Quiste Luteo Hemorragico - Castillo, Cayun & Kotthoff

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Caso Clínico: Quiste Lúteo Hemorrágico Integrantes: Miguel Castillo Carvajal Paula Cayún Fernández Heidy Kotthoff Brito Asignatura: ENFM 135 “CLINICA DE ATENCION INTEGRAL DE LA MUJER Y NEONATO II” Docente Tutora: Matrona Juana Romero Zambrano Valdivia, 31 de Mayo de 2014

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Caso Clínico: Quiste Lúteo Hemorrágico

Integrantes:

Miguel Castillo Carvajal Paula Cayún Fernández

Heidy Kotthoff Brito

Asignatura:

ENFM 135 – “CLINICA DE ATENCION INTEGRAL DE LA MUJER Y NEONATO II”

Docente Tutora: Matrona Juana Romero Zambrano

Valdivia, 31 de Mayo de 2014

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INDICE

INTRODUCCIÓN 3 CASO CLINICO 4 OBJETIVOS 5

Objetivo General Objetivos Específicos

MARCO TEORICO Epidemiología 6 - 9 Criterios Diagnósticos 9 - 12 Alternativas de Tratamiento 12 - 15

PLAN DE MATRONERIA 16 CONCLUSION 17 BIBLIOGRAFIA 18 - 19

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INTRODUCCION

A lo largo de su ciclo vital, la mujer puede padecer una serie de patologías ginecológicas que pueden afectar no tan solo la integridad del su aparto reproductor, sino que también la calidad de vida. Dentro de estas patologías podemos encontrar la formación de quistes ováricos, que son lesiones no neoplásicas derivadas del folículo ovárico. Dentro de este tipo de lesiones nos encontramos con los quistes del cuerpo lúteo los cuales son células del estrato granuloso luteinizados. Estos quistes no son considerados como tal, a menos que su tamaño alcance los 3 cm de diámetro, por lo que lo hace tener una tasa de incidencia menor que los foliculares.

El quiste se vuelve hemorrágico resultado del sangrado intraquístico que se produce como una parte normal del período de vascularización, 2 a 4 días después de la ovulación. El sangrado rápido y excesivo puede provocar la ruptura y el hemoperitoneo. El sangrado gradual y profuso provoca el agrandamiento del quiste y si persiste, la sangre es reemplazada por un líquido claro. Es común que estos quistes no tengan actividad hormonal y posean un diámetro promedio de 4 cm. La cobertura anaranjada amarillenta está compuesta por células de la granulosa y la teca luteinizadas. Cuando se produce la hemorragia predomina en el lado derecho, posiblemente porque la presión intraluminal es más elevada sobre el lado derecho, por las diferencias en la arquitectura de las venas ováricas. Lo característico de la ruptura es que se produce durante los días 20 a 26 del ciclo menstrual. Muchas pacientes presentan dolor agudo de menos de 24 horas de duración, aunque en 23 % de ellas el dolor puede tener una duración de 1 a 7 días. Cerca de 17 % de las pacientes relatan el comienzo del dolor durante el coito. El Quiste lúteo hemorrágico tiene una incidencia de un 4,3% en el Hospital Regional Base de Valdivia, incidencia entre el año 2009 y 30 abril 2014 de un número de 372 hospitalizaciones.

La sintomatología del cuadro es similar a la de otras patologías, por lo que es de suma importancia conocer los métodos diagnósticos que nos permitan llegar a un diagnóstico certero, para así brindarle a nuestra usuaria la mejor atención posible, atingente a su patología, favoreciendo una rápida recuperación de esta.

El propósito del presente trabajo es explicar, por medio de un caso clínico surgido

en la Unidad de Ginecología del Hospital Base Valdivia, la conceptualización del Quiste Lúteo Hemorrágico, por medio de una revisión actualizada y la formación de un Plan de Matronería acorde a las necesidades surgidas en la usuaria. Esperamos que este trabajo les sea de su agrado y los invitamos cordialmente a leerlo

