Ziccardi Alicia Lideresas en el Centro Histórico 2010

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Trayectorias de vida Mujeres dirigentes del comercio popular en el Centro Histórico de la Ciudad de México

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Análisis de las historias de vida de mujeres líderes de comerciantes en vía pública de la Ciudad de México.

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  • Trayectorias de vidaTra

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    Mujeres dirigentes del comercio popularen el Centro Histrico de la Ciudad de Mxico

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  • Trayectorias de vidaMujeres dirigentes del comercio popular

    en el Centro Histrico de la Ciudad de Mxico

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  • Trayectorias de vidaMujeres dirigentes del comercio popular en el Centro Histrico de la Ciudad de MxicoPrimera edicin, 11 de octubre de 2010Segunda edicin, 10 de noviembre de 2010

    D.R. 2010 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICOCiudad Universitaria, Coyacn, 04510, Mxico. Distriro Federal

    COORDINACIN DE HUMANIDADESPrograma Universitario de Estudios sobre la CiudadProhibida la reproduccin total o parcial por cualquier medio sin la autorizacin escritadel titular de los derechos patrimoniales

    Impreso y hecho en Mxico

    Equipo de investigacin

    Coordinacin generalAlicia Ziccardi

    Coordinacin del proyectoFabiola Cedillo Espnscar Torres Arroyo

    Cartografa Luis Armando Soto Martnez

    InvestigadoresDaniela Cerva CernaNadiezhda Escatel LunaCynthia Gmez CamargoJob Luna DazRodrigo Meneses Reyes

    Alumnos de servicio socialVctor Manuel Castillo Alvarado Gustavo Emmanuel Hernndez PeaJos Luis Martnez Miranda

    Material flmicoLa Maroma S.A. de C.V.

    Agradecimientos

    Los textos de este libro fueron elaboradosa partir de entrevistas, realizadas en la sededel Programa Universitario de Estudiossobre la Ciudad de la Universidad NacionalAutnoma de Mxico, a nueve mujerescomerciantes del Centro Histrico de laCiudad de Mxico. Expresamos a ellas nues-tro profundo agradecimiento por su testi-monio y por facilitarnos fotografashistricas para ilustrar la presente edicin.

    Agradecemos a la Autoridad del Centro His-trico de la Ciudad de Mxico y al Fideico-miso Centro Histrico de la Ciudad deMxico, as como a la Direccin Generalde Comunicacin Social del Gobierno delDistrito Federal por permitirnos acceder amaterial grfico y audiovisual de sus archi-vos histricos y por ofrecernos valiosos co-mentarios para la realizacin de este libro.

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    LA C IUDAD C E L E BRA A SU UN IV ER S I DAD

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  • 7Este libro es producto de una investigacin que sobre el comer-cio popular en el Centro Histrico se realiza en el Programa Uni-versitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC-UNAM). En el mismose presenta la trayectoria de vida de nueve mujeres dirigentes deorganizaciones del comercio popular del Centro Histrico de laCiudad de Mxico. Se trata de valiosos e inditos testimoniosofrecidos por un grupo de mujeres que han trabajado toda suvida vendiendo mercancas en las calles del centro, y que actual-mente junto con quienes forman parte de sus organizaciones,poseen locales en las plazas comerciales que ellas lograron crearcon apoyo gubernamental. Los relatos de estas mujeres tanto sobre su vida familiar y su

    trabajo como del significado de su liderazgo en las organizacionesque surgieron en defensa del comercio en va pblica constituyenuna aportacin de fundamental importancia para la comprensinde los complejos procesos econmicos, sociales y polticos que ca-racterizan al comercio popular del centro de la ciudad. Sin duda losinvestigadores podrn plantearse nuevos interrogantes a partirde la revisin de estas historias de vida, en particular sobre el papelque cumplen estas trabajadoras en la creacin de fuentes de tra-bajo, en mejorar las condiciones de vida de quienes trabajan enel comercio popular y en ser intermediarias reconocidas ante lasautoridades gubernamentales para crear conjuntamente espa-

    cios pblicos cerrados que les permitan continuar desarrollandosus actividades laborales de acuerdo con las reglamentaciones vi-gentes en la ciudad. Para llevar a cabo el estudio testimonial de mujeres comercian-

    tes se investigaron los antecedentes histricos del comercio en lava pblica en el Centro Histrico de la Ciudad de Mxico. A par-tir de ello y con el apoyo del Programa Universitario de Estudiosde Gnero de la UNAM se elabor un cuestionario para las en-trevistas, las cuales fueron realizadas en las instalaciones del PUECen un clima de confianza, respeto y confidencialidad. Posterior-mente se transcribieron y editaron estos extensos y autnticostestimonios de vida, rescatndose para fines de difusin las prin-cipales ideas vertidas por estas protagonistas e incluyendo en estedocumento muchas de las fotos que documentan sus relatos yque estas mujeres generosamente nos proporcionaron.Las entrevistas se estructuraron a partir de cinco ejes temticos: las

    experiencias de vida y de trabajo de esta mujeres en el comercio po-pular; su participacin en organizaciones y redes de comerciantes;las formas como conciben los problemas del comercio populardesde una perspectiva de gnero, poniendo particular nfasis enla forma como construyeron el liderazgo y se empoderaron en elinterior de este sector social; los efectos que tienen sobre el co-mercio popular las profundas y recientes transformaciones de la

    Presentacin

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    economa nacional en el marco de los procesos de globalizaciny las relaciones que han entablado tanto en dcadas anteriorescomo recientemente con las instancias gubernamentales que hanpromovido el reordenamiento del comercio en la va pblica hacianuevas plazas comerciales.A pesar de sus diferencias estas historias de vida presentan mu-

    chos componentes comunes. As, estas nueve mujeres compartenel haber comenzado a trabajar a temprana edad no slo por la ne-cesidad de aportar al ingreso familiar, sino porque pertenecen afamilias que han logrado transmitir esta experiencia de vida y detrabajo entre diferentes generaciones. Algunas de ellas cuentanancdotas sobre sus aprendizajes al lado de su madre o de supadre, quienes tambin se dedicaban al comercio popular en elcentro de la ciudad y cmo hoy valoran el estudio como un caminotanto para trabajar en este sector como para realizar otras activi-dades econmicas. Tambin comparten el haber aprendido adesa rrollar habilidades y conocimientos en diferentes etapas de suvida para fortalecer su presencia como comerciantes y dirigentes.Estas mujeres slo tienen estudios bsicos, tuvieron hijos muy

    jvenes, se casaron y asumieron diferentes responsabilidades fa-miliares o ellas son jefas de hogar y han emprendido negociosfamiliares a partir de su capacidad de trabajo y de su gran es-fuerzo personal. Pero estas historias compartidas se matizan conrelatos personales sobre la forma en cmo cada una de ellas haenfrentado el desafo de vender en las calles del centro o cmocuidar a sus hijos, incorporarlos en las mismas prcticas del co-mercio popular u ofrecerles la oportunidad de cursar estudios ydedicarse a otras actividades.

    De estos testimonios se desprende que tanto el crecimiento deeste sector en la va pblica como el impacto de las estrategias yregulaciones gubernamentales han incidido directamente en lacreacin de diferentes organizaciones de comerciantes en va p-blica que se han constituido en defensa de su derecho al trabajo.Precisamente uno de los principales rasgos de estas agrupacioneses la existencia de autnticos liderazgos femeninos, cuyo princi-pal papel es ofrecer proteccin y garantizar el trabajo a sus agre-miados a partir de asumirse como legtimas intermediarias antelas autoridades del gobierno local. Cada una de estas mujeresdescribe cmo surgi su liderazgo, cmo ha sido identificada porotros comerciantes como su representante y de qu manera hanlogrado tener negociaciones con las autoridades gubernamen-tales que les han permitido ejercer su derecho al trabajo en elcentro de la Ciudad de Mxico.Un rasgo que comparten estos liderazgos femeninos es contri-

    buir a atender las necesidades de sus agremiados, en particulargarantizar el derecho al trabajo y el acceso a bienes y serviciosbsicos. En este sentido, la bsqueda de espacios dignos para elcomercio ha sido su principal preocupacin a lo largo de su viday en sus narraciones se advierten las dificultades que debieronenfrentar, al ser cada vez ms complejas las condiciones para tra-bajar en el espacio pblico. Su capacidad para entablar relacio-nes con las autoridades es otro componente central en estastrayectorias de vida y tambin expresan su inters de vincularsea otros sectores de la sociedad que tambin desarrollan activi-dades comerciales en el centro de la ciudad. En sntesis todasestas mujeres, al contar su historia de vida, ofrecen un claro tes-

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    timonio sobre la forma como han logrado superar el cmulo dedificultades que han debido enfrentar como mujer, madre, tra-bajadora y lideresa. Quiz las principales diferencias en las historias de sus vidas

    estn en la forma como cada una ha construido nuevas estrate-gias en el comercio popular en medio de las profundas transfor-maciones que experimenta desde hace ms de dos dcadas laeconoma nacional; en particular la prdida de trabajos establesy bien remunerados y la apertura comercial. La contrapartida deestos procesos es el crecimiento de la precariedad laboral y deldesempleo; lo cual lleva a que el comercio popular sea una op-cin laboral inclusive para aquellos trabajadores que poseen estu-dios de nivel superior. Pero tambin el escenario ha cambiadopara estos sectores populares al democratizarse el gobierno de laCiudad de Mxico y crearse un estilo de relacin entre este sectoreconmico y social y las autoridades locales, que ha permitidoavanzar en el logro de sus demandas aceptando nuevas formasde regulacin de su actividad comercial. stas y otras transformaciones ocurridas en las ltimas dca-

    das han influido de manera decisiva en la vida de estas represen-tantes del comercio en la va pblica, en los productos quevenden, en las formas de aprovisionamiento de los mismos, enlas demandas que expresan los miembros de sus organizacio-nes y en la necesidad de aceptar que deben dejar la calle paratrabajar en plazas comerciales del Centro Histrico. Es sobre esteltimo tema donde estas mujeres ofrecen autnticos relatos desus experiencias en los programas de reubicacin del comercioen la va pblica, en particular sobre la creacin de las nuevas

    plazas comerciales y su preocupacin por cuidar que los espaciosque ocuparon originalmente en las calles no sean nuevamenteinvadidos por otros comerciantes. Algunas de estas mujeres ex-presan en estas entrevistas que estos espacios en la va pblicano pueden volverse a ocupar de manera desordenada y quedebe reconocerse que los miembros de sus organizaciones se hanbeneficiado de las relaciones que ellas han sabido establecercon las autoridades que promovieron los programas de reubica-cin. Como resultado de ello se abri la posibilidad de acondicio-nar las diferentes plazas para ofrecer mejores condiciones detrabajo, seguridad fsica a las y los comerciantes, resguardar lasmercancas, formalizar sus negocios y con todo ello generar con-diciones para que sus negocios puedan prosperar.Finalmente cabe sealar que este libro constituye un primer

    documento de una investigacin de ms largo alcance sobre latemtica de las actividades econmicas que se desarrollan ac-tualmente en el Centro Histrico de la Ciudad de Mxico. Suprincipal aportacin es brindar nuevos conocimientos que per-mitan contribuir a superar los prejuicios y las prcticas discrimi-natorias que existen en nuestra sociedad en torno al comerciopopular. Porque estos testimonios permiten evaluar de una ma-nera diferente el papel que cumplen estas mujeres en la gene-racin masiva de fuentes de trabajo, en un contexto nacional einternacional en el que prevalece la precariedad laboral, lasamenazas constantes de incremento del desempleo y la nece-sidad de construir nuevas y ms democrticas relaciones entreel gobierno y los diferentes sectores de la ciudadana a fin de lo-grar una mayor cohesin social.

