Logored - Diciembre 2014

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DIÁLOGO EDITORIAL EDITORIAL DIÁLOGO Por Claudio García Pintos CONSIDERACIONES SOBRE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y SU IMPORTANCIA PARA LA FORMULACIÓN DE TESIS DOCTORALES. (pp.3-5) Apunte de docente FRANKL NO HABLA DE RESILIENCIA (pág. 6-8) LA PAGINA DE LOGOFORO (pág. 9) Reflexiones Existenciales ENCRUCIJADAS 3 (pp. 12-15) EN EL AMOR VIVE LA PENA (Pp.17-19) LOGOTERAPIA VINCULAR LA PAREJA Y LA BÚSQUEDA DE ACUERDO (pp. 20-23) LA PAGINA DE CAVEF (pág. 24-25) PADRE Y MADRE. TRA- BAJADORES DEL AMOR HUMANO (pág.26-27) ¿QUÉ ES LA VOLUNTAD DE SENTIDO? (pp. 29-31)

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Edición correspondiente al mes de Diciembre 2014

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DIÁLOGO EDITORIAL

EDITORIAL

DIÁLOGO

Por Claudio García Pintos

CONSIDERACIONES SOBRE LA INVESTIGACIÓN

CIENTÍFICA Y SU IMPORTANCIA PARA LA FORMULACIÓN DE TESIS DOCTORALES. (pp.3-5)

Apunte de docente

FRANKL NO HABLA DE

RESILIENCIA (pág. 6-8)

LA PAGINA DE

LOGOFORO (pág. 9)

Reflexiones Existenciales

ENCRUCIJADAS 3 (pp. 12-15)

EN EL AMOR VIVE LA

PENA (Pp.17-19)

LOGOTERAPIA VINCULAR

LA PAREJA Y LA

BÚSQUEDA DE

ACUERDO (pp. 20-23)

LA PAGINA DE

CAVEF (pág. 24-25)

PADRE Y MADRE. TRA-

BAJADORES DEL AMOR

HUMANO (pág.26-27)

¿QUÉ ES LA VOLUNTAD

DE SENTIDO? (pp. 29-31)

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H ace unos años era habitual

que me solicitaran dirigir Te-sis, tanto de Licenciatura como de Doctorado. A raíz del trasla-

do de mi residencia a Galicia (España) estos pedidos disminuyeron hasta des-aparecer seguramente vinculado con la

distancia de los centros Universitarios que integrara. La participación más acti-

va en blogs y foros sociales reactivó esos pedidos. Acepté dirigir dos Tesis pero el contacto con los Doctorandos me llevó a

concretar algunas ideas sobre la investi-

gación científica.

No es necesario abundar aquí sobre los

vericuetos propios de la investigación científica. Sí es necesario para un Direc-tor de Tesis intentar transmitir saberes,

inducir el pensamiento reflexivo y moti-var la creatividad. Este trabajo siempre

acarrea provecho para el Doctorando y

para mí mismo.

Me ceñiré a mi campo particular de ex-

periencia: la Psicología, la Sociología y la Pedagogía con referencias a la Analítica

Existencial y la Logoterapia.

Cuando se trata acerca de la programa-

ción de una investigación científica en éstas áreas del conocimiento las reco-

mendaciones de aquellos que hemos tra-bajado tantos años en el tema deberían ceñirse a simples bocetos que no preten-

dan una exhaustiva descripción del pro-ceso en sí mismo sino que señalen una

situación de partida, un contexto hacia el cual dirigirse, una oportunidad de in-terrelación recíproca experto-iniciado

que fecunde la Tesis respectiva.

La clave del éxito de la tarea emprendida

estará en una correcta diagnosis del fenó-meno a estudiar incluyendo la máxima cantidad de variables psicológicas y socioló-

gicas que nos permitan orientar con éxito al

Doctorando.

Ésta o éste estará dotado de la mejor dispo-

sición para describir fenomenológicamente no solamente el entramado teórico referen-

cial sino también los aspectos metodológi-cos respectivos sin caer, fatalmente, en un practicismo rudimentario o vacío de origi-

nalidad.

En otras palabras, solamente una funda-mentación teórica idónea, una metodología

apropiada y una dedicación responsable pueden dotar al diseño del rigor y la racio-nalidad que hagan del trabajo un verdadero

aporte original y congruente en su conjun-

to.

No es este un ejercicio docente. La diferen-

cia entre docencia e investigación reside en que el diseño no constituye un ejercicio

académico sino que ésta última va destina-da a actuar sobre la realidad social ya que, al basarse en los resultados de la Tesis,

otros investigadores y profesionales encon-trarán un análisis veraz y efectivo para aplicar a una futura realidad psico-social y

transformar su acción en una dirección que

promueva el bienestar general.

En los albores del siglo XXI se dispone ya

de Tesis que han sido capaces de hacer una diagnosis certera de problemáticas encara-

das desde la óptica de varias disciplinas

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CONSIDERACIONES SOBRE LA

INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y SU IMPORTANCIA PARA LA FORMULACIÓN

DE TESIS DOCTORALES.

Por José MARTÍNEZ-ROMERO GANDOS

Mail de contacto: [email protected]

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(Psicología, Sociología, Antropología,

Economía, Política, Filosofía). Agregar a estos aportes la visión personal del in-vestigador que ha observado el fenóme-

no en primera fila permite el uso de con-ceptos propios y originales que se apar-tan de la aplicación automática o mimé-

tica de otras investigaciones generales o

generalizantes.

Mi propia Tesis Doctoral y algunas otras

que he dirigido han ingresado en igual-dad de condiciones que otras teorías en

las Universidades latinoamericanas y europeas siguiendo la Analítica Existen-cial y la Logoterapia. Siguiendo indica-

ciones del propio Dr. Viktor E. Frankl y acompañando a numerosos profesores que contribuyeron con sus propias ideas

creando un “corpus” de ideas, reflexio-nes, categorías conceptuales y prácticas

se constituyó y afianzó una “escuela” con diferentes y diversos caminos en el

campo de las ciencias sociales.

El aporte de otras escuelas es muy rele-vante y las exigencias para el desarrollo de una Tesis Doctoral son iguales para

todos. Si la lente con que se analiza esa realidad no tiene el nivel y la responsabi-lidad correspondiente, distorsiona la

realidad y le hace flaco favor a la ciencia. Esto no quiere decir que cuando se in-

vestiga desde diferentes escuelas, en di-ferentes realidades psico-sociales, las conclusiones sean intercambiables o ge-

neralizables automáticamente.

La entrada en la escena universitaria de los aportes de la Escuela de la Analítica

Existencial ha permitido incorporar con-ceptos a otras escuelas que los han ela-borado y aplicado en sus intervenciones

profesionales.

Conceptos como “empatía”, “libertad”, “responsabilidad”, “elección”, “sentido de

vida”, “intención paradojal”, “amor”, son comunes en el léxico interdisciplinario e

interescolar.

Si ejemplificamos acerca de estos con-ceptos podemos decir que su aplicación

a la investigación deberá, como es de ri-gor en todo saber científico, considerar

la conjunción de lo universal con lo particu-

lar.

Nuestra Tesis estaba centrada en los aspec-tos psicológicos de los procesos migratorios. En el inicio de la investigación contábamos

con un abanico de diagnosis sobre este fenó-meno. Algunas de ellas fragmentarias, otras

referidas a fenómenos específicos y pocas referidas al fenómeno como tal desde la ópti-

ca de la Psicología.

Todas parecían coincidir, aún que se refer-ían a contextos y tiempos diferentes, en una misma matriz para la aparición de las gran-

des migraciones que es el carácter de mu-chas sociedades o comunidades, con fuerte crisis estructural de carácter socioeconómi-

co imbricadas en características muy rela-cionadas con la dependencia o influencia de

imágenes, informaciones o idealizaciones de

formaciones sociales externas.

De esa matriz diagnóstica común debemos

desprender, como corolario, un postulado de imprescindible consideración para estas Te-sis: la lógica de la fundamentación de teoría

y metodología del desenvolvimiento económi-co de economías subdesarrolladas o no des-arrolladas convenientemente según el mode-

lo capitalista imperante. Por tanto esas co-munidades en las que encontramos fuertes

procesos migratorios buscan, genuinamente, encontrar o reproducir las soluciones socioe-conómicas de los países desarrollados. Solu-

ciones que terminan en una reproducción a escala mínima y producen numerosas pato-

logías, muchas veces endémicas. Tal es el caso, por cierto, de Galicia comunidad que lleva siglos de pérdida de millones de ciuda-

danos que emigran según este esquema.

Este es un ejemplo como otros proyectos que he dirigido y que estaban orientados a buce-

ar en los problemas en Educación relaciona-dos con los fenómenos socio-económicos im-perantes en el medio elegido por los Docto-

randos.

Mi recomendación a futuros Doctorandos es que intensifiquen la búsqueda y ordena-

miento de una buena casuística referencial. Que valoren la necesaria curiosidad científi-

ca y la apropiada sensibilidad para com-

prender los fenómenos a considerar.

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Luego, explicitar convenientemente los

motivos por los que realiza la investiga-ción definiendo, en términos generales su finalidad, los motivos particulares

que han llevado a realizarla y los princi-pales resultados obtenidos en trabajos

previos realizados.

El procedimiento metodológico encarará el análisis de los factores etiopatogéni-cos, identificará los procesos desencade-

nantes y estudiará las condiciones me-dioambientales de la historia social y

personal del colectivo observado para relacionarlos con la salud o enfermedad posibles, analizará la imprescindible in-

fluencia social desde el individuo y hacia la comunidad y tendrá en cuenta com-pleja estructura y dinámica de la Perso-

nalidad.

La elección del marco teórico nunca es un azar. Siempre está relacionado con la

influencia o admiración de Maestros, esos trabajos previos y la literatura co-

nocida ya por el Doctorando.

