Zañartu, Sergio. Historia del dogma

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  HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTÍN 1  Prof. Sergio Zañartu, s.j. Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile 1.- INTRODUCCION de conjunto En el N.T. se fue explicitando cada vez más la divinidad de Cristo (cf. Jn) 2  y la personalidad del Espíritu. 3  ¿Cómo podíamos ser realmente salvados si Cristo no es verdadero Dios y hombre? Pensarlo, es introducirse en el problema trinitario y cristológico. Al ser explicitada la fe, se encuentra con el cerrado monoteísmo judío (unipersonal) del Dios trascendente. La herejía ebionita verá a Jesús de Nazaret como un gran profeta y nada más. Para los adopcionistas, Jesús será un hombre extraordinario, adoptado por Dios. El cristianismo primitivo también se enfrenta con el ambiente platónico que piensa en un ser trascendente, del que descieden hypóstasis que hacen como mediadores respecto al mundo visible y cambiante. Las hypóstasis son distintas del Dios supremo, divinidades -como el Logos (racionalidad unificante)- de segunda categoría. 4  También el panteísmo estoico admite un logos universal. Al ser el Logos relativamente inmanente al mundo, la cristología del Logos tenderá al 1  Edición de Marzo 2014. Las partes mas modificadas respecto al anterior (depositado en la Biblioteca de la Facultad de Teología) son las correspondientes a los Capadocios , a Atanasio y prenicenos. Esta historia del dogma continúa en:  Historia del dog ma de la Encar nación desde el sigl o V al VII , Santiago de Chile 1994. Al final, a modo de ejemplo del camino recorrido que termina con la elucidación de la fórmula de fe trinitaria superando los peligros de subordinacionismo y modalismo, agrego un trabajo, presentado al seminario sobre  Filosofía y Teología. Fronteras y limites en 1991. Este trabajo ayuda a la visión de conjunto, y puede ser leído tanto al comenzar como al teminar el curso. Obviamente que repite el material presentado en estos apuntes porque fue construido con ellos y sirvió para mejorarlos posteriormente. Está enfocado bajo el aspecto de inculturación de la fe. Fue publicado en Teología y Vida XXXIII (1992)35-58. Otros escritos posteriores del autor sobre Historia del dogma y Padres se encuentra en szanartu.wordpress.com. 2  Al menos podemos detectar dos grandes tendencias: Jesús de Nazaret es Dios (cristología de abajo) y el Logos se hizo carne (cristología de arriba)(Jn 1,14; cf. Flp 2,6ss). En el A.T. se preparaba el desarrollo trinitario con la personalización de la Sabiduría y de la Palabra (cf. p.e. Pr 8,22ss). 3  Cf. Hch 2,33, el Paráclito de Juan (Jn 14,16) y las fórmulas y expresiones trinitarias (p.e. Mt 28,19; 2Co 13,13; 1Co 12,4-6). 4  Según Plotino, el Uno engndra algo menor que él mismo (Enn., V, 1, 6, 39s; véase Ib., 7, 39s.48).

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Teología dogmática, desarrollo histórico del Dogma cristiano hasta San Agustín

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  • HISTORIA DEL DOGMA TRINITARIO HASTA S. AGUSTN1

    Prof. Sergio Zaartu, s.j. Facultad de Teologa de la Pontificia

    Universidad Catlica de Chile

    1.- INTRODUCCION de conjunto En el N.T. se fue explicitando cada vez ms la divinidad de Cristo (cf. Jn)2 y

    la personalidad del Espritu.3 Cmo podamos ser realmente salvados si Cristo no es verdadero Dios y hombre? Pensarlo, es introducirse en el problema trinitario y cristolgico. Al ser explicitada la fe, se encuentra con el cerrado monotesmo judo (unipersonal) del Dios trascendente. La hereja ebionita ver a Jess de Nazaret como un gran profeta y nada ms. Para los adopcionistas, Jess ser un hombre extraordinario, adoptado por Dios. El cristianismo primitivo tambin se enfrenta con el ambiente platnico que piensa en un ser trascendente, del que descieden hypstasis que hacen como mediadores respecto al mundo visible y cambiante. Las hypstasis son distintas del Dios supremo, divinidades -como el Logos (racionalidad unificante)- de segunda categora.4 Tambin el pantesmo estoico admite un logos universal. Al ser el Logos relativamente inmanente al mundo, la cristologa del Logos tender al 1 Edicin de Marzo 2014. Las partes mas modificadas respecto al anterior (depositado en la Biblioteca de la Facultad de Teologa) son las correspondientes a los Capadocios , a Atanasio y prenicenos. Esta historia del dogma contina en: Historia del dogma de la Encarnacin desde el siglo V al VII, Santiago de Chile 1994. Al final, a modo de ejemplo del camino recorrido que termina con la elucidacin de la frmula de fe trinitaria superando los peligros de subordinacionismo y modalismo, agrego un trabajo, presentado al seminario sobre Filosofa y Teologa. Fronteras y limites en 1991. Este trabajo ayuda a la visin de conjunto, y puede ser ledo tanto al comenzar como al teminar el curso. Obviamente que repite el material presentado en estos apuntes porque fue construido con ellos y sirvi para mejorarlos posteriormente. Est enfocado bajo el aspecto de inculturacin de la fe. Fue publicado en Teologa y Vida XXXIII (1992)35-58. Otros escritos posteriores del autor sobre Historia del dogma y Padres se encuentra en szanartu.wordpress.com. 2 Al menos podemos detectar dos grandes tendencias: Jess de Nazaret es Dios (cristologa de abajo) y el Logos se hizo carne (cristologa de arriba)(Jn 1,14; cf. Flp 2,6ss). En el A.T. se preparaba el desarrollo trinitario con la personalizacin de la Sabidura y de la Palabra (cf. p.e. Pr 8,22ss). 3 Cf. Hch 2,33, el Parclito de Juan (Jn 14,16) y las frmulas y expresiones trinitarias (p.e. Mt 28,19; 2Co 13,13; 1Co 12,4-6). 4 Segn Plotino, el Uno engndra algo menor que l mismo (Enn., V, 1, 6, 39s; vase Ib., 7, 39s.48).

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    subordinacionismo: Dios de segunda categora. Al subordinacionismo se contrapondr el modalismo (patripasianos, sabelianismo): Padre, Hijo y Espritu Santo, slo son modos de aparecer del nico Dios. As preservan la monarqua del Padre. En el helenismo habr un rechazo de la encarnacin, porque el cuerpo es crcel del alma inmortal. Por lo tanto, Jesucristo slo tuvo apariencia (docetismo) humana. El gnosticismo, que tambin tiene el esquema de hypstasis descendentes, ser, en general, doceta. Dentro de esta tendencia a que no sea perfectamente hombre, se coloca posteriormente una inculturacin ms bien estoica en busca de la unidad de Cristo, contra la dualidad de inhabitante y habitado del esquema adopcionista. Entonces no ser el cuerpo el que ponga problemas, sino que ahora el alma sobrar, porque el Logos anima directamente el cuerpo. Esta posicin contraria a la anterior que desvalorizaba el cuerpo, sin embargo, est dentro de la gran tendencia del no perfectamente hombre, y as fue valorada por los Padres. Frente a esto, la fe cristiana terminar respondiendo al problema de Dios, en torno al concilio Constantinopolitano I (381): 3 personas de una sola substancia, esencia o naturaleza. As rechaza el subordinacionismo arriano y el modalismo. Y al problema de la encarnacin responder principalmente el concilio de Calcedonia (451): una sola persona, que ser la del Verbo eterno, en dos naturalezas perfectas: la divina (desde siempre) y la humana. Estas naturalezas estn ni separadas ni mezcladas. El caminar hacia Calcedonia se realiz en un contexto de fuerte inters soteriolgico, aunque esto no aparezca reflejado como tal en la definicin misma de Calcedonia. Por la unin en Cristo de la divino y humano (no es un nuevo tipo de ser, ni Dios ni hombre) nos salva, nos diviniza. Si no se est bien unido a Dios no hay salvacin (escuela de Alejandra); pero tambin lo humano que no es asumido no es salvado (escuela de Antioqua). La Trinidad del Dios uno es como la gramtica de toda la teologa. Y el ni separadas ni mezcladas puede servir de fundamento para solucionar los problemas divino humanos de la teologa. Los Padres se demoraron en relacionar la terminologa trinitaria con la cristolgica. En Occidente, menos especulativo y ms jurdico, todo este caminar cost mucho menos (Tertuliano), y fue poco tocado por las querellas cristolgicas. La verdad de la encarnacin ha llevado a Occidente a buscar lo divino en el mundo, respetando a este ltimo (sin confundir), lo que ha contribuido a que Occidente sea la gran civilizacin industriosa.1 Por otro lado, el catolicismo, en contraposicin al protestantismo, insiste en los aspectos de encarnacin y mediacin: santos intercesores, jerarqua, sacramentos, "integracin" de fe y razn, presencia encarnada del cristianismo en el mundo. Igualmente las luchas teolgicas han llevado al descubrimiento del concepto de persona, aunque ste haya variado en los ltimos tiempos. El Constantinopolitano I puede ser tomado como un gozne 1 En la encarnacin el teocentrismo judo y el antropocentrismo griego no se oponen ni excluyen sino que mutuamente se refuerzan. Ms unin con Dios se convierte en mayor plenitud y autenticidad del hombre, a semejanza de la naturaleza humana del Hijo de Dios tal como se manifest en Jess de Nazaret. El actual antropocentrismo secularista parece haber olvidado esta leccin de la encarnacin y, por eso, tiende, contra su deseo, a la destruccin del hombre.

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    para el paso de la Trinidad econmica a la Trinidad en s. Podr ayudar el esquemtico cuadro que pongo a continuacin (pg. 3) para tener una primera visin histrica de conjunto.

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    2.- IGNACIO DE ANTIOQUA (martirizado bajo Trajano, quien muere el 117).1 Es un testigo privilegiado de los orgenes del cristianismo. El nombre ms usado es Jess Cristo (114 veces), casi exclusivamente como nombre propio. Unas 28 veces va combinado con otros ttulos. 1.- Quin es Jesucristo? Responde el mrtir: el que muri y resucit por nosotros, nuestro actual vivir. A Aqul busco, al que por nosotros muri; a Aqul quiero, al que por nosotros resucit.2 Quiere ser imitador de la pasin de su Dios.3 Llega a expresar su martirio en trminos eucarsticos: No me complazco en el alimento corruptible ni en los placeres de esta vida. Quiero el pan de Dios, el que es la carne de Jesucristo, de la simiente de David, y quiero como bebida su sangre, la que es amor incorruptible.4 Injertado en la pasin de Cristo, su martirio tiene poder de rescate por otros. Ignacio est centrado en la pasin-resurreccin de Cristo, refirindose muy pocas veces al resto de la vida del Seor.5 Nosotros somos frutos de su bienaventurada pasin.6 En una audaz metfora trinitaria, la cruz es el instrumento principal para la actual construccin del templo del Padre.7 Todo cristiano tiene que entrar en su pasin: si no elegimos voluntariamente morir, mediante Jesucristo, [compenetrndonos] con su pasin, su vivir no est en nosotros.8 Ignacio quiere defender la vida en Cristo. La temtica del pecado previo y de la redencin correspondiente, no cala muy hondo en l. Es un autor de escatologa comenzada. 2.- Quin es Jesucristo en esa poca en que las comunidades cristianas estn amenazadas por el docetismo y el cisma? La Iglesia lo confiesa como Dios y hombre verdadero y, por supuesto, como uno solo. Hay un solo mdico, carnal y espiritual, creado e increado ( ). En carne carne llegado a ser Dios ( ), en muerte vida verdadera, y de Mara y de Dios,

    1 Cf. S. Zaartu, Aproximaciones a la cristologa de Ignacio de Antioqua, Teologa y Vida 21(80)115-127. 2 R 6, 1. 3 R 6, 3. Porque, si esto fue realizado en apariencia por Nuestro Seor, yo tambin estoy encadenado en apariencia. Por qu, pues, me entregu a la muerte, por el fuego, por la espada, por las bestias? Pero, cerca de la espada, cerca de Dios; en medio de las fieras, en compaa de Dios. Con tal de que sea en el nombre de Jesucristo. Todo lo soporto para padecer juntamente con El, fortalecindome El, que ha llegado a ser hombre perfecto (Esm 4,2). 4 R 7, 3. 5 Cf. E 18,2-19,1. 6 Verdaderamente clavado por nosotros en su carne bajo Poncio Pilato y el tetrarca Herodes -del cual fruto venimos nosotros, de su divinamente bienaventurada pasin-, para que levante un estandarte por los siglos, mediante su resurreccin, para sus santos y fieles, ya en los judos ya en los gentiles, en el nico cuerpo de su Iglesia (Esm 1,2). 7 Supe que algunos que venan de all, teniendo una mala enseanza, pasaron donde vosotros, pero no les permitisteis sembrar entre vosotros; os tapasteis los odos para no recibir lo sembrado por ellos, como que sois piedras del templo del Padre, preparadas para la construccin de Dios Padre, subidas a lo alto por medio de la mquina de Jesucristo, la que es la cruz, usando como cuerda al Espritu Santo (E 9,1). 8 M 5, 2.

