza; cargado de emociones indelebles,

que jamás olvidaréis. ¡ Muchas gracias !


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2. COMUNICACIÓN VERBAL. TUS FLECHAS: FONDO

“Una buena oratoria NO MEJORARÁ el contenido de tu discurso”. 1. Estilo:

• Directo y claro: sin rodeos. • Habla sencillo, piensa complejo. • Ductilidad. Sé agua: adáptate a la audiencia CONSTANTEMENTE. • Humilde. La auténtica humildad procede de la persona segura, realista,

que conoce sus inmensas limitaciones, que está en búsqueda permanente.

• Claro, preciso, coherente, concreto, comprensible. • Amplía tu vocabulario. • Relaciona tus argumentos con experiencias, ejemplos, anécdotas… Es

lo único que, por mucho tiempo que pase, nunca olvidarán.

JAMÁS PIERDAS TU OBJETIVO 2.1 El mensaje. El discurso y el guión

Nunca la palabra antes que el pensamiento. Modera la velocidad. Que lo que digas sea:

CREÍBLE (cree en ti y en lo que dices). VÁLIDO (que les sirva).

FIABLE (enmarcas lo que afirmas en hechos incuestionables). Es la forma infalible de evitar controversias. Muestra claridad y convicción, lo que afirmas no es una opinión gratuita sino un hecho cierto.

Sobre todo, habla desde tu corazón al corazón de la audiencia. UN BUEN ARQUERO:

Cree en él y en su mensaje. Conoce y domina la materia de la que habla a la perfección. Tiene la certeza de que, entre la audiencia, siempre habrá alguien que sepa más que él de lo que está hablando. Ha considerado posibles argumentos en contra. Sabe dónde quiere llegar al final de su discurso. No pierde jamás su objetivo. Estructura su discurso. Sabe convencer y se muestra seguro. Dispone de práctica y ha desarrollado las técnicas. Sabe motivar y puede hacer uso del humor para conectar.


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NOS HACE MÁS FUERTES:

• Formular las frases utilizando la primera persona del plural.

• Meternos en el saco de ciertas afirmaciones, ayuda a hacer uso de la empatía con la audiencia. Ej.: A menudo se equivocan / Todos nos equivocamos. Mejor aún, dejarlo en una pregunta abierta: ¿Acaso no nos equivocamos todos?

¿Cuál es el mensaje?

• ¿Lo que preparaste? • ¿Lo que dijiste en el auditorio? • ¿Lo que llegó al público?

Para que la respuesta a estas tres cuestiones sea la misma, hay que seguir unas pautas y revisarnos constantemente mientras hablamos. Se acabó salir a hablar sin tener bien claro –al menos-, cómo vamos a empezar y cómo terminaremos (empezar y terminar bien suponen el 50% del éxito de nuestra exposición). Se acabó concluir y desconocer cuánto tiempo ha durado nuestra intervención. No más incertidumbre a cerca de si hemos dicho todo lo que queríamos decir o se nos ha quedado algo en el tintero. O lamentarnos porque no nos prestaban la debida atención (ya que depende del orador). En esto sí tienes el control.

Be

…be water ,my friend

Be Be


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ANTES DE LA EXPOSICIÓN

• Conoce a tu audiencia. Sería incomprensible que no adaptases el mensaje que vas a entregar a los destinatarios del mismo. Hacer de tu discurso un “traje a medida” te ahorrará el fracaso.

• Versatilidad y ductilidad. Ponerte en su lugar cuando preparas el

contenido de tu exposición, escuchar los ensayos a través de los oídos de tu audiencia son factores clave que te harán “llegar”. Somos egocéntricos por naturaleza, así que ten muy en cuenta que lo que digas tiene que ser importante para quien te escucha. Si sienten que “no va con ellos”, por interesante que sea el contenido, no te prestarán la más mínima atención.

• Prepara, prepara y cuando ya no puedas más: ¡¡ prepara !! • Sandwich: Jamón – pan - jamón

DURANTE LA EXPOSICIÓN: TRIANGULAR

• Tú: ¿Qué quieres? ¿Lo estás logrando? ¿Tienes que modificar algo?

• Tu mensaje: ¿Es TODO y SÓLO lo que pretendes? ¿Te explicas bien? ¿Te sigues adaptando?

• Ellos: ¿Siguen ahí o ya han desconectado?

