Publicación de información y reflexión misionera.

DireccionesLa fe en el Museo mg

EditorialFe en la Misión de Kenia

julio2012

Año 15. Número 165.

Concilio Vaticano iiLas Iglesias católicas orientales

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Boletín mg

Publicación deinformación yreflexión misionera.Mensual

Año 15. Núm. 165.Julio de 2012

Índice

P. Salvador Rojas V., mg

Cuarto ConsejeroP. Juan José Á. Luna E., mg

Superior GeneralP. Raúl Ibarra H., mg

Vicario GeneralP. Fernando Montes L., mg

Segundo ConsejeroP. Raúl Nava T., mg

Tercer Consejero

Consejo General

Boletín mgImpresiónMultiprint

EdiciónDepartamento de

Comunicación

Coordinaciónadministrativa

Antonia Hidalgo L.

Revisión y correcciónde textos

Juan José Ramírez E.

Diseño EditorialLic. Ma. Elizabeth Barajas P.

En portada / P. Ricardo Gómez F., mg, en un Vía Crucis con una comunidad de Nairobi, Kenia.

AgendaJulio

EditorialFe en la Misión de KeniaP. Ricardo Gómez F., mg

Concilio Vaticano ii (50 años)Las Iglesias católicas orientalesRedacción del Departamento deComunicación

Comisión de Formación Permanente“La semilla germina y crece sin saber cómo”(Mc 4, 27)P. Mario Miranda M., mg

MLA¿Cómo vivo mi fe en la Misión?Laura Leticia Marrufo F., mla

Desde las MisionesNoticias de junioP. Eugenio Zacarías Romo R., mg

Misión de GuatemalaBlanca Deyanira Díaz A., mla

Desde México P. José Álvarez Herrera, mg

4 de septiembre de 1921 - 6 de marzo de 1998P. Salvador Rojas V., mg

Museo mgEkicholongAletia Gómez O., Museo mg

Centro de Orientación VocacionalEvangelización y cultura vocacionalP. Alijandro Álvarez V., mg

DireccionesLa fe en el Museo mg

P. Marco Antonio Navarro L., mg

Club de Niños mgTrasmitiendo fe y esperanza a niños y adolescentes del paísJorge Armando Mariscal C., auxiliar ad-ministrativo del Club de Niños mg México

LiturgiaMemorial eucarístico, corazón de la vidacristiana (Parte 1)

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Eventos

xiii aniversario del fallecimiento del P. SebastiánMeza D., mg

Reunión nacional de osmex en el Seminario Mayor

Reunión del Departamento de Animación MisioneraRetiro de Padres mg en la ciudad de MéxicoReunión del Consejo de FinanzasAsamblea General de la Dirección de Formación enGuadalajaraReunión del Departamento de PastoralVocacional (dpv) en México

Del lunes 2al viernes 6

Martes 10Miércoles 11

Lunes 16Del lunes 23

al miércoles 25Del martes 24

al miércoles 25

Actividades

Julio 2012

Agenda del mes

Jueves 5

Julio 2012

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En los últimos años se ha dis-cutido entre algunos teólogos si la evangelización o actividad misione-ra de la Iglesia sigue siendo válida e importante en nuestros días. La opinión de los Papas y algunos teó-logos modernos es que la Misión de la Iglesia continúa siendo actual y urgente para la sociedad moderna.

Siendo un misionero con más de 15 años de trabajo en tierra de Misión, veo que las personas tienen fe en Dios, lo ven como el creador, el que les da la lluvia, los hijos, los animales, la salud; en fin, todas las bendiciones que necesitan para su vida diaria. Sin embargo, siguen creyendo en un Dios lejano, que no se interesa por ellos y en ocasiones hasta es caprichoso con la gente; un Dios al que no se le puede entender, se le tiene miedo y hay que ver la manera de controlar su enojo.

El misionero llega a tierras de Misión para compartir una experiencia que definitivamente va a enriquecer la fe de la gente local. Venimos a ser testi-gos de ese Dios cercano, que nos ama y se preocupa por nosotros; un Dios que ha querido estar tan cerca de los

seres humanos que ha enviado a su Hijo Jesucristo para ser uno con ellos; un Dios que se queda para siempre en medio de nosotros en el Sacramento de la Eucaristía.

Fe en la Misión de KeniaP. Ricardo Gómez Fregoso, mg

Editorial

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Julio 2012

El misionero debe ayudar a madurar la fe de la gente con su propia experien-cia de Dios. Las personas, más que entender su predicación y sus clases de catecismo, ven la manera en que él se relaciona con Dios, están aten-tos a su manera de orar y vivir, y si es sensible en su trato y su relación con ellos. Por eso es indispensable que el misionero trate de hablar la lengua de la gente, conocer su cultura, su ma-nera de entender a Dios y relacionarse con Él. También debe procurar el res-cate de todos sus valores culturales y ayudarles a descubrir los antivalores.