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    primeramente pasible y despus impasible, Jesucristo Nuestro Seor.1 Diferente es el movimiento en P 3,2: Observa los tiempos. Espera al que est por encima de ellos, al intemporal, al invisible, al por nosotros visible, al impalpable, al impasible, al por nosotros pasible, al que por nosotros soport en todas formas. Insistiendo Ignacio en la carne de Cristo, destaca que es del linaje de David, que su pasin y resurreccin es real y verdadera.2 A la vez, aplica a Cristo el trmino con o sin artculo.3 Jesucristo es la unin de carne y espritu4, gracias a la cual puede comunicarnos la vida. 3.- Cul es su relacin con el Padre? Siete veces aparece como Hijo de Dios, del Padre: otras seis veces habla del Padre de Jesucristo o de l. Es su logos, boca5, sentir6; es la gnosis de Dios.7 Es el que en la creacin dijo y sucedi, haciendo coasas dignas del Padre8; el enviado del Padre.9 Del Padre sale y a El vuelve. Todos corred juntamente a un solo templo de Dios, como igualmente a un altar, a un Jesucristo, el que sali del nico Padre, para ese nico existe y hacia El se dirigi.10 Lo imita.11 No hizo nada sin el Padre. As, pues, como el Seor, estando unido () al Padre, no hizo nada sin El, ni por s mismo ni por medio de los apstoles. As vosotros no hagis nada sin el obispo y los presbteros...12 Se someti al Padre segn la carne.13 Una vez vuelto al Padre, aparece ms.14 Es la puerta del Padre15, nico salvador para toda la historia.16 Respecto a la unidad

    1 E 7, 2. El 'paso' de muerte a vida, de pasible a impasible, se realiz en la pasin-resurreccin. 2 Cf. Esm 3, 1-3; 7, 1. 3 P. e. E 18, 2. Porque nuestro Dios ( ), Jess el Cristo, fue llevado en el seno por Mara segn la economa de Dios, de la simiente de David y del Espritu Santo. El cual naci y fue bautizado para purificar el agua con su pasin. 4 Cf. M 1, 2. Despus de la resurreccin El comi y bebi con ellos en cuanto carnal, aunque estaba unido espiritualmente con el Padre (Sm 3, 3). 5 R 8, 2. 6 (E 3, 2). 7 E 17, 2. 8 Cf. E 15, 1. 9 Cf. M 8, 2. 10 M 7, 2. ...Esforzos en hacer todo en la concordia de Dios, presidiendo el obispo en el lugar de Dios, y los presbteros en el lugar del sanedrn de los apstoles, y los diconos, dulcsimos para m, a quienes est confiado el servicio de Jesucristo, el cual antes de todos los siglos estaba junto al Pacre y apareci al final (M 6,1). ...hay un solo Dios que se manifest por medio de Jesucristo su hijo, que es su logos que procede del silencio, el que en todo complaci al que lo envi (M 8,2). Cf. R 8,2. 11 Cf. Esm 8, 1. 12 M 7, 1. 13 Someteos al obispo y los unos a los otros, como Jesucristo segn la carne al Padre, y como los apstoles a Cristo y al Padre y al Espritu para que la unin sea carnal y espiritual (M 13,2). 14 Nada de lo que aparece es bueno, puesto que nuestro Dios ( ) Jesucristo estando en el Padre se manifiesta ms. El cristianismo no es una obra de persuasin sino de grandeza, cuando es odiado por el mundo (R 3,3). 15 El es la puerta del Padre, por la que entran Abraham e Isaac y Jacob y los profetas y los apstoles y la Iglesia. Todo esto hacia la unidad de Dios (F 9,1). Es el sumo sacerdote a quien han sido confiados los secretos de Dios. 16 Y lo supraceleste y la gloria de los ngeles y los arcontes, visibles e invisibles, si no creen en la sangre de Cristo, tambin para ellos hay juicio (Esm 6,1).

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    vertical jerarquizada, cf. E 5,1.1 En resumen, en la estrecha relacin de Cristo al Padre, de quien procede y a quien regresa, se destaca su carcter de Hijo, de revelador y de centro de vivificacin en una unidad jerarquizada. 4.- Quien es el Padre y el Espritu? El Padre es el obispo (invisible) de todos2, que interviene concretamente en la vida de los cristianos. Somos su plantacin.3 El Padre es el que resucit a Cristo y en Cristo resucitar a los creyentes.4 Todo viene de su voluntad5 y a El est todo referido6, aun el mismo Cristo. Pero en los textos que expresan las relaciones del Padre con nosotros, casi siempre, junto al Padre aparece Cristo, ya sea con partculas de coordinacin ya sea porque la accin del Padre es o Jesucristo. La accin del Espritu aparece un poco desplazada por la de Cristo que nos vivifica. El Espritu interviene en los profetas7, en la encarnacin. Mediante El, Cristo confirma y fortalece la jerarqua de Filadelfia.8 Es la cuerda que se usa en la maquinaria (la cruz de Cristo) para elevar a los cristianos en la construccin del templo del Padre.9 Frmulas trinitarias tambin aparecen en M 13,110.2. 5.- A veces no se refiere al Padre ni a Cristo sino a Dios, en general, y puede ser personal. Quizs cuando profundiza, el concepto se desdobla en Padre e/o Hijo.11 6.- Quin es Cristo para el cristiano? Nuestro vivir.12 El cristiano vive en Cristo; su vivir es el de Cristo.13 Lo ms importante es la unin con Cristo y el Padre. Canto a 1 ...cunto ms os digo bienaventurados a vosotros que as le (al obispo) estis intimamente unidos, como la Iglesia a Jesucristo y como Jesucristo al Padre, para que todo sea sinfnico en la unidad 2 Cf. M 3,1. 3 F 3, 1. Su templo. Dios promete la unin, que es el mismo (T 11, 2). 4 T 9, 2. 5 Los cristianos tienen que marchar de acuerdo con su sentir (), que es Cristo (cf. E 3, 2). 6 P. e. R 7, 2. El canto y el sacrificio es al Padre. Ignacio lo quiere alcanzar a toda costa. 7 Y en la intervencin proftica de Ignacio en F 7 (Espritu que no se engaa, que sabe de dnde viene y a dnde va, y que saca a luz lo oculto). 8 F Inscr. 9 E 9, 1. 10 Esforzaos en solidificaros en las enseanzas del Seor y de los apstoles para que en todo cuanto hagis progresis en carne y espritu, en fe y amor, en el Hijo y en el Padre y en el Espritu, en el comienzo y en el fin, con vuestro dignsimo obispo y con la corona espiritual dignamente tejida de vuestro presbiterio y con los diconos segn Dios. 11 No me aportis nada fuera de ser ofrecido en libacin a Dios, mientras el altar todava est listo, para que, hechos un coro por el amor, cantis al Padre en Cristo Jess, que Dios ha hecho digno al obispo de Siria de ser encontrado, habindole hecho venir desde el oriente al occidente ( ). Es bueno desaparecer para el mundo hacia Dios, para as surgir en El (R 2,2). ...exhortaros para que marchis segn el pensamiento () de Dios. Porque Jesucristo, nuestro vivir inseparable, es el pensamiento del Padre, como tambin los obispos, establecidos hasta los confines [de la tierra], estn en el pensamiento de Jesucristo (E 3,2; cf. E 4,2). 12 Os pongo en guardia contra las fieras en forma humana a las que no slo no debis recibir sino, si es posible, ni encontrar: slo rezar por ellas, por si acaso se convierten, lo que es difcil. Para ello tiene poder Jesucristo, nuestro verdadero vivir (Esm 4,1). Cf. E 3,2; M 1,2. 13 M 5, 2.

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    las Iglesias, a las que deseo unidad de carne y espritu, que es de Jesucristo, nuestro vivir para siempre, de fe y amor, a lo que nada se antepone; y lo que es ms importante unin de Jess y el Padre.1 Cuando se obra en Cristo, aun lo segn la carne es espiritual.2 El cristiano es el discpulo e imitador de Cristo.3 Jesucristo es nuestro mdico. Y tiene poder para perdonar, desatar, redimir convertir.4 A este Cristo se dirige la splica5, la accin de gracias. Hay alusiones a la parusa6 y al juicio.7 Hay que ser encontrado en Cristo para el vivir verdadero.8 En Cristo, Ignacio resucitar libre.9 Cristo es nuestra esperanza. 7.- Cul es la relacin entre Cristo y la Iglesia? Las Iglesias son de Dios Padre y del Seor Jesucristo. Jesucristo, junto con el amor de los Romanos, pastorear la Iglesia de Antioqua.10 La Iglesia es el cuerpo de Cristo y El es nuestra cabeza.11 Cristo sopla la incorruptibilidad a su Iglesia.12 Ama a la Iglesia, lo que es ejemplo de amor matrimonial.13 Donde est Jesucristo, ah est la Iglesia universal.14 Jesucristo expresara la unin de las Iglesias en M 1,2. Varias exhortaciones a la unidad estn basadas en la unidad jerarquizada de Dios (p.e. Esm 8,1). 8.- La Eucarista ocupa un lugar central en la vida cristiana. Se respira un ambiente de repliegue y defensa, un poco atemporal. La Eucarista es la carne y sangre de

    1 M 1,2. 2 Los carnales no pueden obrar lo espiritual ni los espirituales lo carnal, como tampoco la fe lo de la infidelidad () ni la infidelidad lo de la fe. Pero lo que hacis segn la carne, esto es espiritual, puesto que todo lo hacis en Jesuctristo (E 8,2). 3 Si, pues, los que vivan en el antiguo orden de cosas vinieron a la novedad de la esperanza, no guardando ms el sbado sino viviendo segn el da del Seor, en el cual surgi nuestra vida mediante El y su muerte -lo que algunos niegan- y por medio de ese misterio recibimos el creer, y por esto aguantamos, para ser encontrados discpulos de Jesucristo, nuestro nico maestro (M 9,1). 4 F 8,1; 11,1; Esm 4,1. 5 Entonces ser verdaderamente discpulo de Jesucristo, cuando el mundo no vea ms mi cuerpo. Implorad al Cristo por m, para que mediante estos instrumentos sea encontrado sacrificio de Dios (R 4,2). 6 P 3, 2. 7 Esm 10, 2. 8 Son los ltimos tiempos. En adelante, avergoncmonos, temamos la longanimidad de Dios: no sea que convierta en juicio para nosotros. O bien temamos la ira que est por venir o amemos la gracia presente. Uno de dos. Con tal de ser encontrado en Cristo Jess para el vivir verdadero (E 11,1). 9 No os mando como Pedro y Pablo. Aqullos eran apstoles; yo soy un condenado. Aqullos son libres; yo hasta ahora soy esclavo. Pero, si padezco, llegar a ser liberto de Jesucristo y resucitar en El libre (R 4,3). 10 Acordaos en vuestra oracin de la Iglesia en Siria, la que en vez de m tiene a Dios como pastor. Solamente la pastorea Jesucristo y vuestro amor (R 9,1). 11 ...stos no son plantacin del Padre. Porque, si lo fueran, apareceran ellos como ramas de la cruz y su fruto sera incorruptible. Mediante ella, en la pasin, El os llama a vosotros que sois sus miembros. Pues no puede la cabeza ser engendrada sin los miembros, prometiendo Dios la unin que es El mismo (T 11,2).. 12 Para esto el Seor recibi una uncin sobre su cabeza, para exhalar incorruptibilidad a la Iglesia (E 17,1). 13 Igualmente, encarga tambin a los hermanos en el nombre de Jesucristo el amar a sus conyuges, como el Seor a la Iglesia (P 5,1). 14 Donde aparezca el obispo, ah est la comunidad (), como donde est Jesucristo, ah est la Iglesia catlica (Esm 8,2).

