LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

107
LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia

Transcript of LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

Page 1: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

LA REVOLUCION JULIANA

Nación, Ejército y bancocracia

r

LA REVOLUCION JULIANA

Nación, Ejército y bancocracia

r

LA REVOLUCION JULIANA

Nación, Ejército y bancocracia

r

Page 2: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

Miem

bro

sd

ela

Jun

taP

rovisio

nal,señ

ores:D

n.Jo

séR

afaelBu

staman

te,Dn

.Mo

desto

LarreaJijó

n,

Dr.D

n.Fran

ciscoA

rízaga

Luq

ue,D

r.Dn

.Francisco

J.Bo

loñ

a,Dn

.Ped

roP

.G

araicoa,D

n.Lu

isN

.Dillo

n,

Gen

eralDn

.Francisco

mez

de

laT

orre

yD

n.Ju

lioE

.Mo

reno

Miem

bro

sd

ela

Jun

taP

rovisio

nal,señ

ores:D

n.Jo

séR

afaelBu

staman

te,Dn

.Mo

desto

LarreaJijó

n,

Dr.D

n.Fran

ciscoA

rízaga

Luq

ue,D

r.Dn

.Francisco

J.Bo

loñ

a,Dn

.Ped

roP

.G

araicoa,D

n.Lu

isN

.Dillo

n,

Gen

eralDn

.Francisco

mez

de

laT

orre

yD

n.Ju

lioE

.Mo

reno

Miem

bro

sd

ela

Jun

taP

rovisio

nal,señ

ores:D

n.Jo

séR

afaelBu

staman

te,Dn

.Mo

desto

LarreaJijó

n,

Dr.D

n.Fran

ciscoA

rízaga

Luq

ue,D

r.Dn

.Francisco

J.Bo

loñ

a,Dn

.Ped

roP

.G

araicoa,D

n.Lu

isN

.Dillo

n,

Gen

eralDn

.Francisco

mez

de

laT

orre

yD

n.Ju

lioE

.Mo

reno

Page 3: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

Juan J. Paz y Miño Cepeda

LA REVOLUCION JULIANA

Nación, Ejército y bancocracia

r

Abya-Yala2002

Juan J. Paz y Miño Cepeda

LA REVOLUCION JULIANA

Nación, Ejército y bancocracia

r

Abya-Yala2002

Juan J. Paz y Miño Cepeda

LA REVOLUCION JULIANA

Nación, Ejército y bancocracia

r

Abya-Yala2002

Page 4: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

REVOLUCION JULIANANación, Ejército y bancocraciaJuan J. Paz y Miño Cepeda

1a. Edición Ediciones ABYA-YALA12 de Octubre 14-30 y WilsonCasilla: 17-12-719Teléfono: 562-633 / 506-247Fax: (593-2) 506-255E-mail: [email protected]@abyayala.org.Quito-Ecuador

Serie THEmas“Taller de Historia Económica”Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Impresión Docutech-UPSQuito - Ecuador

Diseño de la Portada: Raúl Yépez

ISBN: 9978-04-482-5

Tercera ediciónImpreso en Quito-Ecuador, 2002

REVOLUCION JULIANANación, Ejército y bancocraciaJuan J. Paz y Miño Cepeda

1a. Edición Ediciones ABYA-YALA12 de Octubre 14-30 y WilsonCasilla: 17-12-719Teléfono: 562-633 / 506-247Fax: (593-2) 506-255E-mail: [email protected]@abyayala.org.Quito-Ecuador

Serie THEmas“Taller de Historia Económica”Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Impresión Docutech-UPSQuito - Ecuador

Diseño de la Portada: Raúl Yépez

ISBN: 9978-04-482-5

Tercera ediciónImpreso en Quito-Ecuador, 2002

REVOLUCION JULIANANación, Ejército y bancocraciaJuan J. Paz y Miño Cepeda

1a. Edición Ediciones ABYA-YALA12 de Octubre 14-30 y WilsonCasilla: 17-12-719Teléfono: 562-633 / 506-247Fax: (593-2) 506-255E-mail: [email protected]@abyayala.org.Quito-Ecuador

Serie THEmas“Taller de Historia Económica”Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Impresión Docutech-UPSQuito - Ecuador

Diseño de la Portada: Raúl Yépez

ISBN: 9978-04-482-5

Tercera ediciónImpreso en Quito-Ecuador, 2002

Page 5: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

INDICE

r

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

1. De la Liga Militar a la Junta de Gobierno Provisional . . . . . . . . . 13

2. Las fuerzas políticas . . . . . . . . . . 193. La obra de Gobierno . . . . . . . . . 314. El conflicto regionalista . . . . . . . 515. El desenlace de la Junta de

Gobierno . . . . . . . . . . . . . . . . . . 636. Significación y alcances . . . . . . . 69

Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102

INDICE

r

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

1. De la Liga Militar a la Junta de Gobierno Provisional . . . . . . . . . 13

2. Las fuerzas políticas . . . . . . . . . . 193. La obra de Gobierno . . . . . . . . . 314. El conflicto regionalista . . . . . . . 515. El desenlace de la Junta de

Gobierno . . . . . . . . . . . . . . . . . . 636. Significación y alcances . . . . . . . 69

Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102

INDICE

r

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

1. De la Liga Militar a la Junta de Gobierno Provisional . . . . . . . . . 13

2. Las fuerzas políticas . . . . . . . . . . 193. La obra de Gobierno . . . . . . . . . 314. El conflicto regionalista . . . . . . . 515. El desenlace de la Junta de

Gobierno . . . . . . . . . . . . . . . . . . 636. Significación y alcances . . . . . . . 69

Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102

Page 6: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r
Page 7: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

7 7 7

INTRODUCCION

r

La “Revolución Juliana” reviste, ennuestros días, un atractivo singular. Conmayor o menor información sobre ella, sesabe que el 9 de julio de 1925 se produjoun golpe militar, ejecutado por la jovenoficialidad del Ejército. Que la Revolu-ción se orientó contra la hegemonía ban-caria y oligárquica de aquellos años. Quepuso fin al sistema corrupto de la “banco-cracia” y al dominio político de los “libe-rales plutocráticos”. Que el Banco Centralnació precisamente a consecuencia de talRevolución. De manera que no son pocoslos que, de una u otra forma, comparan lacrisis económica y política de hoy, así co-mo el rol de la “bancocracia” contemporá-nea, con la crisis y la plutocracia bancariade comienzos del siglo XX.

INTRODUCCION

r

La “Revolución Juliana” reviste, ennuestros días, un atractivo singular. Conmayor o menor información sobre ella, sesabe que el 9 de julio de 1925 se produjoun golpe militar, ejecutado por la jovenoficialidad del Ejército. Que la Revolu-ción se orientó contra la hegemonía ban-caria y oligárquica de aquellos años. Quepuso fin al sistema corrupto de la “banco-cracia” y al dominio político de los “libe-rales plutocráticos”. Que el Banco Centralnació precisamente a consecuencia de talRevolución. De manera que no son pocoslos que, de una u otra forma, comparan lacrisis económica y política de hoy, así co-mo el rol de la “bancocracia” contemporá-nea, con la crisis y la plutocracia bancariade comienzos del siglo XX.

INTRODUCCION

r

La “Revolución Juliana” reviste, ennuestros días, un atractivo singular. Conmayor o menor información sobre ella, sesabe que el 9 de julio de 1925 se produjoun golpe militar, ejecutado por la jovenoficialidad del Ejército. Que la Revolu-ción se orientó contra la hegemonía ban-caria y oligárquica de aquellos años. Quepuso fin al sistema corrupto de la “banco-cracia” y al dominio político de los “libe-rales plutocráticos”. Que el Banco Centralnació precisamente a consecuencia de talRevolución. De manera que no son pocoslos que, de una u otra forma, comparan lacrisis económica y política de hoy, así co-mo el rol de la “bancocracia” contemporá-nea, con la crisis y la plutocracia bancariade comienzos del siglo XX.

Page 8: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

8 8 8

El 21 de enero del 2000 algunos coro-neles que participaron en el golpe que de-rrocó al presidente Jamil Mahuad, dijeronque el movimiento constituía una “segun-da Revolución Juliana”. Con desconoci-miento del tema, pero lastimosamenteafectando el prestigio de las Fuerzas Arma-das, a fin de deslegitimar los sucesos de1925 y con ello alterar la memoria históri-ca de la institución, en estos mismos díasse ha llegado a sostener que la RevoluciónJuliana fue un movimiento de la sierracontra la costa y que, finalmente, fue “per-judicial” para Guayaquil. Sin embargo, elmovimiento juliano tiene que ser rescata-do por la memoria histórica del Ecuador,por la trascendencia de sus reformas, desti-nadas a garantizar la existencia del Estado-Nación frente al régimen antipatriótico dela “bancocracia” de inicios de los añosveinte. Para ello, esta obra concentra suanálisis en la primera Junta de GobiernoProvisional (julio 1925-enero 1926) ins-taurada por los revolucionarios julianos,que es la que verdaderamente concretó losideales militares y los esfuerzos nacionalespor controlar los excesos de los grupos depoder económico del Ecuador.

El 21 de enero del 2000 algunos coro-neles que participaron en el golpe que de-rrocó al presidente Jamil Mahuad, dijeronque el movimiento constituía una “segun-da Revolución Juliana”. Con desconoci-miento del tema, pero lastimosamenteafectando el prestigio de las Fuerzas Arma-das, a fin de deslegitimar los sucesos de1925 y con ello alterar la memoria históri-ca de la institución, en estos mismos díasse ha llegado a sostener que la RevoluciónJuliana fue un movimiento de la sierracontra la costa y que, finalmente, fue “per-judicial” para Guayaquil. Sin embargo, elmovimiento juliano tiene que ser rescata-do por la memoria histórica del Ecuador,por la trascendencia de sus reformas, desti-nadas a garantizar la existencia del Estado-Nación frente al régimen antipatriótico dela “bancocracia” de inicios de los añosveinte. Para ello, esta obra concentra suanálisis en la primera Junta de GobiernoProvisional (julio 1925-enero 1926) ins-taurada por los revolucionarios julianos,que es la que verdaderamente concretó losideales militares y los esfuerzos nacionalespor controlar los excesos de los grupos depoder económico del Ecuador.

El 21 de enero del 2000 algunos coro-neles que participaron en el golpe que de-rrocó al presidente Jamil Mahuad, dijeronque el movimiento constituía una “segun-da Revolución Juliana”. Con desconoci-miento del tema, pero lastimosamenteafectando el prestigio de las Fuerzas Arma-das, a fin de deslegitimar los sucesos de1925 y con ello alterar la memoria históri-ca de la institución, en estos mismos díasse ha llegado a sostener que la RevoluciónJuliana fue un movimiento de la sierracontra la costa y que, finalmente, fue “per-judicial” para Guayaquil. Sin embargo, elmovimiento juliano tiene que ser rescata-do por la memoria histórica del Ecuador,por la trascendencia de sus reformas, desti-nadas a garantizar la existencia del Estado-Nación frente al régimen antipatriótico dela “bancocracia” de inicios de los añosveinte. Para ello, esta obra concentra suanálisis en la primera Junta de GobiernoProvisional (julio 1925-enero 1926) ins-taurada por los revolucionarios julianos,que es la que verdaderamente concretó losideales militares y los esfuerzos nacionalespor controlar los excesos de los grupos depoder económico del Ecuador.

Page 9: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

9 9 9

La parte sustancial de este trabajo fueexpuesta el 26 de enero del 2000, comodiscurso para mi incorporación a la Aca-demia Nacional de Historia. En esos mo-mentos estaban frescos los sucesos queconcluyeron con la salida de Mahuad y elascenso del nuevo presidente Gustavo No-boa. El tema, por tanto, despertó enormeinterés por su “actualidad”. Pero fue frutode una coincidencia en cierto modo feliz.Mi incorporación a la Academia Nacionalde Historia, debió ocurrir varios meses an-tes, pero tuvo que ser postergada por di-versos motivos. Cierto es que la Revolu-ción me sedujo desde tiempo atrás por elentorno que le rodeó y que tiene muchode paralelismo con las circunstancias porlas que ha atravesado el Ecuador bajo elgobierno de Jamil Mahuad, durante elcual se privilegió la atención a los bancos,fueron toleradas las corruptelas practica-das por varios banqueros, se descuidó laproblemática social y finalmente se produ-jo la entrega a las aspiraciones de los ena-morados por la “dolarización” y por un“modelo empresarial” desentendido con lasnecesidades de equidad social y dignifica-ción de la vida de las mayorías nacionales.

La parte sustancial de este trabajo fueexpuesta el 26 de enero del 2000, comodiscurso para mi incorporación a la Aca-demia Nacional de Historia. En esos mo-mentos estaban frescos los sucesos queconcluyeron con la salida de Mahuad y elascenso del nuevo presidente Gustavo No-boa. El tema, por tanto, despertó enormeinterés por su “actualidad”. Pero fue frutode una coincidencia en cierto modo feliz.Mi incorporación a la Academia Nacionalde Historia, debió ocurrir varios meses an-tes, pero tuvo que ser postergada por di-versos motivos. Cierto es que la Revolu-ción me sedujo desde tiempo atrás por elentorno que le rodeó y que tiene muchode paralelismo con las circunstancias porlas que ha atravesado el Ecuador bajo elgobierno de Jamil Mahuad, durante elcual se privilegió la atención a los bancos,fueron toleradas las corruptelas practica-das por varios banqueros, se descuidó laproblemática social y finalmente se produ-jo la entrega a las aspiraciones de los ena-morados por la “dolarización” y por un“modelo empresarial” desentendido con lasnecesidades de equidad social y dignifica-ción de la vida de las mayorías nacionales.

La parte sustancial de este trabajo fueexpuesta el 26 de enero del 2000, comodiscurso para mi incorporación a la Aca-demia Nacional de Historia. En esos mo-mentos estaban frescos los sucesos queconcluyeron con la salida de Mahuad y elascenso del nuevo presidente Gustavo No-boa. El tema, por tanto, despertó enormeinterés por su “actualidad”. Pero fue frutode una coincidencia en cierto modo feliz.Mi incorporación a la Academia Nacionalde Historia, debió ocurrir varios meses an-tes, pero tuvo que ser postergada por di-versos motivos. Cierto es que la Revolu-ción me sedujo desde tiempo atrás por elentorno que le rodeó y que tiene muchode paralelismo con las circunstancias porlas que ha atravesado el Ecuador bajo elgobierno de Jamil Mahuad, durante elcual se privilegió la atención a los bancos,fueron toleradas las corruptelas practica-das por varios banqueros, se descuidó laproblemática social y finalmente se produ-jo la entrega a las aspiraciones de los ena-morados por la “dolarización” y por un“modelo empresarial” desentendido con lasnecesidades de equidad social y dignifica-ción de la vida de las mayorías nacionales.

Page 10: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

10 10 10

Discuto, entonces, la significación ylos alcances de la Revolución Juliana y dela primera Junta de Gobierno Provisional,precisando sus orientaciones y su obra. Heutilizado, para ello, la documentación mássignificativa sobre los sucesos que trascen-dieron en forma pública al país desde queestalló el movimiento. Me ha interesadoresaltar el papel de las fuerzas políticas, elproblema del regionalismo y la dinamiaimpuesta por el “intervencionismo” delEstado. El material historiográfico y do-cumental de la Biblioteca Archivo “Aure-lio Espinosa Pólit” ha sido fundamental.Dejo de lado, en cambio, otros hechos yprocesos, como el de los antecedentesmarcados por la economía del cacao y lavigencia del régimen monetario y finan-ciero iniciado con el primer patrón-oro(1900-1917), la suspensión de la converti-bilidad (1914) y las sobreemisiones inor-gánicas de billetes, a través de las cualesentronizó su hegemonía la “bancocracia”.1

Son varios los trabajos a los que se puedeacudir para repasar tales antecedentes. Porlo demás, esta es la primera obra que estu-dia, con la visión que planteo, a la famosaRevolución Juliana.

Discuto, entonces, la significación ylos alcances de la Revolución Juliana y dela primera Junta de Gobierno Provisional,precisando sus orientaciones y su obra. Heutilizado, para ello, la documentación mássignificativa sobre los sucesos que trascen-dieron en forma pública al país desde queestalló el movimiento. Me ha interesadoresaltar el papel de las fuerzas políticas, elproblema del regionalismo y la dinamiaimpuesta por el “intervencionismo” delEstado. El material historiográfico y do-cumental de la Biblioteca Archivo “Aure-lio Espinosa Pólit” ha sido fundamental.Dejo de lado, en cambio, otros hechos yprocesos, como el de los antecedentesmarcados por la economía del cacao y lavigencia del régimen monetario y finan-ciero iniciado con el primer patrón-oro(1900-1917), la suspensión de la converti-bilidad (1914) y las sobreemisiones inor-gánicas de billetes, a través de las cualesentronizó su hegemonía la “bancocracia”.1

Son varios los trabajos a los que se puedeacudir para repasar tales antecedentes. Porlo demás, esta es la primera obra que estu-dia, con la visión que planteo, a la famosaRevolución Juliana.

Discuto, entonces, la significación ylos alcances de la Revolución Juliana y dela primera Junta de Gobierno Provisional,precisando sus orientaciones y su obra. Heutilizado, para ello, la documentación mássignificativa sobre los sucesos que trascen-dieron en forma pública al país desde queestalló el movimiento. Me ha interesadoresaltar el papel de las fuerzas políticas, elproblema del regionalismo y la dinamiaimpuesta por el “intervencionismo” delEstado. El material historiográfico y do-cumental de la Biblioteca Archivo “Aure-lio Espinosa Pólit” ha sido fundamental.Dejo de lado, en cambio, otros hechos yprocesos, como el de los antecedentesmarcados por la economía del cacao y lavigencia del régimen monetario y finan-ciero iniciado con el primer patrón-oro(1900-1917), la suspensión de la converti-bilidad (1914) y las sobreemisiones inor-gánicas de billetes, a través de las cualesentronizó su hegemonía la “bancocracia”.1

Son varios los trabajos a los que se puedeacudir para repasar tales antecedentes. Porlo demás, esta es la primera obra que estu-dia, con la visión que planteo, a la famosaRevolución Juliana.

Page 11: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

11 11 11

El trabajo que ahora se publica, con-tiene la ampliación de mi discurso y lafundamentación en el aparato técnico re-querido para el público lector. Debo ex-presar mi reconocimiento para todos losque se interesan por este tema y mi agra-decimiento para quienes alentaron la difu-sión de este estudio. Desde luego, las opi-niones y omisiones son de mi exclusivaresponsabilidad.

El trabajo que ahora se publica, con-tiene la ampliación de mi discurso y lafundamentación en el aparato técnico re-querido para el público lector. Debo ex-presar mi reconocimiento para todos losque se interesan por este tema y mi agra-decimiento para quienes alentaron la difu-sión de este estudio. Desde luego, las opi-niones y omisiones son de mi exclusivaresponsabilidad.

El trabajo que ahora se publica, con-tiene la ampliación de mi discurso y lafundamentación en el aparato técnico re-querido para el público lector. Debo ex-presar mi reconocimiento para todos losque se interesan por este tema y mi agra-decimiento para quienes alentaron la difu-sión de este estudio. Desde luego, las opi-niones y omisiones son de mi exclusivaresponsabilidad.

Page 12: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

12 12 12

“Personal que integró la Junta Suprema Militar a raíz de la gloriosa Trasformación del 9 de Julio de 1925”

(Arriba) Sr. Coronel Dn. Luis T. Paz y Miño, Presidente de laJunta Suprema Militar. (Izq.) Sr. Teniente Coronel Dn. Juan

Ignacio Pareja, Primer Vocal de la Junta Suprema Militar. (Der.)Sr. Teniente Coronel Carlos A. Guerrero, Primer Vocal de la

Junta Central Militar .(Izq. Abajo) Sr. Mayor Dn. EmilioValdivieso Tercer Vocal de la Junta Suprema Militar. (Centroabajo) Sr. Teniente Dn. Angél Bonilla G., Cuarto Vocal de la

Junta Suprema Militar. (Der. Abajo) Sr. Capitán Dn. FedericoStruve, Quinto Vocal de la Junta Central Militar.

“Personal que integró la Junta Suprema Militar a raíz de la gloriosa Trasformación del 9 de Julio de 1925”

(Arriba) Sr. Coronel Dn. Luis T. Paz y Miño, Presidente de laJunta Suprema Militar. (Izq.) Sr. Teniente Coronel Dn. Juan

Ignacio Pareja, Primer Vocal de la Junta Suprema Militar. (Der.)Sr. Teniente Coronel Carlos A. Guerrero, Primer Vocal de la

Junta Central Militar .(Izq. Abajo) Sr. Mayor Dn. EmilioValdivieso Tercer Vocal de la Junta Suprema Militar. (Centroabajo) Sr. Teniente Dn. Angél Bonilla G., Cuarto Vocal de la

Junta Suprema Militar. (Der. Abajo) Sr. Capitán Dn. FedericoStruve, Quinto Vocal de la Junta Central Militar.

“Personal que integró la Junta Suprema Militar a raíz de la gloriosa Trasformación del 9 de Julio de 1925”

(Arriba) Sr. Coronel Dn. Luis T. Paz y Miño, Presidente de laJunta Suprema Militar. (Izq.) Sr. Teniente Coronel Dn. Juan

Ignacio Pareja, Primer Vocal de la Junta Suprema Militar. (Der.)Sr. Teniente Coronel Carlos A. Guerrero, Primer Vocal de la

Junta Central Militar .(Izq. Abajo) Sr. Mayor Dn. EmilioValdivieso Tercer Vocal de la Junta Suprema Militar. (Centroabajo) Sr. Teniente Dn. Angél Bonilla G., Cuarto Vocal de la

Junta Suprema Militar. (Der. Abajo) Sr. Capitán Dn. FedericoStruve, Quinto Vocal de la Junta Central Militar.

Page 13: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

13 13 13

1DE LA LIGA MILITAR

A LA JUNTA DE GOBIERNO PROVISIONAL

r

En el Ecuador, el golpe militar del 9de julio de 1925, conocido como “Revolu-ción Juliana”, se produjo por el agota-miento del Estado Liberal instauradodesde 1895. El desencanto frente a la he-gemonía liberal se acumuló socialmente apartir del inicio de la década de 1910, aconsecuencia del fin del liberalismo radi-cal, la muerte de Eloy Alfaro y sus princi-pales lugartenientes, el ascenso del caudi-llismo “placista”, el predominio bancariode Guayaquil, la sucesión fraudulenta delos gobiernos de Alfredo Baquerizo More-no, José Luis Tamayo y Gonzalo S. Córdo-

1DE LA LIGA MILITAR

A LA JUNTA DE GOBIERNO PROVISIONAL

r

En el Ecuador, el golpe militar del 9de julio de 1925, conocido como “Revolu-ción Juliana”, se produjo por el agota-miento del Estado Liberal instauradodesde 1895. El desencanto frente a la he-gemonía liberal se acumuló socialmente apartir del inicio de la década de 1910, aconsecuencia del fin del liberalismo radi-cal, la muerte de Eloy Alfaro y sus princi-pales lugartenientes, el ascenso del caudi-llismo “placista”, el predominio bancariode Guayaquil, la sucesión fraudulenta delos gobiernos de Alfredo Baquerizo More-no, José Luis Tamayo y Gonzalo S. Córdo-

1DE LA LIGA MILITAR

A LA JUNTA DE GOBIERNO PROVISIONAL

r

En el Ecuador, el golpe militar del 9de julio de 1925, conocido como “Revolu-ción Juliana”, se produjo por el agota-miento del Estado Liberal instauradodesde 1895. El desencanto frente a la he-gemonía liberal se acumuló socialmente apartir del inicio de la década de 1910, aconsecuencia del fin del liberalismo radi-cal, la muerte de Eloy Alfaro y sus princi-pales lugartenientes, el ascenso del caudi-llismo “placista”, el predominio bancariode Guayaquil, la sucesión fraudulenta delos gobiernos de Alfredo Baquerizo More-no, José Luis Tamayo y Gonzalo S. Córdo-

Page 14: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

14 14 14

va, las políticas del “liberalismo plutocrá-tico” en el poder, la marginación de losintereses de las clases trabajadoras en as-censo y, ante todo, la crisis económica de-rivada de la caída de las exportaciones decacao.2

Ninguna salida histórica podía ofre-cer la continuación del régimen liberal, demanera que cambiarlo, para imponer unnuevo rumbo a la nación, inevitablementesignificó romper el orden constitucional ysuspender el funcionamiento de las insti-tuciones de la democracia representativa.3

La revolución de Carlos Concha (1913),para revivir al liberalismo radical, fraca-só.4 Tampoco tuvo éxito la revolución queintentaron los conservadores acaudilladospor Jacinto Jijón y Caamaño (1924).5 Elsocialismo apenas estaba en gestación. Yera inviable la revolución “proletaria” delas incipientes clases trabajadoras, repri-midas en forma brutal en 1922 y 1923.\6

De manera que ni las fuerzas políticas or-gánicas, ni los movimientos sociales po-dían dar la salida histórica que el país an-siaba. Pero tampoco las altas jerarquíasdel Ejército podían asumir la toma delmando estatal, por haberse convertido,precisamente, en la principal fuerza de

va, las políticas del “liberalismo plutocrá-tico” en el poder, la marginación de losintereses de las clases trabajadoras en as-censo y, ante todo, la crisis económica de-rivada de la caída de las exportaciones decacao.2

Ninguna salida histórica podía ofre-cer la continuación del régimen liberal, demanera que cambiarlo, para imponer unnuevo rumbo a la nación, inevitablementesignificó romper el orden constitucional ysuspender el funcionamiento de las insti-tuciones de la democracia representativa.3

La revolución de Carlos Concha (1913),para revivir al liberalismo radical, fraca-só.4 Tampoco tuvo éxito la revolución queintentaron los conservadores acaudilladospor Jacinto Jijón y Caamaño (1924).5 Elsocialismo apenas estaba en gestación. Yera inviable la revolución “proletaria” delas incipientes clases trabajadoras, repri-midas en forma brutal en 1922 y 1923.\6

De manera que ni las fuerzas políticas or-gánicas, ni los movimientos sociales po-dían dar la salida histórica que el país an-siaba. Pero tampoco las altas jerarquíasdel Ejército podían asumir la toma delmando estatal, por haberse convertido,precisamente, en la principal fuerza de

va, las políticas del “liberalismo plutocrá-tico” en el poder, la marginación de losintereses de las clases trabajadoras en as-censo y, ante todo, la crisis económica de-rivada de la caída de las exportaciones decacao.2

Ninguna salida histórica podía ofre-cer la continuación del régimen liberal, demanera que cambiarlo, para imponer unnuevo rumbo a la nación, inevitablementesignificó romper el orden constitucional ysuspender el funcionamiento de las insti-tuciones de la democracia representativa.3

La revolución de Carlos Concha (1913),para revivir al liberalismo radical, fraca-só.4 Tampoco tuvo éxito la revolución queintentaron los conservadores acaudilladospor Jacinto Jijón y Caamaño (1924).5 Elsocialismo apenas estaba en gestación. Yera inviable la revolución “proletaria” delas incipientes clases trabajadoras, repri-midas en forma brutal en 1922 y 1923.\6

De manera que ni las fuerzas políticas or-gánicas, ni los movimientos sociales po-dían dar la salida histórica que el país an-siaba. Pero tampoco las altas jerarquíasdel Ejército podían asumir la toma delmando estatal, por haberse convertido,precisamente, en la principal fuerza de

Page 15: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

15 15 15

sustento del liberalismo plutocrático.7

La revolución estalló, en consecuencia,por intermedio de la Liga Militar, que, deacuerdo con el testimonio de Luis A. Ro-dríguez S., por aquella época Teniente delRegimiento “Bolívar”, nació el 25 de oc-tubre de 1924, cuando un reducido grupode jóvenes oficiales, al calor de las conver-saciones sobre las desgracias del Ecuador yla necesidad de “hacer algo serio”, decidie-ron, finalmente, confabularse para “salvar ala Patria”.8 Formada en secreto, al margende las jerarquías, los caudillos, los partidosy los movimientos sociales, sobre la basede la fuerza armada nucleada por la oficia-lidad de baja graduación, la Liga Militarfue la única capaz de imponerse, motivadapor un idealismo patriótico que nada tuvode conservador ni de liberalismo tradicio-nales, sino que interpretó las necesidadesdel momento y reflejó el ambiente progre-sista, que quería inaugurar una nueva épo-ca.9 “Éramos –escribió el Tcrnel. Plaza-oficiales muy jóvenes y nos faltaba expe-riencia política para la administración civilen la vida de la República. Pero fuimostambién oficiales pundonorosos y nuncabuscamos algo que pudiera llamarse com-

sustento del liberalismo plutocrático.7

La revolución estalló, en consecuencia,por intermedio de la Liga Militar, que, deacuerdo con el testimonio de Luis A. Ro-dríguez S., por aquella época Teniente delRegimiento “Bolívar”, nació el 25 de oc-tubre de 1924, cuando un reducido grupode jóvenes oficiales, al calor de las conver-saciones sobre las desgracias del Ecuador yla necesidad de “hacer algo serio”, decidie-ron, finalmente, confabularse para “salvar ala Patria”.8 Formada en secreto, al margende las jerarquías, los caudillos, los partidosy los movimientos sociales, sobre la basede la fuerza armada nucleada por la oficia-lidad de baja graduación, la Liga Militarfue la única capaz de imponerse, motivadapor un idealismo patriótico que nada tuvode conservador ni de liberalismo tradicio-nales, sino que interpretó las necesidadesdel momento y reflejó el ambiente progre-sista, que quería inaugurar una nueva épo-ca.9 “Éramos –escribió el Tcrnel. Plaza-oficiales muy jóvenes y nos faltaba expe-riencia política para la administración civilen la vida de la República. Pero fuimostambién oficiales pundonorosos y nuncabuscamos algo que pudiera llamarse com-

sustento del liberalismo plutocrático.7

La revolución estalló, en consecuencia,por intermedio de la Liga Militar, que, deacuerdo con el testimonio de Luis A. Ro-dríguez S., por aquella época Teniente delRegimiento “Bolívar”, nació el 25 de oc-tubre de 1924, cuando un reducido grupode jóvenes oficiales, al calor de las conver-saciones sobre las desgracias del Ecuador yla necesidad de “hacer algo serio”, decidie-ron, finalmente, confabularse para “salvar ala Patria”.8 Formada en secreto, al margende las jerarquías, los caudillos, los partidosy los movimientos sociales, sobre la basede la fuerza armada nucleada por la oficia-lidad de baja graduación, la Liga Militarfue la única capaz de imponerse, motivadapor un idealismo patriótico que nada tuvode conservador ni de liberalismo tradicio-nales, sino que interpretó las necesidadesdel momento y reflejó el ambiente progre-sista, que quería inaugurar una nueva épo-ca.9 “Éramos –escribió el Tcrnel. Plaza-oficiales muy jóvenes y nos faltaba expe-riencia política para la administración civilen la vida de la República. Pero fuimostambién oficiales pundonorosos y nuncabuscamos algo que pudiera llamarse com-

Page 16: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

16 16 16

pensación a nuestra actividad revoluciona-ria. Todos nuestros afanes fueron por la Pa-tria y para la Patria, por su grandeza yprosperidad democrática”.10

En la primera Proclama “A la Na-ción”, del 10 de Julio,11 se sostuvo, entreotras razones, que el Ejército había inter-venido “convencido de que los sagrados in-tereses del País no podían continuar amerced de un régimen de Gobierno que seencontraba en absoluto divorcio con la vo-luntad nacional”; y que la institución “nopodía servir de instrumento” para mante-ner un orden de cosas ilegítimo, que habíaabandonado “los más esenciales problemasde la vida nacional, especialmente respectode la profunda crisis económica”, anun-ciando, además, que se conformaría unaJunta de Gobierno “integrada por elemen-tos de comprobada honorabilidad que ins-piren confianza a toda la Nación y que sin-tetice las aspiraciones de la hora presente”.

El mismo día 10 se instaló una JuntaSuprema Militar,12 que acordó nombraruna “Junta Provisional Militar”13 que, asu vez, se encargaría de designar una“Junta de Gobierno”, que pueda “encausarlos destinos de la Nación por los senderosdel bienestar y la conveniencia general”.

pensación a nuestra actividad revoluciona-ria. Todos nuestros afanes fueron por la Pa-tria y para la Patria, por su grandeza yprosperidad democrática”.10

En la primera Proclama “A la Na-ción”, del 10 de Julio,11 se sostuvo, entreotras razones, que el Ejército había inter-venido “convencido de que los sagrados in-tereses del País no podían continuar amerced de un régimen de Gobierno que seencontraba en absoluto divorcio con la vo-luntad nacional”; y que la institución “nopodía servir de instrumento” para mante-ner un orden de cosas ilegítimo, que habíaabandonado “los más esenciales problemasde la vida nacional, especialmente respectode la profunda crisis económica”, anun-ciando, además, que se conformaría unaJunta de Gobierno “integrada por elemen-tos de comprobada honorabilidad que ins-piren confianza a toda la Nación y que sin-tetice las aspiraciones de la hora presente”.

El mismo día 10 se instaló una JuntaSuprema Militar,12 que acordó nombraruna “Junta Provisional Militar”13 que, asu vez, se encargaría de designar una“Junta de Gobierno”, que pueda “encausarlos destinos de la Nación por los senderosdel bienestar y la conveniencia general”.

pensación a nuestra actividad revoluciona-ria. Todos nuestros afanes fueron por la Pa-tria y para la Patria, por su grandeza yprosperidad democrática”.10

En la primera Proclama “A la Na-ción”, del 10 de Julio,11 se sostuvo, entreotras razones, que el Ejército había inter-venido “convencido de que los sagrados in-tereses del País no podían continuar amerced de un régimen de Gobierno que seencontraba en absoluto divorcio con la vo-luntad nacional”; y que la institución “nopodía servir de instrumento” para mante-ner un orden de cosas ilegítimo, que habíaabandonado “los más esenciales problemasde la vida nacional, especialmente respectode la profunda crisis económica”, anun-ciando, además, que se conformaría unaJunta de Gobierno “integrada por elemen-tos de comprobada honorabilidad que ins-piren confianza a toda la Nación y que sin-tetice las aspiraciones de la hora presente”.

El mismo día 10 se instaló una JuntaSuprema Militar,12 que acordó nombraruna “Junta Provisional Militar”13 que, asu vez, se encargaría de designar una“Junta de Gobierno”, que pueda “encausarlos destinos de la Nación por los senderosdel bienestar y la conveniencia general”.

Page 17: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

17 17 17

También ese mismo día, la Junta SupremaMilitar, Presidida por el Comandante LuisTelmo Paz y Miño, “A nombre y en repre-sentación de todo el Ejército de la Repú-blica”, además de desconocer al gobiernode Gonzalo S. Córdova “por no conside-rarle conveniente a los intereses de la Na-ción”, dispuso la creación de la “Junta deGobierno Provisional”, integrada por sietemiembros, que se encargarían de los di-versos Ministerios, nombrando para elefecto a los señores Luis Napoleón Dillony José Rafael Bustamante y a los Genera-les Francisco Gómez de la Torre y MoisésOliva, que quedaron encargados “delmando Supremo de la República” e inves-tidos “de todas las facultades extraordina-rias para la organización del momento ac-tual”, reservándose el derecho de nombrarlos otros tres miembros de dicha Junta.14

Por el primer decreto, del mismo día 10,la Junta de Gobierno Provisional asumióel mando, declaró vigente la Constituciónde 1906 y las Leyes secundarias “en cuan-to no se opongan a los fines de la actualtransformación política” y dispuso conser-var a todos los empleados públicos en eldesempeño de sus cargos “hasta que fue-ren legalmente reemplazados”.15

También ese mismo día, la Junta SupremaMilitar, Presidida por el Comandante LuisTelmo Paz y Miño, “A nombre y en repre-sentación de todo el Ejército de la Repú-blica”, además de desconocer al gobiernode Gonzalo S. Córdova “por no conside-rarle conveniente a los intereses de la Na-ción”, dispuso la creación de la “Junta deGobierno Provisional”, integrada por sietemiembros, que se encargarían de los di-versos Ministerios, nombrando para elefecto a los señores Luis Napoleón Dillony José Rafael Bustamante y a los Genera-les Francisco Gómez de la Torre y MoisésOliva, que quedaron encargados “delmando Supremo de la República” e inves-tidos “de todas las facultades extraordina-rias para la organización del momento ac-tual”, reservándose el derecho de nombrarlos otros tres miembros de dicha Junta.14

Por el primer decreto, del mismo día 10,la Junta de Gobierno Provisional asumióel mando, declaró vigente la Constituciónde 1906 y las Leyes secundarias “en cuan-to no se opongan a los fines de la actualtransformación política” y dispuso conser-var a todos los empleados públicos en eldesempeño de sus cargos “hasta que fue-ren legalmente reemplazados”.15

También ese mismo día, la Junta SupremaMilitar, Presidida por el Comandante LuisTelmo Paz y Miño, “A nombre y en repre-sentación de todo el Ejército de la Repú-blica”, además de desconocer al gobiernode Gonzalo S. Córdova “por no conside-rarle conveniente a los intereses de la Na-ción”, dispuso la creación de la “Junta deGobierno Provisional”, integrada por sietemiembros, que se encargarían de los di-versos Ministerios, nombrando para elefecto a los señores Luis Napoleón Dillony José Rafael Bustamante y a los Genera-les Francisco Gómez de la Torre y MoisésOliva, que quedaron encargados “delmando Supremo de la República” e inves-tidos “de todas las facultades extraordina-rias para la organización del momento ac-tual”, reservándose el derecho de nombrarlos otros tres miembros de dicha Junta.14

Por el primer decreto, del mismo día 10,la Junta de Gobierno Provisional asumióel mando, declaró vigente la Constituciónde 1906 y las Leyes secundarias “en cuan-to no se opongan a los fines de la actualtransformación política” y dispuso conser-var a todos los empleados públicos en eldesempeño de sus cargos “hasta que fue-ren legalmente reemplazados”.15

Page 18: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

18 18 18

La designación por la Costa sólo fueposible después de varios días y tras inten-sa labor, debiendo hacerlo la propia JuntaMilitar, que resolvió presentar como voca-les a los señores Francisco J. Boloña, Fran-cisco Arízaga Luque y Pedro Pablo Garai-coa. Así, pues, recién el 13 de julio quedódefinitivamente integrada la Junta de Go-bierno Provisional y distribuidos los Mi-nisterios de la siguiente manera: del Inte-rior: Modesto Larrea Jijón; de RelacionesExteriores: José Rafael Bustamante; deInstrucción Pública: Pedro Pablo Garai-coa; de Previsión Social y Trabajo: Fran-cisco Boloña; de Hacienda: Luis N. Di-llon; de Obras Públicas: General MoisésOliva; y de Guerra: General Francisco Gó-mez de la Torre. La resistencia de la jovenoficialidad a la designación del generalOliva, a quien consideraron vinculado conlas componendas del antiguo régimen,impuso un cambio intempestivo, pues alsiguiente día, considerada la renuncia delGeneral Moisés Oliva,16 fue designado, ensu reemplazo, Francisco Arízaga Luque.En noviembre de 1925 se suprimió el des-pacho de Obras Públicas, de manera quela Junta se redujo a seis Ministerios de Es-tado, quedando a cargo del Ministerio del

La designación por la Costa sólo fueposible después de varios días y tras inten-sa labor, debiendo hacerlo la propia JuntaMilitar, que resolvió presentar como voca-les a los señores Francisco J. Boloña, Fran-cisco Arízaga Luque y Pedro Pablo Garai-coa. Así, pues, recién el 13 de julio quedódefinitivamente integrada la Junta de Go-bierno Provisional y distribuidos los Mi-nisterios de la siguiente manera: del Inte-rior: Modesto Larrea Jijón; de RelacionesExteriores: José Rafael Bustamante; deInstrucción Pública: Pedro Pablo Garai-coa; de Previsión Social y Trabajo: Fran-cisco Boloña; de Hacienda: Luis N. Di-llon; de Obras Públicas: General MoisésOliva; y de Guerra: General Francisco Gó-mez de la Torre. La resistencia de la jovenoficialidad a la designación del generalOliva, a quien consideraron vinculado conlas componendas del antiguo régimen,impuso un cambio intempestivo, pues alsiguiente día, considerada la renuncia delGeneral Moisés Oliva,16 fue designado, ensu reemplazo, Francisco Arízaga Luque.En noviembre de 1925 se suprimió el des-pacho de Obras Públicas, de manera quela Junta se redujo a seis Ministerios de Es-tado, quedando a cargo del Ministerio del

La designación por la Costa sólo fueposible después de varios días y tras inten-sa labor, debiendo hacerlo la propia JuntaMilitar, que resolvió presentar como voca-les a los señores Francisco J. Boloña, Fran-cisco Arízaga Luque y Pedro Pablo Garai-coa. Así, pues, recién el 13 de julio quedódefinitivamente integrada la Junta de Go-bierno Provisional y distribuidos los Mi-nisterios de la siguiente manera: del Inte-rior: Modesto Larrea Jijón; de RelacionesExteriores: José Rafael Bustamante; deInstrucción Pública: Pedro Pablo Garai-coa; de Previsión Social y Trabajo: Fran-cisco Boloña; de Hacienda: Luis N. Di-llon; de Obras Públicas: General MoisésOliva; y de Guerra: General Francisco Gó-mez de la Torre. La resistencia de la jovenoficialidad a la designación del generalOliva, a quien consideraron vinculado conlas componendas del antiguo régimen,impuso un cambio intempestivo, pues alsiguiente día, considerada la renuncia delGeneral Moisés Oliva,16 fue designado, ensu reemplazo, Francisco Arízaga Luque.En noviembre de 1925 se suprimió el des-pacho de Obras Públicas, de manera quela Junta se redujo a seis Ministerios de Es-tado, quedando a cargo del Ministerio del

Page 19: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

19 19 19

Interior lo relativo a obras públicas y fe-rrocarriles.17

2LAS FUERZAS

POLITICAS

r

2.1. El Ejército

Por haber sido un producto de la LigaMilitar y una verdadera confabulacióncontra la superioridad politizada del Ejér-cito, la revolución emocionó entre loscuarteles de toda la república, unificándo-los bajo el mismo “espíritu de cuerpo cas-trense”, de modo que las adhesiones fue-ron inmediatas,18 no hubo resistencias ar-madas por vencer (con lo cual “no se de-rramó una sola gota de sangre”, al decir delos mismos revolucionarios) y el movi-miento se convirtió en la primera inter-

Interior lo relativo a obras públicas y fe-rrocarriles.17

2LAS FUERZAS

POLITICAS

r

2.1. El Ejército

Por haber sido un producto de la LigaMilitar y una verdadera confabulacióncontra la superioridad politizada del Ejér-cito, la revolución emocionó entre loscuarteles de toda la república, unificándo-los bajo el mismo “espíritu de cuerpo cas-trense”, de modo que las adhesiones fue-ron inmediatas,18 no hubo resistencias ar-madas por vencer (con lo cual “no se de-rramó una sola gota de sangre”, al decir delos mismos revolucionarios) y el movi-

Interior lo relativo a obras públicas y fe-rrocarriles.17

2LAS FUERZAS

POLITICAS

r

2.1. El Ejército

Por haber sido un producto de la LigaMilitar y una verdadera confabulacióncontra la superioridad politizada del Ejér-cito, la revolución emocionó entre loscuarteles de toda la república, unificándo-los bajo el mismo “espíritu de cuerpo cas-trense”, de modo que las adhesiones fue-ron inmediatas,18 no hubo resistencias ar-madas por vencer (con lo cual “no se de-rramó una sola gota de sangre”, al decir delos mismos revolucionarios) y el movi-miento se convirtió en la primera inter-

Page 20: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

20 20 20

vención realmente institucional del Ejér-cito en la vida republicana.19

De acuerdo con sus conceptos de dis-ciplina, orden, organización y previsión,unidos al idealismo cívico y al patriotismoinstitucional, los militares consideraronque todo merecía cambios: desde la econo-mía, la política y la cultura nacionales,hasta la moral cotidiana. Lucían revolu-cionarios a la par que demócratas, pero,sin duda, también providenciales, “salva-dores” del país y “populistas”.20 La euforiadel primer día y de los siguientes, la acep-tación generalizada de la opinión públicae incluso la aprobación halagadora de per-sonalidades, políticos y amplios sectoressociales -unas veces sincera y otras oportu-nista o calculadora-, alimentaron talesimágenes.21

Pero, más allá de estas manifestacio-nes, explicables entre las emociones cas-trenses y las esperanzas colectivas, lo quees importante considerar es que el “golpe”del Ejército logró reflejar una aspiraciónnacional de cambio, a pesar de que sefraguó al margen de la población, que selimitó, en principio, a respaldar lo ejecu-tado por los militares.22 En este sentido,fue un movimiento distinto al que carac-

miento se convirtió en la primera inter-vención realmente institucional del Ejér-cito en la vida republicana.19

De acuerdo con sus conceptos de dis-ciplina, orden, organización y previsión,unidos al idealismo cívico y al patriotismoinstitucional, los militares consideraronque todo merecía cambios: desde la econo-mía, la política y la cultura nacionales,hasta la moral cotidiana. Lucían revolu-cionarios a la par que demócratas, pero,sin duda, también providenciales, “salva-dores” del país y “populistas”.20 La euforiadel primer día y de los siguientes, la acep-tación generalizada de la opinión públicae incluso la aprobación halagadora de per-sonalidades, políticos y amplios sectoressociales -unas veces sincera y otras oportu-nista o calculadora-, alimentaron talesimágenes.21

Pero, más allá de estas manifestacio-nes, explicables entre las emociones cas-trenses y las esperanzas colectivas, lo quees importante considerar es que el “golpe”del Ejército logró reflejar una aspiraciónnacional de cambio, a pesar de que sefraguó al margen de la población, que selimitó, en principio, a respaldar lo ejecu-tado por los militares.22 En este sentido,

vención realmente institucional del Ejér-cito en la vida republicana.19

De acuerdo con sus conceptos de dis-ciplina, orden, organización y previsión,unidos al idealismo cívico y al patriotismoinstitucional, los militares consideraronque todo merecía cambios: desde la econo-mía, la política y la cultura nacionales,hasta la moral cotidiana. Lucían revolu-cionarios a la par que demócratas, pero,sin duda, también providenciales, “salva-dores” del país y “populistas”.20 La euforiadel primer día y de los siguientes, la acep-tación generalizada de la opinión públicae incluso la aprobación halagadora de per-sonalidades, políticos y amplios sectoressociales -unas veces sincera y otras oportu-nista o calculadora-, alimentaron talesimágenes.21

Pero, más allá de estas manifestacio-nes, explicables entre las emociones cas-trenses y las esperanzas colectivas, lo quees importante considerar es que el “golpe”del Ejército logró reflejar una aspiraciónnacional de cambio, a pesar de que sefraguó al margen de la población, que selimitó, en principio, a respaldar lo ejecu-tado por los militares.22 En este sentido,fue un movimiento distinto al que carac-

Page 21: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

21 21 21

terizó, por ejemplo, a la Revolución del28 de mayo de 1944, que, sobre la base deuna amplia e incontenible movilizaciónpopular y nacional, derrocó al gobierno li-beral de Carlos Arroyo del Río, despuésde la tragedia nacional de 1941 ocasiona-da por la invasión del ejército peruano alEcuador y la posterior firma del Protocolode Río de Janeiro (1942).

El Ejército juliano pasó a ser, eviden-temente, el soporte fundamental de lasdictaduras que se sucedieron enseguida:con firmeza, voluntad y hasta emoción,durante la primera Junta de GobiernoProvisional, las mismas que paulatina-mente decayeron, hasta la disolución defi-nitiva de la Junta Militar a inicios del go-bierno de Ayora,23 quien ejerció la dicta-dura unipersonal, sin duda con el respaldomilitar, hasta la reunión de la AsambleaConstituyente que le proclamó Presidentey dictó la Constitución de 1929. La pérdi-da de ese vigor militar y el “retorno” de lavieja política, es apreciada por OswaldoAlbornoz P, historiador marxista, quienafirma que, con el régimen de Ayora,“banqueros y terratenientes, políticos co-rrompidos del placismo y el cordovismo,

fue un movimiento distinto al que carac-terizó, por ejemplo, a la Revolución del28 de mayo de 1944, que, sobre la base deuna amplia e incontenible movilizaciónpopular y nacional, derrocó al gobierno li-beral de Carlos Arroyo del Río, despuésde la tragedia nacional de 1941 ocasiona-da por la invasión del ejército peruano alEcuador y la posterior firma del Protocolode Río de Janeiro (1942).

El Ejército juliano pasó a ser, eviden-temente, el soporte fundamental de lasdictaduras que se sucedieron enseguida:con firmeza, voluntad y hasta emoción,durante la primera Junta de GobiernoProvisional, las mismas que paulatina-mente decayeron, hasta la disolución defi-nitiva de la Junta Militar a inicios del go-bierno de Ayora,23 quien ejerció la dicta-dura unipersonal, sin duda con el respaldomilitar, hasta la reunión de la AsambleaConstituyente que le proclamó Presidentey dictó la Constitución de 1929. La pérdi-da de ese vigor militar y el “retorno” de lavieja política, es apreciada por OswaldoAlbornoz P, historiador marxista, quienafirma que, con el régimen de Ayora,“banqueros y terratenientes, políticos co-

terizó, por ejemplo, a la Revolución del28 de mayo de 1944, que, sobre la base deuna amplia e incontenible movilizaciónpopular y nacional, derrocó al gobierno li-beral de Carlos Arroyo del Río, despuésde la tragedia nacional de 1941 ocasiona-da por la invasión del ejército peruano alEcuador y la posterior firma del Protocolode Río de Janeiro (1942).

