psicosis

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Intervenciones en la psicosis. Aulagnier, Piera : las entrevistas preliminares y los movimientos de apertura... B. La apertura en la psicosis. El movimiento de apertura se elige en base a las aperturas metodológicamente viables, y también en base a la singularidad del analizado. La mejor apertura será, tanto en psicosis como en neurosis, aquella que no deje al analista en un lugar fijo para el resto del análisis. En el caso de la psicosis es difícil, ya que el psicótico ha dejado de creer que puede encontrar en su vida personas diferentes a las que ya ha encontrado. Difícil es que el analista no caiga en el lugar de figura perseguidora que antes fueron los padres, y de nada vale oponerse a esto. Pero lo que se intenta es de vez en cuando mostrarle al sujeto que se puede salir de ese lugar. Esto será posible siempre y cuando el analista no quede de entrada en el lugar de perseguidor. A veces se puede utilizar esa proyección de objeto omnipotente, pero deberá prontamente ser relativizada, para no caer en el lugar de perseguidor. Funciona al contrario de la neurosis, donde lo que se intenta es que el sujeto actualice los conflictos reprimidos a través de la actualización de vínculos transferenciales. Aquí se intenta que el psicótico no establezca de forma fija esos vínculos. En la neurosis se busca pasar la neurosis “infantil” por una neurosis de transferencia para trabajar con ella. El neurótico puede acomodarse en el registro del ser y el tener, lo que le permite llevar una “cuenta de lo perdido” (castración). El analista a veces es puesto en la liga de la persona que lleva esa cuenta. En la psicosis el sujeto ya asume que es un otro siempre el que le llevas las cuentas y no se permite cuestionamiento alguno de su sufrimiento su falta. El psicótico tiene el pasado ya armado y asumido, y no hay reinterpretación del mismo como en la neurosis. El psicótico encuentra al sujeto-supuesto-saber en los padres cuando es niño. L uego esa figura pasa a un perseguidor externo, porque la realidad ha mostrado las falencias paternas. El psicótico inviste esas figuras en forma masiva y es con ellas que se relaciona el sujeto. Pero en el análisis esta la posibilidad de otro tipo de investidura, en la cual se entabla un dialogo, y ya no es una charla sin “interlocutor” como en el delirio (donde al sujeto se le imponen los pensamientos como si fueran del Otro omnisapiente). Es esto lo que posibilita el análisis en la psicosis. Este dialogo con el otro, el analista, le permite al psicótico también dialogar consigo mismo y hacerse dueño de sus pensamientos, que antes le era impuesto. Todo esto le permite sospechas al psicótico que hay relaciones que no son la repetición del pasado. Nada se lograra en el tratamiento del psicótico si no logramos que crea que ese espacio de análisis no es idéntico al espacio que antes lo determinaba, ese espacio signado por el Otro, incuestionable. Freud, Psicosis y Neurosis.

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Intervenciones en la psicosis.Aulagnier, Piera : las entrevistas preliminares y los movimientos de apertura... B. La apertura en la psicosis. El movimiento de apertura se elige en base a las aperturas metodológicamente viables, y también en base a la singularidad del analizado. La mejor apertura será, tanto en psicosis como en neurosis, aquella que no deje al analista en un lugar fijo para el resto del análisis. En el caso de la psicosis es difícil, ya que el psicótico ha dejado de creer que puede encontrar en su vida personas diferentes a las que ya ha encontrado. Difícil es que el analista no caiga en el lugar de figura perseguidora que antes fueron los padres, y de nada vale oponerse a esto. Pero lo que se intenta es de vez en cuando mostrarle al sujeto que se puede salir de ese lugar. Esto será posible siempre y cuando el analista no quede de entrada en el lugar de perseguidor. A veces se puede utilizar esa proyección de objeto omnipotente, pero deberá prontamente ser relativizada, para no caer en el lugar de perseguidor. Funciona al contrario de la neurosis, donde lo que se intenta es que el sujeto actualice los conflictos reprimidos a través de la actualización de vínculos transferenciales. Aquí se intenta que el psicótico no establezca de forma fija esos vínculos. En la neurosis se busca pasar la neurosis “infantil” por una neurosis de transferencia para trabajar con ella.El neurótico puede acomodarse en el registro del ser y el tener, lo que le permite llevar una “cuenta de lo perdido” (castración). El analista a veces es puesto en la liga de la persona que lleva esa cuenta. En la psicosis el sujeto ya asume que es un otro siempre el que le llevas las cuentas y no se permite cuestionamiento alguno de su sufrimiento su falta. El psicótico tiene el pasado ya armado y asumido, y no hay reinterpretación del mismo como en la neurosis. El psicótico encuentra al sujeto-supuesto-saber en los padres cuando es niño. Luego esa figura pasa a un perseguidor externo, porque la realidad ha mostrado las falencias paternas. El psicótico inviste esas figuras en forma masiva y es con ellas que se relaciona el sujeto. Pero en el análisis esta la posibilidad de otro tipo de investidura, en la cual se entabla un dialogo, y ya no es una charla sin “interlocutor” como en el delirio (donde al sujeto se le imponen los pensamientos como si fueran del Otro omnisapiente). Es esto lo que posibilita el análisis en la psicosis. Este dialogo con el otro, el analista, le permite al psicótico también dialogar consigo mismo y hacerse dueño de sus pensamientos, que antes le era impuesto. Todo esto le permite sospechas al psicótico que hay relaciones que no son la repetición del pasado. Nada se lograra en el tratamiento del psicótico si no logramos que crea que ese espacio de análisis no es idéntico al espacio que antes lo determinaba, ese espacio signado por el Otro, incuestionable.

Freud, Psicosis y Neurosis.La diferencia fundamental entre la psicosis y la neurosis, es que la neurosis es el resultado de un conflicto entre el Yo y el Ello, y la psicosis resulta de un conflicto entre el Yo y la realidad. Pero no es tan sencillo como eso.La neurosis resulta de un conflicto del Yo con el Ello, en favor de la realidad y del Súper Yo. Por el lado de la psicosis, hay una falta de percepción de la realidadLa realidad gobierna al Ello por dos vías: 1. a través de percepciones actuales que de la realidad se tienen. 2. por el tesoro mnémico de percepciones anteriores. Así se forma un “mundo interior”. En la psicosis ambas vías se reniegan, y se deniega tanto el mundo exterior como el mundo interior, y se construye un mundo nuevo, en base a las mociones de deseo del Ello. El motivo de esa ruptura con el mundo exterior es una grave frustración del deseo por parte de la realidad, y se busca satisfacerlo a través de los síntomas psicóticos. El delirio, es así, un parche que se coloca donde la realidad fue desgarrada, desvinculada del Yo. Los fenómenos psicóticos son intentos de curación en este sentido.La etiología de la psicosis, una frustración de deseo, es la misma que para la neurosis, pero el tipo de enfermedad depende de lo que haga el Yo: quedarse con la realidad, o con el Ello.En cuanto al Súper-Yo, reúne influjos tanto del mundo exterior como del Ello, y es el arquetipo de lo que aspira a serle Yo. Habría conflictos que tiene como base, el conflicto del Yo con el Súper Yo, es el caso de la melancolía y las psiconeurosis narcisistas.Que el Yo no enferme a causa de alguno de estos conflictos depende de las magnitudes relativas de cada fuerza y a través de una deformación de si mismo, que eventualmente desembocara en una fragmentación, lo que daría lugar a una perversión sexual.

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Freud, La pérdida de la realidad en la psicosis y neurosis. Es común pensar que en la psicosis se pierde la realidad, pero en la neurosis no. Pero en la neurosis también hay pérdida de la realidad, de una parte de esta.En la neurosis, la realidad se conserva al principio, cuando el Yo reprime una moción pulsional. Pero la neurosis misma empieza cuando se intenta resarcir los sectores perjudicados del Ello, que se logra en forma fallida (síntoma). Es en este segundo paso, en el resarcimiento, donde hay pérdida de nexo con una parte de la realidad, sobre aquello que reclamaba la represión. Un ejemplo de esto sería que, tras pensar en la muerte de la hermana como una posibilidad de acercarse al cuñado, se reprima el amor por este, la exigencia pulsional.En la psicosis por otro lado el proceso es diferente. En una primera instancia el Yo se arranca de la Realidad, y en un segundo momento se intenta reparar la perdida, a través de la creación de una realidad nueva, ya no escandalosa.En ambos casos, el segundo paso es un intento del Ello de no doblegarse ante la realidad. En la neurosis se evita esa parte de la realidad, en la psicosis se la reconstruye. En la neurosis hay obediencia y huida, en la psicosis hay huida y reconstrucción. En ambos casos este intento de reconciliación fracasa. La nueva realidad se construye sobre los sedimentos de los vínculos que antes se tenía con ella, y luego procura obtener percepciones nuevas que se ajusten a esa nueva realidad.

