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Música y Salud Sumario | 71 núm. 15 | Septiembre 2016 El desarrollo de la autodeterminación a través del proceso creativo de las personas con discapacidad intelectual Dara Alonso Dra. en Educación Artística [email protected] Universidad Complutense de Madrid Resumen El presente texto habla de los elementos positivos de la experiencia educativa artística con persona con discapacidad intelectual en el desarrollo de su autodeterminación durante el proceso creativo en un Centro Ocupacional. El proceso creativo adquiere protagonismo, como lugar de encuentro, de realización personal, de expresión y comunicación sin tener en cuenta el resultado final, siguiendo como estrategia el arte contemporáneo. Y en este proceso se valora la autodetermina- ción y el bienestar de los participantes, evitando contemplar el colectivo de una forma global, sino como un conjunto de personas individuales con capacidades diversas con más o menos necesidades de apoyo. Palabras clave Creatividad · Discapacidad intelectual · Autodeterminación · Educación artística · Proceso creativo · Calidad de vida ABSTRACT The present text explains the positive outcome of an artistic educative experience with intelectually disabled people in the development of self-determination during  the creative process in an occupational center. The creative process makes the centre a place of encounter, personal fulfilment, ex- pression and communication regardless of the final result, taking contemporary art as a strategy. And in this process self-determination and the well-being of participants are assessed, not as a collective, but as a set of individual people with different abilities and support needs. Keywords Creativity · Intellectual disability · Self-determination · Artistic education · Creative process · Quality of life Recibido 12/05/2016 Aceptado 03/07/2016

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El desarrollode la

autodeterminación a través del proceso

creativo de las personas con discapacidad

intelectual Dara Alonso

Dra. en Educación Artística

[email protected]

Universidad Complutense de Madrid

ResumenEl presente texto habla de los elementos positivos de la experiencia educativa artística con persona con discapacidad intelectual en el desarrollo de su autodeterminación durante el proceso creativo en un Centro Ocupacional. El proceso creativo adquiere protagonismo, como lugar de encuentro, de realización personal, de expresión y comunicación sin tener en cuenta el resultado final, siguiendo como estrategia el arte contemporáneo. Y en este proceso se valora la autodetermina-ción y el bienestar de los participantes, evitando contemplar el colectivo de una forma global, sino como un conjunto de personas individuales con capacidades diversas con más o menos necesidades de apoyo.

Palabras clave Creatividad · Discapacidad intelectual · Autodeterminación · Educación artística ·

Proceso creativo · Calidad de vida

ABSTRACTThe present text explains the positive outcome of an artistic educative experience with intelectually disabled people in the development of self-determination during   the creative process in an occupational center. The creative process makes the centre a place of encounter, personal fulfilment, ex-pression and communication regardless of the final result, taking contemporary art as a strategy. And in this process self-determination and the well-being of participants are assessed, not as a collective, but as a set of individual people with different abilities and support needs.

Keywords Creativity · Intellectual disability · Self-determination · Artistic education · Creative

process · Quality of life

➡ Recibido 12/05/2016✓ Aceptado 03/07/2016

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Actualmente en España existe un 9% de Discapacidad Intelectu-al, una cifra considerable dentro

de nuestra sociedad. Para la Asociación Americana para el Retraso Mental (AAMR), el retraso mental es una discapacidad ca-racterizada por limitaciones significativas tanto en el funcionamiento intelectual como en la conducta adaptativa, expresa-da en habilidades adaptativas conceptu-ales, sociales y prácticas. Esta discapaci-dad se origina con anterioridad a los 18 años” (Luckasson y cols, 2002, p.).

Gracias a la evolución que ha tenido el concepto de discapacidad, cada vez somos más sensibles a favorecer la par-ticipación social de estas personas. Par-tiendo del principio de normalización e integración, Bank-Mikkelsen (1975) con-templa la normalización como la posibi-lidad de que la persona con discapacidad intelectual desarrolle un tipo de vida tan normal como sea posible. W. Wolfensber-ger (1972, p. 41), definirá Normalización como “la utilización de medios cultural-mente normativos (familiares, técnicas valoradas, instrumentos, métodos, etc), para permitir que las condiciones de vida de una persona (ingresos, vivienda, ser-vicios de salud, etc.) sean al menos tan buenas como las de un ciudadano medio,

y mejorar o apoyar en la mayor medida posible su conducta (habilidades, com-petencias, etc.), apariencia (vestido, aseo, etc.), experiencias (adaptación, sentimi-entos, etc.), estatus y reputación (etique-tas, actitudes, etc.)”.

Normalizar es aceptar a la persona con discapacidad tal como es, con sus carac-terísticas diferenciales, y ofrecerle los ser-vicios de la comunidad para que pueda desarrollar al máximo sus posibilidades y vivir una vida lo más normalizada posible.

