Nº 6_Revista AXIS

46

description

AXIS, Revista Institucional de Crítica, Sociedad y Cultura. Propiedad ONG SurCrea

Transcript of Nº 6_Revista AXIS

  • Direccin GeneralCristian Vivanco Mndez

    Editor GeneralJorge Fuentes Carrasco

    Equipo de diseo y editorialCristian Vivanco Mndez

    Eduardo PalmaJorge Fuentes Carrasco

    Oscar Carrasco Escudero

    ColumnistasFrancisco Vergara Morales

    Jorge Troncoso GmezJorge Fuentes CarrascoCristian Vivanco Mndez

    Luis Vivanco Mndez

    Colaboradores* NUMEN, Peridico del quehacer

    pedaggico y disciplinario

    SURCREA

    Ed. N1, Vol.6, Junio (2015), LINARES, CHILE

    [email protected]

    Asociacin Profesional para el Desarrollo Social y CulturalO.N.G. SurCrea / RUT: 65.085.585 - k

    Personalidad jurdica Nmero de inscripcin N 172448 del 12 de Junio del 2014

    Representante Legal:Cristian Eduardo Vivanco Mndez

    Contacto: fono: (09) 874 494 67 / E-Mail: [email protected]

    Creative Commons Atribucion / No Comercial / Sin Derivados

  • Editorial(Pg. 1)

    Consejos para Combatir la Corrupcin y Promover

    la Probidad Institucional(Pg. 2-3)

    Historia de las Calles Principales de Linares

    Manuel Rodrguez(Pg. 4-15)

    Francisco Vergara Morales

    El Poder y el Lenguaje en la Construccin de Nacin y

    Nacionalismo (Pg. 16)

    NUMEN, Peridico del quehacer pedaggico y disciplinario

    El Muralismo Mexicano Como Fuente de Inspiracin y Motivacin

    para la Enseanza de Tpicos Basales del Discurso

    Literario Contemporneo (Pg. 17)

    NUMEN, Peridico del quehacer pedaggico y disciplinario

    La Academia de Pintura Chilena(Pg. 18-25)

    Cristian Vivanco Mndez

    El Nuevo Proceso Constituyente en Chile

    (Pg. 26-35)

    Jorge Fuentes Carrasco

    La Cpsula de las Plantas y de los rboles

    (Pg. 36-39)

    Luis Vivanco Mndez

    Espacio de Participacin Ciudadanay Opinin Pblica.

    Escuela Pblica y Religin(Pg. 41)

    Jorge Troncoso Gmez

    INSTITUCIONAL

    EDUCACIN

    ARTES VISUALES

    MEDIOAMBIENTE

    ESPACIO CIUDADANO

    ND

    ICE

    SURCREAONG

    CVICA Y CONSTITUCIN

  • 1Editorial

    Los recientes escndalos de corrupcin poltica en donde queda expuesto el claro maridaje entre los intereses particulares y la lite poltica, ha impulsado en este ltimo perodo, un gran de-bate ciudadano relacionado con los estndares obligatorios que deben existir en torno a la transpa-rencia y la probidad con que deben guiarse legalmente las autoridades y las instituciones pblicas. Esto ha obligado a la clase poltica a pensar en estrategias que sancionen a quienes incurran en ma-las prcticas, faltas a la probidad y corrupcin, con el fin de recuperar la confianza pblica y mejorar todas aquellas instancias de funcionamiento en donde pueda ocurrir dichos actos. Sin embargo, es bastante complejo y difcil recuperar la confianza de la ciudadana cuando las situaciones de co-rrupcin han sido recurrentes, cuando las autoridades emiten discursos llenos de eufemismos ante situaciones claramente cuestionables, y sobre todo, cuando quedan expuestas las vulnerabilidades de las instituciones cuando stas son gestionadas con fines maliciosos y corruptos. Se torna complejo recuperar la confianza ciudadana en las instituciones pblicas y sus ad-ministradores, y mientras ms se demora en mostrar seales claras en lo que respecta al mejora-miento de aquellos espacios que facilitan y aportan a la probidad y transparencia pblica, ms claro es el peligro en que pone la estabilidad democrtica, por lo que es imperativo que las autoridades pblicas y los diversos actores polticos, generen nuevos y mejores estndares, normas y leyes. Junto con ello, instalar la obligatoriedad de ejecutar actos precisos y evidentes, sin medias tintas, que demuestren un verdadero saneamiento, situacin que debe estar vinculada a la justicia, la cual debe hacerse cargo en derecho, y sentenciar fuertemente a quienes incurran en actos de corrup-cin. La probidad y la transparencia no son actos que se sustenten solo en la buena voluntad, sino que es una obligacin de quienes ocupan lugares de poder en las instituciones o cargos pblicos, polticos o de inters social, pues de esto depende el xito o fracaso de un gobierno, el buen funcio-namiento de la estructura del Estado y la tranquilidad y justicia social. Es indispensable e imperati-vo que la clase poltica genere y mejore estas instancias de transparencia y probidad, pues estamos en una situacin en que la ciudadana no est tolerando actos de corrupcin y cuando se hacen reiterativos y no se pone atajo a estas prcticas, se deslegitimizan las instituciones y se producen situaciones de caos social y de desobediencia civil, y aquello no es culpa de la ciudadana, sino de quienes gobiernan y administran la estructura del Estado. Nuestra organizacin cree que hay que crear nuevos dispositivos de control y fortalecer de manera global los ya existentes, sobretodo en aquellas instancias econmicas que tengan que ver con el buen uso de los recursos, pues la probidad y la transparencia son valores altamente necesarios para que las instituciones se mantenga estables, ya que son los conceptos estructu-rantes claves, que entregan seguridad y confianza a las personas y permiten que la institucin se estabilice y asiente sobre buenas y firmes bases, ayudando al correcto funcionamiento de toda su estructura. Esto, es lo bsico para cualquier institucin, sea cual sea su dimensin, pues carecer de estos simples soportes de funcionamiento o permitir que estos dispositivos de control continen deteriorndose, las expone a ellas y a su entorno: al caos, al desorden y al fracaso.

    Asociacin Profesional para el Desarrollo Social y CulturalO.N.G. SurCrea

    1

  • 2Consejos para Combatir la Corrupcin y Promover

    la Probidad Institucional

    La corrupcin es un tema contingente en nuestro pas y es evidente que este es un problema que se ha instalado de manera muy compleja en la discusin ciudadana, la cual ha perdido la confianza en las instituciones del Estado, manifes-tando con mayor frecuencia, su des-contento en las calles. Son bastante graves los problemas de probidad que afectan a las instituciones de nuestro pas y se manifiestan desde lo micro a lo macro en la estructura del Estado, por lo que se hace nece-sario actuar con prontitud, en dere-cho y con las sanciones que exige cada caso. No se puede naturalizar o relativizar estas situaciones de corrupcin y menos intentar ocultar estos hechos a la opinin pblica, sino que se deben combatir inme-diatamente, para que se instalen o ajusten los dispositivos necesarios de control, la justicia haga su tra-bajo con celeridad y se juzgue en la dimensin correspondiente, lo con-trario, solo exacerbara los nimos de los ciudadanos y generar desor-den e incluso caos social. Frente a las faltas a la probi-dad se pueden establecer diferen-tes estrategias que ayuden a com-batir la corrupcin en las diversas organizaciones e instituciones exis-tentes en un pas, Una manera pue-de basarse: En la experiencia que han obtenido otras organizaciones

    o instituciones, para lo cual es ne-cesario observar y analizar aquellas las situaciones estratgicas y los dispositivos de control que se apli-can en los sistema de aquellas ins-tituciones y que demuestran altos ndices de exito; definir una teora de principios sobre la cual construir una estrategia ajustada a la realidad propia; o bien identificar un aspecto determinado que se considera fun-damental para generar los cambios necesarios y sobre el cual aplicar una serie de controles. Lo importan-te es identificar la estrategia perti-nente al problema que se enfrenta, que los resultados de la aplicacin de esta estrategia sean positivos y que ayude a mantener en el futuro bajo control aquellas situaciones de riesgo en dnde est latente la corrupcin en las instituciones, sea cual sea su envergadura. Existen varias estrategias para enfrentar y combatir la co-rrupcin en las organizaciones o instituciones de diversa ndole, es mas existe una discusin y estudio abierto en torno a este tema, por lo que siempre se elaboran respues-tas ms sofisticadas y eficientes a la problemtica de la probidad y el control de la corrupcin. Por tanto en esta ocasin mencionaremos de manera general algunos consejos y estrategias que nos pueden ayudar a mejorar nuestra organizacin:

    Instalacin de Polticas de Informacin y Sistemas

    de control

    El primer paso para cons-truir e instalar una estrategia para enfrentar la corrupcin, es determi-nar y precisar el objeto de anlisis y preocupacin, dejando de lado ex-presiones similares, y parecidas en donde no exista riesgo y as mane-jar de manera eficiente los recursos de una organizacin, puesto que muchos de los sistemas de control requieren de recursos, por lo que hay siempre que estudiar muy bien la estrategia y la necesidad de su aplicacin. Como ya hemos menciona-do anteriormente, en toda organi-zacin se deben instalar sistemas de control de probidad, esto no solo evitar ilcitos sino que tambin establecer procedimientos claros de funcionamiento y conducta en la estructura organizacional. De-pendiendo de la envergadura de la organizacin, estos dispositivos de control pueden ahorrar bastante dinero y junto con ello, acelerar el actuar de la justicia en el caso que sea necesario y segn la gravedad del acto. Los sistemas de control re-quieren en primera instancia de un sistema de informacin eficiente que nos permita acceder a lo sus-tancial de cada situacin, es por este motivo que es necesario cons-truir y probar unidades de medida significativas para cada caso. Si es-tas unidades operan de manera ade-cuada, se puede acceder por ejem-plo; a los atrasos de pagos, faltas de dinero, los diversos flujos de dinero,

    La probidad es la honestidad y la rectitud. Puede decirse que la probidad est estrechamente relacionada con el actuar en honradez e integridad, es por este motivo que se indica que quien acta con probidad no comete ningn abuso, no miente ni incurre en un delito o crimen. Lo contrario a la probidad es la corrupcin, que implica un desvo de las normas morales, ticas y de las leyes.

    La probidad individual o personal consiste en actuar recta y honradamente en la vida.

    El concepto de probidad desde el ngulo de la tica Pblica, est relacionado con el compor-tamiento de los funcionarios, autoridades pblicas y de los polticos en dos aspectos elementales: en la relacin de eficiencia del servicio y en el uso correcto de los recursos pblicos del Estado, los cuales deben cumplir de manera estricta con su finalidad especfica, sin desviacin alguna, a fines particulares ajenos al servicio.

  • su procedencia, sus tiempos, los responsables de cada situacin, las personas involucradas en determi-nadas operaciones, etc. Lo cual es bastante conveniente operacional-mente. Se debe sealar que la des-cripcin de los cargos debe ser una obligacin en todo nivel, pues de su anlisis se pueden descubrir po-tenciales riesgos de corrupcin que rodean al cargo determinado, Ade-ms los sistemas de control ayudan a medir la eficiencia y la productivi-dad como se ha demostrado ltima-mente, sobretodo en el rea de la salud, en donde stos sistemasl han sido claves para el funcionamiento del sector. Frente a la corrupcin siem-pre hay que estar varios pasos ms adelante, entendiendo que es nece-sario realizar de manera regular, el ejercicio panormico de observar la estructura de la organizacin y ad-vertir potenciales puntos de riesgo en donde se pueden producir situa-ciones de riesgo, para luego jerar-quizarlos e instalar dispositivos de control adecuados a la naturaleza y dimensin de cada punto. Es ne-cesario que estas observaciones a la estructura institucional sea mo-nitoreado constantemente, pues debemos entender como un axioma que siempre existir corrupcin y muchas veces los sistemas no detec-tan como quisiramos todo acto de falta de probidad, por lo que todo esto se trata de establecer, valores, estrategias y sistemas de control que limiten los actos de corrupcin a hechos excepcionales y suscepti-bles de ser aislados y sancionados.

