cultura masonica derecho humano

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CULTURA MASONICA Revista de Francmasonera N2 7 - Abril 2011

Publicaeditorial masonica.es www.masonica.es

EditaEntreAcacias, S. L.Apdo. de Correos 32 33010 Oviedo (Asturias) EspaaTelfono: (+34) 985 79 28 92

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ISSN: 2171-1968Depsito Legal: SE-6062-2010

Reservados todos los derechos

Cultura Masnica no se adhiere necesariamente a las opiniones expresadas por sus colaboradores, de las que ellos son los nicos responsables.

J/lCservicio de (a Francmasonera Universal

CULTURA M ASONICA N ?7(Abril 2011)

Director Valentn Daz

EditorIgnacio Mndez-Trelles Daz

Consejo editorial Amando Hurtado llia GalnIvn Herrera Michel Javier Otaola Joan-Fran^esc Pont Joaquim Villalta

Colaboradores de este nmeroPedro-Jos Vila (Coordinador)Danile JuetteDiego Gonzlez RodrguezMara Viedma GarcaRicardo SernaPaloma Martnez Lasierra

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SumarioAo II / N- 7 / Abril 2011

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EditorialOtra etapa de CULTURA MASNICAValentn Daz

El Derecho Humano, UNA NUEVA MASONERAPedro-Jos Vila

LE DROIT HUMAIN O LA FECUNDIDAD DEL RIDCULOMara Viedma Garca

LOS CIMIENTOS DEL SUEO IGUALITARIORicardo Serna

MARA DERAISMES (1828 - 1894)

PALABRAS DE BIENVENIDA DEL VENERABLE MAESTRO DE LA LOGIA "LOS LIBREPENSADORES" EL DA DE LA INICIACIN DE MARA DERAISMES

DISCURSO DE MARA DERAISMES EN EL GAPE DE SU INICIACIN

EL INTERNACIONALISMO DEL DERECHO HUMANOPaloma Martnez Lasierra

ESBOZANDO LA MASONERA GLOBALDiego Gonzlez Rodrguez

MIRANDO EL FUTURO SIN TRAICIONAR EL PASADODanileJuette

Catlogo editorial de MASONICA.ES

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C u a d r o d e c o l a b o r a d o r e s e s p e c i a l e s

DEL PRESENTE NMERO(por orden alfabtico)

DANILE JUETTE

Mdico Psiquiatra. Pertenece a la Federacin Francesa de la Orden Masnica Mixta Internacional Le Droit Humain y desde el Convento de Mayo de 2007 es la Gran Maestra Internacional y decimotercer Soberano Gran Comendador de la Orden desde Mana Deraismes.

Diego Gonzlez Rodrguez

Ingeniero Tcnico en Informtica de Sistemas y Mster en Inteligencia Artificial. Con slo 20 aos fue iniciado en Masonera. Es Maestro Masn de la Logia madrilea Libertad, federada en El Derecho Humano.

Mara V/iedma

Licenciada en Filosofa. Autora de Historia de la Masonera desde una perspectiva de gnero (Premio M Isidra de Guzmn del Ayuntamiento de Alcal de Henares), de Manual de publicidad administrativa no sexista (Ayuntamiento de Mlaga) y de la gua Claves para aplicar de forma transversal la igualdad de gnero a las ocupaciones vinculadas a la atencin a la dependencia (Diputacin de Mlaga).

Paloma Martnez Lasierra

Gegrafa, presidenta de la Federacin Espaola de la Orden Masnica Mixta Internacional El Derecho Humano.

Pedro-Jos VilaDedicado profesionalmente a la consultora informtica, es Maestro Masn de la Respetable Logia Progreso N9 1850 de Oviedo, federada en El Derecho Humano.

Ricardo SernaDoctor en Filosofa y Letras, Diplomado en Estudios Avanzados de Literatura Espaola, es miembro del prestigioso Centro de Estudios Histricos de la Masonera Espaola (Universidad de Zaragoza), as como de la Asociacin Aragonesa de Escritores.

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OTRA ETAPA DE CULTURA MASONICA

LOS LECTORES HABITUALES DEC ultura Mas n ica h a n p o d id o ADVERTIR UN CAMBIO EN SU MANCHETA CON LA INCORPORA

CIN DE UN DIRECTOR Y DE UN CONSEJO EDITORIAL QUE NO FIGURABA EN LOS NMEROS ANTERIORES. ES LA NICA MODIFICACIN QUE SE HA PRODUCIDO EN ESTA REVISTA, QUE SIGUE LA MISMA ORIENTACIN QUE HA TENIDO DESDE QUE APARECIERA EN 2 0 0 9 COMO UNA DE LAS PUBLICACIONES DE LA EDITORIAL MASONICA.ES

o hay pues ruptura de ningn tipo. Al contrario. Lo que sepretende (y ojal se logre) es consolidar un proyecto que seha mostrado atractivo, ilusionante, que se ha ganado la sim

pata de no pocos lectores y que est dirigido a todas aquellas personas interesadas en los mltiples aspectos de la Francmasonera, sean o no francmasones.

Una Francmasonera cuya autenticidad est en las races de su Tradicin y que debe construir su Obra de acuerdo con los tiempos en los que toca vivir; de momento en esta segunda dcada del siglo XXI, en la que se estn produciendo las mutaciones sociales, polticas y econ-

Valentn Daz

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OTRA ETAPA DE CULTURA MASNICA

micas ms importantes que ha conocido el mundo desde la segunda guerra mundial.

La Francmasonera es una fratra inicitica, y como tal, o es un organismo vivo o no es. La Francmasonera se define por su quehacer y cumplir sus fines y principios no slo ajustndose a sus coordenadas temporales, sino estando en la vanguardia tica, social y filosfica de cada poca, lo que significa que ha de tener un papel de referencia crtica y, al mismo tiempo, de ancla que permita transmitir los valores humanistas y librepensadores que han servido, y creemos que deben continuar sirviendo, para progresar en el conocimiento, elevar la dignidad de las personas y mejorar las condiciones de la existencia humana.

Los indicios de los cambios de los que hoy somos testigos y actores (voluntarios o involuntarios) pudieron atisbarse ya en la dcada de los setenta del siglo pasado y fueron acelerndose en los noventa al hilo del imparable y globalizador desarrollo de las nuevas e impresionantes tecnologas, de las que internet es el exponente de mayor proyeccin pblica.

Desde hace una generacin se han ido acelerando los cambios que hoy ya son visibles en nuestras sociedades y que afectan directamente a nuestras vidas; y dentro de otra generacin el mundo ser difcilmente reconocible para quienes la mayor parte de su horizonte vital ha transcurrido en la segunda mitad del siglo XX, la poca en la que la vieja y ahora decadente Europa logr las mayores cotas de libertad, bienestar y justicia social que se han conocido.

Nuestro tiempo no deja de ofrecer sntomas muy preocupantes de intolerancia, fanatismo y confusin. Se ha extendido y acrecentado la banalizacin de nuestra cotidianidad, incluyendo la violencia. Es tiempo de miedos, a los que no debemos ceder ni una miera.

Siempre el coraje es mejor, la esperanza nunca es vana, canta una milonga de Borges. Con ese espritu abordamos nuestro trabajo y esta etapa del caminar de nuestra revista, que queremos empedrar con los mismos materiales que han servido hasta ahora tan fructferamente. Un espritu abierto a las diferentes querencias y estilos de hacer Masonera, y con un afn integrador que necesariamente debe enriquecerse en la diversidad.

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OTRA ETAPA DE CULTURA MASNICA

Maestros como Oswald Wirth y Daniel Beresniak iluminaron la Francmasonera del siglo XX. Sus enseanzas han de perdurar no para quedarnos ensimismados y traicionar as el sentido de sus reflexiones, sino para seguir haciendo camino, reflexionando nosotros mismos sobre los retos y los desafos de nuestro tiempo. CULTURA MASNICA es un vehculo y un instrumento para esa reflexin, y para plasmar y transmitir todo aquello que nos ha ido legando el pasado. Sabemos que es un loable propsito que, quiz, est por encima de nuestras posibilidades, pero ese es precisamente el estmulo que nos anima. La ltima palabra la tienen ustedes, los lectores. A

[ni

EL DERECHO HUMANO, UNA NUEVA MASONERA

L a a d m is i n d e l a m u je r e n u n p l a n o d eIGUALDAD CON EL VARN, EL INTERNACIONALISMO d e l a O b e d ie n c ia , l a l a ic id a d yLA UNIDAD ORGNICA DE LOGIAS AZULES YA l t o s G r a d o s c o n s t it u y e n l a s s e a s d eIDENTIDAD DE LA O RDEN M ix t a In t e r n a c io n a l E l D e r e c h o H u m a n o .

Pedro-Jos V ila

" ' I 14 de enero de 1882 una Logia perteneciente a la Gran Logia ^ 1 " ^ Simblica Escocesa, Les Libres Penseurs de Pecq, decide poner

A ^-/en prctica uno de los artculos de su reglamento de rgimen interior y da el paso de iniciar a Maria Deraismes, varias veces rechazada por el Gran Oriente de Francia, y en un mismo da le confiere los tres primeros grados simblicos.

El hecho no deja de ser un bello canto a la libertad de las logias, al derecho de la mujer y a la igualdad de todos los seres humanos, ms all de rimbombantes lemas inscritos en los frontispicios republicanos.

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El Derecho Humano, UNA NUEVA MASONERA

La mencionada Logia, que ha desafiado las costumbres establecidas, es condenada por el resto de Obediencias y muchos de sus miembros se dan de baja. Poco tiempo despus Mara Deraismes decide, con el fin de no perjudicar a sus hermanos, poner fin a esta etapa de su compromiso masnico. Se ha perdido una batalla pero no la guerra. Mara Deraismes y su amigo, y ya hermano, Georges Martin siguen pugnando por conseguir la igualdad de derechos de las mujeres en las logias masnicas.

En 1890 Georges Martin alcanza la presidencia de una Logia de la Gran Logia Simblica Esocesa y renueva sus intentos para conseguir la admisin de mujeres. Nuevamente los vientos son desfavorables, y dado que el estado de salud de Mara Deraismes se agrava, se precipitan los acontecimientos por el temor a que no lleguen a materializarse las palabras que ella pronunci en su discurso de iniciacin y que pueden leerse en este mismo nmero de Cultura Masnica.

Georges Martin, que quiere seguir siendo fiel a su juramento masnico, pronunciado en una obediencia masculina, deja en manos de Mara Deraismes la constitucin de la nueva Obediencia y as, el 14 de marzo de 1893 diecisiete mujeres son iniciadas.

