Organo do su Venerable erfeb - odemih.com VIRTUAL/Publicaziones... · Diéronse todos tres cuenta...

21
erfeb Organo do su Venerable Orden Tercera y Cofradías. Dirección y Administración: PP. MERCEDARIOS Silva, 39.—Madrid (12) 24 SEPTIEMBRE 1924 NÚM. 74 LA PLIND AC/ÖN DE LA ORDEN DE LA MEnCED, narrada por Tirso de D NIGIilla VIDA DE LA BEATA MARIANA DE JESÚS, por Fr. Juan Gilabert.--- • 4GINA MISIO NAL. EL CASO SINGULARÍSIMO DE LA BEATA MARIANA DE jarls, Por el doctor Lobo Regidor.—LA INSCRIPCIÓN, por Julia G. He- rrer38.— NoTAs RELIGIOSAS, por Fr. Martín O. de Arriaga.--CizóAncA por Fr. Lorenzo Santamaría. —NOTICIAS.---NECROLOGíA. L a fundación de la Orden de la Merced Narrada por Tirso de Molina. u Triu nfaban en este tiempo contra Jerusalén militante, Ba- ei . torp e; contra la verdad católica, la blasfemia herética, eng ario y la malicia; enserioreábase de suerte en el mundo la 11-1 1 biciön , la crueldad y la soberbia, que parece no les quedaba 2. 1 ,? fe Y a las virtudes respiración con que los pocos que se- S u estandarte, se alentasen. Ya lo mejor del Asia padecía in - servi dumbre del bestial Mahoma; moros y turcos profanaban ti - l s lug ares sacrosantos, que a nuestro omnipotente Redentor j e , iero n p eregrino; cuya tierra tantas veces alcanzó besar las as de sus divinas plantas, cuya doctrina puso los primeros d '. le 1 2 re5 a la Iglesia, cuyos milagros comprobaron aquella unión_ dad u0s a de sus dos naturalezas, cuya sangre fertilizó las here- e t 7 es d el bautismo y cuya muerte tíos facilitó la vida en sus bj nidad es. La Ciudad Santa (metrópoli primero de las doce tri- d - ' Y asi stencia principal de Cristo nuestro bien), estaba poseí- li de /OS b árbaros hijos fle Agar esclava, y puesto que Francia ll-e rra con Alemania convocaban milicias que, con la cruz

Transcript of Organo do su Venerable erfeb - odemih.com VIRTUAL/Publicaziones... · Diéronse todos tres cuenta...

erfebOrgano do su Venerable

Orden Tercera y Cofradías.

Dirección y Administración:

PP. MERCEDARIOSSilva, 39.—Madrid (12)

24 SEPTIEMBRE 1924

NÚM. 74

LA PLINDAC/ÖN DE LA ORDEN DE LA MEnCED, narrada por Tirso deDNIGIilla • — VIDA DE LA BEATA MARIANA DE JESÚS, por Fr. Juan Gilabert.---• 4GINA MISIO NAL. — EL CASO SINGULARÍSIMO DE LA BEATA MARIANA DEjarls, Por el doctor Lobo Regidor.—LA INSCRIPCIÓN, por Julia G. He-rrer38.— NoTAs RELIGIOSAS, por Fr. Martín O. de Arriaga.--CizóAncA

por Fr. Lorenzo Santamaría. —NOTICIAS.---NECROLOGíA.

La fundación de la Orden dela Merced

Narrada por Tirso de Molina.u Triunfaban en este tiempo contra Jerusalén militante, Ba-ei . torpe; contra la verdad católica, la blasfemia herética,

engario y la malicia; enserioreábase de suerte en el mundo la11-11 biciön , la crueldad y la soberbia, que parece no les quedaba

2. 1 ,? fe Y a las virtudes respiración con que los pocos que se-Su estandarte, se alentasen. Ya lo mejor del Asia padecía

in- servidumbre del bestial Mahoma; moros y turcos profanabanti-l s lugares sacrosantos, que a nuestro omnipotente Redentor

je,iero n peregrino; cuya tierra tantas veces alcanzó besar lasas de sus divinas plantas, cuya doctrina puso los primeros

d'.le

12 re5 a la Iglesia, cuyos milagros comprobaron aquella unión_dadu0sa de sus dos naturalezas, cuya sangre fertilizó las here-et7es del bautismo y cuya muerte tíos facilitó la vida en susbjnidades. La Ciudad Santa (metrópoli primero de las doce tri-d -' Y asistencia principal de Cristo nuestro bien), estaba poseí-

li de /OS bárbaros hijos fle Agar esclava, y puesto que Franciall-erra con Alemania convocaban milicias que, con la cruz

— 322 —

al hombro, aseguraban triunfos en la tierra y sillas en el cielo, elemperador y los dos reyes, sus caudillos, procedían tan floi°5en la conquista santa, cuanto temosas en sus intereses y pasiones;pues antes se añadieron vituperios en sus expediciones, que lagloria que adquirían, a no anteponer sus enemistades a sufama.

Dos Federizos y un Enrique en medio, emperadores todos,mas fueron Herodes para la Iglesia y sus monarcas, que migas'tos ungidos con las bendiciones y la crisma. Tiranizaba en estetiempo lo major de nuestra Europa, Enrique, hijo de aquel des-,atinado monstruo del Imperio, Federico Barbarroja, y padre de'segundo Federico, que no sólo en perseguir a los fieles y a laprimera Silla imitó al abuelo y padre, sino que parece que deindustria, procuraba borrar la memoria de las crueldad es deellos con las nuevas que intentaban sus diabólicas estratage'mas; tan bárbaro tirano, que para aniquilar la cruz, que le esPe-raba protector suyo, introdujo en sus ejércitos moros a milla:res, que eran los más validos suyos, dándoles domicilio e n N°,1-'poles avecindándoles por juro de heredad en la villa ue.

Nucera, que hasta hoy llamamos Nucera de los Sarrace1105'con éstos destruyó el célebre y santísimo convento del Casill°'asiento y fundación del patriarca de los monjes, san Benit°'con éstos asoló cuantas casas religiosas doctrinaban a Alergajnia; los Templarios (entonces católica y célebre milicia ufilts''

ma a la Iglesia), padecieron por este antecesor del Auticristo 1 05

últimos destrozos en aquel imperio; lo mismo había propuesr°hacer del piadosísimo sepulcro del Dios hombre, para que el irvfiemo blasonase de que un bautizado se atrevía o lo que nunca

osaron los infieles secuaces de Mahoma; éstos eran los qu e e011él privaban; éstos los que poseían sus magistrados y gobier1b0'principalmente en las dos Sicilias; éste y éstos (por haber pub!'cado contra sus tiranías y blasfemias la cruzada el pontoprimido de sus barbaridades), a cuantos sacerdotes hab ían glas manos, ya con artificios, ya en la guerra, los abrían de all°

abajo, y al través luego, para que, siendo en forma de cruz sugmartirios y tormentos, vituperase la señal gloriosa con cille

adornaron los augustos su diadema....Pontificaba el año 1218, que fue el de nuestra Milagrosa

dación, como veremos, mientras padecía ésta calamidade s las-timosas la perseguida Italia, el santísimo Inocencio Terci o , 11°

323 --112veles

e,u°8 Perseguido que de Enrique, de Manfredo, tirano de NäY:de Sicilia.-

h En Francia poseía la corona Filipo, cognominado Augusto,v"re de Luis VIII y abuelo de Luis el Santo; tan diferente de suile ier° , que si éste mereció, canonizado, la veneración de talnire lorei s fieles; estotro, con su tibieza, dió permiso para que suno se inficionase de la herejía albigerise Obedecía Inglaterra a Ricardo, no menos vicioso que su

c°nvecino de Francia: los dos tan para poco, que habiendo,;ni ligue comp etidores, tomado por su cuenta la conquista de lade

erra Santa, a instancia del Pontífice, la emulación y envidia1" Prósperos progresos que cada cual gozaba en las bata-

cuando debiera entirnularlos a más celebres victorias, bastó

a

e ql-le intempestivamente se tornasen a sus tierras, dejando la

"e21Pres a santa en las uñas 'y bocas de los lobos, y eternizando

frentosos vituperios.-

lo En Africa, todo lo que entonces había llegado a noticia decrs nuestros, reconocía al Alcorán blasfemo, empleando laseratteldades su torpe rabia en los míseros fieles, que cautivoscel ifes.-11 Objeto de su insaciable furia, triunfando de nosotros sus

L°8 tártaros o escitas abrazaron los errores de Mahoma;joes turcos, que idólatras se habían podido apoderar de las me-

e8 Provincias que el Asia poseía, ya usurpándolas al griegoditri° , Ya quitándoselas a los alarbes mahometanos, no pu-

" on librarse de los desatinos de su secta.le dt-' ,Grec ia, gobernada por sus cesares cismáticos, era escue-eo nerefies; tiranos sus príncipes, de suerte, que atropellando

" IcQl tades, sus vasallos quitaban a sus señores, los menoscruel. es , los ojos y el imperio, y los más, éste con las

hbriNuestra España, oprimida desde el descuido del viciosoY su j eta, en lo más fertil y noble de sus provincias, a

i ti-er;°8 reyes ismaelitas, lloraba el verlos poseer toda la Anda-14 a,-;' los reinos de Jaén, Córdoba, Murcia, Valencia, lasejZ°rces e islas comarcanas. Los príncipes que en ella recono-rjj el bautismo en Castilla, León, Galicia, Vizcaya y las Astu-rp 's; lOs que gozaban las coronas de Aragón, Cataluña, Nava-(1:21 D°rtugal, ya con guerras ilícitas, ya intestinas, destruyen-

-e los unos a los otros, ocasionaban perpetuidades a los

— 524 —

infieles, y, generalmente, en todo el universo imperaba la aya-,ricia, el engaño, la torpeza, y casi no hallaban patroc inio ajculto sacro, la inocencia y las demás virtudes.

Este era el miserable estado que tiranizaba al mundo, cuando,la compasiva providencia de Dios, amparo nuestro, doliénd°s'

de tanto precipicio, dispuso milagrosamente su remedio...* * *

No pudieron los olvidadizos años de la juventud ocasi°na'da, los desacordados deleites del adulado y peligroso imPeri°'ni el trueco de la fortuna de adversa en felice, entibiar en tincs-

tro rey don Jaime los deseos compasivos y propósitos ansi°51de remediar libertades violentadas, cuando estando la snY'

tanto, como consta de lo referido, en su apretado cautiverio, secondolía de la miserable esclavitud de los cristianos. Ni e l sa,n,'tísimo Raimundo, ayo, guía y confesor del rey mancebo, deja

de alentarle estos impulsos, con la doctrina y los consejosprometía tal maestro y santo. Estos mismos deseos desvelabana nuestro Patriarca; tan conformes todos tres en ellos un a n°:,che que en oración a un tiempo fervorosa, aunque dista ntes e"el sitio, en el asunto unidos, se les apareció, como está diclic:;la redentora Virgen, a nuestro compasivo Pedro, al reY d°"Jaime y al glorioso Peñafort Raimundo,....

