Hemorragias digestivo

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HEMORRAGIAS DEL TUBO DIGESTIVO. HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA Definición Es la pérdida de sangre causada por diversas enfermedades que afectan al tubo digestivo desde la orofaringe al ligamento de Treitz. Por su volumen de pérdida puede ser: Hemorragia digestiva leve (anemia crónica), Hemorragia digestiva moderada, Hemorragia digestiva masiva (pérdida de más del 30-40% del volumen sanguíneo). Puede presentarse como: Hematemesis: Vómitos de sangre fresca no digerida por la secreción gástrica, por Hemorragia entre Orofaringe y Treitz y puede acompañarse de Melena. El carácter de la hemorragia depende: - Del sitio de la hemorragia, - De la rapidez de la hemorragia, - De la velocidad del vaciamiento gástrico, - Puede ser: Macroscópica y microscópica. Melena: Expulsión de heces negras –sólo se necesitan 50-150 ml de sangrado para producirla–. Color alquitranado de la hemorragia del tubo gastrointestinal se debe a la producción de Hematina ácida por la acción del ácido clorhídrico sobre la hemoglobina o la producción del sulfuro a partir del HEM. Por acción del sulfuro de hidrógeno sobre el fierro de la Hb. La melena sin hematemesis generalmente indica lesión distal del píloro. 1. ETIOLOGÍA A. Úlcera Péptica 50-75 % de casos.

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HEMORRAGIAS DEL TUBO DIGESTIVO.

HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA

Definición

Es la pérdida de sangre causada por diversas enfermedades que afectan al tubo digestivo desde la orofaringe al ligamento de Treitz. Por su volumen de pérdida puede ser:

• Hemorragia digestiva leve (anemia crónica),

• Hemorragia digestiva moderada,

• Hemorragia digestiva masiva (pérdida de más del 30-40% del volumen sanguíneo).

Puede presentarse como:

Hematemesis: Vómitos de sangre fresca no digerida por la secreción gástrica, por Hemorragia entre Orofaringe y Treitz y puede acompañarse de Melena.

El carácter de la hemorragia depende:

- Del sitio de la hemorragia,

- De la rapidez de la hemorragia,

- De la velocidad del vaciamiento gástrico,

- Puede ser: Macroscópica y microscópica.

Melena: Expulsión de heces negras –sólo se necesitan 50-150 ml de sangrado para producirla–. Color alquitranado de la hemorragia del tubo gastrointestinal se debe a la producción de Hematina ácida por la acción del ácido clorhídrico sobre la hemoglobina o la producción del sulfuro a partir del HEM. Por acción del sulfuro de hidrógeno sobre el fierro de la Hb.

La melena sin hematemesis generalmente indica lesión distal del píloro.

1. ETIOLOGÍA

A. Úlcera Péptica

50-75 % de casos.

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La hemorragia por úlcera duodenal es 4 veces más frecuente que la úlcera gástrica, pero ambas tienen la misma tendencia a la hemorragia.

La Hemorragia Masiva tiene una frecuencia del 10-15% y generalmente es producida por horadación por el proceso inflamatorio de la arteria regional.

* Localización:

a) Bulbo duodenal.

b) Curvatura menor.

c) Zona prepilórica.

De ellas, la curvatura menor hace las hemorragias masivas más frecuentes, pero la duodenal, en general, es la más frecuente.

La relación entre la localización de la úlcera y la gravedad de la hemorragia se debe a la lesión de las arterias principales, de la curvatura menor, la coronaria estomáquica, la pilórica y la gastroduodenal.

* Mecanismo:

a) Fibrosis agudas con vasodilatación intensa de la lesión por el avance en la destrucción ulcerosa. Habrá sangrado difuso.

b) Úlcera Angioterebrante: con lesión de arteria. Esta lesión es más importante y tienen consecuencias más graves. Además se produce la hemostasia espontánea que depende de la formación de un coágulo obstructor en el lecho vascular. Esto se favorece por la hipotensión, aumenta la coagulabilidad sanguínea posthemorragia y hay disminución de la luz arterial por retracción de la capa fibro-muscular y enrollamiento de la capa endotelial.

B. Lesiones agudas de la mucosa/gastritis

Estas lesiones pueden ser:

Solitarias o múltiples (las más frecuentes). Comprometer toda la mucosa (necrosis hemorrágica). No llegan hasta la parte muscular de la mucosa; entonces no son úlceras verdaderas.Localización más frecuente: cuerpo, fondo y curvatura mayor a diferencia de las úlceras benignas, que se localizan en el antro y curvatura menor.

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Las úlceras de estrés:

Están dentro de este rubro y son lesiones gastroduodenales agudas, por choque, septicemia postquirúrgica, traumáticas o quemaduras. En este caso no aumenta el ácido clorhídrico o secreción gástrica sino que disminuye el flujo sanguíneo esplácnico; entonces se produce un daño isquémico de la mucosa gástrica superficial. Además, en sepsis hay anomalías de coagulación, o por administración de:

Corticoterapia prolongada. Antiinflamatorios no esteroideos.

Alcohol: secretagogo gástrico.

C. Várices Esofágicas

Es la causa más común de hemorragias en pacientes con cirrosis u obstrucción extrahepática de la vena Porta (Trombosis de la vena Porta).

Características: Brusca y masiva. Es poco frecuente la pérdida de sangre crónica.

Puede ser también por: hepatitis aguda o infiltración de grasa hepática.

Los factores que condicionan el sangrado son: aumento de la presión dentro de la várice y las úlceras postesofagitis.

D. Hernia Hiatal

Puede acompañar hemorragias ocultas. Rara vez hemorragia masiva. Se produce por esofagitis péptica por reflujo.

E. Neoplasias

No son causas regulares; la hemorragia que se asocia al cáncer gástrico es ocasionada por erosión de los vasos subyacentes por el tumor. Suele ser; leve moderada.

Es masiva cuando erosiona un vaso grande y puede ser el síntoma principal

F. Desgarro de la Mucosa Esofágica

Síndrome de Mallory-Weiss

Laceración de mucosa se produce en la zona de unión esofagástrica; entonces habrá arcadas y vómitos no hemáticos. Seguidos de hematemesis.

G. Lesiones Vasculares

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Síndrome de Rendu-Osler-Weber,

Angiomas, telangiectasias hemorrágicas

H. Aneurismas Aórticos Arterioescleróticos

I Discrasias Sanguíneas Primarias

Vasculitis y trastornos del tejido conectivo.