    ALICIA ZICCARDI

    Directora del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudadde la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (PUEC-UNAM)Centro Histrico, 12 de octubre de 2010

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  • Mercados

    Plazas Comerciales 1992 Plazas Comerciales 2007

    Lmite Permetro ASimbologa:

    Lmite Permetro B Lmite Delegacional

    1.- Palma No. 22.- Donceles No. 1063.- Uruguay No. 264.- Donceles No. 455.- Repblica de Brasil No. 616.- Plaza Victoria7.- Meave No. 9, 9A, 11, 11A, 13 y 13A8.- Tercera Calle de San Jernimo No. 42 al 529.- San Jernimo No. 54

    10.- Isabel La Catlica No. 9411.- Mesones No. 13412.- Circunvalacin No. 10013.- Eje Central No. 1614.- Eje Central No. 22 y 2415.- Repblica de Argentina No. 7516.- Apartado No. 617.- Apartado s/n18.- Repblica de Argentina No. 7919.- Plaza de la Santsima No. 520.- Plaza del Estudiante21.- Canchas Deportivas (Rodrguez P. esq. Venezuela)22.- Leona Vicario No. 7 esq. Joaqun Herrera23.- Repblica de Paraguay No. 3624.- Tepiplaza

    25.- Rodrguez Puebla No. 32 (DIF)26.- Del Carmen No. 14 27.- Plaza del Estudiante No. 20 IASIS28.- Mesones No. 12629.- Repblica de El Salvador No. 184

    31.- Mesones No. 2732.- Regina No. 9733.- Repblica de Argentina No. 9534.- Academia No. 835.- Pino Surez No. 2236.- Repblica de El Salvador No. 6637.- Mesones No. 11338.- Cuah 4 (Procuradura)39.- Correo Mayor No. 2240.- Allende No. 5941.- Allende No. 3542.- Repblica de Argentina No. 8343.- Repblica de Colombia No. 4244.- Santo Toms No. 4745.- Plaza Olimpia, 16 de Septiembre No. 1146.- Repblica de Paraguay No. 49

    30.- Manzanares No. 18

    47.- Plaza Victoria No. 7

    1.- Soledad Soledad 69 esq. Anillo de Circunvalacin2.- Mesones Mesones 169 esq. Regina3.- Meave Eje Central 80 esq. Meave4.- Pino Surez Pino Surez esq. Izazaga 5.- Pensador Mexicano Eje Central 29 esq. Pensador Mexicano6.- Roldn Roldn 10 7.- San Antonio Abad II Cda. de Fray Servando Teresa de Mier 288.- Rayn II Libertad 17, entre Reforma y Allende9.- Vizcanas Jos Mara Izazaga 14

    10.- Tacuba Tacuba 46, entre Allende y Rep. de Chile11.- Artesanos del Centro Rep. de Uruguay 7512.- Rayn I Reforma s/n, esq. Mosqueta13.- Venustiano Carranza Venustiano Carranza 15014.- San Antonio Abad Fray Servando Teresa de Mier 2715.- San Ildefonso Rep. de Venezuela 4116.- La Paja Pino Surez esq. Repblica de Salvador17.- Isabel la Catlica Isabel la Catlica esq. Mesones18.- Conjunto Merced Rosario 156, Merced19.- Corredor la Merced Explanada del metro La Merced20.- San Lzaro Explanada del metro San Lzaro21.- La Candelaria Explanada del metro La Candelaria22.- Hierbas Manzanares 53, Merced23.- Celia Torres Esteban Martn 14, Merced24.- Manzanares Manzanares 63 25.- Del Canal Canal 41, Merced26.- Naranjeros Esteban Martn 7, Merced27.- General Anaya General Anaya 12, Merced

    Fuente: Elaboracin PUEC-UNAM con base en documentos de FONDECO y Delegacin Venustiano Carranza Programa de Apoyo para la Reubicacin del Comercio popular en el Centro Histrico 2007, Subsecretaria de Programas Delegacionales y Reordenamiento de la Va Pblica, GDF y recorridos de campo PUEC-UNAM.

    Plazas comerciales y mercados en el Centro Histrico 2010

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  • BenitaChavarra

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  • Con sangre de comerciante

    Creo que yo nac comerciante. Segn mi madre, yo desde muypequea me pona a jugar a vender. En el Centro Histrico,tengo toda una vida. La familia de mi madre era del estadode Hidalgo y lleg al Distrito Federal para dedicarse al comer-cio. Mi mam no saba que su ta era comerciante y a travsde los aos la encontr y nos fuimos enterando de su vida. Lata de mi mam venda en la calle de Loreto, donde parabanlos camiones que venan del estado de Hidalgo. Ella traa mer-canca del pueblo, pero tambin llevaba telas y encajes a lospueblos y a las rancheras. As, un da me percat de que traasangre de comerciante. Cuando an no haba los grupos dedirigentes ni nada, yo andaba como alma en pena; slo mediriga directamente al entonces Departamento del DistritoFederal cuando tena ya muchas guerras relacionadas con laventa. Los jefes del Departamento siempre me apoyaron, pero los

    de afuera no me queran. Siempre me andaban correteandopor todos lados. Despus, jal a mi madre a que viviera del co-mercio. Mi padre trabaj desde su niez, se vino al Centro consu familia para llevar ms dinero a la casa, era de un lugar cer-cano a Tlhuac, una zona de fabricantes de dulces. Trabajabaen una dulcera, era un gran maestro de dulce cubierto y pastas.Mi madre y yo bamos donde trabajaba mi pap y vea los pe-dazos de dulce de calabaza, camote, acitrn, cscaras de na-ranja o xoconoxtle; los pellizcaba y me los coma.

    A veces la patrona no juntaba lo suficiente para pagarle a lostrabajadores y les pagaba su salario despus; mientras tanto notenamos dinero. Entonces empec con mi mam a llevarme laslatas de dulces. Yo venda los dulces con los nios de la escuelaporque mi mam no era capaz de ponerse a vender todava. Nos-otros vivamos en una accesoria, en la calle de Carretones, juntoa Balbuena, donde pasaban los trenes y me pona junto a lamalla para vender. Tena unos siete u ocho aos, fui la mayor dediez hijos. Al vender completbamos el sueldo de mi pap.Desde que tengo uso de razn siempre he estado aqu, en el Dis-

    trito Federal. Despus de ayudar a mi madre, pens que podamosvender otros productos. En la plaza de San Lucas, haba personasque vendan gelatinas, arroz con leche, atoles y tamales en lanoche. Fue entonces que yo le dije a mi pap que quera venderotros productos en un lugar distinto, y no slo dulces. As que em-pec a vender en ese lugar en temporadas de calor, porque las ven-tas de dulces se venan abajo. A la gente no se le antoja un dulcecuando hace calor; se me ocurri entonces la idea de vender agua.Mi padre dejaba un rato de trabajar y me ayudaba a colocar unpuestecito para ponerme a vender. Recuerdo que fue un rompe-dero de vitroleros porque no alcanzaba a sacar el agua de ellos.Como no ganbamos ni para los vitroleros le ped a mi pap quehiciramos agua en tinas en cubetas. Pero por desgracia no eralo mismo porque los clientes preferan tomar agua de los vitroleros.Si usted supiera que es ms limpio lo que venden en la calle que enel restaurante. La gente tiene poquito dinero y hace una cazuelitade cada cosa, y se les acaba pronto. Lo que en el restaurante meten

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  • y retacan en el refrigerador, sepa Dios cuntos meses. Si una co-mida se les olvida, la sacan y al da que llega el cliente y lo pide, selo dan. Lo digo por experiencia. A m me dio tifoidea en un restau-rante, ya me andaba muriendo. Com un pescado y con eso tuve.Dilate mucho tiempo para reponerme. Me he comido las quesadi-llas, los frijoles, los sopes, lo que sea, en la calle, cuando tengo ham-bre y me vale. Siempre haba comido en diversos lugares peronunca me haba enfermado tan grave.

    Dios pas por todo el Centro Histrico

    Despus tuve a mis hijos. Aprend a hacer calaveras de azcar ytrabaj muchos aos. Me cas a los 18, pero nunca pens en ale-jarme de mi madre porque vea sus necesidades con tantos hijos. Yo fui la que ms le ayud. El dulce es un trabajo de hombres

    y es muy pesado. Sin embargo, empec hacer dulce porque mimam estaba embarazada y no haba quien ayudara. Estabajoven y me senta demasiado fuerte y saludable para hacerlo.Despus cambi de giro porque mi mam ya no poda hacer dul-ces ni yo tampoco. Mi mam me peda que aprendiera a hacer bien el dulce para

    que tuviera de que mantenerme pero, en aquellos momentos lecontestaba:Ay mam!, ni me digas eso, todava no he pensado de que

    me voy a mantener. Lo de hacer dulces, Jams!Entonces, empec a vender otras cosas y me acerqu al Centro.

    Cuando vena el da de Todos los Santos, un mes antes me pona

    a trabajar las calaveras y las vendamos en La Merced. Ahorapaso por sus calles y me asombro de los cambios que ha tenidoel mercado y los puestos. En ese entonces estaba convencida queera el mejor lugar para vender y que no lo entregaramos porquedaba muchas ganancias. Cada ao mi mam, como era afecta a las calaveras, las venda

    directamente para ganar ms. Entonces nos llevbamos cajonesenteros de calaveras a La Merced, Talavera y Manzanares. Un daque busqu a mi mam, cuando por fin la encontr, me cont quehaba pasado la camioneta y se haba llevado todo. Entonces yasaba lo de la camioneta porque tambin vend fruta por CorreoMayor. Y ms tardaba en ponerme que lo que acababa de vender.He vendido en todo el Centro Histrico: Venustiano Carranza, 20de Noviembre, 5 de Febrero, entre otras calles. En el Centro portodos lados se vende. Y la cosa es qu vas a vender, qu vas dar ya qu precio. Cuando las personas toman por costumbre o pornecedad un slo lugar, pienso:Qu tontas son! Porque Dios pas por todo el Centro Histrico.

    Todo se vende ah. Lo veo cuando voy en las carreteras: estn personas vendiendo

    quesadillas, elotes, refrescos. Las personas salen con la esperanzade que, si pasan los carros, no falte quien baje y compre algo.Despus se me empez a meter el gusanito de que muchagente grande se cansa mucho porque no es lo mismo cuandosomos jvenes y nos agarrbamos al t por t con los camione-teros. Se me empez a meter el gusanito de las plazas. Empeca preguntarme y responderme:

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    Al haber cambios en el gobierno es como volvera empezar: ese es un problema grande.