Helman, Las lentejas tienen hombrecitos. Relata el caso de una mujer, Verónica, la frenética, que tuvo 3 diagnósticos: frenética, excitación psicomotriz y esquizofrenia paranoide con alucinaciones. Siempre decía la frase “las lentejas tienen hombrecitos”. Tenía una hija Juana que llamaba Lenteja. En sus delirios había gnomos que movían sus cosas, como hombrecitos que te joroban la vida. En su frase había hostilidad hacia su hija, lenteja que no quería tener hombrecitos.En cuanto a los 3 diagnósticos, los dos primeros eran correctos. Pero el tercero, el psicopatológico había que determinarlo, porque el siempre cristaliza una estructura, no una situación particular como el de “excitación psicomotriz”.Hay 2 métodos clásicos de razonamiento: el pensamiento inductivo que va de los casos individuales a lo general, y el pensamiento deductivo que va desde una ley universal a los casos puntuales para ver como se ajustan a ella. Estos métodos antes rivalizaban, pero se utilizan en forma complementaria. No obstante, hay un tercer método, el abdicativo que consiste en generar leyes, para cada caso particular, que luego no serán aplicadas a otros casos, sino que se dejarán allí. No pretende captar leyes generales, sino leyes particulares para cada caso. Es con el método abdicativo que se aborda al caso de Verónica, para analizar su frase.En cuanto a “lentejas”, se refiere a “lentas”, “desmoronas”, a su hija. Lenteja es un significante que se coaguló, por falso enlace, con otro significado, su hija. “hombrecitos” tiene 2 significados: hijos y gnomos (hombrecitos). Su frase “las lentejas deben tener hombrecitos” se traduce como “mi hija debe tener hijos/hombrecitos; así mis hombrecitos (males) se van”.

Helman: entre la creatividad y el sufrimiento. Según Herman una diferencia fundamental entre la estética y la locura, es que en la estética, en el arte, se intenta transgredir, quebrar órdenes instituidos, sublevar valores instalados. En la locura, las producciones “artísticas”, como la compulsión a escribir, no tienen un destinatario definido, no intentan transgredir nada, sino llenar un agujero ella historia propia, en un intento de cubrir un fragmento no simbolizado de lo Real. No hay transferencia en la locura como en el arte, hay repetición, compulsión a la repetición. Una producción de un psicótico, se vuelve estética cuando otro la traduce como tal. En relación al Yo, en el neurótico, en la estética, el Yo se distancia del autor, no se superpone con el. En la psicosis, el Yo es invadido por la producción.

Tausk, “nada es para siempre”.

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Del lado de la neurosis, se trabaja con el sujeto, articulándolo entre significantes, en términos Lacaniana.En episodios de síntomas psicóticos en personas no psicóticas, hay que ver en qué circunstancias se desencadena el síntoma. Primero hay que tranquilizar a la persona, porque una alucinación es la prueba de que hay límites que se pueden traspasar, dejándolo en un estado de intranquilidad, de dolor. En el texto se cita el ejemplo de una mujer que alucina que vea su esposo muerto y se le pregunta que estaba pensando, a lo que ella contesta “¿quien falta?”, pregunta que se hizo en clase mientras esperaba que entraran todos sus alumnos. Al faltar una representación que evoque el recuerdo, sobreviene la alucinación en otro registro, en lo Real. Haberse respondido esa pregunta entonces, luego en la elaboración en el análisis, le permitió recuperar la historia, continuar la trama significante y seguir hablando, produciendo. Hay que reconstruir la escena en la cual se desencadenó el brote psicótico.En los casos de síntomas psicóticos lo que sucede es que hay una falta de significante en lo simbólico que permita continuar la cadena simbólica, no sobreviene una formación del inconsciente, sino una de otro orden, una formación del objeto a, de lo real. Si la línea asociativa se detiene por falta de un significante, se produce una detención en la trama simbólica, hay una “falla” que debe ser reparada para que no se desbarate la trama simbólica. Se hace un “arreglo” en la trama simbólica, con algo de otro orden, con una restitución delirante, una metáfora delirante. Ese punto de ruptura es un fenómeno forclusivo local, una falta de sucesor siguiente que permita la continuidad discursiva, tensionando también el punto de amarre, el cero, la marca de la represión originaria.En este sentido se puede plantear una “cura”, una intervención temprana para evitar que se desbarate completamente la trama simbólica del sujeto.En personas de estructura psicótica, el trabajo es diferente al trabajo de una persona no psicótica con síntomas psicóticos. El psicótico no interroga al analista, como lo hace el neurótico. El psicótico viene con una afirmación, y el analista si lo interroga puede caer dentro de la trama delirante psicótica, en una posición persecutoria que se rigidiza. El delirio psicótico es rígido, no tiene movimiento como la trama simbólica neurótica, cuyo movimiento es posibilitado por la falta de un significante que impulsa al deseo, al movimiento en lo simbólico. En la psicosis no hay movimiento de “piezas”, no hay deseo. En el neurótico el movimiento es posibilitado por el SNP, que más que significante, es una función, un lugar, que puede ocupar cualquier significante. El movimiento en el neurótico se llama “función fálica”, posibilitado por la falta de “objeto”, el “objeto de deseo” no es un objeto en sí, sino la falta de éste.Si falta el “objeto causa de deseo”, si falta la falta, el significante del nombre del padre, la persona no se puede ubicar como sujeto en la trama significante, no puede articular significantes (porque el sujeto es lo que va de un significante a otro). Las consecuencias de esto son que el discurso del psicótico es cerrado y auto contenido, no hay lugar para otros, otros objetos. La segunda consecuencia es que la persona no puede establecer transferencias del tipo neurótica.Hay situaciones que hacen que el psicótico se “desborde”, que debe reconstruir constantemente para poder llevar su vida adelante, por lo que es peligroso intentar desmontar esa realidad reconstruida porque puede propiciar el desencadenamiento de una psicosis propiamente dicha.Tausk compara esos momentos con determinadas medidas económicas. Cuando hay hiperinflación (momentos de desborde del psicótico), se pierden las unidades de medida (significación fálica), desestabilizando todo tipo de relación, eliminando equivalencias para los intercambios. Para evitar que haya un caos en el sistema económico (en la estructura psicótica) se disponen “medidas” (por ejemplo delirios). A medida que la catástrofe abana, incrementan también las medidas, pero la catástrofe es inevitable. Va a haber un punto donde no se pueda sostener más la situación y habrá un desborde: Se traspasará un límite. El neurótico, por su parte, no puede pasar ese límite, porque lo limita la función fálica: la falta del “objeto de deseo” marca una imposibilidad. Si no hay imposibilidad, como en el caso de la estructura psicótica, todo es posible, no hay “ley” ni prohibición (prohibición del incesto).Este límite se piensa en sentido matemático. Una serie (en este caso de significantes), requiere un punto de partida, un “0”, que según Freud es la represión originaria. También ser requiere una sucesión, un “sucesor” siempre por venir. La falta de objeto (que cierre la serie por decirlo de alguna manera), hace que la serie siempre pueda continuar. En la psicosis, el limite no existe, y el

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objeto se “viene encima”, cerrando la serie en forma rígida, con un sujeto atrapado en una trama sin movimiento.La prohibición edifica, ese límite impuesto, permite mantener una coherencia. Porque la falta de limite, al indicar que todo es posible, señala una imposibilidad lógica, es algo “impensable”, algo que no se puede sostener. El psicótico, tiene entonces un mundo signado por la falta de “imposibilidades”, esto con consecuencias como: la falta de la diferenciación sexual (se puede ser hombre y mujer a la vez); la imposición de un “goce absoluto”, donde todo es posible, lo que genera una catástrofe en lo imaginario y en lo simbólico generando sufrimiento y dolor psíquico. La idea de la clínica en la psicosis es en parte “limitar” ese goce, dentro del orden de la significación fálica.El analista frente al psicótico, se posiciona diferente que frente a un neurótico. El neurótico viene a demandar, a interrogar al analista, pero el psicótico no. Viene a confirmarle algo, y el analista no encuentra lugar en ese discurso, se siente en un paramo desolado preguntando que hace alía.Tausk cuenta el caso de un joven psicótico, con una madre que le estaba encima todo el tiempo dándole dinero. Era un paciente difícil y el analista no sabía si había algún “retazo” de subjetividad para trabajar. Hasta que imponen medidas económicas, relacionadas con el padre y el trabajo que le “ponen un limite”. Le dijo al paciente que le iba a cobrar la padre, cosa que antes no hacia, entre 10 y 12 $. El paciente dijo que 10, “así le quedaba algo para el”. Esos 2$ de diferencia se le daban al sujeto para que se administre, para que limite sus gastos. Este tipo de intervenciones permite que el paciente se ubique entre lo permitido y lo prohibido, produciendo un vacío de goce. Pero estas intervenciones no siempre son fructíferas y se espera que se opere la “castración” que antes no operó. Se intenta poner un limite en acto, un “no”, una limitación que “la madre no dejó que ponga el padre”, en el sentido de la desautorización de la función paterna, que dio lugar a la falta de prohibición. Puede pasar que esa limitación del analista se torne persecutoria en el sentido delirante, ubicándose así en el lugar de amo.Lo importante en la psicosis, es que debe haber alguien que “escuche” al paciente. Debe prestarse a que el sujeto se posicione como interlocutor, lo que requiere cierta “transferencia” del analista al psicótico. El analista, trata todas las manifestaciones de subjetividad psíquica en un psicótico como “briznas”, restos como los de vegetación en un desierto. Con esos restos se trabaja, para limitar en parte aunque sea el sufrimiento del psicótico. Esas briznas son significantes, representaciones, que indican que hay un sujeto (simbólico).El análisis del psicótico debe apuntar a producir la diferenciación, la brecha generacional y la jerarquización que la falta de la significación fálica hace perder. Debe ayudar a que se instaure un tercer término, que permita una serie.Hay fenómenos donde se presentan síntomas represivos, y forclusivo en conjunto, las denominadas patologías de borde. El término “psicosis” se reserva para los casos donde la forclusión opera sobre el SNP, lo que no permite que se instaure la significación fálica con todas las consecuencias que eso genera. Si la forclusión recae sobre otro significante, suceden las patologías de borde, explicadas por “conclusiones parciales” o “locales”.

