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    las circunstancias polticas de Europa (6) y mundiales las que han cambiado, lo cualrequiere una nueva reflexin, una fundamentacin y una elaboracin de nuevosmod elos polticos (7). Ya la obra anterior supuso enfrentarse co n los problem asprcticos de las relaciones entre tica, poltica y derecho (8).Su filosofa defendi un marxismo terico, desarrollado en la Escuela de laTeora Crtica de Francfort, como discpulo de Adorno. Sin embargo su teora semantuvo alejado de la praxis comunista de la Alemania oriental. Hoy se presentacomo un planteamiento que tiende puentes entre el liberalismo del libre mercado yel Estado social (9). As las posturas se van acercando, y Habermas, desde distintospresupuestos filosficos, llega a muchas conclusiones que concuerdan con la filoso-fa del liberal americano John Rawls (10). Del mismo modo Habermas est trazandocaminos de acercam iento entre los filsofos liberales y los com unitaristas (11).tual... He has bccn a persistent and rclentless critic of those who seck to tone down, modify, suppress, orforgct the full horrors and irrationality of the Nazi era. En R. BERNSTEIN: The Retricval of theDemocralic Ethos, Cardozo Law Review, Volume 17, nms. 4-5, March, 1996, pg. 1128 .(6) K. J. BADE: Immigration and Integration n Gcrmany since 1945, European Review 1, January1993,75-79.(7) J. HABERMAS: Identidades nacionales y postnacionales, Madrid, Ed. Tccnos, 1989.J. HABERMAS: Necesidad de revisin de la izquierda, Madrid, Ed. Tecnos, 1991.J. HABERMAS: Ms humildad, menos ilusiones. Una conversacin entre JUrgen Habermas y AdamMichnik, Debats, nm. 47, marzo, 1994, pgs. 59-65.(8) J. HABERMAS: Faktizitat und Celtung. B eitrge zur D iskurstheorie des R echts und des dem okra-tischen Rechtsstaats, Frankfurt M. Suhrkamp, 1992, 667 pg.Un excelente comentario critico hecho desde la perspectiva jurdica se encuentra en J. A. GARCAAMADO: La filosofa del derecho de Jrgen Habermas, Doxa, nm. 13, 1993, pgs. 235-258.(9) Para conocer la evolucin de la biografa de Habermas y los estudios en Esparla, cfr., M .BOLADERAS: Comunicacin, tica y poltica. Habermas y sus crticos, Madrid, Tecnos, 1996. Agradezcoa la misma el haberme facilitado los textos inditos de las tres conferencias impartidas por Habermas enabril de 1997, en el Seminario organizado por la citada autora en la Universidad de Barcelona. Multi-culturalism: Does Culture matter in Politics?, Der interkulturelle Diskurs ber M enschenrechte y TheNationality Principie- A Right to secession?.Se public un breve resumen por FRANCESC ARROYO: El filsofo Jrgen Habermas afirma que lasecesin engendra nuevas minoras. El Pas. Sbado 12 de abril de 1997, pg. 28 .(10) J. HABERMAS: Rcconciliation through the publie use of reason: Remarks on John Rawls'spolitical Liberalism, The Journal of Philosophy. XCII, nm. 3, March, 1995, pgs. 1109-131, ahora enalemn Vcrshnung durch ffentlichen Vcrnunftgebrauch, en Die Einbeziehung des Anderen, pgs.65-94.J. RAWLS: Reply to Habermas, The Journal of Philosophy. XCII, nm. 3, March, 1995, pgs.132-180.(11) Cfr., M. ELOSEGUI: Comunitarismo versus Liberalismo. Estado de la cuestin. Anuario deFilosofa del Derecho. 1994, pgs. 619-632. Versin inglesa actualizada Communitarianism versusLiberalism on Interpreting Rights, European Journal of Law. Philosophy and Computer Science, vol.111, December, 1997. Vase algunos nmeros monogrficos sobre el multiculturalismo y la toleranciaRatio Inris, volume 10, number I, march, 1997 y volume 10, number 2, june, 1997.

    Isegoria, nm. 14, octubre, 1996, Multiculturalismo: Justicia y Tolerancia. Con traducciones deartculos de W. KYMLICKA: Derechos individuales y derechos de grupo en la democracia liberal, y M.WALZER: La poltica de la diferencia: estatalidad y tolerancia en un mund o mu lticultural. Isegoria. nm.60

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    Tambin ha sido de los pocos intelectuales europeos que est en contacto directocon el pensamiento filosfico republicano americano, como el de Michelman (12),menos difundido en Europa que las filosofas liberales de Rawls o Dworkin.Habermas analiza problemas reales, con una carga de reflexin muy fuerte ymuy anclada en la tradicin intelectual occidental. El problema de la identidadcultural europea y especialmente la identidad cultural de la Alemania reunificadahan sido temas centrales de su reflexin (13).

    LA INCLUSIN DEL OTROEl ttulo de su nueva obra, La inclusin del otro, suena como una respuesta a lapoltica de reconocimiento reclamada por el canadiense Charles Taylor (14).En el primer captulo Habermas analiza los presupuestos epistemolgicos de latica deliberativa, en continuidad con sus obras anteriores (15). A con tinuacindiscute con detalle sobre la teora del liberalismo poltico del filsofo americano John

    16, may o, 1997, con una nueva traduccin al castellano del articulo de R awls The Law of Peoples (verinfra) y una traduccin de un articulo de Habermas, La idea kantiana de paz perpetua. D esde la distanciahistrica de doscientos aos, otro de Thomas McCarthy, Unidad en la diferencia: reflexiones sobre elderecho cosmopolita.(12) F. MICHHLMAN: Family Quarrel, Cardozo Law Review. volume 17, nms. 4-5, march, 1996,pgs. 1163-1177.F. MICHELMAN: Law's Republic, Yale Law Journal, volume 97, number 8, july, 1988, pgs.1493-1597.F. MICHELMAN: Conceptions of Dcmocracy in American Constitutional Argument: Voting Rights,Law Review. volume 41, Florida, 1989, pgs. 443 ss.F. MICHELMAN: Conceptions of Democracy in American Constitutional Argument: The Case ofpomography Rcgulation, Tennessee Law Review, volume 56, 1989, pgs. 291 ss.The Supreme Court, 1985 Tcrm-Foreword: Traces of Self-Government, Harvard Law Review,volume 100, 1986, pgs. 4 ss.F. MICHELMAN: Kollektiv, Gemeinschaft und das librale Denken, en Verfassung: aufder Suchenach der gerechten Gesselschaft, Gnter Frankcnbcrg, 1994.

    (13) Estas ltimas en obras anteriores, alguna de ellas recientemente traducidas cfr., J. HABERMAS:Ms all del estado nacional, Ed. Trotta, Madrid, 1997. Traduccin e introduccin de Manuel JimnezRedondo. Original Die Normalitt einer Berliner Republiker. Kleine Politische Schriften VIH SuhrkampVerlag, Frankfurt am Main, 1995.(14) J. HABERMAS En A. GUTMANN: Multiculturalism and The Politics of Recognition, An Essayby Charles Taylor. With commenlary by Amy Gutmann, Editor, Steven C. Rockefeller, Michacl Walzerand Susan Wolf. Princeton. Princeton Univcrsity Press, 1992. Una segunda edicin con la contribucinde Habermas Strugglcs for Recognition n Constitutional States, Multiculturalism. Examining thepolitics of recognition. Princeton University Press, Princeton, New Jersey, 1994 (Tambin en EuropeanJournal of Philosophy, 1, 2, August, 1993, pgs. 128-155). Versin alemana Multikulturalism und diePolilik der Annerkennun g, Frankfurt am Main, 1993. Tambin versin alemana Kampf um Ancrkennungim democratischen Rechtstaat, in Die Einbeziehung des Anderen, o.c, pgs. 237-276.(15) Parte I. Wie Vem nftig ist die Autoritat des Sollens?Capitulo I. Eine gcncalogische Betrachtung zum kognitiven Gchalt der Moral (pgs. 11-64).

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    Raw ls (16), para mostrarse de acuerdo en alguno s puntos y distanciarse de otros, consu propia propuesta de un republicanismo k antiano (17). Despus trata los problemasdel futuro de la idea de un Estado nacional europeo, de la soberana y ciudadanaeuropea (18). En este contexto propone un concepto de ciudadana que permitaincluir a las personas inmigrantes de distintas procedencias culturales, de maneraque sea posible la inclusin del diferente (19). Concluye esta parte con la discusinsobre la conveniencia o no de elaborar una Constitucin europea (20).En el siguiente apartado, a raz de la exposicin del pensamiento kantianoreflejado en la obra La paz perpetua, expone Habermas la filosofa poltica referidaal Derecho Internacional, que incluye una reflexin sobre el papel de la ONU en lapanormica mundial (21). La defensa de los derechos humanos le conduce a discutircon Charles Taylor, el derecho a la propia identidad cultural, y al propio reconoci-miento en una sociedad m ulticultural, as como los problemas de integracin culturalderivados de los recientes fenmenos de inmigracin, especialmente en Europa (22).Com o contraste con el liberalismo y el republicanism o, H abermas propon e su propiomodelo de democracia que denomina democracia deliberativa (23).