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  • Con qu dinero. Pues para eso est el gobierno! Tenemosque pedir un prstamo. Y cmo le vamos a pagar? Pues creo quedel mismo comercio va a salir para pagar. Eso y otras cosas ms. Empec a pensar en la plaza. Hicimos varios croquis yo y el fun-

    cionario Montero. Un da nos tomamos un caf y le coment:Ya estuvo bien de estarnos peleando con la autoridad.Por fortuna, Dios me ha visto con buenos ojos y me fui direc-

    tamente a la cabeza. Todos me conocen y por eso todos los fun-cionarios llegan a hablar de m, pues les he dado mucha guerra.Desde luego, yo nunca he tratado de aniquilarlos a ellos. Peroellos a m, s, y muchas veces. Yo no pretenda eso, por el contra-rio, me daba gusto que hubiera quien se moviera e hiciera algopor el pueblo. Pero s, queran acabar conmigo, aunque eso nose iba a poder porque haba gente atrs que dependa de mitrabajo.La gente empez a juntarse conmigo, entonces me pregunta-

    ban:No se enoja?Por qu habra de enojarme les contestaba si la calle

    no es ma.Les aconsejaba que se pusieran abusadas porque las autorida-

    des podan llevrselas. Bueno, ha habido tantos cambios y tantasopiniones de diferentes funcionarios que, por un tiempo, se aca-baban los problemas. Slo que al haber cambios en el gobiernoes como volver a empezar: ese es un problema grande. Antes dehacerse la plaza ya diriga a mil personas y pens que poda am-parar a ms gente. Pero al pensar dnde ponerlas, me surga la

    duda porque, por donde fuera, nos atacaban. A veces los comer-ciantes pedan prestada la mercanca, en alguna fbrica de ropao en las grandes bodegas. Estos, con tal de deshacerse del mate-rial o de la mercanca, la prestaban para que se vendiera, perocuando les quitaban la mercanca a los comerciantes que habapedido prestado, todo pasaba porque las fbricas los demanda-ban por no pagar.

    Las plazas: lo haca por la gente grande

    En el Centro Histrico todo mundo me conoce. A mis hijos los criaqu, naci uno y luego el otro. Yo me cre por las calles de Carre-tones y San Ciprin. Un da lleg el momento de platicar conMontero sobre las plazas, y le agrad la idea. l siempre trabajen el PRI, yo lo conoc desde 1980, y me sugiri que propusiera

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  • la idea porque la iban a aceptar. A pesar de que no haba dinero,de cualquier manera deseaba que se impulsara un proyecto. Loque pretenda del proyecto se encontraba en un croquis y empe-zamos a mostrarlo ante las autoridades. El proyecto se realiz yhasta la fecha conservo el croquis. El mismo proyecto es el resul-tado de lo que se logr en Pino Surez.En 1985, cuando se cayeron varios edificios, oficinas, departa-

    mentos, entre otros inmuebles, se pens en mandarme al rea enla que se ubica actualmente la plaza. En 1985 era un tiradero porel desastre del terremoto. Andbamos entre la tierra, camiones ycadveres, pero cuidamos nuestras reas de todas maneras. Nosrepartimos las calles para vigilarlas y cuidarlas porque, ciertas per-sonas de provincia, o de alguna colonia, podan meterse. Habavecinos que estaban listos para tomar cualquier sitio, y sabanque el Centro estaba acreditado. Entonces me dieron la expla-

    nada con medidas por todos lados. En el gobierno de Jackson medan ese espacio que me cost mucho trabajo, ya que nos queranmandar hasta la Plaza Aguilita. Tuve a la gente parada muchotiempo en Venustiano Carranza, 20 de Noviembre y 5 de Febrero.Considero que dbamos respeto, y pedamos respeto. No and-bamos haciendo escndalo en la calle aunque la gente estabaall parada. Me esper hasta que tuviramos una solucin y laaceptramos. De otro modo, nos los iban a quitar: los compae-ros estaban dispuestos a estar ah, parados semanas o meses.No se iban a ir. Yo los ayudaba o los apoyaba en todo lo que que-ran. Si ellos no se iban, yo no era nadie para correrlos.As que los compaeros se quedaron en la calle, hasta que por

    fin en una o dos semanas me buscaron, y me present ante lasautoridades, las cuales estaban dispuestas a recorrer las callespara que escogiramos un lugar. Yo no lo poda creer y pensque nada ms me iban a andar paseando. En esos momentospropuse varios espacios pero me decan que no se poda. Des-pus les dije:Para que perdemos el tiempo si por ningn lado se puede.Yo juraba que todas esas calles se iban a llenar por las facilida-

    des que daban las autoridades y por lo que estaban haciendomuchos dirigentes. Todo ello iba a tronar. Anteriormente le habadicho a una autoridad antes de Enrique Jackson que era jefede la va pblica:Mire, con esto que le estoy proponiendo a usted, se va a

    parar el cuello.

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  • Estoy ayudando a la autoridad, a los ciudadanos y a mi gente. Siempre ocup las calles de 16 de Septiembre, 5 de Febrero y

    Palma; y en los reacomodos, hasta la calle de Gante. Pero cuandovino la orden de movernos y me ofrecieron irme hasta JessMara, entonces me negu, porque haba llegado a acuerdos, conmuchos funcionarios, para que no me mandaran lejos. No loacept y prefer desbaratar la organizacin. Estaba segura de queme seguan muchas personas, que si los soltaba sera un desas-tre. Yo saba que los funcionarios tenan que entender la necesi-dad de una plaza. Se los repetira y les dira, hasta que les entrara;el argumento era que Hacienda se nos vendra encima, y con qubamos a pagar si, a veces, no vendamos en la calle.

    A los funcionarios les hice ver muchas razones de que no iba ahacer lo mismo, porque no nos mojaramos: bamos a tener unespacio seguro. Ms que por los jvenes, lo haca por la gente

    grande, veo que apenas vienen y pueden cargar. A veces venanllorando porque les acababan de robar todo y me decan:

    Lo deje tantito y se llevaron la mercanca hasta el banquito!Entonces, se le apoyaba en lo que se poda. Pensando en esas

    situaciones era ms fcil una plaza porque, nada ms llegaban allocal, abran y dejaban de comer a la intemperie. Me llev tiempoconvencer a los comerciantes.

    Denos oportunidad de hacer la plazay de pagar impuestos

    Fui con este seor que era jefe de la va pblica y le dije:Vengo con toda intencin de ayudarle a todos.Pero ese seor me dijo que no se poda, que yo estaba fuera de

    lugar. La idea le pareci una locura por lo que le argument que meextraaba que una persona como l pensara de esa forma y le dije:

    Creo que loca no estoy. Me falta mucho para volverme loca. Pero le voy a decir una cosa, no voy a parar. Desde este momento,as me lleve meses o aos, no voy a quitar el dedo del rengln.

    El dinero lo conseguira por medio de las personas que ocupenun local, por el banco o con el gobierno. Denos oportunidad dehacer la plaza y de pagar impuestos.

    Se les coment a los comerciantes que su anticipo era paraapartar su lugar y no les dio mucho gusto eso. Se dieron propues-tas por parte de diferentes dirigentes del interior del pas, y de lascolonias, porque se deba empezar a firmar la retirada definitivade los comerciantes del Centro Histrico. Yo estaba de acuerdo en

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  • que haba que firmar pero, las dems compaeras me decanque estaba mal, porque eso era una traicin. Al menos senta quelo tomaran de esa forma pero yo pensaba en la plaza, y en elbienestar y el futuro de los comerciantes. Siempre pens que eranecesario que nos dejaran de decir mugrosos, tapadera de ra-teros, y tantos otros sobrenombres que nos estigmatizan. Habaque demostrar a la gente que tenamos cabeza porque lo nicoque no tenamos era dinero. Yo les deca a las autoridades:Vamos a trabajar como Dios manda, los que quieran y los

    que no quieran. Entonces, con ayuda de Montero, en un pizarrn le ped que

    me pusiera las cuentas, cada pago y los montos. Tres aos an-duve tocando puertas por todos lados porque no tenamos pa-peles de propiedad. As me la pas hasta que perd la esperanza.Una de mis hijas me deca que s estaba loca, pero la verdad es-

    taba pensando bien. Le deca que iba a lograrlo as fuera lo l-timo que hiciera en esta vida. Nace el Fondeco y se consigui elprstamo. Pero al tener que dar un anticipo, los comerciantes meargumentaban que quiz no podan. Pero los animaba:Mira, nunca se dice no puedo. Tu primero prueba, haz el es-

    fuerzo. As como haces el esfuerzo para llevar el gasto a tu casa,tu renta, tu vestido, t mdico, aqu tambin, vas a sacar para eso.Al conseguirse el dinero se empez a hacer la Plaza Pino Su-

    rez. El da que a cada quien se le dio su lugar, me sent la msfeliz del universo, como si me hubiera ganado de 5 a 10 millo-nes para m. Fue una cosa tan grande para celebrar porque fuela primera plaza, y hecha por una servidora. Mis hijas y yo hici-mos las diligencias y lo logramos. Al ocuparse Plaza Pino Surezpuse grandes mantas en Palma y 20 de Noviembre: Los vende-dores ambulantes se van, pero esperamos a nuestros clientescon los mismos precios. Ms surtido porque tenemos una plazay puestos Vistenos! No se olviden de nosotros.

    Somos la alegra de la calle

    No voy a negar que el primer ao, o los primeros aos que estu-vimos, como era la nica plaza, todo mundo nos iba a visitar, in-cluyendo los compaeros dirigentes que venan a vernos y apreguntarme cmo le haba hecho. Y les deca:No me cabe en la cabeza y es largo de explicar, lchale.Ahora creo que eso lo hubiera escrito para pasarles copias y ex-

    plicarles todo lo que podan hacer. La plaza fue entregada en obra

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  • negra. Ya no terminaron las autoridades. Pero habamos firmadoun papel para que la gente no regresara a las calles. Al final, losque no pudieron, fueron aquellos que se quedaron en la calle. En1993 inauguramos la plaza y durante dos aos trabajamos duropara demostrarles, a los compaeros, que donde fuera se venda.Pero la pasamos negras. Antes de ese ao primero nos pusieron enun lado lleno de tierra donde no vendamos nada. Anduve dearriba para abajo pero al no venderse nada se fueron muchas per-sonas. Despus tembl y terminaron de irse ms compaeros. Enalgn momento, cuando los comerciantes establecidos dentro dela plaza se acercaron para platicar conmigo y solicitarme que vol-viramos a las calles que estaban muertas, me dijeron:El da que nosotros los vendedores ambulantes ya no ven-

    damos, las calles se mueren: somos la alegra de la calle.Como estbamos en vsperas de navidad, juraba que volveran

    todos a la plaza, pidiendo un lugar para acomodarse. A los 20 dasempezaron a regresar y los comerciantes establecidos se alegra-ron Qu felicidad! La Plaza Pino Surez tuvo sus cadas. Cuandollegamos fue muy duro pero lo logramos. Pusimos focos alrede-dor de la plaza para mayor seguridad por las noches. De esta ma-nera empez a generarse ms confianza y la plaza generalmenteestaba llena. De cualquier manera les deca a los compaeros:Cualquier cosa griten, hablen, corran para la plaza y pidan

    auxilio, y se les va a apoyar en lo que se pueda.Despus de la Plaza Pino Surez empez el programa de las

    plazas. La segunda fue la de Flix Trejo. A casi dos aos de la aper-tura de la Plaza Pino Surez el gobierno no me haba cumplido.