Se puede incluir el alcance con el que se usarán las categorías científicas y las definiciones operacionales (Una defini-

ción operacional es aquella que provee de conceptos a nivel empirico). Recordar

que en ciencias sociales, especialmente en Educación, los conceptos no desig-nan “preceptos” sino que refieren a cua-

lidades de objetos y relaciones entre ellos. Estos conceptos de las Ciencias

Sociales proveen “descripciones” que se alejan relativamente del plano empírico en que va a manejarse la medición. Esto

quiere decir que no se mide como en las Ciencias Exactas. Una regla de Dur-kheim dice que “los hechos sociales no

manifiestos han de ser medidos por otros hechos manifiestos que los repre-

sentan”. A estos hechos manifiestos que miden otros no manifiestos él los llama “indices”. Un índice o un “indicador” es

una variable que traduce a otra que se

manifiesta en el plano empírico.

Es muy importante, por tanto, la revi-

sión de la literatura sobre el tema elegi-

do.

Entramos en el campo de los interrogantes.

Necesitamos hacernos muchas preguntas para construir un sistema de categorías a ser analizadas. Las preguntas importantes a

plantearse al construir un sistema de cate-

gorías son:

a) Cuáles son los grupos más significa-

tivos respecto a la variable a medir

b) De esos grupos, cuáles son los que intersa discriminar especialmente y com-

parar con el resto como un todo

c) Cuál es el número de individuos de la muestra y por lo tanto, cuáles son los

grupos que una vez discriminados son suficientemente representativos como

para permitir la comparación.

Entrar en la descripción minuciosa del modo en que se desarrollará la investigación, con-

cretar el diseño de la misma y mencionar las hipótesis previas y procedimientos a usar en

determinado universo y consiguiente mues-

tra, nos ubica en pleno trabajo.

Espero que estas consideraciones que escri-

bo en una tarde gris del verano que se esca-pa sirvan para que muchos profesionales se animen a concretar un proyecto de investi-

gación doctoral que seguramente pensaron muchas veces en llevar adelante pero que les ha parecido siempre un mundo casi inacce-

sible.

Es un trabajo arduo pero fascinante. El pre-mio es el aplauso y reconocimiento de la co-

munidad científica en el proyecto concluido

con éxito.

Publicado por Martínez-Romero Gandos, José V. en domingo, octubre 19, 2014

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M uchas veces me sorprende la

curiosidad o inquietud de la gente por saber “¿qué dijo

Frankl sobre…?” el tema que fuera. Como si él hubiera opinado acerca de todo o hubiera criticado todo. Más

aún, si de algo se ocupó especial y particu-larmente es en no ser considerado un “gurú”. Es así que, muchas veces, se po-

nen en boca de Frankl conceptos o defini-ciones que nunca emitió, al menos en su

condición de médico o científico.

Una de las temáticas sobre las que última-mente escuché “opiniones franklianas” de

dudosa procedencia, es sobre el tema de la resiliencia. Ante la pregunta “¿qué pensa-ba Frankl acerca de la resiliencia?” se

suelen expresar opiniones desarrolladas

de aprobación, acuerdo o apoyo del tema.

Para ser honesto, nunca escuché o leí a

Frankl hablar decididamente del concepto resiliencia, o desplegar argumentación, sea a favor o en contra, de esta teoría. De mo-

do que ante esta pregunta, la respuesta debería ser: “nada” Lo que no quiere decir

que podamos interpretar qué postura habrá tenido o hubiera tenido si se lo

hubiéramos preguntado directamente a él.

Es más, muchos equiparan resiliencia con antagonismo psiconoético facultati-vo, concepto frankliano de profunda pre-

sencia en el sistema de pensamiento de Frankl. Pero aún esta equiparación es in-

correcta. Veamos.

El concepto “resiliencia”, pertenece a la

tradición americana, fuertemente vincula-

da, en mi opinión, al movimiento de psicó-logos culturalistas que tuvieron intensa

actividad y presencia en las investigacio-nes que desplegaron fundamentalmente en la década del ´50/´60. Personalidades tan

destacadas como Karen Horney, Harriet Sulivan y el mismo Erich Fromm partici-paron de una corriente de colegas que in-

terpretaron la incidencia de los factores sociales y culturales en el desarrollo de la

personalidad y en la generación del con-flicto. E.Werner realizó estudios epide-miológicos de gran interés en la isla de

Kauai (Hawaii) con personas sometidas a condiciones de vida signadas por la pobre-

za extrema, quienes, por lo menos en un tercio de los casos, habrían sufrido situa-ciones de stress, disolución del vínculo pa-

rental, alcoholismo, abuso, etc. A pesar de las situaciones de riesgo a las que estaban expuestos muchos niños, observó que lo-

graban sobreponerse a las adversidades y construirse como personas la posibilidad

de un futuro. De allí en más se desplega-ron estudios para reconocer los factores que permitían tal desarrollo a pesar de tal

estrés, concluyendo en describir una capa-cidad humana que se potencia con estí-mulos tales como la presencia afectiva sig-

nificativa y estable de un tercero, la fe, la

esperanza, etc.

Más allá de la cantidad de estudios que se

llevan realizados en torno del tema de la resiliencia, debemos comprender que es

un concepto que aparece en los años ´60 y que describe un comportamiento o con-

Apuntes de Docente

FRANKL NO HABLA DE

RESILIENCIA

Por Dr. Claudio García Pintos

Mail de contacto: [email protected]

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ducta que puede actualizarse o no, pero

que es natural al hombre.

Por su parte, Viktor Frankl describe mu-chos años antes, lo que dio en llamar el

antagonismo psiconoético facultativo. Frankl parte de aceptar que existe un in-negable paralelismo psicofísico. ¿A qué se

refiere? Lo explica con simpleza en el si-guiente fragmento de “El hombre doliente”:

“Es innegable, por ejemplo, que existe cierto paralelismo entre lo psíquico y lo físico; por eso se habló y se habla de paralelismo psi-

cofísico. Y cuando yo menciono simplemen-te el elemento más trivial de tal paralelis-mo –que el airado se enrojece– se evidencia la proximidad de lo psíquico a lo físi-co” (página 96) Es decir, lo físico y lo

psíquico van en la misma dirección, por decirlo de una manera sencilla. Cuando

me altero emocionalmente (el caso del “airado”), mi organismo acompaña esa al-teración, y se produce en mí un enrojeci-

miento que manifiesta la “alteración” del organismo. A eso llamamos paralelismo

psicofísico.

Sin embargo, señala Frankl, en mí puede darse un segundo movimiento o dinámica cuando interviene la dimensión espiritual,

y lo describe diciendo que “nosotros cono-cemos a la persona espiritual sólo en co-existencia con su organismo psicofísico. El hombre representa un punto de interacción, un cruce de tres niveles de existencia: lo físico, lo psíquico y lo espiritual, pues es unidad o totalidad; pero dentro de esa uni-dad y totalidad, lo espiritual del hombre se contrapone a lo físico y a los psíquico. Preci-samente en esto consiste lo que una vez llamé antagonismo noo-psíquico. Mientras que el paralelismo psicofísico es obligado, el antagonismo noo-psíquico es facultativo: es siempre una posibilidad, simple poder; por supuesto, un poder al que siempre hay que volver a apelar, y es el médico quien debe apelar. Siempre de nuevo, se trata de ape-lar al poder de resistencia del espíritu, co-mo lo he designado contra la –solo aparente

– poderosa psicofisis” (pp. 112-113)

Es decir, en esta unidad tridimensional

(unitas multiplex) que es la persona, se dan dos dinámicas muy claras: por un la-do el paralelismo psicofísico que manifies-

ta el dinamismo de las dimensiones que me constituyen hombre (lo bio-psicológico), ámbito del destino que me

condiciona; pero también, el de la dimen-sión espiritual o noética, la persona espi-

ritual, que puede oponerse a lo psicofísi-co, desafiando aún la “aparentemente po-derosa psicofisis”, al decir frankliano. Por-

que el verdadero poder está en la persona

espiritual y no en el hombre que soy.

Esta capacidad de oposición de lo espiri-

tual ante la psicofisis, no es automática, sino que se trata de un potencial que debe

ser apelado.

Ahora bien, si la resiliencia es esa capaci-dad humana de resistir ante la adversidad

y crecer a pesar de ella, ¿no es el mismo concepto frankliano del antagonismo psi-conoético facultativo? Frankl, ¿no está

hablando de resiliencia cuando lo define?

Creo que la respuesta correcta es “no”.

Definitivamente, “no”.

Frankl no habla de resiliencia. ¿Por qué? Porque los teóricos de la resiliencia des-criben una conducta un comportamiento,

una respuesta. Hablan de un dinamismo psicológico o expresión de la dimensión

psicológica. Pero él define y fundamenta una disposición espiritual o noética. Ellos hablan de una expresión del hom-

bre, en tanto que él define una facultad de

la persona espiritual.

Es frecuente que se confundan los límites

que se establecen entre las dimensiones de la persona. Sin embargo, Frankl es muy claro en sus conceptos, cuando defi-

ne que la persona representa una unidad antropológica, pero con innegables dife-

rencias ontológicas. Es decir, esta unidad no niega que, ontológicamente hablando, lo biológico, lo psicológico y lo espiritual

son realidades distintas. Apelando a una

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analogía que usualmente utilizo con mis

alumnos, la persona es como un café con leche dulce. Lo veo como tal, huele como

tal y tiene el sabor del café con leche dul-ce. Sin embargo, sé muy bien que dentro de esta taza, hay algo negro que se llama

café, algo blanco que se llama leche y un polvillo que se llama azúcar, y sé muy bien que cada uno de estos ingredientes tiene

sus propias características, propiedades, que los hacen inconfundibles. Nadie con-

fundiría el café con el azúcar. Sabemos que lo que endulza es el azúcar y no el café. Podríamos decir (siguiendo con la

analogía), que esa unidad inseparable que conocemos como “café con leche dulce” y

que tiene identidad como tal en tanto es unidad (si le sacara uno de los ingredien-tes ya pasaría a ser otra cosa), no niega la

diferencia “ontológica” (si se me permite aplicar esta categoría en la analogía) que

existe entre el café, la leche y el azúcar.

He escuchado decir, por ejemplo, que las emociones forman parte de la dimensión espiritual, lo que significa un error con-

ceptual básico en logoterapia. Sería equi-valente a decir que lo que endulza es el

café. Es decir, es transgredir lo ontológico.