    (16) Parte II. Politischer Liberalismus- Eine auseiandcrsctzung mit John Rawls.Captulo 2. Versnung durch offentlichen Vernunftgebraucht 65-94.Publicada anteriormente en J. HABERMAS: Reconciliation through the publie use of reason: Remarkson John Rawls's political Liberalism, The Journal of Philosophy, XC1I, nm. 3, March, 1995, pgs.1109-131, ahora en alemn Vershnung durch offentlichen Vernunftgebrauch, en Die Einbeziehungdes Anderen. pgs. 65-94.(17) Capitulo 3. Vernnftig versus Wahr oder die Moral der Weltbilder 95-127. Indito, es larespuesta a Rawls en, Reply to Habermas, o.c.(18 ) Parte III. Hat der Nationalstaat eine Z ukunft?Captulo 4. Der europaischc Nationalstaat. Zu Vergangenheit und Zukunft von Souvcranitat undStaatsbrgerschaft pgs. 128-153. J. HABERMAS: The European Nation State-lts Achievements and itslimits. On the past and future of souvereignty and Citizensh ip, 17th IVR Wo rld Congress B ologna, 16-21June, 1995, Vil Papers and abstraets, European Journal ofLaw, Philosophy and Computer Science, pgs.27-36. Reproducido en Ratio luris. 9, June, 1996, pgs. 125-127.Aunque el texto alemn no corresponde exactamente al ingls. Aade ideas pub licadas en otras partes,como por ejemplo. J. HABERMAS: Ciudadana e identidad nacional. Consideraciones sobre el futuroeuropeo. En Europa, la democracia y la izquierda. Debis, nm. 39, marzo, 1992, pgs. 11-18. Textode la conferencia pronunciada por Jrgen Habermas en la Facultad de Ciencias Econmicas de laUniversidad de Valencia el 14 de octubre de 1991. Una versin desarrollada se encuentra en Faktizilaiund G eltung, Siaalsbrgerschafl u nd nalionale Idenlital. pgs. 632-660.(19) Capitulo 5. Inklusion- Einbeziehung oder EinschlieBen? Zum Verhltnis von Nation, Rechts-staat und Dcmokratie pgs. 154-184. Indito.(20) Capitulo 6. Braucht Europa eine Verfassung? Eine Bemerkung zu Dieter Grimm pgs. 185-191.(21) Parte IV. Mcnschenrechte-Global und Innerstaatlich.Captulo 7. Kants Idee des ewigen Friedens-aus dem historischen Abstand von 200 Jahren pgs.192-236.(22) Capitulo 8. Kampf um Anerkcnnung m dcmokratischen Rechtsstaat pgs. 237-276 .

    (23) Parte V. Was heiBt De libcrative Politik?Capitulo 9. Drei normative Modelle der Demokratie 277-292. J. HABKRMAS: Tres modelos dedemocracia sobre el concepto de una poltica deliberativa, en Europa, la democracia y la izquierda.62

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    Por ltimo se reedita la discusin que tuvo lugar en la Benjamin N. CardozoSchool of Law (24), sobre la ltima obra de Haberm as, Faktizitat und Geltung,Facticidady validez (25).Son siempre interesantes sus consideraciones sobre Europa, como fiel defensorde la Unin Europea y de sus instituciones, lo que no le impide hacer propuestasconcretas de reforma, para mejorar los cauces de participacin poltica de los ciuda-danos europeos. El modelo europeo de Estado Social, la mayor dosis de pertenenciaa un grupo cultural, una clara identidad occidental, difieren bastante del meltingpota la americana (26).

    Debis, nm. 39, marzo, ! 992, pgs. 18-21. Texto de una conferencia impartida por Jrgen Habermas enun seminario de profesores en la Facultad de Filosofa de Valencia el 15 de octubre de 1991, ahora enversin alemana en Die Einbeziehung des Anderen, Drei normative Modelle der Demokratie, pgs.277-292.Capitulo 10. bcrdcn internen Zusammenhang von Rcchtsstaat und Demokratie, pgs. 293-305.(24) Anhang zu Faktizitat und Geltung. Replik auf Beitrgc zu einem Sym posion der CardozoLaw School pgs. 309-398 . Habermas on Law and D emocracy: C ritical Exchanges, Reply to SymposiumParticipants, Benjamin N. Cardozo School of Law, en Cardozo Law Review, volume 17, nms. 4-5,March, 1996, pgs. 1477-1557.Los participantes en la discusin en la Benjamin N. Cardozo School of Law fueron:.Roben Alexy, Andrcw Arato, Richard J. Bernstein, William E. Forbath, Gnter Frankkenberg, PeterGoodrich, Mark Gould, Klaus Gnther, Jrgen Habermas, Dick Howard, Arthur J. Jacobson, JacquesLenoblc, Niklas Luhmann, Ingeborg Maus, Thomas McCarthy, Gabriel Motzkin, Frank I. Michelman,Michael K. Power, Ulrich K. PreuB, David M. Rasmusscn, William Regh, Michel Rosenfeld, Andrs Saj,Bcmhard Schlink, Gunther Teubner.TH. MCCARTHY: Practical Discourse: On the Rclationof Morality toPolitics, en Ideis andillusions:On Reconslruction and Deconstruclion in Contemporary Crilical Theory, 181-99, 1991.R. ALEXY: Jrgen Habermas's Theory of Legal Discourse, Cardozo Law Review, volume 17, nms.4-5, march, 1996, pgs. 1027-1034.TH. MCCARTHY: Legitimacy and Diversity: Dialectical Reflections on Analytical, Cardozo LawReview, volume 17, nms. 4-5, march, 1996, pgs. 1083-1125.R. ALEXY: Discourse Theory and Human Rights, Ralio lurs. vol. 9, nm. 3, september, 1996, pgs.209-35.ARTHUR KAUFMANN: Rezensionem ber R. ALEXY: Begriffund Geltung des Rechis. Freiburg/Mn-chen, Verlag K arl Alber, 1992, 215 pgs. (Hay traduccin espaola El concepto y la validez del derecho.en Juristen Zeitung, 9, 1993, pgs. 457-458).K. LDERSSEN: Rezensionem ber J. HABERMAS: Faktizitat und Geltung. En Jurislische Zeitung, 9,1993, pgs. 458 -460.(25) Cuya traduccin al castellano est anunciada en la editorial Trotta, mientras que ya estndisponibles las traducciones al francs y al ingls.Droit et Dm ocratie. Entrefaits et norms. Traducido por Raincr Rochlitz y Christian B ouchindhomm c.Gallimard, col. Bibothque de philosophie, 560 p, 200 F.JACQUES POULAIN: Rencontre avec Habermas, Le Monde, Vendrcdi 10 Janvier 1997. JacquesPoulain dirige el departamento de filosofa de Pars-Vlll.J. HABERMAS: Between Facts and Norms: Contributions to a Discourse Theory of Law and Democracy.Traduccin William Regh, 1996.(26) N. GLAZER: We are all Multiculturalists Now , Harvard University Press, 1977, 186 pgs. Segneste autor el melting pot de EE.UU. no ha triunfado porque no ha logrado la integracin de las minoras.

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    El republicanismo kantiano de Habermas interpreta el multiculturalismo, de unmodo diferente a como lo ha hecho el canadiense Charles Taylor. Para el primerolos derechos individuales priman sobre los derechos colectivos: Habermas no escolectivista, incluso ms liberal que los liberales de pro, considera la libertad comoun valor en s, el primer valor sobre todos los dems, un a priori evidente, que nonecesita fundamentacin.

    UNA REFLEXIN GENEALGICA DEL CONTENIDO COGNITIVO DE LA MORALEl punto de partida del primer captulo, una reflexin genealgica sobre elcontenido cognitivo de la Moral, es la consideracin de una sociedad con individuosque tienen visiones del mundo plurales, que ya no estn de acuerdo en puntos bsicoscomo el de que Dios sea el fundamento de la moral (17) (27), y tampoco creen enel valor de una razn objetiva (20). En breves lneas, Habe rmas postula dos tipos deinmanentismos tpicos de la ilustracin, inmanentismo de la moral frente a cualquierfundamentacin trascendente en una autoridad que no sea la propia razn humana,inmanentismo del conocimiento frente a cualquier epistemologa sea realista o uti-litarista, si bien al tratar la relacin entre verdad y conocimiento (52-55 ), se decantapor un cognitivismo fuerte.Otra cosa es que su propuesta sea coherente, pero, si se nos permite una expre-

    sin castiza, hay que admitir que coge el toro por los cuernos. Una ventaja es quees posible aceptar algunas de sus conclusiones, incluso aunque no se comparta sufundamentacin ltima, desde otros tipos de epistemologas citadas y criticadas porHabermas, dgase utilitarismo (14), emotivismo (14), realismo (52), neoaristotelis-mo (42), etc.Con esto no se pretende evadir de un modo simplista los desacuerdos entre lasdistintas escuelas ticas. Como es lgico, los hay y de cuestiones de fondo, pero loque ms asombra son los posibles acuerdos. Nadie hubiera apostado por la idea deque un autor proveniente de la escuela de Francfort (en principio crtico del valordel Derecho y del Estado) termine defendiendo el Estado de Derecho y las demo-cracias constitucionales occidentales, como mejores instrumentos de proteccin delos derechos humanos, o postulando la universalidad de dichos derechos (218, 222,223, 225) o el valor de instituciones de Derecho Internacional como la ONU (205-207) o hasta ia funcin de la OTAN (211). Sin embargo lo que s es lamentable esuna prdida de las antiguas reivindicaciones socialistas y una ganancia de terrenodel liberalismo, ya que tanto nfasis en la libertad lleva a enmascarar la necesidadde los derechos sociales, en un libro que se titula precisamente la inclusin delotro (28).

    (27) Los nmeros en el texto corresponden a la obra de Haberm as, Die Einbeziehung des Anderen.(28) Faktizitat und Gellung, En esta obra se especifican la lista de derech os, pg s. 155 y ss. En este64

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    Ciertamente Habermas reconoce el carcter social de la persona. En su obra haytextos sobre la sociabilidad y la solidaridad, aunque escasos, en los que parecehaberse pasado a las filas del com unitarismo, o quiz sean los restos de su pertenenciaa la Escuela de Francfort (11, 19, 43-45). Tambin su defensa del republicanismo,con una mayor participacin del ciudadano en la vida poltica, o por lo menos en lasociedad civil y en los medios de comunicacin de masas, tiene visos roussonianosde un acercamiento a la recuperacin de la democracia directa en las sociedadesactuales (289-292). Adems esas obligaciones no vendran originadas por el pacto oel contrato social sino que seran inherentes al hecho de que el ciudadano/a viva ensociedad, en un intento de recuperacin del republicanismo (91, 126).