Pocas semanas despus, el 1 de abril, habiendo alcanzado todas ellas la maestra, Mara Deraismes afilia a Georges Martin constituyendo de este modo una logia mixta. El 4 de abril se deposita en el Ministerio del Interior de Francia la Carta Magna de la Gran Logia Simblica Escocesa Le Droit Humain. Una nueva masonera haba nacido.

La Orden nace francesa aunque pronto tendr logias en Suiza. En 1901 se vota la creacin de la Orden Masnica Mixta Internacional Le Droit Humain y se internacionaliza creando Logias en Gran Bretaa, Estados Unidos, Pases Bajos y Blgica que se unen a las ya existentes en Suiza.

El Derecho Humano progresa en la India Inglesa, Australia y Nueva Zelanda a partir de Gran Bretaa, madre del Imperio, convertido luego en Commonwealth. En 1921 llega a Espaa y permanecer en nuestro pas hasta el fin de la Guerra Civil cuando, al igual que las otras obediencias espaolas, debe tomar el camino del exilio.

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H a s t a a q u l a h is t o r ia , l o s h e c h o s , q u e p u e d e n s e r e s t u d ia d o s en

TODA SU AMPLITUD EN EL ESPLENDIDO TRABAJO DE LA HERMANA NOELLE

CHARPENTIER1, PERO A PARTIR DE AQU HAY QUE SEALAR ALGUNAS CONSI

DERACIONES DE TIPO IDEOLGICO SOBRE LO QUE SUPUSO EL NACIMIENTO DE

Le Droit Humain.

Supuso no slo la equiparacin de derechos de hombres y mujeres en una sociedad en la que la mujer aun contaba poco, sino la ruptura con una tradicin marcada por los planteamientos ideolgicos del pastor Anderson y su compaero Tefilo Desagulier. Y esto es lo importante en el tema que nos ocupa, ya que el otro, el que se refiere a la equiparacin de derechos entre unos y otras, todava se encuentra en sus inicios y con una perspectiva de tener que realizar un largo camino hasta alcanzar esa igualdad.

Las Constituciones de Anderson quedan como un residuo histrico sin el menor inters doctrinal, ampliamente superadas por la propia dinmica histrica, acelerada por Maria Deraismes y sus hermanas en los primeros pasos de una Orden que pona fin a la discriminacin absurda de la mujer en el templo de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.

Por otra parte se toma el camino correcto para alcanzar los fines que persegua la masonera desde su nacimiento: una sociedad ms justa, libre y fraterna para todos los seres humanos y que difcilmente podra llegar desde planteamientos localistas, Grandes Logias o Grandes Orientes circunscritos a la pequea escala de un pas y, en ocasiones, con la coexistencia de varias de ellas en el mismo espacio geogrfico.

El Derecho Humano nace con ambiciones globales porque era consciente que nicamente desde esa globalidad se podra alcanzar la felicidad para todos los seres humanos. Por ese convencimiento se crea el Supremo Consejo Universal Mixto, porque slo desde la unidad se puede trabajar en pos de un bien comn igual para todos los seres humanos vivan donde vivan.

A la admisin de la mujer y la ruptura de las circunscripciones cerradas a cada Gran Logia o Gran Oriente se une otra cuestin capital y que tambin se enfrenta a la tradicin andersoniana, El Derecho Humano se declara laico y, en consecuencia, abre las puertas de sus 1

1 Charpentier, Nolle, La Masonera Mixta y el Derecho Humano, edicin de la Fundacin Maria Deraismes, Madrid 2010.

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logias a creyentes y no creyentes a partir del convencimiento de que las creencias se deben a la parte ms ntima del yo y no pueden impedir a los seres humanos trabajar en pos de un ideal comn.

Finalmente, considera que la continuidad inicitica es imprescindible, entendiendo que el camino del conocimiento ni termina en el tercer grado simblico ni su continuacin es algo que tenga sentido desde estructuras diferentes y paralelas a las que rigen para los tres primeros grados o logias azules. El Rito Escocs Antiguo y Aceptado que practica el Derecho Humano sigue las convenciones que seala el Convento de Lausanne de 1875 en cuanto a grados y denominaciones, pero marca su especificidad en las cuestiones ya sealadas y que son de gran calado: admisin de las mujeres en igualdad de condiciones que los hombres, laicismo y unidad orgnica, con un nico Supremo Consejo.

Todo lo anterior estimo que avala el argumento de que el nacimiento de Le Droit Humain supuso la inauguracin de un nuevo tiempo masnico que, de alguna manera y para algunas cuestiones, tuvo la virtud de adelantarse a su tiempo en varias decenas de aos. Esperemos que sea para el bien y el Progreso de la Humanidad.-^

El Derecho Humano nace con ambiciones globales porque era consciente que nicamente desde esa globalidad se podra alcanzar la felicidad para todos los seres humanos

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LIBROS DE INTERS

El Cimiento Mixto en MasoneraO. MUCHO HUMANO os UrAA

(iro-mj)

La MasoneraLeyenda, Historia y Mito.

tvd

m c!_______Fundacin Mario Deraismes

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El ridculo es el elemento dinmico, creador e innovador de toda conciencia que se quiera viva y experimente lo vivo. Ninguna transfiguracin de la humanidad, ningn salto audaz en la comprensin ni ningn descubrimiento pasional fecundo se ha producido sin haber parecido ridculo a sus contemporneos.

Mircea Eliade(1907-1986)

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LE DROIT HUMAIN O LA FECUNDIDAD DEL RIDICULO

o puedo evitar que las palabras de Eliade traigan a las sufragistas a mi imaginacin. Mrtires de los derechos civiles, fueron caricaturizadas en la prensa hasta el estigma por reclamar

la participacin en las urnas. Tampoco puedo, con esta evocacin, evitar sentirme agradecida a sus agallas, a su valor para enfrentar un mundo en el que la conviccin de que la mujer deba ser tutelada por el hombre era una verdad incuestionable.

La mujer de su casa, esposa y madre, cercada entre las paredes de su hogar, sin ms aspiraciones que cuidar de la familia, representaba el modelo de feminidad de las clases pudientes y el ideal al que aspiraban las clases trabajadoras. Que el destino y el bien de la mujer se hallaban bajo la proteccin y el poder masculinos era algo en lo que coincidan los hombres de fe y los de ciencia, en el siglo XIX.

Si los sacerdotes predicaban que cuidar del hogar era el sagrado deber de toda fmina, los cientficos "demostraban" que hacerlo era su funcin natural y construan para ello explicaciones insostenibles avaladas por el prestigio del saber positivo.

No era de extraar, pues, que aquellas locas que aspiraban a la igualdad entre los sexos, encontrasen dbil eco entre sus contemporneos del sexo opuesto, incluidos los que defendan la igualdad social y la libertad de conciencia. stas s eran cosas razonables por las que luchar y no esas absurdas (ridiculas) pretensiones de seoras que

Ma r a V ied m a Ga r ca

Consultora experta en Igualdad de Gnero y Escritora

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LE DROIT HUMAIN O LA FECUNDIDAD DEL RIDCULO

se dedicaban a hacer ruido y a pasear pancartas en la calle! El feminismo amenazaba la "natural" omnipotencia de los varones como organizadores de la vida colectiva y no era cosa de desmontar las reglas eternas sobre cmo vivan y deban vivir por siempre los hombres y las mujeres.

Con todo, hubo en el siglo XIX (y en otros siglos) hombres que s apoyaron los derechos de la mujer y que, sin duda, debieron despertar la risin y el recelo de sus congneres masculinos. Hombres que contra todo sentido prctico (los idealistas suelen carecer de l) abrazaron una causa excntrica en la que a priori nada tenan que ganar.

Los imagino blanco de toda suerte de comentarios: raros, inmorales, desleales, tibios, calzonazos....ridculos, y quin sabe qu peregrinas acusaciones para justificar que a un hombre que se viste por los pies no le pareciese irracional que las mujeres tuviesen los mismos derechos.

Suerte que entonces tambin existan demcratas hasta la mdula, para quienes el sufragio y los derechos ciudadanos slo podan deno-

_________________________ minarse universales si alcanzaban a lahumanidad entera y no slo a una mitad.

De esa pasta, de ese material noble y de esos principios inquebrantables estaba hecho Georges Martin (1844- 1916), el fundador junto con Mara De- raismes de la Obediencia Masnica Internacional Mixta Le Droit Humain. Su profundo sentido de la justicia le impeda aceptar que la mitad de la sociedad viviera en permanente minora de

edad, despojada de derechos, y mucho menos que los varones se los negaran.

Hubo en el siglo XIX hombres que s apoyaron los derechos de la mujer. Los imagino blanco de toda suerte de comentarios: raros, inmorales, desleales, tibios, calzonazos....ridculos, y quin sabe qu peregrinas acusa-

La coherencia poltica por un lado, y el amor y la admiracin hacia las mujeres de su familia por otro, le otorgaron la lucidez suficiente (pero inusual en esa poca) para desear que todas las mujeres disfrutaran de los mismos derechos de los que l gozaba, como varn, Y as lo manifestaba siempre que era interpelado sobre el origen de su conciencia feminista:

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Nunca he comprendido por qu mi madre, que me dio la vida, que me cri, que me educ, a quien debo lo que soy, el da de mi mayora civil y poltica, teniendo veintin aos ms que yo de experiencia, era menor, y sin embargo, yo era mayor, simplemente por el hecho de ser un hombre.

Mi madre a quien la ley puso en el mismo lugar que a los nios o que a los hombres que han perdido sus derechos debido a condenas infamantes, siempre ha sido para m un motivo de rebelda contra esta infamia de la ley, y motivo de antipata hacia aquellos hombres, que a diferencia de m, encuentran todo esto natural.

Lo que mi razn desaprueba cuando se trata de mi madre, no lo reprueba menos cuando se trata de mi esposa, a la que eleg como compaera de mi vida, que comparte mis alegras y mis penas, mi razn lo rechaza ya se trate de mi hermana o de cualquier otra mujer.

En aquellos das, como sucede ahora, como ha sucedido siempre, se necesitaba valor para romper con el pensamiento hegemnico y sostener ideas que la mayora considera reprobables moral o intelectualmente. Ya resultaba disparatado que algunas mujeres creyeran no ser inferiores a los hombres, pero el colmo era que hubiese hombres dispuestos a considerarlas sus iguales.

Para defender la igualdad entre los sexos (se fuese mujer u hombre) se precisaba ser capaz de soportar la desaprobacin ajena y tener la firmeza de mantenerse fiel a los principios, aun a costa de sentirse poco apreciado o no apreciado en absoluto. Mircea Eliade acierta de lleno al subrayar que la funcin del ridculo es evitar el encuentro del sujeto consigo mismo (El ridculo es una frmula lanzada por los hombres contra la sinceridad).

No debe olvidarse que la hipocresa y el celo por las apariencias eran un asfixiante mal de la sociedad decimonnica, y que uno de los mayores temores de entonces lo constituan la murmuracin y el escndalo.