El Ejército juliano pasó a ser, eviden-temente, el soporte fundamental de lasdictaduras que se sucedieron enseguida:con firmeza, voluntad y hasta emoción,durante la primera Junta de GobiernoProvisional, las mismas que paulatina-mente decayeron, hasta la disolución defi-nitiva de la Junta Militar a inicios del go-bierno de Ayora,23 quien ejerció la dicta-dura unipersonal, sin duda con el respaldomilitar, hasta la reunión de la AsambleaConstituyente que le proclamó Presidentey dictó la Constitución de 1929. La pérdi-da de ese vigor militar y el “retorno” de lavieja política, es apreciada por OswaldoAlbornoz P, historiador marxista, quienafirma que, con el régimen de Ayora,“banqueros y terratenientes, políticos co-rrompidos del placismo y el cordovismo,

Page 22: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

22 22 22

nuevamente están en el poder”24. Perotambién es muy ilustrativa la observaciónque hace el historiador conservador JorgeSalvador Lara, al afirmar:

La etapa que se inaugura con la Revo-lución juliana es el forcejeo entre el puebloque insurge y las oligarquías de diverso cu-ño ideológico y económico que se resisten adejar el poder. Pugna también el conserva-durismo por reconquistar el mando medianteel sufragio, y está a punto de lograrlo másde una vez; pugna, de otra parte, por emer-ger el socialismo que aparece en esta época y,ya bien diferenciado y con suficiente influen-cia ante la opinión, insinúa prestigio inte-lectual y capacidad de acción. Pero pugnan,sobre todo, el alfarismo y el placismo por re-tornar, sin dejar uno ni otro su vieja y mu-tua enemistad. Esta etapa dura casi 20años, de 1925 a 194425

Las motivaciones internas que habíantenido los jóvenes militares les condujo ala reforma de la institución, a fin de ga-rantizar la carrera profesional y asegurar,para sus miembros, sistemas de bienestar,con mejoras en las remuneraciones, cursos,

rrompidos del placismo y el cordovismo,nuevamente están en el poder”24. Perotambién es muy ilustrativa la observaciónque hace el historiador conservador JorgeSalvador Lara, al afirmar:

La etapa que se inaugura con la Revo-lución juliana es el forcejeo entre el puebloque insurge y las oligarquías de diverso cu-ño ideológico y económico que se resisten adejar el poder. Pugna también el conserva-durismo por reconquistar el mando medianteel sufragio, y está a punto de lograrlo másde una vez; pugna, de otra parte, por emer-ger el socialismo que aparece en esta época y,ya bien diferenciado y con suficiente influen-cia ante la opinión, insinúa prestigio inte-lectual y capacidad de acción. Pero pugnan,sobre todo, el alfarismo y el placismo por re-tornar, sin dejar uno ni otro su vieja y mu-tua enemistad. Esta etapa dura casi 20años, de 1925 a 194425

Las motivaciones internas que habíantenido los jóvenes militares les condujo ala reforma de la institución, a fin de ga-rantizar la carrera profesional y asegurar,para sus miembros, sistemas de bienestar,con mejoras en las remuneraciones, cursos,

nuevamente están en el poder”24. Perotambién es muy ilustrativa la observaciónque hace el historiador conservador JorgeSalvador Lara, al afirmar:

La etapa que se inaugura con la Revo-lución juliana es el forcejeo entre el puebloque insurge y las oligarquías de diverso cu-ño ideológico y económico que se resisten adejar el poder. Pugna también el conserva-durismo por reconquistar el mando medianteel sufragio, y está a punto de lograrlo másde una vez; pugna, de otra parte, por emer-ger el socialismo que aparece en esta época y,ya bien diferenciado y con suficiente influen-cia ante la opinión, insinúa prestigio inte-lectual y capacidad de acción. Pero pugnan,sobre todo, el alfarismo y el placismo por re-tornar, sin dejar uno ni otro su vieja y mu-tua enemistad. Esta etapa dura casi 20años, de 1925 a 194425

Las motivaciones internas que habíantenido los jóvenes militares les condujo ala reforma de la institución, a fin de ga-rantizar la carrera profesional y asegurar,para sus miembros, sistemas de bienestar,con mejoras en las remuneraciones, cursos,

Page 23: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

23 23 23

becas, estabilidad, retiros, montepíos, se-guro. La revolución tuvo, en consecuenciarazones profesionales propias del Ejército,lo que posibilitó ascensos de oficiales y elmejoramiento institucional.26

2.2. Los Liberales

Con la prisión del general LeonidasPlaza, el derrocamiento del gobierno deGonzalo S. Córdova, el desplazamiento delos liberales “plutocráticos” y las políticas“antioligárquicas” ejecutadas por la pri-mera Junta de Gobierno Provisional, losliberales que se consideraron auténticos yhasta radicales, se creyeron beneficiados yrespaldaron al régimen.27 Julio E. More-no, Secretario de la primera Junta de Go-bierno Provisional y más tarde Ministrodel Interior en la dictadura de Isidro Ayo-ra, llegó a sostener que “la formación de laJunta de Gobierno impersonal y civilistarevela la honradez de miras de la nueva si-tuación político-administrativa. Y losmiembros de la Junta son, todos, insospe-chablemente liberales…”28 El mismo Isi-dro Ayora, sostuvo: “La Revolución de Ju-lio fue el fruto de la opinión nacional… y

becas, estabilidad, retiros, montepíos, se-guro. La revolución tuvo, en consecuenciarazones profesionales propias del Ejército,lo que posibilitó ascensos de oficiales y elmejoramiento institucional.26

2.2. Los Liberales

Con la prisión del general LeonidasPlaza, el derrocamiento del gobierno deGonzalo S. Córdova, el desplazamiento delos liberales “plutocráticos” y las políticas“antioligárquicas” ejecutadas por la pri-mera Junta de Gobierno Provisional, losliberales que se consideraron auténticos yhasta radicales, se creyeron beneficiados yrespaldaron al régimen.27 Julio E. More-no, Secretario de la primera Junta de Go-bierno Provisional y más tarde Ministrodel Interior en la dictadura de Isidro Ayo-ra, llegó a sostener que “la formación de laJunta de Gobierno impersonal y civilistarevela la honradez de miras de la nueva si-tuación político-administrativa. Y losmiembros de la Junta son, todos, insospe-chablemente liberales…”28 El mismo Isi-dro Ayora, sostuvo: “La Revolución de Ju-lio fue el fruto de la opinión nacional… y

becas, estabilidad, retiros, montepíos, se-guro. La revolución tuvo, en consecuenciarazones profesionales propias del Ejército,lo que posibilitó ascensos de oficiales y elmejoramiento institucional.26

2.2. Los Liberales

Con la prisión del general LeonidasPlaza, el derrocamiento del gobierno deGonzalo S. Córdova, el desplazamiento delos liberales “plutocráticos” y las políticas“antioligárquicas” ejecutadas por la pri-mera Junta de Gobierno Provisional, losliberales que se consideraron auténticos yhasta radicales, se creyeron beneficiados yrespaldaron al régimen.27 Julio E. More-no, Secretario de la primera Junta de Go-bierno Provisional y más tarde Ministrodel Interior en la dictadura de Isidro Ayo-ra, llegó a sostener que “la formación de laJunta de Gobierno impersonal y civilistarevela la honradez de miras de la nueva si-tuación político-administrativa. Y losmiembros de la Junta son, todos, insospe-chablemente liberales…”28 El mismo Isi-dro Ayora, sostuvo: “La Revolución de Ju-lio fue el fruto de la opinión nacional… y

Page 24: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

24 24 24

ha permitido por fin que el genuino parti-do liberal realice en el poder la reformamoral y económica de mayor trascenden-cia en el tiempo que llevamos de vida in-dependiente.”29

Sin embargo, el gobierno juliano, sibien incluyó personalidades liberales, noestuvo determinado por el Partido Liberaly su fuerza tampoco provino de la “bur-guesía costeña”, generalmente consideradacomo la base del liberalismo. Un oficialjuliano, el Mayor Emilio Valdivieso, escri-bió: “En la blanca y transparente alma dela Liga Militar no habían las manchas so-lares del rencor ni la venganza contra per-sona ni partido político alguno; pero co-mo especial i excelsa característica, sí hu-bo en su espíritu el santo odio que inspiraá la virtud el sentimiento de execracióncontra el mal terrible i la corrupción inso-portable que casi habían disuelto la socie-dad nacional…”30 Un editorial de la Re-vista “El Ejército Nacional”, sostuvo:

La revolución militar no ha sido hechacontra tal o cual gobernante que son un meroincidente en la vida de los pueblos; ha sidoun golpe de muerte dado a los desafortuna-dos de la política y de la banca que jugaban

ha permitido por fin que el genuino parti-do liberal realice en el poder la reformamoral y económica de mayor trascenden-cia en el tiempo que llevamos de vida in-dependiente.”29

Sin embargo, el gobierno juliano, sibien incluyó personalidades liberales, noestuvo determinado por el Partido Liberaly su fuerza tampoco provino de la “bur-guesía costeña”, generalmente consideradacomo la base del liberalismo. Un oficialjuliano, el Mayor Emilio Valdivieso, escri-bió: “En la blanca y transparente alma dela Liga Militar no habían las manchas so-lares del rencor ni la venganza contra per-sona ni partido político alguno; pero co-mo especial i excelsa característica, sí hu-bo en su espíritu el santo odio que inspiraá la virtud el sentimiento de execracióncontra el mal terrible i la corrupción inso-portable que casi habían disuelto la socie-dad nacional…”30 Un editorial de la Re-vista “El Ejército Nacional”, sostuvo:

La revolución militar no ha sido hechacontra tal o cual gobernante que son un meroincidente en la vida de los pueblos; ha sidoun golpe de muerte dado a los desafortuna-dos de la política y de la banca que jugaban

ha permitido por fin que el genuino parti-do liberal realice en el poder la reformamoral y económica de mayor trascenden-cia en el tiempo que llevamos de vida in-dependiente.”29

Sin embargo, el gobierno juliano, sibien incluyó personalidades liberales, noestuvo determinado por el Partido Liberaly su fuerza tampoco provino de la “bur-guesía costeña”, generalmente consideradacomo la base del liberalismo. Un oficialjuliano, el Mayor Emilio Valdivieso, escri-bió: “En la blanca y transparente alma dela Liga Militar no habían las manchas so-lares del rencor ni la venganza contra per-sona ni partido político alguno; pero co-mo especial i excelsa característica, sí hu-bo en su espíritu el santo odio que inspiraá la virtud el sentimiento de execracióncontra el mal terrible i la corrupción inso-portable que casi habían disuelto la socie-dad nacional…”30 Un editorial de la Re-vista “El Ejército Nacional”, sostuvo:

La revolución militar no ha sido hechacontra tal o cual gobernante que son un meroincidente en la vida de los pueblos; ha sidoun golpe de muerte dado a los desafortuna-dos de la política y de la banca que jugaban

Page 25: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

25 25 25

con cartas falsas el porvenir del Ecuador.Hoy en nuestro horizonte brillará con

luz cada vez más esplendorosa el sol de la li-bertad, y la comba azul de nuestro cielo cu-brirá nuestras tierras y nuestras regionesuniéndolas con el lazo íntimo de la solidari-dad en el bien y de la libertad en el orden.31

El programa militar, elaborado aúnantes del golpe, y que consta en el Acta dela reunión del 20 de mayo de 1925, quese realizó bajo la dirección del Gral. Fran-cisco Gómez de la Torre, con la participa-ción del Mayor Carlos A. Guerrero, losCapitanes: Santiago Duarte, Luis A. Riva-deneira, Guillermo Burbano, Enrique Pa-reja; los Tenientes: Agustín Albán, LuisA. Rodríguez y el Subteniente Luis SierraParedes, quienes, “con amplios poderespara discutir y resolver los puntos conve-nientes a las aspiraciones y finalidad de laLiga”, acordó los siguientes:

1º. Centralización de rentas y serviciosadministrativos. 2º. Establecimiento de unaabsoluta economía suprimiendo todo egresoinnecesario que lleve a la nivelación del Pre-supuesto. 3º. Supresión de la Ley de Incon-vertibilidad de billetes; establecimiento del

con cartas falsas el porvenir del Ecuador.Hoy en nuestro horizonte brillará con

luz cada vez más esplendorosa el sol de la li-bertad, y la comba azul de nuestro cielo cu-brirá nuestras tierras y nuestras regionesuniéndolas con el lazo íntimo de la solidari-dad en el bien y de la libertad en el orden.31

El programa militar, elaborado aúnantes del golpe, y que consta en el Acta dela reunión del 20 de mayo de 1925, quese realizó bajo la dirección del Gral. Fran-cisco Gómez de la Torre, con la participa-ción del Mayor Carlos A. Guerrero, losCapitanes: Santiago Duarte, Luis A. Riva-deneira, Guillermo Burbano, Enrique Pa-reja; los Tenientes: Agustín Albán, LuisA. Rodríguez y el Subteniente Luis SierraParedes, quienes, “con amplios poderespara discutir y resolver los puntos conve-nientes a las aspiraciones y finalidad de laLiga”, acordó los siguientes:

1º. Centralización de rentas y serviciosadministrativos. 2º. Establecimiento de unaabsoluta economía suprimiendo todo egresoinnecesario que lleve a la nivelación del Pre-supuesto. 3º. Supresión de la Ley de Incon-vertibilidad de billetes; establecimiento del

con cartas falsas el porvenir del Ecuador.Hoy en nuestro horizonte brillará con

luz cada vez más esplendorosa el sol de la li-bertad, y la comba azul de nuestro cielo cu-brirá nuestras tierras y nuestras regionesuniéndolas con el lazo íntimo de la solidari-dad en el bien y de la libertad en el orden.31

El programa militar, elaborado aúnantes del golpe, y que consta en el Acta dela reunión del 20 de mayo de 1925, quese realizó bajo la dirección del Gral. Fran-cisco Gómez de la Torre, con la participa-ción del Mayor Carlos A. Guerrero, losCapitanes: Santiago Duarte, Luis A. Riva-deneira, Guillermo Burbano, Enrique Pa-reja; los Tenientes: Agustín Albán, LuisA. Rodríguez y el Subteniente Luis SierraParedes, quienes, “con amplios poderespara discutir y resolver los puntos conve-nientes a las aspiraciones y finalidad de laLiga”, acordó los siguientes:

1º. Centralización de rentas y serviciosadministrativos. 2º. Establecimiento de unaabsoluta economía suprimiendo todo egresoinnecesario que lleve a la nivelación del Pre-supuesto. 3º. Supresión de la Ley de Incon-vertibilidad de billetes; establecimiento del

Page 26: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

26 26 26

Banco Nacional que dé valor a la moneda.4º. Formación de un verdadero plan al quese sujetará la construcción de las obras pú-blicas para darles mayor impulso. 5º. ElGobierno se encargará de fomentar la Ins-trucción Primaria de acuerdo con los dicta-dos modernos, limitando al mismo tiempo laSuperior. 6º. Implantación de Leyes eficientespara el mejoramiento del obrero, fuerza vivadel Estado. 7º. Organización del Ejército demodo que responda a las aspiraciones y nece-sidades del país. 8º. Revisión completa de le-yes militares y creación de las que fueren ne-cesarias y que en todo momento deberán serestrictamente cumplidas y de manera especiallas referentes al servicio militar obligatorio.9º. Implantar leyes que tiendan a dignificara la raza indígena. 10º. Modificar laConstitución en el sentido de que el Presiden-te de la República será responsable de todossus actos administrativos. 11º. Gravar conel 25% a los capitales que emigren motiva-dos por el creciente ausentismo. 12º. Creacióndel impuesto progresivo fijándose un capitalmínimo que favorezca al proletariado.32

Se trató, en consecuencia, de un pro-grama reformista, que tenía en la mira alEstado como aparato institucional, que,

Banco Nacional que dé valor a la moneda.4º. Formación de un verdadero plan al quese sujetará la construcción de las obras pú-blicas para darles mayor impulso. 5º. ElGobierno se encargará de fomentar la Ins-trucción Primaria de acuerdo con los dicta-dos modernos, limitando al mismo tiempo laSuperior. 6º. Implantación de Leyes eficientespara el mejoramiento del obrero, fuerza vivadel Estado. 7º. Organización del Ejército demodo que responda a las aspiraciones y nece-sidades del país. 8º. Revisión completa de le-yes militares y creación de las que fueren ne-cesarias y que en todo momento deberán serestrictamente cumplidas y de manera especiallas referentes al servicio militar obligatorio.9º. Implantar leyes que tiendan a dignificara la raza indígena. 10º. Modificar laConstitución en el sentido de que el Presiden-te de la República será responsable de todossus actos administrativos. 11º. Gravar conel 25% a los capitales que emigren motiva-dos por el creciente ausentismo. 12º. Creacióndel impuesto progresivo fijándose un capitalmínimo que favorezca al proletariado.32

Se trató, en consecuencia, de un pro-grama reformista, que tenía en la mira alEstado como aparato institucional, que,

Banco Nacional que dé valor a la moneda.4º. Formación de un verdadero plan al quese sujetará la construcción de las obras pú-blicas para darles mayor impulso. 5º. ElGobierno se encargará de fomentar la Ins-trucción Primaria de acuerdo con los dicta-dos modernos, limitando al mismo tiempo laSuperior. 6º. Implantación de Leyes eficientespara el mejoramiento del obrero, fuerza vivadel Estado. 7º. Organización del Ejército demodo que responda a las aspiraciones y nece-sidades del país. 8º. Revisión completa de le-yes militares y creación de las que fueren ne-cesarias y que en todo momento deberán serestrictamente cumplidas y de manera especiallas referentes al servicio militar obligatorio.9º. Implantar leyes que tiendan a dignificara la raza indígena. 10º. Modificar laConstitución en el sentido de que el Presiden-te de la República será responsable de todossus actos administrativos. 11º. Gravar conel 25% a los capitales que emigren motiva-dos por el creciente ausentismo. 12º. Creacióndel impuesto progresivo fijándose un capitalmínimo que favorezca al proletariado.32

Se trató, en consecuencia, de un pro-grama reformista, que tenía en la mira alEstado como aparato institucional, que,

Page 27: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

27 27 27

además, rebasó las expectativas políticasliberales de la coyuntura, y que no llegó ainspirarse en los retóricos principios “so-cialistas” que proclamó el Partido Liberalen 1923, que resultaron simplemente as-piraciones motivadas por el momento in-ternacional, pero que el mismo partidonunca llegó a tomarlas seriamente comopara llevarlas a la práctica.33 Las realiza-ciones de la Junta de Gobierno Provisio-nal, como se verá más adelante, respondie-ron, en cambio, con bastante coherencia,al programa militar previsto antes delgolpe juliano.

2.3. Los Conservadores

Para los conservadores, la gravedad dela crisis económica y social del Ecuador sedebía al dominio liberal y especialmente alos últimos gobernantes del liberalismo,estrechamente identificados con la costa.34

El golpe juliano les puso a la expectativa.Observaron que el movimiento tenía pro-fundas raíces en la sierra y que la primeraintegración de la Junta Provisional se hizototalmente con serranos, algunos con tra-yectoria terrateniente. Numerosos conser-

además, rebasó las expectativas políticasliberales de la coyuntura, y que no llegó ainspirarse en los retóricos principios “so-cialistas” que proclamó el Partido Liberalen 1923, que resultaron simplemente as-piraciones motivadas por el momento in-ternacional, pero que el mismo partidonunca llegó a tomarlas seriamente comopara llevarlas a la práctica.33 Las realiza-ciones de la Junta de Gobierno Provisio-nal, como se verá más adelante, respondie-ron, en cambio, con bastante coherencia,al programa militar previsto antes delgolpe juliano.

2.3. Los Conservadores

Para los conservadores, la gravedad dela crisis económica y social del Ecuador sedebía al dominio liberal y especialmente alos últimos gobernantes del liberalismo,estrechamente identificados con la costa.34

El golpe juliano les puso a la expectativa.Observaron que el movimiento tenía pro-fundas raíces en la sierra y que la primeraintegración de la Junta Provisional se hizototalmente con serranos, algunos con tra-yectoria terrateniente. Numerosos conser-

además, rebasó las expectativas políticasliberales de la coyuntura, y que no llegó ainspirarse en los retóricos principios “so-cialistas” que proclamó el Partido Liberalen 1923, que resultaron simplemente as-piraciones motivadas por el momento in-ternacional, pero que el mismo partidonunca llegó a tomarlas seriamente comopara llevarlas a la práctica.33 Las realiza-ciones de la Junta de Gobierno Provisio-nal, como se verá más adelante, respondie-ron, en cambio, con bastante coherencia,al programa militar previsto antes delgolpe juliano.

2.3. Los Conservadores

Para los conservadores, la gravedad dela crisis económica y social del Ecuador sedebía al dominio liberal y especialmente alos últimos gobernantes del liberalismo,estrechamente identificados con la costa.34

El golpe juliano les puso a la expectativa.Observaron que el movimiento tenía pro-fundas raíces en la sierra y que la primeraintegración de la Junta Provisional se hizototalmente con serranos, algunos con tra-yectoria terrateniente. Numerosos conser-

Page 28: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

28 28 28

vadores quiteños formaron parte de “ungrupo representativo de la sociedad deQuito”, que a los pocos días de producidoel movimiento juliano, ofreció un sonadobanquete a la Junta Suprema Militar y ala Junta de Gobierno en los salones delHotel Savoy.35

Pero, los conservadores y su partidocontinuaron tan marginados del poder po-lítico como lo habían estado desde la revo-lución alfarista de 1895. Eso explica el se-gundo intento golpista que, a mediadosde 1927, intentara Jacinto Jijón y Caama-ño, máximo dirigente conservador, contrael gobierno de Isidro Ayora.36 Considera-dos como expresión de los “terratenientesserranos”, los conservadores procuraronacercarse e influir en el gobierno juliano,aunque sin éxito, de manera que no cam-bió su situación política, a pesar de que,por ejemplo, la comisión creada por losjulianos para redactar una nueva Constitu-ción, se integró también con Rafael MaríaArízaga, que fue candidato del PartidoConservador a la Presidencia de 1916.

2.4. El socialismo

vadores quiteños formaron parte de “ungrupo representativo de la sociedad deQuito”, que a los pocos días de producidoel movimiento juliano, ofreció un sonadobanquete a la Junta Suprema Militar y ala Junta de Gobierno en los salones delHotel Savoy.35

Pero, los conservadores y su partidocontinuaron tan marginados del poder po-lítico como lo habían estado desde la revo-lución alfarista de 1895. Eso explica el se-gundo intento golpista que, a mediadosde 1927, intentara Jacinto Jijón y Caama-ño, máximo dirigente conservador, contrael gobierno de Isidro Ayora.36 Considera-dos como expresión de los “terratenientesserranos”, los conservadores procuraronacercarse e influir en el gobierno juliano,aunque sin éxito, de manera que no cam-bió su situación política, a pesar de que,por ejemplo, la comisión creada por losjulianos para redactar una nueva Constitu-ción, se integró también con Rafael MaríaArízaga, que fue candidato del PartidoConservador a la Presidencia de 1916.

2.4. El socialismo

vadores quiteños formaron parte de “ungrupo representativo de la sociedad deQuito”, que a los pocos días de producidoel movimiento juliano, ofreció un sonadobanquete a la Junta Suprema Militar y ala Junta de Gobierno en los salones delHotel Savoy.35

Pero, los conservadores y su partidocontinuaron tan marginados del poder po-lítico como lo habían estado desde la revo-lución alfarista de 1895. Eso explica el se-gundo intento golpista que, a mediadosde 1927, intentara Jacinto Jijón y Caama-ño, máximo dirigente conservador, contrael gobierno de Isidro Ayora.36 Considera-dos como expresión de los “terratenientesserranos”, los conservadores procuraronacercarse e influir en el gobierno juliano,aunque sin éxito, de manera que no cam-bió su situación política, a pesar de que,por ejemplo, la comisión creada por losjulianos para redactar una nueva Constitu-ción, se integró también con Rafael MaríaArízaga, que fue candidato del PartidoConservador a la Presidencia de 1916.

2.4. El socialismo

Page 29: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

29 29 29

El socialismo fue, como partido na-ciente, un claro beneficiario del golpe ju-liano. Sus partidarios apoyaron al Ejércitoy a la Junta Provisional. Confiaban en el“socialista” Dillon y en los oficiales “so-cialistas” nacidos entre las filas militares.Sin embargo, la formación técnica delEjército provenía de la misión militar chi-lena y particularmente de la italiana,37

por lo que algunos investigadores atribu-yen cierta influencia del “fascismo” y del“corporativismo” italiano en el golpe ju-liano, lo cual es inexacto.38

El ambiente, plagado de ideales porla reivindicación de las clases trabajadoresy a favor del indio, así como la prisión delbanquero Francisco Urbina Jado, las polí-ticas contra la “bancocracia”, los golpes ala “oligarquía” y los terratenientes, lamarginación del caudillismo y del biparti-dismo conservador-liberal, así como lasorientaciones gubernamentales de la JuntaProvisional, permitieron el fortalecimien-to del socialismo y, más tarde, su definiti-va constitución como Partido, que se pro-dujo en 1926.

Pero es preciso reiterar, sin confusio-nes, que las motivaciones centrales de laLiga Militar, su programa y el proyecto

El socialismo fue, como partido na-ciente, un claro beneficiario del golpe ju-liano. Sus partidarios apoyaron al Ejércitoy a la Junta Provisional. Confiaban en el“socialista” Dillon y en los oficiales “so-cialistas” nacidos entre las filas militares.Sin embargo, la formación técnica delEjército provenía de la misión militar chi-lena y particularmente de la italiana,37

por lo que algunos investigadores atribu-yen cierta influencia del “fascismo” y del“corporativismo” italiano en el golpe ju-liano, lo cual es inexacto.38

El ambiente, plagado de ideales porla reivindicación de las clases trabajadoresy a favor del indio, así como la prisión delbanquero Francisco Urbina Jado, las polí-ticas contra la “bancocracia”, los golpes ala “oligarquía” y los terratenientes, lamarginación del caudillismo y del biparti-dismo conservador-liberal, así como lasorientaciones gubernamentales de la JuntaProvisional, permitieron el fortalecimien-to del socialismo y, más tarde, su definiti-va constitución como Partido, que se pro-dujo en 1926.

Pero es preciso reiterar, sin confusio-nes, que las motivaciones centrales de laLiga Militar, su programa y el proyecto

El socialismo fue, como partido na-ciente, un claro beneficiario del golpe ju-liano. Sus partidarios apoyaron al Ejércitoy a la Junta Provisional. Confiaban en el“socialista” Dillon y en los oficiales “so-cialistas” nacidos entre las filas militares.Sin embargo, la formación técnica delEjército provenía de la misión militar chi-lena y particularmente de la italiana,37

por lo que algunos investigadores atribu-yen cierta influencia del “fascismo” y del“corporativismo” italiano en el golpe ju-liano, lo cual es inexacto.38

El ambiente, plagado de ideales porla reivindicación de las clases trabajadoresy a favor del indio, así como la prisión delbanquero Francisco Urbina Jado, las polí-ticas contra la “bancocracia”, los golpes ala “oligarquía” y los terratenientes, lamarginación del caudillismo y del biparti-dismo conservador-liberal, así como lasorientaciones gubernamentales de la JuntaProvisional, permitieron el fortalecimien-to del socialismo y, más tarde, su definiti-va constitución como Partido, que se pro-dujo en 1926.

Pero es preciso reiterar, sin confusio-nes, que las motivaciones centrales de laLiga Militar, su programa y el proyecto

Page 30: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

30 30 30

político del Ejército eran profundamentenacionalistas y reformistas, inspirados,además, en sus propias estructuras con-ceptuales sobre el orden y la disciplina, através de las cuales pretendían arreglar lasociedad civil, y enmarcados, finalmente,en la atención de la “cuestión social”,alentada en América Latina por el pasadoimpacto del “agrarismo” de la RevoluciónMexicana (1910) y el reciente de la Revo-lución Bolchevique (1917) en Rusia.

político del Ejército eran profundamentenacionalistas y reformistas, inspirados,además, en sus propias estructuras con-ceptuales sobre el orden y la disciplina, através de las cuales pretendían arreglar lasociedad civil, y enmarcados, finalmente,en la atención de la “cuestión social”,alentada en América Latina por el pasadoimpacto del “agrarismo” de la RevoluciónMexicana (1910) y el reciente de la Revo-lución Bolchevique (1917) en Rusia.

político del Ejército eran profundamentenacionalistas y reformistas, inspirados,además, en sus propias estructuras con-ceptuales sobre el orden y la disciplina, através de las cuales pretendían arreglar lasociedad civil, y enmarcados, finalmente,en la atención de la “cuestión social”,alentada en América Latina por el pasadoimpacto del “agrarismo” de la RevoluciónMexicana (1910) y el reciente de la Revo-lución Bolchevique (1917) en Rusia.

Page 31: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

31 31 31

3LA OBRA DE GOBIERNO

r

3.1. Las políticas monetarias y financieras

La Junta de Gobierno Provisional, ensu proclama A la Nación, suscrita en Qui-to, el 17 de julio de 1925 por sus inte-grantes José Rafael Bustamante, J.M. La-rrea Jijón, F. Arízaga Luque, Francisco J.Boloña, Pedro P. Garaicoa, Luis N. Dillony General Francisco Gómez de la Torre, secomprometió a “realizar, en la medida desus fuerzas, el programa idealista y desin-teresado que movió a la clase militar a lle-var a cabo el movimiento del nueve de ju-lio de mil novecientos veinticinco” y loconcretó así:

3LA OBRA DE GOBIERNO

r

3.1. Las políticas monetarias y financieras

La Junta de Gobierno Provisional, ensu proclama A la Nación, suscrita en Qui-to, el 17 de julio de 1925 por sus inte-grantes José Rafael Bustamante, J.M. La-rrea Jijón, F. Arízaga Luque, Francisco J.Boloña, Pedro P. Garaicoa, Luis N. Dillony General Francisco Gómez de la Torre, secomprometió a “realizar, en la medida desus fuerzas, el programa idealista y desin-teresado que movió a la clase militar a lle-var a cabo el movimiento del nueve de ju-lio de mil novecientos veinticinco” y loconcretó así:

3LA OBRA DE GOBIERNO

r

3.1. Las políticas monetarias y financieras

La Junta de Gobierno Provisional, ensu proclama A la Nación, suscrita en Qui-to, el 17 de julio de 1925 por sus inte-grantes José Rafael Bustamante, J.M. La-rrea Jijón, F. Arízaga Luque, Francisco J.Boloña, Pedro P. Garaicoa, Luis N. Dillony General Francisco Gómez de la Torre, secomprometió a “realizar, en la medida desus fuerzas, el programa idealista y desin-teresado que movió a la clase militar a lle-var a cabo el movimiento del nueve de ju-lio de mil novecientos veinticinco” y loconcretó así:

Page 32: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

32 32 32

…se inspirará en un espíritu verdade-ramente democrático y tenderá al respeto delos derechos y libertades de todos los ciuda-danos.Fundamento precioso de la libertad y la de-mocracia, guardián y custodia de la sobera-nía, espina dorsal de la nacionalidad, elEjército merecerá de parte de la Junta deGobierno atención esmerada en orden a suorganización, cultura y progreso.La cuestión económica y monetaria, causadel hondo malestar que aqueja al país, seráresuelta, con maduro y sereno estudio, en elsentido de volver lo más pronto posible al ré-gimen metálico que, al dar valor estable yfijo a la moneda, proporciona sólida y segu-ra base a todas las transacciones y evita laespeculación que cobra tanto incremento alamparo del régimen del papel.La difusión de la Instrucción Pública, sinla cual no cabe cultura ni democracia, seráempeño primordial, sobre todo en lo que con-cierne a la instrucción primaria, dando a és-ta la mayor importancia y restringiendo, sies necesario, la instrucción superior.A nuestros asuntos internacionales tratare-mos de imprimir rumbo cierto y determinado,de acción positiva y real, por una parte, y de

…se inspirará en un espíritu verdade-ramente democrático y tenderá al respeto delos derechos y libertades de todos los ciuda-danos.Fundamento precioso de la libertad y la de-mocracia, guardián y custodia de la sobera-nía, espina dorsal de la nacionalidad, elEjército merecerá de parte de la Junta deGobierno atención esmerada en orden a suorganización, cultura y progreso.La cuestión económica y monetaria, causadel hondo malestar que aqueja al país, seráresuelta, con maduro y sereno estudio, en elsentido de volver lo más pronto posible al ré-gimen metálico que, al dar valor estable yfijo a la moneda, proporciona sólida y segu-ra base a todas las transacciones y evita laespeculación que cobra tanto incremento alamparo del régimen del papel.La difusión de la Instrucción Pública, sinla cual no cabe cultura ni democracia, seráempeño primordial, sobre todo en lo que con-cierne a la instrucción primaria, dando a és-ta la mayor importancia y restringiendo, sies necesario, la instrucción superior.A nuestros asuntos internacionales tratare-mos de imprimir rumbo cierto y determinado,de acción positiva y real, por una parte, y de

…se inspirará en un espíritu verdade-ramente democrático y tenderá al respeto delos derechos y libertades de todos los ciuda-danos.Fundamento precioso de la libertad y la de-mocracia, guardián y custodia de la sobera-nía, espina dorsal de la nacionalidad, elEjército merecerá de parte de la Junta deGobierno atención esmerada en orden a suorganización, cultura y progreso.La cuestión económica y monetaria, causadel hondo malestar que aqueja al país, seráresuelta, con maduro y sereno estudio, en elsentido de volver lo más pronto posible al ré-gimen metálico que, al dar valor estable yfijo a la moneda, proporciona sólida y segu-ra base a todas las transacciones y evita laespeculación que cobra tanto incremento alamparo del régimen del papel.La difusión de la Instrucción Pública, sinla cual no cabe cultura ni democracia, seráempeño primordial, sobre todo en lo que con-cierne a la instrucción primaria, dando a és-ta la mayor importancia y restringiendo, sies necesario, la instrucción superior.A nuestros asuntos internacionales tratare-mos de imprimir rumbo cierto y determinado,de acción positiva y real, por una parte, y de

Page 33: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

33 33 33

atinada gestión diplomática, por otra, a finde llegar a la terminación de nuestro litigiode límites y confirmar así nuestro anhelo depaz y concordia en la comunidad americana.No descuidaremos la cuestión social, porqueningún Gobierno, ningún partido puede aho-ra desentenderse del movimiento que agita elmundo y que aspira a levantar el nivel eco-nómico de todos los hombres para constituirla verdadera base de la verdadera libertad.39

Puesto que el problema central delEcuador era, en aquellos momentos, lagrave crisis económica atribuida al predo-minio de la “bancocracia”, se intentó solu-cionarla a través de medidas tanto mone-tario-financieras como fiscales.

Ante la desconfianza pública genera-da por los billetes bancarios emitidos sinrespaldo, apenas posesionada, la Junta dis-puso que “mientras dure la suspensión dela convertibilidad de los billetes en oro,éstos serán recibidos en el mercado, sinexepción, ni distinciones”, encargando suvigilancia y castigo a las autoridades depolicía.40 Considerando que una de lascausas del alza del cambio era el abuso delcrédito bancario para operaciones especu-lativas, quedó terminantemente prohibido

atinada gestión diplomática, por otra, a finde llegar a la terminación de nuestro litigiode límites y confirmar así nuestro anhelo depaz y concordia en la comunidad americana.No descuidaremos la cuestión social, porqueningún Gobierno, ningún partido puede aho-ra desentenderse del movimiento que agita elmundo y que aspira a levantar el nivel eco-nómico de todos los hombres para constituirla verdadera base de la verdadera libertad.39

Puesto que el problema central delEcuador era, en aquellos momentos, lagrave crisis económica atribuida al predo-minio de la “bancocracia”, se intentó solu-cionarla a través de medidas tanto mone-tario-financieras como fiscales.

Ante la desconfianza pública genera-da por los billetes bancarios emitidos sinrespaldo, apenas posesionada, la Junta dis-puso que “mientras dure la suspensión dela convertibilidad de los billetes en oro,éstos serán recibidos en el mercado, sinexepción, ni distinciones”, encargando suvigilancia y castigo a las autoridades depolicía.40 Considerando que una de lascausas del alza del cambio era el abuso delcrédito bancario para operaciones especu-lativas, quedó terminantemente prohibido

atinada gestión diplomática, por otra, a finde llegar a la terminación de nuestro litigiode límites y confirmar así nuestro anhelo depaz y concordia en la comunidad americana.No descuidaremos la cuestión social, porqueningún Gobierno, ningún partido puede aho-ra desentenderse del movimiento que agita elmundo y que aspira a levantar el nivel eco-nómico de todos los hombres para constituirla verdadera base de la verdadera libertad.39

Puesto que el problema central delEcuador era, en aquellos momentos, lagrave crisis económica atribuida al predo-minio de la “bancocracia”, se intentó solu-cionarla a través de medidas tanto mone-tario-financieras como fiscales.

Ante la desconfianza pública genera-da por los billetes bancarios emitidos sinrespaldo, apenas posesionada, la Junta dis-puso que “mientras dure la suspensión dela convertibilidad de los billetes en oro,éstos serán recibidos en el mercado, sinexepción, ni distinciones”, encargando suvigilancia y castigo a las autoridades depolicía.40 Considerando que una de lascausas del alza del cambio era el abuso delcrédito bancario para operaciones especu-lativas, quedó terminantemente prohibido

Page 34: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

34 34 34

a los Bancos, Instituciones de Crédito, co-merciantes y particulares “conceder u ob-tener créditos cuyo objeto sea la realiza-ción de operaciones de especulación sobrelos giros internacionales” (lo cual era, sinduda, una aspiración romántica), dispo-niéndose, además, la declaración escritasobre las operaciones, la obtención de pa-tentes para negociar con letras de cambioy, por supuesto, penas y multas para losinfractores, concediéndose “acción popu-lar” para las denuncias.41 Una reglamenta-ción posterior consideró a los depósitos encuenta corriente y moneda extranjera, co-mo operaciones de compra de los Bancos ya los giros como operaciones de venta; fijónormas para los reembolsos y autorizó elinterés del 2 por mil sobre el valor de lasletras reembolsadas.42 Meses más tarde, sedecretó que la emisión de billetes, todavíaen manos de los bancos privados autoriza-dos al efecto, “no excederá del doble delcapital pagado, ni la circulación será ma-yor que el duplo del valor efectivo en oro,plata y depósitos en dólares o libras ester-linas en Bancos acreditados en New Yorko Londres”.43 Finalmente, con el propósitode aumentar la reserva monetaria delEcuador y restablecer cuanto antes la con-

a los Bancos, Instituciones de Crédito, co-merciantes y particulares “conceder u ob-tener créditos cuyo objeto sea la realiza-ción de operaciones de especulación sobrelos giros internacionales” (lo cual era, sinduda, una aspiración romántica), dispo-niéndose, además, la declaración escritasobre las operaciones, la obtención de pa-tentes para negociar con letras de cambioy, por supuesto, penas y multas para losinfractores, concediéndose “acción popu-lar” para las denuncias.41 Una reglamenta-ción posterior consideró a los depósitos encuenta corriente y moneda extranjera, co-mo operaciones de compra de los Bancos ya los giros como operaciones de venta; fijónormas para los reembolsos y autorizó elinterés del 2 por mil sobre el valor de lasletras reembolsadas.42 Meses más tarde, sedecretó que la emisión de billetes, todavíaen manos de los bancos privados autoriza-dos al efecto, “no excederá del doble delcapital pagado, ni la circulación será ma-yor que el duplo del valor efectivo en oro,plata y depósitos en dólares o libras ester-linas en Bancos acreditados en New Yorko Londres”.43 Finalmente, con el propósitode aumentar la reserva monetaria delEcuador y restablecer cuanto antes la con-

a los Bancos, Instituciones de Crédito, co-merciantes y particulares “conceder u ob-tener créditos cuyo objeto sea la realiza-ción de operaciones de especulación sobrelos giros internacionales” (lo cual era, sinduda, una aspiración romántica), dispo-niéndose, además, la declaración escritasobre las operaciones, la obtención de pa-tentes para negociar con letras de cambioy, por supuesto, penas y multas para losinfractores, concediéndose “acción popu-lar” para las denuncias.41 Una reglamenta-ción posterior consideró a los depósitos encuenta corriente y moneda extranjera, co-mo operaciones de compra de los Bancos ya los giros como operaciones de venta; fijónormas para los reembolsos y autorizó elinterés del 2 por mil sobre el valor de lasletras reembolsadas.42 Meses más tarde, sedecretó que la emisión de billetes, todavíaen manos de los bancos privados autoriza-dos al efecto, “no excederá del doble delcapital pagado, ni la circulación será ma-yor que el duplo del valor efectivo en oro,plata y depósitos en dólares o libras ester-linas en Bancos acreditados en New Yorko Londres”.43 Finalmente, con el propósitode aumentar la reserva monetaria delEcuador y restablecer cuanto antes la con-

Page 35: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

35 35 35

vertibilidad, la Junta prohibió la exporta-ción de oro y de plata, fijando el precio decompra de tales metales por parte del Es-tado y anunciando la intención de estable-cer una Casa de Moneda en Quito.44

Ya que la hostilidad contra la banco-cracia y el combate contra los negociadosa costa de los fondos y el crédito públicosinundaron el sentimiento generalizado dela población, a fin de conocer el verdaderoestado de los bancos, instituciones de cré-dito, tesorerías, colecturías y demás ofici-nas fiscales y municipales de recaudacióne inversión de rentas públicas, fueronnombradas dos Comisiones FiscalizadorasBancarias y una para las nombradas insti-tuciones públicas, que debían elevar, conel carácter de reservado, sus respectivosinformes ante el Ministro de Hacienda.45

En noviembre, el trabajo de estas Comi-siones fue prorrogado por tres mesesmás,46 pero se las suprimió al finalizar di-ciembre.47 Sin embargo, a consecuencia desus labores, se encontró que la circulaciónde billetes del Banco del Pichincha exce-día sus reservas, por lo que se le impuso lamulta de S/. 55.276,50;48 y que, por suparte, el Banco Comercial y Agrícola tam-bién había infringido la ley, por lo que se

vertibilidad, la Junta prohibió la exporta-ción de oro y de plata, fijando el precio decompra de tales metales por parte del Es-tado y anunciando la intención de estable-cer una Casa de Moneda en Quito.44

Ya que la hostilidad contra la banco-cracia y el combate contra los negociadosa costa de los fondos y el crédito públicosinundaron el sentimiento generalizado dela población, a fin de conocer el verdaderoestado de los bancos, instituciones de cré-dito, tesorerías, colecturías y demás ofici-nas fiscales y municipales de recaudacióne inversión de rentas públicas, fueronnombradas dos Comisiones FiscalizadorasBancarias y una para las nombradas insti-tuciones públicas, que debían elevar, conel carácter de reservado, sus respectivosinformes ante el Ministro de Hacienda.45

En noviembre, el trabajo de estas Comi-siones fue prorrogado por tres mesesmás,46 pero se las suprimió al finalizar di-ciembre.47 Sin embargo, a consecuencia desus labores, se encontró que la circulaciónde billetes del Banco del Pichincha exce-día sus reservas, por lo que se le impuso lamulta de S/. 55.276,50;48 y que, por suparte, el Banco Comercial y Agrícola tam-bién había infringido la ley, por lo que se

vertibilidad, la Junta prohibió la exporta-ción de oro y de plata, fijando el precio decompra de tales metales por parte del Es-tado y anunciando la intención de estable-cer una Casa de Moneda en Quito.44

Ya que la hostilidad contra la banco-cracia y el combate contra los negociadosa costa de los fondos y el crédito públicosinundaron el sentimiento generalizado dela población, a fin de conocer el verdaderoestado de los bancos, instituciones de cré-dito, tesorerías, colecturías y demás ofici-nas fiscales y municipales de recaudacióne inversión de rentas públicas, fueronnombradas dos Comisiones FiscalizadorasBancarias y una para las nombradas insti-tuciones públicas, que debían elevar, conel carácter de reservado, sus respectivosinformes ante el Ministro de Hacienda.45

En noviembre, el trabajo de estas Comi-siones fue prorrogado por tres mesesmás,46 pero se las suprimió al finalizar di-ciembre.47 Sin embargo, a consecuencia desus labores, se encontró que la circulaciónde billetes del Banco del Pichincha exce-día sus reservas, por lo que se le impuso lamulta de S/. 55.276,50;48 y que, por suparte, el Banco Comercial y Agrícola tam-bién había infringido la ley, por lo que se

Page 36: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

36 36 36

le multó en la exorbitante suma deS/.2¨237.083,33.49 Sin duda este banco,que había sido, en los hechos, un verdade-ro banco de la nación, aparecía como elcentro de las reacciones y Dillon no tardóen pedir su disolución y proponer la in-mediata creación de un Banco Central. Lasnegociaciones que el gobierno anterior te-nía previstas con la Misión Kemmerer sevieron suspendidas con el golpe de estadojuliano y finalmente fueron rechazadas porDillon, opuesto a la asesoría extranjera.50

Como las medidas adoptadas afecta-ron particularmente a la banca costeña, sedesató en Guayaquil la defensa regionalis-ta y revivieron allí las antiguas ideas fede-ralistas y autonómicas.51 Irónicamente, el9 de octubre de 1925, día conmemorativode la independencia de Guayaquil, la Jun-ta expidió el decreto de fundación del“Banco Central del Ecuador”52 En todo ca-so, de acuerdo con aquel decreto, se creabauna compañía anónima, de derecho priva-do, por 50 años, para la emisión, giro, de-pósito y descuento. Tendría sedes en Quitoy Guayaquil, con posibilidad de crearagencias, sucursales y corresponsalías. Porconsiguiente, “el Estado no asume respon-sabilidad pecuniaria alguna respecto del

le multó en la exorbitante suma deS/.2¨237.083,33.49 Sin duda este banco,que había sido, en los hechos, un verdade-ro banco de la nación, aparecía como elcentro de las reacciones y Dillon no tardóen pedir su disolución y proponer la in-mediata creación de un Banco Central. Lasnegociaciones que el gobierno anterior te-nía previstas con la Misión Kemmerer sevieron suspendidas con el golpe de estadojuliano y finalmente fueron rechazadas porDillon, opuesto a la asesoría extranjera.50

Como las medidas adoptadas afecta-ron particularmente a la banca costeña, sedesató en Guayaquil la defensa regionalis-ta y revivieron allí las antiguas ideas fede-ralistas y autonómicas.51 Irónicamente, el9 de octubre de 1925, día conmemorativode la independencia de Guayaquil, la Jun-ta expidió el decreto de fundación del“Banco Central del Ecuador”52 En todo ca-so, de acuerdo con aquel decreto, se creabauna compañía anónima, de derecho priva-do, por 50 años, para la emisión, giro, de-pósito y descuento. Tendría sedes en Quitoy Guayaquil, con posibilidad de crearagencias, sucursales y corresponsalías. Porconsiguiente, “el Estado no asume respon-sabilidad pecuniaria alguna respecto del

le multó en la exorbitante suma deS/.2¨237.083,33.49 Sin duda este banco,que había sido, en los hechos, un verdade-ro banco de la nación, aparecía como elcentro de las reacciones y Dillon no tardóen pedir su disolución y proponer la in-mediata creación de un Banco Central. Lasnegociaciones que el gobierno anterior te-nía previstas con la Misión Kemmerer sevieron suspendidas con el golpe de estadojuliano y finalmente fueron rechazadas porDillon, opuesto a la asesoría extranjera.50

Como las medidas adoptadas afecta-ron particularmente a la banca costeña, sedesató en Guayaquil la defensa regionalis-ta y revivieron allí las antiguas ideas fede-ralistas y autonómicas.51 Irónicamente, el9 de octubre de 1925, día conmemorativode la independencia de Guayaquil, la Jun-ta expidió el decreto de fundación del“Banco Central del Ecuador”52 En todo ca-so, de acuerdo con aquel decreto, se creabauna compañía anónima, de derecho priva-do, por 50 años, para la emisión, giro, de-pósito y descuento. Tendría sedes en Quitoy Guayaquil, con posibilidad de crearagencias, sucursales y corresponsalías. Porconsiguiente, “el Estado no asume respon-sabilidad pecuniaria alguna respecto del

Page 37: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

37 37 37

resultado de sus operaciones”, excepto lasespecialmente derivadas de la Ley. Otrasnormas establecieron: dos millones de cón-dores ecuatorianos53 como capital del Ban-co; emisión de acciones nominativas sinposibilidad de canje con gobiernos extran-jeros; las acciones de la clase A serían sus-critas obligatoriamente y pagadas por losactuales bancos de emisión y específicasinstituciones bancarias, las de la clase B se-rían públicas; para la administración secrearon el Consejo, las Juntas, los ComitésEjecutivos, las Gerencias y las Direcciones;se reguló sobre la calidad de los miembrosy los votos; sólo el Central tendría el dere-cho de emisión, fijándose montos y el res-paldo mínimo del 50% en oro; se restable-cía la convertibilidad; y quedaron, además,determinadas las operaciones bancarias.Dos nuevos decretos dispusieron, final-mente, que los bancos de emisión que seliquidaren de acuerdo con una de las dis-posiciones de creación del Banco Central“estarán obligados a entregar a éste todo eloro y la plata acuñados o en barras, a razónde diez sucres por cada cóndor o libra es-terlina”;54 y que “Ningún crédito a favorde un Banco o endosado a éste o por éste,con excepción de las letras de cambio gira-

resultado de sus operaciones”, excepto lasespecialmente derivadas de la Ley. Otrasnormas establecieron: dos millones de cón-dores ecuatorianos53 como capital del Ban-co; emisión de acciones nominativas sinposibilidad de canje con gobiernos extran-jeros; las acciones de la clase A serían sus-critas obligatoriamente y pagadas por losactuales bancos de emisión y específicasinstituciones bancarias, las de la clase B se-rían públicas; para la administración secrearon el Consejo, las Juntas, los ComitésEjecutivos, las Gerencias y las Direcciones;se reguló sobre la calidad de los miembrosy los votos; sólo el Central tendría el dere-cho de emisión, fijándose montos y el res-paldo mínimo del 50% en oro; se restable-cía la convertibilidad; y quedaron, además,determinadas las operaciones bancarias.Dos nuevos decretos dispusieron, final-mente, que los bancos de emisión que seliquidaren de acuerdo con una de las dis-posiciones de creación del Banco Central“estarán obligados a entregar a éste todo eloro y la plata acuñados o en barras, a razónde diez sucres por cada cóndor o libra es-terlina”;54 y que “Ningún crédito a favorde un Banco o endosado a éste o por éste,con excepción de las letras de cambio gira-

resultado de sus operaciones”, excepto lasespecialmente derivadas de la Ley. Otrasnormas establecieron: dos millones de cón-dores ecuatorianos53 como capital del Ban-co; emisión de acciones nominativas sinposibilidad de canje con gobiernos extran-jeros; las acciones de la clase A serían sus-critas obligatoriamente y pagadas por losactuales bancos de emisión y específicasinstituciones bancarias, las de la clase B se-rían públicas; para la administración secrearon el Consejo, las Juntas, los ComitésEjecutivos, las Gerencias y las Direcciones;se reguló sobre la calidad de los miembrosy los votos; sólo el Central tendría el dere-cho de emisión, fijándose montos y el res-paldo mínimo del 50% en oro; se restable-cía la convertibilidad; y quedaron, además,determinadas las operaciones bancarias.Dos nuevos decretos dispusieron, final-mente, que los bancos de emisión que seliquidaren de acuerdo con una de las dis-posiciones de creación del Banco Central“estarán obligados a entregar a éste todo eloro y la plata acuñados o en barras, a razónde diez sucres por cada cóndor o libra es-terlina”;54 y que “Ningún crédito a favorde un Banco o endosado a éste o por éste,con excepción de las letras de cambio gira-

Page 38: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

38 38 38

das en el Ecuador, podrá ser exigible sinodespués de sesenta días, contados desde lavigencia de este Decreto o desde la fechade vencimiento del respectivo documento,según los casos”55 lo que exasperó a “cier-tas instituciones bancarias”, acusadas, porlos considerandos de este decreto, “de creardificultades al Gobierno y obstar la funda-ción del Banco Central”.