    Combatir Globalmente la Corrupcin:

    Combatir de manera global la corrupcin se presenta general-mente como la manera ms racio-nal, pues indica que para solucionar el problema de corrupcin se debe actuar sobre todas y cada una de sus causas que aparecen en un sistema,

    obviamente con una perspectiva a largo plazo. Por ejemplo; En un Es-tado se contemplan programas de tica, con el fin de instalar una for-ma de pensar y proceder ticamen-te en las nuevas generaciones de ciudadanos, de manera simultnea se dictan nuevas leyes de probidad que fortalecen las normas y las san-ciones contra los corruptos, tam-bin se fortalecen las contraloras y los diversos mecanismos de control en la estructura del Estado. En una organizacin, cuando existen casos de corrupcin se de-ben atacar todos aquellos espacios que permiten que se originen esto actos, junto con ello se implementan de manera permanente y como pol-tica interna, constantes charlas, ta-lleres, cursos y perfeccionamientos para los miembros, socios o emplea-dos en torno al tema de la probidad, la tica profesional, responsabili-dad social, entre otros tpicos re-lacionados. Adems se inspecciona y analizan constantemente los pro-gramas y estrategias de control de probidad y se estudian las diversas situaciones de potenciales actos de corrupcin que se puedan dar en un futuro, a lo largo de toda la estruc-tura institucional. El problema que representa esta estrategia de siste-mas de control global y permanente es el coste financiero que implica.

    Combatiendo la Corrupcin de Manera Especfica.

    La realidad nos indica que muchas organizaciones no tienen los recursos para establecer estra-tegias globales de sistemas de con-trol, por lo que recomendamos eje-cutar tareas de control mixtas que monitoreen y que instalen en esos puntos sistemas de control en pun-tos especficos y estratgicos de la organizacin que sean potenciales focos de corrupcin, adems se con-sidera necesario realizar algunas tareas de bajo costo que ayuden a prevenir actos contra la probidad

    institucional, tales como: conver-saciones motivacionales entre los miembros de la organizacin que aporten valores e identidad con la organizacin; conversaciones que ayuden a informar acerca de la ile-galidad de determinados actos y las acciones a ejecutar cuando se presenten actos contra la probidad; invitacin a todos quienes formen parte de una organizacin a contri-buir a la fiscalizacin de la misma y junto con ello ensear las herra-mientas se tiene para ejercer aque-llo, entre otras medidas.

    Combatiendo la Corrupcin desde la Legalidad:

    Un acto reido contra la ley, siempre debe ser denunciado, pues siempre perjudica a las organizacio-nes, tanto as que en muchas oca-siones estas se ven condenadas a la desaparicin producto de acciones ilegales de sus miembros. Por lo que es necesario tener siempre presen-te que los actos de corrupcin de-ben ser denunciados en su mrito y dimensin, junto con ello se deben aplicar las sanciones correspondien-tes indicadas en los estatutos insti-tucionales o de normativa interna. Si bien es una manera obligatoria para combatir la corrupcin, no po-demos sustentar una estrategia institucional solo pensando en la legalidad como aquel soporte que nos provee de probidad, debemos instalar diversos sistemas de con-trol en la estructura de una organi-zacin para prevenir las corrosiones que provocan la falta de probidad. Tambin es importante que quienes forman parte de las instituciones contribuyan a la fiscalizacin y que entiendan que los espacios de acti-vidad humana no se protegen por si solos o por una orgnica legal, sino que son las personas el primer y ms importante sistema de control en una institucin.

    3

  • HISTORIA DE LAS CALLES PRINCIPALES DE LINARES

    Calle Manuel Rodrguez

    Francisco Vergara Morales

    12

    EDUCACIN

    4

  • La Calle Manuel Rodr-guez(1) lleva este nombre desde el ao 1910, antiguamente llevaba el nombre de Comercio debido a que entre los aos 1875 a 1900 se concentraban en ella las tien-das ms importantes de la ciudad.(2) Actualmente, co-mienza en calle Intenden-te Fontana y concluye en la Avenida Carlos Camus, en la poblacin del mismo nombre, detrs de la em-presa de azcar de remola-cha Iansa. Los terrenos en donde se ubica esta pobla-cin, pertenecan antigua-mente al fallecido dirigente poltico Hugo Vergara des-tacado miembro del partido Radical de Linares. Desde su inicio por el Sur y hasta su trmino por el Norte, en total a esta ca-lle la atraviesan 25 cuadras las cuales son: Intendente Fontana, Francisco Antonio Encina, Lster Rossel, Ren-go, Esperanza, Colo-Colo, Valentn Letelier, (Existen dos calles con este nombre,

    la primera de ellas comienza en calle San Martin y termina en Lau-taro frente al Liceo Valentn Lete-lier, mientras que la segunda calle comienza en la Villa Presidente Ibez y concluye en la Calle Eleu-

    terio Ramrez Frente a la Iglesia Salesianos) Maip, Independencia, Kurt Mller, Max Jara, Mario Due-as, Yerbas Buenas, Avenida Pre-sidente Carlos Ibez del Campo, Entrada al Parque residencial Buen

    Pastor, Mxico, Venezuela, Rene Schneider, Jos Abelar-do Nez, Juan Ignacio Moli-na, Alonso de Ercilla, Avenida la Empresa, Calle El Bosque y Avenida Carlos Camus. La presente descripcin de calle Manuel Rodrguez, como se ve en la actualidad, la har de acuerdo a esta orientacin (de Sur a Nor-te), obviado algunos locales como minimarkets, bouti-ques o almacenes, destacan-do los que a mi juicio son los ms trascendentales por: su relevancia histrica, los aos que llevan funcionado, el ser-vicio que prestan a la comu-nidad y el simbolismo e iden-tidad que representan para nuestra ciudad. Una peculiaridad de la ca-lle aqu estudiada, es que comienza como un angosto

    5

    (1) Manuel Rodrguez fue un clebre guerrillero de nuestra Independencia. Naci en Santiago el 25 de Febrero de 1785 y muri asesinado en Til Til el 26 de mayo de 1818. No obstante haber luchado por la emancipacin de nuestro pas y ser el primer dolo popular, su muerte est cubierta de

    un manto de misterio dado que las razones de su asesinato y el lugar preciso de sus restos an estn en duda.

    Segn la leyenda urbana el nico testigo del asesinato de Manuel Rodrguez fue el campesino Hilario Cortz quien, mientras regaba en un potrero

    de porotos, escucho el ruido de los soldados que llevaban a Rodrguez hacia Valparaso. Escondido tras los matorrales vi cuando el teniente Antonio

    Navarro le dispar un tiro por la espalda, como los dos soldados que lo custodiaban destrozaban el cuerpo a culatazos y como, luego lo tiraban en una

    zanja ocultndolo con algunas ramas secas y piedras. Cortz, lleno de miedo, se habra quedado callado un par de das pero luego de tener pesadillas

    con la cara de Manuel Rodrguez destrozada, decidi contrselo a su patrn Jos Serey quien junto a sus hijos, el cura de la parroquia de Til Til y el

    mismo Cortz, decidieron enterrarlo en la noche dentro de la pequea iglesia de la localidad, frente al altar, en donde a las 10 de la maana el sol

    que entraba por una ventana caa sobre el lugar en donde estaba sepultado Manuel Rodrguez. Esto ltimo lo habran hecho de comn acuerdo para

    dejar un punto de referencia, ya que todos los que participaron de esto estaban imbuidos de un enorme miedo al saber sobre las persecuciones a los

    opositores del gobierno de Bernardo OHiggins y la Logia Lautarina, y tambin por la noticia del fusilamiento en Mendoza de los Hermanos Carrera

    ocurrido un mes antes, el 8 de abril de 1818. Esperando a que en algn momento, cuando las aguas se aquieten, las futuras generaciones buscarn

    estos preciosos restos para dar a conocer la verdad de lo que haba sucedido y visto.

    Para mayor informacin y profundizacin sobre la muerte de Rodrguez y como se descubrieron sus restos en 1895 desde la Iglesia de Tiltil y cuyas

    ropas no coincidan con lo que sealaba Hilario Cortz (que para la fecha haba muerto), sugiero revisar la interesantsima obra de Eulogio Rojas Mery

    Manuel Rodrguez, impreso por el Instituto de Investigaciones Histricas Jos Miguel Carrera. (Santiago 1953), y tambin la obra antropolgica-

    histrica de Don Ricardo Latcham Manuel Rodrguez (Editorial Nascimento 1975).

    (2) De Ancoa, Nieves. (1950) Las Calles de Linares Ed. de la Sociedad Linarense de Historia y Geografa. Imprenta Particular (Pg. 232) Chile.

    Pintura de Manuel Rodrguez Erdoza, Recuperada de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/7b/ManuelRodrigez.jpg

  • 6pasaje en Calle Intendente Fonta-na, y contina de igual forma por las callecitas Francisco Antonio En-cina y Lster Rossel. A partir de ca-lle Rengo y hasta su trmino, deja de ser un estrecho pasaje y pasa a tener la configuracin de una calle propiamente tal. Otra cosa impor-

    tante es que Manuel Rodrguez es una arteria residencial en su inicio y termino, con una vida de barrio que desaparece al acercarse a la Plaza de Armas. A partir de la esquina este con Esperanza aparece la primera edificacin digna de mencionar ya que en este lugar se ubica el esta-cionamiento de la Escuela San Mi-guel Arcngel, en donde antigua-mente se instalaban algunos circos como el de Las guilas Humanas en donde all por los aos de 1971 ocurri un trgico accidente cuan-do una joven trapecista cay al va-co y luego de quedar en muy malas condiciones, muri en el mismo lu-gar antes de que llegara las ambu-lancia a prestarle primeros auxilios, lo cual conmocion a la opinin p-blica de la poca, tambin en este lugar, se transmiti hace casi 35 aos un captulo del Circo-Progra-ma de Televisin Nacional de Chile Teleminimundo, el que fue muy concurrido en aquella poca y en donde el autor que escribe estas

    lneas tuvo la oportunidad de par-ticipar siendo un nio. Hoy, donde antes se encontraban las canchas de tierra de la Escuela San Miguel y se instalaban Circos, existen salas de clases. Caminando por el costado noroeste, hacia la esquina de calle Colo-Colo, casi en mitad de la cua-dra existe una gruta con una ima-gen de un cristo sentado el cual siempre ha sido venerado por los fieles quienes le encienden velas y le colocan flores desde que te-nemos memoria. Segn los datos que he recopilado, en este sector antiguamente existi una peque-a capilla de la cual les relatar ms adelante. Finalmente en esta cuadra, pero por la esquina suroes-te de Colo-Colo se encuentran las dependencias de la escuela San Mi-guel Arcngel. Avanzando hacia la Alame-da Valentn Letelier, en la esquina noroeste de Colo-Colo, se encuen-tra el edificio de departamentos

    Fotografa del letrero de La Calle Mauel Rodrguez esquina Fontana, (2015), Cristian Vivanco Mn-dez

    Fotografa Colegio San Miguel Arcngel por el lado oeste de Manuel Rodrguez (2015), Cristian

    Vivanco Mndez

    Fotografa de Gruta del colegio San Miguel por Calle Mauel Rodrguez (2015), Cristian Vivanco

    Mndez

  • 7de Carabineros de Chile y luego, el costado este del edificio del Cuar-tel de Carabineros. Por el lado este de la Alame-da Valentn Letelier, la nica cons-truccin que existe es la antigua Casa de la Cultura, dependiente de la Ilustre Municipalidad de Lina-res y que hoy funciona como Centro para el Adulto mayor. Esta cons-truccin data de 1976 cuando se inaugur en ese sector el Terminal de Buses y fueron ocupadas hasta aproximadamente el ao 1996 por diferentes oficinas de las distintas lneas de Buses que venan desde Talca, Santiago y Concepcin, ya que las micros Liebres o Gndo-las que llegaban desde sectores rurales se estacionaban por el cos-tado sur de la Alameda. De acuer-do a lo que nos han dicho, antes de que se construyese este edificio en este sector existieron una serie

    de juegos infantiles como colum-pios y resfalines que estaban en psimas condiciones, sin ninguna mantencin y eran un peligro p-

    blico para aquellos nios que que-ran jugar en ellos, debido a que la autoridad los mantena en un com-pleto abandono.