Viniendo, pues, al deseado día de nuestra fundación felie:digo que gozoso el rey favorecido con la augusta presenciasu amantísima Abogada; lleno nuestro Nolasco de incendi°'celestiales; festiva el alma de Rairnundo, y todo este triunvirat°'reconocido a merced tan peregrina, cada uno de por sí, sinticia de los compañeros, acudió a la Mayor Iglesia a dar gracia,-al Redentor eterno y a su benigna Madre y se encontraron co'

sus puertas, y adelantándose a los ojos el devoto júbilo prinler1

que a los labios, hable, por ellos el alma; y por los abraz os, e

afecto del joven príncipe Diéronse todos tres cuenta de la misteriosa Aparición virgfr

nea: lo que por ella les ordenaba y lo ajustado del celesti al des-pacho con sus deseos fervorosos

del Sucedió esta milagrosa dicha a primero de Agost o do

de 1218 ya a los nueve del mismo mes se hablan convoca inen Barcelona diputados, conselleres, prelados eclesiásticos'más de la nobleza aragonesa y catalana con infinidad de v1119.-0'atraídos de la piedad cristiana, la milagrosa novedad del c0s

— 525

el aplauso lisonjero al príncipe, en esta parte lícito. Día, pues,gel glorioso Sart Laurencio, salieron desde el Real Palacio eloreny ' l°s grandes, títulos y magistrados con aparato tan suntuoso,j,e ni se si le llame ejército pacífico, según la diversidad de

de estados y de gentes, o conforme el asunto que los,e(i ).11ducia, la piedad, la devoción, insignias y religiones, proce-''Gn fes tiva; pero digamos que fué lo uno y lo otro. Iban los se-es entreverados en dos coros con las dignidades

--‘esie

1, 'ficsas, y en cuanto a esto y al fin que pretendían (queque inst ituir una Orden militar y regia), no desdice el nombreg`e le di mos de campo armado, si le aplicamos lo que el Espíritub2nio atribuye a la Iglesia, esposa suya, cuando la pinta Terri-

e c°ino los escuadrones bien ordenados de un ejército.fe 1-°8 varones, los estandartes, las cruces de los templos y elij. iv,°r de unos y otros, alentados con las esperanzas de la Orden

que establecían; las músicas regocijadas, al paso que de-e (2/ 8; l as l ágrimas que el gozo derramaba, los adornos de lasbi-428 balcones, ya exhalando fragancias en humos deleita-bes ' Ya cubiertas de flores apacibles: se blasonaba procesión11:1 ' religi osos, y siéndola también de caballeros, parecía junta-th eilte ej ército de santos. Rematábase con la asistencia majes-tl-:1 °s de n uestro liberal, gallardo y devoto Príncipe, pues enen-ngun a de estas tres perfecciones se le igualó algún otro ded

eitel Sig lo. A su lado izquierdo el gran Raimundoa y en medio

p t:::)s dos su apadrinado; con este orden e infinitas bendicioneseu°1-bull'es, llegaron a las puertas de la Seo, donde los esperabav h-; ° 111.i fice, asistido de su Cabildo y clero. Diéronles la bien-hier el «Te Deum laudamus»; entraron en la iglesia; su-s Z ri el rey, nuestro Patriarca y san Raimundo hasta el altar%,ütip—enlo , y hecha la oración debida, dió principio el coro alsjr°santo sacrificio, oyéndole a la mano diestra, debajo del

el ínclito don Jaime, y nuestro Nolasco al lado suyo.to 1-11- öse el evangelio, y después de él, subiéndose en el púlpi-pe;.' ilzo e locuentísimo Rafinundo un sermón todo apostólico,ma.ldriendo la merced misericordiosa, que Dios y su virgíneatrj" re se dignaban hacer al mundo todo, y en particular a nues-tpalsParia, fundándoles una Orden que se intitulase con en-hi rj u°s apellidos de Merced y Misericordia; refiriöles el aperci-vjlento m ilagroso, lo que en él se les mandaba a los tres fa-

-1ciclos; la resignación de su voluntad, acciones y la misma

— 326 —

vida en manos de la eterna y del Obispo su ministro, el genero-

sísimo Nolasco; lo inusitado y superior a todo voto del quecía, entre los acostumbrados, por la libertad de los cuerp os Y'

en su consecuencia, de las almas, de los fieles oprimidos en Idtirana servidumbre, adornando toda esta narrativa con facuadiel

celestial, más que ostehtativa, fervorosa; sermón, en fin, dign°de quien había de ser cabeza de la familia, luz de los sermonesy sola ella heredera del título de Predicadores.

Prosiguióse la misa, y celebrándola el Obispo, hasta ele

llegando al ofertorio, don Berenguel, asentado en medio de lamesa del altar (como subdelegado de aquel solemne ministe'

rio por el Papa), a su lado, en otro sitial, el catalán Mollar-

ca; al otro, en pie, el soberano Pefiafort; a los del baroel°-

nés Prelado, nuestro Pedro gozoso; precedió una doct a Y

breve plática, más copiosa de lágrimas que de razones; hl-

zola el Obispo, no tanto para exagerar los trabajos a que serexponía, cuanto para darle gracias y encarecer el ánimo y Yal°',/con que se desposeía de si mismo por su Dios, por su Madrepor sus prójimos.

Preguntóle si estaba firme en sus propósitos; respo n ,ierado nuestro Santo, entre suspiros amorosos y humildes rec°

nocimientos, con un sí en la lengua y en los afectos infin1:1to, votando desde entonces lo que ninguno antes que erhabía merecido, esto es: el cuarto vínculo de quedar cautiv012°A;sus fieles, cada y siempre que en ellos peligrase la enterezanuestra fe católica, aunque él y los de su Instituto perdiesenmás precioso, que es la vida; y ratificado por tres veces %-estas cuatro perfectísimas promesas, le trasladó el Obisi9

desde la secular milicia a la divina; desde el golfo, al Paert°'desde la libertad, a la obediencia, y desde los profanos b1a50'

nes y armas, a los perdurables.Quedó nuestro Nolasco vestido el cuerpo de la cándida

pieza que siempre le comunicó el alma; quedó adornad o exterç

riormente de la librea religiosa de María, como transformad°ella dentro de sus entrañas por lo virgen, por lo puro, lo ;doso y lo celeste (que si las propiedades del amor fino son un'y reciprocar al que ama y al amado, pudieron dudar las alenei°ä-1nes del espíritu en esta unión amante cuál fuese María )T e°Nolasco).

Hicieron la costa al regocijo bendiciones tiernas: en Pedr°'

— 327 —

corno el más interesado; en el rey, como el más propincuo"ente ; en san Raimundo, como el que afianza las seguridadesr esta dicha; en el Obispo, como quien mereció ser ministrome estos vírgenes desposorios, y en los circunstantes, que mez-

an envidias santas entre afectos amorosos, si bien todosullos de un gozo celestial, que los bañaba de alegría.

Vistióle el escapulario el santo Obispo; tuvo la una parte el¡nuestro don Jaime, su padrino; la otra, san Raimundo como' ercero; añadió el Rey magnánimo las barras de sus armas a losPechos de la sagrada toga, y anduvo tan liberal la santa Iglesia,sq , ,ile "adió, sobre ellas, la blanca cruz, inmemorial insignia

Ya Y advocación antigua de aquel templo, resultando de las"Ile.8 Y otras el escudo regio de las nuestras, que por donaciónY Priv ilegio de ambas partes, gozamos por juro de derecho comode" sta del que, después de algunos años, para desvanecereliclas a la envidia, nos despachó nuestro Rey en Zaragoza en

de 1 251 treinta y tres pasados de nuestra fundación fe-i i ce ..... e

(His toria general de el Orden de Nuestra Señora de las Mercedes).

n••••n•••n111111MIMMIIMMIIIMIIIMI

Vida de la Beata Mariana de Jesús(CONTINUACIÓN)

IV

NtleVO Enfermedades.-- Curación mila-grosas—Impresión de los dolores de la pasión. --e4tros favores extraordinarios.

e Debió irle bien con el P. Antonio del Espíritu Santo, deciG„tiven to de San Bernardino, pues con él siguió confesán-LO algunos años; pero hacia los treinta y tres, llamólav ls a más alta oración, y empeñábase el confesor en lle-ePd Por el camino trillado, cuando ya le habían nacidoe i :23 ,, Y en su seno bullían ansias y energías para volar a laseZ›,111, Dres de la contemplación. Estaba como encadenado elci:PiT itu de Mariana de Jesús en las normas de su confesor,

13 que como humilde y obediente no se apartaba uny hasta se malograron, por falta de dirección, algu-

s mercedes que Dios le hacía.

— 328 —

Buscando quién la dirigiese, confesóse algún tiempo N°

un santo varón de la Compañía sin lograr ser entendid a, Ya la buena de Dios, sin llevar religioso que llamar, se en ca-minó a la Merced, situada en lo que es hoy plaza del Prcrgreso, donde encontró providencialmente al P. Juan B au-tista González, llamado después del Santísimo Sacramento,a quien recientemente el Provincial fray Pedro Orla hab'encomendado el cargo de sacristán de la capilla de NuestraSeñora de los Remedios, uno de los más célebres san ta-Nos de la Corte; pidiöle que avisara un padre que la c on-fesase, y ofrecióse a ello el mismo P. Bautista. Como tallversado en los caminos de la oración, pues los había anda:do y estudiado cuidadosamente, en particular en la quieia';de nuestro convento de Raíces (Asturias), penetró, a Poca'razones, el espíritu de la Beata y conoció sus grandes v irtu-des; admitióla por hija espiritual y a ella dedicó. duranteveinte años, que le duró la vida (con el intervalo de 'aausencia en Valladolid), los cuidados especiales de surección.

En poco tiempo adelantó mucho bajo tan experto direc-tor, que la amaestró en la oración de quietud y recoginlie,a;to a que Dios la llamaba y en la que le infundió el donperfecta castidad, poniendo silencio a las borrascas Y letal-pestades pasadas y adornándola de una honestidad «cual'dice, no podré explicar».

Parca estuvo la Beata en el elogio de este santo religio-so, cuya causa de canonización se inició; aunque no Poc"hacer otra cosa siendo él mismo el amanuense de la ant°:biografía; pero muerto, mostró la estima que hacía de 5,11"virtudes inclinándose profundamente 'siempre que pasauaadelante de su sepultura y alcanzando del P. Juan de 5ffi`José que levantase el cadáver a lugar más digno, en enY„aocasión lo hallaron incorrupto, y la Beata, con devoci ón Y

osadía, como ella misma se lo contó a Jerónimo de Qu inta-l

na que lo relata en su historia de Madrid, «metió la mapor una abertura que le hizo con el azadón al descubri rle esacristán, y le tocó la asadura, tan fresca como si estuviere!recién muerta».

Muchas enfermedades aquejaron a la Beata desde estretiempo, como fiebres, dolores de pecho, inflamación de 'agarganta y mal de piedra, procedentes en parte de sus.grandes penitencias, de la falta de sueño y del ejercici o 051no interrumpido y fervoroso de la oración, y tuviironlo e°11frecuencia postrada en cama, por lo cual y en atenci ón a

— 529 —

,411 reconocida virtud, en 1609, cuando aun en traje negro detq.oncella honesta vivía en un aposento frontero de la primi-

11" erm ita de Santa Bárbara, «en la casa-guerta, dice

-iin tana, en que vivió el Secretario de Portugal», dió elLindo l icencia al P. Juan Bautista para que le pudiese decirtnisd

p, Y darle la comunión, y años después se obtuvo deaulo V privilegio de oratorio particular en el que muchas

Tveces le dijo misa y administró la comunión el Cardenalrejo y Paniagua, su gran devoto.