ESTRUCTURA DE LA EXPOSICIÓN

• Introducción Llama su atención. • Desarrollo ¿Cómo te sientes? ¿Qué pretendes? ¿Lo estás consiguiendo? • Conclusión (lograr que se vayan a sus casas saboreando el mensaje). • Explotación (lo que quiero que no olviden jamás). Puedes resumir todo

en dos palabras o en una sola frase, recuperar un ejemplo con el que iniciaste tu discurso o volver a atraer poderosamente su atención, incluso con una pequeña anécdota disparatada.


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CONFECCIÓN DEL DISCURSO Y EL GUIÓN

1. Decidir los puntos, clave y verificables, que contiene. 2. Ponderarlos: extensión. 3. Confeccionar el diagrama de flujo. 4. Tiempo disponible. 5. Validación: ajustes pertinentes. 6. Guión. 7. Mapa mental. 8. Entrenamiento.

• Ser un comunicador es ser un “facilitador” al que las personas puedan

entender sin esfuerzo. Huye de la demagogia.

YA Eres un artista contador de historias apasionado y, cuando hablas, lo

haces como si te fuese la vida en ello.

Conoces tu papel y el del reparto. Consideras argumentos en contra.

Si te quedas en blanco (blackout) NADIE LO SABRÁ porque el experto

eres tú y nadie más. Por eso tu “as” en la manga -nadie sabe que eres un actor-, es que nadie

conoce tu papel, por tanto, aunque ocurra, jamás dirás “Me sa muerto la paloma”. Pasarás al siguiente truco y, como un buen mago, harás aparecer el pañuelo rojo.


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La visualización es una técnica utilizada, entre otros profesionales, por los deportistas de elite en sus entrenamientos. Cuando les vemos ejecutar un salto perfecto es por dos razones, la primera es que están entrenados físicamente y la segunda: ha habido cientos de saltos anteriores. No es la misma cosa ya que no hablamos de saltos materiales, sino que se pasaron la película de su propio salto en la mente un centenar de veces. Nuestro cerebro no distingue entre realidad y ficción. Tanto si se trata de algo malo, como una pesadilla (nos despertamos sobresaltados, convencidos de que las imágenes de nuestro sueño son reales), como de algo positivo. Nuestra poderosa mente creerá que los objetivos que pretendemos conseguir ya han sido logrados y trabajará en pos de esa dirección. Cuando nos demos cuenta, habremos alcanzado nuestros sueños. No se trata de magia, sino de abrirnos a las oportunidades.

¡ Visualiza !

“En casi cualquier tema, su pasión por el mismo le salvará. Si le importa lo suficiente un objetivo, con toda certeza lo alcanzará. Si quiere ser bueno, será bueno. Si desea ser rico, será rico. Si desea ser culto, será culto. Ahora bien, tiene que desear de verdad esas cosas y desearlas con exclusividad, no desear otras cien cosas incompatibles con igual intensidad”.

WILLIAM JAMES

Profesor de Psicología de Harvard


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III. La fuerza de tu palabra

No es lo mismo:

• Convencer • Persuadir

A. CONVENCER: Apelar a la razón. Argumento racional = Demostración: establecer una conclusión a través de un proceso inferencial que provoca la adhesión de todo ser racional. Inconveniente: que no “suene la flauta”. Esto es que lo que tengas que defender no sea algo en lo que crees, sino todo lo contrario. Recordad a los chicos que participan en la Liga Nacional de Debate Universitario. Son admirables en el “a favor y en contra”, pero es alucinante cuando les toca a suertes defender a capa y espada esa cara de la moneda con la que no están en absoluto de acuerdo. Y no sólo lo consiguen sino que, contra toda lógica, el equipo ganador puede ser el que llevaba las peores cartas en lo que a la postura se refiere. Ponen tanta pasión en ese tópico que, aunque no vaya para nada con ellos, finalmente son los que se llevan el gato al agua.

B. PERSUADIR: Va mucho más allá de lo verbal. Hablamos de:

EMOCIONES

¡ PERSUADE ! Eres honesto y humilde (ni ególatra ni arrogante). Crees en ti y en tu mensaje. Buen uso de la empatía. Estructura tu argumento con un formato lógico (apelar a la razón) ej.: si hacen x, entonces y. Demuestra que se benefician con ello. Básate en hechos incuestionables Anécdotas y ejemplos que refuercen. Atrae constantemente su atención (huye del “monotono”) + estímulos auditivos, visuales o ambos.