Segn Nolle Charpentier, autora de La masonera Mixta y el Derecho Humano, cuando Georges Martin era apenas un muchacho, su padre lo ech de casa por haber aprobado la selectividad en la rama de Letras y no en la de Ciencias. Monsieur Martin haba recibido de los profesores los jesutas de la ru Lhomond la advertencia de que su

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hijo tendra un porvenir desastroso debido a su carcter excesivamente independiente.

Aquel "fracaso" acadmico debi parecerle a Monsieur Martin, prspero farmacutico, el comienzo de una saga de calamidades, y decidi purgar de golpe el espritu libre de su vstago retirndole toda ayuda econmica.

Creo que la (exagerada) reaccin paterna vacun para siempre a Georges Martin contra el rechazo, y le proporcion una coraza frente a la crtica y la incomprensin. La marginacin familiar le hizo adems esculpir con sudor su personalidad y su futuro.

De despreocupado hijo de familia adinerada pas a tener que trabajar y a costearse l mismo los estudios, primero los de Farmacia y luego los de Medicina (stos ltimos los interrumpi temporalmente para alistarse en las filas de Garibaldi). Tard nueve aos en reanudar las relaciones con su padre, y esa experiencia de casi una dcada sin las comodidades y la holgura que proporcionan una buena posicin social, tuvo que acercarlo a la gente del pueblo y volverlo sensible a las necesidades de los desposedos.

No es casual que fueran las clases humildes las que lo alentaron a tomar parte en poltica. Tampoco puede atribuirse a la casualidad que a lo largo de su trayectoria como consejero municipal y luego como senador, le preocupasen principalmente las cuestiones sociales y defendiese ideas filantrpicas muy avanzadas para su tiempo: los derechos de la mujer y de la infancia, el laicismo en la enseanza, los servicios hospitalarios, la inspeccin mdica en las escuelas, los seguros de jubilacin y la proteccin frente a los accidentes laborales.

Fuera de la poltica, que no al margen de ella, tambin sostuvo ideas verdaderamente vanguardistas. Una vez iniciado en 1879 en Masonera, decidi impulsar el ingreso de las mujeres en las logias masculinas en calidad de miembros de pleno derecho. No puede negarse que la materializacin de este deseo supona una apuesta de extraordinaria controversia. Prueba de ello es que todava hoy la afiliacin de mujeres levanta disensiones y ampollas en las obediencias masculinas dogmticas y tambin en las liberales. As que, en su da, aquel pulso contra la "tradicin" masnica, contra las normalidad, contra lo instituido, contra el as es como ha sido siempre, tuvo que reportarle muchos sinsabores entre sus amistades.

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Antes que l, Len Richer (otro masn librepensador y feminista, amigo y colaborador de Mara Deraismes) haba ya intentado sin xito que el Gran Oriente de Francia admitiese a mujeres, pero la ortodoxia masnica consideraba que su inclusin, lejos de engrandecer sus columnas agrietara la estructura de su edificio. La afiliacin de las mujeres a las logias masculinas era un asunto incmodo, tenso, del que se hablaba pero frente al que exista una resistencia casi acorazada.

De todos es conocida la iniciacin de la librepensadora y feminista Mara Deraismes en la logia Los Librepensadores de Pecq\ de modo que no voy a detenerme en este punto que, seguro, otros y otras son capaces de ilustrar mejor que yo. Tan slo me interesa destacar el ejercicio de disidencia, de ruptura con lo establecido, practicado por aquellos masones que "sin temor de Anderson" se atrevieron a contradecir un artculo de su Constitucin.

La iniciacin de Deraismes en 1882 fue un punto de inflexin en la Historia de la Masonera, la semilla que aos despus permiti nacer y crecer a una Obediencia Mixta Internacional. Habis asestado un gran golpe, mis Hermanos, rompiendo con viejas tradiciones consagradas por la ignorancia. Habis tenido el coraje de afrontar los rigores de la ortodoxia masnica. Vosotros recogeris los frutos. Hoy sois considerados como herticos porque sois reformadores, fueron algunas de las palabras que Deraismes dedic a los hombres1 2 que acaban de darle la luz masnica.

Suerte que entonces tambin existan demcratas hasta la mdula, para quienes el sufragio y los derechos ciudadanos slo podan denominarse universales si alcanzaban a la humanidad entera y no slo a una mitad. De esa pasta, de ese material noble y de esos principios inquebrantables estaba hecho Georges Martin (1844-1916).

1 Una de las doce logias que conformaban la Gran Logia Simblica Escocesa, nacida a partir de una escisin del Gran Oriente de Francia2

Entre los Presentes en la iniciacin de Mara Deraismes estuvieron los Hermanos Lai- sant, de Hrdia, Delattre, Beauquier, Tony, Rvillon , Paul Viguier, Cernesson, Georges Martin, Auguste Desmoulins, Rey, Germain Camille, Eugne Bretn, Morin, Fro- mentin y Vctor Poupin.

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Las represalias a los Librepensadores de Pecq se hicieron notar: el taller fue disuelto3 en apenas cinco meses y con su entrada en sueos qued restituida la normalidad a la vida masnica. Pero slo aparentemente. La semilla haba germinado y la inquietud por la Igualdad en las logias segua creciendo en el corazn de Georges Martin, un firme partidario de la mixticidad que no tema al ridculo...

Evitar el ridculo significa, segn Mircea Eliade, rechazar la nica posibilidad de inmortalidad, pues todo aquello que desde su nacimiento

ya es aceptado y unnimemente aplaudido est muerto de antemano, ha renunciado en vir

tud de su xito a toda potencialidad, a toda posibilidad de ser retomado, con

tinuado y profundizado por otros. Sin embargo, lo ridculo, lo inaceptado, lo controvertido genera debates, crticas, esperanzas, abre caminos que otros recorren. Y eso es precisamente lo que sucedi con aquel

momento fecundo aquel acto vivo, preado de posibilidades, de cambios

por producirse, de hermanas por llegar que constituy la iniciacin de Mara Derais-

mes: una nueva etapa de la masonera se abri para las mujeres y los hombres.

Habis tenido el coraje de afrontar los rigores de la orto

doxia masnica. Vosotros recogeris los frutos. Hoy sois considerados como herticos porque sois reformadores, fueron algu

nas de las palabras que Mara Deraismes dedic a los hombres

que acaban de darle la luz

Durante casi once aos Georges Martin solicit a diversas logias la aceptacin de Deraismes, aceptacin que significaba la apertura a una nueva masonera integrada por hombres y mujeres. Como las puertas de los talleres permanecan cerradas a esa nueva frmula y la salud de Deraismes se encontraba muy empobrecida, Martin y Deraismes pasaron a la accin y constituyeron una nueva obediencia. Pero quines habran de pertenecer a ella? Quines se atreveran a experimentar el fantasma de la censura murmurando a sus espaldas? No podan ser

"Mi recepcin en la Francmasonera ha provocado un incidente. La Logia los Libre Pensadores del Pecq depende de la Gran Logia Simblica rito escocs que, en su constitucin, ha proclamado la autonoma de las Logias de su obediencia; de modo, pues, que la Logia los Libre Pensadores del Pecq, tomando la iniciativa de recibir a una mujer, no se extralimitaba en sus derechos. Sin embargo, por una de estas contradicciones tan frecuentes en la humanidad, la GLS se escandaliz de este acto de independencia, y puso a dicha Logia en sueos." (M. D.)

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otras que las mujeres del crculo feminista de amistades de Mara De- raismes, mujeres transgresoras, inconformistas, con horizontes ms amplios que las cuatro paredes de su casa. Entre ellas se encontraba la esposa de Georges Martin, Marie Eugnie Lan (Marie Georges Martin).

Creo que Le Droit Humain no ha sido suficientemente justo con la figura de Marie Georges Martin. Ella tambin estuvo desde el principio, y bien podra considerrsela cofundadora de la Obediencia. Form parte del grupo primitivo de mujeres iniciadas por Deraismes, sostuvo durante diecisis aos el mallete y fue, en puridad, la primera gran maestra. Se elogia la generosidad indudable de su marido y a menudo se pasa por alto la de ella. Tambin eran suyas (al menos moralmente) las propiedades que hipotec Georges Martn para comprar los terrenos que aun hoy albergan en Pars la sede central del Derecho Humano, de modo que fue tan benefactora de la Obediencia como lo fue su esposo.

Pero volviendo al origen transgresor de Le Droit Humain conviene decir que en un primer, fugaz y formal momento, fue un taller constituido nicamente por mujeres, mujeres que afiliaron, porque as lo quisieron, a Georges Martin. Por las razones que fuesen, las tornas se haban invertido y ya no era el caso de una mujer que solicitaba el ingreso en una logia de hombres, sino el de un hombre que peda el ingreso en una logia integrada por mujeres, convirtindose sta en mixta gracias a su inclusin.

culo se resume en esto: vivir tu yvida desnuda, inmediata, rechazando las supersticiones, las convenciones y los dogmas. Cuanto ms personales somos, ms nos identificamos con nuestras intenciones, ms coinciden nuestros actos con nuestras ideas, y ms ridculos somos.

No imagino a muchos ms hombres de entonces, masones incluidos, capaces de un gesto similar, por eso no me resisto a abundar en el ejercicio de afirmacin personal y de sinceridad que conllevan los actos ridculos, y a citar de nuevo a Mircea Eliade. El rid-

Creo que Le Droit Humain no ha sido suficientemente justo con la figura de Marie Georges Martin. Ella tambin estuvo desde el principio, y bien podra considerrsela cofundadora de la Obediencia.

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Si una mujer solicitaba entrar en una logia masculina deba ser porque en su interior se senta equiparada en esencia a los hombres, es decir, se senta esencialmente igual, y aceptarla equivala a igualarla y tambin a igualarse. La solicitud de Georges Martin, de equiparacin, de igualacin con las mujeres constitua un anatema y debi ser vivida por sus congneres masculinos con profunda desaprobacin. De hecho, el resto de obediencias se mostraron muy hostiles y se negaron a mantener ningn tipo de contacto con Le Droit Humain.

Nolle Charpentier afirma que ni siquiera atendan la correspondencia proveniente del Derecho Humano. Pero la hostilidad poco puede

contra lo que encierra en su interior la fuerza creadora de la transformacin. El crecimiento de aquella semilla recin brotada ya no poda detenerse. Su fecundidad haba invadido a otras mujeres y hombres, y dos aos despus, veintids mujeres ms se haban sumado a las quince4 que inici Mara Deraismes en 1893 (fallecida unos meses ms tarde ) y cuatro nuevos hombres formaban parte del Taller.