    La plaza an segua sin terminar y en obra negra. Fui al Departa-mento y habl con las autoridades. Llegu con una queja porquea mi me haban prometido entregarme una plaza terminada. Ha-ban quedado de poner lonas y no lo haban hecho; estar as o enla calle era lo mismo. El agua entraba por todos lados, se mojabala mercanca y se echaba a perder con la humedad. Eran purasprdidas. Estbamos mejor en la calle porque comprbamoslonas, enredbamos el puestecito y nos metamos adentro. Ade-ms, haba que cambiar las tuberas de agua y la instalacin elc-trica. Se produca un corto y se acaba todo. Empezamos porquela cisterna del agua estuviera limpia. A revisar todos los caospara arreglarlos y mandarlos vaciar. Haba animales, pero todoeso se desinfect y se arregl.

    Empec a buscar plticas para poner enlonado

    La calle puede no resultar conveniente para el comercio porquehay mercanca que es muy delicada y si se llega a mojar se echaa perder y no sirve. Por eso yo siempre reclam que se arreglarala Plaza Pino Surez. Como la autoridad no lo hizo empec a idearqu hacer. Me qued analizando y me fui directamente a laCoca-Cola y empec a buscar plticas con los que manejaban laspromociones. Yo quera hablar con el encargado directamente,no con la secretaria o la persona del aseo, para proponerle unaidea. Nosotros los vendedores de 5 de Febrero, 20 de Noviembre,Pino Surez y Palma, siempre habamos tenido puestecitos dedulces y vendamos tinas de refrescos. Sin embargo, nunca les

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    Haba que demostrar a la gente que tenamos cabezaporque lo que no tenamos era dinero.

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  • habamos pedido un quinto, ni una rebaja en nada, pero siemprehabamos trabajado para esa refresquera. Llegu a un arreglo con ellos: si me ponan el enlonado, alrededor

    de la Plaza Pino Surez, les daramos la oportunidad de que hicie-ran su propaganda, que a ellos les estaba dando la preferencia, o laoportunidad de ser los primeros. Les ofrec que si queran podanponer un anuncio en el techo para que se viera ms, pues al pasartodos los aviones, representaba una buena propaganda para la re-fresquera. Entonces me dijeron que s. Despus vino la devaluaciny los compaeros queran escaparse. Me estaba tronando los dedospara pagar los locales de la plaza y los convenc de que no corrieranporque ramos vendedores de corazn, les digo:O noms somos oportunistas? Se van a quedar aqu tra-

    bajando, esto se va ir hacia arriba, no lo duden, se los digo yo.Nunca les he fallado, ni engaado, as que qudense. chenlemucha cabeza y cerebro, es el momento que demuestren la in-teligencia. Desde luego unos se fueron al argumentar que despus ya no

    podran pagar, yo insist que s podan pagar.Llegu a un buen negocio con la refresquera, con la condicin

    de que yo consiguiera los permisos. Pero los permisos no me losdaban inmediatamente, eso se tard. Un da que tuve junta dentro del Departamento coment

    que traa un papel en el cual diversos dirigentes firmbamospara renunciar al Centro Histrico, pero con la condicin deque se respetaran las calles y de que ningn otro comerciante,o dirigente, fuera a tomarlas. Pero un da se ocuparon las calles

    y les pregunt qu pasaba. Segn ellos, no saban. Entoncesles respond:Cmo no, s saben. No ven que las calles estn llenas?

    quin ha puesto a esa gente? No sabemos, contestaban.Finalmente les dije:Yo si s, pero no se los voy a decir, se los dejo de tarea.Entonces regres con las autoridades y les dije:En vista de que no se respetaron las calles, vengo a pedir per-

    miso, con el respeto que ustedes se merecen, de regresar con todala gente que sobr de la plaza. Ustedes saben que no entraron todos.Los compaeros comerciantes siguen visitndome, y dicindomeque todos estn dispuestos a venir a trabajar pero, no los dejan, niun poco, estar en las calles. Yo voy a regresar a las calles, se va a ponertoda la gente que se qued y as vuelvo a llenar las calles otra vez.

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  • Como Mxico no hay dos

    Conozco mucha gente que ha vendido por aos. Nos hicimos deedad mayor y nunca mejoraron, siguieron en lo mismo. Hay mu-chachos que llegaron jvenes, uno tiene papelera, otro zapate-ra, y otro, una tienda de ropa. Han prosperado algunos, pero hayotros que empiezan a tomar vicios y no les alcanza para la casa.Hay compaeros que les digo:Ya tienes dos mujeres, pero abusado, porque van a dejarte

    en la calle.Los muchachos son enamorados y les digo que no se quejen

    despus de irles mal. Muchos venden zapatos, se van a Len asurtirse pero cuando regresan, llegan sin nada porque los asal-tan. Yo les digo que se pongan abusados la prxima vez, porquees peligroso traer mercanca y dinero en carreteras. En cualquiercamin los paran, se meten y asaltan. Si les va bien no los matancon tanta desgracia que pasa ahora. Lo que le digo a mi gentecuando s que se fueron para Estados Unidos:Como Mxico no hay dos qu vas a ser al otro lado? Aqu

    comes frijoles, nopales y tortillas, para qu quieres ms. Por all,ve todo lo que les pasa con los migrantes, los matan y se quedanen el desierto. Lamentablemente ahora las oportunidades de los comercian-

    tes han empeorado. La polica es muy dura y se llevan a los com-paeros.Hay gente que mal informa a la Delegacin. A m no me gusta

    usar a la Delegacin como lavadero de vecindad. Si estas perso-

    nas tratan de perjudicarme, aqu estn las pruebas de que ellasya lo dejaron, ya lo traspasaron, lo rentan, o no s que hacen conellos pero, la cosa es que otra gente volvi a la calle. Qu quiereque haga? Que la golpee y la meta a fuerzas? No soy nadie paragolpearlos. Ninguno de mis compaeros tiene bodegas. No haybodegas de ninguna especie. Ms adelante quisiera que se hi-ciera una fbrica, unos talleres, pero con los impuestos que estnponiendo, lo veo difcil.

    Los aos no pasan en vano

    Cada ao se hace un aniversario de los aos que cumple la plaza.Ese da se da barbacoa, mole Los aos no pasan en vano. Miorganizacin se llama Asociacin de Comerciantes en PequeoSemifijo no Asalariado Benito Jurez, A.C., y al momento detomar la plaza haban ms de mil integrantes. Hubo mucho le-vantamiento y no todos me siguieron, porque llegaron los que le-vantaron de Corua. Todos queran que yo les apoyara cuandofalt la compaera Guillermina Rico. Muchos pidieron apoyo,pero es otra guerra con la autoridad y uno se va cansando. Estode la Plaza El Volador tambin ha sido otro triunfo. Otro trabajomuy largo. El edificio en muy malas condiciones pero se ha idocomponiendo poco a poco, como resultado del reordenamientodel 2007. Unos nos sacan y otros nos meten, y volvemos otra veza la misma cosa. Entonces ya con este jueguito me cans. Em-pec a poner las cosas de otro modo. Los puestos se pensaronpara las personas adultas mayores, porque los jvenes corren, se

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    El da que a cada quien se le dio su lugar,me sent la ms feliz del universo, como si me hubieraganado de 5 a 10 millones para m.

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  • pelean o discuten, pero la gente grande. Con trabajos llegancon sus cosas y sus diablitos. Entonces se trata de que lleguen yse les haga ms fcil para acceder y que se puedan sentar y des-cansar.

    Que todos tengan lugar en las plazas

    La competencia no ha perjudicado ni ha beneficiado. Cuandotena llena la calle de Venustiano Carranza y abarcaba un grantramo de va pblica, tuve muchos problemas porque a veces loscompaeros se sentaban en las vitrinas que utilizaban las gran-des tiendas, para exhibir sus telas y productos. Entonces me man-daban a llamar de la delegacin porque las tiendas se quejaban.Y les deca:Los que estn afuera son mexicanos y los que estn adentro,

    quin sabe de qu pas vinieron, apyenos tambin.Entonces me prometan que nos apoyaran. Siempre pens que

    haba que tener una solucin. Entenda el enojo de las grandestiendas porque los comerciantes se ponan en las orillas de sussalidas y en los aparadores, pero tambin les peda ayuda:Si slo yo ayudo y usted no me ayuda, olvdelo, ya no llega-

    mos a ningn acuerdo. Entonces le parece si me pongo en laorilla de la banqueta, para que la entrada este a su disposicin yas nadie le diga nada?Bueno me parece bien, me decan.Los vigilantes de las tiendas eran muy agresivos. Por ejemplo,

    en Palacio de Hierro tenamos unos seores que cuidaban de los

    robos y siempre se estaban peleando con los compaeros. Hastaque un da habl con uno de ellos:Bueno, usted qu se trae polica? Usted siempre se est pe-

    leando con los compaeros por qu se pelea con ellos? Qu lequitan algo?No responda es que aqu no queremos que se paren, ni

    que se metan.Yo no iba a arreglar nada, ni iba a discutir con l. Me iba con los

    gerentes que me conocen del Palacio de Hierro. Entonces subcon el gerente para quejarme:Oiga seor sus policas a cada rato salen y se meten con los

    compaeros. Son los que estn a los lados de su puerta y diceque usted es el que no quiere que se pongan ah. Busco hablarcon la nica finalidad de no pelarnos por esas causas.

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  • Nosotros como vendedores ambulantes, es un pelo de gatolo que nos llevamos de clientes y ganancias, frente a los dueosde las grandes plazas como Palacio de Hierro.Si alguna mercanca o persona le molesta, dgamelo.Si el comerciante no quiere quitar la mercanca le dije, lo

    cambiamos de lugar y se acab.Pero result que no les perjudicaba en nada porque lo que ven-

    dan ah, era especial para todas esas tiendas. No me gustabaque me mandaran al polica, porque lo que iba a pasar es que,un da, alguien no estuviera de aguante y se le fuera a ir encima.El polica luego se daba la libertad de llegar y darles una patadaen la caja, o lo que tuvieran all afuera. S que ellos tenan susderechos porque pagaban impuestos y reconoca eso. Pero tam-poco era justo que trataran as a los compaeros.