    Fotografa del ex Instituto Cultural Margot Loyola, en Manuel Rodrguez con Valentn Letelier (2015), Cristian Vivanco Mndez

    Fotografa de la Manuel Rodrguez, desde el lado de la Comisara al llegar a Valentn Letelier (2015), Cristian Vivanco Mndez

  • 8Desde calle Valentn Letelier has-ta Maip, por la esquina oeste, podramos mencionar las depen-dencias del Preuniversitario Ce-bal y donde hasta el ao 2010 se encontraba el Hogar de Ancianos Sagrado Corazn de Jess, en donde tambin haba una gruta si-milar a la que se encuentra hoy en la escuela San Miguel. Hoy en ese lugar se ubica un enorme estacio-namiento de autos. Por el costado este, de la cuadra mencionada, de sur a norte, tenemos las antiguas dependencias de la Polica de In-vestigaciones de Linares las cuales hoy se encuentran en demolicin producto de que esta institucin se ubica por calle Brasil de manera provisional, luego, donde antigua-mente se ubicaba el edificio del Liceo de Hombre de Linares, hoy tenemos la Escuela Bsica Espa-a F 457 y al lado norte de sta, se encuentra un local abandonado desde el ltimo terremoto llamado Jabes de artesana y manualida-des. A su lado exista antiguamen-te una casa habitacin, el que lue-go paso a ser la Galera Comercial

    Manuel Rodrguez y que hoy est clausurada por la peligrosidad que significa entrar al lugar porque est completamente destruido desde el ultimo terremoto, de esta galera hoy solo se encuentra un viejo letrero oxidado por el tiempo y que apenas es legible que seala lo que estamos narrando. Al lado de la galera comercial se encuen-tran desde 1896 las dependencias de la Sociedad de Socorros Mutuos Andrs Bello y llegando a calle Mai-

    p hoy existe una verdulera cons-truida de manera bastante artesa-nal, con lonas y tablas desde el ao 2010 cuando toda esta esquina fue demolida producto del movimien-to telrico de ese ao. De este sec-tor recordamos que antiguamente exista el Bar Londres Chico en donde en su interior haba un patio que tena un enorme y centenario nspero que fue talado despus de la fecha mencionada. En la esquina noroeste de calle Manuel Rodrguez con Mai-p se ubica la casa destruida de la familia Nuche Can la cual segn sus moradores tena ms de 150 aos y se derrumb producto del terremoto del ao 2010. Siguiendo por ese costado de calle Manuel Rodrguez podramos mencionar el local de la liga masnica Razn

    Fotografa de La escuela Espaa por el lado este de Manuel Rodrguez (2015), Cristian Vivanco Mndez

    Abajo: Fotografa de La Galera comercial Manuel Rodrguez, Arriba: Cartel de la Galera ya mencio-nada (2015), Cristian Vivanco Mndez

  • 963, la Librera Santiago, Isapre Banmdica, la eterna Librera A.B.C, uno de los tantos locales de Servipag y en la esquina de Inde-pendencia un local del Banco Cre-di-Chile. De este lado de la cuadra recordamos la Imprenta Fenix cuyas mquinas, cuando estaban en funcionamiento, daban mucho ruido y la Librera Riquelme po-

    pularmente conocida como la libre-ra del clebrePoroto Riquelme, la cual estaba junto a la Librera A.B.C. Entre las calles Maip e In-dependencia, por el costado este, en la esquina en donde antigua-mente exista la mercera El Sol hoy existen locales en arriendo de ropa y fotocopiadoras, ya nada

    queda de lo que antes del 2010 conocimos, La Panadera y pas-telera Celta y el Hotel Londres han sido demolidos, en este ltimo lugar hoy existe una galera cu-yos locales estn en arriendo, a su costado, en donde antes exista el saln de Pool, Flipper Pinball y jue-gos electrnicos Londres hoy se mantiene una galera comercial. Lo que an existe, (claro que con algu-nas modificaciones en su exterior), son las dependencias del Banco Es-tado el cual llega hasta la esquina de Independencia. Por el costado este de Ma-nuel Rodrguez entre Indepen-dencia y Kurt Mller tenemos: el Hotel Turismo y en la esquina de Sotomayor, la panadera France-sa, desde esta esquina hasta kurt Mller (siempre por el lado este) la Gobernacin de Linares. Por lado oeste de esta calle solo nombrare-mos el monumento a Arturo Prat donado por el Rotary Club y que da frente a calle Gobernador Dionisio Sotomayor, en la Plaza de armas la cual ya hemos hablado en anterio-res artculos.

    Fotografa de Calle Manuel Rodriguez desde Calle Maip hacia el Norte (2015), Cristian Vivanco Mndez

    Fotografa de la Manuel Rodrguez hacia el sur, entre Independencia y Maip (2015), Cristian Vivan-co Mndez

  • Fotografa de la Manuel Rodrguez, de sur a norte, entre Maip e Independencia (2015), Cristian Vivanco Mndez

    10

  • 10

    Desde calle Kurt Mller hasta Max Jara, por el lado oeste destacamos un pequeo parque al lado de la Ilustre municipalidad, en donde existe un len de mrmol en completo deterioro, desde aqu hacemos la mencin acerca de la falta de mantenimiento de esta es-cultura, aparte de la falta de edu-cacin de algunas personas que a

    ttulo de nada destruyen las pocas esculturas urbanas que existen en Linares. Casi a mitad de cuadra se encuentran las dependencias de CGE distribucin de la Compa-a Nacional de Fuerza Elctrica CONAFE. Y en la esquina de Max jara se ubica un centro mdico. Por el lado este tenemos en la esquina las oficinas de Correos de Chile y la empresa de encomienda Chile

    Express, luego viene la librera Fa-chy y a su costado norte el colegio bsico Cordillera. En la esquina noreste de Manuel Rodrguez con Max Jara donde antiguamente es-taban las dependencias del Coro Polifnico de Linares, hoy existe un terreno eriazo que lo nico que conserva son solo las paredes de esas dependencias. Entre las calles Max Jara y Mario Dueas tenemos por el lado oeste (de sur a norte) en plena es-quina un local de venta de seguro automotriz obligatorio, el Labo-ratorio y Clnica Loncomilla y las dependencias del Agua potable Aguas Nuevo Sur. Por el lado este de esta calle, destacamos la sede del Club de ftbol Depor-tes Linares, donde hace ms de 30 aos funcion la Secretaria nacional de la Juventud y luego se ubic el comando del S para las elecciones del 88 y ms tarde hasta el ao 2009 funcion la Uni-versidad privada La Repblica, en la actualidad en este espacio se ubican las oficinas de la Direccin del Trnsito Municipal. Por ltimo,

    11

    Fotografa de la Gobernacin de Linares Calle en calle Manuel Rodriguez (2015), Cristian Vivanco Mndez

    Fotografa del daado len de mrmol en Manuel Rodrguez, en el costado este de la Municipalidad de Linares (2015), Cristian Vivanco Mndez

  • 10

    solo es digno de mencionar que en este lado de la cuadra tambin se ubican las dependencias del Con-servador de Bienes Races. Como ya sealamos ante-riormente, obviaremos referirnos a locales que considero irrelevan-tes como boutiques, peluqueras,

    minimarket y otros como de venta de sopaipillas y aceitunas ya que estos, al igual que las hojas de los rboles, nacen, crecen y se caen sin dejar ningn recuerdo tangible en la memoria de sus habitantes, es por ello, que desde calle Mario Dueas hacia el norte, Manuel Ro-

    drguez vuelve hacer una calle re-sidencial, destacndose solamente el edificio de departamentos de cuatro pisos de la Villa Sara La-mothe. En la esquina noreste de calle Yerbas Buenas se destaca la Panadera Venecia, con ms de 20 aos de funcionamiento y a mi-tad de cuadra, antes de llegar a la avenida Presidente Ibez, se ubi-ca el colegio de enseanza bsica Manuel Bulnes; frente a este establecimiento educativo se en-cuentra el templo protestante de los Testigos de Jehov. Desde calle Manuel Rodr-guez con la Avenida Presidente Ibez por el costado noroeste, se destaca la Iglesia del Buen Pas-tor, con su caracterstica torre y a su lado, donde antiguamente se encontraban el orfanato de nias en riego social hoy existe la entra-da al reciente Parque residencial Buen Pastor, a continuacin se encuentran las casas de la Pobla-cin Santa Brbara y la Pobla-

    Fotografa Calle Manuel Rodrguez entre Kurt Mller y Max Jara, tomada desde el costado oeste (2015), Cristian Vivanco Mndez

    Fotografa Calle manuel Rodriguez entre Max Jara y mario Dueas, costado este (2015), Cristian Vivanco Mndez

    Fotografa Calle manuel rodriguez entre Max Jara y mario Dueas, costado este (2015), Cris-tian Vivanco Mndez

    12

  • 13

    Fotografa de la Iglesia Buen Pastor en Calle Manuel Rodrguez (2015), Cristian Vivanco Mndez

  • cin Jos Abelardo Nez, la cua-les presentan parques y algunas reas verdes en buen estado de conservacin, siendo un grato lu-gar para pasear. Por el lado este de esta calle y hasta la lnea frrea es-tn las dependencias de la Escuela de Artillera de Linares.

