Sierra San Pedro 2014

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TEMPORADA 2014/2015

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Catalogo de Caza. Temporada 2014/15 Sierra de San Pedro

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SIERRA DE SAN PEDRO, S.L.

Avda. de España, 17 - 2º - Despacho 12Teléfs. 927 243 962 • Móvil 607 923 078 - 670 488 694

Fax: 927 627 322E-mail: [email protected] - www.sierradesanpedro.net

10002 CÁCERES

TEMPORADA 2014/2015

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Foto realizada por Alejo Leal

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SIERRA DE SAN PEDRO ANTE UNA NUEVA TEMPORADA

Un año más nos ponemos en contacto con vosotros para dar a conocer el programa de monterías de esta tem-porada que cada día está más cerca de empezar. Espe-

ramos que sea de vuestro agrado.Desde Sierra de San Pedro y contando con vuestra ayuda, siempre hemos intentado defender la tradición de la monte-ría española. Cumpliendo siempre la normativa vigente ya sea en Extremadura como en el resto de España. Seguir mon-teando, manteniendo la tradición y la pureza de la caza no significa que sigamos anclados en el siglo pasado, debemos

cumplir con todas las leyes tanto en materia cinegética como en materia laboral. Entendemos que las inspecciones de tra-bajo que se realizaron la temporada pasada, son una bendi-ción para el sector, pues es la única manera de la que pode-mos acreditar lo que realmente mueve el mundo de la caza y que queremos profesionalizar el sector. Una vez que seamos capaces ante la opinión publica de mostrar los pro del mundo cinegético en creación de puestos de trabajo sobretodo en las zonas rurales a lo largo de las temporada de caza, podremos pedirle a la administración que crea en el sector y nos deje gestionar como empresarios que somos.

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Es fundamental que todas las personas que acuden a trabajar a las acciones cinegéticas están dadas de alta por varios mo-tivos y en Sierra lo llevamos haciendo desde hace tiempo. El primero por respeto a los propios trabajadores, los cuales en Sierra de San Pedro los consideramos de la familia, el segun-do por respeto a los propietarios que han sido y serán siem-pre amigos de verdad y tercero porque lo exige la ley.Reconocemos los grandes esfuerzos que desde la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente se están haciendo en pro de la caza, pero todavía faltan muchos pasos por dar. Como son la bajada de las brutales tasas que hay, que no permiten a las empresas extremeñas competir en igualdad de condiciones con las del resto de España. Pedimos un año más un control

más serio en la emergencia cinegética que tanto daño está causando en nuestras sierras. Se debería plantear un deba-te serio con la administración y las partes implicadas sobre quien contagia a quien, no van a ser las especies cinegéticas las causantes de todos los males del campo extremeño.Os presentamos un programa de monterías, donde veis fin-cas que llevamos monteando muchos años y muchas alegrías nos han dado como El Castillo, Las Corchuelas, Aceitunilla, Mediacacha, Malueñillos, El Cañejal, Las Paredes, Villavicio-sa y cómo no Azagala con sus magníficas reses. Volvemos a Sierra de Clavería lo cual es siempre un placer para nosotros. Aparecen fincas nuevas que seguro que nos harán disfrutar con sus lances como son las dos monterías de Los Sesmos, Corcho –Elice, El Deheson, el fin de semana del Tamaral y alguna más que pueda venir…Queremos daros las gracias de antemano por confiar un año más en nosotros, también a los propietarios, dueño de reha-la y demás personas que intervienen en el desarrollo de una montería por seguir manteniendo viva la montería española, que como todos sabéis es única en el mundo.Seguiremos con nuestra sana costumbre de la puntualidad a la hora de las citas que como bien sabéis son las 09:00 de la mañana, la rapidez en sacar las armadas, la profesionalidad de los postores, la seriedad a la hora de batir las manchas y la premura en sacar las reses del monte, para poder disfru-tar con calma en la comida del resultado de la montería.Como siempre dar las gracias a todas las personas que han colaborado con sus escritos y fotografías en la elaboración de este catálogo.Os esperamos y como siempre señores ¡¡Viva España!!, ¡¡Viva el Rey!! y ¡¡Viva la Montería!!