Hasta finales del siglo XX, las personas con discapacidad intelectual no tuvieron oportunidad ni derecho a la educación. En España, ha habido diferentes etapas en relación a la educabilidad de las perso-nas con discapacidad intelectual (Alomar, 2005):

La etapa benéfico-asistencia, hasta los años 60, donde se recluyen a las personas con discapacidad en Insti-tuciones asistenciales con objetivos de caridad y dan únicamente trata-miento asistencial a los discapacit-ados. Además se consideran como una amenaza a la sociedad.

La etapa rehabilitadora y terapéu-tica, donde se crean escuelas de educación especial, formados por psicólogos y pedagogos que tra-bajan desde un modelo clínico, preocupados por la rehabilitación, excluyendo la importancia de la ed-ucación.

La etapa educativa. El proceso reha-bilitador se integra en el proceso educativo gracias a la publicación de la Ley General de Educación y Fi-nanciación de la Reforma educativa en 1970. La Educación es una parte fundamental de la vida de cualqui-er persona. También es un derecho fun-damental.

En 1978 la Constitución española pro-mulga que la educación es un derecho para todos los ciudadanos. El Artículo 27 dice: “Toda persona tiene derecho a la Educación”. Y ésta “tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad hu-mana”. (Declaración Universal de los De-rechos Humanos, art. 26. ONU. 1948). La Convención sobre Derechos de las Per-sonas con Discapacidad de la ONU reco-noce el derecho de estas personas a una educación inclusiva que permita el desar-rollo pleno de su potencial humano, de su sentido de la dignidad y de su autoes-

tima. Con ello lograremos que estas per-sonas “participen de manera efectiva en una sociedad libre”. Para ello, necesitarán ajustes razonables y medidas de apoyo personalizadas y efectivas.

De acuerdo con la Convención Interna-cional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, adoptado por la Orga-nización de Naciones Unidas (ONU) el 13 de diciembre de 2006, firmada y ratifica-da por España:

Se debe garantizar (artículo 3): “el re-speto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias de-cisiones, y la independencia de las personas”.

Se consagra el derecho a vivir de for-ma independiente y a ser incluido en la comunidad (artículo 19).

La educación adquiere un papel impor-tante es los derechos aquí citados pues gracias a ella se les va a enseñar a tomar decisiones sobre sus propios deseos (au-todeterminación) y esto les dará mayor libertad en su desarrollo como personas. Y como reiteró el Plan Director de la Edu-cación Especial de la Generalitat de Ca-talunya (2003), para que “todos puedan

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convertirse en personas lo más autónomas y responsables posibles”. Por tanto esto favorecerá a una mejor integración en la comunidad ya que tendrán una vida más nor-malizada y autónoma, y a consecuencia, adquirirán mayor calidad de vida.

Según Schalock (1999), la autodeterminación es una de las ocho dimensiones que se consideran necesarias para que una persona con o son discapacidad tenga una bu-ena calidad de vida.

Wehmeyer (2001, p. 6) define la autodeterminación como “la actuación como agen-te causal principal en la vida de uno mismo y la realización de elecciones y toma de decisiones relativas a la calidad de vida de uno mismo libres de toda influencia o inter-ferencia externa excesiva”.

El concepto de agente causal implica que es la persona quien hace o provoca que las cosas pasen en su vida. Las personas con autodeterminación actúan como agente causales de sus vidas. Ésta irá surgiendo a medida que las personas aprenden deter-minadas habilidades y desarrollan ciertas actitudes que les permitirán ser los agentes causales de sus vidas. Las habilidades a las cuales se refiere este autor son los elemen-tos componentes de la autodeterminación (Wehmeyer, 2006):

- Habilidades para elegir: las personas con discapacidad intelectual tienen nor-malmente problemas para comunicarse y saber identificar una preferencia es difícil. Hay que ofrecer oportunidades para escoger y potenciar actividades en las cuales puedan escoger entre varias opciones para así que se conviertan en agentes causales.

- Habilidades de resolución de problemas: consiste en la identificación del pro-blema, la explicación y análisis del problema y la solución del problema. Poten-ciar el pensamiento divergente: podemos optar a múltiples soluciones entre las cuales debemos elegir la más conveniente.

- Habilidades para tomar decisiones: enseñar a que la persona aprenda a tener sus propios criterios y a pensar por sí mismos para que elijan verdaderamente lo que desean y también lo que más les conviene.

-Habilidades para establecer y conseguir objetivos: disponer de habilidades de planificación, para establecer metas y conseguirlas. Potenciar la motivación per-sonal, el esfuerzo, responsabilidad, compromiso y participación.

- Habilidades de autocontrol y autorregulación: permiten el dominio de las pro-pias emociones y conductas de uno mismo, que supone un logro del equilibrio espontáneo, y que la persona pueda expresarse y actuar de la manera más ade-cuada para su propia seguridad y la de los otros.

- Habilidades de autodefensa y liderazgo: supone reivindicar medios para ha-blar a favor de, o defender, una causa o una persona. Potenciar habilidades para comunicarse, negociar, adoptar compromisos, saber defender los derechos.

