Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

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JESUCRISTO EN LA CULTURA CHAGGA (TANZANIA) DEOGRATIAS LYIMO MTIKA, IMC. Director Dr. P. Silvio Arcesio Cajiao Pabón, s.j. PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA BOGOTÁ, D.C. NOVIEMBRE, 2009

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Los últimos tiempos han sido testigos de la irrupción de nuevas perspectivas teológicas.Se trata de las llamadas teologías emergentes. Su nota característica ha sido el respondera los problemas que aquejan al hombre desde la contextualización. Entre ellas sobresalela teología de la liberación, la teología feminista, negra, india y de inculturación.En el contexto africano se ha evidenciado el incesante esfuerzo por inculturar elEvangelio. Muchas han sido las iniciativas de las que el africano se ha servido para leerel Evangelio a la luz de su propio mundo cultural. Todo ese proceso ha hecho posible la aparición de una iglesia netamente africana, sea en las celebraciones como en la vivencia de la fe. Por ello habrá que reconocer el valioso aporte de aquellas personas,hombres y mujeres, que se han dedicado a esta magna tarea

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JESUCRISTO EN LA CULTURA CHAGGA (TANZANIA)

DEOGRATIAS LYIMO MTIKA, IMC.

Director

Dr. P. Silvio Arcesio Cajiao Pabón, s.j.

 

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE TEOLOGÍA

BOGOTÁ, D.C.

NOVIEMBRE, 2009

 

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JESUCRISTO EN LA CULTURA CHAGGA (TANZANIA)

DEOGRATIAS LYIMO MTIKA, IMC.

Trabajo de grado presentado como

requisito para obtener el título de Teólogo y Bachiller Eclesiástico en

Teología

Director

Dr. P. Silvio Arcesio Cajiao Pabón, s.j.

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE TEOLOGÍA

BOGOTÁ, D.C

NOVIEMBRE, 2009

 

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE TEOLOGÁ

CARRERA EN TEOLOGÍA

JESUCRISTO EN LA CULTURA CHAGGA (TANZANIA)

DEOGRATIAS LYIMO MTIKA, IMC.

BOGOTÁ D.C.

NOVIEMBRE, 2009

 

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Nota de aceptación

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Firma del presidente del jurado

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Firma del jurado

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Firma del jurado

La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de síntesis; solo velará por que no se publique nada contrario al dogma y la moral católica y por que las tesis no contengan ataques o polémicas puramente personales, antes bien, se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia (Reglamento General de la Pontificia Universidad Javeriana. Articulo 23 de la Resolución No. 13 del 06 de junio de 1964)

Bogotá, D.C., 2009

 

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TABLA DE CONTENIDO

TABLA DE CONTENIDO………………………..………………………………… 5

DEDICATORIA………………………………………………..……………………. 8

AGRADECIMIENTOS……………………………………………………………… 9

INTRODUCCIÓN………………………………………………..…………………. 10

CAPÍTULO 1…………………………………………………………………………12

CONTEXTO ORGANIZACIONAL ACTUAL DE LA

TRIBUCHAGGA......................................................................................................... 12

1.1 U

BICACIÓN GEOGRAFICA……………………………………………………. 12

1.2

LA ORIGINALIDAD Y SENTIDO COMÚN DEL PUEBLO CHAGGA………. 13

1.3 TI

ERRA PROMETIDA QUE MANA LECHE Y MIEL……………………..….. 14

1.4 ALGUNOS ASPECTOS DE LA VIDA CHAGGA……………………………… 14

1.4.1 La

familia chagga………………….……………………...……………………14

1.4.2 Sit

uación socio-económica……………………………………………………. 17

1.4.3 M

undo cultural y religioso……………………………………………………. 18

1.4.4 Isale……………………………………………………………………………

20

1.4.5 Maruwa………………………………………………………………...............

21

1.4.6 Sa

crificios……………………………………………………………………... 21

 

Page 6: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

1.4.7 La Fiesta……………………………………………………………………….

22

1.4.8 Algunos Valores importantes en el mundo chagga……………………………... 23

CAPÍTULO II……………………………...………………………………………….25

EL ACONTECER DEL DIOS DE JESUCRISTO EN LA TRIBU

CHAGGA…………………………………………………………………………….. 25

2.1.1 El hombre chagga……………………….............................................................. 25

2.1.1 Observaciones previas……………...................................................................... 25

2.1.2 El

hombre como ser social y relacional……………………………………….. 25

2.1.3 La

vida………………………………………….……........................................26

2.1.4 La

vida como un proyecto……………………….............................................. 27

2.1.5

La vida, una visión ontológica……………………………………………….. 28

2.1.6 La vida más allá de la muerte………………........................................................ 29

2.2 DIOS PARA EL CHAGGA ……………………………………………………… 30

2.2.1 Anotaciones previas………………………………………………………………30

2.2.2 Dios en la vida chagga……………………………………………………...…….31

2.2.3 El acontecer de Dios en la tribu chagga……………………………………….…35

2.3 CRISTO EN EL MUNDO CHAGGA……………………………………....…....36

2.3.1 Cristo como antepasado………………………………………………………….36

2.3.2 Cristo fuente de vida…………………………………………………..…………37

2.3.3 Cristo y la muerte………………………………………………………….……..40

CAPÍTULO III…………………………………………………………………..……45

 

Page 7: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

JESÚS, EL PRIMOGÉNITO DE DIOS Y DE LA

HUMANIDAD……………………………………………………………………….. 45

3.1 JE

SÚS A LA LUZ DE LA ESCRITURA………………………………………… 45

3.2 JE

SÚS Y LA TEOLOGIA SITEMÁTICA……………………………..………… 49

3.2.1 Una visión introductoria………………………………………………………… 49

3.2.2 Los primeros acercamientos cristológicos………………………………………. 49

3.2.3 Nuevo contexto y nuevas realidades cristológicas……………………………… 50

3.2.4 Hacia nuevas propuestas cristológicas………………………………………….. 51

3.2.4.1 Cristología moral……………………………………………………………… 51

3.2.4.2 Teología de la liberación……………………………………………………… 51

3.2.4.3 Teología feminista……………………………………………………………. 52

3.2.4.4 Teología india y negra………………………………………………………… 53

3.2.4.5 Teología Africana…………………………………………………………….. 55

3.3 OTRAS CONSTATACIONES CRISTOLÓGICAS……………………………… 56

3.3.1 Jesús el Hijo…………………………………………………………………….. 56

3.3.2 Jesús: el primogénito de la humanidad………………………………………… 58

3.3.3 Fe, camino de acceso a la persona de Cristo…………………………………… 60

CAPÍTULO IV………………………………………………………………………...62

LA CULTURA CHAGGA A LA LUZ DEL

EVANGELIO………………………………………………………………….………62

4.1 NOTAS PREVIAS……………………………………………………………..…..62

4.2. DIMENSIÓN CRISTOLÓGICA………………………………………………. 62

4.2.1 Una visión introductoria……………………………………..…........................ 62

4.2.2 Cristo en la cultura chagga…………………………………………………….. 62

4.2.3 Una cristología teórica………………………………………………................. 63

4.2.4 Hacia una cristología práctica…………………………………………………… 65

4.3 DIMENSION ECLESIOLÓGICA……………………………………………… 66

 

Page 8: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

4.3.1 Planteamiento del Problema………………………………………………...……66

4.3.2 Iglesia como sociedad perfecta……………………………………………..…….66

4.3.3 Cuerpo místico…………………………………………………………………... 68

4.3.4 Iglesia comunión………………………………………………………………... 69

4.4 DIMENSIÓN PASTORAL………………………………………......................... 71

4.4.1 Una evangelización integral………………………………………...……………71

4.4.2 Una evangelización contextualizada…………………………………..…………71

4.4.3 Ante prácticas conflictivas…………………………………………………….…74

4.4.4 Una pastoral que responde a los nuevos desafíos………………………………..75

CONCLUSIÓN………………………………………………………………………. 77

BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………. 81

 

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DEDICATORIA

A mi mamá, Akwilina Kristofori Mshanga, quien me trajo a este mundo y me inspiró en

las diferentes esferas de vida, a mí Padre Tadei Mtika, hombre luchador por la vida, a

mis hermanos Modesta y John, ejemplos de valentía y perseverancia; y a todos aquellos

y aquellas que se afanan por la inculturación del Evangelio.

 

Page 10: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

AGRADECIMIENTOS

Agradezco, ante todo, a Dios por el don de vida y de la vocación cristiana y misionera; agradezco a mi familia que se esforzó por educarme en los caminos de la fe y de la vida. También doy gracias a todos aquellos cuya acción concurrió para mi crecimiento.

Un agradecimiento especial a los Misioneros de la Consolata que me tienen como hermano y se interesan por mi crecimiento humano-espiritual; gracias por el cariño y la cercanía, por la amistad y la hermandad.

Mil gracias a la familia Guevara y Rincón por el afecto y la amistad. Gracias a la familia Puerto por la acogida y la hospitalidad.

Muchísimas gracias a la Pontificia Universidad Javeriana, sobre todo a la comunidad educativa de la Facultad de Teología por el conocimiento y el saber que me moldearon humana y cristianamente.

Sinceros agradecimientos al Dr. P. Silvio Arcesio Cajiao Pabón, que con conocimiento, sabiduría, responsabilidad y exigencia académica me acompañó en la realización de esta monografía.

Por último, le doy gracias a Gabriel Armando, compañero de camino, cuyo apoyo resultó necesario para la elaboración de este trabajo.

A todo ustedes estoy humildemente agradecido.

Deogratias Lyimo Mtika, imc

 

Page 11: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

INTRODUCCIÓN

Los últimos tiempos han sido testigos de la irrupción de nuevas perspectivas teológicas.

Se trata de las llamadas teologías emergentes. Su nota característica ha sido el responder

a los problemas que aquejan al hombre desde la contextualización. Entre ellas sobresale

la teología de la liberación, la teología feminista, negra, india y de inculturación.

En el contexto africano se ha evidenciado el incesante esfuerzo por inculturar el

Evangelio. Muchas han sido las iniciativas de las que el africano se ha servido para leer

el Evangelio a la luz de su propio mundo cultural. Todo ese proceso ha hecho posible la

aparición de una iglesia netamente africana, sea en las celebraciones como en la

vivencia de la fe. Por ello habrá que reconocer el valioso aporte de aquellas personas,

hombres y mujeres, que se han dedicado a esta magna tarea. A todas ellas hay que

agradecerles.

No obstante los logros conseguidos en muchos frentes, el proceso de la inculturación en

el mundo africano continúa aún siendo. Porque muchas esferas de la vida no han sido

iluminadas por el Evangelio. Un ejemplo elocuente de eso es la perspectiva de fe del

pueblo chagga. En ella prevalecen tendencias sincretistas. Es más, en la fe chagga

prevalece un dualismo religioso. Asimismo, la vida chagga se caracteriza no pocas

veces por su divorcio respecto a la fe. Y aquí la práctica del Evangelio demanda un

diálogo honesto y sincero entre el Evangelio y la cultura chagga. Por eso he decidido

dedicarme a esta realidad, buscando responder al interrogante: ¿Cómo se entienden a

Jesús en la cultura chagga?

Para responder a la pregunta, nuestro abordaje se referirá al pueblo chagga, teniendo en

cuenta su vida, cultura, religiosidad y vida moral. Acá será determinante la referencia al

universo religioso chagga, puesto que la religión permea toda la existencia individual y

comunitaria. (Reconocemos aquí cuán difícil puede resultar el abordaje sobre la

religiosidad chagga, por el simple hecho de que ella aparece atravesada por

interpretaciones y vivencia sincretistas, y que la religiosidad chagga se caracteriza por el

pluralismo, pues en ella intervienen elementos de la religión tradicional africana, del

 

Page 12: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

islam y del cristianismo. Sin embargo, nos lanzamos a la aventura, porque creemos ser

indeclinable la referencia a la concepción cristiana del pueblo chagga).

El trabajo busca, antes que nada, trazar caminos que nos permitan adentrarnos en la vida

del chagga, en su cosmovisión y perspectiva religiosa, algo que hará posible el dialogo

entre el Evangelio y la cultura. Además, la reflexión hará posible la identificación de las

varias etapas que han acompañado la evangelización chagga. En suma, el trabajo busca

responder a las eternas y siempre pertinentes preguntas: “¿Quién dice la gente que es el

Hijo del hombre?” “Y ustedes, ¿quién dicen que soy?” (Mt. 16:13.15).

Por lo anterior se puede concluir que el rescate del rosto de Cristo en el pueblo chagga

significa el rescate de la pregunta cristológica fundamental: Sobre la identidad de

Cristo. Cada cristiano se verá urgido a encontrar en cada paso de su existencia la

respuesta relativa a la identidad y significado de Cristo, si quiere hacer un seguimiento

de Jesucristo que sea consciente, auténtico y responsable.

Nuestro trabajo tiene como objetivo general siguiente: Rastrear la cristología chagga

con el fin de identificar como se entienden Jesucristo en este pueblo. La realización de

ese ideal se servirá de los siguientes objetivos específicos: Comprender la estructura

organizativa del pueblo chagga; identificar lo esencial de la vida chagga; rastrear la

cristología chagga; identificar la eclesiología y la práctica pastoral que han acompañado

el proceso evangelizador chagga; referir a Jesucristo a la luz de la Escritura y la teología

sistemática; y leer la cultura chagga a la luz del Evangelio.

El trabajo comporta cuatro capítulos. El primero se refiere al contexto organizacional de

la tribu chagga; el segundo aborda el acontecer del Dios de Jesucristo en la tribu

chagga; el tercero habla de Jesús como el primogénito de Dios y de la humanidad; el

cuarto y último capitulo se ocupa de la cultura chagga a la luz del evangelio.

Para la realización del trabajo acudiremos a dos métodos. El primero será la consulta

bibliográfica, tanto de la cristología clásica como la que pinta Jesucristo desde la cultura

africana en general y la cultura chagga en particular. El segundo método consistirá en la

narración y la interpretación de estas fuentes cristológicas. En definitiva, el método es

hermenéutico narrativo.

 

Page 13: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

CAPÍTULO I

CONTEXTO ORGANIZACIONAL ACTUAL DE LA TRIBU CHAGGA

1.1 UBICACIÓN GEOGRÁFICA

Una de las notas características de la existencia humana es su condicionamiento

espacio-temporal. El hombre existe en las coordenadas espacio-temporales, su propia

vida se gesta dependiendo en gran medida de estas coordenadas. Resultaría erróneo, a lo

mejor equivocado, imaginarse un ser humano fuera del espacio y del tiempo. Es así que

nos urgirá en todos los tiempos ubicar geográficamente al hombre, lo que en cierta

manera justifica lo que viene a continuación.

La tribu Chagga es una de las más grandes tribus de Tanzania. Ella ocupa el tercer

puesto.1 Se encuentra al norte tanzano junto al monte Kilimanjaro que es el más grande

del África y segundo en el mundo. La tribu Chagga está dividida en tres sub-grupos, a

saber: Los "wachagga wa Rombo" (los que viven en el occidente) los "wachagga wa

Vunjo", (que habitan en la parte central) finalmente los "wachagga wa Kibosho. (Que se

encuentran en la parte oeste). A nivel lingüístico el mundo chagga posee un único

idioma que se va ramificando en dialectos cuya diferencia reside en la existencia de

algunos términos propios de cada región.

El chagga habita en una región tropical, cuya abundancia de lluvias se debe a la cercanía

con el Kilimanjaro. Casi que todo el año aparece coronado de lluvias. El período seco es

de poca duración. A nivel de fauna se registran muchas especies, como elefantes,

leones, leopardos, hipopótamos entre otros.

La floresta es muy densa. Su penetración y trabajo cuesta no poco trabajo y sacrificio de

parte del hombre.2 El Chagga goza tierras de mucha fertilidad. En ellas se practica la

agricultura y la ganadería (aunque en pequeñas porciones). Por su propia ubicación y

condiciones la tierra chagga es de gran atracción turística.

                                                            1 Htt://en.wikipedia.org/wiki/Chagga. (consultado en 8 de junio 2009 a las 8 de la mañana). 2 Marealle, Maisha ya Mchagga Hapa Duniani na Ahera, 118.

 

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1.2 LA ORIGINALIDAD Y EL SENTIDO COMÚN DEL PUEBLO CHAGGA

La tribu chagga posee su propia historia, la cual se asemeja a la historia de Israel en

muchos aspectos, como el poseer una misma historia, unas mismas prácticas, el creer en

un Ser Supremo y asumirse como hijos de un mismo patriarca.

En la historia chagga hay elementos conectores e hilos conductores que pasan de

generación en generación. Se trata de realidades relacionadas con las prácticas y

costumbres, que van tejiendo una identidad única e irrepetible, y van confiriendo a la

propia historia una originalidad y un sentido común.

La conformación del pueblo chagga resulta de procesos y movimientos migratorios,

pues, en el origen del pueblo chagga se encuentran hombres y mujeres procedentes de

varios pueblos africanos. La mayoría de estos pueblos procedían del cuerno del África y

de la región central, sobre todo de las orillas del rio Congo. Se cree que la tribu chagga

procedía originalmente del río Congo y caminaba hacia el norte de la montaña Upare y

ahí se estableció la casa del padre de los chagga.3 Pero alrededor del siglo XI y XII, le

urgió conquistar nuevas tierras, proceso que lo condujo a las regiones circunvecinas del

monte Kilimanjaro, actual territorio chagga.

Paulatinamente los chagga fueron tejiendo su propia historia con base en la oralidad y

para la afirmación de esta historia acabaron siendo de trascendental importancia los

cuentos y dichos que se transmitieron de generación en generación. La historia ha

concurrido para la formación y afirmación de la identidad chagga.

La propia sabiduría y conocimiento se vehiculan mediante la historia, se pasan de

generación en generación a través de procesos históricos. Acá las mayores se dan a la

tarea de instruir a las nuevas generaciones con el afán de que dichas generaciones sean

herederas del patrimonio histórico-cultural. Terminamos notando que en el pueblo

chagga la transmisión de la historia les sirve de educación tanto formal como informal.4

                                                            3 http://en.wikipedia.org/chagga. (consultado en 15 de Julio 2009 a las 9 de la mañana). 4Tesha, Makala ya Utamaduni na Maendeleo. Hadithi maarufu ya Wachagga, IX. 

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Page 15: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

1.3 TIERRA PROMETIDA DONDE MANA LECHE Y MIEL

El pueblo chagga vive conciente de la presencia de Dios-Ruwa. El cree que Dios hace

posible la vida. Asimismo, “Ruwa”, construye y hace la historia con el hombre. Él pone

en marcha procesos de liberación5 que le van apuntando hacia nuevos caminos y

rumbos a la vida.6

Lo anterior deja entrever la existencia de una fe histórica, por el hecho de que Dios

permea la propia historia y el hombre cree en la acción histórica de Dios. Por lo tanto, la

fe chagga no se limita apenas a la contemplación, sino más bien abre espacio hacia el

compromiso. Se trata de un compromiso donde la acción humana se conjuga con la

divina.