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HASTA AQUÍ, RECUERDA:

• Cualquiera puede aprender. El buen orador no nace, SE HACE. • No eres superior ni inferior a nadie. • A hablar se aprende hablando. • No existimos. Somos lo que la gente ve: imagen y mensaje. • Se honesto, creíble, educado, profesional y, sobre todo, BUENA PERSONA. • Trabaja para convertirte en un arquero, en un artista fabuloso, en un

contador de historias honesto, impecable, profesional y apasionado. • Hablar no es sinónimo de comunicar y mucho menos de conectar. • Ensaya, modifica, revisa, trabaja por y para tu audiencia y aprovecha

cualquier ocasión que te brinde el Grandioso Circo de la Palabra Hablada. • Acepta con alegría la evaluación y el análisis propio y ajeno. Es un valioso

regalo que nos ayuda a aprender de los errores y mejorar. • Autoconciencia y autocrítica constante. • El auditorio no es una masa amorfa sino personas únicas que tienen

mucho que aportarnos. Seguro que entre ellos hay alguien que sabe más que tú de aquello de lo que hablas.

• Se producía miedo escénico porque nos sentíamos juzgados. Ahora nos encanta esa sensación. Nos ayuda a entregarnos, implicarnos y mejorar.

• Un grado lógico de nerviosismo estimula y nos predispone a dar lo mejor de nosotros mismos. Si somos piedras, nuestro interlocutor/audiencia también lo será.

• No creemos en fórmulas mágicas que hablan de melones y personas que nos deben algo. Todo lo contrario, somos nosotros los que estamos dando sin descansar. No olvides que lo único que nos llevaremos de este mundo será aquello que demos. Aunque estemos frente a tigres, leones y osos.

• La culpa SIEMPRE es del emisor. Sé responsable de tu comunicación. • Usa el sentido del humor. Aprende a reírte de ti mismo. Además de su

indiscutible eficacia como conector, te hará más humano. • Somos maravillosamente imperfectos, por eso no dejamos de crecer. • No restes importancia a lo que haces por haberlo asumido con

naturalidad. Tienes mucho que aportar. • Para poder dar hay que tener: quiérete y ama a tu audiencia / interlocutor • Ensaya, ensaya y cuando estés agotado: ensaya. • No hables de tu boca a su oído sino de tu corazón a los suyos: gánate a la

audiencia. • Sabemos recrearnos en la belleza de los silencios controlados. • Reconocernos imperfectos y accesibles es el verdadero reto para seguir

creciendo, evolucionando, mejorando, aprendiendo... • No tenemos ningún interés en parecer honestos, pulcros, creíbles,

educados, amables, higiénicos o profesionales sino que todo esto bulle en nuestro interior y se proyecta. Somos buenas personas y nos limitamos a reflejarlo.


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AQUEL QUE QUIERA HABLAR BIEN TIENE QUE SABER ESCUCHAR

“El ser humano tiene dos orejas y una sola lengua para que pueda escuchar el doble de lo que habla”.

Epicteto (55 al 135 ac.)

Sé dúctil como el agua:

• Adáptate al auditorio. • Sé humilde. La auténtica humildad procede de la persona segura,

realista, que conoce sus inmensas limitaciones, que está en búsqueda permanente.

“Nunca intentó deslumbrar a la gente con sus conocimientos excluyentes. Se limitó a iluminarla con su comprensión que a todos incluía”.

Hablando de Confucio

“Las cosas escritas no son para decirlas, su forma es literaria; son rígidas, inflexibles y no se prestan a una expresión oral eficaz. Cuando su propósito es meramente entretener, no instruir, hay que agilizarlas, dividirlas, coloquializarlas, y darles la forma habitual de una charla no premeditada; de lo contrario aburrirán al público en lugar de entretenerlo”. Mark Twain

Conoces el tema. No necesitas ningún guión. Cada vez que lo mires te estarás perdiendo la retroalimentación de tu audiencia y, al perder sus ojos, también les perderás a ellos.

“Lo que tengo que decir es, en mi opinión, demasiado importante para anotarlo en un papel. Prefiero escribir en la mente de quienes me escuchan, en sus emociones, con cada partícula de mi ser. Un trozo de papel no puede interponerse entre yo y aquellos a quienes quiero llegar”. Charles F. Kettering


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“Hoy, antes del alba, miré los cielos apretados de luminarias y dije a mi espíritu: cuando conozcamos todos esos mundos, el placer y la sabiduría de todas las cosas que contienen ¿estaremos tranquilos y satisfechos? Y mi espíritu dijo: no, ganaremos esas alturas sólo para seguir adelante”.

WALT WHITMAN

El límite está en el infinito

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