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singularUna magia

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l a Patagonia es el destino más cotizado del planeta. Todos sueñan con visitarla al menos una vez en la vida. Recorrerla, sentirla, vivirla es una experiencia única que puede ser imborrable si además, se hospeda en The Singular Patagonia, uno de los mejores hoteles del planeta.

El paisaje austral inspira. Y cómo no. Con postales difíciles de repetir de un momento a otro, casi todos los días son distintos en colori-do, sensaciones, clima. Por eso, internarse en la Patagonia auténtica es algo que se debe ex-perimentar al menos una vez en la vida.

Una magia

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Recorrer la Cueva del Milodón, donde se han encontrado las pinturas rupestres más an-tiguas de América del Sur o visitar islas que casi no figuran en los mapas, donde crecen las dro-seras (miniplantas carnívoras), son aventuras difíciles de olvidar. Incluso internarse por fior-dos vírgenes en kayak, o por rutas de trekking que nadie pisó jamás, hacen de este territorio un destino tan recomendable que The New York Times lo considera dentro de los diez imperdi-bles del mundo.

Para hacerse una idea, los paseos a Torres del Paine representan sólo un 20 por ciento de las excursiones que ofrece The Singular Patago-nia. De hecho, tiene expediciones a haciendas y reservas propias a las cuales no tienen acceso otros turistas.

Recorrer el camino, vivir la historia de es-fuerzo y dedicación que los primeros habitan-tes dejaron como legado, es el sello de este hotel. Si a esto se le suman habitaciones de

Después de intrépidas expediciones, los visitantes pueden relajarse con reponedoras sesiones en el

spa con vista privilegiada a los fiordos.

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45 metros cuadrados con una vista privilegiada al Océano Pacífico y a los fiordos del Seno de Ultima Esperanza, el viaje puede convertirse en esos que se atesoran por siempre.

Inaugurado en noviembre de 2011, el hotel de lujo simple —porque todo está concebido con gusto refinado— invita a ser parte de una historia que comenzó a contarse a principios del siglo XX.

Parte de sus dependencias están emplaza-das en un museo correspondiente al antiguo fri-

gorífico de Puerto Bories, inaugurado en 1915. Y que fue declarado monumento nacional en 1999. Es un edificio absolutamente emblemá-tico para la zona porque fue justamente aquí, donde los pioneros llegados desde Europa a fi-nes del siglo XIX, dieron vida a una floreciente industria basada en la ganadería ovina, que por aquellos años se expandió rápidamente por el territorio patagónico, desde la introducción de las primeras 300 ovejas en 1877 —provenientes de las Islas Falkland— hasta la formación de la

Las características históricas y patrimoniales

del lugar permiten admirar y vivir el pasado

de la región.

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El muelle, construido con maderas nobles, es el mismo que permitía llevar carne y lana hasta los barcos que viajaban a Europa.

más grande empresa austral, la Sociedad Ex-plotadora de Tierra del Fuego (1893).

El frigorífico Bories —de estilo post-victoriano inglés— procesó y refrigeró millones de ovejas que posteriormente se exportaban como carne y lana a los principales mercados europeos. Este comple-jo industrial funcionó intensamente durante casi siete décadas, generando trabajo y contribuyendo al poblamiento y progreso de la Patagonia. Como motor industrial de la zona, el frigorífico y la So-ciedad Explotadora de Tierra del Fuego fueron, en gran medida, los responsables de la fundación de Puerto Natales en el año 1911.

‘La Explotadora’, como era llamada en aquella época la Sociedad adquirió numerosos terrenos en el Seno de Ultima Esperanza, pro-vocando molestia entre los primeros colonos. Este edificio es el principal vestigio del poderío de esa empresa en la zona y de la boyante ac-tividad ganadera de aquella época.

Actualmente, The Singular conserva la ma-quinaria traída especialmente desde Inglate-rra, mucha de ella similar a la que existe en la Torre de Londres y que tenía el Titanic. Frente al hotel también está el antiguo muelle construido con maderas nobles, el mismo que permitía llevar la carne hasta los barcos que viajaban a Europa.

El arquitecto Pedro Kovavcic se ha pre-ocupado de rescatar incluso los antiguos la-

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Historia vivaLa decoración es otro elemento que no se ha dejado al azar en este hotel. El diseñador internacional

Enrique Concha, y su oficina, “donde todos hacen todo”, fueron los encargados de cada detalle. Las habitaciones ocupan materiales nobles y destacan por el lujo simple. Se usaron principalmente muebles de estilo, muchos de ellos réplicas de los castillos europeos.