La tierra chagga es una tierra muy fértil, en ella se gesta la vida y se ponen en marcha

procesos históricos que permiten la realización de sueños y utopías. Se trata, en pocas

palabras, de una tierra donde mana leche y miel y a semejanza de Israel, el pueblo

chagga tuvo que aventurarse en un proceso de éxodo; es más, tuvo que lanzarse a la

conquista de la nueva tierra. En todo eso, nunca faltó la mano poderosa de Ruwa, que

fue capaz de hacer que el hombre triunfará, incluso contra todos los desafíos y

pronósticos. No menos importante, está el hecho de que la fe y la tierra convocan a la

fraternidad, y a la comunión de los bienes.

1.4 ALGUNOS ASPECTOS DE LA VIDA CHAGGA

1.4.1 La familia chagga

Una atención especial merece el universo familiar chagga, la organización social se basa

en la familia y la tribu. Mientras la primera se refiere a un núcleo mas reducido, la

segunda comprende un cierto número de familias unidas por lazos de parentesco y de

afinidad.

                                                            5 La fe en un Dios que acompaña un pueblo hace factible el factor de unidad y una búsqueda común. Cfr.

Von Rad, Teología del Antiguo Testamento, Teología de las tradiciones históricas de Israel, 371.  6 Cfr. Marealle, 80. 

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Page 16: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

El chagga tiene como punto de referencia la familia, aquel nido donde se transmite la

vida, donde se gestan y maduran relaciones sociales. Entre los chagga, como pasa con

todo el mundo africano se maneja un concepto de familia que va mas allá de los lazos

sanguíneos, que comprende no solo a los padres e hijos sino también a todos los

miembros de “Ukoo” y de la tribu. Todo eso permite abogar por una sociedad donde

prevalezca el espíritu de fraternidad.

La vida del chagga atraviesa varias etapas, en las que se dan procesos de metamorfosis.

La vida es un contínuo caminar hacia la perfección y la madurez. Ella exige ir

muriendo en algunos aspectos y naciendo en otros. Desde la niñez hasta la muerte, el

hombre está llamado a humanizarse día tras día. En eso, acaba siendo de inestimable

valor el proceso formativo y educativo, en su vertiente formal e informal.

Mencionamos, de paso, el rol de los ritos de iniciación, que hacen posible el

renacimiento social del individuo. Es verdad, pues que los ritos de iniciación permiten

el crecimiento personal y la integración en la comunidad. A través de ellos, la persona

asume la filosofía y el misterio que envuelve la vida, hereda el patrimonio socio-

histórico y cultural de su comunidad.

Socialmente, el pueblo chagga se organiza en grupos de acuerdo a las edades.7 En

primer lugar están los niños. Estos son objeto de una gran estima familiar y social, dado

que se asumen como bendición divina y futuros continuadores de los procesos

comunitarios. Además, los infantes mantienen abiertas la esperanza y el aliento de la

familia y de la comunidad, pues representan un triunfo de la vida y una victoria sobre la

muerte. En definitiva, la procreación relativiza el desafío que representa la muerte; abre

espacio para que el hombre continúe en la lucha por la vida.

En segundo lugar encontramos a los jóvenes, quienes constituyen la etapa transitoria y

son la gran promesa para la consecución de los ideales de la familia y de la comunidad.

Ellos son la fuerza viva y el gran motor en la lucha por la vida. Ya integrados en la

familia y en la sociedad mediante los ritos de iniciación8 y los procesos educativos les

cabe a dar continuidad de la realización de los sueños familiares y comunitarios.

                                                            7 Cfr. Marealle, 37. 8 Cfr. 19. 

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Page 17: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Otra etapa no menos importante la constituyen los adultos, en ellos se conjuga lo

antiguo y lo nuevo, lo viejo y lo joven, los sueños y las realizaciones, las victorias y las

conquistas, el aliento y el desaliento. En fin, los adultos se postulan como una síntesis

de un largo proceso histórico vivido y por vivir. Su valor depende en gran escala del

desempeño social y familiar. Pero el elemento determinante a la hora de juzgar su papel

en la familia y en la comunidad es el de la procreación, visto que solamente la

procreación perpetúa la vida y relativiza todos aquellos obstáculos que la hacen peligro.

Por último, están los ancianos, los cuales son depositarios de la sabiduría, y de las

conquistas socioculturales e históricas. Los ancianos son una garantía manifiesta de que

hay que continuar luchando, hay que ir hasta las últimas consecuencias; en suma, hay

que comprometerse con la vida, cueste lo que cueste. El gran valor del anciano reside en

la sabiduría adquirida a través de los tiempos y la experiencia vivida, esta sabiduría que

lo hace una biblioteca viviente y móvil.

En ocasiones se nota una marcada diferenciación entre el hombre y la mujer, entre el

género masculino y femenino. Se trata de algo que se disipa significativamente la

asunción de compromisos familiares, matrimoniales y sociales. Sin embargo, las

acentuadas diferenciaciones se mantienen intactas en muchos campos de la vida y de la

existencia, a pesar de que la vida llama a la complementariedad.

La mujer se encarga a buscar agua, leña, prepara comida, organiza la choza familiar y

cultiva. Ella inicia su día muy temprano, en muchas ocasiones la noche la coge todavía

trabajando. En algunos mementos ella está sujeta a prácticas poligamias y le urge ser

sumisa para no perder algunos pocos derechos que la corresponde. En pocas palabras,

la mujer es reproductora, labradora y cocinera.9 La mujer trabaja y obedece en todo lo

que el varón manda, respetando la costumbre.10 Al contrario el varón es patrón, y jefe.

En la última instancia, el Evangelio convoca la igualdad entre el hombre y la mujer.11

                                                            9 Cfr. Combarros, Dios en África. Valores de la tradición Bantú, 169. 10 Cfr. Combarros, 155. 11 Ibíd., 164.  

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Page 18: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

1.4.2 Situación socio-económica

Como se observó el numeral 1.4.1, el centro de la existencia chagga lo constituye la

familia, es el núcleo donde se desarrolla la vida y se tejen relaciones interpersonales, la

familia constituye el punto de referencia obligatorio para el individuo y la sociedad.

Entonces trabaja por ella y para ella se vuelve un imperativo categórico.

El pueblo chagga comporta una organización estructural basada esencialmente en las

edades y en los roles sociales. Cuatro son los grupos fundamentales, a saber: los niños,

los jóvenes, adultos y ancianos, a cada grupo se le confía una misión específica cuyo

objetivo es la edificación socio-familiar.

Entre los Chagga es notoria la diferenciación de los papeles de acuerdo al género y la

edad. Si por un lado, hay responsabilidades confiadas a hombres, por el otro existen

acciones reservadas apenas a las mujeres. Asimismo, existen compromisos propios de

los niños, jóvenes, adultos y ancianos.

El ejercicio del poder entre los chagga se reserva fundamentalmente a los varones y el

protagonismo de la mujer siempre surge como complementariedad y colaboración.

Diríamos, en pocas palabras, que el carácter patriarcal de la sociedad chagga influye

sobremanera en el ejercicio del poder.

Un aspecto sobresaliente y que merece nuestra atención en el universo chagga, es el que

se refiere a la economía. Conviene, antes que nada, señalar que los chagga son un

pueblo muy desarrollado comparado con otros pueblos tanzanos. Los chagga poseen

una buena infraestructura y malla vial. Otro avance se registra en el campo educativo y

comercial. En la práctica agrícola es significativo su empleo de métodos y técnicas

avanzadas y todo eso hace posible la irrigación y la fertilización de los terrenos que

permiten la abundancia de las cosechas. En el panorama comercial, los chagga entablan

relaciones regionales, nacionales e internacionales.12

Entre los chagga, la tierra asume un lugar protagónico, porque ella es fuente de riqueza

y de pertenencia. Al igual que el pueblo de Israel, el chagga asume la tierra como don

divino, cuidarla y mantenerla en buenas condiciones significa fidelidad y pertenencia a                                                             12 Cfr. http://en. Wikipedia.org/wiki/Chagga. (consultado en 16 de Julio 2009 a las 2 de la tarde).  

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Page 19: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Ruwa. La propia identidad personal y grupal se define a partir del factor tierra. La tierra

es objeto de herencia, una vez que pasa de generación en generación. El carácter

sagrado que reviste la tierra la llena de un valor excepcional.

No menos importante en la vida chagga es el papel de la ganadería. Pues, la cria de

animales no solo contribuye a la mejoría de la alimentación, sino que también hace

efectiva el cuidado de lo creado. Es más, algunos animales asumen el rol de mediadores

entre lo humano y lo divino, entre los vivos y muertos, entre el mundo visible e

invisible. Se cree que algunos animales se responsabilizan por la transformación de las

informaciones procedentes del mundo divino en favor o en contra del hombre. En los

propios sacrificios es común el empleo de animales.

1.4.3 Mundo cultural y religioso

Antes que nada, se hace menester denotar que la cultura chagga es patriarcal, en ella las

relaciones se definen desde lo masculino. En la propia organización pesa el papel del

hombre y los hijos siguen la línea paterna. No obstante, el papel de la mujer resulta

siempre indispensable, sea para la procreación, el cuidado hogareño, la educación de los

hijos como para la articulación de los varios frentes de la familia.

La transmisión de los valores y misterios culturales se hacen mediante la educación

formal e informal, pero sobretodo con base en los ritos de iniciación.13 La iniciación en

la cultura chagga, facilita la persona con un saber especial que se necesite para enfrentar

la vida; es más se prepara al individuo antes de inducirlo a una nueva etapa de vida.

La cultura chagga, al igual que las otras culturas, posee una dimensión dinámica y otra

estática. Porque ella puede perder algunos elementos y ganar otros,14 y puede conservar

otros elementos y es eso lo que le permite al chagga interactuar con otros sujetos

culturales, enriqueciéndose con otros valores, pero sin perder su propia identidad

cultural.

                                                            13 Cfr. Marealle, 24. 14 Ibíd., 121. 

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Page 20: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

En el universo chagga no pasa desapercibido el carácter festivo de la vida, porque el

chagga celebra alegremente la propia existencia, como se ilustrará más adelante. ¿Y la

religión, qué?

De entrada, urge reconocer que el chagga es un ser fundamentalmente religioso.15 Su

propia vida y existencia aparecen atravesadas por elementos religiosos. El chagga se

asume como una creatura divina abierta a relaciones con el Ser Supremo, el Ruwa.

Son varios los medios de que se sirve el chagga para relacionarse con Dios. Por un lado,

el chagga se sirve de la oración y del culto (tanto tradicional como de las grandes

religiones), y por el otro, de la prácticas caritativas y de la buena conducta. Pero, ¿qué

es eso del culto?

Como respuesta, amerita registrar que el término culto proviene de la palabra latina

"cultus", que a su vez procede del verbo colere, con el sentido de servir, de asistir etc.

En la tribu chagga el culto sirve para fortalecer y mantener la relación entre el mundo

visible y el invisible.16

Entre los chagga, la práctica cultual remonta a épocas anteriores a la islamización y

cristianización. En esta celebración de fe cultural chagga, asumen un papel de

trascendental importancia los antepasados, pues son los mediadores, entre Dios y el

hombre, entre lo visible y lo invisible, entre lo de acá y lo de más allá, entre lo ya y lo

todavía no.

La religión chagga forma e informa toda la vida, permea todos los frentes existenciales.

Ofrece principios que claman por su actualización en la vida concreta. Esta religión da

origen a una espiritualidad, a un modelo de vida donde se conjuga la teoría con la

práctica, lo ideal y lo vigente, lo individual y lo comunitario. La religión chagga busca

servir integralmente al hombre y encaminarlo hacia la salvación definitiva.17

En la vida espiritual chagga se asiste a una jerarquización de los intervinientes. En

primer lugar, están los vivos; en un segundo momentos, encontramos los antepasados,

                                                            15 Cfr. Combarroz, 38. 16 Cfr. AA.VV. Corazón de África. La magia de un Continente, 316. 17 Cfr. Mveng, Identidad Africana y Cristianismo. Palabras de un creyente, 64. 

  19

Page 21: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

estos seres que se asumen como intermediarios. Por último, esta el Ser Supremo, el

Ruwa. Estamos aquí ante una jerarquización que hace posible la comunión y el

protagonismo de cada interviniente.

Dicho lo anterior, queda ahora señalar que la islamización y la cristianización del

pueblo chagga representaron una nueva identidad religiosa, estos procesos conllevaron a

un sincretismo18 sin precedentes, a una confusión nunca antes vista. Por ello, resulta

hoy difícil, por no decir imposible, delinear la identidad religiosa del pueblo chagga.19

En definitiva, en el actual chagga confluyen elementos religiosos de diferente

procedencia. Su valoración exige no poco esfuerzo de parte del hombre.20

1.4.4 Isale 21

Es un árbol relativamente pequeño y sus hojas sirven de medicina para los humanos y

de alimento para los demás animales. Isale es sagrado en la religión tradicional de la

tribu chagga. Isale también se emplea para pedir y recibir perdón, y para reconciliarse.

Se trata de realidades que pasan tanto en la esfera personal, familiar como social.

Para el tratamiento de ciertas enfermedades, se emplea el lsale. Para ello, basta con

llevar sus hojas y depositarlas en la tumba del antepasado que se crea que sea el agente

causante de la enfermedad. En ese sentido, se podría decir que el lsale reconcilia el

mundo de los vivos y el de los muertos. Por lo demás, el Isale se utiliza en la

delimitación de las fincas, las Kihamba.22 Diríamos, en pocas palabras, que el Isale es

multifuncional.

                                                            18 En un sentido amplio, el termino, sincretismo hace alusión a la conciliación de ideas (filosóficas,

religiosas, etc.) precedentes de ámbitos culturales distintos. Cfr. htt://www.

clasehistoria.com/glosario/sincretismo.htm. (sacado el 17de Noviembre de 2009 a las 9 de la noche.) 19 Cfr. http://en. Wikipedia.org//wiki/chagga. (consultado en el 25 de junio 2009 a las 7 de la mañana). 20 Cfr. Wikipedia. (consultado en el 27 de junio 2009 a las 11 de la mañana). 21 Este árbol se desarrolla esencialmente en las zonas limítrofes de las fincas y haciendas. 22 Es un pedazo de la tierra regalado a un sujeto chagga tradicionalmente. Es una tierra de todos los

antepasados. 

  20

Page 22: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

1.4.5 Maruwa 23

El término maruwa significa leche, tanto de la mujer como del animal, este es un

elemento muy importante en la vida chagga. En primer plano es alimenticio y de hecho,

la primera comida de un recién nacido es la leche. Pero también la leche es un elemento

sacrificial. Cuando el chagga está en problemas que posiblemente procedan de los

antepasados, se da a la tarea de derramar la leche sobre la tierra para, de esta manera,

aplacar la ira o el descontento del o de los antepasados. Se trata de un ritual que termina

con la realización de un sacrificio acorde con la situación.

1.4.6 Sacrificios

Aunque la mayoría sea cristiana o musulmana, la práctica sacrificial es algo común en

el pueblo chagga. Incluso los propios cristianos y musulmanes son partidarios de esta

práctica. Diríamos nosotros - aunque con reservas - que la práctica sacrificial es algo

constitutivo de la vida chagga.

Con los sacrificios, el hombre busca alcanzar muchos fines. Busca antes que nada

relacionarse con el mundo divino y obtener la protección; busca, además, relacionarse

con los antepasados, satisfacer sus necesidades y demandas; por último, busca

establecer un ambiente sano y pacífico, donde se desarrolle sin sobresaltos la vida.

La práctica cultual y sacrificial chagga pone de manifiesto la conexión que hay entre los

vivos y los muertos, entre lo humano y lo divino. Ella permite al hombre trascender su

propia realidad e inmediatez, y lanzarse a lo totalmente diferente, al totalmente Otro. En

fin, la práctica cultual y sacrificial hace que el chagga experimente lo divino en su

propia humanidad.

La vivencia cultual y sacrificial le permite al chagga comprometerse con y por la vida.

En efecto, la vivencia espiritual demanda acciones concretas en favor de la vida.

Además, dicha vivencia inspira modelos conductuales y de acción24 El contar con la

                                                            23 Leche. 24 Cfr. AA.VV Corazón de África, 112. 

  21

Page 23: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

presencia y la acción de Dios25 y de los antepasados llena al hombre de fuerza para

continuar en su peregrinaje terrenal; llena, asimismo, de aliento y de fortaleza para

continuar apostando por todo cuanto se refiera a la vida. En suma, la vida espiritual

llena al chagga de esperanza, a la vez que renueva su protagonismo histórico.

Parece no haber duda que la vivencia religiosa tradicional chagga, más que un “corpus”

doctrinario (del que carece), es una filosofía de vida, que todo permea y articula la

teoría con la práctica, lo material con lo espiritual, el presente y el futuro, la vida y la

muerte.

Los que se encargan de la presidencia cultual y sacrificial son siempre los ancianos. Son

ellos los que se dan a la tarea de mediar entre el mundo humano y el divino. Aunque la

misión de los demás resulte importante, el papel del anciano es irremplazable. Los

ancianos están dotados de fuerzas y poderes que los capacitan para bendecir o maldecir,

para traer la buena o la mala suerte, para proteger o atentar contra la vida, en fin, para

asumirse como un ser de mucha importancia.

No sobra notar que entre los chagga existen hombres y mujeres revestidos de ciertos

dones. Son hombres y mujeres con capacidades para la curación, la interpretación y la

mediación. Incluso, son capaces de atraer la atención y los favores divinos.26 Sin

embargo, estos seres se distinguen de Dios, porque él solamente es la única fuente de

vida, es el único Todopoderoso.

1.4.7 La fiesta

La fiesta es un elemento importante en la vida Chagga. Toda existencia chagga aparece

coronada de celebraciones, desde el nacimiento hasta la muerte, siempre en armonía con

los antepasados y Ruwa. El chagga celebra el nacimiento, la iniciación, el matrimonio y

la muerte;27 celebra, en fin, la alegría y el dolor, la vida y la muerte.

                                                            25 Ibíd., 112. 26 Ibíd., 124. 27 Cfr. Marealle, 20. 

  22

Page 24: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

La celebración (fiesta) rompe con la monotonía de la vida diaria, renueva los ánimos y

convoca a la comunión y la participación. La celebración chagga se abre a todos, sin

excepción de nadie. Ella no sabe discriminar; todo lo contrario convoca y une.

En la fiesta chagga interviene la comida y la bebida para alegrar el cuerpo y el alma. En

ella la comunión material pide la comunión espiritual. Por eso, va contra todo tipo de

indiferencia e individualismo. Se podría creer - aunque con reserva - que la celebración

chagga se reviste de un carácter sacramental, porque ella transmite y renueva la vida, y

comunica nuevas fuerzas; es más, porque ella conecta el mundo humano con el divino,

el mundo inmanente con el trascedente. En definitiva, la fiesta es algo constitutivo de la

vida del chagga.

1.4.8 Algunos valores importantes en el mundo chagga

De entrada, urge reconocer que la cultura chagga alberga un sinnúmero de valores. Pero

acá nos reservamos apenas a apuntar algunos de ellos. En primer lugar, está el valor del

respecto. Se trata aquí del respeto entre los humanos, y éstos respecto a la creación, los

antepasados y lo divino. Otro valor evidente en la cultura chagga es el de la conciencia.

El chagga vive consciente del pecado y de sus múltiples formas, individuales y sociales.

