Informe misionero adultos 27/07/2013

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[Pídale a un joven que presente este informe en primera persona] M e llamó Josef [José]. Durante mi adoles- cencia, siempre estaba enojado y causé muchos problemas. Mi padre insistía en que mi hermano y yo teníamos que ir a la iglesia. Yo no quería ir, y me encargué de que todos lo supieran. Jamás prestaba atención y a veces me ponía a discutir con los feligreses. Fuera de la iglesia, sentía odio hacia otras personas sin razón alguna y me ponía a pelear en la calle, a veces con gente que ni siquiera conocía. La oración en el baño Hace dos años, la iglesia organizó un campamento de jóvenes, y se esperaba que mi hermano y yo fuéramos también. Yo dejé en claro que no quería saber nada de ir al campamento, REPÚBLICA CHECA | 27 de julio Josef aunque esperaba conocer algunas chicas allí. Me costaba mucho tener amigas, pero aun así estaba dispuesto a intentarlo. En el campamento, teníamos tres reuniones por día. El pastor nos hablaba de gente que había encontrado a Dios y cuyas Vidas habían sido transformadas. Yo no quería admitirlo, pe- ro sus historias causaban efecto en mí. Me pre- guntaba si mis problemas con las chicas se so- lucionarían si tan solo le daba una oportunidad a Dios en mi vida. En cierto momento, me sentí tan frustrado que abandoné la reunión y me dirigí al baño. Trabé la puerta y me puse a orar. Le pedí per- dón a Dios por todos los problemas que había causado y le rogué que me ayudara. Hasta yo me sentí sorprendido. De pronto, comencé a expe- rimentar un sentimiento tan intenso de perdón que comencé a llorar. Al día siguiente, mientras caminaba por la playa, me encontré con una chica que conocía un poco. En realidad, jamás habíamos tenido una buena conversación antes. Pero, antes de que me diera cuenta, comenzamos a hablar y seguimos conversando durante cuatro horas.+ Mis amigos se dieron cuenta de que me ha- bía pasado algo sumamente importante. Yo no dije mucho, pero sabía que Dios había respon- dido mis oraciones. El había transformado por completo mi vida. 11 Material adaptado y facilitado por RECURSOS ESCUELA SABÁTICA © www.escuela-sabatica.com Un cambio rotundo Un cambio rotundo MISIÓN ADVENTISTA - DIVISIÓN INTEREUROPEA

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[Pídale a un joven que presente este informe en primera persona]

M e llamó Josef [José]. Durante mi adoles-cencia, siempre estaba enojado y causé

muchos problemas.Mi padre insistía en que mi hermano y yo

teníamos que ir a la iglesia. Yo no quería ir, y me encargué de que todos lo supieran. Jamás prestaba atención y a veces me ponía a discutir con los feligreses.

Fuera de la iglesia, sentía odio hacia otras personas sin razón alguna y me ponía a pelear en la calle, a veces con gente que ni siquiera conocía.

La oración en el bañoHace dos años, la iglesia organizó un

campamento de jóvenes, y se esperaba que mi hermano y yo fuéramos también. Yo dejé en claro que no quería saber nada de ir al campamento,

REPÚBLICA CHECA | 27 de julio

Josef

aunque esperaba conocer algunas chicas allí. Me costaba mucho tener amigas, pero aun así estaba dispuesto a intentarlo.

En el campamento, teníamos tres reuniones por día. El pastor nos hablaba de gente que había encontrado a Dios y cuyas Vidas habían sido transformadas. Yo no quería admitirlo, pe-ro sus historias causaban efecto en mí. Me pre-guntaba si mis problemas con las chicas se so-lucionarían si tan solo le daba una oportunidad a Dios en mi vida.

En cierto momento, me sentí tan frustrado que abandoné la reunión y me dirigí al baño. Trabé la puerta y me puse a orar. Le pedí per-dón a Dios por todos los problemas que había causado y le rogué que me ayudara. Hasta yo me sentí sorprendido. De pronto, comencé a expe-rimentar un sentimiento tan intenso de perdón que comencé a llorar.

Al día siguiente, mientras caminaba por la playa, me encontré con una chica que conocía un poco. En realidad, jamás habíamos tenido una buena conversación antes. Pero, antes de que me diera cuenta, comenzamos a hablar y seguimos conversando durante cuatro horas.+

Mis amigos se dieron cuenta de que me ha-bía pasado algo sumamente importante. Yo no dije mucho, pero sabía que Dios había respon-dido mis oraciones. El había transformado por completo mi vida.