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10 de noviembre de 1913LAS CORCHUELAS DEL PALACIO VIEJO

La montería resultó más bien mala. Luego diré algo de ella. Pero ahora tengo que desahogarme, porque durante más de 20 años estuve cazando allí y creo

que debo escribir para perpetua memoria. Puedo decir, que después de Atoquedo, es la finca que me ha propor-cionado siempre más satisfacciones, como montero.En tiempos de mi padre, Las Corchuelas eran más gran-des que cuando yo iba de caza, pues por un lado llega-ba hasta lo que se llama La Portilla o Salto del Gitano (donde está la ermita de la Virgen de Monfragüe, sitio precioso), y por el otro extremo, lindaba con Atoquedo, de mi padre. Toda la finca discurría a lo largo de la sierra de las Corchuelas y lindaba por saliente, con el río Tajo y por poniente, con el arroyo de la Vid (y del otro lado del arroyo de la Vid, las fincas de Criadero, Oreganal y Mari-sánchez). Pues bien, en aquella época, la dueña de todas las Cochuelas, era la madre del conde de Trespalacios, aunque el que hacía y deshacía era el conde. Las cace-rías que organizaba el Conde duraban, normalmente 8 días, dedicados, exclusivamente, a cazar, esencialmen-te, montear, si bien cuando los perros de las recovas se cansaban, los dejaban tranquilos y los invitados cazaban perdices a lo largo de las dos riberas del arroyo de la Vid. Contaba mi padre que mataban, alrededor de 500 perdi-ces cada día.¡Que tiempos aquellos en los que todo el campo era un paraíso para el cazador!. Corchuelas tenia una casa lla-mada “el Palacio” y como allí no cabian todos los caza-dores, Trespalacios construyó lo que pasó a llamarse el Palacio nuevo, y el otro, el viejo. Bueno, pues allí iban los invitados por Trespalacios y por mi padre. Cazaban todas las Corchuelas, más Atoquedo. Y la manutención

corría a cargo de Lardy, que cada equis días mandaba una camioneta desde Madrid. No es necesario decir que eran otros tiempos.Aquella época pasó, el conde había fallecido, la gue-rra civil ya se había acabado, y la nueva dueña, que se llamaba Carmen Casillas, organizaba las mon-terías por invitación. Carmen vendió los dos ex-tremos, la parte que lindaba con Atoquedo y la de Monfragüe.. Allá por los años 50, Carmen empe-zó a vender las monterías. Fueron organizadores, en distintos momentos, Felipe Silva, Ángel Delgado, Ra-món mi cuñado, y, más tarde, Luis Higuero. En aquella época entré yo en escena. Cazábamos tres días segui-dos y, normalmente dormíamos en el Palacio Nuevo. Nos juntábamos entre 25 y 30 cazadores y nos atendía, en todo, el Hotel Alfonso VIII de Plasencia. No faltaba nada, podías pedir lo que quisieras. En los últimos años, Carmen ya no dejaba la casa a los cazadores, por razo-nes de salud, pero a mi, por un favor especial, me per-mitía ir, con mis amigos, al palacio viejo, donde había una gran chimenea en el salón y allí poníamos los col-chones en el suelo y dormíamos todos, junto a la lum-bre, con un frío respetable Las manchas eran grandes y los puestos estaban a mucha distancia. Monteábamos las umbrías y matábamos, al cabo de los tres días, entre treinta y cuarenta reses, más o menos, mitad jabalíes, mitad venados. Los primeros años teníamos que salir andando desde el Palacio nuevo, lo cual significaba que si cazábamos la parte más lejana (Mesillas y el Chapa-rral), andábamos unos 8/10 Kms de ida y otros tantos de vuelta. Si el tiempo era bueno, bien, pero si llovía (lo cual era frecuente), resultaba duro. Salíamos de casa,

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los cazadores, los secretarios, los perreros con sus perros, los cargueros, los mulos (al menos uno por cazador) y los que se unía