    Cruzando la lnea del tren continan las viviendas, destacn-dose una barraca de madera lla-mada SAF en plena esquina con la avenida El Bosque. Hacia el no-reste comienza la poblacin Carlos Camus dando trmino a calle Ma-nuel Rodrguez con la mencionada

    Avenida Carlos Camus, desde ah contina la calle, pero ahora sin pavimento manteniendo an el as-pecto rural que siempre ha tenido, sin embargo; es de suponer que esto no ser siempre as, debido a que en la actualidad se construyen nuevas casas y se contina enan-chando esta calle la cual de seguro llegar hasta la misma rotonda que se ha construido y que da directa-mente hacia la avenida Anbal Len Bustos. Por ltimo, por el lado este de este camino estn los terrenos de la planta de azcar de remola-cha Iansa. Para terminar esta descrip-cin, quisiera realizar una crtica acerca del final de la calle Manuel Rodrguez en la poblacin Carlos Camus. En una fra maana de oto-o tuve la oportunidad de recorrer toda la calle aqu descrita junto a mi amigo Cristian Vivanco Mn-dez y al llegar a su culminacin me llev una psima impresin al ver que, en donde antiguamente exis-tan extensos y frtiles potreros

    Fotografa Calle Manuel Rodrguez desde Ren Schneider hacia el Sur (2015), Cristian Vivanco Mn-dez

    Fotografa en la lnea frrea en el sector norte de Manuel Rodrguez (2015), Cristian Vivanco Mndez

    Fotografa desde el final de la Pob. Carlos Camus en Calle Mauel Rodrguez hacia el sur (2015), Cristian Vivanco Mndez

    Fotografa del final de la Calle Mauel Rodrguez en el sector norte (2015), Cristian Vivanco Mn-dez

    14

  • 15

    de verde pasto y legumbres, hoy se encuentra un gran sitio eriazo en donde algunas personas, con escaso respeto y criterio, se han dedicado a botar basuras y es-combros, provocando un foco de enfermedades, insalubridad y con-taminacin en el lugar, lo cual per-judica el entorno y sobre todo a los habitantes de la mencionada po-blacin Carlos Camus, que se ven expuesto a las ratas y moscas que

    pululan en sitios como este. Por lo general, y es comn, en las partes perifricas de Linares algunos de sus habitantes tienen la costumbre de botar desperdicios, esto lo he comprobado al recorrer por ejem-plo el costado sur en la Poblacin Batuco o el costado este de la ciu-dad, por la Poblacin Rinconada. Lamentablemente y mientras siga creciendo la ciudad, los linarenses seguirn teniendo la costumbre de

    botar basuras en los arrabales de nuestra ciudad. En el siguiente capitulo agregaremos una parte al actual artculo relacionada con algunas ancdotas ocurridas antao en la calle Manuel Rodriguez as como tambin, les entregar un nuevo artculo que aborda la historia de la calle Kurt Mller.

    Francisco Vergara MoralesProfesor en Historia y Geografa

    Magister en Ciencias Sociales

    Fotografa desde el final de la calle Manuel Rodrguez en el sector Norte de la calle (2015), Cristian Vivanco Mndez

  • 16

    NUMEN, Peridico del quehacer pedaggico y disciplinarioEd.N 3, pg 2.

    El Poder y el Lenguaje en la Construccin de Nacin y Nacionalismo

    Abordar el tpico de nacin y nacionalismo es una empresa difcil y abrumadora, puesto que re-quiere de un anlisis riguroso y de una indagacin mi-nuciosa que permita abarcar las innumerables ideas, visiones y concepciones expuestas por connotados autores modernos y contemporneos quienes inten-tan esclarecer - desde su perspectiva - este comple-jo fenmeno socio-poltico e histrico-cultural. Se pretende demostrar en este ensayo que el poder (especialmente de la lite) y el lenguaje son los ejes temticos bsicos en la construccin de los conceptos de nacin y nacio-nalismo. Para argumentar esta tesis, se plantearn razones siguiendo una estructura deductiva historiogrfica sinttica, situando sta en diferentes perodos histricos (emancipacin de la burguesa, guerras mundiales y cada del Muro de Berln) relevantes que le den sustento y coherencia al punto de vista planteado como aseveracin. La tesis explicitada se funda-menta en que el poder especialmen-te de la lite econmica- y el lenguaje (usado no slo como instrumento co-municativo, sino tambin como herra-mienta de difusin propagandstica, de convencimiento, de persuasin y de manipulacin de las masas) son los ejes centrales del origen de las naciones y el nacionalismo, puesto que ambos elementos estn siempre presen-tes como agentes globalizadores y explicativos de los dos conceptos anteriormente referidos. En coherencia con lo mencionado, podemos aseverar que el lenguaje siempre ha sido un instru-mento de poder y las elites hegemnicas dominaban los medios de comunicacin masivos, usados como una herramienta ms ponderosa y disuasiva que las propias armas, porque a travs de l, todo lotransmi-tido, manipulado y editado llega raudamentea mu-chos receptores colectivos

    Se pretende demostrar en este ensayo que el poder especialmente de la elite- y el lenguaje son los ejes temticos bsicos en la construccin de los conceptos de nacin y nacionalismo.

    Abordar el tpico de nacin y naciona-lismo es una empresa difcil y abruma-dora, puesto que requiere de un anlisis riguroso y de una indagacin minucio-sa...

  • 17

    NUMEN, Peridico del quehacer pedaggico y disciplinarioEd.N 3, pg 4

    El Muralismo Mexicano Como Fuente de Inspira-cin y Motivacin para la Enseanza de Tpicos Basales del Discurso Literario Contemporneo

    El Muralismo Mexicano se convierte en uno de los fenmenos ms importantes, influyentes y deci-sivos en las arte plsticas de Latinoamrica y,desde 1930, en un movimiento artstico que se extendi a otros pases de Amrica. En el presente ensayo, se pretende demostrar que esta manifestacin artstica puede ser una verdadera fuente de inspiracin y de motivacin para la enseanza de tpi-cos fundamentales pertenecientes al discurso literario contemporneo de cuarto medio. Para lograrlo, se esta-blecen algunas correlaciones y posibili-dades interpretativas entre diferentes tpicos convergentes de ambas tipolo-gas artsticas. La pintura y la literatura son ac-tividades espirituales que utilizan sig-nos y cdigos diferentes de expresin, pero que comparten muchas caracte-rsticas comunes: ambas se mueven dentro de un contexto de produccin y de recepcin; las dos utilizan signos, metforas, smbolos, conos, es decir, elementos propios del representamen sgnico y comunicacional; la imagen acstica, significante y significado son imprescindibles en su coherencia semntica; el relato es base de su expresin relato visual y relato discur-sivo; la historia del arte necesita imperiosamente del texto lingstico y del discurso literario para su mejor comprensin; el artista literario realiza la crtica del arte pictrico; la utilizacin de manifiestos comunes o coherentes en sus objetivos; la bsqueda de una ma-nifestacin didctica, moralizante, social y poltica; la periodizacin de ambas en movimientos artsticos; muchos de estos influenciaron al mundo de las letras; las dos formas creativas se enriquecen notablemente cuando se complementan. Otra gran posibilidad que se presenta en esta cercana relacin, es la de utilizar el arte pictrico especficamente el Muralismo Mexicano- como el

    instante ab ovo de inspiracin e incentivo para ense-ar de forma didctica, entretenida, ldica y peda-ggica- importantes temas que estn presentes en el Discurso Literario Contemporneo, con el propsito final de lograr una mejor comprensin del conoci-miento multidisciplinario, de aprender a desarrollar el espritu crtico, de aprender a establecer analogas interdiscursivas y de posibilitar la decodificacin de distintos cdigos artsticos.

    En el presente ensayo, se pretende de-mostrar que esta manifestacin artstica puede ser una verdadera fuente de inspi-racin y de motivacin para la enseanza de tpicos fundamentales pertenecientes al discurso literario contemporneo de cuarto medio

  • LA ACADEMIA CHILENA DE PINTURA

    Cristian Vivanco Mndez

    ARTES VISUALES

    18

  • Cuando hablamos de arte, generalmente nos referimos a pro-cesos y a exponentes extranjeros, y eso es totalmente natural cuando entendemos que somos un pas jo-ven, que inicia sus actividades y po-lticas artsticas recin en el S. XIX, es decir; de manera reciente, y que no podemos compararnos con pro-cesos que llevan cientos de aos desarrollndose, en donde: haba maestros en cantidades abundan-tes y variados tcnicamente; en el que ya se mantenan y manejaban enormes colecciones; en donde existan gran cantidad de mecenas distribuidos por todo el continente que proveian de grandes cantida-des de recursos a la actividad arts-tica; y que adems se sustentan en acervos culturales que no tienen mucha relacin con nuestra cultu-ra. en pocas palabras; el arte ya era una actividad instalada en la socie-dad, tena una identidad determi-nada y un circuito claro de finan-ciamiento, desarrollo y circulacin con la cual no podemos comparar-nos a nadie en este perodo. De nuestro pas, sabemos muy poco de nuestros artistas y de los procesos que se han producido para desarrollar este sector, por lo que me parece imperativo em-pezar a entregar y difundir infor-macin respecto a este tema, para que sirva como apoyo educacional a los nios de mi patria, y para fo-mentar el amor y el respeto por las difciles disciplinas vinculadas a las artes visuales, que cada da van mejorando, profesionalizndose y desarrollndose hacia nuevas fron-teras. Chile, es un pas que como ya sabemos existe hace dos cen-turias como repblica, por lo que el desarrollo de las bellas artes, es relativamente nuevo cuando lo comparamos al viejo continente y a otros pases. Bajo este contexto, el

    Presidente Bulnes, impulsa la crea-cin de La Academia de Pintura, que forma parte del plan educati-vo de Gobierno para estimular y preparar a la juventud en todos los campos de la actividad intelectual, que se manifest tambin en la

    creacin de escuelas primarias y de preceptores de la Universidad de Chile. La Academia de Pintura, pasa por una serie de transformaciones estructurales y de administracin a lo largo de su existencia, por lo queda la percepcin de una institu-

    cin de naturaleza errante, que se estabiliza en algunos momentos, que se transforma institucional-mente de manera constante, que se fusiona, desaparece y reapare-ce bajo varias formas, lo que hace confuso el explicar detalladamen-te su historia y sus evoluciones o transformaciones. Lo importante es ac mar-car las fases ms importantes de sus transformaciones: Primero fue la Academia de Pintura (1849) 10 aos ms tarde pasa a deno-minarse Seccin universitaria de Bellas Artes (1958) y por ltimo Escuela de Bellas Artes . El nacimiento de la Escuela de Bellas Artes se inicia institucio-nalmente en el gobierno del presi-dente Manuel Bulnes Prieto, quien por medio de un decreto supremo instala el 17 de marzo de 1849, el primer instituto que imparte la enseanza de las Bellas Artes nombrado Academia de Pintura de Chile, en donde se contrata al pintor Alejandro Ciccarelli como su primer Director. Las primeras dependencias de esta academia se ubicaron en los edificios de la ex-tinta Universidad de San Felipe, en el actual Teatro Municipal de San-tiago. El 3 de marzo de 1858, bajo el gobierno de don Manuel Montt Torres y en conjunto con el minis-tro Rafael Sotomayor, se firma el Decreto Supremo que reforma la Academia de Pintura, la cual se convertira en una Seccin Univer-sitaria de Bellas Artes que fun-cion en el Instituto Nacional, ins-talando de este modo el carcter de establecimiento de educacin superior en donde se renen las disciplinas de Pintura, Escultura y Arquitectura, extendiendo de este modo su naturaleza institucional que adems es supervigilada por la Universidad de Chile. La Seccin Universitaria de

    19

    Manuel Bulnes Prieto, Pintura del pintor fran-ces Raymond. Monvoisin (1841) Recuperada de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/com-mons/thumb/7/7f/Manuel_Bulnes-2.jpg/327px-Manuel_Bulnes-2.jpg Monvoisin es un pintor francs que particip activamente en la vida cultural chilena, realizan-do diversas gestiones para la creacin de una Academia, exponiendo sus pinturas en la Univer-sidad de San Felipe, el ao 1843 y elaborando, gran cantidad de retratos, (se presume que alre-dedor de quinientos), los cuales funcionan como registro de la clase alta de la sociedad chilena del siglo XIX.