- Percepción de control y eficacia: control sobre los actos y decisiones y de que estos incidan sobre los contextos de forma eficaz. Potenciar que la persona ten-ga más control sobre sus capacidades y limitaciones y proporcionar oportuni-dades mediante las cuales el individuo tenga la posibilidad de aprender lo que obtiene al hacer unas acciones determinadas.

- Autoconsciencia/Autoconocimiento: consiste en maximizar el conocimiento de sí mismo, en ser consciente de uno mismo, de las propias posibilidades y limi-taciones. Las personas con discapacidad intelectual son más proclives a identi-ficar sus limitaciones que sus capacidades, fundamentalmente por la influencia de una educación basada en el modelo de déficit. Potenciar el que se conozcan a sí mismos, para elegir lo que más les conviene.

Los servicios de programas educativos que se ofrezcan a las personas con disca-pacidad intelectual, deben estar orientados hacia la normalización y la participación en la comunidad; orientados a fomentar la calidad de vida y la autodeterminación y a desarrollar habilidades que favorezcan la capacidad de elección.

Los objetivos de la educación es que los estudiantes aprendan a aplicar la resolu-ción efectiva de problemas, la toma de decisiones y los procesos para establecer sus propios objetivos, fundamental para el desarrollo, crecimiento y mejora de las perso-nas discapacitadas.

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Algunas propuestas que promueven la autodeterminación en individuos con discapacidad intelectual (Morón, 2011, p. 241) son:

- Conocer sus intereses y preferencias y fomentar la realización de elec-ciones. Para ello hay que fomentar la comunicación, con el sistema que sea más eficaz para conseguir una buena interacción comunicati-va. Es muy útil la colaboración del entorno familiar y social del indi-viduo para ofrecer datos sobre sus preferencias.

- Procurar que la persona participe en su propio proceso de enseñan-za-aprendizaje; puede adoptarse para ello la metodología de traba-jos por proyectos partiendo de pre-guntas: que te gustaría aprender, que temas te interesan, que sabes de…de esta manera los apren-dizajes serán significativos para el sujeto y por tanto aumentará su motivación y autodeterminación.

- Fomentar la implicación de estas personas en la resolución de prob-lemas y en la toma de decisiones. Para resolver un problema de for-ma global se debe desglosar la ac-tividad en pasos sencillos para que

la persona pueda realizar algunos. - Promover el aprendizaje autodirigi-

do y estrategias de autogestión. En-tre las actividades que fomentan su independencia encontramos la reg-ulación a través de pistas (a partir de imágenes u otras pistas visuales y auditivas), la autoinstrucción, la autosupervisión, la autoevaluación y el autoesfuerzo.

El arte y la discapacidad intelectual

El derecho a una educación para to-dos es una realidad y el arte debe estar abierto a todas las personas. Por lo tanto las personas con discapacidad intelectual tienen el derecho a disfrutar de las activi-dades creativas y que el arte sea un indi-cador de calidad de vida.

Apoyándonos en el artículo 27.1 de la Declaración Universal de los Derechos Hu-manos, así como en el artículo 30.2 de la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, donde se hace un especial hincapié en la necesi-dad de que las personas con discapacidad intelectual se impliquen de forma libre en la vida cultural y en que disfruten de las artes y de sus efectos claramente positi-

vos, defendemos la educación artística en contextos de discapacidad porque cons-tituye una vía para expresar las emocio-nes, también, en la convivencia social que propicia, permite desarrollar sentimien-tos de colectividad, de trabajo en equipo y disciplina, de capacidad de tolerancia a la frustración, etc.

Para las personas con discapacidad intelectual, las artes representan un con-junto de recursos y oportunidades que proporcionan un medio para la expresión y la creatividad, y mayores posibilidades para el éxito personal, académico y pro-fesional.

Muchas personas con discapacidad in-telectual no disponen de lenguaje verbal o tienen dificultades para comunicarse. El arte es un medio de comunicación impor-tante para que aquellas personas que no pueden expresarse verbalmente. Según Morón (2011), ampliando las estrategias de enseñanza-aprendizaje, las maneras de acceder al aprendizaje y las formas de demostrar el conocimiento incorporan-do los lenguajes artísticos, se facilitará el desempeño de las personas con discapa-cidad intelectual que tengan dificultades con el lenguaje escrito y oral.

El binomio creatividad y discapacidad

continúa suscitando “falsas alarmas” en diversos foros y/o ámbitos, resultando difícil que lleguen a una conexión o co-munión con normalidad y aceptación, debido a que se ha considerado a la cre-atividad como una cualidad asociada a elementos que resultan, al parecer, in-compatibles con la discapacidad, princi-palmente los elementos cognitivos. Sin embargo, la experiencia práctica ha de-mostrado que la creatividad es posible en las personas con discapacidad, y que sus procesos y estrategias creativas son ricos y espontáneos.

No ha trascendido la actividad crea-dora de las personas con discapacidad intelectual, quizás porque se ha ligado la creatividad a la inteligencia y no se ha valorado el proceso creativo como bene-ficioso para la salud mental del discapaci-tado, ni tampoco se les ha dado la opor-tunidad de demostrarlo. En este sentido puede concluirse que hay muy poco inte-rés en el ámbito educativo por la educa-ción artística y eso tiene este tipo de re-percusiones: no dar la oportunidad a las personas con discapacidad para explorar sus procesos de creatividad.