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CASO CLÍNICO La usuaria A.S.F. de 38 años llega a la urgencia de adulto el 27-04-2014 a las 23:50 hrs. Traída por SAMU por dolor abdominal con EVA 10/10, sin sangrado, PA: 129/88, P:79, T°: 36°C. AMP: Daño hepático. Diagnóstico: Dismenorrea. Indicación de ingreso a la unidad de Ginecología. El 28/04/2014 - 00:15 hrs: Reingresa a la unidad de Ginecología con los diagnósticos de Dolor abdominal (en hipocondrio), folículo roto? Y embarazo Ectópico? Se le realiza una ecografía en donde se evidencia líquido en el fondo de saco, no impresiona masa anexial y se le indica hospitalizar en ginecología. Se indica instalación de via venosa y toma de exámenes: Hemograma, PCR, Grupo y RH 01:00: Se le administra Ketorolaco por EVA 10/10. Posteriormente se realiza otra Ecografía en donde se evidencia útero normal, endometrio de 10mm de grosor y presencia de quiste de 39mm en cuerpo lúteo, por lo tanto queda con los diagnósticos de:

M2

Quiste Lúteo Hemorrágico

Colelitiasis Intervención: 29 de Abril del 2014 duración 30 min. Diagnostico preoperatorio: Obs. Quiste lúteo hemorrágico Diagnóstico post operatorio: Quiste lúteo hemorrágico operado. Detalle intervención: Al explorar la cavidad, se observa hemoperitoneo de aprox. 100cc en Douglas. Útero y anexo izquierdo normal. Ovario derecho con quiste lúteo de 4 cm, con solución de continuidad de serosa de aprox. 8 mm, sin sangrado activo. Foco pequeño de endometriosis en fondo de saco de Douglas. Adherencias a peritoneo prevesical en cicatriz de cesárea. Aspiración de hemoperitoneo y lavado peritoneal. Indicaciones:

Reposo completo por 4 horas luego relativo

Régimen cero por 4 horas luego liviano

Suero Ringer Lactato 1500cc día

Ketorolaco 30 mg c/8 horas

Control de signos vitales

Traslado a Ginecología, recuperada de anestesia A partir de los antecedentes entregados por medios de los informes se planteó los siguientes objetivos para el presente informe:

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OBJETIVOS Pregunta: ¿Cuál es el manejo clínico y de matronería en pacientes con diagnóstico de quiste lúteo hemorrágico? Objetivo General:

Analizar el plan asistencial o los cuidados de matronería actual en usuarias con quiste lúteo hemorrágico para así disminuir las complicaciones asociadas a la patología.

Objetivos específicos:

Identificar la prevalencia del quiste lúteo hemorrágico a nivel local nacional e internacional.

Conocer los distintos criterios de evaluación clínica y laboratorio que contribuyan al diagnóstico diferencial del quiste lúteo hemorrágico.

Conocer las distintas alternativas de tratamiento a nivel nacional, local e internacional.

Elaborar un plan asistencial basado en la evidencia bibliográfica y clínica más efectivo para contribuir a la disminución de riesgos asociados a la patología.

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MARCO TEÓRICO

EPIDEMIOLOGIA

El diagnóstico de una tumoración anexial de características funcionales, benignas o malignas, constituye uno de los hallazgos que con mayor frecuencia surgen en la práctica clínica diaria. Algunos datos epidemiológicos nos muestran la importancia del problema ya que constituyen la cuarta causa de ingreso hospitalario, las masas anexiales aparecen sobre todo en edad reproductiva (20-45 años); y las con mayor frecuencia en esta época son las de origen funcional.

A pesar de ser un hallazgo común, no existen estadísticas precisas disponibles sobre su incidencia, que varía en función de la población estudiada y de los criterios empleados. En Estados Unidos cerca del 10% de las mujeres en algún momento de su vida se someterán a evaluación quirúrgica por una masa anexial, lo que supone una estimación de 60.000 intervenciones quirúrgicas por año. (Aguilar M., González A., Valverde M., 2012).

Los quistes del cuerpo lúteo se encuentran dentro de las masas anexiales benignas de la premenopausia, éstos tienen menor incidencia que los quistes foliculares y ocurren con mayor frecuencia en edad reproductiva. Los quistes hemorrágicos, se pueden dar en quistes foliculares y quistes del cuerpo lúteo, con mayor frecuencia en estos últimos y tienden a ser de mayor tamaño y más sintomáticos, el dolor parece ser el síntoma principal y generalmente son unilaterales y son más propensos a las hemorragias y las rupturas.

No existen datos estadísticos ni epidemiológicos a nivel internacional y nacional sobre el Quiste Lúteo Hemorrágico, por lo que fue muy difícil de precisar la prevalencia de la patología, pero sí se encontraron estudios, informes e investigaciones hospitalarias sobre dicha patología.