  • Bellas Artes queda Bajo la tute-la de La Universidad de Chile y en 1891 pasa a denominarse Escuela de Bellas Artes, y despus de la Guerra Civil ocurrida en 1891, la Escuela de Bellas Artes se trasla-da a dependencias en calle Matu-cana 750, donde permanece hasta 1910, fecha en donde se instala en el recin inaugurado el Palacio de Bellas Artes, ubicado en el Par-que Forestal fusionndose con el Museo de Bellas Artes, en donde esencialmente desaparece. De ma-nera transito-ria, la Escuela depende del Ministerio de Instruccin p-blica en 1929; sin embargo, re-torna a la admi-nistracin de la Universidad de Chile como par-te de la Facultad de Bellas Artes, junto al Conser-vatorio Nacional de Msica y la Escuela de Artes Aplicadas, por la va de decreto de ley. En 1969 un incendio des-truye gran parte de las depen-dencias de la Escuela del Parque Forestal, donde la estaba la Facultad de Artes des-de 1910, lo que oblig a arrendar de manera transitoria, locales para funcionar mientras se defina la construccin de una nueva sede, y es en el gobierno del presiden-te Salvador Allende, donde se lo-gra acordar el construir una nueva sede que acogera definitivamente a la institucin de arte ms antigua del pas. El lugar seleccionado, se

    ubica en los terrenos de la Chacra Santa Julia, donde la Universidad de Chile ya haba instalado las pri-meras construcciones para el cam-pus Juan Gmez Millas y que era un galpn de la escuela de ingenie-ra. En 1971 la Escuela de Bellas Artes se transforma, en el Depar-tamento de Artes Plsticas y es por aquella poca que se inician la construccin en el nuevo Campus en uoa y es durante 1973 que se inicia el traslado del Departamen-

    to de Artes Plsticas a estas depen-dencias que estaban an en proce-so de construccin y habilitacin. Sin embargo, el golpe de Estado de 1973 trunca y detiene el proyecto arquitectnico que queda hasta el da de hoy, inconcluso. El Consejo de Facultad y la Comisin de Optimizacin Acad-mica de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, acuerdan re-emplazar el nombre de Departa-

    mento de Artes Plsticas por el de Departamento de Artes Visuales el 9 de Abril de 1997. Esta academia dio a luz a una serie de destacados artistas chilenos, como Pedro Lira, Antonio Shmidt, la Generacin del 13, entre otros de quienes iremos hablando ms adelante en futuros artculos y que son los que fueron instalan-do las bases del arte nacional. La Academia de Pintura fue dirigida en un principio por artistas extran-jeros avecindados en nuestro pas,

    esto se entien-de desde la perspectiva de las lites admi-radoras de lo europeo y de la necesidad de partir de un modelo de in-dustria cultural ya existente con polticas culturales ya probadas, es por este moti-vo que contra-tan a artistas de Europa con el fin de es-tablecer una esttica oficial que es de su gusto, que se inscribe en lo que ellos con-

    sideran arte, que proviene de un proceso de actividad artstica con larga data histrica, con amplia con-notacin y cobertura internacional, y con polticas claras de desarrollo y proyeccin. Esto es natural para nuestras jvenes e incipientes na-ciones latinoamericanas, pues ste accionar no solo ocurre en nues-tro pas, sino que en la mayora de los pases latinoamericanos, que deben implementar polticas para

    Fotografa de la generacin del 13 (1913). De izquierda a derecha, de pie: Exequiel Plaza, Clau-dio de Alas, Tony Rogers (empresario teatral), Alberto Lobos, Alberto Romero, Pedro Luna, Jos Backhaus, Lautaro Garca, Julio Ortiz de Zrate, Camilo Mori y Alfredo Lobos. Sentados, al centro: Julio Vsquez Corts, Carmen Trtola Valencia, Carlos Predes Saldas y Luis Johnson. Sentados, en el suelo: Enrique Lobos, Manuel Gallinato, Fernando Meza y Julio Walton. Recuperada de: https://es.wikipedia.org/wiki/Generaci%C3%B3n_del_13#/media/File:Generaci%C3%B3n_del_trece_re-trato.jpg

    20

  • toda la estructura de la repbli-ca de manera rpida, pero bueno aquello es tema de anlisis para otro artculo y bajo la observacin de otras reas del conocimiento. A continuacin y para com-plementar la informacin acerca de la Academia, les dejar breves descripciones de los directores de la misma desde su fundacin hasta 1915, que es el ao en que termina la primera administracin de la Es-cuela de Bellas Artes fusionada con el Museo del mismo nombre. Cabe decir que los directores de la Aca-demia Escuela de Bellas Artes, son los pilares que asientan aca-dmicamente la institucionalidad y la prctica del arte, de este modo sus tendencias pictricas nos de-jan la primera herencia del arte en su contexto acadmico e institu-

    cional, por lo que no es menor su legado, ya que ms all de ser ad-ministradores de una institucin, son quienes influyen e instalan en la juventud de la poca los len-guajes estticos, la metodologa de creacin artstica y la disciplina acadmica para el desarrollo de las Artes.

    Alejandro Ciccarelli Manzoni (1808 - 1879)

    El primer Director de la academia durante el perodo de 1849 1869 es Alejandro Ciccare-lli Manzoni (1808 - 1879) quien ini-cia sus estudios en el Instituto de Bellas Artes de Npoles, los cuales contina en Roma. Fue contrata-do por el emperador de Brasil en 1843, quien lo convierte en pintor

    de cmara y maestro de pintura de la emperatriz Mara Teresa de Bor-bn, a los 33 aos es uno de los pin-tores ms importantes del Brasil, por lo que se le encarg reformar la Academia Imperial de Bellas Artes, en Ro de Janeiro. En 1849, acepta la propuesta de Carlos Ho-chkolf, (cnsul de Chile en Brasil) y que consista en formar parte de la fundacin y direccin de la Aca-demia de Pintura y Escultura en Santiago, la cual dirigi durante 20 aos y en donde se enfoca en es-tablecer una esttica basada en los cnones grecorromanos y la tradi-cin europea. Se menciona que du-rante su labor acadmica tiende a ignorar la creatividad de sus alum-nos as como tambin la particular visualidad y el enorme potencial esttico del paisaje local, su estilo

    Vista de Santiago desde Pealoln, Alejandro Ciccarelli, pintor Italo.chileno Recuperada de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/com-mons/thumb/5/5e/Vista_Santiago_desde_Pe%C3%B1alol%C3%A9n.jpg/1024px-Vista_Santiago_desde_Pe%C3%B1alol%C3%A9n.jpg

    Utilizando principalmente la tcnica del leo sobre tela, apegado a la tradicin y a las reglas, realiz innumerables retratos y repre-sentaciones de escenas mitolgicas y religiosas que, si bien eran una aplicacin correcta del oficio, dejaban afuera la creatividad y la innova-cin.Sin embargo, su obra Vista de Santiago desde Pealoln (1853), realizada en la Hacienda de Pealoln, constituye un momento distinto dentro de la pintura de Ciccarelli ya que da cuenta de una mirada subjetiva y sentimental del paisaje expresado en colores clidos y vibrantes junto al autorretrato del pintor y la reiteracin del motivo de la pintura dentro de la pintura.

    21

  • 22

    es el neoclsico, estilo que surge desde principios del siglo XVIII y que es la antesala al Romanticis-mo.

    Ernesto Kirchbach (1832-1880)

    Es el segundo Director de la Academia durante el perodo de (1869-1875). Es un pintor Romnti-co nacido en Dresden, Alemania, y a quien se le adjudica ser el princi-pal impulsor del romanticismo en Chile. Fue contratado por el Go-bierno de Chile para dirigir La Aca-demia de Bellas Artes, con solo 37 aos. Mientras Ciccarelli se esme-r en promover el Neoclasicismo, Kirchbach instala el romanticismo. Fue un maestro cercano a sus alum-nos, quienes le profesaban un pro-fundo respeto y cario, se destac en la realizacin de frescos y pintu-ra al leo, en donde representaba situaciones mitolgicas, alegoras y pintura con temticas religiosas, las que contribuyeron para que fuera como el responsable de la realizacin de la nueva cpula del Teatro Municipal de Santiago.

    Giovanni Mochi Pinx (18311892)

    Giovanni Mochi Pinx (Juan Mochi), es el tercer Director de la Academia de Bellas Artes duran-te el perodo de 1876-1881, es de origen florentino, sus temas pict-ricos tienen que ver con temas gre-colatinos, medievales y renacentis-tas. El diplomtico Chileno ngel Custodio Gallo fue una importante influencia para que Mochi tomar la decisin de viajar a Chile, ade-ms lo pone en contacto con dis-tinguidas personalidades chilenas, que posteriormente lo recomenda-ron para el cargo de Director de la Academia de Pintura, entre los que se encontraban podemos mencio-nar al destacado pintor Pedro Lira y el novelista Alberto Blest Gana. Fue renovado en su cargo en seis oportunidades y a pesar de dejar el alto cargo que desempe hasta 1883, contina enseando pintura

    en la misma academia hasta 1891. Cabe mencionar que tambin fue miembro del Museo Nacional de Pintura siendo su primer Director durante (1880 - 1887). Su labor como docente de las artes se destaca por incenti-var en los alumnos un estilo libre y espontneo, lo que se apartaba de la tradicin acadmica de sus antecesores, entendi que el pro-ceso de educacin artstica tiene que adaptarse a las expresiones y sensibilidades individuales de cada alumno y que su labor no era sola la mera transferencia de conteni-dos y conocimientos sino tambin era de un gua que respeta las dife-rencias individuales de expresin., la docencia de Mochi, aterriza la educacin artstica y se ajusta a las inquietudes y realidades de los chi-lenos de finales del siglo XIX, que tienen verdadero inters y voca-cin por la pintura y el arte. Mochi Instala una enseanza libre, espon-tnea que representa la realidad circundante.

    Ernesto Kirchbach, Recuperada de: http://www.centrodae.cl/wp_cdae/wp-content/uploads/2011/09/EKirchbach.jpg

    Retrato del pintor italiano Juan Mochi (18311892) realizado por su discpulo Alfredo Valen-zuela Puelma Recuperado de:https://upload.wikimedia.org/wikipedia/com-mons/0/02/Valenzuela_Puelma_-_Retrato_del_pintor_Giovanni_Mochi_70x55_f2.JPGEste archivo se encuentra bajo la licencia Creati-ve Commons Genrica de Atribucin/Compartir-Igual 3.0.

    Retrato del pintor Cosme San Martn Recupera-da de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/de/Cosme_San_Mart%C3%ADn.JPG

  • 23

    Cosme San Martn (1856 - 1905)

    Cosme San Martn fue el primer chileno en dirigir la Aca-demia Chilena de Pintura y es el cuarto Director, que sucede a Gio-vanni Mochi. Nace en Valparaso y se traslada a Santiago a los 15 aos para estudiar en la Academia de Bellas Artes, donde fue compaero de Pedro Lira y Onofre Jarpa. A los 18 aos fue nombrado profesor de dibujo elemental en la misma aca-demia. Su estilo era realista de ten-dencia naturalista, se destacaba por su carcter minucioso y la cali-dad de los detalles de su obra, sin caer en el figurativismo exacerba-do y sentimental a pesar de su co-nocida predileccin por las escenas interiores. Como maestro un notable y dedicado, siempre tuvieron una n-tima relacin con sus alumnos y de fue un artista tremendamente ge-neroso para con sus discpulos, que siempre lo recordaron con aprecio y cario.