Campos (1995), en un estudio de ex-presión plástica en las personas con Sín-

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drome de Down afirma que una falta de motivación y una poca importancia de su creatividad por parte de su entorno, influye negativamente en su desarrollo creativo. Concluye con la propuesta de que se consideren el dibujo y la pintura como una estructura de comunicación, como un lenguaje y como un medio de creación y de expresión individual. Según Campos el arte es la expresión de su pro-pia personalidad y no del tipo específico de hándicap mental. Por otro lado, Very Specials Arts International (VSAI) sostiene la creencia de que las artes intensifican el aprendizaje.

Además, el arte puede funcionar como uno de los territorios que fomentan la igualdad. Supone la creación de un es-pacio para la visibilidad y la normalidad. La apuesta por normalizar lo que tradici-onalmente ha estado marcado por la di-ferencia. A través del Arte perseguimos una mirada a la diversidad no sólo como la superación de limitaciones que ejerce la propia persona con discapacidad como algo interno suyo, sino también de cómo la ven, la viven y la entienden aquellos que en principio no presentan esas limi-taciones.

Se está tomando conciencia que debe-

do únicamente motivarla y orientarla. Por tanto, al sistema educativo se llega con ella dentro del ser.

Por eso, a través de la educación se puede motivar a seguir desarrollando la actitud creadora innata en todos los se-res humanos. Según Picasso. “Todos los niños son artistas. El problema es cómo seguir siéndolo cuando creces” (Langer, 2006, p. 37).

A través de estudios acerca de la creati-vidad, Rogers (1975) establece que la cre-atividad es parte de una necesidad social en el individuo. Rogers señala que la edu-cación, la sociedad, la familia o las cienci-as pueden inhibir la creatividad. Un ambi-ente restrictivo, puede regular o delimitar la creatividad. Es por eso, que en su teoría sostiene que para alcanzar una creativi-dad constructiva se necesita la seguridad psicológica (para lo que los individuos necesitan sentirse seguros, apreciados y estimulados) y la libertad psicológica. De acuerdo con Rogers, la creatividad es fundamentalmente una habilidad con la que nace la persona y que se manifiesta, por ejemplo, en su capacidad para pintar, tejer, componer una poesía, o postular una teoría de forma única. La creatividad ocupa un papel importante en el desar-

rollo del individuo. La creatividad permite formar una nueva realidad con el material que tiene a su alcance, para dar satisfac-ción a las necesidades sociales, culturales y espirituales.

Burton, Horowitz y Abeles (1999) con-cluyen que la creatividad es una capaci-dad para el aprendizaje y que, por tanto, la educación basada en las artes tiene que ser desarrollada. La educación basa-da en las artes mejoraba el pensamiento, las habilidades de comprensión e inter-pretación, y las habilidades de resolución de problemas. Eisner (2002) y Efland (2002) argumentan que la educación ba-sada en las artes incrementa la habilidad del alumno para interpretar símbolos y para la construcción de su pensamiento, lo cual lleva a un pensamiento concep-tual más profundo. Además, la enseñan-za y el aprendizaje basados en las artes incrementan en el alumno el interés y la motivación (Morrow, 2001) e intensifica la autoestima, la predisposición a experi-mentar y la tolerancia a la incertidumbre (Ritter, 1999, Burton et al., 1999, Eisner 2002, Stronge, 2002). Pili (2000) argumen-ta que la educación basada en las artes ti-ene un valor especial para los niños desa-ventajados, por su efecto en la reducción de los estresares persistentes en sus vi-

mos trabajar desde la capacidad, no des-de la incapacidad. Porque las personas con discapacidad intelectual son perso-nas respetables, con derechos, con ne-cesidades, con inquietudes como el resto de personas que son capaces de poder ser y poder hacer lo que deseen siempre y cuando seamos conscientes de que re-quieres más apoyos y que es en su entor-no donde encuentran sus limitaciones.

No debemos olvidar que la discapaci-dad forma parte de la cultura y de la so-ciedad y debemos darles la oportunidad de los beneficios que pueden adquirir a través del arte, como potenciar habilida-des bio-psico-sociales que favorecen su integración social, mejorando también la percepción que ellos tienen sobre su pro-pia valía.

La creatividad en la educación

La creatividad es una facultad humana que, en unión a la imaginación, la afecti-vidad, la originalidad y el cognitivismo, aportan a la realización de la persona (Pérez de Cuéllar, 1997). La creatividad puede ser estimulada, expresada y desar-rollada a través de la educación, que en ningún caso la crea o la enseña, pudien-

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das, así como su valor en las habilidades cognitivas sociales y motoras.