    En principio, sera de esperar que el ciudadano/a dialogante, retratado por Ha-bermas, fuera ms solidario/a y social que el participante en la posicin original,descrita y patentada por Rawls. Pero una lectura atenta de la obra de Habermasdepara varias sorpresas. En definitiva sus presupuestos epistem olgicos no s llevan adespertarnos del sueo de una razn solidaria.Esto sucede especialmente en dos pun tos claves, en los que H abermas se reafirmaen sus tesis, desmarcndose de Rawls.A saber, es Habermas (y no Rawls) el que parte efectivamente de cero a la horade construir unos principios de justicia y sus contenidos. Siendo coherente con estepresupuesto, Habermas postula una democracia procedimental pura o formal (119).Los ciudadanos haciendo uso de la razn y del discurso tienen derecho a acordarcualquier cosa. Su huida de cualquier dem ocracia sustantiva, es decir una demo craciaque atienda a los contenidos ticos que resultan del acuerdo, y que ponga lmites almismo, le lleva a criticar seriamente a Rawls (105-122). Rawls asume presupuestos(los dos principios de justicia) que no demuestra. Como contraste con la democraciaprocedimental pura de Habermas, la democracia procedimental de Rawls es imper-fecta porque est contaminada de contenidos sustantivos.En segundo lugar, Haberm as critica el uso de la Razn Pblica en Raw ls, que lelleva a este ltimo a defender una poltica en la que no se pueden usar argumentosmorales. Ralws propugna una poltica independiente de las doctrinas comprehensi-vas, pero tambin sin ningn referente moral.Conviene recordar que Habeimas usa los trminos Moral y eticidad de un modoconcreto, no siempre coincidente con otros autores (29). D efiende la necesidad de laMoral en la Poltica, entendiendo por Moral algo que est por encima de las ticascapitulo tercero expone Habermas el cdigo o catlogo de derechos, en conexin con su tratamiento delcontenido de los derechos sociales desarrollado en el cap. 9, pgs. 493-537.Es fundamental la diferencia entre Teilnahmerechen, los derechos a la participacin, de la Teilhabe-rechte, a tener determinados derechos, como algo previo. En Habermas los derechos esenciales son losprimeros, el contenido de los segundos depende del acuerdo poltico, luego no se puede establecer de unmodo previo su contenido. En esa segunda categora entran los derechos sociales. Agradezco a RodolfoArango nuestra discusin sobre este tema.(29) J. HABERMAS: Escritos sobre moralidad y eticidad, Ed. ICE-Paids, Barcelona, 1991.

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    MARA ELSE0U1particulares, de las ideas sobre elbien de cada persona, lamoral sera generalizable,y sefundamenta en el uso de laRazn transcendental kantiana, esdecir no esun arazn objetiva, pero tampoco meramente instrumental.El problema en la prctica es queHabermas tampoco establece claves paradiscernir cuando ese uso de la razn es racional o es irracional. Sus reglas deldiscurso nonos proporcionan laayuda esperada. El discurso por smismo no nosasegura que el resultado sea justo. Si lajusticia selimita sin ms, como parece enHabermas, al hecho de que todos participen, sus contenidos estn aexpensas de lamayora. Y cmo podemos extraer unos derechos universales del propio discurso?O esque launiversalidad, como sedesprende de algn otro texto, no consiste msque en elhecho del propio discurso? (61) (30).Robert Alexy establece una distincin siguiendo aRawls, til en esta discusin,entre distintos tipos de justicia proc edimen tal. Primero entre la justicia procedimentalpura (ah sesita a smismo Habermas) y la justicia procedimental nopura. Estaltima puede ser de dos tipos; justicia procedimental perfecta, cuando se aceptan losresultados del proceso dem ocrtico atravs de las instituciones establecidas, en o traspalabras loque emane del Parlamento esvlido; justicia procedime ntal imperfecta,se entiende que el proceso en smismo no garantiza la justicia, o por ejemplo en elproceso penal, cuando alguien inocente puede resultar condenado yal revs por faltade pruebas procesales formales, o que sepueden tomar decisiones mayoritarias queno sean justa s, en este caso por ejemplo el Tribunal Constitucional debera ga rantizarla salvaguarda delcontenido esencial de losderechos fundamentales y libertades

    (30) Alexy critica a Habermas porque segn el primero el discurso no puede ser el criterio paraadoptar una norma.R. ALEXY: Theorie der juristischen Argumentation, Frankfurt am Main 1991.R. ALEXY: Begriffund Gellung des Rechts, Freiburg, 1992.R. ALEXY: Recht. Vernunft, Diskurs, Frankfurt am Main, 1995.Alexy elabora 28 reglas que expone enTheor ie der juristischen Argum entation. pg. 234.R. ALEXY: Discoursc Theory and Human Rights, Ratio luris. vol. 9,nm. 3,1996, pgs. 209-235 .En castellano Teora del D iscurso y Derechos Humanos, Universidad Externado deColombia, Bogot,1995. Traduccin e introduccin Luis Villar Borda, 136 pgs.En el artculo de Alexy sobre teora del discurso yderechos humanos recoge las reglas de Habermasde lasiguiente manera (en latraduccin castellana, pg. 51):1 . Todo el que pueda hablar puede tomar parte en el discurso.2. a. todos pueden cuestionar cualquier afirmacin.2. b. Todos pueden introducir cualquier afirmacin en el discurso.2. c.Todos pueden exteriorizar sus criterios, deseos ynecesidades.3. Ningn hablante puede ser impedido deejercer lasalvaguardia desus derechos fijados en 1 y 2,cuando dentro o fuera del discurso predomina la fuerza.R. ALEXY: Theorie derGrundrechte, Badn-Badn: Nomos, 1985 (2nd ed. Frankfurt amMain,Suhrkamp, 1986.D. WONO: Relativism, en ACompanion toEthics. ed . PETER SINGER: Blackwell, Oxford, 1991.R. ALEXY: Die Idee ciner prozeduralen Theorie der juristischen Argumentation, enMethodologieund Erkenntnistheorie der juristischen Argumentation. ed., AULIUS AARNIO. ILKKA NIINILUOTO & JYRKIUUSITALO. Berln, Duncker & Huboldt, pgs. 177-188.

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    bsicas frente a decisiones del legislativo, junto al proceso hay una referencia alcontenido, luego se sustantiviza. Para Haberm as esto es contaminar el procedim iento,de ah su crtica a Rawls (327) (31).Pero Rawls le responde a Habermas con la afirmacin de que en realidad laMoral (con mayscula) de Habermas tambin est impregnada de tica kantiana, noes una moral que parta de cero, es decir adopta una doctrina comprehensiva paraelevarla a la categora abstracta de Moral, pero no es una abstraccin que prescindede las ticas comprehensivas, sino que toma una de ellas para erigirla en patrona delas dems (32). Presupone algunos valores como la libertad, la igualdad, la impar-cialidad, etc.El ttulo de la rplica de Habermas a Rawls, indita hasta ahora, resulta signifi-cativa, Vernnftig versus wahr oder die Moral der Weltbilder, lo razonable contralo verdadero, o la Moral de las teoras comprehensivas. Rawls utiliza lo razonable,Habermas la Razn, una razn que puede fundamentar una Moral, en la que todosestamos de acuerdo. Pero la Razn en Habermas no pone lmites a lo que resulte delproceso dem ocrtico, y por otra parte, tamp oco queda claro qu papel jueg a la M oralen relacin con la Razn.Habermas reitera a lo largo de su obra que en el contenido de la moral no haynada previo al propio discurso, todo es acordado. De ah su crtica, ya sealada, anteel hecho de que Raw ls establezca una m oral con dos reglas de justicia, qu e incluyenunos contenidos ticos mnimos. A nuestro juicio, Habermas tiene razn en recrimi-

    nar a Rawls el hecho de que no fundamenta los presupuestos ep istemolgicos de suTeora (33). Pero, como contraste, la propuesta habermasiana crea nuevos problemasy no resuelve la contradiccin presente en el Liberalismo poltico de Rawls.Habermas renuncia a establecer unos contenidos mnimos de justicia, que inclu-yan una justicia social bsica porque eso violentara las reglas del discurso (34). Elresultado de los contenidos de justicia nacern del ejercicio de la autonoma inter-subjetiva (48). Sin embargo debe ser dicho, contra Habermas, que la defensa de unrepublicanismo poltico, una mayor participacin directa en la vida poltica, noimplica necesariamente una democracia formal, sino que podra defenderse unademocracia sustantiva, como la del mismo Michelman, en quien Habermas reconocehaberse inspirado (316).Tambin critica a Rawls que en el fondo su teora de la justicia presuponga laexistencia de la verdad en las teoras comprehensivas, como si la conviccin de unamoralidad profana, que se sostiene a s misma (freestanding, independiente) fuerainsostenible, de manera que las convicciones morales deben estar imbuidas de doc-(31) J. RAWLS: Reply to Habermas, o.c. pg. 171.(32) J. RAWLS: Reply to Habermas, o.c. pgs. 170-180.(33) J. HABERMAS: Reply lo Rawls, y Die Einbeziehung des Anderen. pgs. 105-127.(34) Com o contraste vase la propuesta de Alexy desde una teora del Discurso incluye los derec hossociales como parte de la justicia de las democracias constitucionales R. ALEXY: Teora de los DerechosFundamentales. CEC, Madrid, 1933. Tambin Rawls en El liberalismo poltico, pgs. 262-4.