En el servicio de anatomía patológica del Hospital Dos de Mayo en Lima, se preseleccionaron 116 informes histopatológicos de cirugías por masas anexiales realizadas en el servicio de Ginecología en el periodo comprendido entre Junio 2006 y Mayo 2011, 106 casos ingresan a estudio y de estos, 90 casos que corresponde al 84,9% fueron tumores ováricos y 16casos que corresponden al 15,09%, masas anexiales. (Vera D., 2012). Dentro de los 90 casos de quistes ováricos, solo uno correspondió a un quiste del cuerpo lúteo hemorrágico que corresponde al 1,11% de los casos. Ver tabla N° 1.

Tabla N° 1: Relación de diagnósticos anatomopatológicos de tumores ováricos desde junio 2006- mayo 20011 en el servicio de ginecología del hospital nacional dos de mayo Lima Perú. (Vera D., 2012).

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Entre mayo del 2011 y enero de 2012 se evaluaron prospectivamente 120 mujeres

derivadas de la guardia del Sanatorio Sagrado Corazón, Argentina. Se realizó examen ecográfico convencional del abdomen y pelvis y evaluación dirigida. En las pacientes con sospecha de patología ginecológica se completó su estudio con ecografía transvaginal. Los resultados ecográficos fueron comparados con la anatomía patológica en las pacientes operadas y con el seguimiento clínico a 3 meses en aquellas pacientes que no fueron intervenidas. (Picco G., Marucco J., Serini V,. 2014) 2 casos que no fueron intervenidos resultaron compatibles con cuerpo lúteo hemorrágico no quirúrgico. 73 pacientes presentaron hallazgos ecográficos patológicos, 64 pacientes fueron intervenidas quirúrgicamente, 50 con diagnóstico de apendicitis Y 14 con otros diagnósticos diferenciales Y 9 casos que no fueron intervenidos. Ver Tabla N°2

TABLA N°2: Número de casos de patologías ginecológicas entre mayo del 20011 y enero de 2012, sociedad de Obstetricia y Ginecología de B. Aires. (Elaboración Propia).

Se efectuó un estudio descriptivo retrospectivo en pacientes femeninos atendidos

en el área de emergencia del hospital gineco-obstétrico Enrique C. Sotomayor, a quienes se les realizó laparoscopía o laparotomía por abdomen agudo quirúrgico en pacientes gineco-obstétricas, en el periodo comprendido, desde 01 enero del 2011 a 31 diciembre del 2011. (Wagner G., 2012).

Se recolectaron datos de 133 registros médicos que representan el 0,9% de los procedimientos quirúrgicos del 2011; 44% fueron de laparoscopía y 56% fueron de laparotomía, con cuadro de abdomen agudo quirúrgico, de un subtotal de 31.615 pacientes hospitalizadas; de un gran total de 203.671 pacientes que fueron atendidas por el hospital en el año 2011. Ver Tabla N°3.

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TABLA N°3: Hallazgos encontrados en laparotomía, desde 01 enero del 2011 a 31 diciembre del 2011. (Wagner G., 2012).

Estudio retrospectivo de las biopsias por congelación realizadas en el centro de

tumores de ovario operados en el Servicio de Ginecología del Hospital Clínico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en el período comprendido entre enero de 1988 y octubre de 1998. (Scielo, 1999). Durante los 10 años de estudio fueron realizadas un total de 842 biopsias por congelación, en pacientes sometidas a laparotomía exploradora por tumor de ovario. Ver Tabla N°4. TABLA N°4: Distribución histológica de los tumores de ováricos benignos.

TABLA N°4: Distribución histológica de los tumores de ováricos benignos. (Scielo, 1999).

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Se revisó el registro de patología ginecológica quirúrgica diagnosticada y/o tratada

en el Hospital Clínico de la Pontifica Universidad Católica de Chile, entre enero de 1991 y septiembre de 2002. Los casos se seleccionaron de la base de registro de biopsias del Departamento de anatomía patológica. (Scielo, 2004).

De un total de 5.903 biopsias por patología uterina y/o anexial, 2.446 presentaron patología ovárica y poco menos de 800 presentaron patología anexial. Ver Tabla N° 5.