No menos importante está el valor de la familia; ella es vida y fuente de vida; en ella la

persona nace crece y muere. Asimismo, encontramos el valor de la vida. Ella es un don

recibido que demanda protección y perpetuación cuidadosa.

Apúntese también el valor de la vida comunitaria y de la solidaridad.28 Pues, el chagga

cree firmemente que el hombre está llamado a existir con el otro y al lado del otro,

abrirse para el otro y asumir su destino. Si la máxima cartesiana es "Pienso, luego

existo", la chagga es "Pertenezco, luego existo". En resumen, la identidad de la persona

se define desde su relación con los otros. Otro valor importante es el de la apertura a la

                                                            28 Cfr. Combarroz, 7. 

  23

Page 25: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

trascendencia.29 Es él quien permite establecer la comunión entre lo visible y lo

invisible, entre lo humano y lo divino.30

                                                            29 Cfr. Ka Mana, Teología africana para tiempos de crisis, cristianismo y construcción de África, 44. 30 Cfr. Valores positivos de la cultura Africana. En Vida Nueva del 3al 9 de Octubre de 2009 no. 2.677,

29. 

  24

Page 26: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

CAPÍTULO II

EL ACONTECER DEL DIOS DE JESUCRISTO EN LA TRIBU CHAGGA 2.1 El hombre chagga 2.1.1 Observaciones previas

La cultura chagga tiene al hombre como el centro, tanto en el pensamiento como en la

acción. El se entiende aquí como individuo y comunidad. Pone en marcha proyectos que

permiten la realización de la propia existencia. Además, cultiva relaciones con el Ser

Supremo, al que considera su fuente.31 Su existencia es un proyecto abierto a la plenitud

y a la trascendencia.

2.1.2 El hombre como ser social y relacional

La existencia chagga se entiende fundamentalmente desde lo social y lo comunitario. La

propia identidad resulta del hecho de pertenecer a un grupo humano. Por eso, confiesa el

chagga: “somos, luego existo”. En el mundo chagga resulta inconcebible una vida

aislada y solitaria, una vida individualista y orientada al individualismo. Toda existencia

debe presuponer y convocar a la comunión.

El núcleo central de la existencia chagga lo constituye la familia. En ella se hace posible

la transmisión y la defensa de la vida. Además de ser una agente primario de la

educación, la familia transmite principios y valores que hacen factible la convivencia.

Es más, la familia es el punto de referencia obligatorio del individuo y de la comunidad.

Ella define, en última instancia, los rumbos individuales y sociales.

El hombre chagga se asume como una creatura, como algo finito y contingente. Su

consistencia le debe fundamentalmente al Creador.32 Es más, el chagga se postula como

un proyecto abierto al cumplimiento. El Evangelio ilumina la propia identidad y el

sentido de la vida del hombre chagga porque cualquier atropello a su dignidad es un

                                                            31 Cfr. Marealle, 80. 32 Ibíd.  

  25

Page 27: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

atropello al mismo Dios de quien es semejanza.33 En su búsqueda de sentido y

finalidad, el hombre chagga descubre que es un ser que comienza en un momento

determinado. Y eso le hace caer en la cuenta de que es un ser contingente y finito. Su

plenitud la encuentra en la comunión con Dios.

En su relación con lo divino, el chagga vive la virtud de la fe, del amor y la esperanza.

Porque él acoge la voluntad divina y con ella se identifica. Es más, el chagga expresa

explícitamente su fe a través de la práctica de la caridad, que es la concreción del amor.

Por último, el chagga vive intensamente la propia vida y se abre a lo venidero.

No sobra señalar que el Evangelio permea la vida del hombre y la mujer chagga,34 abre

paso hacia lo comunitario. El Evangelio hace que el hombre transcienda la propia

realidad en favor de lo divino y de los demás. Desde Cristo, el chagga aprende a

apostar por la solidaridad, la fraternidad, el amor, la justicia y la paz.

2.1.3 La vida

Especial atención se da al fenómeno de la vida. La vida se transmite con base en

prácticas rituales, que en su todo la elevan a lo más alto de los valores y la transforma

en una realidad a la vez personal y comunitaria. La atención en este contexto se presta a

todas las etapas existenciales, el nacimiento, la pubertad, el matrimonio y la muerte.

Dicha atención se manifiesta a través de los ritos de paso.

Entre los chagga, la vida se asume como una realidad sagrada, ella procede de Ruwa,35

y a él se orienta. Sin embargo, aquí se exige el compromiso del hombre, sea para

transmitirla como para conservarla. Diríamos, en pocas palabras, que la vida demanda la

acción conjunta de Dios y del hombre.

La sacralidad de la vida, pide no pocas veces vivir en una cadena relacional con Ruwa,

porque es de él de quien depende el destino de la existencia humana. Quizás la idea

                                                            33 Puebla, La evangelización en el presente y en el futuro de América Latina. III Conferencia general del

Episcopado Latinoamericano, 99. 34 Cfr. Baena, Apuntes de clase, PUJ 2008. 35 Cfr. Marealle, 80. 

  26

Page 28: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

suene un poco fatalista y determinista. No obstante, no se trata de ningún fatalismo ni

determinismo, lo que ella evidencia es la dependencia que el hombre nutre respecto a

Dios. Se entiende y se defiende que la consistencia humana apenas se consigue en la

relación con el Ser Supremo. He aquí una antropología muy cercana a la defendida por

la Sagrada Escritura. (Cfr. Ex 34:10). La antropología chagga deja entrever que el

hombre lejos de Dios acaba siendo una pura nada. Pero su apertura relacional hacia

Dios no le redime de su responsabilidad ante el mundo de la vida. A él le cabe

responder por los desafíos que se van intreponiendo en su camino existencial. En fin, la

creaturidad y la humanidad del hombre piden la participación humana en la acción

creadora de Dios.

2.1.4 La vida como un proyecto

Otro elemento antropológico que no pasa desapercibido en la vida chagga es la

concepción de la vida como un proyecto.36 Pues, el hombre nace incompleto, su propia

realización exige no pocos esfuerzos humanos. El hombre es un ser que se hace a diario,

que se construye paulatinamente al ritmo de la propia historia. Es un ser siendo,37 una

historicidad que contempla el pasado, el presente y el futuro. En su historicidad, cuando

se encuentra en el estado de la nada o del todo se le presenta la posibilidad de la

trascendencia. En resumen, mediante el compromiso personal y comunitario, el chagga

va construyendo su historia e identidad.

En el mundo chagga, el desarrollo material y espiritual es esperanzador. Él permite

luchar contra lo que deshumaniza y atenta contra vida, y luchar por mejores

condiciones de ella. Dicho desarrollo hace que se integre el pasado con el presente y se

sueñe con un futuro promisor para todos y todas.

                                                            36 Cfr. Alfano, Revelación cristiana, fe y teología. Verdad e Imagen, 14. 37 Cfr. Amparo, Apuntes de clase, PUJ 2008. 

  27

Page 29: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

2.1.5 La vida, una visión ontológica

Como persona, el chagga se asume como una unidad, es decir como un ser integral. La

antropología chagga carece de dualismo. El hombre es cuerpo y alma en una misma

realidad y cualquier desequilibrio afecta al hombre como un todo. El chagga vive una

triple relación, a saber: con el mundo divino, con el cosmos y con los demás. Y para

ello se sirve de la fe, del cuidado y del afecto. He aquí la concepción del hombre como

ser relacional, del que también se refiere la Sagrada Escritura. (Gen 2:19-2O)

El hombre chagga estima sobremanera el “Yo” y el “Tú” como factores indispensables

para las relaciones, pues, es solamente en el encuentro entre el Yo y el Tú que nace el

nosotros, es en el encuentro con el otro que nace la comunión. Yo descubro mi

identidad en misión ante el otro, y vice-versa. Por lo anterior se concluye que el hombre

chagga está llamado a vivir en comunidad.

La visión comunitaria de la vida abarca toda la existencia, la material y la espiritual, la

del mundo inmanente y la del trascendente. Incluso, el chagga cree en una salvación

comunitaria, en un reunirse en el más allá.

Por otro lado, un fenómeno que constituye una piedra en el zapato en la vida chagga es

el de la muerte, ella rompe de cierta manera el equilibrio existencial, pues significa una

desaparición física que no deja de causar dolor, aunque se crea en una vida futura. La

muerte puede ser fruto de la acción natural, personal38 de Dios,39 de los antepasados y

de los demás. Las causas personales que pueden llevar a la muerte pueden consistir en

no cumplir con las costumbres y tradiciones.40 Los efectos de esas omisiones pueden

pasar de generación en generación, o de lo individual a lo comunitario. Teológicamente

hablando, las omisiones se ofrecen como pecados que van contra la vida y siembran la

muerte.41 El pecado representa una ruptura del equilibrio relacional del individuo

consigo mismo, con Ruwa y con los demás, eclipsa la identidad personal, la del otro y

del totalmente Otro.                                                             38 Cfr. Marealle, 61. 39 Cfr. 62. 40 Cfr. 61. 41 Cfr. Sobrino, cristología desde América Latina. Esbozo a partir del seguimiento de Jesús histórico,

XII. 

  28

Page 30: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Amerita también registrar que la vida chagga se desarrolla en un círculo existencial

dotado de alianzas. El chagga establece pactos familiares, sociales y con el mundo

divino. De la fidelidad a ellos depende la vida o la muerte y la prosperidad o la

desgracia, la bendición o la maldición.

2.1.6 La vida más allá de la muerte

El chagga cree en la vida más allá de la muerte, el hombre continúa viviendo después de

muerto, aunque bajo forma espiritual. Es más, continúa siendo parte activa de la

comunidad y su acción resulta siempre necesaria para los vivos.

La muerte confiere al hombre un nuevo estatus social, nuevos roles y una nueva

identidad.42 Desde el más allá, el muerto continúa incidiendo en la vida diaria, continúa

reflejando su presencia entre los vivos, y apostando a la construcción del proyecto

comunitario. Su presencia se puede manifestar a través de la abundancia o la escasez, de

la salud o la enfermedad.

Los que hayan alcanzado la categoría de antepasado se transforman en el objeto de

adoración. A ellos se les dirigen ritos y sacrificios. Es más, se transforman en objeto de

imitación e inspiración moral. En suma, los muertos continúan vivos en medio de la

comunidad.

Entre los chagga está patente una concepción escatológica de la vida y la existencia

humana comprende un “ya” y un “todavía no”, un “aquí” y un “más allá”. La vida pide

la integración del pasado, del presente y del futuro, pide, en definitiva, una comunión

entre los vivos y los muertos, entre lo divino y lo humano. Ella es un misterio que va

más allá de lo puramente material y físico, que comprende una realidad unitaria. La vida

es comunión del pasado, presente y futuro, una cadena irrompible e interminable.43

La fe en la vida más allá de la muerte relativiza el propio hecho de morir, hace que la

muerte signifique apenas una separación física, y no espiritual. El muerto continúa en

                                                            42 Cfr. Marealle, 81. 43 Cfr. AA.VV, Corazón de África, 188. 

  29

Page 31: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

comunión con los vivos. Por ello, se enfrenta a la muerte física con alegría, aunque esta

cause dolor y aflicción.44

Adviértase que la inmortalidad es un ideal que anima al chagga a seguir proyectando su

vida en todas las dimensiones. Desde la perspectiva de la vida futura, y como se ha

mencionado en 4.1.4, el chagga se compromete ahincadamente en la defensa y

transmisión de la vida, se compromete con determinación en la lucha por un futuro

mejor, sea para sí como para la comunidad.

2.2 DIOS PARA EL CHAGGA

2.2.1 Anotaciones previas

Empezamos reconociendo la universalidad del concepto de Dios. Pues, nadie ignora que

el término Dios se encuentra en varias concepciones culturales. Entre los griegos, se

hablaba de Teos. Los judíos se referían y se refieren al Ser Supremo como Yahveh.

Los romanos hablaban de Deus. Las lenguas neo-latinas poseen una gran diversidad

conceptual respecto al Ser Supremo. El francés lo asume como Dieu; el portugués

mantuvo el concepto latino de Deus. El castellano habla de Dios, un término que se

traduce al inglés God. Entre los africanos se asiste también a una gran variedad

conceptual relativa al Ser Supremo. Los congoleses Bahema y Walendu lo designan:

con el término Dja lingi lingi, con el sentido de autosuficiente, de alguien que no

necesita fuerza externa, permanente y el que no cambia.45 Los Banyarwanda lo llaman

Imana. Para los Bashi Dios es Nyamuzinda, es decir, la fuente de vida, el creador.46

Para los kenianos Waso Boorona, Dios es WAGGA, esto es, el que vive en los

firmamentos.47 Los chagga se refieren a Dios con el término RUWA, con el sentido de

que Dios está presente en todo lugar, como lo está el sol; al igual que la acción del sol,

la acción de Dios abarca todo y todos.48 Esta pluralidad conceptual respecto al Ser

                                                            44 Nadie ignora el desafío doloroso que representa la muerte. Cfr. Marealle, 62. 45 Cfr. Bénézet, African Theology. In its social context. 19. 46 Ibid., 19. 47 Cfr. Mario, Dios en África. Elementos para una Antropología de la Religión, 52. 48 Cfr. Marelle, 80. 

  30

Page 32: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Supremo pone de manifiesto que el acercamiento humano a la idea de Dios siempre

aparece mediado por la cultura. Es más, denota la variedad lingüística a la hora de

abordar la cuestión divina.

Ahora bien, ¿Quién es Dios para el chagga? Una ojeada atenta a la teología y religión

chagga permite constatar que a Dios se asume como creador. El es origen de todo lo que

existe, visible e invisible. Es la fuente y el garante de la vida. Dios es un ser

omnisciente, porque todo sabe y todo conoce. A él nada le escapa. Todo está en su

dominio. Además, Dios es omnipotente, porque todo puede. Es poder por excelencia.

Dios es también omnipresente, porque está presente en toda la realidad.

Dios se da a conocer a través de los fenómenos de la naturaleza. El se puede revelar

mediante la abundancia o la escasez, la enfermedad o la salud, la lluvia o la sequia, la

paz o la guerra. En suma, Dios se revela a través de los fenómenos ordinarios y

extraordinarios. A él se accede mediante relaciones religiosas, personales y

comunitarias.

2.2.2 Dios en la vida chagga

En muchas experiencias religiosas, incluyendo la cristiana, Dios se da a conocer al

hombre, se revela y le comunica su voluntad y designios. La Sagrada Escritura asegura

que Dios se reveló a través de los profetas y su Hijo (Heb. 1:1-2). Diríamos nosotros

que Dios se ha afanado a darse a conocer en la historia humana.49 Sin embargo, El

continúa siendo totalmente Otro, continúa siendo un misterio, vale decir, un proyecto

por revelar.

El chagga vive convencido que Dios se revela (se da a conocer) y actúa en su vida,50 en

su historia y cultura. Este Dios puede ser objeto de una reflexión teológica, como se

ilustra a continuación.

                                                            49 Cfr. Silva, La revelación. En Acontecer de Dios en el hombre, 89. 50 Cfr. Arenas, Jesus, Epifanía del amor del Padre. Teología de la Revelación, 198. 

  31

Page 33: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

No pocos chagga creen profundamente en el Dios de Jesucristo51, este Dios único y

trinitario52 que desde siempre ha apostado caminar junto con hombre. Quizás se pueda

suponer que la fe chagga del Dios revelado por Jesucristo sea fundamentalmente fruto

de la evangelización llevada a cabo por el occidente en tierras africanas. Pero también

habría que reconocer que el chagga ya creía en Cristo53 revelándose a ellos y

atrayéndolos al Padre (Dios) incluso momentos antes de la evangelización (a través de

los fenómenos naturales; salud, enfermedad, vida, muerte y en la propia comunidad) .54

Eso da cabida y hace cierta la anotación del Concilio Vaticano de que el espíritu se

manifiesta en la iglesia, pero también fuera de ella, pues él no conoce limitaciones

espacio-temporales.55 Es aquí donde se habla de las semillas del Verbo en las culturas.

Un acercamiento atento a la vida chagga deja entrever que Dios continúa revelándose en

la historia de este pueblo. Dios continúa comunicando su voluntad a la intimidad del

hombre; en fin, Dios continúa dándose a conocer al hombre y a la mujer chagga.

Mediante expresiones culturales, el chagga va discerniendo, comprendiendo y

expresando al Dios que acontece en su propia historia. Por lo demás, el hombre chagga

celebra a Dios y asume sus disposiciones para orientar la propia vida.56 Es aquí donde

nos sentimos autorizados a hablar del acontecer de Dios en el hombre, según las

palabras de Karl Rahner.

La indagación chagga por el Dios de Jesucristo se basa en el diario vivir, en las propias

luchas, derrotas y victorias; en fin, en los acontecimientos que acompañan la existencia.

Aquí lo profano y lo sagrado se entremezclan, sin que se distinga el uno del otro. En el

mundo chagga prevalece una visión unitaria de la realidad, donde no cabe ningún

                                                            51 Cfr. Marealle, 124. 52 Cfr. Makule, Historia ya makabila ya mkoa wa Kilimanjaro kitabu cha kwanza. Asili ya Wachaga na

baadhi y koo zao, 34. 53 Cfr. Gibellini, Itinerarios de la Teología Africana, 99. 54 Cfr. Domingues, Christ our healer. A theological dialogue with ayward shorter, 14. 55 Cfr. Baena, Apuntes de Clase. PUJ, 2009. 56Cfr. Gonzales, Dios es gratuito pero no superfluo, 29. 

  32

Page 34: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

dualismo. El chagga se dedica profundamente a discernir los pasos de Dios en la propia

realidad, la cual se interpreta y se comprende a la luz del Evangelio.57

Para el chagga, la fe en Jesucristo debe implicar un comprimido práctico; conlleva a una

vida acorde con el Evangelio. En ese sentido, al cristiano le urge siempre adoptar una

vida moral a la luz del Evangelio. Para el cristiano, la vivencia del amor, la práctica de

la caridad y de la misericordia, la lucha por la paz y la justicia son un pan de cada día58,

porque el amor a Dios y al prójimo resultan siempre inseparables. (Mc.12:29-31). Las

relaciones humanas contemplan la dimensión vertical y horizontal.59

La fe chagga forma e informa toda la vida, permea todas las relaciones e ilumina al

hombre en sus búsquedas diarias. Más que teórica, es práctica. Dios invita al ejemplo y

testimonio concreto, a un compromiso real y a una vivencia práctica del Evangelio. En

eso, Dios se compromete con el hombre y su historia, hace factible la realización de las

utopías y lucha contra todo lo que aprisiona. He aquí una apuesta teológica no muy

lejana de la que se gestó en teología de la liberación.60

La evangelización del pueblo chagga remonta al siglo XIX. Ya en el siglo XX, existían

misiones establecidas, tanto protestantes como católicas y el proceso de la

evangelización desembocó en un sincretismo nunca antes visto. Muchas categorías y

vivencias religiosas tradicionales fueron interpretadas a la luz de la nueva religión.61

Fruto de eso, resulta hoy complicado distinguir entre lo tradicional y lo cristiano en la

vida de las personas.

