Virgen Maria
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MARIA MADRE DE JEÚS
María en su advocación de los Dolores, por Sassoferrato
Theotokos ("Madre de Dios")Bienaventurada Virgen MaríaNuestra SeñoraSe la contempla en todos los momentos de su vida y pidiendo su intercesión sobre una localidad o cosa concreta, con numerosos títulos adaptados a tal fin.
Nacimiento: Fecha desconocida; se celebra el 8 de septiembre. Si Jesucristo nació en el
7 a. C., ella habría nacido entre el 30 y el 20 a. C.
Lugar desconocido, suele citarseSéforis,2 aunque existen muchas tradiciones.Padres:
según el evangelio, sus padres son San Joaquín y Santa Ana . Fallecimiento: Fecha
desconocida; se celebra el 15 de agosto, ver Asunción de María
Jerusalén, o Éfeso, según diversas tradiciones.
8 de diciembre - Inmaculada Concepción .
Festividad: • 1 de enero - María, Madre
de Dios (novus ordo)
• 25 de marzo - Anunciación
• 31 de mayo - Visitación de María a Isabel
• 15 de agosto - Asunción de María (se considera la
mayor y más universal festividad mariana)
• 22 de agosto - María Reina
• 8 de septiembre - Natividad de María
• 12 de septiembre - Dulce Nombre de María
• 21 de noviembre - Presentación de María
• 8 de diciembre - Inmaculada Concepción
Atributos: Variada: anagrama con M y A.; azucena; corona de doce
estrellas; Luna a sus pies; Rosario; Rosa; vestidos blanco, rosa o
rojo, y azul; Niño Jesús en sus brazos; serpiente del Génesis o
demonio bajo sus pies.
Patronazgo: María, ya sea con su nombre o con el nombre de alguna de sus advocaciones, es patrona de innumerables países,
ciudades y localidades del mundo. Para los católicos, en su advocación de Nuestra, es patrona de los enfermos.
El nombre de María
María es un nombre conocido en el Tanaj o Antiguo Testamento por haber sido
nombre de la hermana de Moisés y Aarón, originalmente escrito como Miryām.
La versión de los Setenta lo menciona como Marián (Mαριαμ); el cambio en la
primera vocal refleja la pronunciación corriente, la del arameo que se hablaba
en Palestina antes del nacimiento de Cristo .
Matrimonio de María
Los evangelios hacen aparecer a María cuando narran la concepción de Jesús. Según lo que narran se puede ver que María en ese momento era prometida de José de Nazaret, quien era carpintero. Los relatos evangélicos se inician después de los
El Evangelio de Lucas dedica dos capítulos a la concepción e infancia de Jesús. Es en Lucas también donde es llamada "llena de gracia", "bendita entre todas las mujeres", "madre del Señor".
Anunciación
Ángel Gabriel a María, según lo relata el evangelista Lucas
Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre que se llamaba José,
de los descendientes de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando
el ángel, le dijo: « ¡Alégrate, llena de gracia! El Señor está contigo.»
La visita de María a Isabel
María, ya embarazada, visita luego a su prima Isabel, ya que el ángel Gabriel le
había anunciado que también ella, aunque ya anciana, estaba encinta, señal de
que para Dios no hay imposibles. Viaja María a una población de la montaña
de Judea, que actualmente se conoce como la ciudad de Ain Karim situada a
seis kilómetros y medio al oeste de Jerusalén.
Nacimiento de Jesús
José y María deben emprender la travesía
desde Nazaret en Galilea hacia Belén en Judea, cuando ella está por dar a
luz. Como no hay sitio para hospedarse, debe dar a luz en un pesebre. El relato
del evangelio de Lucas parece resaltar de forma creciente la fe de María, quien
se fía de Dios a pesar de no comprender plenamente lo que sucede: ella
guarda "estas cosas" y las medita en su corazón.
María y una profecía de sufrimiento
Con motivo de la presentación de Jesús en el Templo para dar cumplimiento a
la ley que ordena que todo varón primogénito ha de ser consagrado al Señor,
se produce un nuevo signo de inseguridad para María.
María en la huida a Egipto
Tiempo más tarde, unos magos de Oriente se presentan en busca del «Rey de
los judíos que ha nacido». Cuando entran en la casa, ven al niño con María su
madre y, postrándose, le adoran. Pero esta visita de los magos atrae la
atención de Herodes el grande que ordena matar a todos los niños de Belén y
de toda su comarca.
María, durante la adolescencia de Jesús
El único episodio de Jesús adolescente narrado por los evangelios
canónicos es referido por Lucas con motivo de la fiesta de la Pascua.