El misionero no debe imponer, sino ayudar a que la gente madure poco a poco y comience a creer y a relacionar-se con Dios de una manera diferente.

La Misión es actual e importante para nuestro mundo, pues la humanidad tiene hambre de Dios y necesita más que nunca de personas que vivan y sean testigos del amor, la presencia y la cercanía del Señor. Nuestra gente tiene fe en Dios, pero podemos ayu-darles a conocerlo como un padre cercano que nos ama.

Fe en la Misión de Kenia

Editorial

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En el decreto Orientalium Eccle-siarum (oe), promulgado por Pablo vi

en noviembre de 1964, el Concilio Va-ticano ii tomó en cuenta las 18 pro-posiciones que sugirió la comisión antepreparatoria sobre las Iglesias orientales. A este respecto, algunos de los temas que abordaron los Pa-dres conciliares fueron la fecha para la celebración de la Pascua y el uso de las lenguas vernáculas en la cele-bración de la Misa (punto que ya se había discutido para la constitución Sacrosanctum Concilium).

En Orientalium Ecclesiarum se afirma que el Cuerpo místico de Cristo se forma con fieles de diferentes Iglesias particulares, pero todos unidos en el Espíritu Santo por la misma fe, los mismos sacramentos y el mismo go-bierno; es decir, que la diversidad no daña la unidad (cfr. oe, núm. 2). Portal motivo, la Iglesia no está llamada a terminar con las diferencias si no que, al contrario, debe procurarlas y respetar las tradiciones y la forma típica de cele-brar la liturgia de cada Iglesia particular.

Este decreto señala que todas las Igle-sias, no solamente las orientales sino

también las latinas, tienen la misma dignidad aunque se distingan por sus ritos, y todas están confiadas a un mismo gobierno, a una misma auto-ridad: el Papa.

A través de este decreto el Concilio Vaticano ii “confirma y alaba la anti-gua disciplina sacramental que sigue aún en vigor en las Iglesias orienta-les, así como cuanto se refiere a la celebración y administración de los sacramentos” (núm. 12). En el caso de la Confirmación, por ejemplo, se permite a los presbíteros orientales conferir el sacramento a los fieles de cualquier Iglesia, incluso latina, “guardando, para su licitud, las nor-mas del derecho general y particular” (núm. 14).

Por otra parte, se declara que los fieles orientales están obligados “a asistir a la Divina Liturgia los do-mingos y días de fiestas o según las prescripciones o costumbres del pro-pio rito”, y se les ruega que en esos días —y con más frecuencia— reci-ban la sagrada Eucaristía (núm. 15).

Así mismo, para que el Sacramento del Orden esté de nuevo vigente en

Las Iglesias católicas orientalesRedacción del Departamento de Comunicación

Concilio Vaticano ii (50 años)

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las Iglesias orientales, se propuso la restauración de la institución del diaconado donde haya caído en des-uso (núm. 17).

Respecto del culto divino, el docu-mento señala que toca “al Patriarca con el sínodo, o a la suprema auto-ridad de cada Iglesia con el consejo de los jerarcas, el derecho de de-terminar el uso de las lenguas en las sagradas funciones litúrgicas, y también el de aprobar las versiones de los textos en lengua vernácu-la, después de haber enviado copia de ello a la Santa Sede” (núm. 23).

Finalmente, al mencionar el trato con los hermanos de las Iglesias separa-das, el decreto dice que otros sacra-mentos, como Penitencia, Eucaristía

y Unción de los enfermos, se podrán brindar a los orientales que viven se-parados de la Iglesia católica, con tal de que los pidan espontáneamente y estén preparados para recibirlos. Del mismo modo, los católicos también pueden pedir los sacramentos “a mi-nistros acatólicos, en las Iglesias que tienen sacramentos válidos, siempre que lo aconseje la necesidad o un verdadero provecho espiritual y sea, física o moralmente, imposible acudir a un sacerdote católico” (núm. 27).

El decreto Orientalium Ecclesiarum promueve la unidad de los cristia-nos orientales y occidentales, con el fin de que sus disposiciones con-lleven a que, “con el auxilio de la Santísima Madre de Dios, todos sean una sola cosa” (núm. 30).

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El sueño de todo misionero es salir a países de Misión para compartir la fe, pues ese es el pro-yecto de Dios. Llegué a Angola hace cuatro años y me ha tocado vivir y cono-cer la cara del país tras cuatro décadas de guerra que lo destrozaron. Junto con mis hermanos mg trato de contribuir a poner los cimientos de un nuevo futuro. Me he preguntado cómo hablar de paz y cómo promoverla. Hoy los paradigmas belicosos han cambiado y en Angola se buscan la paz y la justicia.