Vázquez, Silvia. Fundamentos de la clínica en la psicosis. Plantea un entendimiento del mecanismo psicótico y desde allí justifica su tratamiento.Mecanismos. Según Freud: Las entidades clínicas nacen como el resultado de conflictos entre instancias psíquicas. Neurosis: yo y ello. Psiconeurosis narcisistas: Yo-Superyó. Psicosis: Yo-Realidad. Y se pregunta por el mecanismo análogo a la represión que funciona en la psicosis. Tanto en Neurosis como en Psicosis habría pérdida de la realidad, y su diferencia radica en lo que se hace a partir de esa perdida. Lacan. Plantea que para que algo sea reprimido, primero tiene que haber sido aceptado en el registro de lo simbólico por una Bejahung primordial, una admisión simbólica en el aparato psíquico. Lo que no pasa por esa inscripción y sufre la Verwerfung, tiene otro destino, pasa a lo Real. Cuando hay Verwerfung de una representación intolerable, de la castración del Otro, encarnado primero en la madre, es vuelve bajo una forma alucinatoria. La Forclusión es el mecanismo fundante de la psicosis donde se rechaza esa primera marca que ordena el psiquismo y permite la legalidad y sexualidad. La forclusión se ejerce sobre el Significante del Nombre del Padre (SNP)A partir de allí se desarrollan la “función del padre”, “deseo de la madre” y “falo”.

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La función del padre es ocupada por un significante, es un operador simbólico, es el núcleo del complejo de Edipo que instaura la prohibición del incesto, a través de la amenaza de castración. La FP une la Ley y el deseo, en tanto prive a la madre como objeto, pero permite otros objetos, lo que da lugar a la exogamia.El deseo de la madre, puede dar lugar o no al padre y por ende a la función paterna. Es la madre la que funda al padre como mediador. El niño al principio se encuentra en el lugar de objeto de deseo de la madre, madre que a su vez despierta el deseo del hijo. Es el falo lo que salva al hijo de las consecuencias del deseo de la madre.Falo. El niño piensa que es él quien colma el deseo de la madre y se ofrece como objeto para colmarla por que a ella le faltaría algo. Él piensa que es el falo, lo que le falta a la madre. Es algo simbólico que pone en juego la falta de la madre. A partir de las idas y vueltas de la madre, el chico se dará cuenta que no es él quien colma a la madre (fundamental para que el chico advenga como sujeto), sino que hay otra cosa: el padre como portador del falo. El padre es el que le prohíbe el acceso a la madre, imponiéndose así la ley de la prohibición del incesto. A su vez da la pauta, la norma, de lo femenino y lo masculino, otorgándole al chico un titulo que utilizará cuando se exponga a la sexualidad. Si la función del padre no se inscribe, se conforma la estructura subjetiva psicótica.Lo que da cuenta de la estructura subjetiva psicótica son los Fenómenos elementales. Estos son el retorno de lo forclusivo en lo real. Tiene valor diagnostico, aun antes de que se desencadene la psicosis. Por un lado están los fenómenos de franja, que son más simples y rudimentarios que los fenómenos elementales: destellos, murmullos, sombras, etc.Luego están los fenómenos elementales:- Trastornos del lenguaje: sus características son que son indialectizables (detención en la cadena) y presentan un trastorno en su temporalidad, porque hay anticipación en la cadena.Neologismos: plomada en el discurso que se presenta en 2 formas: 1. formulas (no remiten a ninguna significación, están vacíos de sentido) y2. Intuición delirante (pleno de sentido, inunda al sujeto).Delirio: y metáfora delirante. Se presentan ante la falta de significante.Certeza: auto-referencia.Infantilización: en detrimento de la metáfora, es un aumento en la producción metonímica.Déficit simbólico: regresión al estadio del espejo, caracterizado por proliferación imaginaria, despersonalización y fragmentación.Estos fenómenos, y la estructuras psicótica, se manifiestan cuando en determinadas situaciones no hay posibilidad de respuesta en lo simbólico, momento que evocan la función paterna.Lugar del analista: En el psicótico no hay transferencia como hay en el neurótico, por lo tanto el análisis se debe pensar de otra manera. El psicótico entabla con el analista una relación de tipo narcisista, donde el analista pasa a formar, con los demás objetos, parte de un Otro incrementable que no permite diferenciaciones. El riesgo que se corre es que el analista pase a ocupar el lugar de perseguidor o amante. El analista no puede ocupar el lugar de sujeto-supuesto-saber. El psicótico tampoco va a suponerle un saber (diferente al saber del Otro), sino que busca que le reconozca la verdad que el psicótico trae a consulta. El analista puede entonces ser testigo, alguien que no sabe, ni goza, sino una persona en la cual el psicótico puede alojar su testimonio. En la misma línea se puede decir que el analista puede ser amigo, un compañero, fuera de la dimensión sexual. Sirve que este atento a las producciones creativas del sujeto que puedan ayudarlo a establecer un lazo social. Lacan propone el lugar de secretario del alienado alguien que acompaña, escucha y lleva la agenda del psicótico, ayudándolo a organizarse introduciendo una función de límite.Esto de la organización es importante, ya que a la inversa del análisis del neurótico, donde se busca desorganizar la estructura represiva para reorganizarla, en la pisco se parte de una desorganización y se busca llegar a ella. (Lo que se busca en el análisis del psicótico, es que se redistribuya el goce que sufre en sus síntomas. Se intenta limitar el goce.)

FORCLUSION LOCAL

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NASIO: “LA FORCLUSION LOCAL: CONTRIBUCION A LA TEORIA LACANIANA DE LA FORCLUSION”La Forclusión no es una operación capaz de explicar por si solo un caso de Psicosis. Se trata de un mecanismo local determinante de hechos locales. La alucinación, el pasaje al acto y la lesión llamada psicosomática participan de un conjunto de formaciones clínicas llamadas Formaciones de Objeto A.Formaciones de Objeto A: En todas estas el goce domina y la forclusión es su mecanismo.En “Neuropsicosis de Defensa”, Freud sugiere 3 clases de defensas del Yo frente a lo intolerable. Para describir la tercera de estas defensas dice: el Yo rechaza la Representación insoportable al mismo tiempo que su afecto y se comporta como si la Representación nunca hubiera comparecido ante el Yo. El Yo se arranca de la Representación intolerable pero ésta se entrama con un fragmento de la realidad exterior, de manera que el Yo, consumando esa acción, se ha separado también de la realidad. La Representación se deshace y, prendido a ella, un fragmento de Yo cae también.La Representación rechazada, que se ha transformado en percepción alucinada, vuelve al Yo y es acogida sin drama, ni horror, ni sorpresa. El Yo alucina entonces un jirón del Yo desgarrado.En la Representación, lo reprimido y su retorno son homogéneos, mientras que en la Forclusión, aunque trate siempre del Yo, lo rechazado es profundamente heterogéneo a lo que reaparece. La operación forclusiva está, en consecuencia, mejor lograda que la Represión.Tras ésta terminología freudiana se pueden leer entre líneas la tradicional fórmula lacaniana de la Forclusión: lo rechazado en lo simbólico reaparece en lo real. Tanto Freud como Lacan centran el movimiento froclusivo en torno a un gesto decisivo: rechazar. Sin embargo, ¿cómo aceptar que el sujeto no quiera saber nada de una experiencia que no conoció, puesto que nunca tuvo acceso a ella? Es preciso poner en entredicho la idea de rechazo y dejar de situar el influjo de la Forclusión en un plano global que provocaría efectos globales.No llegamos a comprender el mecanismo de la operación forclusiva si imaginamos la matriz como una relación formal y estática. Al contrario, esa relación es causal y en movimiento: porque hay un Uno afuera, justamente por eso los otros permanecen juntos y a su vez pueden sucederse uno después del otro, siendo que en efecto, en el extremo de la cadena está el puesto de sucesor que espera ser ocupado. Un elemento se agrega en el extremo de la serie, ocupa en consecuencia el puesto de sucesor y enseguida otro sucesor es esperado. En estos 2 pasos reside la condición mínima para que la cadena de los significantes se mueva y no se desbarate.La Castración no es única, sino que acontencial, local y múltiple. No hay castración, sino castraciones. La realidad producida por la Forclusión es distinta a las otras pero no incompatible con éstas: realidades constituidas por Forclusión coexisten con realidades producidas por la Represión.Forclusión: 1) No es un rechazo, sino al contrario, la abolición de un rechazo que había debido producirse. 2) Es la detención de un movimiento, la interrupción de un proceso. 3) Lo forcluído es algo no acontecido mas que algo rechazado.El Nombre del Padre se pone como algo preciso y acotable, definido como el Ste. del que depende la consistencia de toda la realidad, de ahí se sigue que es su rechazo o su expulsión lo que provocará la inconsistencia. Es la idea de ser la que lleva a la idea de rechazo. Olvidemos el ser y pensemos con arreglo a una función. El Nombre del Padre no es un ser sino una función. Es en plural como debemos escribir la expresión: “los Nombres del Padre”, porque esos “Nombres del Padre” son tan múltiples, locales y acontecibles como las castraciones. ¿Qué queremos decir cuando empleamos la expresión “Forclusión del Ste. del Nombre del Padre”?No que el Significante presunto haya sido rechazado sino que no habiendo pasado un Significante cualquiera a ocupar en el momento preciso el puesto de sucesor, la realidad local se organiza siguiendo una muy diversa lógica.¿Cuál es el momento preciso? Es el momento del llamado por el Otro. Llamado a provocar el movimiento centrífugo de instalar un Significante en el puesto exterior del Nombre del Padre.