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    MARA ELSEOUItrinas religiosas o metafsicas. As la teora de Ralws permanece dependiente desupuestos norm ativos sustantivos: Hubieran po dido los conflictos religiosos llegara un fin si el principio de tolerancia y de libertad de creencias y de conciencia nohubiera sido capaz de apelar, con buenas razones, a una moral vlida independientede la religin y de la metafsica? (87).

    LAS CRTICAS DE HABERMAS A RAWLS (35)Rawls en oposicin al escepticismo y al utilitarismo propone una visin inter-subjetiva del principio kantiano de autonoma. Busca una constitucin, cuyos con-

    tenidos esenciales sean aceptables para la comn razn humana, common humanreason.Segn Habermas, Rawls falla en su intento de armonizar la libertad de losmodernos con la libertad de los antiguos (idem). El motivo es el siguiente; laseparacin entre la autonoma privada y la pblica contradice la intuicin republi-cana de que la soberana popular y los derechos humanos tienen las mismas races.Habermas acepta como sugerente la idea de la razn pblica, pero apostilla quese puede explicar sin recurrir a los conceptos sustantivos que Rawls emplea en laconstruccin de la posicin original.Al introducir la idea de bienes primarios que la gente necesita para desarrollarsus diversos planes de vida, Rawls asume un concepto de justicia que es propio delas ticas del bien y que sera ms coherente con una teora de los derechos aristo-tlica o utilitarista que con una teora de los derechos como la suya que procede delconcepto de autonoma. Segn esto, Rawls abandonara el intento deontolgicopara acabar en un teleologismo, en el que se sealan unos valores como preferentes(72, 114).Rawls solucionara sus contradicciones si la concepcin procedimental de larazn prctica estuviera libre de connotaciones sustantivas y se desarrollara de unmodo ms estrictamente procedimental (75,117).Tiene m s sentido discutir sobre nuestros distintos pun tos de vista que evitar lasdiferencias con un acuerdo ficticio. La tica del discurso se apoya en la intuicin deque la aplicacin del principio de universalizacin, propiamente entendido, requiereun proceso conjunto de asumir un supuesto rol idealizado (al modo de un espectadorimparcial), ponernos en el lugar del otro (75-6,117).Para Habermas los contenidos se decidirn en el curso de la discusin, no antes.Fuera del velo de ignorancia quedan las visiones diversas sobre el mundo, pero apesar de ello Habermas opina que Rawls nos impone muchos presupuestos, una

    (35) Se cita simultneam ente por Die Einbeziehung en primer lugar y por el texto ingls en segundolugar, Reconciliation through the publie Use of Reason: Remarks on John R awls 's Political Liberalism,The Journal of Philosophy, volume XCII, nm. 3, march, 1995, pgs. 109-131.68

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    LA INCLUSIN DEL OTRO. HABERMAS Y RAWLS ANTE LAS SOCIEDADES MULTICULTURALESsociedad ordenada, personas iguales y libres, etc. As pues, la nocin de la personade Rawls necesitara una justificacin previa que l elude.

    Rawls no es un contextualista, no quiere acu dir a una cultura poltica p articular,sino a reconstruir un sustrato de ideas intuitivas latentes en la cultura poltica de unasociedad y de sus tradiciones democrticas. El problema es tanto hacer compatibleel concepto de justicia as elaborado con una sociedad pluralista, como tambinencontrar un concepto de persona tan suficientemente neutral que pueda ser aceptadopor gente con distintas visiones del mundo.Una vez ms toma como presupuesto algo que debera probar, el hecho de quevaya a haber un acuerdo pblico entre diversas teoras, de lo cual parece dependera su vez la estabilidad poltica. El consenso entrecruzado es ms una necesidadpragmtica para el orden social que un verdadero acuerdo. Rawls persigue que loscontenidos del acuerdo sean aceptados porque se consideran razonables, inclusoverdaderos, es decir no como una m era tctica. Pero entonces llegamos a otro de lostemas conflictivos en Rawls, qu entiende Rawls por razonable y por verdadero?Habermas pone el dedo en la llaga (aunque tampoco l soluciona este problema ensu propia teora, como veremos despus).Para Rawls tanto el realismo moral como el escepticismo con respecto a losvalores son igualmente inaceptables. Quiere asegurar para los juicios normativos ypara la teora de la justicia en su totalidad una forma de obligatoriedad racionalfundada en un reconocimiento intersubjetivo justificado, pero sin acordar un sentidoepistemolg ico. Por esta razn introduce el predicado razonable com o un conceptocomplementario del concepto de verdad (82, 123).El problema ahora es qu se entiende por complementario; caben dos posibili-dades, o bien es en el sentido de razn prctica como verdad moral, o bien loentendemos como lleno de razn en relacin con puntos de vista debatibles cuyaverdad no est de momento decidida, que incluye desacuerdos razonables.Habermas establece una distincin entre la moral universal racional y las distin-tas concepciones ticas. Las cuestiones ticas, como contraste, no admiten ese trata-miento imparcial porque se refieren a lo que, desde la propia perspectiva de lapersona, es bueno para m o para nosotros, incluso si no es igualmente bueno paratodos. Las doctrinas comprehensivas religiosas o metafsicas estn impregnadas derespuestas a cuestiones bsicas ticas; articulan identidades colectivas y guan planesde vida individuales (86,125).En definitiva, Haberm as considera que Rawls no deja sitio a una M oral racional,independiente de las doctrinas comprehensivas. En el Liberalismo Poltico resultainsostenible una Moral profana, que se justifique a s misma. La tolerancia y lalibertad de conciencia no hubieran sido posibles si no se hubiera aceptado que hayuna validez moral independiente de la religin y la metafsica (87, 126).Habermas reivindica el valor de una Moral por encima de las doctrinas compre-hensivas, un espacio intermedio entre las ticas personales y la poltica para serocupado por la moral en trminos habermasianos o lo que otros denominan comotica racional. Es decir, tiene que haber una capacidad de razonar, de argum entar por

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    MARA ELSEGUIencima de las diferencias de las diferentes doctrinas, unos juicios normativos yvalorativos ms all de esas diferencias (36).

    LO RAZONABLE CONTRA LO VERDADERO.LA NUEVA RPLICA DE HABERMAS A RAWLS

    En el tercer captulo, "Vernnftig versus wahr" oder die Moral der Weltbil-der, publicado por primera vez, Haberm as contesta al artculo Reply to Habe rmasde Rawls ya conocido (37), publicado en 1995. En realidad se centra en la primeraparte, y no entra a las criticas de fondo que Rawls le hace, que son bastante a certadas.Rawls pretende construir una teora poltica de la usc'ia freistehende, que sesustente por s misma, que no dependa de otros factores, independiente de lasdistintas concepciones sobre el mundo (doctrinas compreh ensivas). Para construir suconcepcin de la justicia, Rawls utiliza el trmino poltico diferencindolo del demetafsica, neutral ante las doctrinas comprehensivas que compiten entre s. sta esla primera manzana de discordia, poltico significa aqu neutral; Pero es un rasgodistintivo de la concepcin poltica el que se presente como un punto de vistaindependiente que hay que exponer aparte de cualquier trasfondo ms amplio o sinreferencia a ninguno. Por emplear una frase corriente, la concepcin poltica es unm dulo, una parte constitutiva esen cial, que cuadra con varias doctrinas com prehen-sivas razonables que perduran en una sociedad regulada por esa concepcin y puedeser apoyada por esas doctrinas (38). La aclaracin del concepto Freistehend remitea una cuestin epistemolgica. Freistehend tiene aqu dos significados. En primerlugar, significara un consenso solapado entre todas las doctrinas que quieran rela-cionarse. En segundo lugar, sera la aceptacin de la justicia como equidad.Lo que Habermas no comparte es que se puedan evitar, o dejar de lado, todotipo de controversias que surgen en las discusiones polticas. Rawls no explica elestatuto epistemolgico de esa concepcin de la justicia independiente de cualquiermetafsica.Poltica y no metafsica significa que las sociedades modernas son neutralesen sus visiones del mundo en la medida que adoptan un consenso entrecruzado,debido a su pluralismo religioso y cultural (97).Dice Habermas: yo quiero probar cmo funciona la divisin del trabajo entrela poltica y la metafsica, que se reflejan en una especial dependencia de lo razon ablecon respecto a lo verdadero (97 ). No se puede separar la razonabilidad de lo polticode la verdad moral (97-98).

    (36) DAVID RASMUSSEN: cd., Universalism versus Communitarianism; Contemporary Debates inElhics. MIT, Cambridge, 1990.(37) J. RAWLS: Reply to Habermas, The Journal of Philosophy. XCII, 1995, 141, Fn 16.(38) J. RAWLS: El libera lismo poltico, o.c, pgs. 42-43.70

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    MARA ELSEGUI(realismo epistemolgico), como la razn instrumental, basada en los deseos ypreferencias individuales (utilitarismo).Pero lo que es inevitable es enfrentarse con la discusin epistemolgica; larelacin entre el significado y la validez, y el debate sobre la racionalidad. AunqueRawls llame a esto discusiones metafsicas con nimo de evitarlas, estas controver-sias no se clasifican hoy en da como metafsicas.Cabe preguntarse si la estrategia de descarga de Rawls es separar la metafsicade la poltica. Pero tambin habra que demostrar que eso sea posible.El papel que Raw ls asigna a la Razn prctica en la evolucin de su obra es cadavez ms dbil. En la justicia como equidad tiene en cuenta una persona moral consu correspondiente razn prctica, pero en el Constructivismo kantiano, la raznpierde su lugar destacado, para terminar desapareciendo en la teora del consensoentrecruzado. La validez moral de la concepcin de la justicia no se apoya ya msen la Razn prctica sino en las doctrinas comprehensivas razonables convergentesen bastantes de sus elementos, que se solapan en sus juicios morales. El resto de lasconcepciones de Rawls encajan no sin fisuras en esta Teora actual.