De estas enfermedades solas dos refiere la Beata pors-eefir aglraadvaíssizrs eddees.mucho tiempo y en las que Dios le hizo

159ecometiöla la primera, según buena cuenta, a últimos deo a principios de 1598; fué tan grave que hubieron de

e!Ieicli nlin istrarla el Viático y Extremaunción. En lo más recio detia Y al cumplir justamente los treinta y tres años, pregun-A)le e l Señor si holgaría de estar en la cruz, y contestólesasrian a que de muy buena gana, imprimióle los dolores de(1 7 Pasión: vino a quedar tullida de pies y manos, y, como

el Cardenal Trejo, señalada de la mano de Dios, dep ti9cr q ue no podía valerse por sí misma para comer, ni, O conciliar el sueño por muchos días y por más de

nte fue todo su alimento unos sorbos de caldo.Quedáronle por toda la vida como señales de esta enfer-

-ildrigar. an flaqueza de pies y manos y no poder bien man-

Os y , lo que ella estimaba por gran favor, del todo per-

Quitóla el Señor con esto de las tareas de la cocinaid 'e los afanes de Marta a la quietud de la contemplación

° el sentido del gusto, eficaz remedio contra la sensua-

,ea , Dias antes de San Andrés de 1599 ó de 1600, recayó de

`" ertnedad semejante a la pasada, y con tan gran dolor deC„cho que, siendo tan sufrida, la hacía quejarse. A esta do-

deben referirse las siguientes palabras del venerablej .4 7,kre fray Juan Bautista en la adición a la autobiografía de

ealia : «Esta Sierva de Dios, dice, como en todo ha sidoModesta y moderada, particularmente en el sufrimiento,

„"kenfermedades, llevándolas y sufriéndolas con mucha pazull, e n semblante, casi sin quejarse de lo que en ellas se

c Padecer, con haber tenido muchas y muy largas, comodr ,:4eua dicho. Sucedió que le dió una de calenturas; en elu„scurso de esta enfermedad le diö en un lado de la espalda

tan terrible dolor y tan fogoso, que echábamos de ver,eg" sus quejas y sentimientos, daba muestras de ser vehe-

morir y ahora tan fuerte y en pie?, e instándole dos oiresveces con la misma pregunta, respondió Mariano:r\

ne. ha de ser?, que se me ha aparecido la Pequeñina (asíIndba a nuestra Señora de los Remedios que, en efecto,Peq ueña), y me ha puesto tan buena, que de todo punto

e hal lo sana. Divulgóse la noticia, y fué mucha la genteacudió a su casa para cerciorarse de la verdad y dar la

d'nnorabuena a Luis Navarro, según lo depuso su vecinac' ll a Francisca Fabales.

A Acaeció esta curación milagrosa la víspera de santaijntrieda , 21 de Enero, según nuestra cuenta del año 1600 ó

Y su humildad la atribuyó a los méritos de su santo"ntesor, por cuya honra Dios volvió.

r)oco antes de que se levantase de esta enfermedad, elperfeccionando en ella su imagen dolorosa, impri-

er Su corona de espinas. Estaba la Beata considerandoe,.'eior, recién azotado, coronado de espinas y con la`i1l a en la mana, y vió que con gran reverencia se llegó a1: Majestad un joven, y con un lienzo le quitó de la cabeza

corona de espinas y la puso en la de Mariana; sintiölap4111 Y r ., tia y apretada con muy grandes avenidos de júbilosrUitritualeS. Acrecentósele el don de la oración, tan admi-ju ' e e n ella desde niña, de modo que casi no podía atendertn:In'Jcl a de esta vida, y ni cosa próspera ni adversa hacía0,;,fla en su ánimo; hízole el Señor insensible el cuerpo,re:4 7, nada le impedía en sus ejercicios espirituales, y a vecestialzo Partícipe de la suavidad y unción interior que derra-lerd en su alma, y a la falta del sentido del gusto, añadió-

"n gran hastío a todo alimento.Pue con su madre a la capilla de nuestra Señora de los

-- 331 —

ete a otra con grandes júbilos interiores. Determinó parar°ri a de Dios manifestar el suceso, «y así, dice, subí luego

escalera donde dormían mis padres y hermanos, y fuéde

grande la admiración que causó en sus corazones y laevoción y ternura con que lo celebraron con lágrimas de, legria viendo esta maravilla que de repente nuestro Señor`11 un había obrado y nuestra Señora de las Mercedes, a laetri Yo en la oración, arriba dicha, había visto.

rSu compañera e íntima amiga atestigua que en la nocheterior la había dejado desahuciada de los médicos y tan a

ir últimos, que trataban sobre si convenía darle la Extre-14innción, y que por la mañana muy temprano volvió ima-sedando hallarla muerta, y encontrándose con tan impen-de'4a novedad, le dijo: ¡,Qué es esto, amiga? ¡Anoche cerca

— 330 —

mente y con grande manera extraordinario, tanto, que leponíamos partos mojados en agua bendita, y muy continua,:mente, sin podérsele mitigar; antes ha dicho que le parec,ser como penas de Purgatorio, según la fuerza con queabrasaba. Y estando de esta manera de dolor, le dee,''algunas ternuras a nuestro Señor, pidiéndole fuese servia°su Majestad de mitigarle aquel dolor y fuego, y eständoseasí quejando, como hija a Padre y tal Padre, sintió qu e inte,riormente a su alma se le dijo: No será más, y luego al

punto se le quitó aquel terrible y fogoso trabajo».Visitábala el confesor y deteníase algo con ella, que,l°

requería la dirección de su espíritu en medio de las grae`4"extraordinarias que Dios le hacía. Levantóse contra diree"tor y dirigida la maledicencia, y hasta personas bien ¡aten,:cionadas trataron de estorbar estas visitas. Llegöle eslivmuy al vivo a la angelical virgen, principalmente P or ijofensa de Dios y el agravio que a su confesor se hact°':fuese al Señor a dar sus quejas diciendo, según ella aten'''.«Señor mío, mira lo que pasa, óyeme y mira cuán desfav°cirecida y afligida me hallo; bien sabes tú, Señor, la verc12de esto; todo lo humano, Señor, me falta, y donde lo un'mano falta, lo divino acude; vuelve, Señor, por tu honra, )raún otras razones que ahora no me acuerdo, que entoncesnuestro Señor me diö. A lo que se me preguntó qué pecitty aunque yo iba quejosa, y medio sentida, en formaagraviada, como de hija a Padre y Padre celestial, responu,l;Señor, misericordia». Representáronsele en aquel instan'las personas que en su honra habían puesto mácula, y c°,111,4,,,padeciéndose de ellas, pidió misericordia, aunque tatnb''la pidió para sí, porque, si bien resignada en su enfer ale-dad, tenía ansias vivísimas de recibir la comunión.

Quedóse dormida dejando en Dios y en su santisiaMadre todos sus cuidados, y hacia la madrugada, sintie",:dose llamada por Dios a proseguir su oración, echó d e v i,'como en espíritu que podía tenerse-en pie, lo que no he':desde mucho tiempo, y que vela a nuestra Señora de 'Remedios y que iba a su convento con gran ligereza, c011-sando admiración a los que el día antes la habían vist o en

la cama muy apretada de la enfermedad, y que «a Pi°,450'que había abierto el mar para que pasasen los hijosIsrael a pie enjuto, le era fácil darle la salud».

Viéndose, pues, sin el mal que la aquejaba y ágii,levantó y vistió por sí misma, y para hacer prueba de 5v

repentina curación, se hincó de rodillas y anduvo de una

,

•n-

t.et et 722.il'Ar e4-.1=usormanse..

111111fflail•nn me".

552 —

Remedios a darle gracias, dice, «según nuestra pequeneZ;fué muy grande la alegría y extraños júbilos que mi alnlarecibió al entrar en la iglesia, y entonces» «oyó (según.serefiere en el rótulo de su beatificación), una música celestial,apareciéndosele nuestro Señor, el cual le dió un abrazo troeapretado, hiriéndola el corazón con un clavo de tres puntasmuy agudas».

Vicente Carducci pintó de este asunto un cuadro que seguardaba en el convento de Santa Bárbara.

Quedó con esto la Beata configurada con Jesucrist o crt-i"cificado, de suerte que podía decir con San Pablo: «No vi°yo, sino que es Cristo quien vive en mí.»

El quedar como imposibilitada para los quehacere s ci°-mésticos y la curación milagrosa movieron a sus padre s d

darle amplia licencia para sus ejercicios espirituales; su vida,fué desde entonces más celestial que humana; levantaos;a las tres de la mañana y se estaba en oración hasta e'amanecer en que se iba a la iglesia de la Merced hasta ale:diodia, por la tarde volvía a la hora de vísperas y se reti -raba dichas completas, como deponen sus hermanas Ju l iy Francisca.

A esta época de su vida pertenece la profecía de quehabría Recolección en la Merced y los favores extraordina:nos de la calle limpia con las regaladas palabras de Jest151que se le apareció: Para ti se ha limpiado; el desperta rla eSeñor con las palabras: No me das el alba (los bueric),,5días); el maravilloso arrobo con que le regaló el Seño r ti"día en que el confesor le quitó la comunión, y la amorosaqueja que diö a Jesús sacramentado un día en que n o sesentía tan fervorosa como de costumbre. Omito los pollee-nores de estas gracias porque la Beata los relata en su aut°-biografía.

FR. JUAN GILABERT

(Continuará).

— 333 -

Misa de la Beata Mariana de Jesús.COMMLINIO

— 334 —

PAGINA MISIONALBorn Jesus do Gurgueia, 8 de Julio de 1924.

R. P. Juan Gilabert Castro.Madrid.

Apreciado P. Gilabert: Supongo en su poder la que escribí asu reverencia a primeros del mes pasado, con la triste noticiade haber llegado el P. Bolados Cárter huyendo de la persecuciónlevantada contra él por los protestantes de Corrente y Parnagu'donde le buscan para matarle.

Apenas llegó a esta villa, volvió a salir nuevamente el 12 delpasado para La Gróta, Nova Lapa, Macambira, Panasco, Barrada Correia, Anajá , Brejo Novo, etc., donde había anunciad o 13visita Pastoral nuestro Prelado, que llevó por compañero a dicb°Padre, dejándome a mi en Born Jesus cumpliendo la penitencia'que me impuse de levantar en este pueblo una capilla que sirv3de iglesia parroquial y catedral aquí, en la sede de la Misió n Ycapital de la nueva y futura diócesis.

Yo bien quisiera haber ido con el Prelado para conocer esóspueblos y facendas que la obediencia confió a mi inutilidad; ma s idehacerlo, como el territorio excede a cualquiera de las dióces is ue

-España, quedarían interrumpidas las obras de la iglesia, y n°5otros sin tener aquí un lugar decente donde celebrar los divil0oficios, especialmente cuando comiencen las lluvias.

— 335 —

En otra parte, donde la gente puede y quiere trabajar, no seríarnecesaria mi presencia; pero aquí tengo que estar en todo, para di-Aigir las obras y que vayan adelante, aunque sea a paso de tortuga.;icluf trabajo sin medios, porque en estos sertoes (corno los brasi-deeflos l laman a estos desiertos y lugares incultos) Se carece hasta

mas i mprescindible; lucho con la ignorancia de la gente, que;nca vió herramientas, cuanto más los nuevos adelantos de cons-b`u,eción; tengo que vencer la desidia de los que nunca vieron tra-aiar , que es tal, que prefieren aguantar las lluvias a edificar una

„ccisii7la de paja donde guarecerse. Vestido necesitan poco: con el de'nestros primeros padres, y tal vez algún harapo, tienen bastante.es La pereza parece connatural en ellos, y es tan grande, que no(„. fácil comprender hasta qué extremo los domina sin presenciar

'(7ertas escenas; prefieren morirse de hambre y necesidad, a dedi-earse al trabajo, a pesar de ia riqueza del suelo. Mi mayor trabajo

hacerles comprender que deben trabajar, como en todos los's'aises civilizados, como en otros Estados del mismo Brasil, dondeirse achnira grande riqueza y gozan de verdadero progreso y siguen"s adel antos de la civilización del mundo moderno.