Es por demás importante resaltarque, a pesar de la Ley, el Banco Central nollegó a constituirse, así como su esquemaorganizativo y de funcionamiento tampo-co requirió de asesoría extranjera alguna.56

El Banco Central sí llegó a establecerse y aoperar definitivamente desde el 10 deagosto de 1927, bajo el gobierno de IsidroAyora, pero como fruto de la asesoría de lamisión norteamericana Kemmerer, cuyaslabores costaron una millonada al Ecua-dor57 y cuyo proyecto y lineamientoscoincidieron, sin embargo, con lo que dosaños antes ya había realizado la Junta deGobierno Provisional juliana.58 Inclusolas comisiones fiscalizadoras de los bancos,primeras en toda la historia republicanadel Ecuador, resultaron un antecedente -yeficaz- de la Superintendencia de Bancos,también propuesta por la misión Kemme-

das en el Ecuador, podrá ser exigible sinodespués de sesenta días, contados desde lavigencia de este Decreto o desde la fechade vencimiento del respectivo documento,según los casos”55 lo que exasperó a “cier-tas instituciones bancarias”, acusadas, porlos considerandos de este decreto, “de creardificultades al Gobierno y obstar la funda-ción del Banco Central”.

Es por demás importante resaltarque, a pesar de la Ley, el Banco Central nollegó a constituirse, así como su esquemaorganizativo y de funcionamiento tampo-co requirió de asesoría extranjera alguna.56

El Banco Central sí llegó a establecerse y aoperar definitivamente desde el 10 deagosto de 1927, bajo el gobierno de IsidroAyora, pero como fruto de la asesoría de lamisión norteamericana Kemmerer, cuyaslabores costaron una millonada al Ecua-dor57 y cuyo proyecto y lineamientoscoincidieron, sin embargo, con lo que dosaños antes ya había realizado la Junta deGobierno Provisional juliana.58 Inclusolas comisiones fiscalizadoras de los bancos,primeras en toda la historia republicanadel Ecuador, resultaron un antecedente -yeficaz- de la Superintendencia de Bancos,también propuesta por la misión Kemme-

das en el Ecuador, podrá ser exigible sinodespués de sesenta días, contados desde lavigencia de este Decreto o desde la fechade vencimiento del respectivo documento,según los casos”55 lo que exasperó a “cier-tas instituciones bancarias”, acusadas, porlos considerandos de este decreto, “de creardificultades al Gobierno y obstar la funda-ción del Banco Central”.

Es por demás importante resaltarque, a pesar de la Ley, el Banco Central nollegó a constituirse, así como su esquemaorganizativo y de funcionamiento tampo-co requirió de asesoría extranjera alguna.56

El Banco Central sí llegó a establecerse y aoperar definitivamente desde el 10 deagosto de 1927, bajo el gobierno de IsidroAyora, pero como fruto de la asesoría de lamisión norteamericana Kemmerer, cuyaslabores costaron una millonada al Ecua-dor57 y cuyo proyecto y lineamientoscoincidieron, sin embargo, con lo que dosaños antes ya había realizado la Junta deGobierno Provisional juliana.58 Inclusolas comisiones fiscalizadoras de los bancos,primeras en toda la historia republicanadel Ecuador, resultaron un antecedente -yeficaz- de la Superintendencia de Bancos,también propuesta por la misión Kemme-

Page 39: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

39 39 39

rer. Con toda razón Luis N. Dillon expre-saría: “Pero el Ecuador es el país de la pa-radoja… Lo que debía secundarse con ar-dor, como honroso y provechoso para lapatria, se rechazó con indignación, porqueeran ecuatorianos los que lo proponían.Este patriotismo al revés no lo hemoscomprendido nunca”.59

3.2. Las políticas fiscales

Las reformas fiscales se introdujeronal mismo tiempo que las monetario-finan-cieras. Tendían a solucionar dos problemascruciales en la hacienda pública: de unaparte, los sistemáticos déficit presupuesta-rios y, de otra, la evasión, las filtracionesde recursos públicos, la corrupción admi-nistrativa y el caos de las asignaciones. Eratradicional que los diputados consiguieranasignaciones para obras lugareñas; la exis-tencia de juntas autónomas y hasta priva-das para la administración de recaudacio-nes y gastos; los impuestos especiales asig-nados a cada provincia; el caos financiero;las partidas supuestas, los fondos públicosdesconocidos. Se trataba, en los hechos, deun sistema nacional descentralizado y has-

rer. Con toda razón Luis N. Dillon expre-saría: “Pero el Ecuador es el país de la pa-radoja… Lo que debía secundarse con ar-dor, como honroso y provechoso para lapatria, se rechazó con indignación, porqueeran ecuatorianos los que lo proponían.Este patriotismo al revés no lo hemoscomprendido nunca”.59

3.2. Las políticas fiscales

Las reformas fiscales se introdujeronal mismo tiempo que las monetario-finan-cieras. Tendían a solucionar dos problemascruciales en la hacienda pública: de unaparte, los sistemáticos déficit presupuesta-rios y, de otra, la evasión, las filtracionesde recursos públicos, la corrupción admi-nistrativa y el caos de las asignaciones. Eratradicional que los diputados consiguieranasignaciones para obras lugareñas; la exis-tencia de juntas autónomas y hasta priva-das para la administración de recaudacio-nes y gastos; los impuestos especiales asig-nados a cada provincia; el caos financiero;las partidas supuestas, los fondos públicosdesconocidos. Se trataba, en los hechos, deun sistema nacional descentralizado y has-

rer. Con toda razón Luis N. Dillon expre-saría: “Pero el Ecuador es el país de la pa-radoja… Lo que debía secundarse con ar-dor, como honroso y provechoso para lapatria, se rechazó con indignación, porqueeran ecuatorianos los que lo proponían.Este patriotismo al revés no lo hemoscomprendido nunca”.59

3.2. Las políticas fiscales

Las reformas fiscales se introdujeronal mismo tiempo que las monetario-finan-cieras. Tendían a solucionar dos problemascruciales en la hacienda pública: de unaparte, los sistemáticos déficit presupuesta-rios y, de otra, la evasión, las filtracionesde recursos públicos, la corrupción admi-nistrativa y el caos de las asignaciones. Eratradicional que los diputados consiguieranasignaciones para obras lugareñas; la exis-tencia de juntas autónomas y hasta priva-das para la administración de recaudacio-nes y gastos; los impuestos especiales asig-nados a cada provincia; el caos financiero;las partidas supuestas, los fondos públicosdesconocidos. Se trataba, en los hechos, deun sistema nacional descentralizado y has-

Page 40: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

40 40 40

ta autónomo, de nefastas experiencias yconsecuencias en la historia del Ecuador.

En tales condiciones, la Junta impusola centralización absoluta de las rentas y lareorganización de las finanzas del Estado,a través de las leyes sobre impuestos inter-nos, impuestos municipales, timbres, es-tancos, aranceles, aduanas, derechos con-sulares, catastros reales, reglamentaciónde herencias, legados y donaciones, revi-sión de sueldos, reorganización de los em-pleos públicos, protección industrial, etc.

Para fiscalizar los actos de las admi-nistraciones anteriores, el gobierno ordenóla revisión inmediata de los contratos queel fisco, las municipalidades y las juntasespeciales hubiesen celebrado con indivi-duos o corporaciones particulares.60 Con-siderando como inaceptable para el Estadola transferencia de sus funciones sobera-nas, se declararon rescindidos y sin nin-gún valor los contratos para la recauda-ción de impuestos a los alcoholes, aguar-dientes y tabaco a favor de individuos einstituciones particulares interesados ensu propio lucro, asumiendo el Ejecutivo laadministración de esos ramos.61 Ante lacrisis de las exportaciones, se facultó a laAsociación de Agricultores del Ecuador

ta autónomo, de nefastas experiencias yconsecuencias en la historia del Ecuador.

En tales condiciones, la Junta impusola centralización absoluta de las rentas y lareorganización de las finanzas del Estado,a través de las leyes sobre impuestos inter-nos, impuestos municipales, timbres, es-tancos, aranceles, aduanas, derechos con-sulares, catastros reales, reglamentaciónde herencias, legados y donaciones, revi-sión de sueldos, reorganización de los em-pleos públicos, protección industrial, etc.

Para fiscalizar los actos de las admi-nistraciones anteriores, el gobierno ordenóla revisión inmediata de los contratos queel fisco, las municipalidades y las juntasespeciales hubiesen celebrado con indivi-duos o corporaciones particulares.60 Con-siderando como inaceptable para el Estadola transferencia de sus funciones sobera-nas, se declararon rescindidos y sin nin-gún valor los contratos para la recauda-ción de impuestos a los alcoholes, aguar-dientes y tabaco a favor de individuos einstituciones particulares interesados ensu propio lucro, asumiendo el Ejecutivo laadministración de esos ramos.61 Ante lacrisis de las exportaciones, se facultó a laAsociación de Agricultores del Ecuador

ta autónomo, de nefastas experiencias yconsecuencias en la historia del Ecuador.

En tales condiciones, la Junta impusola centralización absoluta de las rentas y lareorganización de las finanzas del Estado,a través de las leyes sobre impuestos inter-nos, impuestos municipales, timbres, es-tancos, aranceles, aduanas, derechos con-sulares, catastros reales, reglamentaciónde herencias, legados y donaciones, revi-sión de sueldos, reorganización de los em-pleos públicos, protección industrial, etc.

Para fiscalizar los actos de las admi-nistraciones anteriores, el gobierno ordenóla revisión inmediata de los contratos queel fisco, las municipalidades y las juntasespeciales hubiesen celebrado con indivi-duos o corporaciones particulares.60 Con-siderando como inaceptable para el Estadola transferencia de sus funciones sobera-nas, se declararon rescindidos y sin nin-gún valor los contratos para la recauda-ción de impuestos a los alcoholes, aguar-dientes y tabaco a favor de individuos einstituciones particulares interesados ensu propio lucro, asumiendo el Ejecutivo laadministración de esos ramos.61 Ante lacrisis de las exportaciones, se facultó a laAsociación de Agricultores del Ecuador

Page 41: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

41 41 41

para que invierta el producto íntegro delimpuesto de S/. 3,oo por quintal de cacaoexportado a la cancelación de sus deu-das.62 Fueron recargados los impuestos alas herencias, legados y donaciones.63

La más importante de las leyes fisca-les decretadas por la Junta de GobiernoProvisional fue la de Impuestos Inter-nos.64 Con ella se buscó nivelar el presu-puesto y revisar el sistema tributario, so-bre la base de la centralización de las ren-tas e introduciendo, por primera vez en lahistoria nacional, el criterio de aplicar latributación de acuerdo con la capacidadfinanciera de los contribuyentes, lo quesignificó, a su vez, el primer intento deredistribuir la riqueza, afectando más aquienes más tienen. A partir del 1 de ene-ro de 1926 quedaron suprimidos una seriede impuestos “pequeños”: juegos, sorteos,rifas y clubes, seguros contra incendios,vida y marítimos, venta de piedras precio-sas, expedición de mercaderías de variasprovincias, introducción y producción decacao y café, peaje, ganado, movilizaciónde sombreros y petróleo, adicionales a sa-nidad, a capitales que emigren, pesca demadre perla, a representantes y agentesvendedores y de seguros marítimos, por

para que invierta el producto íntegro delimpuesto de S/. 3,oo por quintal de cacaoexportado a la cancelación de sus deu-das.62 Fueron recargados los impuestos alas herencias, legados y donaciones.63

La más importante de las leyes fisca-les decretadas por la Junta de GobiernoProvisional fue la de Impuestos Inter-nos.64 Con ella se buscó nivelar el presu-puesto y revisar el sistema tributario, so-bre la base de la centralización de las ren-tas e introduciendo, por primera vez en lahistoria nacional, el criterio de aplicar latributación de acuerdo con la capacidadfinanciera de los contribuyentes, lo quesignificó, a su vez, el primer intento deredistribuir la riqueza, afectando más aquienes más tienen. A partir del 1 de ene-ro de 1926 quedaron suprimidos una seriede impuestos “pequeños”: juegos, sorteos,rifas y clubes, seguros contra incendios,vida y marítimos, venta de piedras precio-sas, expedición de mercaderías de variasprovincias, introducción y producción decacao y café, peaje, ganado, movilizaciónde sombreros y petróleo, adicionales a sa-nidad, a capitales que emigren, pesca demadre perla, a representantes y agentesvendedores y de seguros marítimos, por

para que invierta el producto íntegro delimpuesto de S/. 3,oo por quintal de cacaoexportado a la cancelación de sus deu-das.62 Fueron recargados los impuestos alas herencias, legados y donaciones.63

La más importante de las leyes fisca-les decretadas por la Junta de GobiernoProvisional fue la de Impuestos Inter-nos.64 Con ella se buscó nivelar el presu-puesto y revisar el sistema tributario, so-bre la base de la centralización de las ren-tas e introduciendo, por primera vez en lahistoria nacional, el criterio de aplicar latributación de acuerdo con la capacidadfinanciera de los contribuyentes, lo quesignificó, a su vez, el primer intento deredistribuir la riqueza, afectando más aquienes más tienen. A partir del 1 de ene-ro de 1926 quedaron suprimidos una seriede impuestos “pequeños”: juegos, sorteos,rifas y clubes, seguros contra incendios,vida y marítimos, venta de piedras precio-sas, expedición de mercaderías de variasprovincias, introducción y producción decacao y café, peaje, ganado, movilizaciónde sombreros y petróleo, adicionales a sa-nidad, a capitales que emigren, pesca demadre perla, a representantes y agentesvendedores y de seguros marítimos, por

Page 42: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

42 42 42

telegramas, cablegramas e inalambres, ca-pitales en giro, capitales a mutuo, prediosrústicos, alcabalas, registros y anotaciones,rentas, varios timbres, instituciones ban-carias, cerveza, pasaportes, patentes, mar-cas, vinos y licores, cupones de cédulas.En su lugar se creó un impuesto únicoanual sobre predios rústicos, progresivo ysobre un nuevo catastro; otro, el de alca-balas, de acuerdo con el precio o valor fija-do en los contratos y demás actos jurídicossujetos al gravamen; uno sobre inscripcio-nes y registros.

Verdaderamente innovador y sin pre-cedentes históricos, resultó el importantí-simo “impuesto a la renta del trabajo sinconcurso del capital”, (sueldos, honora-rios, sobresueldos, gratificaciones, dietas,comisiones, gastos de representación ypensiones, retribuciones, honorarios) con-siderando todo tipo de ingresos obtenidosen el territorio de la república, para todaslas modalidades de la agricultura, la in-dustria y el comercio, incluidas las profe-siones liberales y empleos públicos, sobreuna base anual y una tabla progresiva quefue desde el ⁄ % hasta el 8 %. Hay quedestacar que claramente quedaron exone-rados de este impuesto las siguientes ren-

telegramas, cablegramas e inalambres, ca-pitales en giro, capitales a mutuo, prediosrústicos, alcabalas, registros y anotaciones,rentas, varios timbres, instituciones ban-carias, cerveza, pasaportes, patentes, mar-cas, vinos y licores, cupones de cédulas.En su lugar se creó un impuesto únicoanual sobre predios rústicos, progresivo ysobre un nuevo catastro; otro, el de alca-balas, de acuerdo con el precio o valor fija-do en los contratos y demás actos jurídicossujetos al gravamen; uno sobre inscripcio-nes y registros.

Verdaderamente innovador y sin pre-cedentes históricos, resultó el importantí-simo “impuesto a la renta del trabajo sinconcurso del capital”, (sueldos, honora-rios, sobresueldos, gratificaciones, dietas,comisiones, gastos de representación ypensiones, retribuciones, honorarios) con-siderando todo tipo de ingresos obtenidosen el territorio de la república, para todaslas modalidades de la agricultura, la in-dustria y el comercio, incluidas las profe-siones liberales y empleos públicos, sobreuna base anual y una tabla progresiva quefue desde el ⁄ % hasta el 8 %. Hay quedestacar que claramente quedaron exone-rados de este impuesto las siguientes ren-

telegramas, cablegramas e inalambres, ca-pitales en giro, capitales a mutuo, prediosrústicos, alcabalas, registros y anotaciones,rentas, varios timbres, instituciones ban-carias, cerveza, pasaportes, patentes, mar-cas, vinos y licores, cupones de cédulas.En su lugar se creó un impuesto únicoanual sobre predios rústicos, progresivo ysobre un nuevo catastro; otro, el de alca-balas, de acuerdo con el precio o valor fija-do en los contratos y demás actos jurídicossujetos al gravamen; uno sobre inscripcio-nes y registros.

Verdaderamente innovador y sin pre-cedentes históricos, resultó el importantí-simo “impuesto a la renta del trabajo sinconcurso del capital”, (sueldos, honora-rios, sobresueldos, gratificaciones, dietas,comisiones, gastos de representación ypensiones, retribuciones, honorarios) con-siderando todo tipo de ingresos obtenidosen el territorio de la república, para todaslas modalidades de la agricultura, la in-dustria y el comercio, incluidas las profe-siones liberales y empleos públicos, sobreuna base anual y una tabla progresiva quefue desde el ⁄ % hasta el 8 %. Hay quedestacar que claramente quedaron exone-rados de este impuesto las siguientes ren-

Page 43: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

43 43 43

tas: “del trabajo de jornaleros, sobrestan-tes, artesanos, sirvientes domésticos, en-fermeros, motoristas, conductores de tran-vías, breteros y fogoneros de trenes, lan-cheros, remeros, bogas, cargadores y, engeneral, todos los obreros asalariados”; lasconsistentes en “indemnizaciones que sehagan en conformidad con la Ley de acci-dentes de trabajo”; las de “preceptores deInstrucción Primaria”; de “los becados porel Estado o las Municipalidades”; de “sol-dados, clases y oficiales inferiores”; sobreempleados públicos, por “las cuotas o por-centajes del sueldo o remuneración que seles descuente para constituir fondos deahorro y jubilación o simplemente parafondos de retiro, invalidez o montepío ci-vil o militar” y las rentas “que no excedande S/. 2.400 anuales”. A modo de compa-ración: cuando la Junta suprimió varioscargos innecesarios del Ministerio de Ha-cienda,65 uno de ellos fue el de “AbogadoDefensor del Fisco en Guayaquil”, cuyosueldo mensual era de S/. 1.000,oo; y,cuando se fundó definitivamente el BancoCentral en 1927, la remuneración acorda-da para su Presidente fue de S/. 3.000,oomensuales.66

tas: “del trabajo de jornaleros, sobrestan-tes, artesanos, sirvientes domésticos, en-fermeros, motoristas, conductores de tran-vías, breteros y fogoneros de trenes, lan-cheros, remeros, bogas, cargadores y, engeneral, todos los obreros asalariados”; lasconsistentes en “indemnizaciones que sehagan en conformidad con la Ley de acci-dentes de trabajo”; las de “preceptores deInstrucción Primaria”; de “los becados porel Estado o las Municipalidades”; de “sol-dados, clases y oficiales inferiores”; sobreempleados públicos, por “las cuotas o por-centajes del sueldo o remuneración que seles descuente para constituir fondos deahorro y jubilación o simplemente parafondos de retiro, invalidez o montepío ci-vil o militar” y las rentas “que no excedande S/. 2.400 anuales”. A modo de compa-ración: cuando la Junta suprimió varioscargos innecesarios del Ministerio de Ha-cienda,65 uno de ellos fue el de “AbogadoDefensor del Fisco en Guayaquil”, cuyosueldo mensual era de S/. 1.000,oo; y,cuando se fundó definitivamente el BancoCentral en 1927, la remuneración acorda-da para su Presidente fue de S/. 3.000,oomensuales.66

tas: “del trabajo de jornaleros, sobrestan-tes, artesanos, sirvientes domésticos, en-fermeros, motoristas, conductores de tran-vías, breteros y fogoneros de trenes, lan-cheros, remeros, bogas, cargadores y, engeneral, todos los obreros asalariados”; lasconsistentes en “indemnizaciones que sehagan en conformidad con la Ley de acci-dentes de trabajo”; las de “preceptores deInstrucción Primaria”; de “los becados porel Estado o las Municipalidades”; de “sol-dados, clases y oficiales inferiores”; sobreempleados públicos, por “las cuotas o por-centajes del sueldo o remuneración que seles descuente para constituir fondos deahorro y jubilación o simplemente parafondos de retiro, invalidez o montepío ci-vil o militar” y las rentas “que no excedande S/. 2.400 anuales”. A modo de compa-ración: cuando la Junta suprimió varioscargos innecesarios del Ministerio de Ha-cienda,65 uno de ellos fue el de “AbogadoDefensor del Fisco en Guayaquil”, cuyosueldo mensual era de S/. 1.000,oo; y,cuando se fundó definitivamente el BancoCentral en 1927, la remuneración acorda-da para su Presidente fue de S/. 3.000,oomensuales.66

Page 44: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

44 44 44

En forma complementaria se estable-ció el “Impuesto a la renta del capital sinconcurso del Trabajo”, es decir sobre “ca-pitales lucrativos”, como utilidades distri-buidas entre “accionistas de bancos y so-ciedades o compañías de toda clase”, esta-blecidas en el Ecuador “con excepción delas agrícolas, mineras y fabriles”; y sobrelos intereses ganados por “cédulas hipote-carias, contratos de mutuo o anticrético ylos Bonos de la Deuda Interna del Estado”.La base fue un impuesto progresivo a larenta, de acuerdo con una tabla según lacual, si la renta representa hasta el 6 %anual del capital, se paga el 5% de la ren-ta, en una escala que llegó hasta más del12% anual del capital con el 30% de larenta. Quedaron exonerados ciertos intere-ses por venta de inmuebles, operacionesbancarias, cajas de ahorro, cooperativas decrédito, arriendos de bienes nacionales. Pe-ro también se determinó, en forma clara:“Los Bancos y Sociedades extranjeros queexploten negocios en el Ecuador, pagaránlos mismos impuestos que los nacionales”.

Adicionalmente se creó un impuestoúnico del 1% sobre el monto del capital engiro, para los negocios que no estuvieransujetos al pago de impuesto a las ventas

En forma complementaria se estable-ció el “Impuesto a la renta del capital sinconcurso del Trabajo”, es decir sobre “ca-pitales lucrativos”, como utilidades distri-buidas entre “accionistas de bancos y so-ciedades o compañías de toda clase”, esta-blecidas en el Ecuador “con excepción delas agrícolas, mineras y fabriles”; y sobrelos intereses ganados por “cédulas hipote-carias, contratos de mutuo o anticrético ylos Bonos de la Deuda Interna del Estado”.La base fue un impuesto progresivo a larenta, de acuerdo con una tabla según lacual, si la renta representa hasta el 6 %anual del capital, se paga el 5% de la ren-ta, en una escala que llegó hasta más del12% anual del capital con el 30% de larenta. Quedaron exonerados ciertos intere-ses por venta de inmuebles, operacionesbancarias, cajas de ahorro, cooperativas decrédito, arriendos de bienes nacionales. Pe-ro también se determinó, en forma clara:“Los Bancos y Sociedades extranjeros queexploten negocios en el Ecuador, pagaránlos mismos impuestos que los nacionales”.

Adicionalmente se creó un impuestoúnico del 1% sobre el monto del capital engiro, para los negocios que no estuvieransujetos al pago de impuesto a las ventas

En forma complementaria se estable-ció el “Impuesto a la renta del capital sinconcurso del Trabajo”, es decir sobre “ca-pitales lucrativos”, como utilidades distri-buidas entre “accionistas de bancos y so-ciedades o compañías de toda clase”, esta-blecidas en el Ecuador “con excepción delas agrícolas, mineras y fabriles”; y sobrelos intereses ganados por “cédulas hipote-carias, contratos de mutuo o anticrético ylos Bonos de la Deuda Interna del Estado”.La base fue un impuesto progresivo a larenta, de acuerdo con una tabla según lacual, si la renta representa hasta el 6 %anual del capital, se paga el 5% de la ren-ta, en una escala que llegó hasta más del12% anual del capital con el 30% de larenta. Quedaron exonerados ciertos intere-ses por venta de inmuebles, operacionesbancarias, cajas de ahorro, cooperativas decrédito, arriendos de bienes nacionales. Pe-ro también se determinó, en forma clara:“Los Bancos y Sociedades extranjeros queexploten negocios en el Ecuador, pagaránlos mismos impuestos que los nacionales”.

Adicionalmente se creó un impuestoúnico del 1% sobre el monto del capital engiro, para los negocios que no estuvieransujetos al pago de impuesto a las ventas

Page 45: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

45 45 45

comerciales o industriales ni a la renta. Sereguló estrictamente el estanco, así comola producción y comercialización de cerve-zas, vinos y licores. Y todo bajo una cen-tralización absoluta, porque “el productoíntegro” de los impuestos establecidos porla Ley de Impuestos Internos “será recau-dado exclusivamente por los ColectoresFiscales e ingresará al Tesoro Nacional”.

Un decreto adicional67 suprimió unaserie de tasas portuarias, sustituyéndolaspor otra tasa única por servicios de muellea la importación, de S/. 30,oo por cada to-nelada, cobrada por todas las aduanas yoficinas de paquetes postales; por unanueva tasa única de exportación, de S/.10,oo por tonelada; y por otros derechosde piso, a los buques extranjeros que en-tren en puertos de la república. Otro,obligó a los importadores a requerir defacturas consulares minuciosamente deta-lladas, con el fin de impedir el contraban-do y controlar el ingreso de mercaderíaspara su estricto y real aforo. Esta ley fijónuevos derechos consulares por facturas,sobordos, listas de encomiendas, declara-ciones de corrección, certificaciones de pa-tentes de sanidad, legalización de fir-mas.68 Se dispuso que el cobro en oro es-

comerciales o industriales ni a la renta. Sereguló estrictamente el estanco, así comola producción y comercialización de cerve-zas, vinos y licores. Y todo bajo una cen-tralización absoluta, porque “el productoíntegro” de los impuestos establecidos porla Ley de Impuestos Internos “será recau-dado exclusivamente por los ColectoresFiscales e ingresará al Tesoro Nacional”.

Un decreto adicional67 suprimió unaserie de tasas portuarias, sustituyéndolaspor otra tasa única por servicios de muellea la importación, de S/. 30,oo por cada to-nelada, cobrada por todas las aduanas yoficinas de paquetes postales; por unanueva tasa única de exportación, de S/.10,oo por tonelada; y por otros derechosde piso, a los buques extranjeros que en-tren en puertos de la república. Otro,obligó a los importadores a requerir defacturas consulares minuciosamente deta-lladas, con el fin de impedir el contraban-do y controlar el ingreso de mercaderíaspara su estricto y real aforo. Esta ley fijónuevos derechos consulares por facturas,sobordos, listas de encomiendas, declara-ciones de corrección, certificaciones de pa-tentes de sanidad, legalización de fir-mas.68 Se dispuso que el cobro en oro es-

comerciales o industriales ni a la renta. Sereguló estrictamente el estanco, así comola producción y comercialización de cerve-zas, vinos y licores. Y todo bajo una cen-tralización absoluta, porque “el productoíntegro” de los impuestos establecidos porla Ley de Impuestos Internos “será recau-dado exclusivamente por los ColectoresFiscales e ingresará al Tesoro Nacional”.

Un decreto adicional67 suprimió unaserie de tasas portuarias, sustituyéndolaspor otra tasa única por servicios de muellea la importación, de S/. 30,oo por cada to-nelada, cobrada por todas las aduanas yoficinas de paquetes postales; por unanueva tasa única de exportación, de S/.10,oo por tonelada; y por otros derechosde piso, a los buques extranjeros que en-tren en puertos de la república. Otro,obligó a los importadores a requerir defacturas consulares minuciosamente deta-lladas, con el fin de impedir el contraban-do y controlar el ingreso de mercaderíaspara su estricto y real aforo. Esta ley fijónuevos derechos consulares por facturas,sobordos, listas de encomiendas, declara-ciones de corrección, certificaciones de pa-tentes de sanidad, legalización de fir-mas.68 Se dispuso que el cobro en oro es-

Page 46: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

46 46 46

tablecido por un decreto anterior, se efec-túe sólo en dólares y libras esterlinas a ra-zón de S/. 2.07 el dólar y a S/. 10.06 la li-bra esterlina.69

3.3. La política social

Tanto los militares que ejecutaron elgolpe juliano como los civiles a los queacudieron para integrar la primera Juntade Gobierno coincidieron en la necesidadde promover al “hombre proletario”. Aldecir de uno de los oficiales revoluciona-rios, tras la primera guerra mundial habíasurgido en el mundo “una nueva civiliza-ción”, preocupada por los problemas socia-les y económicos, volviéndose imperiosa,en el Ecuador, la adaptación “al nuevo or-den de cosas”.70 El mismo programa de laLiga Militar incluyó la intención de dictarleyes para el mejoramiento obrero y la dig-nificación de la raza indígena. Dillon eraun militante liberal radical y de izquierda.El clima ideológico era proclive inclusoporque en su Asamblea de 1923 el PartidoLiberal introdujo, por primera vez, la“cuestión social” como parte de su propioprograma, porque el Partido Conservador

tablecido por un decreto anterior, se efec-túe sólo en dólares y libras esterlinas a ra-zón de S/. 2.07 el dólar y a S/. 10.06 la li-bra esterlina.69

3.3. La política social

Tanto los militares que ejecutaron elgolpe juliano como los civiles a los queacudieron para integrar la primera Juntade Gobierno coincidieron en la necesidadde promover al “hombre proletario”. Aldecir de uno de los oficiales revoluciona-rios, tras la primera guerra mundial habíasurgido en el mundo “una nueva civiliza-ción”, preocupada por los problemas socia-les y económicos, volviéndose imperiosa,en el Ecuador, la adaptación “al nuevo or-den de cosas”.70 El mismo programa de laLiga Militar incluyó la intención de dictarleyes para el mejoramiento obrero y la dig-nificación de la raza indígena. Dillon eraun militante liberal radical y de izquierda.El clima ideológico era proclive inclusoporque en su Asamblea de 1923 el PartidoLiberal introdujo, por primera vez, la“cuestión social” como parte de su propioprograma, porque el Partido Conservador

tablecido por un decreto anterior, se efec-túe sólo en dólares y libras esterlinas a ra-zón de S/. 2.07 el dólar y a S/. 10.06 la li-bra esterlina.69

3.3. La política social

Tanto los militares que ejecutaron elgolpe juliano como los civiles a los queacudieron para integrar la primera Juntade Gobierno coincidieron en la necesidadde promover al “hombre proletario”. Aldecir de uno de los oficiales revoluciona-rios, tras la primera guerra mundial habíasurgido en el mundo “una nueva civiliza-ción”, preocupada por los problemas socia-les y económicos, volviéndose imperiosa,en el Ecuador, la adaptación “al nuevo or-den de cosas”.70 El mismo programa de laLiga Militar incluyó la intención de dictarleyes para el mejoramiento obrero y la dig-nificación de la raza indígena. Dillon eraun militante liberal radical y de izquierda.El clima ideológico era proclive inclusoporque en su Asamblea de 1923 el PartidoLiberal introdujo, por primera vez, la“cuestión social” como parte de su propioprograma, porque el Partido Conservador

Page 47: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

47 47 47

haría algo igual en su Asamblea de 1925 yporque desde 1924 se habían constituidolos primeros núcleos del que sería luego elPartido Socialista, con lo cual se completóel cuadro de los tres partidos políticos dela época.71 Además, preexistía un movi-miento laboral y de organizaciones de tra-bajadores en ascenso,72 que bajo los go-biernos del “liberalismo plutocrático” ha-bía sido severamente reprimido.

La adhesión obrera al julianismo fueinmediata, así como su respaldo a las me-didas de la Junta sobre los bancos, losnuevos impuestos y otras tantas regulacio-nes económicas. En Guayaquil, la movili-zación de la Confederación Obrera delGuayas, de los pobladores pobres y de lasentidades de trabajadores, resultó decisivapara contrarrestar la campaña regionalistade los empresarios costeños. En sus esfuer-zos de políticas sociales, la Junta creó li-gas de salud pública73 y organizó el Servi-cio Sanitario Nacional.74 Pero lo más im-portante fue la creación del que se llamó“Ministerio de Previsión Social, Trabajo,Agricultura, Beneficencia, Sanidad, Hi-giene, Estadística e Inmigración y Coloni-zación” al que se le asignó el respectivopresupuesto.75 Además, con el fin de dis-

haría algo igual en su Asamblea de 1925 yporque desde 1924 se habían constituidolos primeros núcleos del que sería luego elPartido Socialista, con lo cual se completóel cuadro de los tres partidos políticos dela época.71 Además, preexistía un movi-miento laboral y de organizaciones de tra-bajadores en ascenso,72 que bajo los go-biernos del “liberalismo plutocrático” ha-bía sido severamente reprimido.

La adhesión obrera al julianismo fueinmediata, así como su respaldo a las me-didas de la Junta sobre los bancos, losnuevos impuestos y otras tantas regulacio-nes económicas. En Guayaquil, la movili-zación de la Confederación Obrera delGuayas, de los pobladores pobres y de lasentidades de trabajadores, resultó decisivapara contrarrestar la campaña regionalistade los empresarios costeños. En sus esfuer-zos de políticas sociales, la Junta creó li-gas de salud pública73 y organizó el Servi-cio Sanitario Nacional.74 Pero lo más im-portante fue la creación del que se llamó“Ministerio de Previsión Social, Trabajo,Agricultura, Beneficencia, Sanidad, Hi-giene, Estadística e Inmigración y Coloni-zación” al que se le asignó el respectivopresupuesto.75 Además, con el fin de dis-

haría algo igual en su Asamblea de 1925 yporque desde 1924 se habían constituidolos primeros núcleos del que sería luego elPartido Socialista, con lo cual se completóel cuadro de los tres partidos políticos dela época.71 Además, preexistía un movi-miento laboral y de organizaciones de tra-bajadores en ascenso,72 que bajo los go-biernos del “liberalismo plutocrático” ha-bía sido severamente reprimido.

La adhesión obrera al julianismo fueinmediata, así como su respaldo a las me-didas de la Junta sobre los bancos, losnuevos impuestos y otras tantas regulacio-nes económicas. En Guayaquil, la movili-zación de la Confederación Obrera delGuayas, de los pobladores pobres y de lasentidades de trabajadores, resultó decisivapara contrarrestar la campaña regionalistade los empresarios costeños. En sus esfuer-zos de políticas sociales, la Junta creó li-gas de salud pública73 y organizó el Servi-cio Sanitario Nacional.74 Pero lo más im-portante fue la creación del que se llamó“Ministerio de Previsión Social, Trabajo,Agricultura, Beneficencia, Sanidad, Hi-giene, Estadística e Inmigración y Coloni-zación” al que se le asignó el respectivopresupuesto.75 Además, con el fin de dis-

Page 48: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

48 48 48

cutir una legislación del trabajo que esta-blezca los derechos y deberes del obrero,la Junta convocó76 a un Congreso Obreroque debía realizarse en Quito el 1º. de ene-ro de 1926, pero tal congreso no pudo rea-lizarse. En cambio, sí logró reglamentarsela jornada de trabajo y se estableció el des-canso dominical obligatorio. Esa políticasocial en algo pudo continuarse con el go-bierno de Ayora, que normó sobre contra-tos individuales, trabajo de mujeres y me-nores, protección a la maternidad, desahu-cio y accidentes de trabajo. La Constitu-ción dictada en 1928-29 fue la primera enincluir los principios de la legislación so-cial. Pero, a su vez, el primer Código delTrabajo ecuatoriano se dictó recién en1938, y con resistencias empresariales.

3.4. La política educativa

La Junta de Gobierno Provisionalreorganizó el que se denominó “Ministe-rio de Instrucción Pública, Bellas Artes yTeatros”77, con varias secciones: la de ins-trucción primaria, edificación y estadísti-cas escolares; la de universidades, colegios,observatorio astronómico, biblioteca na-

cutir una legislación del trabajo que esta-blezca los derechos y deberes del obrero,la Junta convocó76 a un Congreso Obreroque debía realizarse en Quito el 1º. de ene-ro de 1926, pero tal congreso no pudo rea-lizarse. En cambio, sí logró reglamentarsela jornada de trabajo y se estableció el des-canso dominical obligatorio. Esa políticasocial en algo pudo continuarse con el go-bierno de Ayora, que normó sobre contra-tos individuales, trabajo de mujeres y me-nores, protección a la maternidad, desahu-cio y accidentes de trabajo. La Constitu-ción dictada en 1928-29 fue la primera enincluir los principios de la legislación so-cial. Pero, a su vez, el primer Código delTrabajo ecuatoriano se dictó recién en1938, y con resistencias empresariales.

3.4. La política educativa

La Junta de Gobierno Provisionalreorganizó el que se denominó “Ministe-rio de Instrucción Pública, Bellas Artes yTeatros”77, con varias secciones: la de ins-trucción primaria, edificación y estadísti-cas escolares; la de universidades, colegios,observatorio astronómico, biblioteca na-

cutir una legislación del trabajo que esta-blezca los derechos y deberes del obrero,la Junta convocó76 a un Congreso Obreroque debía realizarse en Quito el 1º. de ene-ro de 1926, pero tal congreso no pudo rea-lizarse. En cambio, sí logró reglamentarsela jornada de trabajo y se estableció el des-canso dominical obligatorio. Esa políticasocial en algo pudo continuarse con el go-bierno de Ayora, que normó sobre contra-tos individuales, trabajo de mujeres y me-nores, protección a la maternidad, desahu-cio y accidentes de trabajo. La Constitu-ción dictada en 1928-29 fue la primera enincluir los principios de la legislación so-cial. Pero, a su vez, el primer Código delTrabajo ecuatoriano se dictó recién en1938, y con resistencias empresariales.

3.4. La política educativa

La Junta de Gobierno Provisionalreorganizó el que se denominó “Ministe-rio de Instrucción Pública, Bellas Artes yTeatros”77, con varias secciones: la de ins-trucción primaria, edificación y estadísti-cas escolares; la de universidades, colegios,observatorio astronómico, biblioteca na-

Page 49: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

49 49 49

cional; y la de bellas artes, conservatorionacional de música, escuela de artes y ofi-cios e institutos normales. Meses despuésse creó en Quito una “Comisión TécnicaRevisora de la Enseñanza Primaria”78 so-bre reglamentos, planes y programas deestudio; y, después, fue expedida la “LeyOrgánica de Enseñanza Secundaria” queestableció: 7 años de estudio, con los 5primeros comunes y de “cultura general”y 2 de “preparación para la enseñanza su-perior”, con 3 bachilleratos en las especia-lizaciones de Ciencias Físico-Matemáticas,Ciencias Físico-Naturales y, en Filosofía yLetras; y normó sobre las materias delpensum; derecho a la enseñanza libre yprivada; autoridades, profesores; ConsejoTécnico; inspectores; juntas; exámenes tri-mestrales y disciplina. Otro decreto esta-bleció en cada cantón capital de provinciauna Escuela de Industrias y Oficios paramujeres, sostenida por la respectiva muni-cipalidad, con el fin de “propender al en-grandecimiento del País”.79

También se consideró “necesario y ur-gente” reorganizar las universidades de larepública “en conformidad con los idealesrenovadores” julianos, por lo que el go-bierno decretó la clausura temporal de las

cional; y la de bellas artes, conservatorionacional de música, escuela de artes y ofi-cios e institutos normales. Meses despuésse creó en Quito una “Comisión TécnicaRevisora de la Enseñanza Primaria”78 so-bre reglamentos, planes y programas deestudio; y, después, fue expedida la “LeyOrgánica de Enseñanza Secundaria” queestableció: 7 años de estudio, con los 5primeros comunes y de “cultura general”y 2 de “preparación para la enseñanza su-perior”, con 3 bachilleratos en las especia-lizaciones de Ciencias Físico-Matemáticas,Ciencias Físico-Naturales y, en Filosofía yLetras; y normó sobre las materias delpensum; derecho a la enseñanza libre yprivada; autoridades, profesores; ConsejoTécnico; inspectores; juntas; exámenes tri-mestrales y disciplina. Otro decreto esta-bleció en cada cantón capital de provinciauna Escuela de Industrias y Oficios paramujeres, sostenida por la respectiva muni-cipalidad, con el fin de “propender al en-grandecimiento del País”.79

También se consideró “necesario y ur-gente” reorganizar las universidades de larepública “en conformidad con los idealesrenovadores” julianos, por lo que el go-bierno decretó la clausura temporal de las

cional; y la de bellas artes, conservatorionacional de música, escuela de artes y ofi-cios e institutos normales. Meses despuésse creó en Quito una “Comisión TécnicaRevisora de la Enseñanza Primaria”78 so-bre reglamentos, planes y programas deestudio; y, después, fue expedida la “LeyOrgánica de Enseñanza Secundaria” queestableció: 7 años de estudio, con los 5primeros comunes y de “cultura general”y 2 de “preparación para la enseñanza su-perior”, con 3 bachilleratos en las especia-lizaciones de Ciencias Físico-Matemáticas,Ciencias Físico-Naturales y, en Filosofía yLetras; y normó sobre las materias delpensum; derecho a la enseñanza libre yprivada; autoridades, profesores; ConsejoTécnico; inspectores; juntas; exámenes tri-mestrales y disciplina. Otro decreto esta-bleció en cada cantón capital de provinciauna Escuela de Industrias y Oficios paramujeres, sostenida por la respectiva muni-cipalidad, con el fin de “propender al en-grandecimiento del País”.79

También se consideró “necesario y ur-gente” reorganizar las universidades de larepública “en conformidad con los idealesrenovadores” julianos, por lo que el go-bierno decretó la clausura temporal de las

Page 50: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

50 50 50

universidades de Quito, Guayaquil yCuenca y la Junta Universitaria de Loja.80

Más tarde, expidió el “Decreto sobre En-señanza Superior”, que incluyó: reconoci-miento de la autonomía de las universida-des; la subvención parcial por los alumnosmediante el pago de cuotas, excepto paralos alumnos “pobres y de reconocida capa-cidad”; el sistema de autoridades y de fa-cultades, incluyendo la representación es-tudiantil; fomento de la “cultura física”;becas; concursos; extensión universitaria;régimen interno; y la supresión de las Fa-cultades de Jurisprudencia y Ciencias So-ciales. Es probable que en este esquemahayan influido las reformas universitariasdel movimiento de Córdoba (1918) enArgentina. Pero también el deseo de fo-mentar la instrucción técnica y científica,en un país caracterizado a la época porabundantes abogados y políticos.

universidades de Quito, Guayaquil yCuenca y la Junta Universitaria de Loja.80

Más tarde, expidió el “Decreto sobre En-señanza Superior”, que incluyó: reconoci-miento de la autonomía de las universida-des; la subvención parcial por los alumnosmediante el pago de cuotas, excepto paralos alumnos “pobres y de reconocida capa-cidad”; el sistema de autoridades y de fa-cultades, incluyendo la representación es-tudiantil; fomento de la “cultura física”;becas; concursos; extensión universitaria;régimen interno; y la supresión de las Fa-cultades de Jurisprudencia y Ciencias So-ciales. Es probable que en este esquemahayan influido las reformas universitariasdel movimiento de Córdoba (1918) enArgentina. Pero también el deseo de fo-mentar la instrucción técnica y científica,en un país caracterizado a la época porabundantes abogados y políticos.

universidades de Quito, Guayaquil yCuenca y la Junta Universitaria de Loja.80

Más tarde, expidió el “Decreto sobre En-señanza Superior”, que incluyó: reconoci-miento de la autonomía de las universida-des; la subvención parcial por los alumnosmediante el pago de cuotas, excepto paralos alumnos “pobres y de reconocida capa-cidad”; el sistema de autoridades y de fa-cultades, incluyendo la representación es-tudiantil; fomento de la “cultura física”;becas; concursos; extensión universitaria;régimen interno; y la supresión de las Fa-cultades de Jurisprudencia y Ciencias So-ciales. Es probable que en este esquemahayan influido las reformas universitariasdel movimiento de Córdoba (1918) enArgentina. Pero también el deseo de fo-mentar la instrucción técnica y científica,en un país caracterizado a la época porabundantes abogados y políticos.

Page 51: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

51 51 51

4EL CONFLICTO REGIONALISTA

r

Con cierta insistencia se ha sostenidoque la Revolución Juliana tuvo un marca-do tinte “regionalista” de la sierra frente ala costa.81 Además, en estos mismos días,a propósito del fracasado “golpe de esta-do” de “los coroneles”, que llegaron a ha-blar de una “Segunda Revolución Julia-na”, las reacciones y opiniones de ciertosanalistas y políticos juzgan como “perju-dicial” para Guayaquil y para la costa almovimiento juliano de 1925.82 Pero, apesar de que los datos aislados y varios delos hechos producidos, parecerían confir-marlo, es preciso relativizar tal versión.

La costa, particularmente el Guayas y

4EL CONFLICTO REGIONALISTA

r

Con cierta insistencia se ha sostenidoque la Revolución Juliana tuvo un marca-do tinte “regionalista” de la sierra frente ala costa.81 Además, en estos mismos días,a propósito del fracasado “golpe de esta-do” de “los coroneles”, que llegaron a ha-blar de una “Segunda Revolución Julia-na”, las reacciones y opiniones de ciertosanalistas y políticos juzgan como “perju-dicial” para Guayaquil y para la costa almovimiento juliano de 1925.82 Pero, apesar de que los datos aislados y varios delos hechos producidos, parecerían confir-marlo, es preciso relativizar tal versión.

La costa, particularmente el Guayas y

4EL CONFLICTO REGIONALISTA

r

Con cierta insistencia se ha sostenidoque la Revolución Juliana tuvo un marca-do tinte “regionalista” de la sierra frente ala costa.81 Además, en estos mismos días,a propósito del fracasado “golpe de esta-do” de “los coroneles”, que llegaron a ha-blar de una “Segunda Revolución Julia-na”, las reacciones y opiniones de ciertosanalistas y políticos juzgan como “perju-dicial” para Guayaquil y para la costa almovimiento juliano de 1925.82 Pero, apesar de que los datos aislados y varios delos hechos producidos, parecerían confir-marlo, es preciso relativizar tal versión.

La costa, particularmente el Guayas y

Page 52: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

52 52 52

la ciudad comercial-financiera de Guaya-quil se hallaban en crisis mucho antes delgolpe juliano. Se trató de una crisis de lasexportaciones de cacao, a partir del iniciode la primera guerra mundial y de unacrisis de la producción misma de esa frutaen la posguerra, causada por la generaliza-ción de las plagas. La ruina de pequeños ymedianos propietarios, el drama humanode los desempleados y la elevación del cos-to de la vida, rompieron con la “estabili-dad” social. Los “gran cacao” y la oligar-quía comercial y financiera encontraronmedios para transferir sus pérdidas a la so-ciedad y conseguir medidas favorables através de los gobiernos “títeres” de la plu-tocracia liberal. Gracias a la Ley de Incon-vertibilidad (1914), el abandono del pa-trón oro (1917), el endeudamiento al esta-do y las sobreemisiones inorgánicas de bi-lletes, la “bancocracia” preservó su podereconómico. La hegemonía política, sinsustento en la fortaleza económica del pa-sado “gran boom” exportador de cacao, re-sultó, finalmente, inmanejable.83

No era igual la situación de la sierra,pero tampoco mejor que la costa. En losAndes se mantenía la “estabilidad” tradi-cional del régimen de hacienda, la región

la ciudad comercial-financiera de Guaya-quil se hallaban en crisis mucho antes delgolpe juliano. Se trató de una crisis de lasexportaciones de cacao, a partir del iniciode la primera guerra mundial y de unacrisis de la producción misma de esa frutaen la posguerra, causada por la generaliza-ción de las plagas. La ruina de pequeños ymedianos propietarios, el drama humanode los desempleados y la elevación del cos-to de la vida, rompieron con la “estabili-dad” social. Los “gran cacao” y la oligar-quía comercial y financiera encontraronmedios para transferir sus pérdidas a la so-ciedad y conseguir medidas favorables através de los gobiernos “títeres” de la plu-tocracia liberal. Gracias a la Ley de Incon-vertibilidad (1914), el abandono del pa-trón oro (1917), el endeudamiento al esta-do y las sobreemisiones inorgánicas de bi-lletes, la “bancocracia” preservó su podereconómico. La hegemonía política, sinsustento en la fortaleza económica del pa-sado “gran boom” exportador de cacao, re-sultó, finalmente, inmanejable.83

No era igual la situación de la sierra,pero tampoco mejor que la costa. En losAndes se mantenía la “estabilidad” tradi-cional del régimen de hacienda, la región

la ciudad comercial-financiera de Guaya-quil se hallaban en crisis mucho antes delgolpe juliano. Se trató de una crisis de lasexportaciones de cacao, a partir del iniciode la primera guerra mundial y de unacrisis de la producción misma de esa frutaen la posguerra, causada por la generaliza-ción de las plagas. La ruina de pequeños ymedianos propietarios, el drama humanode los desempleados y la elevación del cos-to de la vida, rompieron con la “estabili-dad” social. Los “gran cacao” y la oligar-quía comercial y financiera encontraronmedios para transferir sus pérdidas a la so-ciedad y conseguir medidas favorables através de los gobiernos “títeres” de la plu-tocracia liberal. Gracias a la Ley de Incon-vertibilidad (1914), el abandono del pa-trón oro (1917), el endeudamiento al esta-do y las sobreemisiones inorgánicas de bi-lletes, la “bancocracia” preservó su podereconómico. La hegemonía política, sinsustento en la fortaleza económica del pa-sado “gran boom” exportador de cacao, re-sultó, finalmente, inmanejable.83

No era igual la situación de la sierra,pero tampoco mejor que la costa. En losAndes se mantenía la “estabilidad” tradi-cional del régimen de hacienda, la región

Page 53: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

53 53 53

no era exportadora y la industria textilapenas despegaba.84 Terratenientes y oli-garquías de la sierra podían sentirse rele-gadas de la hegemonía política liberal yplutocrática costeña, pero no estaban mar-ginadas del poder general. Hasta antes delmovimiento juliano, existían razones par-tidistas de enfrentamiento confundidaspor el hecho de la regionalización del país,pues los conservadores y la Iglesia, funda-mentalmente fuerzas andinas, fueron gol-peadas con el control liberal del Estado,que, además, se hallaba desprestigiado.