porque sí. Era un espectáculo bonito y montero de verdad. Y todos con la ilusión de poder tirar algún animal o, al menos, verlo. La mayoría de los cazadores (por no decir todos) iban montados en sus mulos, menos mis hermanos y yo, que nos gustaba más ir a pie.El sorteo lo hacíamos la víspera por la tarde y como ya cono-cíamos bien lo que íbamos a montear, con alguna frecuencia no necesitábamos que nos llevaran a los puestos, sino que lo hacíamos nosotros mismos. Yo tenía de secretario a Queque que por ser hijo de Casiano, un antiguo guarda de Corchue-las, se crió allí en un chozo y lo sabía todo, hasta por dónde nos podía entrar el venado o el jabalí. Muchos días de caza fuimos juntos y yo disfrute enormemente con su compañía. Además de saber de caza, era una gran persona. Recuerdo lo que se rió un día que estábamos en el alto de la sierra, con una niebla y un frío que no había quien parara y para lle-var mejor aquella situación hizo una buena lumbre. Entre el humo y la niebla, casi no nos veíamos. Me comentó: Si entra un venado, como no venga a calentarse no lo veremos. No habían pasado ni diez minutos, cuando oí un tropel de monte que venia derecho a nosotros. Hay que ver la emoción que se siente al oír el tropel, no ver nada, pero saber que algo viene. Hice lo de costumbre, encararme el rifle y apuntar hacia don-de yo suponía que aparecería lo que yo pensaba que seria un venado. Todo fue visto y no visto: un venado tipo medio, con una jara enredada en los cuernos (preciosa estampa) apa-reció, como un fantasma, a menos de 10 metros, derecho a nosotros. Al disparar, cayó seco, pero fue a parar a la lumbre. Había que oírle, las cosas que decía y cómo se reía. En los últimos años, alguna res me espantó, porque fumaba mucho y la tos aparecía en los momentos más inoportunos, pero no me importaba nada.En las Corchuelas cazábamos las umbrías. Algunas veces, echando una umbría, se metían algunos perros en la solana correspondiente y, lógicamente, algunos cazadores nos que-

dábamos allí. Pero no nos gustaba. Lo bonito eran las um-brías. Esas umbrías, aisladas de toda civilización, a lo sumo una verea, con el monte que a veces te cubría, con toda clase de árboles y arbustos, colores verdes, ocres, amarillos, olores muy diversos, cuando llovía. Sin oír nada más que alguna voz lejana de un perrero y, rara vez una ladra que se acercaba o que se alejaba, con el ansia de saber que era muy difícil que te entrara un animal, pero que era posible y que a veces -era realidad. Aquel conjunto, era un paraíso.Ahora todo esto se acabó. Las Corchuelas siguen en su si-tio, pero todas las umbrías forman parte del Parque Na-cional de Monfrague; allí no se puede cazar, están surca-das de pistas por donde circulan los coches de los guardas o ecologistas, no queda nada de aquel embrujo. ¡Les han quitado el alma!.El día 10 de noviembre de 2013, cazábamos la solana del Palacio Viejo, es decir, la que está en el medio. No tiene ape-nas monte y es más bien un majadal que tiene al lado la re-serva del parque y que por eso puede haber en esas tierras algún venado e, incluso, un jabalí. ¿Que por qué fui?. Por añoranza.Rocío y yo dormimos en el Brezo y a la mañana siguiente nos fuimos a Torrejón el Rubio, donde teníamos la junta. El día era bueno. Nos tocó al lado del camino que atraviesa todas las Corcuelas. La única protección que había era una retama o una jara, no recuerdo. Todo lo demás estaba raso. No había peligro de tiros porque no veíamos a nadie. Al cabo de un tiempo, apareció una cierva, bastante lejos y se paró. Di el rifle a Rocío para que la tirara. Lo cogió, con mucha tranqui-lidad apuntó bastante rato, y al fin disparó. No pasó nada. La cierva ni se inmutó, lo cual indignó a Rocío que me miraba sorprendida y un poco mohína, diciendo que no había dere-cho, que lo menos que debía haber hecho la cierva es haberse ido. Lo que no consiguió el tiro lo consiguió la perorata, pues nos miró sin prisa y con algo de desprecio, se marchó, y hasta hoy. Rocío cogió muy dignamente el rifle y me lo dió, sin más comentarios.

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Medallero Temporada 2013/2014COCHINOS