Evidentemente, no todos los seres hu-manos poseemos el mismo nivel de capa-cidad creativa y reconocemos enseguida a aquellas personas que muestran una especial e intensa inclinación al proceso creativo. Sin embargo, sí que es común en la especie humana la posesión de un po-tencial creativo, que en muchas ocasiones queda adormecido, anestesiado o infrau-tilizado. Como decía el artista alemán Jo-seph Beuys: “Todo conocimiento humano procede del arte. Toda capacidad proce-de de la capacidad artística del ser huma-no; es decir, de ser activo creativamente. ¿De dónde iba a proceder si no? El con-cepto de ciencia es sólo una ramificación de lo creativo en general. Por esa razón hay que fomentar una educación artística para el ser humano.” (Bodenmann-Ritter, 1995, p. 71).

Proceso creativo

Durante años, y aun hoy en día, nos en-contramos en el Arte que tan sólo consi-deran el producto resultante de la obra. Pero el proceso creativo para llegar o no a ese producto, es igual o más importan-

te, pues a través de él hay un importante proceso comunicativo que la persona tie-ne al crear.

Además, durante el proceso creativo, nos encontramos con niveles de identi-dad, limitaciones, capacidades, gustos, preferencias y experiencias que nos si-túan en un marco de percepción propi-oceptiva, exteroceptiva e interoceptiva. Dicha percepción nos hace descubrirnos y tomar posición en relación al Arte y a sus elementos a la hora de ser utilizarlos por uno mismo. Es así como va configurán-dose en la persona la intencionalidad del uso de determinados elementos artísti-cos frente a otros. Y así, se va generando el propio proceso creativo y el desarrollo de su persona. Cuando la persona mues-tra y comunica a los demás su creación, la respuesta de éstos genera una retroali-mentación que le hace volver a mirarse a sí misma y a plantearse su obra, reinicián-dose nuevamente el proceso.

Para poder transitar por el camino cre-ativo es necesario que la persona entre en primer lugar en una experiencia de vivencia a través de diversos estímulos externos (palabra, imagen, sonido, mú-sica, texto,…), tras esa primera experi-mentación y vivencia, la persona hace

una elección y se decanta por una estruc-tura ordenando aquello que quiere para elaborar su producción. El educador por tanto, debe alejarse de cualquier tipo de conducta que suponga imponer técnicas o establecer modelos de imitación con el fin de potenciar los niveles de expresión y comunicación en la persona.

La libertad a la hora de elegir y el va-lor de la individualidad son lo verdade-ramente trascendente en el ámbito de la creatividad. Esta actitud está íntimamen-te relacionada con el proceso artístico. No debe ser determinante el resultado final sino el proceso como tal, ya que el obje-tivo principal es la aceptación de formas de expresión individualmente elegidas y modeladas, que permiten expresar la vi-sión de este mundo.

El proceso de creación artística, siguien-do a Eisner (2004), incita a las personas a pensar sobre las posibilidades y límites de los materiales disponibles. A medida que esos pensamientos maduran en base a un reconocimiento más profundo y de-tallado de tales materiales y el inicio de su manipulación, se genera un conjunto de ideas, un rico universo simbólico crea-tivo lleno de variantes y matices sobre lo que se puede hacer o no. Si además las

personas disponen de capacidad técnica para hacer realidad esas ideas, se origina la creación. De este modo se produce una estrecha vinculación entre el pensar y el hacer, como no sucede en otras discipli-nas y que permite la retroacción: no sólo se llevan a la práctica las ideas propias, sino que de la práctica propia surgen nu-evas ideas.

En efecto, el taller de creación se trans-forma en un descubrimiento constante de materiales que motiva a los partici-pantes a emprender una aventura de investigación de sus características pro-pias y sus posibilidades y también de las técnicas aplicables a éstas. Incluso en el proceso creativo se llegan a entender la simbolización de los materiales asocian-do formas y nuevos significados: asociaci-ones simbólicas de forma-significado.

Durante el proceso creativo, la prime-ra idea del pensamiento creador se va aumentando con un sinfín de pensami-entos enlazados que van generando la construcción de la obra final. La represen-tación se convierte en un juego simbóli-co de elementos que irán configurando nuevos significados al entrar en contac-to unos con otros a decisión del propio creador. Así, como dice Eisner (2004), la representación desempeña una función

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cognitiva en la que varios tipos de pensa-miento se ponen en acción: pensamien-to asociativo, convergente y divergente; pensamiento causal y consecuencial. La materialidad de la representación hace posible entablar un diálogo con ella. Si se trabajara únicamente con ideas todo sería etéreo y fácil de subjetivar, la materia per-manece y permite una interrelación entre la obra y el creador; así como entre la obra y el espectador.

En el proceso creativo, la persona es protagonista y va tomando conciencia de su individualidad y de su ser, único y dife-rente al resto. Van descubriendo sus capa-cidades y limitaciones desde el ejercicio práctico lo que determina la construcción de su propia identidad dentro del grupo, y permite llegar por ende, a un autocono-cimiento en paralelo al conocimiento de los otros. Según Eisner (2004) en las artes se valora más la individualidad que la uni-formidad. La sorpresa no sólo se permite: se busca. El sello personal tiene impor-tancia”.