J. Uremia

Asociada a hemorragia oculta crónica por afectación difusa crónica de la mucosa del estómago e intestino delgado.

2. CUADRO CLÍNICO

En muchos casos pueden encontrarse antecedentes de sufrimiento digestivo crónico o diagnóstico casual previo.

En más o menos el 40% de los casos se observan signos que preceden por días al episodio hemorrágico; el 60% de pacientes sufren hemorragias sin síntomas, prodrómicos. En otro grupo no existen antecedentes digestivos crónicos o previos a la hemorragia, ésta es la primera manifestación de la enfermedad.

Los signos clínicos de exteriorización de la hemorragia son:

Hematemesis y melena

Pero existe un tiempo intermedio entre la hemorragia endo-visceral y su exteriorización según la gravedad, pudiendo ser silenciosa o presentarse como una hipovolemia aguda.

La ingesta reciente de alcohol en grandes cantidades o el uso de antiinflamatorios hace la sospecha de gastritis erosiva. Si la ingesta de alcohol es crónica, la causa más probable serán várices esofágicas.

La ingesta de aspirina nos da gastroduodenitis, úlcera péptica y hemorragia.

Una historia previa de hemorragia digestiva con historia familiar da sospecha de enfermedad intestinal o diátesis hemorrágicas.

La presencia de arcadas previas seguidas de hematemesis: síndrome de Mallory-Weiss.

Si existe dolor asociado localizado o difuso:

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Úlcera aguda o crónica de reflujo.

Tipo cólico: Diverticulitis, infecciones.

Sangrado indoloro: lo más frecuente asociado a várices, enfermedad ulcerosa, angiodisplasia.

Dolor de inicio repentino, agudo, desproporcionado con relación a la palpación abdominal:

Descartar perforacion visceral

Dolor en cuadrante superior derecho con hemorragia: Descartar úlceras y pensar en postraumatismo que ocasiona desgarro hepático.

Síntomas sistémicos:

Fiebre. Escalofríos que pueden asociarse a causa inflamatoria infecciosa. Disminución de peso. Neoplasia.

Examen Físico

Componente anémico y de vasoconstricción reaccional, Palidez de piel y mucosas.Palidez con tinte amarillento: Hemólisis e impregnación bilirrubínica tisular. Déficit de perfusión cutánea: Frialdad distal. Retardo en el enrojecimiento del lecho ungueal. Hiperactividad simpática: Sudoración fría.

Trastornos circulatorios: Hipoperfusión encefálica: mareos, apnea, vértigo, visión borrosa, zumbido de oídos.

4. Magnitud de la Hemorragia

(El volumen sanguíneo total de un hombre promedio constituye aproximadamente el 8% de su peso corporal total).

CLASE I:

Menos del 15% del volumen perdido: exploración normal.

CLASE II:

Pérdida sanguínea del 20- 25%. Pulso más de 100/ minuto.

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Frecuencia respiratoria más de 25/m. Presión del pulso disminuida.

Paciente sediento y ansioso.

CLASE III:

Pérdida sanguínea del 30-35%. Pulso más de 120/m frecuencia respiratoria más de 30/minuto.

Presión Sistólica disminuida, oliguria y confusión, mental.

CLASE IV:

Pérdida sanguínea del 40-50%. Pulso más de 140/minuto.

P.A.: Sistólica menos de 50 mmHg.

F.R.: más de 35/m.

Anuria, gran confusión mental, letargia y coma.

3. TRATAMIENTO DE LA HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA

Es una emergencia Médico-Quirúrgica, de gran importancia y frecuencia, cuya morbilidad y mortalidad están influenciadas por un manejo oportuno, coherente, en el que necesariamente concurren varios especialistas, en lo posible organizados en equipo.

Es evidente que el manejo en equipo y la identificación de los pacientes de alto riesgo se convierten en las armas más importantes en el manejo actual de esta patología.

FASE I: REANIMACIÓN

Esta fase consta de:

1.- Realización de la historia clínica escueta y completa.

2.- Medidas específicas de reanimación.

3.- Solicitud de exámenes auxiliares.

Estos actos se realizan simultáneamente y tienen como objetivos:

Estabilizar hemodinámicamente al paciente y definir los criterios pronósticos de riesgo iniciales.

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* El diagnóstico clínico se hace por la presencia de: Hematemesis.

- Los procedimientos muy simples son de gran utilidad diagnóstica:

- La instalación precoz de una sonda nasogástrica (SNG).

- Tacto rectal durante el curso del examen físico.

* Las medidas específicas de reanimación incluyen:

- Mantener una vía aérea permanente protegiéndola de la aspiración, vómito o sangre mediante el lavado gástrico.

* La intubación endo traqueal puede realizarse en el enfermo con sangrado profuso y hematemesis repetida de gran volumen, en pacientes con shock severo y alteración del sensorio y en aquellos que están con agitación psicomotriz y hematemesis.

El acceso a la circulación mediante una vía periférica adecuada y/o una vía central. Esta última es necesaria en pacientes ancianos con enfermedades cardiorrespiratorias y en enfermos que ingresan en shock hipovolémico establecido, pues no sólo permitirá la reposición del volumen sanguíneo perdido sino también la monitorización de la presión venosa central (PVC), esta vía central permitirá la administración racional de líquidos y el diagnóstico precoz de resangrado intrahospitalario, ya que en el curso de un episodio de resangrado la PVC baja 4 cm de agua o a cero en el curso de menos de 4 horas. - La administración de oxígeno deberá ser de uso rutinario en ancianos y pacientes hemodinámicamente inestables con niveles de Hb menores de 10 gr % y en aquéllos con enfermedad isquémica cardiaca conocida.

Además de lo mencionado se debe:

Colocar S.N.G. para verificar presencia o no de sangre y lavado previo a la endoscopía de urgencia.

Sonda uretrovesical para monitorizar el volumen urinario, el cual debería mantenerse en cifras mayores de 0.5 ml. Kg./h. Monitorizar funciones vitales.