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    Cristo (p.e. F 4). Es un remedio de inmortalidad.1 Es la presencia de la pasin-resurreccin.2 Expresa la fe y el amor en los que el cristiano se rehace.3 Est muy relacionada con la unidad. Es el culmen de la vida cristiana, slo superado por el martirio. Es como un compendio de Cristo nuestro vivir. En resumen, Ignacio es un autor de acentuado cristocentrismo. El Cristo de Ignacio es uno solo, carnal y espiritual, hijo y revelador del Padre, que por nosotros muri y resucit, nuestro actual vivir. Es la cabeza del cuerpo de la Iglesia; piedra angular de la jerrquica unidad de Dios. Es el Cristo del culto eucarstico y de la configuracin del martirio. Ignacio insiste en la realidad de su pasin y en su divinidad. Ignacio habra aportado al Nuevo Testamento una fuerte profundizacin del martirio, una mayor vivencia de la Eucarista, el uso de en forma personal y no atribuible al Padre, y una gran claridad en formular un solo Cristo, verdadero Dios y hombre.

    1 ...que os reuns en una fe y en Jesucristo, el de la raza de David segn la carne, el hijo del hombre e hijo de Dios, para obedecer al obispo y al presbiterio con una mente indivisa, partiendo un solo pan, que es remedio de inmortalidad, antdoto para no morir sino vivir siempre en Jesucristo (E 20,2). 2 Se abstienen de la Eucarista y la oracin, porque no confiesan que la Eucarista es la carne de Nuestro Salvador Jesucristo, la que por nuestros pecados padeci, la que por bondad el Padre resucit. Los que contradicen el don de Dios, mueren en sus disputas. Les convendra amar (), para tambin resucitar (Esm 7,1). 3 ...recreaos en la fe, que es la carne del Seor, y en el amor, que es la sangre de Jesucristo (T 8,1).

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    3.- BAUTISMO Y EUCARITA 1 1 La oracin tambin es trinitaria Por lo tanto, yo te alabo por todas las cosas, te glorifico por Jesucristo, sumo sacerdote celeste y eterno, tu siervo amado; por el cual sea la gloria a Ti con El y el Espritu Santo, ahora y por los siglos por venir. Amn (Mart Polic 14,3). Para que a ti te alabemos y glorifiquemos por tu infante (puerum) Jesucristo, por quien para ti la gloria y honor Padre e Hijo con el Espritu Santo en la santa Iglesia y ahora y por los siglos de los siglos. Amn (Hiplito, Trad Apost 4). Segn Bardy (Trinit. I: La rvlation du mystre: criture et tradition, col. 109, DTC XV,2, col 1545-1702), "la Iglesia reza al Padre y a El en primer lugar se dirigen las splicas oficiales, pero ella le reza por intermedio del Hijo." Conectado con la Eucarista, transcribo algunos prrafos de la preciosa homila pascual de Melitn de Sardes, compuesta entre el 160 y 170. Ella es un destacado botn de muestra de la riqueza cristolgica que florece en circunstancias semejantes: La Escritura sobre el xodo de los hebreos ha sido leda y las palabras del misterio han sido claramente explicadas: cmo el cordero es inmolado y cmo el pueblo es salvado. Observad, pues, queridos: as el misterio de la pascua es nuevo y antiguo, eterno y temporal, corruptible e incorruptible, mortal e inmortal. Antiguo segn la Ley, pero nuevo segn el Logos; temporal por la figura, eterno por la gracia, corruptible por la inmolacin del cordero, incorruptible por la vida del Seor; mortal por la sepultura [en la tierra], inmortal por la resurreccin de entre los muertos. Antigua es la Ley, nuevo,en cambio, el Logos; temporal la figura, eterna la gracia; corruptible el cordero, incorruptible el Seor; inmolado como cordero, resucit () como Dios... Porque en lugar del cordero vino () D ios, y en lugar de la oveja, un hombre, y en el hombre Cristo, que contiene todo (nm. 1-5). En efecto, la Ley se ha convertido en Logos, y lo antiguo en nuevo -habiendo salido ambos de Sion y de Jerusaln-, y el mandamiento en gracia, y la figura en verdad, y el cordero en Hijo, y la oveja en hombre, y el hombre en Dios. Porque engendrado como Hijo, conducido como cordero, inmolado como oveja, y enterrado como hombre, resucit de entre los muertos como Dios, siendo por naturaleza Dios y hombre. El, que es todo, ley en cuanto juzga, Logos en cuanto ensea, gracia en cuanto salva, padre en cuanto engendra, oveja en cuanto sufre, hombre en cuanto es enterrado, Dios en cuanto resucita. Este es Jess el Cristo, a quien la gloria por los siglos. Amn (nm. 7-10). Aprended, pues, quin es el que padece y quin es el que compadece al que sufre, y por qu el Seor ha venido a la tierra, para que, revistindose del que sufre, l lo arrebate hacia las alturas de los cielos (nm. 46s). Este es quien, venido de los cielos a la tierra por causa del que sufra, se revisti () de este mismo mediante el seno de una virgen y, saliendo hombre, tom sobre s los padecimientos del que sufre a travs de un cuerpo capaz de sufrir, y destruy los padecimientos de la carne; con su espritu que no puede morir mat a la muerte homicida. Este, por haber sido conducido como cordero e inmolado como oveja, nos redimi de la servidumbre del mundo, como de la tierra de Egipto, y nos libr de la esclavitud del diablo, como de la mano del faran, y sell nuestras almas con su propio espritu, y los miembros del cuerpo con su propia sangre. Este es quien cubri a la muerte de vergenza y enlut al diablo, como Moiss al faran. Este es quien golpe a la iniquidad y priv de descendencia a la injusticia como Moiss a Egipto. Este es quien nos arranc de la esclavitud para la libertad, de las tinieblas para la luz, de la muerte para la vida, de la tirana para el reinado eterno [y nos constituy en sacerdocio nuevo y en pueblo elegido y eterno]. Este es la pascua de nuestra salvacin. Este es el que soport mucho en muchos. Este es quien fue asesinado en Abel, atado en Isaac, mercenario en Jacob, vendido en Jos, abandonado en Moiss, inmolado en el cordero, perseguido en David, deshonrado en los profetas. Este es quien se encarn en una virgen, el que fue colgado de un madero, el que fue sepultado en la tierra, el que resucit de entre los muertos, el que fue ascendido a las alturas de los cielos. Este es el cordero sin voz; ste es el cordero asesinado; ste es el nacido de Mara, la hermosa cordera. Este es el tomado del rebao y arrastrado a la inmolacin y sacrificado en la tarde, y sepultado en la noche; el que no fue triturado sobre el madero y no se corrompi en la tierra, y resucit de entre los muertos y resucit al hombre del fondo de la tumba (nm. 66-71). ...que Este es el primognito de Dios, el engendrado antes del lucero del alba, el que hizo surgir la luz, el que hizo brillar el da, el que separ las tinieblas, el que fij la primera barrera, el que suspendi la tierra, el que desec el abismo, el que orden el cosmos, el que arregl los astros en el cielo, el que hizo brillar los luceros, el que hizo los ngeles en el cielo, el que fij los tronos, el que model el hombre sobre la tierra. Este es el que te eligi y te gui desde Adn a No, desde No a Abraham, desde Abraham a Isaac y Jacob y los doce patriarcas. Este es el que te condujo a Egipto y te protegi, y ah te aliment con solicitud. Este es el que te alumbr con una columna y te cubri con una nube; el que parti el mar rojo y te condujo a ti y dispers a tu enemigo. Este es el que desde el cielo te dio el man, el que te dio a beber de una roca, el que te dio la Ley en el Horeb, el que te dio en herencia la tierra, el que te envi los profetas, el que te suscit tus reyes. Este es el que vino a ti, el que cur a los tuyos que padecan, el que resucit tus muertos (num. 82-86). El que suspendi la tierra, est suspendido; el que fij los cielos, est clavado; el que consolid todo, est fijado en el madero; el dueo es ultrajado; el Dios ha sido muerto; el rey de Israel ha sido suprimido () por una mano israelita (nm. 96). Como Seor, habiendo revestido al hombre, y padecido por el que padeca ,y habiendo sido atado por causa del que era dominado, y juzgado por causa del condenado, y enterrado por causa del que estaba sepultado, resucit de

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    En el desarrollo trinitario es de mucho peso el bautismo (y sus confesiones de fe) y la Eucarista. Encontramos la frmula del bautismo de Mt 28, 19 en Didaj 7,1.3. En Justino (+165), 1Ap 61,3.9-13, ya tiene alguna explanacin.1 Ms larga es la explicacin en Epid 7 de Ireneo.2 En la Trad Apost de Hiplito aparece el triple interrogatorio al ser bautizado: Crees en Dios el Padre omnipotente?; Crees en Cristo Jess el Hijo de Dios, que naci por el Espritu Santo de la Virgen Mara, que fue crucificado bajo Poncio Pilato, que muri, fue sepultado y al tercer da resucit vivo de entre los muertos, y ascendi a los cielos y est sentado a la diestra del Padre y vendr a juzgar a los vivos y a los muertos?; Crees en el Espritu Santo, en la santa Iglesia y en la resurreccin de la carne? 3 Respecto a la Eucarista, leemos, por ejemplo en Justino: Luego, al que preside a los hermanos se le ofrece pan y una copa de agua y vino. Y ste, tomndolos, eleva alabanza y gloria al Padre por el nombre del Hijo y del Espritu Santo. Y da gracias largamente por haber sido hechos dignos de estos dones que vienen de El. Y cuando el presidente ha concluido las oraciones y acciones de gracia, todo el pueblo asistente aclama diciendo: Amn..4

    4.- LA ENSEANZA DE LOS APOLOGETAS: JUSTINO (+ 165). a) Lo tradicional. En Justino hay que distinguir lo kerymtico y confesional (donde se cie a la tradicin), de la enseanza sobre el Logos. Asi Justino nos trae la frmula del bautismo en la descripcin de las ceremonias de ste5. El Padre es el Dios creador.1 Cristo es el Hijo que viene del Padre.

    entre los muertos y profiri en voz alta: Quin es el que disputar conmigo? Que se ponga enfrente de m! Yo he liberado al condenado, yo he vivificado al muerto, yo he resucitado al sepultado. Quin es el que me contradice? Yo, dice El, el Cristo, yo el que destru la muerte y triunf del enemigo, y pisote el Hades, y at al fuerte, y arrebat al hombre hacia las alturas de los cielos. Yo, dice El, el Cristo. Venid, pues, todos los linajes de los hombres, que estn amasados en pecado y recibid el perdn de los pecados. Porque yo soy vuestro perdn, yo la pascua de la salvacin, yo el cordero inmolado por vosotros, yo vuestro rescate, yo vuestra vida, yo vuestra resurreccin, yo vuestra luz, yo vuestra salvacin, yo vuestro rey. Yo os conducir a las alturas de los cielos. Yo os mostrar al Padre {que existe} desde los siglos. Yo os resucitar por mi diestra. Este es el que hizo el cielo y la tierra, y model en el comienzo al hombre, el que fue anunciado por la Ley y los profetas, el que se encarn en una virgen, el que fue colgado en un madero, el que fue sepultado en tierra, el que fue resucitado de entre los muertos, el que subi a las alturas de los cielos, el que est sentado a la diestra del Padre, el que tiene poder de juzgar y salvar todo, por quien el Padre hizo cuanto existe desde el principio hasta los siglos. Este es el Alfa y la Omega. Este es el principio y el fin -principio inenarrable y fin incomprensible-. Este es el Cristo, Este es el rey, este es Jess, Este el comandante en jefe, Este el Seor, Este el que resucit de entre los muertos, Este el que est sentado a la diestra del Padre. Lleva al Padre y es llevado por el Padre; a El la gloria y el poder por los siglos. Amn (nm. 100-105). 1 Cf. 13, 3. 2 En primer lugar, ella recomienda que nos acordemos que hemos recibido el bautismo para la remisin de los pecados en el nombre de Dios Padre y en el nombre de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado y muerto y resucitado, y en el Espritu Santo de Dios (nm. 3; cf. Ib., 6 y 7). 3 N 21. Cf. Tertuliano, Adv Prax 2,1s. 4 1Ap 65, 3. Cf. 1Ap 66, 2s; 67,2. Vase Orgenes, De Orat 33,6; Id. In 1Cor 7,5. 5 1Ap 61, 3. La accin de gracias por todo alimento al Crador del universo por su hijo Jesucristo y por el Espritu Santo. (1 Ap 67, 2).