Cierto es que la Liga Militar nació enel Regimiento “Bolívar” de Quito; sinembargo, el movimiento militar estallóprimero en Guayaquil, y figuró como Pre-sidente de la Junta Militar el ComandanteIldefonso Mendoza Vera,85 quien era con-siderado el alma de la revolución y un ver-dadero “caudillo” local.86 Mendoza, segúnconfesión propia, siempre estuvo precavi-do y hasta desconfiado de la forma cómose conducía la confabulación desde Qui-to.87 Con sus compañeros, intentó el mis-mo día 10 integrar la Junta con el perso-nal costeño, para lo cual se convocó unaasamblea popular en el colegio VicenteRocafuerte, que resultó un estrepitoso fra-

no era exportadora y la industria textilapenas despegaba.84 Terratenientes y oli-garquías de la sierra podían sentirse rele-gadas de la hegemonía política liberal yplutocrática costeña, pero no estaban mar-ginadas del poder general. Hasta antes delmovimiento juliano, existían razones par-tidistas de enfrentamiento confundidaspor el hecho de la regionalización del país,pues los conservadores y la Iglesia, funda-mentalmente fuerzas andinas, fueron gol-peadas con el control liberal del Estado,que, además, se hallaba desprestigiado.

Cierto es que la Liga Militar nació enel Regimiento “Bolívar” de Quito; sinembargo, el movimiento militar estallóprimero en Guayaquil, y figuró como Pre-sidente de la Junta Militar el ComandanteIldefonso Mendoza Vera,85 quien era con-siderado el alma de la revolución y un ver-dadero “caudillo” local.86 Mendoza, segúnconfesión propia, siempre estuvo precavi-do y hasta desconfiado de la forma cómose conducía la confabulación desde Qui-to.87 Con sus compañeros, intentó el mis-mo día 10 integrar la Junta con el perso-nal costeño, para lo cual se convocó unaasamblea popular en el colegio VicenteRocafuerte, que resultó un estrepitoso fra-

no era exportadora y la industria textilapenas despegaba.84 Terratenientes y oli-garquías de la sierra podían sentirse rele-gadas de la hegemonía política liberal yplutocrática costeña, pero no estaban mar-ginadas del poder general. Hasta antes delmovimiento juliano, existían razones par-tidistas de enfrentamiento confundidaspor el hecho de la regionalización del país,pues los conservadores y la Iglesia, funda-mentalmente fuerzas andinas, fueron gol-peadas con el control liberal del Estado,que, además, se hallaba desprestigiado.

Cierto es que la Liga Militar nació enel Regimiento “Bolívar” de Quito; sinembargo, el movimiento militar estallóprimero en Guayaquil, y figuró como Pre-sidente de la Junta Militar el ComandanteIldefonso Mendoza Vera,85 quien era con-siderado el alma de la revolución y un ver-dadero “caudillo” local.86 Mendoza, segúnconfesión propia, siempre estuvo precavi-do y hasta desconfiado de la forma cómose conducía la confabulación desde Qui-to.87 Con sus compañeros, intentó el mis-mo día 10 integrar la Junta con el perso-nal costeño, para lo cual se convocó unaasamblea popular en el colegio VicenteRocafuerte, que resultó un estrepitoso fra-

Page 54: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

54 54 54

caso de ensayo democrático.88 El nombra-miento de los primeros miembros de laJunta de Gobierno Provisional, en cam-bio, estuvo concertado en Quito desdemucho antes. No sabemos la opinión delComandante Mendoza al momento deconstituirse la Junta de Gobierno Provi-sional únicamente con los representantesde Quito, pero años más tarde escribió ensus memorias que él no fue consultado yque “unos cuantos señores” habían sido“dizque designados” y “se decían” formarparte de la Junta de Gobierno. Cuando enGuayaquil estalló la reacción bancaria yregionalista contra la sierra y la Junta deGobierno, la oligarquía logró halagar yacercarse al Comandante Mendoza, el“hombre fuerte” de la plaza, quien toleróla organización de las “guardias cívicas”,integradas por “algunos miles de hombrescomandados por los altos empleados delos bancos o por sus amigos íntimos,” se-gún afirmó Luis Napoleón Dillon.89 Elgobierno estaba a un paso de ser descono-cido. Enviado a Guayaquil, el Ministro deGuerra logró parar la subversión en cami-no, las guardias fueron disueltas y Mendo-za separado de su cargo. Finalmente, en

caso de ensayo democrático.88 El nombra-miento de los primeros miembros de laJunta de Gobierno Provisional, en cam-bio, estuvo concertado en Quito desdemucho antes. No sabemos la opinión delComandante Mendoza al momento deconstituirse la Junta de Gobierno Provi-sional únicamente con los representantesde Quito, pero años más tarde escribió ensus memorias que él no fue consultado yque “unos cuantos señores” habían sido“dizque designados” y “se decían” formarparte de la Junta de Gobierno. Cuando enGuayaquil estalló la reacción bancaria yregionalista contra la sierra y la Junta deGobierno, la oligarquía logró halagar yacercarse al Comandante Mendoza, el“hombre fuerte” de la plaza, quien toleróla organización de las “guardias cívicas”,integradas por “algunos miles de hombrescomandados por los altos empleados delos bancos o por sus amigos íntimos,” se-gún afirmó Luis Napoleón Dillon.89 Elgobierno estaba a un paso de ser descono-cido. Enviado a Guayaquil, el Ministro deGuerra logró parar la subversión en cami-no, las guardias fueron disueltas y Mendo-za separado de su cargo. Finalmente, en

caso de ensayo democrático.88 El nombra-miento de los primeros miembros de laJunta de Gobierno Provisional, en cam-bio, estuvo concertado en Quito desdemucho antes. No sabemos la opinión delComandante Mendoza al momento deconstituirse la Junta de Gobierno Provi-sional únicamente con los representantesde Quito, pero años más tarde escribió ensus memorias que él no fue consultado yque “unos cuantos señores” habían sido“dizque designados” y “se decían” formarparte de la Junta de Gobierno. Cuando enGuayaquil estalló la reacción bancaria yregionalista contra la sierra y la Junta deGobierno, la oligarquía logró halagar yacercarse al Comandante Mendoza, el“hombre fuerte” de la plaza, quien toleróla organización de las “guardias cívicas”,integradas por “algunos miles de hombrescomandados por los altos empleados delos bancos o por sus amigos íntimos,” se-gún afirmó Luis Napoleón Dillon.89 Elgobierno estaba a un paso de ser descono-cido. Enviado a Guayaquil, el Ministro deGuerra logró parar la subversión en cami-no, las guardias fueron disueltas y Mendo-za separado de su cargo. Finalmente, en

Page 55: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

55 55 55

febrero de 1926, bajo la segunda Junta deGobierno Provisional y al haberse com-probado su responsabilidad en actos de re-belión del ya extinguido batallón “Mara-ñón”, el célebre Comandante IldefonsoMendoza fue separado del servicio activode las armas.90

Luis Napoleón Dillon, Ministro deHacienda y Presidente de la Junta de Go-bierno, pasó a ser el “hombre fuerte” delnuevo régimen. Coincidía con las aspira-ciones nacionales, reformistas y sociales delos militares. Y, en adelante, se impusie-ron sus conocimientos económicos, susconvicciones radicales y su febril actividadde trabajo, más que sus supuestas orienta-ciones “regionalistas”.91 Además de polí-tico y empresario serrano, era, pues, el“ideólogo” de la revolución.92 La oligar-quía costeña llegó a considerarle “enemigode Guayaquil” y explosionó ante la pro-puesta de creación de un Banco Central,presentado por Dillon a la Junta el 3 deseptiembre de 1925, llegándose a decirque los serranos querían llevarse “el oro dela costa” y que la creación de un BancoCentral en Quito era sencillamente “inad-misible”.93

febrero de 1926, bajo la segunda Junta deGobierno Provisional y al haberse com-probado su responsabilidad en actos de re-belión del ya extinguido batallón “Mara-ñón”, el célebre Comandante IldefonsoMendoza fue separado del servicio activode las armas.90

Luis Napoleón Dillon, Ministro deHacienda y Presidente de la Junta de Go-bierno, pasó a ser el “hombre fuerte” delnuevo régimen. Coincidía con las aspira-ciones nacionales, reformistas y sociales delos militares. Y, en adelante, se impusie-ron sus conocimientos económicos, susconvicciones radicales y su febril actividadde trabajo, más que sus supuestas orienta-ciones “regionalistas”.91 Además de polí-tico y empresario serrano, era, pues, el“ideólogo” de la revolución.92 La oligar-quía costeña llegó a considerarle “enemigode Guayaquil” y explosionó ante la pro-puesta de creación de un Banco Central,presentado por Dillon a la Junta el 3 deseptiembre de 1925, llegándose a decirque los serranos querían llevarse “el oro dela costa” y que la creación de un BancoCentral en Quito era sencillamente “inad-misible”.93

febrero de 1926, bajo la segunda Junta deGobierno Provisional y al haberse com-probado su responsabilidad en actos de re-belión del ya extinguido batallón “Mara-ñón”, el célebre Comandante IldefonsoMendoza fue separado del servicio activode las armas.90

Luis Napoleón Dillon, Ministro deHacienda y Presidente de la Junta de Go-bierno, pasó a ser el “hombre fuerte” delnuevo régimen. Coincidía con las aspira-ciones nacionales, reformistas y sociales delos militares. Y, en adelante, se impusie-ron sus conocimientos económicos, susconvicciones radicales y su febril actividadde trabajo, más que sus supuestas orienta-ciones “regionalistas”.91 Además de polí-tico y empresario serrano, era, pues, el“ideólogo” de la revolución.92 La oligar-quía costeña llegó a considerarle “enemigode Guayaquil” y explosionó ante la pro-puesta de creación de un Banco Central,presentado por Dillon a la Junta el 3 deseptiembre de 1925, llegándose a decirque los serranos querían llevarse “el oro dela costa” y que la creación de un BancoCentral en Quito era sencillamente “inad-misible”.93

Page 56: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

56 56 56

A pesar de todo, Dillon se había inte-resado porque el proyecto sea discutidotanto por los banqueros de Quito comopor los de Guayaquil; y él mismo, por en-cima del clima hostil desatado incluso portoda la prensa del puerto, se trasladó a esaciudad, se reunió con los banqueros, inte-gró una comisión y obtuvo la aprobaciónde la Junta de Banqueros, de manera queel proyecto así reformado, se transmitió aQuito, “con la petición personal del Mi-nistro de que se lo aprobara definitiva yglobalmente”.94 También él mismo se sor-prendió de que, hallándose todavía enGuayaquil, el 9 de octubre de 1925 laJunta de Gobierno expidiera, sin su firma,el decreto de creación del Banco Central,conteniendo incluso algunas reformas queDillon consideró “inconvenientes” y sobrelas cuales tampoco había sido consulta-do.95 La resistencia bancaria prosiguió y, apesar del decreto expedido, el Banco Cen-tral no se fundó. El boicot a la creacióndel Banco Central nuevamente revivió du-rante la segunda Junta de Gobierno Pro-visional y los banqueros lograron empan-tanar las conferencias económicas convo-cadas en febrero y marzo de 1926 por elnuevo gobierno.96 Persistió la oposición

A pesar de todo, Dillon se había inte-resado porque el proyecto sea discutidotanto por los banqueros de Quito comopor los de Guayaquil; y él mismo, por en-cima del clima hostil desatado incluso portoda la prensa del puerto, se trasladó a esaciudad, se reunió con los banqueros, inte-gró una comisión y obtuvo la aprobaciónde la Junta de Banqueros, de manera queel proyecto así reformado, se transmitió aQuito, “con la petición personal del Mi-nistro de que se lo aprobara definitiva yglobalmente”.94 También él mismo se sor-prendió de que, hallándose todavía enGuayaquil, el 9 de octubre de 1925 laJunta de Gobierno expidiera, sin su firma,el decreto de creación del Banco Central,conteniendo incluso algunas reformas queDillon consideró “inconvenientes” y sobrelas cuales tampoco había sido consulta-do.95 La resistencia bancaria prosiguió y, apesar del decreto expedido, el Banco Cen-tral no se fundó. El boicot a la creacióndel Banco Central nuevamente revivió du-rante la segunda Junta de Gobierno Pro-visional y los banqueros lograron empan-tanar las conferencias económicas convo-cadas en febrero y marzo de 1926 por elnuevo gobierno.96 Persistió la oposición

A pesar de todo, Dillon se había inte-resado porque el proyecto sea discutidotanto por los banqueros de Quito comopor los de Guayaquil; y él mismo, por en-cima del clima hostil desatado incluso portoda la prensa del puerto, se trasladó a esaciudad, se reunió con los banqueros, inte-gró una comisión y obtuvo la aprobaciónde la Junta de Banqueros, de manera queel proyecto así reformado, se transmitió aQuito, “con la petición personal del Mi-nistro de que se lo aprobara definitiva yglobalmente”.94 También él mismo se sor-prendió de que, hallándose todavía enGuayaquil, el 9 de octubre de 1925 laJunta de Gobierno expidiera, sin su firma,el decreto de creación del Banco Central,conteniendo incluso algunas reformas queDillon consideró “inconvenientes” y sobrelas cuales tampoco había sido consulta-do.95 La resistencia bancaria prosiguió y, apesar del decreto expedido, el Banco Cen-tral no se fundó. El boicot a la creacióndel Banco Central nuevamente revivió du-rante la segunda Junta de Gobierno Pro-visional y los banqueros lograron empan-tanar las conferencias económicas convo-cadas en febrero y marzo de 1926 por elnuevo gobierno.96 Persistió la oposición

Page 57: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

57 57 57

durante el gobierno de Ayora y el BancoCentral sólo pudo funcionar a consecuen-cia del trabajo de la Misión Kemmerer.97

Pero no hay que olvidar que uno delos más ilustres y respetados banqueros deGuayaquil, Víctor Emilio Estrada, no sóloque presentó su adhesión al golpe juliano,identificándose con simpatía por la “idea-lidad y obra” de la Institución Militar,98

sino que en 1925 llegó a proponer la crea-ción de una “Caja Central” de emisión.Estrada analizó la situación económicaprevaleciente en el Ecuador desde 1914hasta 1925; defendió a los bancos contrala opinión generalizada de la época, queles acusó de las sobreemisiones, el créditoy la recesión; pero, así mismo, fue muyclaro en plantear la necesaria centraliza-ción de la emisión, a través de una “CajaCentral de Emisión y Conversión”, contrala idea adversa que tenían los banqueros,llegando a sostener lo siguiente:

En dos formas cabe la intervención delEstado: activa, estableciendo la unidad mo-netaria o medida del valor que se coordinecon la situación económica; y pasiva, estable-ciendo leyes bancarias que inspiradas enprincipios científicos aplicables al Ecuador y

durante el gobierno de Ayora y el BancoCentral sólo pudo funcionar a consecuen-cia del trabajo de la Misión Kemmerer.97

Pero no hay que olvidar que uno delos más ilustres y respetados banqueros deGuayaquil, Víctor Emilio Estrada, no sóloque presentó su adhesión al golpe juliano,identificándose con simpatía por la “idea-lidad y obra” de la Institución Militar,98

sino que en 1925 llegó a proponer la crea-ción de una “Caja Central” de emisión.Estrada analizó la situación económicaprevaleciente en el Ecuador desde 1914hasta 1925; defendió a los bancos contrala opinión generalizada de la época, queles acusó de las sobreemisiones, el créditoy la recesión; pero, así mismo, fue muyclaro en plantear la necesaria centraliza-ción de la emisión, a través de una “CajaCentral de Emisión y Conversión”, contrala idea adversa que tenían los banqueros,llegando a sostener lo siguiente:

En dos formas cabe la intervención delEstado: activa, estableciendo la unidad mo-netaria o medida del valor que se coordinecon la situación económica; y pasiva, estable-ciendo leyes bancarias que inspiradas enprincipios científicos aplicables al Ecuador y

durante el gobierno de Ayora y el BancoCentral sólo pudo funcionar a consecuen-cia del trabajo de la Misión Kemmerer.97

Pero no hay que olvidar que uno delos más ilustres y respetados banqueros deGuayaquil, Víctor Emilio Estrada, no sóloque presentó su adhesión al golpe juliano,identificándose con simpatía por la “idea-lidad y obra” de la Institución Militar,98

sino que en 1925 llegó a proponer la crea-ción de una “Caja Central” de emisión.Estrada analizó la situación económicaprevaleciente en el Ecuador desde 1914hasta 1925; defendió a los bancos contrala opinión generalizada de la época, queles acusó de las sobreemisiones, el créditoy la recesión; pero, así mismo, fue muyclaro en plantear la necesaria centraliza-ción de la emisión, a través de una “CajaCentral de Emisión y Conversión”, contrala idea adversa que tenían los banqueros,llegando a sostener lo siguiente:

En dos formas cabe la intervención delEstado: activa, estableciendo la unidad mo-netaria o medida del valor que se coordinecon la situación económica; y pasiva, estable-ciendo leyes bancarias que inspiradas enprincipios científicos aplicables al Ecuador y

Page 58: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

58 58 58

a sus medios, regulen el flujo y reflujo de lacirculación a medida de las necesidades, lavuelvan segura y en general, la doten de lascaracterísticas esenciales de que hoy care-ce…99

En 1922, funcionarios norteamerica-nos, banqueros y gerentes del ferrocarrilinstaron al Ecuador para contratar un ase-sor norteamericano para modernizar susistema monetario y financiero. Al año si-guiente, el gobierno “plutocrático” de Jo-sé Luis Tamayo contrató los servicios deJohn Hord, con experiencias en Filipinas,Puerto Rico, México, Cuba y Haití, aun-que, en realidad, lo que se aspiraba es a unpréstamo norteamericano. El mismo go-bernante solicitó a su embajador queplanteara a Kemmerer una misión en elpaís. El banquero Estrada convenció a losprincipales comerciantes y banqueros dela costa sobre la necesidad de invitar aKemmerer.100 En carta del 23 de junio de1925, dirigida al Presidente Córdova po-cas semanas antes del golpe juliano, losmismos comerciantes y banqueros deGuayaquil solicitaron la contratación de lamisión Kemmerer, considerando “de im-periosa necesidad el restablecimiento de

a sus medios, regulen el flujo y reflujo de lacirculación a medida de las necesidades, lavuelvan segura y en general, la doten de lascaracterísticas esenciales de que hoy care-ce…99

En 1922, funcionarios norteamerica-nos, banqueros y gerentes del ferrocarrilinstaron al Ecuador para contratar un ase-sor norteamericano para modernizar susistema monetario y financiero. Al año si-guiente, el gobierno “plutocrático” de Jo-sé Luis Tamayo contrató los servicios deJohn Hord, con experiencias en Filipinas,Puerto Rico, México, Cuba y Haití, aun-que, en realidad, lo que se aspiraba es a unpréstamo norteamericano. El mismo go-bernante solicitó a su embajador queplanteara a Kemmerer una misión en elpaís. El banquero Estrada convenció a losprincipales comerciantes y banqueros dela costa sobre la necesidad de invitar aKemmerer.100 En carta del 23 de junio de1925, dirigida al Presidente Córdova po-cas semanas antes del golpe juliano, losmismos comerciantes y banqueros deGuayaquil solicitaron la contratación de lamisión Kemmerer, considerando “de im-periosa necesidad el restablecimiento de

a sus medios, regulen el flujo y reflujo de lacirculación a medida de las necesidades, lavuelvan segura y en general, la doten de lascaracterísticas esenciales de que hoy care-ce…99

En 1922, funcionarios norteamerica-nos, banqueros y gerentes del ferrocarrilinstaron al Ecuador para contratar un ase-sor norteamericano para modernizar susistema monetario y financiero. Al año si-guiente, el gobierno “plutocrático” de Jo-sé Luis Tamayo contrató los servicios deJohn Hord, con experiencias en Filipinas,Puerto Rico, México, Cuba y Haití, aun-que, en realidad, lo que se aspiraba es a unpréstamo norteamericano. El mismo go-bernante solicitó a su embajador queplanteara a Kemmerer una misión en elpaís. El banquero Estrada convenció a losprincipales comerciantes y banqueros dela costa sobre la necesidad de invitar aKemmerer.100 En carta del 23 de junio de1925, dirigida al Presidente Córdova po-cas semanas antes del golpe juliano, losmismos comerciantes y banqueros deGuayaquil solicitaron la contratación de lamisión Kemmerer, considerando “de im-periosa necesidad el restablecimiento de

Page 59: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

59 59 59

una situación monetaria sana y estable,única forma de que la riqueza pública yprivada crezca sobre bases sólidas”.101 Yhay que considerar, por último, que no só-lo los bancos de Guayaquil sino tambiénlos de Quito fueron objeto de las reformasintroducidas por la Junta de GobiernoProvisional, que todo el sector financieroreceló de la posible creación del BancoCentral, sobre todo por la forma en la quese dispuso el traspaso de las reservas deoro privadas y que, además, la beligeran-cia de la costa se ahondó por la prisión deFrancisco Urbina Jado, (gerente del BancoComercial y Agrícola y uno de los grandes“notables” del puerto), el desplazamientode la influencia política “plutocrática”, elespecial control establecido sobre el BancoComercial y Agrícola (que era el banco delos exportadores y “gran cacao”) y la in-tención de crear la sede del Banco Centralen Quito, pues se lo quería en Guayaquil.

La reacción anti-juliana era, evidente-mente, de los grupos más poderosos de laeconomía del puerto principal, porque laConfederación Obrera del Guayas, organi-zaciones de trabajadores, gremios y otrostantos sectores populares, así como pobla-ciones enteras del litoral, manifestaron su

una situación monetaria sana y estable,única forma de que la riqueza pública yprivada crezca sobre bases sólidas”.101 Yhay que considerar, por último, que no só-lo los bancos de Guayaquil sino tambiénlos de Quito fueron objeto de las reformasintroducidas por la Junta de GobiernoProvisional, que todo el sector financieroreceló de la posible creación del BancoCentral, sobre todo por la forma en la quese dispuso el traspaso de las reservas deoro privadas y que, además, la beligeran-cia de la costa se ahondó por la prisión deFrancisco Urbina Jado, (gerente del BancoComercial y Agrícola y uno de los grandes“notables” del puerto), el desplazamientode la influencia política “plutocrática”, elespecial control establecido sobre el BancoComercial y Agrícola (que era el banco delos exportadores y “gran cacao”) y la in-tención de crear la sede del Banco Centralen Quito, pues se lo quería en Guayaquil.

La reacción anti-juliana era, evidente-mente, de los grupos más poderosos de laeconomía del puerto principal, porque laConfederación Obrera del Guayas, organi-zaciones de trabajadores, gremios y otrostantos sectores populares, así como pobla-ciones enteras del litoral, manifestaron su

una situación monetaria sana y estable,única forma de que la riqueza pública yprivada crezca sobre bases sólidas”.101 Yhay que considerar, por último, que no só-lo los bancos de Guayaquil sino tambiénlos de Quito fueron objeto de las reformasintroducidas por la Junta de GobiernoProvisional, que todo el sector financieroreceló de la posible creación del BancoCentral, sobre todo por la forma en la quese dispuso el traspaso de las reservas deoro privadas y que, además, la beligeran-cia de la costa se ahondó por la prisión deFrancisco Urbina Jado, (gerente del BancoComercial y Agrícola y uno de los grandes“notables” del puerto), el desplazamientode la influencia política “plutocrática”, elespecial control establecido sobre el BancoComercial y Agrícola (que era el banco delos exportadores y “gran cacao”) y la in-tención de crear la sede del Banco Centralen Quito, pues se lo quería en Guayaquil.

La reacción anti-juliana era, evidente-mente, de los grupos más poderosos de laeconomía del puerto principal, porque laConfederación Obrera del Guayas, organi-zaciones de trabajadores, gremios y otrostantos sectores populares, así como pobla-ciones enteras del litoral, manifestaron su

Page 60: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

60 60 60

adhesión al golpe militar, e incluso, en losmomentos más álgidos, respaldaron a laJunta de Gobierno, mientras las famosas“guardias cívicas”, bajo la consigna de“Guayaquil Independiente” se alistaban adefender la ciudad y la propiedad y a re-primir un “levantamiento comunista”,con la misma justificación con la que el15 de noviembre de 1922 se había induci-do a la masacre de los trabajadores ecuato-rianos.102 Debió intervenir la Junta paraponer orden en ese caos. “Habíamos esta-do –escribió Dillon- al borde de la guerracivil provocada, como último recurso, porlos banqueros para evitar la fundación delBanco Central de la República. Esto da lamedida del patriotismo que calzan ciertasinstituciones cuando tratan de defendersus intereses mezquinos”.103

Bien comprendido el problema, la re-forma monetaria y financiera era una ne-cesidad del Ecuador, una corriente de mo-dernización latinoamericana y mundial yhasta un interés de los propios EstadosUnidos,104 que comenzaban a incursionar,en forma definitiva, sobre los países de laregión.105 No de otro modo se entiendenlas demandas bancarias y comerciales en elEcuador, la creación de bancos centrales

adhesión al golpe militar, e incluso, en losmomentos más álgidos, respaldaron a laJunta de Gobierno, mientras las famosas“guardias cívicas”, bajo la consigna de“Guayaquil Independiente” se alistaban adefender la ciudad y la propiedad y a re-primir un “levantamiento comunista”,con la misma justificación con la que el15 de noviembre de 1922 se había induci-do a la masacre de los trabajadores ecuato-rianos.102 Debió intervenir la Junta paraponer orden en ese caos. “Habíamos esta-do –escribió Dillon- al borde de la guerracivil provocada, como último recurso, porlos banqueros para evitar la fundación delBanco Central de la República. Esto da lamedida del patriotismo que calzan ciertasinstituciones cuando tratan de defendersus intereses mezquinos”.103

Bien comprendido el problema, la re-forma monetaria y financiera era una ne-cesidad del Ecuador, una corriente de mo-dernización latinoamericana y mundial yhasta un interés de los propios EstadosUnidos,104 que comenzaban a incursionar,en forma definitiva, sobre los países de laregión.105 No de otro modo se entiendenlas demandas bancarias y comerciales en elEcuador, la creación de bancos centrales

adhesión al golpe militar, e incluso, en losmomentos más álgidos, respaldaron a laJunta de Gobierno, mientras las famosas“guardias cívicas”, bajo la consigna de“Guayaquil Independiente” se alistaban adefender la ciudad y la propiedad y a re-primir un “levantamiento comunista”,con la misma justificación con la que el15 de noviembre de 1922 se había induci-do a la masacre de los trabajadores ecuato-rianos.102 Debió intervenir la Junta paraponer orden en ese caos. “Habíamos esta-do –escribió Dillon- al borde de la guerracivil provocada, como último recurso, porlos banqueros para evitar la fundación delBanco Central de la República. Esto da lamedida del patriotismo que calzan ciertasinstituciones cuando tratan de defendersus intereses mezquinos”.103

Bien comprendido el problema, la re-forma monetaria y financiera era una ne-cesidad del Ecuador, una corriente de mo-dernización latinoamericana y mundial yhasta un interés de los propios EstadosUnidos,104 que comenzaban a incursionar,en forma definitiva, sobre los países de laregión.105 No de otro modo se entiendenlas demandas bancarias y comerciales en elEcuador, la creación de bancos centrales

Page 61: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

61 61 61

en diversos países de América Latina y elpapel que jugó la misión Kemmerer y elmodelo de la Reserva Federal (Banco Cen-tral) norteamericana en los países a los queacudió.106 Sólo que tal modernización nose cumplió en el sentido al que aspirabanlos empresarios y financistas de Guaya-quil. En palabras del banquero VíctorEmilio Estrada:

Los Bancos de emisión establecidos en elEcuador han creído siempre atentatorio a suprogreso y a su conveniencia el derrumba-miento de la situación actual. Las diversasproposiciones para establecer un instituto cen-tral de emisión –llámese Banco Central oCaja de Conversión, y fuese pública o asocia-ción de los mismos Bancos- ha caído general-mente como una bomba en el espíritu directivode la banca nacional de emisión, sumida enideas que francamente ya no pertenecen a laépoca…107

Pero, además, la Junta de Gobiernointentó la industrialización del país a tra-vés de un radical proteccionismo,108 unade las políticas más importantes para elEcuador en aquellos momentos, orientadaa una modernización capitalista-nacio-

en diversos países de América Latina y elpapel que jugó la misión Kemmerer y elmodelo de la Reserva Federal (Banco Cen-tral) norteamericana en los países a los queacudió.106 Sólo que tal modernización nose cumplió en el sentido al que aspirabanlos empresarios y financistas de Guaya-quil. En palabras del banquero VíctorEmilio Estrada:

Los Bancos de emisión establecidos en elEcuador han creído siempre atentatorio a suprogreso y a su conveniencia el derrumba-miento de la situación actual. Las diversasproposiciones para establecer un instituto cen-tral de emisión –llámese Banco Central oCaja de Conversión, y fuese pública o asocia-ción de los mismos Bancos- ha caído general-mente como una bomba en el espíritu directivode la banca nacional de emisión, sumida enideas que francamente ya no pertenecen a laépoca…107

Pero, además, la Junta de Gobiernointentó la industrialización del país a tra-vés de un radical proteccionismo,108 unade las políticas más importantes para elEcuador en aquellos momentos, orientadaa una modernización capitalista-nacio-

en diversos países de América Latina y elpapel que jugó la misión Kemmerer y elmodelo de la Reserva Federal (Banco Cen-tral) norteamericana en los países a los queacudió.106 Sólo que tal modernización nose cumplió en el sentido al que aspirabanlos empresarios y financistas de Guaya-quil. En palabras del banquero VíctorEmilio Estrada:

Los Bancos de emisión establecidos en elEcuador han creído siempre atentatorio a suprogreso y a su conveniencia el derrumba-miento de la situación actual. Las diversasproposiciones para establecer un instituto cen-tral de emisión –llámese Banco Central oCaja de Conversión, y fuese pública o asocia-ción de los mismos Bancos- ha caído general-mente como una bomba en el espíritu directivode la banca nacional de emisión, sumida enideas que francamente ya no pertenecen a laépoca…107

Pero, además, la Junta de Gobiernointentó la industrialización del país a tra-vés de un radical proteccionismo,108 unade las políticas más importantes para elEcuador en aquellos momentos, orientadaa una modernización capitalista-nacio-

Page 62: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

62 62 62

nal, pero que, por desgracia, competía se-riamente con la mentalidad importadoraempresarial y que resultó inaceptable enambientes costeños, habituados, desde elnacimiento de la república, al libre nego-cio exportador e importador, al libre-cam-bio, al sistemático contrabando e incluso ala evasión tributaria, una práctica “nacio-nal”, también extendida en la sierra.

La reforma de las aduanas, los nuevosaranceles y derechos consulares afectabanmayoritariamente a la costa. Pero, la re-forma del impuesto predial y los nuevoscatastros provocaron reacciones de los ha-cendados en la costa y en la sierra. Sinembargo, la Junta de Gobierno llegó aconsiderar seriamente la crítica situaciónde las haciendas cacaoteras del litoral, porlo que revisó los catastros en su exclusivobeneficio.109 Finalmente, la centraliza-ción de rentas y la reforma del estanco dealcoholes, tabaco y licores afectó a lasjuntas autónomas y a específicos rematis-tas, contratistas y especuladores en ambasregiones del país.

nal, pero que, por desgracia, competía se-riamente con la mentalidad importadoraempresarial y que resultó inaceptable enambientes costeños, habituados, desde elnacimiento de la república, al libre nego-cio exportador e importador, al libre-cam-bio, al sistemático contrabando e incluso ala evasión tributaria, una práctica “nacio-nal”, también extendida en la sierra.

La reforma de las aduanas, los nuevosaranceles y derechos consulares afectabanmayoritariamente a la costa. Pero, la re-forma del impuesto predial y los nuevoscatastros provocaron reacciones de los ha-cendados en la costa y en la sierra. Sinembargo, la Junta de Gobierno llegó aconsiderar seriamente la crítica situaciónde las haciendas cacaoteras del litoral, porlo que revisó los catastros en su exclusivobeneficio.109 Finalmente, la centraliza-ción de rentas y la reforma del estanco dealcoholes, tabaco y licores afectó a lasjuntas autónomas y a específicos rematis-tas, contratistas y especuladores en ambasregiones del país.

nal, pero que, por desgracia, competía se-riamente con la mentalidad importadoraempresarial y que resultó inaceptable enambientes costeños, habituados, desde elnacimiento de la república, al libre nego-cio exportador e importador, al libre-cam-bio, al sistemático contrabando e incluso ala evasión tributaria, una práctica “nacio-nal”, también extendida en la sierra.

La reforma de las aduanas, los nuevosaranceles y derechos consulares afectabanmayoritariamente a la costa. Pero, la re-forma del impuesto predial y los nuevoscatastros provocaron reacciones de los ha-cendados en la costa y en la sierra. Sinembargo, la Junta de Gobierno llegó aconsiderar seriamente la crítica situaciónde las haciendas cacaoteras del litoral, porlo que revisó los catastros en su exclusivobeneficio.109 Finalmente, la centraliza-ción de rentas y la reforma del estanco dealcoholes, tabaco y licores afectó a lasjuntas autónomas y a específicos rematis-tas, contratistas y especuladores en ambasregiones del país.

Page 63: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

63 63 63

5EL DESENLACE DE LA JUNTA DE GOBIERNO

r

Los militares julianos, bien sea porcarecer de la experiencia política y admi-nistrativa en el Estado o bien porque noquisieron ejercer por sí mismos el po-der,110 constituyeron la Junta de GobiernoProvisional, orientados por el deseo de su-perar la conducción personalista del Esta-do y los compromisos partidistas tradicio-nales, limitándose a supervisar las laboresde gobierno y a sostener sus acciones. Enel espíritu del momento, el gobierno co-lectivo debía representar tanto a la costacomo a la sierra, las dos “repúblicas” re-gionales del país. La presidencia se ejerce-ría en forma rotativa, entre los miembros

5EL DESENLACE DE LA JUNTA DE GOBIERNO

r

Los militares julianos, bien sea porcarecer de la experiencia política y admi-nistrativa en el Estado o bien porque noquisieron ejercer por sí mismos el po-der,110 constituyeron la Junta de GobiernoProvisional, orientados por el deseo de su-perar la conducción personalista del Esta-do y los compromisos partidistas tradicio-nales, limitándose a supervisar las laboresde gobierno y a sostener sus acciones. Enel espíritu del momento, el gobierno co-lectivo debía representar tanto a la costacomo a la sierra, las dos “repúblicas” re-gionales del país. La presidencia se ejerce-ría en forma rotativa, entre los miembros

5EL DESENLACE DE LA JUNTA DE GOBIERNO

r

Los militares julianos, bien sea porcarecer de la experiencia política y admi-nistrativa en el Estado o bien porque noquisieron ejercer por sí mismos el po-der,110 constituyeron la Junta de GobiernoProvisional, orientados por el deseo de su-perar la conducción personalista del Esta-do y los compromisos partidistas tradicio-nales, limitándose a supervisar las laboresde gobierno y a sostener sus acciones. Enel espíritu del momento, el gobierno co-lectivo debía representar tanto a la costacomo a la sierra, las dos “repúblicas” re-gionales del país. La presidencia se ejerce-ría en forma rotativa, entre los miembros

Page 64: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

64 64 64

de la Junta. Esta fórmula colectiva de go-bierno expresó el intento por una nueva“racionalidad política”, que, sin embargo,ni resultó eficaz, ni evitó las contradiccio-nes, pues ellas se ahondaron entre los pro-pios miembros de la Junta Provisional,entre éstos y la Junta Militar y hasta entrelos mismos militares. Era sumamente di-fícil lograr consensos en un país acostum-brado a la beligerancia política, las intole-rancias personales y las luchas por prevale-cer con intereses clasistas, regionales oparticulares.

Luis N. Dillon se impuso en la pri-mera Junta plural por su eficaz trabajo.Pero tanto la “radicalidad” de la Junta,como la reacción del poder económico yregionalista condujeron a la búsqueda deuna salida política distinta y, por decretodel 10 de enero de 1926, la Junta Militaraceptó las renuncias irrevocables de losvocales de la primera Junta de GobiernoProvisional y en su lugar nombró una se-gunda Junta integrándola de la siguientemanera: Julio E. Moreno, como Ministrodel Interior y Policía, quien, además, que-dó encargado del despacho de Guerra,Marina y Aviación; Homero Viteri Lafron-te, en la Cartera de Instrucción Pública y

de la Junta. Esta fórmula colectiva de go-bierno expresó el intento por una nueva“racionalidad política”, que, sin embargo,ni resultó eficaz, ni evitó las contradiccio-nes, pues ellas se ahondaron entre los pro-pios miembros de la Junta Provisional,entre éstos y la Junta Militar y hasta entrelos mismos militares. Era sumamente di-fícil lograr consensos en un país acostum-brado a la beligerancia política, las intole-rancias personales y las luchas por prevale-cer con intereses clasistas, regionales oparticulares.

Luis N. Dillon se impuso en la pri-mera Junta plural por su eficaz trabajo.Pero tanto la “radicalidad” de la Junta,como la reacción del poder económico yregionalista condujeron a la búsqueda deuna salida política distinta y, por decretodel 10 de enero de 1926, la Junta Militaraceptó las renuncias irrevocables de losvocales de la primera Junta de GobiernoProvisional y en su lugar nombró una se-gunda Junta integrándola de la siguientemanera: Julio E. Moreno, como Ministrodel Interior y Policía, quien, además, que-dó encargado del despacho de Guerra,Marina y Aviación; Homero Viteri Lafron-te, en la Cartera de Instrucción Pública y

de la Junta. Esta fórmula colectiva de go-bierno expresó el intento por una nueva“racionalidad política”, que, sin embargo,ni resultó eficaz, ni evitó las contradiccio-nes, pues ellas se ahondaron entre los pro-pios miembros de la Junta Provisional,entre éstos y la Junta Militar y hasta entrelos mismos militares. Era sumamente di-fícil lograr consensos en un país acostum-brado a la beligerancia política, las intole-rancias personales y las luchas por prevale-cer con intereses clasistas, regionales oparticulares.

Luis N. Dillon se impuso en la pri-mera Junta plural por su eficaz trabajo.Pero tanto la “radicalidad” de la Junta,como la reacción del poder económico yregionalista condujeron a la búsqueda deuna salida política distinta y, por decretodel 10 de enero de 1926, la Junta Militaraceptó las renuncias irrevocables de losvocales de la primera Junta de GobiernoProvisional y en su lugar nombró una se-gunda Junta integrándola de la siguientemanera: Julio E. Moreno, como Ministrodel Interior y Policía, quien, además, que-dó encargado del despacho de Guerra,Marina y Aviación; Homero Viteri Lafron-te, en la Cartera de Instrucción Pública y

Page 65: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

65 65 65

también encargado del despacho de Rela-ciones Exteriores; Isidro Ayora, como Mi-nistro de Previsión Social y Trabajo; y elbanquero Humberto Albornoz, para laCartera de Hacienda.111 De acuerdo con laJunta Militar, la nueva Junta de GobiernoProvisional decretó, el 22 de enero, su de-finitiva integración, nombrando a Home-ro Viteri Lafronte como Ministro de Rela-ciones Exteriores y a los señores: AdolfoHidalgo Nevares, para la Cartera de Ins-trucción Pública; y José Antonio GómezGault, para el despacho de Guerra, Mari-na y Aviación,112 quienes asumieron susfunciones el 1º. de febrero.113

Pero la segunda Junta de GobiernoProvisional resultó una fórmula colectiva“moderada” y de simple transición. Refor-mó los derechos consulares114 que debíanregir desde enero de 1926; prohibió laemisión y circulación de nuevos chequesde emergencia115; prohibió al Banco Co-mercial y Agrícola de Guayaquil “todo re-parto de utilidades a sus accionistas y todopago de sobresueldos o gratificaciones asus empleados…”, además de ordenar quelas utilidades se destinen al fondo de re-serva, en tanto se mantenía pendiente laliquidación de su deuda con el gobier-

también encargado del despacho de Rela-ciones Exteriores; Isidro Ayora, como Mi-nistro de Previsión Social y Trabajo; y elbanquero Humberto Albornoz, para laCartera de Hacienda.111 De acuerdo con laJunta Militar, la nueva Junta de GobiernoProvisional decretó, el 22 de enero, su de-finitiva integración, nombrando a Home-ro Viteri Lafronte como Ministro de Rela-ciones Exteriores y a los señores: AdolfoHidalgo Nevares, para la Cartera de Ins-trucción Pública; y José Antonio GómezGault, para el despacho de Guerra, Mari-na y Aviación,112 quienes asumieron susfunciones el 1º. de febrero.113

Pero la segunda Junta de GobiernoProvisional resultó una fórmula colectiva“moderada” y de simple transición. Refor-mó los derechos consulares114 que debíanregir desde enero de 1926; prohibió laemisión y circulación de nuevos chequesde emergencia115; prohibió al Banco Co-mercial y Agrícola de Guayaquil “todo re-parto de utilidades a sus accionistas y todopago de sobresueldos o gratificaciones asus empleados…”, además de ordenar quelas utilidades se destinen al fondo de re-serva, en tanto se mantenía pendiente laliquidación de su deuda con el gobier-

también encargado del despacho de Rela-ciones Exteriores; Isidro Ayora, como Mi-nistro de Previsión Social y Trabajo; y elbanquero Humberto Albornoz, para laCartera de Hacienda.111 De acuerdo con laJunta Militar, la nueva Junta de GobiernoProvisional decretó, el 22 de enero, su de-finitiva integración, nombrando a Home-ro Viteri Lafronte como Ministro de Rela-ciones Exteriores y a los señores: AdolfoHidalgo Nevares, para la Cartera de Ins-trucción Pública; y José Antonio GómezGault, para el despacho de Guerra, Mari-na y Aviación,112 quienes asumieron susfunciones el 1º. de febrero.113

Pero la segunda Junta de GobiernoProvisional resultó una fórmula colectiva“moderada” y de simple transición. Refor-mó los derechos consulares114 que debíanregir desde enero de 1926; prohibió laemisión y circulación de nuevos chequesde emergencia115; prohibió al Banco Co-mercial y Agrícola de Guayaquil “todo re-parto de utilidades a sus accionistas y todopago de sobresueldos o gratificaciones asus empleados…”, además de ordenar quelas utilidades se destinen al fondo de re-serva, en tanto se mantenía pendiente laliquidación de su deuda con el gobier-

Page 66: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

66 66 66

no116; derogó varios artículos de las leyesde Enseñanza Superior y Secundaria117;dictó la importante “Ley de AsistenciaPública”, que reconoció como un derechode toda persona indigente o desvalida elde recibir asistencia gratuita del Estado envarios servicios de seguridad social118; re-formó ciertas disposiciones de la Ley deImpuestos Internos119; y dispuso el cobroen oro de los derechos de aduana120

El 1º. de abril de 1926 la Junta Mili-tar, considerando “Que la experiencia hademostrado lo inconveniente de la formade Gobierno plural, no solo porque sepresta a frecuentes crisis, con peligro de lapaz de la República, sino porque no con-sulta suficientemente el principio de uni-dad y responsabilidad gubernativas y, ade-más, entraba la libre o normal función decada Ministerio”, estableció el cargo de“Presidente Provisional de la República”,con “atribuciones supremas para el Go-bierno y mando de la Nación”, nombran-do para el efecto al Dr. Isidro Ayora,121

quien asumió el cargo ese mismo día.122

Durante las dos Juntas plurales y elrégimen de Ayora, que son los tres gobier-nos que constituyen el “ciclo juliano”, el

no116; derogó varios artículos de las leyesde Enseñanza Superior y Secundaria117;dictó la importante “Ley de AsistenciaPública”, que reconoció como un derechode toda persona indigente o desvalida elde recibir asistencia gratuita del Estado envarios servicios de seguridad social118; re-formó ciertas disposiciones de la Ley deImpuestos Internos119; y dispuso el cobroen oro de los derechos de aduana120

El 1º. de abril de 1926 la Junta Mili-tar, considerando “Que la experiencia hademostrado lo inconveniente de la formade Gobierno plural, no solo porque sepresta a frecuentes crisis, con peligro de lapaz de la República, sino porque no con-sulta suficientemente el principio de uni-dad y responsabilidad gubernativas y, ade-más, entraba la libre o normal función decada Ministerio”, estableció el cargo de“Presidente Provisional de la República”,con “atribuciones supremas para el Go-bierno y mando de la Nación”, nombran-do para el efecto al Dr. Isidro Ayora,121

quien asumió el cargo ese mismo día.122

Durante las dos Juntas plurales y elrégimen de Ayora, que son los tres gobier-nos que constituyen el “ciclo juliano”, el

no116; derogó varios artículos de las leyesde Enseñanza Superior y Secundaria117;dictó la importante “Ley de AsistenciaPública”, que reconoció como un derechode toda persona indigente o desvalida elde recibir asistencia gratuita del Estado envarios servicios de seguridad social118; re-formó ciertas disposiciones de la Ley deImpuestos Internos119; y dispuso el cobroen oro de los derechos de aduana120

El 1º. de abril de 1926 la Junta Mili-tar, considerando “Que la experiencia hademostrado lo inconveniente de la formade Gobierno plural, no solo porque sepresta a frecuentes crisis, con peligro de lapaz de la República, sino porque no con-sulta suficientemente el principio de uni-dad y responsabilidad gubernativas y, ade-más, entraba la libre o normal función decada Ministerio”, estableció el cargo de“Presidente Provisional de la República”,con “atribuciones supremas para el Go-bierno y mando de la Nación”, nombran-do para el efecto al Dr. Isidro Ayora,121

quien asumió el cargo ese mismo día.122

Durante las dos Juntas plurales y elrégimen de Ayora, que son los tres gobier-nos que constituyen el “ciclo juliano”, el

Page 67: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

67 67 67

Ejército actuó como soporte institucio-nal. Por eso fracasaron los conatos revolu-cionarios que se sucedieron: en Manabí,en setiembre de 1925; en febrero de 1926,cuando el Batallón de línea “Marañón”, enAmbato, se negó a obedecer al mando su-perior; y, bajo el gobierno de Ayora: unmovimiento local en Esmeraldas; la rebe-lión de marzo de 1927, del general julia-no Francisco Gómez de la Torre, apoyadopor el Batallón “Carchi” y un grupo deoficiales, con la idea de volver a la consti-tucionalidad, llegando incluso a la reten-ción temporal del Presidente y otras auto-ridades; el ya referido intento revoluciona-rio de Jacinto Jijón y Caamaño en esemismo año; el descubrimiento, en juniode 1928, de la conformación de la socie-dad secreta denominada “Unión PatrióticaMilitar”, constituida por algunos jefes yoficiales; en agosto del mismo año, otrointento de capitalistas y políticos por co-hechar la guarnición de Quito; y en sep-tiembre, una montonera en la provinciade Los Ríos. Con referencia a estos inten-tos, Isidro Ayora juzgó: “Como se ve, nohan faltado intentos por alterar la paz; pe-ro la lealtad del Ejército y la fuerza abru-madora de la opinión pública, han impe-

Ejército actuó como soporte institucio-nal. Por eso fracasaron los conatos revolu-cionarios que se sucedieron: en Manabí,en setiembre de 1925; en febrero de 1926,cuando el Batallón de línea “Marañón”, enAmbato, se negó a obedecer al mando su-perior; y, bajo el gobierno de Ayora: unmovimiento local en Esmeraldas; la rebe-lión de marzo de 1927, del general julia-no Francisco Gómez de la Torre, apoyadopor el Batallón “Carchi” y un grupo deoficiales, con la idea de volver a la consti-tucionalidad, llegando incluso a la reten-ción temporal del Presidente y otras auto-ridades; el ya referido intento revoluciona-rio de Jacinto Jijón y Caamaño en esemismo año; el descubrimiento, en juniode 1928, de la conformación de la socie-dad secreta denominada “Unión PatrióticaMilitar”, constituida por algunos jefes yoficiales; en agosto del mismo año, otrointento de capitalistas y políticos por co-hechar la guarnición de Quito; y en sep-tiembre, una montonera en la provinciade Los Ríos. Con referencia a estos inten-tos, Isidro Ayora juzgó: “Como se ve, nohan faltado intentos por alterar la paz; pe-ro la lealtad del Ejército y la fuerza abru-madora de la opinión pública, han impe-

Ejército actuó como soporte institucio-nal. Por eso fracasaron los conatos revolu-cionarios que se sucedieron: en Manabí,en setiembre de 1925; en febrero de 1926,cuando el Batallón de línea “Marañón”, enAmbato, se negó a obedecer al mando su-perior; y, bajo el gobierno de Ayora: unmovimiento local en Esmeraldas; la rebe-lión de marzo de 1927, del general julia-no Francisco Gómez de la Torre, apoyadopor el Batallón “Carchi” y un grupo deoficiales, con la idea de volver a la consti-tucionalidad, llegando incluso a la reten-ción temporal del Presidente y otras auto-ridades; el ya referido intento revoluciona-rio de Jacinto Jijón y Caamaño en esemismo año; el descubrimiento, en juniode 1928, de la conformación de la socie-dad secreta denominada “Unión PatrióticaMilitar”, constituida por algunos jefes yoficiales; en agosto del mismo año, otrointento de capitalistas y políticos por co-hechar la guarnición de Quito; y en sep-tiembre, una montonera en la provinciade Los Ríos. Con referencia a estos inten-tos, Isidro Ayora juzgó: “Como se ve, nohan faltado intentos por alterar la paz; pe-ro la lealtad del Ejército y la fuerza abru-madora de la opinión pública, han impe-

Page 68: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

68 68 68

dido que tengan éxito los propósitos delos viejos políticos, ansiosos de llegar denuevo al mando para renovar las antiguas,inmorales formas de administración”.123

Los julianos anunciaron su intenciónde retornar pronto al régimen constitucio-nal. Sin embargo, primero quisieron im-plantar las reformas aspiradas por el Ecua-dor en el marco de los ideales político-mi-litares. A fines de julio de 1926 la Juntade Gobierno Provisional creó una “Comi-sión Revisora de la Constitución y las leyesnacionales”, compuesta por cinco miem-bros,124 cuyos proyectos serían elevados alconocimiento de la Asamblea Constitu-yente, previa revisión de la Junta. Para fa-vorecer un clima menos tenso, se decretó,en noviembre, la amnistía política.125 Y endiciembre se convocó la reunión de laAsamblea Constituyente,126 que debía rea-lizarse el 10 de agosto de 1926. Sin em-bargo, la segunda Junta de Gobierno Pro-visional modificó tal fecha, adelantando lareunión de la Asamblea para el 24 de ma-yo.127 Pero tal Asamblea no se realizó, sinodos años más tarde. Y recién el 17 de abrilde 1929, Isidro Ayora tomó posesión de sucargo como Presidente Constitucional dela República, dando cuenta de la continui-

dido que tengan éxito los propósitos delos viejos políticos, ansiosos de llegar denuevo al mando para renovar las antiguas,inmorales formas de administración”.123

Los julianos anunciaron su intenciónde retornar pronto al régimen constitucio-nal. Sin embargo, primero quisieron im-plantar las reformas aspiradas por el Ecua-dor en el marco de los ideales político-mi-litares. A fines de julio de 1926 la Juntade Gobierno Provisional creó una “Comi-sión Revisora de la Constitución y las leyesnacionales”, compuesta por cinco miem-bros,124 cuyos proyectos serían elevados alconocimiento de la Asamblea Constitu-yente, previa revisión de la Junta. Para fa-vorecer un clima menos tenso, se decretó,en noviembre, la amnistía política.125 Y endiciembre se convocó la reunión de laAsamblea Constituyente,126 que debía rea-lizarse el 10 de agosto de 1926. Sin em-bargo, la segunda Junta de Gobierno Pro-visional modificó tal fecha, adelantando lareunión de la Asamblea para el 24 de ma-yo.127 Pero tal Asamblea no se realizó, sinodos años más tarde. Y recién el 17 de abrilde 1929, Isidro Ayora tomó posesión de sucargo como Presidente Constitucional dela República, dando cuenta de la continui-

dido que tengan éxito los propósitos delos viejos políticos, ansiosos de llegar denuevo al mando para renovar las antiguas,inmorales formas de administración”.123

Los julianos anunciaron su intenciónde retornar pronto al régimen constitucio-nal. Sin embargo, primero quisieron im-plantar las reformas aspiradas por el Ecua-dor en el marco de los ideales político-mi-litares. A fines de julio de 1926 la Juntade Gobierno Provisional creó una “Comi-sión Revisora de la Constitución y las leyesnacionales”, compuesta por cinco miem-bros,124 cuyos proyectos serían elevados alconocimiento de la Asamblea Constitu-yente, previa revisión de la Junta. Para fa-vorecer un clima menos tenso, se decretó,en noviembre, la amnistía política.125 Y endiciembre se convocó la reunión de laAsamblea Constituyente,126 que debía rea-lizarse el 10 de agosto de 1926. Sin em-bargo, la segunda Junta de Gobierno Pro-visional modificó tal fecha, adelantando lareunión de la Asamblea para el 24 de ma-yo.127 Pero tal Asamblea no se realizó, sinodos años más tarde. Y recién el 17 de abrilde 1929, Isidro Ayora tomó posesión de sucargo como Presidente Constitucional dela República, dando cuenta de la continui-

Page 69: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

69 69 69

dad de la obra juliana.128

6SIGNIFICACION

Y ALCANCES

r

Desde la perspectiva más inmediata,en apenas seis meses, el primer gobiernojuliano demostró que eran posibles trans-formaciones rápidas y eficaces. Se supo en-tonces a quién se debía controlar y contraquién se debía actuar: la bancocracia y lasoligarquías de costa y sierra, de aquellaépoca. Tuvo la ventaja de la unidad guber-nativa de acción, difícil de lograr bajo unesquema de funcionamiento de las institu-ciones de la democracia representativa.Consolidó las bases de las reformas mone-taria, financiera y fiscal, continuadas des-pués por el gobierno de Isidro Ayora y

dad de la obra juliana.128

6SIGNIFICACION

Y ALCANCES

r

Desde la perspectiva más inmediata,en apenas seis meses, el primer gobiernojuliano demostró que eran posibles trans-formaciones rápidas y eficaces. Se supo en-tonces a quién se debía controlar y contraquién se debía actuar: la bancocracia y lasoligarquías de costa y sierra, de aquellaépoca. Tuvo la ventaja de la unidad guber-nativa de acción, difícil de lograr bajo unesquema de funcionamiento de las institu-ciones de la democracia representativa.Consolidó las bases de las reformas mone-taria, financiera y fiscal, continuadas des-pués por el gobierno de Isidro Ayora y

dad de la obra juliana.128

6SIGNIFICACION

Y ALCANCES

r

Desde la perspectiva más inmediata,en apenas seis meses, el primer gobiernojuliano demostró que eran posibles trans-formaciones rápidas y eficaces. Se supo en-tonces a quién se debía controlar y contraquién se debía actuar: la bancocracia y lasoligarquías de costa y sierra, de aquellaépoca. Tuvo la ventaja de la unidad guber-nativa de acción, difícil de lograr bajo unesquema de funcionamiento de las institu-ciones de la democracia representativa.Consolidó las bases de las reformas mone-taria, financiera y fiscal, continuadas des-pués por el gobierno de Isidro Ayora y

Page 70: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

70 70 70

que incluso se adelantaron al trabajo eje-cutado por la Misión Kemmerer. A partirde 1926, el régimen ayorista pudo estabi-lizar el presupuesto nacional y fue supera-da la vieja carga de los constantes déficitsfiscales, pues Ayora se benefició con la he-rencia de la centralización de rentas, lasnuevas leyes tributarias y la recaudacióneficiente. Bajo una hacienda pública “sa-neada”, Ayora pudo, por ejemplo, promo-ver las obras públicas, en especial en lo re-ferente a caminos y algunas vías férreas.129

Los peligros de una reacción bancariay empresarial habían logrado, en general,revertirse, si bien Ayora debió afrontarnuevas intentonas golpistas. Pero la pri-mera Junta de Gobierno Provisional logróimponer el “interés nacional”, a través delEstado, sobre los “intereses privados.”