    Al presentar la alternativa de Ralws al procedimentalismo kantiano, explicaHabermas el consenso entrecruzado. Para Rawls las razones morales en la concep-cin conjunta de la justicia no son razones pblicas (105).Los contenidos expresos de esas doctrinas no juegan un papel normativo en lajustificacin pblica (39). No hay ninguna perspectiva intersubjetiva comp artidapublicamente, pero a su vez la concepcin poltica de la justicia necesita servirse enla esfera pblica de estas doctrinas. As la inicial separacin entre la poltica y lametafsica parece terminar o exigir un agnosticismo poltico (pblico) junto a unarazn (conocimiento) privatizada, ffentlichem Agnostizismus und privatiziertemBekenntnis (106).En contraste con la teora de Hobbes, los ciudadanos rawlsianos no hacenprevalecer sus preferencias personales sino que tratan de buscar lo comn, lo con-vergente olvidando sus diferencias en lo sustancial, como Kant, Rawls recurre arazones morales pero termina ms en un modus vivendi y en un compromiso en lugarde encontrar los fundamentos de la naturaleza moral.En la esfera poltica maneja un concepto dbil de razonabilidad y en la privadaun concepto fuerte de verdad. As una teora de la justicia que termina fundamen-tando su autoridad moral en razones no pblicas es contraintutiva (108).Todo lo vlido debe encontrar una justificacin pblica. Habermas reclama unverdadero uso de la razn, basado en la argumentacin y en el discurso racional, enprimer lugar en las argumentaciones que se emplean entre los partidos polticos conun acuerdo motivado racionalmente. Los puntos problemticos deben resolverse conuna justificacin pblica.

    (39) J. HABERMAS: Reply to Rawls, pg. 144.72

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    LA INCLUSIN DEL OTRO. HABERMAS Y RAW LS ANTE LAS SOCIEDADES M ULTICULTURALESSe puede discutir sobre las cuestiones morales con argumentos y razones. Espeligroso y negativo pensar que los juicios morales dependen slo de creencias

    morales individuales, que no se pueden com partir con los otros (109). Esto nos llevaa preguntamos Cmo o en qu sentido utiliza Rawls el trmino razonable? (110).Rawls lo aplica a varios conceptos; una sociedad bien ordenada es razonable,personas razonables, doctrinas razonables, cooperacin razonable entre ciudadanoslibres e iguales. Ello implica la obligacin de argumentar. Pero es de esperar quesurja el disenso entre gente razonable, o que utiliza la raznEn definitiva, el argumento de Habermas contra Rawls es que el liberalismopoltico es circular, porque cuando hay conflicto entre las propias doctrinas compre-hensivas en la esfera pblica hay que acudir al acuerdo, un acuerdo entrecruzado,pero al que le falta la base de una moral racional que permitira dicho acuerdo porencima de las diferencias de creencias. Acudir a las propias doctrinas comprehensi-vas para derimir los conflictos que surjan entre ellas en la esfera pblica lleva a unapeticin de principio. Porque habra que recurrir a la razn pblica con sus motivosslo polticos, pero esto presupone el previo acuerdo de las partes que entran en eljuego, y cuando ste falta, o no hay una razn moral por encima de las diferencias,la vida poltica tampoco se puede construir.Cmo puede identificarse qu doctrinas son razonables, si stas son indepen-dientes de la razn prctica o no estn a su disposicin? (111). Las eleccionesnormativas deben poder ser fundamentadas con razones independientes de las razo-nes metafsicas (111).Despus de esta primera parte de fundamentacin epistemolgica, pasa Haber-mas a discutir temas de filosofa poltica, com o el concepto de ciudadana, los nuevosEstados nacionales, en las nuevas soc iedades com plejas y mu lticulturales. El anlisishecho en las pginas precedentes resulta fundamental para entender ahora su pro-puesta de una cultura poltica comn y la funcin de la Moral en la esfera pblica.Aunque los ensayos pueden leerse aisladamente, su fundamentacin ltima no secomprende sin conocer la epistemologa habermasiana.

    LA LEALTAD A UNA CULTURA POLTICA COMN. EL PATRIOTISMO DE LACONSTITUCIN. LA INTEGRACIN CULTURAL DE LOS INMIGRANTESLa tesis de Habermas es que para que una sociedad multicultural sobrevivanecesita que sus ciudadanos, incluidos los inmigrantes, compartan una cultura pol-tica comn, concepto que toma de Rawls (262-3, 134) (40) . Se trata ahora de

    (40) J. HAHERMAS: Kampf um Ancrkennung im demokratischen Rechtstaat. Se cita simultnea-mente por la versin alemana en Die E inbeziehung y por la versin inglesa de 1993. Para un com entarioextenso a la discusin de H abermas con Taylor, cfr., M. ELSEGUI: Asimilacionismo, multiculturalismoc nterculturalismo, Claves de Razn Prctica, julio/agosto (1997), pgs. 24-33. En otro artculo de futurapublicacin (en Doxa, nm. 20, 1997) trato de mis criticas a Habermas en su concepcin de los derechosculturales colectivos, inclinndome por la propuesta de Kymlicka de una ciudadana diferenciada en su

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    MARA ELSEOUIdilucidar, qu significa este trmino y su relacin con el patriotismo de la C onstitu-cin: E sto hace posible preservar la identidad de la comunidad poltica, ya que nada ,incluida la inmigracin, puede afectarle, porque esta identidad est fundada en losprincipios constitucionales anclados en la cultura poltica y no en las orientacionesticas bsicas de una forma cultural de vida que predomine en ese pas (267, 139).Caben dos actitudes al tratar la integracin de los inmigrantes en una demo craciaconstitucional, exigirles una fuerte asimilacin, abandonando su propia cultura, ouna mera integracin en las estructuras polticas, compatible con la conservacin desu cultura de origen. Para Habermas esta ltima sera la postura deseable.Para que haya un nivel de integracin en esa poltica comn se puede exigir alos inmigrantes con el fin de desarrollar un orden autnom o del estado qu e com partanesa tica comn (shaped by ethics).Aqu hay dos n uevos problemas, en los que hay una ruptura o casan con dificul-tad con toda la primera parte de justificacin epistemolgica de Die Einbeziehungdes Anderen:Uno es la justificacin de ese contenido de los derechos constitucionales, quepara Habermas, en cuanto relacionados con los derechos humanos, son universales.El otro problema es la relacin entre la cultura poltica comn y la Moral. Eneste texto Kampfum Anerkennung im demokratischen Rechsstaat, Habermas, comohem os recogido m s arriba en algunos textos hablaba de la relacin entre ticas, estavez entendidas en el sentido de dotrinas comprehensivas de Rawls, y poltica. Peroahora al referirse a lo exigible a los inmigrantes recurre a la existencia de la Moral,asignndole la funcin que describe en los primeros captulos.Es decir, la Moral seria una instancia intermedia entre la esfera poltica y lasticas personales, en la que los individuos pueden hacer uso de la Razn Prcticapara ponerse de acuerdo sobre contenidos morales necesarios en la vida poltica. Siesto es as, queda ahora por definir cm o funciona esa M oralidad (y no eticidad) enla cultura poltica com n, y supue stamente, en los contenidos de la Con stitucin, quees el elemento esencial de la cultura poltica comn. A su vez, ello tiene que casarcon el procidem entalismo puro, defendido contra Ralw s, y reiterado en este contexto(264, 135). Siendo sinceros, adelantaremos nuestro desconcierto ante tamaa tareay nuestra incapacidad para hacer un rompeca bezas con estas piezas en las que se veauna figura coherente.obra Ciudadana multicultural, Paids, Barcelona, 1996. Original Multicultural Citizenship A liberaltheory of Minority Rights. Clarendon Press, Oxford, 1995. Cfr., mi recensin en Telos, vol. VI, nm. 1,jun io, 1997, pgs. 141-146. Vase E. GARZN VALDS: Cinco confusiones acerca de la relevancia moral de la diversidad cu ltural,Claves de Razn prctica, julio/agosto, nm. 74, 1997, pgs. 10-23.