En mi trabajo misionero he encontrado varios caminos para emprender accio-nes a favor de la paz y la reconcilia-ción de la sociedad. Un día visitaba la

comunidad de Hatchivanji, pueblo que pertenece a la Parroquia de Cahama, y el catequista que me acompañaba comenzó a recordar con gran sen-timiento el día en que “renació” a la vida. Yo le pregunté: “¿Cómo que re-naciste?”, y me dijo: “Padre, este díapara mí es muy significativo, es un día que no voy a olvidar, pues me sal-vé de morir. Yo perdí todo, mi casa y parte de mi familia… en realidad ni siquiera soy originario de Cahama”. Yo seguí escuchando cómo conta-ba detalladamente sus sueños y sus proyectos, y trataba de entender la realidad de muchas familias que per-dieron todo, que sufrieron en carne propia el flagelo de la guerra.

“La semilla germina y crece sin saber cómo”(Mc 4, 27)P. Mario Miranda Monroy, mg

Comisión de Formación Permanente

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Al regresar a la parroquia, por la noche, empecé a reflexionar sobre aquellas palabras del catequista y recordé la parábola en la que Jesús nos enseña que una semilla germina y crece sin que sepamos cómo (Mc 4,26-29). Así mismo, nuestros herma-nos angoleños necesitan espacio y tiempo para ser escuchados, pero también necesitan escuchar y lle-var hasta el corazón el mensaje del Evangelio, pues los puede conducir a la reconciliación, la justicia y la paz que sean verdaderas y duraderas.

A pesar del crecimiento fenomenal que experimenta actualmente el país, palpamos las terribles situaciones que

forman parte de la nueva cara del pueblo: pobreza, injusticia, enferme-dad, explotación, falta de diálogo, in-tolerancia, violencia doméstica, entre otras. Al hablar de justicia, recon-ciliación y paz, debemos pensar en la liberación integral de todos los angole-ños y ser creativos para fortalecer loslogros en los campos que hemos ve-nido trabajando. Hay que tomar en cuenta su historia como pueblo y la experiencia de las Iglesias locales, que en situaciones de conflicto han desen-cadenado procesos comunitarios dereconciliación y perdón. Además, tene-mos que insistir en el valioso aporte que han hecho los mensajes pontificios y la reflexión doctrinal sobre estos temas.

P. Mario Miranda Monroy, mg

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Como coordina- dora de MisionerosLaicos Asociados (mla) he podido constatar cómo la fe mueve monta-ñas. En este servicio especial se me hapermitido acompañar a jóvenes con inquietud hacia la Misión ad gentes,escuchar sus motivaciones, sus anéc-dotas, sus ideales e ilusiones. Tambiénhe acompañado a mis hermanos y compañeros mla en cada uno de los acontecimientos que nos comparten, en sus esperanzas, sus sueños, sus ilusiones, sus alegrías y sus tristezas.

Sobre todo he percibido la entrega y la generosidad que cada uno de ellos manifiesta en su labor misionera al mover la montaña llamada “miedo”: un miedo no paralizante, sino natural, que brota por el hecho de asumir una responsabilidad al discernir y elegir, pues se trata de una elección que es para toda la vida y que ayuda a trans-formar otras vidas.

También es fascinante compartir y convivir con aquellos que ya han retor-nado después de concluir su convenio,

¿Cómo vivo mi fe en la Misión?Laura Leticia Marrufo Fang, Coordinadora mla

Misioneros Laicos Asociados

Por ello, pienso que la fe se manifiesta en función de comprometernos más y pedirle a nuestro Señor que aumente nuestra devoción para practicar lo que edifica la comunidad, para disminuir el mal a través del perdón, para trans-formar nuestro entorno, no sólo ha-ciendo más y mejor aquello que nos corresponde, sino hacerlo de forma extraordinaria. El discípulo misionero no es un súper hombre, sino un ser humano en búsqueda honesta del bien ante Dios y ante sus hermanos; es al-guien que se puede cansar sin abando-nar su fe, pues sabe que la solución a sus problemas es diferente de la que asume quien no tiene fe.

Concluyo con una aportación de Be-nedicto xvi en su carta apostólica Porta Fidei, que nos dice que la fe es un puerta siempre abierta, donde el corazón se deja plasmar por la gracia transformadora, a través de la Palabra de Dios (cfr. Porta Fidei, núm. 1).

Así vivo mi fe. A veces disminuye, pero otras tantas se renueva con los acon-tecimientos y las experiencias maravi-llosas que vivo día a día, los cuales son enriquecidos por todos aquellos her-manos que comparten su vida en esta maravillosa aventura de la Misión.