                                                            57 Cfr. Gustavo Silva, La revelación. En Acontecer de Dios en el hombre, 88. 58 La esencia de la misión de Jesús es la opción por los pobres. Es un signo que revela la bondad de Dios

y la presencia de Reino. Es más, exige universalidad e igualdad entre los hombres como fruto del amor y

la justicia que él ha venido a traer. Cfr. Gutiérrez, Cristología y moral. El seguimiento de Jesucristo

como compromiso con la justicia, 107. 59 Cfr. Rahner, Oyente de la Palabra. Fundamentos para una filosofía de la religión, 113. 60 Muchos teólogos de la liberación asumen a Jesucristo como liberador. De entre ellos se destaca

Leonardo Boff. Cfr. Boff, Jesucristo el Liberador. Ensayo de Cristología critica para nuestro Tiempo,

19.  61 Cfr. http//world cultures: Tajikistan to Zimbabwe. (consultado en el 28 de Agosto de 2009 a las 12 de la

tarde). 

  33

Page 35: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Muchos entendidos africanos creen que la religión tradicional preparó el terreno para la

fe cristiana.62 ¿Pura hipótesis o verdad? No lo sabríamos decir, lo único verdadero es

que entre la religión tradicional y el cristianismo se formó una simbiosis de

proporciones que no se pueden imaginar.

No menos verdadero está el hecho de que el cristianismo se enfrentó ferozmente con la

religión tradicional chagga.63 Muchas veces quiso acabarla, borrarla de una vez por

todas del mapa existencial. Sin embargo, la religión tradicional se resistió

valientemente, unas veces adoptando medios pacíficos, y otras a través de medios

violentos.

Los métodos utilizados en la evangelización dejaron muchas marcas negativas. La

persecución a la propia cultura y religión hizo que el chagga desconfiara de todo

misionero. El catalogar la religión tradicional de pagana y diabólica creó mucha

confusión y odio en el hombre y la mujer chagga. Por todo eso, muchos desarrollan una

consciencia confusa y culpable que no deja de producir una identidad difícil de

comprender. Frente a este panorama, una evangelización que quiera ser significativa,

tiene necesariamente que abogar por métodos que hagan posible la inculturación. Pues,

solamente una evangelización que tenga en cuenta la cultura estará en condiciones de

iluminarla y hacerla fecunda. Cristo tiene que asumir el rostro chagga para ser

significativo en la vida de la gente. Un Cristo “extranjero” continuará siempre siendo

objeto de desconfianza y rechazo del chagga.

Otro elemento que significó nuevas maneras en la comprensión y vivencia de la fe lo

representó el Islam. Esta religión que llegó al África en los principios del siglo X,

penetró significativamente en la cultura y la vida chagga. Sus influencias son tan

enormes que se puede creer que es de origen africano. El Islam atraviesa y permea todos

los modos de vida.

Terminamos reconociendo una vez más el carácter multiforme de la expresión y

vivencia de la fe chagga. El pueblo chagga alberga en su fe elementos cristianos,

                                                            62 Cfr. Domingues, 14. 63 Cfr. Marealle, 125. 

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Page 36: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

musulmanes y tradicionales.64 Su fe es de una increíble singularidad, donde las

expresiones religiosas se interrelacionan armónica y conflictivamente.

2.2.3 El acontecer de Dios en la tribu chagga Conviene notar, antes que nada, que Dios se dio a conocer al pueblo chagga bajo varias

maneras. Al principio, Dios se reveló a través de los antepasados. Se trata de una

revelación que perdura hasta nuestros días. Otro camino del que Dios se sirvió para

revelarse al chagga fue el Islam. Por fin, el pueblo chagga acogió la revelación divina

hecha en Cristo Jesús.65 Hoy el chagga se sirve de la escritura cristiana e islámica y de

las acciones de los antepasados para discernir y acoger la voluntad de Dios.

Dios inspira conductas que tienden a la construcción del Reino, por ello, el chagga

siente la necesidad de construir una humanidad basada en el amor, la fraternidad, la

justicia y la paz. Diríamos nosotros que Dios continúa aconteciendo entre los chagga al

defender para el hombre un mundo más humano. Se trata aquí de un Dios histórico, que

se compromete con la propia historia humana, con el fin de que ella se configure con su

voluntad. Ese Dios pide una fe histórica, es decir, una fe que crea en la intervención

histórica de Dios y en el poder de la propia historia como un proyecto abierto a la

plenitud.

Dios no cesa de apelar a que se construya un proyecto humano acorde con su voluntad.

Día tras día se alza contra la injusticia y la discriminación. Pues, el chagga entiende que

Dios clama por la dignificación de todos, hombres y mujeres, niños, jóvenes, adultos y

ancianos.66 Dios aboga por una sociedad solidaria e igualitaria, donde la fraternidad sea

el plato fuerte.

El Evangelio impulsa al chagga a luchar por la liberación y la emancipación de todos,

sobre todo de los pobres, débiles e indefensos. Se podría decir que el evangelio hace

posible en el mundo chagga la anticipación escatológica del Reino. Una que otra vez, el

                                                            64 Cfr. Domingues, 14. 65 Cfr. Arenas, 58. 66 Cfr. Gutiérrez, 108. 

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Page 37: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Evangelio inspira valentía y determinación para la transformación de la realidad en

favor del hombre.67

Desde la perspectiva tradicional, el chagga entiende que Dios le pide el compromiso por

la vida, por su transmisión y defensa. Entiende además que su ser debe luchar por lo

comunitario. La tradición inspira modelos de vida que hacen posible la existencia

individual y comunitaria, inspira visiones integrales de la vida y perspectivas que hacen

factible la convivencia.

El Islam tampoco deja de moldear la vida chagga, él siembra valores muy significativos.

Defiende la solidaridad, el compañerismo, la justicia y el cuidado del otro. En suma, el

acontecer de Dios entre los chagga habrá que entenderlo bajo la perspectiva tradicional

cristiana e islámica.

2.3 CRISTO EN EL MUNDO CHAGGA

2.3.1 Cristo como antepasado Entre los chagga, asumen un papel de trascendental importancia los antepasados. Estos

seres que han vivido digna y plenamente la vida, son objeto de admiración y adoración;

son, asimismo, objeto de imitación. Además de ser mediadores, los antepasados indican

el camino por donde pasar mientras se viva. Así también se concibe a Cristo. Él fue un

hombre que supo vivir digna y plenamente la vida. Por eso, se transforma en un ideal

que hay que alcanzar desde un proceso donde no falta la imitación creativa y libre.

Como antepasado, Cristo es mediador entre Dios y los hombres, entre los vivos y los

muertos, entre lo inmanente y lo trascendente. Él permite que el hombre camine hacia la

perfección.

Cristo concebido como antepasado inspira valentía y determinación en la lucha por la

vida, individual y comunitaria; apela al compromiso decidido y a la realización de los

ideales de una mejor vida. El que crea en Cristo y lo asuma como modelo de vida está

                                                            67 Cfr. Ramos, Teología pastoral, 145. 

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Page 38: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

llamado a dejar huellas en la historia con base en la acción y el testimonio personal. Al

creyente le urgirá siempre pugnar, por la vida, hacerla triunfar sin importar las

circunstancias, porque la vida como don recibido exige su defensa y transmisión.

Otra nota que resulta de la concepción del Cristo como antepasado tiene que ver con el

deber de prestarle culto a Cristo. Pues, como ser dotado de excepcionales poderes, a

Cristo hay que implorarle protección y agradecerle por lo que hace en favor del hombre.

En fin, al ser humano le resultará siempre necesario invocar la gracia de Cristo para

hacer factible la comunión, la solidaridad y el compromiso, y servirse de su Evangelio

como un testimonio vivo en la existencia individual y comunitaria.68

2.3.2 Cristo fuente de vida

Antes que nada, se hace menester reconocer la conciencia rotunda que el chagga tiene

de Cristo Jesús. La fe chagga defiende la visión unitaria de la persona de Cristo. De

hecho, resultaría equivocado, a lo mejor errado, indagar el problema del Jesús histórico

y de Cristo de la fe. Para el chagga, Cristo y Jesús se refieren a una misma realidad, a

una misma persona que constituye el fundamento de la fe,69 al verdadero Dios y al

verdadero hombre.70

La comprensión de Cristo en la cultura chagga quizás demande retomar la clásica

pregunta de Jesús sobre su identidad, sobre lo que la gente dice de él y sobre lo que cada

uno de nosotros decimos de él. 71 Porque el chagga no se conforma apenas con lo que se

                                                            68 Entre los africanos en general y los chagga en particular, se cree en el inestimable valor del testimonio

de los antepasados que continúan siendo parte activa de la comunidad, lo mismo después de muertos. Cfr.

Bénézet, 73.  69 Para Metz una Cristología que no se refiera al Jesús histórico corre el peligro de transformarse en una

ideología. Cfr. Kasper, Jesús el Cristo. Verdad e Imagen, 35. 70 Cfr. Kasper, 17. 71 Cfr. Boff, 23. 

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Page 39: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

le ha transmitido al respecto de Jesús. El quiere dar una respuesta personal, descubrir

personalmente lo que es Jesús.72

La primera dimensión cristológica que se descubre en la fe chagga es la que se refiere a

la divinidad de Jesús. Para el chagga Cristo es Dios que participa del misterio trinitario.

El es hijo de Dios, hecho hombre para la salvación del mundo.73 Cristo se identifica con

el hijo mayor de la familia chagga, al que se considera no solo como hijo sino también

como el mejor compañero que participa de la realización de la vida y del proyecto

familiar. Él, al igual que el padre, es objeto de respeto y de consideración. En la

ausencia del padre, le cabe idear los rumbos a seguir como familia. Se trata, pues, de

Momo njoka nyi njoka, que se traduce al español con la idea de “la serpiente chica es

serpiente”.

Otra dimensión que no pasa desapercibida en la cristología chagga es la que se refiere a

la humanidad de Jesús. Pues, para el chagga Cristo fue y es un hombre que vivió en

plenitud la vida, que hizo que el hombre volviera a la antigua alianza con Dios. En

Cristo se identifica el hombre ideal que Dios siempre soñó. Por ello, Cristo debe ser

objeto de imitación desde la libertad,74 debe ser el punto al que hay que tender, si se

quiere ser perfecto.75 A continuación, presentamos algunas concepciones chagga al

respecto de la humanidad y divinidad de Cristo.

Por otro lado, la vida constituye el eje central de la existencia chagga, ella todo conecta

y articula; inspira compromiso en el diario vivir. Todo gira alrededor de ella, es el

máximo valor e ideal que llama a la comunión y a la acción articulada.

Recordemos, de paso, las diferentes concepciones que el hombre ha tenido sobre el

término vida. Los filósofos antiguos concibieron la vida como una realidad orgánica y                                                             72Cfr. Moltmann, Cristo para nosotros hoy, 9. 73 El hijo de Dios (Jesús) se hace hombre para él tome parte en su plenitud y perfección. Cfr. Wolfhart,

Fundamentos de cristología, 51. 74 Para poder realizar la voluntad del Padre Jesús asumió una actitud libre frente a todo y a todos. Sea

como fuere, frente a la sociedad, la religión, el poder, la fama y hasta la muerte. Cfr. Gutiérrez, 126. 75 Cfr. Wolfhart, 51. 

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Page 40: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

el modo característico de la existencia humana. Se trata de la ζωη y de la

βιοσ, respectivamente. La vida orgánica no se expresa únicamente en lo biológico, sino

también en la manera en que está organizada la naturaleza; en ella subsiste el ímpetu,

θυμοσ y el alma, ψυχη . Es ella el principio del movimiento de cada ser viviente.76

Entre los chagga se asume la vida como algo sagrado, Ella procede de Ruwa.77 Por lo

tanto, la procreación es un don exclusivo de Ruwa. Por ello, ella comporta todo un

conjunto de rituales que la solemniza y la eleva a lo más alto de los valores. La vida

relativiza la muerte y renueva los alientos y la esperanza para seguir luchando; forma

una cadena donde se unen vivos y muertos, haciendo del mundo una única realidad.

Para el pueblo Chagga, la vida es la posibilidad de vivirla como recibida gratuitamente

de Ruwa,78 es un proyecto y compromiso a realizar. Ella tiende siempre a perpetuarse, a

eternizarse. La propia muerte es apenas un cambio circunstancial y formal. Se cree que

después de la muerte física la persona sigue viviendo; por eso, los interminables

sacrificios dirigidos a los muertos, sobre todo a los espíritus buenos y los antepasados.

Los que nos precedieron son ejemplo vivo de compromiso por la vida, son una clara

muestra que vale la pena vivir.

El cristiano defiende que Cristo es la verdadera fuente de la vida,79 pues él participa de

la acción creadora y conservadora de Ruwa.80 Con su vida y acción, Cristo mostró lo

decisivo que representa el luchar por la vida. A él no le importó crearse enemigos que lo

reprochasen a causa de su férrea defensa de la vida. Jesús se acercó a pecadores,

deshonestos, enfermos y social y religiosamente excluidos. A todos quiso rescatar y

afirmarle la identidad. El testimonio consignado en los evangelios apela al amor (un

amor universal, dirigido a amigos y enemigos) (Lc. 6: 27-35; Mt. 9: 10-13) al respeto y

la defensa de la vida. La vida es tan importante que pide relativizar todo, incluso las

                                                            76 Cfr. Mora, Diccionario de Filosofía, 3689. 77 Cfr. Bénézet, 19. 78 Cfr. Marealle, 62. 79 Cfr. Alfano, 16. 80 Cfr. Kasper, 203. 

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Page 41: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

propias leyes. Jesús sanó y curó en el sábado (Mc. 3:1-6, Lc. 13:10-17; 14:1-6)) se dejó

tocar por una mujer, defendió a una prostituta que estuvo a las puertas de la muerte

(Jun. 8:1-11) y comió con publicanos (Mt.9:11) En suma, frente al valor de la vida

ninguna ley o costumbre prevalece.

El cristiano vive convencido de que su compromiso por la vida es irremplazable. El

seguir al maestro de la vida exige ineludiblemente el comprometerse por la vida. Se

trata acá de un compromiso que demanda el paso de la teoría a la práctica. Pues, la vida

exige gestos concretos de lucha, solidaridad, compromiso, fraternidad y defensa, porque

es solo así que se va creando un ambiente donde triunfa la vida.

Por su carácter sagrado, la vida exige estar en comunión con Dios y los antepasados, sea

para protegerla como para perpetuarla, eternizarla. El hombre no puede vivir ajeno al

mundo divino, puesto que de él procede y de él obtiene la fortaleza.

La preocupación por la vida también se deja deslumbrar en los Evangelios, Lucas

muestra cómo Dios Padre prepara el nacimiento de su hijo primogénito, Cristo Jesús,

que nació de la Virgen María. (Lc. 1:27) A José, Dios lo constituyó padre adoptivo. A él

habrá que imitarle, sobretodo en el cuidado y responsabilidad sobre el Hijo.

En lo referente a la paternidad chagga, ella exige un compromiso concreto, exige velar

por los infantes, proporcionándoles lo necesario para una vida sana y digna. Ningún

padre puede descuidar su compromiso en la generación, transmisión y conservación de

la vida. Al contrario, habrá que colaborar en la misión divina en pro de la vida.

2.3.3 Cristo y la muerte

Empecemos notando que la muerte señala una interrupción, pero en último extremo es

solo parte de un proceso continuo. El muerto prosigue su vida como antepasado en el

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Page 42: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

más allá. En su nuevo puesto asumirá la responsabilidad del bien estar de sus

descendientes.81

Reconózcase la consciencia que el chagga tiene de la muerte. La muerte es una realidad

omnipresente en el mundo chagga. Ella afecta al individuo y a la comunidad en su

conjunto. Aunque la desaparición física siembre dolor, desolación y marque el punto

final de la comunión que se mantenía con el difunto, ella mantiene viva la cadena

relacional entre los vivos y el muerto. La muerte significa apenas un cambio de estado,

un partir hacia el otro lado, allá donde vive Dios y los antepasados; 82 en resumen, la

muerte representa el retorno al mundo de origen. De hecho, la comunidad comporta

tanto a los vivos como a los que han pasado a la otra orilla.83 Aquí la muerte se acepta

como una realidad que sobrepasa el poder humano, cuya integración demanda el recurso

a la fe.

Desde la fe cristiana, el chagga cree en la comunión de los muertos y la inmortalidad.

Cristo hace que el hombre se eternice, venciendo de una vez por todas la muerte. Por

ello, la muerte crea un clima donde la tristeza se mezcla con la alegría, lo individual con

lo comunitario, lo puramente humano con lo divino, lo visible y lo invisible, la

fragilidad con la consistencia. En definitiva, la fe cristiana enseña al chagga a creer

incluso en lo absurdo que significa la muerte, porque ella ha sido superada por Cristo.

Con Cristo y en Cristo no hay obstáculo ninguno que el hombre no pueda superar.

Como pasa en los Evangelios, la muerte convoca a la comunión, a la fraternidad y a la

solidaridad (Jun. 11:1-44, Mt. 9:23-26) Ella representa un momento único y oportuno

para reflexionar sobre el misterio que envuelve la existencia humana y para renovar la

propia fe. La muerte manifiesta en parte el carácter efímero de la existencia temporal

del hombre; manifiesta, además, la provisoriedad del peregrinaje humano sobre la tierra.

Sin embargo, la fe en la eternidad capacita al hombre para enfrentar con valor y

                                                            81 Cfr. AA.VV, Corazón de África, 188. 82 Cfr. Marealle, 62. 83 Cfr. 63. 

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Page 43: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

determinación el fenómeno de la muerte. Cristo mismo nos aseguró que con él

triunfaríamos sobre la muerte.

La muerte chagga se enfrenta en un clima de fraternidad y comunión. En ella resulta

siempre determinante el compromiso de cada individuo y de toda la comunidad. Ella

pide la conjugación de esfuerzos, la comunión perfecta de acciones y de sentimientos.

La muerte significa una experiencia única para abrir los ojos hacia el más allá, una

experiencia única para renovar los lasos familiares y comunitarios, para acrecentar el

compromiso por la vida y la convicción de que nuestra existencia terrena es algo

pasajero.

El creer que la muerte no significa el fin de todo, llena al chagga de valentía para

enfrentar el desafío que representa la muerte. En la lógica chagga la vida está llamada a

la desaparición física, porque todo lo que tiene comienzo debe tener un fin. No

obstante, la muerte es un paso hacia una vida más plena.84 El chagga mientras vive se

va preparando hacia la muerte. Pues, en la medida que la persona va avanzando en edad,

también va aceptando y asumiendo la realidad de la muerte, se va disponiendo hacia la

vida plena.85

La muerte que representa un desafío para el chagga es la de los niños y los jóvenes, pues

estos aun no han disfrutado de la vida, y tampoco han aportado a la transmisión y la

conservación de la misma. Ese tipo de muerte se cree que tiene siempre causas

humanas, unas veces relacionadas con Dios y los antepasados. Al chagga le parece

incomprensible, a lo mejor absurdo, que la gente muera en temprana edad. Sin embargo,

la muerte continúa siendo un misterio inasequible para el hombre, un mundo cuyo

acceso demanda servirse de la fe.

Entre los chagga, se nota la preocupación por la vida, aunque se crea en la eternidad.

