Lec x Los Temas de La Filosofia

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Lección X ' LOS TEMAS DE LA FILOSOFÍA Hasta este momento hemos establecido que la filosofía es un co- nocimiento de Ja realidad por las primeras cansas y, a los efectos de clarificar su noción, nos detuvimos en fijar sus diferencias con la ciencia en sentido corriente, el sentido común y la teología. Pero antes, cuando hicimos nuestra fenomenología del conoci- miento, habíamos dicho que, en verdad, el saber teórico comenzaba concretamente cuando, frente a las cosas de la circunstancia, el hom- bre no sólo las utilizaba, no sólo las manejaba con fines utilitarios, sino que se detenía ante ellas, haciéndoles una cuestión de conoci- miento con la pregunta ¿qué es esto? Bien; dijimos que cuando ese qué, cuando Ja pregunta se dirigía a las últimas causas de la realidad, teníamos el saber filosófico; cuan- do se dirigía a los aspectos fenoménicos,■observables o mensurables, teníamos -ciencia. Pero ahora queremos ver otra variante de la pregunta. De hecho, en la historia de Ja filosofía hay algunos grandes temas que han pre- ocupado a los filósofos; de, hecho, los filósofos se han dirigido cons- cientemente a ciertas grandes cuestiones, a ciertos grandes problemas de la realidad para hacerlos objetos de su pregunta. Por ejemplo, en cierto momento de la historia, la filosofía se ha preocupado preferen- temente por Dios; queremos decir, los filósofos han dirigido ja inten- ción interrogadora de su inteligencia a este tema central, al tema de Dios, y han visto, un poco, todas Jas dema's cosas en función de

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FILOSOFIA

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  • L e c ci n X

    ' LOS TEM AS DE LA FILOSOFA

    Hasta este momento hemos establecido que la filosofa es un conocimiento de Ja realidad por las primeras cansas y, a los efectos de clarificar su nocin, nos detuvimos en fijar sus diferencias con la ciencia en sentido corriente, el sentido comn y la teologa.

    Pero antes, cuando hicimos nuestra fenomenologa del conocimiento, habamos dicho que, en verdad, el saber terico comenzaba concretamente cuando, frente a las cosas de la circunstancia, el hombre no slo las utilizaba, no slo las manejaba con fines utilitarios, sino que se detena ante ellas, hacindoles una cuestin de conocimiento con la pregunta qu es esto?

    Bien; dijimos que cuando ese qu, cuando Ja pregunta se diriga a las ltimas causas de la realidad, tenamos el saber filosfico; cuando se diriga a los aspectos fenomnicos, observables o mensurables, tenamos -ciencia.

    Pero ahora queremos ver otra variante de la pregunta. De hecho, en la historia de Ja filosofa hay algunos grandes temas que han preocupado a los filsofos; de, hecho, los filsofos se han dirigido conscientemente a ciertas grandes cuestiones, a ciertos grandes problemas de la realidad para hacerlos objetos de su pregunta. Por ejemplo, en cierto momento de la historia, la filosofa se ha preocupado preferentemente por Dios; queremos decir, los filsofos han dirigido ja intencin interrogadora de su inteligencia a este tema central, al tema de Dios, y han visto, un poco, todas Jas dema's cosas en funcin de

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    Dios. El ejemplo clsico, en este caso, es la edad media. Por eso se dice que, en la edad media, los hombres hablaban de Dios a propsito de-todo y de todo a propsito de Dios. Otras vcccs, la filosofa se ha preocupado preferentemente del hombre, de la conducta del hom- bre, y su acento ha sido especialmente moral; por ejemplo, en Scrates; en la poca del renacimiento.

    A lo'que queremos llegar es a esto: queel clima de la filosofa aparece diversificado, en su historia,- por algunos grandes temas; no muchos, pero bastantes para delinearse y dar caractersticas propias al movimiento histrico. Estos temas,, segn su aparicin cronolgica, son los siguientes:

    el inundo, entendido como naturaleza, como physis; ci hombre y la conducta del hombre; IDios y su relacin ontolgca y religiosa con el.hombre; el conocimiento y su validez;la cultura, como obra humana; /por ltimo,' tal vez como intento de tema globalizador desde

    abajo, la existencia humana.

    Los temas as enumerados no advienen ai movimiento histrico, creemos, sin que las propias exigencias ontolgicas los traigan a la inteligencia. Queremos decir { no es casual que el tema del mundo aparezca como el primer tema de la filosofa; ni es casual, tampoco, que el tema del conocimiento se tome temtico centro de la preocupacin filosfica precisamente despus de una larga investigacin sobre el mundo, sobre Dios, sobre el hombre.

    En realidad, si quisiramos explicarnos esta evolucin, aunque sea muy superficialmente, una simple mirada a los datos de la psicologa infantil o a la mentalidad que el hombre revela en la sabidura de sentido comn no? ratificara en nuestro concepto. Lo que inmediatamente se me da, en cuanto me pongo en esta tarea de vivir conociendo, es el mundo, como totalidad objetiva con la cual me, encuentro, Precisamente'mi propio yo, la propia conciencia del yo, se obtiene como una conciencia testigo, como una conciencia acompaante; que acompaa la percepcin de los objetos sensibles. De otra- manera : nuestras ventanas primeras son los sentidos, y los sentidos estn

    X a) \ b )

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    abiertos a la .totalidad que llamamos mundo, entendido como contorno natural.