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quienes han puesto de manifiesto su fe porque han apostado toda su confianza en el Señor, con la certeza de que se cami-na sobre algo firme, pues es la voluntad del Dios de la alianza, el Dios de Jesús.

Tener fe en Jesús significa seguirlo, hacerse su discípulo, y esto es ir de-trás de Él, seguir sus huellas, aceptar su llamado, que compromete a la persona entera y exige romper con cualquier actitud o manera de organi-zarse que entorpezca la construcción del Reino. Aceptar el camino de la fe se convierte entonces en una llamada que pone a cada persona y cada co-munidad frente a todo lo que ofrece el verdadero amor y la entrega de la vida.

¿Cómo vivo mi fe en la Misión?

Misioneros Laicos Asociados

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Iniciamos el mes de junio con la distribución de la versión coreana del libro 50 años de Misioneros de Guadalupe en Corea, la cual ha teni-do aceptación. También tenemos el gusto de haber iniciado una nueva pastoral especial en la Misión, pues como un fruto de esos 50 años de trabajo misionero hemos decidido iniciar el grupo de laicos de apoyo a Misioneros de Guadalupe en Corea. A través de quienes integren este grupo de seglares se pretende promover el acontecimiento guadalupano en Co-rea, formar conciencia misionera ad gentes al estilo guadalupano, abrir caminos de pastoral mg en la Misión y recibir apoyo espiritual y económico para el trabajo misionero.

Desde las celebraciones por los 50 años y hasta el 15 de agosto el P. Rodolfo Navarro G., mg, estará con nosotros en la Misión. ¡Bienvenido, Padre Navarro!

Domingo 3 y domingo 10. Se celebró en las parroquias de Kumdang (día 3) y Chayang Dong (día 10) una Misa es-pecial y una buena comida con algu-nos de sus líderes, para agradecer el

apoyo que nos dieron los días en que celebramos en dichas parroquias los 50 años de la Misión.

Lunes 4. Nuestros seminaristas Mau-ricio Meza S. y Roque Ocampo L. ini-ciaron el estudio del idioma coreano en la Universidad Sogang, en Seúl.

Martes 5. Tuvimos la reunión ordinariade Superiores de institutos misioneros en Corea, con la participación de Mi-sioneros de Maryknoll, Misiones Extran-jeras de Corea, Misiones Extranjerasde París, Misioneros Irlandeses de San Columbano, Misiones Extranjeras de Filipinas y Misioneros de Guada-lupe. En la reunión se compartieron experiencias y se buscaron nuevos caminos de evangelización para esta parte del mundo.

Sábado 23. Llegó a Corea, en visita oficial, el P. Francisco Gerardo Her-nández O., mg, Rector del Seminario de Misiones, con la intención de revisar los programas de formación de los se-minaristas en la Misión. ¡Bienvenido!

Lunes 25. Todos los Padres mg que trabajamos en la Misión asistimos a

Noticias de junioP. Eugenio Zacarías Romo Romo, mg

Desde las Misiones

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la Catedral de Seúl para presenciar la toma de posesión de Mons. Andrés Yeom Soo-jung como nuevo Arzo-bispo de Seúl. Lo felicitamos por su nombramiento y oramos para su buen desempeño en la dirección de esta ar-quidiócesis en la que colaboramos.

Miércoles 27. El P. Eugenio Zacarías Romo R., mg, Superior de la Misión, viajó a Changchun, China, para asistir como delegado del Superior General a la ordenación sacerdotal del diáco-no Pablo Xu, quien estudió Teología en México y se hospedó durante ese tiempo en nuestro Seminario de Mi-siones. El P. Romo aprovechó el viaje (hasta el 1 de julio) para hacer la visita oficial a los Padres mg que se encuen-tran en la Diócesis de Jilín, China. Lo acompañó el P. Gerardo Hernández.

Viernes 29. Celebramos la ordena-ción sacerdotal de Pablo Xu en Chang-chun, Diócesis de Jilín, en China.

Sábado 30. El P. Pablo Xu celebró su Cantamisa en Changchun.

Festejamos el onomástico de los Pa-dres Griseldo Arroyo P. (viernes 8), Antonio Moreno L. y José Antonio Morales C. (miércoles 13), Juan José Márquez E. (domingo 24) y Juan Pablo Álvarez C. (viernes 29). Celebramos el aniversario de ordenación sacerdotal de los Padres Rigoberto Colunga H.(miércoles 13) y Juan Manuel Serra-no G. (sábado 30). Así como los cumpleaños de los Padres Francisco Arriaga M. (viernes 1) y Griseldo Arro-yo P. (viernes 8).