JUAN ANTONIO ABARQUERO EL SALAO 115,57 OROALVARO MARTIN SANCHEZ LA DEHESILLA 112,26 OROEDUARDO JIMENEZ SANCHEZ LA DEHESILLA 110,29 OROTOMAS PIZARRO EL SALAO 108,49 PLATAFERNANDO SANCHEZ LAZARO LA DEHESILLA 106,13 PLATAMANUEL MIRAT SANTIAGO LA DEHESILLA 105,75 PLATAJOSE MARIA SANCHEZ SANCHEZ LA DEHESILLA 105,42 PLATAJUAN ANTONIO CACERES PAJUELO LA PARILLA DEL SALTILLLO 104,95 PLATAFERNANDO CABELLO DE LOS COBOS AZAGALA 104,14 BRONCEDAMIAN MANZANO SOLO DE ZALDIVAR LA DEHESILLA 103,88 BRONCESIERRA DE SAN PEDRO DEHESA DE MORTERA 103,15 BRONCEENRIQUE DE FRANCISCO SIMON LA NATERA 103,01 BRONCEFERNANDO SANCHEZ LAZARO LA DEHESILLA 102,96 BRONCEDIEGO CABELLO DE LOS COBOS LA DEHESILLA 102,03 BRONCEJUAN CARLOS ROMERO DEHESA DE MORTERA 102,00 BRONCEDIEGO CABELLO DE LOS COBOS LA DEHESILLA 101,90 BRONCEJOSE RAMON JIMENEZ IGLESIAS MEDIACACHA 101,64 BRONCEJOAQUIN ARBONES DAVILA EL SALAO 101,62 BRONCEANTONIO LAVADO UMBRIA DE LA MONEDA 101,50 BRONCEMARQUES DE VALDUEZA AZAGALA 101,11 BRONCEDIEGO CABELLO DE LOS COBOS LA DEHESILLA 100,94 BRONCEMIGUEL HIGUERO ZUÑIGA LA DEHESILLA 100,91 BRONCEJUAN JOSE OTAEGUI MACAZAGA LA DEHESILLA 100,88 BRONCEJUAN JOSE OTAEGUI MACAZAGA LA DEHESILLA 100,52 BRONCEFERNANDO SANCHEZ LAZARO LA DEHESILLA 100,47 BRONCEVICTOR MARTINEZ LA DEHESILLA 100,38 BRONCEDAVID LOPEZ DIAZ LA DEHESILLA 100,37 BRONCEEDUARDO JIMENEZ SANCHEZ LA DEHESILLA 100,33 BRONCEJUAN JOSE OTAEGUI MACAZAGA EL SALAO 100,19 BRONCEMANUEL LOBO EL SALAO 100,14 BRONCE

VENADOANTONIO ANGOSTO ORTEGA AZAGALA 186,47 OROJOSE RAMON ITURRIAGA PICO DE COAÑA SANTAMALIA 185,80 OROLUIS LOMO ROBLE AZAGALA 185,40 OROLUIS LOMO ROBLE AZAGALA 182,63 ORO

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EDUARDO JIMENEZ YAGÜE SANTAMALIA 181,50 OROABRAHAM SANCHEZ CORDERO AZAGALA 181,25 ORORAFAEL MEDINA EL SALAO 179,21 PLATAMIGUEL HIGUERO ZUÑIGA SANTAMALIA 178,81 PLATABALTASAR ALVAREZ SANTAMALIA 178,02 PLATAPABLO ZAMARRIPA SANTAMALIA 177,98 PLATAJOSE MANUEL ALBADALEJO EL SALAO 176,21 PLATAJUAN JOSE OTAEGUI MACAZAGA AZAGALA 175,88 PLATAJOSE LUIS LOPEZ -SCHUMMER AZAGALA 175,81 PLATAABRAHAM SANCHEZ CORDERO AZAGALA 174,41 PLATACARLOS RANGEL EL SALAO 174,13 PLATAJOSE LUIS LOPEZ -SCHUMMER AZAGALA 173,36 PLATAMIGUEL GARCIA RIBAGORDA AZAGALA 173,30 PLATAVERONICA RINCON SIMON LA DEHESILLA 173,15 PLATASIERRA DE SAN PEDRO DEHESA DE MORTERA 170,34 BRONCEDIEGO CABELLO DE LOS COBOS EL SALAO 169,93 BRONCEJOSE MANUEL MARTINEZ MOLINAT EL SALAO 169,89 BRONCEMANUEL MANZANO AZAGALA 16877 BRONCEMARQUES DE MONTEMURA AZAGALA 168,56 BRONCETOMAS PIZARRO EL SALAO 168,30 BRONCEMIGUEL HIGUERO ZUÑIGA EL SALAO 166,83 BRONCEMIGUEL GARCIA RIBAGORDA AZAGALA 166,67 BRONCESIERRA DE SAN PEDRO DEHESA DE MORTERA 166,54 BRONCESIERRA DE SAN PEDRO DEHESA DE MORTERA 165,21 BRONCE