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    Confesamos ser ateos respecto los as llamados dioses, pero no respecto del Dios verdadersimo, padre de la justicia y de la castidad y de las dems virtudes, en quien no hay mezcla de maldad alguna. A El y al Hijo, que de El vino y nos ense todo esto, y al ejrcito de los otros ngeles buenos que le siguen y le son semejantes2, y al Espritu proftico, le damos culto y adoramos, honrndolos con razn y verdad..(1Ap 6). Nuestro enviado de Dios y nuestro maestro es Jess Cristo, el que fue crucificado bajo Poncio Pilato, el procurador de Judea en tiempo del csar Tiberio; a l lo hemos reconocido como el Hijo del verdadero Dios y a quien tenemos en el segundo lugar, as como al Espritu proftico a quien ponemos en el tercero (1Ap 13,3).3 Los dos principales ttulos de Jess son Cristo y el Hijo enviado de Dios. Su misin central es, como maestro de los hombres, traer la verdad salvadora de Dios. Tambin se le aplica a Jess los nombres gloria del Padre, Sabidura, Palabra, Mensajero de Dios.4 El espritu es aqul por el que hablaron los profetas. Interviene en la concepcin virginal de Jess. Es el don mesinico de los ltimos tiempos que nos comunica Cristo (Dial, 87). Con todo, el Espritu est poco desarrollado frente centralidad del Hijo5. Hay, con todo, bastantes referencias al Espritu Proftico. b) Los () seminales y el (). Para Justino el Logos es el revelador del Padre; la que nos ayuda a entender la verdad de Dios. Dios es trascendente. Dios ha hablado en el A.T. por su Logos; en las teofanas, el Logos era quien apareca.6 Pero no slo los judos tuvieron acceso al Logos sino tambin los paganos7, cuyos mejores hombres vivieron segn el Logos.1 As todo lo bueno2 1 Sobre l no hay ningn otro Dios (contra los que decan que por encima del Dios creador, estaba el Dios bueno, Padre de Jess.. 2 Puede haber una resonancia de la antigua cristologa judeo-cristiana de tipo anglico Cf. J. Danilou, Thologie du Judo-Christianisme (Bibliothque de Thologie; Tournai 1958, Descle) cap.5. Por lo dems presentar a Cristo como ngel poda ser bien recibido por los paganos. Este es un texto trinitario nico en Justino. Normalmenete su lenguaje es binitario, desplazando el Logos o Hijo al Espritu Santo, quien es nombrado muchas veces como Espritu proftico.. 3 Lo del segundo tercer lugar es repetido, como en boca de Platn (1 Ap 60,5-7) 4 En la formulacin de la confesin tradicional, no aparece la cristologa del Logos. 5 Autant Justin est explicite sur le Pre et le Fils, autant il se montre discret sur lEsprit Saint, quil ne mentionne gure que sous la forme de citations bibliques ou demprunts la catchse ou la liturgie (I,6,2; 13,3; 60,7; 61,3.13; 65,2; 67,2); il semble ne stre jamais proccup de prciser sa relation au Pre et au Fils ni de dfinir sa sphre daction particulire (Commentaire ad 13,3). 6 Luego ni Abraham, ni Isaac, ni Jacob, ni otro alguno de los hombres vio jams al que es Padre inefable y Seor de todas las cosas absolutamente y tambin de Cristo mismo, sino a su Hijo, que es tambin Dios por voluntad de aqul, y ngel por estar al servicio de sus designios, el mismo que el Padre quiso naciera hombre por medio de la Virgen y que en otro tiempo se hizo fuego para hablar con Moiss desde la zarza (Dial 127,4). Cf.1Ap 63. Vase G. Aeby, Les missions divines de Saint Justin Origne (Paradosis. tudes de littrature et de thologie anciennes,12), Fribourg 1958, pp. 6-10; la tesis de licencia de E. Rodrguez A. (La Dynamis de Dios en San Justino, Anales de la Facultad de Teologa XXXI,2 (1980), Santiago 1982, pp. 53-58. Dice Aeby (op. cit., 186): "En los Apologistas, las teofanas del A.T. y del N.T. son atribuidas al Verbo como a un otro Dios [distinto] del Padre, al lado y debajo de ste y, por tanto, ms visible que ste. La trascendencia demasiado exclusivamente reservada al Padre los lleva a encontrar que es impensable que ste pueda aparecerse a los hombres. Esta es una herencia del platonismo, cuyo influjo persistir a lo largo de todo el perodo estudiado." 7 La semilla () del Logos se halla plantada () en todo el gnero humano (2Apol 8,1). Nosotros fuimos enseados que Cristo es el primognito de Dios, y anteriormente hemos indicado que El es el Logos del que todo el

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    pertenece a los cristianos.3 Esto corresponde a los (spe/rmata tou= lo/gou).4 Pero el Logos entero es Cristo.5 As, pues, nuestra doctrina aparece ms sublime que toda la humana enseanza, por razn de que todo lo lgico ( ) ha llegado a ser Cristo, aparecido por nosotros, y cuerpo, y razn () y alma...6 gnero humano participa () (1Ap 46,2). Pero a Cristo, que en parte fue conocido por Scrates, pues El era y es el Logos que est en todo, y que predijo por los profetas lo que iba a suceder y que por s mismo se hizo semejante en el padecer() y que nos ense esto...(2Ap 10,8). Segn Courth (op. cit., 45s), "la connotacin de Cristo como maestro universal est determinada desde el punto de vista de la teologa de la trinidad por un doble deseo. Por un lado se trata, para Justino, de la absoluta trascendencia de Dios respecto al mundo. Este es el primer pilar fundamental de su enseanza sobre el Logos. Esto reviste un perfil especial, porque el platonismo medio acenta en Justino la incognoscibilidad y lo innombrable del Padre. El segundo pilar es el de la fe en la inmanencia de Dios en el mundo. En Cristo hecho hombre estn firme y mutuamente ligadas la trascendencia e inmanencia de Dios." Segn Grillmeier (p.207), Justino "frente a los judos introduce a este Jess en la perspectiva de profeca y cumplimiento vtero neotestamentaria. Se atreve a hacer de lo griego y de la orgullosa historia de su espritu una prehistoria y una explanada previa al cristianismo." Segn Spanneut y Libaert (op. cit., 991), "desde entonces la encarnacin aparece en la perspectiva de los Padres como la cumbre de esta accin continua del Logos, el punto culminante de su presencia y de su manifestacin al mundo, de su funcin reveladora y de su entrada en comunin con el hombre." Cita muchas profecas del AT sobre la encarnacin del Logos. Pero Justino no desarrolla sistemticamente bien la fe en la encarnacin hasta la crucifixin, aunque use muchas profecas y tipologas. La encarnacin, que incluye la crucifixin, recalca la funcin nica mediadora y reveladora del Logos Cristo. Da sentido a la historia del espritu de los griegos como a la revelacin de los judos. Con la encarnacin se revela totalmente el conocimiento de Dios. "Para Justino, con la encarnacin del Hijo de Dios no slo es coronada la historia de salvacin sino toda la historia de la humanidad" (P. Smulders, Dogmengeschichtliche und lehramtliche Entfaltung der Christologie, p. 405, en Mysterium Salutis III,1, pp. 389-476). 1 Y Quienes vivieron conforme a logos son cristianos, aun cuando fueron tenidos por ateos, como sucedi entre los griegos con Scrates y Herclito y otros semejantes a ellos, y entre los brbaros con Abraham y Ananas y Azaras y Misael y Elas y otros muchos (1Ap 46,3). De manera que los anteriores que vivieron sin logos eran malos y enemigos de Cristo los que, en cambio, vivieron y viven conforme al logos son cristianos, sin miedo, imperturbables...(1Ap 46,4). Segn 1Ap 59s, Platn tom de la Biblia. 2 Todo lo segn el Logos. 3 Porque [filsofos, poetas y escritores] cada uno habl bien segn la parte del Logos seminal () divino mirndolo emparentado ( ). Pero los que en los aspectos ms importantes se contradijeron no parecen haber alcanzado la ciencia infalible ni el conocimiento irrefutable. Pues cuanto de bueno fue dicho por ellos, nos pertenece a nosotros los cristianos, porque nosotros adoramos y amamos, despus de el Dios, al Logos que [procede] del inengendrado e inefable Dios, puesto que por nosotros hasta se hizo hombre para hacerse compartcipe de nuestros sufrimientos y curarlos (2Ap 13,3s). 4 Segn Courth (op. cit., 44), son dones de Dios. El Logos como fuente y principio del conocimiento moral y del verdadero culto a Dios no es la simple razn. Dice Grillmeier (o.c. 231s) R. Holte introdujo aqu algunas enmiendas; seal que la expresin spermatiko\j lo/goj no figura en el platonismo medio, pero s en Platn (para designar la la actividad del Logos, que supera al espritu humano). Hay que distinguir, a su juicio, en Justino entre el spermatiko\j lo/goj y los spe/rmata tou= lo/gou. Estos spermata son participacin (participatio) del espritu humano en el Logos. Fluyen de la actividad del Logos, que disemina as los conocimientos en la razn humana. Representan los grados inferiores del conocimientos, que el propio Logos encarnado ha llevar a la perfeccin. Donde slo hay semillas del Logos, ste tiene una presencia parcial (a)po\ me/rouj, meriko/j). 5 Porque siempre cuanto de bueno dijeron y hallaron filsofos y legisladores fue por ellos trabajado segn la parte de Logos [que les cupo] por la investigacin () y meditacin (), mas como no conocieron todo lo del Logos, que es Cristo, se contradijeron tambin con frecuencia unos a otros (2Ap 10,2s). ...nada admirable si los demonios incriminados se esfuerzan en que sean odiados mucho ms los que [viven] no slo segn una parte del Logos seminal () sino segn el conocimiento y la contemplacin de todo el Logos, es decir de Cristo (2Ap 8,3). 6 2Ap 10,1. Grillmeier (op. cit., 206s) dice respecto a este pasaje: "debera ser traducido 'todo el principio logos'. Este principio, sin embargo, es Cristo, 'quien apareci por causa nuestra'. Justino quiere darle al Logos el lugar de un principio cosmolgico. Para eso toma las especulaciones de la escuela platnica y as fundamenta su enseanza sobre el 'logos seminal'. El alma del mundo, segn los platnicos, es el principio del orden del mundo y, por cierto, en la creacin y conservacin del mundo tiene una parte racional que es llamada nous o logos o tambin