Así lo demuestran las actitudes que se asumen ante la enfermedad. Frente a todo lo que

agobia al hombre, el chagga se afana en encontrar soluciones viables. La enfermedad se

                                                            84 Wachege, Living to die. Dying to live. African Christian Insights, 90. 85 Ibíd., 88. 

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Page 44: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

enfrenta mediante prácticas medicinales y sacrificiales, estas últimas dirigidas a Dios y

a los antepasados. Todo para preservar la vida. Sin embargo, la última palabra frente a

la vida la tiene Ruwa, porque a él le cabe determinar la suerte del ser humano. Pues el

hombre es y será siempre un ser limitado, una realidad cuya consistencia y plenitud

depende de Dios.86 En fin, Dios constituye la única y la última esperanza del hombre

ante la enfermedad.

Desde la fe, el chagga acepta con agrado la muerte. Porque sabe que ella es obra divina,

como también lo es la vida. A Ruwa le pertenece el derecho humano a la vida y a la

muerte. Morir entre los chagga no significa la pérdida de todo; significa en parte una

ganancia, dado que el difunto retorna al mundo divino y de los antepasados y se

transforma en un mediador entre los vivos y los muertos, entre lo visible y lo invisible,

entre lo inmanente y lo trascendente.

La muerte se vive con base en conjunto de procesos que en su todo solemniza el acto

fúnebre. A las exequias se proceden a través de acciones individuales y comunitarias.

Los trabajos relacionados con el entierro se reservan, en general, a los varones. Las

mujeres se dedican esencialmente a la atención del hogar del difunto. Son ellas, sobre

todo las del núcleo familiar, las que viven el momento del dolor a través de gritos,

llantos, entre otros. La consolación frente al dolor se reserva también a las mujeres.

La muerte, más que una realidad individual, es un fenómeno social. Ella afecta a todos,

a la persona, a la familia y a toda la comunidad. Del entierro participan todos los que

pueden, sin excepción ninguna, hombres y mujeres, niños, jóvenes adultos y ancianos,

pobres y ricos, amigos y enemigos. ¿Y los cuerpos de los muertos, qué?

Entre los chagga es costumbre el depositar los cuerpos de los muertos en las fincas

familiares. Pues se cree que el muerto continúa siendo parte activa de la familia. De esta

manera, debe continuar habitando con los suyos. Los funerales se sirven de prácticas

                                                            86 Cfr. Marealle, 62. 

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Page 45: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

rituales que buscan a acompañar al difunto a su nuevo estado de vida, a la morada de los

antepasados.87 Se trata de rituales que varían según el sexo y la edad.

                                                            87 En la perspectiva chagga, la muerte permite que el hombre adquiera una nueva ciudadanía. Cfr.

Marealle, 71. 

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Page 46: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

CAPÍTULO III

JESÚS, EL PRIMOGENITO DE DIOS Y DE LA HUMANIDAD

3.1 JESÚS A LA LUZ DE LA ESCRITURA

El acercamiento a la persona de Jesús se puede hacer con base en la reflexión teológica,

la experiencia de fe o el recurso a la Escritura. El presente apartado quiere ser un rastreo

de la cristología neotestamentaria.88

La primera duda que nos asalta al acercarnos al Nuevo Testamento es la que se refiere al

origen de Jesús. Pues nos interesa identificar el origen humano y divino89 del que es

fundamento de nuestra fe. Ayer y hoy continúa válida la pregunta sobre la procedencia

de Jesús. Continuará siempre vigente y pertinente el interrogante: ¿de dónde procede

Jesús?

Una atención especial al evangelio de Lucas deja entrever que el nacimiento de Jesús

fue precedido por un anuncio del ángel Gabriel (Lc.1:26). Jesús se encarnó en María la

virgen, bajo la acción del Espíritu Santo (Lc. 1:35). Juan a su vez defiende la eternidad

de Jesús. Lo asume como Palabra (Logos) que desde siempre ha existido90 junto a Dios,

y que es Dios (Jn.1:1-2). Jesús es el mediador de la acción de Dios (Jn. 1:3). En Jesús

estaba la vida (Jn. 1:4). Juan asegura que la Palabra vino al mundo (Jn. 1:11), que ella

se hizo hombre y vivió entre los humanos (Jn. 1:14). En suma, el origen de Jesús es

divino; su encarnación implicó el proceso kenótico, o sea, el rebajarse, renunciar a su

condición divina y asumir nuestra humanidad, con todas sus implicaciones, menos el

pecado.

Mateo inserta a Jesús en la familia humana. Pues Jesús el Mesías procede de un gran

conjunto de genealogías del pueblo elegido (Mt. 1:1-17). Sin embargo, Jesús es obra del

                                                            88 Kasper, denomina este apartado de la cristología neotestamentaría como la “desde abajo” Cfr. Kasper,

201. 89 Cfr. Hengel, El hijo de Dios. El origen de la cristología y la historia de la religión Judeo-Helenista, 15. 90 Cfr. Kasper, 209.

 

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Page 47: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Espíritu Santo (Mt. 1:20). Él se encarnó en el seno de María (Mt. 1:21). Jesús, en pocas

palabras, contempla una procedencia divina y humana. ¿Y la vida de Jesús, qué?

Lucas deja entender que el nacimiento de Jesús se da en un contexto de un censo

ordenado por el emperador Augusto (Lc. 2:1). José y María fueron a Belén, en Judea,

para allí inscribirse. Allí nació Jesús en un establo (Lc. 2:4-7). De niño Jesús fue objeto

de adoración de ángeles y pastores (Lc. 2:8-20) y de tres sabios del oriente (Mt.2:1).

Como sucedía con todos, a los ocho días Jesús fue circuncidado y atribuido el nombre,

en su caso Jesús (Lc. 2:21). Es más, Jesús fue presentado al Señor en el templo de

Jerusalén (Lc. 2:22). Todo según las prescripciones mosaicas. (Lc. 2:23-24). Al decir de

Mateo, Jesús, junto con los padres, huyó a Egipto para librarse del peligro mortal que

representaba el plan vengativo de Herodes (Mt. 2:13). No obstante, parece ser verídico

que fue en Nazaret donde se críó Jesús. Allí crecía él humana y espiritualmente (Lc.

2:39-40). ¿Y qué decir de su misión?

Los cuatro Evangelios son unánimes en la afirmación de que la misión de Jesús fue

precedida por la misión y el testimonio del Juan el Bautista. (Mt. 3:1-12; Mc. 1:1-8; Lc.

3: 1-20; Jn. 1:19-34). El primero hecho significativo en la misión de Jesús lo representó

su bautismo en el Jordán. En él, Jesús fue declarado explícitamente Hijo de Dios91 (Mt.

3:17). Los sinópticos atestiguan que al bautismo de Jesús le siguió una experiencia de

prueba en el desierto, en la que tuvo que elegir el camino a seguir en la realización del

proyecto del Padre.

Mateo y Marcos sitúan la misión de Jesús después de la prisión de Juan el Bautista (Mt.

4: 12; Mc. 1:14). Se trataba del anuncio de la inminente llegada del reino que

demandaba la conversión (Mc.1:14). Desde los comienzos, Jesús quiso asociar a su

empresa a hombres y mujeres que con él convivieran y anunciaran la buena noticia. A

unos de ellos los constituyó discípulos y a otros apóstoles.

Tanto la Escritura como la teología sistemática aseguran que el centro de la acción y del

mensaje de Jesús lo constituyó el reino de Dios. Con palabras y obras, Jesús se dedicó

enteramente a esta causa. A diferencia de las concepciones de sus contemporáneos,

                                                            91 Cfr. Kasper, 2001.

 

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Page 48: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Jesús concibe el reino como el triunfo del amor y de la justicia, del perdón y de la

misericordia, que hacen factible la fraternidad universal. Pues el reino defiende el

triunfo de la vida. No se trata pues de una actitud vengativa o excluyente de Dios, como

lo habían presupuesto algunas corrientes mesiánicas. Tampoco se trata de una

intervención de naturaleza armada de Dios para acabar con los enemigos del pueblo

elegido; mucho menos se trata de un triunfo de la ley. El Reino significa buenos

tiempos para todos, sobre todo para los pobres, los marginados y los débiles.

En Cristo el hombre renace como hijo de Dios y se asume como hermano del otro.92 Y

todo eso permite la instauración de nuevas relaciones interpersonales basadas en el amor

(Jn. 13:34-35).

La Escritura atestigua que la misión de Jesús fue congregando a hombres y mujeres que

constituyeron el nuevo Israel, la iglesia fundada en Pedro (Mt. 16:18). Fue este grupo

quien representó visiblemente la concreción de la nueva familia humana, cuyos lazos

son más de la fe y no de la sangre.

La acción y la actitud de Jesús fueron sembrando conflictos93 y minando ciertas

posiciones de no pocos políticos y religiosos. Se trató, pues, de malestares que

desconvocaron en la prisión, condena y muerte de Jesús (Mt. 26:47-67; 27:15-56). Sin

embargo, la muerte no significó el fin de la vida y la misión de Jesús. Porque Dios lo

resucitó94 y él confió su misión a sus seguidores (Mt. 28: 7.19-20). Fueron los

discípulos y los apósteles que llevaron adelante el mensaje del Maestro, al principio

entre los judíos, y después entre los gentiles. En resumen, fue el compromiso de los

creyentes que hizo que el Evangelio se diera a conocer más allá del tiempo y la cultura

de Jesús.

Lo que acabamos de hacer fue un intento de reconstruir brevemente la vida de Jesús a la

luz de la Escritura. Ahora nos queda la tarea de registrar algunos títulos cristológicos

presentes en la Escritura.

                                                            92 Cfr. Gutiérrez, Cristología y moral. El compromiso de Jesucristo como compromiso con la justicia,

87.  93 Cfr. Hugo, La practica de Jesus, 191. 94 Cfr. 128. 

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Page 49: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Empezamos observando que muchos son los títulos que ofrece la Escritura respecto a la

persona de Jesús. Sin embargo, nos limitaremos acá a apuntar a algunos de ellos, los

que juzgamos representativos. El abordaje será, a la postre muy limitado.

En primer lugar, registramos el título del Hijo de Dios.95 En el bautismo, Dios proclama

a Jesús su Hijo,96 un Hijo amado y elegido (Mc. 1:11). Confesando su fe, Pedro declara

que Jesús es el Hijo del Dios vivo (Mt. 16: 16). Marcos presenta su evangelio como

buena noticia del Hijo de Dios (Mc. 1:1). En definitiva, muchos son los pasajes

neotestamentarios que se refieren a Cristo como Hijo de Dios.97

Otro título cristológico que no pasa desapercibido en el N. T. es el de Mesías. Pedro da

entender que Cristo es el Mesías (Mc. 8:27-33; Mt. 16:16). En la cristología de Juan,

Jesús no solo es el rey de Israel e Hijo de Dios, sino también el Mesías (Jn. 1:41-49), el

Cristo (Flp. 2: 9-11); honrarlo significa honrar al Padre (Jn. 5:19-23). Al decir de

Lucas, Jesús es un Mesías que fue resucitado y constituido por Dios (Hech. 2:32.36). Él

es un Mesías que se mantuvo fiel al Padre (Flp. 2:8-9) hasta las últimas consecuencias,

incluso la propia muerte; en nombre de su obediencia padeció y murió (Jn. 16:19-22).

La Escritura también habla de Jesús como Cristo, Ungido (Mc. 1:1.14). Él viene con

poder para el juicio final (Mc. 8:38). Y en él se cumplen las promesas de Dios a favor

del hombre (Hech. 3:32-33).

Cabe, asimismo, constatar que a Jesús también se le considera Señor.98 Así lo refiere

Pablo (1Cor. 16:22) y Juan (Ap. 22:22). En la óptica paulina, el Señorío de Jesús es

fruto de la proclamación del Padre (Flp. 2:6-11). Por último, registramos que Tomás

cree que Jesús es a la vez Señor y Dios (Jn. 20:28).

Por lo demás, encontramos en la Escritura la referencia a Jesús como Hijo del hombre

(Jn. 8:28). Como humano sufrió (Mc. 8:31; 10:33-34) y experimentó el abandono de

Dios (Mc. 15:34). Por último, constatamos que Jesús mismo se asume como Hijo del

hombre (Mt. 26:64).

                                                            95 Cfr. Caravias, el Dios de Jesus, 165. 96 Cfr. 126. 97 Otros pasajes que asumen a Jesús como Hijo de Dios son los siguientes: Mc. 15:39; Mt. 3, 17; Lc. 3:22.  98 Cfr. Kasper, 1999. 

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Page 50: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Terminamos hablando de Jesús como Hijo de David. Muchas son las referencias a este

título cristológico, como las de Mt 15: 22 y 20:30; Los evangelistas creen que Jesús

desciende de David (Mt. 1:20; Lc. 1:27). Él no solo salva a los gentiles (Jn. 1:1-9), sino

también al pueblo de Israel (Jn. 1:14-18). En resumen, la Escritura se refiere a menudo a

Jesús como Cristo, Mesías, Hijo de Dios, Hijo de David e Hijo del hombre.

3.2 JESÚS EN LA TEOLOGIA SISTEMÁTICA

3.2.1 Una visión introductoria

De entrada, se observa que Cristo ha sido objeto de reflexión teológico-racional. Por

ello el hablarse de la cristología, tanto dogmática como sistemática. La cristología

sistemática busca esencialmente penetrar el misterio de Cristo a través de la razón, con

la intuición de hacerlo explícito y asequible al hombre. Esta búsqueda ha caracterizado

siempre la vida cristiana. Sin embargo, los primeros pasos significativos los debemos a

la patrística y escolástica que cimentaron el dogma cristológico. No obstante, el

acercamiento a Cristo continuó haciéndose presente en los momentos que les siguieron

a la patrística y la escolástica. Incluso nuestros tiempos son testigos de grandes

búsquedas cristológicas, como se ilustrará a continuación.

3.2.2 Los primeros acercamientos cristológicos

La primera reflexión sobre el misterio de Cristo la constituyó la patrística. Los padres de

la iglesia sintieron la necesidad de referirse a lo específico del cristianismo. En el

terreno cristológico, hablaron de la humanidad y la divinidad de Jesús, de su filiación

divina y condición de Kyrios. Aquí no faltan interpretaciones heréticas, como el

ebionismo, el marcianismo, el docetismo, el valentinianismo, el adopcionismo, el

modalismo y el arrianismo. Ante ellas los Padres asumieron posturas defensivas y

combativas, sirviéndose de líneas de pensamiento ortodoxas. Otras veces a la iglesia le

urgió recurrir a Concilios, como fue en los de Éfeso y de Calcedonia.99 El abordaje

                                                            99 Cfr. Uriel, Los Padres de la Iglesia. Una tradición como búsqueda teológica, 121. 

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Page 51: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

cristológico de la Patrística se caracterizó, entre otros, por el recurso a la fe y a la razón,

lo cual permitía entender para creer y creer para entender100y lanzar bases para el

anuncio kerigmático y la comprensión de la misma fe.101

Las reflexiones cristológicas también se hicieron presentes en la escolástica. Fue sobre

todo con santo Tomás que ellas alcanzaron el punto más alto. Aquí entró por primera

vez en la discusión cristológica la filosofía aristotélica.

3.2.3 Nuevo contexto y nuevas realidades cristológicas

La modernidad representó nuevos aires en los debates cristológicos. El

antropocentrismo exigió más de lo debido para que se continuara con el cristocentrismo.

El renacimiento y el humanismo abrieron paso para la valoración de las lenguas clásicas

y fuentes antiguas. Fue aquí donde se sintió la necesidad de apelar a los Padres en los

tratados cristológicos. Pero la modernidad no significó apenas buenos momentos para

la cristología. A la inversa, sembró no pocas confusiones. Mencionamos, a título de

ejemplo, el problema del Jesús histórico y del Cristo de la fe.

El problema cristológico sobre el Jesús histórico y el Cristo de la fe fue inicialmente

fomentado por Reimarus (+1768).102 El debate busca, a grosso modo, distinguir entre

Jesús que existió históricamente y el Cristo que se predicó en la fe. Muchas veces este

debate acaba creando un dualismo cristológico, que no deja de tener impactos negativos

en la propia reflexión teológica y vida creyente. Sea como fuere, los debates alrededor

del Jesús histórico y del Cristo de la fe han alimentado la curiosidad humana y han

instado a los teólogos a ponerse en un camino de continua búsqueda.

                                                            100 Cfr. http://www.webdianoia.com/medieval/anselmo.htm. (consultado en 27de Octubre 2009 a las 9.54

de la noche). 101 Cfr. Boff, Jesucristo el liberador, 167. La idea se puede encontrar también en la encíclica Fides et

Ratio, en los numerales 36, 37, 38, 39, 40,41 y 42.  102 Cfr. Boff, 25. 

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Page 52: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

3.2.4 Hacia nuevas propuestas cristológicas

3.2.4.1 Cristología Moral

El esfuerzo por desarrollar cristologías contextualizadas que respondan a problemas

puntuales ha motivado la aparición de nuevas perspectivas cristológicas. En muchos

contextos europeos, africanos, americanos y asiáticos se han producido reflexiones

cristológicas de suma importancia. El afán de responder a los problemas de la mujer, de

la vida socioeconómica y política y el encuentro entre el evangelio y las culturas ha

hecho que surjan cristologías tan particulares que no se les puede comparar con ninguna

otra.

El impulso del Concilio Vaticano II en el ámbito de los estudios morales ha despertado

un interés nunca antes visto por los abordajes cristológicos. El Concilio defendió una

moral cristiana centrada en Cristo, vale decir, una moral cristocéntrica.103 Y todo eso

para que la moral estuviera en condiciones de “mostrar la excelencia de la vocación de

los fieles en Cristo y su obligación de producir frutos en la caridad104 para la vida del

mundo”105.

La exhortación conciliar (Optatam totius) motivó a muchos teólogos a desarrollar

tratados morales a la luz de la cristología. Fruto de eso tenemos hoy una gran cantidad

de producción cristológica contextualizada. Registramos, de paso, las reflexiones de

Real Tremlay, Giuseppe Angelini, Klaus Demmer, Angelo Scola, entre otros.

3.2.4.2 Teología de la liberación

Desde América Latina se ha intentado forjar reflexiones cristológicas a la luz del propio

contexto, de la propia realidad. Nos viene a la memoria ahora aquellas cristologías que

acompañaron y acompañan a la teología de la liberación, la teología feminista y las

teologías emergentes, como la indígena y la negra.

                                                            103 Cfr. Gutiérrez, 22. 104 Cfr. Novoa, Una perspectiva latinoamericana de la teología Moral, 6. 105 Cfr. Optatam Totius, 16. 

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Page 53: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

En la teología de la liberación el acento recae sobre la línea liberadora de la práctica y

del mensaje de Jesús. A la teología de la liberación le urge siempre referirse al Jesús

histórico para en él inspirarse.106 Para el teólogo de la liberación Jesús debe responder

satisfactoriamente a la realidad de opresión e injusticia107 que aqueja a muchos pueblos

latinoamericanos. Por ello la teología surgirá siempre de una fe vivida y pensada a la luz

del contexto108. Desde la realidad latinoamericana el Jesús histórico debe inspirar

prácticas liberadoras que hagan posible la construcción del reino y la lucha por la

justicia. El mensaje de Cristo debe ser histórico y operativo, y nunca una realidad

abstracta.109 En fin, la persona de Jesús debe hacer posible la aparición de una nueva

humanidad, justa y reconciliada.