* Los exámenes auxiliares tienen como objetivo verificar la impresión general de sangrado significativo, monitorizar las complicaciones potenciales e identificar las enfermedades concurrentes. Se debe solicitar: Hb, Mcto., Hgrm. Grupo sanguíneo y Rh, plaquetas, electrolitos, bioquímica hepática, gases arteriales y ECG, en ancianos con enfermedad cardiorrespiratoria conocida e inestabilidad hemodinámica.

FASE II. ENDOSCOPIA DIAGNOSTICA

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El valor de la endoscopía de urgencia ya ha sido establecido, con efectividad diagnóstica está sobre 90%, especialmente si es realizada dentro de las 12 hrs de evidencia de sangrado.

La causa más frecuente de Hemorragia Digestiva alta con variaciones porcentuales según cual sea la población examinada son: Lesión aguda de mucosa gástrica (L.A.M.G.), úlcera péptica (Duodenal-Gástrica) y várices esofágicas, que representan alrededor del 80% de las causas de este síndrome; son causas menos frecuentes: Cáncer gástrico, síndrome de Mallory-Weiss, Esofagitis, etc.

Este examen permite la determinación de signos endoscópicos de valor pronóstico aplicados a pacientes con úlcera y L.A.M.G. y también en el síndrome de Mallory-Weiss, lesiones tumorales y vasculares. La tasa de recidiva o hemorragia persistente es muy alta, aproximadamente 30% en pacientes con Forrest I y IIa, menores del 10% en Forrest IIb y nula en el Forrest II. Si el paciente no ha recibido tratamiento endoscópico alrededor del 30% de pacientes con sangrado activo y vaso visible requieren cirugía de emergencia.

FASE III. TERAPEUTICA MÉDICA Y ENDOSCOPICA

Los bloqueadores H2 son los fármacos de elección en el tratamiento de H.D.A. por úlcera péptica, aunque no todos los trabajos indican que éstos controlan el sangrado agudo o resangrado.

La terapéutica no endoscópica de las várices esofágicas sangrantes incluye: el balón de Sengstaken-Blackemore modificado, vasopresina y nitroglicerina, somatostatina (que disminuye la PA) y metoclopramida que aumenta la presión del esfínter esofágico inferior, por tales motivos, actualmente estos tratamientos son cuestionados.

Debido a que el mayor porcentaje de resangrado hospitalario ocurre dentro de las 48 hrs, la supresión de la vía oral debería mantenerse por ese lapso, lo que permitiría además la realización de cualquier procedimiento endoscópico terapéutico.

La escleroterapia es un procedimiento perfectamente establecido en el tratamiento de la várices esofágicas sangrantes cuya efectividad en controlar el sangrado efectivo varía entre el 74 a 100%.

FASE IV. TRATAMIENTO QUIRURGICO

El momento de la indicación y la técnica a realizar son los pilares principales de una decisión correcta. Las técnicas a realizar serán de acuerdo a la experiencia del cirujano y el riesgo quirúrgico del enfermo. Tales como: Vagotomía troncular piloroplastía, es más rápida y menos traumática, elimina factor vagal, baja mortalidad postoperatoria, pero alto índice de recidiva del sangrado.

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Vagotomía más Gastrectomía 4/5 elimina todo el factor sangrante, usada en fracaso de otras técnicas.

Gastrectomía total: en casos especiales. Estado general del paciente, edad, obesidad, repetición de sangrado indican la técnica a usar.

En Úlcera Duodenal la Vagotomía más piloroplastía y sutura de la úlcera es lo más adecuado.

En Úlcera Gástrica, Gastrectomía y Sutura de la Úlcera: Gastrectomía subtotal Bilroht I, resección en cuña de úlcera

Várices esofágicas: sonda de Sengstaken o de Linton.

Técnica de desconección portoacigos o Tanner modificada.

4. CRITERIOS CLÍNICOS DE ALTO RIESGO

1.- Edad: 60 años

2.- Enfermedades concurrentes importantes:

- Hospitalizaciones frecuentes.

- Hematemesis repetidas.

- Melena frecuente.

- Dolor abdominal.

- Hematoquezia

- Cambios ortostáticos de inicio rápido.

3.- Palidez

- Hipotensión sistólica menor de 100 mm Hg.

- Hipotensión ortostática: caída de la presión sistólica mayor de 20 mm Hg.

- Frecuencia cardiaca: taquicardia mayor de 100/m.

- Sangre roja rutilante por S.N.G.

4.- Transfusiones (Unidades)

- Primeras 24 hrs (4 u)

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- Con 2 episodios de resangrados

- Transfusión de un total de 6 a 8 unidades

* Signos Endoscópicos de Valor Pronóstico

FORREST I:

Presencia de sangrado activo.

Ia: Sangrado en chorro.

Ib: Sangrado en sábana.

FORREST II:

Estigmas recientes o sangrado reciente.

IIa: Vaso visible no sangrante.

IIb: Signos indirectos: manchas planas, rojas o negruzcas, sobre el fondo ulceroso o coágulo oscuro adherido.

FORREST III:

Ausencia de signos hemorrágicos sobre la lesión.

5. PROCEDIMIENTOS ENDOSCÓPICOS EN HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA

* Métodos Endoscópicos:

1.- Métodos que requieren contacto con el tejido:

a) Técnicas de inyección endoscópica,

b) Electrocoagulación,

c) Sonda térmica,

d) Clips ligaduras.

2.- Métodos que no requieren contacto con los tejidos:

a) Fotocoagulación con láser,

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b) Electrohidrotermosonda,

c) Técnicas de pulverización endoscópica.

* Técnica de Inyección Endoscópica

Escleroterapia: Todo los agentes esclerosantes son químicos con fuertes propiedades irritantes del tejido. La concentración ideal del esclerosante ha sido determinada tanto por su seguridad como por su eficacia. Los agentes esclerosantes pueden ser divididos entre derivados de ácidos grasos: Ethanolamina y agentes sintéticos: Polidocanol.

Electrocoagulacion

Emplea una corriente de alta frecuencia que fluye a través del electrodo activo aplicado a la lesión sangrante. La corriente se convierte en calor provocando coagulación debido a la alta densidad de energía en el punto de contacto entre el electrodo y el tejido. La corriente vuelve después a través de una placa, estableciéndose una amplia área de contacto con el paciente.

La electrocoagulación bipolar endoscópica emplea dos electrodos activos que se aplican el uno cerca del otro.