TABLA N°5: Hallazgos histopatológicos en lesiones ováricas benignas. (Scielo, 2004)

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A nivel local, en el Hospital Regional Base de Valdivia entre el año 2009 y 30 abril 2014 de 372 hospitalizaciones, el 4.3 % corresponde a quiste lúteo hemorrágico. Ver Tabla N° 6

TABLA N° 6: Egresos Hospitalarios N83: Año 2009 a Abril 2014. Obtenido de Servicio de Estadística Hospital Base Valdivia.

CRITERIOS DIAGNOSTICOS

Es de suma importancia realizar un diagnóstico diferencial, el cual debe incluir todas las causas de dolor abdominal agudo, tanto ginecológicas y no ginecológicas, tales como: (Bottomley et al., 2009).

Embarazo ectópico

Torsión ovárica

La enfermedad inflamatoria pélvica

El síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO)

Apendicitis o absceso de apéndice

La diverticulitis

Nefrolitiasis

La perforación intestinal

PID

Absceso tubo-ovárico

Obstrucción intestinal o patología del tracto urinario

Un absceso apendicular se presenta típicamente 24-72 h después de la aparición de los síntomas y una masa se puede sentir en la fosa ilíaca derecha

Criterios de evaluación clínica

Se debe señalar que las características clínicas de los accidentes de quistes ováricos son inespecíficos, pero de igual forma hay que poner énfasis en:

Control de signos vitales: Que nos permitan orientar, ya sea hacia el descarte de un proceso infeccioso o compromiso hemodinámico de la paciente.

Historia clínica y anamnesis: el primer factor a tener en cuenta es la edad y el estado menopaúsico o no de la paciente. Estos datos se obtienen de una anamnesis cuidadosa. Es importante indagar sobre los antecedentes de quistes ováricos.

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Exploración física general y ginecológica: Palpación abdominal: Revela la presencia de una masa ovárica si

esta sobrepasara la pelvis y la presencia o no de ascitis. Permite identificar la zona comprometida con el dolor y si esta posee o no un Blumberg (+).

Tacto bimanual: va a aportarnos información más precisa sobre el tamaño, la consistencia, la uniformidad, el grado de movilidad, la regularidad y el carácter uni o bilateral de la lesión (solo un 5% son bilaterales) así como la ocupación del Douglas. Atendiendo a lo anterior se aceptan como signos de benignidad:

- Móvil desplazable, regular, o uniforme, unilateral, - Fondo de saco de Douglas libre sin irregularidades; - No hay fijación a estructuras vecinas; - No hay hepatomegalia nodular, ni ascitis, ni masa - Epiploica indurada.

(Cajal et al, 2009).

Fuente: C. Bottomley, T. Bourne / Best Practice & Research Clinical Obstetrics and Gynaecology 23 (2009)

TABLA Nº 7: Las características clínicas asociadas a los accidentes del quiste (Estas características son típicas pero no universal ya que hay una amplia variación en la presentación clínica de las mujeres con los accidentes de quistes ováricos)

Exámenes de Laboratorio: serán útiles un hemograma, para ver si existe presencia de un hemoperitoneo, bioquímica general y coagulación, especialmente si la TBO se complicara con un abdomen agudo, también es importante descartar la presencia de un embarazo mediante la toma del examen BHCG y así descartar la presencia de un embarazo ectópico. Un examen de PCR permitiría identificar si estamos ante un proceso infeccioso y exámenes de Orina que favorezcan llegar a un diagnóstico más certero.

Gonadotropina corionica humana (HCG): se eleva en las neoplasias trofoblastricas gestacionales, coriocarcinomas de ovario y en los tumores de células germinales de cualquier localización, o para descartar la existencia

Hemorragia/Ruptura Torsión

Temperatura Normal o ligeramente elevada

Elevada en un 10%, mayor probabilidad si la torsión ocurrió algunas horas antes

Pulso Elevado Significativamente elevado Presión elevada La presión arterial normal

Disminuido si hay compromiso sistémico como isquemia y necrosis

Examinación Abdominal Examen Focal abdominal o sensibilidad generalizada. Sensibilidad de rebote.

Distensión y peritonismo generalizado. Posible pérdida de ruidos intestinales

Examinación Vaginal Excitación cervical y dolor anexial. Posible palpación quiste.

Excitación cervical y dolor anexial. Posible masa anexial palpable

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de un embarazo ectópico. Su cuantificación está indicada en pacientes jóvenes o en edad reproductiva. (Cajal et al., 2009).