Desarrollo de la autodeterminación en el proceso creativo. Puesta en ac-ción, Talleres artísticos

Se lleva un estudio de caso en un Cen-tro Ocupacional en Las Rozas de Madrid en donde se llevan a cabo una interven-ción de cinco talleres artísticos (taller de pintura, de barro, de land art, de graba-do y un collage) en donde doce personas con discapacidad intelectual han estado en contacto con materiales y técnicas artísticas. La intención es que a través de ellos, este colectivo adquiera nuevas formas de expresión y comunicación, así como desarrollar su autodeterminación y por tanto mejorar su calidad de vida.

El proceso creativo adquirirá protago-nismo, como lugar de encuentro, de rea-lización personal, de expresión y comu-nicación sin tener en cuenta el resultado final, siguiendo como estrategia el arte contemporáneo. Y en este proceso se va-lorará la autodeterminación, la capacita-ción y el bienestar de los participantes, evitando contemplar el colectivo de una forma global, sino como un conjunto de personas individuales con capacidades diversas con más o menos necesidades de apoyo.

Durante la realización de los talleres se llevó a cabo una observación participan-te y una evaluación de la implicación de los asistentes. Al terminar la serie se reali-zaron cuestionarios con las personas con discapacidad intelectual que participa-ron y se organizó un grupo focal con los profesionales del centro.

Los objetivos que se plantean son:

- Entrar en procesos y dinámicas cre-ativas que les permitan nuevas ex-periencias a través de un tiempo, espacio, métodos, técnicas y proce-dimientos artísticos.

- Resolver problemas que puedan aplicar a la vida diaria.

- Estimularse e inspirarse en el proce-so creativo para poder comunicarse con su entorno y dar forma a aque-llas demandas internas difíciles de expresar por otras vías sin que el educador le imponga métodos de creación.

- Conectarse con aquello que les es propio (su subjetividad) sin tener en cuenta el resultado de la obra final sino a su proceso artístico-creativo.

- Desarrollar la capacidad de elección y decisión, y tener la posibilidad de aprender las técnicas artísticas

a través de su propia experimen-tación y en una búsqueda estética propia, donde sean los protagonis-tas, capaces de guiar su proceso y tomar sus decisiones propias frente a la obra, para favorecer su autode-terminación.

- Sacar adelante un proyecto artístico por sí mismos aumentando su con-fianza y mejorando su autoestima.

- Valorar y cuidar las creaciones como algo que está conectado íntima-mente a su creador y que posee la facultad de comunicar aquello que le es propio.

- Integrarse en la vida social y cultural a través del arte.

- Generar actitudes y emociones posi-tivas en la práctica para que revier-tan en una mejor calidad de vida y bienestar (de empatía, de buen hu-mor, motivación, ilusión, estímulo y emoción).

La metodología que se lleva a cabo en los talleres se basa en estos principios pe-dagógicos:

Aprendizaje significativo: La meto-dología que vamos a llevar a cabo en esta programación está basada en los principi-os de intervención educativa, por lo que

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se necesita una implicación directa del alumno para que obtenga aprendizajes significativos y, conseguir con ello, sus-tanciales mejoras en el proceso enseñan-za-aprendizaje. Partiremos, en primer lugar, de los conocimientos previos del alumno, para lo cual, haremos una serie de preguntas antes de los talleres acerca de los materiales y técnicas: si las conocí-an y si han trabajado alguna vez con ellas.

La interacción profesor/alumno es fundamental al igual que entre alumnos, ya que se aprende de sus propios com-pañeros. Por ello se crearán dinámicas de grupo para construir agrupaciones en equipos de trabajo, favorecedoras de esta interacción. Muy importante dejar al alumno libre, no coaccionarle para no in-terrumpir su proceso creativo.

Motivación. Se realizarán actividades significativas que especificaremos más adelante, próximas a la realidad, retos al-canzables y no metas lejanas y difíciles.

Método socrático, que se llevará a cabo a través de discusiones en grupo y de las aportaciones, por ejemplo, generar al final de la clase un debate.

Método de gamificación o ludifica-ción. Aplicaremos mecánicas de juego en ámbitos no lúdicos con el objeto de al-canzar objetivos, consiguiendo un mayor compromiso fomentando ciertos com-portamientos deseados. Mediante el jue-go el alumno asimila los contenidos a la vez que se potencia su motivación, gene-ra placer, participación y compromiso por parte de los alumnos, porque les aporta retos y un camino por el que discurrir.

Método de acción-participación a través de la cual los alumnos realizarán sus propias obras que posteriormente ex-pondrán en el Centro.

Estrategias. En la práctica docente se harán uso de varias estrategias basadas en las artes visuales:

-Introducción del detonante o factor sorpresa al inicio de los talleres para motivar a los alumnos.

-Proyección de imágenes cuidadosa-mente seleccionadas en el inicio del taller sobre lo que se va a hacer a modo de orientación.

TALLERES ARTÍSTICOSTaller 1: MONOTIPIALa monotipia es una transferencia de tinta de grabado de la superficie de una planc-

ha sobre la superficie del papel mediante diferentes métodos de presión. Como el pro-pio nombre indica, es una técnica para producir estampaciones únicas.