Frankl no habla de resiliencia. Los teóricos de la resiliencia han descripto maravillo-

samente bien un potencial del hombre y han avanzado en trabajos fantásticos so-bre cómo promoverlo, cómo apelarlo, cómo

favorecerlo. Pero hablan del “hombre” y

su dimensionalidad psicofísica.

Frankl ha fundamentado y definido as-

pectos de la ontología dimensional, que nos permiten profundizar el conocimiento

de la persona espiritual, no solo en sus as-pectos constitutivos sino también funcio-nales, de los cuales, el antagonismo psico-

noético facultativo, es expresión cabal.

Hablan de dimensiones distintas, y de di-namismos diferentes. Pueden ser compati-

bles, complementarios, pero nunca equi-pararse como idénticos. De hecho, aque-llos “describen” un dinamismo, pero no lle-

gan a definir “de dónde” surge. Es una

teoría con el sesgo pragmático americano.

Es cierto que las definiciones franklianas podrían considerarse un fundamento váli-

do y posible de aquello que se describe co-

mo resiliencia.

Siendo que se trata de dimensiones distin-

tas, ¿por qué es frecuente el error de con-

siderarlos como conceptos equivalentes?

Para muchos, el pensamiento de Frankl es

confuso y abre espacio para estas confu-siones. No coincido en absoluto. Creo que el pensamiento frankliano es muy claro y

para nada confuso. Sus definiciones son estrictas en muchos aspectos. Si creo que

su obra es desordenada. Es decir, su pen-samiento hay que rastrearlo en diferentes libros hasta llegar a concluirlo. Posible-

mente algunos se quedan con un concepto tomado de una obra, y no llegan a con-cluirlo en esa pesquisa necesaria a lo largo

de toda su obra.

Por otro lado, su vehemencia al exponer, lo ha llevado a utilizar muchas analogías y

tratar de simplificar las ideas para que más personas puedan captarlas. Es así

que expresiones tales como “poder de opo-sición del espíritu” o “capacidad de resis-tencia del espíritu”, puedan confundir al

estudioso, tomándolas como definiciones del concepto, cuando en realidad son las

versiones populares de los mismos.

Frankl no habla de resiliencia. No quiere decir que negara el concepto, o que si en la

actualidad se lo preguntáramos lo negaría. Muy posiblemente lo apoyaría y lo comple-mentaría. Simplemente digo que no es co-

rrecto afirmar que “uno de los aportes de Frankl” -como suelo escuchar– dice refe-

rencia a este concepto.

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La Página de LOGOFORO Por Tere Vanek

Mail de contacto: [email protected] //

www.logoforo.com

Logoforo.com te invita a leer nuestros interesantes artículos y a enterarte de los

eventos más importantes de Logoterapia en el mundo de habla hispana; así como

a conocer bibliografía recomendada, frases célebres de Viktor Frankl y de otros

pensadores, noticias y ligas a otros Centros e Institutos en el mundo, que

trabajan con este enfoque existencial.

En esta ocasión te presentamos nuestro nuevo programa y algunos artículos:

Nuestro programa pionero: http://logoforo.com/diplomado-medico-humanista-

medicina-humanizada-una-aportacion-desde-la-logoterapia/ dará inicio el 6 de fe-brero de 2015. Con mucho entusiasmo convocamos a los médicos de cualquier es-pecialidad a integrarse a esta experiencia que pretende cumplir con un sueño del

Dr. Viktor Frankl, ¡rehumanizar la medicina! Uno de nuestros artículos más recientes aborda precisamente este tema. El aborda-

je logoterapéutico del enfermo de cáncer: http://logoforo.com/cancer-y-logoterapia-trabajo-de-investigacion/ Resumen del trabajo de investigación de una querida alumna para obtener el grado de Especialidad en Análisis Existencial y Logoterapia

por SMAEL y el Logoforo Centro de Psicoterapia. Espero que su lectura sea de utili-dad tanto a médicos, enfermeros y en especial a personas que estén luchando con este padecimiento.

Otro interesante y conmovedor artículo sobre el acercamiento al sentido mediante la

lectura en el trabajo con niños en zona de alta marginación en el estado de San Luis Potosí, México: http://logoforo.com/acercamiento-al-sentido-mediante-la-lectura-con-ninos-en-zona-de-marginacion/. La autora nos comparte la valiosa herramienta

de la palabra oral y escrita para evocar el sentido aun en situaciones extremas.

Esperamos con gusto tus comentarios. ¡Gracias por visitarnos!

Y ¡Feliz Navidad!

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LOGORED

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Ú ltima escala, nuestro “viaje pri-

maveral” va llegando a su fin y con él las reflexiones finales de la asistencia logoterapéutica a María

Inés, de quien habíamos dicho que:

“Se sentía en una encrucijada en la que debía optar; sostener fantasías y volun-tad de encuentro con Juan (su ex novio) le deparaba un gran pesar y le impedía sentirse en paz, razón por la cual y ante la inminente partida de Eduardo (su pa-reja actual, quien regresaba a España)

decidió cortar formalmente la relación”.

Nos preguntamos también acerca de la

inquietud que motivó su consulta.

“Esta inquietud, ¿a qué remite? Y aquí se abren los caminos y se suscita

la encruc i jada terapéut ica ; ¿acentuaremos el conflicto intrapsíquico, el asunto inconcluso? ¡Cómo no contar con ello! Pero en el camino de la Logote-rapia y el Análisis Existencial…” pre-

ferimos acentuar la pertinencia de esta inquietud en relación al ejercicio de su libertad responsable, pilar central de la

antropología y terapéutica frankleana.

Encrucijada terapéutica

Más allá de la ejemplificación con la ex-

periencia de la culpa, en general a esta opción del abordaje psicoterapéutico también le cabe la figura de la encruci-

jada, pues en ese cruce de caminos que

la supone no hay más remedio que elegir

por cuál transitar, a sabiendas que nos lle-

vará en direcciones diferentes.

Podemos contrastarla con la figura del labe-rinto. En éste, sólo un sendero nos lleva a la

salida, los demás son absolutamente incon-ducentes, mientras que en la encrucijada

todos son conducentes y nos llevan a algún

lugar.

Sólo que los lugares se distinguen, y a veces

mucho, en sus particularidades e implican-

cias.

Ciertamente la singularidad de un camino

que ve en el hombre fundamentalmente un sujeto (¿u objeto?) de deseos, determinado por sus motivaciones inconscientes, presen-

ta un paisaje sustancialmente distinto a aquel otro que lo ve como un sujeto motiva-

do hacia la autorregulación organísmica y más diferente aún si se lo concibe como una persona espiritual, libre y responsable, au-

totrascendente y orientada hacia la búsque-

da de sentido.

Las implicancias no le van en zaga, y las es-

peculaciones alrededor de cómo se abordar-ía su inquietud o un sentimiento de culpa fueron elocuentes al respecto. Frankl mu-

chas veces nos ha advertido acerca de las funestas consecuencias del reduccionismo.

La conducta y la experiencia humana en-tendidas como “nada más que”… presión del Superyo o resentimiento proyectado,

justamente reducen y angostan la condición

más puramente humana del hombre.

En su libro “La Voluntad de Sentido” encon-

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REFLEXIONES EXISTENCIALES

ENCRUCIJADAS 3

Por Lic.Enrique Adúriz

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tramos unas citas muy pertinentes res-

pecto del reduccionismo y sus efectos. Dice aquí textualmente: “Tal como se comprueba, el reduccionismo reduce al

hombre no sólo en toda una dimensión si-no que le resta, ni más ni menos, la di-mensión de lo específicamente humano. Se puede definir el reduccionismo como un procedimiento pseudocientífico por el cual fenómenos específicamente huma-nos, como conciencia y amor, se reducen al nivel de fenómenos subhumanos.(…).Los fenómenos específicamente huma-nos se convierten en meros fenómenos,

detrás del amor no quedan más que los llamados instintos reprimidos; la concien-

cia no es más que el Superyo…”.

De aquí entonces que, todos los caminos llevan a algún lugar pero algunos podr-

ían llevar más lejos que otros. Más lejos en lo específicamente humano, en lo que el hombre tiene de esencial y lo hace ser

propiamente humano.

La mayor y mejor humanidad de nuestra consultante María Inés no estaba, a

nuestro entender, ni en las motivaciones y deseos inconscientes hacia sus imagos

parentales, ni en sus asuntos inconclu-sos con el ex novio, ni en las exigencias

frustradas con el actual.

Por cierto que todo esto y más, conforma

y hace a su dimensión y estado psicológi-co presente y futuro, pero su constitutiva

dimensión espiritual late en la elocuen-te expresividad de la voz de su conscien-cia y en el ejercicio de su libertad y res-

ponsabilidad, para tomar una decisión que a través de la realización de un va-

lor (lealtad y honestidad) la lleve más le-jos que al mero reestablecimiento del equilibrio homeostático, una decisión que

la acerque y sostenga en la búsqueda de

sentido para su vida.

Destacar y acentuar esta hondura es

distintivo de la Logoterapia, pues va de suyo que en la encrucijada se seguirá el camino que sugiere la concepción psi-

cológica y sobretodo antropológica que de

fundamento al abordaje en cuestión.

Por ello, la preocupación e inquietud aní-

mica con que se presentó María Inés a la consulta fue convalidada y comprendida en los términos de una auténtica decisión

existencial, sus vivencias se correspondían con la consciencia de lo que estaba en jue-

go. No se trataba “en realidad de otra co-sa”, si no que se trataba justamente del pleno ejercicio de su más auténtica condi-

ción humana en tanto persona libre y res-

ponsable.

Y si de decisiones se trata, en el marco de

la Logoterapia, cómo no evocar la dramáti-ca experiencia vivida por Viktor Frankl a la hora de resolver si emigraba a los Estados

Unidos o se quedaba en Viena junto a sus padres, en aquellos infaustos días de la se-

gunda guerra mundial. Pocas líneas más representativas para describir este momen-to que las escritas por Guillermo Pareja

Herrera en su libro “Viktor Frankl. Comu-

nicación y Resistencia”.

“La decisión estaba tomada, y en ella lo arriesgó todo con la conciencia plena de lo que entrañan las decisiones humanas: no se toman con el conocimiento de todos los factores en la mano ni con el conocimiento

de todas las consecuencias.