    Y tambin una simple mirada al sentido comn o a la psicologa nos mostrara que el tema del mundo conlleva, en su lmite, el tema del hombre. Primero me preocupo del contorno en el cual me en-

    e-uentro; de las cosas que hay en el contorno y de su totalidad; es decir, de los objetos y del mundo. Pero, luego, descubro que yo mismo, en cuanto preocupado -por esas cosas y por esc mundo, me encuentro incluido en l; soy actor en el drama del mundo y sus cosas. Con algo bastante curioso: que no soy un actor pasivo, no soy una cosa", sino que ando en el, en el mundo, como un extrao personaje que quiere evadirse de sus leyes fsicas y descubrir, detrs de ellas, un sentido que las trasciende. Por ejemplo, mi conducta se mueve atrada no slo por lo que hay, sino por lo que, para el hombre, debe haber. Yo vivo atrado y ustedes por instancias y apelaciones totalmente extraas al mundo fsico: la idea de la Justicia, la idea de la Belleza, la idea del Bien.

    Han aparecido, pues, dos temas: el tema del mundo como totalidad con la cual me encuentro, como totalidad de lo objetivo, de lo que est all, fuera de m y entre cuyos pliegues me muevo, tanto para la ventaja utilitaria cuanto para la obtencin del conocimiento, y el tema del hombre, como reflexin que me muestra, no slo un mundo con el cual me encuentro, sino el personaje que se descubre como "encontrndose en". Precisamente encontrarse" tiene este sentido; no es que uno est simplemente entre los objetos; es que uno "se encuentra", se descubre. Y junto con este nuevo tema, con el tema del hombre como protagonista, aparece el tema de su conducta, el .tema moral.

    Ahora bien, si ustedes se fijan bien, hay dos exigencias, en estos temas, que nos pueden llevar a trascenderlosen primer lugar desde el mundo mismo. A l observar los objetos del mundo, -yo descubro que todos los objetos y acciones son finitos, contingentes; que cada uno de ellos, en su particularidad, puede ser visto como un efecto, y que la totalidad de ellos tambin puede ser vista como un efecto. Entonces, desde los objetos mismos, yo soy lanzado a un "fuera de los objetos", soy lanzado a una instancia que trasciende los objetos: soy arrojado a la presencia de.Dios. Pero no slo desde los objetos; si

  • yo observo bien io que decamos en prrafos anteriores; si ya observo, con pulcritud, que mi conducta no se mueve por lo que hay, sino por lo que debe haber; si yo me fijo en el hecho de que soy un extrao personaje, llamado por ciertas apelaciones inexplicables desde el punto de vista fsico la Justicia, la Belleza , entonces soy conducido, tambin por esta exigencia, a una instancia que est ms all del mundo fsico y ms all del hombre: esa instancia acta como la presencia de una atraccin, como la presencia de un foco de realidad al que el hombre tiende. Desde m mismo, pues, soy arrojado en las- manos d Dios.

    Tenemos, as, los tres tems?, orgn!camente~encadenados: el mundo, el hombre, Dios. Qu nos falta? Nos "falta la relacin por la cual estoy vinculado con el mundo y estoy vinculado con Dios. Algn da puede que yo pregunte, no por sel mundo, ni por el hombre, ni por Dios, sino por el modo en que yo accedo al mundo y accedo a Dios. En este momento aparece el cuarto tema de la filosofa. Aqu, el tema no es ya un ser, en sentido fuerte y substancial; aqu, el tema es una relacin. La pregunta, histricamente, ya no es qu es el mundo?, qu es el hombre?, qu es Dios?, sino cmo es posible el conocimiento del mundo, del hombre o de Dios? A las primeras, en filosofa, se las llama preguntas de tipo ontol- gico; a las segundas, de tipo gnoseolgico.

    Pero nos faltan an dos temas que hemos citado en nuestra enumeracin.- Cmo aparecen segn el desenvolvimiento problemtico que nosotros hemos pretendido esbozar? Bueno; parece natural: primero el hombre pregunta por lo que hay, por. aquello que le es inmediatamente dado; por las cosas con las cuales simplemente se encuentra. Se trata de una especie de descubrimiento circunstancial^ Circunstancia quiere decir esto: los estantes, los .seres que estn r- cum, a mi alrededor. N o carecer de sentido que la pregunta filosfica se oriente, en primer lugar, a los seres que estn dados en la circunstancia, sin mi participacin; a los seres que no dependen de m, porque son los primeros que encuentro.

    Pero un da la inteligencia del hombre descubrir que en el gran mbito de su circunstancia, adems de los seres natural o sobrenaturalmente dados, adems de los objetos con los cuales naturalmente se encuentra y que tienen, n s y de^de s, una existencia no depen

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    diente de hombre, hay otros objetos que no son naturales, que no le son dados, que el hombre construye y que, paulatinamente, van llenando esa circunstancia hasta constituirse en una superestructura. Ese da el hombre ha descubierto, de modo temtico el mundo de la cultura. N o quiere decir que antes no hubiera reflexionado sobre estos objetos; quiere decir que ahora son el centro de su preocupacin.

    Estamos, pues, desde el punto de vista de una fenomenologa de los temas, ante un orden: el orden que asciende, que va desde los objetos y el hombre hasta Dios y que distingue luego lo dado de Jo construido por el hombre. Nos falta ver, an, cmo ese todo de realidad se me da .unitariamente en una especie de horizonte globa- lizador. Queremos decir tengo el mundo de los objetos- dados, el mundo de la sensibilidad con sus caractersticas; tengo el mundo del hombre, la realidad de mi experiencia, en la que descubro tendencias, apetitos, afectos, inteligencia, voluntad tengo a Dios, fundamento de esa realidad, rch ltima hacia cuyo centro confluye, todo lo que hay; tengo mi conocimiento; mi reflexin, que trata de observarse a s misma; tengo los'objetos de la cultura como nuevo mbito tendido sobre la naturaleza por la capacidad creadora del hombre. Tengo todo eso, pero dnde se da todo eso? Cul es el marco, la pantalla, el lugar, diramos, donde todas esas cosas y las que no lo son ise revelan? M existencia, mi existencia humana como estructura, como todo no reducido a la idea de sujeto, segn lo entenda el idealismo, sino vistb a la manera de una abertura fundamental por donde penetran las cosas y por donde me asomo a ellas.