Desarrollo del taller: Se entinta la superficie de la plancha con un rodillo creando una película de tinta sobre ésta. Se coloca el papel sobre la matriz entintada. Se dibuja sobre el reverso del papel, con lápiz de grafito o con cualquier elemento de frotación como manos y dedos, para realizar una transferencia de la tinta. Se levanta el papel una vez realizada la acción donde el factor sorpresa será el protagonista.

Imagen 1 y 2. Entintando la superficie de la plancha con rodillo y resultado final de participante A

Imagen 3. Obra de

participante B Imagen 4. Obra de participante C

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Valoración: se desarrolló la autodeterminación gracias a que fue un ejercicio libre, los participantes eligieron por sí mismos el tema que dibujar y cómo dibujarlo. La mayoría optó por dibujar con la yema de los dedos y con las uñas.

Taller 2: BARROEste taller consiste en la creación de una escultura con barro en donde el alumno se

va a expresar creando volúmenes y conformando espacios. Una vez terminada la obra, se dejará secar y se pintará al gusto de cada participante.

Valoración: se desarrolló su autodeterminación a la hora de elegir qué moldear y qué color aplicar. Deciden por sí mismos desde el principio el tema, la forma y el color.

Taller 3: LAND ARTEl taller Land Art consiste en que los participantes a través de elementos naturales

de la naturaleza creen una obra de arte tras la exposición de un power point en clase con imágenes de artistas que trabajaron esta tendencia de arte contemporáneo.

Imagen 5 y 6. Participante D durante el proceso creativo y participante E dando color a su obra.

Imagen 7. Algunos participantes enseñando sus obras.

Imagen 8. Obras.

Imagen 9 y 10. Participantes durante el proceso creativo y obra dinal del participante F.

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Valoración: los participantes eligieron por sí mismos el material natural que con-formaría su obra: piedras, hojas, ramas, flores, etc. El educador no impone técnicas o establece modelos de imitación. El proceso creativo es libre y cada alumno es dueño de su camino.

Taller 4: DIBUJOEste taller consiste en dibujar el contorno de imágenes proyectadas sobre el papel

puesto en la pizarra y darles color.

Valoración: se desarrolló su autodeterminación a la hora de elegir el tema de proyec-ción para dibujar. Unos eligieron dibujar sus cantantes favoritos, otros futbolistas, otros a los simpsons, etc. Se pone en relación el dibujo con sus ideas, pensamientos, deseos y gustos.

Taller 5: COLLAGEEste taller consiste en la realización de un collage con los materiales con los que los

participantes están habituados a trabajar en el taller de manipulados del Centro Ocu-pacional. Se irá conformando la obra mediante cápsulas de café, lanas, alambres, etc, convirtiendo la obra final en un collage abstracto.

Valoración: se desarrolla su autodeterminación en la medida de que cada partici-pante selecciona a su gusto el color de la cápsula de café y los demás elementos que quieren usar para formar la obra. También deciden por sí mismos el soporte en donde realizan la obra y su composición.

Imagen 11 y 12. Obras dinales del participante A y C

Imagen 14 y 15.Participantes H, I y J, realizando un collage abstracto.

Imagen 13. Participantes F y G dibujando el contorno de sus cantantes favoritos.

Imagen 16. Participante i y J, enseñando la obra final.

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Conclusiones

En primer lugar, la discapacidad inte-lectual no ha supuesto ningún obstáculo para la participación en talleres artísticos. Como ya se ha mencionado en este tra-bajo, el artículo 27 de la Declaración Uni-versal de Derechos Humanos recoge que toda persona tiene el derecho, indepen-dientemente de su condición humana, a participar en la vida cultural de la comu-nidad y al disfrute de las artes. Sin em-bargo, ocurre con demasiada frecuencia, que se infravaloran las habilidades que poseen las personas con discapacidad enfatizando sus déficits y, en consecuen-cia, haciéndoles que se enfrenten a tareas de bajo nivel de estimulación intelectual o sentido del logro. Las limitaciones que existen en las personas son el resultado del estigma asociado a la discapacidad, pero éstas no se darían si tomamos con-ciencia de que disponen de numerosas y ocultas habilidades, que tan sólo re-quieren más necesidades de apoyo. Es, precisamente en su entorno donde en-cuentran las limitaciones. La creatividad artística es un bien común que en mayor o menor medida todas las personas son capaces de desarrollar si encuentran el entorno adecuado.

Según la definición de ser en la obra de Fiorini (2007), “El psiquismo creador”, entendemos el concepto ser, teniendo en cuenta, además de lo que las personas son en sí, lo que deben ser y lo que pue-den o desean ser. Esto llevado a nuestro campo, las personas con discapacidad a lo largo de la historia han sido conside-radas únicamente desde las dos prime-ras acepciones: Lo que son en sí y lo que deben ser, sin darles permiso a una opor-tunidad para lo que pueden o desean ser, y por tanto entendemos que el arte supo-ne un medio ideal para “ser” en el concep-to amplio y con todos sus acepciones (ser en sí, deber ser, poder ser y desear ser).