Tomar una decisión es arriesgarse a dar “el salto”, apoyado en la vivencia interior de

una esperanza”.

María Inés escuchó con atención este tex-to, se sintió profundamente comprendida y representada en esta maravillosa descrip-

ción “de lo que entrañan las decisiones humanas”, quiso tomar nota del texto y partió con el ánimo más sereno hacia el

norte del camino elegido en su encrucijada

existencial.

Addenda

Pasaron los meses del año 2008 y nada su-pe de María Inés. Para la Navidad y a pun-

to de completar para su edición estas re-flexiones sobre aquella última consulta de enero, “providencialmente” solicita una en-

trevista, casi con un pie en el avión con el

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que se va a Madrid, por un mes, con

Eduardo.

Reseña el año transcurrido en el que tras aquel corte, no mucho tiempo después, volvieron a arreglarse con su novio, a

quien nunca le ocultó, por otra parte, al-gunos contactos más con Juan (vía mail

o personalmente), quien aparecía, casi

que irrumpía, sin previo aviso.

Con la honestidad que la caracteriza, ad-

mite que no empleó la suficiente firmeza como para detenerlo y que luego de estos contactos o encuentros la invadía una

honda tristeza.

A su vez, revela un par de comportamien-tos inéditos: desde hace un par de sema-

nas ha logrado no responder al contacto de Juan, no sin esfuerzo lo deja pasar (“se retira de la cancha”, directamente

abandona el juego…) y también, por vez primera, ella va a España, se compra su

pasaje y se va un mes al territorio de Eduardo. Siempre el traslado lo había hecho él viniendo para aquí, ahora y

también no sin esfuerzo e inquietud, lo

hará ella.

Antes de abordar esta significativa deci-

sión, dedicamos un largo rato a reflexio-nar acerca de esa tristeza consecuente a

los encuentros con su ex novio.

La teoría psicoanalítica nos puso en la pista de la connatural ligazón de la triste-za y la experiencia de pérdida; la forma-

ción figura-fondo, tan gestáltica, destacó la fisonomía particular que adquiría esta

tristeza, y se hizo relativamente claro cómo la misma remitía más bien a todo

aquello que pudo ser y no fue.

Juan fue su primer amor y muchos los

sueños que enhebraron juntos; cada en-cuentro le reavivaba íntimamente la nos-

talgia de todo aquello que había signado

esos años y había quedado trunco.

Nuevas Encrucijadas

La pérdida de los sueños incumplidos, con sus raíces inconscientes seguramen-te edípicas; así como la importante inter-

ferencia en su libre fluir organísmico que le

produce semejante asunto inconcluso del pasado, seguramente hubiesen sido parte de las pistas firmes a seguir en los otros

dos caminos.

En cambio, el camino de la Logoterapia y el Análisis Existencial sugirió acentuar

“los silos del pasado”, esos graneros donde se conserva para siempre, sin alteración, todo lo vivido, en consonancia con lo que

nos enseña Frankl y cita en su libro “ P s i c o t e r a p i a y H u m a n i s m o ” :

“Habitualmente la gente tan sólo ve el cam-po de rastrojos de la transitoriedad, y no ven los graneros repletos en los que han de-positado la cosecha de sus vidas: lo realiza-do, las obras creadas, los amores, los sufri-

mientos valerosamente soportados”.

María Inés, siempre sensible y afecta al pasado, pudo captar el valor del haber sido

y lo mucho y bueno que sí pudo vivir en aquel primer amor. No le fue difícil situarlo en la privilegiada condición de inaugurar

siempre, a modo de capítulo uno, su histo-

ria en el amor.

Cesaron los ecos del pasado y pudimos

abocarnos a las conductas inéditas, jerar-quizando por lo pronto su reciente retirada

de los contactos con Juan. Sencillamente,

abandona “el juego”.

Juego, cara palabra, que nos podría remitir sin escalas a hurgar en el Análisis Tran-

saccional de Eric Berne de qué juego (neurótico) se trata, pero no se trata, claro

está, de sumar nuevos caminos sino de, con clara impronta logoterápica, alentar la capacidad de oposición del espíritu

(antagonismo psiconoético facultativo) para sostener y hacer posible la renuncia a vol-

ver a ese juego estimulado desde su di-

mensión psíquica.

María Inés se afirmaba en que dichos con-tactos le hacían mal, que afectaban su sa-

lud y por ende necesitaba erradicarlos; en suma, sentía que debía terminarlos por

ella, por su salud psicofísica. Sin embargo, mucho aumentó su motivación y sentido para perseverar en el intento cuando se le

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amplió el horizonte de significación de su

conducta.

Al “para qué”: para cuidar su salud (y re-establecer la homeostasis, celebrarían en

los otros caminos), le propusimos el “para quién”; no sólo para algo, sino también y

sobretodo: ¡para alguien! Su querido Eduardo, más convocante que ella mis-ma, nacía como óptimo destinatario de

sus esfuerzos para abstenerse de rumiar

en sueños perimidos.

Circunstancia ésta que plasma claramen-

te lo antedicho acerca del fundamento de la opción psicoterapéutica. Los caminos se eligen en función de la concepción antropológica que sostiene la teoría y

las técnicas psicológicas; así, la idea

frankleana de una persona espiritual y autotrascendente, orientada hacia la búsqueda de sentido, se concreta en los

referidos: antagonismo psiconoético y en ofrecerle a su amor, más que a sí misma (o el narcisístico amor a sí misma) su iné-

dita conducta llena de sentido.

María Inés también “edita” otra nueva conducta, la de su inminente viaje a Ma-

drid.

Nueva encrucijada que le presenta la vi-da y el amor, a la que vuelve a responder

en la plenitud de su libertad y responsa-bilidad; esta vez con signo contrario al de hace un año (entonces cortaba el vínculo,

hoy lo refuerza y lo ahonda) pero con idéntica integridad y coherencia existen-

cial. No hizo falta esta vez trabajar las im-plicancias y el sentido de semejante deci-sión, ya tiene conciencia plena de lo que

entrañan las decisiones humanas.

Intenta aprender a vivir en la esperanza

antes que pretender vivir en la certeza.

Sólo bastó con recordar las sabias pala-bras del maestro Pareja Herrera: “tomar una decisión es arriesgarse a dar el salto, apoyado en la vivencia interior de una es-

peranza”.

Hace un año tomó nota del texto, esta vez

fue claro que está grabado en la memoria de su corazón y que inspira su más pro-

funda e íntima búsqueda de sentido.

Así las cosas, este “viaje primaveral” ha concluido y con él la impronta logoterap-éutica para asistir a María Inés en sus dos

consultas del año 2008. El tiempo pasó y me consta absolutamente cuánto y cómo se comprometió ella en su relación con

Eduardo, el amor de su vida.

F. Nietzsche, citado en el comienzo del re-corrido, nos decía que “no hay hechos, hay interpretaciones” y los tres caminos transi-tados en esta primavera nos dejan pen-

sando en la hondura y consistencia de su

aserto.

Por su parte, los memorables versos de

Antonio Machado hechos célebres en la voz de Joan Manuel Serrat “caminante no hay camino, se hace camino al andar” se hicieron evidentes, y nos confirma hasta qué punto el camino elegido en la encruci-

jada psicoterapéutica se hace a partir de la concepción antropológica que inspira y

sostiene al caminante.

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La Dra.habil. Elisabeth Lukas en conver-

sación con Michael Ragg, habla sobre la actitud exigente de hoy en día y el despla-zamiento de sufrimiento a través de la

empresa de diversión. Aquí incluimos un fragmento interesante de la entrevista.

MR: Dra. Lukas ¿por qué se puede descu-brir el sentido en la tristeza, mucho más claro que en la vida cotidiana ? Elisabeth LUKAS: Según mi maestro, el

profesor Viktor E. Frankl, "El sufrimiento hace que la gente sea más lúcida y se transparente el mundo" El doliente ve claramente lo esencial. Nos ocupamos en

la vida cotidiana con una gran cantidad de cosas que no tienen sentido, y, cuando llegamos a un límite en nuestras vidas,

aquello a lo que hasta ahora le prestába-mos poca atención, pasa a ser importante y asume un papel muy diferente. Un

evento que desencadena la tristeza, nos cambia.

MR: ¿Se encuentra en el sentido de la pe-na? E.Lukas: Cuando todo está bien, nadie pregunta por el sentido -a pesar de que

también sería posible-. Pero el duelo nos plantea la cuestión del sentido con espe-cial dureza. Ahora, no creo que se le pue-

da “dar sentido” a la realidad de la pérdi-da. Supongamos el caso de unos padres

que han perdido a un hijo en un acciden-te de tráfico. Sería casi perversa, la búsqueda de un significado. Usted puede

encontrar sentido a partir de lo que ha su-

cedido, pero no al hecho en sí. La vida tie-ne, independientemente de su duración, un sentido incondicional. Tiene sentido, si

bien es frágil y efímera. La segunda opción es la búsqueda de significado de un acci-dente que responda plenamente y haga ra-

zonable la pérdida. MR: ¿Enseña gratitud la pena?

E.Lukas: El dolor y la gratitud están estre-chamente relacionados. Una persona que

tiene una razón para quejarse, puede tener automáticamente un motivo de agradeci-

miento. El dolor de que algo ya no conti-nuará, señala la existencia anterior de algo que enriqueció la propia vida, que la bendi-

jo. En todo caso, la pena, es el precio de un amor que se ha vivido. El amor a un hom-

bre, por ejemplo, y la pena si esta persona ya no está allí o se ha separado. Realmente pobres no son las personas que sufren

grandes pérdidas, pero sí lo son aquellos en cuya vida no hubo algo por lo cual llo-rar.

MR: Con esto en mente, uno podría conso-larse bastante bien. Pero sólo por lo que ya no es. Ahora, además del dolor por la pérdi-da, a menudo sentimos pesar por haber manejado mal una situación (por ejemplo una elección de carrera), errores que hemos cometido y que ya no podemos subsanar.

Esto también es motivo de dolor.