GAMODAMIAN MANZANO SOLO DE ZALDIVAR AZAGALA 196,64 OROJUAN JOSE OTAEGUI MACAZAGA AZAGALA 183,18 ORO

CORZOIGNACIO HIGUERO DE JUAN CALCENA 130,5 OROIGNACIO HIGUERO DE JUAN CALCENA 111,88 BRONCE

MACHO MONTESMARQUES DE NOGUERA SIERRAS DE GREDOS 225,45 PLATATRISTAN SOTO DIEZ SIERRAS DE GREDOS 215,45 BRONCE

REBECOMARQUES DE NOGUERA PIRINEOS 91,62 BRONCE

MUFLÓNJOSE MANUEL MARTINEZ MOLINAT LA DEHESILLA 193,5 BRONCE

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ORO PLATA BRONCE TOTALCOCHINO 131 217 403 751VENADO 252 332 562 1.146MUFLÓN 20 75 91 186GAMO 45 37 25 107LOBO 6 3 2 11MACHO MONTÉS 53 37 26 116CORZO 3 5 8 16REBECOS 0 0 1 1TOTAL 510 706 1.118 2.334

RESUMEN GENERAL DE TROFEOS

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Condiciones GeneralesAl enviar la relación de las monterías seleccionadas, deberá adjuntarnos el 40% del importe total a que ascienden las mismas,

mediante el envío de un talón bancario, nominativo, a favor de Sierra de San Pedro, S.L., por dicho importe. El 60% restante 30 días antes de la celebración de la montería. Los precios son IVA INCLUIDO.

A la recepción del 40% se efectuará la oportuna reserva de puestos en las monterías seleccionadas por riguroso orden de llegada.En cualquier caso, el importe de las monterías deberá ser abonado en su totalidad antes del sorteo para participar en las mismas, que-dando sin valor, en otro caso, la tarjeta de asistencia y renunciando al 40% depositado en concepto de reserva.Es requisito indispensable para cazar en Sierra de San Pedro, S.L., estar en posesión de toda la documentación en vigor exigida por la actual Ley de Caza en cada Comunidad.Si existen causas de fuerza mayor, que a juicio de la Sociedad así lo aconsejan, esta podrá cambiar tanto la fecha como la monte-ría, llegando incluso a anularla. En estas circunstancias se resarcirá al accionista del pago de su acción, o bien, de conformidad con él, se permutará por otro día o por otra montería.

Tarjeta de Asistencia a montería

El portador de la presente Tarjeta de Asistencia tiene derecho:a) A un puesto el día de la montería.b) A los trofeos abatidos por él.c) A la comida que se celebrará al término de la montería.d) En el precio de esta acción quedan incluidas toda clase de gratificaciones y propinas a postores, cargueros, perreros, etc.e) En todo lo referente a la organización de la montería, discusión de reses, etc., los cazadores acatarán las decisiones tomadas por

el Capitán de montería.

Queda terminantemente prohibido

a) Tirar ciervas, varetos y horquillones, bajo multa de 150 euros, independientemente de la sanción legal que corresponda.b) Variar el lugar del puesto y, por consiguiente, cortar la caza de los puesto de al lado.c) Más de un tirador por puesto, no así acompañante: CASO DE IR ACOMPAÑADO, SÓLO SE PODRÁ LLEVAR UN ARMA AL PUESTO.d) Retirarse del puesto antes de terminar la montería.e) Cortar los trofeos antes de su llegada al lugar de la cita.

Sorteo

La víspera de cada montería, en las oficinas de la sociedad, Avda. de España, 17 - 2º, Despacho 12 de Cáceres o donde considere oportuno la organización. Tfnos.: 927 243 962 - Fax: 927 627 322 - Móvil: 607 923 078