P. Eugenio Zacarías Romo Romo, mg

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Es un gusto sa- ludarles desde las cálidas tierras de Zacapa, en la Misión de Guatemala.

Queremos compartir nuestra alegría y el agradecimiento al Señor, porque esta Misión cumple 25 años de pre-sencia misionera. Estamos preparan-do todo para la celebración, que se llevará acabo los días 23, 24 y 25 de noviembre en Zacapa.

Es parte fundamental dar gracias a Jesucristo por la vocación misionera de tantos laicos que han pasado por aquí, hombres y mujeres decididos y dedicados, comprometidos con la tarea evangelizadora, que han dado a conocer a la gente el verdadero rostro de Cristo.

Tenemos como objetivo recupe-rar el pasado a partir del presente y proyectar hacia el futuro la vocación

Misión de GuatemalaBlanca Deyanira Díaz Acevedo, mla

Desde las Misiones

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misionera laical en este país, para que sea más valorada y reconocida.

Confiamos siempre en la amorosa intercesión de nuestra madre, Santa María de Guadalupe. Esperamos con-tar con su presencia, los esperamos

con mucho cariño y ánimo misionero, y pedimos sus oraciones para todas las actividades y tareas que estamos desarrollando a favor de la labor mi-sionera de esta Iglesia que peregrina en la Diócesis de Zacapa.

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Con motivo del inicio del año jubilar por el xxv ani-versario de la fundación de las Mi-sioneras de Guadalupe, que tienen su Casa General en Guadalajara, Jal., los restos del P. José Álvarez Herrera, mg, fundador de dicha congregación, fue-ron trasladados del cementerio donde yacían a un nicho que las Hermanas prepararon para tal efecto en la capilla de su convento.

Hace tiempo que las Hermanas ha-bían solicitado al Consejo General de nuestro Instituto la autorización para tener los restos del Padre Álvarez en su capilla, por lo cual, una vez que fueron cumplidas algunas condicio-nes que el Consejo General les había indicado, se pudo hacer el traslado, en esta fecha significativa para ellas.

En el convento de las Hermanas, ubi-cado en el poblado de Las Pintas, en el municipio de Tlaquepaque, Jal., se dieron cita, el día 19 de marzode 2012 por la tarde, Mons. Juan Humberto Gutiérrez Valencia, Obispo Auxiliar de Guadalajara y encargado de la Vicaría de la Vida Consagrada; sacerdotes cercanos a las Hermanas y

algunos Misioneros de Guadalupe en-cabezados por el P. Salvador Rojas V., mg, Consejero General, en representa-ción oficial del P. Juan José Á. Luna E.,mg, Superior General.

Familiares y amigos del P. Álvarez hicieron el viaje en autobús desde su natal Chilchota, Mich., para participar en esta ceremonia. Entre los fami-liares estaba la señorita Concepción Álvarez Herrera, hermana del Padre José, y varios sobrinos.

La Celebración Eucarística inició a las 18 h y, siendo la fiesta del señor

P. José Álvarez Herrera, mg4 de septiembre de 1921 - 6 de marzo de 1998P. Salvador Rojas Vega, mg

Desde México

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san José, el obispo habló de las grandes virtudes del padre adoptivo de Jesús. Después hizo alusión al P. José Álvarez, a quien conoció en vida.

Después de la comunión, el P. Salva-dor Rojas dirigió unas palabras a los presentes y, sobre todo, a las Madres Misioneras de Guadalupe, haciendo énfasis en el significado de tener los restos del que, sintiendo el impulso del Espíritu Santo, fundó esta con-gregación de Hermanas misioneras. El Padre Rojas también expresó su

deseo de que el ejemplo —y ahora la presencia de los restos mortales en su capilla— de este gran misionero,las impulse a aprender todas las vir-tudes que todo fiel entregado a las Misiones debe tener.

Enseguida la Madre Ana Rosa Isela Pérez Chumacera, Superiora General, agradeció al señor obispo, a todos los presentes y a sus bienhechores por el apoyo que han brindado a la obra iniciada por el P. José Álvarez.

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El ekicholong o “descansa nucas”es un taburete rudimentario tallado en madera que utilizan los hombres de las etnias maasai y turkana en Ke-nia. Dicho objeto es tallado a mano a partir de una sola pieza de madera, para formar un asiento poligonal con superficie cóncava, sobre un pedes-tal en el que se coloca una correa de cuero o fibras naturales que se utiliza

como asa para poder transportarlo. Tradicionalmente, los taburetes más sencillos se utilizan en la vida diaria y los más ostentosos y adornados se destinan a las ceremonias religio-sas. Así mismo, el ekicholong mues-tra el estatus social del propietario.