Hoy Le Droit Humain es una Obediencia Internacional presente en todo el mundo. Tiene el orgullo de haber sido creada por hombres y mujeres libres que retaron interior y exterior- mente a los convencionalismos.^-Marie Georges Martin

4 Clmence Royer; Marie Becquet de Vienne; Marie Georges Martin; Maria Martin; Anne Feresse-Deraismes; Louise David; Marie Pierre; Eliska Vincent;Florestine Mauri- ceau, Myrtille Reugnet, Maurice Levy, Charlotte Duval, Louisa Wiggiskoff, Maria Po- gnon y M. Cremnitz

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LE D R O IT H U M A IN O LA F E C U N D ID A D D E L R ID C U LO

BIBLIOGRAFA

AA. VV. (seleccin de textos RAMN, IJUETTE, D.) Grandes Maestres, tenis la palabra. Fundacin Mara Deraimes. Madrid, 2010.

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El Patriarcado y sus Disidentes en la Orden del Gran Arquitecto del Universo (pendiente de publicacin).

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LOS CIMIENTOS DEL SUEO IGUALITARIO

U n r e p a s o d e c a r c t e r p e r s o n a l a l a sCARACTERSTICAS DIFERENCIALES DE EL DERECHO H u m a n o y a s u s s e m e ja n z a s c o n o t r a s O b e d ie n c ia s MASNICAS, INCLUYENDO UNA ENTREVISTAb r e v e c o n A n t o n io C e - r u e l o , G r a n M a e s t r o In t e r n a c io n a l A d ju n t o d e El D e r e c h o H u m a n o .

R icardo S erna

Si en algo se diferencia El Derecho Humano de otras obediencias masnicas liberales -irregulares, que diran algunos- es en el hecho de que su fundacin responde al profundo deseo de construir, desde la base, una organizacin masnica mixta -desde su misma concepcin y origen- donde los miembros se vean y definan a s mismos como ciudadanos del mundo. Y as, los masones de Le Droit Humain defienden una visin universal de la Masonera a modo de crisol humanista, donde tiene cabida cualquier persona sin distincin de sexo, raza o creencia, a excepcin de los intolerantes y radicales extremos. Esa predicada universalidad define en cierta forma el talante actual de esta histrica obediencia.

El Derecho Humano dice trabajar con la mxima sensibilidad en pro de la dignidad del individuo, procurando laborar en bien del progreso

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general y de la tolerancia social. Y esto nadie lo duda, por supuesto, aunque a la Francmasonera de nuestro tiempo, a toda ella en general, le sobran buenas palabras y le falta, a veces, esa ejemplaridad que avale su digno y discreto trabajo interior.

Generalizando, hay que decir que el discurso huero no conviene exhibirlo demasiado porque acaba agotando al profano, al ciudadano de a pie, que no termina de entender las contradicciones aparentes y palpables de una institucin con tan dilatada tradicin en el seno de las distintas sociedades europeas.

Nos consta que El Derecho Humano es una institucin de buenas intenciones, que procura en todo momento sensibilizarse con los grandes problemas sociales. Y en eso trabajan sus logias y tringulos, extendidos por cincuenta y ocho pases de los cinco continentes y que cuenta con cerca de treinta mil afiliados.

Polticamente hablando, El Derecho Humano no se inclina hacia ninguna ideologa concreta, sino exclusivamente a favor de aquellas que defienden la dignidad del hombre y luchan por su bien individual y comn.

Es un organismo que fomenta la liberalidad religiosa; aun trabajando desde un humanismo laico, preconiza valores tan recomendables como la flexibilidad y la tolerancia, y da paso en sus talleres a personas ateas y agnsticas por un lado, pero tambin a las creyentes, con un respeto idntico hacia todos por igual. Se dice que de la diversidad nace el enriquecimiento espiritual, y a veces s resulta innegable semejante aseveracin, aunque no siempre.

El Derecho Humano participa en la terica pretensin de la Francmasonera de un mundo ms justo, y sus miembros se afanan para extender la equidad y la justicia en busca y fomento de sociedades ms libres, cultivadas, responsables y respetuosas con el entorno natural del hombre.

En eso estn, sin duda, igual que lo est la Francmasonera toda, tanto la tradicional de raz anglosajona, como la liberal procedente de corrientes e idiosincrasias ms continentales.

El discurso huero no conviene exhibirlo demasiado porque acaba agotando al profano

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Fue Mara Deraismes, una periodista y militante feminista, la que junto al senador francmasn Georges Martin, emprendi un singular combate a favor de los derechos civiles y polticos de las fminas, as como en pro de una escuela laica alejada de la influencia clerical. De semejante contienda, nacer entre ambos personajes una va de notable empatia y mutua colaboracin. Y como consecuencia de todo ello, el 14 de enero de 1882, Mara Deraismes fue iniciada en la logia Les Libres Penseurs de Pecq1, siendo considerada la primera dama iniciada en la Francmasonera.

Transcurridos once aos, el 4 de abril de 1893. Mara Deraismes levant los cimientos de la llamada Gran Logia Simblica Escocesa de Francia Le Droit Humain, que sera el germen de la Orden Mixta Internacional que ahora conocemos como El Derecho Humano.

rEL DERECHO HUMANO

LLEG A ESPAA EN 1921

V______________________JUn deseo de ambos fue el asentamiento de la nueva obediencia por

encima de gnero, fronteras, culturas, razas y religiones. Ese anhelo primigenio lo han intentado mantener inclume hasta el da de hoy los sucesores de aquellos pioneros hermanos fundadores.

En 1924 fue instituida la primera logia de El Derecho Humano en Espaa, bautizada con el ttulo distintivo de San Albano, y nacida del Tringulo del mismo nombre que se haba establecido tres aos antes en Madrid. El principal promotor fue el hermano Trevio, egiptlogo y tesofo, que con el apoyo de hermanos del Gran Oriente Espaol extendi la Masonera Mixta por Espaa.

En 1928, la Jurisdiccin Espaola del Derecho Humano tena cinco logias: "San Albano" en Madrid, "Luz" en Almera, "Compte de Saint- Germain" en Barcelona, "Hermes" en Mlaga y "Zanoni" en Sevilla. Contaba, as mismo, con un tringulo en Bilbao llamado "Fnix" y un Capitulo Rosacruz titulado "Franklin Albricias".

1 Le Pecq es una pequea ciudad ubicada en un meandro del ro Sena, a diecinueve kilmetros al oeste de Pars, sita a los pies del castillo de Saint Germain en Lave. Su territorio se reparte a ambos lados del ro, incluyendo la pequea isla de Corbire, monumento natural.

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En 1936 la guerra civil lo quebr todo y a partir de 1979 El Derecho Humano volvi a Espaa con el objetivo claro de levantar las columnas vivificadoras de sus talleres, derrochando un gran entusiasmo renovado

Es evidente que el papel de la mujer en la construccin del ideal masnico se incardina con vigor en la esencia natural de El Derecho Humano. Dicho de otro modo, esa premisa de la mixtura de gnero forma parte de los principios que movieron la creacin de la Orden en el siglo XIX.

Sin embargo, es difcil evitar el debate -muy vivo en algunas obediencias regulares y tradicionales, y en otras que no lo son tanto- respecto a la conveniencia de que hombres y mujeres desarrollen juntos el trabajo en logia.

A da de hoy, dentro de la Masonera liberal espaola, algunas mujeres ostentan cargos y dignidades de responsabilidad. Sin ir ms lejos, en el mismo Derecho Humano, la Presidenta de la Federacin Espaola es Paloma Martnez. Y otra mujer, Danile Juette, es la Gran Maestra de la Orden.

Algo similar est sucediendo en otras obediencias que trabajan en territorio espaol, lo que demuestra que las fminas caminan, a un ritmo indito, por las rituales sendas de la Francmasonera especulativa. Y este fenmeno se produce, precisamente, en un momento en el que vuelve a primer plano en ciertos mbitos el clsico y archiconocido debate acerca de lo bueno y lo menos bueno que aporta la mixtura de gnero a los talleres masnicos.

Porque lo que parece preocupar a ms de uno no es que la mujer entre en los ritos masnicos (en los que ya est introducida, por cierto, desde el ltimo cuarto del siglo XIX), sino que trabaje al lado del hombre y en los mismos talleres.

Recientemente tuve la ocasin -y el placer, por qu no decirlo- de compartir unas horas de animada charla con mi amigo Antonio Cerue- lo, Gran Maestre Internacional Adjunto de la Orden. Es un hombre abierto y agradable, franco en sus declaraciones y de fcil y amena conversacin.

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EL DEBATE DE LA MIXTURA DE GNEROS

A lo largo de nuestro encuentro quise plantearle, entre otros, el tema de la mixtura de gneros, ya que parece un asunto que preocupa sobremanera a sectores muy dispares de la Masonera actual. La controversia en relacin al tema se ha dado en obediencias consolidadas de medio mundo. En abril de 2010 fue el Gran Oriente de Francia el que debati y zanj, ruidosamente adems, el polmico asunto. En otros pases del mundo, hay obediencias que todava viven de lleno y con pasin ese debate sin decidirse a tomar una medida firme al respecto.

En Espaa, la discusin se lleva de modo distinto segn que obediencia, y con ms o menos censuras internas. Un respetable nmero de afiliados de la Gran Logia de Espaa abogan y apuestan, desde hace aos, por abrirse a los nuevos tiempos que corren e iniciar mujeres en talleres mixtos. Unos lo desean; otros aseguran que sera un craso error y supondra el abandono de la tradicin y las esencias. Es algo que meditan y debaten despacio, como debe ser, porque las prisas no son buenas consejeras. En cambio, miembros sealados de obediencias que acogen logias mixtas en su seno, como la Gran Logia Simblica Espaola (GLSE), pongamos por caso, se plantean en algunos cenculos la posibilidad de fundar nuevas logias exclusivamente masculinas dentro de las mismas estructuras federativas.

Un ejemplo de logia masculina dentro de la GLSE (que es una Obediencia liberal predominantemente mixta) lo tenemos en la Respetable Logia Medioda ne 66, de Sevilla. Por cierto que este taller sevillano tiene un lema precioso que dice mucho de los anhelos de sus miembros: Quod nolumus gnoscimus (sabemos lo que no queremos). Un lema elocuente, sin duda, que nos habla bien a las claras de inquietudes, bsquedas esenciales y senderos atractivos por los que ir descubriendo y acrecentando sabiduras.

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CONVERSACIN CON ANTONIO CERUELOLa opinin de Antonio Ceruelo en este debate largo sobre la mujer

parece relevante, ya que l forma parte de la cpula de una obediencia mixta por esencia desde su fundacin.

-Antonio, cmo contemplas este debate sobre la convivencia de gneros en los talleres masnicos? T, que perteneces a una Orden mixta por definicin y principios, crees que es realmente productivo, y sobre todo positivo, que mujeres y hombres compartan los sitiales de los templos?