    Estamos, pues, en el ltimo de nuestros temas..Hemos tratado, as, de aproximarnos a una fundamentacin auto-

    reveladora. de los temas, por una especie de fenomenologa, por una especie de descripcin.

    Ahora trataremos de ver si la historia concreta de la filosofa puede justificar dicha descripcin. Hubiera sido lo mismo hacerlo de otra manera. Ver primero la historia y extraer de'ella, por induccin, la lnea de los temas. Nosotros hemos pretendido una descripcin sistemtica, pero, tal vez-, no hay que preocuparse. Tal vez esta descripcin haya sido muy influida por la historia que estaba debajo, flotando como una muy presente ausencia. , .

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    Pero antes de entrar directamente cri la exposicin histrica de los temas, importan algunas aclaraciones, algunas precisiones. Cuando nosotros decimos que en determinado momento de la historia uno es el .tema que da el tono a ja filosofa, no queremos decir que los otros temas se encuentren ausentes. Tal intepretacin falseara nuestro pensamiento y, lo que es ms grave, traicionara la verdad histrica. Lo que nosotros queremos decir es, simplemente, que los otros temas'juegan im papel ms bien secundario frente a aquel g.^e,est en el centro de la atencin filosfica. Por ejemplo, es indudable que todos los filsofos medievales se han ocupado del tema del hombre, del tema del mundo, inclusive del tema del conocimiento, y es ejemplar, en este caso, la disputa sobre los universales. Pero la cuestin central es el tema de Dios. Inclusive las soluciones que se dan al problema de los universales dependen de las soluciones que se dan al problema de Dios.

    Bien; con estas aclaraciones entremos en materia. Todos ustedes saben, con mayor o menor precisin, que la filosofa nace como una reflexin sobre el tema del mundo. En el principio la fiio,sofa es eso: un conocimiento, o un intento de conocimiento, de lo que el mundo es, entendido como naturaleza. De all que, en las historias de la filosofa, nosotros nos encontremos con que al primer perodo de la filosofa griega se -le llama perodo cosmolgico; es decir, perodo en que prevalece la ciencia o teora del cosmos, del mundo. Lo que los presocrticos quieren saber, en definitiva, es cul es el elemento constitutivo de la realidad, vista como sntesis de todo lo que hay.Y lo que encuentran, cronolgicamente, lo que pretenden encontrar, lo que afirman haber encontrado es que ese elemento es un elemento material o un elemento cuantitativo-o un demento cntitativo; es decir, unos dicen que la realidad est fundada en cierta materia.;.otros que Jo est en las relaciones de cantidad, numricas y geomtricas y, otros, en la idea de jer. (Nos parece, a pesar de las tesis susten-. tadas por Jacgcr y Mondolfo, que en conjunto ofrece mayor inteligibilidad didctica la divisin de la filosofa griega en-los clsicos perodos: cosmolgico, antropolgico y teolgico.)

    De all, inclusive, la divisin en escuelas. Ustedes lo saben y lo pueden constatar en los textos de historia. Para los jnicos primitivos: Tales, Anaximandro, Anaxmenes, lo que hay debajo de los f en -

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    menos es el agua, el peiron la materia indeterminada o el aire. Estos elementos se piensan como arelt, como el principio, desde distintos puntos de vista: son ei principio temporal, cronolgico, en tanto all comienzan las cosas; son el principio segn a naturaleza, porque de ellos estn hechas las cosas; son el principio como funda*

    Atiento, en cuanto sobre ellos se sostienen las- cosas, y son el. principio jerrquico porque la? gobiernan.

    Como estos elementos son vivos y la realidad entera consiste en ellos, ia realidad entera es viviente; es la idea hilozosta. Por otra parte, como ia vida es caracterstica de lo divino, entonces, si todo est vivo, todo c$ Dios; pinta plre Thett, dice Tales: todo est lleno de Dios. Claro, para Tales, Dios tambin es trascendente; para los otros, no.

    Es -claro que hay matices diferenciales. Siempre la investigacin responde a la pregunta con que, habamos dicho, naca la vida terica: qu es la naturaleza?, pero, a veces, eso- que la naturaleza es, no est constituido por un ser propiamente fsico, aunque sea indeterminado, sino por lo que podramos llamar una ley o un orden, como es el caso de lo;. pitagricos. Ustedes van a ver, en las historias de la filosofa, que, segn los pitagricos, el principio de la realidad es el nmero, la cantidad. Yo dira que el fundamento de la realidad es para ellos la mensurabilidad, la inteligibilidad que las relaciones cuantitativas establecen entre los elementos. Una interpretacin asi podra prolongarse. No se trata aqu de establecer cul es el elemento material del mundo; se trata de decir que el mundo tiene su ser como mundo, como orden, en cuanto je sujeta a lar leyes matemticas, a los principios de la matemtica. .

    Tambin con Herclito pasa algo parecidoj Es corriente decir que para Herclito el fundamento de la realidad es el fuego. Pero hay que agregar que tal vez el fuego material no sea sino una idea, una metfora-para hacer inteligible su pensamiento. La archc, el principio, el fundamento que busca es el devenir, el cambio, la mutabilidad; algo que a s mismo se consume constantemente, como el fuego, y el fuego, por su movilidad, por su dinamismo, sirve bien para expresar la idea del cambio, de la mutacin continua; pnta rci, todo fluye.