3.2.4.3 Teología feminista

Nadie ignora los esfuerzos feministas en el campo teológico.110 A partir de los años 70,

muchas mujeres se han dado a la tarea de promover reflexiones cristológicas que

iluminen su camino de emancipación en el contexto social y eclesial y hagan posible la

lucha contra el sexismo y patriarcado. Al decir de la mujer, Cristo debe permitir la

reivindicación del valor y los derechos de la mujer, debe permitir la liberación del

inhumanismo y violencia que azotan al mundo femenino. Es más, la persona de Cristo

debe permitir la construcción de un modelo de vida común, donde hombres y mujeres

valgan y signifiquen lo mismo humanamente hablando. Y para todo ese cometido, la

mujer re-lee la Escritura desde la perspectiva de la mujer, toma en cuenta el

protagonismo femenino en el movimiento de Jesús y en las primeras comunidades

cristianas. Por lo demás, las mujeres apelan a que se tenga en cuenta la situación de los

sufridos y oprimidos en la Escritura en general y en el Nuevo Testamento en particular.

                                                            106 Cfr. Sobrino, XVI. 107 Cfr. Forte, Jesús de Nazaret, historia de Dios, Dios de la historia. Ensayo de una cristología como

historia, 15. 108 Cfr. Boff, 13. 109 Cfr. Gutiérrez, 61-62. 110 El presenta apartado resulta fundamentalmente de la lectura del texto de la pagina. Cfr.

http://jokpala.myweb.uga.edu/feminista. html. (sacado en 09 de Octubre 2009, a las 11:30 am).  

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Page 54: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Sin embargo, las prioridades de la teología feminista dependen en gran escala del propio

contexto donde ella se desarrolla. No es lo mismo hacer teología desde el mundo

desarrollado que desde el mundo subdesarrollado, hacer teología desde el contexto

europeo que el africano, desde el contexto europeo que el asiático, desde el contexto

norteamericano que el latinoamericano. Cada contexto va dictando unas directrices por

las cuales la teología feminista se regirá.111

La teología feminista forja una cristología peculiar. Ella ve a Cristo como fuente de

igualdad entre varón y mujer. Cree que Cristo abogó por una comunidad de iguales.

Como lo deja ver en el tema del matrimonio (Lc.16:18) y el adulterio (Jun. 8:3-7) Jesus

rehabilita y reafirma la dignidad de la mujer (Mt. 9:20-22). Jesus también reclama el

protagonismo femenino, saca la mujer del anonimato y la hace una anunciadora del

Evangelio. A la luz de todo lo anterior se pude decir que la teología feminista reclama

una imagen de la mujer que resulte verdadera y significativa en todos panoramas de la

vida.

3.2.4.4 Teología India y Negra

En el contexto latinoamericano las teologías india y negra poseen muchos elementos en

común. Por eso, nos aventuramos acá a hablar de las dos como si se tratara de un mismo

proyecto.

Lo primero que se reconoce es que la teología india y negra112 se interesa por la

afirmación de la identidad india y negra, por lo cual se puede afirmar que es una

teología que quiere ser contextualizada e histórica. El afán de la visibilización y la

inclusión no deja a la teología india y negra indiferente; al contrario, la llama a un

compromiso teórico y práctico.

                                                            111 Cfr. Gibellini, 243-244. 112 Estas reflexiones se inspiran en Cfr. http:// axe-cali.tripod.com/cepac/guasa/guasa/-virgilio-bueno.html

y http:// www. Cartacentroamerica.net/past-y-teolog-indigena.htm. (sacado el 09 de Octubre de 2009 a

las 11:50).  

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Page 55: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

La teología india y negra surge como hija legítima de la teología de la liberación. Por

eso no habrá que sorprenderse ante su interés por los marginados y los empobrecidos.

Ella opta preferiblemente por los que están al margen del mundo hegemónico, para

poderlos incluir y afirmarles la dignidad. De la teología de la liberación aprendió a

gritar en alta voz que ha llegado el tiempo de afirmar y reconocer los nuevos sujetos de

la historia: los indígenas y los negros.

La teología india y negra clama por una evangelización profunda; pide un proceso

evangelizador que se sirva del amor y el respeto mutuo, que abogue por la inculturación

y el diálogo interreligioso. La teología india y negra combate con ahínco el paternalismo

y el asistencialismo, defendiendo una acción pastoral que consista en el

acompañamiento del pueblo, y no su remplazo. Azolados por la guerra, la violencia y la

exclusión, la teología india y negra defiende una evangelización del indio y del negro

que no abdique del compromiso con la justicia y la paz, con el amor y la fraternidad. La

iglesia se verá siempre en la necesidad de propiciar el reclamo de los derechos.

Por lo demás, la teología india y negra busca rescatar la memoria histórica y cultural del

pueblo, afirmar los procesos constructivos y denunciar aquellas prácticas que han

resultado nefastas en la vida de las personas. En su intento de contextualizarse, la

teología india y negra defiende una iglesia autóctona. Por eso se da a la tarea de formar

agentes de pastoral autóctona. En su afán de asegurar un futuro mejor, la teología india

y negra se compromete con la formación de las nuevas generaciones, inculcándoles

valores e ideales de vida que hacen factible la existencia individual y comunitaria.

A nivel cristológico, la teología india y negra forja concepciones cristológicas

partidarias de la alteridad y del altruismo. Las cristologías india y negra llaman al

compromiso histórico, al respecto por el diferente y al trabajo por su causa. Acá

prevalece el Jesus histórico, pues su existencia va iluminando la existencia concreta del

pueblo negro y indio, condenando la marginación y la exclusión del indio y el negro.

Inspira una cristología liberadora que abogue por la inclusión y la dignificación.

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Page 56: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

3.2.4.5 Teología Africana

En los últimos años se han venido afirmando en el África corrientes de pensamiento

teológico, muchas de ellas influenciadas por el Concilio Vaticano II y el Sínodo

africano. Algo común en todas estas corrientes es el interés por la inculturación y la

liberación del hombre y su realidad. El apelo al combate contra hambre, la exclusión, la

pobreza, la injusticia y la violencia ha sido una nota característica de las exhortaciones

de la teología africana. Muchos teólogos africanos se levantan con valor contra aquellas

prácticas nacionales y extranjeras que no permiten la plena realización del africano,

porque creen que el choque de estas prácticas con el evangelio no debe dejar al creyente

indiferente.113

La teología africana vive convencida que ha llegado el tiempo de eliminar el fatalismo

de las situaciones de miseria y de injusticias que agobian a muchos seres humanos,

cristianos y no cristianos.114 Quizás sea de conocimiento de todos que la evangelización

africana se ha limitado, por mucho tiempo, a cultivar el mundo espiritual. La propia

indiferencia eclesial ante la trata y la colonización evidencian una actitud sectaria y de

complicidad.115 Pues el Evangelio llama a un compromiso integral para con el hombre.

En el contexto africano no basta con tener miles y millones de cristianos; sino que

también es necesario servirlos en sus necesidades. Por eso resulta loable la actitud que

ha caracterizado a la iglesia en los últimos tiempos: una misión más comprometida con

la realidad del hombre africano. “Desde hace más de veinte años, pastores, teólogos,

comunidades religiosas y laicos comprometidos participan con ardor en la búsqueda de

un cristianismo africano que constituya un verdadero desafío para las Iglesias de

África.”116

                                                            113 Cfr. Jean-Marc, El grito del hombre africano, 9 - 10. 114 Cfr. 10. 115 Una actitud como esta puede levantar sospechas de que la iglesia sea aliada del poder dominador. Cfr.

Ela, 32. Se cree que “ Sentada a la mesa de Occidente, la Iglesia no habría llevado a los ‘pobres negros’

más que migajas, sin decidirse a sacudir el entorpecimiento de las sociedades saciadas frente al poder

extremado del imperialismo en África, mas allá del velo de la ‘misión civilizadora’ y de la asistencia bajo

todas sus formas.” Cfr. Gibellini, 206. 116 Cfr. 197. 

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Page 57: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Algo que no pasa inadvertido en la teología africana es el clamor por la inculturación.

Muchos teólogos africanos no cesan de clamar por una lectura contextualizada del

Evangelio. Se cree que la vivencia auténtica del Evangelio en el contexto africano

presupone su expresión a la luz del mundo cultural africano.117 Al decir de muchos, la

inculturación debe penetrar todos los ámbitos de la existencia, debe penetrar el mundo

sociopolítico, económico, cultural y religioso, desde la simbología al comportamiento,

pasando por la celebración. En fin, la inculturación debe abarcar la totalidad del hombre

africano, haciendo de todos partícipes de la investigación del mensaje cristiano.

Apostar por la inculturación significa, ante todo, ser partidario de una evangelización

que parta del interior de la propia cultura, ser partidario de una fe cristiana traducida y

expresada a la luz de las categorías culturales de los destinatarios del mensaje

evangélico. Apostar por la inculturación significa, en última instancia, apostar por una

acción evangelizadora que se inspira y se apoya en la propia cultura.

Terminamos observando que lo característico de la teología africana es la apuesta por la

inculturación por este proceso que permite profesar a Cristo a la luz de la cultura

africana.

3.3 OTRAS CONSTATACIONES CRISTOLÓGICAS

3.3.1 Jesus el Hijo

La Escritura se refiere a Jesús como hijo de Dios (Mc. 1:1). Por Jesucristo Dios se ha

comunicado a sí mismo de manera total y absoluta.118 Jesús hijo de Dios es el enviado

del Padre (cfr. Gal 4:4; Rom. 8:3 Jn. 5:23.37).

El título Hijo de Dios “aparece en textos prepaulinos prácticamente como resumen del

mensaje cristiano.119 Jesús es el Hijo y el enviado del Padre que se hace hombre como

nosotros, excepto en el pecado; asume nuestra condición para salvarnos del pecado y

                                                            117 Cfr. Magesa, Anatomy of inculturation. Transforming the church in Africa, 165. 118 Cfr. Kasper, 212.  119 Cfr. Gutiérrez, 172-173. El título es de origen muy antiguo. Cfr. 172. 

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Page 58: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

elevarnos a la condición divina. En él nos reconocimos hijos de un mismo Padre, por

ende, hermanos.

La cristología se ha referido al proceso de rebajamiento de Jesús como Kenosis, este

proceso mediante el cual Jesús renunció a su condición divina y asumió la condición

humana.

El título Hijo de Dios expresa sin lugar a dudas la máxima vinculación posible de Jesús

con Dios, pues desautoriza las demás filiaciones. (Mc. 13:32).120 No obstante, la

divinidad de Jesús se expresa en su grado máximo en la experiencia de la resurrección,

donde es elevado y constituido el rey de todo (Flp. 2:6-11).

Sin la profesión en Jesús como el hijo de Dios no puede existir la fe cristiana.121

Jesucristo como Hijo de Dios es fuente de filiación divina.122 Por su fidelidad ilimitada

al proyecto del Padre, Jesús fue muerto. Su muerte nunca fue un fracaso, sino una

justificación auténtica de su compromiso definitivo con el reino del Padre. Dios lo

justificó por el hecho de que lo haya resucitado de entre los muertos.123 Es importante

notar cómo se ha argumentado que el acceso a la fe verdadera en Jesucristo, y el

auténtico seguimiento de Jesús se suscita desde la dimensión de ser hijo; pues la

filiación de Jesús es una solidaridad que lleva al hombre a ser hijo de Dios.124

El hijo es igual al Padre y consustancial a él. Saliendo del Padre se solidariza con el

hombre en toda la historia.125 Jesús como hijo nos apela a la fidelidad al formulario

dogmático y cristológico de Calcedonia: Verdadero Dios y verdadero hombre.

Jesús es ejemplo de la filiación divina, por su obediencia incondicional al Padre, esta

obediencia y búsqueda de la voluntad del Padre se hace evidente en la cruz, (Jun.

19:30). Jesús es ejemplo de la humanidad en todos los tiempos y todas las situaciones.

Por su solidaridad con el hombre, Dios elije al hombre en Jesucristo para ser su hijo

                                                            120 Cfr. Gutiérrez, 174.  121 Cfr. Kasper, 199. 122 Cfr. Sobrino, XVI. 123 Cor. 15:15. 124 Cfr. Sobrino, 59. 125 Cfr. González, Acceso a Jesús. Verdad E imagen, 150. 

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Page 59: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

adoptivo. Por el hecho de hacerse hijo, el cristiano está llamado a aprender de Jesús el

modelo de las tres virtudes cristianas: fe, esperanza y caridad. La existencia de Jesús

consistió en una entrega total al Dios Padre y en la solidaridad ilimitada para con la

humanidad.

En Jesús Hijo, Dios se manifiesta como comunicación, amor y entrega de si mismo;126

en él lo humano se reconcilia con lo divino, y el hombre se hace hijo y hermano

llamado a una vida libre y comunitaria.127

“(…) Jesucristo es forma de lo humano en cuanto El es el evento en el que la verdad de

Dios, que se comunica todo en el Hijo, se da en la historia como hombre y por tanto

como única verdad del hombre”.128 Como hombre y fuente de filiación, Jesús se

transforma en la referencia máxima y obligatoria del creyente.

El título de Hijo instaura, en último análisis, un nuevo mundo relacional entre los

humanos, y estos con Dios. En el ámbito práctico, la filiación de Jesús conlleva a

proyectos e ideales de vida comunes, conlleva a luchas por un mundo más comunitario.

Porque el compromiso histórico de Jesús debe inspirar y orientar la vida del creyente.

3.3.2 Jesús: El primogénito de la humanidad

El es Imagen de Dios invisible, Primogénito de toda la creación, porque en el fueron

creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visible y las invisibles los

Tronos, las dominaciones, los principados, las potestades; todo fue creados por él y

para él, él existe en anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia. (Col 1: 15-

17)

                                                            126 Cfr. 149. 127 Cfr. Gutiérrez, 176.  128 Cfr. Scola, Antropología Teológica. Manuales de Teología Católica, 200. 

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Page 60: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Nadie ignora lo fundamental que resulta el concepto del Jesús primogénito en cualquier

estudio cristológico. El término primogénito es una categoría neotestamentaria que

suele decir Jesús es el hermano mayor y el primogénito del creyente.129

La primogenidad constituye el centro de toda reflexión de la encarnación en la cual Dios

se asume como hijo para que el hombre llegue a ser hijo de Dios.130 La encarnación es

un plan salvífico que Dios ha establecido desde la creación del universo. La llegada del

Salvador es un hecho de toda la historia de salvación, que se cumple integralmente

cuando llega a los confines de la tierra. Dios se hace hombre, el infinito se hace finito,

lo eterno, temporal y lo inmortal, mortal. 131

Al referirse a Jesús como primogénito no se quiere afirmar que Él sea la primera

creatura y tampoco que haya sido creado en determinado momento. Él es eterno como

el Padre, la Palabra que representa toda creatura; ella es engendrada desde toda la

eternidad. Afirmar la primogenidad de Jesús significa tenerlo como fuente del sentido

del ser, significa poner de manifiesto su relación con el Padre y con la creación. Jesús es

la causa ejemplar de la creación, el modelo de todo lo creado.132 Toda creación procede

de Cristo causa ejemplar.133 Por eso es el modelo de todo lo creado, el primogénito de la

humanidad.

Afirmar el primado de Cristo sobre la creación significa poner en estrecha relación su

obra creadora y redentora. Cristo se asume como primogénito de la humanidad porque

por su pasión, muerte y resurrección instaura una nueva humanidad, una nueva creación

                                                            129 Cfr. Sobrino, 79. 130 Cfr. Moltmann, 127. 131 Cfr. www.httt/ Kardic. (sacado en 28 de septiembre de 2008 a las 10 de mañana). 132 Cfr. Silvestre, El es la Imagen de Dios invisible. Una lectura de Col 1. En el V Centenario de la

primera Evangelización, 71. 133 Cfr. 74. 

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Page 61: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

reconciliada en Dios.134 En Cristo el hombre se re-crea, se renueva y recibe una nueva

identidad: la de hijo.135

3.3.3 Fe, camino de acceso a la persona de Cristo

La problemática del Jesús histórico y del Cristo de la fe instauró un ambiente que no

pocas veces pone en confrontación la fe y la razón. Porque se cree que mientras a Jesús

histórico se puede acceder con base en la razón, a Cristo de la fe apenas se puede

acceder mediante la fe. Estas posiciones se ven favorecidas por los aportes de las

ciencias positivas. Sin embargo, habría que adoptar una postura donde la fe y la razón se

complementaran, pues el Jesús histórico no se distingue del Cristo de la fe; es la misma

persona. El Jesús que nació, vivió, padeció, murió y resucitó es el mismo que predicó la

comunidad creyente.

El acceso pleno a la persona de Cristo se da apenas a través de la fe. Es la acogida a la

iniciativa de Dios que posibilita la penetración en el misterio de Cristo. El hombre

solamente puede acceder a la persona de Cristo cuando se encuentra en relación con él,

cuando se dispone a encontrarlo en sus palabras y acciones, algo que se consigue desde

la fe. Apenas se puede buscar a Dios y su reino con base en la fe.136 Como Jesús, el

cristiano está llamado a una vida caracterizada por la continua búsqueda de la voluntad

de Dios y por la fe en Dios (Mc. 14: 36); está llamado a una existencia cimentada en la

fe.137 Apenas puede acceder a Cristo el que confía y se mantiene fiel a Dios, el que

apuesta por la fe como camino de superación de los obstáculos que se le imponen a la

razón.

La fe no significa solamente la confianza y fidelidad a Dios, sino también para la

misión. Esta misión es la que Dios le confía a Jesús: trabajar para el Reino. La fe es

                                                            134 Cfr. Scola, 91. 135 Cfr. Gonzales, Jesucristo ayer, hoy y siempre, una proposición cristológica para la IV conferencia en

Santo Domingo, 51. 136 Cfr. Sobrino, 72. 137 Cfr. 59. 

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Page 62: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

siempre un crecer, un camino hacia la madurez. Ella presupone un camino hacia la

perfección. Jesús mismo, aunque fuera Dios, tuvo que sufrir, ofrecer ruegos y lágrimas

para llegar a la perfección.138

Un acercamiento atento al proceso de la fe de Jesús permite constatar cómo su fe fue

creciendo y desarrollándose en la medida que su relación con el Padre iba creciendo

(Lc. 22:39-44). La fidelidad de Jesús al proyecto del Padre presupuso su abandono

incondicional a Él.

La fe rompe con las propias barreras, hace que la persona trascienda los propios

condicionamientos y se abra a otros mundos. Jesús mismo tuvo que romper con sus

propias fronteras geográficas, políticas, económicas, socioculturales y religiosas. Pero la

fe se vive desde la libertad. En las tentaciones Jesús estuvo libre para aceptar o negar el

proyecto del Padre (Mc. 1:12-13).

La fe instaura un mundo de doble relacionalidad, una vertical y otra horizontal. El

creyente teje relaciones para con Dios y para con los humanos; no prioriza unas

relaciones en detrimento de otras. El creyente vive a la vez su condición de hijo y de

hermano, se interesa por el proyecto de Dios y el proyecto de los hombres. En suma, la

fe no solo hace posible el acceso a Cristo, sino que también, y más aún, inspira un

modelo de vida característico, que se alimenta del amor a Dios y al prójimo.