Imagenología: El ultrasonido es la investigación de primera línea y es diagnóstico en el caso de hemorragia. Resultados de la ecografía típicos se han descrito para torsión ovárica, incluyendo un ovario edematoso ampliado con desplazamiento periférico de los folículos. Hallazgos de flujo sanguíneo Doppler son variables y no de diagnóstico. Si el tamaño de la lesión es de menos de 25 mm de diámetro pasa a ser un folículo, y si es mayor a 25 mm en promedio de diámetro se le llama quiste. El rango de tamaño normal para un cuerpo lúteo es de aproximadamente 20 a 30 mm. (Bottomley et al., 2009).

La ruptura del quiste recurrente o hemorragia se puede prevenir mediante la supresión de la ovulación, por lo general con el anticonceptivo oral combinado. La fijación del ovario por una variedad de técnicas debe ser considerada para prevenir la torsión recurrente.

Quiste ovárico "accidente" es el término utilizado para referirse a cualquiera de las tres complicaciones clásicas del quiste de ovario que presentan al departamento de ginecología de emergencia. Éstas son las hemorragias, la rotura y torsión del quiste ovárico. Históricamente la cirugía se ha empleado ya sea por laparotomía, o más recientemente laparoscopia, para facilitar el diagnóstico y el tratamiento quirúrgico del quiste. Con el advenimiento de alta resolución ecografía transvaginal (ETV), y los avances en otras modalidades de imagen, un diagnóstico preciso puede a menudo hacerse sin intervención quirúrgica y las estrategias de tratamiento conservador se pueden emplear en muchas situaciones clínicas.

Una buena historia es a menudo muy importante en el establecimiento de un diagnóstico en las mujeres que se presentan con la pelvis dolor. TVS es una herramienta precisa y fiable para la detección y la caracterización de los tumores de ovario , en la mayoría casos que permiten el diagnóstico no sólo de la presencia de un quiste de ovario, pero generalmente del tipo y la naturaleza de la lesión , de tal manera que la posterior gestión apropiada puede ser dirigido . Una discusión detallada de esto se puede encontrar en este volumen en otro lugar.

ALTERNATIVAS DE TRATAMIENTO

Cajal, García – Briz y González – Hinojosa (2009) indica que la recomendación general hoy en día es el abordaje quirúrgico mediante la Laparotomía en el diagnóstico y manejo de tumores ováricos benignos. Esto lo asocian a un menor tiempo quirúrgico, menores tiempos de hospitalización y una disminución considerable de la morbilidad quirúrgica. Este permite la visualización directa de la lesión (tanto en su superficie como del interior de la misma), del anejo contralateral y del resto del aparato genital interno, fondo de saco de Douglas, epiplón, parte del aparato digestivo y de las paredes abdominales, y además permite obtener muestras para estudio citológico tanto de líquido intraperitoneal como intraquistico, realizar exeresis de la lesión y abordaje quirúrgico que corresponda en función del resultado histológico intraoperatorio en caso de que este se lleve a cabo. También se puede recurrir a la práctica de una punción – aspiración en saco de forma controlada para reducir el tamaño tumoral y extracción de la pieza a través de uno de los orificios del trocar del laparoscopio o por medio de una mini laparotomía o mediante colpotomía posterior. Los resultados anatomopatologico de la TBO (ya sea intraoperatorio o diferido) pudiera no ser el esperado, la extracción y la manipulación de la pieza siempre debería realizarse de

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la forma más cuidadosa posible, con el fin de evitar la rotura y/o diseminación. La manipulación de la lesión por tanto se aconseja que se practique bajo protección en saco o bolsa de tal forma que si la rotura se produjese, esta lo haga en el interior del saco o bolsa extractora, evitando así el vertido del contenido tumoral a la cavidad abdominal y la posibilidad de producir peritonitis química o en el caso de lesión maligna, diseminación de la enfermedad, hecho que supondría un cambio en el manejo y pronóstico de la enfermedad. En este último supuesto, sería aconsejable proceder al lavado peritoneal de forma abundante con solución de ringer lactato junto con la práctica de una cirugía reglada oncológica máximo en los siguientes 17 días intentando evitar en gran parte de los casos, la modificación del estadio y pronóstico. (Cajal R. y cols, 2009) Bottomley & Bourne (2009) mencionan que como manejo de quistes hemorrágicos y ruptura de estos, usualmente se utiliza la observación y la analgesia, aunque ninguna causa predisponente debe abordarse, como la deficiencia de factor VIII, la cual produce hemorragia. Debe existir un seguimiento completo después de 6 semanas para confirmar la resolución completa. También mencionan que el uso de la laparoscopía debe ser indicado tras los siguientes hallazgos:

1. Compromiso hemodinámico 2. Incertidumbre de diagnóstico o la probabilidad de torsión. 3. Ningún alivio de los síntomas en las 48 h de la presentación. 4. Aumento de hemoperitoneo, visualizado ecográficamente o un descenso en la concentración de hemoglobina.

La tabla Nº 8 muestra un estudio retrospectivo realizado durante Enero de 2001 y Diciembre en el Changhua Christian Hospital de Taiwan, en el cual se diagnosticaron a 91 mujeres con Quiste Ovárico Hemorrágico, con Hemoperitoneo, tuvo como resultado que a 74 mujeres (81,3%) se les efectuó un tratamiento del tipo quirúrgico, por medio de la laparoscopía, mientras que las restantes 17 mujeres (18,7%) sólo continuaron con un tratamiento de tipo médico. El tratamiento conservador fue considerado en pacientes con diagnóstico ultrasonográfico claro que se

encontraban hemodinamicamente estables. Para ellas se manejó mediante el examen físico, pruebas de laboratorio de los parámetros hematológicos, ultrasonido, así como con la suplementación con líquidos intravenosos y tratamiento de ácido

traxenámico, mediante una dosis de carga intravenosa de 500 mg y 250 mg mantenimiento dosis por vía intravenosa cada 6 horas. Las usuarias fueron trasfundidas en caso de que fuera necesario. (Ho et al, 2009) Es necesario destacar de este estudio que la utilización de la laparotomía como tratamiento quedo descartada en el periodo retrospectivo estudiado, comparando al otro periodo denostado, entre 1981 y 1984, en el cual de un total de 72 mujeres, 57 de ellas (79,2%) tuvieron como tratamiento la laparotomía y sólo 15 de las usuarias (20,8%) recibieron tratamiento laparoscópico. Esto demuestra los avances realizados en el abordaje de quistes ováricos benignos.

TABLA Nº8: Tratamiento de Cuerpo Luteo Roto con Hemoperitoneo. Obtenido de: Ho et al. (2009) Ruptured Corpus Luteum with hemoperitoneum: Case Characterisitics and Demographic Changes Over Time. Taiwanese

Journal of Obstetrics & Gynecology. 48(2).

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Otro estudio realizado por Kim et al. publicado el presente año, se realizó un estudio retrospectivo de 78 pacientes que ingresaron por la Unidad de Urgencias del Metropolitan Government Seoul National University Boramae Medical Center con diagnóstico de abdomen agudo con Quiste de Ovario Roto y Hemoperitoneo entre Agosto 2008 y Junio de 2013. En este estudio se consideró el manejo clínico del hemoperitoneo como preferente, especialmente en usuarias que no presentaban coagulopatías. El manejo que realiza en este centro asistencial es la hospitalización, con monitorización de signos vitales, hematocrito e imagenología constante para descartar la posibilidad de sangrado activo y el uso de analgésicos para disminución del dolor abdominal. Los criterios para intervención quirúrgica son semejantes al estudio de Bottomley & Bourne (2009). Los resultados obtenidos se observan en la Tabla Nº9: 63 usuarias (80.8%) tuvieron una conducción clínica de su diagnóstico, mientras que sólo 19 (19,2%) requirieron de laparotomía, en donde fue confirmado una hemorragia de cuerpo lúteo en todos los casos. Es necesario destacar que dentro de los hallazgos encontrados en los pacientes, es que presentaron una presión diastólica baja desde el inicio, en conjunto a un hemoperitoneo de gran cantidad, siendo este el factor para la intervención quirúrgica. Esto es considerado una cifra estadísticamente significativa al tener un Odds Ratio de 0,921 con un intervalo de confianza del 95%, el cual se demuestra en la Tabla Nº 10.

TABLA Nº9: Parámetros clínicos y de imagenología encontrados en los pacientes al ingreso. Obtenido de: Kim et al. (2014) “Successful Conservative Management of Ruptured Ovarian Cysts

with Hemoperitoneum in Healthy Women”. PLoS ONE. 9(3).