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Calen

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ntería

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FECHA FINCA

11 Octubre 2014 CASTILLO DE CASTELLANOS

12 Octubre 2014 CORCHUELAS DE PALACIO VIEJO

18 Octubre 2014 AGAPITA

19 Octubre 2014 CORCHUELAS DE PALACIO NUEVO

24 Octubre 2014 SUERTE DE BELVÍS

25 Octubre 2014 ACEITUNILLA

26 Octubre 2014 MALUEÑILLOS

1 Noviembre 2014 MEDIACACHA

2 Noviembre 2014 CASAR DE ELVIRA

8 Noviembre 2014 SESMO DE ARRIBA

9 Noviembre 2014 CORCHO-ÉLICE

22 Noviembre 2014 TAMARAL COCHINOS, VENADOS, GAMOS Y MUFLÓN CIUDAD REAL

23 Noviembre 2014 TAMARAL

29 Noviembre 2014 MALUEÑILLOS

30 Noviembre 2014 CORCHUELAS DE ARRIBA

6 Diciembre 2014 SIERRA DE CLAVERÍA ( CUPO DE 2 VENADOS )

7 Diciembre 2014 VALREHONDILLO

20 Diciembre 2014 SOLANA Y NATERA

21 Diciembre 2014 BAQUERILEJO

10 Enero 2015 SESMOS Y AGÜZADERA

11 Enero 2015 MEDIACACHA

17 Enero 2015 AZAGALA ( CUPO DE 2 VENADOS Y 2 GAMOS )

24 Enero 2015 VILLAVICIOSA

25 Enero 2015 EL DEHESÓN

31 Enero 2015 - A DESIGNAR -

1 Febrero 2015 - A DESIGNAR -

13 Febrero 2015 LA PARRILLA DEL SALTILLO

14 Febrero 2015 PAREDES DE ABAJO

15 Febrero 2015 CAÑEJAL

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Atiendo con enorme ilusión no exenta de temor, la ama-ble petición que Nacho y Jose me hacen para escribir unas líneas sobre esta experiencia única, personal y

tal vez inexplicable para terceros que es la caza. Y engloba-dos en la palabra “caza” otros conceptos asociados a la mis-ma tan importantes, personales y sugerentes como son el campo; la naturaleza que nos rodea y la oportunidad que aquella nos da de, por unos instantes, poder formar parte de un mundo libre y natural que la vida moderna no permite a nuestros congéneres en muchos casos percibir y aún menos disfrutar produciendo con ello un divorcio dramático entre hombres y naturaleza.La caza: parece fácil hablar de ella para un cazador y sin em-bargo que complicado resulta el decir algo que realmente describa el cómo y porqué la vivimos. El ejercicio de la caza, y con ello todo lo que esto comporta y comprende, es, o al menos lo es para el que esto escribe, una experiencia básica-mente personal e íntima que enriquece a quien con respeto, emoción y responsabilidad la practica. Es por ello que resul-ta aventurado y difícil el describir o compartir sensaciones y vivencias ante ella que solo desde la singularidad y especifi-cidad de cada individuo se materializan o perciben. Somos muchos los que compartimos esta pasión o afición, pero a lo mejor la vivimos, sentimos o necesitamos de formas dife-rentes. En el modesto caso de quien esto escribe, la caza represen-ta entre otras cosas una oportunidad: la oportunidad de volver por un momento a formar parte, y parte activa, del ecosistema natural que nos rodea y al que por dictados de la vida actual en la mayoría de los casos estamos condena-dos a atravesar tangencialmente sin conocer, comprender ni admirar.

La caza nos permite penetrar sigilosamente manchas y sierras que abren fugazmente su alma oculta y sublime para que puedas conocerla, disfrutarla y aún más, formar por parte integrante de ella por unos momentos mágicos y únicos.En las mañanas de otoño o invierno, el silencio y la transpa-rencia del aire brillan en cada hoja y en cada surco de la tie-rra. Aparentemente dura y áspera, la naturaleza por el con-trario se nos abre noble, dulce y lírica cuando con respeto, como un habitante más de ese microcosmos, te introduces e integras en ella. Bella y desconocida esa mancha, sopié o sierra, se presenta como un tesoro milenario que nos que-da como memoria del cómo sería el mundo antes del hoy que conocemos. ¡Qué humildes y a la par ricos nos sentimos cuando nos quedamos solos en el monte y la naturaleza a

Las Mañanas y las Sierras

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nuestro alrededor recobra su vida, pulsos y ruidos habitua-les, interrumpidos momentáneamente por el paso de la ar-mada en formación por la vereda!.Parafraseando a Tagore, es como si por un instante hombre, bestias y naturaleza nos mirásemos a los ojos y distinguié-ramos fugazmente un reflejo que nos recordara el momento pretérito en el que nos comprendíamos y fuimos uno.En muchos casos solo en el monte y en soledad eres capaz de oír las voces interiores que te hablan y en tantas ocasiones a él recurres cuando tantas otras cosas parecen darte la espal-da; como un ser minúsculo; como una parte que desearías formar de ese ámbito, agreste y verídico, al que algún día te gustaría dar simiente confundiéndote con él.Tenemos la oportunidad de permanecer por unas horas in-crustados en un ecosistema que no sin falta de motivos, se aparta y silencia cuando detecta nuestra presencia y que por el contrario se desinhibe y vuelve a latir, cuando en silencio nos acunamos y mimetizamos silenciosamente con él. Solo así tenemos el privilegio de oír y sentir alrededor nuestro, cantos, vuelos, carreras y sonidos que de otra forma nos estaría ve-dado presenciar. Aturdidos habitualmente por el ruido de la civilización nuestras mañanas en el monte nos permiten des-cubrir esos colores, olores y bellezas que, aun estando ahí, no resultan fáciles al hombre de nuestros días percibir. Cuando en ocasiones un animal sin advertir nuestra presen-cia pasa sigilosamente a nuestro lado, nos regala por unos instantes el don de poder observar la soberbia belleza de un ser único y natural en libertad que actúa, al no sabernos cerca, como si parte del medio en quien confiar fuéramos. En estas ocasiones no te importa el no dispararle ya que el regalo y vivencia que por unos breves momentos te ha pro-porcionado resulta con creces más gratificante que el mero hecho de añadir un nuevo trofeo a tu colección. Somos seres únicos y por ello singulares, y a cada uno de nosotros una pasión, actividad o vivencia le produce una respuesta o compensación con matices diferentes; por eso las motivaciones que cada uno de nosotros tiene para dor-mir inquieto la noche anterior como si de un adolescente