E.Lukas: Si a la pena se la agrega la sensa-

ción de “deuda”, de hecho es aún más difí-cil. Usted tiene que hacer frente a dos mo-

Entrevista a Elisabeth Lukas

EN EL AMOR VIVE

LA PENA

Por Michael RAGG

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mentos: el dolor y la culpa. Somos

humanos y cometemos errores. En este caso, el trabajo de duelo por lo perdido, tal como el arrepentimiento por lo hecho,

no debe llevarnos a la auto-destrucción. Es un buen ejercicio aprender cómo de-bería uno comportarse correctamente en

el futuro. El hombre aprende del dolor y también del error. Aprender significa po-

der hacer las paces, de alguna manera, con uno mismo, aunque tal vez sea en otros contextos, con otras personas o en

el futuro.

Los valores fundamentales son indes-tructibles

MR: Se ha dicho que el hombre realmente pobre es aquel que no tiene nada que llo-rar. Ahora en la actualidad, vivimos muy ansiosos por evitar el sufrimiento en ab-soluto. Uno siempre quiere estar en un buen estado de ánimo - "aptos para la di-versión". ¿Es eso beneficioso para la sa-

lud mental y la felicidad del hombre?

E.Lukas: Creer que el sufrimiento es sólo un mal que hay que evitar, es un

error muy peligroso en la vida. Por un lado tenemos la pretensión de que todo lo que queremos esté allí, por mucho

tiempo, y por eso las despedidas (pérdidas) se nos hacen tan duras. En

realidad, ninguna “pretensión” es buena para una vida saludable. Cada día que vivimos es un don, una gracia. Es un ob-

sequio. No deberíamos pretender ni si-quiera haber nacido, ni mucho menos tener una larga vida. Sin embargo, reci-

bimos el obsequio. Por otro lado, es in-dispensable comprender a la vida vin-

culándola con lo que el profesor Frankl denominó como la “tríada trágica”: el su-frimiento, la culpa y la muerte. No hay

vida humana que esté a salvo de estas

tres cosas.

MR: ¿Cómo perdura el amor en el duelo?

E.Lukas: Cuando nos vinculamos con un valor, aún perdido, puede permane-

cer conectado internamente en nosotros. Lo

mismo ocurre con una persona muerta, que puede permanecer conectada con nosotros internamente. Y ese amor es reconfortante.

Lo vivido con esa persona (valor), nunca pue-de ser perdido. Lo vivido es indestructible e imperdible. Ni siquiera nuestra propia muer-

te hace que se pierda lo que he vivido. Se ha vivido y lo que se ha vivido, me ha inmortali-

zado. Sigue siendo siempre verdad, y si era bueno cuando era bueno, si ha resplandeci-do en el pasado, entonces eso es algo eterna-

mente bueno, hermoso, brillante. Es como la

luz eterna.

MR: Sin embargo, cuando se tiene que salir

del “valle de lágrimas”, ¿cómo hacerlo mejor?

E.Lukas: Todo el mundo vive el luto a su

manera. A menudo uno se encuentra en el inicio petrificado, es como si una pared estu-viera a su alrededor. En esta etapa no se

puede tomar una decisión sobre cómo se-guir. En sentido estricto, no es posible en-

tender la muerte de una persona. Otros cambios graves de la vida, toman tiempo, hasta que entiendo lo que realmente está su-

cediendo. De hecho, he entendido con la ca-beza, pero no como una persona completa.

Parece como un mal sueño del que se des-pierta en algún momento. En esta etapa, en realidad no hay trabajo de duelo real. Asi-

mismo, no es susceptible de consuelo desde el exterior. Es un momento en el que solo se deben hacer las cosas de todos los días, lo

básico. Si los que nos rodean quieren ayu-dar, entonces deberían apoyar exactamente

para que la vida cotidiana pueda continuar

sin interrupción, porque la vida sigue.

MR: ¿Y si el shock inicial es superado?

E.Lukas: Entonces, tal vez sea bueno que inicie una fase de silencio, en la que un

hombre esté tranquilo y en calma, para pe-netrar poco a poco en esta terrible verdad. La cáscara se ablanda y el doliente puede

encontrar su posición en lo que sucedió, en el silencio. Las cosas se arreglan, los recur-

sos personales afloran, como una auto-

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-ayuda, para la curación del dolor en los

dolientes. Uno puede considerar nuevos

comienzos.

Queremos vivir de manera muy dife-rente ...

MR: Lo que se nos suele hacer difícil es

cómo consolar al que sufre un duelo…

E.Lukas: El profesor Frankl dijo una vez: "Cuando todas las palabras no fueran su-ficientes, cada palabra es demasiado." Tal vez la primera ayuda es simplemente es-tar allí, que uno esté cerca. Ofrecerse co-

mo compañero, sabiendo que el otro ne-cesita horas tranquilas. Es importante

esa sensibilidad para captar lo que el otro verdaderamente quiere y lo que no quiere. El duelo no ha perdido todo vínculo con

el mundo. Sólo un único valor de referen-cia, sólo un puente que ya no es accesi-ble. Sin embargo, muchos otros puentes

son todavía vigentes. La persona en duelo no necesita estar distraída sino descubrir

nuevos puentes con el mundo. Si logra-mos, si la gente a su alrededor logra, que pueda abrirse al mundo, descubrirlo aún

lleno de valores y tareas que lo están es-perando, esa será sin duda una muy bue-

na ayuda

MR: Muchos se preguntan cuánto tiempo en las primeras etapas del proceso de due-lo, es bueno que permanezca en retirada, en silencio, antes de que empiece a ser

mórbido.

E.Lukas: Es mórbido cuando alguien di-ce: “Ahora que lo he perdido, y no lo pue-

do tener, no estoy interesado en nada, to-do lo demás se murió para mí”. Cuando hay un rechazo del mundo. Nos encontra-

mos entonces con personas que tienen un sistema de valores individuales, anterior

al duelo, con un único valor alto, que sig-nifica en exceso todo lo que existe. En consecuencia, si este valor se pierde, caen

en la nada. Viktor Frankl dice: "Detrás de

cada desesperación, existe una idolatría."

MR: Usted ha dicho que todo lo que tene-mos, se pierde alguna una vez. ¿En qué nos

ayuda esta afirmación para nuestras vidas?

E.Lukas: Si recordáramos, una y otra vez,

que las cosas no son permanentes, agrade-ceríamos aún más el ahora, agradecería-mos más que están ahí, en calidad de

préstamo a nosotros. Sería bueno saber desde el principio, que tenemos que devol-

ver este préstamo a la vida, por lo que ten-dremos que decir adiós alguna vez. Cuando construimos una casa, por ejemplo, tene-

mos una conciencia a priori: algunos años podremos vivir en ella, luego, esta casa pa-sará a otras manos o, tal vez, será derriba-

da, porque podría no ser más moderna. Po-demos utilizarla un poco de tiempo y tene-

mos que estar agradecidos por ello. No afe-rrarnos, ni a las personas ni a las cosas, sino relajados, a pie, serenos por la vida,

con mucha más gratitud, aprecio, alegría, porque el motivo de la celebración es aquí y

ahora.

Queremos reconocer la alegría no sólo en retrospectiva, deberíamos haberla tenido

antes. Tenemos una calidad de vida muy diferente, si entendemos el mensaje del do-

lor y aceptamos vivirlo.

La Dra.Elisabeth Lukas es uno de los más famosos psicoterapeutas alemanes y gana-

dora del Premio Viktor Frankl del Ayunta-miento de Viena. Sus más de cuarenta li-bros se han traducido a dieciséis idiomas.

Conferencias y presentaciones en más de cincuenta universidades, incluyendo tareas

docentes en Munich, Innsbruck y Viena. Fue pionera en dar a conocer internacional-

mente el mensaje de Viktor Frankl.

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descubrí en mi terapia que Raúl es dominan-te y que para estar bien con él tenía que de-cirle a todo que sí. Y olvidarme de todas mis

necesidades personales.”

R: -“Dejando de lado el tiempo que estuve sin trabajo, siempre la tuve como a una rein-a. No puedo entenderla. Esa Terapia que

hizo, la cambió. Ya no la reconozco.”

F: -“Quizá necesitaba antes un padre, un guía. Pero ya no, no tolero una relación así. Quiero que él me vea como par, como una mujer adulta, independiente. Y no como algo lindo y sumiso, dispuesto a servirlo a él y atada a los reclamos de los chicos, sin pen-sar en mí. Me estaba ahogando. ¿Es tan difí-

cil de entender lo que me pasa?”

Parecería ser que el desacuerdo entre F y R pone en riesgo la continuidad del vínculo.

El cambio de F equivale a un desafío que R percibe como intolerable (amenaza la es-

tructura conocida, lo angustia).

El problema estratégico y táctico que se me plantea como terapeuta, es lograr una me-

taperspectiva integradora que supere el di-lema aparentemente irreconciliable. Para eso, puedo apelar, en esta circunstancia, al

uso de la connotación positiva o a una re-definición. El objetivo sería romper la rigi-

dez del sistema relacional y cognoscitivo que mantiene la situación problemática,

P ara introducir el tema, vamos a

presentar la situación de la pare-ja de Fabiana (29 años) y Raúl (31 años), quienes consultan a

los tres meses de un cambio en la familia: Fabiana comienza a trabajar de Abogada, por primera vez, luego de tres años de re-

cibida. Llevan siete años de casados, tie-nen dos hijos: Pamela, de 5 años, y

Agustín, de dos. Raúl es Administrador de Empresas, y hace nueve meses que estuvo sin trabajo durante ocho meses. Al

momento de consultar, trabaja en la em-presa de unos ex compañeros de colegio

de Fabiana.

Tomaremos la siguiente viñeta clínica de la primera sesión para entrar en el clima

emocional de este matrimonio, y realiza-remos los comentarios y análisis perti-nentes en el transcurso del despliegue de

los temas que continúan:

(Viñeta clínica, primera sesión)

Raúl: (dirigiéndose a mí, la Terapeuta) -“Mire, desde que Fabiana empezó a traba-jar en ese estudio, nuestra pareja y la fa-milia no andan bien. Antes era mucho me-jor, yo llegaba del trabajo y ella me recibía

bien. Eramos más felices.”