33- AULAGNIER: “LAS ENTREVISTA PRELIMINARES Y LOS MOVIMIENTOS DE APERTURA”

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Habla de la necesidad de preservar una relación de intercambio entre analista y paciente, doble movimiento que es la base y soporte de la relación analítica y de la relación transferencial, intercambio de afectos y de conocimientos.Hay un tiempo y no debe ser muy largo para decidir si aceptamos ser el analista de este paciente. Un tiempo largo de entrevistas preliminares y nuestra negativa a atender al paciente puede ser vivida por el paciente como un nuevo rechazo.Evaluar si somos el analista para esa persona.Diagnostico de si el sujeto es analizable o no: Es analizable quien puede traer a la luz el conflicto inconciente que es fuente de su sufrimiento.

Movimientos de apertura en la neurosis ( cuadro)

Diván o no, frecuencia de sesiones, fijación de horarios.Manera en que el analista entabla el dialogo, actitud silenciosa, alentadora, da signos de interés o se mantiene vigilante.Los movimientos de apertura son en función de lo que el analista prevé y anticipa de la relación transferencial futura.Lo propio del cuadro es construir un espacio relacionar que permita poner al servicio del análisis la relación transferencial.

PsicosisLa apertura debe ser elegida de acuerdo a la singularidad del paciente. La buena apertura será la que ofrezca mayores garantías de que el lugar que ocupa el analista no quedara fijado para siempre. Es difícil que el sujeto psicótico nos haga ocupar el lugar fijo ya conocido, el analista debe mostrarle al sujeto que en ciertos momentos puede estar en otro lugar.El sujeto supuesto saber el psicótico lo encontró en los padres, no ocupamos ese lugar. La situación puede si difícil si ocupamos el lugar del perseguidor o del amante. Es importante que cuestione nuestro lugar de omnipotente, protector o idealizado.La apertura en la psicosis tiene que demostrarle al psicótico lo que en esta relación no se repite, lo diferente que ella ofrece. El analista ocupa la posición del oído del sujeto que habla, el analista debe mantenerse en esta posición de escuchante investido, esto lo hará sospechar que tiene una relación que no es repetición de la ya vivida. Debe haber un escuchante dispuesto a investir el discurso del paciente.

34-FREUD: “NEUROSIS Y PSICOSIS”Una fórmula siempre sobre la diferencia genética más importante entre neurosis y psicosis es la siguiente: la neurosis es el resultado de un conflicto entre el yo y su ello, en tanto que la psicosis es el desenlace análogo de una similar perturbación en los vínculos entre el yo y el mundo exterior.El YO ha entrado en conflicto con el ELLO, al servicio del SUPERYÓ Y DE LA REALIDAD, he ahí la descripción válida para todas las neurosis de transferencia.Acerca de las esquizofrenias, se sabe que tienden a desembocar en la apatía afectiva, vale decir, la pérdida de toda participación en el mundo exterior. Con relación a la génesis de las formaciones delirantes, algunos análisis nos han enseñado que el delirio se presenta como un parche colocado en el lugar donde originariamente se produjo una desgarradura en el vínculo del YO CON EL MUNDO EXTERIOR.La etiología común para el estallido de una PSICONEUROSIS O DE UNA PSICOSIS sigue siendo la frustración, el no-cumplimiento de uno de aquellos deseos de la infancia, eternamente indómitos, que tan profundas raíces tienen en nuestra organización comandada filogenéticamente. Esa frustración siempre es una frustración externa. El efecto patógeno depende de lo que haga el YO en semejante tensión conflictiva: si permanece fiel a su vasallaje hacia el mundo exterior y procura sujetar al ELLO, o si es avasallado por el ELLO y así se deja arrancar de la realidad. Pero esta situación se complica por la existencia del SYÓ, quien reúne en si influjos del ELLO tanto como del mundo exterior y es, por así decir, un arquetipo ideal de aquello que es la meta de todo querer alcanzar del Yo, la reconciliación entre sus múltiples vasallajes.La Neurosis de Transferencia corresponde al conflicto entre el YO y el ELLO, la Neurosis Narcisista al conflicto entre el YO y el SYO, la Psicosis, al conflicto entre el YO y el MUNDO EXTERIOR.

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Entonces, NS y PSICOSIS son generadas por los conflictos del YO con las diversas instancias que lo gobiernan, y por tanto corresponden a un malogro en la función del yo, quien, empero, muestra empeño por reconciliar entre sí todas esas exigencias diversas.¿Cuáles son las circunstancias y los medios con que el YO logra salir airoso, sin enfermar, de esos conflictos que indudablemente se presentan siempre? Es indudable que el desenlace de tales situaciones dependerá de constelaciones económicas de las aspiraciones en lucha recíproca. Y además: el YO tendrá la posibilidad de evitar la ruptura hacia cualquiera de los lados deformándose a sí mismo, consistiendo menos cabos a su unicidad y eventualmente segmentándose y partiéndose.

35-FREUD: “LA PÉRDIDA DE REALIDAD EN NEUROSIS Y PSICOSIS”Indagué como uno de los rasgos diferenciales entre NS Y PSICOSIS que en la NS el YO, en vasallaje a la realidad, sofoca un fragmento del ELLO (vida pulsional) mientras que en la PSICOSIS, ese mismo YO, al servicio del ELLO, se retira de un fragmento de la realidad.La pérdida de realidad (objetividad) estaría dada de antemano en la psicosis, en cambio, se creería que la neurosis la evita.La Neurosis como resultado de una represión fracasada. La contradicción sólo subsiste mientras tenemos en vista la situación inicial de la Neurosis, cuando el YO, al servicio de la realidad, emprende la represión de una moción pulsional. Pero eso no es todavía la Neurosis misma. La Neurosis consiste en los procesos que aportan un resarcimiento a los sectores perjudicados del ello, por tanto, en la reacción contra la represión y el fracaso de esta. El aflojamiento del nexo con la realidad es entonces la consecuencia de este segundo paso en la formación de la Neurosis.También en la PSICOSIS se perfilarán dos pasos: el 1ro de los cuales, esta vez, arrancara al yo de la realidad, y el 2do presenta el carácter de reparación, quiere compensar la pérdida de realidad, más no a expensas de una limitación del Ello, sino por otro camino, por la creación de una realidad nueva, que ya no ofrece el mismo motivo de escándalo que la abandonaba. En consecuencia, el 2do paso tiene por soporte las mismas tendencias en las Neurosis y en las Psicosis, en ambos casos sirve el afán de poder del Ello, que no se deja constreñir por la realidad. Tanto Neurosis como Psicosis expresan la rebelión del Ello contra el mundo exterior, su displacer, y su incapacidad para adaptarse al apremio de la realidad. Ambas se diferencian mucho más en la 1ra reacción, que en el subsiguiente ensayo de reparación.Esa diferencia inicial se expresa en el resultado final del siguiente modo: en la Neurosis se evita, al modo de una huida, un fragmento de la realidad, mientras que en la Psicosis se lo reconstruye. O sea, en la psicosis, a la huida inicial sigue una fase activa de reconstrucción; en la Neurosis, la obediencia inicial es seguida por un posterior intento de huida. La Neurosis no desmiente la realidad, se limita a no querer saber nada ella, la psicosis la desmiente y procura sustituirla.A la psicosis se le plantea la tarea de procurarse percepciones tales que correspondan a la realidad nueva, lo que se logra de la manera más radical por la vía de la alucinación.Otra analogía entre Neurosis y Psicosis es que en ambas la tarea que debe acometerse en el 2do paso fracasa parcialmente, puesto que no puede crearse un sustituto cabal para la pulsión reprimida (Neurosis) y la subrogación de la realidad no se deja verter en los moldes de formas satisfactorias. Pero en uno y otro caso los acentos se distribuyen diversamente.En la Psicosis, el acento recae íntegramente sobre el 1er paso, que es en si patológico y sólo puede llevar a la enfermedad, en la Neurosis, en cambio, recae en el 2do, el fracaso de la represión, mientras que el 1er paso puede lograrse y en efecto se logra innumerables veces en el marco de la salud.Estas diferencias son consecuencia de la diversidad típica en la situación del conflicto patógeno a saber, que en ella el Yo rinda vasallaje al mundo real o al Ello.Tampoco en la Neurosis faltan intentos de sustituir la realidad indeseada por otra más acorde al deseo. La posibilidad de ello la da la existencia de un mundo de la fantasía, este es un ámbito que fue segregado del mundo exterior real por la instauración del principio de realidad. El mundo de la fantasía desempeña el mismo papel en la Psicosis, constituye el lugar de donde se recoge el material para edificar la nueva realidad. Pero el nuevo mundo exterior, fantástico de la Psicosis quiere reemplazar a la realidad exterior, en cambio, el de la Neurosis gusta de apuntalarse en un fragmento de la realidad, le presta un significado particular y un sentido secreto, que llamamos