    Pedro Lira Rencoret (1846-1912)

    1892 Es nombrado Director de la Escuela de Bellas Artes hasta 1907, aunque esto an no est muy claro ya que durante ese perodo es Virginio Arias el Director, segn diversos textos que he consultado. Pedro Lira (Santiago 1846-1912), fue un destacado pintor, crtico y un gran promotor del arte nacional, es el responsable de or-ganizar algunas de las primeras exhibiciones de arte en nuestro pas y es considerado por muchos, como uno de los artistas ms pre-ponderantes en el desarrollo de la pintura en Chile, que contribuye adems, al nacimiento de mlti-ples organizaciones y el desarrollo

    de diversos eventos especializados en arte. Alcanz una serie de galar-dones en Europa, especficamente en Francia durante el siglo XIX y se considera uno de los cuatro gran-des maestros de la pintura chilena, adems es el artista chileno del cual se halla mayor informacin y

    documentacin histrica de su vida y obra. La formacin de Lira duran-te la infancia y adolescencia ocurre en el Instituto Nacional de Chile en donde desarrolla un gran inters en el rea humanista. Aficionado a las artes, ingresa a la Academia de

    Cosme San Martn La lectura de Cosme San Martn - http://www.portaldearte.cl. Disponible bajo la licencia Dominio pblico va Wikimedia Commons - Recuperada de: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cosme_San_Mart%C3%ADn_La_lectura.jpg#/media/File:Cosme_San_Mart%C3%ADn_La_lectura.jpg

    La Fundacion de Santiago, obra de Pedro Lira. Recuperada de: https://arteninona.files.wordpress.com/2008/02/lafundaciondesantiagolira.jpg

  • Pintura cuando est como Director el neoclsico artista Italo-chileno Alejandro Ciccarelli Manzoni, quien infunde en Lira las habilidades ar-tsticas necesarias para desarrollar la composicin de carcter histri-co y la observacin y desarrollo de obra sobre la base del modelo vivo, de acuerdo al modelo de arte italia-no imperante en aquella poca. En 1862, lira es discpulo de Antonio Smith, mientras al mismo tiempo estudia derecho en la Universidad de Chile de donde egresa en 1867, profesin que abandona por la pin-tura. Su estilo pictrico es va-riado que va desde el academicis-mo parisino al hasta un estilo mas vernacular, domstico, autctono, pero su inclinacin pictrica est vinculada al romanticismo francs sin embargo es complejo encasi-llarlo en alguna tendencia. Adems de la calidad de sus obras, casi siempre de grandes di-mensiones, con fuerte influencia europea y pintura detallista, a la habilidad para el detalle minsculo y su modelacin humana producto de complejos estudios, Lira desta-caba por su habilidad para la do-cencia.

    Virginio Arias (1855 - 1941)

    Virginio arias nace en Ran-quil, provincia de uble en 1855 y fallece en Santiago en 1941, fue un destacado escultor chileno que ini-cia sus formacin en Concepcin a los 12 aos con el escultor Toms Chvez. Es tambin el ms desta-cado aprendiz del clebre escultor Chileno Nicanor Plaza, quien lo lleva a Francia en 1875, donde in-gresa a la academia de Bellas Artes de Pars en 1876, ciudad donde se radica hasta 1890 y en donde fue discpulo del maestro Francisco Jouffoy, que tambin haba sido

    maestro de escultura de Nicanor Plaza. Retorna brevemente a Chile en 1890 para retornar a europa en 1895 enviado por el gobierno chi-leno para hacer un estudio sobre la organizacin de la Escuela de Be-

    llas Artes en Europa. Retorna en el 1900 en donde asume como Direc-tor de la Escuela de Bellas Artes, la cual tras una dcada de ineficien-cia y escases de alumnos cae en el desprestigio institucional, el cual

    El descendimiento de la cruz. Virginio Arias Recuperada de: http://www.portaldearte.cl/obras/des-cendimiento.htm

    24

  • 25

    Cristian Vivanco MndezLicenciado en Artes Plsticas,

    Mencin Grabado

    Virginio Arias tuvo la capacidad de revertir con una excelente gestin que contrata buenos profesores y en donde el mismo contribuye aca-dmicamente para completar los estudios de los alumnos. En 1911 abandona el cargo de Director y se marcha a Europa, volviendo en 1930 donde continu esculpiendo hasta el final de sus das, donde muere en la total miseria el 17 de enero de 1941.

    Fernando lvarez de Sotomayor (1875 1960)

    lvarez de Sotomayor es quien en 1911 sucede a Virginio Arias en la Direccin de la Escuela de Bellas Artes. Llega de Espaa, (pas del cual es originario) duran-te la administracin de Arias, en donde es contratado por el go-bierno como profesor. Con l llega a la academia la herencia ibrica, influencia que contagia a sus alum-

    nos y que evidenciamos en la Ge-neracin del trece. Terminado su contrato con el gobierno chileno, regresa a Espaa, en donde ejerc como Director del Museo del Pra-do y de la Academia de San Fer-nando de Madrid. Fue fundamental para el desarrollo del arte en Chile, a pesar de haber vivido solo 6 aos en el pas, favoreci los temas populares y nos deja la impronta hispnica en la primera generacin de artistas chilenos del siglo XX. La academia instala en el pas la institucin del arte, lo que permite sistematizar esta rea del conocimiento, necesaria para el de-sarrollo de nuestra joven repblica en el inicio de la nacin. En los si-guientes artculos iremos hablan-do de algunos de los movimientos artsticos junto a sus exponentes, muchos de los cuales surgieron de la academia, con el fin de difundir su trabajo y su noble aporte.

    Retrato del pintor Cosme San Martn Recupera-da de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/de/Cosme_San_Mart%C3%ADn.JPG

    La Fragua de Vulcano, Pintura al oleo de Ernesto Kirchbach Recuperada de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f0/Kirchbach_Ernst_Fragua_del_Vulcano.jpg

  • 29

    EL NUEVO PROCESO CONSTITUYENTE EN CHILEParte II

    Jorge Fuentes Carrasco

    CVICA Y CONSTITUCIN

    26

  • 27

    Como hemos visto en la pri-mera parte de este artculo, la im-portancia que existan mecanismos de control del poder del Estado es fundamental para la idea del cons-titucionalismo. Para comprender dichos mecanismos de control de-bemos primeramente observar de donde nace el poder del Es-tado, para lo cual debemos retrotraernos a la idea de soberana. La teora de la soberana ha sido siempre polmica, al punto de que an no hay una concepcin unitaria de ella, existiendo mltiples definiciones y acercamientos a la misma. Para tratar de acercar dicha concepcin analizaremos a los autores ms relevantes, tanto por su importancia histrica como por su apor-te en la construccin teri-ca de la misma. La creacin del con-cepto soberana se le atri-buye a Jean Bodino. l lo trat como el poder abso-luto y perpetuo de una re-pblica.(1) Para Bodino una Repblica es el recto go-bierno de varias familias(2). La soberana es ilimitada e indivisible, el monarca es depositario de ella que le ha sido otorgada por Dios y en base a di-cho poder es quien dicta las leyes y fija las costumbres, las que pue-de modificar a su antojo; acua monedas, impone la religin y las medidas del lugar que gobierna; designa las personas que tendrn cargos de funcionarios del gobier-no y tiene el poder de otorgar in-dulto. La soberana para Bodino deriva del poder de imponerse del

    soberano, en el reside el poder de las leyes civiles y las costumbres. l no se obliga por sus propias leyes, pero Bodino le aconseja que cum-pla su palabra, y lo llama a cumplir las leyes naturales, que privilegian el bien pblico, que no modifiqu las leyes de transmisin del poder

    y en algunos casos respete las con-venciones que incumben a otros soberanos o que lo obliguen para con sus sbditos.(3)

    Posterior a Bodino la sobe-rana ha sido tratada por diversos autores, quienes la han dotado de una concepcin diferente, mati-zndola, alejndola de lo divino y de a poco separndola de un indi-viduo en especfico. Tres autores dieron las bases para ello, a los que

    comnmente se les llama contrac-tualistas: Hobbes, Locke y Rous-seau. El ingls Thomas Hobbes en su Leviatn, le quita el origen divino, hacindola nacer del pacto entre hombres, que rehuyendo de la inseguridad que viven en el es-

    tado de naturaleza, tienen que reducir las voluntades a una sola renunciando a su libertad natural, con fin de dotar de poder a una asamblea o individuo que los gobierne, les de protec-cin y cumpla con una serie de medidas que permitan vivir de forma segura y pa-cfica(4). Al monarca se le su-giere que cumpla con una serie de leyes que promue-van esos fines, donde el in-cumplimiento de ellas por parte del mismo no conlle-va una sancin correlativa. Lo nico que puede hacer quebrantar dicho pacto es verse amenazado de per-der la vida, donde el hom-bre vuelve de forma casi instintiva al estado de natu-raleza. Hobbes llama fool a todo el que intente debi-litar al Leviatn, puesto que nada es peor que vivir en

    estado de naturaleza, donde se da una lucha de todos contra todos, y uno est condenado a una vida so-litaria, pobre, tosca, embrutecida y breve.(5) La unin de voluntades es irreversible para los sbditos y el poder del Leviatn que nace de dicha unin slo pertenece a l, so-metindolos a todos excepto a l mismo. Al hacer un anlisis gene-ral de la obra se puede apreciar

    (1) Bodino, Jean. (1973). Los Seis Libros de La Repblica, Ediciones Aguilar, Madrid, (Pg. 46) (2) Ibd. (3) Ibd. (Pg. 53-73).(4) Hobbes, Thomas (1940). Leviatn. Fondo de Cultura Econmica, Mxico, (Pg. 140-141).(5) Ibd. (Pg. 103).

    Retrato del Thomas Hobbes Recuperada de: https://commons.wi-kimedia.org/wiki/File:Thomas_Hobbes_by_John_Michael_Wright.jpg#/media/File:Thomas_Hobbes_by_John_Michael_Wright.jpg

  • Portada del libro Leviatn de Thomas Hobbes, Recuperada de: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Leviathan.jpg#/media/File:Leviathan.jpg

    28

  • 29

    que Hobbes basa su postura en el miedo.(6) fundado en la idea de que el hombre es un lobo para el hom-bre, es decir; el hombre es egosta por naturaleza y no podr vivir en paz si no se opone a l un poder que lo supere y gobierne, un so-berano. sta visin se ha criticado mucho por algunos auto-res del constitucionalismo y tericos del Derecho, ya que hace del hombre un esclavo de su condicin, y sumado a esto, hay autores que observan que al sobe-rano no se le impone limita-cin alguna, ellos plantean derechamente que la obra de Hobbes sirve de fun-damento a absolutismos y tiranas. Argumento sesga-do, puesto que si conside-ramos el contexto histrico en el que se encontraba el autor y adems hacemos una lectura de la obra en su conjunto y despojada de prejuicios, se puede obser-var las mltiples limitacio-nes que el autor impone al poder del soberano.(7)

    Adems hay que considerar que Hobbes con su Levia-tn es el primero en dar el paso hacia el hombre, hacia la artificialidad de lo poltico y el derecho que encuentran su conte-nido en la voluntad del Leviatn. Siguiendo en el desarrollo histrico de la concepcin de so-berana est John Locke, que en oposicin a Hobbes en su Tratado del gobierno civil plantea que el hombre en estado de naturaleza es naturalmente libre, igual y bueno.