Sin embargo, la redención laboralprometida se quedó corta. A pesar de losataques de “bolchevismo”, prevalecieronen la Junta los principios de armonizaciónentre el capital y el trabajo, por sobre lasinfluencias “socialistas” de algunos julia-nos. De hecho, Modesto Larrea Jijón habíasido miembro de la “Sociedad Nacional deAgricultura” y Presidente de la Cámara deAgricultura de la I Zona; José Rafael Bus-

que incluso se adelantaron al trabajo eje-cutado por la Misión Kemmerer. A partirde 1926, el régimen ayorista pudo estabi-lizar el presupuesto nacional y fue supera-da la vieja carga de los constantes déficitsfiscales, pues Ayora se benefició con la he-rencia de la centralización de rentas, lasnuevas leyes tributarias y la recaudacióneficiente. Bajo una hacienda pública “sa-neada”, Ayora pudo, por ejemplo, promo-ver las obras públicas, en especial en lo re-ferente a caminos y algunas vías férreas.129

Los peligros de una reacción bancariay empresarial habían logrado, en general,revertirse, si bien Ayora debió afrontarnuevas intentonas golpistas. Pero la pri-mera Junta de Gobierno Provisional logróimponer el “interés nacional”, a través delEstado, sobre los “intereses privados.”

Sin embargo, la redención laboralprometida se quedó corta. A pesar de losataques de “bolchevismo”, prevalecieronen la Junta los principios de armonizaciónentre el capital y el trabajo, por sobre lasinfluencias “socialistas” de algunos julia-nos. De hecho, Modesto Larrea Jijón habíasido miembro de la “Sociedad Nacional deAgricultura” y Presidente de la Cámara deAgricultura de la I Zona; José Rafael Bus-

que incluso se adelantaron al trabajo eje-cutado por la Misión Kemmerer. A partirde 1926, el régimen ayorista pudo estabi-lizar el presupuesto nacional y fue supera-da la vieja carga de los constantes déficitsfiscales, pues Ayora se benefició con la he-rencia de la centralización de rentas, lasnuevas leyes tributarias y la recaudacióneficiente. Bajo una hacienda pública “sa-neada”, Ayora pudo, por ejemplo, promo-ver las obras públicas, en especial en lo re-ferente a caminos y algunas vías férreas.129

Los peligros de una reacción bancariay empresarial habían logrado, en general,revertirse, si bien Ayora debió afrontarnuevas intentonas golpistas. Pero la pri-mera Junta de Gobierno Provisional logróimponer el “interés nacional”, a través delEstado, sobre los “intereses privados.”

Sin embargo, la redención laboralprometida se quedó corta. A pesar de losataques de “bolchevismo”, prevalecieronen la Junta los principios de armonizaciónentre el capital y el trabajo, por sobre lasinfluencias “socialistas” de algunos julia-nos. De hecho, Modesto Larrea Jijón habíasido miembro de la “Sociedad Nacional deAgricultura” y Presidente de la Cámara deAgricultura de la I Zona; José Rafael Bus-

Page 71: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

71 71 71

tamante también perteneció a esa Socie-dad; los vocales costeños pertenecían a laburguesía guayaquileña y hasta Luis N.Dillon, el “terror de la oligarquía”, fuePresidente de la Cámara de Comercio deQuito y más tarde gestor de la fábrica tex-til “La Internacional”. El sistema tradicio-nal de la hacienda y el concertaje campesi-no permanecieron inalterados. La proclamade redimir al indio quedó nuevamente sóloen palabras. De manera que, con el trans-curso de los meses, el entusiasmo popularfue decayendo y el peso de la todavía pre-caria fuerza, organización y conciencia cla-sista de los trabajadores, no fue capaz deimponer soluciones más radicales.

Después de la Revolución Liberal de1895, las reformas julianas constituyeronel primer nuevo esfuerzo de moderniza-ción de la enseñanza, en todos sus niveles.Carecemos, sin embargo, de una historiaque precise la dimensión pedagógica, teó-rica y metodológica del rumbo que pre-tendió el sistema introducido por la pri-mera Junta de Gobierno Provisional.130

Sin embargo, a pesar de todos los al-cances y limitaciones, una perspectiva delargo plazo nos da otra dimensión de laRevolución Juliana. Se afirmó, al inicio de

tamante también perteneció a esa Socie-dad; los vocales costeños pertenecían a laburguesía guayaquileña y hasta Luis N.Dillon, el “terror de la oligarquía”, fuePresidente de la Cámara de Comercio deQuito y más tarde gestor de la fábrica tex-til “La Internacional”. El sistema tradicio-nal de la hacienda y el concertaje campesi-no permanecieron inalterados. La proclamade redimir al indio quedó nuevamente sóloen palabras. De manera que, con el trans-curso de los meses, el entusiasmo popularfue decayendo y el peso de la todavía pre-caria fuerza, organización y conciencia cla-sista de los trabajadores, no fue capaz deimponer soluciones más radicales.

Después de la Revolución Liberal de1895, las reformas julianas constituyeronel primer nuevo esfuerzo de moderniza-ción de la enseñanza, en todos sus niveles.Carecemos, sin embargo, de una historiaque precise la dimensión pedagógica, teó-rica y metodológica del rumbo que pre-tendió el sistema introducido por la pri-mera Junta de Gobierno Provisional.130

Sin embargo, a pesar de todos los al-cances y limitaciones, una perspectiva delargo plazo nos da otra dimensión de laRevolución Juliana. Se afirmó, al inicio de

tamante también perteneció a esa Socie-dad; los vocales costeños pertenecían a laburguesía guayaquileña y hasta Luis N.Dillon, el “terror de la oligarquía”, fuePresidente de la Cámara de Comercio deQuito y más tarde gestor de la fábrica tex-til “La Internacional”. El sistema tradicio-nal de la hacienda y el concertaje campesi-no permanecieron inalterados. La proclamade redimir al indio quedó nuevamente sóloen palabras. De manera que, con el trans-curso de los meses, el entusiasmo popularfue decayendo y el peso de la todavía pre-caria fuerza, organización y conciencia cla-sista de los trabajadores, no fue capaz deimponer soluciones más radicales.

Después de la Revolución Liberal de1895, las reformas julianas constituyeronel primer nuevo esfuerzo de moderniza-ción de la enseñanza, en todos sus niveles.Carecemos, sin embargo, de una historiaque precise la dimensión pedagógica, teó-rica y metodológica del rumbo que pre-tendió el sistema introducido por la pri-mera Junta de Gobierno Provisional.130

Sin embargo, a pesar de todos los al-cances y limitaciones, una perspectiva delargo plazo nos da otra dimensión de laRevolución Juliana. Se afirmó, al inicio de

Page 72: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

72 72 72

este trabajo, que este movimiento se pro-dujo por el agotamiento del Estado Li-beral. Tal Estado fue la culminación de lasconfrontaciones políticas del siglo XIX.Constituyó un momento de modernizacióndel Estado-Nación ecuatoriano, basado endos orientaciones típicamente liberales: 1.La reforma jurídico-política del Estado,para introducir la separación entre Iglesiay Estado, el laicismo, la secularización dela cultura, la legislación civil y la amplia-ción de los derechos y libertades indivi-duales; 2. La libertad económica, basadaen los principios de la libre empresa, con-siderada como el motor de la economíaagroexportadora, comercial y financiera.

En contraste con el “modelo” del Es-tado Liberal, la Revolución Juliana y elgobierno de la primera Junta Provisionalarticularon un nuevo “modelo” de Estado-Nación, basado en tres nuevas orientacio-nes: en primer lugar, la imposición del in-terés de “la nación”, representado precisa-mente por el Estado, sobre los “interesesprivados”, lo que significó una clara rup-tura de los principios liberales anteriores;en segundo lugar, la imposición de la au-toridad política, centralista e institucionaldel Estado, como aparato de expresión de

este trabajo, que este movimiento se pro-dujo por el agotamiento del Estado Li-beral. Tal Estado fue la culminación de lasconfrontaciones políticas del siglo XIX.Constituyó un momento de modernizacióndel Estado-Nación ecuatoriano, basado endos orientaciones típicamente liberales: 1.La reforma jurídico-política del Estado,para introducir la separación entre Iglesiay Estado, el laicismo, la secularización dela cultura, la legislación civil y la amplia-ción de los derechos y libertades indivi-duales; 2. La libertad económica, basadaen los principios de la libre empresa, con-siderada como el motor de la economíaagroexportadora, comercial y financiera.

En contraste con el “modelo” del Es-tado Liberal, la Revolución Juliana y elgobierno de la primera Junta Provisionalarticularon un nuevo “modelo” de Estado-Nación, basado en tres nuevas orientacio-nes: en primer lugar, la imposición del in-terés de “la nación”, representado precisa-mente por el Estado, sobre los “interesesprivados”, lo que significó una clara rup-tura de los principios liberales anteriores;en segundo lugar, la imposición de la au-toridad política, centralista e institucionaldel Estado, como aparato de expresión de

este trabajo, que este movimiento se pro-dujo por el agotamiento del Estado Li-beral. Tal Estado fue la culminación de lasconfrontaciones políticas del siglo XIX.Constituyó un momento de modernizacióndel Estado-Nación ecuatoriano, basado endos orientaciones típicamente liberales: 1.La reforma jurídico-política del Estado,para introducir la separación entre Iglesiay Estado, el laicismo, la secularización dela cultura, la legislación civil y la amplia-ción de los derechos y libertades indivi-duales; 2. La libertad económica, basadaen los principios de la libre empresa, con-siderada como el motor de la economíaagroexportadora, comercial y financiera.

En contraste con el “modelo” del Es-tado Liberal, la Revolución Juliana y elgobierno de la primera Junta Provisionalarticularon un nuevo “modelo” de Estado-Nación, basado en tres nuevas orientacio-nes: en primer lugar, la imposición del in-terés de “la nación”, representado precisa-mente por el Estado, sobre los “interesesprivados”, lo que significó una clara rup-tura de los principios liberales anteriores;en segundo lugar, la imposición de la au-toridad política, centralista e institucionaldel Estado, como aparato de expresión de

Page 73: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

73 73 73

“lo nacional”, sobre los fraccionamientosregionales, sociales, partidistas o de grupoy sobre el juego de fuerzas tradicionales; y,en tercer lugar, la institucionalización dela “cuestión social ecuatoriana” como polí-tica de Estado, que pasó a ser un rasgonuevo en la constitución de la naciónecuatoriana, puesto que superó la visiónliberal que atribuyó a los hacendados yempresarios de los diversos sectores, la po-sibilidad de promover el trabajo y al tra-bajador. Al comenzar la década de los añosveinte, tales “sectores privados” se demos-traron incapaces para encarar, exclusiva-mente por su propia iniciativa, la promo-ción de sus trabajadores, así como las me-didas gubernamentales aisladas de otrasépocas tampoco habían servido para afron-tar los problemas estructurales del traba-jo, el atraso y la pobreza general de la po-blación. Entonces se volvió necesaria lapolítica social del Estado, para iniciar lalegislación del trabajo, la seguridad social,la preocupación por las pensiones de jubi-lación, los sistemas impositivos y progre-sivos para la redistribución de la riqueza,la promoción salarial, etc.131

El abandono de los principios libera-les en la conducción económica implicó,

“lo nacional”, sobre los fraccionamientosregionales, sociales, partidistas o de grupoy sobre el juego de fuerzas tradicionales; y,en tercer lugar, la institucionalización dela “cuestión social ecuatoriana” como polí-tica de Estado, que pasó a ser un rasgonuevo en la constitución de la naciónecuatoriana, puesto que superó la visiónliberal que atribuyó a los hacendados yempresarios de los diversos sectores, la po-sibilidad de promover el trabajo y al tra-bajador. Al comenzar la década de los añosveinte, tales “sectores privados” se demos-traron incapaces para encarar, exclusiva-mente por su propia iniciativa, la promo-ción de sus trabajadores, así como las me-didas gubernamentales aisladas de otrasépocas tampoco habían servido para afron-tar los problemas estructurales del traba-jo, el atraso y la pobreza general de la po-blación. Entonces se volvió necesaria lapolítica social del Estado, para iniciar lalegislación del trabajo, la seguridad social,la preocupación por las pensiones de jubi-lación, los sistemas impositivos y progre-sivos para la redistribución de la riqueza,la promoción salarial, etc.131

El abandono de los principios libera-les en la conducción económica implicó,

“lo nacional”, sobre los fraccionamientosregionales, sociales, partidistas o de grupoy sobre el juego de fuerzas tradicionales; y,en tercer lugar, la institucionalización dela “cuestión social ecuatoriana” como polí-tica de Estado, que pasó a ser un rasgonuevo en la constitución de la naciónecuatoriana, puesto que superó la visiónliberal que atribuyó a los hacendados yempresarios de los diversos sectores, la po-sibilidad de promover el trabajo y al tra-bajador. Al comenzar la década de los añosveinte, tales “sectores privados” se demos-traron incapaces para encarar, exclusiva-mente por su propia iniciativa, la promo-ción de sus trabajadores, así como las me-didas gubernamentales aisladas de otrasépocas tampoco habían servido para afron-tar los problemas estructurales del traba-jo, el atraso y la pobreza general de la po-blación. Entonces se volvió necesaria lapolítica social del Estado, para iniciar lalegislación del trabajo, la seguridad social,la preocupación por las pensiones de jubi-lación, los sistemas impositivos y progre-sivos para la redistribución de la riqueza,la promoción salarial, etc.131

El abandono de los principios libera-les en la conducción económica implicó,

Page 74: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

74 74 74

por primera vez en la vida republicana, el“intervencionismo estatal” para la moder-nización y el desarrollo del Ecuador. Elmodelo estatal-nacional de la RevoluciónJuliana intentó cambiar, en consecuencia,las bases de un sistema y un régimen: elque ha sido denominado como “sistemaoligárquico-terrateniente”.132 La JuntaSuprema Militar lo expresó, en sus pala-bras, así:

Desde que la lucha a fondo contra eldesenfreno de los plutócratas y políticos sinconciencia constituía el primordial objetivode nuestro vasto programa de reivindicaciónde los ideales nacionales, comprendíamos queíbamos a tener en contra nuestra ese bloque,para gritar al rostro de la Patria, inciertaaún en su destino, la inutilidad del esfuer-zo, la vanidad de la victoria…Asistimos, en efecto, a una tenebrosa conjuracontra la marcha de nuestros afanes recons-tructivos. La plutocracia se estremece de ocul-to despecho a la sombra. Los Bancos ensayantodas las argucias, anhelantes de restituír suinsaciable régimen exaccionista. Pretendenseguir corrompiendo ideas y esclavizandoconciencias con el mismo papel que ha causa-do nuestras desventuras.

por primera vez en la vida republicana, el“intervencionismo estatal” para la moder-nización y el desarrollo del Ecuador. Elmodelo estatal-nacional de la RevoluciónJuliana intentó cambiar, en consecuencia,las bases de un sistema y un régimen: elque ha sido denominado como “sistemaoligárquico-terrateniente”.132 La JuntaSuprema Militar lo expresó, en sus pala-bras, así:

Desde que la lucha a fondo contra eldesenfreno de los plutócratas y políticos sinconciencia constituía el primordial objetivode nuestro vasto programa de reivindicaciónde los ideales nacionales, comprendíamos queíbamos a tener en contra nuestra ese bloque,para gritar al rostro de la Patria, inciertaaún en su destino, la inutilidad del esfuer-zo, la vanidad de la victoria…Asistimos, en efecto, a una tenebrosa conjuracontra la marcha de nuestros afanes recons-tructivos. La plutocracia se estremece de ocul-to despecho a la sombra. Los Bancos ensayantodas las argucias, anhelantes de restituír suinsaciable régimen exaccionista. Pretendenseguir corrompiendo ideas y esclavizandoconciencias con el mismo papel que ha causa-do nuestras desventuras.

por primera vez en la vida republicana, el“intervencionismo estatal” para la moder-nización y el desarrollo del Ecuador. Elmodelo estatal-nacional de la RevoluciónJuliana intentó cambiar, en consecuencia,las bases de un sistema y un régimen: elque ha sido denominado como “sistemaoligárquico-terrateniente”.132 La JuntaSuprema Militar lo expresó, en sus pala-bras, así:

Desde que la lucha a fondo contra eldesenfreno de los plutócratas y políticos sinconciencia constituía el primordial objetivode nuestro vasto programa de reivindicaciónde los ideales nacionales, comprendíamos queíbamos a tener en contra nuestra ese bloque,para gritar al rostro de la Patria, inciertaaún en su destino, la inutilidad del esfuer-zo, la vanidad de la victoria…Asistimos, en efecto, a una tenebrosa conjuracontra la marcha de nuestros afanes recons-tructivos. La plutocracia se estremece de ocul-to despecho a la sombra. Los Bancos ensayantodas las argucias, anhelantes de restituír suinsaciable régimen exaccionista. Pretendenseguir corrompiendo ideas y esclavizandoconciencias con el mismo papel que ha causa-do nuestras desventuras.

Page 75: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

75 75 75

Hay que abatir definitivamente al formida-ble enemigo de la Nación. Hay que compri-mir cada vez en torno a nuestras banderas ala gran masa de la ciudadanía, para queésta sea el inconmovible bloque de conscientey viril energía contra el cual se estrellen lasorganizaciones del agio y el privilegio. Es lahora de la prueba suprema, de la liberaciónpolítica, económica y social de las clases po-pulares, ¡oh ciudadanos!.133

Pero el gobierno juliano no avanzómás allá de lo que hizo y quedaron pen-dientes múltiples tareas. De manera queese modelo instaló al Ecuador en el “sigloXX histórico”134 y, si se observa con agu-deza, marcó profundamente, desde 1925,el inicio de una dialéctica histórica de lar-ga duración en el Ecuador, que práctica-mente se ha extendido hasta nuestros días.En esa dialéctica el papel del Estado, so-bre todo en los órdenes económico y so-cial, ha sido decisivo, mientras el “interésprivado” se presentó constantemente co-mo una fuerza contrapuesta a ese “inter-vencionismo”.

El “modelo” de Estado-Nación, quetuvo como punto de partida la RevoluciónJuliana, fue enriquecido y complementado

Hay que abatir definitivamente al formida-ble enemigo de la Nación. Hay que compri-mir cada vez en torno a nuestras banderas ala gran masa de la ciudadanía, para queésta sea el inconmovible bloque de conscientey viril energía contra el cual se estrellen lasorganizaciones del agio y el privilegio. Es lahora de la prueba suprema, de la liberaciónpolítica, económica y social de las clases po-pulares, ¡oh ciudadanos!.133

Pero el gobierno juliano no avanzómás allá de lo que hizo y quedaron pen-dientes múltiples tareas. De manera queese modelo instaló al Ecuador en el “sigloXX histórico”134 y, si se observa con agu-deza, marcó profundamente, desde 1925,el inicio de una dialéctica histórica de lar-ga duración en el Ecuador, que práctica-mente se ha extendido hasta nuestros días.En esa dialéctica el papel del Estado, so-bre todo en los órdenes económico y so-cial, ha sido decisivo, mientras el “interésprivado” se presentó constantemente co-mo una fuerza contrapuesta a ese “inter-vencionismo”.

El “modelo” de Estado-Nación, quetuvo como punto de partida la RevoluciónJuliana, fue enriquecido y complementado

Hay que abatir definitivamente al formida-ble enemigo de la Nación. Hay que compri-mir cada vez en torno a nuestras banderas ala gran masa de la ciudadanía, para queésta sea el inconmovible bloque de conscientey viril energía contra el cual se estrellen lasorganizaciones del agio y el privilegio. Es lahora de la prueba suprema, de la liberaciónpolítica, económica y social de las clases po-pulares, ¡oh ciudadanos!.133

Pero el gobierno juliano no avanzómás allá de lo que hizo y quedaron pen-dientes múltiples tareas. De manera queese modelo instaló al Ecuador en el “sigloXX histórico”134 y, si se observa con agu-deza, marcó profundamente, desde 1925,el inicio de una dialéctica histórica de lar-ga duración en el Ecuador, que práctica-mente se ha extendido hasta nuestros días.En esa dialéctica el papel del Estado, so-bre todo en los órdenes económico y so-cial, ha sido decisivo, mientras el “interésprivado” se presentó constantemente co-mo una fuerza contrapuesta a ese “inter-vencionismo”.

El “modelo” de Estado-Nación, quetuvo como punto de partida la RevoluciónJuliana, fue enriquecido y complementado

Page 76: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

76 76 76

especialmente por los “intervencionistas”gobiernos militares posteriores, que con-solidaron, especialmente en las décadas delos años 60 y 70, un “modelo nacional-es-tatal-desarrollista”, gracias al cual fue po-sible realizar la reforma agraria, impulsarla industrialización sustitutiva de impor-taciones, introducir la planificación esta-tal, abrir puertas controladas y selectivasal capital extranjero, administrar la políti-ca petrolera, etc.

Al iniciarse la década de los años 80,el “modelo” de Estado-Nación basado enel intervencionismo económico estatal y lapromoción estatal de la “cuestión social”agotó su viabilidad histórica. Comenzóa ser desarticulado por un nuevo “modelo”de Estado que en el orden económico sedesentiende de los valores e intereses na-cionales y privilegia tanto los intereses delcapital financiero transnacional, como losdel empresariado local, en el esquema de-terminado por el fenómeno de la globali-zación. Como en un ciclo histórico que re-vive, nuevamente toma impulso el “inte-rés privado” como interés de “la nación”, através, precisamente, de los principios del“neoliberalismo” y de las “privatizacio-nes”, lo que significa no sólo que el Esta-

especialmente por los “intervencionistas”gobiernos militares posteriores, que con-solidaron, especialmente en las décadas delos años 60 y 70, un “modelo nacional-es-tatal-desarrollista”, gracias al cual fue po-sible realizar la reforma agraria, impulsarla industrialización sustitutiva de impor-taciones, introducir la planificación esta-tal, abrir puertas controladas y selectivasal capital extranjero, administrar la políti-ca petrolera, etc.

Al iniciarse la década de los años 80,el “modelo” de Estado-Nación basado enel intervencionismo económico estatal y lapromoción estatal de la “cuestión social”agotó su viabilidad histórica. Comenzóa ser desarticulado por un nuevo “modelo”de Estado que en el orden económico sedesentiende de los valores e intereses na-cionales y privilegia tanto los intereses delcapital financiero transnacional, como losdel empresariado local, en el esquema de-terminado por el fenómeno de la globali-zación. Como en un ciclo histórico que re-vive, nuevamente toma impulso el “inte-rés privado” como interés de “la nación”, através, precisamente, de los principios del“neoliberalismo” y de las “privatizacio-nes”, lo que significa no sólo que el Esta-

especialmente por los “intervencionistas”gobiernos militares posteriores, que con-solidaron, especialmente en las décadas delos años 60 y 70, un “modelo nacional-es-tatal-desarrollista”, gracias al cual fue po-sible realizar la reforma agraria, impulsarla industrialización sustitutiva de impor-taciones, introducir la planificación esta-tal, abrir puertas controladas y selectivasal capital extranjero, administrar la políti-ca petrolera, etc.

Al iniciarse la década de los años 80,el “modelo” de Estado-Nación basado enel intervencionismo económico estatal y lapromoción estatal de la “cuestión social”agotó su viabilidad histórica. Comenzóa ser desarticulado por un nuevo “modelo”de Estado que en el orden económico sedesentiende de los valores e intereses na-cionales y privilegia tanto los intereses delcapital financiero transnacional, como losdel empresariado local, en el esquema de-terminado por el fenómeno de la globali-zación. Como en un ciclo histórico que re-vive, nuevamente toma impulso el “inte-rés privado” como interés de “la nación”, através, precisamente, de los principios del“neoliberalismo” y de las “privatizacio-nes”, lo que significa no sólo que el Esta-

Page 77: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

77 77 77

do se retira de su antiguo “intervencionis-mo”, sino, lo que es más grave, que la ins-titucionalización de la “cuestión social”,buscada en oleadas a partir de 1925, tam-bién se desliga del Estado e intenta ubi-carse en la esfera de la directa relación en-tre el capital y el trabajo. Toma impulsola “flexibilización” laboral, la seguridadsocial trata de ser privatizada, se proyec-tan fórmulas para la administración priva-da de los fondos de pensiones y de jubila-ciones, se revisa el impuesto a la renta(que, además, queda suspendido tempo-ralmente) o se busca sustituirlo con im-puestos generales como el de la circula-ción de capitales, se abandonan las tesis deredistribución de la riqueza, etc.

Pero, en el Ecuador, la experienciahistórica del manejo privado de la “cues-tión social” es clara: el país se ubica entreuno de los que cuenta con las mayoríasmás pobres en el mundo y con un abismofrente a la concentración de la riqueza enuna minoría de familias. Tampoco se lo-gró nunca un “estado de bienestar” congarantías laborales y sociales como los quealcanzaron varios países europeos en la se-gunda postguerra mundial. Y no es raro,entonces, que el “ideal” del magnate a lo

do se retira de su antiguo “intervencionis-mo”, sino, lo que es más grave, que la ins-titucionalización de la “cuestión social”,buscada en oleadas a partir de 1925, tam-bién se desliga del Estado e intenta ubi-carse en la esfera de la directa relación en-tre el capital y el trabajo. Toma impulsola “flexibilización” laboral, la seguridadsocial trata de ser privatizada, se proyec-tan fórmulas para la administración priva-da de los fondos de pensiones y de jubila-ciones, se revisa el impuesto a la renta(que, además, queda suspendido tempo-ralmente) o se busca sustituirlo con im-puestos generales como el de la circula-ción de capitales, se abandonan las tesis deredistribución de la riqueza, etc.

Pero, en el Ecuador, la experienciahistórica del manejo privado de la “cues-tión social” es clara: el país se ubica entreuno de los que cuenta con las mayoríasmás pobres en el mundo y con un abismofrente a la concentración de la riqueza enuna minoría de familias. Tampoco se lo-gró nunca un “estado de bienestar” congarantías laborales y sociales como los quealcanzaron varios países europeos en la se-gunda postguerra mundial. Y no es raro,entonces, que el “ideal” del magnate a lo

do se retira de su antiguo “intervencionis-mo”, sino, lo que es más grave, que la ins-titucionalización de la “cuestión social”,buscada en oleadas a partir de 1925, tam-bién se desliga del Estado e intenta ubi-carse en la esfera de la directa relación en-tre el capital y el trabajo. Toma impulsola “flexibilización” laboral, la seguridadsocial trata de ser privatizada, se proyec-tan fórmulas para la administración priva-da de los fondos de pensiones y de jubila-ciones, se revisa el impuesto a la renta(que, además, queda suspendido tempo-ralmente) o se busca sustituirlo con im-puestos generales como el de la circula-ción de capitales, se abandonan las tesis deredistribución de la riqueza, etc.

Pero, en el Ecuador, la experienciahistórica del manejo privado de la “cues-tión social” es clara: el país se ubica entreuno de los que cuenta con las mayoríasmás pobres en el mundo y con un abismofrente a la concentración de la riqueza enuna minoría de familias. Tampoco se lo-gró nunca un “estado de bienestar” congarantías laborales y sociales como los quealcanzaron varios países europeos en la se-gunda postguerra mundial. Y no es raro,entonces, que el “ideal” del magnate a lo

Page 78: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

78 78 78

“gran cacao”, tan típico de la época oligár-quica que antecedió a la Revolución Julia-na, basado en la rentabilidad fácil y en lasuperexplotación de la fuerza de trabajo,reviva también con el nuevo modelo dedesarrollo económico.

El esquema de “dolarización” final-mente adoptado por el gobierno del ex-presidente Jamil Mahuad y anunciado co-mo política del nuevo Presidente GustavoNoboa a partir del 22 de enero del 2000,consolida definitivamente el “modelo em-presarial” y cierra la era del intervencio-nismo estatal que caracterizó al siglo XXecuatoriano. Una expresión de ello es que,a los 73 años de fundado, el Banco Centralconcluye con las funciones que la Revolu-ción Juliana introdujo como parte del es-fuerzo por organizar y controlar la esferamonetaria y financiera con carácter nacio-nal. El “fin del Estado” es el signo de losnuevos tiempos por venir, en un país quetendrá que aprender a demandar, a lasfuerzas victoriosas del “modelo empresa-rial” la atención de los problemas socialesheredados y todavía sin solución.

“gran cacao”, tan típico de la época oligár-quica que antecedió a la Revolución Julia-na, basado en la rentabilidad fácil y en lasuperexplotación de la fuerza de trabajo,reviva también con el nuevo modelo dedesarrollo económico.

El esquema de “dolarización” final-mente adoptado por el gobierno del ex-presidente Jamil Mahuad y anunciado co-mo política del nuevo Presidente GustavoNoboa a partir del 22 de enero del 2000,consolida definitivamente el “modelo em-presarial” y cierra la era del intervencio-nismo estatal que caracterizó al siglo XXecuatoriano. Una expresión de ello es que,a los 73 años de fundado, el Banco Centralconcluye con las funciones que la Revolu-ción Juliana introdujo como parte del es-fuerzo por organizar y controlar la esferamonetaria y financiera con carácter nacio-nal. El “fin del Estado” es el signo de losnuevos tiempos por venir, en un país quetendrá que aprender a demandar, a lasfuerzas victoriosas del “modelo empresa-rial” la atención de los problemas socialesheredados y todavía sin solución.

“gran cacao”, tan típico de la época oligár-quica que antecedió a la Revolución Julia-na, basado en la rentabilidad fácil y en lasuperexplotación de la fuerza de trabajo,reviva también con el nuevo modelo dedesarrollo económico.

El esquema de “dolarización” final-mente adoptado por el gobierno del ex-presidente Jamil Mahuad y anunciado co-mo política del nuevo Presidente GustavoNoboa a partir del 22 de enero del 2000,consolida definitivamente el “modelo em-presarial” y cierra la era del intervencio-nismo estatal que caracterizó al siglo XXecuatoriano. Una expresión de ello es que,a los 73 años de fundado, el Banco Centralconcluye con las funciones que la Revolu-ción Juliana introdujo como parte del es-fuerzo por organizar y controlar la esferamonetaria y financiera con carácter nacio-nal. El “fin del Estado” es el signo de losnuevos tiempos por venir, en un país quetendrá que aprender a demandar, a lasfuerzas victoriosas del “modelo empresa-rial” la atención de los problemas socialesheredados y todavía sin solución.

Page 79: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

79 79 79

NOTAS

r

1 Un libro por demás oportuno, fue lanzado pocas se-manas antes y allí pueden leerse varias monografíassobre el tema. Véase, Varios, Bancos y Banqueros,Quito, Editorial El Conejo, 1999.

2 Sobre la época del cacao, las obras fundamentales, quesiguen citándose como “clásicas”, son: Arosemena A.,Guillermo, El fruto de los dioses. El cacao en elEcuador desde la colonia hasta el ocaso de su indus-tria, 1600-1983, Guayaquil, Editorial Graba, 1991,2 vol.; Crawford de Roberts, Lois, El Ecuador en laépoca cacaotera, Quito, Editorial Universitaria de laUniversidad Central, 1980; Chiriboga, Manuel, Jor-naleros y granpropietarios en 135 años de exporta-ción cacaotera (1790-1925), Quito, Consejo Provin-cial de Pichincha, 1980; Guerrero, Andrés, Los oli-garcas del cacao, Quito, Editorial El Conejo, 1980.

3 Refiriéndose al golpe juliano, Isidro Ayora expresó:“Eran tan fuertes los lazos con que banqueros y políti-cos tenían atada a la Nación para explotarla en prove-cho propio, que ningún poder constitucional habríapodido romperlos”, Mensaje del Presidente Provisio-nal de la República a la Asamblea Nacional, 1928,Quito, Imprenta Nacional.

4 Conocida como la “revolución de Esmeraldas” e ini-ciada en 1913, fue encabezada por el comandante li-

NOTAS

r

1 Un libro por demás oportuno, fue lanzado pocas se-manas antes y allí pueden leerse varias monografíassobre el tema. Véase, Varios, Bancos y Banqueros,Quito, Editorial El Conejo, 1999.

2 Sobre la época del cacao, las obras fundamentales, quesiguen citándose como “clásicas”, son: Arosemena A.,Guillermo, El fruto de los dioses. El cacao en elEcuador desde la colonia hasta el ocaso de su indus-tria, 1600-1983, Guayaquil, Editorial Graba, 1991,2 vol.; Crawford de Roberts, Lois, El Ecuador en laépoca cacaotera, Quito, Editorial Universitaria de laUniversidad Central, 1980; Chiriboga, Manuel, Jor-naleros y granpropietarios en 135 años de exporta-ción cacaotera (1790-1925), Quito, Consejo Provin-cial de Pichincha, 1980; Guerrero, Andrés, Los oli-garcas del cacao, Quito, Editorial El Conejo, 1980.

3 Refiriéndose al golpe juliano, Isidro Ayora expresó:“Eran tan fuertes los lazos con que banqueros y políti-cos tenían atada a la Nación para explotarla en prove-cho propio, que ningún poder constitucional habríapodido romperlos”, Mensaje del Presidente Provisio-nal de la República a la Asamblea Nacional, 1928,Quito, Imprenta Nacional.

4 Conocida como la “revolución de Esmeraldas” e ini-ciada en 1913, fue encabezada por el comandante li-

NOTAS

r

1 Un libro por demás oportuno, fue lanzado pocas se-manas antes y allí pueden leerse varias monografíassobre el tema. Véase, Varios, Bancos y Banqueros,Quito, Editorial El Conejo, 1999.

2 Sobre la época del cacao, las obras fundamentales, quesiguen citándose como “clásicas”, son: Arosemena A.,Guillermo, El fruto de los dioses. El cacao en elEcuador desde la colonia hasta el ocaso de su indus-tria, 1600-1983, Guayaquil, Editorial Graba, 1991,2 vol.; Crawford de Roberts, Lois, El Ecuador en laépoca cacaotera, Quito, Editorial Universitaria de laUniversidad Central, 1980; Chiriboga, Manuel, Jor-naleros y granpropietarios en 135 años de exporta-ción cacaotera (1790-1925), Quito, Consejo Provin-cial de Pichincha, 1980; Guerrero, Andrés, Los oli-garcas del cacao, Quito, Editorial El Conejo, 1980.

3 Refiriéndose al golpe juliano, Isidro Ayora expresó:“Eran tan fuertes los lazos con que banqueros y políti-cos tenían atada a la Nación para explotarla en prove-cho propio, que ningún poder constitucional habríapodido romperlos”, Mensaje del Presidente Provisio-nal de la República a la Asamblea Nacional, 1928,Quito, Imprenta Nacional.

4 Conocida como la “revolución de Esmeraldas” e ini-ciada en 1913, fue encabezada por el comandante li-

Page 80: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

80 80 80

beral-radical Carlos Concha contra el segundo gobier-no del caudillo Leonidas Plaza Gutiérrez y mantuvoen jaque al gobierno de los liberales-moderados du-rante 3 años.

5 Desde el “Cuartel General Restaurador”, el 6 de se-tiembre de 1924 Jacinto Jijón y Caamaño lanzó suproclama “A la Nación”, llamando a los conservadoresa tomar las armas, para devolver al pueblo los dere-chos y libertades conculcados por los gobernantes delmomento. Hoja volante. Imp. Del Clero, 1924. (Bi-blioteca Archivo “Aurelio Espinosa Pólit”).

6 Sobre el movimiento obrero anterior al “Julianismo” ylas matanzas de trabajadores en Guayaquil, el 15 denoviembre de 1922 y en la hacienda Leyto, en 1923,confer.: Patricio Ycaza, Historia del movimientoobrero ecuatoriano, Quito, Casa de la Cultura Ecua-toriana, T. I, 1983, ps. 35-112.

7 Según L. F. Borja: “Los altos puestos militares se ob-tenían, no por méritos y servicios, sino por las combi-naciones de la política, por las imposiciones de sectaspresididas por extranjeros; y las plazas supuestas losfraudes, las negociaciones indecentes servían para quese improvisasen fortunas”, en: “La Revolución del 9 dejulio de 1925”, El Comercio, Quito, 9 de julio de1926. Según Oscar E. Reyes: “Desde 1922, con la Mi-sión Militar Italiana, la preparación de oficiales se in-tensifica; pues es cuando aparecen los cursos de espe-cialización y la Academia de Guerra./ También secuenta un mayor número de oficiales educados en es-cuelas militares del extranjero./ Pero, continúa la viejacostumbre: sobre el oficial preparado se entroniza elmilitar político./ Hay jefes que no saben otra cosa quechismes de politiquería./ Los jóvenes que han estudia-do e iniciado, científica y honorablemente la carrera,encuentran casi imposibles los ascensos; pues las altasjerarquías militares son palanqueables o conquistablesmás bien por la aventura política o por la preeminen-cia social y de fortuna”, Los últimos siete años, Qui-to, Banco Central del Ecuador, 1997, p. 22. Datos so-

beral-radical Carlos Concha contra el segundo gobier-no del caudillo Leonidas Plaza Gutiérrez y mantuvoen jaque al gobierno de los liberales-moderados du-rante 3 años.

5 Desde el “Cuartel General Restaurador”, el 6 de se-tiembre de 1924 Jacinto Jijón y Caamaño lanzó suproclama “A la Nación”, llamando a los conservadoresa tomar las armas, para devolver al pueblo los dere-chos y libertades conculcados por los gobernantes delmomento. Hoja volante. Imp. Del Clero, 1924. (Bi-blioteca Archivo “Aurelio Espinosa Pólit”).

6 Sobre el movimiento obrero anterior al “Julianismo” ylas matanzas de trabajadores en Guayaquil, el 15 denoviembre de 1922 y en la hacienda Leyto, en 1923,confer.: Patricio Ycaza, Historia del movimientoobrero ecuatoriano, Quito, Casa de la Cultura Ecua-toriana, T. I, 1983, ps. 35-112.

7 Según L. F. Borja: “Los altos puestos militares se ob-tenían, no por méritos y servicios, sino por las combi-naciones de la política, por las imposiciones de sectaspresididas por extranjeros; y las plazas supuestas losfraudes, las negociaciones indecentes servían para quese improvisasen fortunas”, en: “La Revolución del 9 dejulio de 1925”, El Comercio, Quito, 9 de julio de1926. Según Oscar E. Reyes: “Desde 1922, con la Mi-sión Militar Italiana, la preparación de oficiales se in-tensifica; pues es cuando aparecen los cursos de espe-cialización y la Academia de Guerra./ También secuenta un mayor número de oficiales educados en es-cuelas militares del extranjero./ Pero, continúa la viejacostumbre: sobre el oficial preparado se entroniza elmilitar político./ Hay jefes que no saben otra cosa quechismes de politiquería./ Los jóvenes que han estudia-do e iniciado, científica y honorablemente la carrera,encuentran casi imposibles los ascensos; pues las altasjerarquías militares son palanqueables o conquistablesmás bien por la aventura política o por la preeminen-cia social y de fortuna”, Los últimos siete años, Qui-to, Banco Central del Ecuador, 1997, p. 22. Datos so-

beral-radical Carlos Concha contra el segundo gobier-no del caudillo Leonidas Plaza Gutiérrez y mantuvoen jaque al gobierno de los liberales-moderados du-rante 3 años.

5 Desde el “Cuartel General Restaurador”, el 6 de se-tiembre de 1924 Jacinto Jijón y Caamaño lanzó suproclama “A la Nación”, llamando a los conservadoresa tomar las armas, para devolver al pueblo los dere-chos y libertades conculcados por los gobernantes delmomento. Hoja volante. Imp. Del Clero, 1924. (Bi-blioteca Archivo “Aurelio Espinosa Pólit”).

6 Sobre el movimiento obrero anterior al “Julianismo” ylas matanzas de trabajadores en Guayaquil, el 15 denoviembre de 1922 y en la hacienda Leyto, en 1923,confer.: Patricio Ycaza, Historia del movimientoobrero ecuatoriano, Quito, Casa de la Cultura Ecua-toriana, T. I, 1983, ps. 35-112.

7 Según L. F. Borja: “Los altos puestos militares se ob-tenían, no por méritos y servicios, sino por las combi-naciones de la política, por las imposiciones de sectaspresididas por extranjeros; y las plazas supuestas losfraudes, las negociaciones indecentes servían para quese improvisasen fortunas”, en: “La Revolución del 9 dejulio de 1925”, El Comercio, Quito, 9 de julio de1926. Según Oscar E. Reyes: “Desde 1922, con la Mi-sión Militar Italiana, la preparación de oficiales se in-tensifica; pues es cuando aparecen los cursos de espe-cialización y la Academia de Guerra./ También secuenta un mayor número de oficiales educados en es-cuelas militares del extranjero./ Pero, continúa la viejacostumbre: sobre el oficial preparado se entroniza elmilitar político./ Hay jefes que no saben otra cosa quechismes de politiquería./ Los jóvenes que han estudia-do e iniciado, científica y honorablemente la carrera,encuentran casi imposibles los ascensos; pues las altasjerarquías militares son palanqueables o conquistablesmás bien por la aventura política o por la preeminen-cia social y de fortuna”, Los últimos siete años, Qui-to, Banco Central del Ecuador, 1997, p. 22. Datos so-

Page 81: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

81 81 81

bre el movimiento juliano, que prescindió de losgrandes militares, y sobre la inestabilidad política delos siguientes lustros, en: José Alfredo Llerena, Frus-tración política en veintidós años, Quito, Casa de laCultura Ecuatoriana, 1959, ps. 9 y sig.

8 El 25 de octubre de 1924, en el comedor del Regi-miento “Bolívar”, en Quito, conversaron los TenientesVirgilio Guerrero, Cristóbal Espinosa G., José M. Era-zo, Luis A. Rodríguez S., Agustín Patiño; Alféreces:Carlos Abarca y Cristóbal Toledo; además, el TenienteCarlos Granja y el Alférez Manuel Martín Icaza, alum-nos de la Escuela de Ingenieros. Más tarde, se reunie-ron en la habitación de Abarca: José Antonio Guerre-ro, Virgilio Guerrero, Agustín Patiño, Manuel MartínIcaza y Luis A. Rodríguez. Redactaron una Acta, sus-crita por los presentes a lápiz. Al siguiente día hubootra reunión de los mismos en casa del Teniente Pati-ño. Sentaron el Acta e hicieron el Juramento. El 17 dejunio de 1925 el Regimiento Bolívar recibió orden detraslado a Guayaquil, en los precisos momentos “enque nos preparábamos a dar el golpe”, que debió serpostergado. Entre tanto, el Mayor Ildefonso Mendozahabía desarrollado un activo trabajo a favor de la causamilitar en Guayaquil. Cit. por Luis Robalino Dávila, ,El 9 de Julio de 1925, Quito, Editorial “La Unión”,1973, ps. 10-11. La relación completa del Tnte. L. A.Rodríguez. S. se encuentra en: El Ejército Nacional,año IV, No. 26, Quito, 1925, pgs. 581-584.

9 El Mayor Juan Ignacio Pareja, quien ocuparía tempo-ralmente la Presidencia de la Junta de Quito en 1925,refiriéndose a la Liga Militar escribió que ella “se for-mó para sostener la Constitución de la República y nopermitir que los gobiernos se salieran del marco desus atribuciones. La idea de la Liga nació en un grupode jóvenes oficiales de los cursos de Ingeniería y deEducación Física. Al principio se redujo a la propa-ganda entre Tenientes y Subtenientes, después huboalgunos Capitanes y más tarde cuatro Sargentos Ma-yores: Ricardo Astudillo, Carlos A. Guerrero, Ildefon-

bre el movimiento juliano, que prescindió de losgrandes militares, y sobre la inestabilidad política delos siguientes lustros, en: José Alfredo Llerena, Frus-tración política en veintidós años, Quito, Casa de laCultura Ecuatoriana, 1959, ps. 9 y sig.