En la vida diaria se usa como parte de su vestimenta y lo llevan consigo a todo lugar, para utilizarlo como banco, con el fin de no sentarse directamen-te en la arena caliente del mediodía. De la misma manera, lo utilizan para apoyar la cabeza y el cuello durante el descanso, ya que les permite elevar la cabeza para impedir el contacto con la arena y cualquier posible ataque de serpientes o escorpiones, o para pro-teger su peinado ceremonial durante el sueño.

Algunos taburetes son muy valiosos, ya que se cree que el espíritu de una persona es absorbido por dicho objeto cada vez que se sienta en él. Por lo ge-neral, cuando el dueño muere es en-terrado con su ekicholong para apoyar su cabeza, pero a veces se entrega a un heredero, quien lo porta con respeto, pues ese pedazo de madera represen-ta el espíritu de la persona fallecida.

EkicholongAletia Gómez Olalde, Jefa de Museo mg

Museo mg

En mayo se rea- lizó la Asamblea Nacional de Promotores Vocacionales,en Puerto Vallarta, Jalisco. Este acon-tecimiento cobra relevancia para la Iglesia en México porque, tanto en las anteriores asambleas como en ésta, se ha venido trabajando un plan na-cional de pastoral vocacional. Dicho plan buscaría implementar, a nivel de nuestras Iglesias locales, los “saltos de calidad” en la pastoral vocacional que nos lleven a una nueva cultura vo-cacional, es decir, un nuevo modo de comprender la vocación y, por tanto, una visión más amplia de lo que signi-fica la praxis de la pastoral vocacional. A continuación explico esos “saltos de calidad”.

Del reclutamiento a la evangelización

Es necesario que la pastoral vocacional se sitúe en un marco específicamente evangelizador. El fin de una pasto-ral vocacional que podamos llamar “evangelizadora” es anunciar a los jó-venes —y a todos— la buena noticia del llamado de Dios, que es un bien objetivo para sus vidas. La motivación de la pastoral vocacional deja de ser la angustia por la falta de vocaciones

y comienza a ser el anhelo de dar vida y sentido a cada una de las personas.Esto no significa que se descuide la promoción de las vocaciones misio-neras, que es nuestra propuesta espe-cífica, sino que se garantice, incluso para estas vocaciones específicas, el conveniente marco evangelizador.

Evangelización y cultura vocacionalP. Alijandro Álvarez Velázquez, mg

Centro de Orientación Vocacional

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Ekicholong

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Del trabajo aislado al trabajo encomunión

La naturaleza misma de la vocación, como camino de participación viva en la comunidad cristiana, exige que la pastoral vocacional sea realizada en un contexto de comunión e inter-acción de carismas. Esto supone que se promueva el conocimiento, la valoración y el discernimiento de una diversidad de carismas, el que corres-ponda a cada lugar y a cada proceso, para ampliar la cultura vocacional de los jóvenes.

Del nivel general al nivel local

Este salto supone que cada comu-nidad cristiana y cada uno de sus miembros deben llegar a formar un ámbito de pastoral vocacional, por-que en las comunidades brota y ma-dura la vocación de los creyentes. El lugar del que surgen las vocaciones es, entonces, la experiencia de fe y seguimiento de las comunidades.

De la recolección a la siembra

Más que basarnos en números —que son importantes— se trata de ayudar a quienes necesitan clarificar su senti-do de vida y su modo de ser cristianos

para que escuchen el llamado de Dios. Siguiendo la inspiración del Evangelio, donde se compara la Palabra de Dios a una semilla, la pastoral vocacional también es una tarea de siembra que es necesario vivir en la paciente espe-ra de una cosecha que sólo se dará en el futuro. Se siembra con fe en el corazón de los jóvenes, para que sea el Espíritu quien desarrolle ese don.

De la superficialidad a la iniciación espiritual

Si reconocemos seriamente la me-diación vocacional de Jesús, el pro-ceso vocacional deberá promover una verdadera iniciación a la vida es-piritual y, en concreto, a la oración y a sus métodos. Al joven se le enseña

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el camino de la contemplación del misterio de Cristo, de modo que se vea iluminado por sus ejemplos y por su vida, para que desde allí aprenda a discernir la voluntad de Dios para su vida.

De lo puntual a lo procesual

La opción vocacional de un joven im-plica y exige un proceso prolongado, por medio del cual vaya madurando este don de Dios.

De la ignorancia a la cultura voca-cional

Este paso trata de llevarnos desde la experiencia devocional hasta una fe

profunda que genere seguimiento.En concreto la cultura vocacional promueve un conocimiento más sis-temático de la vocación y de sus dina-mismos; del propio carisma y de los otros carismas; de las concreciones que la vocación específica adopta en una institución determinada. De esta manera la vocación surge de contex-tos de fe más cultivados y, por tanto, también más profundos y seguros.