En los talleres realizados, desde un pri-mer momento se ha partido de la premi-sa de lo que pueden ser, es decir, no se ha visto a la persona con déficits, sino con capacidades específicas pero más o me-nos necesidades de apoyos. Se les ha em-poderado a través del arte, haciéndoles sentirse capaces de crear una obra a par-tir de sus experiencias, ideas, creencias y gustos propios, y se ha valorado el resul-tado como algo original y válido, sin un juicio más allá que respetando la subjeti-

vidad de la persona. Por otro lado se les ha apoyado con lo que desean ser, es de-cir, se les ha motivado y reforzado en sus capacidades de elección y decisión por sí mismos, con la finalidad de desarrollar su autodeterminación.

Porque la creación artística potencia los componentes de la autodetermina-ción, habilidad básica para la participa-ción activa en la sociedad. Desde su pro-pia experiencia se potencian habilidades como la autonomía, la autorregulación, el empoderamiento psicológico y la au-toconciencia (Wehmeyer) dando al indi-viduo la capacidad para actuar como el agente causal de su propia vida, así como para mantener o mejorar su calidad de vida. El empoderamiento personal no es otra cosa que el fortalecimiento individu-al, el cual hace que la persona se sienta capaz de manejar su propia vida, es decir, que incremente la confianza en sí mismo y en su ejecución.

En definitiva, cualquier medio artístico es una oportunidad para poder reivin-dicar el derecho a ser uno mismo y pro-vocar y generar “el deseo ser” y “el puedo ser”. Además el concepto de sí mismo y la autosuficiencia mejoran muy conside-rablemente, gracias al arte como un len-

guaje propio que nos hace conocernos y darnos a conocer a los demás desde la va-loración de las potencialidades o recursos particulares y no desde las limitaciones y las técnicas reduccionistas.

Pues mediante la manifestación artís-tica, la persona con discapacidad intelec-tual proyecta su nivel de identidad y pro-voca en el espectador reacciones, ya sean positivas o negativas. La devolución de esas reacciones retroalimentan a la per-sona haciendo que éste estimule su nivel de autoestima, favoreciendo la utilización de sus recursos internos, descubriéndose a sí mismo dentro de todas sus posibili-dades, potenciando su valor como per-sona en el entorno social. En los talleres se ha podido observar cómo las personas al finalizar su obra y tras exponerla en el centro, sus comentarios positivos hacia sí mismos ha sido una clara muestra del re-fuerzo de su autoestima.

Por otro lado, muchos discapacitados no tienen lenguaje verbal o tienen difi-cultades para comunicarse, y el ser hu-mano es un ser social por definición, que necesita comunicarse y relacionarse con los demás. Durante el proceso creativo hemos observado que el arte como len-guaje de comunicación ha sido más afín a

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ciertas personas que el lenguaje verbal. A través del arte han expresado sus gustos, sus preferencias, sus miedos e incluso sus necesidades. El arte como un magnífico vehículo de expresión.

Estos talleres son ejemplo de cómo las imágenes visuales, además de servir como medio de expresión, favorecen los procesos de comunicación. Así pues, los procesos creativos con fines educativos y formativos se establecen en este entor-no como una forma de descubrir nuevas capacidades potenciales en estas perso-nas con discapacidad intelectual.

Los talleres también han implicado la mejora de diversos elementos de la capa-cidad creativa como la habilidad para solventar problemas, de manera visual y verbal, una mejora en la concentración, intensidad y duración, un mejor sentido del arte, capacidad de invención, experi-mentación, originalidad, libertad, inde-pendencia, disciplina y toma de riesgos. El sujeto, durante el proceso creativo, desar-rolla estrategias de pensamiento que le ayudan en la resolución de conflictos, favorece el autocontrol, autoevaluación y logro de metas. Todos estos beneficios servirán a los miembros en sus relaciones con los demás individuos.

Como conclusión, podemos afirmar que el arte mejora su autoestima, sus rela-ciones personales y sociales, y aumenta la comprensión de su relación con el mun-do exterior, ajeno a sus realidades disca-pacitadas. Permite desarrollar la imagina-ción, potencia la autonomía y favorece la integración. Por otro lado, las artes visu-ales permiten la expresión de sentimien-tos, mejora habilidades motoras, amplía el lenguaje visual y aumenta las posibili-dades de desarrollo personal y cognitivo. Todo esto mejorando su calidad de vida.

Dicho todo esto, entendemos y propo-nemos que el desarrollo y la apuesta por la educación artística en un contexto de discapacidad intelectual, puede ser una solución para pasar desde el déficit has-ta la activación y la participación social, además permite desarrollar la creatividad, las habilidades manuales, las habilidades sociales, el sentido de valía y autonomía personal. Todo ello es una forma de mejo-rar la calidad de vida de las personas con discapacidad, así como favorecer progra-mas de apoyo a la integración social.

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