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    Porque todos los escritores slo obscuramente podan ver la realidad gracias a la semilla () del Logos que estaba implantada () en ellos. Pues uno es el germen () e imitacin de algo, dado segn la capacidad, y otra cosa es eso mismo cuya participacin () e imitacin se realiza segn la gracia que [procede] de aqul .1 Por un lado, queda clara la plenitud del Logos en Cristo y la excelencia del Cristianismo, y, a la vez la participacin de todos en el Logos, aunque en forma imperfecta y aunque muchos no vivan segn el Logos. Pero no profundiza ms en la relacin entre las semillas el Logos (indican la participacin general en el Logos) y el Logos Cristo.2 c) El y la creacin. Dios cre y orden todo por medio de su Logos.3 Pero el Logos, es slo proferido en relacin a la creacin, estando antes en Dios, porque el Padre siempre tiene consigo a la Razn?4 Segn ( ). La funcin de este principio cosmolgico, segn Justino, es asumida por el Logos, quien es Jesucristo. En su encarnacin, El apareci histricamente, y ciertamente como 'cuerpo, razn y alma'. [tricotoma platnica]... La doctrina del logos seminal no es tomada en sentido slo cosmolgico sino que est insertada en el esquema de Justino de historia de la revelacin en Cristo. Con esto contradice conscientemente el sistema autosuficiente del platonismo medio que no quera permitir ninguna irrupcin de una nueva revelacin en su tradicin, mucho menos de una revelacin de la que debe ser portador un Jess de Nazaret crucificado." 1 2Ap 13,5s. Los que creen en El son hombres en los que habita la semilla () que [viene] de Dios, el Logos (1Ap 32,8). Segn el comentario de A. Wartelle (Saint Justin. Apologies. Introduction, texte critique, traduction, commentaire et index, Paris 1987) a 2Ap 13,5s, "la idea es que hay una diferencia radical entre el germen del Logos y el Logos mismo: entre el germen de una realidad que no es sino una 'reproduccin', y que es dada a cada uno 'segn su capacidad' y esta misma realidad, cuya participacin e 'imitacin' slo son debidas a una 'gracia' que viene de ella. Justino distingue netamente aquello que se llama orden de la naturaleza del de la gracia," Respecto a la gracia, cf. Rodrguez, op. cit., 59-62. 2 Segn C. Huber (Logos. Dogmengeschichtlich, col. 1127, en LThK VI, col. 1125-1128), citando a Justino, "los Padres distinguen el Logos divino del Logos del hombre. Este significa la razn prctica en cuanto tambin ella es norma moral. A travs de ste los hombres participan en el Logos divino (): es un (), una imagen del Logos divino (). As participan los hombres de la verdad, aunque slo () y (), ms precisamente en el conocimiento de Dios y de la ley moral." Segn Rodrguez (op. cit., 85), "los estoicos ponan ms nfasis en la significacin cosmolgica de esta teora ['Logos Spermatiks']. Justino afirmar que el 'Logos Spermatiks es el Logos divino, la 'Dynamis' engendrada por el Padre antes de todas las cosas, que se manifiesta indirectamente, y por consecuencia, en forma incompleta, al hombre en el orden fsico y moral. El 'Logos Total' es el 'Logos divino' que slo se manifestar plenamente en Cristo y del cual slo se participar por la 'gracia'." Segn Grillmeier (op. cit., 204), "por este origen estoico, varios investigadores creyeron deber aceptar, respecto a la enseanza de Justino sobre el logos, una identidad entre la razn humana y el Logos divino." Este mismo autor (Ib., 204s) se inclina a distinguir entre el activo Logos divino, , y su siembra en el espritu humano, que son los . Segn Orgenes, en otra perspectiva, Dios Padre da a todos los seres el que sean; la participacin de Cristo, segn aquello que es Verbo (o razn), los hace que sean racionales (De Pr I,3,8). 3 1Apol 64,5; 59,5; 2Ap 6,3; Dial 114,3. 4 Justino parece haber tenido esta distincin en mente en Dial 61,2. Despus de Justino se desarrollar ese doble estado del Logos: y . Tertuliano, p.e. usa esta distincin, pero en Adv Prax 6,1,3-7 (CCL 2,1164s) dice que el Logos pretemporal ya es una persona condita. Y tambin insiste mucho ms en la unidad aproximndose a las futuras frmulas trinitarias. Con todo en Adv Prax 7,1, 3-6 (CCL 2,1165), a propsito de 'hgase la luz' dice: Este es el nacimiento perfecto de la Palabra (sermonis) cuando procede de Dios. Fundada (conditus) por El primeramente para pensamiento (ad cogitatum) bajo el nombre de sabidura -'El Seor me fund en el comienzo de sus caminos'-, generada despus (dehinc) para efecto -'cuando prepar los cielos yo estaba con El'-. Ireneo (Adv Haer II,13,3.8.10; II,28,4.6) reaccionar contra aplicar a Dios el proferir la palabra humana. Atanasio rechazar la terminologa de logos y (Exp Fid 1, PG 25,201A; cf. De Syn 26,5, PG 26,729D; Ambrosio, De Fide IV,7,72, PL 16,631B). Agustn en De Trin XV,11,20,1-12 (CCL 50,486s) referir la palabra exterior a la encarnacin.

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    Courth1, "el Logos existe desde siempre como fuerza de Dios. En relacin a la creacin sale de la voluntad del Padre y as es un otro respecto a El." Segn Rodrguez2, "el Logos ser as la primera 'Dynamis' despus de Dios, Padre de todas las cosas. El 'Logos' es 'engendrado' por la 'Dynamis y voluntad del Padre, de tal modo que, aunque es siempre pensado en funcin de la creacin y de los hombres, se le atribuye claramente cierta 'preexistencia', un cierto 'antes de todas las cosas', que nunca Justino llega a precisar."3 En cuanto a su Hijo, aquel que slo propiamente es llamado Hijo, el Logos, que est con El y es engendrado antes de las criaturas, cuando al principio cre y orden por su medio todas las cosas, es llamado Cristo por haber sido ungido y porque Dios ha ordenado todas las cosas por medio de El....4 Nosotros diramos, al menos, que su pensamiento no es claro respecto a si el Logos preexiste desde siempre. d) Subordinacionismo? La concepcin del Logos5 muestra clara la diferencia entre el Logos y el Padre.Y en cuanto a esta potencia () que la palabra () proftica llama tambin Dios y ngel..., no slo es reconocida por el nombre, como la luz del sol, sino que es tambin otra numricamente.6 Y examin brevemente al logos en lo dicho anteriormente diciendo que esta potencia es engendrada por el Padre, por poder y voluntad suya, pero no por corte (), como si se dividiera la substancia del Padre, al modo de las otras cosas que se dividen y cortan, que no son lo mismo que antes de ser cortados.7 ...Cualquiera

    1 Op.cit., 46. 2 Op. cit., 85. 3 Os voy a presentar ..., otro testimonio de las Escrituras sobre que Dios engendr, principio antes de todas las creaturas, cierta potencia racional de s mismo, la cual es llamada tambin por el Espritu Santo, Gloria del Seor, y unas veces Hijo, otras Sabidura; ora Angel ora Dios; ya Seor, ya Palabra; y ella misma se llama a s misma Capitn General, cuando se aparece en forma de hombre a Josu, hijo de Nav. Y es as que todas esas denominaciones le vienen de estar al servicio de la voluntad del Padre y de haber sido engendrado por el querer del Padre (Dial 61,1). 4 2Ap 6,3. Sobre algunas posibles interpretaciones de este pasaje, cf. E. R. Goodenough, The theology of Justin Martyr. An Investigation into the Conceptions of the Early Christian Literature and its Hellenistic and Judaistic Influences, Amsterdam 1968, p. 154. Antes (p. 153) haba afirmado este autor: "El [Justino] no conoce nada, al menos no lo dice, del Logos como ser eterno. Probablemente engendrar el Logos fue un peldao preparatorio hacia la creacin." Cf. Dial 62,4; Taciano, Orat 5; Atengoras, Leg 10. Teniendo, pues, el Dios a su Logos inmanente () en sus propias entraas le engendr con su propia sabidura, emitindole antes de todas las cosas. A este Verbo tuvo l como ayudante () de su creacin y por su medio hizo todas las cosas (Tefilo, Autol II,10). ...el Logos estaba siempre inmanente () en el corazn de Dios. Porque antes de crear nada, a ste tena por consejero, como mente y pensamiento suyo que era. Y cuando quiso hacer cuanto haba deliberado, engendr a este Logos proferido(), como primognito de toda la creacin, no vacindose de su Logos, sino engendrando al Logos y conversando siempre con El..."(Ib. , 22). 5 Tambin ayudar a establecer una generacin de tipo intelectual del Hijo respecto al Padre, sin escisin. Pero su connotacin cultural como intramundano contribuir a una tendencia subordinacionista. 6 Est respondiendo a una especie de modalismo que deca: Esta potencia sera inseparable e indivisible del Padre, a la manera -dicen- como la luz del sol que ilumina la tierra es inseparable e indivisible del sol que est en el cielo. Y como ste, al ponerse, se lleva consigo la luz, as, cuando el Padre quiere, hace saltar de s cierta potencia y, cuando quiere, nuevamente la recoge hacia s. De este modo ensean tambin que El crea los ngeles (Dial 128, 3: cf. 128, 2). 7 Dial 128,4.

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    convendra en que lo engendrado es numricamente distinto del que lo engendra.1 No es una generacin al modo del politesmo pagano sino que es al modo de una generacin espiritual.2 Pues le [a esa cierta potencia] son atribuidos todos estos nombres por estar al servicio de la voluntad del Padre y haber sido engendrada desde el querer del Padre ( )). Pero no vemos que algo semejante se produce tambin en nosotros? En efecto, al emitir ()3 una palabra (), engendramos la palabra (), no por corte de modo que se disminuya la razn () que hay en nosotros al emitirla. Algo semejante vemos tambin en un fuego que se enciende de otro, sin que se disminuya aquel del que se tom la llama, sino permaneciendo el mismo. Y el fuego encendido tambin aparece con su propio ser, sin haber disminuido aquel de donde se encendi.4 Esto explica por qu el Padre no sufre escisin al generar el Logos. Pero el ponerlo demasiado en relacin con la voluntad del Padre5 podra llevar a alguien a pensar que fue generado libremente6 y que pudo no serlo.7 Ciertamente es llamado Dios8, pero sin artculo.9 Al insistir Justino en que el Logos es distinto del Padre trascendente, un otro Dios,10 manteniendo a la vez el monotesmo, y al no mostrar 1 Dial 129,4. Cf. Ib., 129. En Dial 62,2, refirindose al 'hagamos' de Gn 1,26 y a Gn 3,22, dice: sin discusin posible tenemos que reconocer que Dios convers con alguien que era numricamente distinto y a la vez racional (). Cf. Ib., 56 (ver 56,11); 62,3; Atengoras, Leg 12. 2 "La dificultad con la analoga de engendrar, al margen de sus connotaciones antropomrficas, est en el hecho de que implica un corte y una disminucin del engendrador, cosas ambas que Justino es muy cuidadoso en negar" (Goodenough, op. cit., 148). Orgenes (De Pr IV,4,1) reaccionar contra la 'prolacin', porque la encontrar corporal, y porque divide la naturaleza divina (De Pr I,2,6,71-81; IV,4,1,7-9). Es ms bien como la voluntad suya que procede de la mente y no corta una parte de ella, ni se separa o divide de ella; de esta manera hay que pensar que el Padre ha generado al Hijo, es decir su imagen; y as como El es invisible por naturaleza, as engendr una imagen tambin invisible (De Pr I,2,6,179-183; cf. Ib., I,2,6,163s). Nosotros no decimos, como lo piensan los herejes, que una parte de la substancia de Dios se convirti en el Hijo o que el Hijo fue procreado por el Padre a partir de la nada, es decir, afuera de su substancia, de tal manera que hubo un momento en que El no exista...(De Pr IV,4,1,12-16). 3 Esta ser la de la verdad, custodia de la unidad, por la que decimos que el Hijo ha sido proferido (prolatum) por el Padre, pero no separado. Pues Dios profiri al Logos (sermonem), como tambin el Parclito lo ensea, como la raz al fruto, la fuente al ro y el sol al rayo (Tertuliano, Adv Prax 8,5,24-28, CCL, 2,1167). Tertuliano equivale a prolatio. 4 Dial 61,1s. Cf. Taciano, Orat 5; Tertuliano, Apol 21,12s, CCL I, p.124s,56-64. 5 Dial 61,1; 100,4; 127,4; 128,4; Taciano, Orat 5. 6 Segn Orgenes, engendrar al Hijo ser una libre expresin de la bondad del Padre (cf. De Pr I,2,13; I,2,6,lin 163ss), lo que H. Crouzel (Origne, Paris 1985, p. 241s) comenta en el sentido de un engendrar "libre y necesario (cf. De Pr I,2,9; IV,4,1)". Cf. Gregorio de Nacianzo, Orat Theol, 3, 2. Santo Toms (Pot 10, 2 ad 5; cf. Pot 2, 3; In Sent I, d. 6, q 2; Summa Theol I, 41, 2): "La voluntad apetece libremente la felicidad, aunque la apetezca necesariamente. As, pues, tambin Dios se ama libremente a s mismo con su voluntad, aunque por necesidad se ame a s mismo. Y es necesario que tanto se ame a s mismo cuanto es bueno, como tanto se entiende a s mismo cuanto es. Libremente, por tanto, el Espritu Santo procede del Padre, sin embargo, no posiblemente sino por necesidad". 7 As Goodenough (op. cit., 150) llega a opinar: "Este fluir de las hacia afuera del Padre de ninguna manera se debe considerar como un inevitable proceso de la naturaleza divina. Una fuerza sale slo cuando Dios quiere que eso suceda. Por eso, el Logos, ngeles y todas las potencias son el resultado de una accin de la voluntad de Dios." 8 Es llamado Dios y es Dios y lo ser (Dial 58,9). Cf. p.e. 1Ap 63,15; Dial 56-62; 63,5; 64,1; 68,9. 9 Tambin habla de (cf. Goodenough, 158). Segn J. D. N. Kelly (Early Christian Doctrines, 5 ed., London 1980, p. 97), "si miramos su naturaleza, mientras otros seres son 'cosas hechas' () o 'creaturas' (), el Logos es la 'progenie' de Dios (), su 'infante' (), su 'hijo nico' ( [Dial 105,1; cf. 1Ap 23,2; 2Ap 6,3])." Respecto a la filiacin, cf. Wartelle, op. cit., 60. 10 Smulders (op. cit., 404s) constata en esto influencia del platonismo medio.