-Sinceramente, veo con agrado la cuestin. Es un debate que nuestros fundadores, Maria Deraismes y Georges Martin, intentaron introducir en el pensamiento masnico liberal hace ya ms de ciento veinte aos. Ellos queran una Masonera mixta integrada en las obediencias

existentes, pero no fue posible. No debemos olvidar que si la Gran Logia Simblica Escocesa o el Gran Oriente de Francia hubiesen admitido a Mara Deraismes en su momento y en pie de igualdad, el Derecho Humano ahora no existira. Creo que tuvimos suerte de que no fuera as porque el revolucionario sentido masnico de nuestros fundadores fue ms

all de la mixidad al crear una Orden con tres caractersticas

diferenciales: la mixidad, el internacionalismo y la continuidad inicitica.

Otra cosa diferente es la complejidad de una reestructuracin interna en las obediencias que recientemente han adoptado, o piensan adoptar la mixidad. Marcel Bolle de Val, filsofo belga, miembro del Gran Oriente de Blgica y del Derecho Humano, reflexionaba hace poco sobre la realidad de una Masonera sexuada como parte esencial de las obediencias. Es evidente que existen rdenes masnicas masculinas, femeninas y mixtas, y es interesante que siga siendo as. Tambin es

Antonio Ceruelo

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previsible que el cambio que est producindose ahora, modifique profundamente, en un camino de luces y sombras, las estructuras de obediencias que adopten la mixidad. No se cambia el gnero de una obediencia masnica en veinticuatro horas, es necesario bastante tiempo.

-No faltan quienes dicen que la visin femenina del mundo y de las cosas no es del todo compatible con los ideales de la Francmasonera. Tienen algn sentido este tipo de aseveraciones

Hablar en la Masonera de cuestiones de gnero en un sentido exclu- yente, es difcilmente comprensible. Bien est respetar la manera de trabajar de los talleres y las obediencias, sean masculinas, femeninas o mixtas, pero cuestionar la calidad del trabajo de las logias mixtas a estas alturas demuestra poca cultura masnica. Adems, no creo que existan visiones exclusivamente femeninas del mundo; tampoco masculinas, la sexualidad es una cuestin de cromosomas, y ah existen infinidad de variantes. Por otra parte cmo no aprovechar la riqueza y diversidad del gnero humano? Mara Deraismes dijo, hace ya ms de ciento diez aos: "No se puede construir el Templo de la humanidad con la mitad de la humanidad".

-Tambin he odo comentar en crculos masnicos liberales que la ambicin por el logro de cargos y honores hace ms mella en ciertas fminas que en el comn de los varones, y que las afectadas se olvidan del sentido indispensable de la fraternidad y hacen lo imposible para la consecucin de sus fines, manipulando la buena fe de algunos hermanos. Qu opinas de esto? Te parece que puede tener alguna verosimilitud?

-Pues vers: cuando trabajamos en logia, compartimos la experiencia con nuestras hermanas y hermanos, con nuestros semejantes. Es como en la vida profana: a estas alturas del siglo XXI, a nadie con un mnimo sentido comn se le ocurre cuestionar el papel igualitario de la mujer en la sociedad. Queda mucho trabajo por hacer, pero uno de los principios fundacionales de Le Droit Humain fue precisamente ese: la igualdad absoluta entre el hombre y la mujer y la lucha contra la exclusin.

La ambicin, por otra parte, se ve crecer en individuos de los ms diversos tipos y gneros. Lo que planteas creo que tiene que ver ms con las culturas que lo fomentan que con el sexo de quienes lo practican.

-En cualquier caso, no crees que los roces y conflictos surgidos de las relaciones entre hombres y mujeres podran perjudicar seriamente

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la buena marcha de las logias en determinados momentos y circunstancias?

-Llevo muchos aos trabajando en la Masonera mixta de El Derecho

Humano y nunca he conocido eso. Quiz sea una expresin de los miedos que atenazan a algunos hermanos de talleres masculinos, acostumbrados a una determinada manera de trabajar. En su derecho estn de permanecer como hasta ahora. Aunque me parece que mantener logias masculinas en estructuras mixtas es algo complicado. Cmo aceptar desde esa perspectiva a una Gran Maestre de la Orden, por ejemplo?

-Entonces, t diras que la Masonera mixta tiene por delante un futuro prometedor, o ms bien crees que las obediencias que inician mujeres constituyen los cimientos de un sueo igualitario inmerso en la utopa?

-Siendo por naturaleza persona optimista, no creo en los futuros prometedores. Tampoco para la Masonera mixta. El futuro de la Masonera, no solo de la mixta, pasa por saber dar respuesta, a travs de sus ideales, a las demandas de la sociedad. Eso siempre ha sido as, la Masonera es una levadura del mundo.

Con esta bonita metfora pongo trmino a las declaraciones de Antonio Ceruelo. Al terminar de transcribir la entrevista record lo que escribi el ictilogo y pacifista norteamericano David Starr: /o sabidura consiste en saber cul es el siguiente paso; la virtud, en llevarlo a cabo. Y decid hacer una digresin para terminar este artculo.

LA MASONERA NO ES UN MECANISMO,ES UN ORGANISMO

Soy de los convencidos de que los autnticos enemigos de la Masonera reposan bajo sus propias cubiertas, y no hace falta buscarlos fuera. Las logias deberan tomar buena nota de ciertos procederes y ser ms cautelosas a la hora de aceptar profanos, de aumentar salarios y de otorgar collares y dignidades. Una vez escuch, en boca de un conocido y meditico masn, que ostentaba con suficiencia un alto grado del Rito Escocs, que la Masonera funcionaba y perviva porque era un mecanismo constantemente engrasado por la tradicin y la inercia del rito.

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La Masonera no es un mecanismo, sino un organismo. El mecanismo est conformado por una adicin de piezas, cada una de las cuales tiene su funcin predeterminada, pero carecen de interconexin directa. Y es verdad que el mecanismo se paraliza si una de las piezas, uno de los engranajes, incumple su cometido. Pero un organismo va ms all, y requiere que todos los elementos que lo componen se impliquen entre s, no slo para cumplir su importante misin especfica -que tambin-, sino sobre todo para intercambiar esencias (valores y pensamientos, en este caso) con los elementos que le acompaan, para servir al de al lado y, si hace falta, apoyarse con fraternidad en su hombro dispuesto y generoso. En definitiva, para aprender a ser mejores personas a travs del intercambio fluido de afecto fraterno, un afecto que sin duda, y digan lo que digan ciertos dinosaurios, ha de generar amistad, aprecio e inters por el semejante.

Entre los hermanos de un taller ha de existir, por encima de todo, respeto; un respeto en lo privado y en lo masnico, y un deseo sincero de hacer el bien al que comparte trabajos con uno. Y si no, veamos lo que dijo en Sevilla en Febrero de este ao, con buen criterio y mucha sensatez, la Gran Maestre del Derecho Humano.

Alfonso Pedrosa la entrevist para el Diario de Cdiz, y al ser interrogada acerca de cmo se le ocurri ingresar en la Masonera, Danile Juette contest: Buscaba, por un lado, un cierto acomodo espiritual, sentirme bien en un sentido profundo. Y, por otro, un ambiente de intercambio de ideas, de dilogo, en torno a determinados valores de bsqueda de la igualdad, de la justicia social, del respeto entre seres humanos; un ambiente que permitiese realmente la interlocucin, el enriquecimiento personal en un contexto metdico y sereno.

Quiz son stas las claves de la bsqueda: hay que procurar que cada logia sea un espacio diferente de dilogo en serenidad, en sacralidad, y que se persigan valores de peso envueltos por un respeto superior hacia todo aquel que nos acompaa en el camino. A

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Ricardo Serna

El Comps

masonica.es

ltima obra de Ricardo Serna

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Naci en Pars el 15 de agosto de 1828 en el seno de una familia prspera de clase media. Obtuvo una buena instruccin y se cri en un ambiente de relativa tolerancia, lo que a su vez le permiti escribir algunos trabajos a edad temprana. Pronto gan reputacin de buena comunicadora. Se hizo activista en la promocin de los derechos de la mujer, y en 1866 se afili a la Socit de la revendication des droits de la femme, una organizacin feminista de vanguardia que trabajaba en favor de la educacin para las mujeres.

En 1869 fund L'Associatlon pour le drolt des femmes, junto con Len Richer. Bajo el imperio de Napolen III, comprendi que la nueva poltica de aquellos das requera un acercamiento moderado y una labor progresiva y tenaz. Para que el feminismo sobreviviera y no fuera marginado, era indispensable trabajar sin prisas, avanzando con firmeza a cada nuevo paso. El trabajo desarrollado por Mara De- raismes fue reconocido en el Reino Unido, y tuvo gran influencia sobre los activistas americanos, como Elizabeth Cady Stanton, a la que conoci en Pars en 1882.

Mara Deraismes fue iniciada en la Francmasonera el 14 de enero de ese mismo ao, 1882, en la logia Les Libres Penseurs de Le Pecq, una pequea villa al oeste de Pars. Se dice que fue la primera mujer ma- sona, icono de la equidad inicitica. Once aos despus, el 4 de abril de 1893, Mara Deraismes y Geor- ges Martin, un reconocido poltico masn, fundaron en Pars la primera logia mixta. Resultado y fruto de tal labor, naci ms tarde la Grande Loge Symboli- que Ecossaise Le Droit Humain, estableciendo la igualdad de los hombres y las mujeres.

Mara Deraismes muri el 6 de Febrero de 1894 y fue sepultada en el cementerio de Montmartre. Sus obras completas se publicaron en 1895 y buena parte de la informacin sobre su labor humanista y social se puede hallar en la Biblioteca Municipal Mar- guerite Durand de Pars.

R icardo Serna

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PALABRAS DE BIENVENIDA DEL VENERABLE MAESTRO DE LA LOGIA LOS

LIBREPENSADORES , HERMANO HOUBRUN, EL DA DE LA INICIACIN DE MARA DERAISMES

emasiado tiempo, a nuestro juicio, nuestras madres, *1 1 nuestras esposas, nuestras hijas, nuestras hermanas,

S han estado alejadas de nuestras reuniones en las que, se deca, se realizaban pretendidos hechos misteriosos que deban quedar impenetrables para las mujeres.

Pero hemos pensado que, en nuestra poca, esta exclusin era una medida anticuada, al mismo tiempo que una injuria que se les haca; en lo que nos concierne, hemos resuelto poner fin a ello. Hemos asumido la idea de que el estado normal de la sociedad no puede mejorarse realmente sin el concurso de la mujer, primera educadora de los nios, y que destruir en ella los prejuicios, combatindolos por la moral y la luz masnica, era preparar pacficamente la verdadera emancipacin social...

