Luz en la VejezNadie quiere envejecer, pero tiene algunas ventajas, ya que envejecer es el único medio de vivir mucho tiempo.

No tengas miedo, forja en tu mente ideas puras y auténticas ahora que todavía no eres anciano, las reproducirás sin esfuerzo cuando ya seas tan maduro que sean las únicas que te den toda la claridad, energía y amor que necesites.

La ancianidad puede ser lúcida incluso sin palabras, disfrutando de esas vivencias

inmortales que has ido creando durante tu vida, serás joven en tu espíritu aunque te cueste esfuerzo llevar tu cuerpo, y eso es

el gran valor.

De mis disparates y mis locuras de juventud, lo que me da más

pena, no es el haberlos cometido, sino el no poder

volver a cometerlos porque mi comprensión y mi madurez me protegen de antiguos errores.

Envejecer es pasar de la pasión a la compasión, del amor a la ternura.

Muchas personas no cumplen los ochenta

porque intentan durante demasiado tiempo

quedarse en los cuarenta, cuando resulta

apasionante descubrir qué va ocurriendo.

Poniendo en práctica todos los recursos que hemos ido aprendiendo

aunque parezcan pequeñeces.

A los veinte años reina la curiosidad, a los cuarenta la voluntad, a los sesenta el espíritu y a los ochenta

la sabiduría.

Deberíamos ser bellos a los veinte, fuertes a los cuarenta, con medios a los sesenta y libres de todo a los ochenta para volver a ser como niños con la compañía inseparable de lo aprendido.

La verdad que cuando se pasade los sesenta son muy pocas

las cosas que nos parecen disparates, locuras o grandes

fallos...

La cultura que adora la juventud piensa que

los viejos son inútiles y tontos; pero en esa edad radiante de paz interior se sabe de la

ignorancia de los jóvenes y de la fuerza disponible que tienen

para mejorar la sociedad, ahora es

cuando mas disfruto de los jóvenes.

La madurez que te lleva a la ancianidad es como una rosa que ha perdido su lozanía, pero

mantiene su aroma. Si te ocurre perder tu forma mental, el mayor temor de los mayores, piensa que quien te cuida se gana un sueldo y

está haciendo la mejor acción social. Da las gracias muchas veces, miles de veces.

Los años van deprisa, pero el

amor permanece, el universo se

mira en ti; aunque a veces no te des cuenta. No dudes ni un momento en dar esperanza y positividad a los que te rodean,

aunque tengas un mal día o te duela

todo. Te harás más fuerte.

Cuando yo era joven veía el futuro muy

lejos y el espacio muy grande. Ahora casi no

me atrevo a pronunciarme, porque

he podido sentir la eternidad y eso sí que

es inmenso.

En los ojos de mi hijos y de mis nietos arde la llama, en los míos

brilla una lucecita que quedará en los brazos del aire fresco de las miles de primaveras de la Tierra, acariciando

todos vuestros rostros que se miraron en el mío.

Iniciativa, disponibilidad, esfuerzo, descubrir, llenarse de conocimientos, lo veo

en los jóvenes. Lo valoro tanto como la experiencia en los mayores.

Siempre hay un niñoen cada adulto maduro. Siempre hay sabiduría encerrada en una brizna de hierba.

En cada edad queda muy bien una conducta diferente, tal es la infinidad de posibilidades que pueden enriquecer a la raza humana. Suele ocurrir que los jóvenes van en grupo, los adultos en parejas y los ancianos solos. No temas, al final la soledad será tu mejor amiga, la que te permita seguir soñando despierto.

El tiempo lo creamos nosotros, el espacio es el reposo de la mente, la paz adquirida es

siempre un sí quiero, déjate llevar blandamente por la experiencia de estar vivo.

Feliz el que fue jovenen su juventud y

feliz el que fue sabioen su vejez, y más feliz el que es capaz de integrarlo todo, esta es la mejor gimnasia

para la vejez.

Todos deseamos llegar a viejos, pero, ¿por qué vas a negar que has llegado? Este es tu privilegio.

Vive y deja vivir, guarda tus razones certeras, acepta los cambios y

los giros del tiempo. Y si no fuera posible,

sonríe, no estás solo. Miles de almas te

acompañan. Haz de tus últimos tiempos una

fiesta de cumpleaños.

lauradoria@movistar.es