8 El 25 de octubre de 1924, en el comedor del Regi-miento “Bolívar”, en Quito, conversaron los TenientesVirgilio Guerrero, Cristóbal Espinosa G., José M. Era-zo, Luis A. Rodríguez S., Agustín Patiño; Alféreces:Carlos Abarca y Cristóbal Toledo; además, el TenienteCarlos Granja y el Alférez Manuel Martín Icaza, alum-nos de la Escuela de Ingenieros. Más tarde, se reunie-ron en la habitación de Abarca: José Antonio Guerre-ro, Virgilio Guerrero, Agustín Patiño, Manuel MartínIcaza y Luis A. Rodríguez. Redactaron una Acta, sus-crita por los presentes a lápiz. Al siguiente día hubootra reunión de los mismos en casa del Teniente Pati-ño. Sentaron el Acta e hicieron el Juramento. El 17 dejunio de 1925 el Regimiento Bolívar recibió orden detraslado a Guayaquil, en los precisos momentos “enque nos preparábamos a dar el golpe”, que debió serpostergado. Entre tanto, el Mayor Ildefonso Mendozahabía desarrollado un activo trabajo a favor de la causamilitar en Guayaquil. Cit. por Luis Robalino Dávila, ,El 9 de Julio de 1925, Quito, Editorial “La Unión”,1973, ps. 10-11. La relación completa del Tnte. L. A.Rodríguez. S. se encuentra en: El Ejército Nacional,año IV, No. 26, Quito, 1925, pgs. 581-584.

9 El Mayor Juan Ignacio Pareja, quien ocuparía tempo-ralmente la Presidencia de la Junta de Quito en 1925,refiriéndose a la Liga Militar escribió que ella “se for-mó para sostener la Constitución de la República y nopermitir que los gobiernos se salieran del marco desus atribuciones. La idea de la Liga nació en un grupode jóvenes oficiales de los cursos de Ingeniería y deEducación Física. Al principio se redujo a la propa-ganda entre Tenientes y Subtenientes, después huboalgunos Capitanes y más tarde cuatro Sargentos Ma-yores: Ricardo Astudillo, Carlos A. Guerrero, Ildefon-

bre el movimiento juliano, que prescindió de losgrandes militares, y sobre la inestabilidad política delos siguientes lustros, en: José Alfredo Llerena, Frus-tración política en veintidós años, Quito, Casa de laCultura Ecuatoriana, 1959, ps. 9 y sig.

8 El 25 de octubre de 1924, en el comedor del Regi-miento “Bolívar”, en Quito, conversaron los TenientesVirgilio Guerrero, Cristóbal Espinosa G., José M. Era-zo, Luis A. Rodríguez S., Agustín Patiño; Alféreces:Carlos Abarca y Cristóbal Toledo; además, el TenienteCarlos Granja y el Alférez Manuel Martín Icaza, alum-nos de la Escuela de Ingenieros. Más tarde, se reunie-ron en la habitación de Abarca: José Antonio Guerre-ro, Virgilio Guerrero, Agustín Patiño, Manuel MartínIcaza y Luis A. Rodríguez. Redactaron una Acta, sus-crita por los presentes a lápiz. Al siguiente día hubootra reunión de los mismos en casa del Teniente Pati-ño. Sentaron el Acta e hicieron el Juramento. El 17 dejunio de 1925 el Regimiento Bolívar recibió orden detraslado a Guayaquil, en los precisos momentos “enque nos preparábamos a dar el golpe”, que debió serpostergado. Entre tanto, el Mayor Ildefonso Mendozahabía desarrollado un activo trabajo a favor de la causamilitar en Guayaquil. Cit. por Luis Robalino Dávila, ,El 9 de Julio de 1925, Quito, Editorial “La Unión”,1973, ps. 10-11. La relación completa del Tnte. L. A.Rodríguez. S. se encuentra en: El Ejército Nacional,año IV, No. 26, Quito, 1925, pgs. 581-584.

9 El Mayor Juan Ignacio Pareja, quien ocuparía tempo-ralmente la Presidencia de la Junta de Quito en 1925,refiriéndose a la Liga Militar escribió que ella “se for-mó para sostener la Constitución de la República y nopermitir que los gobiernos se salieran del marco desus atribuciones. La idea de la Liga nació en un grupode jóvenes oficiales de los cursos de Ingeniería y deEducación Física. Al principio se redujo a la propa-ganda entre Tenientes y Subtenientes, después huboalgunos Capitanes y más tarde cuatro Sargentos Ma-yores: Ricardo Astudillo, Carlos A. Guerrero, Ildefon-

Page 82: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

82 82 82

so Mosquera y yo.” Cit. por J. Gonzalo Orellana, Re-sumen histórico del Ecuador 1830-1930-1947, Qui-to, Edit. “Fr. Jodoco Ricke”, 1948, t.I, p. 98. Por suparte, el Teniente-Coronel César Plaza Monzón, quetambién ocupó la Presidencia de la Junta Militar deQuito en 1925, escribió: “La oficialidad joven del Re-gimiento de Artillería Bolívar de la guarnición deQuito, organizó y constituyó una Liga Militar de Ofi-ciales Jóvenes, los mismos que con la mayor reserva secomunicaban con otros oficiales que, encontrándoseen las demás guarniciones: Guayaquil, Cuenca, Rio-bamba, etc., estaban dispuestos a darlo todo por la Pa-tria, aún su vida”, añadiendo: “en menos de 60 díastuvimos organizada la Liga con su respectiva directivaen cada uno de los repartos militares, seleccionando alos más distinguidos y preparados oficiales egresadosde la Escuela Militar”, en: “La Revolución del 9 de Juliode 1925”, El Año Ecuatoriano, 1964, p. 228. Deacuerdo con el Tncrnel. Plaza, condición para entrar ala Liga fue “que el oficial tuviera una vida militarlimpia, moral y profesionalmente”, tras lo cual la in-corporación se hacía en forma solemne “ante la Bande-ra Nacional, con el juramento del sable, ofreciendoofrendar la vida, si necesario fuere para salvar a la Pa-tria”. Ibid., p. 228.

10 Ibid., ps. 231-232.11 “El Ejército a la Nación”, El Telégrafo, Guayaquil, sá-

bado 11 de Julio de 1925.12 Compuesta por cada uno de los representantes de las

unidades del Ejército: Mayor Juan Ignacio Pareja,quien la presidió; Teniente Coronel Luis Telmo Paz yMiño; Mayor Carlos A. Guerrero; Capitanes: EmilioValdivieso, César Plaza, Enrique Rivadeneira y JulioEnrique Pareja; Tenientes: Francisco Gallegos T. ,Virgilio Molina y Federico Struve (Secretario ad-hoc);Subtenientes: Angel Bonilla G. y Luis A. Sierra. Con-fer. José Gabriel Navarro, Documentos relacionadoscon la Transformación Político-Militar del 9 de Ju-lio de 1925, Quito, Imprenta Nacional, ps. 66-67.

so Mosquera y yo.” Cit. por J. Gonzalo Orellana, Re-sumen histórico del Ecuador 1830-1930-1947, Qui-to, Edit. “Fr. Jodoco Ricke”, 1948, t.I, p. 98. Por suparte, el Teniente-Coronel César Plaza Monzón, quetambién ocupó la Presidencia de la Junta Militar deQuito en 1925, escribió: “La oficialidad joven del Re-gimiento de Artillería Bolívar de la guarnición deQuito, organizó y constituyó una Liga Militar de Ofi-ciales Jóvenes, los mismos que con la mayor reserva secomunicaban con otros oficiales que, encontrándoseen las demás guarniciones: Guayaquil, Cuenca, Rio-bamba, etc., estaban dispuestos a darlo todo por la Pa-tria, aún su vida”, añadiendo: “en menos de 60 díastuvimos organizada la Liga con su respectiva directivaen cada uno de los repartos militares, seleccionando alos más distinguidos y preparados oficiales egresadosde la Escuela Militar”, en: “La Revolución del 9 de Juliode 1925”, El Año Ecuatoriano, 1964, p. 228. Deacuerdo con el Tncrnel. Plaza, condición para entrar ala Liga fue “que el oficial tuviera una vida militarlimpia, moral y profesionalmente”, tras lo cual la in-corporación se hacía en forma solemne “ante la Bande-ra Nacional, con el juramento del sable, ofreciendoofrendar la vida, si necesario fuere para salvar a la Pa-tria”. Ibid., p. 228.

10 Ibid., ps. 231-232.11 “El Ejército a la Nación”, El Telégrafo, Guayaquil, sá-

bado 11 de Julio de 1925.12 Compuesta por cada uno de los representantes de las

unidades del Ejército: Mayor Juan Ignacio Pareja,quien la presidió; Teniente Coronel Luis Telmo Paz yMiño; Mayor Carlos A. Guerrero; Capitanes: EmilioValdivieso, César Plaza, Enrique Rivadeneira y JulioEnrique Pareja; Tenientes: Francisco Gallegos T. ,Virgilio Molina y Federico Struve (Secretario ad-hoc);Subtenientes: Angel Bonilla G. y Luis A. Sierra. Con-fer. José Gabriel Navarro, Documentos relacionadoscon la Transformación Político-Militar del 9 de Ju-lio de 1925, Quito, Imprenta Nacional, ps. 66-67.

so Mosquera y yo.” Cit. por J. Gonzalo Orellana, Re-sumen histórico del Ecuador 1830-1930-1947, Qui-to, Edit. “Fr. Jodoco Ricke”, 1948, t.I, p. 98. Por suparte, el Teniente-Coronel César Plaza Monzón, quetambién ocupó la Presidencia de la Junta Militar deQuito en 1925, escribió: “La oficialidad joven del Re-gimiento de Artillería Bolívar de la guarnición deQuito, organizó y constituyó una Liga Militar de Ofi-ciales Jóvenes, los mismos que con la mayor reserva secomunicaban con otros oficiales que, encontrándoseen las demás guarniciones: Guayaquil, Cuenca, Rio-bamba, etc., estaban dispuestos a darlo todo por la Pa-tria, aún su vida”, añadiendo: “en menos de 60 díastuvimos organizada la Liga con su respectiva directivaen cada uno de los repartos militares, seleccionando alos más distinguidos y preparados oficiales egresadosde la Escuela Militar”, en: “La Revolución del 9 de Juliode 1925”, El Año Ecuatoriano, 1964, p. 228. Deacuerdo con el Tncrnel. Plaza, condición para entrar ala Liga fue “que el oficial tuviera una vida militarlimpia, moral y profesionalmente”, tras lo cual la in-corporación se hacía en forma solemne “ante la Bande-ra Nacional, con el juramento del sable, ofreciendoofrendar la vida, si necesario fuere para salvar a la Pa-tria”. Ibid., p. 228.

10 Ibid., ps. 231-232.11 “El Ejército a la Nación”, El Telégrafo, Guayaquil, sá-

bado 11 de Julio de 1925.12 Compuesta por cada uno de los representantes de las

unidades del Ejército: Mayor Juan Ignacio Pareja,quien la presidió; Teniente Coronel Luis Telmo Paz yMiño; Mayor Carlos A. Guerrero; Capitanes: EmilioValdivieso, César Plaza, Enrique Rivadeneira y JulioEnrique Pareja; Tenientes: Francisco Gallegos T. ,Virgilio Molina y Federico Struve (Secretario ad-hoc);Subtenientes: Angel Bonilla G. y Luis A. Sierra. Con-fer. José Gabriel Navarro, Documentos relacionadoscon la Transformación Político-Militar del 9 de Ju-lio de 1925, Quito, Imprenta Nacional, ps. 66-67.

Page 83: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

83 83 83

13 Dicha Junta se conformó así: Presidente: TenienteCoronel Luis T. Paz y Miño; Vocales: Sargentos Ma-yores Carlos A. Guerrero y Juan I. Pareja; CapitánEmilio Valdivieso y Subteniente Angel Bonilla; Se-cretario: Teniente Federico Struve. Ibid., p. 67

14 Ibid., ps. 65-66.15 Ibid., p. 68.16 Se buscó, para dicho General, una salida “honrosa”.

En efecto, según la “Exposición de la Junta de Go-bierno Provisional”, el General Oliva renunció parafacilitar la integración de dicha Junta con los vocalesde la costa y para no ocasionar tropiezos a la transfor-mación efectuada. En su “Renuncia”, dicho Generalexpone como razón su deseo de dar paso a la designa-ción igualitaria de los representantes de Guayaquil.Confer. José Gabriel Navarro, Documentos… Ob.Cit., ps. 74-78. La Junta “alejó” al general Oliva, en-viándole a Francia e Italia, con el objeto de perfeccio-nar su carrera militar y como Jefe de los Oficialesecuatorianos en Italia, conservándole sus cargos. De-creto del 22 de julio de 1925; R.O. 13 del 25/07/25.

17 Decreto del 6 de noviembre de 1925; R.O. 99 del9/11/25.

18 Las adhesiones y pronunciamientos principales corres-pondieron a la Junta Militar de Quito, la Junta Mili-tar de Guayaquil, la Junta Militar de la Segunda Zona(Riobamba), la Junta Militar del Azuay, la Guarni-ción del Norte. Los documentos constan en: El Ejérci-to Nacional, Revista de Estudios Histórico Militares,Quito, Año IV, No. 26, 1925, ps. 568-574. Por otraparte, abundaron las hojas volantes, los pronuncia-mientos favorables de diversos periódicos, natural-mente de otros batallones y cuarteles de todo el país,así como de estudiantes, escolares, maestros, universi-tarios y facultades universitarias, intelectuales, traba-jadores, sociedades obreras, artesanos, poblaciones, co-munidades, organizaciones populares, liberales y polí-ticos oportunistas o convencidos de la “salvación na-cional”, etc., Confer., José Gabriel Navarro, Docu-

13 Dicha Junta se conformó así: Presidente: TenienteCoronel Luis T. Paz y Miño; Vocales: Sargentos Ma-yores Carlos A. Guerrero y Juan I. Pareja; CapitánEmilio Valdivieso y Subteniente Angel Bonilla; Se-cretario: Teniente Federico Struve. Ibid., p. 67

14 Ibid., ps. 65-66.15 Ibid., p. 68.16 Se buscó, para dicho General, una salida “honrosa”.

En efecto, según la “Exposición de la Junta de Go-bierno Provisional”, el General Oliva renunció parafacilitar la integración de dicha Junta con los vocalesde la costa y para no ocasionar tropiezos a la transfor-mación efectuada. En su “Renuncia”, dicho Generalexpone como razón su deseo de dar paso a la designa-ción igualitaria de los representantes de Guayaquil.Confer. José Gabriel Navarro, Documentos… Ob.Cit., ps. 74-78. La Junta “alejó” al general Oliva, en-viándole a Francia e Italia, con el objeto de perfeccio-nar su carrera militar y como Jefe de los Oficialesecuatorianos en Italia, conservándole sus cargos. De-creto del 22 de julio de 1925; R.O. 13 del 25/07/25.

17 Decreto del 6 de noviembre de 1925; R.O. 99 del9/11/25.

18 Las adhesiones y pronunciamientos principales corres-pondieron a la Junta Militar de Quito, la Junta Mili-tar de Guayaquil, la Junta Militar de la Segunda Zona(Riobamba), la Junta Militar del Azuay, la Guarni-ción del Norte. Los documentos constan en: El Ejérci-to Nacional, Revista de Estudios Histórico Militares,Quito, Año IV, No. 26, 1925, ps. 568-574. Por otraparte, abundaron las hojas volantes, los pronuncia-mientos favorables de diversos periódicos, natural-mente de otros batallones y cuarteles de todo el país,así como de estudiantes, escolares, maestros, universi-tarios y facultades universitarias, intelectuales, traba-jadores, sociedades obreras, artesanos, poblaciones, co-munidades, organizaciones populares, liberales y polí-ticos oportunistas o convencidos de la “salvación na-cional”, etc., Confer., José Gabriel Navarro, Docu-

13 Dicha Junta se conformó así: Presidente: TenienteCoronel Luis T. Paz y Miño; Vocales: Sargentos Ma-yores Carlos A. Guerrero y Juan I. Pareja; CapitánEmilio Valdivieso y Subteniente Angel Bonilla; Se-cretario: Teniente Federico Struve. Ibid., p. 67

14 Ibid., ps. 65-66.15 Ibid., p. 68.16 Se buscó, para dicho General, una salida “honrosa”.

En efecto, según la “Exposición de la Junta de Go-bierno Provisional”, el General Oliva renunció parafacilitar la integración de dicha Junta con los vocalesde la costa y para no ocasionar tropiezos a la transfor-mación efectuada. En su “Renuncia”, dicho Generalexpone como razón su deseo de dar paso a la designa-ción igualitaria de los representantes de Guayaquil.Confer. José Gabriel Navarro, Documentos… Ob.Cit., ps. 74-78. La Junta “alejó” al general Oliva, en-viándole a Francia e Italia, con el objeto de perfeccio-nar su carrera militar y como Jefe de los Oficialesecuatorianos en Italia, conservándole sus cargos. De-creto del 22 de julio de 1925; R.O. 13 del 25/07/25.

17 Decreto del 6 de noviembre de 1925; R.O. 99 del9/11/25.

18 Las adhesiones y pronunciamientos principales corres-pondieron a la Junta Militar de Quito, la Junta Mili-tar de Guayaquil, la Junta Militar de la Segunda Zona(Riobamba), la Junta Militar del Azuay, la Guarni-ción del Norte. Los documentos constan en: El Ejérci-to Nacional, Revista de Estudios Histórico Militares,Quito, Año IV, No. 26, 1925, ps. 568-574. Por otraparte, abundaron las hojas volantes, los pronuncia-mientos favorables de diversos periódicos, natural-mente de otros batallones y cuarteles de todo el país,así como de estudiantes, escolares, maestros, universi-tarios y facultades universitarias, intelectuales, traba-jadores, sociedades obreras, artesanos, poblaciones, co-munidades, organizaciones populares, liberales y polí-ticos oportunistas o convencidos de la “salvación na-cional”, etc., Confer., José Gabriel Navarro, Docu-

Page 84: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

84 84 84

mentos…Ob. Cit.19 Las otras intervenciones de las Fuerzas Armadas ocu-

rrieron en 1937, con el general Alberto Enríquez Ga-llo; en 1963-66 con la Junta Militar de Gobierno; en1972-76, con el Gobierno Nacionalista y Revolucio-nario, presidido por el general Guillermo RodríguezLara; y en 1976-79, con el Triunvirato Militar. La ac-titud institucional de las Fuerzas Armadas ha sido unaconstante en el siglo XX, de manera que intentos ais-lados de algún oficial por acaudillar una rebelión mi-litar, al no tener el respaldo unánime y total de la ins-titución, han fracasado, como ocurrió en 1975, cuan-do se produjo la rebelión del general Raúl GonzálezAlvear y en 1986, con el levantamiento del generalFrank Vargas Passos. Sobre el ideario nacionalista ylas responsabilidades asumidas por las Fuerzas Arma-das frente a la sociedad del presente, así como las im-plicaciones de su actitud institucional, he tratado en:Juan J. Paz y Miño, “Fuerzas Armadas, sociedad y cues-tión nacional”, Laboratorio de Economía. Revista de laFacultad de Economía de la Pontificia Universidad Católi-ca del Ecuador, Quito, Año II, No. 3, enero de 1998,ps. 48 y sig.

20 Sobre ese rasgo “populista” de los militares julianoshe tratado en: Juan J. Paz y Miño Cepeda, “Los últimossiete años, de Oscar E. Reyes”, Julio Pazos Barrera (com-pilador), Acercamiento a la obra de Oscar Efrén Re-yes 1896-1996, Guayaquil, Edición de la Casa de laCultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas, 1997, ps.89-91.

21 “Al calor de los explosivos entusiasmos populares –es-pontáneos o a estímulos políticos- y de toda esa mareaelogiosa de papel impreso, que subía incontenible dehora en hora se incubó lo que, naturalmente, tenía queincubarse: el envanecimiento de los autores de la trans-formación./ El providencialismo de los caudillos quedóvencido y relegado. Pero surgió, por impulso de laspropias muchedumbres, el providencialismo de losgrupos militares./ Estos, en los primeros momentos, se

mentos…Ob. Cit.19 Las otras intervenciones de las Fuerzas Armadas ocu-

rrieron en 1937, con el general Alberto Enríquez Ga-llo; en 1963-66 con la Junta Militar de Gobierno; en1972-76, con el Gobierno Nacionalista y Revolucio-nario, presidido por el general Guillermo RodríguezLara; y en 1976-79, con el Triunvirato Militar. La ac-titud institucional de las Fuerzas Armadas ha sido unaconstante en el siglo XX, de manera que intentos ais-lados de algún oficial por acaudillar una rebelión mi-litar, al no tener el respaldo unánime y total de la ins-titución, han fracasado, como ocurrió en 1975, cuan-do se produjo la rebelión del general Raúl GonzálezAlvear y en 1986, con el levantamiento del generalFrank Vargas Passos. Sobre el ideario nacionalista ylas responsabilidades asumidas por las Fuerzas Arma-das frente a la sociedad del presente, así como las im-plicaciones de su actitud institucional, he tratado en:Juan J. Paz y Miño, “Fuerzas Armadas, sociedad y cues-tión nacional”, Laboratorio de Economía. Revista de laFacultad de Economía de la Pontificia Universidad Católi-ca del Ecuador, Quito, Año II, No. 3, enero de 1998,ps. 48 y sig.

20 Sobre ese rasgo “populista” de los militares julianoshe tratado en: Juan J. Paz y Miño Cepeda, “Los últimossiete años, de Oscar E. Reyes”, Julio Pazos Barrera (com-pilador), Acercamiento a la obra de Oscar Efrén Re-yes 1896-1996, Guayaquil, Edición de la Casa de laCultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas, 1997, ps.89-91.

21 “Al calor de los explosivos entusiasmos populares –es-pontáneos o a estímulos políticos- y de toda esa mareaelogiosa de papel impreso, que subía incontenible dehora en hora se incubó lo que, naturalmente, tenía queincubarse: el envanecimiento de los autores de la trans-formación./ El providencialismo de los caudillos quedóvencido y relegado. Pero surgió, por impulso de laspropias muchedumbres, el providencialismo de losgrupos militares./ Estos, en los primeros momentos, se

mentos…Ob. Cit.19 Las otras intervenciones de las Fuerzas Armadas ocu-

rrieron en 1937, con el general Alberto Enríquez Ga-llo; en 1963-66 con la Junta Militar de Gobierno; en1972-76, con el Gobierno Nacionalista y Revolucio-nario, presidido por el general Guillermo RodríguezLara; y en 1976-79, con el Triunvirato Militar. La ac-titud institucional de las Fuerzas Armadas ha sido unaconstante en el siglo XX, de manera que intentos ais-lados de algún oficial por acaudillar una rebelión mi-litar, al no tener el respaldo unánime y total de la ins-titución, han fracasado, como ocurrió en 1975, cuan-do se produjo la rebelión del general Raúl GonzálezAlvear y en 1986, con el levantamiento del generalFrank Vargas Passos. Sobre el ideario nacionalista ylas responsabilidades asumidas por las Fuerzas Arma-das frente a la sociedad del presente, así como las im-plicaciones de su actitud institucional, he tratado en:Juan J. Paz y Miño, “Fuerzas Armadas, sociedad y cues-tión nacional”, Laboratorio de Economía. Revista de laFacultad de Economía de la Pontificia Universidad Católi-ca del Ecuador, Quito, Año II, No. 3, enero de 1998,ps. 48 y sig.

20 Sobre ese rasgo “populista” de los militares julianoshe tratado en: Juan J. Paz y Miño Cepeda, “Los últimossiete años, de Oscar E. Reyes”, Julio Pazos Barrera (com-pilador), Acercamiento a la obra de Oscar Efrén Re-yes 1896-1996, Guayaquil, Edición de la Casa de laCultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas, 1997, ps.89-91.

21 “Al calor de los explosivos entusiasmos populares –es-pontáneos o a estímulos políticos- y de toda esa mareaelogiosa de papel impreso, que subía incontenible dehora en hora se incubó lo que, naturalmente, tenía queincubarse: el envanecimiento de los autores de la trans-formación./ El providencialismo de los caudillos quedóvencido y relegado. Pero surgió, por impulso de laspropias muchedumbres, el providencialismo de losgrupos militares./ Estos, en los primeros momentos, se

Page 85: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

85 85 85

juzgaron, con cierta exclusividad, hábiles para todo:para depurar y orientar la política; para fiscalizar lascuentas; para exigir e imponer la moral; para corregirlas costumbres; para catequizar sobre la honradez; paraproveer eficientemente los cargos administrativos…etc., etc./ Ya no eran los iniciadores de una simple yaplaudida transformación política, sino –y así lo creye-ron algunos ingenuos- los creadores de una nueva exis-tencia nacional.” Oscar E. Reyes, Ob. Cit., p. 33.

22 Pormenores y datos adicionales sobre el movimientomilitar, relatados a modo de artículos periodísticospor varios de los oficiales partícipes de la RevoluciónJuliana y que, en general coinciden en el espíritu pa-triótico que les unió y en haber logrado receptar unaaspiración generalizada del país, fueron recogidos enlas ediciones especiales que hizo el diario quiteño “ElComercio”, los días 9 y 10 de julio de 1926.

23 La renuncia de la Junta Militar se presentó ante elEjército el 12 de mayo de 1926. Confer. dicho Acuer-do en: El Ejército Nacional, Quito, Año V, No. 29,1926.

24 Oswaldo Albornoz P., Del crimen de El Ejido a laRevolución del 9 de julio de 1925, Editorial Clari-dad, Guayaquil, 1969, p. 146.

25 Jorge Salvador Lara, Breve historia contemporáneadel Ecuador, México, Fondo de Cultura Económica,1994, p. 449.

26 Antecedentes de las motivaciones militares y del pa-triotismo que inspiró a los julianos también se en-cuentran en: Leonidas García, Conferencia. Ideologíade la transformación del 9 de Julio, Quito, TalleresTipográficos Nacionales, 1925; y, Platón (R. Barrera),Ante los hechos. Fragmentos de historia, Quito, Ta-lleres Tipográficos Nacionales, 1927.

27 Las adhesiones liberales en toda la República fueroninmediatas, una vez producido el golpe juliano. Losdocumentos constan en: José Gabriel Navarro, Docu-mentos… Ob. Cit. José Rafael Bustamante llegó aescribir lo siguiente: “El liberalismo resurgió pujante

juzgaron, con cierta exclusividad, hábiles para todo:para depurar y orientar la política; para fiscalizar lascuentas; para exigir e imponer la moral; para corregirlas costumbres; para catequizar sobre la honradez; paraproveer eficientemente los cargos administrativos…etc., etc./ Ya no eran los iniciadores de una simple yaplaudida transformación política, sino –y así lo creye-ron algunos ingenuos- los creadores de una nueva exis-tencia nacional.” Oscar E. Reyes, Ob. Cit., p. 33.

22 Pormenores y datos adicionales sobre el movimientomilitar, relatados a modo de artículos periodísticospor varios de los oficiales partícipes de la RevoluciónJuliana y que, en general coinciden en el espíritu pa-triótico que les unió y en haber logrado receptar unaaspiración generalizada del país, fueron recogidos enlas ediciones especiales que hizo el diario quiteño “ElComercio”, los días 9 y 10 de julio de 1926.

23 La renuncia de la Junta Militar se presentó ante elEjército el 12 de mayo de 1926. Confer. dicho Acuer-do en: El Ejército Nacional, Quito, Año V, No. 29,1926.

24 Oswaldo Albornoz P., Del crimen de El Ejido a laRevolución del 9 de julio de 1925, Editorial Clari-dad, Guayaquil, 1969, p. 146.

25 Jorge Salvador Lara, Breve historia contemporáneadel Ecuador, México, Fondo de Cultura Económica,1994, p. 449.

26 Antecedentes de las motivaciones militares y del pa-triotismo que inspiró a los julianos también se en-cuentran en: Leonidas García, Conferencia. Ideologíade la transformación del 9 de Julio, Quito, TalleresTipográficos Nacionales, 1925; y, Platón (R. Barrera),Ante los hechos. Fragmentos de historia, Quito, Ta-lleres Tipográficos Nacionales, 1927.

27 Las adhesiones liberales en toda la República fueroninmediatas, una vez producido el golpe juliano. Losdocumentos constan en: José Gabriel Navarro, Docu-mentos… Ob. Cit. José Rafael Bustamante llegó aescribir lo siguiente: “El liberalismo resurgió pujante

juzgaron, con cierta exclusividad, hábiles para todo:para depurar y orientar la política; para fiscalizar lascuentas; para exigir e imponer la moral; para corregirlas costumbres; para catequizar sobre la honradez; paraproveer eficientemente los cargos administrativos…etc., etc./ Ya no eran los iniciadores de una simple yaplaudida transformación política, sino –y así lo creye-ron algunos ingenuos- los creadores de una nueva exis-tencia nacional.” Oscar E. Reyes, Ob. Cit., p. 33.

22 Pormenores y datos adicionales sobre el movimientomilitar, relatados a modo de artículos periodísticospor varios de los oficiales partícipes de la RevoluciónJuliana y que, en general coinciden en el espíritu pa-triótico que les unió y en haber logrado receptar unaaspiración generalizada del país, fueron recogidos enlas ediciones especiales que hizo el diario quiteño “ElComercio”, los días 9 y 10 de julio de 1926.

23 La renuncia de la Junta Militar se presentó ante elEjército el 12 de mayo de 1926. Confer. dicho Acuer-do en: El Ejército Nacional, Quito, Año V, No. 29,1926.

24 Oswaldo Albornoz P., Del crimen de El Ejido a laRevolución del 9 de julio de 1925, Editorial Clari-dad, Guayaquil, 1969, p. 146.

25 Jorge Salvador Lara, Breve historia contemporáneadel Ecuador, México, Fondo de Cultura Económica,1994, p. 449.

26 Antecedentes de las motivaciones militares y del pa-triotismo que inspiró a los julianos también se en-cuentran en: Leonidas García, Conferencia. Ideologíade la transformación del 9 de Julio, Quito, TalleresTipográficos Nacionales, 1925; y, Platón (R. Barrera),Ante los hechos. Fragmentos de historia, Quito, Ta-lleres Tipográficos Nacionales, 1927.

27 Las adhesiones liberales en toda la República fueroninmediatas, una vez producido el golpe juliano. Losdocumentos constan en: José Gabriel Navarro, Docu-mentos… Ob. Cit. José Rafael Bustamante llegó aescribir lo siguiente: “El liberalismo resurgió pujante

Page 86: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

86 86 86

y creador con el gobierno del Dr. Isidro Ayora y suscolaboradores Julio Enrique Moreno, Homero ViteriLafronte, Francisco Boloña y uno de los más inteli-gentes y eminentes gestores de la revolución de Julio,el Coronel Carlos Guerrero. Y siguieron hombres li-berales, en gobiernos posteriores, de extraordinariacapacidad como Martínez Mera, Mosquera Narváez,Arroyo del Río”, La Calle, Quito, 13 de julio de1957, No. 17, p. 23.

28 Julio E. Moreno, La Revolución del 9 de Julio y elGobierno de la Dictadura, Quito, Talleres Tipográ-ficos Nacionales, 1928, p. 19.

29 Isidro Ayora, Mensaje de… 1928, Ob. Cit., ps. 5 y 6.30 Mayor Emilio Valdivieso, Nueve de Julio. La Revo-

lución ante la historia, s/e., 1926, p. 12.31 El Ejército Nacional, Revista de Estudios Histórico-Mi-

litares, Quito, Año IV, No. 26, 1925, p. 495.32 Este documento consta como “Los doce puntos del

Programa del nuevo Régimen”, en: El Ejército Na-cional… No. 26, 1925, p. 567. También se encuen-tra citado por J. Gonzalo Orellana, Ob. Cit. p. 97; y,además, por: Luis Robalino Dávila, El 9 de Julio…Ob. Cit., 1973, ps. 13-14.

33 Sobre la Asamblea Liberal de 1923 y la incorporaciónque ella hizo de principios “socialistas” y de la “cues-tión social”, Confer.: Juan J. Paz y Miño Cepeda, “La¨cuestión social¨ en el origen de los partidos políticos delEcuador”, Laboratorio de Economía. Revista de laFacultad de Economía de la Pontificia UniversidadCatólica del Ecuador, Quito, Año III, No. 5, sep-tiembre de 1999, ps. 27-30.

34 Refiriéndose a los meses anteriores al movimiento ju-liano, el Ministro Julio E. Moreno sostuvo que el Go-bierno de Córdova había desencantado al liberalismoy “Es el momento agudo, decisivo, para el Liberalis-mo, cuyo resonante fracaso exacerba el espíritu de crí-tica de los clericales. La prensa ultramontana rehacecon un fervor inusitado las plataformas jijonianas demoralización política y redención económica. Se pro-

y creador con el gobierno del Dr. Isidro Ayora y suscolaboradores Julio Enrique Moreno, Homero ViteriLafronte, Francisco Boloña y uno de los más inteli-gentes y eminentes gestores de la revolución de Julio,el Coronel Carlos Guerrero. Y siguieron hombres li-berales, en gobiernos posteriores, de extraordinariacapacidad como Martínez Mera, Mosquera Narváez,Arroyo del Río”, La Calle, Quito, 13 de julio de1957, No. 17, p. 23.

28 Julio E. Moreno, La Revolución del 9 de Julio y elGobierno de la Dictadura, Quito, Talleres Tipográ-ficos Nacionales, 1928, p. 19.

29 Isidro Ayora, Mensaje de… 1928, Ob. Cit., ps. 5 y 6.30 Mayor Emilio Valdivieso, Nueve de Julio. La Revo-

lución ante la historia, s/e., 1926, p. 12.31 El Ejército Nacional, Revista de Estudios Histórico-Mi-

litares, Quito, Año IV, No. 26, 1925, p. 495.32 Este documento consta como “Los doce puntos del

Programa del nuevo Régimen”, en: El Ejército Na-cional… No. 26, 1925, p. 567. También se encuen-tra citado por J. Gonzalo Orellana, Ob. Cit. p. 97; y,además, por: Luis Robalino Dávila, El 9 de Julio…Ob. Cit., 1973, ps. 13-14.

33 Sobre la Asamblea Liberal de 1923 y la incorporaciónque ella hizo de principios “socialistas” y de la “cues-tión social”, Confer.: Juan J. Paz y Miño Cepeda, “La¨cuestión social¨ en el origen de los partidos políticos delEcuador”, Laboratorio de Economía. Revista de laFacultad de Economía de la Pontificia UniversidadCatólica del Ecuador, Quito, Año III, No. 5, sep-tiembre de 1999, ps. 27-30.

34 Refiriéndose a los meses anteriores al movimiento ju-liano, el Ministro Julio E. Moreno sostuvo que el Go-bierno de Córdova había desencantado al liberalismoy “Es el momento agudo, decisivo, para el Liberalis-mo, cuyo resonante fracaso exacerba el espíritu de crí-tica de los clericales. La prensa ultramontana rehacecon un fervor inusitado las plataformas jijonianas demoralización política y redención económica. Se pro-

y creador con el gobierno del Dr. Isidro Ayora y suscolaboradores Julio Enrique Moreno, Homero ViteriLafronte, Francisco Boloña y uno de los más inteli-gentes y eminentes gestores de la revolución de Julio,el Coronel Carlos Guerrero. Y siguieron hombres li-berales, en gobiernos posteriores, de extraordinariacapacidad como Martínez Mera, Mosquera Narváez,Arroyo del Río”, La Calle, Quito, 13 de julio de1957, No. 17, p. 23.

28 Julio E. Moreno, La Revolución del 9 de Julio y elGobierno de la Dictadura, Quito, Talleres Tipográ-ficos Nacionales, 1928, p. 19.

29 Isidro Ayora, Mensaje de… 1928, Ob. Cit., ps. 5 y 6.30 Mayor Emilio Valdivieso, Nueve de Julio. La Revo-

lución ante la historia, s/e., 1926, p. 12.31 El Ejército Nacional, Revista de Estudios Histórico-Mi-

litares, Quito, Año IV, No. 26, 1925, p. 495.32 Este documento consta como “Los doce puntos del

Programa del nuevo Régimen”, en: El Ejército Na-cional… No. 26, 1925, p. 567. También se encuen-tra citado por J. Gonzalo Orellana, Ob. Cit. p. 97; y,además, por: Luis Robalino Dávila, El 9 de Julio…Ob. Cit., 1973, ps. 13-14.

33 Sobre la Asamblea Liberal de 1923 y la incorporaciónque ella hizo de principios “socialistas” y de la “cues-tión social”, Confer.: Juan J. Paz y Miño Cepeda, “La¨cuestión social¨ en el origen de los partidos políticos delEcuador”, Laboratorio de Economía. Revista de laFacultad de Economía de la Pontificia UniversidadCatólica del Ecuador, Quito, Año III, No. 5, sep-tiembre de 1999, ps. 27-30.

34 Refiriéndose a los meses anteriores al movimiento ju-liano, el Ministro Julio E. Moreno sostuvo que el Go-bierno de Córdova había desencantado al liberalismoy “Es el momento agudo, decisivo, para el Liberalis-mo, cuyo resonante fracaso exacerba el espíritu de crí-tica de los clericales. La prensa ultramontana rehacecon un fervor inusitado las plataformas jijonianas demoralización política y redención económica. Se pro-

Page 87: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

87 87 87

clama y vocea a los cuatro vientos la incapacidad delos regímenes liberales de hacer algo de provecho. Laclerecía militante concibe planes de reacción en que seespera que resucite lo que costó ríos de sangre y unamontaña de sacrificios ahogar”, La Revolución del 9de Julio… Ob. Cit., 1928, p. 17.

35 La lista completa de los asistentes y los pormenoresdel “opíparo” homenaje constan en: José Gabriel Na-varro, Documentos… Ob. Cit., p. 120 y sig.

36 “El Jefe del Partido Conservador, don Jacinto Jijón yCaamaño, intentó también un movimiento revolucio-nario a mediados del año próximo pasado, a cuyo efec-to había adquirido en los Estados Unidos una regularcantidad de armas y municiones, que fueron detenidasen la Aduana de New York al tiempo que se preten-día embarcarlas para Tumaco. Este decomiso y las de-más medidas que tomó el Gobierno hicieron fracasarese intento de alterar el orden público”, Isidro Ayora,Mensaje… 1928, Ob. Cit., p. 9

37 Una breve referencia a la misión italiana puede leerseen “La Misión Italiana y el rendimiento de sus labo-res”, El Ejército Nacional, Revista de Estudios Históri-co.- Militares, Quito, Año IV, No. 23, Imprenta y En-cuadernación Nacionales, 1925, ps. 215-217.

38 Por ejemplo, Alfredo Pareja Diezcanseco afirma: “unacuriosa mezcla de inspiraciones en la revolución rusade 1917, más, por cierto, en la marcha sobre Roma,de Mussolini, en 1922, y la influencia de la MisiónMilitar Italiana en el Ecuador; todo ello, aderezadocon ciertas concepciones excesivamente teóricas y dis-persas sobre la economía nacional, hizo que el fenó-meno histórico juliano apareciera en nuestra vida”,Ecuador. La República de 1830 a nuestros días,Quito, Editorial Universitaria de la Universidad Cen-tral, 1979, p. 341.

39 El Ejército Nacional… No. 26, 1925, p. especial.40 Decreto del 11 de julio de 1925; R. O. 02 del

11/07/25.41 Decreto del 17 de julio de 1925; R.O. 08 del

clama y vocea a los cuatro vientos la incapacidad delos regímenes liberales de hacer algo de provecho. Laclerecía militante concibe planes de reacción en que seespera que resucite lo que costó ríos de sangre y unamontaña de sacrificios ahogar”, La Revolución del 9de Julio… Ob. Cit., 1928, p. 17.

35 La lista completa de los asistentes y los pormenoresdel “opíparo” homenaje constan en: José Gabriel Na-varro, Documentos… Ob. Cit., p. 120 y sig.

36 “El Jefe del Partido Conservador, don Jacinto Jijón yCaamaño, intentó también un movimiento revolucio-nario a mediados del año próximo pasado, a cuyo efec-to había adquirido en los Estados Unidos una regularcantidad de armas y municiones, que fueron detenidasen la Aduana de New York al tiempo que se preten-día embarcarlas para Tumaco. Este decomiso y las de-más medidas que tomó el Gobierno hicieron fracasarese intento de alterar el orden público”, Isidro Ayora,Mensaje… 1928, Ob. Cit., p. 9

37 Una breve referencia a la misión italiana puede leerseen “La Misión Italiana y el rendimiento de sus labo-res”, El Ejército Nacional, Revista de Estudios Históri-co.- Militares, Quito, Año IV, No. 23, Imprenta y En-cuadernación Nacionales, 1925, ps. 215-217.

38 Por ejemplo, Alfredo Pareja Diezcanseco afirma: “unacuriosa mezcla de inspiraciones en la revolución rusade 1917, más, por cierto, en la marcha sobre Roma,de Mussolini, en 1922, y la influencia de la MisiónMilitar Italiana en el Ecuador; todo ello, aderezadocon ciertas concepciones excesivamente teóricas y dis-persas sobre la economía nacional, hizo que el fenó-meno histórico juliano apareciera en nuestra vida”,Ecuador. La República de 1830 a nuestros días,Quito, Editorial Universitaria de la Universidad Cen-tral, 1979, p. 341.

39 El Ejército Nacional… No. 26, 1925, p. especial.40 Decreto del 11 de julio de 1925; R. O. 02 del

11/07/25.41 Decreto del 17 de julio de 1925; R.O. 08 del

clama y vocea a los cuatro vientos la incapacidad delos regímenes liberales de hacer algo de provecho. Laclerecía militante concibe planes de reacción en que seespera que resucite lo que costó ríos de sangre y unamontaña de sacrificios ahogar”, La Revolución del 9de Julio… Ob. Cit., 1928, p. 17.

35 La lista completa de los asistentes y los pormenoresdel “opíparo” homenaje constan en: José Gabriel Na-varro, Documentos… Ob. Cit., p. 120 y sig.

36 “El Jefe del Partido Conservador, don Jacinto Jijón yCaamaño, intentó también un movimiento revolucio-nario a mediados del año próximo pasado, a cuyo efec-to había adquirido en los Estados Unidos una regularcantidad de armas y municiones, que fueron detenidasen la Aduana de New York al tiempo que se preten-día embarcarlas para Tumaco. Este decomiso y las de-más medidas que tomó el Gobierno hicieron fracasarese intento de alterar el orden público”, Isidro Ayora,Mensaje… 1928, Ob. Cit., p. 9

37 Una breve referencia a la misión italiana puede leerseen “La Misión Italiana y el rendimiento de sus labo-res”, El Ejército Nacional, Revista de Estudios Históri-co.- Militares, Quito, Año IV, No. 23, Imprenta y En-cuadernación Nacionales, 1925, ps. 215-217.

38 Por ejemplo, Alfredo Pareja Diezcanseco afirma: “unacuriosa mezcla de inspiraciones en la revolución rusade 1917, más, por cierto, en la marcha sobre Roma,de Mussolini, en 1922, y la influencia de la MisiónMilitar Italiana en el Ecuador; todo ello, aderezadocon ciertas concepciones excesivamente teóricas y dis-persas sobre la economía nacional, hizo que el fenó-meno histórico juliano apareciera en nuestra vida”,Ecuador. La República de 1830 a nuestros días,Quito, Editorial Universitaria de la Universidad Cen-tral, 1979, p. 341.

39 El Ejército Nacional… No. 26, 1925, p. especial.40 Decreto del 11 de julio de 1925; R. O. 02 del

11/07/25.41 Decreto del 17 de julio de 1925; R.O. 08 del

Page 88: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

88 88 88

18/07/25.42 Decreto del 25 de julio de 1925; R.O. 14 del

27/07/25. Pero por decreto del 31 de diciembre de1925 (R.O. 148 del 07/01/26) se dispuso: “Derógan-se, desde la presente fecha, los Decretos dictados porla Junta de Gobierno Provisional el 17 y 25 de Juliodel año actual, que reglamentaron la negociación degiros sobre el Exterior”.

43 Decreto del 12 de setiembre de 1925; R.O. 56 del15/09/25.

44 Decreto del 21 de agosto de 1925; R.O. 38 del25/08/25.

45 Decreto del 17 de julio de 1925; R.O. 09 del20/07/25.

46 Decreto del 18 de noviembre de 1925; R.O. 110 del21/11/25.

47 Decreto del 31 de diciembre de 1925; R.O. 145 del02/01/26.

48 Decreto del 11 de agosto de 1925; R.O. 28 del13/08/25. La posición y defensa que hizo el B. del Pi-chincha se recuerdan en: Jorge Ribadeneira Araujo,Sueño cumplido. 85 años del Banco del Pichincha,Quito, DINEDICIONES S.A., 1991, ps. 47-48.

49 Decreto del 13 de noviembre de 1925; R.O. 105 del16/12/25.

50 Linda Alexander Rodríguez, Las finanzas públicasen el Ecuador (1830-1940), Quito, Ediciones delBanco Central del Ecuador, 1992, p. 158.

51 En marzo de 1925, aún antes de la Revolución Julia-na, el periódico “El Guante” planteó, en varios edito-riales, la “autonomía del puerto de Guayaquil”, tesisque empezó a ser discutida entre los empresarios.Confer., Juan Paz y Miño, “Identidades regionales y de-mandas económicas”, Gestión, Quito, No. 59, mayo de1999, p. 46.

52 Decreto del 9 de octubre de 1925: R.O. 78 del14/10/25.

53 Un “cóndor” equivalía a 10 sucres.54 Decreto del 26 de octubre de 1925; R.O. 90 del

18/07/25.42 Decreto del 25 de julio de 1925; R.O. 14 del

27/07/25. Pero por decreto del 31 de diciembre de1925 (R.O. 148 del 07/01/26) se dispuso: “Derógan-se, desde la presente fecha, los Decretos dictados porla Junta de Gobierno Provisional el 17 y 25 de Juliodel año actual, que reglamentaron la negociación degiros sobre el Exterior”.

43 Decreto del 12 de setiembre de 1925; R.O. 56 del15/09/25.

44 Decreto del 21 de agosto de 1925; R.O. 38 del25/08/25.

45 Decreto del 17 de julio de 1925; R.O. 09 del20/07/25.

46 Decreto del 18 de noviembre de 1925; R.O. 110 del21/11/25.

47 Decreto del 31 de diciembre de 1925; R.O. 145 del02/01/26.

48 Decreto del 11 de agosto de 1925; R.O. 28 del13/08/25. La posición y defensa que hizo el B. del Pi-chincha se recuerdan en: Jorge Ribadeneira Araujo,Sueño cumplido. 85 años del Banco del Pichincha,Quito, DINEDICIONES S.A., 1991, ps. 47-48.

49 Decreto del 13 de noviembre de 1925; R.O. 105 del16/12/25.

50 Linda Alexander Rodríguez, Las finanzas públicasen el Ecuador (1830-1940), Quito, Ediciones delBanco Central del Ecuador, 1992, p. 158.

51 En marzo de 1925, aún antes de la Revolución Julia-na, el periódico “El Guante” planteó, en varios edito-riales, la “autonomía del puerto de Guayaquil”, tesisque empezó a ser discutida entre los empresarios.Confer., Juan Paz y Miño, “Identidades regionales y de-mandas económicas”, Gestión, Quito, No. 59, mayo de1999, p. 46.

52 Decreto del 9 de octubre de 1925: R.O. 78 del14/10/25.

53 Un “cóndor” equivalía a 10 sucres.54 Decreto del 26 de octubre de 1925; R.O. 90 del

18/07/25.42 Decreto del 25 de julio de 1925; R.O. 14 del

27/07/25. Pero por decreto del 31 de diciembre de1925 (R.O. 148 del 07/01/26) se dispuso: “Derógan-se, desde la presente fecha, los Decretos dictados porla Junta de Gobierno Provisional el 17 y 25 de Juliodel año actual, que reglamentaron la negociación degiros sobre el Exterior”.

43 Decreto del 12 de setiembre de 1925; R.O. 56 del15/09/25.

44 Decreto del 21 de agosto de 1925; R.O. 38 del25/08/25.

45 Decreto del 17 de julio de 1925; R.O. 09 del20/07/25.

46 Decreto del 18 de noviembre de 1925; R.O. 110 del21/11/25.

47 Decreto del 31 de diciembre de 1925; R.O. 145 del02/01/26.

48 Decreto del 11 de agosto de 1925; R.O. 28 del13/08/25. La posición y defensa que hizo el B. del Pi-chincha se recuerdan en: Jorge Ribadeneira Araujo,Sueño cumplido. 85 años del Banco del Pichincha,Quito, DINEDICIONES S.A., 1991, ps. 47-48.

49 Decreto del 13 de noviembre de 1925; R.O. 105 del16/12/25.

50 Linda Alexander Rodríguez, Las finanzas públicasen el Ecuador (1830-1940), Quito, Ediciones delBanco Central del Ecuador, 1992, p. 158.

51 En marzo de 1925, aún antes de la Revolución Julia-na, el periódico “El Guante” planteó, en varios edito-riales, la “autonomía del puerto de Guayaquil”, tesisque empezó a ser discutida entre los empresarios.Confer., Juan Paz y Miño, “Identidades regionales y de-mandas económicas”, Gestión, Quito, No. 59, mayo de1999, p. 46.

52 Decreto del 9 de octubre de 1925: R.O. 78 del14/10/25.

53 Un “cóndor” equivalía a 10 sucres.54 Decreto del 26 de octubre de 1925; R.O. 90 del

Page 89: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

89 89 89

28/10/25.55 Decreto del 31 de octubre de 1925; R.O. 93 del

31/10/25.56 Guillermo Arosemena sostiene que el proyecto se hizo

de acuerdo con el modelo que Kemmerer ya habíainstituido en Chile y Colombia y que, una vez enGuayaquil, Dillon presentó el proyecto, llegándose aformar una comisión con Víctor E. Estrada y CarlosJulio Arosemena, en representación de la banca gua-yaquileña, para que lo estudie y sugiera las reformasdel caso. Ecuador. Evolución y búsqueda del despe-gue económico, Guayaquil, Ediciones del Banco Cen-tral del Ecuador, 1990, p. 247.

57 “El gobierno se comprometió a pagar setenta mil dó-lares, más los gastos de viaje, estadía, oficina y ocasio-nales del grupo, cifra que se elevó a ochenta mil debi-do a la contratación de un experto en ferrocarriles, queno estuvo contemplada en el contrato original”. Rebe-ca Almeida, Kemmerer en el Ecuador, Quito, FLAC-SO, 1994, p. 54. En 1925 la cotización promedioequivalió a 4 sucres por dólar. Para comparar: me-diante Decreto del 30 de julio de 1925 (R.O. 21 del04/08/25) la Junta de Gobierno Provisional asignócomo presupuesto, al creado Ministerio de PrevisiónSocial y Trabajo, la suma total de S/. 9.790,oo

58 Por Ley del 4 de marzo de 1927, dictada por el Presi-dente Provisional Isidro Ayora, se creó el Banco Cen-tral. La Ley entró en vigencia el 12 de marzo, una vezpublicada en el R.O. 283. El 9 de agosto de 1927 elPresidente dictó el decreto de apertura de las opera-ciones del Banco Central que entró en funcionamientoel 10 de agosto de 1927. Departamento de informa-ción anexo a la Secretaría Privada de la Presidencia, ElBanco Central del Ecuador, Quito, Talleres Tipográ-ficos Nacionales, 1927.