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    con mayor claridad la unidad entre el Logos y el Padre1, se presta para un subordinacionismo.2 ...Hijo del mismo verdadero Dios y a quien tenemos en el segundo lugar ( ), y al Espritu proftico, en el tercer puesto ( )3 Se mueve, pues, en un campo subordinacionista.4 Finalmente, la confesin de fe en el Espritu Santo permanece no desarrollada y un poco tapada por el Logos (p.e. la funcin proftica). e) Conclusin. Ha aparecido en Justino: el del cual participamos mediante la semillas del oLgos nsitas en nosotros. La comparacin con el logos y vendr depus de Justino. la relacin de ste ltimo con la creacin, etc. Segn Bhner5, Justino trata de armonizar el logos estoico con el bblico. Pero segn Courth6, "tomar el concepto de Logos para determinar el universal envo de Cristo est determinado fundamentalmente por un inters teolgico. Frente a esto, los materiales tomados del platonismo medio o tambin del estoicismo son secundarios. Le interesa a Justino determinar a Cristo crucificado y resucitado como la autntica y poderosa palabra de Dios. Slo El revela al Padre7; as es el maestro universal en el tema de Dios para los hombres de todos los tiempos. Pero no slo como tal habla Cristo. Tambin El es aquel poder universal que ayuda y nos hace entender la verdad de Dios."8

    1 Al afirmar la diferencia, no basta con que afirme que sta no es en la : este Dios que se dice y escribe haber apararecido a Abraham y a Jacob y a Moiss es otro que el Dios hacedor del universo; otro, digo, numricamente, no en sentir y pensar (Dial 56,11). 2 Segn Goodenough (op. cit., 155), insiste en las dos divinas personalidades, "y consecuentemente pone como base real de su argumento por el monotesmo: no la unidad de la ousia sino la subordinacin en rango del segundo Dios." Y en p. 156 llega a decir: "Se ha visto que su origen era de la misma naturaleza que el de los ngeles, y, al menos en este punto, su ndole es como la de ellos" A El y al Hijo, que de El vino y nos ense todo esto, y al ejrcito de los otros ngeles buenos que le siguen y le son semejantes (), y al Espritu proftico, le damos culto y adoramos...(1Ap 6,2). Consecuentemente concluye (p. 159): "Porque el Logos era una emanacin de Poder, una permanente como todas las otras permanentes, pero agraciado por voluntad de Dios con poderes, gloria y eminencia tan superior a los otros que slo El es propiamente llamado Hijo, y Seor, y slo a El se le aplica la palabra (o ). Segn Wartelle (op. cit., ad loc.), la secuencia es trinitaria, pero el Hijo est escoltado por ngeles, que, por oposicin a los demonios malos, le son semejantes (el mismo Hijo es llamado ngel). 3 1Ap 13,3. Cf. Ib. 13,4; 60,7. Es llamado y se dice Dios y Seor otro, que est bajo el Hacedor del universo; el cual tambin se llama ngel (Dial 56,4). La primera potencia () despus del Padre de todo y Dios soberano, e hijo suyo, es el Logos ( 1Ap 32,10). 4 No es un subordinacionismo extremo. 5 Op. cit., 501, refirindose al . 6 Op. cit., 45 7 Mt 11, 27. 8 Segn la antigua opinin de A. Aall, "Justino tom de Filn y de los estoicos y modific su visin del logos; l la desvi haciendo del logos una persona." (Der Logos. Geschichte seiner Entwicklung in der griechischen Philosophie und der cristlichen Literatur, Leipzig 1896-1899, p. 282, en E. F. Osborn, Justin Martyr [Beitrge zur historischen Theologie,47], Tbingen 1973, p. 42).

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    5.- IRENEO DE LYON 1) La tradicin como marco protector. Desarrolla dentro del marco de la Tradicin una concepcin trinitaria histrico salvfica en respuesta a la Gnosis, a marcionitas, etc.. En el acontecer se van mostrando las personas de la Trinidad y su dinmica. No slo se apoya en la Biblia sino tambin en los apstoles y en la tradicin de la Iglesia. La verdadera Gnosis es la enseanza de los apstoles y de la Iglesia para todo el mundo. La tradicin unnime confiesa la fe en el Dios1 trinitario: en un solo Dios Padre omnipotente, quien ha hecho el cielo y la tierra y el mar y todo lo que se contiene en ellos; y en un Cristo Jess el Hijo de Dios que se encarn por nuestra salvacin; y en el Espritu santo que ha anunciado por medio de los profetas las economas de Dios y la venida y la generacin de la Virgen y la pasin y la resurreccin de entre los muertos y la ascensin a los cielos en carne del amado Jesucristo Nuestro Seor y su parusa desde los cielos en la gloria del Padre para recapitular todo y resucitar toda carne del gnero humano...2 Aparece desarrollada la triple confesin de fe bautismal3: Dios Padre increado, que no puede ser contenido, invisible, nico Dios, creador del universo...; el Verbo de Dios, Hijo de Dios, Jess Cristo Nuestro Seor, que ha aparecido a los profetas segn el carcter de su profeca y segn el estado de las economas del Padre, por quien todo ha sido hecho, quien, adems, en el fin de los tiempos, para recapitular todo, se hizo hombre entre los hombres, visible y palpable, para destruir la muerte, hacer aparecer la vida y obrar una comunin entre Dios y el hombre..; el Espritu Santo por el que los profetas han profetizado y los Padres han aprendido lo que concierne a Dios, y los justos han sido guiados en el camino de la justicia y que, al fin de los tiempos, ha sido derramado de una manera nueva sobre la humanidad 1 Cf. I,12,2,23-26; 22,1,1-17; 13,3,54ss, etc. 2 Adv Haer I,10,1. Cf. V, 20,1; IV,6,6,139s,etc. Sobre el uso del esquema binario y el ternario por Ireneo, puede verse M. SIMONETTI, Il problema dellunit di Dio: da Giustino a Ireneo, p. 97ss, en Idem, Studi sulla cristologia del II e III secolo (Studia Ephemeridis Augustinianum 44; Inst. Patristicum Augustinianum, Roma 1993) 71-107. 3 Cf. Epid 3.

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    para renovar al hombre para Dios en toda la tierra.1 El bautismo es un verdadero acontecimiento trinitario que nos dona el renacer a Dios Padre por medio de su Hijo en el Espritu Santo. Porque los portadores del Espritu de Dios son conducidos al Verbo, es decir al Hijo, y el Hijo los presenta al Padre, y el Padre les procura la incorruptibilidad. Por tanto, sin el Espritu es imposible ver al Verbo de Dios, y sin el Hijo nadie puede acceder al Padre: porque el conocimiento del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios es por el Espritu Santo.2 En el bautismo se concretiza la historia trinitaria de salvacin para cada creyente. Ireneo tambin entiende trinitariamente la Eucarista.3 Tiene una visin trinitaria de la Iglesia.4 El Padre, pues, es Seor y el Hijo es Seor; es Dios el Padre y lo es el Hijo, porque el que ha nacido de Dios es Dios. As segn su ser y su poder y su esencia, se muestra un solo Dios, pero al mismo tiempo, en la administracin de la economa de nuestra salvacin, Dios aparece como Padre y como Hijo. Porque siendo el Padre de todas las cosas invisible e inaccesible a las creaturas, es por medio del Hijo como los destinados a acercarse a Dios deben conseguir acceso al Padre (Dem 47)5.

    1 Epid 6. Vase V,18,2,36-42; IV,33,7,129-137. Refirindose a Cristo dice Ireneo: Lo ungi ciertamente el Padre, pero el ungido es el Hijo, en el Espritu Santo que es la uncin (III,18,3,67s). 2 Epid 7. Cf. V, 36,8?, etc. 3 Cf. IV,38,1. Vase IV,2,3; IV,18,5. 4 Expresa A.Orbe: Segn eso, all en la prehistoria de la creacin, cuando slo vivan las tres divinas personas, pensando y disponiendo la Economa de la Salud, el Hijo, en cuanto Dios (o Hijo de Dios) recibe del Padre el leo de la uncin y el leo de la uncin es el Espritu para infundirlo luego sobre la creacin, y de manera especial sobre el hombre. El Espritu, uncin y ungento del universo, posee en absoluto una causalidad tan extensa como la del Verbo, pero siempre complementaria. Su finalidad no se limita a la estricta santificacin, como podra indicarlo su nombre de Espritu Santo. Se extiende a la Salud (swthri/a), en sentido lato; a la conservacin en plenitud de vida y poder, de todas las especies naturales e individuos. A diferencia del Verbo, en sus funciones de tal, principio de subsistencia o consistencia (kti/sij), el Espritu dota a los seres supuestos consistentes de su virtud y actividad propios, necesarios para su desarrollo y funciones en el mundo. Al Espritu se debe la consumacin telei/wsij, natural y sobrenatural en la obra del Verbo. Ni los individuos ni las especies podran vivir en el universo con la sola subsistencia. S. Ireneo apenas indica la causalidad tpica del Espritu Santo en el mundo. Le concibe, como los Estoicos, invadiendo y gobernndolo todo (to\ die/pon ta\ pa/nta); como principio divino que fecunda la vid y multiplica el grano de trigo cado en tierra. Sus efectos no son unvocos. A lo inanimado le mantiene en unidad y cohesin con una swthri/a proporcionada a su naturaleza. A lo animado y viviente se le comunica en el tiempo como soplo de vida, mientras que a los hombres desea infundirles el Espritu de adopcin en orden a la vida eterna (La uncin del Verbo. Estudios valentinianos III [Analecta Gregoriana 113], Universit Gregoriana, Roma 1961, 517-519). Orbe va sealando los siguientes textos al respecto: Adv Haer I, 22,1; III, 16,7; IV, 20,4; Dem 5; Adv Haer IV 36,7; V, 2,3; III, 11,8; V, 9,1; 18,2. 5 Cf. III,6,1.?