    Tambin W. KYMLICKA (ed.): The Rights of Minority Cultures. Oxford University Press, 1977, 396pgs. Cfr., review en The Economist Review, april I, 9th, 1997, pg. 7.Es interesante observar que Habermas ha incorporado a su discusin el pensamiento de Kymlicka,como se demuestra en su conferencia de Barcelona, Multiculturalism: Does Culture matter in Politics?.74

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    LA INCLUSIN DEL OTRO. HABERMASY RAWLS ANTE LAS SOCIEDADES M ULTICULTURALESLa sustancia tica de un patriotismo de la constitucin sita el sistema dederechos dentro del contexto legal de una comunidad legal. De esto se desprendeque losderechos estn sometidos al devenir de la interpretacin histrica. En una

    conferencia pronunciada recientemente en la Universidad de Barcelona, Habermasafirm que el discurso de los derechos humanos es independiente de sistemas decreencias religiosos o metafsicos: concede autonoma al individuo, lehace libre, lereconoce libre. Pero esto no significa, ni mucho menos, que se abran laspuertas alrelativismo absoluto, a la ausencia de valores universales. Adems Los derechoshumanos son una forma abstracta de solidaridad que sustituye a las antiguas, gre-miales, familiares, destruidas por el capitalismo (41).Es obvio queaqu Habermas recoge, por unaparte, lasugerencia del comunita-rismo de que el Estado no puede ser neutral cara a integrar a las distintas comuni-dades y a su sensibilidad frente a ladiversidad e integridad dediferentes formas devida coexistiendo en una sociedad.Por otra parte, de acuerdo esta vez con Rawls, mantiene que el Estado s debeser neutral cara a las diferencias ticas dentro de sociedades complejas, en las quela ciudadana, en su conjunto, no puede mantener un consenso sustantivo sobrevalores, sino slo unconsenso en losprocedimientos para lavalidez legtima de lasleyes.El universalismo de losprincipios legales serefleja en unconsenso procedimen-tal, que se refleja en el contexto de unacultura poltica especfica histrica, a travsdel patriotismo de la Constitucin.Esto hace que enrealidad esapoltica comn, no sea tancomn, esslo acordadaen cada sociedad dada.Lo que no est muyclaro es cul es aqu la funcin de la Moral o de la Razn(Vernunft) o esecognitivismo fuerte queHabermas se ha empeado endefender alprincipio de su obra. Porque msbien da la impresin de confiar los valores a lacultura constitucional. Pero, contra todo pronstico, esto es en realidad hacer que elderecho ocupe el lugar de la Moral y de la Razn.Las contradicciones quesealbamos al principio del artculo, en sntesis cmohacer compatible el cognitivismo fuerte con el procedimentalismo puro, se hacen

    notar nuevam ente.Despus de laapologa de la Razn y de unaMoral racional parece que no haysitio para ella en la esfera pblica y nos vemos obligados a arrojamos ciegamenteen losbrazos del derecho (42).Aqu sehubiera iluminado el problema si Habermashubiera contestado a las crticas de Rawls, en un debate antiguo en EE.UU. yrevitalizado desde 1989, el equilibrio de los tres poderes, el control deconstitucio-nalidad, la funcin del Tribunal Constitucional en la interpretacin de los derechos(41) J. HABERMAS: El Pas, o.c.(42) Quiz eso sedeba acmo enfoca Habermas enFacticidady Validez estas dosdimensiones delderecho, dejando fuera dejuego la legitimidad, entendida aqui como la relacin a lo justo. J. A. GARCA

    AMADO: O .C , pgs. 237 y ss.75

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    MARA ELSEGUIconstitucionales, los lmites del poder legislativo, el contenido esencial o mnimo delos derechos fundamentales y un largo etctera.Esto es algo que se refleja en la nueva actitud de Habermas, el derecho seconvierte en una ciencia abstracta, que sirve de arbitro, en una sociedad compleja,pero hasta qu punto garantiza la poltica jurdica la imparcialidad? Da la impresinde que la sociedad ideal de discurso acaba en un simple positivismo jurdico.Anteriormente Habermas haba afirmado que la poltica tena que construirse enrelacin con la Moral, pero al final la Moral se reduce a respetar el proceso demo-crtico, la libertad de comunicacin, y los poderes constitucionales. Eso no garantizaque el resultado sea jus to, como seala con claridad Rawls (43 ), es sin duda un puntode partida mnimo pero no de llegada.

    Y dnde est aqu el poder de la razn?, porque no basta hablar, respetar lalibertad de discurso, sino que habra que participar en un discurso racional.Habermas haba reclamado certeramente la relacin entre Moral y poltica,diferenciando la Moral de las distintas ticas. Segn esto el uso de una Moral racionalpodra llevar a los ciudadanos a elaborar unos contenidos, que no consistieran en unpuzzle de suma de elementos inconexos y heterogneos, sino de elementos homo-gneos que se imponen por la fuerza del uso de la racionalidad de una mayora deciudadanos, porque quiz detrs de las distintas ticas personales, podra haber algoracional comn. Pero Habermas no da ese paso, porque esto significa aceptar queen las cuestiones referentes a derechos fundamentales no basta respetar el procedi-miento, habra que respetar el famoso contenido esencial o contenido mnimo de losmismos, tema harto polmico entre constitucionalistas y otros juristas.Qu nos garantiza que el ethos juridificado de un Estado nacional no puedeentrar en conflicto con los derechos civiles en la medida en que la legislatura polticaest orientada a los principios constitucionales y a la idea de actualizar derechosbsicos (265, 137).Cmo se combinan las siguientes afirmaciones?; que el sistema de derechos yprincipios del Estado constitucional estn en armona con la moralidad, por virtudde su contenido universal, junto con el hecho de que los sistemas legales estnticamente conformados porque reflejan la voluntad poltica y la forma de vida deuna comunidad legal especfica.Tam poco est claro cmo compaginar la idea de que la poltica est impregnadade tica con la idea de la neutralidad del Estado (252, 122). Porque en este primercaso Habermas estara proponiendo lo que tanto ha criticado a Rawls, a saber, haceruso de las doctrinas comprehensivas como apoyo de la Razn Pblica. La sustanciatica de una integracin poltica que auna a todos los ciudadanos de una nacin debepermanecer neutral con respecto a las diferencias entre las comunidades tnico-cul-turales dentro de la nacin, que estn integradas alrededor de sus propias nocionesdel bien (266, 137).

    (43) J. RAWLS: Rcply to Habermas, o.c, pgs. 150 y 170.76

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    O sea, si se entiende correctam ente, habra que establecer dos niveles diferentes;uno en el que el Estado no puede ser neutral, y otro en el que s debe ser neutral, ya la vez una cultura poltica comn compartida.Qu quiere decir para Habermas conformarse ticamente? Cmo es posibleentre ideas diversas sobre qu sea el bien comn, llegar a una conformacin tica?Esto seria posible en una versin de las relaciones entre Moral y poltica, en la queuna cultura poltica comn fuera a su vez posible si todos los ciudadanos compartenuna Moral comn, a partir de la que se configuran diversas culturas y diversasmorales.Porque el espacio poltico comn propugnado por Habermas no es el resultadodel solapamiento de culturas diversas (a diferencia de Rawls). De lo que hablaHabermas es de un ethos poltico, pero es lo mismo hablar de cultura poltica que

    de ethos poltico? Ese ethos poltico debera respetar los derechos civiles.Habermas pretende diferenciar entre esa cultura poltica bsica y la dimensincultural junto con la idea de los fines colectivos. Pero no queda muy clara ladiferencia entre principios constitucionales que se anclan en la cultura poltica. orientaciones ticas bsicas de una forma de vida cultural concreta que preva-lezcan en el pas (265, 137).Tamb in Thibeaut, com entando este artculo de Hab ermas, se pregunta con ciertaperplejidad; C mo entender la "sustancia tica com n" de una constitucin c uandono podemos suponer sino unos mnimos solapamientos entre culturas ticas diver-sas? (44).

    LA SOLUCIN AL LABERINTO. LAS CRTICAS DE RAWLS Y BERNSTEINPara salir de este crculo vicioso, bastara que Habermas atendiera a las crticasde Rawls y Bernstein. Rawls afirma que H abermas en el fondo apoya una d emo craciasustantiva, mientras que Bernstein matiza que la separacin estricta entre tica ymoral resulta algo forzada.En Habermas hay un salto entre el procedimentalismo de los tres primeroscaptulos y la defensa de los derechos a la participacin poltica, la libertad y laigualdad, que no se someten al proceso democrtico.Bernstein entiende los motivos que llevan a Habermas a establecer un rgidoprocedimentalismo y a separar las ticas de la Moral. Habermas quiere huir decualquier asomo de etnocentrismo o eurocentrismo (45), as como de cualquier ticasustantiva, que imponga un pasado comn y una vida comn (46). Para ello establece

    (44) C. THIUEAUT: O.C., pg. 55.(45) R. BERNSTEIN: O .C , pgs. 1136-1137, R. BERNSTEIN: Beyond Objetivism and Relattvism. Uni-vcrsity of Pennsylvania Press, Philadelphia, 1983.(46) dem, pg. 1134.

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    MA RlA ELSEGUl

    una rgida distincin entre tica y moral, que segn Bernstein resulta a veces un tantorgida y artificial (47).La tesis de Bernstein consiste en afirmar que la vida poltica requiere delejercicio de una serie de virtudes tico-polticas para respetar el mismo procesodemocrtico. Es decir, hasta la democracia procedimental est inexorablementeunida a lo que Bernstein denomina the democratic ethos.El propio Habermas no ha podido escapar, como sealbamos ms arriba, deintroducir elementos ticamente sustantivos en su teora. Para Bernstein esto nosupone que Habermas haya cado en un crculo vicioso, con tal de que admitiera queexiste un democratic substantive ethos, que no determina en s mismo normas,valores y decisiones especficas, y el hecho de que todas las teoras sociales ypolticas implican obligaciones y presuposiciones ticas (48).

    La regla de la mayora no sera suficiente para asegurar el proceso democrtico,si no va acompaada de determinadas virtudes polticas clsicas, como la sabiduraprctica, la justicia, la valenta y al mismo tiempo la moderacin (49). Bernstein serefiere a las virtudes democrticas, distinguindolas de un sentido duro de las virtu-des republicanas (50). Es decir, habra una democracia sustantiva dbil que atafleslo a las virtudes polticas, diferente a la defensa d e una tica sustantiva fuerte. L asprimeras, substantial-ethical convictions, no afectan a las ticas personales, simple-mente hacen referencia al debate democrtico. Una teora pura del discurso no esfactible, a ojos de Bernstein.Esto requiere una nueva distincin entre discursos prcticos morales y discursosprcticos ticos. Los primeros son deontolgicos, y se refieren a problemos de lajusticia y de lo correcto, no son particularistas, no se limitan a la historia de un grupoconc reto, sino que son universales aplicables a todos los seres hum anos; los segundosson teleolgicos, y establecen lo bueno y lo malo (51). Adems B ernstein aade queen las propias tradiciones ticas, de doctrinas com prehen sivas, existen p rincipios queson trasladables a la Moral en la esfera poltica, con carc ter universal y co nservand osu validez, por ejemplo el no matar.Bernstein llega a un punto crucial, a saber, que la separacin entre ticas y m oralque establece H abermas no es real. Para empezar, no es verdad que las primeras seansiempre particulares, e impongan obligaciones slo para un grupo, ya que muchasde ellas incluyen mandatos y obligaciones universales. Bernstein acude a su propiabiografa y aade: Si yo me identifico con el pueblo judo, no me limito en lascuestiones ticas a cuestiones de compartir valores intersubjetivamente slo con miscompaeros judos. Hara una burla de esa tradicin si no reconociera que tengoobligaciones y responsabilidades que van ms all de mis com paeros judos y que

    ( 4 7 )( 4 8 )( 4 9 )( 5 0 )( 5 1 )

    C f r . , i d e m . d e m . d e m ,P g . 1

    d e m .pgP g -p g -1 1 4 0 .

    p g . 1 1 2 8 .1 1 3 0 .1 1 3 1 .1 1 3 5 .