59 Luis N. Dillon, La crisis económico financiera delEcuador, Quito, Talleres de la “Editorial Artes Gráfi-cas”, 1927, p. 257.

60 Decreto del 17 de julio de 1925; R.O. 08 del

28/10/25.55 Decreto del 31 de octubre de 1925; R.O. 93 del

31/10/25.56 Guillermo Arosemena sostiene que el proyecto se hizo

de acuerdo con el modelo que Kemmerer ya habíainstituido en Chile y Colombia y que, una vez enGuayaquil, Dillon presentó el proyecto, llegándose aformar una comisión con Víctor E. Estrada y CarlosJulio Arosemena, en representación de la banca gua-yaquileña, para que lo estudie y sugiera las reformasdel caso. Ecuador. Evolución y búsqueda del despe-gue económico, Guayaquil, Ediciones del Banco Cen-tral del Ecuador, 1990, p. 247.

57 “El gobierno se comprometió a pagar setenta mil dó-lares, más los gastos de viaje, estadía, oficina y ocasio-nales del grupo, cifra que se elevó a ochenta mil debi-do a la contratación de un experto en ferrocarriles, queno estuvo contemplada en el contrato original”. Rebe-ca Almeida, Kemmerer en el Ecuador, Quito, FLAC-SO, 1994, p. 54. En 1925 la cotización promedioequivalió a 4 sucres por dólar. Para comparar: me-diante Decreto del 30 de julio de 1925 (R.O. 21 del04/08/25) la Junta de Gobierno Provisional asignócomo presupuesto, al creado Ministerio de PrevisiónSocial y Trabajo, la suma total de S/. 9.790,oo

58 Por Ley del 4 de marzo de 1927, dictada por el Presi-dente Provisional Isidro Ayora, se creó el Banco Cen-tral. La Ley entró en vigencia el 12 de marzo, una vezpublicada en el R.O. 283. El 9 de agosto de 1927 elPresidente dictó el decreto de apertura de las opera-ciones del Banco Central que entró en funcionamientoel 10 de agosto de 1927. Departamento de informa-ción anexo a la Secretaría Privada de la Presidencia, ElBanco Central del Ecuador, Quito, Talleres Tipográ-ficos Nacionales, 1927.

59 Luis N. Dillon, La crisis económico financiera delEcuador, Quito, Talleres de la “Editorial Artes Gráfi-cas”, 1927, p. 257.

60 Decreto del 17 de julio de 1925; R.O. 08 del

28/10/25.55 Decreto del 31 de octubre de 1925; R.O. 93 del

31/10/25.56 Guillermo Arosemena sostiene que el proyecto se hizo

de acuerdo con el modelo que Kemmerer ya habíainstituido en Chile y Colombia y que, una vez enGuayaquil, Dillon presentó el proyecto, llegándose aformar una comisión con Víctor E. Estrada y CarlosJulio Arosemena, en representación de la banca gua-yaquileña, para que lo estudie y sugiera las reformasdel caso. Ecuador. Evolución y búsqueda del despe-gue económico, Guayaquil, Ediciones del Banco Cen-tral del Ecuador, 1990, p. 247.

57 “El gobierno se comprometió a pagar setenta mil dó-lares, más los gastos de viaje, estadía, oficina y ocasio-nales del grupo, cifra que se elevó a ochenta mil debi-do a la contratación de un experto en ferrocarriles, queno estuvo contemplada en el contrato original”. Rebe-ca Almeida, Kemmerer en el Ecuador, Quito, FLAC-SO, 1994, p. 54. En 1925 la cotización promedioequivalió a 4 sucres por dólar. Para comparar: me-diante Decreto del 30 de julio de 1925 (R.O. 21 del04/08/25) la Junta de Gobierno Provisional asignócomo presupuesto, al creado Ministerio de PrevisiónSocial y Trabajo, la suma total de S/. 9.790,oo

58 Por Ley del 4 de marzo de 1927, dictada por el Presi-dente Provisional Isidro Ayora, se creó el Banco Cen-tral. La Ley entró en vigencia el 12 de marzo, una vezpublicada en el R.O. 283. El 9 de agosto de 1927 elPresidente dictó el decreto de apertura de las opera-ciones del Banco Central que entró en funcionamientoel 10 de agosto de 1927. Departamento de informa-ción anexo a la Secretaría Privada de la Presidencia, ElBanco Central del Ecuador, Quito, Talleres Tipográ-ficos Nacionales, 1927.

59 Luis N. Dillon, La crisis económico financiera delEcuador, Quito, Talleres de la “Editorial Artes Gráfi-cas”, 1927, p. 257.

60 Decreto del 17 de julio de 1925; R.O. 08 del

Page 90: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

90 90 90

18/07/27.61 Decreto del 19 de agosto de 1925: R.O. 35 del

21/08/25.62 Decreto del 15 de agosto de 1925; R.O. 34 del

20/08/25.63 Decreto del 4 de septiembre de 1925; R.O. 49 del

05/09/25.64 Decreto del 19 de diciembre de 1925; R.O. 137 del

23/12/25.65 Decreto del 17 de julio de 1925; R.O. 09 del

20/07/25.66 R.O. 365 del 20/06/27.67 Decreto del 21 de diciembre de 1925; R.O. 137 del

23/12/25.68 Decreto del 22 de diciembre de 1925; R.O. 137 del

23/12/25.69 Decreto del 24 de diciembre de 1925; R.O. 141 del

29/12/25.70 Tcrnel. César Plaza Monsón, Ob. Cit., p. 228.71 Juan J. Paz y Miño Cepeda, “La ¨cuestión social¨… Ob.

Cit., ps. 27 y sig.72 Ibid., ps. 27-2873 Decreto del 27 de julio de 1925; R.O. 15 del

28/07/25.74 Decreto del 18 de noviembre de 1925; R.O. 119 del

02/12/25.75 Decreto del 30 de julio de 1925; R.O. 163 del

04/08/25.76 Decreto del 07 de octubre de 1925; R.O. 77 del

13/10/25.77 Decreto del 30 de julio de 1925; R.O. 21 del

04/08/25.78 Decreto del 5 de noviembre de 1925; R.O. 100 del

10/11/25.79 Decreto del 13 de agosto de 1925; R.O. 31 del

17/08/25.80 Decreto del 11 de agosto de 1925; R.O. 30 del

15/08/25.81 Por ejemplo el mismo historiador Alfredo Pareja

18/07/27.61 Decreto del 19 de agosto de 1925: R.O. 35 del

21/08/25.62 Decreto del 15 de agosto de 1925; R.O. 34 del

20/08/25.63 Decreto del 4 de septiembre de 1925; R.O. 49 del

05/09/25.64 Decreto del 19 de diciembre de 1925; R.O. 137 del

23/12/25.65 Decreto del 17 de julio de 1925; R.O. 09 del

20/07/25.66 R.O. 365 del 20/06/27.67 Decreto del 21 de diciembre de 1925; R.O. 137 del

23/12/25.68 Decreto del 22 de diciembre de 1925; R.O. 137 del

23/12/25.69 Decreto del 24 de diciembre de 1925; R.O. 141 del

29/12/25.70 Tcrnel. César Plaza Monsón, Ob. Cit., p. 228.71 Juan J. Paz y Miño Cepeda, “La ¨cuestión social¨… Ob.

Cit., ps. 27 y sig.72 Ibid., ps. 27-2873 Decreto del 27 de julio de 1925; R.O. 15 del

28/07/25.74 Decreto del 18 de noviembre de 1925; R.O. 119 del

02/12/25.75 Decreto del 30 de julio de 1925; R.O. 163 del

04/08/25.76 Decreto del 07 de octubre de 1925; R.O. 77 del

13/10/25.77 Decreto del 30 de julio de 1925; R.O. 21 del

04/08/25.78 Decreto del 5 de noviembre de 1925; R.O. 100 del

10/11/25.79 Decreto del 13 de agosto de 1925; R.O. 31 del

17/08/25.80 Decreto del 11 de agosto de 1925; R.O. 30 del

15/08/25.81 Por ejemplo el mismo historiador Alfredo Pareja

18/07/27.61 Decreto del 19 de agosto de 1925: R.O. 35 del

21/08/25.62 Decreto del 15 de agosto de 1925; R.O. 34 del

20/08/25.63 Decreto del 4 de septiembre de 1925; R.O. 49 del

05/09/25.64 Decreto del 19 de diciembre de 1925; R.O. 137 del

23/12/25.65 Decreto del 17 de julio de 1925; R.O. 09 del

20/07/25.66 R.O. 365 del 20/06/27.67 Decreto del 21 de diciembre de 1925; R.O. 137 del

23/12/25.68 Decreto del 22 de diciembre de 1925; R.O. 137 del

23/12/25.69 Decreto del 24 de diciembre de 1925; R.O. 141 del

29/12/25.70 Tcrnel. César Plaza Monsón, Ob. Cit., p. 228.71 Juan J. Paz y Miño Cepeda, “La ¨cuestión social¨… Ob.

Cit., ps. 27 y sig.72 Ibid., ps. 27-2873 Decreto del 27 de julio de 1925; R.O. 15 del

28/07/25.74 Decreto del 18 de noviembre de 1925; R.O. 119 del

02/12/25.75 Decreto del 30 de julio de 1925; R.O. 163 del

04/08/25.76 Decreto del 07 de octubre de 1925; R.O. 77 del

13/10/25.77 Decreto del 30 de julio de 1925; R.O. 21 del

04/08/25.78 Decreto del 5 de noviembre de 1925; R.O. 100 del

10/11/25.79 Decreto del 13 de agosto de 1925; R.O. 31 del

17/08/25.80 Decreto del 11 de agosto de 1925; R.O. 30 del

15/08/25.81 Por ejemplo el mismo historiador Alfredo Pareja

Page 91: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

91 91 91

Diezcanseco, Ob. Cit., p. 344-346, quien hace una ar-dorosa defensa de Francisco Urbina Jado, gerente delBanco Comercial y Agrícola de Guayaquil, a quienconsideró “verdadero propulsor de la burguesía capi-talista”. También interpreta desde la perspectiva delregionalismo Linda Alexander, Ob. Cit., p. 155 y sig.Y, entre otros más, Oscar E. Reyes, quien insinúa esosjuegos regionalistas, Ob. Cit., ps. 31 y sig. Una inter-pretación renovada, procurando el análisis clasista y elmovimiento de las masas, hizo Angel F. Rojas en Lanovela ecuatoriana, Quito, Clásicos Ariel, No. 29,s/f., ps. 146 y sig. El célebre Agustín Cueva, que pro-fundizó el análisis desde la perspectiva del marxismo,interpretó la Revolución Juliana como un movimien-to de las clases medias, bajo las condiciones desventa-josas de las capas dominantes costeñas frente a las se-rranas y como un ajuste de cuentas entre las mismasclases dominantes, que es la tesis que más se ha im-puesto en la literatura y en la historiografía sobre eltema Juliano. Confer. El proceso de dominación polí-tica en el Ecuador, Quito, LETRAVIVA – Planetadel Ecuador, 1988, p. 27 y sig.; y, también del mismoautor: “Ecuador: 1925-1975”, en: América Latina:historia de medio siglo. 1- América del Sur, México,Siglo XXI Editores S.A., 1979, ps. 291 y sig.

82 Las reacciones sobre el “Julianismo” son diversas. Enmedio del “golpe de estado” del viernes 21 de enerodel 2000, el coronel Fausto Cobo, Director de laAcademia de Guerra, unido al movimiento indígena,habló de una nueva “Revolución Juliana” contra lacorrupción. León Febres Cordero, Alcalde de Guaya-quil, replicó, desde su visión, que los golpistas nopueden hablar de tal revolución, porque no saben quela “Revolución Juliana” fue perjudicial para Guaya-quil y que fue contra los costeños. (entrevista en sucasa, del día sábado 22 de enero, transmitida por Te-leamazonas, Canal 4 TV). Blasco Peñaherrera Padilla,exvicepresidente de la República, refiriéndose a los“golpistas” del viernes, dijo que se trató de “jóvenes

Diezcanseco, Ob. Cit., p. 344-346, quien hace una ar-dorosa defensa de Francisco Urbina Jado, gerente delBanco Comercial y Agrícola de Guayaquil, a quienconsideró “verdadero propulsor de la burguesía capi-talista”. También interpreta desde la perspectiva delregionalismo Linda Alexander, Ob. Cit., p. 155 y sig.Y, entre otros más, Oscar E. Reyes, quien insinúa esosjuegos regionalistas, Ob. Cit., ps. 31 y sig. Una inter-pretación renovada, procurando el análisis clasista y elmovimiento de las masas, hizo Angel F. Rojas en Lanovela ecuatoriana, Quito, Clásicos Ariel, No. 29,s/f., ps. 146 y sig. El célebre Agustín Cueva, que pro-fundizó el análisis desde la perspectiva del marxismo,interpretó la Revolución Juliana como un movimien-to de las clases medias, bajo las condiciones desventa-josas de las capas dominantes costeñas frente a las se-rranas y como un ajuste de cuentas entre las mismasclases dominantes, que es la tesis que más se ha im-puesto en la literatura y en la historiografía sobre eltema Juliano. Confer. El proceso de dominación polí-tica en el Ecuador, Quito, LETRAVIVA – Planetadel Ecuador, 1988, p. 27 y sig.; y, también del mismoautor: “Ecuador: 1925-1975”, en: América Latina:historia de medio siglo. 1- América del Sur, México,Siglo XXI Editores S.A., 1979, ps. 291 y sig.

82 Las reacciones sobre el “Julianismo” son diversas. Enmedio del “golpe de estado” del viernes 21 de enerodel 2000, el coronel Fausto Cobo, Director de laAcademia de Guerra, unido al movimiento indígena,habló de una nueva “Revolución Juliana” contra lacorrupción. León Febres Cordero, Alcalde de Guaya-quil, replicó, desde su visión, que los golpistas nopueden hablar de tal revolución, porque no saben quela “Revolución Juliana” fue perjudicial para Guaya-quil y que fue contra los costeños. (entrevista en sucasa, del día sábado 22 de enero, transmitida por Te-leamazonas, Canal 4 TV). Blasco Peñaherrera Padilla,exvicepresidente de la República, refiriéndose a los“golpistas” del viernes, dijo que se trató de “jóvenes

Diezcanseco, Ob. Cit., p. 344-346, quien hace una ar-dorosa defensa de Francisco Urbina Jado, gerente delBanco Comercial y Agrícola de Guayaquil, a quienconsideró “verdadero propulsor de la burguesía capi-talista”. También interpreta desde la perspectiva delregionalismo Linda Alexander, Ob. Cit., p. 155 y sig.Y, entre otros más, Oscar E. Reyes, quien insinúa esosjuegos regionalistas, Ob. Cit., ps. 31 y sig. Una inter-pretación renovada, procurando el análisis clasista y elmovimiento de las masas, hizo Angel F. Rojas en Lanovela ecuatoriana, Quito, Clásicos Ariel, No. 29,s/f., ps. 146 y sig. El célebre Agustín Cueva, que pro-fundizó el análisis desde la perspectiva del marxismo,interpretó la Revolución Juliana como un movimien-to de las clases medias, bajo las condiciones desventa-josas de las capas dominantes costeñas frente a las se-rranas y como un ajuste de cuentas entre las mismasclases dominantes, que es la tesis que más se ha im-puesto en la literatura y en la historiografía sobre eltema Juliano. Confer. El proceso de dominación polí-tica en el Ecuador, Quito, LETRAVIVA – Planetadel Ecuador, 1988, p. 27 y sig.; y, también del mismoautor: “Ecuador: 1925-1975”, en: América Latina:historia de medio siglo. 1- América del Sur, México,Siglo XXI Editores S.A., 1979, ps. 291 y sig.

82 Las reacciones sobre el “Julianismo” son diversas. Enmedio del “golpe de estado” del viernes 21 de enerodel 2000, el coronel Fausto Cobo, Director de laAcademia de Guerra, unido al movimiento indígena,habló de una nueva “Revolución Juliana” contra lacorrupción. León Febres Cordero, Alcalde de Guaya-quil, replicó, desde su visión, que los golpistas nopueden hablar de tal revolución, porque no saben quela “Revolución Juliana” fue perjudicial para Guaya-quil y que fue contra los costeños. (entrevista en sucasa, del día sábado 22 de enero, transmitida por Te-leamazonas, Canal 4 TV). Blasco Peñaherrera Padilla,exvicepresidente de la República, refiriéndose a los“golpistas” del viernes, dijo que se trató de “jóvenes

Page 92: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

92 92 92

militares seudojulianos” (entrevista en ECUAVISA,domingo 23 de enero del 2000). El matemático JuanJosé Illingworth, político guayaquileño, dijo que laRevolución Juliana “fue muy mala para Guayaquil”(entrevista de TELECENTRO, Canal 10, del domin-go 23 de enero del 2000).

83 El tema es muy recurrente en la historiografía ecuato-riana. Nuevamente hay que referirse a los “clásicos”de la investigación cacaotera, citados en la nota No. 2.

84 Un cuadro sobre las 16 industrias textiles serranasmás importantes, da cuenta de S/. 11.392.544,oo in-vertidos en capital, extensivo uso de máquinas hidroe-léctricas y eléctricas, unos 124 empleados y unos2.388 obreros. Delfín Orellana, Estudios monográfi-cos del Ecuador, Quito, Escuela Tipográfica Salesiana,1929, T. I.

85 “La Junta Militar de Guayaquil, en definitiva, quedóconstituida con el siguiente personal: por el BatallónMarañón, Mayor Ildefonso Mendoza, que actuaba co-mo Presidente y el Teniente Leonidas Salas que de-sempeñaba el cargo de Secretario, aunque con voto;por el Batallón Quito, los Tenientes Icaza y Castillo;por el Regimiento Bolívar, los Tenientes Erazo y Ro-dríguez, aunque como una prerrogativa para esa uni-dad en veces asistían también el Capitán Rivadeneiray el Teniente Cristóbal Espinosa; por la Marina, elComandante Diógenes Fernández y en los últimosdías el Comandante Manuel María Cevallos. Despuésdel movimiento el personal fue aumentado con los re-presentantes de la aviación (campo de “El Cóndor”) ycon los representantes de la guarnición de la provinciade Los Ríos y, además, con un secretario.” IldefonsoMendoza Vera, “La Revolución de Julio y sus Actores”, ElTelégrafo, Guayaquil, jueves 14 de agosto de 1930.

86 Mendoza era considerado un “Lenin” o un “Trotsky”en Guayaquil, por su indiscutible liderazgo militar ysimpatía popular. Confer. Oscar E. Reyes, Ob. Cit.,ps. 40-41.

87 Mendoza detalla hechos sobre la Liga Militar y el

militares seudojulianos” (entrevista en ECUAVISA,domingo 23 de enero del 2000). El matemático JuanJosé Illingworth, político guayaquileño, dijo que laRevolución Juliana “fue muy mala para Guayaquil”(entrevista de TELECENTRO, Canal 10, del domin-go 23 de enero del 2000).

83 El tema es muy recurrente en la historiografía ecuato-riana. Nuevamente hay que referirse a los “clásicos”de la investigación cacaotera, citados en la nota No. 2.

84 Un cuadro sobre las 16 industrias textiles serranasmás importantes, da cuenta de S/. 11.392.544,oo in-vertidos en capital, extensivo uso de máquinas hidroe-léctricas y eléctricas, unos 124 empleados y unos2.388 obreros. Delfín Orellana, Estudios monográfi-cos del Ecuador, Quito, Escuela Tipográfica Salesiana,1929, T. I.

85 “La Junta Militar de Guayaquil, en definitiva, quedóconstituida con el siguiente personal: por el BatallónMarañón, Mayor Ildefonso Mendoza, que actuaba co-mo Presidente y el Teniente Leonidas Salas que de-sempeñaba el cargo de Secretario, aunque con voto;por el Batallón Quito, los Tenientes Icaza y Castillo;por el Regimiento Bolívar, los Tenientes Erazo y Ro-dríguez, aunque como una prerrogativa para esa uni-dad en veces asistían también el Capitán Rivadeneiray el Teniente Cristóbal Espinosa; por la Marina, elComandante Diógenes Fernández y en los últimosdías el Comandante Manuel María Cevallos. Despuésdel movimiento el personal fue aumentado con los re-presentantes de la aviación (campo de “El Cóndor”) ycon los representantes de la guarnición de la provinciade Los Ríos y, además, con un secretario.” IldefonsoMendoza Vera, “La Revolución de Julio y sus Actores”, ElTelégrafo, Guayaquil, jueves 14 de agosto de 1930.

86 Mendoza era considerado un “Lenin” o un “Trotsky”en Guayaquil, por su indiscutible liderazgo militar ysimpatía popular. Confer. Oscar E. Reyes, Ob. Cit.,ps. 40-41.

87 Mendoza detalla hechos sobre la Liga Militar y el

militares seudojulianos” (entrevista en ECUAVISA,domingo 23 de enero del 2000). El matemático JuanJosé Illingworth, político guayaquileño, dijo que laRevolución Juliana “fue muy mala para Guayaquil”(entrevista de TELECENTRO, Canal 10, del domin-go 23 de enero del 2000).

83 El tema es muy recurrente en la historiografía ecuato-riana. Nuevamente hay que referirse a los “clásicos”de la investigación cacaotera, citados en la nota No. 2.

84 Un cuadro sobre las 16 industrias textiles serranasmás importantes, da cuenta de S/. 11.392.544,oo in-vertidos en capital, extensivo uso de máquinas hidroe-léctricas y eléctricas, unos 124 empleados y unos2.388 obreros. Delfín Orellana, Estudios monográfi-cos del Ecuador, Quito, Escuela Tipográfica Salesiana,1929, T. I.

85 “La Junta Militar de Guayaquil, en definitiva, quedóconstituida con el siguiente personal: por el BatallónMarañón, Mayor Ildefonso Mendoza, que actuaba co-mo Presidente y el Teniente Leonidas Salas que de-sempeñaba el cargo de Secretario, aunque con voto;por el Batallón Quito, los Tenientes Icaza y Castillo;por el Regimiento Bolívar, los Tenientes Erazo y Ro-dríguez, aunque como una prerrogativa para esa uni-dad en veces asistían también el Capitán Rivadeneiray el Teniente Cristóbal Espinosa; por la Marina, elComandante Diógenes Fernández y en los últimosdías el Comandante Manuel María Cevallos. Despuésdel movimiento el personal fue aumentado con los re-presentantes de la aviación (campo de “El Cóndor”) ycon los representantes de la guarnición de la provinciade Los Ríos y, además, con un secretario.” IldefonsoMendoza Vera, “La Revolución de Julio y sus Actores”, ElTelégrafo, Guayaquil, jueves 14 de agosto de 1930.

86 Mendoza era considerado un “Lenin” o un “Trotsky”en Guayaquil, por su indiscutible liderazgo militar ysimpatía popular. Confer. Oscar E. Reyes, Ob. Cit.,ps. 40-41.

87 Mendoza detalla hechos sobre la Liga Militar y el

Page 93: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

93 93 93

complot que prepararon, pero insinúa, constantemen-te, la desconfianza que mantuvo sobre oficiales de lasierra y sobre los sucesos encaminados desde Quito.Su versión parece más emotiva que objetiva. Entreotras frases, afirma: “Cábeme la satisfacción de habersido el eje principal del 9 de Julio”; admite “no habersido yo partidario del ingreso a la Liga, de oficialessuperiores al grado de Sargento Mayor”; “de haber yocombatido el ingreso de los Generales Gómez de laTorre y Moisés Oliva”; sobre el programa revoluciona-rio: “fue, pues, impuesto, mas no aceptado, ni por míni por la guarnición de mi jurisdicción”; sobre lospreparativos en Quito: “A tal extremo llegó la situa-ción, que resuelto estuve a prescindir del concurso delRegimiento para efectuar el movimiento”; sobre otrospormenores de la confabulación militar: “En el norteun oficial superior había delatado la conspiración alseñor General Rafael Almeida Suárez. En la zona demi jurisdicción no se había producido ninguna dela-ción, pero lo ocurrido en la Sierra me obligaba a to-mar toda clase de precauciones”, “La Revolución de Ju-lio y sus actores”, Ob. Cit.

88 La “asamblea popular” no quería políticos militantes,ni caudillos, tampoco banqueros; pero “en el ambien-te no había otra cosa” y, de repente, alguien lanzó vi-vas por Federico Intriago; entonces, un empleado delBanco del Ecuador insinuó el nombre de Eduardo Ga-me; sin acuerdo posible en medio de semejante ensayo“democrático”, se optó porque la propia Junta Militarproponga los nombres. Confer. Oscar E. Reyes, Ob.Cit., ps. 35-36.

89 Luis N. Dillon, La crisis… Ob. Cit., 1927, p. 267.90 Decreto del 11 de febrero de 1926; R.O. 181 del

15/02/26.91 El historiador serrano Oscar E. Reyes escribió: “Todo

lo expurgó y examinó, con febril anhelo, Luis N. Di-llon… Entraba y salía como un huracán, rechazandotoda tentativa de acercamiento adulador, hasta inspi-rar espanto en palanqueadores e informantes noci-

complot que prepararon, pero insinúa, constantemen-te, la desconfianza que mantuvo sobre oficiales de lasierra y sobre los sucesos encaminados desde Quito.Su versión parece más emotiva que objetiva. Entreotras frases, afirma: “Cábeme la satisfacción de habersido el eje principal del 9 de Julio”; admite “no habersido yo partidario del ingreso a la Liga, de oficialessuperiores al grado de Sargento Mayor”; “de haber yocombatido el ingreso de los Generales Gómez de laTorre y Moisés Oliva”; sobre el programa revoluciona-rio: “fue, pues, impuesto, mas no aceptado, ni por míni por la guarnición de mi jurisdicción”; sobre lospreparativos en Quito: “A tal extremo llegó la situa-ción, que resuelto estuve a prescindir del concurso delRegimiento para efectuar el movimiento”; sobre otrospormenores de la confabulación militar: “En el norteun oficial superior había delatado la conspiración alseñor General Rafael Almeida Suárez. En la zona demi jurisdicción no se había producido ninguna dela-ción, pero lo ocurrido en la Sierra me obligaba a to-mar toda clase de precauciones”, “La Revolución de Ju-lio y sus actores”, Ob. Cit.

88 La “asamblea popular” no quería políticos militantes,ni caudillos, tampoco banqueros; pero “en el ambien-te no había otra cosa” y, de repente, alguien lanzó vi-vas por Federico Intriago; entonces, un empleado delBanco del Ecuador insinuó el nombre de Eduardo Ga-me; sin acuerdo posible en medio de semejante ensayo“democrático”, se optó porque la propia Junta Militarproponga los nombres. Confer. Oscar E. Reyes, Ob.Cit., ps. 35-36.

89 Luis N. Dillon, La crisis… Ob. Cit., 1927, p. 267.90 Decreto del 11 de febrero de 1926; R.O. 181 del

15/02/26.91 El historiador serrano Oscar E. Reyes escribió: “Todo

lo expurgó y examinó, con febril anhelo, Luis N. Di-llon… Entraba y salía como un huracán, rechazandotoda tentativa de acercamiento adulador, hasta inspi-rar espanto en palanqueadores e informantes noci-

complot que prepararon, pero insinúa, constantemen-te, la desconfianza que mantuvo sobre oficiales de lasierra y sobre los sucesos encaminados desde Quito.Su versión parece más emotiva que objetiva. Entreotras frases, afirma: “Cábeme la satisfacción de habersido el eje principal del 9 de Julio”; admite “no habersido yo partidario del ingreso a la Liga, de oficialessuperiores al grado de Sargento Mayor”; “de haber yocombatido el ingreso de los Generales Gómez de laTorre y Moisés Oliva”; sobre el programa revoluciona-rio: “fue, pues, impuesto, mas no aceptado, ni por míni por la guarnición de mi jurisdicción”; sobre lospreparativos en Quito: “A tal extremo llegó la situa-ción, que resuelto estuve a prescindir del concurso delRegimiento para efectuar el movimiento”; sobre otrospormenores de la confabulación militar: “En el norteun oficial superior había delatado la conspiración alseñor General Rafael Almeida Suárez. En la zona demi jurisdicción no se había producido ninguna dela-ción, pero lo ocurrido en la Sierra me obligaba a to-mar toda clase de precauciones”, “La Revolución de Ju-lio y sus actores”, Ob. Cit.

88 La “asamblea popular” no quería políticos militantes,ni caudillos, tampoco banqueros; pero “en el ambien-te no había otra cosa” y, de repente, alguien lanzó vi-vas por Federico Intriago; entonces, un empleado delBanco del Ecuador insinuó el nombre de Eduardo Ga-me; sin acuerdo posible en medio de semejante ensayo“democrático”, se optó porque la propia Junta Militarproponga los nombres. Confer. Oscar E. Reyes, Ob.Cit., ps. 35-36.

89 Luis N. Dillon, La crisis… Ob. Cit., 1927, p. 267.90 Decreto del 11 de febrero de 1926; R.O. 181 del

15/02/26.91 El historiador serrano Oscar E. Reyes escribió: “Todo

lo expurgó y examinó, con febril anhelo, Luis N. Di-llon… Entraba y salía como un huracán, rechazandotoda tentativa de acercamiento adulador, hasta inspi-rar espanto en palanqueadores e informantes noci-

Page 94: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

94 94 94

vos… trabajaba con un empeño loco, revisando febril-mente legajos y anotando cifras y dictando proyec-tos… Y tenía una obsesión: las ¨medidas radicales¨,aplicadas a todo con ímpetu”. Ob. Cit., p. 38. En unainterpretación, por demás subjetiva, el historiadorguayaquileño Julio Estrada escribió, en cambio: “fueun político de excepcional inteligencia y gran poderde convicción, pero enfermizamente regionalista; suodio a los bancos se debe achacarlo al hecho de que nien el Banco de Préstamos ni en la Compañía de Crédi-to Agrícola e Industrial pudo trabajar muy largo.¿Por intemperancia? ¿Por incapacidad?”. Cit. porGuillermo Arosemena, Ecuador. Evolución… Ob.Cit., p. 246.

92 Así lo reconocen, entre otros, Alfredo Pareja Diezcan-seco, Ob. Cit., p. 342; también Oscar E. Reyes, tantoen su libro “Los últimos siete años”, como en su Bre-ve Historia General del Ecuador, Quito, ImprentaOffset Chávez, 1977, T. II-III, p. 268.

93 Confer., Luis N. Dillon, Ob. Cit. ps.258-269.94 Luis N. Dillon, Ibid., p. 259.95 Luis N. Dillon, Ibid., ps. 259-260.96 Conferencias económicas, Quito, Talleres tipográfi-

cos del Ministerio de Hacienda, 1926.97 Confer., Rebeca Almeida, Ob. Cit. 98 En telegrama del 12 de julio de 1925, dirigido al Ge-

neral Gómez de la Torre, el banquero guayaquileñoVíctor Emilio Estrada, le dijo: “Reciba expresión sim-patía idealidad movimiento militar. Ruégole conside-rarme espiritualmente vinculado propósitos renovado-res. Por mi parte listo cooperar posponiendo siempreintereses personales. Comunícole enemigos competi-dores tratan desprestigiarme aprovechando circuns-tancia, pero Comité Militar concédeme garantías.Ruégole respuesta y considerarme íntimamente adhe-rido a la obra de la Institución Militar, a la que perte-necí desde juventud y en la cual sigo siendo fiel cama-rada. Su amigo”, José Gabriel Navarro, Documen-tos… Ob. Cit., p. 20.

vos… trabajaba con un empeño loco, revisando febril-mente legajos y anotando cifras y dictando proyec-tos… Y tenía una obsesión: las ¨medidas radicales¨,aplicadas a todo con ímpetu”. Ob. Cit., p. 38. En unainterpretación, por demás subjetiva, el historiadorguayaquileño Julio Estrada escribió, en cambio: “fueun político de excepcional inteligencia y gran poderde convicción, pero enfermizamente regionalista; suodio a los bancos se debe achacarlo al hecho de que nien el Banco de Préstamos ni en la Compañía de Crédi-to Agrícola e Industrial pudo trabajar muy largo.¿Por intemperancia? ¿Por incapacidad?”. Cit. porGuillermo Arosemena, Ecuador. Evolución… Ob.Cit., p. 246.

92 Así lo reconocen, entre otros, Alfredo Pareja Diezcan-seco, Ob. Cit., p. 342; también Oscar E. Reyes, tantoen su libro “Los últimos siete años”, como en su Bre-ve Historia General del Ecuador, Quito, ImprentaOffset Chávez, 1977, T. II-III, p. 268.

93 Confer., Luis N. Dillon, Ob. Cit. ps.258-269.94 Luis N. Dillon, Ibid., p. 259.95 Luis N. Dillon, Ibid., ps. 259-260.96 Conferencias económicas, Quito, Talleres tipográfi-

cos del Ministerio de Hacienda, 1926.97 Confer., Rebeca Almeida, Ob. Cit. 98 En telegrama del 12 de julio de 1925, dirigido al Ge-

neral Gómez de la Torre, el banquero guayaquileñoVíctor Emilio Estrada, le dijo: “Reciba expresión sim-patía idealidad movimiento militar. Ruégole conside-rarme espiritualmente vinculado propósitos renovado-res. Por mi parte listo cooperar posponiendo siempreintereses personales. Comunícole enemigos competi-dores tratan desprestigiarme aprovechando circuns-tancia, pero Comité Militar concédeme garantías.Ruégole respuesta y considerarme íntimamente adhe-rido a la obra de la Institución Militar, a la que perte-necí desde juventud y en la cual sigo siendo fiel cama-rada. Su amigo”, José Gabriel Navarro, Documen-tos… Ob. Cit., p. 20.

vos… trabajaba con un empeño loco, revisando febril-mente legajos y anotando cifras y dictando proyec-tos… Y tenía una obsesión: las ¨medidas radicales¨,aplicadas a todo con ímpetu”. Ob. Cit., p. 38. En unainterpretación, por demás subjetiva, el historiadorguayaquileño Julio Estrada escribió, en cambio: “fueun político de excepcional inteligencia y gran poderde convicción, pero enfermizamente regionalista; suodio a los bancos se debe achacarlo al hecho de que nien el Banco de Préstamos ni en la Compañía de Crédi-to Agrícola e Industrial pudo trabajar muy largo.¿Por intemperancia? ¿Por incapacidad?”. Cit. porGuillermo Arosemena, Ecuador. Evolución… Ob.Cit., p. 246.

92 Así lo reconocen, entre otros, Alfredo Pareja Diezcan-seco, Ob. Cit., p. 342; también Oscar E. Reyes, tantoen su libro “Los últimos siete años”, como en su Bre-ve Historia General del Ecuador, Quito, ImprentaOffset Chávez, 1977, T. II-III, p. 268.

93 Confer., Luis N. Dillon, Ob. Cit. ps.258-269.94 Luis N. Dillon, Ibid., p. 259.95 Luis N. Dillon, Ibid., ps. 259-260.96 Conferencias económicas, Quito, Talleres tipográfi-

cos del Ministerio de Hacienda, 1926.97 Confer., Rebeca Almeida, Ob. Cit. 98 En telegrama del 12 de julio de 1925, dirigido al Ge-

neral Gómez de la Torre, el banquero guayaquileñoVíctor Emilio Estrada, le dijo: “Reciba expresión sim-patía idealidad movimiento militar. Ruégole conside-rarme espiritualmente vinculado propósitos renovado-res. Por mi parte listo cooperar posponiendo siempreintereses personales. Comunícole enemigos competi-dores tratan desprestigiarme aprovechando circuns-tancia, pero Comité Militar concédeme garantías.Ruégole respuesta y considerarme íntimamente adhe-rido a la obra de la Institución Militar, a la que perte-necí desde juventud y en la cual sigo siendo fiel cama-rada. Su amigo”, José Gabriel Navarro, Documen-tos… Ob. Cit., p. 20.

Page 95: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

95 95 95

99 Víctor Emilio Estrada, Moneda y Bancos en el Ecua-dor, Quito, Banco Central del Ecuador-CorporaciónEditora Nacional, 1982, p. 275.

100 Paul W. Drake, Kemmerer en los Andes, Quito, Ban-co Central del Ecuador, 1995, ps. 226-227.

101 Guillermo Arosemena, Ecuador. Evolución… Ob.Cit., p. 244; Rebeca Almeida, Ob. Cit., p. 53.

102 A propósito de la movilización indígena de enero del2000, desarrollada contra la dolarización de la econo-mía decretada por el Presidente Jamil Mahuad y a fa-vor de un cambio institucional total en el país, hanrevivido las voces que reclaman “mano dura y firme”contra los indígenas.

103 Luis N. Dillon, Ob. Cit., p. 268.104 Fredrick B. Pike, The united States and the Andean

Republics: Peru, Bolivia, and Ecuador, HarvardUniversity Press, 1977.

105 El ideólogo liberal José Peralta advirtió la penetración“imperialista” de los Estados Unidos, concluyendoque también al Ecuador le había llegado su turno:compañías americanas rondan sobre los recursos delpaís y, sobre todo, la Misión Kemmerer ha comenzadosu incursión para arreglar nuestros sistemas financie-ros. José Peralta, La esclavitud de la América Lati-na, s/f. Véase, también: Juan J. Paz y Miño Cepeda,“La historicidad de José Peralta”, Visión actual de JoséPeralta, Quito, Fundación Friedrich Naumann,1989, ps. 59-60.

106 Confer., Paul W. Drake, Ob. Cit.107 Víctor Emilio Estrada, Ob. Cit., p. 320.108 Por su enorme importancia, transcribo el texto com-

pleto del decreto: “La Junta de Gobierno Provisional.Considerando: Que uno de los principales modos deremediar la actual crisis económica consiste en fomen-tar la producción y, consiguientemente, en protegerlas industrias nacionales; Decreta: Art. 1. Todas lasindustrias nacionales que transformasen materias pri-mas nacionales o extranjeras en artículos manufactura-

99 Víctor Emilio Estrada, Moneda y Bancos en el Ecua-dor, Quito, Banco Central del Ecuador-CorporaciónEditora Nacional, 1982, p. 275.

100 Paul W. Drake, Kemmerer en los Andes, Quito, Ban-co Central del Ecuador, 1995, ps. 226-227.

101 Guillermo Arosemena, Ecuador. Evolución… Ob.Cit., p. 244; Rebeca Almeida, Ob. Cit., p. 53.

102 A propósito de la movilización indígena de enero del2000, desarrollada contra la dolarización de la econo-mía decretada por el Presidente Jamil Mahuad y a fa-vor de un cambio institucional total en el país, hanrevivido las voces que reclaman “mano dura y firme”contra los indígenas.

103 Luis N. Dillon, Ob. Cit., p. 268.104 Fredrick B. Pike, The united States and the Andean

Republics: Peru, Bolivia, and Ecuador, HarvardUniversity Press, 1977.

105 El ideólogo liberal José Peralta advirtió la penetración“imperialista” de los Estados Unidos, concluyendoque también al Ecuador le había llegado su turno:compañías americanas rondan sobre los recursos delpaís y, sobre todo, la Misión Kemmerer ha comenzadosu incursión para arreglar nuestros sistemas financie-ros. José Peralta, La esclavitud de la América Lati-na, s/f. Véase, también: Juan J. Paz y Miño Cepeda,“La historicidad de José Peralta”, Visión actual de JoséPeralta, Quito, Fundación Friedrich Naumann,1989, ps. 59-60.

106 Confer., Paul W. Drake, Ob. Cit.107 Víctor Emilio Estrada, Ob. Cit., p. 320.108 Por su enorme importancia, transcribo el texto com-

pleto del decreto: “La Junta de Gobierno Provisional.Considerando: Que uno de los principales modos deremediar la actual crisis económica consiste en fomen-tar la producción y, consiguientemente, en protegerlas industrias nacionales; Decreta: Art. 1. Todas lasindustrias nacionales que transformasen materias pri-mas nacionales o extranjeras en artículos manufactura-

99 Víctor Emilio Estrada, Moneda y Bancos en el Ecua-dor, Quito, Banco Central del Ecuador-CorporaciónEditora Nacional, 1982, p. 275.

100 Paul W. Drake, Kemmerer en los Andes, Quito, Ban-co Central del Ecuador, 1995, ps. 226-227.

101 Guillermo Arosemena, Ecuador. Evolución… Ob.Cit., p. 244; Rebeca Almeida, Ob. Cit., p. 53.

102 A propósito de la movilización indígena de enero del2000, desarrollada contra la dolarización de la econo-mía decretada por el Presidente Jamil Mahuad y a fa-vor de un cambio institucional total en el país, hanrevivido las voces que reclaman “mano dura y firme”contra los indígenas.

103 Luis N. Dillon, Ob. Cit., p. 268.104 Fredrick B. Pike, The united States and the Andean

Republics: Peru, Bolivia, and Ecuador, HarvardUniversity Press, 1977.

105 El ideólogo liberal José Peralta advirtió la penetración“imperialista” de los Estados Unidos, concluyendoque también al Ecuador le había llegado su turno:compañías americanas rondan sobre los recursos delpaís y, sobre todo, la Misión Kemmerer ha comenzadosu incursión para arreglar nuestros sistemas financie-ros. José Peralta, La esclavitud de la América Lati-na, s/f. Véase, también: Juan J. Paz y Miño Cepeda,“La historicidad de José Peralta”, Visión actual de JoséPeralta, Quito, Fundación Friedrich Naumann,1989, ps. 59-60.

106 Confer., Paul W. Drake, Ob. Cit.107 Víctor Emilio Estrada, Ob. Cit., p. 320.108 Por su enorme importancia, transcribo el texto com-

pleto del decreto: “La Junta de Gobierno Provisional.Considerando: Que uno de los principales modos deremediar la actual crisis económica consiste en fomen-tar la producción y, consiguientemente, en protegerlas industrias nacionales; Decreta: Art. 1. Todas lasindustrias nacionales que transformasen materias pri-mas nacionales o extranjeras en artículos manufactura-

Page 96: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

96 96 96

dos, quedan exentas de pagar todo impuesto, fiscal omunicipal, durante cinco años, a contar desde la fechade este Decreto, y con excepción del impuesto a lasventas. Art. 2. Se tendrán por industrias nacionalestodas aquellas que se explotaren dentro del territoriode la República, con capitales pertenecientes a ecuato-rianos o a extranjeros. Para que las empresas extranje-ras tengan opción a las garantías o concesiones queconsulta este Decreto, será preciso que en su capitalhaya por lo menos un treinta y tres por ciento perte-neciente a nacionales. Art. 3. Todos los artículos ma-nufacturados nacionales quedan, así mismo, exonera-dos de todo impuesto o gravamen fiscal o municipalde exportación. Art. 4. Quedan exoneradas de todoimpuesto fiscal o municipal de importación todas lasmáquinas, sus accesorios, demás artículos y materiasprimas o productos químicos extranjeros que necesita-sen las empresas nacionales para su establecimiento ypara la elaboración de sus artefactos. Art. 5. El Fisco ylas Municipalidades y demás Instituciones de derechopúblico están perentoriamente obligados a consumir,de preferencia, en todas sus dependencias, los artícu-los de producción nacional. No podrán, por tanto, im-portarse artículos extranjeros para las necesidades delEjército, Policía, Casas de Beneficencia, Escuelas, Co-legios, Universidades, obras y establecimientos públi-cos de dependencia oficial, sino previa comprobaciónante el Ministerio de Hacienda de que en el país no seproducen o fabrican en la calidad y cantidad debidasdichos artículos o sus similares. Art. 6. En caso de cri-sis y a juicio del Ministerio de Hacienda, las materiasprimas nacionales que sirvieren para la manufacturade una industria también nacional no podrán expor-tarse, sino después de que se hallasen suficientementeaprovisionadas las fábricas nacionales por el período,por lo menos, de un año. Art. 7. Para el mejor cum-plimiento de esta Ley, se organizará en el Ministeriode Hacienda una sección especial de Industrias, cuyosprincipales objetos serán los siguientes: a) Establecer

dos, quedan exentas de pagar todo impuesto, fiscal omunicipal, durante cinco años, a contar desde la fechade este Decreto, y con excepción del impuesto a lasventas. Art. 2. Se tendrán por industrias nacionalestodas aquellas que se explotaren dentro del territoriode la República, con capitales pertenecientes a ecuato-rianos o a extranjeros. Para que las empresas extranje-ras tengan opción a las garantías o concesiones queconsulta este Decreto, será preciso que en su capitalhaya por lo menos un treinta y tres por ciento perte-neciente a nacionales. Art. 3. Todos los artículos ma-nufacturados nacionales quedan, así mismo, exonera-dos de todo impuesto o gravamen fiscal o municipalde exportación. Art. 4. Quedan exoneradas de todoimpuesto fiscal o municipal de importación todas lasmáquinas, sus accesorios, demás artículos y materiasprimas o productos químicos extranjeros que necesita-sen las empresas nacionales para su establecimiento ypara la elaboración de sus artefactos. Art. 5. El Fisco ylas Municipalidades y demás Instituciones de derechopúblico están perentoriamente obligados a consumir,de preferencia, en todas sus dependencias, los artícu-los de producción nacional. No podrán, por tanto, im-portarse artículos extranjeros para las necesidades delEjército, Policía, Casas de Beneficencia, Escuelas, Co-legios, Universidades, obras y establecimientos públi-cos de dependencia oficial, sino previa comprobaciónante el Ministerio de Hacienda de que en el país no seproducen o fabrican en la calidad y cantidad debidasdichos artículos o sus similares. Art. 6. En caso de cri-sis y a juicio del Ministerio de Hacienda, las materiasprimas nacionales que sirvieren para la manufacturade una industria también nacional no podrán expor-tarse, sino después de que se hallasen suficientementeaprovisionadas las fábricas nacionales por el período,por lo menos, de un año. Art. 7. Para el mejor cum-plimiento de esta Ley, se organizará en el Ministeriode Hacienda una sección especial de Industrias, cuyosprincipales objetos serán los siguientes: a) Establecer

dos, quedan exentas de pagar todo impuesto, fiscal omunicipal, durante cinco años, a contar desde la fechade este Decreto, y con excepción del impuesto a lasventas. Art. 2. Se tendrán por industrias nacionalestodas aquellas que se explotaren dentro del territoriode la República, con capitales pertenecientes a ecuato-rianos o a extranjeros. Para que las empresas extranje-ras tengan opción a las garantías o concesiones queconsulta este Decreto, será preciso que en su capitalhaya por lo menos un treinta y tres por ciento perte-neciente a nacionales. Art. 3. Todos los artículos ma-nufacturados nacionales quedan, así mismo, exonera-dos de todo impuesto o gravamen fiscal o municipalde exportación. Art. 4. Quedan exoneradas de todoimpuesto fiscal o municipal de importación todas lasmáquinas, sus accesorios, demás artículos y materiasprimas o productos químicos extranjeros que necesita-sen las empresas nacionales para su establecimiento ypara la elaboración de sus artefactos. Art. 5. El Fisco ylas Municipalidades y demás Instituciones de derechopúblico están perentoriamente obligados a consumir,de preferencia, en todas sus dependencias, los artícu-los de producción nacional. No podrán, por tanto, im-portarse artículos extranjeros para las necesidades delEjército, Policía, Casas de Beneficencia, Escuelas, Co-legios, Universidades, obras y establecimientos públi-cos de dependencia oficial, sino previa comprobaciónante el Ministerio de Hacienda de que en el país no seproducen o fabrican en la calidad y cantidad debidasdichos artículos o sus similares. Art. 6. En caso de cri-sis y a juicio del Ministerio de Hacienda, las materiasprimas nacionales que sirvieren para la manufacturade una industria también nacional no podrán expor-tarse, sino después de que se hallasen suficientementeaprovisionadas las fábricas nacionales por el período,por lo menos, de un año. Art. 7. Para el mejor cum-plimiento de esta Ley, se organizará en el Ministeriode Hacienda una sección especial de Industrias, cuyosprincipales objetos serán los siguientes: a) Establecer

Page 97: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

97 97 97

el Registro Industrial Nacional, en el cual se matricu-larán todas las empresas industriales nacionales, y seles otorgará la patente respectiva, previa comproba-ción: 1º. De que su capital es nacional, por lo menosde treinta y tres por ciento; 2º. Del objeto y clase deindustria a que se dedica; 3º. De su capacidad de pro-ducción y de consumo, de materias primas nacionaleso extranjeras; 4º. Y de todos los demás detalles técni-cos del caso. b) Extender las patentes industriales aque se refiere el inciso anterior. c) Expedir las patentesde privilegio a que se refiere la Ley del año 1880. Lasección respectiva pasará del Ministerio de lo Interiora formar parte del Ministerio de Hacienda. d) Otorgarlos permisos de liberación de derechos de importacióny los permisos de exportación a que se refieren losArts. 1º, 3º, y 4º, de conformidad con los datos obte-nidos según el inciso a) de este artículo. e) Formar laEstadística Industrial del país y publicar el Boletín se-mestral respectivo. f) Expedir los Reglamentos quefueren necesarios para el mejor cumplimiento de estaLey. g) Revisar las leyes de aduana, aranceles y más le-yes económicas, con el objeto de proponer al Congresolas reformas que resultasen en provecho y fomento delas industrias nacionales; y h) Todos los demás objetosque contribuyeren al mejor cumplimiento de esta Ley.Art. 8. Los señores Vocales Ministros de Hacienda yde Municipalidades quedan encargados de la ejecu-ción del presente Decreto. Dado en el Palacio de Go-bierno, en Quito, a veintiuno de Noviembre de milnovecientos veinticinco. (f) José Rafael Bustamante,Vocal Director, Ministro de Relaciones Exteriores yEncargado de la Cartera de lo Interior. (f) F. ArízagaL., Vocal Ministro de Instrucción Pública y Encarga-do de la Cartera de Guerra. (f) Pedro P. Garaicoa, Vo-cal Ministro de Previsión Social y Trabajo. (f) Luis N.Dillon, Vocal Ministro de Hacienda. Julio E. Moreno,Secretario General. Publíquese. El Secretario General,Julio E. Moreno. R.O. 113 del 25/11/25.