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simbólico. Así para ambas, no solo cuenta el problema de la pérdida de realidad sino el de un sustituto de realidad.

36- HELMAN: “ACERCA DE DIAGNÓSTICOS Y MÉTODOS EN LA CLÍNICA PSICOANALÍTICA: LAS LENTEJAS NO TIENEN HOMBRECITOS”El diagnóstico en psiquiatría cristaliza una situación, fija, deteniendo un trayecto, apuntando a una estructura. Además tiene la finalidad de ofrecer un blindaje farmacológico imprescindible para favorecer la interlocución o lo que desde el psicoanálisis se llama transferencia. Diagnóstico que se realiza con un enfoque frontal del objeto, que encandila, ya que demasiado cerca el objeto desaparece.Helman afirma que por las características propias del objeto que trata – un sujeto humano- el diagnóstico debería hacerse/producirse mirando el sesgo, acariciando los detalles, mirando la nervadura de la planta (del significante)…Indica que los métodos para realizar esto, el hipotético-deductivo o el inductivo, son los que constituyen los modos habituales de razonar, formas con que se traducen o leen los acontecimientos. Sin embargo, existe otro método llamado abductivo ideado por Peirce. Esta modalidad de razonar consiste en procrear relaciones de causalidad efímeras y valederas para cada situación, que luego se desvanecen sin pretender captar el universo, y sólo son válidas para una circunstancia y no van más allá de ellas (no formula una ley general). Paradigma indiciario del que forman parte Freud, Conan Doyle, Morelli y Peirce. El método abductivo nos invita a no ver lo que se nos muestra sino a ser mirados por los indicios, a quebrar el sentido común o a no ver los significados sino a atender a la multivocidad de los significantes. A partir de ello, se generarán relaciones de significancia novedosas.Abdicion significa Rapto, robo.

37- HELMAN: “LA LOCURA ENTRE CREATIVIDAD Y SUFRIMIENTO”Antonio Tabucchi escribe un artículo titulado “querido muro, te escribo”. Trata de un personaje, Ferninando Nanneti, que internado en un psiquiátrico creo un libro de piedra. El paciente escribe un mensaje que se extiende a lo largo de los muros del hospicio. El libro de piedra lo escribió en 11 años con la hebilla de su cinturón, en el hay una historia inconexa compuesta por figuras humanas mezcladas con formas geométricas y unidas a frases. En la creación estética el yo se ha distanciado del autor, no se superpone con este. Vive su vida con independencia de lo creado. En la psicosis ocurre lo opuesto, el yo ha sido invadido por la creación, es la creación misma. Sufre por ella, justamente por ELLO.Desde aquí se designa como sufrimiento a aquello que envuelve al yo en una dimensión de padecimiento. Es decir que el sujeto no se encuentra atravesado por la simulación o el disimulo (disimulo es ocultar lo que se es). En el sufrimiento no hay fantasma, hay espectralizacion, las imágenes no siguen el camino de la evocación sino el rumbo de las percepciones.El texto de Nanneti no tiene interlocutor, por lo tanto no tiene autor, no instala la condición básica de la transferencia, a saber: el vínculo con el otro.

38-TAUSK: “NADA ES PARA SIEMPRE. LA CLINICA PSICOANALITICA EN LA PSICOSIS”¿C uál es el esfuerzo del sujeto en el campo de la Neurosis ? Que el trabajo psíquico –la elaboración- lo localice en la trama simbólica como sujeto del Icc. Poder tramitar la dimensión pulsional en el campo de la representación: pasar de la cantidad a la cualidad, que el exceso de estímulo pueda procesarse psíquicamente, “elevar lo Real a la dignidad de significante” (Lacan). Entendiendo que sujeto es lo que representa un significante para otro significante, el sujeto no será ningún significante en particular, sino aquello que va de uno a otro (la dimensión de subjetividad se despliega en la trama simbólica, en la trama discursiva). En el campo de la Neurosis, en el de la represión, el movimiento de un significante a otro se soporta de los procesos de condensación y desplazamiento (metáfora y metonimia). Este trabajo permite que el sujeto, no quedando compactado en un significante, asegure que el discurso continúa, asegurando la serie con un significante por venir (el sucesor). Es en ello que se soporta la clínica psicoanalítica, el significante por venir o el sucesor, que indica y anticipa una posición subjetiva. Movimiento que es el del deseo y que ningún trabajo simbólico es suficiente para saturar esta dimensión. Es precisamente porque algo falta es que hay palabras, que siempre hay algo por venir, que hay porvenir.

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El sujeto del Icc se produce precisamente porque hay interlocutor, por eso se produce el fenómeno de discurso, es decir por la transferencia. La eficacia de una intervención en el momento apropiado y del modo que pueda ser escuchado por el paciente, lo que debería llevarlo a seguir hablando de otra cosa (habrá algo más por decir y será sujeto de ese nuevo decir). El movimiento sigue. La insuficiencia de la palabro no lleva sino a seguir produciendo palabras, y en tanto sujeto de ese discurso, no seguirá sino deseando. A eso apunta el análisis. Sucesor y forclusión: ¿Qué pasa si el sucesor no viene? A falta de una formación del Icc, producto de la condensación y el desplazamiento y de una formación de compromiso, se produce otro tipo de “formación de objeto a”. El hecho de que no advenga nada en la línea asociativa, que no venga algún elemento significante a modo de sucesor presenta un problema en la subjetividad, pues esta se constituye en el movimiento que va de uno a otro significante. De no haber ese movimiento, el sujeto cae de la trama como objeto y esa perdida de lugar se acompaña de angustia (no una angustia que baliza el camino, sino aquella donde el S se extravía en la masa significante). Es un trabajo psíquico que toma el camino de desamarre de la subjetividad de la trama discursiva (inverso al de construcción de un discurso Icc). Por eso la temporalidad del proceso psicótico es muy importante para la intervención, dado que indica sus posibilidades y eficacia, y el trabajo de ruptura progresiva de la trama puede llevar a situaciones catastrófica en las cuales el retroceso se torna imposibilitado. Las intervenciones tempranas pueden tener efectos notables.Un fenómeno forclusivo local, en ocasión de una circunstancia determinada en la que el sujeto no puede dar respuesta afecta al sucesor: no aparece el significante por venir. Esto quiebra la tensión de la serie discursiva, afectando al punto de amarre de la misma, es decir, al significante del NP/Represión Originaria. Que se quiebre la tensión es el trabajo inverso de constitución de la serie, movimiento contrario a la constitución del sujeto: es un movimiento regresivo de ruptura de la trama simbólica.Construcción Delirante: el delirio es una afirmación, no una interrogación. Afirmación delirante que permite al sujeto situarse en algún lado, señales a la vera del camino que le sirven para orientarse (a falta del significante del NP). Interrogar por el sentido de su decir, puede ser sentido como peligroso, peligro de no tener un sentido que lo anude en alguna posición de sujeto; aún a costa de alojarse en una posición que no tiene movimiento, rígida (movimiento que implica la función paterna o función fálica, que marca la trayectoria del sujeto del Icc). Si no hay movimiento, no hay deseo y no se determina un lugar de sujeto de un discurso. Por eso, el delirio puede considerarse como un discurso cerrado y autocontenido, donde no se constituye un interlocutor que se anuda en la trama discursiva. El deseo del neurótico se da contra un límite: es imposible arribar al objeto que satisfaga totalmente; límite marcado por la castración (no todo es posible). En el campo de la PS, ese límite se pierde; la cosa se viene encima y las construcciones delirantes son ese esfuerzo de reconstruir una realidad acotada, balizada, con límites. Esto implica un “goce absoluto” donde todo es posible, experiencia mortificante por la pregnancia de la pulsión de muerte. Por esto, es que Silvestre propone “acotar el goce”, es decir, producir un espacio en que el goce se encuentre un límite (que deberá ser en el orden de la significación fálica, de un goce fálico). Se trata de producir en algún espacio un “vacío de goce” donde poder hacer circular una palabra y ocupar un lugar para el otro; de apoyarse en pequeñas diferencias y establecer acotamientos en experiencias limitadas que permitan situar al sujeto entre lo uno y lo otro, entre lo habilitado y lo prohibido, lo propio y lo ajeno, etc. Desagregar la trama delirante haciéndole perder consistencia e irreductibilidad, tornándola palabra que pueda circular entre dos.Briznas: es necesario del lado del analista que haya interés, reconocimiento, respecto e incluso preocupación y responsabilidad. Piera Aulagnier, tratando del análisis en las PS, entiende que debe haber un “escuchante” dispuesto a investir el discurso del paciente. Ese aporte de investimiento libidinal es necesario para sostener a un edificio que se derrumba. Esto es condición para la creación de un espacio en el cual la inscripción significante sea posible. Encontrar briznas en un paisaje desolado, devastado; briznas que son representaciones/significantes que si las hay, también hay algún sujeto de esas briznas, no toda traza de simbólico está desaparecida y donde entonces se puede suponer un sujeto de ese discurso con el que trabajar desde lo que tiene. La cuestión es si se puede producir con él, puesto que siempre alguien hay. Función del analista y diagnóstico de estructuras: al analista le queda el lugar de acompañante y de testigo, pero que debe incluir una dimensión de límite y de secuencia. Esto requiere del lado del analista, responder desde un lugar de castración. El trabajo clínico debe apuntar a producir