    El fuego es, pues el fundamento de Jo que hay en Herclito. Todo cambia, todo es como el fuego: un proceso de transformacin.

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    Pero algo no cambia, el; cambio mismo que permanece. Este fuego, este DtaS'fcego de Herdclico es el Logos que da razn del mundo por tin proceso de degradacin, de condensacin: fuego, aire, agua, tierra, y explica el reintegro de todo lo que hay al seno de la divinidad, del fuego divino, por un proceso de recuperacin: tierra, agua, aire, fuego. Este crculo, esta cada y ascenso, es eterno; es el eterno retorno del todo.

    Frente al pensamiento heraditeano se levanta la escuela eletica. En primer Jugar Jenfartes, que afirma el monotesmo, la existencia de un Dios separado del mundo; a quien se llama l telogo de la. escela, (sta es la interpretacin clsica; hoy las cosas no son tan claras.) En segundo lugar Parmenides, el filsofo, que decididamente niega la filosofa de.Herdito. Claro, Parmenides no niega que, para Jos sentidos,' todo cambe. N o ; Parmenides sabe que todo cambia en el orden de los fenmenos y la sensibilidad. Lo que Parmnides va a decir os que, por eso, porque aparece cambiante, el mundo de Jos fenmenos es falso; que hay otro mundo, otra realidad por debajo o por encima de la fenomnica y que esta realidad es inmutable, eterna; es la realidad del er. Por eso cuando habla de esta verdad, del m, del ser, titula a su poema: ta pros tn aletheian, sobre Jas cosas de Ja verdad; pero cuando habla de lo que aparece a los sentidos. el ttulo es: ta pros dxan, sobre las cosas de la opinin.

    Y prueba esta divisin analizando la idea misma del ser, segn el principio insoslayable de la inteligencia: lo que es, es; lo que no es, no ej. Gom este principio es absolutamente vlido, de all se sigue que no hay mutabilidad; porque mudarse, para el ser, sera pasar de lo que es a lo^que no es; pero decir que de lo que es se pasa a J que no es, es decir, que el no ser es; cosa que contradice el principio de Parmenides. Y'tampoco el ser podra tener princjpfbf pues si tuvo principio, qu haba antes? Si se dice que haba el no ser, se viola el principio, pues esto implicara \a afirmacin de que el no ser, era? si se dice que ya haba el ser, entonces no hay nacimiento. Las cosas que se mundan, las cosas que cambian, pues, son falsas simplemente. La nrch, el fundamento, para Parmenides, es el ser, uno, inmutable, eterno.

    Por ltimo nos quedan los atomistas. Con ellos, con Empdocles inclusive, se empieza a intentar la solucin de Ja anttesis ser-devenir,

  • Los temas de la filosofa n 3de la anttesis que ?e haba planteado con el pensamiento de Her- clito y la escuela eletica. Para Empdoeles, el fundamento de las cosas no es el fundamento, sino cuatro fundamentos; hay cuatro cosas que estn debajo de la realidad como elementos constitutivos: la tierra, el agua, el are y el fuego, y estas cosas, mezclndose por virtud del amor y de la discordia, engendran los objetos. Los elementos y las fuerzas permanecen siempre en lo que son, y en esto se parecen al ser de Parmnides, pero por Ja mezcla, por la agregacin o separacin y por la proporcin en que ge mezclan, aparecen diversificados en seres. Y Ja agregacin y separacin impuesta por el amor y por Ja discordia tienen las caractersticas del devenir de Herclto. Ms tarde, con Anaxgoras, Ja cosa seguir complicndose: los elementos no son cuatro, sino un nmero indeterminado y hay tantas clases de elementos como clases de apariencias. Nosotros vembs agua porque hay partculas de agua que prevalecen en ese elemento y le dan su caracterstica; vemos huesos porque hay partculas de hueso que prevalecen, en el objeto hueso; vemos madera porque hay partculas de madera que prevalecen en el objeto madera. Es decir, que estas partculas seran especies de tomos cualitativos; homeomerias las llama Aristteles. Y el principio de movimiento sera el noiis, la mente o inteligencia, por la cual la idea de Dios empieza a perfilarse en Anaxgoras.

    Finalmente, llegamos a los atomistas propiamente dichos: a la escuela de Demcrito. Aqu, los tomos son masas de materia, en nmero infinito, movindose en un vaco infinito, ab eterno, y. formando,. por las agregaciones y desagregaciones de estas cadas, infinitos mundos en movimiento.

    Con esto.hemos bosquejado la aparicin y desarrollo del tema del .mundo y Jas respuestas dadas por la filosofa griega presocrtica. nca como entonces, tal vez, volver a monojjolizar de tal modo la atencin de la filosofa y de la ciencia; aunque entonces ya, en sus ltimas expresiones, la atencin de la filosofa vena desplazndose desde su horizonte hacia el horizonte del hombre.

    E l tema del hombre, en la filosofa griega, adviene propiamente con.los sofistas'y con Scrates: El primero es Protgoras, para quien Pnon hhrewtton mtron nthropas, ton men nton os cstin, ton1NTO. FILOSOFA. 8

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    de ouk nlon os ouh csliii; el hombre es la medida de todas las cosas (khrcmdton: aqu hay un problema en el que no podemos entrar ahora), de las que son en cuanto que son y de las que no son en cuanto que no son (Diels, 8o B l); el segundo es.Gorgias, que- en propiedad no se ocupara del hombre en cuanto tal, sino del conocimiento ; pero la figura que da un sentido a lo que se llama el periodo antropolgico es Scrates.