    A los compaeros les comento

    Que se cuiden entre ellos como compaeros. En la calle, si estngolpeando al del enfrente, o le estn robando, apyenlo porfavor! Dios nos dio la boca, no la usen para matar. Comun-quense, hablen. No hay que hacer tanto escndalo en la calle,que de ella vivimos a base del trabajo. Que le den gracias a Diosque todava en este pas ganamos para comer y para mediocomer; en otros pases no hay ni comida, ni trabajo, ni nada. Y sitienen dinero no tiene qu comprar. Vean ahorita lo que est pa-sando con los huracanes, todo se echo a perder, todo el puebloentero ya no tiene qu comer. Estamos en la gloria, chenleganas, sigan trabajando tranquilos.

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  • La mayora de la familia se decidi por el comercio

    En el comercio empec apoyando a mi mam a la edad de 9aos, sobre las calles de Correo Mayor, Venustiano Carranza, 20de Noviembre, 5 de Febrero y 16 de Septiembre. Sala con mitabla llena de dulces con merengue llamados duquesas, quecostaban 20 centavos. Nosotros vendamos dulces y mi mamlos haca. Entonces, yo llegaba primero porque ella llegaba mstarde. Reconozco que me hubiera gustado estudiar. Estudi hastala primaria y no pude continuar porque mi mam no tena los re-cursos. Tuvo 12 hijos, y yo soy la sptima. Pero mi madre enviudy tuvo que sacar a sus hijos adelante. De mis hermanos no todosle ayudaron, pues unos ya se haban casado.Para dedicarse al comercio no se necesita conocer nada ms

    que la necesidad. Pero en el momento en que las autoridadesfueron ms duras, tuvimos que dejar los dulces y empezamos avender en la mano artculos como peines, pasadores, cajitas depasadores, bisutera y collares. Al principio nosotros no tenamosrelaciones con las autoridades, simplemente nos correteaban ynos quitaban. En la manera que fuimos adentrndonos ms enel comercio popular, vimos que eran rachas, y a quien capturabanlo mandaban quince das a La Vaquita, la cual estaba en la colo-nia 20 de Noviembre. Inclusive a m, siendo menor de edad, a los12 aos, estuve dos das ah.La mayora de mi familia, se decidi por el comercio. Mis her-

    manas, ya casadas comienzan a dedicarse al comercio porqueno haba trabajo, y por la necesidad, empezaron a vender. De tal

    forma que todos empezamos a vender con mi mam. Mis her-manos comenzaron ya despus, al no encontrar trabajo. Ellosvendan juguetes o manteles de plstico, que daban a dos porun peso. En ese entonces comprbamos en las tiendas y no conproveedores. Vivamos en el Centro Histrico donde estaba la f-brica de Hilos Cadena.Yo me cas a los 18 aos y a esa misma edad empec a

    tener hijos. Cuando me cas, sucedi que mi pareja tampocotena dinero suficiente para vivir y entonces uno tiene que se-guir trabajando. Yo empec a vender en la va pblica con mihijo y recuerdo que a l y a otros nios, los metamos en unacaja para seguir toreando. Cuando vena la polica por nos-otros, hacamos a un lado la caja donde estaban ellos, los de-jbamos y corramos. Yo tena dos hijos. Cuando el hijo mayorempez a ir a la escuela, iba por l y me vena a vender. A mihija la tuve siete aos despus. Tambin la meta en la caja,

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  • pona mis charolas encima y, si vena la polica, los recoga yah dejaba a mi hijo para que cuidara a la nia mientras yo co-rra. Y as ambos estuvieron conmigo hasta que empezaron aestudiar. Los dos estudiaron pero no se recibieron. Mi hijo llegal Politcnico y mi hija a la Universidad pero al casarse ya noterminaron. Ahora se dedican a vender. Mi hija consigui aco-modarse en Rayn por Tepito. Ella, cuando nos acomodaron,era menor de edad y no alcanz lugar. Tambin vende bolsasy mochilas. Mi otro hijo es el que me ayuda en el puesto. Entre las dificultades que he tenido al dedicarme al comercio

    en la va pblica ha sido la falta de recursos, as como lucharpara seguir vendiendo. En la calle estas luchas implicaban quenos corretearan, que a veces nos agarraran y nos golpearan,ya fuera para subirnos a la fuerza o quitarnos la mercanca yhacerla perdediza. No nos entregaban la mercanca y para se-guir trabajando, tenamos que conseguir que nos prestaran.Las organizaciones se conformaron a partir de que los comer-ciantes se ponan a vender, pero cuidndose de las autorida-des, y de no tener problemas con los policas o los granaderos,slo que a veces stos, de manera arbitraria, llegaban y aven-taban al comerciante o lo golpeaban, en lugar de decirle quese retirara. Los momentos ms complicados para el comercioen la va pblica han sido varios. A la mente me vienen algunosoperativos que enfrentamos, en los cuales los policas llegabangolpeando personas, o a otras que se las llevaban a los reclu-sorios. Y luego los policas los acusaban de que haban sidoagredidos por los comerciantes. Nunca va a poder una mujer

    agredir a un polica o a un granadero. Antes de que ella agredaa uno de ellos, ya la estn aventando.

    Un lugar ms digno para trabajar

    Nuestra organizacin se origin cuando empezamos a tenerproblemas en las organizaciones que ya existan. En 1993cuando dieron las primeras plazas, yo me adher a la organiza-cin de Guillermina Rico, me organic con ella hasta que falle-ci. Entonces, me vi en la necesidad de arreglar mis papelespara crear mi organizacin. Para mucha de la gente que se haintegrado a nuestra organizacin, sta ha significado un lugarms digno para trabajar, y que ya no seamos agredidos comosiempre. Lo que ha implicado tener que hablar con las autorida-des para que hubiera tolerancia.Yo soy representante de la Organizacin de Comerciantes de

    la calle Palma, Acera Oriente. Es Acera Oriente porque en la pri-mera reubicacin en 1993 nos ubicaron en las calles de Palma,Gante, Motolinia: en la acera oriente. Nosotros vendamos enlas calles de 16 de Septiembre. Jackson, quien fue delegado dela Cuauhtmoc, efectu la primera reubicacin, la cual estuvobien porque a todos nos acomod. En el tiempo que he estadocomo representante nunca he afectado los intereses de los in-tegrantes de la organizacin porque todos tenemos necesidad,somos compaeros y logramos los mismos beneficios. He lle-gado a ser representante porque los comerciantes necesitabande alguien que fuera a arreglar los permisos. Y yo, pues, saba

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    Una de las ventajas de vender en el Centro Histricoes que la gente que pasa no es la misma, siempre es diferente.

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  • a qu autoridades dirigirme. La manera como me eligieron sedio a partir de que, cada ao, iba a arreglar los permisos. Yacuando nos reubicaron en la calle de Palma, era prcticamentesu representante.

    Hemos podido construir la confianza

    Desde entonces los cambios que he notado en el comercio enla va pblica son que, en algunas plazas, hay compaeras lide-resas que han visto por sus agremiados y que tienen su local,lo que antes no tenan. Algunas lideresas han hecho sus loca-les, otras dejan que los predios sigan vacos. Al ser reubicados,los comerciantes no todos cupieron en las plazas y no a todosles dieron un lugar. Por ejemplo, a nosotros nos toc en la PlazaLa Paja, pero ah entraron dos organizaciones. Los comercian-tes que se quedaron fuera, estuvieron en espera. Yo tengo unlocal pero hay gente que se qued fuera, y hasta la fecha notiene nada. Los comerciantes que quedaron sin espacio, algu-nos siguieron toreando y, otros se acomodaron con algunasorganizaciones, cuyos agremiados se encuentran todava enlas calles pero en espera de recibir un espacio. Pero no los tie-nen apuntados y al final de cuentas cuando llegan a tener suplaza, no los meten. Nosotros en nuestra organizacin an es-tamos en espera de una plaza que segn nos van a dar. Es loque nos hace estar luchando todava. Las compaeras y loscompaeros a veces van a las juntas y escuchan lo que dicenlas autoridades:

    Ahorita no hay presupuesto.Dicen que estn los predios, pero que no los han podido com-

    prar. Yo no me veo como lideresa sino como compaera porquetodos hemos trabajado igual y hemos luchado en las calles. Porlo que me siento igual que mis compaeros. Todos tenemos lacapacidad de arreglar los asuntos con la autoridad. Hemos po-dido construir la confianza entre los compaeros, porque ya sonaos los que hemos trabajado juntos, sufrido corretizas y ayu-dndonos unos a otros. Nunca se ha quedado alguien sin traba-jar. Si tenemos que torear pues toreamos.De nuestra parte, ha habido propuestas hacia las autoridades

    pero ellos dicen:No tenemos los recursos suficientes.

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  • Estamos procurando que las plazas sigan adelante

    En las plazas, los comerciantes ya estn mejor porque no tienenla misma incertidumbre de que los quieran agarrar, les quiten sumercanca o que los vayan a golpear. En cambio, las ventas estnmuy bajas y, ms en los locales porque la gente compra en lacalle; no se mete a los locales. Claro que algunas personas buscana veces algo y s entran. Por un lado es mejor estar en la calle,pero por el otro, es mejor tener ya un local para trabajar. Aunqueno se vende igual, pensamos esperar. Estamos procurando quelas plazas sigan adelante y se levanten ms. Adems hay plazas en donde quiera, tanto particulares como

    plazas que ha dado el gobierno. En cuanto a la plaza donde es-tamos, no fue sencillo arreglarla ya que cuando hay dos dirigen-tes, no se puede avanzar. En la plaza donde estoy, tambin existeotro dirigente. Cuando nosotros tuvimos la plaza, algunos com-paeros que tomaron la administracin trataron de mejorarla.