    ste expone la existencia de dos grandes conflictos que se dan en dicho estado, el primero tiene que ver con la posibilidad de que algu-nos se siten en el estado de gue-rra, donde la proteccin de la vida y la propiedad se veran diezma-das,(8) y el segundo con la cuestin

    de la judicatura.(9) Como solucin a estos conflictos propone que las personas libremente suscriben un pacto en el cual se pasa del estado de naturaleza a la sociedad civil.(10)

    Cabe destacar que Locke plantea que en ese punto es donde nace el Derecho para preservar la vida de las personas, proteger su propie-dad y solucionar los conflictos. Para

    ello se deber instaurar autorida-des judiciales imparciales que im-partirn justicia y se debe dotarlas de poder para que se haga cumplir lo adjudicado. Al plantear que las personas en libertad suscriben el acuerdo originario y a diferencia de Hobbes, este no se reduce a un po-

    der perpetuo que obligue a una sumisin, sino a una delegacin de poder que puede ser en toda la comu-nidad, un grupo o persona, Locke da pie al concepto de soberana popular, donde pese a su postura intensa-mente religiosa y en algu-nos casos defensora de la monarqua, aleja la sobera-na de un monarca y la pone en manos de las personas que libremente pactan o adscriben tcitamente a un pacto.(11)

    Con Jean-Jacques Rousseau se produce el cambio ms rotundo hacia la modernidad, profundi-zando el concepto de sobe-rana y construye una par-ticular visin de voluntad general. En El Contrato So-cial expone que mediante un pacto, que no podr ser tcito como propuso Loc-

    ke, el hombre debe encontrar una forma de asociacin que defienda y proteja de toda fuerza comn a la persona y a los bienes de cada aso-ciado, y por virtud de la cual cada uno, unindose a todos, no obe-dezca sino a s mismo y quede tan libre como antes(12). Esto se logra mediante la entrega de los dere-chos del asociado a la humanidad

    Retrato Jean Jacques Rousseau Recuperada de: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jean-Jacques_Rousseau_(painted_portrait).jpg#/media/File:Jean-Jacques_Rousseau_(painted_portrait).jpg

    (6) Ibd. (Pg. 102). (7) Atria, Fernando. Sobre la Soberana y lo Poltico. En Revista de Derecho y Humanidades N 12, Ao 2006, (Pg. 62)(8) Locke, John. (1997). Dos Ensayos sobre el Gobierno Civil. Espasa Calpe, Espaa, (Pg. 214-217)(9) Ibd. (Pg. 211-216).(10) Ibd. (Pg. 217-218).(11) Locke, John. (1990) Tratado del Gobierno Civil. Alianza Editorial, Madrid. (Pg. 123).(12) Rousseau, Jean-Jacques. (1982)El Contrato Social Austral, Espaa, (Pg. 45).

  • La Libertad Guiando al Pueblo, Pintura de Eugene Delacroix Recuperada de: http://www.theartwolf.com/services/wallpapers/delacroix_1024-768.JPG

    30

  • 31

    toda. Ya que dndose cada cul a todos, no se da a nadie, y como no hay un asociado, sobre quien no se adquiera el mismo derecho que se le concede sobre s, se gana el equivalente de todo lo que se pier-de y ms fuerza para conservar lo que se tiene.(13) Rousseau reduce lo anterior a la idea donde Cada uno de nosotros pone en comn su persona y todo su poder bajo la suprema direccin de la volun-tad general, y nosotros recibimos adems a cada miembro como par-te indivisible del todo.(14) En este proceso Rousseau hace nacer la voluntad general, plantea que el

    hombre en su paso del estado na-tural a la sociedad civil transforma su moralidad, cambiando de buscar el egosmo particular a perseguir el bien comn. El hombre, ahora ciu-dadano, deja de ser el idion griego y su querer se refleja en la volun-tad general, que es fruto del pac-to y que se transforma en luz gua del cuerpo poltico que por ellos es conformado. La voluntad general no es una suma de voluntades, como lo sera la voluntad de todos, sino es la voluntad del cuerpo del pue-blo, Rousseau la imagina como el fruto de las deliberaciones de las

    voluntades particulares libres e informadas, sin intrigas ni asocia-ciones parciales.(15) Es una creacin intelectual, un ideal al que se pue-de acercar en la medida en que lo polmico deje de serlo, es decir, en que el proceso de creacin de ley recoja dichos principios.(16)

    Despus de los autores con-tractualistas se gener una discu-sin relacionada con qu es la sobe-rana, quien la detenta y a quienes sirve, discusin que va muy unida a la evolucin del Estado moderno. Georg Jellinek replante lo que es soberana, haciendo una crtica a quienes la definan como

    (13) Ibd. (Pg. 46). (14) Ibd. (15) Ibd. (Pg. 56-59). (16) Para una mayor comprensin leer Atria, Fernando. Viviendo Bajo ideas Muertas: La ley y la Voluntad del Pueblo, (2009).(a) Hobbes, Thomas. Op cit., (Pg.102).(b) Rousseau, Jean-Jacques. Op. cit., (Pg.50).(c) Rousseau, Jean-Jacques. (1923)Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, Ed. Calpe, Madrid (Pg.33).(d) Rousseau, Jean-Jacques. (1982) El Contrato Social. Editorial Austral, Espaa,(Pg.50).

    El Estado de Naturaleza

    El estado de naturaleza es la situacin en la que se encontraran los hombres antes del nacimiento de un po-der derivado de la unin o reduccin de sus voluntades a una, que los ordene y los gobierne. Algunos autores inten-tan demostrar la existencia de dicho estado con una explicacin histrica y otros en cambio lo dan como un supuesto, restndole importancia a una corroboracin emprica. Para Hobbes en el estado de naturaleza existen tres causas principales que llevan al hombre a la discordia: la competencia, la desconfianza y la gloria. Con la primera el hombre busca un beneficio para s mismo, con la segunda seguridad y con la tercera reputacin. Esto empuja al hombre contra los otros, generando la lucha de todos contra

    todos.(a)

    Para Locke el hombre en el estado de naturaleza se encuentra en plena libertad e igualdad, asemejndose a Hobbes en lo que refiere a igualdad pero desde la perspectiva inversa, no como una asechanza de unos a otros, sino que nacida de la equidad. Para el autor existe una ley natural que los hombres deben respetar, en la cual hay san-ciones en su justa proporcin a la comisin del delito. El problema de esto deriva precisamente de aquella igualdad natural, donde todos los hombres tienen igual derecho a adjudicar, dndose casos donde se es juez y parte. Tambin Locke habla del estado de guerra, que es cuando un hombre intenta imponerse por la fuerza al resto. Como el que entra en dicho estado no respeta la libertad del resto es sancionado duramente, hasta con peligro de perder la vida. Ambos conflictos llevan a los hombres, a fundar la sociedad civil, como solucin al primero y como prevencin del se-gundo, despojndose estos slo de una parte de los derechos naturales que les son propios, creando una autoridad imparcial y haciendo nacer en dicho acto al Derecho. Tanto para Hobbes y Locke el hombre en estado de naturaleza ya est dotado de una personalidad indivi-dual que no cambia posterior al pacto, en cambio para Jean-Jacques Rousseau el hombre cambia radicalmente des-pus del mismo, es un cambio humanizador, donde el hombre pasa, casi milagrosamente, de ser animal estpido y limitado(b) a ciudadano, de buscar sus intereses particulares a propender al bien comn. Rousseau sigue a Locke en cuanto a caracterizar al hombre en estado natural, pero hace una narracin del

    cambio por el que ste pasa al apropiarse de lo que cree suyo, al decir esto es mo(C) crea la propiedad privada, con ello la bondad del salvaje se ve sacrificada por la proteccin de lo suyo, entrando en una espiral de decadencia moral que slo podr ser salvada a travs del pacto social. Al pactar, ste entrega su libertad natural ganando para s la libertad civil y la libertad moral, que para Rousseau es la nica que verdaderamente hace al hombre dueo de s

    mismo.(d)

  • 32

    (17) Jellinek, Georg. (1954) Teora General del Estado. Editorial Albatros, Buenos Aires, (Pg. 358)(18) Ibd. (Pg. 358-359). (19) Ibd. (Pg. 361). (20) Ibd. (21) Ibd. (22) Ibd. (Pg. 368).

    poder del Estado o Monarca. En su Teora General del Estado hace un anlisis histrico del concepto para concluir que la soberana no es una categora absoluta sino una ca-tegora histrica, que partiendo de una visin teolgica donde provie-ne del poder de Dios, pasa a identi-ficarse con el poder de alguien que la detenta (prncipe, pueblo o Estado), para al fin consti-tuir una categora de dere-cho positivo. Ya no la llama poder del Estado sino atri-buto de dicho poder, niega la postura de la doctrina del poder absoluto e ilimitado del Estado, ya que opone a sta el orden jurdico. El Es-tado al crear norma no slo obliga a los individuos de su territorio sino que tambin a su propia actividad, el Es-tado crea el Derecho, para luego quedar debajo de este. Jellinek expone: Lo que depende de su poder, no es el saber si el orden jurdico debe existir, sino slo el cmo ha de organi-zarse(17) a lo que agrega El Estado, mediante la ley, requiere a las personas que le sirven como rganos para que hagan concordar su voluntad de tales con lo que la ley dicta, y como la voluntad del rgano es voluntad del Estado, oblgase ste a s mismo al quedar obligados sus rganos.(18) Trata al Estado como una unidad, donde tanto la administracin como los tribunales estn sometidos a la ley. Tambin agrega como lmite exterior el Derecho Internacional,

    quedando el Estado obligado a las normas del mismo, sin por esto arriesgar su soberana. Como snte-sis de lo anterior Jellinek define a la soberana como la propiedad del poder de un Estado, en virtud de la cual corresponde exclusivamen-te a ste la capacidad de determi-narse jurdicamente y de obligarse

    a s mismo(19) donde sta aparece con una doble direccin: negativa, en la imposibilitad limitar jurdica-mente la propia voluntad, median-te un poder extrao(20) y positiva en la capacidad exclusiva que tie-ne el poder del Estado e darse, en virtud de la voluntad soberana, un contenido que la obligue, y en la de

    determinar en todas sus direccio-nes su propio orden jurdico.(21)

    Lo propuesto por Jellinek es incompleto, ya que al radicar la soberana en el Estado, se estara cayendo en un argumento autorre-ferencial e infinito, puesto que no explica qu le confiere su poder en un momento determinado, sino

    que lo expone como previo a la existencia del Derecho. Jellinek referente a dicho punto plantea: All donde haya una comunidad con un poder originario y me-dios coercitivos para do-minar sobre sus miembros y su territorio, conforme a un orden que le es pro-pio, all existe un Estado.(22) Posterior a ello expone las diferencias de una co-munidad que es miembro de un Estado de la que por su voluntad se dota de una constitucin, que es refle-jo de ellos mismos, donde s conformara un Estado. Agrega ejemplos de Esta-dos no soberanos que pa-saran a serlo al dejar de es-tar bajo el dominio de otro. El autor critica duramente la doctrina de la divisin de los poderes, planteando que el poder del Estado es

    uno y que lo que existe es una di-visin de competencia, donde cada rgano representa de forma limi-tada el poder del Estado. A su vez que muestra la contradiccin de la primera Constitucin francesa con la declaracin de los derechos del hombre y del ciudadano, en donde se consagra el principio de divisin

    Georg Jellinek, Recuperada de: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jean-Jacques_Rousseau_(painted_portrait).jpg#/media/File:Jean-Jacques_Rousseau_(painted_portrait).jpg