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    LA INCLUSIN DEL OTRO. HABERMAS Y RAWLS ANTE LAS SOCIEDADES MULTICULTURALESson relevantes para todos los seres humanos. La validez de un mandamiento comono matar no se limita a la gente con la que comparto unos valores intersubjetivos.Si me identifico a m mismo como americano y estoy orgulloso de la herencia delos padres constituyentes, no interpreto, o mejor no debo interpretar la afirmacin deque "todos los hombres han sido creados iguales", como aplicable slo a los ameri-canos... Es una ficcin y en el fondo una ficcin violentamente distorsionantesugerir que el discurso tico est limitado al discurso de grupos histricos particula-res que el discurso tico en cuanto tico nunca tiene un contenido genuinamenteuniversal. Es una ficcin sugerir que existen dos tipos separados de discurso ticosy morales con dos lgicas independientes (52).Para Bemstein hay una continuidad en el modo en que utilizamos la reflexinpartiendo de nuestras tradiciones para trascende rlas. Con otras palabras, cada personaes capaz de trascender los discursos ticos existenciales elaborando los discursosmorales prcticos universalizables, utilizando la misma argumentacin lgica. Noestamos prisioneros en nuestras formas de vida histricamente contingentes (53). SiHabermas reconociera que existe una continuidad entre ticas y moral, y que noexiste democracia sin un democratic ethos resolvera los conflictos que presenta suteora.

    Desde otra perspectiva, Rawls acusa tambin a Habermas de introducir elemen-tos sustantivos en su procedimentalismo. Los procesos justos estn imbuidos devalores intrnsecos (54). Hay dos tipos de justicia procedimental, una perfecta (ladivisin perfecta de un bizcocho) y otra imperfecta (los juicio s, que aunque cumplancon todo el proceso pueden dar lugar a errores). La justicia procedimental se apoyaen la justicia sustantiva y se diferencia de ella. Pero no existe acuerdo entre qu ienesdefienden que la regla de la mayora es suficiente para asegurar los derechos, por lomenos los procedimentales, y los constitucionalistas que aboga por aadir otrosderechos, como las libertades bsicas que constrian constitucionalmente la regla dela mayora. Estos ltimos terminan aceptando que es necesario atender a la justiciasustantiva y a los resultados del proceso democrtico.En el captulo tercero de Faktizitat und Geltung, intenta Habermas hacer unasntesis de las dos corrientes presentes en los debates constitucionales en EE.UU.(liberales y republicanos), pero que son clsicos tambin en la tradicin de la filosofapoltica europea. Se presenta una tensin o un dilema entre la regla de la mayora,que puede degenerar en tirana, o la defensa de los derechos fundamentales porencima de cualquier poder poltico. La sntesis haberm asiana que se inclina en buenamedida por el primer modelo, intenta acordar unos derechos fundamentales que sonlos referidos a las libertades de participacin po ltica, stas no podran ser concu lca-das por la mayora.

    (52) dem, pgs. 1142-3.(53) dem. pgs. 1143-4.(54) J. RAWLS: Reply, pg. 170.79

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    MARA ELSEGUIPor este motivo Rawls aade que Habermas no logra escapar a la justiciasustantiva (55). El resultado del proceso democrtico debe ser razonable y legtimo,es decir deben cumplir con unos requisitos, no cualquier resultado es vlido.Rawls analiza la relacin y diferencia entre la legitimidad del proceso democr-tico y las cuestiones de justicia. Existen leyes que se han elaborado respetando elproceso democrtico, luego son legtimas, pero pueden ser injustas. La duda estribaen si se pueden separar radicalmente ambos trminos. Hasta qu punto una leyabsolutamente injusta es legtima?Como todos los procesos polticos humanos son imperfectos en ltimo trminodependemos de nuestros juicios sustantivos sobre la justicia. La democracia consti-tucional en la prctica no cumple con las reglas ideales de discurso establecidas porHabermas.El reconocimiento de la igualdad de todos los ciudadanos y la prohibicin de ladiscriminacin ya supone introducir un elemento sustantivo en la democracia. Lademocracia puede ser legtima, pero injusta. Rawls reconoce que su teora de lajusticia es sustantiva y no proced imen tal, ya que debe admitir unos contenido s fijos,no sometidos al proceso democrtico, como la abolicin de la esclavitud, la prohi-bicin deja persecucin religiosa, la no subordinacin de la clase trabajadora, la noopresin de la mujer, la acumulacin ilimitada de riqueza, la prohibicin de la torturay de la crueldad, etc. De todos modos, Rawls haba dejado claro pginas antes, enun intento de escapar de cualquier fundamentacin ontolgica, que esos valores noson prepolticos, aunque restrinjan la soberana popular (56).Las libertades bsicas deben ser incorporadas a la constitucin y protegidas com oderechos constitucionales. Esta restriccin no viene impuesta desde fuera, sino queobedece a una decisin poltica de la soberana popular. As Rawls sigue aqu lapropuesta del modelo dualista de Bruce Ackerman (57), que es un intento de conci-

    (55) dem, pg. 173.(56) -dem. pg. 157.(57) Centrales en este debate son las obras de los siguientes autores, Perry, Ely, M ichelman, Sunstein,Tribc, Ackerman, Wood, Frceman, Unger, Bork, Posner, Minow, Levinson, Dworkin.B. ACKERMAN: Constitutional Politics/Constitutional Law, The Yaie Law Journal. 99, nm. 3,december, 1989, pgs. 453-547.B. ACKERMAN, Reconstructing American Law , Harvard university Press, Cam bridge, 1984. Traduccinespaola por Juan Gabriel Lpez Guix, Del realismo al constructivismo jurdico, Ariel, Barcelona, 198 8 .B. ACKERMAN: Roben Bork's Grand Inquisition, The Yale Law Journal, 99, 1990, book review,pgs. 1419-1439.B. ACKERMAN: Social Justice in the Liberal State, Yale University Press, New Haven and London,1980. Hay traduccin espaola La justicia social en el estado liberal, en Centro de Estudios Constitucio-nales.B. ACKERMAN: Transformative Appointments, Harvard Law Review, 101, 1988, pgs. 1164 y ss.B. ACKERMAN & ROSENKRANTZ, & C. BALBIN. & G. BOUZAT. & C. N IO. & G. CARRIO. & R.GARGARELLA: Fundam entos y alcance del control judicial de constitucionalidad. CEC, Madrid, 1991.Investigacin colectiva del Centro de Estudios Constitucionales de Buenos Aires.

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    liar la polmica entre republicanismo y liberalismo, apoyndose en la tradicinLockiana. El admitir la existencia de unos derechos bsicos, como propugn latradicin liberal, la libertad de los modernos, una justicia sustantiva que restringe lasoberana popular, supone admitir una concepcin moral, pero no es una especie dederecho natural (58).Habermas intenta compaginar la libertad de los antiguos y la de los modernos,atribuyendo igual peso a las libertades de la autonoma pblica y a las de la autono-ma privada. Segn esto, Rawls afirma que esta solucin est presente tambin ensu teora de la justicia como equidad y es compatible con las libertades bsicas delos dos principios de justicia , ya que la incorporacin de las libertades a la constitu-cin es una cuestin que debe ser decidida por el poder constituyente de un pueblodemocrtico.

    Esto no evita que el liberalismo se vea siempre en frentado a un verdadero dilemaporque hay dos proposiciones igualmente correctas; ninguna ley moral se puedeimponer externamente a la democracia soberana del pueblo; y la soberana popularno debera justamen te (aunque puede hacerlo legtimamente) sancionar una ley queviole esos derechos. Lo que demuestra esta realidad, para Rawls, es los riesgosinherentes e inevitables de la democrac ia, porque no hay ninguna institucin humanaque pueda garantizar que las leyes siempre sean justa s y que se respeten los derechosjustos (59).En la respuesta de Habermas a Bemstein, acepta aqul la primera parte de lacrtica, en cuanto que la idea de una poltica liberal comn y el patriotismo de laB. ACKERMAN: We the People, Volume I: Foundations. Harvard, Cambridge, 1991. Habermas sobreAckerman, cfr., Faklizill und Gellung, pg. 375.B. ACKERMAN: Sobre el comunitarismo, Doxa, 17/18, 1995, pgs. 23-25.. C. ROSENKRANZ: Entrevista a Bruce Ackerman, Doxa, 17/18, 1995, pgs. 515-519.R. A. DAML: Democracy and its Critics. New Haven, 1989. Sobre como trata Habermas esta polmica,vase Faklizitt und Gellung. cap. III, pg. 128 y ss., cap. VI y VII. Sobre los derechos c ap. 3 y 9, y pgs.681-680 en la 4. edicin. Versin inglesa traducida por Rcgh en Philosophy and Social Criticism, XX,4, octobcr, 1994, pgs. 135-150. En castellano ROBERT DAHL: Desafios de la teora dem ocrtica, NuevaRevista, nm. 50, abril/mayo, 1997, pgs. 159-173, traduccin indita del seminario que imparti el 24

    de mayo de 1996 en el Centro de Estudios Avanzados del Instituto Juan March.R. CHUFXA: La regla y el principio de la mayora. CEC, Madrid, 1993.(58 ) Pgs. 158 -9. En Reply to Habe rmas , pg. 162, Raw ls aclara que This fault is seen in thcfact that, since the nineteenth century, liberalism has invoked the great danger of the tyranny of majorityrule and has simp ly postulated the priority of human rights as a constraint on popular sovereignty. For itspart, civic republicanism in the tradition of Aristotle has all along granted the priority to the ancient overthc modern liberties. Contrary to Locke and Kant, Habermas denies that the rights of the moderns aremoral rights based either on natural law or a moral conception such as the categorieal imperative. Heclaims that by basing those rights on morality, liberalism subjeets the legal order to an external ground,thereby placing constraints on legitmate democratic law; whereas the view of Rousseau and civicrepublicanism bases ancient liberties on the ethical vales of a specific community with its ethos of thecommon good, rooting those liberties on particular and parochial vales. Cfr., Faklizill und Gellung.pg. 669.