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TABLA Nº10: Regresión logística para la predicción de intervención quirúrgica en pacientes atendidos por quiste de ovario roto con hemoperitoneo Obtenido de: Kim et al. (2014) “Successful Conservative Management of Ruptured Ovarian Cysts with Hemoperitoneum in

Healthy Women”. PLoS ONE. 9(3).

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PLAN DE MATRONERÍA

Patrón Funcional Alterado Actividades

Dolor Evaluar el dolor a través de la escala de EVA. Derivar a médico. Supervisar la administración de AINES. Posición antiálgica.

Patrón Hemodinámico r/c rotura de quiste lúteo m/c hemoperitoneo

Control de Signos Vitales. Toma de exámenes sanguíneos (Hemograma. Grupo - Rh, Prueba de Compatibilidad). Permeabilizar vena para Administración de sueros en caso de signos de hipovolemia.

Patrón Sexual/Reproductivo r/c pérdida de integridad del aparato reproductor m/c presencia de quistes

Evaluar sensibilidad abdominal para detectar oportunamente complicaciones (hemoperitoneo). Colaborar en la exploración: gestionar ECO.

Patrón Cognitivo - Perceptual r/c desconocimiento del diagnóstico

Informar sobre su enfermedad y procedimientos a realizar. Orientar sobre regulación de fecundidad según requerimientos

Piel y Mucosa r/c herida operatoria Evaluar herida operatoria. Curación herida operatoria y SOS

Dolor post operatorio Evaluar dolor a través de la escala de EVA Referir a medico en caso de EVA >o = 4 Supervisar o administrar AINES

Actividad y reposo Estimular la deambulación y ayudar en su primer intento postquirúrgico Evaluar sensación de mareo y debilidad durante la deambulación

Alimentación Supervisar adherencia al régimen post- quirúrgico Evaluar tolerancia a los alimentos.

El presente plan de matronería deberá adaptarse a las necesidades de cada usuaria. En el caso la usuaria de este caso clínico no fue considerada su diagnóstico de Colelitiasis, el cual podría conllevar algunos riesgos por su alteración en el funcionamiento hepático. En este caso de debió incluir la toma de perfil hepático y una referencia a gastroenterología para observación de posibles riesgos de intervención. Esto también podría verse mermado ante la urgencia de los procedimientos, basados en lo obtenido mediante la revisión bibliográfica. También podría considerarse un registro continuo de los signos vitales, por sobre todo la presión arterial ante los resultados obtenidos por Kim et al. (2014)

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CONCLUSIÓN

Al finalizar el presente trabajo observamos que nuestros alcances propuestos fueron completados en su totalidad. Se presentaron algunas dificultades relacionadas con el manejo del idioma inglés, considerando que la mayoría de los estudios fueron obtenidos en ese idioma.

En lo que respecta en el estudio mismo, debemos mencionar los pocos casos

existentes de esta patología y la alta complejidad de diagnóstico diferencial que pueda conllevar, pero el uso de la imagenología (Ecografía, Tomografía Computarizada) disminuye las probabilidades de un diagnóstico erróneo que pueda arriesgar la vida de la usuaria. Es necesario también destacar los avances realizados en los últimos años con respecto a la intervención de quiste ovárico, descartando en su casi totalidad el uso de la laparotomía, solo siendo usada en situaciones de adherencias y situaciones que comprometan a la usuaria a nivel generalizada.

Lo otro a destacar es el posible manejo conservador del diagnóstico, manteniendo

una vigilancia de los signos vitales y por medio de la observación imagenológica. Fuera del uso de la ecografía, el rol de la Matrona/Matrón se hace más fuerte al hacer práctica lo obtenido por medio de la revisión bibliográfica, ya que es nuestra misión velar por el estado general de las usuarias, por medio del control y por sobre todo la observación, de tal forma de referir al profesional médico en caso de complicación. Esto también se podría cumplir a cabalidad si las indicaciones son correctas.

Resumiendo todo lo anterior, es necesario fomentar la coordinación y la

horizontalidad del equipo de salud, de tal forma que se pueda atender a las necesidades de la usuaria en todo momento y sin correr riesgos. Esto podría ayudar también a mejores relaciones dentro de la unidad y la búsqueda activa de retroalimentación de las diversas técnicas conocidas por todos los profesionales.

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BIBLIOGRAFÍA

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