...Quitar el velo que oculta la Francmasonera a los ojos de la mujer e invitarla a nuestras reuniones en pie de perfecta igualdad despus de haberla iniciado en nuestros misterios, nos ha parecido una tentativa til, persuadidos de que su emancipacin intelectual, a travs de nuestra institucin, es para que pueda sustraerle de los errores y prejuicios de todas las especies, engendrados por la ignorancia y alentados por todas las sectas clericales para su propio beneficio.

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PALABRAS DE BIENVENIDA DEL VENERABLE MAESTRO

Nosotros creemos, digan lo que digan muchos interesados, nuestros oponentes, que la inteligencia de la mujer es igual que la del hombre y que al igual que nosotros, tiene el derecho de formar parte de los trabajos de los Francmasones, los propagadores del progreso por el estudio de las ciencias positivas, fuente de todas las luces y verdades.

Hemos tenido el honor de realizar las ideas que profesamos iniciando hoy mismo en nuestra asociacin, a la mujer ms eminente de nuestra poca, la seorita Mara Deraismes, la sabia conferenciante, tan honorablemente conocida por todos, que consagra su vida y su talento de una manera tan generosa a la exposicin de las doctrinas progresistas, anticlericales y humanistas.

Los Francmasones "Librepensadores" estn contentos de poder, ahora, darle respetuosamente el nombre de Hermana, y testimoniarle su reconocimiento por haber aceptado franquear con firmeza las barreras masnicas, que deja, a partir de este momento, abiertas para las mujeres que, tras ella, vendrn con nosotros a trabajar por el bien comn, para el que nos prepara la emancipacin intelectual.

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Mara Deraismes

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gradezco a la Logia Los Librepensadores el honor queme hace de recibirme entre sus miembros. Quiero testimoniar al Venerable Maestro toda mi gratitud por la

halagadora acogida que esta Logia me ha dado. Pero siento que los elogios que me ha dirigido surgen ms de una exquisita cortesa que de la verdad, pues no merezco ni la mitad. Y si os felicito, mis queridos hermanos, por la determinacin que acabis de tomar, os ruego que no veis en ello un signo de pretensin por mi parte.

Si no se tratara ms que de la recepcin de mi nfima persona en la Francmasonera, si no se tratara ms que del dbil aporte que puedo ofreceros, el hecho en s mismo sera mnimo y de poco alcance. Pero tiene otra importancia. La puerta que me habis abierto no se cerrar jams para m y toda una legin me seguir. Habis dado prueba, mis hermanos, de sabidura y energa. Gracias a vosotros se ha vencido un prejuicio.

Sin duda sois una minora, pero una minora gloriosa a la que pronto ser obligado que se adhieran la mayora de las Logias. La presencia aqu de hermanos eminentes es una segura garanta. Lo que es particularmente curioso, es que esta adhesin de una mujer, considerada en nuestra poca como un acontecimiento, no es ms que una reminiscencia del pasado. En el siglo XVIII, las mujeres eran admitidas en Francmasonera. Una Duquesa de

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Bouillon fue incluso Gran Maestra. Se podra pensar que hemos retrocedido. Pero hay que remarcar que esto pasaba en un tiempo de privilegios. Bajo ese rgimen todo poda ocurrir, incluso el derecho que no se basa en ningn principio de igualdad sino simplemente en el favoritismo y el placer.

En este momento, sin embargo, toda manifestacin de derecho resulta del derecho reconocido y proclamado por la Revolucin Francesa como base de una sociedad libre. As, la obtencin de grados universitarios por las mujeres, su accesibilidad a las carreras que les haban sido hasta entonces prohibidas, es una adhesin pblica a la equivalencia de los dos sexos. No es ya una excepcin que se tolera, es un signo de nuestra prxima liberacin. Y por ello, esto que ha podido pasar inadvertido en el reino de lo arbitrario, levanta protestas en el momento actual por parte de hombres celosos de conservar sus privilegios. Es preciso reconocer que en Francia la supremaca masculina es la ltima aristocracia. Se debate en vano, pues su desaparicin est prxima.

Si he de expresarme con toda franqueza, os dir que comprendo menos que nunca las resistencias obstinadas de la Francmasonera a la admisin de las mujeres. El mantenimiento irracional de la exclusin femenina no se funda sobre ninguna razn vlida.

En nombre de qu la Francmasonera nos ha eliminado hasta el momento actual? Acaso detenta el monopolio de verdades superiores accesibles solamente a las inteligencias de lite? No. Trata de cuestiones abstractas, trascendentes, que exigen estudios previos preparatorios? No. Encubre secretos, arcanos, misterios que no deben ser divulgados ms que a un pequeo nmero de elegidos? No, pues el tiempo de los misterios, de los secretos y de los arcanos ha pasado.

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La ciencia se ensea a plena luz y no hace excepcin para nadie. Las mujeres, al igual que los hombres, son llamadas a ocupar su puesto en los conocimientos humanos. Se presentan a los mismos concursos, pasan los mismos exmenes y obtienen los mismos diplomas.

Otros pretenden que la introduccin de las mujeres en Masonera hara perder a la Orden su carcter de seriedad. La objecin no es ms que una broma. La Escuela de Medicina nos abre sus puertas: hombres y mujeres estudiantes reciben las mismas clases de los mismos profesores; los dos sexos realizan los mismos trabajos y aspiran al mismo ttulo de doctor, que se otorga para ambos sexos en funcin de su mrito y saber. Y sin embargo, la Escuela de Medicina no cree perder nada de su dignidad ni de su seriedad actuando as.

Habis dado un gran golpe de timn, mis queridos hermanos, rompiendo con las viejas tradiciones consagradas por la ignorancia. Habis tenido el coraje de afrontar los rigores de las ortodoxias masnicas. Recogeris los frutos. Hoy sois considerados como herticos porque sois reformadores. Pero, como siempre, la necesidad de reformas se impone, por lo que no tardaris en triunfar.

Existe un gran movimiento de opinin a favor de la liberacin de las mujeres. Estamos en el principio, y por eso encontramos dificultades, pues los prejuicios seculares estn fuertemente enraizados en los espritus; quienes se creen los ms libres acarrean a sus espaldas el yugo de la leyenda Desde el principio del mundo la mujer es un ser desclasado; es, permitidme la palabra, un valor desconocido.

La religin la ha declarado culpable. Una falsa ciencia ha afirmado que es incapaz. Entre los dos extremos se ha establecido un trmino medio y se ha dicho: la mujer es un ser de sentimien

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to; el hombre es un ser de razn... Se ha credo hacer un descubrimiento, creedlo.

A consecuencia de este juicio, se ha concluido que la mujer, ser sensible, afectivo, impresionable, es inhbil para la direccin de negocios. Corresponde, pues, al hombre hacer la ley, y a la mujer someterse a ella. Ciertamente no es difcil probar que esta clasificacin es absolutamente arbitraria, y en consecuencia artificial. No es quien el hombre para distribuir los papeles, ya que no ha distribuido las facultades. Se pierde de forma extraa haciendo de creador. Al igual que el resto de los seres, es el producto de una fuerza primordial consciente o inconsciente. No es el lugar aqu para discutirlo.

La naturaleza ha hecho las razas, las especies, los sexos, ha fijado sus destinos. Es pues a ella a la que hay que observar, a quien hay que consultar, a quien hay que seguir. Cuando la naturaleza gratifica a los individuos con aptitudes, es porque ellos las desarrollan. La mujer tiene un cerebro y debe ser cultivado; nadie en el mundo tiene el derecho de circunscribir el ejercicio de sus facultades Hay mujeres que tienen mucho espritu y hay hombres que no lo tienen, y este hecho no es raro. Es cuestin de cada uno seguir su camino.

Hay que sealar que esta pretendida desigualdad intelectual de los sexos no ocurre ms que en la especie humana. En todo el reino animal, incluso en los grados ms elevados, machos y hembras son estimadas de forma igual: examinad las razas de caballos, perros, felinos, y tendris la prueba.

Esta depreciacin del tipo femenino en la humanidad desentona en el orden general. Con seguridad no es ms que una invencin masculina que sin duda el hombre paga caro. Sufre los tristes efectos de la merma femenina de la transmisin hereditaria, ya que en la obra de la procreacin hay universalidad de influencia de los sexos. La madre lega, al igual que el padre, sus caracteres morales a sus vstagos.

La inferioridad de la mujer, una vez decretada, hace que el hombre se haga dueo de todos los poderes. El solo se ha ejerci

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tado en legislacin, en poltica. Ha hecho las leyes, las instituciones, las constituciones, los reglamentos administrativos; ha redactado el programa pedaggico, dedicndose a quitar a la mujer de las asambleas deliberantes y de los consejos. En fin, en la vida privada, como en la pblica, se ha impuesto como maestro y jefe. Las cosas no han ido nunca mucho mejor por esta razn. De esto se ha inferido que sera mucho peor si las mujeres se mezclaran. Algo que est por demostrar.

En realidad, la mujer es una fuerza. Media humanidad. Y si se confunde con la otra media por los caracteres generales y comunes, se distingue por las aptitudes especiales de una potencia irresistible. Aptitudes que constituyen un aporte especial, esencial e indispensable en la evolucin integral de la humanidad.

Se alega que el lugar de la mujer est en la familia, que la maternidad es su funcin suprema, que en el hogar ella es la reina. Es una mentira flagrante. La mujer en la familia est igual de esclavizada que fuera, est dominada por la potencia marital y la fuerza paterna; en cuanto a sus hijos, le est prohibida toda iniciativa.

El conjunto de la legislacin le es desfavorable: le priva de su autonoma, negndole la igualdad civil y poltica. Cules pueden ser las consecuencias de esta legislacin? Toda ley que a priori niega el progreso, que dificulta el desarrollo de los individuos condenndoles arbitrariamente por incapacidad, es no slo anormal porque es contraria al plan de la naturaleza, sino que es adems inmoral, porque provoca en los que expolia el deseo de salirse de la legalidad para buscar fuera las ventajas que sta le niega.

Hay, en efecto, ms all de la legalidad, un vasto dominio donde pueden ocurrir irregularidades, incorrecciones de la conciencia y de la conducta que no competen a ningn tribunal. Ahora bien, lo hemos dicho y lo repetimos: la mujer es una fuerza. Toda

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fuerza natural no se reduce ni se destruye. Se la puede corromper, pervertir, pero comprimida hasta el lmite, se lanza hacia el otro con una mayor intensidad y violencia.

En qu se convierten entonces las fuerzas no utilizadas, esas facultades expansivas, esa actividad cerebral? A falta de una salida, se exaspera, se descompone, es como el vaso demasiado lleno que se desborda.