Fabiana: -“No, no es así. Yo descubrí que antes tampoco estaba bien. Creí que esta-ba bien porque me acomodaba a lo que él quería de mí, no lo que yo quería de mí. Yo

LOGOTERAPIA VINCULAR

LA PAREJA Y LA BÚSQUEDA

DE ACUERDO

Por Lic. Analía Boyadjián

Mail de contacto: [email protected]

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para posibilitar el salto de nivel lógico, in-

dispensable para la apertura de nuevas

vías de cambio.

Desde nuestras premisas como agentes

de salud, el cambio es deseable y bueno, permite el crecimiento y promueve posibi-

lidades.

También sabemos que todo vínculo tiende a la estabilidad (homeostasis) y que parte

de la oposición al cambio está dada por las propiedades autoperpetuantes, econó-micas y cómodas que vienen de la repeti-

ción de un patrón. Por lo tanto, parte de la dificultad del cambio está en el apren-dizaje que los miembros de una pareja

tendrán que realizar sobre las nuevas modalidades vinculares (en este caso, la

dinámica que se genera a partir del traba-jo público de la mujer) y en asumir las consecuencias del cambio sobre todo en

los estilos vinculares (la relación con uno

mismo y con los otros).

A partir de aquí, integraremos diferentes recortes del material clínico que acaba-mos de presentar, para ir integrando lo

teórico con la clínica (práctica) psicológi-ca, al tocar los temas fundamentales que

hacen a nuestra propuesta de trabajo.

Ahora desarrollaremos el concepto que manejamos de vincularidad, ya que toda

Psicoterapia debe basarse en una postura

Filosófica.

Al intentar plantear nuestra postura an-

tropológica nos acercamos al concepto del hombre ampliado en el hombre mismo,

en la naturaleza, y en Dios. Así, enfocare-mos el tema del hombre desde una cons-

telación de vínculos que lo constituyen.

Cuando nos preguntamos desde qué vínculo podemos re-plantear la totalidad de la vincularidad, la respuesta que se

nos presenta es: desde una revaloración del “otro”.

Kierkegaard presenta el Inter-esse (entre

seres) como el espacio que genera o da pie a esa vincularidad. Y gracias a este

espacio del “inter-esse” tenemos la “diferencia”, una de las características

más importantes de la vincularidad. En-

tonces podemos decir que para que haya vínculo, hay que acentuar las diferencias. En el ejemplo del hombre masa se supone

que no hay vínculo, porque éste se destru-

ye al querer etiquetar todo igual.

La intencionalidad de la Fenomenología re-

salta ese “apuntar a…”, que indica que cuando el hombre piensa, reproduce la realidad y cuando tiene el resultado de esa

movilización, lo devuelve a la realidad, ge-nerándose esa doble reflexión: así como yo

cambio, cambia también el mundo. Enton-ces, lo que interesa es, justamente, ese lu-gar del “ser entre”, donde nos podemos en-

contrar o desencontrar.

Siguiendo con esta idea, podemos afirmar también que el pensamiento siempre opera

“cambios”. La Revolución Francesa, por ejemplo, va precedida por toda la Ilustra-ción, que es un movimiento pensante. Y

como decía Nietszche: “pensamientos que vienen con suavidad de palomas son los

que cambian al mundo”.

Vamos a señalar las cuatro modalidades vinculares que consideramos desde nues-

tra postura antropológica:

Con Dios, Con la Naturaleza,

Consigo mismo Con los otros.

La libertad, como característica de un vínculo que madura, significa “dejar

ser” (desde Heidegger), o “dar libertad”, co-mo expresión más feliz. Entonces, el respe-

to por las diferencias (propias y ajenas) es el mejor clima para un “dejar ser”. Cabe recordar en este momento las palabras de

Marie France Begué en su obra “Paul Rico-eur: la poética del sí-mismo”(1): “el respeto

es la obligación de tratar al otro en su me-jor dignidad y la modalidad de este trato que colma la intención vacía”. Adherimos a

la creencia de que sólo tratando al otro en su dignidad nos aseguramos de un verda-

dero encuentro humano.

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Como dos grandes opciones, encontramos

que el estar vinculado entonces no es un hecho acabado, sino que se va haciendo en

el devenir de la historia de cada uno.

También en Frankl encontramos que la

“autorrealización existencial” no tiene lu-gar en el hombre mismo; únicamente se da

con los demás, se realiza en la conexión con la existencia de los otros. La autorreali-zación no se genera por observarse uno

mismo como si fuese un espejo, sino por la renuncia de sí mismo, por la “entrega”, por

la “ofrenda de sí” a otro ser o a una causa

justa. (3)

Por otro lado, ya que el hombre es el ser viviente con palabras, con “logos”, la res-

ponsabilidad implica no sólo “dar la pala-bra”, sino “cumplirla”. Y esta es la respues-

ta que se espera surja en un buen vínculo.

El hombre necesita dialogar. Una forma de manifestar la intimidad es hablar. La

condición dialógica de la persona es es-

trictamente social, comunitaria. (4)

El hombre no puede vivir sin dialogar, es

un ser constitutivamente dialogante.(5) Por ser persona, el hombre necesita nutrirse del encuentro con el tú. El lenguaje no tie-

ne sentido si no es para esta apertura a los

otros.

Volvamos a nuestra pareja en Tratamiento.

Tal como señalé, mi intervención desde la connotación positiva y la redefinición, es la

siguiente:

Terapeuta (T): -“Estoy pensando, al escu-charlos ¿qué relación han construido en el tiempo? Y creo que Ud. F es una mujer que se preocupa por mejorar, que lucha por no estancarse, por abrir permanentemente nue-

vas perspectivas.

Ud. R (dirigiéndome al esposo) seguramente colaboró a su modo manteniendo una posi-ción más estable. Y también pienso que pue-de reconocer el valor del trabajo de su espo-sa, y poder utilizarlo como estímulo para Us-

ted y para sus hijos.

Pero F (me dirijo a ambos) necesita sentirse

En nuestro caso, F no se siente respetada

por R en su decisión de trabajar y des-arrollar su vocación profesional. Y pode-mos comprender que, para la idea de fa-

milia que tiene R, el trabajo de su esposa pasa a desdibujar lo que él tenía por se-guro entre ellos: un modo de relación que

le garantizaba preservar un modelo aprendido y aceptado. En cierta forma él

cree que su mujer traicionó (lo expresa literalmente en la tercer sesión) un acuer-do implícito entre ellos (que él sería el

proveedor material del hogar, y ella la en-cargada del cuidado de los hijos y de la

casa).

Por su parte, F vivió toda la etapa ante-rior sin sentir la necesidad de este cambio que ahora se expresa en ella. Hizo terapia

individual y reconoce sus sentimientos actuales, al punto que los presenta en el

matrimonio y en la familia con el fin de

hacerse escuchar y respetar.

Otra cualidad del vínculo es la

“intensidad”, en tanto toda relación impli-ca una tensión entre dos polos, una pola-rización de fondo. Así: hablamos de ten-

sión entre ser y/o no ser, entre vida y/o muerte, entre identidad y/o diferencia. Cuando Hamlet toma la calavera y dice:

“ser o no ser”, destaca la tensión entre ser

o nada, y los pares antitéticos señalados.

Kierkegaard define(2) : “…al relacionarme

conmigo mismo, ya me encuentro relacio-nado con Otro”. Esta frase viene a confir-

mar lo que enunciamos antes en relación con una de las notas esenciales de la per-sona humana: “ser social”, ya que desde

que nacemos nos encontramos vincula-

dos.

Aunque el vínculo con el otro tiene que

estar recompensado con el vínculo consi-go mismo. Merleau-Ponty señala al res-pecto que no es posible ser solidario si no

se es antes solitario. Aquí aparece la sole-dad como ese abismo creador necesario,

donde se monta a la relación consigo mis-mo el poder relacionarse con los otros. El despliegue de la vincularidad se daría en-

tonces en la solidaridad, y su cara

opuesta, el repliegue, en la soledad.

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comprendida y saber que su familia com-parte este salto en su vida, por eso no lle-ga a entender cómo algo bueno para ella puede ser vivido como peligroso para R. Lo importante es que han decidido dedicarse este espacio para dialogar y acercarse. Que hoy se planteen un tiempo de pareja buscando confrontar posiciones y llegar a acordar es el primer paso para la mutua

comprensión.”

Entendemos que la falta de diálogo es lo

que genera casi todas las discordias y lo que destruye las comunidades humanas. La sana comunicación es el suelo fértil

donde germinan los mejores frutos.

La preocupación por la comunicación fa-miliar hoy está instalada como uno de los

puntos centrales de la salud personal y social. Sabemos que el verdadero diálogo solo tiene cabida cuando se habla y se es-

cucha, si se da, en ese intercambio, la flexibilidad y la plasticidad de las ideas

previas cuando el otro muestra una ver-

dad.

Esta sería la base del planteo que pre-

tendemos trabajar en nuestro tema de los acuerdos de pareja conyugal, en función

de construir un “matrimonio con senti-

do” que busque el bien de toda la familia, en la entrega responsable del amor madu-

ro.

REFERENCIAS

1- Begué, M. F. (2003). Paul Ricouer: la poética

del sí mis2- mo. Buenos Aires: Ed. Biblos, p.

42.

2- Kierkegaard, S. (1958). Postscriptum no cinético.Diererichs: Koln/Dusserldorf, TII, p.

28.

3- Frankl, V. (1996). Journal del Inst. V.

Frankl. 1, 109.

4- Yepes Store, R. (2001). Fundamentos de Antropología. España: Ed. EUNSA.

5- Laín Entralgo, P. (1983). Teoría y realidad del otro. España: Alianza, 577-613.

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Con mucha emoción se desarrolló el acto

en el cual se declaró de interés cultural el musical “Buscando sentido. El sueño de Viktor Frankl”, por parte de la legislatura

del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El acto tuvo lugar el en

Salón Dorado del Palacio de la Legislatu-ra, con la presidencia de la señora Dipu-tada Victoria Morales Gorleri, gestora de

la declaración.