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diferencia, produciendo un interlocutor (ya que sin distancia ni diferencia es imposible el investimiento libidinal), las generaciones y el tiempo. Un analista que acompañe la experiencia puede sentar la base del intervalo, de la diferencia; nombrando, temporizando presencia y ausencia…Se intenta construir una historia, un drama que tenga una secuencia, personajes, argumento, desenlace. Se intenta recuperar un tejido simbólico que “al desagregar la trama argumental… y crear condiciones que hagan posible la reconstrucción en el seno de una historia destruida”, descompleta ese valor de verdad sin matices que se impone al sujeto.

39-VAZQUEZ: “FUNDAMENTOS DE LA CL. EN LA PSICOSIS”Explica el mecanismo de la psicosis y la posibilidad de tratamientoDesarrollos Freudianos:Freud plantea en “Neurosis y Psicosis” 1923 que estas entidades clínicas son el resultado de un conflicto entre instancias psíquicas. La neurosis esta dada por un conflicto entre yo y ello, las psiconeurosis narcisistas (melancolía), por un conflicto entre yo y súper yo y las psicosis por conflicto entre yo y mundo exterior. Luego en “perdida de la realidad en neurosis y psicosis” 1924, manifiesta que en ambas entidades clínicas se evidencia una perdida de realidad, la diferencia esta en que se realiza a partir de esa perdida como intento reparatorio. En ambas hay una incapacidad del yo para adaptarse a la realidad con un fracaso en el segundo tiempo.Neurosis: 1° tiempo: Obediencia del yo a la realidad exterior- represión de pulsiones. 2° tiempo (patológico -reparatorio) Huida de la realidad, satisfacción sustitutiva vía síntoma (retorno de lo reprimido), fracaso de la represión (obedece al ello). La libido va a la fantasía.Psicosis: 1° tiempo: Huida, desmentida, perdida de la realidad (patológico). 2° tiempo: Creación de una realidad nueva: Fase activa de reconstrucción del mundo delirante (también obedece al ello).Desarrollos LacanianosLacan toma el termino forclusión para traducir VERWERFUNG, Con forclusión se refiere a rechazo de la representación intolerable, esta representación es la castración en el Otro, encarnado primordialmente por la madre. La representación rechazada vuelve desde el exterior y se transforma en algo alucinado. Lacan toma la forclusión como mecanismo fundante de la psicosis. La forclusión se ejerce sobre el significante del nombre del padre, es el elemento mediador esencial del mundo simbólico y de su estructuración.la función del padre: esta función puede constituirse aunque el padre real no este. La función del padre se ubica en la dimensión simbólica. Esta función se ubica en el núcleo del Complejo de Edipo, instaurando una prohibición, el padre como representante de la ley funciona como agente de prohibición del incesto. Función que se ejerce a través de la amenaza de castración, prohibiendo al hijo el acceso al a madre e instaurando la exogamia.El deseo de la madre: La operatoria de la función paterna se encuentra en íntimamente vinculada con el lugar que el padre tenga en el Deseo de la Madre. El niño ingresa en la estructura como objeto, objeto de deseo de La madre quien a través de sus cuidados, sus palabras y su deseo imprime las primeras marcas en el cuerpo de su hijo y de esta manera va despertando su deseo. El niño se ubica no solo como queriendo ser cuidado, sino queriendo ser deseado por ella. Intentara instalarse como objeto que colme el deseo de la madre.

El falo: En un primer momento el niño capta lo que él es para el deseo de la Madre y se presenta ante ella como si él mismo fuera lo que ella desea, se ofrece como objeto: el falo. En esa posición el niño intenta colmar al a madre con lo que ella no tiene. Esta relación que se establece entre madre e hijo y que por ende parece ser dual, tiene un tercer elemento que es esencial a esta dialéctica, un elemento organizador y ordenador: el Falo. El falo en principio es definido por Freud como la premisa universal del pene, por la cual todos los seres animados e inanimados poseen pene.El falo es un operador simbólico, un ordenador que pone en juego una falta en la madre. La madre hará surgir en el niño la pregunta estructurante: ¿que otra cosa desea y que no soy yo? Con la consiguiente resignación: “hay algo de mi persona que no recubre” si ella a veces no esta “ella desea otra cosa, pues tiene una falta mas allá de mi”. Esta vencía de imposibilidad de colmar el deseo de la madre, es fundamental para su advenimiento como sujeto.La relación madre - hijo entra en una situación de conflicto. El niño supone que el padre es el portador del falo. La única función del padre en este trío es hacerse preferir por la madre

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prohibiendo al niño el acceso a ella y poniendo en claro que la madre como objeto es para el, no para el niño. La función paterna entonces es normativa. Posibilita la identificación sexual del tipo viril o femenino. La operatoria de la función paterna es por estructura fallida, y si esta función no opera da lugar a la no inscripción de la función del padre (Nombre del Padre) en el psiquismo. Se constituye así, la base de la estructura subjetiva conocida como psicosis.A partir de esta articulación Lacan llega a formular la denominada “metáfora paterna” cuyo resultado es un sujeto afectado por la castración y no un objeto que completa a la madre.El SNP es el significante de la castración y el falo el significante del deseo.El SNP sustituye al significante del deseo de la madre y produce una nueva significación: la significación fálica.El efecto de la forclusión del SNP tiene como correlato que aquello forcluido en lo simbólico retorne en lo real, este retorno, presenta un estatuto diferente al retorno de lo reprimido en la neurosis y se puede representar en los fenómenos elementales.Estos fenómenos pueden ubicarse antes del desencadenamiento, dado que permiten dar cuenta de la estructura psicótica y no necesariamente de la psicosis propiamente dicha.fenómenos de franja: alucinaciones visuales, auditivasfenómenos elementales: son neutros no sensoriales:trastornos del lenguajeneologismosdelirio: se estabilizan por la metáfora delirante.certeza: todo lo que pasa le concierne al psicótico.infinitizacion:déficit en lo simbólicoEl desencadenamiento de estos fenómenos se producen en el momento en que el psicótico se ve obligado a enfrentar determinadas situaciones de compromiso, suelen quebrarse, dada su fragilidad, sus posibilidades de respuesta en el lugar donde la simbolización no es posible. Estas circunstancias poseen la característica que evocan de algún modo a la función paterna. Cuando se invoca la posición significante de un padre, eso que falta, reaparece como reconstrucción en lo real.