Haciendo de la necesidad virtud, desempeño el oficio de pedre-tr°' Porque avisado y convocado el pueblo fiel para arrancar ycl

ansPortar piedra para la nueva iglesia, no tuve otros ayudantesUei-Los niños de la Catequesis y algunas piadosas mujeres, que;11 'ian la piedra como podían, pero con entusiasmo; hice de tejero,dj tengo unos ladrillos hechos que si valiesen cuanto pesan, met arfa por contento: son tan bastos que parecen adobes, y necesi-cVnedia carga de barro o cal para obrar cada uno; estoy hacien-47 de Carpintero y albañil; hago de arquitecto y maestro de obras,(ict,ç ui no hay quien sepa dirigirlas y, finalmente, empuño el aza-a -11 Y l a pala como cuando se abrieron los cimientos. Un caso:s" Pesar de los muchos hombres presentes por curiosidad el día quede empezaron las obras, y del entusiasmo que mostraban alaban-df.,° el Proyecto y la futura iglesia, sólo un pobre cojo y casi balda-tr-abcoairnorzó a trabajar conmigo el día señalado para empezar los

s . En esta parroquia, mayor que cualquier diócesis de España,.aihn vias de comunicación y con pequeños poblados donde vivena -andenados, en cuanto al cuerpo y al alma, no es posible atendernItItla Pequeña parte de sus habitantes, y por falta de sacerdote,17-Itteren sin auxilios espirituales un gran parte. Muchas vecess `enen a llamarme para asistir a enfermos que nunca vieront.Qcedote, mas oyeron hablar de él, y queriendo morir como cris-

mandan a buscarme, y generalmente en muy malas caba-ellas , con peligro no pocas veces de la vida recorremos leguas y

-- 336 —

leguas y ojalá llegase a tiempo, pero no pocas veces sucede häberya muerto y hasta estar ya enterrado, y muchísimas no tene r Yaconocimiento aquel pobre matuto (así llaman aquí al ignoranteque vivió siempre o casi siempre eh el bosque) que me habla Mal-dando a buscar.

He celebrado el mes del Sagrado Corazón con la misma solegl-nidad que el de Mayo, aunque sin una imagen, ni de pape l , quepudiera poner ante los ojos de los fieles para infundirles devoción;pero el Señor suplirá con su gracia la falta de estos medios. Teng°catequesis los jueves y domingos, y nuestra Venerable OrcleinTercera se desenvuelve en ella y me ayuda de un modo admirabley es casi suficiente para el desempeño de ésta misión en esta villa;pero a pesar de los esfuerzos de tantas almas buenas y de tant°trabajo, ¡qué pocos frutos vemos! Yo animo constantem ente ,anuestros Terciaros, proponiéndoles el fin por que lo hacem os: lagloria de Dios, la salvación de tantos infelices y que nos ayuda°,con sus oraciones muchas almas buenas: los Terciarios de tod o emundo, tantas personas buenas de los centros misionale s queruegan y sacrifican importunando ante el Padre de Familia s Paraque admita en su redil tantas ovejas descarriadas, etc., y co n est°infundo alguna confianza en Sus corazones y en el mío.

Acabo de recibir un número del periódico que en Sáodo Nonato publican los profesores del Patronato AgrícolaEscuela Normal, con el nombre de «O Progresso», se lo trianl:°adjunto (1) para que se entere y también el plano que diseñé de 'IIiglesia, de la cual pienso mandarle una postal cuando su reveren-cia tenga a bien enviarme material fotográfico.

Saludos al padre Provincial y demás religiosos; rueguenmí para que sepa corresponder a las gracias y favores que Pick"me hace y para que sea tan santo como debo.

Reciba un fuerte abrazo de su afectísimo y último herman°'FR. MARIANO-FERRER

BARCELONAR. P. Director de LA MERCED

Respetable Padre: Nos complacemos en mandar a vuestr a re`verencia algunos datos relativos al funcionamiento de ntleStr„4

«Obra Misional Mercedaria», por si cree oportuno insertarlos e"la (Página Misional» de la revista de su digna dirección.

Obra misional mercedaris'Colegio de Religiosas de Nuestra Señora de la Merced. --Ba,1:

celona, Provenza, 283.---EI 21 de Junio de 1923 quedó constituí'recle(1) Muchas gracias; pero como naufragó en la travesía, esperó

otreejemplar, a ver si tiene mejor suerte.

— 537 —

la Junta de la (Obra Misional», siendo nombrado director el muy1:everendo P. Alberto Barrbs, provincial de la Orden Mercedaria.r.r«Obra Misional» está dividida en tres secciones: de la primera,Gnian parte las personas piadosas que lo soliciten; la segunda, la

constituyen las ex alumnas del Colegio, y la tercera, las actua-aeducandas.burante el verano de 1923 se trabaj6 bastante en hacer corpo-

2, 1es ) lavabos, albas, casullas y demás ornamentos para el culto.cr 1 0 de diciembre se celebró una solemne fiesta religiosa: misaj e eGrnunión muy concurrida y preces al glorioso san Franciscooavter , patrón universal de las Misiones. Durante las vacaciones

-1\lavidad, y hasta el 6 de Enero, se instaló en el Colegio la

4Posición misional, en la que figuraban, entre otros donativos,1-j" imagen del Sagrado Corazón, tres de nuestra santísima Ma-urea

Y una de nuestro Padre San Pedro Nolasco, un cáliz, unjigön de plata y un pixis. Se organizó al propio tiempo una ventae r.,labnres y una tómbola, cuyo resultado fue muy satisfactorio.

zn lo restante al «curso se celebraron tres juntas ordinarias, yr4. ' final izar el mismo, una extraordinaria, que se dignó presidir eln'everenciísimo padre General de la Orden, que además de honrar-: sobremanera con su presencia, nos dió interesantísimos deta-

-sI de la naciente Misión y de los trabajos de nuestros Misioneros.a. deferencia intnerecida del Padre reverendísimo fué desper-

Z°ra de nuevos entusiasmos misionales, que Nuestro Señor sin'nda bendecirá.la Se está trabajando va actualmente para la próxima venta, 'der , cine , COn la ayuda de Dios y de nuestra Santísima Madre, espe-'nos mucho.

ei -R 1 líquido total, pagados los , gastos ocasionados por la exposi-, , 611 , hojas de propaganda, etc., ha sido en pesetas, el siguiente:-ntreA gadas al reverendísimo P. General. 1.500,00

kl emadre Comendadora de Alarcón, importe de 200etes para el Seminario del Piauhy. 100,00A , ' rector diocesano de la Santa Infancia 106,85alutnnas del Colegio del Sagrado Corazón, para la

luisión de la India 25,00

TOTAL. 1.731,85'El tesoro espiritual será recogido al finalizar el atto.,Perdone, Padre, la libertad que me he tomado."e usted afectísima en Jesús por María,

q. b. r. s. m.,MARIA. CARRERAS

tareetom, 23-V111492*.

Subsecretaria de la 3. a Sección,.

— 538 —

Hemos recibido para las Misiones del Piauhy.

Del Colegio de Madres Mercedarias de Málaga 133,00Del M. I. Sr. Vicario general de Lugo, D. César Abelläs De la Srta. Servanda Ferreria (Vegadeo) De una Terciaria de la Merced

10,005,005,00

EL CASO SHIGULARISMO DE LA BER111MARIAIIII DE JESUS

RELIGIOSA MERCEDARIA DESCALZApor el doctor Lobo Regidor (1)

Convocados por las Autoridades eclesiásticas para PrO'ceder a la exhumación y examen del cuerpo de la Venerableslos doctores Maestre, Lacaba y el que suscribe, heill°5apreciado hechos de tal modo extraordinarios, que es con-veniente y aun preciso, para satisfacer los anhelos de laopinión, publicar estas notas, mientras llega el morileilt°de dar a conocer el informe pericial, que en asunto de tantamonta ha de ser seriamente meditado.

Claro está que siendo indiscutible la autoridad científicade Tomás Maestre, que ha llegado al eminente puesto (11.1,e,ocupa a fuerza de talento, aplicación y:perseveranc ia, e'habrá de ser el ponente, considerándonos muy honrados eldoctor Lacaba y yo con el papel de colaboradores, segurosde que, hoy por hoy, sólo el sabio catedrático de Medicinalegal de Madrid puede resolver los varios y difíciles probmas que plantea el examen del cuerpo incorrupto de la BeataMariana de Jesús.

Esta santa mujer, honra y prez de nuestro"calumni ad° Y

(1) Al reproducir este precioso artículo del Decano del Cuerp o 14;dico Farmacéutico de la Beneficencia Provincial de Madrid, por cree,.será muy del agrado de nuestros lectores, nos complacemos en rnall'festar a su distinguido autor nuestro sincero agradecimiento.

339 --

1111.1 Y querido Madrid, nació el día 8 de Diciembre de 1564,Y fué bautizada eri j a parroquia de Santiago.

Toda su santa vida fué una serie no interrumpida devirtudes, oraciones y sacrificios. La afligió frecuentemente

falta de salud, dando ocasión sus enfermedades a prodi-

"e a .°505 hechos testificados debidamente por los coetáneosl Mercedaria Tornó el hábito,- muy deseado de recibir, el tercer día de

"2 Pascua del Espíritu Santo, en1614, de manos del reve-rdendo Padre Maestro General de la Orden en el convento

ulferld a, sólo‘4_, e anta Bárbara. Ceremonia tan suspirada y tanto tiempo

precedió diez años a la muerte, que a princi-l' i °8 del 1624 anunció su llegada con gravísima enfermedadhclue, haciendo terribles estragos durante los meses de Fe-ur,er° Y Marzo, la llevó al trance fatal en Abril siguiente, no%l'ante los cuidados del doctor Francisco Millero, que la1 2istia , ocurriendo la muerte a las nueve de la noche del día

a consecuencia de una pleuresía supurada.PUé tal la copia d&gentes, de todas clases y condiciones,

que acudió a contemplar, con más devoción que respeto, eltetterPo de la,Venerable, que:hubieron de testimoniar lo ex-(l'ord inario de la concurrencia, y ¿petición del Procuradoretlera i de la Orden descalza;P. Fray Alonso del Santísimo

p %a mento, dos Escribanos del Rey (Mateo Camargo yrancisco de Saavedra).

h No contentos los fieles admiradores`de la Madre Maria-"s2 de Jesús con la vista y adoración del cuerpo, tocando al

rosarios,:medallas, escapularios, lienzos.., llegarone:41 dagas, cuChillos y tijeras a cortar trozos del hábito,"Poderándose de las flores que como:piadoso y primaveralLiszlario estaban Puestas en el ataúd.h para atajar el estrago, y en evitación de mayores males,

tlboide efectuarse el sepelio ¿las diez de la noche del 19,ec' tnenzando desde el siguiente día la serie de prodigios,

e se sucedieron sin interrupción desde la fecha de la4eri-e , y que, debidamente testimoniados, relatan los bió-"gos de la venerable descalza.