Abrió el acto la Diputada Morales Gorleri haciendo referencia a los motivos por los

cuales el musical recibe esta declaración por parte del Gobierno de la CABA. A continuación se escucharon las participa-

ciones de Enrique Palmeyro (uno de los dos directores internacionales de la red

Scholas Occurrentes iniciado por SS.Francisco), Juan Manuel Beatti (Presidente del Consejo de Promoción

Cultural de la CABA), Claudio García Pin-tos (CAVEF y Generarte) y Chacho Gara-

bal y Domingo Romano (Generarte)

Tras la entrega oficial del diploma que

acredita la declaración, algunos integran-

tes de los elencos de Generarte presentaron

un mini-concierto en el marco del Día In-ternacional de la Tolerancia. Penny Bahl, Pamela Tello, Chacho Garabal, Domingo

Romano y Pedro Muñoz, interpretaron can-ciones de los musicales Rompecabezas, Náufragos y Buscando Sentido, cerrando la

presentación con el himno del programa Scholas Occurrentes (“Sembradores de Es-

peranza”), cuya autoría pertenece a Gara-

bal-Romano-Picardo.

La concurrencia nutrida incluyó funciona-rios del gobierno de CABA, invitados espe-

ciales y un grupo de alumnos de colegios en los cuales los musicales ya han sido pre-

sentados. Todos participaron del cierre del concierto de pie y celebrando el himno de

SSOO.

CAVEF como parte asociada a Generarte

siente orgullo por el camino recorrido desde el estreno del musical en 2009 hasta la fe-

cha. En giras por el país y el exterior, más de 50 mil jóvenes ya han participado de la experiencia de ser parte del mensaje espe-

ranzador de Viktor Frankl. Gracias a la magia del teatro musical, han entrado al campo, vivieron las penurias de los perso-

najes y salieron con ellos con la afirmación

gloriosa de “sí a la vida, a pesar de todo”

En la actualidad, GENERARTE sigue sus

giras con sus musicales ROMPECABEZAS (nivel inicial y primario), NÁUFRAGOS (nivel primario), SECRETO DE NAVIDAD

(nivel primario) y BUSCANDO SENTIDO. EL

SUEÑO DE VIKTOR FRANKL (nivel medio)

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facebook.com/claudio.garciapintos.1

La página de CAVEF

Por Dr.Claudio García Pintos

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qué podía agregarle a mi árbol esta Navi-

dad. De repente, tuve una idea que me en-

cantó: lo iba a colmar de sonrisas.

Sí, de sonrisas. Y me dispuse a regalar a

todos, "sonrisas" Las sonrisas son expre-

sión de ternura, consideración, respeto,

bienvenida... son abrazos que no se dan

con los brazos sino con el alma. Son peque-

ños destellos de humanidad que iluminan

tanto a quien la da, como a quien la recibe.

Y me imaginé un árbol "luminoso" de

humanidad, y pensé: "eso es un verdadero

árbol de Navidad"

Por eso les dejo una gran sonrisa y una

pregunta: ¿qué colgarían ustedes en sus

árboles esta Navidad, para que sean árbo-

les "luminosos de humanidad"?

anticipando para el año próximo el estre-

no de nuevas producciones: ROMEO Y JULIETA (basado en el clásico de Sha-kespeare pero trabajando más lo referido

a la tolerancia, la convivencia, etc), INVI-SIBLE (sobre conductas de riesgo en ado-lescentes) y EL BOSQUE EN PELIGRO

(sobre conciencia ecológica) Obviamente, las nuevas producciones se suman a las

actuales que seguirán presentándose.

Los interesados es seguir las actividades de GENERARTE y el calendario de sus ac-tividades y presentaciones, pueden hacer-

lo a través de:

/generarteargentina

@generartear

Durante estos últimos (o primeros) cinco años, GENERARTE ha desplegado dife-

rentes actividades a favor de la persona a través del arte. Los interesados en reco-rrer un poco de su historia, pueden ingre-

sar a http://youtu.be/C8NbT0A8GV4 y accederán a un breve video que recuerda

algo de hecho.

NAVIDAD

Empecé a preparar el armado del árbol de

Navidad, y, como es costumbre, empecé a

ver qué tenía para hacerlo. Recuperé los

adornos de siempre, deseché los que

están rotos o deteriorados y pensé en algo

nuevo para colgar en él. Pensé y pensé

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Cartas para gente muy ocupada

Padre y Madre.

Trabajadores del amor humano

Por Lic.Adrián Dall´Asta

Mail de contacto: [email protected]

P ertenecer a una familia donde hay amor es la base más sólida

que un niño puede tener para comenzar su camino a la felici-

dad. Todos podemos decir “amo a mi hijo”

pero no se trata simplemente de eso, sino de que ellos se sientan amados, valorados

y respetados. En este mundo lleno de preguntas, vacío de respuestas y que a veces transita a la deriva, los seres huma-

nos necesitamos ver el horizonte, saber el porqué de nuestras acciones, la razón que nos lleva cada mañana a empezar un

nuevo día, en definitiva poder preguntar-nos y a la vez respondernos ¿cuál es el

sentido de la vida?

El mundo del trabajo, los compromisos constantes y el devenir cotidiano no con-testan el dilema de los hombres (dilema

que a veces queremos silenciar llenos de actividades), hay razones de fondo que deben descubrirse y que alguien debe

ayudar a que podamos descubrirlas. Existe formación y estudios para casi to-

do menos, una preparación sólida para lo

único que tiene sentido: ser felices.

“... da más fuerza saberse amado que sa-

berse fuerte...” Goethe

Desde este lugar irreemplazable creemos que los padres podemos formar hombres

y mujeres que entendiendo el sentido trascendente de sus vidas, puedan llevar-

lo al mundo de todos los días, especial-

mente al del trabajo y desde allí generar la

transformación más poderosa que la reali-

dad actual necesita y reclama.

Podemos transitar esta vida llenos de du-das, de distintas cavilaciones, pero solo hay

una certeza que permite el desarrollo feliz de los seres humanos: la certidumbre del amor de nuestros padres. La misma, cuan-

do existe, nos convierte en invulnerables, siguiendo la línea del poeta alemán JW Go-

ethe.

Este amor filial es aquel que construye

hijos sanos, armónicos, felices. A veces esta consigna nos parece inalcanzable a los pa-dres, por eso vivimos llenos de angustia y

de culpabilidad. Me refiero a hijos felices y no a mimados o sobreprotegidos. Creo que

en estos tiempos, los padres, nos hemos olvidado de que la felicidad es un camino hacia el cual uno debe ir “la felicidad con-

siste en ir a ser feliz”, y no un estado de “estar siendo feliz”, como enseña Julián

Marías. Esto necesariamente se educa.

Es nuestro “trabajo de padres”, por lo tanto

requiere mucho tiempo y esfuerzo. El pen-sador español añade a esta reflexión que la

espera es un ingrediente decisivo de la vida.

La pregunta se asoma y exige respuestas:

¿cómo enseñar a nuestros hijos a vivir en plenitud la experiencia de sentirse amado y

amar?, no hay respuestas fáciles, ni de li-bro, no hay que buscar afuera lo que se lle-

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va dentro; se enseña viviendo y siendo ejemplo de la vivencia que uno, como pa-

dre – madre intenta dejar en la “cuenta bancaria emocional de nuestros hijos”, nos diría Covey. Quizás sea esta una de

las razones de tanto desconcierto actual por parte de los padres en la educación

de sus niños: las intenciones más nobles viven en conflicto con el testimonio y la propia experiencia adulta en la expresión

del amor. “El lugar donde nacen los ni-ños y mueren los hombres, donde la li-bertad y el amor florecen, no es una ofi-

cina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia.”

G.K.Chesterton

Estas y otras tantas razones, nos invitan hoy a compartir con ustedes la impor-tancia de reflexionar sobre el testimonio

del amor humano, experiencia única, de-cisiva en la ruta de la vida de nuestros hijos y que tiene en sus padres el espejo

clave para su aprendizaje incondicional.

Creemos firmemente que la prevención de todo lo que hoy nos desvela y preocu-pa se desvanece frente a niños y jóvenes

protegidos por los anticuerpos de la ex-periencia de sentirse amado- valorado.

Aprendizaje que encuentra en los padres un modelo a imitar y a vivir el resto de sus vidas conforme a la manera en que

fueron amados como niños.

A veces este desafío maravilloso y lleno de sentido se ve opacado por la culpa, el miedo, las interminables reuniones, en

definitiva la vorágine de la vida actual. Quizás sea este un buen momento para

retomar las prioridades sin dejar ningu-na de lado, sino simplemente para orde-narlas y volver a ubicar cada una es su

lugar.

La respuesta a lo importante, o a que es lo que le da sentido a nuestras vidas, no es excluyente, pero sí debe tener una es-

cala de prioridades porque es justamente

allí, donde nos encontramos disconformes,

angustiados y frustrados

Sostenemos con firmeza el argumento de la paternidad y maternidad como un trabajo,

pero un trabajo a realizarse entre dos, y sa-biendo que cada uno puede complementar al otro sin reemplazarlo. Esto así planifica-

do, alivia la angustia que por momentos puede provocar, la ausencia, el stress y las dificultades externas de todo tipo que a ve-

ces se llevan toda nuestra energía y nos

hacen perder el rumbo.

Ser padres nos es un trabajo “part time”, sino es “full life”, y para siempre. Pero cum-

plidos los objetivos creemos que el “bonus” final vale la pena: educar hijos felices que

transmitan esta convicción a donde quiera que vayan, dando razón y sentido a la exis-tencia humana, aportando a la sociedad la

cuota imprescindible de bien común y de

paz.

Este trabajo invita a reconocer el rol de los padres como el eje de la constitución vital

de la familia, lugar en donde sabemos radi-

ca el futuro de un país.

EL TRABAJO DE SER MADRE: FUNCIÓN MATERNA “Amar a la madre de sus

hijos, es lo mejor que un padre puede hacer por sus hijos”

Theodore Hesburgh

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caracterológica y grafología, podrían divi-

dirse inicialmente en dos grupos: instintos

y tendencias.