El lugar del analista.Para Freud la Transferencia implica el referir a la persona del analista representaciones y afectos relativos a personas significativas en la historia infantil del paciente. La Transferencia es un desplazamiento de un deseo Icc sobre una representación Prcc, en este caso el analista. El psicótico no establece Transferencia pero hay una relación con el analista, directa, inmediata sería una relación de tipo narcisista. Hay una relación directa entre el sujeto psicótico y sus objetos pero estos no son tratados como tales, forman parte con el mismo sujeto de otro infragmentable que no permite ninguna diferenciación. El riesgo es que el psicótico incluya en su delirio al terapeuta y este último se convierta en el perseguidor o en el amante. El analista no puede estar en el lugar de SSS, ni en el lugar de objeto.El psicótico es objeto de un goce sin límites de otro sin barrar. Se trata entonces de implementar estrategias para ponerle un muro al goce, una distancia que separe al psicótico del goce. El sujeto psicótico se dirige a un analista a fin de hacerse reconocer como el portador de una verdad, la verdad constituye su certeza y es él quien pretende hacerla saber al Otro.Un lugar posible para el analista es el de “testigo” (Colette Soler) el psicótico viene a dar su testimonio y un testigo es alguien a quien se supone no sabe, no goza y fundamentalmente alguien que presenta un vacío en el cual el sujeto puede alojar su testimonio.Otro lugar es el señalado por Lacan como “secretario del alienado”. Esto implica acompañar, escuchar y organizar.Podemos convertirnos en testigos del delirio, sin cuestionar ni otorgar sentido alguno, es decir, sin interpretarlo, ya que el delirio mismo es una interpretación, lo que conviene al analista es mostrar la ignorancia que lo habita y ofrecer su credulidad. O sea, se invierte la suposición de saber, va a ser el analista quien debe suponer un saber secreto en los términos del delirio. Sin esta suposición, no habría posibilidad de reconocimiento para el sujeto.

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NASIO FORCLUSION LOCAL

Durante muchos años se ha explicado la génesis de la psicosiscon este mecanismo de la forclusión. Yo considero que en estohay dos errores. Primero, nosotros –los psicoanalistas–, conocemosmuy poco de la psicosis; los neurocientíficos o losneuroquímicos, y los psicólogos también. No puedo aceptar quepretendamos, como se pretende a veces, dar cuenta de la psicosissólo por el mecanismo de la forclusión. Sin negar su importancia,probablemente es muy importante en cuanto al desencadenamientode la psicosis, es parcial como respuesta, es muy modesto y nonos contenta como explicación. A partir de Lacan este mecanismofue tan generalizado para dar cuenta de la psicosis, que nosolvidamos que el paciente psicótico está, a veces enfermo ydelirando y, en otros momentos, muy bien, se puede trabajar conél dialogando como con una persona neurótica normal. ¿Cómoexplica la forclusión el momento en que este paciente no estáalucinado? Hubo colegas que reconocieron esta problemáticaclínica y dijeron: “lo que pasa es que la forclusión es reversible,a veces hay forclusión pero la misma forclusión vuelve atrás”. Amí esto no me convence. Me puse a estudiar el problema y lleguéa una tesis, que es la de la forclusión local, para dar cuenta de lasmanifestaciones clínicas del paciente psicótico, que a veces estásano y aparentemente normal y en otros momentos está alucinadoo delirante.¿Qué es esto de forclusión local?, el calificativo de local vienede una concepción de la realidad psíquica. Decía recién que larealidad psíquica está compuesta de representaciones y de afectoso de significantes y de goce. Ahora agrego un elemento queme parece muy importante: la vida psíquica hay que imaginarlacomo una serie de capas, de estratos, de napas, como mil hojas derealidades psíquicas diferentes. ¿Qué quiero decir con esto?Quiero decir que la realidad psíquica en la relación con mi hijo nova a ser la misma realidad psíquica en la relación con mi madre,y no va a ser la misma realidad psíquica que en la relación con mianalista, y no va a ser la misma realidad psíquica con el padremuerto, y no va a ser la misma realidad psíquica si yo cometo unpasaje al acto, y no es la misma si yo alucino. En fin, nuestra vidapsíquica está compuesta de diferentes realidades psíquicas coexistentes,en la que una puede dominar en un cierto momento ydejar que otra domine en otro.Susana Bidolsky: ¿Estos distintos niveles tienen para usted elstatus de distintas estructuraciones?Nasio: Exacto. Es decir que hay realidades psíquicas en las quela operación dominante es la represión y otras donde la operacióndominante es la forclusión. Estas realidades psíquicas yo las llamorealidades psíquicas locales puesto que son locales, soncircunstanciales a un cierto tipo de relación.Es una tesis para discutir. Ha hecho pensar a mucha gentedesde que la formulé en un libro llamado Los ojos de Laura(1987). Han pasado casi diez años y esta contribución ha sidodiscutida en muchos artículos, algunos colegas la han adoptado.La posición es que hay una forclusión que está inserta y es laoperación dominante en una realidad local, que es coexistente arealidades diferentes, donde la operación puede ser la represión,

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de allí el concepto de forclusión local.Este es un aspecto de esa tesis, hay otros más. No sé si vamosa poder desarrollarlos, por ejemplo el concepto del significante delnombre del padre. Lacan tenía la idea de que la forclusión noconcierne a cualquier significante, sino al significante del nombredel padre. Esto me planteó un problema. El significante delnombre del padre es un significante particular, siempre el mismo.Pero el significante del nombre del padre es un lugar, es un puesto,es un cargo, es una función; en ese cargo, en esa función, en esepuesto puede venir cualquier significante. Acá hay una señoraque nos sirve la mesa, ella juega el rol de doméstica, de mozo...pero puede haber otras personas que jueguen ese rol. Lo mismopasa con el significante del nombre del padre, pero en Lacan noestá así explicitado. Entonces lo explicité a mi manera, diciendoque el significante del nombre del padre es un lugar en el quepueden instalarse diferentes significantes, es decir, diferentesaspectos de la realidad que juegan ese rol. Un significante del319ENTREVISTAnombre del padre puede ser –por ejemplo– la voz de una azafataen el avión, que me dice: “póngase el cinturón de seguridad”,puede ser la presencia de mi esposa, puede ser una casa, o elpuesto que me dan como supervisor en el correo... Muchas cosaspueden ser función del nombre del padre. Tendríamos que ver –no lo vamos a hacer en esta entrevista– cómo definimos la funcióndel nombre del padre. Lo que quiero decir con esto es que laforclusión local no es solamente la expulsión de un significanteparticular, sino de todo aquel significante que esté ocupando ellugar del nombre del padre, a tal punto que en realidad tendríamosque decir “los nombres” del padre. Es el nombre del padre entanto que función o los nombres del padre desde el punto de vistade todos aquellos que vienen a ocupar este lugar. Yo digo: “todoslos señores que han ocupado el rol de mozo”, o yo digo: “el mozo”.Son precisiones que aclaran mucho y permiten avanzar en lateoría psicoanalítica. Bueno, este es el segundo aporte: el tema dela forclusión local, de las realidades locales y de la importanciapara trabajar clínicamente con pacientes psicóticos, reconociendola diversidad de manifestaciones que tienen.El punto siguiente tiene que ver con lo que llamo formacionesdel objeto a. Es una tentativa de contribución que parte delconcepto de objeto a, de Lacan. Es una tentativa de contribuciónpara responder a ese vacío que existe en lo teórico, dondeestábamos hablando siempre de formaciones del inconciente.Jung fue el primero que utilizó esta expresión en 1913, pocos losaben. Para completar la pareja de formaciones que se manifiestanen el ser, están no sólo las del inconciente, sino tambiénformaciones del goce. La vida psíquica está compuesta de dosgrandes pilares: el inconciente, en tanto que estructura significante,y el goce, en tanto que –llamémoslo así– energía, afecto,tensión interna. Me pareció importante que no sólo haya manifestacionesdel inconciente, que son formaciones significantes. ¿Quéquiere decir formaciones significantes? Son formaciones en lascuales uno puede ligar aquello que aparece, con otra cosa. ¿Quées un significante? Un significante es todo objeto, cosa, personao valor que yo formalizo en una cadena. Un significante es elnombre que doy a un objeto si lo incluyo, lo inscribo en una cadena.