se tratara, madrugar, ignorar el frio, la llu-via o las incomodidades, es seguramente distinta y con ello rica y variada. Tratar de apresar y con ello compendiar en unas pocas palabras el qué nos motiva para practicar la caza y qué nos retribuye la práctica de la misma resulta un tanto imposible. Dicho lo anterior y aventurando no equivocarme, creo que todos coincidimos en que una actividad que en ocasiones culmina con la muerte de un ser vivo al que paradójicamente ad-miramos, queremos y respetamos, solo puede entenderse si dicha actividad se realiza desde el respeto, la seriedad, y el amor al mundo y fauna con el que de esa manera dramática interactúas. Y este respeto y amor al ser que damos caza se perfecciona integrándonos profunda, íntima y respetuosa-mente con el medio natural y puro del que por unas horas tanto él como nosotros formamos parte. Y así todos nos dejamos un poco de nuestra alma cada ma-ñana en el monte que queda y se engarza entre las hojas, ruidos, suspiros y aleteos que la naturaleza virgen que nos rodea nos ofrece como oportunidad única y sagrada dentro de nuestras materiales vidas cotidianas. Es por todas estas cosas que agradezco a Sierra de San Pedro el caminar hacia o estar ya en tu puesto a las 10:00 o 10:30 de la mañana, cuando el rocío aún cubre el mundo que te rodea y el monte se despereza a tu alrededor ofreciéndote la posibilidad de una vivencia única en comunión con el mismo. Agradezco la ausencia de gritos, discusiones o improvisacio-nes de última hora; el oír las voces familiares de los perreros de siempre; el subir los cortaderos con las caballerías y mu-leros que conoces, y en definitiva el darnos la oportunidad de vivir y por unas horas formar parte con respeto, emoción y responsabilidad del fascinante, vivo y sublime ecosistema que tenemos aún la fortuna de poseer a nuestro alrededor. Esas mañanas y esas sierras, en definitiva, junto con vena-dos, jabalíes, zorros o grullas volando sobre nuestras cabe-zas, nos hacen seres más completos y sensibles en paz y ar-monía con el universo del que procedemos y al que algún día deberemos volver.

José Manuel Albaladejo González

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La caza en SIERRA DE SAN PEDRO, s.l.

Me han pedido José y Nacho Higuero que escriba unas letras para el calendario 2014/2015, a pesar de que son conscientes de que ando liado preparando un

libro en el que muchas de sus páginas están precisamente dedicadas a la Sociedad de Caza Sierra de San Pedro. Pues yo encantado de escribir para el calendario. Sin em-bargo, antes me he preguntado si resultaría lógico escribir para una Sociedad en la que hace tiempo que no participo, pero he recordado que en la introducción del libro que pre-paro digo que Sierra de San Pedro somos todos los que de una o de otra forma hemos participado en ella. Y eso me ha animado a olvidarme de la lógica y a ponerme delante del teclado.Soy un enamorado y un práctico del campo, pero en los años que he monteado con Sierra de San Pedro no sólo he apren-dido lo poco que sé de la montería, sino que he aprendido a enamorarme aún más del campo, y si a alguno no le molesta que lo diga, pues diría, con una definición más amplia, que enamorado de la naturaleza, pero de esa naturaleza nuestra, extremeña, antigua y profunda. En esos años he conocido a Luis Higuero y hemos cenado muchas veces juntos Ricardo Santos, Gauden, Eduardo Ji-ménez, él y yo. Y nos hemos quejado (sobre todo yo), y nos hemos reído, y nos hemos enfadado cuando hemos tenido la sensación de que a nuestro Real Madrid le llevan tomando el pelo desde que empezó el nuevo milenio. En el puesto con Ricardo he tenido tiempo de sobra para darme cuenta de que no hay nada como el campo y si es en un día de montería, muchísimo más. Es verdad que mis lum-bares y mis aprensiones en esos años no me dejaban en paz, pero era escuchar una ladra, oír la voz de Eusebio, ver en la cuchillas a Luis monteando a caballo, o a Tomás, a Nacho o a José poniendo orden en las manchas, para que me olvidase