En conclusión, si en nuestro Institu-to buscamos consolidar esta cultura vocacional a través de estos saltos de calidad que el plan nacional de pasto-ral vocacional nos propone, lograre-mos que nuestro trabajo pastoral sea un trabajo vocacionalizado; es decir,

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estaremos realizando acciones que lleven a los destinatarios de nuestro trabajo evangelizador hasta una op-ción vocacional, pues esta es la ex-presión madura de una fe adulta: “No hay fe verdadera, no hay maduraciónde la fe, no hay forma adulta de creer, allí donde la fe no genera una deci-sión vocacional, ni allí donde tal de-cisión no crece ni se desarrolla con el tiempo”1. Por lo tanto, no queda más que seguir invitando a cada uno de los que formamos parte de este Instituto a que tomemos conciencia de que toda nuestra acción pastoral,todo nuestro trabajo evangelizador,es en sí mismo una promoción voca-cional que debe llevar a los destinata-rios precisamente a tomar concienciay a afianzar su respuesta a la propuesta

kerigmática que a través de ella seles propone.

Nuestro trabajo y el testimonio co-munitario, sin duda, harán que más y más personas escuchen la propuesta que Dios les hace. Si vemos de esta manera nuestras praxis concretas, estaremos construyendo una sólida propuesta vocacional para los jóve-nes con los que nos vayamos encon-trando. Sólo si hay cultura vocacional seremos capaces de formar en cada miembro del Instituto una mentalidad vocacional, para que podamos ser personas que por nuestra praxis sea-mos capaces de proponer a alguien el llamado y sigamos inquietando a nuestro entorno por nuestro estilo y forma de seguimiento.

1 Cencini, Amadeo, Pedagogía de las vocaciones, II Congreso Latinoamericano de Vocaciones.

En el Museo mg tenemos la gran oportunidad de estar en contactodirecto con el público en general. Si bien algunos de los visitantes son nuestros bienhechores, la mayoría son perso-nas que de una u otra manera se han enterado de la existencia del museo y vienen para conocer más sobre ély sobre Misioneros de Guadalupe.

Todos nuestros visitantes ven con gran interés los objetos expuestos en las vitrinas y escuchan atentos la ex-plicación que les damos. Dependien-do del interés que cada uno de ellos tenga, variará el tiempo que pasen admirando las piezas de cada país de Misión. Algunos hasta formulan preguntas sobre los objetos que les parecen más extraños.

La fe en el Museo mgP. Marco Antonio Navarro Loreto, mg

Direcciones

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Es en ese diálogo donde los visitan-tes nos comparten algo de su vivencia de fe. La mayoría nos habla de cómo han participado en actividades que se realizan en sus parroquias, o del papel que juegan dentro de los gru-pos parroquiales. Una constante es la admiración que sienten por los misio-neros, debido al valor que tienen para dejar todo y llevar la Palabra de Dios a quienes no la conocen, enfrentándose a dificultades como la diferencia de idioma, de costumbres, de comida, etcétera.

Al final queda el compromiso de apo-yarnos mutuamente a través de la oración, para que cada quien siga adelante y fortalezca su fe en los di-ferentes estilos de vida que tenemos, unos con sus familias y otros en los países de Misión.

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El Club de Niños mg tiene la Misión de afianzar la conciencia misionera en los niños y los adolescentes mexi-canos, pues durante esta etapa de la vida es cuando se pueden formar y arraigar los valores y convicciones de cada ser humano. Por ello, procura-mos que los niños conozcan a Cristo, vivan de acuerdo a sus enseñanzasy difundan el Evangelio entre susfamilias, sus escuelas y sus comuni-dades. A través de temas impartidos de forma dinámica y atractiva, los orientamos hacia la fe, la esperanza y la caridad. Nuestro tema principal desde hace algunos años ha sido: “Educación para la paz”.