    De lo que se trata, si se lleva la cuestin hasta el preguntar mismo que caracteriza a la filosofa, es de que, ahora, la pregunta de la filosofa, que iba dirigida temticamente al mundo en cuanto naturaleza, cambia de sen.tido, Lo que importa no es saber simplemente que sea el mundo, sino saber qu sea el hombre; sobre todo, de saber qu sea el hombre en razn de la conducta que debe observar en el mundo. Y la filosofa, que era un preguntar sobre el mundo, se transforma en un preguntar sobre el hombre y sobre la conducta del hombre en el mundo. Esto es lo que hace Scrates al adoptar explcitamente el lema de Dclfos: gnozi scautn, concete a ti ttitj- 10. Es decir, lo que Scrates pregunta ya no es por el ser del mundo, por si el ser del mundo es el fuego, el aire o el tomo; Scrates pregunta por el ser del hombre y, cuando tal cosa pregunta, se encuentra con que el ser del hombre se define por su situacin como un ser que abe, o, por lo menos, como un ser que quiere saber, aunque su primer conocimiento filosfico sea el de su propia ignorancia. Por eso, la misin del hombre en cuanto ser que quiere saber, es, en Scrates, la misin de definir; d decir, en definiciones, lo que el hombre- y las cosas ion. Pero cuando Scrates descubre esto, cuando descubre al hombre como ser que quiere saber, descubre, simultneamente, que entre todas las cosas hay una que importa saber, una que importa conocer de modo decisivo: la virtud. Lo que se necesita saber es lo bueno y, entonces, sobre el plano desnudo de lo que es, de las cosas que sencillamente son, Scrates estatuye filosficamente el piano de lo que debe ser. Porque conocer lo bueno no es conocerlo y quedarse tan tranquilo, sino que lleva en su seno una exigencia: la exigencia de' ejecutarlo, de realizarlo, de actualizarlo. El tema del hombre, pues, acaba de ingresar a la meditacin filosfica, trayendo consigo el tema de su conducta.

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    Por eso dice Jenofonte que "l (Scrates), no trataba sino de asuntos humanos, estudiando qu es lo piadoso, qu es lo sacrilego; qu es lo honesto y lo vergonzoso; qu es lo justo y qu lo injusto; qu es sensatez, qu insensatez; qu la valenta, qu la cobarda; qu es el Estado y qu el gobernante; qu es mandar y quin

    lianda; y, en fin, acerca de todo aquello cuyo conocimiento, estaba convencido, haca perfectos a Jos hombres y cuya ignorancia, al contrario, los rebaja, con razn, volvindolos esclavos'' ( Mev., I, I, 1.1-17).

    Es claro que este preguntar de Scrates, que ha descubierto Jo bueno y, junto con lo bueno, lo bello, lo justo, lo verdadero, como ideas, como esencias o como conceptos, va a resultar muy importante en la historia de la filosofa, pues har que' Platn, en funcin de aquellas ideas que l lleva a plena claridad,'; se plantee, no slo el problema de la conducta, sino su sentido ltimo. Si Ja vida del hombre est regida por ciertas ideas, por lo verdadero, por lo justo, por lo bello, por lo bueno, y si en el mundo sensible no estn la Verdad y la Justicia, ni Ja Bondad, ni la Belleza, entonces Platn dir que la vida del hombre no est limitada al mundo-sensible, sino que lo trasciende, pues aspira a la contemplacin de las ideas en el mundo supraceleste. Con esto trae Platn a la filosofa el problema expreso de la inmortalidad del alma con sus pruebas., i

    Ahora bien, es con Aristteles con quien el* tema de Dios dar el sentido a toda su filosofa. Claro que la idea ya est en Platn, pero la verdad es que Platn nunca haba afirmado la idea expresade Dios como ltimo fundamento de la. realidad. El Dios de Platn,t rel demiurgo, est sometido a las hipstasis ideales, por un lado, y es, por eso, un Dios dependiente; no es propiamente Dios, entonces.Y por el otro, cuando habla de la idea del Bien, como razn ltima y primer fundamento de la realidad, llama divina a la idea del Bien, pero no la llama Dios. Por lo dema's, nos parece que Pintn, concibe siempre a Dios, o a lo divino, en funcin de Ja inmortalidad personal, desde el punto de vista de una filosofa movida por el afn de salvacin. El'tema seguira siendo el hombre, pues, y el Dios platnico no sera sino un momento dialctico en la marcha del hombre haca su destino.

    Por eso decimos que quien pone este tema cientficamente ante la inteligencia es Aristteles, cuyo libro XII de la Mcl(i[isicn es expre-

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    smente una teologa, un tratado del primer principio, de Dios, al que llega la inteligencia por el riguroso desenvolvimiento de sus posibilidades frente a lo? datos de la realidad. Lo mismo ocurrira con el libro VIH de la Fsica y su tratamiento del primer motor.

    Es claro que estas afirmaciones deben tomarse con todo cuidado. La acentuacin de un tema en determinado filsofo no implica que los otros se encuentren ausentes. Dios ya. haba sido afirmado, por cierto, en la filosofa griega, antes de Aristteles. Jenfanes lo seala cuando dice: "Todo entero v e ; todo, entero percibe; todo entero concibe'. Anaxagoras dice que la "inteligencia ha ordenado todas las cosas" y que "la inteligencia es independiente, -no est mezclada con cosa alguna". Scrates no slo ve en la naturaleza los rastros de una inteligencia, sino que afirma la existencia de un poder bueno, que inclusive quiere el bien de los hombres. Platn va ms lejos ; plantea las pruebas mismas de su existencia. En el Timeo y el Sofista se refiere a la primera, causa eficiente, en las Leyes al motor, en el Timeo mismo a la causa final. Pero este Dios, como ya dijimos, o es el demiurgo sometido a las ideas, y entonces no es Dios, o es la idea del Bien que est por encima de todo, pero que ya no se piensa como Dios personal. Por lo dems, repetimos, el nervio secreto es en Platn el tema del hombre, porque las ideas, la reminiscencia, no son sino la prueba de "lo divino en nosotros*'} el problema de la salvacin que nos conmueve. >