    Pero cuando cambi la administracin, el otro dirigente utiliz losrecursos generados por el uso de los baos, repartindolos a loslocatarios. Cuando nos dieron la plaza dijeron que tales recursoseran para su mantenimiento y a la plaza no le ha hecho nada encinco aos. Este ao repartieron, al parecer, 3 mil pesos a cadauno: no dejaron nada de fondo As no se puede avanzar. Aho-rita no hay nada de transparencia en la plaza, y como no sevende nada, mi gente recibe el dinero del otro dirigente de laplaza, pues prefieren recibir algo de dinero. Al menos cuando es-tuve de administradora, el dinero que se generaba lo ocupba-mos en el mantenimiento de la plaza. Cambiamos todos losdomos y los baos, y se pint la plaza. De eso hace cinco aos ydesde entonces no le han hecho nada. Hasta los propios agre-miados, que eran mos, estn contentos de que les repartan di-nero. La primera vez les dieron creo 10 mil pesos, la segunda 6 milpesos, y va bajando. El que est de lder dijo:Que no haba nada que hacerle a la plaza, al fin que el go-

    bierno tiene que darle mantenimiento, y el dinero que se genera,como es de todos, se lo gasta.Pero pues en los reglamentos que nos dieron no dice eso. Se

    han metido escritos a las autoridades pero slo ha habido pro-blemas. Nuestra clientela ha cambiado porque cuando estbamos en

    Palma y 16 de Septiembre, era gente con ms recursos. All estnlas tiendas: Liverpool, Palacio de Hierro y algunas joyeras; a dife-rencia de la Plaza La Paja, donde nos encontramos ahora. Esto, sedebe a que a veces las calles tienen su giro. Nosotros estamos en

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  • las calles de Pino Surez y del Salvador, y all el giro es de herra-jes; en la plaza algunos puestos son de herrajes. Algunos hancambiado a lo que ms o menos se vende y otros todava tienensus giros anteriores. La combinacin de negocios y mercancasafecta a unos, mientras que a otros les beneficia al vender. A veces me va bien, pero ahorita todo est igual: no hay ven-

    tas. A nosotros nos afect la apertura comercial de los aosochenta. En El Carmen haba tiendas que vendan productosnacionales, ahora ya la mayora son de importacin. Yo ahoravendo mochilas y bolsas de mano. Unas las hacen aqu en M-xico y otras son de importacin. Yo no he tenido ningn tipo decapacitacin para desarrollar el comercio, nosotros vendemos lode temporada. A veces la gente prefiere lo de importacin por-que tiene vista. Tambin ha afectado la presencia de tiendasms grandes en el Centro Histrico, parecidas a los Wal-Mart oSams, que venden de todo. Ya muchos en vez de venir al Cen-tro van a esos centros, donde tienen productos de importaciny pueden comprar por una o ms piezas. Antes era mejor por-que haba mayor venta y no haba tantos vendedores. Pese aque la relacin con las autoridades no era buena, lo nico quehacan era quitarnos la mercanca y mandarnos 15 das 36horas a La Vaquita.

    Las reubicaciones representan momentos significativos

    Las reubicaciones representan momentos significativos y com-plicados para el comerciante ambulante. Para nuestra organi-

    zacin, la primera y nica reubicacin que ha tenido fue en lacalle de Palma en 1993. A otras organizaciones les han entre-gado predios y han hecho sus plazas. Pero a la nuestra no se leha entregado nada, y a lo que se dedican las compaeras y loscompaeros es a trabajar, ya que al no haber ventas, no haymodo de que puedan dedicarse a otra cosa. Por tanto, hayveces que no se persignan y lo que venden es lo que se gas-tan. Hay algunos productos que procuran vender para sacar lode sus ganancias y lo dems volverlo a invertir, para no que-darse sin mercanca. No puede uno gastarse lo que no se ganay creo, as ocurre con la mayora de los comerciantes; a menosque les quiten su mercanca, ya que tienen que pedir prestadopara comprarla. Ahora integrantes de nuestra organizacin estn en dife-

    rentes lados del Centro Histrico y hasta la fecha torean.Hay organizaciones que a los toreros les ofrecieron calles yestn ah temporalmente. Algunos lograron acomodarse dellado de La Alameda, hacia la calle de Repblica de Per. No-sotros les hemos advertido a los compaeros que no toreenporque los policas pasan constantemente. Pero no todos loscompaeros aguantan. Muchos se van a los tianguis porquetienen su lugar ah, pero estn al pendiente de poder torear.Otros, se acomodaron por Anillo de Circunvalacin, pero tam-poco estn dentro de un padrn. Algunos lderes tienen unpadrn y tienen a la gente apuntada. Y si el lder quiere ven-der y hay lugar, te puedes poner a vender pero no existe nin-guna seguridad.

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    Yo no me veo como lideresa sino como compaera porquetodos hemos trabajado igual y hemos luchado en las calles.Por lo que me siento igual que mis compaeros.

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  • Algunas dirigentes todava luchan por su gente

    Mi relacin con Guillermina Rico fue de trabajo cuando se dio laprimera reubicacin y se deba ir con las autoridades para queautorizaran permisos. Tenamos que ver en qu calle nos iba atocar, qu tanto espacio nos haban reducido el espacio y otrosasuntos. Nosotros tuvimos que acomodarnos como pudimos por-que en ese tiempo eran menos lugares. Por decir algo: si nosdaban uno-cincuenta, era la mitad para uno y la mitad paraotro. Ella fue una persona muy humana con todos y no le gusta-ban los problemas ni los pleitos; deca:No peleen para que no los golpeen!Ella fue buena persona y una lder que a todo mundo ayudaba.

    Yo la recuerdo porque se daba a querer mucho con los dirigentes.Todos los que estaban con ella, la respetaban y la queran muchoporque luchaba por los comerciantes. Algunas dirigentes toda-va luchan por su gente pero ahora no hay personas como ella.

    Ella luchaba por todos aunque fueran dirigentes que no estuvie-ran con ella. A veces ayudaba a las personas que no tenan paratrabajar o para comprar su mercanca. Ayud a instancias paranios abandonados, personas adultas mayores. Nadie se puedecomparar con ella, la verdad. A lo mejor llega a haber alguiencomo ella, pues todava hay lderes que luchan por su gente. Yasera mucho decir que yo le he seguido los pasos, aunque BenitaChavarra y mi hermana han procurado que la Plaza Pino Surezest siempre prspera. Ahora Esther es quien est al frente, unadirigente joven que le echa muchas ganasDe momento yo nopuedo hacer nada por mis agremiados. Ya sera mucho que lesdiera falsas esperanzas dicindoles que va a haber plazas, qutal que no hay nada? Si es as, tendremos que regresar a las ca-lles algn daas ha sido siempre. El Centro Histrico nunca haestado limpio. Pero la necesidad de la gente, porque no encuen-tran trabajo, que despiden o que desea superarse, los hace decir: A vender y a buscarle qu vender.Las calles donde estuvimos cuando vendamos en la va pblica

    an les damos sus vueltecitas, porque ya nos pas en 1993: dosaos no hubo vendedores en el Centro Histrico, ms que los reu-bicados. No haba ni toreros. Pero pas el tiempo y las autorida-des nos reubicaron y nuevamente empez a haber toreros.Entonces, la gente de nosotros que tenamos en espera nos deca:Es que ya hay vendedores, ya me voy a ir a torear.Les respondamos:Que se fueran, pero bajo su propio riesgo, y slo que se pu-

    sieran abusados porque no haba tolerancia.

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  • Empezaron a vender pero entraron los operativos y granade-ros, y hubo muchos problemas. Hay muchas diferencias entrela primera reubicacin y la segunda (2007), porque ahora haybastantes calles que todava siguen llenas. Cerca de El Carmenhay calles donde los comerciantes fueron reubicados y son to-lerados. De esta ltima reubicacin se beneficiaron unos, otrosno, ya que a ciertos comerciantes no se les ha dado nada. Yono soy la nica. Hay varias dirigentes que son de muchotiempo y no han recibido nada. En mi caso no negoci nadacon las autoridades. A los compaeros se les coment que te-nan que levantarse y que les iban a dar su predio en una plaza.El acuerdo con las autoridades fue que todos iban a tener supredio y que nadie se iba a quedar fuera. Sin embargo, en estereordenamiento no pudimos reubicar a ningn agremiado demi organizacin. An estn acomodados en las calles dondetodava est permitido el comercio ambulante, pero tienen que

    buscarle porque si esas calles las tratan de regularizar, slo sequedaran los comerciantes que empezaron a vender en ellasy que estn registrados en un padrn. El padrn es por organizacin, y si cinco personas empezaron a

    vender en determinada calle, se tiene un control de quines son.Entonces estos comerciantes tienen un padrn, que representa elconjunto de personas que van a luchar para que cada uno tengaun espacio. En la ma somos aproximadamente cuarenta comer-ciantes. Todos estn en diferentes calles del Centro Histrico. Haycompaeras que dilataron un ao para darles su predio, pero anhay mucha gente que todava siguen sin espacio. Una de las ven-tajas de vender en el Centro Histrico es que la gente que pasa noes la misma, siempre es diferente. Es distinto en un mercado, por-que las personas que van son las mismas en todos los das y com-pran una vez, pero no vuelven a comprar lo mismo. En el Centro laspersonas son diferentes a diario.

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    Mi relacin con Guillermina Rico fue de trabajo cuando se dio laprimera reubicacin y se deba ir con las autoridades para queautorizaran permisos. Tenamos que ver en qu calle nos iba a tocar,qu tanto espacio nos haban reducido y otros asuntos.

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  • Regresaba a vender porque nunca alcanzaba el dinero

    Yo vengo vendiendo desde los seis aos. Cuando muere mi padre,los ocho hijos estbamos muy chicos, entonces se present la ne-cesidad de sostener a la familia. Junto con mi madre y tambinsu mam. Mi mam sala a trabajar y nosotros junto con ella.Crecimos viendo cmo las camionetas de la delegacin se la lle-vaban. Tenamos que escondernos para que no nos llevaran anosotros tambin. Me cas a los 16 aos. A esa edad no sabesnada del matrimonio, simplemente te casas para ver si te sacande vender y resulta que no. Me retir de vender por un tiempo,pero regres porque nunca alcanzaba el dinero. Despus, llegaronlos hijos y fue cuando me dediqu a lavar y planchar ajeno; perofaltaba dinero. Entonces volv al comercio. Es curioso: puedo ase-gurar que 90% de las mujeres comerciantes es abandonada porel padre de sus hijos, ya sea casada o en unin libre. La mayorasomos madres solteras porque nos dejan y terminamos por sos-tener a nuestras familias. Somos pocas las que podemos darlesescuela a nuestros hijos porque la mayora no tenemos educa-cin para decir: Vamos a sacar a los hijos de aqu.

    Creemos que los hijos hacen ms falta en los puestos para cargarcon las mercancas, en vez de ir a la escuela; son ideas con lasque crecemos, pero que en el fondo quisiramos cambiar. Pero tevas de esta vida con un trauma: tengo ms de 60 aos, y toda-va tengo un trauma de no poder ayudar a la mujer, al vendedor,tal y como se debe. Siempre lo he dicho:

    Me voy a morir, y nunca he descifrado qu clase de delin-cuente soy porque he sido perseguida desde nia, y ahora degrande, y slo por vender. Nos llaman toreros.