Sonda térmica: La hemostasia más efectiva y la menor lesión se obtienen mediante aplicaciones múltiples de un segundo de 150 a 160 ºC. Esta modalidad termoterapéutica consigue hemostasia en un 80-90% de pacientes.

Hemorragia Digestiva Baja

Es aquella hemorragia que ocurre bajo el ángulo de Treitz (donde se une la tercera porción del duodeno con el yeyuno). Se manifiesta por eliminación de sangre por vía anal, con un aspecto fresco, semidigerido o como pseudomelena, pudiendo estar mezclada o no con deposiciones. El aspecto de la hemorragia es importante porque puede tener implicancias semiológicas o etiológicas. Lo mas importante es que puede ser de cualquier magnitud y saber si su origen esta por sobre o bajo el ángulo de Treitz.

La más importante es la hemorragia masiva, ya que compromete el estado hemodinámico del paciente en un tiempo breve. Masiva ocurre cuando se pierde el 20% del volumen circulatorio, hay taquicardia, sudor, hipotensión y shock. Después esta la hemorragia leve o moderada, donde esta la hemorragia exanguinizante, que en pocos minutos baja el volumen circulatorio. Puede ser intermitente o persistente cuando es menos de medio litro.

En la hemorragia oculta hay perdida de sangre sin que la persona se de cuanta y se pesquisa como una anemia crónica o test de benzidina-guayaco, en la cual se deben perder 5 ml para que sea positiva, y 100 ml para que sea visible.

Aspectos diagnósticos:

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-Sitio y causa de origen del sangrado

-Tratamiento de la HDB porque el sitio del origen del sangrado es muy amplio (desde el ángulo de Treitz) pudiendo haber muchas lesiones en el intestino.

Causas:

-Rectales: HDB leve a moderada

-Sigmoideas: HDB leve a moderada

-Colónicas:

-Carcinoma, pólipos (leve a moderada)

-Enf. diverticular (masiva)

-Enf. inflamatorias (leve a moderada, persistente y recurrente)

-Crohn

-Colitis ulcerosa

-Vasculares: HDB masiva

-Angiodisplasias

-Angioma

-Várices

-Isquemia

Si la hemorragia es importante y originada en el colon, hay que pensar en 2 fenómenos: diverticular y vascular. Menos frecuentes son los carcinomas y pólipos. Después encontraríamos la enf. de Crohn y colitis ulcerosa. Cuando es masiva, es difícil el estudio porque se necesita acuciosidad porque el proceso no es el indicado a veces y es incluso necesaria la cirugía.

Otras causas:

-Proctológicas:

-Hemorroides

-Fístula anal

-Fisura anal

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-Carcinoma

Desde el punto de vista estadístico, las hemorragias son las comunes. Pensar que un sangramiento bajo es hemorroides inmediatamente, es un error. Si hay una fisura anal, no significa que 10 cm mas arriba no haya un pólipo o carcinoma. Para esto se hace tacto rectal.

Ileon terminal:

-Enf. inflamatoria

-Divertículo de Meckel (sangre semimelénica)

Tubo digestivo alto:

-Flujo de sangramiento elevado (se ve como sangre fresca porque no ha estado en contacto con pigmentos. Puede ser ulcera gástrica, varices esofágicas que parecen de origen bajo).

-Tránsito elevado (el gran volumen lleva a un transito aumentado, por lo tanto, siempre hay que descartar una hemorragia digestiva alta en una hemorragia digestiva baja con endoscopías, etc).

La enfermedad diverticular del colon es la causa mas frecuente de HDB en mayores de 50 anos. El divertículo tiene origen en la masa muscular , se hernia la mucosa, produce vasos de neoformación que quedan en el cuello del divertículo y sangran por injuria de la mucosa, hay engrosamiento del vaso y se rompen. Es un sangramiento masivo porque es netamente de origen vascular.

El 40% de los pacientes mayores de 60 anos tienen divertículos y representan gran porcentaje de causa de sangramiento masivo en mayores de 50 anos. Es mas frecuente encontrarlos en el colon derecho que en el izquierdo.

El tercer cazabobos ocurre cuando habiendo enfermedad diverticular del colon, haya otra lesión concomitante que sangre (pólipos, displasia, enf. inflamatoria, etc.) Parte importante de los pacientes que sangran por divertículos son hipertensos. Los divertículos no están solos, pueden haber decenas o centenas, por lo tanto, es difícil saber cual sangra o si hay por debajo una lesión que sangre concomitantemente.

Otra causa importante en adultos son las lesiones vasculares:

-Angiomas: tumores formados por vasos capilares o venosos

-Angiodisplasias: estasias vasculares y malformaciones arteriovenosas

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-Dilataciones venosas

-Ovillos capilares

-Fístula arterio-venosa: enf. degenerativa de la submucosa donde se forman fístulas arterio-venosas y son la segunda causa más importante de sangrado en mayores de 60 años (porque son degenerativas)

-Várices: habitualmente a nivel cecal

-Colitis isquémica: zona de isquemia de la mucosa por insuficiente aporte sanguíneo por baja del débito o enfermedad arterial oclusiva. Esto ocurre porque el intestino grueso tiene menos irrigación que el int. delgado, por lo que al disminuir el flujo, sufre más el int. grueso.

Lesiones vasculares del colon:

-Telangectasia = malformación vascular

-Angiectasia = estasia vascular

-Angiodisplasia = malformación A-V

-Fístula A-V = anastomosis A-V = shunt A-V

Lesiones vasculares que pueden estar presentes en cualquier parte del cuerpo:

-Angioma

-Hemangioma capilar

-Hemangioma

-Enfermedad de Rendu-Osler-Weber: enf. hereditaria con malformación vasculares tipo telangectasia y da HDA y HDB.

Estas malformaciones fueron descubiertas hace 15 años y se relaciona con valvulopatía aórtica (estenosis).

Angiodisplasia:

-mayores de 60 años

-múltiples

-usualmente en colon derecho

-no asociada a lesiones vasculares de la piel o de las mucosas

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-asociadas a valvulopatía aórtica (estenosis)

-planas, no hacen eminencias hacia el lumen

-sangran a repetición

-hay shunts y fístulas por lo tanto son evidenciables con colonoscopias sin que este sangrando y no con enema baritada porque como no protruyen al lumen, no se ven. En estudios histológicos hay dilataciones de capilares.