    En cambio, con Aristteles la cuestin se hace terica en sentido estricto. Dios es acto puro, primer motor, pensamiento que se piensa a- s mismo. La idea de Dios es aqu una pura exigencia de la inteligencia ; su existencia es una cuestin cientfica. Y su definicin quiz sea insuperable: Dios es un viviente eterno y perfecto; o, en el texto siempre recordado, Dios estin e nesis noseoSj nesis,. es el^ensa- miento del pensamiento que a s mismo se piensa (Met., 1074 D, 3 4 '3 5 ) -

    Tenemos, pues, los tres primeros temas j el mundo, eLhombre, Dios. Tratemos de ver, sintticamente por cierto, los rasgos que definen el pensar griego sobre cada uno en contraposicin a los otros grandes perodos histricos:: ^ '

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    I , E l tem a e n e l mundo.

    a} Los griegos. En general, el. problema de k realidad, para los griegos, ha sido el problema del movimiento v sus dificultades inteligibles: lo que ahora no es, luego es, y ad invcem. Como solucin de la apora, al fin, la filosofa griega concluy e : hay movimiento, pero ste es ordenado la realidad es un ksmos, no un caosJVeamos la raz de la solucin i cmo puede ser ordenada, por qu es ordenada la realidad? Efltqueutod.i.ella, tiene, comienzo en un mismo prin-

    (Lpgps, tfo u sjT Jflt-to-.y..se mueve tambin en_.,ccIos

    iijitos.ry|eg a les^ ^ u iJ^ n ^ .5lad..d^,su..ley, qim puede.ser^rns O-menos. inmanente o.msVov.menos trascendpntg^il^) importante es que siempre, el mundo, en relacin con su principio Ha arch). prx

    .necesario? hay una relacin1 ex amnhe. Y que repite, segn tiempos fi i a co j po.rJa./.l eVQ, por. .fe! destino,, un .fin y lm r e S m ienzo : la ekptU rostsTlacatastrofe por T fueg o de fercii'to y ios estoicos; la reparacin de la injusticia de Anaximandro; la dialctica del amor y del odio en Empdocles o los ciclos de la escuela pitagrica y de Platn. Tan frrea como en todos ellos es la necesidad aristotlica en cuanto al mundo y su principio. La materia prima, el acto puro y la tendencia de aqulla por ste, existen eterna y necesariamente,

    b) Los cristianos. In principio cretvit Dettm coejum t i ierram, dice el Gnesis (1, i). Si analizamos toda la tradicin de hermenutica crtica o comn, lo primero que introdcele! cristianismo, como diferencia radical con los .griegos,. es~ laydea de creacinlv, con ella, Ja .

    fidea de la nadal/El mundo ha sido creado y creado de la n.icfTer nihilo stti' et siifecti, como dicen los telogos. Si consideramos Jos dos trminos de la relacin entre Dios como principio y el mundo como su efecto, el lazo que los une cambia tanto, que lo pensado es radicalmente distinto en cada caso. Fuera de Dios no hay ni(materia> ni ley, ni ideas) que limiten su acto?/pero-J ms"importante"es que tampoco bay una detrmmactfin j^erior .qu e .lo .muevat f S a s . 'crea guia voluit, v a _lo_.dijimos. Por eso l cimiento metafsico del mundo cristiano es la libertad. Desde luego que no estamos ante una

  • iibertad arbitraria, pero estamos ante la libertad. La imagen de las cosas es bastante clara: aqu est el mundo y nis all siempre ms all, est. Dios, Lo que no quiere decir, sin embargo, que el mundo haya sido abandonado por Dios despus de la creacin, o que el mundo sea una cosa y Dios otra como dos cosas . Dios est en y el mundo non essentiale sed casale, dice Santo Toms, y la causa- rtSTdTcadora no slo actu una vez, acta siempre en la conservacin dc'l mundo.

    El mundo griego es casi siempre finito en el espacio, infinito en el, tiempo, circular, necesario. Ahora, en la imagen cristiana tenemos que el mundo es finito de todas maneras: en el espacio y en el tiempo, y por eso, tambin, en la historia. Tan finito aqu, en. l a ; historia, que, para los medievales desde antes de San Agustn, desde las primeras comunidades cristianas, la expectacin del reino de Dios que entonces ocurra era el fin de los tiempos. Los cuatro imperios de Daniel ya haban pasado; las siete edades, como siete das, tambin; "vivimos en la sexta- edad del mundo que corre ahora" (D. C. Dci, X X II, 30), Se acabaron los ciclos, pqes; el mundo se mueve bajo el signo del sentido.) de la prueba, de; la v a ,que. condH

  • Los temas de la filosofa 119arriba, ter, era distinto que abajo, tierra. Pero v iene la crisis renacentista prenunciada por N. de Cusa, ff^g-pcucha^-tiaeja, Jirxra, ao es el centro del mundo (Copmico^, que el todo es materialmente hnmnflpnEo (Galileo). Y Giordano Bruno extrae las conclusiones / la .tierra no es el centro del mundo, tampoefo lo puede ser el so!. parque el mundo es infinito yT cp un mundo infinito, cualquier fugar puedp ser w centro.#ero si el mundo es infinito, como no puede haber infinitos/ ? dnde. .t-Dias2 N.p_iucta_dcLmundo, porque no hay fuera; entonces Dios est dentro, es inmanente a un mundo infinito, Y a l fin, de tales races, tendrem osun. mundo_D- pifo en el espacio, infinito en el tiempo, infinito en su dinamismo. Adems, como todo es homoeneo. lo de agu, la- tierra, es lo mismo quej o ^e_^/fi,..cLceloJ_y_la_ckncja..del _hg.mbre vale para todo.. Se pierde el sentido del misterio y todo queda, por as decir, al alcance de la mano. Y -lo mismo pasa con Dios: si el Dios infinitles el mundo mismo, Lq3 IO O & 0^ , .,eLf.io^De all nacen todas las formas del subjetivismo religioso.