    As comenz el crecimiento anrquico del comercio

    Efectivamente, quien abri el espacio a la fayuca fuimos noso -tros. Fayuca era lo que vendamos de Estados Unidos, lo ameri-cano. Los primeros en traerla fuimos los comerciantes de la vapblica. Empezamos por vender chicles, luego collarcitos, des-pus trajimos perfume y luego aparatos electrnicos. El comer-cio fue creciendo y siempre fuimos perseguidos. Por eso nospusieron fayuqueros, chineros o contrabandistas. Cuandose aprueba el Tratado de Libre Comercio, las tiendas empeza-ron a traer la fayuca, y les cambiaron el nombre a importado-ras. Por eso digo que los comerciantes de la va pblica siemprehemos sido marginados.Nos dedicamos al comercio en la calle porque fue la nica op-

    cin. No fuimos a la escuela, y no tuvimos espacios donde nosrecibieran para trabajar. Si la persona que estudi, cuando ladespiden busca la calle para sostenerse, pues las personas queno fuimos a la escuela es lo que nos queda. Y as crecemos enla venta: aprendiendo a correr, llegar a la camioneta, y escon-dernos. El vendedor aprende como si fuera delincuente: se esca-bulle porque viene el operativo. As uno llega a grande. Cuandoveo que s se pueden organizar y que s se puede hacer algo porla gente como lo hizo Guillermina Rico ella s fue una lideresa

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  • porque mova a las masas, yo slo soy representante yo tam-bin lo hago. Entonces se nos dej de corretear y empezamosa trabajar con la autoridad delegacional, que nos dio una me-dida de 1.20 por 80 centmetros, para operar y dejar espacio alpeatn. De esta manera tampoco tapbamos a la tienda. La al-tura de la tienda era de 70 centmetros, no llegaba al metro.Esas eran las reglas, entonces haba convivencia entre transe-nte y vendedor. Esto fue por los ochenta. Y bueno, a travs deltiempo se fue decayendo el comercio y nos equivocamos. Abu-samos de las calles. Todo comenz a cambiar cuando las autoridades permitieron

    los puestos tubulares de fierro, formados como casita. Autoriza-ron una medida, pero algunos vendedores no la respetaron. Hi-cieron los puestos ms altos y tapaban las tiendas establecidas.La gente me deca:Djeme hacer mi puesto.Pero yo no lo permit; jams lo permit. Despus en 1997, el co-

    mercio comenz a crecer demasiado porque entr una autori-dad con otra visin. Quiz con la idea de:Revienten las calles! Nosotros dijimos:Sale, si podemos tomar todo pues lo tomamos!As comenz el crecimiento anrquico del comercio. Uno se

    pona donde quisiera, con el puesto del tamao que fuera. Cerra-mos calles, y no pasaban carros por estar en medio del carril. En-tonces lleg el momento en que la sociedad se enoja por notener por dnde pasar; la cual dicen nos repudia. Pero yo creo

    que no porque a nosotros quien nos compra es esa sociedad. Yodigo: no vengo del cielo ni broto de la tierra para venir a vender,soy parte de esta sociedad, con los mismos problemas del co-mercio en la puerta de mi casa, vivo en la San Felipe de Jess yah los tianguis estn a todo lo que dan. Yo no me siento con de-recho para ir a meter un papel a la delegacin para pedir quelos quiten. La sociedad, a la que nosotros pertenecemos, no seda cuenta que trabajar en la calle es nuestro modus vivendi y lamanera de sostener a una familia.

    A poco es ms abusado el pirata?

    Se nos acusa de vender lo robado. S, vendemos mercanca ro-bada, pero yo siempre le he dicho a la autoridad: Porque t, autoridad, en lugar de corretearme no llegas y me

    preguntas Tus notas? De dnde viene esta mercanca? Para quese identifique lo robado.La piratera es otro problema grande, y ah tampoco al comer-

    ciante en la va pblica se nos ha permitido defendernos. Podra-mos hablar con las grandes disqueras y decirles: A ver, no creo que sea ms abusado el que quema los discos

    que t que eres una disquera establecida. Por qu no haces el ti-raje A y el tiraje B? El A para los grandes almacenes y el B paralos que vendemos en la calle.Nosotros entonces compraramos en las disqueras y esos millo-

    nes de pesos, que dicen se fugan en la venta, les llegaran a ellas.De esa forma estaramos dentro de la ley. Si nos vendieran ese ti-

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    A travs del tiempo se fue decayendo el comercioy nos equivocamos. Abusamos de las calles.

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  • raje as como lo pedimos, pues estaramos pagando nuestros im-puestos.

    Las mujeres somos las que ms estamos afuera vendiendo

    Las mujeres que conoc de mi gremio, en aquellos tiempos cuandohaba dinero, como en los aos del salinismo, en los que nos sen-tamos ricos porque todos vendamos, y aquellas que tenan ma-rido pues lo tenan que aguantar, porque cuando hay dinero, losvarones son ms socarrones y se dejan mandar. Ellos piensan: A m me conviene, no trabajo, que mi vieja trabaje, al fin te-

    nemos todo.Hoy ya no hay eso. Desde la influenza la venta decay y no se

    levanta. Ahora los maridos salen a fregarle porque saben que lamujer no puede ganar como antes. Claro, tambin hay mujeresa las que le quitan su dinero:Usted preste el billete y vyase a chambear.

    Creo que las mujeres somos las que ms estamos afuera ven-diendo. En primera, en mis tiempos, la inocencia de la chamaca,pues era salir a vender y, si alguien le hablaba bonito, una pensaba: A lo mejor ste me va a quitar de andar aqu vendiendo.Pero la verdad es que los hombres no se hacen cargo. Te dicen: Sabes trabajar, no?En segunda, cuando volvimos la cara, ramos adolescentes con

    hijos en la mano. Por cierto, yo digo que las comerciantes de la vapblica de aquellos aos, nunca supimos cundo fuimos niasporque, siempre estuvimos trabajando, ayudando, vendiendo. Ycon doble obligacin, ya no nada ms ayudar a la familia, sinomantener a la propia. Yo compr cuatro obligaciones muy gran-des, pero con la mentalidad de quitarlos de la venta, de pagarlesla escuela, de sacarlos adelante. Aquellos fueron das enteros deno dormir porque yo me iba a vender, regresaba y haca el que-hacer de la casa. Fue bonito porque a m no me pesa, no meduele todo lo que he hecho para sacar adelante a mis hijos. A mlo que me pesa es ver a las compaeras que no han podido darlesecundaria a sus hijas.

    Lder, Zapata; no yo

    Tuve una madre que logr comprarnos casa a cada uno de loshermanos con lo que vendamos. Mi madre todava vive, tiene85 aos. En cambio, a estas alturas hay mujeres tronndose losdedos porque no tienen para pagar la renta, tienen que mante-ner hijos y te dicen diariamente:

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  • Seora, ya me estn corriendo de mi casa, llevo un mes sin luz.Esas son las frustraciones que me quedan como representante.

    No podra enorgullecerme ni llenarme la boca y decir:Soy lder! no. Lder, Zapata; lderes aquellos que pelearon

    por la tierra. Nosotros s le debamos mucho al gobierno, por subsidiarnos

    con un cacho de banqueta, porque de ah sala para comer ymantener a los hijos. Hoy en las plazas no se vende. Por ms quequeremos la gente no va a las plazas. Va a tardar muchsimo paraque una plaza levante. Puedes ir, por ejemplo, a la de Pino Su-rez, y te dars cuenta de que adentro hay muchos locales cerra-dos. Los que venden bien son los de la orilla, la gente no estacostumbrada a entrar a buscar los localitos.Son tantas cosas las que podra comentar, por ejemplo, hay

    quien representa a los vendedores, pero no le importan ms que

    las cuotas, y no la forma en que viven; no le importa si el agre-miado no tiene para ir a un mdico. Yo trato de hacerle concien-cia al gremio, aunque sea de a 20 pesos, de a como tengan,vamos a juntar para llevar a esta mujer al mdico. Yo lo nico quele digo a mi gente es: Organizacin es estar organizados y vamos a organizarnos

    para todo.

    Al comerciante, sbanas rotas

    Como comerciante, estuve muchas veces en El Torito, y nuncame haba dado cuenta de la distincin que haba por serlo. Hastaque un da llegu ah por desacato. Entonces me di cuenta decmo, hasta en eso, el comerciante es marginado. Hay dos puer-tas en el dormitorio. Yo siempre haba entrado por la de la iz-quierda. Ese da me toc la del lado derecho. De ese lado s habasabanitas limpias y en buen estado, del otro, el de los comercian-tes y prostitutas ahora llamadas sexoservidoras, a ellas les cam-biaron el nombre a nosotros no, seguimos siendo ambulantes,toreros las sbanas estaban rotas y los trastes despostillados.As descubr la marginacin que hay ah:T eres comerciante!, entonces vete para all.Yo creo que no puede ser ms grande la falta por vender en la

    calle para llevarle de comer a tus hijos que faltarle el respeto aun juez. La vida del comerciante es triste. Mira, t ves alegre a losrepresentantes y los que representamos porque, a travs de losaos, nos fuimos haciendo diferentes, aprendimos a vender y

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  • fuimos teniendo ms negocios. Claro, hay quien vende limasdesde hace 40 aos Por qu? No s. Tal vez por el conformismo.Pero hay quien no. Yo te vendo pozole, tamales, de todo; toda mivida he vendido as. Si no vendo aqu, lo hago en San ngel oen La Villa, y vendo de todo. Pero hay gente que no. Ellos dicenque es la suerte. S, la suerte existe pero, bien o mal, nos la ha-cemos nosotros.

    Nuestra organizacin es muy unida

    Ahora, la verdad, s es muy difcil aunque le echemos ganas por-que, en la plaza no se vende, hay que salir a buscarle. Si nos que-damos ah, nos morimos de hambre. En mi puesto de la plazahago servilleteros, paneras y saleros para eventos de boda. Hellegado a vender slo cien o doscientos pesos al mes porque nohay clientela. Tenemos que salir a buscarle porque de la plazanadie se mantiene. Mentira si asegurara que ya no hay toreros.Si salen a torear, qu les digo:Qudense aqu y yo les doy el gasto?Por eso el fenmeno del toreo no se acaba. La razn de ese

    fenmeno es el hambre y la necesidad. Claro, la ley puede ha-blarte de artculos, incisos pero uno voltea y ve a un comer-ciante que habla de hambre y necesidades. No entendemos deleyes; la ley se rebasa cuando el hambre est encima. Hoy enda, en el toreo se ven ms hombres porque hay golpes; anteseran slo los correteos, la quitada de mercanca. Por otro lado,hoy las mujeres somos ms agresivas en la calle porque el varn

    ha entendido que, si se le pone al t por t con la polica, se lollevan a la delegacin y lo acusan de robo, no de vender. Enton-ces, se ha sensibilizado ms el varn para que no le conteste ala polica. Nuestra organizacin es muy unida. Si pasara lista, creo que

    somos la organizacin ms completa que queda desde 1993.Quiz no est tal seora, pero qued el hijo. No est el seor, perotengo a la hija o a su mujer. Hemos tenido mucha convivenciaentre nosotros y siempre hemos tratado de apoyarnos. Por ejem-plo, cuando estbamos establecidos o semifijos, si alguien per-da la maleta, hablbamos con esa persona, la compaera o elcompaero. Le decamos:Te vamos a ayudar, te vamos a dar para que surtas, para que

    te levantes, pero si tu vuelves a quedarte sin maleta, pues, mejorte vas de la organizacin; no tienes ganas de trabajar.

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    La gente no est acostumbradaa entrar a buscar los localitos.