— 340 —

Llamó mucho la atención los dos días que estuv o ex-

puesto el cadáver, la fragancia que del mismo se desP rdía, y que pudiera atribuirse a una exageración del oloralmizclado normal que en algunas personas tienen las seere-ciones de la piel: sudor, etc., o acaso a haber sido perfil"madas las ropas con que manos piadosas la amortajaron,añadido, lo indicado, al aroma natural de las flores quecubrían el cuerpo.

: necdabis sanctum tuum videre corruptioneill: ni permitirás que tu santo vea la corrulición•

(Psalmo XV-vers. 1'0)Si esta gloria da el suelo,

¿Qué gloria será aquella que da el cielo?(Tirso de Molina.--- 4E1 condenado 19°r

desconfiado » .--Acto 1. 0 Escena primera')

Tres años, cuatro meses y catorce días después d e la

inhumación, en vista de la multitud de prodigios obrad°por intercesión de la insigne Mercedaria, se dispuso l a e%-hum ación del cadáver, y en 31 de Agosto de 1627 y por unJurado compuesto de siete médicos y cirujanos, en pres en-

cia de las autoridades eclesiásticas y testigos muy cali fica-dos, se examinó el cadáver, encontrándole incorrupt o , COri

olor penetrante y no desagradable, y la piel bañada en unlíquido oleaginoso.

Repetida la inspección en 1751 continúa la integridad de/

cadáver, sin advertirse señal alguna de corrupción, antesbien desprendíase del cuerpo una fragancia especial, tranS'misible a las manos de los operadores, y persistiend o des-

pués del lavado de las mismas. En este examen hicieron 1°5

peritos, una incisión angular sobre el cuarto espacio ¡olercostal izquierdo; dos heridas longitudinales con ablaci ón ue

músculos en ambas piernas, y una incisión semilunarel

cada rodilla.En 1765, nuevo examen. Subsiste la incorrupción.En 15 de Septiembre de 1783A otra investigación, COur

probándose los mismos fenómenos de incorrupción y Per-

sistencia de color, flexibilidad y olor aromático.

— 341 —

El 15 de Febrero de 1802 se rgitera el examen con aná-.Vg° resultado, tomando parte, como perito, Francisco^1\1er Acefiero, médico de número de los hospitales Gene-ri el Y de la Pasión, nuestros antecesores en la asistencia de'c' s enfermos pobres de Madrid y su provincia.

En 1808, exhumación violenta del cadáver, que estuvo,Pri mero en un patio y luego en un desván, hasta que manosMiseri cordiosas le dieron sepultura.

En 1838, nuevo desenterramiento para entregar el cadá-ver a la Comunidad del Monasterio de D. Juan de Alarcón,c° Inprobándose nuevamente todos los fenómenos repetidasveces observados.

Por último, en 16 de Julio próximo pasado, extraída laque encierra el cuerpo de la Beata Mariana de Jesús,

de la urna que la guarda, nos encontrarnos con un féretro1,1Jrccintado, con el sello intacto y con cuatro cerraduras.: reSen teS los claveros, Obispado, Comunidad, Real Inten-encia y Casa " de Medinasidonia, se procedió a descubrir

e ' cadáver, previos los juramentos y admoniciones de rú-;)rica , y a practicar un detenido examen, que continuamos'c's dos días siguientes, procediendo el tercero a depositarel cadáver en su féretro, con las mismas formalidades que

811 extracción.La identificación del cuerpo no presentó dificultad nin-

una . La mascarilla de la Beata, hecha por Carducho (Vi-criente), tiene evidente parecido, y las incisiones de 1731 no

eian lugar a duda. Sin embargo, para lo sucesivo, se ha'L'evado a cabo una filiación antropométrica detenida. Se

cl Comprobado

comprobado sobre la piel apergaminada las reacciones

; e la sangre repetidas veces. El cuerpo continúa incorrupto,jsneado de gilvo y rojo, y desprende un olor aromático

acre. Las ropas que le visten y las flores artificialesque l e adornan, se conservan en perfecto estado. ¿Qué ha'Ocurrido aquí?k Mientras dura la vida, nuestro cuerpo, con todas eus de-'unidades y concupiscencias, con todas sus lacras, vicios y2nfermedades, está sujeto a una autoridad indiscutible que

— 342 —

regula, con más o menos energía y acierto, las reaccionesquímicas y los procesos biológicos. La muerte acaba e°11ese freno centralizador, y cada organismo huésped delnuestro se dispone a vivir su vida: empieza la anarquí a ; seinicia el proceso de putrefacción. Comienza en los hites ti

-nos con sus minadas de millares de microbios, plantas ad-croscópicas de la familia de las algas, que tienen la prop le-dad de vivir en medios provistos de oxígeno unas (aro-bias); otras, en terrenos que no le tienen (anaerobio), Yotras, finalmente, que se adaptan a uno u otro caso (aer°-bias facultativas). Produciéndose enormes cantidades degases, como consecuencia de la intensa vida microbiart°'el vientre se distiende con una presión tal, que, venciend°la resistencia del diafragma, comprime el tórax, último re-fugio de la sangre, lanzando ésta a la superficie; fenómen°,conocido con el nombre de circulación post mor/em.oxígeno ya se ha consumido: todas las especies puramenteaerobias mueren y empiezan a vivir las anaerobias,tras las facultativas se adaptan.

Entonces acaba el desprendimiento de ácido carbónie°'y empiezan a producirse nitrógeno, hidrógeno e hidrógen°sulfurado.,AI mismo tiempo, las productos fijos debido s '3estos microbios emponzoñan el medio en que viven, haci én-dole nocivo para su desarrollo; la diferente densidad de l°9gases provoca corrientes que vuelven a suministrar oxígen°a la atmósfera que rodea el cuerpo muerto, y los microbiosreanudan su obra, acabando al mismo tiempo con los restosaerobios y terminando el aprovechamiento, en lo q ue alreino vegetal se refiere, las mucedíneas, las criptógarn as Yalgunos fermentos especiales procedentes de la celulosa.

Y todos los productos gaseosos, unos perceptibl es anuestros sentidos y otros que acaso lo sean anos másmás especializados, atraen por minadas a los rep'sentantes del reino animal, que van a encontrar en el cuerP°muerto, abrigo y alimento para sus hijos. Pero no se P re-sentan tumultuosa y atropelladamente, ni en confuso troPel'sino siguiendo un orden determinado, según sus necesider

— 343

des , en relación con ei estado de la materia que les propor-ciona subsistencia.

Insectos y arácnidos, pertenecientes a distintas familias,n los que acuden, atraídos por las emanaciones a que

lugar las combustiones producidas por los microbios.°Ieópteros (escarabajos), dípteros (moscas), lepidópteros

riPosas) y acarus (arañas), son los encargados de des-iruir l a materia muerta y aprovechar los residuos con arre-21° a sus necesidades orgánicas, llegando sucesiva y orde-nMarnente en el momento oportuno, cuando el estado de laIllateria es consonante con sus aptitudes orgánicas, consti-tuyendo épocas cronológicamente determinadas con tal pre-cisión , que es posible definir la época de la muerte, por elexernen de los insectos que están habitando el cadáver ennn momento dado.

Megnin, en un estudio interesantísimo titulado La faune'es cadavres, admite ocho épocas.d En la primera y segunda sólo se desarrollan dipteros,es

cl En la mosca común (musca domestica), hasta ese gé-

nero brillante, de colores metálicos, a que pertenece latn°sea azul (calliphora vomitoria).

En la tercera, aparecen los coleópteros del género der-e,stes y los lepideaateros del aglossa.

En el cuarto período vuelven los dípteros, capitaneadosPOI' la mosca que produce los gusanos del queso (pyophilaCase0, atraídos por la caseificación de las materias albumi-in°iclea s, que sustituye a la fermentación butírica de las ma-' ellas grasas, y unos pequeños coleópteros del género co-ri717eles o necrobía.h . En la quinta época se manifiesta una fermentación amo-"Ical , bajo cuya influencia se produce undliquefacción,ne-2‘d ruzea de las materias orgánicas que no han sido-consumi-'ns Por los comensales de las anteriores etapas, y se pre-

utan unos dípteros más débiles, pertenecientes a loseneros tyreophora, lonchea, ophyra y phora, y coleópte-s de la familia de los silfidos (necrophorus, silpha, his/er

Y 8.2Pri11us).

— 344 —

En la sexta época vienen los acariands o «adores,encargados de aprovechar los últimos residuos líquido s delcadáver, consiguiendo la desecación del mismo. Estosarácnidos pertenecen a los géneros uropoda, lrachynotils,glyciphagus, tyroglyphus, carpoglyphus, coepophagils Yserrator.

En la séptima, ya terminada la desecación del cuerr,acuden los lepidópteros de la familia de la polilla (aglossay lineo/a) y pequeños coleópteros de los géneros &Mg/ellasy anthrenus.

Y en la octava y última, acabado el aprovechamien to Ydestrucción de la materia orgánica que constituyó un ser'acaso modelo de belleza, aparecen para consumir los rest°5que dejaran las sucesivas generaciones de insectos, cuyarápida enumeración hemos hecho dos coleópteros (lenebri°y plimus), que dejan como huella de su paso un poco depolvo, que será disgregado por unas gotas de aguaesparcido por una bocanada de aire.

Pero en el cuerpo de la Beata Mariana de Jesús no haocurrido esto; la putrefacción no se ha presentado. Acas°la sangre de la circulación post moriem ha servido de bál-samo conservador, por un fenómeno, no diré sobrenatural'pero sí extranatural. En el cadáver había deyeccione s deinsectos, pero éstos no le han podido destruir. Al llegar ala fermentación bullí-lea, casi seguramente origen de 0101.aromático algo acre del cadáver, el proceso de descomP°-sición ha terminado, y así continúa sin reanudarse, y talfermentación acaso individualizada ha sido la defensa de laintegridad del cuerpo. Maestre ha conseguido en el labor a-

torio un olor análogo al que exhala el cuerpo examinad°'mezclando colesterinaay ácido butírico, y ya es conseguir'no disponiendo ni del tiempo ni del poder de la Naturaleza'El experimento nos da la seguridad de que llegaron lasreacciones químico-biológicas a la fase butírica, pero 1,17c)rqué no siguieron adelante? ¿Quién dijo a ese inmens°océano de la muerte: ¡no pasarás! ¿Quién puso este valla'dar a la Ciencia que, merced a los esfuerzos del hombre, ell

— 345 —

8 '311.Ch a su campo, aumenta sus conquistas, perfecciona susc°11ocitnientos, aquilata sus verdades, multiplica sus teorías,cOnvi erte las hipótesis de ayer en los dogmas de mañana,exP lica fenómenos, compulsa experimentos, demuestra teo-renlas , define axiomas, pero siempre como la voz misterio-

qu e en El desengaño en un sueño (1) espolea las ambi-c!'nes del protagonista diciéndole a cada nueva adquisi-Ción: Lisardo, en el mundo hay más! el hombre pugna

joerinapsraelteasrtäespeolrímlleitge di rnexpugnable, que es el mañana que

para hacer punto en. esta mirla admirativa y dar valor aeStd8 l íneas, transcribiré el párrafo segundo del capítulo VIIde lu au tobiografía de la Madre Mariana de Jesús:I «En otra ocasión, casi como ésta, estando yo en lastglesi a para recibir el Santísimo Sacramento y dándome

11 Majestad a conocer la bajeza e indignidad mía, y quéc°8a tan pobre era mi alma para la grandeza de Su Majes-

COn afecto de amor decíale: Señor 117 ÍO , mucho más'h1177131/0 y hermosísimo es ese Sagrario en que vos estáis.'es Pondiö Su Majestad a mi alma: No me ama; de lo cualtY° en tendí cuánto más gusta Su Divina Majestad de ¿Tosen-' . 1.8e en nuestras almas que no en el oro, ni en la plata, ni epll enedr idos rp(r2e)»cio. sas , por ser criaturas muertas, no capaces de

Nos parece estar leyendo a Santa Teresa.Transcribimos, por último, como muestra de sus aficio-

nes Poéticas, el siguiente ovillejo:¿Quien los sentidos conquista?