de mis problemas y lamentase que hasta el próximo fin de semana todo aquello solo fuera un paréntesis en la rutina diaria. Yo mismo me canso de repetirme que la montería es una mezcla de campo y caza o al revés, pero si en la montería tus ánimos y tus cinco sentidos están únicamente pendientes de que te entre o no te entre un bicho, mal asunto es ese. La montería es como una cena en casa de unos amigos, si solo estás pendiente de la lubina o del solomillo y te olvidas del ambiente, de las risas y de los temas serios de conversación con una copa frente a la chimenea, eso ni es cena ni es nada. ¡Cuántos momentos! Me quejaba a Luis de mi poca fortuna en Valero o en Los Jarales del Bullaque y le trasmitía mi alegría por los éxitos en Sierra de Clavería o en Pajonales. Ricardo, Eduardo, Cuco y María Higuero se partieron de risa aquel día de descaste en Malueñillos cuando le pedí a uno de los cargue-ros que me dejase su caballería porque mis vértebras ya no aguantaban tanta caminata, y aquel pobre hombre, abusan-do de su fuerza o quizá de su enfado, me dio tal impulso que pasé limpiamente por encima de la caballería para aterrizar al otro lado. Me he quedado estupefacto cuando alguien con una afición tan brutal como Eduardo Jiménez Yagüe me decía tras la comida en Mediacacha que se iba a toda prisa porque a las seis de la tarde ponían en la tele el último capítulo de Betty la fea. Me han entrado ganas de darle un manteo a Gauden cuando nos explicó con todo lujos de detalles durante el desa-yuno en El Revuelo las características de las piscinas, salones, camarotes, cocinas y hasta salas de máquinas del crucero que navega por el Rin y cuando le preguntamos que cuando había realizado ese viaje contestó sin inmutarse que nunca, que a él se lo habían contado. Con el paso de los años estas cosas me han hecho ver que mi travesía por Sierra de San Pedro son muchas cosas, no sólo disparar.

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La caza en SIERRA DE SAN PEDRO, s.l.

En Sierra de San Pedro he conocido a gente estupenda al mar-gen de los ya citados, llámense Javier Moro, Manolo Varella, Ma-nolo Ron, Chiqui y María Larrazábal, José Luis Arribas, Manolo Caldera y sus hijos, los hermanos Garrido o José Montenegro por citar sólo a unos cuantos. Y naturalmente a los mejores pe-rreros, guardas y cargueros. Y por supuesto a toda la familia Higuero. Hoy, con tanto tiempo entre lecturas o sentado delante del or-denador veo las cosas con añoranza, pero con una perspectiva distinta. Hoy no me molesta mi mala suerte en Valero o en Los Jarales del Bullaque, hoy soy plenamente consciente de que du-rante unos años, precisamente los que pasé con Sierra de San Pedro, he sido un cazador, si se quiere del montón, pero con la mayor afición y absolutamente orgulloso de lo que hice. Y al final compruebo cuánta razón guarda la frase montear no es disparar.Para terminar voy a confesar que si hubiese escuchado con más atención cuanto me decía Luis Higuero entre el cigarrillo rubio y la copa de coñac o a mi amigo Ricardo Santos compartiendo el puesto y hubiese tenido la oportunidad entonces de entre-vistar a tanta gente experta como lo he hecho ahora para sacar adelante el libro que preparo, seguro que hubiese disfrutado más de las monterías, muchísimo más, porque estoy conven-cido de que es la ignorancia la que nos convierte en los peores críticos. He preguntado a varios expertos con muchas monterías a sus es-paldas y el futuro que se avecina les hace dudar, a pesar de que yo les he argumentado que aún quedan muchas fincas abiertas en nuestras sierras extremeñas y me replican que es cierto, pero que también es cierto que un porcentaje muy significativo de los cazadores actuales prefieren cantidad y calidad en lugar de mon-tear como Dios manda. Nos queda la esperanza de que Nacho y José sepan contentar a unos y a otros. MGV.

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Foto realizada por Alejo Leal

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