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    Respecto al conocimiento de Dios advierte Ireneo que si es imposible conocer a Dios segn su grandeza, no lo es segn su amor1. 2) Las manos de Dios como origen de la creacin. La obra salvadora abraza toda la creacin. El Dios bueno hizo libremente el universo y el hombre2 para poder comunicarle su amor. Se excluyen los mediadores. El lo hace por su Palabra, el hijo, y por su Sabidura, el Espritu. Son las dos manos de Dios. Como realidades intradivinas son autnticos mediadores de la creacin y de la redencin. Porque Dios no tena necesidad de ellos (ngeles, etc.) para hacer lo que El consigo mismo, de antemano, haba predefinido hacer, como si El no tuviera manos. Pues siempre estn presentes el Verbo y la Sabidura, Hijo y Espritu, por medio de los cuales y en los cuales hizo todo libre y espontneamente, y a los que habl diciendo: hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra. Es bien que tom de s mismo la substancia de las creaturas, y el modelo de lo realizado y la figura en el mundo del ornato.3

    1 Cf. IV,20,5,99ss; IV,20,1,1-8; IV,20,6,145-149. El Verbo salvaguardaba la invisibilidad del Padre, para que no llegara el hombre alguna vez a despreciar a Dios, pero, con todo, lo mostraba visible por muchas disposiciones para que no desfalleciera totalmente el hombre (cf. IV,20,7,175-180). Vase IV,6,3ss, etc. Puede verse J. Ochagava, Visibile Patris Filius. A Study of Irenaeus Teaching on Revelation and Tradition (OChA,171) Inst. Or. Stud. 1964, Roma, 80s. En el artculo, San Ireneo y el conocimiento natural de Dios (Greg LLVII (1966) 441-471.710-747), p.476, concluye A. ORBE: El Verbo en su universal eficacia manifiesta al Padre de muchas maneras, con arreglo a Su accin sobre los seres. Da a conocer por va racional, mediante la creacin al Creador de ella, as como revela por va de fe, mediante el Hijo al Padre. Cf. IV,6,6. Hay pues revelacin y revelacin. Una primera, genrica, simple manifestacin de Dios, asignada al Verbo en su universal eficacia sobre lo creado. Y otra especfica, revelacin saludable, la que corresponden el hombre la fe (b. 747). Cest donc par lEsprit dispens par le Fils que les baptiss possesseurs ou porteurs de cet Esprit peuvent voir le Verbe-Fils (R. Tremblay, La manifestation et la vision de Dieu selon saint Irne de Lyon [MBT,41], Aschendorff 1978, Mnster, 158). 2 As la creacin es una huella positiva del Dios bueno. Todas las Escrituras, profticas y evanglicas, proclaman abiertamente y sin ambigedad..., a un Dios solo y nico, con exclusin de otros, quien hizo todo por su Verbo, lo visible y lo invisible, lo celeste, lo terrestre, lo acutico y lo subterrneo... Es uno el que hizo el mundo y lo gobierna (II,27,2). En efecto, por la misma creacin el Verbo revela al Dios Creador, y por el mundo al Seor que lo fabric, y por lo plasmado al artfice que lo plasm, y por el Hijo a aquel Padre que gener al Hijo (IV,6,6). Cf. II,30,9,234-253. Invisibile etenim Filii Pater, visibile autem Patris Filius (IV,6,6,99s). Puede verse A. ORBE, El Dios revelado por el Hijo, Adv. Haer. IV,6, August 32 (1992) 5-50. 3 IV, 20,1,15-23. El Padre estaba asistido para todo por su progenie y figuracin (figuratio), esto es el Hijo y el Espritu, 5(IV,7,4,68-70; cf. I,22,1,1-15; III,24,2,56-58; IV, Praef. 4,62-65). Ab eo Deo qui omnia Verbo fecit et Sapientia adornavit (IV,20,2,41s)

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    Siempre coexisti el Hijo con el Padre.1 El Hijo es la Palabra eterna, es Dios mismo.2 El Padre es, por lo tanto, Seor, y el Hijo es Seor; y el Padre es Dios y el Hijo es Dios, porque lo nacido de Dios es Dios. Y As, segn la esencia y el poder de su naturaleza, aparece un solo Dios; y es, por otra parte, en cuanto administrador de la dispensacin de nuestra salvacin, Hijo y Padre. Porque el Padre de todas las cosas es invisible e inaccesible a los seres creados, es por medio de su Hijo que deben obtener acceso al Padre, los que son destinados a acercarse a Dios.3 En el misterio de Dios no se debe describir su nacimiento: nosotros le responderemos que esta emisin (prolationem) o generacin o enunciacin o manifestacin, o cualquier otro nombre con que quiera llamarse esta generacin inefable, no la conoce ni Valentn, ni Marcin, ni Saturnino, ni Baslides, ni los Angeles ..., sino slo el Padre que ha engendrado y el Hijo que es nacido.4 Basta con hablar del unignito siempre preexistente.

    1 II, 30, 9. Cf. II, 25, 3; II,30,9,247-253. Por lo tanto, desde el comienzo el Hijo es el revelador del Padre, porque desde el comienzo est con el Padre. El mostr , consecuentemente y en forma armoniosa y a su debido tiempo, para utilidad, al gnero humano,visiones profticas y diversidad de gracias y sus ministerios y la glorificacin del Padre (IV,20,7). Cf.. El Padre inmenso (incomensurable), en el Hijo est medido. Pues la medida del Padre es el Hijo, porque tambin lo comprende (IV,4,2,33-35). Respecto a la existencia ab aeterno del Logos, Orbe es reticente (Estudios sobre la teologa cristiana primitiva [Fuentes Patrsticas. Estudio 1; Ciudad nueva, Madrid-Roma 1994] 7.). 2 Cf. II, 13, 8. Por eso es diferente del acto humano de hablar. Segn V,18,2,66-71, el Verbo en lo invisible sostiene todo lo que ha sido hecho, y est impreso en toda la creacin, en cuanto Verbo de Dios que gobierna y dispone de todo. 3 Epid 47. 4 II, 28, 6. Cf. tambin Adv Haer, II, 28,3.7 Ireneo renuncia a saber qu haca Dios antes de la creacin del mundo, a avanzar teoras sobre el modo de la generacin del Verbo y la aparicin de la creacin primera. Centrar su reflexin sobre el hombre y su historia de salvacin (E.Romero Pose, Ireneo de Lin, Demostracin de la predicacin apostlica. Introduccin, Traduccin y Notas (extractadas de la obra de Antonio orbe) (Fuentes Patrsticas 2; Ciudad Nueva, Madrid 1972) 33). S. Ireneo fu extremadamente reservado para tocar el tema de la procesin del Verbo. Constante en subrayar su coexistencia con el Padre, se muestra precavido, como pocos eclesisticos, al abordar la ndole de la generacin del Logos. Tema quizs incurrir en lo que reprenda entre los gnsticos. La trascendencia de Dios parecale atajar todo intento de penetrarla. Insisti en la simplicidad y homogeneidad divinas, hasta el punto de eliminar toda distincin nocional (cf. Adv Haer II, 13,3.8) S. Ireneo no ve modo de urgir las analogas de la actividad intelectual e incorprea del alma humana con la divina. La simplicidad absoluta de Dios se lo prohbe. En Dios, segn l, la realidad simple hace que todo sea Inteligencia, Verbo, y Pensamiento a un tiempo. Nada es anterior a nada (A. ORBE, Hacia la primera teologa de la procesin del Verbo Estudios Valentinianos I,1 (Analecta Gregoriana, 99; Univ Gregoriana, Roma 1958) 664s; cf. bid. 664-673). Estos misterios, los ngeles desean a contemplarlos, pero ellos no pueden escrutar la Sabidura de Dios, por medio de la cual, su obra (plasma) es llevada a ser conforme y concorporal al Hijo, de tal forma que su progenie, el Verbo primognito descienda a la creatura, es decir a lo plasmado, y sta sea tomada por El, y la creatura, a su vez, tome el Verbo y ascienda hacia El, sobrepasando a los ngeles y llegando a ser segn la imagen y semejanza de Dios (V,36,3).

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    El Hijo desde siempre glorifica al Padre1, y, en cuanto imagen del Padre form a los hombres a imagen suya. En relacin al resto de la historia salvfica se habla del intercambio vital entre las personas y a menudo perfila a los tres. En general, el Padre es en quien todas las cosas tienen consistencia y es la fuente de todo querer y actuar divino. El Hijo es el prototipo de la creacin y, a la vez, la fuerza, con la que el Padre realiza todo2. El Espritu Santo regala a la creacin en su diferencia y pluralidad, armona y orden, y la conserva.3 Tal es el orden, tal es el ritmo, tal es el movimiento (ductu) por los que el hombre creado y modelado es constituido segn la imagen y semejanza del Dios increado: el Padre ciertamente lo tiene a bien y manda, el Hijo ejecuta (ministrante) y modela, el Espritu nutre y da incremento, y el hombre progresa y llega poco a poco a lo perfecto, es decir se allega al Increado.1 El hombre como imagen, unidad de cuerpo y alma (en vista a la encarnacin del Hijo), es hecho semejante mediante la comunicacin del Espritu

    1 IV, 14, 1. As, pues, en el comienzo, Dios plasm a Adn, no porque necesitara del hombre, sino para tener alguien en quien colocar sus beneficios. Pues no slo antes de Adn, sino an antes de toda creacin, el Verbo glorificaba a su Padre permaneciendo en El, y El mismo era glorificado por el Padre, como El dice: 'Padre glorifcame con la gloria que tuve junto a ti antes que el mundo fuera'. (IV,14,1). Vase Dem 10. Anota POLANCO: Que el Verbo, esto es el Hijo, ha estado siempre junto al Padre, lo hemos demostrado ya muchas veces. Pero que tambin la Sabidura, que es el Espritu, estaba junto a l antes de toda creacin, lo dice Salomn(IV 20,3) Cf. II,25,3; II,30,9. El Verbo existe en el seno del Padre (III,11,6) (Gloria enim Dei vivens homo, vita autem hominis visio Dei. Reflexiones sobre el homo vivens en el pensamiento de San Ireneo, 171 n. 3, en S. Fernndez et alii [ed.], Multifariam. Homenaje a los profesores Anneliese Meis, Antonio Bentu y Sergio Silva, 159-191). Observa ORBE, Nunca afirma s. Ireneo que la glorificacin misma del Verbo ante omnem conditionem priusquam mundus esset fuera necesaria a Dios, y por tanto que haya de extenderse a la etenidad anterior. Subraya la esplendidez divina en la creacin; contrastando su glorificacin por el Verbo ante omnem conditionem con la que destina para nosotros asocindonos a la del Verbo (Hacia la primera teologa, o.c., 125; cf. b. 125-127). Cf. V,1,1,11; II,25,3,51-53; II,30,9,250s; IV, 14,1,4-8; 20,3,53-56 (El Espritu junto al Padre antes de toda creacin); Dem 10 (Vase nota de ROMERO POSE); 30; 52, etc . Ireneo renuncia a saber qu haca Dios antes de la creacin del mundo, a avanzar teoras sobre el modo de la generacin del Verbo y la aparicin de la creacin primera. Centrar su reflexin sobre el hombre y su historia de salvacin (E. Romero Pose, Ireneo de Lin, Demostracin de la predicacin apostlica. Introduccin, Traduccin y Notas (extractadas de la obra de Antonio orbe) (Fuentes Patrsticas 2; Ciudad Nueva, Madrid 1972) 33). 2 El Verbo es coextensivo con la creacin; la sostiene y rige (Dem 34; cf. III,11,9; 16,6; IV,19,2; V,18,3,66-71, etc.). Desde el comienzo el Verbo se ha acostumbrado a ascender y descender por la salud de los que lo estaban mal (IV,12,4,80-83; cf. III,18,1,1-3IV,6,7,131-138, etc.). 3 "Todo induce a creer que para Ireneo: a) el Hijo, como tal es Imagen asequible del Padre y Paradigma de las (futuras) creaturas, singularmente del hombre, y Logos subsistente llamado a fabricar como Demiurgo las cosas, de que es Paradigma, imprimiendo en ellas sus propias formas; b) el Espritu Santo, como tal, no tiene Forma alguna ; posee en cambio como esencia divina el dinamismo indispensable para animar y vivificar la obra del Hijo; es Sabidura, en cuanto Espritu Sapiente que da cohesin y unidad y vida a las cosas (cf. Sb 1,7); principio de 'asimilacin' o de 'configuracion' se dice Figuratio (Patris), o Figura (in mundo ornamentorum), porque completa dinmicamente la obra demirgica del Hijo, otorgando a las substancias creadas el ornato (aun divino) que las perfecciona en el orden operativo" (A. Orbe, Introduccin a la teologa de los siglos II y III [Verdad e Imagen,105], Salamanca 1988, p.125). En Dem 5, usa trinitariamente Ef 4,6: Unus Deus Pater qui super omnia et per omnia et in omnibus nobis (SC 406,90).