                                                            138 Cfr. 68. 

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Page 63: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

CAPÍTULO IV

LA CULTURA CHAGGA A LA LUZ DEL EVANGELIO

4.1 NOTAS PREVIAS

En este capitulo nos referiremos a la cristología, eclesiología y pastoral que han

acompañado la evangelización chagga. Se trata de una visión netamente panorámica,

por lo que no abarcará la totalidad del proceso evangelizador chagga.

4.2 DIMENSIÓN CRISTOLÓGICA

4.2.1 Una visión introductoria

Nadie ignora lo problemático y desafiante que representa el problema cristológico. El

abordaje sobre la persona de Cristo ha tenido, a lo largo de los tiempos, varios matices y

enfoques. Unas veces el hombre ha apuntado más lo humano de Cristo, en detrimento

de lo divino, y vice-versa. Otras veces, se ha buscado una visión unitaria de la persona

de Cristo. Estas visiones han dado lugar a disputas cuyas secuelas continúan aun

presentes en muchos creyentes y tratados teológicos.

Tres son los caminos fundamentales de los que el hombre se ha servido para abordar la

cuestión cristológica. El uno se conoce como cristología descendente, que parte de

arriba y de lo divino de Cristo. En segundo lugar está la cristología ascendente, que

parte de abajo y lo humano de Cristo. Por último, encontramos la cristología que se

sirve de la experiencia del creyente. Todas esas cristologías tienen implicaciones

eclesiológicas y pastorales que también se hicieron patentes en el universo Chagga.

4.2.2 Cristo en la cultura chagga

Un miramiento atento al universo chagga permite constatar que Cristo dialoga con la

cultura de este pueblo; asume sus valores y trabaja sus antivalores. Él promueve y

defiende la dignidad, la fraternidad, la solidaridad, el amor, la compasión y la inclusión.

Todas las culturas poseen valores y anti valores. Diríamos, en pocas palabras, que en el

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Page 64: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

mundo chagga se realiza el ideal del Concilio Vaticano II, el de hacer que el Evangelio

irradie las culturas.139

Pues, Cristo se preocupa por el hombre chagga como sujeto de la cultura, de esa

realidad que permite perpetuar abundantemente la vida con base en códigos,

costumbres, prácticas y normas, creencias y rituales.140 La cultura es quien caracteriza

la dimensión sociopolítica, cultural y religiosa del hombre chagga,141 quien permite que

el hombre se relacione consigo mismo, con Dios, con la naturaleza y con los demás. Por

eso, la urgencia de la inculturación. Apremia poner en marcha un proceso dialógico

entre el Evangelio y la cultura que permita servir correcta e integralmente al hombre

chagga. Creemos que ha llegado el tiempo de ir superando los etnocentrismos que han

sido nefastos en muchos procesos evangelizadores. La propuesta de la inculturación se

abordará con profundidad en el apartado que se refiere a la pastoral.

4.2.3 Una cristología teórica

Las reflexiones cristológicas occidentales influyeron sobremanera en la práctica pastoral

de la Iglesia en el mundo chagga. La prevalencia de la cristología descendente o

deductiva instauró una Iglesia cerrada, cuyo interés residía en su proprio destino. En esa

Iglesia prevalecía el aspecto teórico. La Iglesia se limitaba fundamentalmente a

transmitir contenidos que deberían ser asumidos sin interesar la situación del hombre.

Nos vienen a la memoria acá aquellas instrucciones catequéticas y homiléuticas cuyo

afán era la instrucción de los fieles en los componentes doctrinales del cristianismo. A

los creyentes les urgía tener de memoria aquello que aparecía consignado en los

manuales de catequesis. Era deber de todo fiel tener un mínimo de ideas sobre la

Santísima Trinidad, los dogmas, la virgen María, los santos, el misterio de la Iglesia,

entre otros. La Iglesia, en últimas, se dedicó al principio a poner en práctica en el

pueblo chagga la cristología teórica elaborada en el occidente.142

                                                            139 Cfr. Documentos del Concilio Vaticano II, 112. 140 Cfr. http://wikipedia libre. (sacado en 16 de octubre de 2009 a las 10 de la mañana). 141 Cfr. http://wikipedia libre. (sacado en 16 de octubre de 2009 a las 10:30 de la mañana). 142 Cfr. Gibellini. 26. 

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Page 65: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Quizás lo anterior nos autorice a afirmar que los primeros pasos del cristianismo entre

los chagga se caracterizaron, entre otras cosas, por la ignorancia a la propia realidad143

del hombre, como ser individual y comunitario, cuya vida contempla altibajos.

La primera evangelización chagga sembró una vida cristiana netamente teórica. La

propia fe fue incapaz de formar e informar la vida. El hombre fue más imitador de

Cristo que su seguidor. Su interés se centraba en la persona de Jesús (la que había que

conocer y tenerla de memoria), y no en el destino y el proyecto por el anunciado. La

propia caridad entendida como encarnación del amor continuaba siendo una pura

añoranza. Lo que prevalecía eran prácticas paternalistas y asistencialistas del misionero

hacia el pueblo. La fe fue incapaz de cultivar un hombre adulto, que supiera también

cómo pescar, en lugar de ser puro destinatario del pescado. Por ello, fue difícil, para no

decir imposible, encontrar hombres y mujeres que dispusieran a anunciar la buena

nueva.

En lo tocante a la moral, pareciera que muchos cristianos no tuvieron a Cristo como

referencia obligatoria a la hora de tomar las decisiones, puesto que muchas de sus

acciones eran anti evangélicos. En el terreno vivencial religioso se asistía a un

sincretismo de grandes proporciones, incluso había gente cuya vida se caracterizaba por

el dualismo religioso. Nos referimos acá a los que se podrían llamar cristianos de medio

día, pues por la mañana se dedicaban a lo cristiano, yendo a la iglesia y asistiendo a los

cultos, y por la tarde regresaba a su mundo de vida donde lo que reinaba era la religión

tradicional.

Por último, el cristianismo que recibió el chagga en los primeros tiempos fue incapaz de

cuestionar la propia realidad vigente.144 Podríamos asegurar, aunque con reservas, que

fue ajeno al propio mundo de vida chagga. Ese cristianismo no tuvo la valentía y la

voluntad necesaria para servir integralmente al hombre chagga, liberarlo de todas las

ataduras y asegurarle mejores tiempos. Prueba de esto está en el silencio eclesial frente

a las prácticas colonialistas y esclavistas llevadas a cabo por el accidente en tierras

chagga.

                                                            143 Cfr. Marealle. 121. 144 Cfr. 120. 

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Page 66: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

4.2.4 Hacia una cristología práctica

Antes que nada, amerita registrar que resultaría incorrecto no reconocer lo bueno que

representó la vivencia arriba mencionada. Pues, a pesar de sus limitaciones, la

evangelización que se centró en la implantación de la Iglesia y la transmisión de la

doctrina condujo a muchas conversiones y sembró una vida cristiana digna del nombre,

aunque se limitara esencialmente a lo cultico y doctrinario.

Para responder a los vacíos dejados por este estilo de cristianismo, la Iglesia optó por

una evangelización más integral. Para eso, fue determinante los aportes y la influencia

del Concilio Vaticano II. Inspirada en esta magna asamblea, la Iglesia peregrina en el

mundo chagga se interesó con la suerte del hombre, como ser corporal y espiritual. Es

más, buscando ser fiel a las recomendaciones conciliares, la Iglesia apostó por la

inculturación, el diálogo interreligioso y el ecumenismo,145interesándose por la vida,

esta Iglesia se puso a la tarea de rescatar y dignificar a la mujer, de formar e informar a

los jóvenes y de promover una sana niñez.

Con lo anterior queda claro que, en los últimos tiempos, la Iglesia chagga ha apostado

por procesos evangelizadores integrales, que, día tras día, buscan ser fiel al contexto

para responderle satisfactoriamente. Y en eso prima una cristología práctica, cuyo

interés reside más en el lenguaje y contenido pastoral. Tal vez se podría hablar de una

cristología que quiere ser encarnada y liberadora, como fue en el contexto

latinoamericana.

Desde la realidad actual, la cristología en el mundo chagga, más que indagar la

identidad de Cristo, busca descubrir qué significa él para el cristiano, cuál es su

proyecto respecto a la existencia humana146 y cuál puede ser el camino pastoral que

asegure la liberación del hombre.

Sin embargo, queda mucho camino por recorrer. Porque el Evangelio debe penetrar

totalmente la vida chagga, formarla e informarla. El Evangelio debe permear la vida

sociopolítica, económica, cultural y religiosa. En una sola palabra, el Evangelio debe

penetrar toda la vida chagga.                                                             145 Cfr. The African Synod, A personal Response to the Outline Document. Aylward Shorter, 87. 146 Esta es la actitud de la cristología contextualizada, como la fue la latinoamericana. Cfr. Sobrino, 18. 

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Page 67: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

El Evangelio debe permitir al chagga forjar un estilo de vida donde reine el amor, el

perdón, la justicia, la solidaridad y la paz. Se trata aquí de promover una evangelización

que permita cultivar hombres y mujeres cuya vida transparente el reino.

Pues, la vida cristiana debe significar un seguimiento comprometido por Cristo y por el

hombre, debe significar una opción decidida por la causa humana, sobre todo la de los

marginados y desfavorecidos. El destino del cristiano debe ser el del Maestro. Si con la

vida de Jesús se irrumpió un nuevo mundo entre los hombres, también con la vida del

creyente debe nacer una nueva humanidad, reconciliada y reconciliadora, servidora del

reino y atenta al destino del hombre. Hoy más que nunca, la vida cristiana debe ser

fuente de resurrección y de vida plena.

4.3 DIMENSIÓN ECLESIOLÓGICA 4.3.1 Planteamiento del problema

Nadie ignora la profunda relación que hay entre cristología, eclesiología y pastoral. Pues

la Iglesia entendida como pueblo reunido en Cristo Jesús depende en gran escala de la

idea que se tenga de éste. La acción pastoral entendida como toda la acción de la Iglesia

depende del concepto que se tenga de Iglesia y de la misión de Cristo. Por último, la

cristología se concreta en la vida eclesial y la acción pastoral. En fin, la cristología, la

eclesiología y la pastoral son realidades inseparables.

Varios han sido los modelos eclesiológicos presentes en el mundo chagga. Sin embargo,

nos limitaremos acá apuntar dos de ellos, los que juzgamos sobresalientes e

importantes.

4.3.2 Iglesia como sociedad perfecta

La comprensión de la Iglesia como sociedad perfecta pide necesariamente el apelo al

mundo político. Creemos que apenas concepciones políticas autosuficientes pueden

suportar una concepción eclesial también autosuficiente. La idea de Iglesia como

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Page 68: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

sociedad perfecta hecha raíces en la teoría política griega. Allí el estado perfecto era el

que poseía todo lo necesario para la consecución de sus ideales. Dicho de otra manera,

era perfecto aquel estado que no necesitaba apelar a otras entidades institucionales para

la realización de su misión.

La Iglesia “sociedad perfecta” era autosuficiente. Presumía ella poseer todo lo necesario

para la realización de su misión. Fruto de eso, cultivaba un aire de superioridad y de

desprecio hacia lo diferente. A nivel organizativo, esta Iglesia se basaba en una

estructura jerárquica y piramidal, donde las personas se disponían según dignidades.

Ella gozaba de un poder legislativo, ejecutivo, judicial y coactivo. Se trató de una

concepción eclesiológica que había nacido como pura postura teológica, pero que pasó a

la aplicación práctica. Paulatinamente, el magisterio la fue incorporando en sus

enseñanzas hasta llegar el tiempo de defenderla a toda costa. No pocos Pontífices se

refirieron a esta Iglesia. Se menciona, a título de ejemplo, a León XIII y Benedicto

XIII. El propio Vaticano I la defendió sin desfallecer.

En la Iglesia “sociedad perfecta” prima la institución y la autoridad. La transmisión de

los valores evangélicos queda relega al último lugar.

La primera evangelización chagga se sirvió significativamente de este modelo eclesial.

La Iglesia peregrina en los chagga se asumió en estos tiempos como una institución

poderosa, dotada de un orden. En ella prevalecía la institución y la autoridad. Se creía

ella ser una institución capaz de castigar. La Iglesia que el chagga recibió en los

primeros tiempos era más maestra que discípula, más instructora que educadora. En su

proceso evangelizador se mostraba hostil ante lo diferente. No pocas veces se dio a la

tarea de condenar a las costumbres y prácticas religiosas chagga.147 Pareciera ella estar

decidida a conquistar al chagga en todas las dimensiones, materiales y espirituales.148

En la Iglesia “sociedad perfecta”, el misionero desarrolla una mentalidad y actitud

paternalista y asistencialista. Para él, los fieles son puros destinatarios del mensaje

salvífico de Dios, unas tabla razas que hay que llenar con los valores evangélicos. Y

                                                            147 Acá faltaba el ideal de la inculturación, tanto defendida en los últimos tiempos. Cfr. The Africa Synod,

54. 148 Cfr. Marealle, 125. 

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Page 69: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

como era de esperar, la acción pastoral llevada a cabo en esta Iglesia produjo a hombres

y mujeres infantiles, incapaces de orientarse por sí solos, a hombres y mujeres que no se

asumían como misioneros.

4.3.3 Cuerpo místico

La concepción de Iglesia como cuerpo místico de Cristo se centra en la idea de que su

misterio se halla en profunda relación con el misterio de Cristo. Ella no se puede

entender sin relacionarla con la persona de Cristo. Al igual que Cristo, se cree ser

dispensadora universal de la gracia.

La Iglesia cuerpo místico de Cristo es una sociedad visible, jerárquica, fundada por

Cristo para continuar en la tierra su misión santificante, bajo la animación del Espíritu

Santo.149

La Iglesia cuerpo místico de Cristo se ofrece como una continuación de la Iglesia

fundada por Cristo y transmitida por los apostales. Ella continúa a Cristo a través de su

doctrina y su jurisdicción. En la Iglesia cuerpo de Cristo es jerárquico; su cabeza es

Cristo mismo visibilizado en Sumo Pontífice. Una conclusión lógica de la última idea

tendría que ser la comunión de todos los fieles. Sin embargo, en la Iglesia comunión

prevalece el orden jerárquico basado en las dignidades eclesiales. El propio Pontífice

sobresale en el colegio episcopal; él es el pontífice, la presencia viva de Cristo. Por lo

tanto, hay que reverenciarlo.

Otro peligro que corre la iglesia como cuerpo de Cristo es el de que ella se identifique

con el reino de Dios. Pues, al hacerlo la Iglesia mina el terreno del ecumenismo y del

diálogo interreligioso. Incluso puede llegar a repetir y a reafirmar aserciones que le han

causado daño y han llevado a malentendidos eclesiales y religiosos, como aquella que

asegura que “fuera de la Iglesia no hay salvación”, o que la Iglesia católica tiene la

plenitud de los medios de salvación.150

                                                            149 Cfr. http://www. Radioestrelladelmar.com/Jesús/jesus_iglesia.htm, (sacado el 24 de septiembre de

2009 a las 11de la mañana). 150 Cfr. UR, 3. 

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Page 70: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

La Iglesia cuerpo místico de Cristo hizo sentir sus influencias entre los chagga. Fue ella

que apeló incesantemente a la atención al Papa, la que ignoró el ecumenismo y el

diálogo interreligioso. La iglesia cuerpo místico de Cristo sobrevaloró la vida

sacramental, a la vez que se afanó a construirse institucional y visiblemente. Casi

siempre tendió a postularse como una sociedad plena y perfecta, porque era la

realización terrena del reino.

4.3.4 Iglesia comunión

El abordaje de la Iglesia chagga como Iglesia comunión demanda necesariamente

referirse al Concilio Vaticano II. Es verdad que muchas notas características de esta

Iglesia las debe a este Concilio, considerado como uno de los eventos más importantes

de la Iglesia en los últimos tiempos.

Es más que verdad que el Concilio Vaticano II se presentó una renovación total de la

Iglesia en su ser y en su misión. Sin embargo, lo que nos importa, por ahora, es

referirnos al proyecto eclesiológico de esta magna reunión. El Concilio Vaticano II

definió la iglesia como pueblo de Dios (LG 9), sacramento o signo e instrumento de la

íntima unión con Dios y de la unidad de todo género humano (LG 1). La Iglesia, al

decir del Concilio, está llamada a la construcción del reino, al servicio universal del

hombre. Ella contempla a hombres y mujeres cuyos dones deben ser puestos al servicio

de la edificación comunitaria.

Inspirada en los ideales del Concilio, la Iglesia chagga desarrolló una fisionomía tan

característica y peculiar que no se la puede comparar con ninguna otra. En primer lugar,

esa iglesia apostó por el regreso a los orígenes, que son Cristo mismo.151 En él,

descubrió el deber de la unidad, de la fraternidad, el amor mutuo, los servicios gratuitos

y la solidaridad. Diríamos, en pocas palabras, que la renovación cristológica chagga

condujo a la renovación eclesial.152

                                                            151 Para muchos teólogos, la iglesia debe fundarse siempre el Cristo. Cfr. Bénézet, 85. 152 La calidad de la Eclesiología depende en gran parte en la calidad de la cristología. Cfr. Mugambi y

Magesa, Ed. The Church en African Chrisatianity. Innovative Essays in Ecclesiology, 111. 

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Page 71: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Otro elemento que se recibe con agrado en la Iglesia chagga es el de la vida ministerial.

Buscando vivir el sacerdocio común de los fieles,153 la Iglesia en el mundo chagga ha

optado por una Iglesia ministerial, por una Iglesia donde el compromiso de cada

creyente resulta siempre necesario (Cor. 12:14-30). Por lo demás, entre los chagga se

hace todo el esfuerzo para que el sacerdocio común de los fieles y el ministerial anden

de la mano en una perspectiva complementaria.

La Iglesia chagga de los últimos tiempos ha decidido trabajar siempre atenta a la

situación del hombre. Y esta actitud permite que se sirva al hombre en su integralidad,

que el Evangelio penetre toda la existencia humana. Desde el carisma del Instituto de la

Consolata para las Misiones se hablaría del doble compromiso cristiano: Anuncio del

Evangelio y la promoción humana154 Hoy más que nunca, la Iglesia chagga pone en

marca acciones evangelizadoras que sirven al mundo de la vida,155 sobre todo de los

necesitados. Esta perspectiva pastoral permite que el hombre descubra la verdad de

Cristo y tome consciencia de los hechos diarios.156

Habría que notar que los últimos años de la Iglesia chagga, como pasa con muchas

Iglesias africanas,157 se han caracterizado por un afán de inculturizar el Evangelio, de

poner en diálogo la fe con el Evangelio.158 Muchas son las iniciativas que hacen posible

la inculturación. Por un lado, están los estudios que permiten poner en el diálogo el

Evangelio con la cultura. Por el otro, están todos los procesos de discernimiento que

permiten el enriquecimiento mutuo entre el Evangelio y la cultura, y la paulatina

superación de la dicotomía de la fe chagga.