A sólo tres meses de su apertura, The Singular logró un importante reconocimiento por parte de Travel & Leisure (T+L), una de las revistas turísticas más influyentes de la industria que elabora año a año un ranking de los mejores hoteles del planeta.

En la edición de enero pasado, la publicación otorgó la mención honorable a The Singular Patagonia en la sección de best small hotels, como uno de los más exclusivos en la categoría de Design Awards, destacando el sello del arquitecto Pedro Kovacic B., en la arquitectura y de Enrique Concha & Co. en el diseño de interiores y decoración.

Cuando se le pregunta a Enrique Concha qué no se ha destacado lo suficiente en las numerosas publicaciones sobre The Singular Patagonia, salta con la respuesta: “Su magia...”. ¿Y qué es la magia? “Para una persona corriente, la facilidad de percibir, sentir la experiencia de estar en un lugar particular, único. Porque no existe otro así. Y eso está aquí en Chile, en Puerto Bories. Un territorio alucinante, todo blanco de abril a septiembre...”, explica Concha.

Y agrega: “Recorrer las habitaciones, sus pasillos, bar, salones, restorán, todo habla aunque el exterior sea sólo silencio. Lo que hay ahí y cada cosa que se mira o contempla expresa la magia de una historia... Un patrimonio nacional convertido al turismo.

Aquí pasó algo, vivió gente, se construyeron vidas, se exportaba a Europa toneladas de carne, barcos entraban y salían del viejo muelle de maderas nobles... hubo prosperidad y también sacrificios... Historia pura. Y uno sólo busca saber más, conocer eso, leer un libro de aquello en calma. Al conocerlo uno quiere más y más...”.

Su tarea fue un reto largo. Tres años para reconstruir, tres años respetando su interiorismo... “Nunca se pensó que quede bonito... que sea bonito... Mientras abríamos 1.500 cajas con los muebles comprados en EE.UU.”.

Lo importante era hacer convivir el mobiliario y los toques decorativos respetando el edificio. “¡Qué difícil producir calidez en espacios siderales con temperaturas de hasta nueve grados bajo cero!”.

Hasta que encontró la inspiración en el cubo de Apple. Ahí supo que los cubos de cristal serían la solución para ambientar y calefaccionar esos grandes espacios.

Como dijo un periodista del New York Times y muchos otros importantes observadores y ejecutivos extranjeros. Todo es una sorpresa, desde que se vislumbra su fachada hasta entrar en la habitación que mira el fiordo a través de un cristal de ocho metros de largo... Magia en el fin del mundo.

Enrique Concha y su oficina reconstruyeron durante tres años el interior de The Singular.

Piezas históricas del frigorífico son parte de la decoración.

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drillos, con inscripción y factura inglesa, que son los mismos que se utilizaron en las construcciones de las Islas Falklands.

PASAR UNOS DÍAS EN THE SINGULAR ES DESCO-NECTARSE absolutamente de todo. La gastronomía logra que el visitante se mimetice con una cocina interactiva basada en in-gredientes de la zona. También hay una preocupación por disminuir la huella de carbono, así muchos de los productos utilizados por los chefs como la liebre, guanaco, cordero y verduras son libres de contaminación y criados en lugares naturales.

Las características históricas y patrimoniales del lugar permiten a los visitantes admirar, imaginar y vivir el pasado de esta región, desde la misma perspectiva de los primeros habitantes. Después de enriquecedoras expediciones, los huéspedes del hotel pueden tomar sesiones en el SPA, uno de los mejores de América Latina. El sitio es-tá sumergido a nivel del mar, con una vista privilegiada a los fiordos patagónicos. Los masajes son reponedores y están especialmente focalizados en el turista que ha caminado horas subiendo montañas o realizado alguna travesía en kayak.

La herencia de los primeros colonos fue apreciada por las fami-lias Mac Lean Gómez y Pavlovic Morrison que el año 1998, comenza-ron la restauración del patrimonio. A lo largo de los años se sumaron los Sahli Lecaros, descendientes en cuarta y quinta generación del destacado pionero José Menéndez y Menéndez, de origen asturiano, creador de innumerables empresas ganaderas, navieras, comercia-les y mineras. Don José Menéndez fue accionista de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego desde sus inicios.

En el hotel hay una placa que dice: “Los descendientes de am-bos pioneros, con la intención de dejar un legado a las futuras generaciones, buscaron desarrollar un negocio turístico que con-servara este patrimonio cultural y difundiera las bellezas naturales de esta parte de la Patagonia”. n

El hotel conserva la maquinaria traída desde Inglaterra, mucha de ella similar a la que existe en la Torre de Londres y que tenía el Titanic.

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