    sta es, en el fondo, la idea del mundo moderno ms eficaz: la que rebrota en Spinoza con el agregado de su estructura matemtica; la que vuelve con los romnticos; la que se prolonga en Hegcl, inclusive en Comte y aun en los marxistas o en el pensar evolutivo de la naturaleza y de la historia,

    d) E l hombre actual. Ahora, en nuestras cabezas, el mundo vuelve a ser finito, parece. Dicha finitud alcanza a su estructura (relatividad cimtcniana) y al tiempo (entropa}. Por lo dems, la materia, la. materia confundida primero .con DicsJucgojcon-el .ser, se disuelve; eso como si la- ciencia del hombre, por as deciri -hubiera pasado ni otro lado de la cortina y se hubiera encontrado con que no hay ninguna materia como cosa. La materia, or eso, vuelve a ser "aquello con lo que alflo se hace'*, el contenido de una estructura y nada ms.Y el mundo, si no es fsicamente una realidad de formas para los fsicos..es por lo menos una realidad de estructuras que responden 3 ciertos ritmos, a cierta inteligibilidad. Y puede que, en cualquier momento, urio.se pregunte qu sera una realidad, hecha de inteligibilidades, sino el resultado, o la expresin de una Inteligencia,

  • 220 Introduccin a Ja filosofa

    II. E l TEMA DEL HOMBRE.

    a) Para los priegos, muy rpidamente, pqr cierto, el hombre es por la psich, por el alma (aire) que lo mantiene unido (Anaximenes). El alma, oue primero es. un soplo, se sustantiviza y resulta la Psich de Platn, con antecedentes en Pitgoras, en Empdocles. La psich es un alma sustantiva V est de paso, como quien dice; ha vivido antes y vivir despus.'Por eso el alma v el cuerpo estn unidos acci- Mentalmente, como el piloto a la nave o como el prisionero en Ja prisin. Con Aristteles se unen: son entre s forma v materia, acto y potencia, de donde resulta que ya no hav reunin de dos sustancias. El hombre es tina sustancia compuesta de dos principios entitativos. Su.diferencia especific:'con los animales es la racionalidad. pero en el hombre, ademas, hav lo divino, que viene de afuera: el nous thirathen, la inteligencia separada. Por eso parece que en Aristteles no hav inmortalidad: cuando se disuelve el compuesto va no hay ms hombre. Lo que sera inmortal, .en todc caso, sera la inteligencia separada.

    b) El hombre cristiano, en cambio, es niflgo Dei: hagamos al hombre segn nuestra. imagen y semejanza, dice el Gnesis. Pero como Dios no es lino, sino tres, tampoco el hombre es uno, sin ms. Es una substancia en la' cunl la ima?o Det Quiere decir que conserva las huellas de la Trinidad. De all el esse. intelli^ete. /tmare. que rey presentan al Padre, al Hijo y al Espritu. A. la wirfgo Dei de la crea-* cin se agrega la filiacin divina de la Redencin: el hombre ha cado y Dios, en la Persona del Hijo, lo ha rescatado. Por otra parte, el hombre, adems de estar abierto hacia afuera por el vnculo inteligible del Locos, est abierto hacia adentro porque el Logos es tambin constitutivo, interior. Por ltimo, aunque inmortal, el hombre m- pieza a contar con el tiempo, y aparece el hombre biogrfico, el hombre de las Confesiones, cuya subjetividad es como un abismo, sin lmites.

    Las mismas ideas, pero ahora con contexto. aristotlico, siguen resonando en Santo T om s: el hombre es compuesto d alma y cuerpo, slo que el alma, de suyo, es subsistente. Con l subsistencia se vincula el problema de ja persona? el hombre es un absoluto .que

  • Los temili de la filosofa 12 1

    adems de sus fines mundanos tiene un fin trastrendenfc ; el encuentro con Dios. Pero el encuentro con Dios es el encuentro con Cristo, y, por eso, la edificacin del hombre es la edificacin de Cristo en nosotros. El motor de la edificacin es el amor; cada hombre edifica en s lo que ama: Terram diligis, terram ers. Deum diligis, Deion eris, con palabras de San Agustn. Es la lnea de la chantas paulina, que culmina con la teologa de los Dones y su Theopoiesis.

    Por eso el hombre es y seguir siendo un magnum mysterium, una contradiccin o una paradoja en todos los pensadores cristianos. como encuentro de lo finito y lo infinito, de la gracia y la naturaleza. de la gloria v el pecado.

    c) Con el Renacimiento aparece la idea de la itedificatio como constructiva del ser, cuyo pice se alcanza en Pico de la Mirndola y que seguir creciendo hasta el pensar existencial. E n el De hominis dienitirte se dice oue el hombre no es una esencia, no es una naturaleza, Dios lo eren sin pila y Ir.d iio : Te consigno a tu nlhedro. segn el cual determinars tu naturaleza. Con esta idea de que el hombre se hace, es lgica, se vinculan otras: la de que el hombre hace la poltica y hace la religin. En el fondo*es~el nacimiento del subjetivismo...Pfrrn

  • 122 Introduccin a la filosofia

    Tambin hay ja lnea del yo. Una filosofa del Yr>j podra poner sus orgenes en Fichte, en Feuerbach. Despus se complica con las psicologas de la profundidad en Freud, Jung, Szondi. Pero los momentos metafsicos de esta lnea habra que ponerlos' en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. Tiene mucha importancia en Lavelle, en Sciacca .y finalmente se . estructura como doctrina en Martin Buber. El hombre no es cosa; el hombre es la relacin yo-t que implica un T eterno. Por cs~el hombre, en cuanto hombre, es religjoso: cjta religado con un fundamento al que no ?e le puede tratar racional, sino pruencialmentiT As/los filsofos Hablan efe j&ios o sobre Diou fl hombre habla a Dios.