  • 33

    de los poderes, y en cambio en la Constitucin se radica la soberana en la nacin, tratndola de indivisi-ble, inalienable e imprescriptible, y que ningn individuo puede atri-buirse su ejercicio. Jellinek hace tambin una crtica velada a la doc-trina del poder constituyente que habra de corresponder al pueblo de un modo inalienable(23), al que se opone los poderes constituidos. Del mismo periodo histri-co pero radicalmente opuesto a la visin de Jellinek es Len Duguit. l enfatiza en que la teora moder-na de la soberana es en el fondo una creacin del ancien rgime. A su vez critica la soberana nacional, ya que en ella slo cambia el sujeto y nombre de la soberana monr-quica. Para l la soberana nacional termina instalndose cual dogma religioso, como un mito, que en su momento fue presentada como el llamado a la accin en plena revo-lucin francesa, para ser doblega-do, por el hecho de ser algo falso, perdiendo su virtud creadora () impotente para proteger a los indi-viduos contra los que detentan la fuerza gobernante y para dar un fundamento a la obligacin que se les impone de asegurar la organi-zacin y el funcionamiento de los servicios pblicos.(24) Duguit afir-ma que la soberana nacional no se condice con la realidad, muchas ve-ces entrando en contradiccin vio-lenta con los cambios polticos y so-ciales, perdiendo eficacia y a veces, volvindose nociva. Plantea que no hay una correspondencia entre Estado y la nacin, por otra parte crtica que se la trate de indivisible

    siendo que existen colectividades investidas de poder en los pases descentralizados y en los pases federales. Pone de ejemplo el im-perio de Austria, que tiene bajo su dominio una multiplicidad de na-ciones, pero dicho imperio no es el Estado Austriaco. Tambin ejempli-fica con los individuos que no son nacionales pero que se encuentran en un territorio de un Estado o con los sbditos no nacionales de un Estado metropolitano, ambos aca-tan rdenes emanadas del Estado, pero si se aplicara a rajatabla la teo-ra de la soberana nacional, slo se podra imponer el poder pblico a los miembros de una nacin que lo tiene. Duguit manifiesta la falta de garanta que deriva de dicha con-cepcin, criticando la democracia representativa y el ideal ilustrado, que crean en la infalibilidad de la ley al verla como la voluntad misma de la nacin. Siendo que la ley es la obra individual de algunos dipu-tados.(25) Asevera que no puede proteger contra el despotismo, tal como lo vivi Francia durante el Se-gundo Imperio. Critica fuertemen-te a Rousseau, tratndolo de sofis-ta, al promover lo desptico de su concepcin de voluntad general, en el pasaje que plantea que quien se niegue a obedecer la voluntad general, ser obligado a ello por l cuerpo, puesto que de esta forma se le obligar a ser libre. El gober-nante vela ante todo por proteger su poder y esto se hace evidente en la incapacidad de brindar a los individuos servicios que le son im-portantes para desarrollarse fsica, individual y moralmente.(26)

    Duguit propone sustituir el concepto de soberana como fundamento del sistema de Dere-cho Pblico, para fundarlo en una nocin diferente, con el fin de que ste pueda brindar servicios que propendan a mejorar las condicio-nes de vida de las personas, la no-cin del servicio pblico.(27)

    Martin Kriele, bastantes aos despus, en su definicin de Estado constitucional, plantea que En el Estado constitucional no hay un soberano () nicamente cuando no existe un soberano, hay una libertad segura, basada en los derechos humanos, y no en mera tolerancia.(28) A su vez, dice que la democracia presupone la sobe-rana del pueblo.(29) La soberana popular para Kriele significa que el poder constituyente y la titula-ridad del poder estatal los tiene el pueblo, y que al hacer uso de este poder constituyente renuncia a su soberana temporalmente, puesto que permanece latente hasta la dictacin de una nueva constitu-cin, descansando en la existencia del Estado constitucional, es decir, la soberana del pueblo slo apa-rece al comienzo o al final del Es-tado constitucional, cuando ste es creado y cuando ste es aboli-do.(30) Kriele recalca el hecho de que no puede existir la soberana dentro del Estado constitucional, ya que si existiese, sta violara to-dos los principios constitucionales y los derechos humanos. Con sta concepcin de soberana, Kriele su-pera la aparente contradiccin que nos plantea Jellinek. Para cerrar el anlisis de

    (23) Ibd. (Pg. 376). (24) Duguit, Len. (1975) Las Transformaciones del Derecho (Pblico y Privado), Editorial Heliasta, Buenos Aires, (Pg. 17). (25) Ibd. (Pg. 24). (23) Ibd. (Pg. 25). (27) Ibd. (Pg. 26). (28) Kriele, Martin. (1980) Introduccin a la Teora del Estado, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1980, (Pg. 315). (29) Ibd. (Pg. 316). (30) Ibd. (Pg. 316-319). En dicha explicacin hace una crtica a la soberana popular en Rousseau planteando que ste ha reemplazado al mo narca por el pueblo.

  • los autores observaremos la pos-tura de Carl Schmitt, que pese a ser anterior a Kriele y ms cercano en tiempo a Duguit y Jellinek, tie-ne una concepcin completamen-te diferente de la soberana. Bien queda claro cuando plantea que Nadie parece haberse tomado la molestia de in-vestigar a fondo en los autores ms famosos del concepto de la soberana el sentido de esa frmula hueca y manida del po-der supremo(31). Para l Sobe-rano es quien decide sobre el estado de ex-cepcin,(32) vin-culando a la so-berana no con el poder supremo sino con el po-der de decisin en un momento de necesidad:

    Ni se pue-de sealar con claridad cuando un caso es de ne-cesidad, ni cabe tampoco prevenir rigurosamente lo que en tal sazn conviene si el caso de necesidad es realmente extre-mo y se aspira a dominar la situa-cin. El supuesto y el contenido de la competencia son entonces necesariamente ilimitados. No se trata, por consiguiente, de una

    competencia en el sentido que el tr-mino tiene dentro del sistema del Estado de derecho. La Constitucin puede, a lo sumo, sealar quien est autorizado a actuar en tal caso. Si la actuacin no est sometida a control alguno ni dividida entre diferentes poderes que se limitan y equilibran re-

    cprocamente, como ocurre en la prc-tica del Estado de derecho, al punto se ve quien es el soberano. l decide si el

    caso propuesto es o no de necesidad y qu debe suceder para dominar la situacin. Cae, pues, fuera del orden jurdico normalmente vigente sin de-jar por ello de pertenecer a l, puesto que tiene competencia para decidir si la Constitucin puede ser suspendida in toto. (33)

    Schmitt une al soberano a una situacin donde el Estado de de-recho se encuen-tre en peligro y se necesite de un acto excepcional que permita dar-le continuidad al mismo. El autor no slo se refie-re a estados de excepcin cons-titucional, sino tambin de cam-bios o reformas a la Constitucin. El soberano apa-rece en esos mo-mentos como un poder que se encuentra por sobre el orden constitucional, pero no por ello fuera del Dere-cho. En definitiva para l soberano es quien tiene el poder de deci-sin de cambio o modificacin del orden jurdico. Considera que el gran error de los autores del

    pasado fue considerar la sobera-na como la lista de atributos enu-merados de Bodino, ya que se dio

    Declaracin de los Derechos del Hombre Recuperada de: http://www.humanrights.com/es_ES/si-tes/default/files/declaration_of_rights_0_es_ES.jpg

    (31) Schmitt, Carl. (2009), Teologa Poltica, Editorial Trotta, Espaa, (Pg. 14). (32) Ibd. (Pg. 13). (33) Ibd. (Pg. 14).

    34

  • Jorge Fuentes CarrascoEstudiante de Derecho, Universidad de Chile

    por hecho que al cumplirse uno, en este caso el poder de decisin, los otros deban tambin ser parte de ella. Cabe destacar que Schmitt ha sido criticado por dar legitima-cin al rgimen nazi, y muchos au-tores parten desde all su anlisis del autor, lo que evidentemente ha prejuiciado e imposibilitado para ellos una comprensin en profun-didad de su trabajo. De lo anteriormente ex-

    puesto se puede constatar que la soberana es un tema de gran com-plejidad debido a que de ella nace el fundamento que en definitiva construir las bases de un Estado. En una mala interpretacin de la misma se pueden levantar tiranas o al menos gobiernos carentes o con dficit de legitimidad, lo que debilitara la democracia constitu-cional. La discusin acerca de en quien ella se encuentra, en que momento acciona, sumando a ello

    ideas como las de Duguit o Schmitt hacen replantearse que es, como acciona y que representa, lo que demuestra que an no todo est dicho referente a este particular concepto. En la prxima y ltima par-te de este artculo analizaremos la democracia, los mecanismos para dotarse de una Constitucin y fi-nalmente recapitularemos en re-lacin a nuestra realidad e historia constitucional.

    La Soberana Popular y la Soberana Nacional

    Lasoberanapopularubicaelpodersoberanoenelpueblo,radicandoelpoderconstituyenteenl,otorgndolelacapacidaddedotarsedeunordenjurdicoypoltico.EstaposturalaobservamosenLockeysuideadepactosocial.AlgunosautoresfijanaRousseaudentrodeesamismacorriente,yaquesusideasacercadelcontratosocialestnradicadasenelpueblo,perocomobiencriticLenDuguit,esteslocam-bialmonarcaporelpuebloyposterioralpactoalpuebloporlanacin.(e)

    Lasoberananacional,nacedelvnculodelconceptodenacinensuacepcinpoltico-jurdicaconelpodersoberano.Lanacinesunapersonatitulardelderechosubjetivodepoderpblico,delpoderdemandoosoberana.ElEstadoeslanacinorganizada;esportantotitulardelasoberana;yelDerechop-blico(elStaatsrechtdelosalemanes)eselDerechodelEstado.(f)Enotrostrminos,estetipodesoberanaradicaelpoderenlanacinystasemanifiestaenelEstado,aselEstadoesquienfijalasreglasquegober-narnalosindividuosquesonpartesdedichanacin.LasoberananacionalsemanifiestaenlasprimerasConstitucionesfrancesas,querecoganlainfluenciadelosautoresdelcontractualismoyespecialmentedeRousseau.JellinekprofundizomsanlaideafijndolacomounatributodelpoderdelEstado.(g)

    Lasoberananacionalesproblemtica,yaquealfijarelpoderenelEstado,inmediatamentenosquedaladudadequcrealEstado.SielEstadofijaelordenjurdicoypolticodeunanacin,acasoelmismononaceendichoproceso.Duguit,SchmittyKrielepuedenotorgarnoslasherramientasnecesariasparasuperaraquelproblema.

    (e) Duguit, Len. Op. cit., (Pg. 15 y 25). (f) Ibd. (Pg. 16). (g) Jellinek, Georg. Op. cit.,(Pg. 361).

    35

  • LA CPSULA DE LAS PLANTAS Y DE LOS RBOLES

    Luis Vivanco Mndez

    36

    MEDIOAMBIENTE

  • La Ortiga (Urtica Dioica) es una planta arbus-tiva perenne que alcanza 1,20 mt., de altura y un an-cho de casi un metro, y pertenece a la familia de las Urticceas. Es conocida tambin como Ortiga Mayor, Ortiga Verde y en algunas zonas de Colombia y Vene-zuela se le llama Pringamosa. La Ortiga posee hojas ovaladas de bordes den-tados, un tallo provisto de pelillos urticantes y flores pequeas unisexuales de un tono verde amarillento agrupadas en glomrulos. Qui