As pues a las mujeres se le ofrecen dos vas, que son los dos extremos, los dos polos: el fanatismo o lo licencioso. Dicho de otro modo: la Iglesia o la prostitucin. Tomo ste ltimo trmino en su sentido ms amplio. No me refiero aqu solamente a las que acaban bajo los reglamentos policiales, sino a la innombrable legin de mujeres que metdicamente, de una manera oculta y latente, trafican con ellas mismas en todos los estratos de la sociedad, y sobre todo en el ms alto, extendiendo sus estragos por todos los rincones del sistema social.

Misticismo y libertinaje, aunque diferentes, se tocan en ms de un punto. En los dos hay un rechazo de la razn, excesos y efervescencias malsanas producto de una imaginacin desequilibrada. La devocin entenebrece el espritu, el libertinaje lo deprava; el uno lo atonta, el otro lo embrutece. Pueden, pues, darse la mano.

S que entre estas dos manifestaciones de desorden mental, est la accin saludable y beneficiosa de la mujer virtuosa. Pero lo hemos dicho ya: en la vida domstica la virtud de la mujer lleva la huella de la subordinacin. Sometida al cdigo de los fuertes y soberbios, se le imponen ms deberes y se le dan menos derechos. En estas condiciones de inferioridad no puede tener una concepcin clara, y la prueba es que no admite una moral para sus hijas y otra para sus hijos.

Cuando protesta en nombre de la razn, se le quita la competencia; cuando invoca el sentimiento, se le opone la pasin. En

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suma, no modifica en nada el estado general de las costumbres. Es muy a menudo la presa inocente y la vctima. A travs de estas dos formas, religiosa y licenciosa, es como se manifiesta la fuerza femenina a travs de los tiempos. Hojead la historia, pararos en cada reino, en cada poca: encontraris fatalmente estos dos tipos preponderantes, de los que los ejemplos ms famosos son Mme. de Maintenon y Mme. de Pompadour. Ocurre incluso, en ms de una ocasin, que los dos caracteres se confunden.

Nuestra sociedad est atrada en las dos direcciones y ninguna de las dos es la buena. La clasificacin anormal de la mujer en el mundo la ha vuelto poderosa para el mal e impotente para el bien. Lo que ha perdido de razn lo ha ganado la pasin. Por lo tanto, donde la razn abdica, la pasin reina, es decir, el desorden

Podemos afirmar en voz alta, que la mujer ha sido apartada de su misin por las convenciones sociales. La naturaleza la ha formado para ser un agente moral, educador, econmico y pacfico. Es moral porque tiene un pudor, una reserva instintiva; es moral porque es educadora nata, de la que recibimos las primeras lecciones y los primeros ejemplos. Su cualidad de madre le da las cualidades de previsin. Conoce las necesidades de la familia, se arregla para llegar; es ella la que distribuye los recursos, sabe bien los beneficios del ahorro pues es preciso garantizar el maana.

Ama la paz y odia la guerra, ya que es la generatriz, la nutricia; sabe lo que cuesta una existencia. Ella es quien transmite la vida con el riesgo incluso de perder la suya, y quien asume la dedicacin y los cuidados necesarios para conducir a un pequeo ser a su completa eclosin. As pues, no ignora que mientras el can y la metralleta han permanecido en los campos de batalla matando a toda una joven generacin, hacen falta veinte aos para volver a formar otra.

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Desgraciadamente, la mujer en su situacin inferior jams ha podido ser el rgano, el abogado, el defensor de sus propios sentimientos y de sus propias ideas, las cuales no han podido representarse ms que de forma indirecta e inexacta. Hay, sin embargo, en ella, elementos indispensables para el desarrollo de la humanidad y para su progreso. Por qu los trabajos sociales han sido y son todava invlidos? Pues porque son incompletos, porque no han llevado nunca el sello de la dualidad humana.

Ay!, si en la Francmasonera hubiera penetrado bien el espritu de su papel, si hubiera tomado la iniciativa hace solamente cuarenta aos, habra realizado la mayor revolucin de los tiempos modernos; habra evitado cantidad de desastres, y esto es fcil de demostrar.

La Francmasonera es una asociacin revestida de un carcter universal y secular; sus orgenes se pierden en la noche de los tiempos, no tiene otro equivalente en el mundo ms que el de la sociedad catlica. La Francmasonera, enemiga de las supersticiones y del error, es el adversario natural de la Iglesia. Sin embargo, por una extraa contradiccin, la Francmasonera, en el tema de la mujer, sigue los errores del catolicismo, lo que esteriliza en gran parte sus esfuerzos y sus actos. Cmo la Francmasonera, antagonista del clero, odiada por l, no ha comprendido que la introduccin de la mujer en su Orden era el medio ms seguro de reducirlo y vencerlo? Tena a su disposicin el instrumento de la victoria y lo ha dejado inerte en sus manos.

La admisin del elemento femenino era para la Francmasonera un principio de rejuvenecimiento y de longevidad. La familia masnica se habra asimilado a la familia privada, habra ampliado su visin, aumentado sus horizontes; habra repartido la luz, y expulsado el fanatismo, ya que la mujer es clerical ms por el ocio y por el desaliento que por temperamento

La mujer Francmasona transmitira a los suyos las impresiones recibidas en las Logias; inoculara a sus hijos los sentimientos de

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la vida colectiva, porque la familia es el grupo inicial, es la primera sociedad, la ciudad elemento.

Es en la familia donde el individuo reconoce la impotencia de su autosuficiencia. Es ah donde aprende a olvidarse un poco de s mismo para pensar en los otros y unirse a ellos. Pero es necesario que los sentimientos de fraternidad no se queden en el techo del hogar. Es preciso hacerle comprender que los intereses de la ciudad se confunden con los de la patria, y que todo el conjunto se contiene en esta vasta sntesis que se denomina humanidad.

La exclusin de la mujer ha producido los efectos contrarios. Alejada de las cuestiones de inters general, extraa en los asuntos pblicos, ha concentrado sus energas, su inteligencia, su dedicacin en los suyos. El enriquecimiento de los suyos, su prosperidad, su grandeza, han sido su objetivo, de tal manera que se ha producido un antagonismo entre la familia y la sociedad. La primera, quiere aprovecharse de la segunda y darle lo menos posible.

En el momento actual estamos devorados por un nepotismo desenfrenado. Tendramos mil ejemplos para contar. Elegid para poner al frente de los asuntos pblicos a un hombre que pensis capaz; desde que es nombrado para estas altas funciones, se aprovechar de su preponderante situacin para dar los primeros empleos a algunos de los suyos. stos son generalmente mediocres, de capacidades escasas. Sucede que por cada hombre hbil que encontris, os habris quedado en manos de cuatro o cinco nulidades. Queda por saber si los servicios que podr dar un hombre capaz, compensarn suficientemente las tonteras que cometern inevitablemente aquellos cuatro o cinco imbciles.

Para combatir esta tendencia funesta, para que haya una competencia eficaz al egosmo familiar, se impone la transformacin de la familia y no habr otra forma de hacerlo que pedir a la mujer su concurso, haciendo de ella una igual, una colaboradora asidua.

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As, no slo habris hecho la adquisicin de un motor que hasta ahora no ha podido realizarse en condiciones conformes a su naturaleza y cuyo impulso ha sido fatalmente apartado de su verdadero sentido, sino que adems tendris a la vez a la joven generacin desde sus comienzos; al nio, en una palabra, quien recibe de la madre, a la vez que sus primeros alimentos del cuerpo, los primeros del espritu. A travs de la madre tendris la educacin y la podris hacer nacional, verdaderamente colectiva, humanitaria. Es lo que no ha intentado hacer ningn colegio, ningn instituto, en fin, ninguna institucin religiosa o laica.

La Francmasonera se convertir en una escuela donde se formarn las conciencias, los caracteres, las voluntades; escuela donde se persuadir de que la solidaridad no es una palabra vana, una teora fantasiosa, sino una realidad, es decir, una ley natural, irrefutable, siguiendo la cual, todo individuo tiene tanto inters en cumplir sus deberes como en ejercer sus derechos. As pues, prepararis los materiales de una verdadera democracia.

Para terminar, permitidme aadir una sola palabra. Es soportable, aunque nos fastidie, que la ortodoxia francmasona nos prohba todava durante un tiempo la entrada en sus templos y que contine considerndonos como profanas. Pero trabajaremos activamente para que salga de su error. En suma, lo que se dice en su seno no se dice entre nosotras: nosotras estamos bien aqu, y aqu permaneceremos. A-

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EL INTERNACIONALISMO DE EL D ERECH O H U M A N O

E l in t e r n a c io n a l is m o e s e l e l e m e n t oFUNDAMENTAL, EL QUE DA FUERZA Y COHESIN a l D e r e c h o H u m a n o . U n in t e r n a c io n a l is m o QUE, A JUICIO DE LA PRESIDENTA d e l a Fe d e r a c i n Es p a o l a d e e s t a O r d e n , SE SUSTENTA EN EL LIBRE PENSAMIENTO Y ES LA MEJOR EXPRESIN DE LA FRATERNIDAD.

Palo m a Martn ez

Pdta. Federacin Espaola Le Droit Humain-EI Derecho Humano

La Orden Masnica Mixta Internacional Le Droit Humain, El Derecho Humano, es una Obediencia masnica de las denominadas liberales. Los signos de identidad que la caracterizan y distinguen del resto son muy claros y constituyen los pilares sobre los que se asienta: la mixidad, el internacionalismo y la continuidad inicitica.

La mixidad, algo que para nosotros es absolutamente natural e Incuestionable, todava es hoy inamovible en algunas Obediencias; otras la han resuelto con esa frmula, extraa para nosotros, de mantener talleres masculinos, femeninos y mixtos; y en otras es meta de algunos de sus miembros pero no de todos y, por tanto, punto de conflicto.

La continuidad de la escala inicitica de nuestra Orden, es el resultado de los enormes esfuerzos que realiz Georges Martin, quien entendi que slo aunando en una misma estructura la organizacin y coordinacin de todos los talleres y proporcionando una escala inici-

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EL INTERNACIONALISMO DEL DERECHO HUMANO

tica sin fisuras, se evitara una gran cantidad de serios problemas, que se deban a esa separacin entre las Logias Azules y los Altos Grados. Se cambiaba as tambin la concepcin de los altos grados para eludir, en gran parte, que los metales de las ambiciones humanas contaminaran el trabajo sagrado.

Finalmente, el internacionalismo es el tercer basamento de nuestro quehacer. Cuando en mayo de 1893 Georges Martin deposit en la prefectura de La Seine el texto de la Constitucin de lo que entonces fue la Gran Logia Simblica Escocesa de Francia "Le Droit Humain", slo se contemplaba la creacin de logias en Francia.