El cambio eclesial chagga se acentúa en los años 90. Fue sobre todo en esta década que

la iglesia aposto por una misión más cercana a la gente, una misión al servicio de la vida

                                                            153 Una de las conquistas del Concilio Vaticano II fue justamente el rescate del sacerdocio común de los

fieles (LG 10). 154 Cfr. Instituto Misiones Consolata. XI Capitulo General. Actas Capitulares, 25. 155 Cfr. Bénézet, 85. 156 Cfr. Lorda, Antropología. Del concilio Vaticano II a Juan Pablo II, 146. 157 Cfr. Imbisa, Inculturaçäo, 1. 158 Cfr. Lorda, 67. 

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Page 72: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

concreta.159 Para ello fueron de inestimable valor las pequeñas comunidades, estos

núcleos que hacer posible compartir la fe y la propia experiencia de vida. En ellas se da

el conocimiento mutuo, el compartir de la propia realidad; es más, en estas comunidades

se hace posible el orar y el trabajar juntos. Aunque tenga problemas,160 creemos ser este

el ideal eclesial apropiado para el mundo chagga, que permiten transformar, recrear y

redimir al hombre y la mujer chagga.

Otro elemento característico de la iglesia peregrina en el mundo chagga es la apuesta

por el diálogo. La iglesia chagga dialoga con el mundo que la rodea y la realidad del

hombre para poder poner en marcha un proceso evangelizador que resulte significativo.

Diríamos que a la luz del Concilio Vaticano II, la iglesia chagga asumió como camino

evangelizador el diálogo con el mundo. Se trata de una apuesta que hace posible el

enriquecimiento mutuo, pero sin perder la propia identidad.

En suma, la Iglesia chagga ha buscado en los últimos tiempos promover procesos

evangelizadores integrales, que exigen tener en cuenta la realidad vivida y el mundo

cultural. Para ello, se da a la tarea de referirse a todos los ámbitos de la vida.161

4.4 DIMENSIÓN PASTORAL

4.4.1 Una evangelización integral

Entre el mensaje de salvación y la cultura humana se descubren muchas conexiones.

Dios, revelándose a su pueblo hasta el momento de su plena manifestación en su Hijo

encarnado ha hablado según la cultura propia de aquellas edades.162

                                                            159 La solidaridad para con el hombre es también solidaridad para con Cristo. Cfr. Concilio Vaticano II,

Documentos completos, 18. 160 Cfr. Domingues, 103. 161 Cfr. Gachoka, Opción Evangelizadora para la Cultura Kikuyu de Kenia: Desde una perspectiva

Antropológico ministerial, 51. 162 Cfr. Concilio Vaticano II, 171. 

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Page 73: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Nadie ignora que a la Iglesia le ha urgido siempre anunciar el evangelio apoyándose en

las categorías culturales de sus destinatarios. Aquellas veces que la iglesia no tomó a

pecho este imperativo acabó fraguando en aguas turbulentas. El hombre es un ser

cultural, pues hace la cultura y esta hace posible su existencia. Por lo anterior se podría

decir que el hombre es doblemente cultural. La cultura forma e informa la vida

humana. Por ende, la evangelización debe penetrar y permear el universo cultural; debe

afirmar los valores y transformar los antivalores.163 Todo para transformar al hombre

desde lo profundo de su ser.164 En definitiva, la opción por una evangelización más

integral que se refiera al mundo cultural debe propiciar un enriquecimiento mutuo entre

el Evangelio y la cultura, debe hacer que las dos realidades se recreen recíprocamente,

superando el choque entre la fe y la cultura.

La acción pastoral chagga tiene necesariamente que tomar conciencia de la historia

eclesial que la precedió. Porque en muchos hombres y mujeres prevalecen secuelas de

aquella evangelización muchas veces impuesta a fuerza e identificada como un camino

civilizador (quizás lo mejor fuera hablar de occidentalización en lugar de civilización).

La praxis del Evangelio en el mundo chagga demanda ineludiblemente renunciar a

cualquier pretensión de superioridad y etnocentrismo. Hoy resulta inapropiado volver a

aquellas mentalidades que asumían al chagga como alguien carente de capacidades para

asumir adecuadamente la vida cristiana.165

4.4.2 Una evangelización contextualizada

Otro aspecto que puede acabar siendo de suma importancia en la evangelización chagga

es el de la contextualización.166 En eso, a la pastoral le urgirá contextualizarse, tener en

cuenta la realidad que la rodea. No menos importante será la contextualización

                                                            163 Cfr. The African Synod, 52. 164 Cfr. Gachoka, 79. 165 Cfr. Aguilar, 115. 166 El afán de la contextualización eclesial en el mundo africano también se da en el panorama teológico.

Cfr. Mveng, 256. 

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Page 74: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

lingüística. Pues el lenguaje pastoral debe ser significativo para la vida de la gente. Lo

importante quizás no sea la transmisión de unos contenidos, sino mas bien el hecho de

que esos contenidos iluminen la propia vida, promuevan procesos emancipadores y

liberadores, en un mundo azotado por la pobreza, la discriminación, la marginación, el

hambre, la enfermedad, entre otros. ¿Y la teología, qué?

Creemos necesaria la reflexión teológica en la Iglesia chagga. La pastoral chagga debe

servirse de unas pautas diseñadas a la luz de la realidad y el contexto. La palabra debe

ser leída a la luz de la propia vida, porque Dios habla al hombre en su propio contexto y

de acuerdo a su mundo existencial. Habrá que tener en cuenta que el contexto chagga no

es idéntico a ningún otro; ni repite ni produce ningún otro; el discurso chagga no puede

elaborarse a partir de una tradición considerada como un “en sí” separable de la

experiencia histórica chagga.167 Debe ser a la luz del propio contexto, como lo fue la

identidad de Jesús.168 Jesús al encarnarse en el mundo judío asumió todo lo que este

significaba, se hizo hombre igual a todo, exceptuando en el pecado (Fil. 2:6-11) Jesús

nació judío, vivió y murió judío. La cultura judía lo acompañó y lo sirvió en su

peregrinaje en este mundo.

La evangelización chagga debe ir más a fondo, debe referirse a la cosmovisión y al

mundo de los valores, debe penetrar todo y todo permear. Al evangelio le urgirá

combatir ahincadamente todo aquello que impide que se haga un verdadero y auténtico

seguimiento a Jesús. Todo aquello que separa y aísla debe dar lugar al amor, a la

fraternidad y la comunión. Jamás la iglesia chagga ose renunciar a un mundo

incluyente, que se muestre ajeno a los últimos, los marginados y socialmente excluidos,

sobre todo a las mujeres.169

                                                            167 La afirmación se refiere originalmente al contexto africano en general. Nosotros creemos que la misma

se puede aplicar muy bien al contexto chagga. Cfr. Mveng, 278. 168 A Jesús se le llama “Jesús de Nazaret” (Mc. 1: 24). 169 Uno de los ideales y prácticas de Jesús fue el de la inclusión de los marginados, sobre todo de las

mujeres. Cfr. Boff, Jesucristo y la liberación del hombre, 1286.  

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Page 75: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

No sobra también apuntar que al Evangelio le apremiará, en el mundo chagga, combatir

todo aquello que se ofrezca como antivalor. En primer lugar, tendrá que combatir la

exclusión femenina. El evangelio debe propiciarle a la mujer la plena dignidad e

inclusión social y el protagonismo que merece; debe defender la inalienable igualdad

entre hombre y mujer, ambos creados a la imagen y semejanza de Dios. (Gn. 1: 27). En

fin, el Evangelio debe hacer del hombre y la mujer nuevas creaturas. Para ello será

determinante la implantación del mayor mandamiento: el amor.

4.4.3 Ante prácticas conflictivas

Otro terreno donde el evangelio tendrá que envidar esfuerzos es el de la brujería. No

pocos chagga dan crédito a esta práctica. El chagga cree que el brujo puede atraer el

mal, la desgracia y la ruina. Muchas enfermedades, incluso muertes, se atribuyen a la

brujería. La brujería llega a permear muchas esferas de la existencia. Su arraigo la ha

transformado en un componente de la propia tradición. Además de causar desconfianza

y malestar, la brujería siembra temor, miedo, incertidumbre y conflictos sociales. Los

brujos, en sui generis, sufren la discriminación y la victimización, muchas veces bajo

formas de chivo expiatorio.170 Quizás convenga reconocer con Benedicto XVI, el

miedo que el africano siente ante el fenómeno de la brujería, ese fenómeno que

desconcierta a cristianos y no cristianos.

Al decir de Laurent Magesa, la brujería es una fuerza súper natural;171 el brujo aparece

como alguien dotado de poderes extraordinarios y súper naturales, que lo capacita para

intervenir en la vida personal y comunitaria, influyendo en su propio destino. Se trata de

poderes que buscan exclusivamente causar el mal, sembrar el dolor y el malestar.

                                                            170 En la perspectiva filosófica girardiana el chivo expiatorio es una victima inocente cuyo padecimiento y

muerte propicia la reconciliación entre dos partes en conflicto. Cfr. http://wikipedia. Org/wiki/René%

C3%A9_Girard, (sacado el 29 de septiembre de 2009 a las 1 de la tarde). 171 Cfr. http://allafrica.com/stories/200904030798.html. (sacado el 4 de agosto de 2009 a las 9 de la

mañana). 

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Page 76: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

El chagga concibe la brujería como una realidad hereditaria o algo que se puede adquirir

por vías comerciales. Pues a la mayoría de los que descienden de familias que hayan

tenido alguien identificado como brujo con frecuencia se identifica como bruja,

independientemente de que se compruebe su inocencia o complicidad. Asimismo, se

cree que muchos brujos lo son porque lo han comprado.

Frente a la realidad de la brujería, el Evangelio, apoyándose en la fe y en la razón,

tendrá necesariamente que afirmar la bondad y la omnipotencia de Ruwa, de Dios, que

todo puede, y cuya acción busca siempre el bien. Además, le ameritará al Evangelio

anunciar a Cristo que todo vence, incluyendo las propias fuerzas oscuras. La conducta

humana debe, en últimas, inspirarse en Cristo Jesús, el vencedor del dolor y de la

muerte. Pues, ningún cristiano debe vivir aprisionado por falsas alarmas y fuerzas

oscuras, porque Cristo es la luz (Jn. 8:12) el camino, la verdad y la vida. (Jn. 14:6).

Ante las heridas causadas por la brujería, el Evangelio tendrá que abogar por el perdón,

la reconciliación y el amor, incluso a los enemigos;172 El Evangelio debe promover

relaciones epifánicas173 que convoquen a la comunión vertical y horizontal174 con base

a la apertura hacia lo infinito.

4.4.4 Una pastoral que responde a los nuevos desafíos

Apuntamos a la globalización como otro desafío que el evangelio tendrá que enfrentar

en el mundo chagga. Pues la iglesia no podrá mantenerse inerte e indiferente ante

fenómenos de exclusión y marginación sociopolítica y económica. A la inversa, se

alzará en pro de la comunión de los bienes y de la afirmación de la centralidad y

dignidad del ser humano. Cuestionará incesantemente el endiosamento del capital y la

prevalencia de una mentalidad económica sacrificialista, que incluso llega a relativizar

la propia vida.

                                                            172 Cfr. The African Synod. 107. 173 Las relaciones epifánicas son aquellas que permiten descubrir la presencia de Dios entre los humanos.

Cfr. Rahner, 73. 174 Cfr. 77 

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Page 77: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Todo lo anterior presupone una renovación eclesial y pastoral, presupone apostar por

caminos liberadores que hagan real la renovación y la universalización del mensaje

cristiano. La evangelización chagga demanda responder práctica y adecuadamente a los

desafíos que se le imponen al hombre. Se trata, pues, de esa evangelización que propicia

la renovación eclesial175 y la inculturación del evangelio.176 Pero, ¿bajo cuál

perspectiva?

La evangelización en el mundo chagga ha de servirse de perspectiva dialógicas. Porque

creemos que será solamente con base del diálogo que se incrementarán las búsquedas

del bien y se combatirá todo aquello que se ofrezca como malo. Se trata aquí de un

diálogo que debe envolver el Evangelio y la cultura,177 para no limitarse a lo marginal.

A lo anterior habrá que sumarle la idea que la evangelización chagga debe tener al

Evangelio como su guía. Ella debe ser la extensión histórica de la misión de Jesús. Pues

Jesús es nuestro modelo pastoral; en él encontramos los caminos que posibilitan la

edificación del Reino.178 No se trata, por lo tanto, de implantar puras lógicas nuestras,

que a lo mejor acaban realizando nuestros proyectos, y no los de Dios.

                                                            175 Cfr. Kasper, 13. 176 Cfr. Imbisa, Inculturaçäo, 3. 177 Cfr. Kasper, 23. 178 Hay que dar cuenta que Jesús nunca explica lo que es el reino de Dios. Sin embargo él constituye el

centro de toda su predicación. Lo seguro es que ese reino ya está cerca. Cfr. 86.

 

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Page 78: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

CONCLUSIÓN

Hemos llegado al final de nuestra reflexión, una feliz y fructífera experiencia que nos

permitió acercarnos objetivamente al mundo chagga. Entre altibajos pudimos penetrar la

cosmovisión y la vida religiosa chagga. Nos queda ahora hacer las últimas

consideraciones.

De entrada, reconocemos lo valioso que significó el trabajo. El nos permitió hacer una

síntesis entre la teoría (lo aprendido en la academia) y la práctica (la vida concreta

chagga y la aplicación de la teoría). Todo eso transformó la teología en algo útil, la sacó

de lo puramente genérico y abstracto y la insertó en la vida concreta.

Otra constatación que se desprende de la reflexión es que la inculturación resulta

siempre necesaria en el mundo chagga. Se puede afirmar, por lo tanto, que la teología

chagga debe, entre otros, apostar por caminos reflexivos que hagan posible el diálogo

entre el Evangelio y la cultura. He aquí un aporte al conocimiento en general y la

teología en particular.

La reflexión puso en evidencia que la vida cristiana depende en gran medida de la idea

que se tenga de la identidad y significado de Cristo. Se podría acá notar que urge un

cristianismo donde Jesús no solo hable por el chagga, sino también, y más aún, desde el

mundo chagga. El mensaje cristiano debe permear toda la existencia chagga, debe

formar e informar la vida del creyente. Hoy más que nunca apremia la encarnación y la

contextualización de Jesús en la cultura chagga, apremia la inculturación del Evangelio

para que éste resulte práctico y significativo, se refiera a todo universo existencial,

sociopolítico, económico, cultural y religioso. Entendemos que apenas un Jesús

expresado bajo categorías culturales africanas puede ofrecerse como antepasado,

maestro, hermano, liberador y consolador.

Nadie ignora que el camino dibujado por la Iglesia y algunos teólogos de la

inculturación ha sido fructífero. Sin embargo, queda mucho trozo por recorrer, mucho

camino por hacer. La inculturación no ha alcanzado su punto definitivo; a la inversa,

está en sus comienzos. Habrá que promover iniciativas que permitan el franco y

  77

Page 79: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

profundo diálogo entre el Evangelio y la cultura chagga. Resultará siempre necesario

promover reflexiones teológicas que contribuyan a la construcción de caminos que

respondan a los desafíos existenciales del pueblo chagga.

La inculturación africana debe apostar por procesos serios y profundos, por procesos

más englobantes; debe apostar por procesos más vitales donde la teoría se conjugue con

la práctica. Creemos que no basta con adaptar ritos y celebraciones (que se podría

entender como africanización de la fe), sino que se necesita un vuelco radical de la

mentalidad. La Iglesia peregrina entre los chagga se ve en la necesidad de emprender

caminos cada vez mas significativos que den lugar a una vida cristiana más autentica y

comprometida, una vida cristiana acorde con el Evangelio y la cultura.

La inculturación chagga exige no pocos esfuerzos; exige una renovación cristológica y

eclesiológica, una renovación cultural y mental; en suma, una renovación que permita la

superación de cualquier tendencia etnocentrista. Juzgamos que el eje central de toda

inculturación del evangelio en el mundo chagga debe consistir en la revolución

cristológica. Cristo debe encarnarse en la cultura chagga y asumir su rostro. El chagga,

a su vez, debe entender a Cristo a la luz de su cosmovisión y filosofía de vida.

No menos importante será la revolución eclesiológica. La iglesia chagga está llamada a

asumir un rostro característico, está llamada a ser hija y madre, discípula y maestra, está

llamada a ser fuente de fraternidad y de la liberación. En definitiva, la inculturación

chagga demanda la superación de todo un proceso histórico que no ha sabido valorar lo

suficientemente la cultura y el hombre chagga, y apostar por caminos de comunión y de

participación. (Después de una larga experiencia de contacto entre el Evangelio y la

cultura chagga se notan hoy algunos vacios y debilidades a nivel metodológico;

pareciera que la Iglesia no adoptó caminos que resultaran de veras fructíferos, caminos

que convocaran al encuentro e hicieran posible la comunión y la construcción de un

proyecto común).

La inculturación chagga debe referirse a todo universo existencial chagga, debe referirse

a todas las esferas de la existencia, a la esfera política, económica, sociocultural y

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religiosa. Es más, la inculturación chagga debe contar con el aporte y el protagonismo

del propio chagga, para que no le resulte ajena.

Una última palabra merece el contenido como tal. El pueblo chagga se define desde lo

individual y lo comunitario; su existencia gira alrededor de la vida y del proyecto

común. El individuo se define desde la pertenencia. Todo chagga está llamado a la

edificación de la comunidad.

Socialmente el pueblo chagga tiene como referencia última la familia. En ella se gesta y

desarrolla la vida; nace y crece el individuo. En lo tocante a la cultura, esta comporta no

pocos valores, que en su todo concurren para la realización del hombre. La cultura

chagga alberga elementos africanos, asiáticos y occidentales que la hacen una cultura

sincretista.

El chagga es un hombre de fe; cree en Dios y en todas las fuerzas espirituales, vive y

celebra la fe; se abre a Dios y a los antepasados. En una sola palabra, el chagga es un

hombre profundamente religioso.

El chagga vive la fe cristiana, esta fe que al principio se sirvió de caminos impositivos y

monológicos. Al principio acogió a esta iglesia “importada” del occidente. Sin embargo,

con el paso del tiempo se ha ido apropiando de la iglesia y configurándola a su mundo

cultural. Hoy no solo se afana por contextualizarla culturalmente sino que también

busca leer el evangelio a la luz de su universo cultural. Y todo eso le permite al chagga

hablar de Cristo desde la Escritura, la reflexión teológica universal y la suya, cuyo

interés se centra en la inculturación.

Muchos son los desafíos que se le imponen a la pastoral chagga. Antes que nada, está el

hecho de que la evangelización viene permeada por elementos culturales occidentales.

Frente a esto, se pregunta: ¿Qué es lo evangélico y lo cultural? ¿No habrá apeligro

etnocentrista de parte de los evangelizadores occidentales?

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Page 81: Jesucristo en La Cultura Chagga, Tanzania

Otro desafío que emerge en la Iglesia chagga es el que alude a la mezcla entre valores y

anti valores en la cultura chagga, aquí cabe preguntar ¿Qué evangelizar y promover?

¿Cómo promover una verdadera inculturación?

No menos importante está el desafío de la uniformidad simbólica accidental. ¿No habrá

símbolos chagga que sean más significativos en la evangelización? Acá queda el

interrogante. Por último, está el desafío relacionado con la ausencia de gente preparada

y capaz de poner en marcha un proyecto de evangelización y de inculturación en el

mundo chagga.

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