Los instintos hacen referencia a los im-

pulsos vitales irracionales propios del ani-mal, que tienen por finalidad la conserva-ción de la especie y la supervivencia indivi-

dual (por ejemplo instintos de conserva-ción, de defensa, sexual, etc) ; por otro la-

do, tenemos las tendencias, las cuales son propias de los seres racionales quienes po-seen conciencia de finalidad. Ambas tie-

nen una orientación teleológica o finalista, pero la diferencia es que los primeros no

tienen conciencia de ello.

Por otro lado, todas las tendencias (sin im-portar su naturaleza), parten de un estado

de defecto o necesidad a superar, por lo cual marcan de alguna manera el tipo de relación establecido entre el individuo y el

medio. En el individuo está la necesidad, en el medio aquello que pudiera saciarla y, entre ambos puntos, las tendencias que

operan a favor de resolver la cuestión. Según define el autor clásico Ph.Lersch,

por tal motivo deberíamos concebir al hombre como un “hallarse-en-camino-hacia-un-fin”, es decir, siempre movido por una búsqueda que parte de su estado in-

superable de necesidad.

O aquello que nos refiere el término ” insat is facc ión” ( in+sat is+ fecho=

no+suficientemente+hecho)

Ahora bien, ya tenemos una primera dis-

tinción entre el animal y el hombre: el pri-mero no tiene conciencia de finalidad, en

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M uchas veces escucho hablar de

la voluntad de sentido descripta por Viktor Frank, en términos de impulso, instinto, tendencia

o apetito. Sin embargo, creo necesario de-tenernos un momento sobre estas aprecia-ciones, para corroborar si son exactas. Es

decir, detenernos y preguntarnos qué es

en realidad la voluntad de sentido.

La Psicología moderna se ha acostumbra-

do a utilizar los términos incorporados por los grandes pioneros y maestros, como por

ejemplo “instinto”, “impulso”, “apetito”, y a veces los aplicamos en otros marcos teóri-cos como si tuvieran un significado univer-

salmente válido, cuando en realidad están, lógicamente, teñidos o circunscriptos por

sus cosmovisiones originales.

La vida humana evidentemente ES diná-mica y TIENE una dinámica particular, que bien podría definirse bajo el concepto

de TENDENCIAS. Serían estas, un conjun-to de fuerzas que ponen en movimiento al

hombre hacia su más plena realización. Utilizo la palabra “tendencias” porque esta implica, por un lado, una fuerza vital y,

por otro, una cierta intencionalidad o fina-lidad. Por decirlo de alguna manera, una concepción teleológica o intencional que

identifica sin dudas a la vida humana.

Ese conjunto de tendencias, hace referen-cia a fuerzas vitales de diferente naturale-

za y significado. Siguiendo una primera y clásica clasificación de Ludwig Klages

(1872-1956) quien posee interesantes es-tudios y ensayos sobre filosofía, psicología

¿QUÉ ES LA VOLUNTAD

DE SENTIDO?

Por Dr. Claudio García Pintos

Mail de contacto: [email protected]

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tanto que el hombre sí. Pero distintos au-

tores nos han hablado del hombre y sus tendencias, en términos de impulso, ins-tinto, apetito, y lo han hecho con una

precisión admirable. Pero, ¿qué sucede cuando aparece Frankl y nos habla de “persona”? ¿Qué ocurre cuando intenta-

mos comprender y definir la dinámica propia de la “voluntad de sentido”, y lo

hacemos utilizando estos mismos térmi-

nos? Veamos

Autores fundamentales para la Psicología

moderna, tales como, por ejemplo, Sig-mund Freud y Alfred Adler, nos han hablado de una dinámica instintiva en el

hombre, aún cuando han discrepado en algunas consideraciones sobre el tema. De todos modos coinciden en el tipo de

dinámica humana, habiéndola descripto de manera impecable. Sin embargo, no

debemos perder de vista que ellos hablan de un “aparato psíquico”, en tanto que autores como Viktor Frankl, hablan de

una “persona” La dinámica del “hombre” (aparato psíquico o realidad psi-

cofísica) no puede explicar la dinámica de la “persona” (persona espiritual o noodi-

namia)

Para comprender mejor el tema, hagamos

un recorrido por el significado propio de cada término, incluso desde su reveladora

etimología. Veamos:

IMPULSO : vocablo latino que deri-va del verbo pellere, y que se confor-

ma a partir del prefijo IN (hacia adentro) y PULSUS (participio de pe-llere) que significa empujar. Cam-biando el prefijo “in” por “ex”, se ge-

nera el vocablo “expulsar”. Por su parte, PULSUS-US quiere de-cir presión, e IMPULSUS-US, signifi-

ca instigación o choque. La definición RAE (Real Academia

Española) de impulso, lo presenta co-mo un deseo que induce a hacer algo de manera súbita, sin reflexión. De tal modo, podríamos definir al impulso como un empujón que pro-

duce un movimiento o que pone algo

en movimiento. Por ejemplo, si yo ten-go una roca en la cima de una monta-ña, ésta tiene una potencialidad de

caída que, con solo empujarla, se ac-tualiza. Por sí misma, la roca no hubiera caído, necesitando de ese em-

pujón para hacerlo.

INSTINTO: vocablo latino que deriva del verbo instiguere y que significa es-timular o instigar. Este a su vez surge

de la conjunción del prefijo “in” ( interior) y del verbo

“stingere” (pinchar), del cual verbo se derivan otros vocablos como stilus (punzón) o stimulus (aguijón)

De modo que instinto podría significar “lo que nos pincha, o instiga, interior-

mente” La definición RAE de instinto, nos dice que se trata de pautas de reacción que

en los animales contribuyen a la con-servación de la vida individual y de la especie.

APETITO: vocablo latino que deriva

del verbo appetere (pretender), que a su vez deriva de la conjunción del pre-

fijo “ad” (hacia) y del verbo petere (buscar, pedir), del cual se derivan los vocablos petición, repetir y otros.

Es así que “appetitus” hace referencia a una tendencia o fuerza que nos diri-ge hacia algo concreto.

La definición RAE, en este caso, nos habla de un impulso que lleva a satis-

facer el deseo de algo concreto.

En el intento de definir a la voluntad de sentido nos encontramos hasta acá con

una cierta dificultad. Porque esta “tendencia” de la persona espiritual (primera fuerza motivacional del sistema

frankliano), no sería, propiamente, ni un impulso, ni un instinto ni un apetito. No es un “impulso” ni un “instinto” porque

no es algo “que me empuja hacia”; no se trata de una reacción que me saca de mí

hacia algo no definido. Por otro lado, no

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procura ni dice referencia a la supervi-

vencia sino a la realización personal. Tampoco sería propiamente un “apetito”, porque éste, satisfecho, descansa. Si ten-

go apetito de pan, una vez que lo comí, ya no tengo más ese apetito. Sin embargo, la v o l u n t a d d e s e n t i d o n u n c a

“descansa” (por decirlo de alguna mane-ra), nunca queda satisfecha al punto de

acallarse o calmarse. Por otro lado, un apetito solo queda vigente cuando no es satisfecho, circunstancia que no repre-

senta a la voluntad de sentido. Esta logra satisfacción, pero sigue vigente. Enton-ces, ¿qué es la voluntad de sentido?

Recordamos que Frankl nos habla de su

dinamismo (el de esta voluntad) diciendo que la persona no es empujada desde de-ntro por fuerzas impulsivas que reclaman

su expresión o manifestación, sino que es apelada por valores que esperan ser

realizados. Y a esa apelación, es la perso-na la que decide cómo y cuándo respon-der. Esa dinámica nos habla de una per-

sona “intencional” (no impulsiva o instin-tiva), es un ser-que-decide (y no un ser que es empujado), aceptando ser el re-

sultado de aquello mismo que ha decidi-do.

Por eso mismo, considero oportuno defi-nir a la voluntad de sentido como un an-helo. Si recurrimos nuevamente a la eti-mología, veremos que esta palabra deriva del vocablo latino halare (esparcir un va-

por, un aliento, un soplo). Con el prefijo “an”, se forma la expresión anhalare, que

significa jadeo, perder el aliento por algo. La definición RAE presenta al anhelo co-mo un deseo vehemente, es decir, ardien-

te y lleno de pasión. La voluntad de sentido es ese deseo ve-

hemente de la persona espiritual por ex-presarse realizando valores. Es como defi-nir su modo natural de respirar y ser. Es

su aliento de vida, su anhelo.

Ahora bien, desde la ontología dimensio-nal frankliana comprendemos a la perso-na como “unitas multiplex”. No solo “es”

unidad sino que “brinda unidad” (séptima

tesis frankliana en la que nos presenta el

antagonismo psiconoético facultativo) y, aplicando este concepto en esta reflexión, esto nos lleva a preguntarnos sobre cómo

se relacionan este universo de tendencias entre sí.

Del cúmulo de tendencias, me animaría a decir que los instintos, impulsos y apetitos,

corresponden a la psicofisis del hombre, en tanto que este anhelo, es propio de la per-sona espiritual. El hombre procura sobre-

vivir a partir del dinamismo de sus instin-tos, impulsos y apetitos; la persona espiri-tual anhela realizarse, a través de la noodi-

namia. Como unidad, la persona se expresa también a través de estas tendencias y es-

tablece relación con el mundo. Es allí don-de sobrevive y se realiza. Ambas dinámicas se necesitan mutuamente y lo presentan al

ser humano como en un proceso de “hallarse-siempre-en-camino-hacia-un-fin” o

en una vivencia de “todavía-no”:

- sobrevive porque, como ser vivo, as-pira y tiende a conservar la vida mis-ma;

- sobrevive porque, como ser espiri-tual, aspira a la mayor plenitud posi-ble que pueda desplegar;

- se realiza porque, como ser vivo, la vida misma lo impulsa, lo pincha, para

que despliegue su energía vital; - se realiza porque, como ser espiri-tual, significa la vida como una vía as-

cendente

Es así que psicofisis y noodinamia, en una unidad indivisible, se sintetizan en una vi-

vencia permanente de “todavía-no” a la re-nuncia de vivir (nunca es momento de dejar

de hacerlo), porque se expresa en un proce-so de “hallarse-siempre-en-un-camino-hacia-un-fin”, que es la mayor plenitud po-

sible.

En definitiva, la voluntad de sentido, es un

anhelo.

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