La otra causa es de origen vascular isquémico, donde hay insuficiencia vascular en el colon con isquemia en la parte mucosa. Hay hemorragia en la submucosa porque se tromboso, embolizó un vaso o baja el débito sin haber oclusión. Se produce en zonas de conflicto (ángulo esplénico y ). Las hemorragias en la submucosa se ven en la radiografía como sandprinting que se ven como marcas de dedos y parecen pseudopólipos. Puede ser oclusión parcial (estenosis, trombosis), hay dolor, o perforación del colon (abdomen agudo) y en general las hemorragias digestivas bajas no duelen.

Insuficiencia vascular

Arterial oclusión parcial dolor

trombosis hemorragia

abdomen agudo

Venosa embolia

bajo débito

La arcada del río Lano es donde hay conflicto porque hay anastomosis A-V, también en el recto sigmoides, por lo tanto estas zonas son de conflicto y no son óptimas.

Colitis ulcerosa

- raramente masiva

- sangramiento pequeño, repetido

- síndrome disentérico

- ex. rectosigmoides es (+) sobre el 90% de los casos

- si es masivo es de urgencia

- complicaciones: perforación, megacolon, hemorragia masiva

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- las complicaciones son quirúrgicas (colostomía total)

Enfermedad de Crohn

- sangramiento escaso

- origen en las lesiones anales y pequeñas ulceraciones rectales

- puede ser masivo cuando hay lesión alta del ileon terminal o fístula, y parece hematoquezia

- al tacto rectal hay mucha patología anal y ulceraciones rectales

En niños de 6 a 8 años una causa importante de sangramiento es el divertículo de Meckel y se manifiesta como sangramiento fresco.

Diagnostico etiológico

- anamnesis, grupos etarios

- examen físico

- descartar fehacientemente HDA

- rectosigmoidoscopía, anoscopía

- angiografía

- colonoscopía

- enema baritada

Grupos etarios

- 6 - 8 anos: divertículo de Meckel, pólipos

- 15 - 20 anos: fiebre tifoidea, enf. inflamatoria (cuando hay fiebre), pólipos

- edad media: tumores

- 60 - 70 anos: divertículos

- 70 - 80 anos: lesiones vasculares

Estigmas de la piel

- hematológicas

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- purpúricas

- Kaposi

- Amiloidosis

- Vasculitis

- CREST

- carcinoides

- papulasis malignas

Con sangramiento masivo hay peligro de muerte. La hemorragia digestiva tiene mortalidad en primera instancia (episodio) que a veces puede llegar a un 6 a 7% dependiendo de la causa.

Otros exámenes son mas invasivos, como la angiografía donde hay medio de contraste por las arterias. Para esto se canula el tronco celíaco, la mesentérica superior y se buscan las lesiones.

Un gran porcentaje de las HDB son autolimitadas, por lo tanto, no siempre se llega a una angiografía. La colonoscopía va contracorriente, así que es difícil encontrar la lesión sangrante a menos que se haga un buen lavado. El enema baritada se trata de no hacer porque el medio de contraste llena todo y después cuando quiere hacer angiografía se confunde con el medio de la angiografía.

Colonoscopía

- Eficaz para: - causas del sangramiento

- examen completo del colon: difícil de hacer cuando hay sangramiento masivo. Si este es leve o moderado, se limpia el intestino con polietilenglicol.

Para hacer una angiografía que sirva, el paciente debe haber sangrado al menos 100 ml/hr., lo que significan 1 a 2 ml por minuto (sangramiento importante). Con este examen se puede ver bien el divertículo sangrante.

Otra manera de ver extravasaciones es con Centellografía con Tc que son marcaciones de glóbulos rojos con tecnesio (Tc) para lo cual se sacan, marcan y vuelven a colocarlos en la sangre. Se hace un seguimiento con cámara por 5 hrs. y se puede ver el lugar de extravasación. Se necesita menos cantidad de sangrado positivo para poder realizarlo (menos de 0,1ml/min), sin embargo es menos exacto y preciso porque es topográfico (dice si esta en la fosa ilíaca, epigastrio, etc.) Si este examen se le hace en un niño de 7 anos y se ve marcación en la región umbilical, lo mas probable es que sea un divertículo de Meckel.

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Manejo de la HDB

Lo más importante es ver su magnitud y etiología. La mayoría tiene detención espontánea.

Si la angiografía resulta (+), el tto. para las angiodisplasias es la vasopresina, para un tumor es la extracción, para un divertículo es el aporte de volumen.

Si la angiografia resulta (-), el siguiente paso es la cintigrafía, que si resulta (-) se hace un enema baritada que ayuda a descartar lesiones colónicas. Se da Ba++ que aumenta la presión intraluminal y colapsa las lesiones vasculares como un taponamiento mecánico (se sube hasta 80mmHg).

Un 98% de las hemorragias digestivas son de origen alto, mientras que sólo un 2% son de origen bajo.

HEMORRAGIA DIGESTIVA MASIVA BAJA

Se considerara como una hemorragia digestiva baja aquellas originadas dístales al ángulo de Treitz. Son masivas, cuando requieren de transfusión de sangre de más de un litro en las primeras 24 hrs. de hospitalización para mantener hemodinámicamente estable al paciente.

Etiología

Ante el paciente con una HDB masiva es más importante localizar el origen de la hemorragia que conocer su etiología. Sin embargo debe tenerse en cuenta que el conocer la etiología permite también conocer algunas características clínicas de esa enfermedad y seleccionar así oportunamente los medios terapéuticos más efectivos y de menor riesgo. Así por ej., la identificación de una angiodisplasia del colon permite adoptar con tranquilidad las medidas terapéuticas ya que habitualmente los sangramientos a que da origen esta lesión, son autolimitados y raras veces violentos. Por esto, el tratamiento definitivo quirúrgico o endoscópico se puede decidir en forma electiva.

En la discusión sobre la probable etiología de una hemorragia digestiva baja masiva resulta operante clasificar a los pacientes según grupos de edad ya que las etiologías son muy diferentes en niños, adultos y ancianos. En la tabla I se destacan las causas más frecuentes en estos tres grupos de pacientes. En los niños, la causa más frecuente es el divertículo de Meckel cuyo sangramiento se asocia a ulceración péptica de la mucosa ileal adyacente a la mucosa gástrica ectópica del divertículo, la que se encuentra en alrededor de un tercio de los casos. Los sangramientos de este origen son habitualmente recurrentes pero en coma excepcional masivos. Otras causas de hemorragia digestiva baja en niños son los pólipos juveniles del colon o recto; la reduplicación intestinal que, al igual que el divertículo de Meckel tiene con frecuencia mucosa gástrica ectópica y las enfermedades inflamatorias del intestino, especialmente la colitis ulcerosa. En estas últimas, sin embargo raras veces la hemorragia tiene carácter masivo.