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    Santo. En la medida en que el Espritu Santo lo penetra, se puede hablar del hombre perfecto espiritual.2 3) La encarnacin. El hombre fue creado a imagen de Dios para una vida que consiste en la 'comunin con Dios' y va siendo formado por El.3 Pues la gloria de Dios es el hombre viviente, mas la vida del hombre es la visin de Dios4, por la cual participa en su inmortalidad.5 El hombre ha perdido culpablemente este regalo primero, echando a perder la semejanza. Es esclavo de Satans y presa de la muerte. Pero Dios lo va conduciendo hacia el final. Por ltimo, el Verbo mismo, el Hijo eterno de Dios se hizo carne y sangre segn la plasmacin del principio... para al final salvar en s mismo lo que al principio pereci en Adn.6 Se hizo realmente un hombre de nuestra carne para salvar a Adn7 y a su linaje. Pero naci de una virgen para mostrar que esta salvacin se debe a una iniciativa exclusiva de Dios.8 Jesucristo es, pues, Dios y hombre.9 Repite a menudo que es uno y el mismo10. Su Verbo unignito, que por todos los tiempos est con el linaje humano, se ha unido y mezclado (consparsus)11con su criatura (plasmati)..., Jesucristo, nuestro Seor .12 Y, a la inversa, Este hijo de hombre es el Cristo, el Hijo del Dios viviente.13 Y cuando apareci sobre la tierra y vivi con los hombres, mezclando y amasando l

    1 IV,38,3,70-77. Cf. II,30,9; IV,20,6,145-149; Epid 5. 2 V, 6, 1. 3 IV,14,1; IV,39,2. Facere enim proprium est benignitatis Dei, fieri autem prorium est hominis naturae (IV,39,2,52-54). 4 IV, 20,7,180s. Vase III,20,2,51-53. 5 IV, 38, 3. 6 V, 14, 1. Ut fieret filius hominis ad hoc ut et homo fieret filius Dei (III,10,2,46s). Cf. V, Praef. 36-39; III,19,1,18-28; IV,20,5,111-117, etc. 7 III, 23, 1ss. 8 III, 21, 6-8. 9 III,21,4; cf. III,18,7. As como era hombre para ser tentado, as era Verbo para ser glorificado. Estaba, por un lado, en reposo el Verbo para que pudiera ser tentado, deshonrado, crucificado y morir; y, por otro lado, estaba absorbido el hombre en aqul que vence, y sotiene y resucita, y es elevado al cielo (III,19,3). 10 Unus quidem et idem existens, dives autem et multus. Diviti enim et multae voluntati Patris deservit (III,16,7,245-247). Cf. IV,20,11,279-283. Puede verse A. Houssiau, La christologie de Saint Irne (UCL, Th., III,1), Publications Univ. de Louvain 1955, Louvain, 233-235. 11 Cf. III,16,6; IV,20,4. 12 III, 16, 6. 13 III, 18, 4.

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    el Espritu de Dios el Padre con la carne plasmada de Dios, para que el hombre fuera a imagen y semejanza de Dios.1 Ireneo habla de diversas maneras sobre la obra salvadora del Seor2, pero son sobre todo las categoras de la recapitulacin3 y del intercambio4 las que iluminan el carcter de su pensamiento y de su significacin histrico dogmtica. Apenas alude al tema de la muerte de Jess como vctima expiatoria.5 Mayor nfasis pone en la victoria sobre Satn.6 Cristo es nuestro liberador.7 A propsito de la resurreccin dir: en la carne de Nuestro Seor irrumpe la luz del Padre y desde su carne rutilante viene a nosotros, y as el hombre accede a la incorrupcin rodeado de la luz paterna.8 El Verbo, que est en el principio junto a Dios, mediante el cual fueron creadas todas las cosas y que en todos los tiempos asisti al gnero humano,9 este verbo, al fin de los tiempos..., se uni con lo plasmado por El y se hizo hombre pasible... Cuando se encarn y se hizo hombre recapitul en s mismo la larga historia 1 Epid 97. 2 Pues si el hombre no hubiera vencido al enemigo del hombre, el enemigo no habra sido vencido justamente. Por otra parte, si Dios no nos hubiera dado la salvacin, no la tendramos con firmeza. Y si el hombre no estuviera unido a Dios, no podra ser partcipe de la incorruptibilidad. Porque era conveniente que el mediador de Dios y los hombres, por su pertenencia a ambos, recondujera a ambos a la amistad y concordia e hiciera que Dios asumiera el hombre y el hombre se entregara a Dios [presentar el hombre a Dios e hiciera conocer Dios a los hombres] (III, 18, 7). Cf. V,21,1,15-27. 3 Por tanto, como hemos mostrado, solo hay un solo Dios, el Padre, y un solo Cristo nuestro Seor, que viene a travs de toda la economa recapitulando todo en s mismo. En este todo se incluye tambin el hombre, plasmacin de Dios. Por tanto en s mismo recapitul tambin al hombre, de invisible llegando a ser visible, de incomprensible llegando a ser comprensible, de impasible llegando a ser pasible, de Verbo hombre, recapitulando todo en s (III,16,6,210-218). Cf. III,18,7,206-209; 21,9,215ss. Puede verse B. SESBO, Tout rcapituler dans le Christ. Christologie et sotriologie dIrne de Lyon (Jsus et Jsus-Christ 80; Decle, Clamecy 2000), cap. 6. 4 Cf. p.e. III,19,1,18-28. 5 IV,5,4; IV,8,2; V,1,1; Epid 68s. Para Ireneo, la muerte de Jess es ms bien la consecuencia de la desobediencia de Adn, soportada y vencida por la obediencia del hombre nuevo. Y porque todos nosotros, en la primera creatura, Adn, habamos sido encadenados a la muerte por el hecho de la desobediencia, era necesario que las cadenas de la muerte fueran rotas por la obediencia de Aqul que se hizo hombre por nosotros (Epid 31). 6 II,20,3,50-59; III,18,6s; III,23,2; V,1,1; V,21,1-3. Y es por esto que nuestro Seor tom una corporeidad idntica a aquella de la primera creatura, para combatir por los padres y vencer en Adn al que en Adn nos haba herido (Epid 31). 7 IV,13,3; IV,33,1. 8 IV, 20, 2. La deificacin de la Carne del Hijo es el origen mediante la efusin de su Espritu de la glorificacin del hombre; es la mediadora entre Dios y los hombres, entre el Spiritus Deus y el homo caro. El Hijo recibe del Padre, en su carne, el Espritu, para comunicarlo a los hombres, sus hermanos, y as stos poder alcanzar la deificacin (Romero, Ireneo de Lin, o.c., 34). Vase A. ORBE, Visin del Padre e incorruptela segn san Ireneo, Greg 64(1983)199-241, pp.222-228; POLANCO, Gloria, o.c.,179). 9 Cf. Epid 45s.

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    (expositionem) de los hombres y en este compendio nos ha otorgado la salvacin, de manera que recobramos en Cristo Jess lo que perdimos en Adn, esto es, el ser a imagen y semejanza de Dios1. Desde la creacin y sobre todo en la revelacin a los patriarcas y profetas, la palabra de Dios comunicaba el conocimiento del Padre. Pero ahora la palabra se ha hecho pequea y como un nio, a la medida del hombre.2 Recapitular es volver a colocar bajo una cabeza, compendiar la historia de salvacin, restaurar y completar la creacin de los orgenes. El nuevo Adn recorre en sentido inverso el proceso de la cada de Adn (cf. la recirculatio de Mara en III,22,4). La obediencia de la virgen Mara (causa salutis) corresponde a la desobediencia de la virgen Eva (causa mortis).3 As la cruz es la anttesis del rbol del que comi Adn.4 Como por la desobediencia de un solo hombre ha entrado el pecado y por el pecado domin la muerte, as tambin por la obediencia de un solo hombre ha entrado la justicia que produce frutos de vida para los hombres que otrora estaban muertos.5 Con la obediencia de su muerte se convirti en primognito de los muertos.6 Pero tena que pasar por toda la vida de los hombres y cargar sobre s con todas sus debilidades, a fin de ser obediente en todo y santificar as toda nuestra vida y a todos los hombres.7 En El queda restaurada definitivamente la creacin originaria.8 El Seor tom la misma economa de corporeidad que l, naciendo de la Virgen por la voluntad y sabidura de Dios, para mostrar, El tambin, la identidad de su corporeidad en relacin a la de Adn y hacerse aqul que fue descrito al comienzo, el hombre segn la imagen y la semejanza de Dios.9

    1 III, 18, 1. 2 IV, 38, 1s. 3 III,22,4; V,19,1. Para que Eva [fuera recapitulada] en Mara, para que una Virgen hacindose la abogada de otra virgen, destruyera y aboliera la desobediencia de esta virgen, mediante la obediencia de una Virgen (Epid 33). Cf. Justino, Dial 100,5. 4 V,17,3s; V,19,1; Epid 34. 5 III,21,10. Cf. III,22,4; V,16,3. 6 V,31,2. Cf. III,18,2. 7 II,22,4-6. Cf. III,18,7. 8 V, 36, 3. 9 Epid 32.

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    Tambin aparece el tema del intercambio. El Verbo de Dios, Jesucristo nuestro Seor, se hizo, llevado de su inmenso amor, lo que nosotros somos, a fin de hacernos lo que El es.1 El Verbo de Dios se ha hecho hombre, y el Hijo de Dios, hijo de hombre, para que el hombre, mezclndose (commixtus) con el Verbo de Dios y recibiendo la adopcin. se haga Hijo de Dios () Pues cmo podramos nosotros estar unidos a la incorrupcin e inmortalidad si primero la incorrupcin e inmortalidad no se hubiera hecho lo que nosotros somos para lo que era corruptible fuera absorbido por la incorruptibilidad y lo que era mortal por la inmortalidad a fin de que recibiramos la adopcin de los hijos2. Cristo nos trae la filiacin adoptiva.3 Cristo derrama el Espritu del Padre para unin y comunin entre Dios y los hombres.4 El hombre no slo es divinizado sino tambin reconciliado. El Verbo hecho hombre, revelacin visible del Padre invisible5, es el punto central que compendia toda la historia de la salvacin.6 En Cristo alcanza el actuar de Dios en el hombre y en el mundo, su plenitud. En El, Dios est esencialmente con nosotros. El Espiritu que habl por los profetas y ensea en los apstoles, revela esto. La Iglesia es el templo del Espritu. Porque donde est la Iglesia, ah est tambin el Espritu de Dios; y donde est el Espritu de Dios, all est la Iglesia y toda gracia.7 El recibir el Espritu es ser conducido al Hijo y de ah al Padre.8 El Espritu es el que resucita a la carne. La carne se va acostumbrando al Espritu.9

    1 V, praef.,37-39. 2 III,19,1,18-28. Cf. III,10,2s. 3 Cf. II,11,1; III,16,3; III,18,2; III,19,1; III,20,2; IV,25,3; IV,36,2. 4 V, 1, 1. 5 Cf. IV, 6, 6,96-100. El incomprensible por el comprensible, el invisible por el visible, porque no est fuera de l sino que existe en el seno del Padre (III,11,5,129-131). 6 Segn Smulders, la teologa latina se concentrar en el destino humano de Cristo, sobre todo en su muerte de cruz, y acentuar el anlisis esttico: Dios-hombre. En cambio, el pensamiento griego dirigir su mirada sobre todo a la persona de la Palabra y a su funcin reveladora. 7 III,24,1. Nuestra fe, recibida de la Iglesia, la guardamos con cuidado; y ella siempre como un precioso depsito en buen vaso, por el Espritu de Dios, rejuvenece y hace rejuvenecer el vaso que la contiene (III,24,1,12-16). Los apstoles, compartiendo y distribuyendo a los creyentes este Espritu Santo, que haban recibido del Seor, instituyeron y fundaron esta Iglesia. (Epid 41). 8 Epid 7; cf. V,36,2,37-42. 9 IV,14,2. De ah que el Espritu descendi hacia el Hijo de Dios hecho Hijo del hombre y con El se acostumbraba a habitar en el gnero humano y a reposar en los hombres y a habitar en lo modelado por Dios obrando la voluntad del Padre en ellos y renovndolos desde lo viejo hacia la verdad de Cristo (III,17,1; cf. III,20,2; V,8,1). Para esto es

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