La vista.¿Quién causa deshonra y mengua?

¿a lengua.¿Quién cebado es más injusto?

El gusto.Pues saldrás de pena y susto,alma, si en vela te pones;mira que son tus ladronesla vista, la lengua, el gusto (3).

(I) Del duque de Rivas.167(22 P . Fray Juan de- la Presentación.—La corona de Madrid.—Año

?Zr-Pdg. 1'0.3\") El mismo.---Pág. 133.

a ladanbra,

del

of0;

Oba

— 546 —

Y llegado al término de mi trabajo, me encomiendobenevolencia de los que leyeren, rogándoles que atiermás a mis buenos propósitos, que a la ejecución de la ohaciéndose cargo de cuán difícil resulta explicar un prgio inmenso, con medios imperfectos y limitados.

(Publicado en « Nuestro Tiempo»:

LA INSCPIPCIÓN(CONCLUSIÓN)

Sentí algo como remordimiento al recordar el dese(Conde de que Maruxa fuera mi mujer.

Pero no tuve tiempo de entregarme a este sentimi€la voz del Padre Mercedario que llamaba desde la al(nos hizo acudir.

—No da tiempo de recibir más que la Santa Uncion--dijo.—Le ha acometido un colapso, que temo sea el último,

En efecto, el cuerpo del Conde yacía rígido y ter' os°en su gran lecho de caoba.

Se procedió a darle la Santa Unción; aunque débil niell-te aún respiraba, pero no conocía; Santiago y Marux4lloraban en silencio a los pies del lecho; yo no tenía l gr

mas, pero al ver a ambos jóvenes sumidos en id&tico

dolor, me preguntaba:es un robo por partida doble el que voy a co-

meter?Horas después el Conde yacía entre blandones e n el

salón de la casa solariega y el notario nos congregab a el/el despacho para leer el testamento.

Al oir la enumeración de sus bienes, Santiago no Pare-cía prestar la menor atención, pero al llegar a la cläu5i-114

en que me pedía amparara a su sobrina Maruxa haciénd°1ami esposa, el joven levantó la cabeza y un rayo brin , C llsus ojos tan dulces de ordinario.

— 347 —

Yo fingí no verlo, retirándome a dar las órdenes parasepelio , que debía tener lugar al día siguiente, viéndome

(7 1 un m omento rodeado de aduladores que se ponían incon-lei °nalmente a las órdenes del heredero de tan pingüe

Patrimonio.Aquellas demostraciones me deslumbraron por un mo-

tliento , pero en el fondo de mi satisfacción había un senti-nto amargo; huía de la presencia de Santiago, temeroso

,,me un a explicación, con él. Este, 'por su parte, tampoco''' rezia buscar mi compañia; sólo un momento en que nos2dneordrarnos a la salida de la cámara mortuoria, el jovenesheredado me dijo en voz baja y contenida, mostrándomefretro:'Cuando él no esté aquí ya, tengo que hablarle de un

1° Punto, uno solo... lo demás suyo era y podía dispo-ner cl e ello.., yo acato su voluntad.v No le contesté más que con una inclinación de cabeza y

Vi al lado del cadáver, ante el que Maruxa lloraba des-'1141801adarnente.al Al día siguiente el Conde fui conducido con gran pompa

cem enterio del pueblo, donde tenía la familia su panteón;heredero ocupaba yo la presidencia del duelo, entre

Cura del pueblo y el Comendador de la Merced.era ya muy entrada la tarde cuando salimos de la ~-

j'II de los muertos; las primeras tintas del crepúsculo em-

br ,ezba n a prestar a la campiña esa calma melancólica queijcede a la noche; los altos cipreses se dibujaban conj11 °s de un verde sombrío, casi negro, sobre el çielo trans-'x . rente de tonos rojizos que iban tornándose violáceos; en¡l ' enre jo traspusimos la alta puerta de piedra negruza queaba acceso al campo santo, en el que quedaba ya bajo

htili k°8 P a lmos de tierra aquel hombre cuyo afán en la vida noi2 u la sido otro que amontonar oro... ¿,y para qué?... para de-

a un desconocido, temeroso que el legitimo herederoIllalgastara... A pesar mío, las meditaciones de mi prime-

h: juventud resurgían en mi memoria: «la vanidad de la vida,efímero de sus placeres y riquezas», el fin del hombre...

— 348 —

Levanté la cabeza y vi la mirada del Comendado r de laMerced fija en mí.

Me volví para rehuir aquella mirada que parecía Pene,trar hasta el fondo de mi alma y dirigí una última mirad a 31

cementerio.Un último rayo del sol poniente doraba el frontispi ci° de

la puerta, en cuya piedra había unas palabras toscamenteesculpidas; con un movimiento mudo el Mercedar io Enemostró aquella inscripción; decía así:

«ADIOS... HASTA LUEGO»

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, miré casi enoja d° al

religioso, pero no leí en su rostro más que la dulce 01119del que ha dejado en manos de Dios todos los cuidad os dela vida.

—Es admirable esa inscripción—dijo suavemente.---icuántas consideraciones se presta! ¿verdad? Es una cita,una cita a la que ninguno de nosotros faltará.

No supe qué contestar; me pareció que los labios delConde se abrían en el fondo de su tumba para darme agur¡la cita... ¡Ah, sí?; yo, como heredero suyo, debía ir un dtaa reposar a su lado, en su propio panteón.

Sentí como si algo se desgarrara en mi interior; m ire

padre Comendador y deteniéndole nerviosamente:—Padre--le dije en voz baja—necesito hablarle a sol'35.—Pues venga, hijo mío—dijo él dulcemente. La tarde

convida a pasear; acompáñeme hasta mi Monasterio.Al llegar a este punto de su relato el religioso se delilv°.

qué continuar?--dijo después de una pausa.—doconferencia con el padre Comendador fué larga; C11 8'1

volví a la casa solariega fué para reunir a los parien tes Yallegados del conde y manifestarles que hacía renunci a a

herencia en favor del heredero legítimo, el joven Santiog.°'al que rogaba se uniera en matrimonio con Maruxa, Parprotegerla, pues yo pensaba retirarme a la soledad deconvento.

Así lo hice, en efecto; la inscripción de la puert

-- 349 --

ceMe nterio fué el golpe de gracia con que el Señor llamóle nuevo a su redil a la oveja descarriada, y mi madre,qescle el cielo, sonreiría gozosa al ver por fin a su hijorevestido de los häbitös sacerdotales

Pero al volver a la casa del padre, el hijo pródigo volvíacurado de aquella ambición que estuvo a punto de perder-

Ya no soñaba con la mitra y el rico pectoral... el'"co hábito al que iban vinculados, además de los tres

ordinarios, el cuarto voto de caridad de la Orden,Treedaria, era el único tesoro que ambicionaba; fuí some-qd° a duras pruebas en mi noviciado... Dios me asistió y

'211-d me tienes; el padre Nolasco de jesús surge de las ceni-z" de aquel Rodolfo que apenas tuvo tiempo para saludar a4 n igo de la infancia, absorto en los cálculos financieros,

Y diciendo esto el religioso me tendió su mano, que yoestreché con profundo afecto.

En aquel momento un lego asomó la cabeza a la puerta4el locutorio.

--Padre—dijo humildemente.—Unos señores...—Que pasen.

b , U n joven matrimonio, -acompañados de un hermoso" 'no de cinco o seis años, aparecieron en el dintel.bl El Mercedario salió a su encuentro, tendiéndoles suItIco escapulario que ambos llevaron a sus labios.

Maruxa y Santiago —dijo mostrándomelos—y.su hijo...`J°n tan buenos que no dejan de visitarme.

—A él le debemos nuestra dicha—dijo el joven esposoc' nriendo.—Si usted supiera...

• —LA mí?—repuso el padre Nolasco moviendo su cabe-mi, no... Al dador de todo bien, al que con su dedo

c'h ,tilni Potente me señaló aquella inscripción trazada por ins-3; i'ación suya en la puerta de un cementerio. A El solo la%bauza, a El solo la acción de gracias.h V su mirada llena de gratitud, de mística dulzura fué a

i erderse en la altura como si tuviera poder para traspasarParedes y llegar al infinito.

j. GARCÍA-HERWROSa del

— 350 —

NOTAS PELIGIOSAS

Internacionalismo Católico.Trátase hoy de dar mayor eficacia a la hermosa solidaridad

cristiana, que por serio ante todo de deberes—con Dios y" mies-tros semejantes—tiene la virtud de dulcificar la autoridad d e losgrandes y los derechos de los poderosos para bien de lo s 1113'mildes. Todo lo contrario ha sido la moderna política de Eur°'pa, una mezquina lucha por la existencia, que empieza sieulPir:por derechos para acabar por atropellar todos los deberes.voz de los Papas venía a ser corno la voz de la concienciaexistencia criminal del pecador endurecido. Por fortuna, la Lig!„Internacional Católica va saliendo del estado embrionariolos últimos años para tomar la forma de un organismo robust°y lleno de porvenir. Tened en cuenta que al último Congres o deLugano han enviado su adhesión sincera y valiosa treintabispos y obispos, cuatro Príncipes de la Iglesia: el CardenaVicario de Roma, el Patriarca de Venecia, el Cardenal Arzobi5"po de Pisa y el Cardenal Arzobispo de Westminster y que elCardenal Primado de Toledo mandó en representación suYa!Mgr. Montero; y este solo dato os demostrará que se trata 'ealgo más serio que una obra de entusiastas sin representación'

El Congreso duró seis días: 15-20 de Agosto; muy cortospara el vasto programa que se puso a discusión. Justo es c01/,signar que de las diversas representaciones nacionales, la dele:gación británica ha traído ideas más claras y concretas Yorientado lala discusión en todo momento. Una carta, muy brever,pero sustanciosa, del Cardenal Bourne, determinó, en Prime'lugar, cuáles deben ser las relaciones de los católicos todo s COrila llamada Sociedad de Naciones. La Sociedad de Nacion es 11°

es, por cierto, instrumento adecuado de pacificación, pue s sereduce a un arbitraje impuesto por la fuerza, pero sin la fuella/espiritual que impone normas de vida y ciega las fuente s dc.

desorden; pero una vez que es un compromiso firmado por luu-chos Estados implica deberes para los ciudadanos respectiv°5'De aquí arranca la doble obligación, que apuntaba Bourne,plicada en el deber fundamental de todo católico de trata r de

aplicar a la vida internacional las normas de la moral cristialla:

— 351 —

1(1 °bligación de urgir a los Gobiernos respectivos el empleo der, ciliellas facultades, por insignificantes que parezcan, concedi-m8 en el órgano de la Liga de Naciones, y en segundo lugar la°.bligación de procurar el remedio de manifiestos defectos, me-41ente la admisión de los países excluidos y la instauración dere

la

con la Santa Sede, que «como guardián de toda mo-idad debería ser convenientemente reconocida y consultada

131 °P equelle institución».t En segundo lugar se tomó el acuerdo de organizar la Liga'nternacional Católica en forma de federación de los diversosruPos nacionales que obrarían según plan aprobado por la"1 "fa Sede. Como estos grupos están por formarse en todosfc? Pa íses, excepto Inglaterra, fué aprobado por unanimidad que' 72se n es tablecidos bajo la inmediata autoridad de los Obispos yei Patrón del British Council. El Consejo Católico de relacio-nes internacionales, de Inglaterra, es una junta permanentele.° 11 P liesta de delegados de casi todas las asociaciones cató-

El día de su constitución, 19 de Junio del cdrriente, diez y"ri l,ete soc iedades católicas tenían su representación en la esplen-41de morada de la condesa Adela de Cadogan. Su objeto es,:elln se desprende de las proposiciones presentadas al Epis--1)PM0 inglés y aprobadas por él: Estudiar la manera de aplicar

vida internacional las normas del derecho cristiano; estu-71r el valor y defectos de las diversas instituciones de carácterinternacional; definir el ámbito de la responsabilidad ciudadana

In la Política exterior del país respectivo y el cumplimiento deobligaciones internacionales; buscar manera de hacer efec-

,IY s l as convicciones que sugiera el estudio sereno y desapa-i i °nedo. Las diversas asociaciones católicas que integran laUnta nacional, deben de definir el radio de su cooperación,

he°11servando su carácter autónomo, y sólo de común acuerdo°dra su programa de acción respectiva sufrir modificación,

r°I. lo que afecta al fin privativo de la Junta.1--a Junta de relaciones internacionales, una vez obtenida la

f° 11nación deseada de estas asociaciones, tratará de acordarihti, eci ón. con' el libré desarrollo de éstas, evitando todo roce

0 perjudicial. El Obispo de cada diócesis decidirá la con-

jnieneia o no conveniencia de la intervención de la Junta en"s asoc iaciones de su jurisdicción. Corno el organismo queel2Iaillos de esbozar, sesha de tratar de erigir durante los me-

— 353

etribición de los monarcas o la soberbia de los pode-roso3.

FRANCIA

, Dijimos hace unos meses que en Francia se había encendidoPasió n antirreligiosa, y esto no por el triunfo material de un

G obierno radical, sino por el convencimiento que nos dierondocumentos

y hechos más íntimos; y que cuando se enciende411 9. Pasión hay que esperar la satisfacción y el desgarro consi-cglii ientes. Ya ha empezado el dasgarro con la expulsión de las

"2rises de Alenzon, que acaba de tener lugar. La orden de lati-x/3418 4in se había de cumplir, según la intimación 41 Gobier-Z' el día 26 de Agosto, y las pobrecitas dejaron la santa clau-

donde tantas veces habían orado por Francia, un día antes,el 25.

a p.Dure nte la persecución de Combes habían sido desterradas% lea las que estaban sanas, permitiéndose a las viejas y

rac`le()SaS acabar sus días dentro de los sagrados muros; du-;n 'e le guerra pudieron volver como otros religiosos ¡cuandorvrestaban servicios tan excelentes! Como dice «La Croix», do-tila idea de justicia retributiva la del Gobierno francés. Mien-1: 105 desertores y traidores y la gente maleante gozan dere ' estig io, los que sufren y ruegan por Francia son premiados,°n

tOlkos destierro Es el comienzo; cuál será su fin !o dirán los

franceses.FR. MARTÍN O. DE ARRIAGA

CPONICA MENSUALvi Asunto preferente de la atención pública ha sido esta temporada

iksIrruecos . Cuando todos creíamos que este enmarañado problema

ei ser franca y decididamente resuelto, apoyados en las declaracio-j ee V en. los propósitos del Jefe del Gobierno a su vuelta de Africa, antó-

eles a. los moros, libres ya de las faenas de la recolección, hacer su°cniito

guerra como en años anteriores, tal vez con la esperanza de

en los Propósitos. Mas aunque esta vez la acometida ha sido generale111"s zonas y el enemigo, bien pertrechado con toda clase de ele-

hee„'1'

'U41 segundo Agosto, impidiendo por el momento la realización deque'

— 352 —

ees siguientes en los principales países del-continente. Ojalá

vaya en zaga la patria del padre Vitoria.La delegación británica presentó un proyecto de estatuto

asignando a la asamblea anual de delegados de las diversasnaciones el poder de elegir la Junta central indispensabl e , cc

también los oficiales encargados de la gestión financierasecretariado, hasta hoy pobre de miseria. Se aceptó como base

de discusión y se nombró una comisión compuesta del insigne

turista Mayor, de Mr. Mackenzie, el conocido organizador de

«Save the Children», institución internacional que ha socorri

a tantos niños indigentes, y de Mr. Trincan°, hombre de neg°-de

cios suizo-francés, con el mandato de redactar un proyectoconstitución, que se hará circular a las diversas nacione s Paro

su estudio y anotación, a fin de presentarlo en forma definitiv°

en el Congreso del año que viene.

Esa comisión estudiará, además, el modo de estructurardentro de la Federación Internacional Católica todas esas orga'

nizaciones internacionales de carácter católico que han idoná

pululando de manera esporádica, ya en torno de una profesiya en virtud de una especial necesidad; como son la Liga sacer-

dotal, la de los estudiantes universitarios, llamada «Pax Roma-na», que acaba de celebrar una reunión importante en Buda'Pest; de los maestros de escuela, las mujeres, los periodi5t°5'el Secretariado de la acción caritativa en Lucerna, la no°católica de Estudios Internacionales, que tiene por especialidadla crítica de la Sociedad de Naciones, en Friburgo. Busca.

tí,además, el medio de establecer contacto permanente con Ponicentro de toda luz y verdad.

Una masa tan formidable de opinión difundida por los Prilvcipales países, ilustrada y documentada en los más importantesincidentes de la vida internacional, que se corrige a sí mismamuchas de sus apreciaciones, que sólo el roce mutuo dernue9

ed'

fra que son prejuicios de raza o nación, no puede men°`3de

ejercer una influencia muy superior a la de los Leviathanesla arquitectura naval moderna; y por fuerte que se crea untado, tentará mucho el vado antes de afrontar la censura Lid'

nime de la parte más inteligente y sincera del mundo. Y el

viar los diversos nacionalismos del bagaje de falsos sentillietr11'talismos significará de paso un avance muy notable en la

9 „

solidación de la unidad católica, tantas veces comprometida poi

no

-- 354 -

mentos de guerra, cuya procedencia, dice una nota del Director io, debe

ser de origen bien lejano, y su empleo auxiliado de algunos experins'

ha realizado esfuerzos desesperados para lograr sus fines, el Alt°

mando ha sabido, no sólo tenerle a raia, sino infligirle duro casti go en

varias acciones. En la de Afrau, posición que estuvo cercad a varins

días, tuvieron los rifeños más de 500 bajas entre muertos Y heridos,Consecuencia de estas brillantes operaciones fue la liberación de Afrau

y de Tifisuin, cuyas guarniciones se defendieron bravamente de 105

furiosos ataques del enemigo.Despejada la situación en la zona Oriental, continúa reilidísinta

lucha en la Occidental, donde nuestros valientes soldados tienen ele

luchar, no sólo contra un enemigo rabioso, sino contra las dificultadesde un terreno abrupto y escabroso, lleno de alta gaba (especie de reta'

ma o jara,. pero más cerrada e incombustible), que impide un etriPuie

rápido, trabando a los soldados en su avance. No obstante estas diti-

cultades que retardan el socorro a las posiciones sitiadas, éstas signendefendiéndose heroicamente, teniendo que soportar las moles tias cle

una sed abrasadora, pues enfiladas las aguadas por los moro s , es

peligrosísimo utilizarlas. Algunas, como la 'de Solano, han sido ahas-

tecidas por la Aviación.1

Siendo cada día mayores en intensidad y audacia los ataques d-e

enemigo a puestos, convoyes y servicios, vióse obligado el Gobierrin

enviar a Marruecos ocho batallones de los mejor preparados. Lavedad de la situación, reconocida y manifestada por el mismo 0ohiel:

no, requiere, dice éste en nota oficiosa, el mayor esfuerzo, serenida-y firmeza por parte de todos. Ahora, más que nunca, el Directorio secree obligado a ejercer su autoridad allí y aquí.

Sin haber empeorado la situación, el Gobierno estimó conveniente'para poder resolver allí más pronto las dificultades, trasladarse a 113-

rruecos, y al efecto el día 5 salieron para Tetuán el Jefe del n irec tori° Y

los Generales Jordana, Muslera y Rodríguez Pedri.Ya en Africa el Jefe del Directorio, dirigió al Ejército una proelall°'

excitando a las tropas a luchar con denuedo y decisión hasta ohteller

la victoria. « Estoy seguro, dice, de que dentro de muy poco s eréis LiriEjército triunfante, y a tener la satisfacción de presenciarlo y d e v°Ivemra España para que todos lo sepan y lo proclamen ha venido atierra vuestrovuestro General y Presidente del Directorio militar».

- 355 -

El mismo día, en telegrama al Jefe interino del Directorio, señorarquis de Magaz, da cuenta de la lucha desarrollada en Beni Salah,

dc' nde , en una valiente carga al arma blanca, una compañia de Saboyarechazó al enemigo, que, mientras se efectuaba la operación de abaste-einliento , llegó hasta las ametralladoras del Tercio. Distinguiöse el sol-ci(1° Mi guel Sánchez Sánchez, que luchó cuerpo a cuerpo, dandoillnerte a su enemigo y apoderándose de su armamento.

El 9 co munica que se ha llevado a cabo felizmente la evacuación de1"er , añ adiendo que la realización del pian del Directorio empieza asíbein los mejores auspicios.

El critico militar de «El Debate», creyendo que esto significa laderrota del sistema de puntos, «causa de todos los dolores por que

"'n ha pasado, fuente segura, de subsistir, de otros nuevos»,1111 "da repicar .a gloria por ello. Dice que desde 1909 a la fecha esta es" tici a más gradable que haya podido venirnos de África.Las noticias que van llegando de allá acusan bastante mejoría,

dentro de la gravedad, que no ha desaparecido.Deseoso el Directorio de que se constituya cuanto antes el instru-

41ent0 q ue ha de sustituirle en el Poder, dirigió el 21 del pasado AgostoLin llama miento a la ciudadanía, invitando a todos a cooperar con elesfuerzo en la organización de la Unión Patriótica, que será la llamada

recoger el Poder de manos del Directorio. Dice que si la opinión noen°01qtruihedtlaYr cieäavleanobdroa . del Directorio, el caciquismo quedará callado, pero

El 25 de Agosto se celebró en Santander el acto de bendecir la ban-

der del somatén, de la que fué madrina Su Majestad la Reina Victoria.k-endi io la bandera, ante la cual desfilaron más de 1.800 somatenistas,

el Prela do de la Diócesis, y en el acto de la entrega la Reina pronunció171 Pequeñ o y hermoso discurso, al que contestó el General Moreno,'man dante general de los Somatenes.