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Tabla I: Causas más frecuentes de hemorragia digestiva baja

Niños Adolescentes AdultosAncianos (> 65 años)

Div de Meckel Div de Meckel Enf. inflamatoria (colitis ulcerosa - enf. de Crohn)

Enf. diverticular de colon

Pólipos juveniles Enf. inflamatoria (colitis ulcerosa)

Enf. diverticular de colon

AngiodisplasiaCáncercolorrectal

Reduplicaciónintestinal

F. tifoidea Cáncer colorrectal

Malformacionesvascular

Malformacionesvasculares

Fiebre tifoidea Angiodisplasia

En el adolescente el divertículo de Meckel continua siendo la causa más frecuente de HDB masiva y a medida que los pacientes alcanzan la edad adulta las enfermedades inflamatorias intestinales - enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa - hacen su aparición. Estas últimas, no obstante dan lugar a sangramiento masivo con muy baja frecuencia. En nuestra experiencia el sangramiento ha constituido solo el 4% de las indicaciones operatorias en alrededor de 180 pacientes intervenidos por enfermedad inflamatoria intestinal. En la colitis ulcerosa, la hemorragia masiva es habitualmente una complicación de una crisis grave de la enfermedad con compromiso extenso del colon. El cáncer de colon, tanto en el adulto como en el anciano es causa frecuente de rectorragia, pero excepcionalmente da origen a hemorragia masiva.

El diagnóstico etiológico de la hemorragia digestiva baja en pacientes mayores de 60 años es más difícil de establecer, porque en ellos existen con frecuencia dos tipos de lesiones anatómicas susceptibles de sangrar: los divertículos del colon y la angiodisplasia. Su frecuencia es tal que pueden coexistir en el mismo paciente. Hasta hace una década se afirmaba que los divertículos del colon era la causa más frecuente de sangramiento en este grupo de edad. Sin embargo los fundamentos de esta afirmación eran débiles por cuanto se basaban en diagnósticos hechos por exclusión al no identificarse otra causa de sangramiento en un portador de divertículos. La angiografía selectiva ha permitido observar que el estudio del colon derecho en pacientes con una HDB en mayores de 60 años presenta con cierta frecuencia malformaciones vasculares. Estas serían una causa de sangramiento tanto o más importante que los divertículos. En un análisis de 99 pacientes mayores de 65 años con HDB masiva se comprobó que 43 de ellos fueron dados de alta con el diagnóstico de hemorragia diverticular; en 20 el sangramiento se atribuyó a angiodisplasia del colon; en 11 no se determinó el origen de la hemorragia; 9 presentaban un cáncer o pólipos del colon; 6 una proctitis actínica y 2 una colitis isquémica. En todos los pacientes con angiodisplasia se obtuvo una demostración angiográfica de las lesiones localizadas en el colon derecho. En cambio - y éste es el hecho más importante del estudio - solo 8 de 43 pacientes con diagnóstico de sangramiento diverticular tuvieron demostración angiográfica de extravasación del medio de contraste. En

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los 35 pacientes restantes, el diagnóstico se basó exclusivamente en la comprobación de la presencia de divertículos. Debe destacarse que aunque el diagnóstico de la angiodisplasia se formuló en 20 pacientes, sólo en dos de ellos se observó extravasación del medio contraste a nivel de la malformación. Por lo tanto, no hubo certeza del origen de la hemorragia en la mayoría de los enfermos, tanto con divertículos como con angiodisplasia.

No obstante, las características clínicas de la hemorragia nos permiten diferenciar en muchas oportunidades un sangramiento diverticular de uno derivado de angiodisplasia. La hemorragia originada en divertículos es de origen arterial y por lo tanto es habitualmente violenta, en paciente en muchas veces hipertensos, a menudo produce compromiso hemodinámico y frecuentemente se necesitan más de 1.500 cc. de sangre en las primeras 12 horas de hospitalización para mantener estable al paciente. Dado que el sangramiento de la angiodisplasia proviene de capilares y vénulas de submucosa del colon la hemorragia en estos casos es menos intensa y con menor frecuencia produce compromiso hemodinámico. Son habitualmente de carácter recurrente con hemorragias que pueden ser alarmantes, pero auto limitadas y que requieren menos de 1.500 cc. en las 24 horas siguientes al ingreso hospitalario.

La hemorragia de origen diverticular se detiene espontáneamente en alrededor del 80 % de los casos y tiende a no ser recurrente. El sangramiento se produce de preferencia en el colon derecho y con menor frecuencia en otros segmentos. Curiosamente, ocurre en divertículos sin inflamación.

En general puede afirmarse con bastante certeza clínica la causa más frecuente de hemorragia digestiva baja en pacientes mayores de 60 años es la enfermedad diverticular. Sin embargo debe tenerse en cuenta que la causa más frecuente de hemorragia digestiva baja recurrente en el anciano sería la angiodisplasia.

Llama la atención que en revisiones del tema "Hemorragia digestiva baja masiva" se omite en general a la fiebre tifoidea. Esto es comprensible en publicaciones extranjeras especialmente anglosajonas por la baja incidencia de tifoidea en esos países. En Chile, vale la pena hacer algunas consideraciones de sus características. En general la fiebre tifoidea no plantea problema de diagnóstico a diferencias de las otras afecciones analizadas. La hemorragia ocurre en la 2da. o 3era. semana en un cuadro infeccioso característico en que el tiempo transcurrido antes de la complicación ha permitido en la mayoría de los casos tener el diagnóstico. En una serie de 29 pacientes operados por perforación o enterorragia tíficas, se encontró la existencia de un cuadro infeccioso previo en el 95 % de los pacientes. La mayoría había recibido tratamiento médico adecuado. El 80 % de la muestra de pacientes sufrió el accidente hemorrágico o la perforación en la 2da. o 3era. semana de evolución.