    (59) J. RAWLS. Reply. pg. 166.81

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    constitucin presuponen una serie de virtudes cvicas. Donde Habermas sigue mos-trando su desacuerdo es en que se pueda trascender la tica pasando a la M oral. Aqureitera su posicin, en la medida en que quiero aclarar mi identidad como judo oprotestante, americano o alemn, no es necesario, ni tampoco posible transcenderesos horizontes particulares. Pero las cuestiones en relacin con nuestras obligacio-nes morales hacia los refugiados bosnios o las personas sin hogar, y tambin cues-tiones legales tales como la regulacin de nuevas formas de violencia (por ejemplo,los abusos m aritales), tienen que ver con la legitimacin y expectativas que tenemo sno slo con otro miembro del grupo, sino tambin directamente con extraos, msall de las distancias sociales, culturales, histricas y geogrficas. En este caso noes cuestin de qu es bueno para nosotros como pertenecientes a una comunidad,sino de qu es correcto, justo para todos (315).Segn esto , la justicia volvera a tener unos co ntenidos universalizables, q ue iranms all del procedimentalismo.De todos modos en su respuesta a Bernstein, Habermas insiste en lo que yahemos expuesto. Mientras que siga caracterizando las ticas como algo particular,no ser posible nunca un entendimiento, si no se acepta que muchas ticas tienenmuchos puntos en comn, que sera el contenido de la Moral racional propugnadapor Habermas. Pero en esa Moral racional no hay por qu crear una escisin entrelo bueno y lo justo , como si fueran dos cosas diferentes. Muchas ticas son racionalesy sus contenidos conforman la justicia pblica. No se puede trazar una raya de

    separacin, como haca el liberalismo clsico. En realidad el consenso entrecruzado,no sera posible si no hubiera algo en comn, una Moral racional (que otros hanllamado tica racional) que est por encima de las opiniones, pero adems encontinuidad con las ticas de cada persona, que no se reducen a ser un cmulo deopiniones, circunscritas a un lugar y personas particulares.Como bien dice Bernstein el mandato de no matar es un principio racional,presente en la tica juda pero demostrable racionalmente, y por tanto universaliza-ble. Para distinguir qu principios de las distintas morales son racionales y culesno, hay que acudir a la razn Moral, pero esta razn Moral no se construye comoalgo diferente de las propias ticas, o de espaldas a stas.Quiz habra que establecer con ms nitidez la distincin entre cultura y ticas,ya que son cosas diferentes. Detrs de los diferentes cdigos ticos, hay muchosaspectos comunes que configuran esa Moral racional. Estos cdigos no estn unidosa cuestiones tnicas o raciales, no son cuestiones locales, sino que pretenden seruniversalizables (60).En definitiva, por encima de la diversidad y pluralismo cultural es posiblealcanzar un acuerdo entre las diversas ticas, que trascienden su propio horizonte,llevando sus contenidos racionales al seno de lo que Habermas llama Moral.(60) Para la discusin sobre los derechos universales y las diferencias culturales en la Conferenciade la ONU sobre los derechos de la mujer en Pekn, vase M. ELOSEOUI: Conferencia de Pequn.Conclusiones y com entarios, Cuadernos jurdicos, nm. 38, 1996, pgs. 13-14.

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    Del mismo modo hay que respetar un pluralismo religioso, marcando los lmitesentre el Estado y los ciudadanos. El derecho, del que nos hemos ocupado aqu poco,regula algunas m aterias relacionadas con las ticas, o con la Moral racional, dejandootras muchas, que no afectan a la vida pblica, a merced de cada persona. Tambinregula algunas cuestiones relacionadas con la cultura, y otras relacionadas con lareligin.El concepto de cultura poltica comn utilizado por Rawls y por Habermas,aunque es sin duda sugerente, puede resultar por otra parte confuso, ya que con lse mezcla la poltica, con la cultura, y se usurpa el lugar de la Moral racional, queauna las distintas ticas, y deja oscuro el papel asignado al derecho.A esto se aade que la Moral racional de Habermas parece en la prctica algoinoperante. La propone a un nivel terico, pero cuando llegamos a la legislacin, almundo jurdico parece olvidarse de ella, de manera que las leyes se constituyensiguiendo el particularismo de las ticas, pero entonces para cuando se deja laactuacin de la razn?Sera ms lgico argumentar que es posible llegar a acuerdos racionales moralesentre personas que pertenecen a diversas religiones y diversas culturas.Por otra parte la cultura poltica comn parece imponerse tanto en Rawls comoen Habermas como un dogma, que no deja espacio al pluralismo poltico, dondecaben muchas alternativas.La impresin es que todo se vuelve del revs. All donde querramos una pro-teccin jurdica ante un bien jurdico no relativizable, lase cumplir las promesas oel no mentir o no robar (que es un principio presente en cualquier tica, pero queforma parte tambin de las virtudes polticas o de la Moral racional), eso se convierteen relativo; all donde desearamos pluralidad, lase la eleccin entre el ser monr-quico o republicano, se nos impone dogmticamente (segn estemos en Espaa o enEE.U U.), com o si la constitucin fuera un credo, cuando en realidad es algo pac tado.Al final tampoco se sabe en qu consiste la razn pblica. Rawls no nos permiteacudir a razones no polticas cuando falta acuerdo. Esperbamos que la Moralhabermasiana nos ofreciera alguna solucin, pero acaba resultando un convidado depiedra, un tanto inoperante o que por lo menos hace bastante poca gala de suracionalidad.Precisamente en toda la tradicin republicana, la poltica ha sido el campo de ladoxa, de lo opinable, de lo discutible, frente a la Moral (aqu se denominara tica)que era el campo de la razn prctica, de la episteme. Hoy parece que hay miedo ala diferencia o al disenso, pero es precisamente las diferencias lo que se trata dediscutir en la arena poltica, no se trata de dejarlas al margen. Eso s, habr quediscutirlas racionalmente, pero sin impedir que existan serios disensos en materiascruciales. Como Rawls afirma, la razn pblica permite a menudo dar ms de unarespuesta razonable a cualquier pregunta. Esto es as porque existen muchos valorespolticos y muchas maneras en que pueden caracterizarse. Sin embargo, eso noimpide tampoco utilizar la racionalidad en las cuestiones po lticas, sobre todo cuandoafectan a derechos fundamentales, por ejemplo los malos tratos a menores, o los

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    MARA ELSEGUIabusos y violencia sexual dentro de la pareja (61) es algo racionalmente condena bley no una cuestin de diferentes gus tos, por mucho qu e algunos puedan llegar a decirque cada uno se divierte como quiere.

    En el fondo los valores polticos liberales que propone Rawls o el contenido dela poltica comn, reiterada por Habermas, son valores de la Moral racional, queforman parte de un acervo comn a las distintas ticas o doctrinas comprehensivas.Son valores que una persona racional est capacitada para entender, haciendo usode la razn discursiva. La teora del Discurso haberm asiana p uede resultar til aqu,en cuanto que estos v alores no se deben impone r por el uso de la fuerza, ni ve rtical-mente, sino a travs del dilogo comunicativo, y respetando la libertad y la autono-ma del individuo, de manera que el grupo no ahogue las decisiones sobre lo queRawls llama el estilo de vida o la eleccin de una vida buena. Pero es que incluso,como hemos dicho, las distintas doctrinas comprehensivas tienen muchos aspectosen com n, que se reflejarn en un acuerdo po ltico y jurdico en cuestiones ticas.Por tanto la alternativa a Habermas y a Rawls reivindica un mayor espacio parauna Moral racional en la poltica, junto a un mayor pluralismo poltico (62). As lostrminos del problema se invierten, ms unidad Moral y ms diversidad poltica,compatibles con un pluralismo cultural y religioso. Todo ello contribuir a un sanomulticulturalismo, en donde se distingan las esferas de la Moral, de la cultura, de lasticas, de la poltica, del derecho y de la religin, con sus espacios de confluencia yde independencia.

    (61) El ejemplo est tomado de Habermas, violencia en el matrimonio, Die Einbeziehung, pg. 315,y Faklizital und Geltung. pg. 382.(62) En la lnea de reivindicar no un a Razn pblica sino varias razones pblicas y un mayorpluralismo poltico cfr., V. J. ARRRGUI. Una razn pblica o pluralidad de razones prcticas?, NuevaRevista, nm. 51, 1997, pgs. 50-67.

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