Durante el primer semestre de este año hemos trabajado arduamente con los pequeños de varios estados de la república y durante el xv Coniam. En la Parroquia de San Andrés Azumiatla, en Puebla, contamos con una partici-pación de 200 niños en las actividades de preparación de la Semana Santa. En San Antonio de la Cal, Querétaro, colaboramos en una animación mi-sionera con 350 niños; se trató de

Trasmitiendo fe y esperanza a niños y adolescentes del paísJorge Armando Mariscal Carrillo, auxiliar administrativo delClub de Niños mg México

Club de Niños mg

un encuentro organizado por José deJesús Ríos G., coordinador de colecto-res de Misioneros de Guadalupe. En el Seminario Menor mg, en Guadalajara, Jalisco, brindamos apoyo en las dife-rentes actividades realizadas duranteel Día del Niño, evento al que asis-tieron alrededor de 100 niños. En Medellín de Bravo, Veracruz, tuvimos

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una actividad que sirvió como con-clusión de una animación misionera a cargo del P. Juan Leonardo Reyes G., mg; participaron cerca de 200 niños. En la Parroquia de Tiríndaro, Michoacán, asistieron 350 niños a una animación misionera que rea-lizamos por solicitud del P. Nicolás Sierra A. Además tuvimos activida-des en el Seminario Mayor mg, con colegios y con grupos de cateque-sis. En total se atendieron más de 2 mil niños en esta mitad del año.

Con estas actividades difundimos la evangelización entre los más peque-ños y procuramos sembrar en ellos

el espíritu misionero y el ánimo para contribuir y fortalecer la Misión de la Iglesia. Así mismo, el entusiasmo con el que nos reciben en cada lugar que visitamos nos llena de alegría. Recuerdo que en una animación rea-lizada en León, Guanajuato, hace tres años, al notar que asistieron alrede-dor de 50 niños pensé que se trataba de todo un éxito. Sin embargo, el club ha tomado mayor fuerza y ahora po-demos trabajar hasta con 1 200 per-sonas, lo cual es una verdadera dicha. La tarea no es fácil, pero con fe y con la ayuda de Dios seguiremos llenán-donos de satisfacciones al colaborar con la gran Misión de la Iglesia.

1 Adaptación del texto de Louis-Marie Chauvet, “Hacer memoria: ‘Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos’”, publicado en Actualidad Litúrgica, núm. 226, mayo-junio de 2012, págs. 5-6.

Memorial eucarístico, corazón de la vidacristiana (Parte 1)1

El tema del memo- rial eucarístico ha sido tratado frecuentemente antes y des-pués del Concilio Vaticano ii. Para darle más amplitud, deseamos ponerlo en re-lación con el conjunto de la vida cristiana.

La identidad cristiana

Hay muchas maneras de expresar la identidad cristiana, una de ellas se nos da en 2Tm 2, 8: “Acuérdate de Cristo Jesús, descendiente de David y resucitado de en-tre los muertos”. Es una fórmula cantada en nuestras Iglesias, la cual viene de una profesión de fe que, en forma de himno, se cantaba en tiempos apostólicos, en las asambleas cristianas. ¿Ser cristiano es algo distinto que hacer memoria de “Jesucristo resucitado de entre los muer-tos”?, ¿es algo diferente a mantener muy viva la memoria de aquello por lo que Je-sucristo dio su vida y resucitó de entre los muertos? ¿La Iglesia es otra cosa que el pueblo de la memoria de Jesucristo?

Hay que distinguir entre distintos modos de memoria. Cuando no se guarda más que la nostalgia del “buen tiempo pasado” en el que todo iba mejor, la memoria está muerta y es alienante. Al idealizar el pasa-do, del que sólo se retienen los recuerdos felices, se cae en una especie de letargo

que inmoviliza con relación al presente. Tal memoria no tiene futuro, puesto que su origen está en una reacción de miedo y de huida ante lo complejo de la reali-dad, que, sin embargo, hay que afrontar.

La memoria viviente, por lo contrario, recuerda los sufrimientos, la opresión, la lucha emprendida para liberarse, y movi-liza las energías para dinamizar el presen-te e inaugurar un porvenir que sea mejor que el duro pasado. Así es, por ejemplo, la memoria judía, de un origen marca-do por el sufrimiento —la esclavitud en Egipto y la prueba del desierto—, en vista de un porvenir feliz en la tierra prometida. Tal es, igualmente, la memoria cristiana: memoria de la Pasión y la Muerte de Je-sús, con las que se funda la esperanza de una participación en su Resurrección, que, desde ahora, permite abrirse a algo distinto, a la espera de la venida del mun-do diferente que ha inaugurado.

El hogar de tal memoria es evidente-mente la Eucaristía, que además se alimenta de la memoria bíblica consig-nada en nuestras Escrituras y pide co-municar su dinamismo en la vida ética de los cristianos. Tales son los tres ni-veles —escriturístico, existencial y sa-cramental— de la memoria cristiana.

Liturgia

Que las personas tengan ac-ceso a un trabajo y lo puedan desempeñar en condiciones de estabilidad y seguridad.

Intención general

Que los voluntarios cristianos presentes en territorios de Misión sepan dar testimonio de la caridad de Cristo.

Intención misionera

Papa Benedicto xvi

Misioneros de GuadalupeCantera 29, Col. Tlalpan, Del. Tlalpan,

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Apostoladode la oración