El diagnóstico de ingreso fue correcto en todos los pacientes operados por hemorragia masiva y fue comprobado en la laparotomía. En la fiebre tifoidea según autores nacionales la hemorragia ocurre en el 3 a 4 % de los pacientes. Publicaciones extranjeras dan cifras entre 1 y 2 %. Habitualmente la hemorragia no es masiva y afecta de preferencia a los hombres entre 10 y 40 años. Las

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lesiones entéricas sangrantes se ubican en el ileon terminal en relación con las placas de Peyer, y en el ciego y colon ascendente en relación con los nódulos linfáticos submucosos.

Diagnóstico

La HDB al igual que aquellas cuyo origen es proximal al ángulo de Treitz se detiene espontáneamente en alrededor del 80 % de los casos. Esto permite que su exploración diagnóstica pueda practicarse en forma prácticamente electiva en la misma hospitalización.

En los adultos, la HDB masiva se presenta frecuentemente como un accidente alarmante en pacientes previamente asintomáticos. Esta circunstancia exige el estudio diagnóstico expedito y seguro. Sin embargo estas condiciones son difíciles de cumplir ya que la exploración endoscópica del tubo digestivo distal al ligamento de Treitz se reduce prácticamente a la exploración del colon por medio de una colonoscopía la que se ve dificultada por la presencia de sangre y coágulos.

El plan de estudio y tratamiento de nuestros pacientes es el siguiente: medidas iniciales de reanimación, obtención de muestras de sangre para estudio de coagulación, que incluyen recuento de plaquetas, protrombinemia y tiempo parcial de tromboplastina (TTPA). Simultáneamente se practica una proctosigmoidoscopía con el rectocospio rígido convencional para descartar alguna lesión sangrante del canal anal, recto o parte distal del sigmoides. Dado que es poco frecuente que las lesiones de este segmento del tubo digestivo originen hemorragias masivas la mayoría de las veces es necesario continuar el estudio y en este momento se presentan dos alternativas. La primera, sería introducir el colonoscopio para explorar los segmentos más proximales del colon. Sin embargo la presencia de coágulos y la falta de preparación del colon hace que este examen en estas condiciones sea de bajo rendimiento. Por eso es preferible tomar la segunda alternativa que es explorar el tubo digestivo proximal a la unión duodeno yeyunal para descartar que el sangramiento que se está interpretando como de origen bajo sea en realidad, una manifestación de una lesión gástrica o duodenal. Esta secuencia de estudio nos ha permitido corregir el diagnóstico y por consiguiente variar radicalmente la conducta terapéutica en un grupo de pacientes en quienes se supuso inicialmente que tenían una HDB masiva cuando en realidad sufrían una úlcera duodenal sangrante. En este sentido es interesante destacar la experiencia de algunos autores quienes, en 40 casos de rectorragia masiva y aspiración de contenido gástrico sin sangre se encontraron que 5 (12 %) tenían una úlcera péptica sangrante.

La practica de instalar una sonda nasogástrica y descartar la hemorragia digestiva alta por el aspecto del líquido aspirado tiene valor solamente cuando la aspiración demuestra líquido bilioso sin sangre. En nuestra experiencia dadas las facilidades de nuestra unidad de endoscopía preferimos practicar una esófago gastro duodenoscopía. Si con este examen se descarta una lesión sangrante proximal al ángulo de Treitz, el próximo paso a seguir está determinado por la estabilidad hemodinámica del paciente. Si el paciente, se encuentra hemodinámicamente estable es preferible iniciar en él una preparación de colon para que así la

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colonoscopía tenga su máximo rendimiento. Si el paciente por el contrario se encuentra hemodinámicamente inestable y el sangramiento continua, en estas condiciones, la colonoscopía, aunque es posible practicar será de bajo rendimiento. En estas condiciones y en presencia de un sangramiento activo está indicado practicar una angiografía con cateterización selectiva de la arteria mesentérica superior, inferior y tronco celiaco. La arteriografía permite localizar el sitio de la hemorragia siempre que ésta sea igual o superior a 0,5 ml. por minuto ya que en estas circunstancias es posible detectar la extravasación del medio de contraste. Mientras mayor es la velocidad de sangramiento mayor será el rendimiento de este examen. Sin embargo debe tenerse presente que los sangramientos del tubo digestivo son característicamente intermitentes. Esto hace que, a veces la angiografía no demuestre extravasación del medio de contraste aún en pacientes que clínicamente pareciera que están sangrando. Como la angiografía es un examen invasivo, costoso, y que puede presentar algunas complicaciones es importante tener certeza que el sangramiento está activo para que la arteriografía lo demuestre. En este sentido la cintigrafía abdominal con sulfuro de tecnecio 99 o con globulos rojos marcados puede ayudar a seleccionar los pacientes que efectivamente están sangrando para lograr una localización exacta por medio de la angiografía. La cintigrafía abdominal puede detectar sangramiento hasta de 0,5 ml. por minuto y también puede ayudar a localizar el sangramiento demostrando el área en que este se produce, pero sin la exactitud con que lo logra la angiografía.

La angiodisplasia tiene algunas características angiográficas que permiten su diagnóstico aún en ausencia de extravasación, sin embargo, el mérito fundamental de la angiografía en la HDB masiva es el localizar el sitio de sangramiento lo que es posible alrededor del 75 % de los casos.

Cuando la HDB es cataclismica o torrencial, luego de practicar la reanimación inicial y una rectoscopía es preferible no intentar la colonoscopía y proceder de inmediato a la angiografía habiendo descartado previamente un sangramiento gastroduodenal.