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Si yo digo “este florero me hace acordar al florero de mi mamá,y voy a tener un florero así porque me gusta, mañana me locompraré”, estoy haciendo una cadena: antes, hoy y mañana, esto320JUAN D. NASIOes significante. Si yo digo “en este florero, ¿cuáles son los átomosque lo componen?, ¿de qué está hecho?”, no es significante, esgoce. Puede ser una cadena histórica o no. Puedo decir “esteflorero se parece a otro florero, salvo que la forma es diferente ylo voy a dibujar” (soy un dibujante de floreros), entonces empiezoa hacerlo. Esto es un significante, porque estoy tratando deencontrar figuras nuevas.La palabra significante designa una formalización. Lacanformaliza a Freud, es un formalizador del psicoanálisis.La palabra significante es una manera de formalizar los acontecimientospara inscribirlos en una cadena. Un significantenunca está solo, siempre está ligado a otro significante. Para queesto sea un significante como expresión del inconciente, necesitono sólo ligarlo, vincularlo a otro significante, sino además, tengoque caracterizar el acontecimiento que llamaré significante comoun acontecimiento que ha sido la expresión de algo en el sujeto.Ha sido un acontecimiento –llamémoslo así– que viene a superarel saber y el querer del sujeto.En una palabra, un significante es toda expresión humana quemanifiesta un más allá del saber o del querer de un sujeto,vinculada con otras manifestaciones anteriores, posteriores o enuna relación vertical. En una relación horizontal, histórica o enuna relación vertical, presente.A todas estas manifestaciones las llamamos manifestacionessignificantes. Por ejemplo, si mañana cometo un acto, me casocon una mujer; es el tercer casamiento y esta manifestación repitealgo, las tres mujeres tienen el mismo nombre. Esta repetición essignificante puesto que marco, digo: “una, dos, tres”; no digo queson idénticas, sino que son parecidas, pero están ligadas en unacadena.Hay un elemento de cadena, pero para que sea inconciente ysignificante tiene que expresar algo que va más allá de mi querery de mi saber, sino no es inconciente. Puede ser que lo llamemossignificante y podrá ser estudiado por un lingüista. Para que seapsicoanalista quien lo estudie tengo que instalar el sujeto. Elpsicoanalista siempre tiene que partir de la inocencia, tiene quepartir de lo humano en su inocencia, si no, no hay inconciente. Elinconciente es una expresión de un saber que se impone a lainocencia. Si no, no hay inconciente, y si no hablamos de lohumano, no somos analistas. Me llamó la atención un material321ENTREVISTAclínico que me presentaron ayer. Un material muy elaborado, muytrabajado por una colega. Pero no me preguntó nada. Cuandoalguien presenta así, los que escuchan no se identifican, porque laidentificación entre el que presenta y los que escuchan se favorecesi quien presenta nos refleja en nuestra inocencia. La colegano tenía inocencia, presentó un trabajo muy elaborado y nadie seidentificó.Retomo el tema del significante. Esos actos vistos en suencadenamiento son significantes. El significante forma parte de

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una estructura, por eso no hay significante solo, siempre elsignificante –como dice Lacan–, es significante para otro significante.Además, completando la fórmula lacaniana, representa alsujeto. ¿Por qué representa al sujeto? Porque ese significante,este acto dice de mí lo que yo soy realmente, más profundamente.Si nos equivocamos decimos: “pero cómo no aprendo, siemprevuelvo a hacer lo mismo”. Quiere decir: primero, que algo nocontrolable se impone en mí y segundo, que esa equivocación quecometo habla mucho de mí, me representa. De allí la fórmula deLacan: un significante representa al sujeto para otro significante.Esta fórmula que a veces es muy complicada o aparentemente nose entiende tiene un valor que yo quiero resaltar, un valordramático, porque a mí me interesan los conceptos que haganvivir, y no que estemos en algo intelectual que pase por encima denuestras vidas personales.Las formaciones del inconciente, de acuerdo a Lacan, sonformaciones significantes, y yo me encontraba en la clínica conotro tipo de formaciones, o manifestaciones. Conductas que,como un suicidio, no se vinculan con nada. Puedo vincularlo,puedo decir “sí, este sujeto intentó suicidarse antes, pero ahorarealmente logró realizar su acto último o su último acto”. Pero hayalgo en los casos del pasaje al acto, de acciones muy intensas, hayalgo en las manifestaciones del cuerpo psicosomáticas, que esinvinculable, no relacionable. Algo que no se inscribe en ningunacadena, que es heterogéneo, radicalmente heterogéneo, que escasi el no sentido absoluto y todo nuestro intento de vincularlo oaquel que el propio sujeto realice, es de una resistencia absoluta.Llamé a estas manifestaciones radicalmente heterogéneas, nosignificantes, formaciones del goce, porque consideré que eranmanifestaciones puras, brutas, del goce sin ninguna docilidad adejarse enmarcar en una red significante. Las llamé formaciones322JUAN D. NASIOdel goce, formaciones del objeto a. El objeto a es el nombre queLacan da a una de las variantes del goce. No puedo entrar ahoraen toda la teoría del goce pero quería simplemente mostrarles cuálera mi aporte que responde a la clínica. Son manifestaciones que,como las llamo en un libro, están “en los límites de la transferencia”.

IntroducciónDescripción de los síntomas (los cuales nos llevan a pensar en un cuadro de psicosis)

PSIQUIATRIA:

-Delirio persecutorio-Erotomanía-Ambivalencia-Certeza-Insomnio-Posible neologismos-Perdida de la realidad (Freud Psicosis y Neurosis)

Esto se puede relacionar con: Delirio de Interpretación – Reivindicación (Capgras)

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Esquizofrenia (Breuer) Erotomanía ( FREUD PSICOSIS MECANISMO DE LA PROYECCION)Relacionarse con Schreber (neologismo- certeza- delirio persecutorio)No hay ALUCIONACION Medicación utilizada para la esquizofreniaEsquizofrenia: desde los 17 años tiene brotes psicóticos

PSICOANALISIS LACANIANO:

Pelea con la mujer: Pérdida de la dignidadDignidad solo en personas de las fuerzas armadas y médicosLa ex lo persigue

Se relaciona con:

- diacronía de la psicosis (ver conyuntura drámatica- compensaciones) -Forclusión NP: Encuentro con el agujero: fenómenos elementales.-Pérdida de la virilidad-Delirio persecutorio: el otro toma la iniciativa-Delirio persecutorio: No hay metáfora delirante -Relación con Schreber

Nasio Forclusión Local (brevemente)

Transferencia y lugar del analista:

Diferencia de la Psicosis y Neurosis de la transferenciaEl analista como Sujeto de Saber para el analizado Posición de la DoctoraPosición del analista -> lo que justamente dice que NO debe pasar Silvia y Piera.Intervención de analista: testigo, escucha. No ser parte del delirio.Analista: no responde a la demanda de dar consejos.

Desde Lacan pensamos que la pelea con su ex mujer donde hay violencia física y donde L

queda tirado en el piso mientras que su hijo se ríe de él, podría ser la coyuntura dramática a

partir de la cual se desencadena la psicosis o bien un brote psicótico. En ésta evidentemente L

sintió humillación y que perdió su dignidad, por lo cual decide separarse.

Pensamos entonces que a partir de ésta pelea L pierde su posición viril, es decir, el sentimiento

de lo que hay que hacer para ser un hombre. Quizá hasta este momento de la pelea, la

estructura se mantuvo estable mediante compensaciones que no pudimos develar en el caso,

pero a partir de la pelea con su ex por la que pierde su hombría, su dignidad. Esta perdida de

un lugar en su hogar es lo que justamente lo motiva a consultar.

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Luego podemos ver que aparecen los síntomas de la psicosis Propiamente dicha: su ex quiere

destruir todo lo suyo, lo va a hacer internar, lo hará pasar vergüenza, le llevará los papeles de

su internación a un juez. Vemos entonces que el Otro toma la iniciativa: su ex lo persigue.

Como en Schreber Flechsig lo perseguía.

Pudimos visualizar algunos intentos de recuperar un lugar viril: Para L la única manera de ser

un hombre es ser un militar o un médico, pero no puede acceder a ninguna. A las fuerzas

armadas no puede acceder por sus antecedentes psiquiátricos y a la de médico tampoco

porque no tiene esa profesión, pero si vemos que intenta develarlo mediante el analista: le

pide consejos, su interpretación, le pide protección. L le dice “quiero saber qué se siente ser un

hombre aparte de cómo médico”

En resumen: Podríamos pensar que L al parecer se mantuvo estable (con algunos brotes: a los

17 años por ideas delirantes, a los 20 por lo mismo y a los 27 por Insomnio) hasta la pelea con

su ex mujer. Todo se trata de la perdida de una posición masculina, viril, de hombría. No sabe

cómo responder a lo qué es ser un hombre en ese momento, y se desencadena entonces un

brote psicótico o la Psicosis?. La psicosis propiamente dicha es cuando la ex lo persigue. Esto no

llega a ser una metáfora delirante como en Schreber: cuando se reconcilia con la idea de ser

transformado en mujer para salvar al mundo (grandeza).

Hay fenómenos que nos permiten pensar que la estructura es una Psicosis: el delirio

persecutorio como fenómeno elemental. El insomnio. Las ideas delirantes. Posibles

Neologismos. Y la Certeza. La metáfora delirante no es un fenómeno elemental.

La estructura Psicotica para Lacan se caracteriza por la falta de un SGTE NP en lo Simbólico que

retorna desde lo Real como delirios, alucinaciones, es decir, como un sgte suelto sin sentido,

desencadenado. Cuando el sujeto se encuentra con este agujero en lo simbolico (coyuntura

dramática: prepsicosis) queda perplejo y entonces se desencadena la Psicosis que hasta ese

momento se encontraba estabilizada, una forma de estabilización es mediante una

identificación imaginaria con un tipo viril. En este caso L intenta identificarse con un hombre

militar o con un hombre que es médico, pero sin éxito, por ende no hay estabilización y se

desencadena la piscosis con la presencia del delirio persecutorio.