Aclam acifsirno y objeto de cariñosas simpatías ha sido el Prínci7e

cle Asturi as en su visita a Gijón y a varias poblaciones del Principado.h, En l a Feria de Muestras, a cuya clausura asistió, se celebró en su

9111)r e l « Día de Asturias».-tam bién tuvo lugar el 5 de éste, en Bilbao, la entrega de la bandera

tirel s° 111a tén de Vizcaya, acto al cual tenían prometido su asistencia eleY Y el P residente del Directorio, pero que no pudieron cumplir en

— 356 —

atención a los graves asuntos de Marruecos. Fui madrina de l a ball-dera D. a Asunción Barandidrán, esposa del Alcalde Sr. Moyáa, Y ben-decida por el Obispo de la Diócesis, padre Zacarfas Martínez, que Pr°'

nunció un elocuente discarso.

El Presidente del Directorio, en nota facilitada a la Prensa, dirigióun ruego a todos sus amigos para que aplacen o suspendan los acl°5

con que se proponían conmemorar la fecha del aniversario del adveni.

miento del nuevo régimen hasta el primero de año «en qUe, con laayuda de Dios, espera se habrá llegado en Marruecos a una situación

normal y estará además organizada la Unión Patriótica».En carta dirigida al Ejército y la Marina, el General Primo de Rivera

dice que fué una ilusión querer rematar en el breve plazo de tres ruese3

la ingente labor que asumió el Directorio al hacerse cargo de la gober

nación del país, y que todavía será preciso permanecer unos ‘ meses más

en el poder, contando con la confianza del Rey, del país y del Eiércil°

y Marina para llevar a feliz término la obra.

Aludiendo a Id carta anterior, empieza el Presidente del Directorj°

una hermosísima proclama al pueblo español, exponiendo la situaciónde la Nación al año de haber solicitado su apoyo. Dice que «falta 51.111

mucho que andar por el camino de la purificación. Aún conserv a sus

nidos el caciquismo, mal avenido con este orden de cosas que tien de a

extirparlo. No han acabado aún el feudalismo de ciertos organistli°5

públicos, ni los malos hábitos de indisciplina y holganza, tanto 'leal°tolerados, que han venido a constituir segunda naturaleza y han 0135'

curecido a la vista del ciudadano la verdad resplandeciente de qu e 4°trabajando con orden y buen espíritu, lo mismo en función oficia l que

en labor particular, se obtiene la felicidad individual, que engen dra lacolectiva y hace prósperos y dichosos a los pueblos y a las M il-lias».

Expone la grave dificultad que, para continuar por el camin o del

progreso y de la ordenación adecuada del país, supone el recrud eej-miento del problema africano, del cual nan de tomar armas sus eneall'

gos para combatirle, pero para cuya solución no hay más calnill.°

posible que pelear en Marruecos hasta derrotar al enemigo».Espera que nadie, aprovechándose: de las circunstancias, osara

turbar el orden póblico, porque le sobran al Directorio carácter y lile-sdios para hacer marchar a cada cual por el camino de la ley y del deber

— 357 —

termin a dando las gracias al pueblo español por el apoyo otorgado' l 'Isla a hora con largueza y confianza.

Con grandísima satisfacción comunicamos a nuestros lectores queel Sr. Vázquez de Mella se halla ya fuera de cuidado de la enfermedad

e Puso en peligro su vida. Toda España siguió con grandísimo inte-r3 el Curso de la dolencia; Sus Majestades los Reyes pedían a diarion"eius del estado de su salud y en varias poblaciones se hicieronr°2.t1va5 por el gran oradar católico. Sabido es que ha habido que4111 PUlarle la pierna izquierda para atajar la gangrena que se le habíaPresen tado en el pie.

8autamente ha dejado de existir en Palencia el Obispo de la Dióce-sis ' D. Ramón Barberá. Descanse en paz el insigne Prelado.

A Pesar de los trabajos de la policía, continúa sin descubrirse ell?raclero de las tres niñas desaparecidas. La mayoría de los periódicos

fantaseado a su antojo sobre este asunto, el más atrayente, al pare-cer' de la temporada. Los de la cáscara amarga, creyendo ver indicios'e Culpa bilidad en hechos de personas honorabilísimas, pero católicas,l' en escrito cosas acerca de estas personas y de Institutos a quienesellc's mucho odian, que tal vez merecieran otra sanción que el despre-eles d e los lectores, si éstos tuvieran las discreción suficiente para nodejarse i nfluir por tan malignas sugestiones.

FR. L. SANTAMARÍA

1 LAMADRID (Buena dicha)

• "nversidn al Catolicishrece.--E1 domingo, 14 de este mes, re-del. biö las aguas del bautismo en la iglesia de la Buena Dicha el súb'It° inglés Mr. Spencer Heyworth, procedente de la secta anglica-1.11 4' El neófito, que tomó el nombre de Pedro Nolasco, es personanie

vasta cultura y profesor de la Academia Berlitz. Le administróI santo Bautismo su catequista el padre mercedario José Mi-

guejez.

recién convertido diö muestras de fervor sincero, teniendo(lile interrumpir varias veces la lectura de la abjuración de la secta

— 558 —

"y de la profesión de fe católica por la honda emoción que ei nbar-

gaba su ánimo.Actuó de padrino el Excmo. Sr. D. Eloy Montero, contralnii-

rante de la Armada y Director general de Navegación y pesca.Nuestra enhorabuena al recién convertido, a su esposa, Mrs.

sula Ana María Heyworth, que también- asistió a la ceremo nia Y

tuvo la dicha de ver llegado el día feliz en que su marido profe só lamisma fe que ella cree. Hacemos votos por que el Señor le con ce-da la perseverancia en la Religión Católica, tan de corazón abra'zada y tan llena de consoladoras esperanzas, especialmente parael que habiendo sido imbuido en falsas doctrinas, las abando na Yentra en la verdadera Iglesia, fuera de la cual no hay salvación'

Traslado.—Salió para el Puig (Valencia), el muy reverencl°padre Ramón Serratosa, que hasta el último Capítulo fuécial de la Merced de Castilla, donde tantos y tan gratos recuerd05nos quedan de su gobierno. El padre general le nombró provin‘cial de la viceprovincia de Valencia, recientemente restaur ada-Que el Señor le dé acierto en su cargo y bendiga sus trabajoscomo deseamos.

—Con objeto de realizar investigaciones en los Archivos de

Madrid, 1-lidiase entre nosotros el culto y conocido historiaMpadre P. Nolasco Pére'z, mercedario chileno, que hace ario s sededica a semejantes trabajos en el Archivo de Indias de Sevilla'Sea bien venido.

—De paso para el convento de Herencia llegó a nuestro Col e-

gio de San Pedro el benemérito Hermano Fr. Benigno Gonzälel"

Novena a María Santísima de la Merced.—Empezad,Dios mediante, la novena a nuestra Santísima Madre en la BoengDicha el día 4 de Octubre; predicará todas las tardes el padre Cal'bonell, rector del Colegio de los Mercedarios del Puig. Los cultesserán: por la mañana, a las diez, misa solemne; por la tarde, a lasseis, los ejercicios de la novena.

— 359 —

En Don Juan de Alarcón.

isiovena a la Santísima Madre de las Mercedes.—DióPArilleiP i0 el día 24 la que con tanta solemnidad celebra la Real'irchicofradia establecida en esta iglesia. Todos los días misa can-ta° a a las diez; por la tarde, los ejercicios, en los que Predicará elreverendo padre Calasanz Rabaza, Schc. P.

En San Fernando

Viene celebrándose la novena a nuestra Sma. Madre desdeei

20 ; predica el Sr. Magistral de Burgo de Osma, Doctor Rojorcain. Los cultos son a las seis y media de la tarde.

En San Luis Obispo

esde el 20 al 28 se celebra la novena de la Merced; en loserci i os de la tarde, que son a las siete, predica el Sr. Alcocer,t.oreno.

Mercedarias descalzas de Göngora.

tilPezó .el día 23. Por la mañana, a las diez, misa solemne conse fiesto; por la tarde, , a las seis y media, exposición, rosario yh-rillön a cargo del muy ilustre señor Tortosa, y lo mismo elvalleg o del día 24.

i'llaub a la Beata Mariana de Jesús.--Se celebrará en lah esia los días 2, 3 y 4 del próximo Octubre, a las mismas17" con sermón que predicará el día primero el Ilmo. Sr. Doncnelfin Salgado, y los dos últimos el Dr. D. Celedonio León, paraÄilirrieinorar el tercer centenario de la dichosa muerte de la beata

riarla de Jesús.MALAGA

f . Convento de M. M. Merceclarias.—E1 día 10 de Agostoslie . Para la Comunidad día de inmenso júbilo. En ese día, aniver-nari° de la fundación de la Orden de la Merced, se bendijo solem-merlente una bellísima y valiosa imagen de nuestra Santísima

adre de las Mercedes, que es el encanto de la Comunidad, de lach:ngregación de Hijas de María y Esclavas de la Merced y de los

ntos malagueños. •c A las siete y media de la mañana tuvo la Congregación Misa y

(2%l0il1ón general; después cantó la Comunidad el «Te Deum» en

En San Pedro

El día 16 dió principio la novena a nuestra Santísima Madre dela Merced, muy concurrida, por la grande devoción que en aqueibarrio se profesa a la Reina de las Mercedes.

clnüa

a ar-• coo

di o se

tar°11en, Y

unció

ría 3

eser-nal0-a de

ezge

1NT :2 1..a

erra'

— 360 —

acción de gracias por conmemorar el aniversario de la fundde la Orden.

Por la tarde se vió muy concurrida la iglesia, pues todosdevotos de la Madre y Reina de Mercedes, querían presenciar el

emocionante acto del descubrimiento del Camarín que tan M ica-

damente estaba preparado y en el que aparecía nuestra adorac13Madre de Mercedes adornada con riquísimas y preciosas ioYas:

'focos eléctricos invisibles daban al Camarín un aspecto en('antador, y todo contribuía a elevar los corazones de los fieles Y 3

hacer resaltar la belleza de la imagen, que bendijo solemne(nente, -

el Sr. Dr, D. Mariano del Rosario González, Capellán d e la. Co

munidad y Director de la Congregación de Hijas de María y Escia.vas de la Merced.

Actuó de madrina la distinguida e insigne bienhechora

Francisca Granizo de Peña, que desde el presbiterio corriótística cortina que cubría el camarín, mientras las religiosa sdulce melodía, cantaban el 'Ave, maris Stella); acto segrdexpuso a su Divina Majestad, se rezó el Santo Rosario t can

las religiosas la letanía, se hizo la visita de la Santísima Vir4erelocueute orador, D. Mariano del Rosario González, pro"

un hermoso sermón; la Comunidad cantó una sentida p/eWla Santísima Virgen, terminando con una Salve solemne,

va y reparto de recordatorios de este acto tan agradable y cc

vedor para la Comunidad y para cuantos tuvimos la diclhallarnos presentes en tan simpática fiesta.

Que nuestra amadísirna Madre de Mercedes bendiga y dme copiosas gracias desde su camarín al pueblo maligne

El corresponsal.

padreEn nuestro convento de Bonaria (Cerdeña), el reverendo

Luis Spolverini.—En el de madres mercedarias de San Fernando (Cuatr o Ca'

minos) Sor Magdalena Otazna.—En Santiago, la señorita María de las Mercedes Vg quez

Velón, nuestra suscriptora.—R. 1. P.1120111111111~1~10.

Editorial CatólicaCatólica Toledana, Juan Labrador, 6, teléfono 211.