11 Material adaptado y facilitado por RECURSOS ESCUELA SABÁTICA © www.escuela-sabatica.com

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Esparciendo su amorCuando terminó el campamento y regresamos

a casa, no quería perder lo que había encontrado con Dios. Entonces, decidí seguir orando y leyen-do la Biblia. Cuando me encontraba con aquellos con quienes me había dedicado a pelear, descubría que mis sentimientos hacia ellos habían cambiado drásticamente. Comencé a sonreírles y a saludar-los. Pero, Dios me llevó aun más allá, y me instó a decirles que los quería. Y así lo hice. Le pedí a Dios que me perdonara por lo que les había he-cho, y también les pedí a ellos que me perdonaran. Al comienzo no lo podían creer, pero al descubrir que en realidad había cambiado me extendieron su perdón.

Me disculpé con mis maestros por mi conducta irrespetuosa en clase, y también con mis compañe-ros, mis amigos, mi hermano y mis padres. Todos se dieron cuenta de que yo ya no era el mismo de antes.

Un día, me amenazaron un par de adolescentes de mi pueblo. En el pasado, yo me habría puesto a pelear inmediatamente con ellos. Pero, en esa ocasión, solo me limité a sonreírles y les dije:

—Creo que ustedes son unos fracasados, pero a los ojos de Dios son preciosos.

Los muchachos se quedaron tan sorprendidos que no sabían qué decir, así que les seguí hablan-do. Los invité a nuestro programa de jóvenes en la iglesia. Uno de ellos decidió venir.

Ahora, trabajo por los demásMi hermano, otros dos jóvenes y yo organiza-

mos una serie de reuniones para los jóvenes de la iglesia. Invitamos a nuestros amigos por medio de Facebook y de otras redes sociales. Planificamos las reuniones de tal manera que pudieran resultar atractivas para las personas de nuestra edad, que están pasando por algunos de los mismos desafíos que nosotros también tenemos que enfrentar.

En nuestra iglesia, es raro que haya más de 25 personas, la mayoría de edad avanzada. Pero, gra-cias a Dios y a nuestras oraciones, unos 70 indivi-duos asistieron a las reuniones que organizamos, casi todos jóvenes. Algunos de los jóvenes que vinieron querían hablar de sus problemas. Tenían problemas con sus familias, las drogas y hasta con pensamientos suicidas. Comencé a aconsejar a to-dos los que podía. ¡Era increíble! ¡Un año antes, yo mismo había necesitado que me aconsejaran!

En cierto momento, tuve que dejar de aconsejar a otros e incluso de hablar en las reuniones, porque se aproximaban las fechas de los exámenes finales de la escuela secundaria. Estos exámenes no solo determinaban si me podría graduar, sino también si podría ingresar a la universidad. Yo jamás había sido un alumno muy destacado, pero me había propuesto que, con la ayuda de Dios, haría lo má-ximo posible para honrar su nombre. Finalmente, me gradué y dediqué mi vida a Dios y a ayudar a otras personas. Ahora estoy estudiando en el se-minario teológico adventista, a fin de prepararme para servir a Dios de cualquier manera que él lo vea conveniente. He visto personalmente el poder de Dios para transformar vidas, y he sentido su mano en mi vida. Ahora siento deseos de compar-tir también ese poder con otras personas.

Les cuento algo: el seminario al que asisto en la República Checa fue iniciado con fondos de una ofrenda del decimotercer sábado de hace varios años. Por ello, les agradezco por sus ofrendas y oraciones, que están dando buenos resultados.

12Material adaptado y facilitado por RECURSOS ESCUELA SABÁTICA © www.escuela-sabatica.com

C á p s u l a i n f o r m a t i v a Durante la época del comunismo, los jóve-

nes adventistas tenían que reunirse en se-creto para poder estudiar la Palabra de Dios y prepararse para el ministerio. No tenían la oportunidad de asistir a un seminario teológico y prepararse para ser pastores.

Hace varios años, parte de la ofrenda del decimotercer sábado ayudó a que la Iglesia Adventista en la República Checa adquiriera un terreno y un edificio para establecer el seminario adventista. Desde entonces, el semi-nario ha experimentado un crecimiento sig-nificativo. Allí se está preparando a jóvenes, a pastores experimentados y a instructores bíblicos para que sean obreros efectivos para Dios en el país. Muchas gracias por colabo-rar con sus ofrendas para que otros puedan esparcir el amor de Dios.

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