    111. El TEMA DE Dios.

    a) Para los erceos hay un problema. insoluhlc^entrc^eLDios^per- sonal y el Dios como fundamcntoJ uuando se unifica la realidad en el fundamento. Dios es archc, principio, pero no es.. personal./Ciianda ,es personal, no es principio, no es fundamento, es uno de ls dioses. Por eso el verdadero Dios ptcpq es to theion, lo divino, v no Theos, una persona. Sus nombrc5..son muchos: archc, logos, to En,...to On, el Notis. Slo cuando e ser)de Parmcnides-se une con Seiydel xodo, tendremos el Dios cristiano, a DiosJfEl Dios griego est limitado. .por la materia como potencialidad: p|r las, ideas, por la necesidad. por el destino, p.or cl ciclo csmicoJ En Platn," el Demiurgo depende .eje .as ideas V trabaja con una1 materia preexistente : en Aristteles hav dos principios, la materia primera v el acto puro: fcP-P.lonn_toQ.s,ile de Dios, por cierto, pero todo sigue siendo Dios, y por eso hay emanacin y no creacin.

    b) Y es aqu donde se plantea la cuestin radical entre el Dios de los griegos y el Dios de los cristianos. Cualquiera que sea la concepcin de los griegos, siempre queda que Dios no es creador. La. idea de creacin implica que Dios da todo el ser v que lo da sin nue la creatnra sea un Dios prolongado O extendido. El acto propio de la creacin no es informar, dar frmas a algo; al ser que ya existe, ni ordenarlo segn lo mejor, ni atraerlo eternamente, sino dar el ser, la existencia misma, que los seres poseen por participacin analgica

  • 4C

    ad extra. Por eso la creacin es un acto de libertad : nada en Dios, nada fuera de Dios pide o limita la creacin. Adems hay dos creaciones: la de la naturaleza y. la de la Gracia. De all que, en los cristianos, el tema de Dios se complica inevitablemente con el tema del. hombre. Al fin Dios Cristo es tambin el hombre, el hombre

    E jem plar y el hombre mismo; es imago Del en los dos sentidos: imagen de Dios en la creacin e imagen de Dios en la Redencin. Tanto la creacin como la Redencin, por otra parte, son efectos del qitior. y esta ltima, formalmente, es propter nos homines ct propter nstram saluttm. De all que toda la dialctica, histrica que culmina en el Cristo de la Cruz. y. se resolver en el Cristo de la Gloria, tiene como sentido la salvacin del hombre. Sin embargo, no se rclativiza el.tema de Dios, porque al fin la salvacin del hombre tambin ocurre ad majorem Del gloriam. Por eso en la filosofa cristiana, no en la filosofa como dira Nimio de Anqun, sino en la conciencia cristiana, Dios es y era principio, en la creacin; camino, en la Redencin : fin, en la gloria.

    Y Dios, para la metafsica, ser el Ser; Aqu es donde el universo cristiano, por obra de Santo Toms, alcanza su nivel ms alto. Qu ha dicho Dios de s mismo en la Escritura? Ego sum qui sunu Bien: sa es la definicin de Dios. Dios es el ser- en quien se identifican la esencia y la existencia: ocanos de ser limitados por s mismo no ms, es decir, ilimitados, llenos, eternos.

    Y si pensamos las cosas a fondo, esta conclusin nos muestra que no hay up pios de los filsofos el Ser) y un Dio.: do los rmtinnn

  • 124 Introduccin a la filosofa

    es el dinamismo rfo la realidad. Natura naturans, como por primera vez dijo Averroes. Y . ms tarde, el mundo es la epopeya de JDios. la gesta de su Idea, donde Dios mismo se gesta, se hace (Hegel).

    N o podemos entrar, por razones de espacio, en otra idea de Dios la del puro racionalismo, la del Desmo, la dei Dios'arquitecto, cuyos perfiles no nos parecen responder a las exigencias ms profundas del hombre moderno, en cuanto llamadas a desembocar en el pensar actual.

    d ) Finalmente, Dios ha muerto, sostiene Nietzsche. v por eso crece e l desierto, avanza la nada. Sepun Buber, esta idea puede significar que Dios no aparece ya a los hombres, pero quiz sejf porque el hombre ha cerrado los caminos que muestran a Dios^/Dos ha inuirE5 rqInere decir miiThn

    D ios est all, sin embargo, y nos espera./ No hay ms oue cam- bar la mentaran de nuestra mirada o mjrarr ms hondoJfoll enTa hondura . cte t o detrs, en la clida tintcbla. ffc nosotros ^ u ^ q s (Lavele), brillH de: Dios y renacer el corazn de| hombre..,.Nosotros pensamos que s, pero que'quiz no dependa todo de nosotros. f o cambiar vuestro duro com n de piedra por un blando corazon de carne, dice el Seor.

    Por eso, mejor que hacer tantas cosas, sera esperar un poco, confiar en 1 y pedirle que lo haga.