109 Considerando “que es notorio el estado de ruina en

el Registro Industrial Nacional, en el cual se matricu-larán todas las empresas industriales nacionales, y seles otorgará la patente respectiva, previa comproba-ción: 1º. De que su capital es nacional, por lo menosde treinta y tres por ciento; 2º. Del objeto y clase deindustria a que se dedica; 3º. De su capacidad de pro-ducción y de consumo, de materias primas nacionaleso extranjeras; 4º. Y de todos los demás detalles técni-cos del caso. b) Extender las patentes industriales aque se refiere el inciso anterior. c) Expedir las patentesde privilegio a que se refiere la Ley del año 1880. Lasección respectiva pasará del Ministerio de lo Interiora formar parte del Ministerio de Hacienda. d) Otorgarlos permisos de liberación de derechos de importacióny los permisos de exportación a que se refieren losArts. 1º, 3º, y 4º, de conformidad con los datos obte-nidos según el inciso a) de este artículo. e) Formar laEstadística Industrial del país y publicar el Boletín se-mestral respectivo. f) Expedir los Reglamentos quefueren necesarios para el mejor cumplimiento de estaLey. g) Revisar las leyes de aduana, aranceles y más le-yes económicas, con el objeto de proponer al Congresolas reformas que resultasen en provecho y fomento delas industrias nacionales; y h) Todos los demás objetosque contribuyeren al mejor cumplimiento de esta Ley.Art. 8. Los señores Vocales Ministros de Hacienda yde Municipalidades quedan encargados de la ejecu-ción del presente Decreto. Dado en el Palacio de Go-bierno, en Quito, a veintiuno de Noviembre de milnovecientos veinticinco. (f) José Rafael Bustamante,Vocal Director, Ministro de Relaciones Exteriores yEncargado de la Cartera de lo Interior. (f) F. ArízagaL., Vocal Ministro de Instrucción Pública y Encarga-do de la Cartera de Guerra. (f) Pedro P. Garaicoa, Vo-cal Ministro de Previsión Social y Trabajo. (f) Luis N.Dillon, Vocal Ministro de Hacienda. Julio E. Moreno,Secretario General. Publíquese. El Secretario General,Julio E. Moreno. R.O. 113 del 25/11/25.

109 Considerando “que es notorio el estado de ruina en

el Registro Industrial Nacional, en el cual se matricu-larán todas las empresas industriales nacionales, y seles otorgará la patente respectiva, previa comproba-ción: 1º. De que su capital es nacional, por lo menosde treinta y tres por ciento; 2º. Del objeto y clase deindustria a que se dedica; 3º. De su capacidad de pro-ducción y de consumo, de materias primas nacionaleso extranjeras; 4º. Y de todos los demás detalles técni-cos del caso. b) Extender las patentes industriales aque se refiere el inciso anterior. c) Expedir las patentesde privilegio a que se refiere la Ley del año 1880. Lasección respectiva pasará del Ministerio de lo Interiora formar parte del Ministerio de Hacienda. d) Otorgarlos permisos de liberación de derechos de importacióny los permisos de exportación a que se refieren losArts. 1º, 3º, y 4º, de conformidad con los datos obte-nidos según el inciso a) de este artículo. e) Formar laEstadística Industrial del país y publicar el Boletín se-mestral respectivo. f) Expedir los Reglamentos quefueren necesarios para el mejor cumplimiento de estaLey. g) Revisar las leyes de aduana, aranceles y más le-yes económicas, con el objeto de proponer al Congresolas reformas que resultasen en provecho y fomento delas industrias nacionales; y h) Todos los demás objetosque contribuyeren al mejor cumplimiento de esta Ley.Art. 8. Los señores Vocales Ministros de Hacienda yde Municipalidades quedan encargados de la ejecu-ción del presente Decreto. Dado en el Palacio de Go-bierno, en Quito, a veintiuno de Noviembre de milnovecientos veinticinco. (f) José Rafael Bustamante,Vocal Director, Ministro de Relaciones Exteriores yEncargado de la Cartera de lo Interior. (f) F. ArízagaL., Vocal Ministro de Instrucción Pública y Encarga-do de la Cartera de Guerra. (f) Pedro P. Garaicoa, Vo-cal Ministro de Previsión Social y Trabajo. (f) Luis N.Dillon, Vocal Ministro de Hacienda. Julio E. Moreno,Secretario General. Publíquese. El Secretario General,Julio E. Moreno. R.O. 113 del 25/11/25.

109 Considerando “que es notorio el estado de ruina en

Page 98: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

98 98 98

que se hallan la mayor parte de las haciendas de ca-cao… que es preciso ayudar a los agricultores, paraque puedan salvar sus fincas… que algunas haciendasde cacao figuran en los catastros con avalúos que noestán de acuerdo con el estado en que actualmente sehallan”, la Junta de Gobierno Provisional decretó“una revisión de los Catastros formados para la recau-dación de los impuestos sobre las haciendas de cacao”con el fin de rebajar los impuestos a los predios afecta-dos por la plaga de la “escoba de bruja”. Decreto del18 de noviembre de 1925; R.O. 110 del 21/11/25.

110 Los oficiales de la Liga de Quito tuvieron algunas reu-niones secretas con Dillon, Moreno y otros, según re-ferencia del Comandante Mendoza, quien reprobó eseproceder. Cit. por Luis Robalino Dávila, El 9 de Ju-lio… Ob. Cit., p. 62. Sin embargo, de acuerdo con elTcrnel. César Plaza Monzón, “en aquella época, losmilitares tenían muy poco contacto con los civiles,concretándonos a nuestra función y desconociendo untanto sus aspiraciones y sistemas de marcha dentro dela vida civil nacional”, “La Revolución del 9… Ob.Cit., p. 229.

111 Decreto del 10 de enero de 1926; R.O. 154 del14/01/26.

112 Decreto del 22 de enero de 1926; R.O. 162 del23/01/26.

113 Decreto del 1 de febrero de 1926; R.O. 171 del03/02/26.

114 Decreto del 14 de enero de 1926; R.O. 158 del19/01/26.

115 Decreto del 22 de enero de 1926; R.O. 162 del23/01/26.

116 Decreto del 29 de enero de 1926; R.O. 172 del04/02/26.

117 Decreto del 5 de febrero de 1926; R.O. 176 del09/02/26.

118 Decreto del 12 de febrero de 1926; R.O. 182 del16/02/26.

119 Decreto del 18 de marzo de 1926; R.O. 210 del

que se hallan la mayor parte de las haciendas de ca-cao… que es preciso ayudar a los agricultores, paraque puedan salvar sus fincas… que algunas haciendasde cacao figuran en los catastros con avalúos que noestán de acuerdo con el estado en que actualmente sehallan”, la Junta de Gobierno Provisional decretó“una revisión de los Catastros formados para la recau-dación de los impuestos sobre las haciendas de cacao”con el fin de rebajar los impuestos a los predios afecta-dos por la plaga de la “escoba de bruja”. Decreto del18 de noviembre de 1925; R.O. 110 del 21/11/25.

110 Los oficiales de la Liga de Quito tuvieron algunas reu-niones secretas con Dillon, Moreno y otros, según re-ferencia del Comandante Mendoza, quien reprobó eseproceder. Cit. por Luis Robalino Dávila, El 9 de Ju-lio… Ob. Cit., p. 62. Sin embargo, de acuerdo con elTcrnel. César Plaza Monzón, “en aquella época, losmilitares tenían muy poco contacto con los civiles,concretándonos a nuestra función y desconociendo untanto sus aspiraciones y sistemas de marcha dentro dela vida civil nacional”, “La Revolución del 9… Ob.Cit., p. 229.

111 Decreto del 10 de enero de 1926; R.O. 154 del14/01/26.

112 Decreto del 22 de enero de 1926; R.O. 162 del23/01/26.

113 Decreto del 1 de febrero de 1926; R.O. 171 del03/02/26.

114 Decreto del 14 de enero de 1926; R.O. 158 del19/01/26.

115 Decreto del 22 de enero de 1926; R.O. 162 del23/01/26.

116 Decreto del 29 de enero de 1926; R.O. 172 del04/02/26.

117 Decreto del 5 de febrero de 1926; R.O. 176 del09/02/26.

118 Decreto del 12 de febrero de 1926; R.O. 182 del16/02/26.

119 Decreto del 18 de marzo de 1926; R.O. 210 del

que se hallan la mayor parte de las haciendas de ca-cao… que es preciso ayudar a los agricultores, paraque puedan salvar sus fincas… que algunas haciendasde cacao figuran en los catastros con avalúos que noestán de acuerdo con el estado en que actualmente sehallan”, la Junta de Gobierno Provisional decretó“una revisión de los Catastros formados para la recau-dación de los impuestos sobre las haciendas de cacao”con el fin de rebajar los impuestos a los predios afecta-dos por la plaga de la “escoba de bruja”. Decreto del18 de noviembre de 1925; R.O. 110 del 21/11/25.

110 Los oficiales de la Liga de Quito tuvieron algunas reu-niones secretas con Dillon, Moreno y otros, según re-ferencia del Comandante Mendoza, quien reprobó eseproceder. Cit. por Luis Robalino Dávila, El 9 de Ju-lio… Ob. Cit., p. 62. Sin embargo, de acuerdo con elTcrnel. César Plaza Monzón, “en aquella época, losmilitares tenían muy poco contacto con los civiles,concretándonos a nuestra función y desconociendo untanto sus aspiraciones y sistemas de marcha dentro dela vida civil nacional”, “La Revolución del 9… Ob.Cit., p. 229.

111 Decreto del 10 de enero de 1926; R.O. 154 del14/01/26.

112 Decreto del 22 de enero de 1926; R.O. 162 del23/01/26.

113 Decreto del 1 de febrero de 1926; R.O. 171 del03/02/26.

114 Decreto del 14 de enero de 1926; R.O. 158 del19/01/26.

115 Decreto del 22 de enero de 1926; R.O. 162 del23/01/26.

116 Decreto del 29 de enero de 1926; R.O. 172 del04/02/26.

117 Decreto del 5 de febrero de 1926; R.O. 176 del09/02/26.

118 Decreto del 12 de febrero de 1926; R.O. 182 del16/02/26.

119 Decreto del 18 de marzo de 1926; R.O. 210 del

Page 99: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

99 99 99

20/03/26.120 Decreto del 19 de marzo de 1926; R.O. 216 del

27/03/26.121 Decreto del 1º. de abril de 1926; R.O. 01 del

03/04/26.122 Decreto del 1º. de abril de 1926; R.O. 01 del

03/04/26, por el que, además, fueron nombrados co-mo Ministros: Julio E. Moreno, para Interior y comoencargado del despacho de Guerra y Marina; HomeroViteri Lafronte, para Relaciones Exteriores y como en-cargado del despacho de Instrucción Pública; y PedroL. Núñez, para Hacienda y como encargado del despa-cho de Previsión Social. La dictadura de Isidro Ayora,como “Presidente Provisional”, duró desde el 1º. deabril de 1926 hasta el 8 de octubre de 1928, puesAyora entregó el poder a la Asamblea si bien continuóal frente del Ejecutivo desde el 9 de octubre de 1928,posesionándose como Presidente Constitucional, antela Asamblea Nacional, el 17 de abril de 1929, cargoen el que permaneció hasta el 24 de agosto de 1931,cuando se vio forzado a renunciar.

123 Isidro Ayora, Mensaje de… 1928, Ob. Cit., ps. 8-10.124 Decreto del 26 de julio de 1925; R.O. 22 del

05/08/25. Más tarde, el trabajo de esa Comisión servi-rá de base para que la Asamblea Nacional expida laConstitución Política de 1929.

125 Decreto del 23 de noviembre de 1925; R.O. 115 del27/11/25.

126 Decreto del 21 de diciembre de 1925; R.O. 139 del26/12/25.

127 Decreto del 18 de enero de 1926; R.O.158 del19/01/26.

128 Confer. Discurso del Sr. Dr. Dn. Isidro Ayora leidoante la Asamblea Nacional, en el acto de la pose-sión del cargo de Presidente de la República, el 17de abril de 1929, Quito, Talleres Tipográficos Na-cionales.

129 Confer. Isidro Ayora: Mensaje de… 1928, Ob. Cit.;

20/03/26.120 Decreto del 19 de marzo de 1926; R.O. 216 del

27/03/26.121 Decreto del 1º. de abril de 1926; R.O. 01 del

03/04/26.122 Decreto del 1º. de abril de 1926; R.O. 01 del

03/04/26, por el que, además, fueron nombrados co-mo Ministros: Julio E. Moreno, para Interior y comoencargado del despacho de Guerra y Marina; HomeroViteri Lafronte, para Relaciones Exteriores y como en-cargado del despacho de Instrucción Pública; y PedroL. Núñez, para Hacienda y como encargado del despa-cho de Previsión Social. La dictadura de Isidro Ayora,como “Presidente Provisional”, duró desde el 1º. deabril de 1926 hasta el 8 de octubre de 1928, puesAyora entregó el poder a la Asamblea si bien continuóal frente del Ejecutivo desde el 9 de octubre de 1928,posesionándose como Presidente Constitucional, antela Asamblea Nacional, el 17 de abril de 1929, cargoen el que permaneció hasta el 24 de agosto de 1931,cuando se vio forzado a renunciar.

123 Isidro Ayora, Mensaje de… 1928, Ob. Cit., ps. 8-10.124 Decreto del 26 de julio de 1925; R.O. 22 del

05/08/25. Más tarde, el trabajo de esa Comisión servi-rá de base para que la Asamblea Nacional expida laConstitución Política de 1929.

125 Decreto del 23 de noviembre de 1925; R.O. 115 del27/11/25.

126 Decreto del 21 de diciembre de 1925; R.O. 139 del26/12/25.

127 Decreto del 18 de enero de 1926; R.O.158 del19/01/26.

128 Confer. Discurso del Sr. Dr. Dn. Isidro Ayora leidoante la Asamblea Nacional, en el acto de la pose-sión del cargo de Presidente de la República, el 17de abril de 1929, Quito, Talleres Tipográficos Na-cionales.

129 Confer. Isidro Ayora: Mensaje de… 1928, Ob. Cit.;

20/03/26.120 Decreto del 19 de marzo de 1926; R.O. 216 del

27/03/26.121 Decreto del 1º. de abril de 1926; R.O. 01 del

03/04/26.122 Decreto del 1º. de abril de 1926; R.O. 01 del

03/04/26, por el que, además, fueron nombrados co-mo Ministros: Julio E. Moreno, para Interior y comoencargado del despacho de Guerra y Marina; HomeroViteri Lafronte, para Relaciones Exteriores y como en-cargado del despacho de Instrucción Pública; y PedroL. Núñez, para Hacienda y como encargado del despa-cho de Previsión Social. La dictadura de Isidro Ayora,como “Presidente Provisional”, duró desde el 1º. deabril de 1926 hasta el 8 de octubre de 1928, puesAyora entregó el poder a la Asamblea si bien continuóal frente del Ejecutivo desde el 9 de octubre de 1928,posesionándose como Presidente Constitucional, antela Asamblea Nacional, el 17 de abril de 1929, cargoen el que permaneció hasta el 24 de agosto de 1931,cuando se vio forzado a renunciar.

123 Isidro Ayora, Mensaje de… 1928, Ob. Cit., ps. 8-10.124 Decreto del 26 de julio de 1925; R.O. 22 del

05/08/25. Más tarde, el trabajo de esa Comisión servi-rá de base para que la Asamblea Nacional expida laConstitución Política de 1929.

125 Decreto del 23 de noviembre de 1925; R.O. 115 del27/11/25.

126 Decreto del 21 de diciembre de 1925; R.O. 139 del26/12/25.

127 Decreto del 18 de enero de 1926; R.O.158 del19/01/26.

128 Confer. Discurso del Sr. Dr. Dn. Isidro Ayora leidoante la Asamblea Nacional, en el acto de la pose-sión del cargo de Presidente de la República, el 17de abril de 1929, Quito, Talleres Tipográficos Na-cionales.

129 Confer. Isidro Ayora: Mensaje de… 1928, Ob. Cit.;

Page 100: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

100 100 100

Discurso… el 17 de abril de 1929, Ob. Cit.; Mensa-je presentado al Congreso Nacional de 1930, Quito,Imprenta Nacional; Mensaje presentado al CongresoNacional de 1931, Quito, Imprenta Nacional.

130 Carlos Paladines considera al período 1925-1941 co-mo el de la “expansión del laicismo y primeros fru-tos”, pero sostiene que “Desde 1914, con la contribu-ción de la primera misión pedagógica alemana, se di-fundieron las ideas de Johann Herbart (1776-1841);y, desde 1928, con la segunda misión, se inició lapráctica de algunos sistemas y métodos preconizadospor la nueva educación y la escuela activa, especial-mente el sistema Decrolyano y el de Friedrich Fröbel(1728-1852)”, Rutas al siglo XXI. Aproximaciones ala historia de la educación en el Ecuador, Quito, Santilla-na S.A., 1998, p.156.

131 “Es el actual, el siglo de la individualidad humana; laguerra sangrienta de 1914 a 1918 fue la fragua can-dente que forjó al hombre dignificado; las doctrinassociales han elevado el nivel moral de todos los indivi-duos y a las masas anodinas, a la gleba, a la turba hansustituido la confederación de trabajadores, las socie-dades obreras, las cooperativas sociales que cumplensu programa de dignificación moral y material delproletariado.// Y a ello ha querido cooperar el soldadoheroico de nuestras filas, aquel humilde servidor de laPatria, poderoso eslabón de la cadena de oro del Ejér-cito que no era tratado como lo merecía por su abne-gación, su desinterés y su espíritu patriótico”. ElEjército Nacional… No. 26, 1925, p. 494.

132 La interpretación de Rafael Quintero y Erika Silva, esdiametralmente opuesta a la mía. Según estos investi-gadores: “En síntesis, el golpe de Estado del 9 de julioequivocadamente entendido como una ¨revolución dela clase media para la clase media¨, en realidad consti-tuyó un reordenamiento del juego de fuerzas de lasclases dominantes regionales cuyo poder en el Estadohasta el golpe de julio de 1925 no equivalía al poderreal que habían alcanzado en el terreno de la sociedad

Discurso… el 17 de abril de 1929, Ob. Cit.; Mensa-je presentado al Congreso Nacional de 1930, Quito,Imprenta Nacional; Mensaje presentado al CongresoNacional de 1931, Quito, Imprenta Nacional.

130 Carlos Paladines considera al período 1925-1941 co-mo el de la “expansión del laicismo y primeros fru-tos”, pero sostiene que “Desde 1914, con la contribu-ción de la primera misión pedagógica alemana, se di-fundieron las ideas de Johann Herbart (1776-1841);y, desde 1928, con la segunda misión, se inició lapráctica de algunos sistemas y métodos preconizadospor la nueva educación y la escuela activa, especial-mente el sistema Decrolyano y el de Friedrich Fröbel(1728-1852)”, Rutas al siglo XXI. Aproximaciones ala historia de la educación en el Ecuador, Quito, Santilla-na S.A., 1998, p.156.

131 “Es el actual, el siglo de la individualidad humana; laguerra sangrienta de 1914 a 1918 fue la fragua can-dente que forjó al hombre dignificado; las doctrinassociales han elevado el nivel moral de todos los indivi-duos y a las masas anodinas, a la gleba, a la turba hansustituido la confederación de trabajadores, las socie-dades obreras, las cooperativas sociales que cumplensu programa de dignificación moral y material delproletariado.// Y a ello ha querido cooperar el soldadoheroico de nuestras filas, aquel humilde servidor de laPatria, poderoso eslabón de la cadena de oro del Ejér-cito que no era tratado como lo merecía por su abne-gación, su desinterés y su espíritu patriótico”. ElEjército Nacional… No. 26, 1925, p. 494.

132 La interpretación de Rafael Quintero y Erika Silva, esdiametralmente opuesta a la mía. Según estos investi-gadores: “En síntesis, el golpe de Estado del 9 de julioequivocadamente entendido como una ¨revolución dela clase media para la clase media¨, en realidad consti-tuyó un reordenamiento del juego de fuerzas de lasclases dominantes regionales cuyo poder en el Estadohasta el golpe de julio de 1925 no equivalía al poderreal que habían alcanzado en el terreno de la sociedad

Discurso… el 17 de abril de 1929, Ob. Cit.; Mensa-je presentado al Congreso Nacional de 1930, Quito,Imprenta Nacional; Mensaje presentado al CongresoNacional de 1931, Quito, Imprenta Nacional.

130 Carlos Paladines considera al período 1925-1941 co-mo el de la “expansión del laicismo y primeros fru-tos”, pero sostiene que “Desde 1914, con la contribu-ción de la primera misión pedagógica alemana, se di-fundieron las ideas de Johann Herbart (1776-1841);y, desde 1928, con la segunda misión, se inició lapráctica de algunos sistemas y métodos preconizadospor la nueva educación y la escuela activa, especial-mente el sistema Decrolyano y el de Friedrich Fröbel(1728-1852)”, Rutas al siglo XXI. Aproximaciones ala historia de la educación en el Ecuador, Quito, Santilla-na S.A., 1998, p.156.

131 “Es el actual, el siglo de la individualidad humana; laguerra sangrienta de 1914 a 1918 fue la fragua can-dente que forjó al hombre dignificado; las doctrinassociales han elevado el nivel moral de todos los indivi-duos y a las masas anodinas, a la gleba, a la turba hansustituido la confederación de trabajadores, las socie-dades obreras, las cooperativas sociales que cumplensu programa de dignificación moral y material delproletariado.// Y a ello ha querido cooperar el soldadoheroico de nuestras filas, aquel humilde servidor de laPatria, poderoso eslabón de la cadena de oro del Ejér-cito que no era tratado como lo merecía por su abne-gación, su desinterés y su espíritu patriótico”. ElEjército Nacional… No. 26, 1925, p. 494.

132 La interpretación de Rafael Quintero y Erika Silva, esdiametralmente opuesta a la mía. Según estos investi-gadores: “En síntesis, el golpe de Estado del 9 de julioequivocadamente entendido como una ¨revolución dela clase media para la clase media¨, en realidad consti-tuyó un reordenamiento del juego de fuerzas de lasclases dominantes regionales cuyo poder en el Estadohasta el golpe de julio de 1925 no equivalía al poderreal que habían alcanzado en el terreno de la sociedad

Page 101: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

101 101 101

civil. Pero este golpe de Estado se dio en el contextode la consolidación del dominio imperialista de losEE.UU. sobre América Latina, región a la que la nue-va potencia debía persuadir por todos los medios deadoptar una política económica afín a sus intereses.Por ello con el movimiento de modernización delatrasado Estado ecuatoriano producto de la ¨juliana¨,se sella la vía gamonal-dependiente de constitucióndel Estado abierta en 1912, anulando definitiva-mente la posibilidad de constitución de un Esta-do nacional en el Ecuador. Las medidas de estabili-zación, que beneficiaron principalmente a los mono-polios y a los sectores de punta de la clase terratenien-te serrana, cristalizaron de manera significativa laalianza histórica que, a lo largo de todo el siglo XX yal margen de todos los cambios ocurridos en la políti-ca y la economía, se ha mantenido vigente en el Esta-do ecuatoriano”, Ecuador: una nación en ciernes,Quito, FLACSO-ABYA.YALA, 1991, T. I, ps. 379-380. (Subrayado JPyM).

133 “La Junta Suprema Militar al Pueblo”, Quito, Julio21 de 1925. El Ejército Nacional… No. 26, 1925,p. 576-577.

134 Distingo entre el siglo XX-cronológico y el XX-his-tórico, basado en la sugerente idea que, sobre el deno-minado “siglo XX corto”, expone Eric J. Hobsbawmen su libro Historia del siglo XX (Buenos Aires,CRITICA-Grijalbo Mondadori S.A., 1998). En elEcuador, la Revolución Juliana inaugura el siglo XXhistórico, pues, hasta ese momento, la vigencia del bi-partidismo conservador-liberal, del caudillismo alfa-rista y placista, el predominio oligárquico terratenien-te-bancario-comercial, la ausencia de la “cuestión so-cial”, la subordinación del Estado a los intereses pri-vados, la mayor dependencia frente a Europa, etc., sonfenómenos del siglo XIX “largo”, que penetran hastalas dos primeras décadas del siglo XX.

civil. Pero este golpe de Estado se dio en el contextode la consolidación del dominio imperialista de losEE.UU. sobre América Latina, región a la que la nue-va potencia debía persuadir por todos los medios deadoptar una política económica afín a sus intereses.Por ello con el movimiento de modernización delatrasado Estado ecuatoriano producto de la ¨juliana¨,se sella la vía gamonal-dependiente de constitucióndel Estado abierta en 1912, anulando definitiva-mente la posibilidad de constitución de un Esta-do nacional en el Ecuador. Las medidas de estabili-zación, que beneficiaron principalmente a los mono-polios y a los sectores de punta de la clase terratenien-te serrana, cristalizaron de manera significativa laalianza histórica que, a lo largo de todo el siglo XX yal margen de todos los cambios ocurridos en la políti-ca y la economía, se ha mantenido vigente en el Esta-do ecuatoriano”, Ecuador: una nación en ciernes,Quito, FLACSO-ABYA.YALA, 1991, T. I, ps. 379-380. (Subrayado JPyM).

133 “La Junta Suprema Militar al Pueblo”, Quito, Julio21 de 1925. El Ejército Nacional… No. 26, 1925,p. 576-577.

134 Distingo entre el siglo XX-cronológico y el XX-his-tórico, basado en la sugerente idea que, sobre el deno-minado “siglo XX corto”, expone Eric J. Hobsbawmen su libro Historia del siglo XX (Buenos Aires,CRITICA-Grijalbo Mondadori S.A., 1998). En elEcuador, la Revolución Juliana inaugura el siglo XXhistórico, pues, hasta ese momento, la vigencia del bi-partidismo conservador-liberal, del caudillismo alfa-rista y placista, el predominio oligárquico terratenien-te-bancario-comercial, la ausencia de la “cuestión so-cial”, la subordinación del Estado a los intereses pri-vados, la mayor dependencia frente a Europa, etc., sonfenómenos del siglo XIX “largo”, que penetran hastalas dos primeras décadas del siglo XX.

civil. Pero este golpe de Estado se dio en el contextode la consolidación del dominio imperialista de losEE.UU. sobre América Latina, región a la que la nue-va potencia debía persuadir por todos los medios deadoptar una política económica afín a sus intereses.Por ello con el movimiento de modernización delatrasado Estado ecuatoriano producto de la ¨juliana¨,se sella la vía gamonal-dependiente de constitucióndel Estado abierta en 1912, anulando definitiva-mente la posibilidad de constitución de un Esta-do nacional en el Ecuador. Las medidas de estabili-zación, que beneficiaron principalmente a los mono-polios y a los sectores de punta de la clase terratenien-te serrana, cristalizaron de manera significativa laalianza histórica que, a lo largo de todo el siglo XX yal margen de todos los cambios ocurridos en la políti-ca y la economía, se ha mantenido vigente en el Esta-do ecuatoriano”, Ecuador: una nación en ciernes,Quito, FLACSO-ABYA.YALA, 1991, T. I, ps. 379-380. (Subrayado JPyM).

133 “La Junta Suprema Militar al Pueblo”, Quito, Julio21 de 1925. El Ejército Nacional… No. 26, 1925,p. 576-577.

134 Distingo entre el siglo XX-cronológico y el XX-his-tórico, basado en la sugerente idea que, sobre el deno-minado “siglo XX corto”, expone Eric J. Hobsbawmen su libro Historia del siglo XX (Buenos Aires,CRITICA-Grijalbo Mondadori S.A., 1998). En elEcuador, la Revolución Juliana inaugura el siglo XXhistórico, pues, hasta ese momento, la vigencia del bi-partidismo conservador-liberal, del caudillismo alfa-rista y placista, el predominio oligárquico terratenien-te-bancario-comercial, la ausencia de la “cuestión so-cial”, la subordinación del Estado a los intereses pri-vados, la mayor dependencia frente a Europa, etc., sonfenómenos del siglo XIX “largo”, que penetran hastalas dos primeras décadas del siglo XX.

Page 102: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

102 102 102

BIBLIOGRAFIA

r

Albornoz P., Oswaldo, Del crimen de El Ejido a laRevolución del 9 de julio de 1925, EditorialClaridad, Guayaquil, 1969.

Almeida, Rebeca, Kemmerer en el Ecuador, Quito,FLACSO, 1994.

Arosemena A.,Guillermo, El fruto de los dioses. Elcacao en el Ecuador desde la colonia hasta el ocasode su industria, 1600-1983, Guayaquil, Edi-torial Graba, 1991.

Arosemena A., Guillermo, Ecuador. Evolución ybúsqueda del despegue económico, Guayaquil,Ediciones del Banco Central del Ecuador,1990.

Ayora, Isidro, Mensaje del Presidente Provisional dela República a la Asamblea Nacional de 1928,Quito, Imprenta Nacional.

Ayora, Isidro, Discurso del Sr. Dr. Dn. Isidro Ayoraleído ante la Asamblea Nacional, en el acto de laposesión del cargo de Presidente de la República, el17 de abril de 1929, Quito, Talleres Tipográ-ficos Nacionales.

BIBLIOGRAFIA

r

Albornoz P., Oswaldo, Del crimen de El Ejido a laRevolución del 9 de julio de 1925, EditorialClaridad, Guayaquil, 1969.

Almeida, Rebeca, Kemmerer en el Ecuador, Quito,FLACSO, 1994.

Arosemena A.,Guillermo, El fruto de los dioses. Elcacao en el Ecuador desde la colonia hasta el ocasode su industria, 1600-1983, Guayaquil, Edi-torial Graba, 1991.

Arosemena A., Guillermo, Ecuador. Evolución ybúsqueda del despegue económico, Guayaquil,Ediciones del Banco Central del Ecuador,1990.

Ayora, Isidro, Mensaje del Presidente Provisional dela República a la Asamblea Nacional de 1928,Quito, Imprenta Nacional.

Ayora, Isidro, Discurso del Sr. Dr. Dn. Isidro Ayoraleído ante la Asamblea Nacional, en el acto de laposesión del cargo de Presidente de la República, el17 de abril de 1929, Quito, Talleres Tipográ-ficos Nacionales.

BIBLIOGRAFIA

r

Albornoz P., Oswaldo, Del crimen de El Ejido a laRevolución del 9 de julio de 1925, EditorialClaridad, Guayaquil, 1969.

Almeida, Rebeca, Kemmerer en el Ecuador, Quito,FLACSO, 1994.

Arosemena A.,Guillermo, El fruto de los dioses. Elcacao en el Ecuador desde la colonia hasta el ocasode su industria, 1600-1983, Guayaquil, Edi-torial Graba, 1991.

Arosemena A., Guillermo, Ecuador. Evolución ybúsqueda del despegue económico, Guayaquil,Ediciones del Banco Central del Ecuador,1990.

Ayora, Isidro, Mensaje del Presidente Provisional dela República a la Asamblea Nacional de 1928,Quito, Imprenta Nacional.

Ayora, Isidro, Discurso del Sr. Dr. Dn. Isidro Ayoraleído ante la Asamblea Nacional, en el acto de laposesión del cargo de Presidente de la República, el17 de abril de 1929, Quito, Talleres Tipográ-ficos Nacionales.

Page 103: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

103 103 103

Ayora, Isidro, Mensaje presentado al Congreso Nacio-nal de 1930, Quito, Imprenta Nacional.

Ayora, Isidro, Mensaje presentado al Congreso Nacio-nal de 1931, Quito, Imprenta Nacional.

Bancos, Conferencias económicas, Quito, Talleres ti-pográficos del Ministerio de Hacienda, 1926.

Borja, Luis F., “La Revolución del 9 de Julio de1925”. El Comercio, Quito, 9 de Julio de1926.

Bustamante, José Rafael, “Hablan dos hombres del 9de julio”, La Calle, Quito, No. 17, 13 de juliode 1957.

Crawford de Roberts, Lois, El Ecuador en la épocacacaotera, Quito, Editorial Universitaria de laUniversidad Central, 1980.

Cueva, Agustín, El proceso de dominación política enel Ecuador, Quito, LETRAVIVA-Planeta delEcuador, 1988

Cueva, Agustín, “Ecuador: 1925-1975”, AméricaLatina: historia de medio siglo. 1- América delSur, México, Siglo XXI Editores, S.A., 1979.

Chiriboga, Manuel, Jornaleros y granpropietarios en135 años de exportación cacaotera (1790-1925),Quito, Consejo Provincial de Pichincha,1980.

Drake, Paul W., Kemmerer en los Andes, Quito,Banco Central del Ecuador, 1995.

Departamento de información anexo a la Secreta-ría Privada de la Presidencia, El Banco Cen-tral del Ecuador, Quito, Talleres TipográficosNacionales, 1927.

Ayora, Isidro, Mensaje presentado al Congreso Nacio-nal de 1930, Quito, Imprenta Nacional.

Ayora, Isidro, Mensaje presentado al Congreso Nacio-nal de 1931, Quito, Imprenta Nacional.

Bancos, Conferencias económicas, Quito, Talleres ti-pográficos del Ministerio de Hacienda, 1926.

Borja, Luis F., “La Revolución del 9 de Julio de1925”. El Comercio, Quito, 9 de Julio de1926.

Bustamante, José Rafael, “Hablan dos hombres del 9de julio”, La Calle, Quito, No. 17, 13 de juliode 1957.

Crawford de Roberts, Lois, El Ecuador en la épocacacaotera, Quito, Editorial Universitaria de laUniversidad Central, 1980.

Cueva, Agustín, El proceso de dominación política enel Ecuador, Quito, LETRAVIVA-Planeta delEcuador, 1988

Cueva, Agustín, “Ecuador: 1925-1975”, AméricaLatina: historia de medio siglo. 1- América delSur, México, Siglo XXI Editores, S.A., 1979.

Chiriboga, Manuel, Jornaleros y granpropietarios en135 años de exportación cacaotera (1790-1925),Quito, Consejo Provincial de Pichincha,1980.

Drake, Paul W., Kemmerer en los Andes, Quito,Banco Central del Ecuador, 1995.

Departamento de información anexo a la Secreta-ría Privada de la Presidencia, El Banco Cen-tral del Ecuador, Quito, Talleres TipográficosNacionales, 1927.

Ayora, Isidro, Mensaje presentado al Congreso Nacio-nal de 1930, Quito, Imprenta Nacional.

Ayora, Isidro, Mensaje presentado al Congreso Nacio-nal de 1931, Quito, Imprenta Nacional.

Bancos, Conferencias económicas, Quito, Talleres ti-pográficos del Ministerio de Hacienda, 1926.

Borja, Luis F., “La Revolución del 9 de Julio de1925”. El Comercio, Quito, 9 de Julio de1926.

Bustamante, José Rafael, “Hablan dos hombres del 9de julio”, La Calle, Quito, No. 17, 13 de juliode 1957.

Crawford de Roberts, Lois, El Ecuador en la épocacacaotera, Quito, Editorial Universitaria de laUniversidad Central, 1980.

Cueva, Agustín, El proceso de dominación política enel Ecuador, Quito, LETRAVIVA-Planeta delEcuador, 1988

Cueva, Agustín, “Ecuador: 1925-1975”, AméricaLatina: historia de medio siglo. 1- América delSur, México, Siglo XXI Editores, S.A., 1979.

Chiriboga, Manuel, Jornaleros y granpropietarios en135 años de exportación cacaotera (1790-1925),Quito, Consejo Provincial de Pichincha,1980.

Drake, Paul W., Kemmerer en los Andes, Quito,Banco Central del Ecuador, 1995.

Departamento de información anexo a la Secreta-ría Privada de la Presidencia, El Banco Cen-tral del Ecuador, Quito, Talleres TipográficosNacionales, 1927.

Page 104: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

104 104 104

Dillon, Luis N., La crisis económico-financiera delEcuador, Quito, Talleres de la Editorial ArtesGráficas, 1927.

Estrada, Víctor Emilio, Moneda y Bancos en elEcuador, Quito, Banco Central del Ecuador -Corporación Editora Nacional, 1982.

García, Leonidas, Conferencia. Ideología de la trans-formación del 9 de Julio, Quito, Talleres Tipo-gráficos Nacionales, 1925.

Guerrero, Andrés, Los oligarcas del cacao, Quito,Editorial El Conejo, 1980.

Hobsbawm, Eric J., Historia del siglo XX, BuenosAires, CRITICA-Grijalbo Mondadori S.A.,1998.

Llerena, José Alfredo, Frustración política en veinti-dós años, Quito, Casa de la Cultura Ecuatoria-na, 1959.

Mendoza Vera, Ildefonso, “La Revolución de Julio ysus Actores”, El Telégrafo, Guayaquil, jueves14 de agosto de 1930.

Moreno, Julio E., La Revolución del 9 de Julio y elGobierno de la Dictadura, Quito, Talleres Ti-pográficos Nacionales, 1928.

Navarro, José Gabriel, Documentos relacionados conla Transformación Político-Militar del 9 de Juliode 1925, Quito, Imprenta Nacional.

Orellana, Delfín, Estudios monográficos del Ecuador,Quito, Escuela Tipográfica Salesiana, 1929.

Orellana, J. Gonzalo, Resumen histórico del Ecuador1830-1930-1947, Quito, Editorial Fr. Jodo-co Ricke, 1948.

Dillon, Luis N., La crisis económico-financiera delEcuador, Quito, Talleres de la Editorial ArtesGráficas, 1927.

Estrada, Víctor Emilio, Moneda y Bancos en elEcuador, Quito, Banco Central del Ecuador -Corporación Editora Nacional, 1982.

García, Leonidas, Conferencia. Ideología de la trans-formación del 9 de Julio, Quito, Talleres Tipo-gráficos Nacionales, 1925.

Guerrero, Andrés, Los oligarcas del cacao, Quito,Editorial El Conejo, 1980.

Hobsbawm, Eric J., Historia del siglo XX, BuenosAires, CRITICA-Grijalbo Mondadori S.A.,1998.

Llerena, José Alfredo, Frustración política en veinti-dós años, Quito, Casa de la Cultura Ecuatoria-na, 1959.

Mendoza Vera, Ildefonso, “La Revolución de Julio ysus Actores”, El Telégrafo, Guayaquil, jueves14 de agosto de 1930.

Moreno, Julio E., La Revolución del 9 de Julio y elGobierno de la Dictadura, Quito, Talleres Ti-pográficos Nacionales, 1928.

Navarro, José Gabriel, Documentos relacionados conla Transformación Político-Militar del 9 de Juliode 1925, Quito, Imprenta Nacional.

Orellana, Delfín, Estudios monográficos del Ecuador,Quito, Escuela Tipográfica Salesiana, 1929.

Orellana, J. Gonzalo, Resumen histórico del Ecuador1830-1930-1947, Quito, Editorial Fr. Jodo-co Ricke, 1948.

Dillon, Luis N., La crisis económico-financiera delEcuador, Quito, Talleres de la Editorial ArtesGráficas, 1927.

Estrada, Víctor Emilio, Moneda y Bancos en elEcuador, Quito, Banco Central del Ecuador -Corporación Editora Nacional, 1982.

García, Leonidas, Conferencia. Ideología de la trans-formación del 9 de Julio, Quito, Talleres Tipo-gráficos Nacionales, 1925.

Guerrero, Andrés, Los oligarcas del cacao, Quito,Editorial El Conejo, 1980.

Hobsbawm, Eric J., Historia del siglo XX, BuenosAires, CRITICA-Grijalbo Mondadori S.A.,1998.

Llerena, José Alfredo, Frustración política en veinti-dós años, Quito, Casa de la Cultura Ecuatoria-na, 1959.

Mendoza Vera, Ildefonso, “La Revolución de Julio ysus Actores”, El Telégrafo, Guayaquil, jueves14 de agosto de 1930.

Moreno, Julio E., La Revolución del 9 de Julio y elGobierno de la Dictadura, Quito, Talleres Ti-pográficos Nacionales, 1928.

Navarro, José Gabriel, Documentos relacionados conla Transformación Político-Militar del 9 de Juliode 1925, Quito, Imprenta Nacional.

Orellana, Delfín, Estudios monográficos del Ecuador,Quito, Escuela Tipográfica Salesiana, 1929.

Orellana, J. Gonzalo, Resumen histórico del Ecuador1830-1930-1947, Quito, Editorial Fr. Jodo-co Ricke, 1948.

Page 105: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

105 105 105

Paladines, Carlos, Rutas al siglo XXI. Aproximacio-nes a la historia de la Educación en el Ecuador,Quito, Santillana S.A., 1998.

Pareja Diezcanseco, Alfredo, Ecuador. La Repúblicade 1830 a nuestros días, Quito, Editorial Uni-versitaria de la Universidad Central, 1979.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “Fuerzas Armadas, socie-dad y cuestión nacional”, Laboratorio de Econo-mía. Revista de la Facultad de Economía de laPontificia Universidad Católica del Ecuador,Quito, Año II, No. 3, enero de 1998.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “Los últimos siete años, deOscar E. Reyes”, Acercamiento a la obra de OscarEfrén Reyes 1896-1996, Guayaquil Ediciónde la Casa de la Cultura Ecuatoriana, núcleodel Guayas, 1997.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “La ¨cuestión social¨ en elorigen de los partidos políticos del Ecuador”, La-boratorio de Economía. Revista de la Facultad deEconomía de la Pontificia Universidad Católicadel Ecuador, Quito, Año III, No. 5, septiem-bre de 1999.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “Identidades regionales ydemandas económicas”, Gestión, Quito, No. 59,mayo de 1999.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “La historicidad de JoséPeralta”, Visión actual de José Peralta, Quito,Fundación Friedrich Naumann, 1989.

Plaza Monzón, César, “La Revolución del 9 de juliode 1925”, El Año Ecuatoriano, 1964.

Peralta, José, La esclavitud de la América Latina, s/f.

Paladines, Carlos, Rutas al siglo XXI. Aproximacio-nes a la historia de la Educación en el Ecuador,Quito, Santillana S.A., 1998.

Pareja Diezcanseco, Alfredo, Ecuador. La Repúblicade 1830 a nuestros días, Quito, Editorial Uni-versitaria de la Universidad Central, 1979.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “Fuerzas Armadas, socie-dad y cuestión nacional”, Laboratorio de Econo-mía. Revista de la Facultad de Economía de laPontificia Universidad Católica del Ecuador,Quito, Año II, No. 3, enero de 1998.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “Los últimos siete años, deOscar E. Reyes”, Acercamiento a la obra de OscarEfrén Reyes 1896-1996, Guayaquil Ediciónde la Casa de la Cultura Ecuatoriana, núcleodel Guayas, 1997.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “La ¨cuestión social¨ en elorigen de los partidos políticos del Ecuador”, La-boratorio de Economía. Revista de la Facultad deEconomía de la Pontificia Universidad Católicadel Ecuador, Quito, Año III, No. 5, septiem-bre de 1999.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “Identidades regionales ydemandas económicas”, Gestión, Quito, No. 59,mayo de 1999.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “La historicidad de JoséPeralta”, Visión actual de José Peralta, Quito,Fundación Friedrich Naumann, 1989.

Plaza Monzón, César, “La Revolución del 9 de juliode 1925”, El Año Ecuatoriano, 1964.

Peralta, José, La esclavitud de la América Latina, s/f.

Paladines, Carlos, Rutas al siglo XXI. Aproximacio-nes a la historia de la Educación en el Ecuador,Quito, Santillana S.A., 1998.

Pareja Diezcanseco, Alfredo, Ecuador. La Repúblicade 1830 a nuestros días, Quito, Editorial Uni-versitaria de la Universidad Central, 1979.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “Fuerzas Armadas, socie-dad y cuestión nacional”, Laboratorio de Econo-mía. Revista de la Facultad de Economía de laPontificia Universidad Católica del Ecuador,Quito, Año II, No. 3, enero de 1998.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “Los últimos siete años, deOscar E. Reyes”, Acercamiento a la obra de OscarEfrén Reyes 1896-1996, Guayaquil Ediciónde la Casa de la Cultura Ecuatoriana, núcleodel Guayas, 1997.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “La ¨cuestión social¨ en elorigen de los partidos políticos del Ecuador”, La-boratorio de Economía. Revista de la Facultad deEconomía de la Pontificia Universidad Católicadel Ecuador, Quito, Año III, No. 5, septiem-bre de 1999.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “Identidades regionales ydemandas económicas”, Gestión, Quito, No. 59,mayo de 1999.

Paz y Miño Cepeda, Juan, “La historicidad de JoséPeralta”, Visión actual de José Peralta, Quito,Fundación Friedrich Naumann, 1989.

Plaza Monzón, César, “La Revolución del 9 de juliode 1925”, El Año Ecuatoriano, 1964.

Peralta, José, La esclavitud de la América Latina, s/f.

Page 106: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

106 106 106

Pike, Fredrick B., The United States and the An-dean Republics: Peru, Bolivia and Ecuador, Har-vard University Press, 1977.

Platón (R. Barrera), Ante los hechos. Fragmentos dehistoria, Quito, Talleres Tipográficos Nacio-nales, 1927.

Plaza Monzón, César, “La Revolución del 9 de Juliode 1925”, El Año Ecuatoriano, 1964.

Quintero, Rafael-Silva, Erika, Ecuador: una naciónen ciernes, Quito, FLACSO-ABYA.YALA, T.I, 1991.

Reyes, Oscar E., Los últimos siete años, Quito, Ban-co Central del Ecuador, 1997.

Reyes, Oscar E., Breve Historia General del Ecua-dor, Quito, Imprenta Offset Chávez, T. II-III,1977.

Ribadeneira Araujo, Jorge, Sueño cumplido. 85 añosdel Banco del Pichincha, Quito, DINEDICIO-NES S.A., 1991.

Robalino Dávila, Luis, El 9 de Julio de 1925, Qui-to, Editorial La Unión, 1973.

Rodríguez, Linda Alexander, Las finanzas públicasen el Ecuador (1830-1940), Quito, Edicionesdel Banco Central del Ecuador, 1992.

Rojas, Angel F., La novela ecuatoriana, Quito, Clá-sicos Ariel, No. 29, s/f.

Salvador Lara, Jorge, Breve historia contemporáneadel Ecuador, México, Fondo de Cultura Eco-nómica, 1994.

Valdivieso, Emilio, Nueve de Julio. La Revoluciónante la historia, s/e., 1926.

Pike, Fredrick B., The United States and the An-dean Republics: Peru, Bolivia and Ecuador, Har-vard University Press, 1977.

Platón (R. Barrera), Ante los hechos. Fragmentos dehistoria, Quito, Talleres Tipográficos Nacio-nales, 1927.

Plaza Monzón, César, “La Revolución del 9 de Juliode 1925”, El Año Ecuatoriano, 1964.

Quintero, Rafael-Silva, Erika, Ecuador: una naciónen ciernes, Quito, FLACSO-ABYA.YALA, T.I, 1991.

Reyes, Oscar E., Los últimos siete años, Quito, Ban-co Central del Ecuador, 1997.

Reyes, Oscar E., Breve Historia General del Ecua-dor, Quito, Imprenta Offset Chávez, T. II-III,1977.

Ribadeneira Araujo, Jorge, Sueño cumplido. 85 añosdel Banco del Pichincha, Quito, DINEDICIO-NES S.A., 1991.

Robalino Dávila, Luis, El 9 de Julio de 1925, Qui-to, Editorial La Unión, 1973.

Rodríguez, Linda Alexander, Las finanzas públicasen el Ecuador (1830-1940), Quito, Edicionesdel Banco Central del Ecuador, 1992.

Rojas, Angel F., La novela ecuatoriana, Quito, Clá-sicos Ariel, No. 29, s/f.

Salvador Lara, Jorge, Breve historia contemporáneadel Ecuador, México, Fondo de Cultura Eco-nómica, 1994.

Valdivieso, Emilio, Nueve de Julio. La Revoluciónante la historia, s/e., 1926.

Pike, Fredrick B., The United States and the An-dean Republics: Peru, Bolivia and Ecuador, Har-vard University Press, 1977.

Platón (R. Barrera), Ante los hechos. Fragmentos dehistoria, Quito, Talleres Tipográficos Nacio-nales, 1927.

Plaza Monzón, César, “La Revolución del 9 de Juliode 1925”, El Año Ecuatoriano, 1964.

Quintero, Rafael-Silva, Erika, Ecuador: una naciónen ciernes, Quito, FLACSO-ABYA.YALA, T.I, 1991.

Reyes, Oscar E., Los últimos siete años, Quito, Ban-co Central del Ecuador, 1997.

Reyes, Oscar E., Breve Historia General del Ecua-dor, Quito, Imprenta Offset Chávez, T. II-III,1977.

Ribadeneira Araujo, Jorge, Sueño cumplido. 85 añosdel Banco del Pichincha, Quito, DINEDICIO-NES S.A., 1991.

Robalino Dávila, Luis, El 9 de Julio de 1925, Qui-to, Editorial La Unión, 1973.

Rodríguez, Linda Alexander, Las finanzas públicasen el Ecuador (1830-1940), Quito, Edicionesdel Banco Central del Ecuador, 1992.

Rojas, Angel F., La novela ecuatoriana, Quito, Clá-sicos Ariel, No. 29, s/f.

Salvador Lara, Jorge, Breve historia contemporáneadel Ecuador, México, Fondo de Cultura Eco-nómica, 1994.

Valdivieso, Emilio, Nueve de Julio. La Revoluciónante la historia, s/e., 1926.

Page 107: LA REVOLUCION JULIANA Nación, Ejército y bancocracia r

107 107 107

Ycaza, Patricio, Historia del movimiento obrero ecua-toriano, Quito, Casa de la Cultura Ecuatoria-na, T.I, 1983.

Diario El Comercio, Quito, 1925-1926.Diario El Telégrafo, Guayaquil, 1925-1926.Registro Oficial, 1925-1926.Revista “El Ejército Nacional”, 1925-1928.

Ycaza, Patricio, Historia del movimiento obrero ecua-toriano, Quito, Casa de la Cultura Ecuatoria-na, T.I, 1983.

Diario El Comercio, Quito, 1925-1926.Diario El Telégrafo, Guayaquil, 1925-1926.Registro Oficial, 1925-1926.Revista “El Ejército Nacional”, 1925-1928.

Ycaza, Patricio, Historia del movimiento obrero ecua-toriano, Quito, Casa de la Cultura Ecuatoria-na, T.I, 1983.

Diario El Comercio, Quito, 1925-1926.Diario El Telégrafo, Guayaquil, 1925-1926.Registro Oficial, 1925-1926.Revista “El Ejército Nacional”, 1925-1928.