La situación clínica más frecuente como se mencionó en un comienzo es que el sangramiento se detenga espontáneamente y el paciente pueda ser estudiado en forma electiva. En estas condiciones no es infrecuente que un paciente se demuestre endoscópicamente que no tiene lesiones en el esófago, estómago y duodeno y tampoco en el colon. En estos debe plantearse que el sangramiento tenga su origen en el intestino delgado. En los adultos es muy infrecuente que el sangramiento masivo tenga su origen en una lesión del intestino delgado. En los adolescentes y en general menores de 30 años el divertículo de Meckel es la causa más frecuente. Actualmente en el diagnóstico de esta lesión puede contribuir la cintigrafía abdominal con pertenectato de tecnecio que es captado por las células parietales de la mucosa gástrica ectópica presente en los divertículos de Meckel sangrantes. Es también oportuno destacar que la radiografía de intestino delgado con el uso de Bario es un examen de bajo rendimiento para conocer la causa de una hemorragia a este nivel y además la presencia de el Bario residual en el intestino va a imposibilitar el practicar una angiografía si ésta fuera después necesaria para la localización del sangramiento porque

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radiológicamente no se podrá distinguir lo que es extravasación de medio de contraste de una mancha residual de Bario en algún segmento del intestino. La localización de sangramientos en el intestino delgado habitualmente se logra con la combinación de el uso de la endoscopía, cintigrafía con glóbulos rojos marcados, la angiografía y en algunos casos excepcionales incluso la enteroscopía intraoperatoria practicada con un colonoscopio, por vía anal y guiado por el operador abdominal quien lo guía a través del ileon hasta segmentos más proximales del intestino delgado tratando de reconocer lesiones pequeñas no palpables desde el exterior como puede ser una angiodisplasia.

Tratamiento

El manejo del paciente con hemorragia digestiva baja masiva tiene tres objetivos: reanimar al paciente, localizar el sitio del sangramiento y detener la hemorragia. Hasta hace poco más de una década se consideraba que, cuando la hemorragia no se detenía espontáneamente, era indispensable la intervención quirúrgica. Esto significaba muchas veces una colectomía a ciegas, procedimiento de elevada mortalidad y morbilidad. Esta circunstancia fue un estímulo para el desarrollo de la infusión arterial mesentérica de vasopresina, la que se ha demostrado efectiva para el control de la hemorragia y ha permitido que la intervención quirúrgica sea electiva o, muchas veces, innecesaria. La infusión selectiva intraarterial de vasopresina, aprovechando el mismo catéter de la angiografía, logra detener el sangramiento en alrededor del 80 % de los pacientes en quienes se demuestra extravasación del medio de contraste.

Otra alternativa de tratamiento, en casos que no han respondido a la perfusión de vasopresina y que son de alto riesgo quirúrgico, es de embolización superselectiva del vaso sangrante a través del catéter de angiografía. Este recurso terapéutico, que ha dado resultados satisfactorios en el tratamiento de algunas hemorragias digestivas altas, no ha tenido la misma difusión en pacientes con sangramiento intestinal bajo, ya que, al menos teóricamente, puede provocar necrosis de la pared intestinal.

El uso terapéutico de la colonoscopía se limita la electrocoagulación de lesiones como la angiodisplasia y la resección de pólipos. La experiencia acumulada es escasa, porque ambas lesiones dan origen a episodios de hemorragia autolimitados, que raramente requieren un procedimiento endoscópico con el fin de cohibirla. Además, como la angiodisplasia es difícil de reconocer endoscopicamente, aun cuando el sangramiento es activo, su electrocoagulación es infrecuente. Se han comunicado recientemente experiencias con electrocoagulación endoscópica para el tratamiento de la angiodisplasia de pacientes sin sangramiento activo. De estas series se puede concluir que éste es un procedimiento de baja morbilidad, pero el seguimiento por 2 - 36 meses mostró recurrencia de la hemorragia en un tercio de los casos.

Si no es posible detener la hemorragia con medidas no operatorias, el próximo paso es el tratamiento quirúrgico.

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Cuando la causa del sangramiento corresponde a lesiones como divertículos de Meckel, tumores del intestino delgado, reduplicación intestinal, cáncer de colon, enteritis actínica, malformaciones arteriovenosas congénitas o enfermedad de Crohn, la resección segmentaria es el tratamiento de elección. En el sangramiento masivo causado por colitis ulcerosa que ocurre en pacientes con extenso compromiso del colon, sólo la proctocolectomía asegura el control de la hemorragia.

Mucho más frecuentes, y también difíciles, son los problemas que surgen en relación a las indicaciones del tratamiento quirúrgico en pacientes mayores de 50 años con hemorragia digestiva baja de origen colónico. El reconocimiento de la angiodisplasia y los divertículos como las causas más frecuentes de HDB y que a menudo coexisten, ha obligado a considerar críticamente las indicaciones de colectomías ciegas, totales o segmentarias. La alta mortalidad (30-40 %) y recurrencia de hemorragia (33 %) después de colectomías segmentarias ciegas, y la elevada mortalidad operatoria de la colectomía total (más de 10 %), han constituido un estímulo para limitar la resección sólo al segmento de colon en que, según la arteriografía, se localiza la lesión sangrante, ya sea divertículo o angiodisplasia. Esta posición puede ser discutible cuando el divertículo sangrante se ubica en el colon derecho, como sucede a menudo en pacientes con sangramiento de origen diverticular, ya que si todo el resto del colon presenta divertículos, especialmente en el colon izquierdo, éstos también pueden ser causa de hemorragias posteriores. Sin embargo la experiencia acumulada ha demostrado que la resección segmentaria del colon que incluye el divertículo sangrante, raramente se complica de recurrencia del sangramiento.

Finalmente, es necesario analizar si los procedimientos de diagnósticos y tratamiento actualmente en uso (colonoscopía, arteriografía, infusión de vasopresina, cintigrama abdominal y colectomía segmentaria o subtotal) han logrado realmente disminuir la mortalidad de la HDB. La respuesta a esta interrogante no es fácil, y la que se obtenga en la actualidad puede no ser exacta, ya que la comparación se hace con cifras de mortalidad de series que incluyen muchos pacientes sin estudio angiográfico y, por lo tanto, el sangramiento que ha sido atribuído a divertículos puede, en realidad, haber correspondido al de una angiodisplasia. Así y todo, la mortalidad de la HDB masiva supuestamente diverticular era, hasta hace una década, de alrededor del 12 %. Esta cifra disminuye a un 5 % si solamente se consideran los pacientes han sido estudiados por medio de la angiografía. Si el manejo de estos pacientes se considera en una forma prospectiva y de acuerdo a un protocolo racional, del que oportunamente surja el procedimiento terapéutico adecuado, la mortalidad puede ser aún más baja, como se ha demostrado recientemente.

Finalmente, pese al uso de modernos procedimientos diagnósticos, siempre queda una cifra de alrededor de un 10 % de pacientes en quienes no es posible determinar el sitio ni la causa del sangramiento en la HDB masiva.

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Bibliografía

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Eugene BraunwaldPrincipios de Medicina Interna 15ª edicióneditorial Mc Graw Hill. México 2002.

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