María: la que guardó y cumplió las palabras de Jesús
María no fue lo que la Epístola de Santiago llamó «un oidor olvidadizo».
María durante el ministerio público de Jesús
María aparece mencionada en los Evangelios como "su Madre", una situación
especial que no pertenece a ningún otro miembro de la comunidad. «Dichoso el
vientre que te llevó y los pechos que te criaron», exclamó una voz entre la
muchedumbre, y siguen ahora exclamando los cristianos.
María, durante las primeras persecuciones y en la
Patrística
Desde el inicio del cristianismo es constatable la devoción
por la Virgen María. Ya en el siglo II, San Ireneo de
Lyon denominaba a María "nuestra más eminente abogada.
María en las iglesias católica, ortodoxa y
copta
Como la doctrina de la Trinidad considera a
Jesús una de las personas divinas (Padre, Hijo y Espíritu Santo) Madre
de Dios'. Isabel había dicho: «¡Feliz la que ha creído que se cumplirían
las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» Aquí "el Señor" es
indudablemente Dios. "la madre de mi Señor", la referencia es muy clara:
la consideraba 'Madre de Dios'.
Cuestiones teológicas
Mientras con el transcurso del tiempo la Reforma se alejaba de Lutero y
Calvino, y disminuía la posición de María, en el catolicismo ésta posición se
mantenía.
Apariciones de María
La historia del catolicismo recuerda numerosas apariciones, de las
cuales sólo algunas han sido aprobadas oficialmente. Entre las más
conocidas podemos citar: del Pilar (España,
40 DC),Guadalupe (México, 1531), Chiquinquirá (Colombia, 1586), Coromoto (Ven
ezuela, 1652), de la Medalla Milagrosa (Francia, 1830), Lourdes (Francia, 1858)
y Fátima (Portugal, 1917); la que se refiere a Medjugorje (Bosnia y
Herzegovina, 1981), todavía es objeto de estudio por parte de la Santa Sede.
ORACIONES A LA VIRGEN MARÍA
AVE MARÍA
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es
contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito
es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de
Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
BENDITA SEA TU PUREZA
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, Madre mía¡
ORACIÓN DE SAN BERNARDO
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a
vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de
Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen
de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a
comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh Madre de
Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y
dignaos atenderlas favorable.
EJERCICIO DE LOS SIETE DOLORES DE LA MADRE DE DIOS
1.- La aflicción que causó a su tierno corazón, la profecía del anciano Simeón. (Avemaría.)
2.-La angustia que padeció su sensibilísimo corazón, en la huida y permanencia en Egipto. (Avemaría.)
3.-Las congojas que experimentó su solícito corazón, en la pérdida de su Hijo Jesús. (Avemaría.)
4.-La consternación que sintió su maternal corazón, al encontrar a su Hijo Jesús llevando la cruz a cuestas.
(Avemaría.)
5.-El martirio de su generoso corazón, asistiendo a su Hijo Jesús en la
agonía. (Avemaría.)
6.-La herida que sufrió su piadoso corazón, en la lanzada que abrió el
costado de su Hijo Jesús. (Avemaría)
7.-El desconsuelo y desamparo que padeció su
amantísimo corazón, en la sepultura de su Hijo Jesús.
(Avemaría.)
Ruega por nosotros, Virgen dolorosísima, para que
seamos dignos de las promesas de Cristo.
SIETE GRACIAS QUE LA SANTÍSIMA VIRGEN
CONCEDE A LAS ALMAS QUE LE HONRAN
DIARIAMENTE, MEDITANDO SUS DOLORES, CON
EL REZO DE SIETE AVEMARÍAS. (SANTA BRÍGIDA).
1-Pondré paz en sus familias.
2.-Serán iluminadas en los divinos Misterios.
3.-Las consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4.-Les daré cuanto me pidan, con tal que no sea opuesto a la voluntad adorable
de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5.-Las defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y
protegeré en todos los instantes de la vida.
6.-Las asistiré visiblemente: en el momento de su muerte y verán el
rostro de su Madre. 7.-He conseguido de mi Divino Hijo que, cuantas propaguen esta
devoción, sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados
todos sus pecados y mi Hijo y Yo seremos su consolación eterna y alegría.
ORACIÓN
Madre mía: Desde que amanece el día, bendíceme;
en lo rudo del trabajo, ayúdame;
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme;
en las tentaciones y peligros, defiéndeme;
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame. Amén.
Magníficat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la
humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su
nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y
enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en
favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los
siglos.
Amén.
La Salve
Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos,
gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
E a, pues,
Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos,
y después de este destierro
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
D- Ruega por nosotros Santa
Madre de Dios.
T- Para que seamos dignos
de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.