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  • Entonces juntbamos, cooperbamos y le dbamos para quecomprara su mercanca. La mayora le echaba ganas, volvan asalir. Otro ejemplo. A m no me gustan los que toman o los quese drogan. A los que lo hacan, los llev a grupos de rehabilita-cin como AA. Si los hijos de las agremiadas comienzan a tomarmalas maas, a sus madres les digo:Vmonos a un grupo.Nosotros como organizacin, estamos siempre al pendiente de

    los integrantes.La mayora de los comerciantes buscamos que nuestros hijos

    estudien, pero no hay apoyos para eso. Yo pregunto:Qu, tu hijo no va a la escuela? Sacaste a tu hijo de la es-

    cuela?Y responden:Es que ya no poda, jefa.Hay quienes pagan 1 500 pesos de renta por un cuarto. Sin

    embargo, me dicen:Ya me estn corriendo porque no he podido pagar la renta.O sea, s hay una carencia muy grande; ojal hubiera una inves-

    tigacin profunda para que vieran las necesidades tan grandesque hay. No nos van a poder volver locatarios porque para eso senecesita, primero, que se acredite una plaza, lo cual tardar mu-chos aos. Segundo, se requiere un capital que si no tienes paracomer menos para invertir. Por qu? Porque a la mercanca no sele gana los miles de pesos. Los comerciantes no somos dignos decrdito, no tenemos derecho a un seguro social. Tenemos que iral Hospital General. An as me dicen:

    Seora, no me presta 500 pesos para mis anlisis de ma-ana?En el Hospital General los cobran. Digo, tampoco los pueden

    regalar porque somos millones de personas y los comerciantesno queremos nada regalado. Nos gusta pagar. Al gobierno no le pido casa, no le pido mdico, no le pido nada.

    A m, si me dejan vender, me hago cargo de todo lo que yo tengoque hacer. No le pido escuela para mis hijos, no le pido tiles, nole pido nada. Pero ahorita no hay chance, y el poco chance quehay es nada. Porque si no nos agarran los granaderos hay que ira pagar multa, se nos pierde la mitad de la maleta y a veces, noaparece. Como las avientan, las encontramos maltratadas y yano nos sirven. Uno se aferra en eso entonces: en seguir ven-diendo. Hay veces que dicen:Qu vamos a hacer, seora?Les digo:Aguanten, diosito aprieta pero no ahorca.Tengo que darles fe porque no hay otra cosa qu prometerles.

    Siempre un trmino medio

    Yo no soy de choque. No me met a representar a un grupo paratener problemas. Inclusive, cuando haba discusiones muy fuer-tes con operativos, yo a la gente le deca:Ustedes para atrs; yo solita.La relacin con la autoridad se da bien porque siempre he sido

    de dilogo, de ver cmo llegamos a un acuerdo. Cuando uno ne-

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  • gocia, ni es todo lo que me pide la autoridad, ni es todo lo que yole pido a la autoridad. Siempre tenemos que saber que vamos allegar a un trmino medio. Yo lo que le digo a la autoridad es:Dgame un no convincente, no me diga un no porque no. Si

    me dice un no convincente, lo entiendo. En 1997 el PRD comienza a gobernar la ciudad. Algo que no

    hice fue decir: renuncio al PRI, ya me voy al PRD. No, porque noera mi conviccin. Yo crec junto con mi abuelo, que fue revolucio-nario y l me deca:Formar este partido nos cost muchas vidas.Entonces tienes una conviccin que no cambias. Sin embargo,

    entiendo muy bien la ideologa del PRD, sus preferencias. Escucha mucha gente que deca:Nos amenazaron de que, si no nos cambibamos de par-

    tidoNo, a m nunca me amenazaron, los tratos son iguales que con

    el PRI: muy cordiales. Al final hablbamos de trabajo, no de ide-ologas o de colores. Cuando lleg Ebrard como jefe del gobierno,l tena un panorama completo de cmo estaban ya las calles.Era un abuso porque se degener el uso del espacio. Estbamosamarrados de las ventanas, de las manos de los monumentos.Haba puestos de gran tamao y yo deca:Caramba, ste es un comerciante en la va pblica? Tiene

    ms mercanca que un establecido!Eran puestos como de tres mil mochilas, cinco mil pantalones.

    Yo hablo claro: para qu negar lo que hicimos. Y digo hicimos por-que soy parte de eso. En mi calle no veas eso. En el callejn de Ta-

    baqueros, de Venustiano Carranza a Uruguay, haba 120 puestos.Los puestecitos de nosotros eran pequeos. Los ms grandes erande un metro, pero ms bien de 80 a 60 centmetros. En otras ca-lles, si alguien tropezaba con un puesto o tiraba algo de unpuesto, reciba una letana. La calle no era del ciudadano o detodos, sino nuestra.Fjate por dnde caminas! decamos. Ebrard, traa muy clara la pelcula: un Centro Histrico inva-

    dido, y la gente ya estaba harta de vernos porque dejbamosuna alfombra de basura al levantar nuestro puesto. Claro, tenaque llegar el momento en que nos retiraran. Pero yo le apostabams a un recorte, a una buena negociacin, para no dejar atanta gente en la miseria como est ahora. Los miles y miles decomerciantes que estbamos en el Centro ya no existen, creoque lo mejor era haber puesto reglas, por qu no una ley del co-mercio en la va pblica para poder ocupar la banqueta con re-glas, derechos y obligaciones.Nunca hemos tenido una ley, es cierto: el bando fue hecho por

    pristas. S, lo hicieron en las rodillas porque no consensuaron quera el comercio, porque no nos tomaron en cuenta. En 1995 tuvimos que ignorar el bando, porque en la plaza no

    haba gente. Ellos decan que hicieron un estudio para reubicar-nos: yo no creo que se haya hecho uno. Son pocas las plazas queestn en puntos precisos. Meave es un xito, cierto. Pero Meavefue construida en la misma calle donde vendan. Mesones, s; laconstruyeron en una zona papelera, en plena entrada de una es-cuela de nios. Los comerciantes cambiaron al giro papelero y

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    Me voy a morir, y nunca he descifrado qu clase de delincuentesoy porque he sido perseguida desde nia, y ahora de grande,y slo por vender.

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  • empieza el xito de la plaza. Un caso contrario fue Izazaga, queestaba rodeada por El Chicote, Pea y Pea, Casa Blanca. No erauna plaza en la que se dijera: adopto este giro y le voy a darvida. Esperemos que se nos d esa oportunidad de planear elCentro para acabar con estas persecuciones. Espero que la Asam-blea Legislativa del Distrito Federal se d a la tarea de emitir unaley que contemple el comercio en la va pblica. Mi relacin con otras lderes es muy buena. Siempre he sido

    respetuosa de las calles, es decir, de las zonas de las compaeras.Contar una ancdota. Por aos trabajaba las fiestas patrias ynavidad en la Catedral, vendiendo: pozole, tamales, buuelos,todo eso. Lleg el momento en que nos retiraron de la Catedraly nos dieron 20 de Noviembre para trabajar la verbena del 15 deseptiembre. Pido en ese momento hablar con la compaera re-presentante de 20 de Noviembre. Las autoridades me decan: Es que yo te estoy dando la ubicacin.Les responda:Pero yo soy respetuosa y quiero hablar con ella para que sepa

    que voy a entrar ah y preguntarle si no hay ningn inconveniente.Trato de llevarme con todos y saludo a todos los dirigentes. No

    hay dirigente que no me conozca: de la Villa, de Coyoacn, delvaro Obregn. Y es que me llevo bien con Alejandra Barrios,tengo respeto por ella.Mi mam venda en Venustiano Carranza esquina con Taba-

    queros o, afuera de la iglesia del Cristo del Veneno. Nosotros sushijos, en Tacuba, afuera del cine Mariscala. Yo era muy errante,pero mi mam tomaba un lugarcito, se acreditaba y se quedaba.

    En 1978, a mi mam la operan de los ojos y le digo:Usted no se preocupe mami, yo voy a sacarle su puesto.Cuando llegu a instalarme con el puesto de mi mam, un em-

    pleado de la delegacin que nos prohibi vender ah. Le comenta mi hermana, que era representante de las ferias:Oye, Mary, chanos una mano, habla con el jefe de va p-

    blica o con alguien para que nos d permiso de vender. No que-remos que nos deje todo el da. Nosotros no queremos ms quese d la vuelta y cuando regrese ya no estaremos. Si me ve toda-va instalada, le entrego mi maleta, para no pelear. Si me levanto,que ya no me la quite, no me jalone, y que ya no me busque enel quinto piso.Entonces, mi hermana dijo que lo propondra pero el emple-

    ado de la delegacin no acept. Le dije entonces a l:Voy a ir a la delegacin a negociarlo, le parece?

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  • S, me contest Entonces habl con el jefe de la va pblica junto con mis com-

    paeros y me dijo:Qu, t eres su lder?No, licenciado, pero no creo que usted quiera hablar con

    todos, o si le gusta otro para que hable, pues adelante. Ahora quesi vengo es porque tengo la misma necesidad que los dems, perocreo que si llegamos hablndole todos, pues no nos va a entender.Y l me dijo:Haz un escrito donde digas que no te dejo y sube con el de-

    legado.As lo hice. Sub con el delegado, platiqu con l y le dije:Yo lo nico que pido, seor delegado, es que la camioneta

    d la vuelta, porque en esos minutos nosotros vendemos cincopesos, que son muy buenos. En lo que da la vuelta, nosotrostendremos aguadores para las seoras grandes, que ya nopueden correr, les ayudaremos a que se quiten. Yo no quieroque nos d un permiso permanente, pero s que nos apoyenen la forma en que nosotros trabajamos y ganamos el sus-tento de la casa.As nos dieron el permiso por primera vez. En la maana tena-

    mos que estar en el callejn de Tabaqueros, que era un muladar.Era el paso de rateros, quienes arrebataban las cadenas o la bolsa.A partir de las tres de la tarde nos permitan salir a Venustiano Ca-rranza a vender; y as comenzamos, de tres en adelante.As comenz mi buena relacin con el jefe de va pblica y me

    deca:

    Haz esto, no puedes hacer esto, mete tal escrito donde soli-citas trabajar en la maana.Estuve bien guiada por l. Ms adelante nos permitieron traba-

    jar en la maana, hasta las 2 de la tarde. Pero de las dos a lascuatro de la tarde nos quitbamos, para dejar libre la salida de laSuprema Corte de Justicia porque estbamos a un costado. Entonces decid hablar con mi comadre Guille, aunque en ese

    momento no era mi comadre. Le dije:Yo aqu traigo mi papel ya autorizado de Venustiano Ca-

    rranza, yo quiero hablar con usted.Y as form parte del grupo para ir a sembrar rboles a San Sal-

    vador Xochimilco, junto con el gobierno. Ella un da me dijo:Trabajaron con el PRI?Y le respond:No, trabajamos con el gobierno, no con el nombre. Trabaja-

    mos con el hombre que en ese momento est en funciones.Entonces junto con otras organizaciones empezamos a parti-

    cipar en mtines para recibir a los presidentes de la Repblica. Ylos das 9 de enero siempre asistimos a la peregrinacin de loscomerciantes. Ahora sin estar presente Guillermina Rico, segui-mos saliendo a La Villa porque le tenemos mucha fe a la Virgende Guadalupe.

    Primero lo que deja, despus lo que atolondra

    Tanto mi madre como yo nos preocupamos siempre que loshijos estudiaran. Tengo dos hermanos abogados. Uno que ha

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    Yo lo que le digo a la autoridad es: dgameun no convincente, no me