El libre pensamiento es el que sustenta el internacionalismo en todos los aspectos, pero que se concreta, sobre todo, en la tolerancia y aceptacin de creencias diversas bajo el manto de una verdadera laicidad respetuosa, lo que supone la libertad de los talleres de trabajar al Progreso de la Humanidad o bien a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo, entendido ste sin ningn tipo de connotacin, ms all de su reconocimiento como smbolo tradicional de la masonera.

Sin embargo, muy pronto, en 1896, se crea la primera logia en Suiza. En

ese mismo ao, se adopta y se publica la Constitucin, que

incluye novedades.

El internacionalismo aparece ya en el ttulo, porque "El Derecho Humano" haba adquirido ya, en tan breve espacio de tiempo, una

importante dimensin ms all de las fronteras

francesas, que era su mbito de actuacin inicial.

Ser en 1901 cuando todos los talleres creados ya en varios

pases como Suiza, Gran Bretaa, India, Estados Unidos, Pases Bajos, o Italia, se ubiquen bajo la autoridad de un Supremo Consejo Internacional que se reunir en Pars y que designar un representante en cada nacin, que no slo asegure la aplicacin de la Constitucin y los Reglamentos, base comn a todos los miembros, sino que sea la correa de transmisin inicitica y administrativa de doble direccin, que promueva el sentimiento de pertenencia a algo de mucha ms envergadura que la que pueden dar los localismos o nacionalismos, y que no es otra cosa que el internacionalismo.

Es en agosto de 1920 cuando se concreta una aspiracin que se vena fraguando desde 1911, pero que finalmente la guerra haba impedi

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EL INTERNACIONALISMO DEL DERECHO HUMANO

do realizar: la celebracin del primer Convento Internacional de la Orden, que coincidi con la inauguracin de la que hoy todava es su sede principal en Pars. En ese Convento se estableci la nueva redaccin de la Constitucin en la que se fijaron los principios de igualdad de sexos, tolerancia y libre pensamiento.

El libre pensamiento es el que sustenta el internacionalismo en todos los aspectos, pero que se concreta, sobre todo, en la tolerancia y aceptacin de creencias diversas bajo el manto de una verdadera laicidad respetuosa, lo que supone la libertad de los talleres de trabajar al Progreso de la Humanidad o bien a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo, entendido ste sin ningn tipo de connotacin, ms all de su reconocimiento como smbolo tradicional de la masonera.

Todos sabemos, por vivido, lo que supone el sentimiento inmediato de confianza que surge entre hermanos que acabamos de conocernos, cmo establecemos con toda naturalidad el nexo fraternal recin hechas las presentaciones.

Los que hemos tenido la suerte de participar en algn Convento Internacional, sabemos de qu hablamos cuando nos referimos al internacionalismo de nuestra Orden y que va mucho ms all de lo que acabamos de expresar.

Es en estos Conventos donde el internacionalismo tiene su mayor y ms contundente expresin. Reunir a ms de 500 hermanos y hermanas que vienen de ms de 50 pases diferentes, hablando multitud de lenguas, practicando culturas que pueden llegar a estar en las antpodas las unas de las otras y perteneciendo a estructuras sociales y econmicas absolutamente distintas y distantes, como lo es el primer mundo respecto a los pases en vas de conseguirlo; reunimos todos y que sea ms importante lo que nos une que lo que nos separa; sentir que la diversidad es nuestra fuerza y no nuestra debilidad; lograr que nuestro espritu sea uno celebrando nuestro rito; que la cadena de

f ^Reunimos todos y que sea ms importante lo que nos une que lo que nos separa. Sentir que la diversidad es nuestra fuerza y no nuestra debilidad. Lograr que nuestro espritu sea uno celebrando nuestro rito, que la cadena de unin lleve nuestra fuerza ms all de cualquier frontera mental o fsica.

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EL IN TER N A C IO N A LISM O DEL D ERECH O H U M A N O

unin lleve nuestra fuerza ms all de cualquier frontera mental o fsica; en fin, sentir que el amor que nos une es nuestra herramienta comn para lograr que la alegra reine en nuestros corazones y as seamos capaces de dar y propagar la paz all donde estemos, no slo entre nosotros mismos, sino en nuestros muy diversos mundos particulares.

Todo esto no es sino la demostracin del enorme poder que tenemos, y que nos da precisamente el internacionalismo de la Orden, para llevar a cabo nuestro trabajo de construccin del templo de la humanidad, en donde tambin todas las personas deben caber, y donde, como en la cadena de unin, todos los eslabones son necesarios para conformarla.

Hay algo que no debemos olvidar nunca: la fuerza que da el internacionalismo a nuestra meta y trabajo comn es mayor que cualquier disensin que pueda producir la enorme diversidad que nos caracteriza. A

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Georges Martin ( 1844 - 1916 )

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ESBOZANDO LA MASONERA GLOBALE l in ic io d e l s ig l o X X I t o d a v a s e v e e n v u e l t o EN LA POLMICA SOBRE SI LA MODERNIDAD EST ACABADA O CONTINA Y, EN ESTE CASO, DE QU MODO LO HACE. QUE EXISTA REALMENTE O NO UNA POSTMODERNIDAD NO IMPIDE LA RECONSIDERACIN DE SU ORIGEN ENl a Il u s t r a c i n d e s a r r o l l a d a DURANTE EL SIGLO X V III.

D iego G o nzlez Ro drg u ez

f rente a comunidades identitarias segregativas nacionalistas, religiosas, filosficas o tnicas la masonera promueve la conjuncin de identidades reales ms compatibles con el concepto de una humanidad heterognea, con un desarrollo mutuo en base a la diferencia.

Usando como propias las palabras de Javier Sampedro:La reivindicacin de aquellos que perciben a sus instituciones polticas, estatales o subestatales, como indiferentes cuando no beligerantes con sus sentimientos nacionales debe ser comprendida y asumida por los humanistas como una reivindicacin propia. Los humanistas no desean un mundo uniforme sino mltiple. [...] Los humanistas alientan la descentralizacin poltica, esto es, el acercamiento de la toma de decisiones a aque-

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ESBOZANDO LA MASONERA GLOBAL

los a los que afectan. [...] En todo caso, insisten en profundizar en la descentralizacin hasta alcanzar el mbito m unicipal.1

Aunque esta afirmacin no es para nada extensible a la totalidad de las corrientes humanistas y se enmarca ms en un pensamiento del autor mencionado, es innegable que la internacionalidad de estructura federal red descentralizada, con federaciones nacionales y logias federadas ms all incluso de lo municipal, pudiendo haber varias logias por municipio, es en el contexto de la masonera adogmtica un hecho desde principios del siglo XX.

En la poca en la que la topologa de vanguardia no era otra que la descentralizada, el Derecho Humano DH escogi la internacionalidad como una preferencia revolucionaria. Y es por ello que a da de hoy existe, en general, una divisin administrativa de la orden en federaciones nacionales con el fin de poder definir marcos legales compatibles con la distribucin territorial de las logias asociacionismo nacional y poder compaginar los trabajos de inters general con otros estrictamente acotados por los todava latentes estados nacin.

Otras instituciones, como la Gran Logia Simblica Espaola, cuentan con un ncleo central y una serie de logias nacionales red centralizada, aunque su adhesin a convenios interobedienciales produce en la prctica un efecto similar: descentralizacin e internacionalizacin.

Volviendo al DH, podemos afirmar que como hijo de su tiempo fue un organismo rompedor. Su Constitucin Internacional garantiz un conjunto normativo no restrictivo respecto a la libre determinacin de las logias que le permiti englobar en un proyecto comn a individuos hermanos en la jerga del gremio de cualquier latitud.

Sin embargo, al margen de la idiosincrasia particular del DH, las redes masnicas cuentan con una topologa especfica, una estructura no slo en el marco obediencial, sino en el interobediencial que garantiza la cohesin fraternidad independientemente de la ubicacin territorial.

1 Naciones, nacionalismo y humanismo, Javier Sampedro. http://javiersampedro.blog.com/

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http://javiersampedro.blog.com/


Las logias pueden ser analizadas como gratos en los que los nodos son los distintos miembros y los arcos las relaciones fraternales entre ellos.

Lo interesante es que estas relaciones no estn necesariamente forjadas en un nico taller o un nico marco institucional, sino que se entrelazan como telas de araa entre federaciones, grandes logias y grandes orientes.

A pesar de los matices impuestos por el devenir histrico, la raz ideolgica del pensamiento masnico rompe con discurso de la nacin y las identidades estatales en favor comunidades transnacionales compatibles con la diversidad posmoderna.

De ah que, a mi juicio, la apuesta del siglo XXI sea ir ms all de la red descentralizada y apostar por la red distribuida.

Las referencias que relacionan la masonera con las redes distribuidas parecen estar ms cerca de lo que parece, pues la transnacionalidad redes globales entre logias y masones es un hecho que se remonta a las cofradas de constructores y que se mantiene a da de hoy en las redes logiales, aquellas que existen de forma natural al margen de la burocracia interobediencial.

Cada da con ms frecuencia, los masones trabajan conjuntamente y lo hacen impulsados por el salto a la web. Internet ha transformado completamente las relaciones masnicas. Casi todas las logias tienen un blog o un espacio web propio, una cuenta de correo, un grupo digital de debate interno o un calendario compartido.

En los ltimos aos han surgido numerosos intercambios y visitas no oficiales de masones por todo el mundo, recuperando esa naturaleza transnacional que acompaaba a los predecesores operativos.

Y no deja de tener cierto sentido, pues el humanismo no debe entender de naciones; el humanismo debe articular una sociedad distribuida, una humanidad articulada mediante comunidades en red.

Pero qu mecanismo permite unificar los fundamentos de masones libres repartidos por todo el planeta?

En la poca en la que la topologa de vanguardia no era otra que la descentralizada, el Derecho Humano DH escogi la internacionalidad como una preferencia revolucionaria.

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Un mecanismo tan humano como simple: la fraternidad.

La duda, en plena crisis posmoderna, no slo ataca a las estructuras econmicas. La distribucin geopoltica en estados nacin y la creciente descomposicin da paso a nuevas formas de transnacionalidad que se presentan como una amenaza a los viejos paradigmas. Podremos conciliar los ideales de la modernidad con los procesos posmodernos?

Las deas estn sobre la mesa.

La apuesta por modelos en red basados en la transnacionalidad puede ser una decisin interesante e inteligente ante la posible extincin de los modelos homogeneizan- tes. La posmodernidad puede ir ligada a la segregacin o a la integracin de lo diverso.

Ante la llegada de la nueva era de las redes existen dis

tintas propuestas para asumir los cambios sin consecuencias destructivas no olvidemos que el relato de la Modernidad defini los estados que hoy preservan los derechos fundamentales de la ciudadana- como la defi

cultura masonica derecho humano

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